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Colombia tiene ciertos problemas que principalmente nos afectan a nosotros, por

lo tanto somos los llamados a encontrar sus soluciones, como son: una industria
poco desarrollada, el atraso abismal en el campo, un medio ambiente destruido,
enfermedades propias de nuestro medio como la leishmaniasis, una economía
que no es solida, entre otros mas. El mejor camino es producir nuestro propio
conocimiento, así que debemos invertir en ciencia, tecnología y formando un
capital humano optimo, ósea personas formadas con idoneidad para que piensen
y puedan resolver nuestros propios problemas.

Está comprobado que la Ciencia y la tecnología no solo brindan soluciones a


problemáticas de su entorno sino que también impulsan enormemente el progreso
social y económico de un país, un caso ejemplar: Brasil, que en el 2000 se impuso
el reto de que la ciencia, la tecnología y la innovación fueran prioridad para su
desarrollo.

Las metas que se propusieron ese año son hoy hechos concretos, en este
momento es uno de los países que invierte uno de los porcentajes más alto de su
Producto interno Bruto (PIB), la consecuencias de esta política pública saltan a la
vista, el enorme crecimiento en esta última década es único ya que no lo
obtuvieron a lo largo del siglo pasado.

La ciencia y la tecnología en Colombia ha tenido un desarrollo muy pobre,


asimismo existe un déficit de capital humano por los escasos doctores que
tenemos en el país (Actualmente hay cerca de 4.000 doctores, se gradúan
alrededor de 100 doctores anuales, mientras en Brasil se gradúan cerca de 10.000
al año), con la idea de cambiar esta realidad se aprobó la ley 1286 del 2009,
denominada la ley de ciencia, tecnología e innovación (CT+I), está ya tiene un año
de su aprobación pero no existe voluntad política para que se cumpla a cabalidad.
Colciencias rescata que la ley trazó el camino a seguir, pero lo cierto es que las
metas no se están cumpliendo. En el 2009 el gobierno colombiano aseguró que
para este año la inversión en CT+I llegaría al 1% del PIB, situación que no es esta
cumpliendo, es mas ni se está superando el 0.4% del PIB que es la tradicional
partida presupuestal que se destina para este rubro en Colombia.

Panorama que debe cambiar si queremos salir del subdesarrollo, es hora de darle
una verdadera importancia a la CT+I y convertirla en uno de los pilares de nuestro
desarrollo como lo hacen los países más desarrollados del mundo, por lo tanto el
país debe pasar de las buenas intenciones de los gobernantes a tener una política
de Estado clara, coherente y seria en este campo, imponiéndose estos retos:
Invertir por lo menos el 1% del PIB en el desarrollo de la CT+I, identificar aéreas
prioritarias de investigación para potencializarlas y formar un doctor por cada mil
habitantes.

Con la entrada del nuevo gobierno se espera que aparezca la voluntad política
para poner a andar la ley de la CT+I, bien sea con un Juan Manuel Santos
comprometido con una real prosperidad democrática o en su defecto el Partido
Verde que armados por el lápiz y la Constitución hagan control político no solo
para exigir el cumplimiento de dicha ley sino que también se profundice, porque
directa o indirectamente la CT+I jugaban un papel trascendental en la construcción
de la visión de país que nos propusieron en sus campañas.

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