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EDUCACIÓN | 1/25/2019 12:55:00 PM

¿Qué es la cuarta revolución


industrial y por qué va a cambiar a
la educación?
Las tecnologías 4.0 están de moda. Con la automatización digital están cambiando
todos los sectores de la sociedad, y la educación no es la excepción. Hay
repensar el sistema educativo. Vea cómo.

 
Los sistemas robotizados cada día hacen más labores que antes solían hacer las personas. Foto:
Getty Images

Esta semana, el presidente Iván Duque anunció en el Foro Económico Mundial de


Davos, Suiza, la apertura del primer Centro para la Cuarta Revolución Industrial en
Medellín. ¿Por qué es eso relevante para el país? ¿Qué le importan
las tecnologías 4.0 a la educación?

El mundo del trabajo está cambiando y va a cambiar aún más en los próximos 10


años. Los robots cada vez hacen más trabajos que antes solían hacer las
personas. Y la educación será la principal herramienta de estas últimas para
no quedar en desuso al mismo ritmo que se desactualizan los smartphones.

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Es temporada de despidos
En el banco Sberbank, el más grande de Rusia y Europa Oriental, hay una
sensación de incertidumbre desde que el CEO de la empresa, Herman Gref,
anunció el plan de despedir para 2021 a 45.000 empleados, cerca del 15% de su
capital humano (para hacerse una idea, es casi como despedir a todos los
empleados de los tres bancos más grandes de Colombia). ¿La razón? Llegaron
los robots.

Son más baratos, predecibles y, en opinión del banco, pueden hacer el mismo
trabajo que actualmente desarrollan muchos empleados. Ya el gigante ruso lo ha
puesto en práctica con Anna, una robot que desde marzo opera el contact center
para clientes empresariales.

Con un sistema de Inteligencia Artificial (IA), escucha y responde preguntas como


la ubicación del ATM más cercano y, en el futuro, entregará información del
balance de cuenta y estado de pagos. Gracias a ella, el contact center, que
maneja unas 20.000 llamadas al día, redujo el tiempo de operación a la mitad. Por
esto, el Sberbank despidió cerca de 5.600 empleados en el segundo semestre
de 2018.

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En 2017 contrataron un equipo de robots-abogados que era capaz de escribir


demandas automáticas, y sustituyeron el puesto de 3.000 humanos. En diciembre,
Promobot, otro software de IA, empezó a hacer labores de consultoría de clientes.
Según ha dicho Gref en distintas entrevistas, 98% de las decisiones de extender
un préstamo y 30% de entregar uno nuevo a una empresa lo hace
un software inteligente.

Está convencido de que ese es el futuro, el mundo del trabajo de la cuarta


revolución industrial, donde el internet de las cosas y la automatización de las
tareas humanas le darán un giro copernicano a las relaciones laborales, sociales y
económicas. Verdad no le falta; hoy, las máquinas escriben, identifican imágenes,
analizan, toman decisiones y (sobre todo) aprenden de ellas.

Eso promete cambiar definitivamente el tipo de trabajos que desempeñan


actualmente las personas. Los trabajadores del futuro tendrán que destacarse
en un set muy distinto de competencias. Un desafío grande, pero prometedor.
La revolución industrial significa, también, la revolución de la educación.

¿A quiénes van a reemplazar?


La automatización de las labores humanas no es nueva, pero está llegando a otro
nivel. Para este año, habrá cerca de 2,6 millones de robots industriales en todo el
mundo. Muchas funciones mecánicas en fábricas de ensamblaje las desempeñan
desde hace décadas.

Hasta 800 millones de personas (o 30% de la fuerza laboral


mundial) tendrían que buscar un nuevo trabajo de aquí a 2030 por
culpa de la automatización.
Pero ya se están moviendo a todo tipo de sectores. En las instituciones de
educación superior identifican estudiantes en riesgo de deserción por medio
del big data. En el mundo del arte, el software Watson Beat, de IBM, crea
canciones autónomamente. Ya incluso son robots (teacher bots) los que le
enseñan a otros robots a reconocer imágenes o analizar patrones.

Según el estudio “Jobs lost, jobs gained: Workforce transitions in a time of


automation”, publicado en 2017 por la firma McKinsey & Co, hasta 800 millones
de personas (o 30% de la fuerza laboral mundial) tendrían que buscar un
nuevo trabajo de aquí a 2030 por culpa de la automatización, según las
tecnologías probadas hasta el momento.

Puede leer: ¿Cuántos empleos se han perdido por culpa de la tecnología?

Ese es el escenario más catastrófico. “Aunque la mitad de las actividades


laborales tiene el potencial de ser automatizada por tecnologías probadas
actualmente, la proporción de trabajos desplazados será probablemente más baja
por factores técnicos, económicos y sociales que afectan su adopción”, asegura el
informe.

El cálculo es altamente incierto, y no hay manera de asegurar qué sucederá en


doce años. Diferentes metodologías varían en sus estimados –el estudio de
McKinsey sugiere, en un escenario más amable, que cambiaría solo el 15% de
la fuerza laboral–.

Depende también de la región. En Estados Unidos, los pronósticos oscilan entre


un 7% y un 47% de empleos automatizables; en Japón, entre 6% y 55%; en
Bolivia, entre 2% y 41%. En cuanto a Colombia, entre un 20% y 30%, según
Deloitte.

“Las actividades más susceptibles son las que implican trabajo


físico y las que se dan en ambientes predecibles, como operar
maquinaria o preparar comida rápida. La automatización tendrá un
menor impacto en los empleos con interacciones sociales”

Depende así mismo del área laboral. El sector financiero, por ejemplo, tiene
una probabilidad bastante alta de robotizarse. Lo que ocurrió en Sberbank no
es un accidente: Bank of America pasó de tener 288.000 personas en 2010 a
204.000 en 2018; en Sudáfrica, el Nedbank anunció el pasado marzo el despido
de 3.000 trabajadores; en Suecia, el Banco Nordea eliminó 6.000 puestos;
en Japón, el grupo financiero Mitsubishi UFJ planea sustituir 9.500, casi lo mismo
que el Citigroup, que podría recortar 10.000 (la mitad de su equipo de tecnología y
operaciones), según el Financial Times. Todos por la misma razón: automatización
de funciones.
De acuerdo con el informe de McKinsey, “las actividades más susceptibles son las
que implican trabajo físico y las que se dan en ambientes predecibles, como
operar maquinaria o preparar comida rápida [...] La automatización tendrá un
menor impacto en los empleos con interacciones sociales, donde las máquinas no
pueden desempeñarse como los humanos por el momento”.

Si le da curiosidad, puede consultar la susceptibilidad de automatización de


su ocupación en este link.

Los nuevos trabajos


Este tipo de pronósticos fatalistas no son atípicos. Hace 240 años, Ned Ludd, un
obrero de Leicestershire, Inglaterra, rompió dos tricotosas en un ataque de furia
por las dificultades laborales que empezaban a sentir los trabajadores ante el
surgimiento de estas máquinas para tejer.

Hoy hay poca claridad sobre la autenticidad histórica de este personaje, pero a
principios del siglo XIX se convirtió en el símbolo del movimiento ludita, que
adoptó su nombre y participó en manifestaciones, disturbios y quemas de fábricas
y molinos en todo el país.

Le puede interesar: Más tecnología para Colombia, más oportunidades para


competir

Según el Informe sobre el desarrollo mundial 2019 (WDR, por sus siglas en
inglés), del Banco Mundial, sobre “la naturaleza cambiante del trabajo”: “No ha
habido un momento de la historia en que la humanidad no esté preocupada
por dónde lo llevará su talento para innovar. En el siglo XIX, Karl Marx le
preocupaba que ‘las máquinas actúen como una competencia superior al
trabajador’. John Maynard Keynes advirtió en 1930 sobre el desempleo que
surgiría de la tecnología. Sin embargo, la innovación ha mejorado una y otra vez
los estándares de vida”.

La inversión en tecnología podría crear entre 20 y 50 millones de


trabajos en el mundo.

Si se tiene en cuenta la evidencia histórica, la tecnología siempre ha generado


más puestos laborales de los que ha destruido. Desde 1980, la introducción
del computador portátil creó 18,5 millones de trabajos, solo en Estados Unidos. Y
en Europa, la economía de apps ha creado 1,6 millones.

Un estudio de Deloitte encontró que en Reino Unido la IA ha destruido 800 mil


empleos desde 2001, pero propiciado 3,5 millones nuevos. Además, estos pagan
en promedio 13.000 dólares al año más. Con cada nueva tecnología en la historia
ha ocurrido el mismo resultado.

Le puede interesar: El trabajo del futuro: no será apocalíptico, pero sí desafiante


El estudio de McKinsey estima que para 2030 la inversión en tecnología podría
crear entre 20 y 50 millones de trabajos en el mundo. Si a eso se le suman los
280 que se pueden generar en los próximos diez años por el aumento del
consumo, principalmente en economías emergentes, el impacto de la
automatización no parece tan grave.

“Es difícil tener conclusiones sobre cómo serán las tareas del futuro”,señala
Paolo Falco, economista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (Ocde). “Es más fácil saber cuáles de las labores que realizamos hoy
se podrán reemplazar. La tecnología creará cientos de trabajos nuevos de los que
no tenemos ni idea ahora”.

Es fundamental desarrollar una fuerza laboral con más


competencias de alta complejidad intelectual (como análisis de
datos y pensamiento crítico) y competencias socioemocionales
(como la sociabilidad, la resiliencia y la empatía).

Sin embargo, incluso en los panoramas más tecnooptimistas, la rapidez del


cambio produce inquietudes. Una transición abrupta, señala el estudio de
McKinsey, resultaría en un crecimiento súbito del desempleo y en mayores
iniquidades.

Frente a esta posibilidad, es fundamental desarrollar una fuerza laboral con


más competencias de alta complejidad intelectual (como análisis de datos y
pensamiento crítico) y competencias socioemocionales (como la sociabilidad, la
resiliencia y la empatía).

Estas son, a la vez, las más difíciles de automatizar y las más transversales, útiles
sin importar el campo laboral al que se dedique; es decir, donde los empleados
pueden encontrar un valor agregado. Y, por otro lado, una fuerza laboral que
pueda adaptarse a los cambios más fácilmente, actualizarse al mismo ritmo que
los avances tecnológicos.

En contexto: Jaime Saavedra: "Cómo sobrevivir en el mercado laboral del futuro"

Menos humanos-robots, más humanos-humanos


En 2016, The New York Times reportó el caso de Sherry Johnson, una georgiana
de 56 años que había perdido su trabajo por la automatización. No una sino dos
veces. La primera vez, en un periódico local en el pueblo de Marietta, donde se
encargaba de manejar las impresoras. Luego en una fábrica de máquinas
médicas. Antes de retirarse, Johnson terminó trabajando en un refugio de
animales, el empleo que más feliz la hizo. Allá no podía sustituirla un robot, que
no tiene cómo “darles atención y cariño”.

“Los líderes empresariales están buscando gente con capacidad


de liderazgo y comunicación oral y escrita; con inteligencia
emocional, que no peleen por cualquier cosa, pero que sepan
defender su punto de vista amable y correctamente".

Razón no le faltaba. La capacidad de relacionarnos socialmente (incluso con los


animales) es una parte indispensable de las competencias humanas. Es tan
importante que es fácil subestimar su relevancia en el mundo laboral; pero varios
estudios han demostrado la relación entre el manejo comportamental y la
obtención y retención de empleos a largo plazo.

No en vano, el 79% de las habilidades más demandadas por las empresas es


de tipo socioemocional, de acuerdo con el documento de trabajo “Employer
Voices, Employer Demands”, realizado en 2016 por analistas del Banco Mundial,
el cual revisó 24 estudios sobre el tema.

Incluso en Colombia, donde el impacto de la cuarta revolución industrial ha sido


menos fuerte que en otros países, los empleadores están urgidos de esas
competencias. Según un estudio realizado por Manpowergroup en 2017, “los
líderes empresariales están buscando gente con capacidad de liderazgo y
comunicación oral y escrita; con inteligencia emocional, que no peleen por
cualquier cosa, pero que sepan defender su punto de vista amable y
correctamente; y, especialmente, con flexibilidad cognitiva, que tengan la
curiosidad y la facilidad de aprender, desaprender y reaprender”, dijo Juan David
Tous, gerente de comunicaciones de esta multinacional en Colombia.

Relacionado: El liderazgo como primer instrumento para cambiar el mundo

¿Qué explica la creciente importancia de las competencias socioemocionales en el


mercado laboral? Según el documento del Banco Mundial, “que las
computadoras todavía son muy malas para simular la interacción humana.
Leer la mente de otros y reaccionar es un proceso inconsciente, desarrollado por
miles de años de evolución. En el ambiente laboral, es fundamental que las
personas sean capaces de trabajar en equipo, resaltar las ventajas
individuales y de adaptarse a los cambios. Esa interacción rutinaria es el
núcleo de la ventaja humana sobre las máquinas”.

Las competencias socioemocionales tienen otra ventaja más: son transversales.


Son casi igual de útiles en cualquier campo laboral. Sherry Johnson no necesitó
reaprender un nuevo set de competencias para incorporarse a un nuevo trabajo.

Las habilidades socioemocionales son entre 2,5 y 4 veces más


importantes que las cognitivas para propiciar la movilización
social.

Diferentes competencias blandas pesan más en distintas labores. Según el


estudio “Social and Emotional Skills”, de la Ocde, las competencias que mejor
predicen el buen desempeño laboral y el salario son: la persistencia, el
autocontrol, la confiabilidad y la orientación al logro.

La extroversión es buena para predecir el desempeño en trabajos gerenciales y en


ventas. La regulación emocional es especialmente importante en trabajos con
fechas de entrega y alto nivel de estrés, y la apertura a la experiencia para
trabajos científicos.

Un dato interesante es que las habilidades socioemocionales son “entre 2,5 y


cuatro veces más importantes que las cognitivas para personas de bajos
ingresos”; esto señala su relevancia como vehículo de movilidad social.

Lea también: 10 habilidades que debe promover la educación en el siglo XXI,


según la OCDE

La generación de los datos

Ciertas competencias técnicas de alto nivel también serán muy importantes en el


mundo laboral. Dos de ellas se están posicionando como las más
solicitadas: programación y análisis de datos.

Salvo las relacionadas con Marketing y Análisis de Negocios, Ingeniería Eléctrica y


Diseño Automotriz, las 25 competencias duras más requeridas por empleadores
en el mundo implican algún grado de conocimiento de estas, según un estudio
de LinkedIn publicado el pasado enero.

Para hacerse una idea de hacia dónde está yendo el mundo, las cinco más
demandadas son Computación en la Nube, Minería de Datos, Administración
de las Tecnologías de la Información y Desarrollo Web.

De hecho, un informe de Burning Glassdoor Technologies y Oracle Academy


sugiere que la mitad de los trabajos en el primer cuartil de ingresos (más de
57.000 dólares al año) requiere conocimiento de programación.

En contexto: ¿Qué es el Big Data?

Y, sin embargo, solo 18% de estos posiciones exigían un título en Ciencias


Computacionales, lo que hace pensar que, conforme avanza el mundo digital, el
lenguaje de la programación se vuelve una competencia transversal, más allá de
la Ingeniería de Sistemas.

No es un accidente que Harvard tenga curso de Programación para


Abogados, en el que los futuros juristas aprenden a hacer “lobby con
análisis de datos, automatizar litigios en masa e investigar de manera online”, y
que el Imperial College de Londres ofrezca uno en “Lenguaje de Programación
para Médicos”. O que países como Reino Unido, Argentina y Singapur incluyan la
programación en sus bases curriculares para primaria y bachillerato.

Sin embargo, para Paolo Falco, estas de nada sirven sin creatividad. “Hay tareas
muy especializadas que hoy son relevantes. Pero pasa lo mismo que en la
programación, que se pensaba era de alto nivel técnico e imposible de
automatizar, y descubrimos que también la pueden hacer las máquinas.El nivel
técnico no es suficiente; tiene que ser acompañado del lado creativo”.

“Necesitamos pasar de modelos masivos de educación a formas


más personalizadas, que es lo que están pidiendo los jóvenes. Se
requiere una educación más flexible, al ritmo de cada quién".

Como señala el economista italiano, sin creatividad incluso el conocimiento


altamente técnico puede caer en desuso. Según un estudio de Deming y Kadeem
Noray de 2018, el alto retorno económico de las carreras aplicadas
en STEM (por las siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y
Matemáticas) disminuye, en promedio, un 50% en la primera década de vida
laboral, pues sus conocimientos quedan obsoletos.Muchos profesionales,
incluso, terminan abandonando esa área de trabajo.

De ahí la importancia de hacer las famosa conversión de estas carreras en


STEAM (agregándole un nuevo componente fundamental: el Arte).

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Repensar el sistema
“Un tema importante de resaltar”, señala Falco, “es que hablamos de
competencias blandas porque son las que necesitamos hoy”. Consideramos que
serán importantes en el futuro, por lo que muestran los avances tecnológicos de
punta hasta el momento. Pero quién sabe cuáles serán las que requeriremos
mañana.

Aún con todos los estudios sobre el tema, es importante recordar que el futuro de
la cuarta revolución industrial es incierto. En este sentido, lo primero, dice el
economista italiano, es implementar un sistema de adaptabilidad y flexibilidad
de la educación, incluso antes de pensar qué competencias enseñar.

“Debemos cambiar lo que venimos haciendo”, dice Maritza Rondón, rectora de


la Universidad Cooperativa de Colombia. “Necesitamos pasar de modelos masivos
de educación a formas más personalizadas, que es lo que están pidiendo los
jóvenes. Se requiere una educación más flexible, al ritmo de cada quién; que
reconozca los saberes de los alumnos. Si lo aprendió en la universidad de la
vida, ¡qué importa!”
En ese sentido, todavía le falta mucho al sistema educativo. En las instituciones
de educación superior en Colombia, aún no hay mecanismos para reconocer el
conocimiento informal de los estudiantes, algo importante para recibir a quienes
están interesados en estudiar y provienen de rutas no tradicionales.

El mundo todavía no tiene las condiciones necesarias para universalizar el


aprendizaje. “Un estudio de la Ocde próximo a salir muestra que los países están
poco preparados para el aprendizaje durante la vida. Hay estudios sobre el tema,
pero pocos programas comprobables”, dice Falco.

Ese es un último componente fundamental. Mañana, cuando un robot venga a


sustituir el trabajo de abogados, contadores o ejecutivos de cuenta en el banco
más grande de Rusia –o, para ese efecto, en cualquier otro lugar del mundo–, la
idea no es que los reemplace un recién egresado más preparado, sino que
los mismos empleados puedan volver al sistema para aprender y
reinventarse.

Está en las manos del sistema educativo evitar la catástrofe que significaría lo
contrario. Una responsabilidad bastante delicada.

Este artículo hace parte de la edición 39 de la revista Semana Educación. Si


quiere informarse sobre lo que pasa en educación en el país y en el
exterior, suscríbase ya llamando a los teléfonos (1) 607 3010 en Bogotá o en
la línea gratuita 018000-911100.

https://www.semana.com/educacion/articulo/cuarta-revolucion-industrial-una-
reforma-para-el-sistema-educativo/599090
NACIÓN | 1/23/2019 6:27:00 AM

Medellín liderará la cuarta


revolución industrial en América
Latina
Desde Davos, Suiza, donde se realiza el Foro Económico Mundial, se anunció que
la capital paisa tendrá el primer Centro para la Cuarta Revolución Industrial en la
región, su misión será desarrollar procesos de inteligencia artificial y ciencia de
datos.

 
Medellín liderará la cuarta revolución industrial en América Latina Foto: Diego Zuluaga

Medellín, la ciudad más innovadora de Colombia, que gracias a políticas públicas


en educación y cultura ha superado un pasado oscuro de violencia y narcotráfico,
sigue en el rumbo del cambio. Ahora desde Davos, Suiza, el director general de la
Red de Centros para la Cuarta Revolución Industrial del Foro Económico Mundial,
Murat Sonmez, y el presidente Iván Duque, anunciaron que la capital paisa será el
primero el primer Centro para la Cuarta Revolución Industrial en América Latina. 

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Foro Económico Mundial
La misión es que desde dicho centro se lideren desarrollos de inteligencia artificial
y ciencia de datos, entre otros. Este es el quinto centro que crea el Foro
Económico Mundial, los otros cuatro funcionan en India, China, Japón y Estados
Unidos, y se espera que empiece a funcionar este mismo año. “Desde Medellín
tendremos la posibilidad de que la Cuarta Revolución Industrial sea un momento
de crecimiento económico exponencial, que genere equidad y oportunidades para
la ciudadanía”, dijo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, desde Davos.

Según Gutiérrez, este logro es producto del trabajo que se ha realizado con el
Gobierno Nacional y el Banco Interamericano de Desarrollo: “Ellos fueron los
primeros que creyeron que era posible esta tarea y pusieron de su parte para
mostrar nuestras ventajas y llegar hasta Davos para contarle al mundo que
estamos listos para los retos del futuro”.

Puede leer: Inclusión, tema clave en la cumbre del Foro Económico Mundial

Procesos como los de Ruta N, donde se articulan procesos de investigación entre


universidad, empresas privadas y entidades públicas, han sido un grano de arena
para que ahora Medellín pueda liderar en la región una cuarta revolución
industrial, justo en dicho complejo tendrá lugar el centro. Y es que para tomar
dichas decisión, el Foro Económico Mundial tuvo en cuenta que en la ciudad se
invierten 1,2 billones de pesos en procesos de Ciencia, Tecnología e Innovación
en Medellín.

https://www.semana.com/nacion/articulo/medellin-tendra-el-primer-centro-para-la-
cuarta-revolucion-industrial-de-america-latina/598825
EDUCACIÓN | 5/28/2018 4:59:00 PM

Los trabajos de la cuarta revolución


industrial
Por LUISA FERNANDA SERRATO*

Con la llegada de las nuevas tecnologías, la educación superior necesita repensar


sus bases para poder avanzar, transformarse y evolucionar. ¿Cuáles son las
carreras del futuro?¿Cuáles son las áreas de formación que el país requiere?

 
Las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial cambiarán de manera contundente el
mercado laboral Foto: Pixabay

Con el nuevo año llegan nuevas tendencias laborales que pueden afectar no solo
la manera de trabajar, sino también las posibilidades que ofrecen las carreras
universitarias y las habilidades que se requieren en los estudiantes. Dentro de
cinco años, por ejemplo, más de un tercio de las habilidades (35%) que se
consideran importantes en la fuerza de trabajo actual habrán cambiado.

Puede leer: Sería capaz de tener 8 trabajos al mismo tiempo la dura realidad


de muchos profesores universitarios
Para 2020, la cuarta revolución industrial habrá traído robótica avanzada,
inteligencia artificial y aprendizaje automático. Estos desarrollos no solo
transformarán la forma en que vivimos, sino también la manera en la que
trabajamos; por lo que algunos puestos laborales desaparecerán, otros crecerán y
tareas que ni siquiera existen hoy se convertirán en algo común. Lo que es seguro
es que la fuerza de trabajo futura deberá alinear sus habilidades para seguir
vigente.

Potenciar habilidades                                                     

La creatividad se convertirá en una de las tres habilidades más importantes que


necesitarán los trabajadores. Con la avalancha de las nuevas tecnologías y las
nuevas formas de trabajo, los empleados tendrán que innovar en su forma de
pensar si quieren beneficiarse de estos cambios. La capacidad de negociación y la
flexibilidad ocupan un lugar destacado en la lista de habilidades para 2018; pero
esto cambiará a partir de 2020, pues comenzarán a descender de los 10 primeros
puestos a medida que las máquinas, utilizando grandes cantidades de
información, comiencen a realizar tareas por nosotros.

Natalia Jaramillo, directora de educación para Microsoft Colombia, asegura que


“las tendencias en tecnología, las nuevas condiciones de la población –como el
aumento en la longevidad–, y las transformaciones en los hábitos de trabajo en las
organizaciones están transformando la demanda de habilidades. En este sentido,
esta crecerá en carreras como matemáticas, ingeniería, computación,
investigación científica, liderazgo y entrenamiento dada la transformación del
sector productivo”. Jaramillo también afirma que las profesiones relacionadas con
las Ciencias Humanas crecerán en demanda dado los cambios poblacionales y
sociales. Transversal a todo tipo de disciplinas, algunas habilidades como
resolución de problemas seguirán vigentes, y otras, como la inteligencia emocional
y la flexibilidad cognitiva, tomarán más importancia en los próximos años.

¿Qué estudiar?

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Para nadie es un secreto que el éxito en el mundo laboral depende, en gran


medida, de la carrera que se estudió en la universidad. Con la llegada de las
nuevas tecnologías, la educación superior enfrentará retos pero también verá
grandes oportunidades, lo que hace necesario repensar la manera como ofrece
sus servicios. Las competencias tecnológicas tendrán que ser puestas en práctica
de la mano de las Ciencias Humanas. Asimismo, habrá un aumento en la
demanda de medicina, matemáticas, cuidado de las personas, liderazgo, y
educación.

De hecho, instituciones de educación superior como la Universidad del Rosario, le


están apostando a la formación de líderes capaces de adaptarse e innovar ante
los nuevos desafíos que trae la cuarta revolución industrial. Actualmente, cuentan
con un pregrado en Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación
(MACC), que recibió sus primeros estudiantes en 2017 y cuya fuerza laboral
empezará a vincularse al mercado en 2021.

El Observatorio para el Empleo en la Era Digital indica que ocho de


cada diez jóvenes, entre 20 y 30 años, encontrarán un empleo en
trabajos que aún no existen.

Valérie Gauthier, directora del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Ciencias


de la Computación de la universidad, asegura que lo que buscan con este tipo de
carreras es “formar a los jóvenes para que lideren la transformación digital del
país. Además, los estudiantes podrán profundizar en áreas de conocimiento como
analítica de datos, inteligencia artificial y seguridad digital, muy necesarias a nivel
mundial. Según datos del Ministerio de Tecnologías de la Información y
Comunicaciones, la necesidad de profesionales que dominen estos temas es
urgente”.

Interrupción en  la industria

No cabe duda de que el cambio en las profesiones del futuro dependerá mucho de
la industria. Los medios de comunicación y el entretenimiento, por ejemplo, ya han
experimentado una gran cantidad de transformaciones en los últimos años. Ahora,
la educación, especialmente las universidades y sus programas de pregrado,
deberán reinventarse y cambiar los paradigmas pedagógicos para superar los
desafíos venideros.

Natalia Jaramillo afirma que, así como el sector transporte (Uber) y el hotelero
(Airbnb), el sector educación está en un proceso de cambio, pasando de un
modelo de valor basado en la reputación de la universidad hacia uno centrado en
el desempeño y el valor agregado que se les pueda dar a los estudiantes. “Más
allá de crear un modelo de educación específico, las universidades deben
comenzar a entender al estudiante y su proceso académico para poder asegurar
logros de aprendizaje”, agrega.

Asimismo, deberán apostarle a la formación integral de sus alumnos, a fortalecer


los principios éticos y la sensibilidad social. “La formación universitaria no se limita
únicamente a los contenidos de las materias, los cuales son muy importantes, sino
también genera hábitos de estudio, capacidad de trabajo, de análisis, pensamiento
crítico, habilidades de trabajo en grupos multidisciplinarios, de manejo de presión,
entre otras. Esta formación, unida a la capacidad de aprender de manera
autónoma, adaptarse e innovar, logrará que los futuros profesionales afronten de
la mejor manera los retos que les imponen los cambios en la era de la economía
digital”, puntualiza Valérie Gauthier.

La educación está en medio de una transformación y es claro que el cambio no


dará espera, es por eso que los educadores y líderes empresariales deben ser
proactivos en capacitar a los más jóvenes, para que todos puedan beneficiarse de
la transición hacia la llamada “cuarta revolución industrial”. 

Le sugerimos: 5 fascinantes predicciones sobre el futuro de las


megaciudades

Las carreras del futuro

1. Manejo de bases de datos (Big Data).


2. Psicoterapia y conciliación.
3. Investigación científica (biólogos, químicos, matemáticos e
ingenieros enfocados enla investigación científica).
4. Ingeniería informática.
5. Ciencias del medio ambiente.
6. Atención y cuidados de la salud (médicos, terapeutas físicos,
enfermeras, optómetras, odontólogos y fonoaudiólogos).
7. Administración.
8. Finanzas.
9. Emprendimiento y liderazgo (Soft Skills).

Informe BLS Employment Matrix, dependencia de la Secretaría de Trabajo de


Estados Unidos

Las 10 habilidades para 2020

1. Resolución de problemas
2. Pensamiento crítico
3. Creatividad
4. Gestión de personal
5. Trabajo en equipo
6. Inteligencia emocional
7. Juicio y toma de decisiones
8. Orientación al servicio
9. Negociación
10. Flexibilidad cognitiva

Información de The World Economic Forum ‘The Future of Jobs’

*Coordinadora de contenido

Este artículo hace parte de la edición 32 de la revista Semana Educación.  Si


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futuro/569155

TECNOLOGÍA | 2/6/2016 12:00:00 AM

Empresas tecnológicas: la cuarta


revolución industrial
Mientras los petroleros se rascan la cabeza, los ejecutivos de Apple, Google, Microsoft y
Facebook descorchan champaña. Las grandes tecnológicas parecen inmunes a las
tempestades que padece la economía mundial.

Sergei Brin y
Larry Page Foto: A.P.

Las estrellas del reciente Foro Económico Mundial realizado en Davos un par de semanas
atrás no fueron los banqueros y mucho menos los petroleros. Ocuparon ese lugar las
empresas tecnológicas, las únicas que pueden sonreír en estos días de nerviosismo general.
Mientras los analistas y los hombres fuertes del mundo financiero trataban de ponerse de
acuerdo acerca de la magnitud de la próxima recesión y cuáles sectores económicos
resultarán más damnificados, las empresas de tecnología mostraban resultados
sorprendentes.

Durante la misma semana en que se hablaba de la fatiga de la economía china, la imparable


caída del petróleo y su impacto en los mercados bursátiles, la inminente quiebra de
numerosas economías que dependen del hidrocarburo y los flagelos derivados de las olas
migratorias a Europa, Apple dio a conocer sus cifras: entre octubre y diciembre obtuvo
utilidades netas por 18.400 millones de dólares, e ingresos por 74.600 millones. Lo logró
vendiendo teléfonos, tabletas y relojes, para lo cual necesitó menos de una quinta parte de
la fuerza laboral que requiere Volkswagen (con más de 500.000 empleados), y apenas el 6
por ciento de la compañía petrolera china (con 1,6 millones de empleados), que soportan
serios dolores de cabeza por estos días.

El foro mismo tenía como tema central la “cuarta revolución industrial” –así denominan a
la incorporación de las tecnologías digitales más recientes en los negocios– y el impacto
que ella traerá en la economía mundial. La inteligencia artificial aplicada a sistemas de big
data, robótica y el internet de las cosas hará ganar mucho dinero a los empresarios que la
están adoptando, pero destruirán al menos 7 millones de empleos en los próximos cinco
años, según un documento oficial de Davos. No obstante, la industrialización 4.0, como
también se le denomina a esta perspectiva, parece ser el único camino esperanzador.

Tres empresarios de tecnología y telecomunicaciones aparecen entre los cinco hombres más
ricos del mundo, según la reconocida lista Forbes: Bill Gates, Carlos Slim y Larry Ellison.
Pero Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, Jeff Bezos, de Amazon, y Larry Page y
Sergei Brin, propietarios de Google, figuran entre los 20 primeros. Por contraste, dos
décadas atrás encabezaban esta lista magnates petroleros, banqueros, constructores y
vendedores de armas.

Apple no es el único que hace sonar las trompetas. De hecho, la semana pasada Google
reveló los resultados del trimestre octubre-diciembre de 2015, ahora bajo el nombre
corporativo Alphabet (la matriz que alberga a Google, YouTube y demás negocios).
Alphabet, con una valoración de 554.000 millones de dólares, superó en diciembre a Apple
como la empresa más valiosa del mundo. Según el informe, hizo ventas en ese periodo por
74.500 millones de dólares y obtuvo utilidades netas por 21.000 millones de dólares, lo que
significa un crecimiento del 18 por ciento en relación con el mismo periodo de 2014. Lo
logró vendiendo anuncios publicitarios en su famoso buscador, en YouTube y en las apps
del sistema operativo Android, presente en el 52 por ciento de teléfonos móviles, para lo
cual necesitó apenas 53.600 empleados, menos del 4 por ciento de la fuerza laboral de
Walmart.

Incluso Facebook, la red social más grande de internet, cuyo modelo de negocio ha estado
en cuestión por años, reportó por primera vez desde su creación ganancias superiores a los
1.000 millones de dólares. En el mismo periodo de las empresas mencionadas
anteriormente, Facebook obtuvo utilidades netas de 1.562 millones de dólares e ingresos
totales de 5.480 millones. No es mucho frente a las cifras de Apple y Google, pero es
espectacular para una red social cuyo modelo de negocio parecía hasta hace poco muy
incierto. Lo logró vendiendo anuncios publicitarios en las páginas de sus 1.590 millones de
usuarios activos, y necesitó tan solo 9.200 empleados, apenas una fracción de los 462.000
del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), número uno en la lista Forbes.

Y el gigante Microsoft, con nueva estrategia y nuevo jefe, se sumó también a la lista de los
que sonríen en el mundo de los negocios. El último trimestre de 2015 le dejó ganancias
netas por 5.000 millones de dólares, e ingresos totales por 23.800 millones. La que por casi
dos décadas fue la más grande de las tecnológicas, parece haber encontrado la solución a
sus dificultades desde la llegada de Satya Nadella a la dirección de la compañía. Logró sus
resultados vendiendo tabletas Surface, consolas y juegos Xbox, el famoso paquete Office y
servicios en la nube mediante la plataforma Azure, para lo cual requirió de 120.000
empleados, menos de la tercera parte de los trabajadores de China Construction Bank, el
número dos de la lista Forbes.

Por supuesto, el sol no brilla igual para todas las tecnológicas. Twitter afronta serios
problemas y la semana pasada varios de sus altos ejecutivos saltaron del barco. El precio de
la acción cayó de 40,4 dólares a 16,9 en el último año y a lo largo de 2015 las pérdidas
trimestre a trimestre aumentaron 25 por ciento. Yahoo, otro de los históricos de la era
internet, no ha logrado revertir una caída que parece terminal. Lo más preocupante de la
‘nueva economía’ es que genera muy pocos puestos de trabajo. Para nadie es una sorpresa
que las tecnologías de punta traen como consecuencia una caída en el empleo. Lo vivieron
los trabajadores del siglo XVIII, durante la primera Revolución Industrial y se advierte
también en los tiempos actuales. Mientras, se perderán 7 millones de puestos de trabajo en
los próximos cinco años (la mayoría en oficinas, servicios y sector salud), la tecnología solo
compensará eso con 2 millones de nuevos empleos, la mayoría de los cuales están
destinados a personas con altos niveles educativos especializados, según el estudio
presentado en el Foro Económico Mundial.

Las tecnológicas tampoco aportan significativamente al acuciante problema de la


desigualdad y la injusta repartición de la riqueza en el planeta. De hecho, la concentración
de riqueza se ha agudizado dramáticamente en los últimos años, y el Foro de Davos puso
este tema sobre la mesa. Un estudio de la organización humanitaria Oxfam indica que hace
cinco años 388 individuos atesoraban la misma cantidad de dinero que 3.600 millones de
personas, la mitad más pobre de la población mundial. Hoy esa elite se ha reducido a 62. El
informe Una economía al servicio del 1 por ciento, presentado en Davos, calculó que el 1
por ciento de los habitantes de la Tierra posee la misma cantidad de dinero que el 99 por
ciento restante. Por eso, Amira Yahyaoui, miembro de la mesa directiva del Foro
Económico Mundial, expresó en medio del debate que “la cuarta revolución industrial debe
ser ante todo una revolución de los valores”.

https://www.semana.com/economia/articulo/apple-microsoft-facebook-google-
inmunes-a-crisis/459491

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