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Imagen de microscopía electrónica de barrido de una muestra de epitelio cúbico
monoestratificado de los bronquiolos, en la que se observan algunas células
ciliadas y otras no ciliadas con microvellosidades.
Los cilios (Et: del latín cilĭum, ceja, o tal vez del legítimo griego κυλίς,
kilis, párpado o pestaña),1 son unas estructuras celulares que se caracterizan por
presentarse como apéndices cortos con aspecto de pestaña, que contienen una
estructura central altamente ordenada, constituida generalmente por más de 600
tipos de proteínas, envuelta por el citosol y la membrana plasmática. Algunos
autores se refieren a las proteínas relacionadas con la función ciliar como
"cilioma".2 Principalmente se trata de microtúbulos, que forman la parte central,
llamada axonema.34
La distinción entre estos últimos se basa principalmente en su tamaño (unos 12-14
μm), número por célula (suelen ser muchos, con excepción de los cilios primarios y
nodales,5 mientras que los flagelos uno o dos) y en su caso, por el patrón de
movimiento (los cilios baten como un remo, son inmóviles o crean un vórtice,
mientras que los flagelos no ondulan).
Casi todos los eucariotas poseen células ciliadas, salvo los que tienen pared
celular, que carecen habitualmente de ellos. Esto es especialmente cierto para los
hongos y rodofíceas.11 En plantas existen las notables excepciones de algunos
espermatozoides, como los de Ginkgo biloba o Cycas revoluta y los de criptógamas.12
Los organismos aciliados tampoco poseen centriolos, por lo que algunos científicos
creen que la función específica de estos es la formación de cilios o flagelos.13
Significativamente, estos organismos tampoco poseen las tubulinas "especiales" (δ,
ε, ζ y η) que permiten organizar el centriolo.14 En vertebrados, prácticamente
todos los tipos celulares tienen cilios o proceden de células que los tuvieron.15
Los cilios móviles forman parte del epitelio del aparato respiratorio, del epéndimo
o del aparato reproductor,16 mientras que los primarios se hallan virtualmente en
cualquier tipo celular, como osteocitos, túbulo renal, fibroblastos y neuronas.9
Dado su ubicuidad, están implicados en las funciones más diversas. Los cilios
móviles intervienen a la propulsión de organismos unicelulares, la limpieza de las
vías respiratorias y el desplazamiento de los gametos, pero también contribuyen a
regular el balance hídrico en los órganos excretores, la circulación de fluidos en
la cavidad celómica, el sistema nervioso, el filtrado de partículas en las
branquias. Los sensoriales contribuyen al reconocimiento de individuos compatibles
en el apareamiento de protistas, mecanorrecepción en artrópodos, geotaxis en
moluscos, reconocimiento y anclaje al hospedador en protistas parásitos y
quimiorrecepción en vertebrados.17
Algunas elementos celulares, como los estereocilios pueden confundirse con los
cilios al microscopio óptico, pero en realidad están estructuralmente relacionados
con las microvellosidades.18
Índice
1 Historia
2 Métodos de estudio
3 Membrana ciliar
3.1 Dominio periciliar
3.2 Base de la membrana ciliar
3.3 Membrana del tallo ciliar
3.4 Especializaciones apicales
3.5 Formación de la membrana
4 Control de la morfología y la función
5 Movimiento
5.1 Coordinación y control
6 Ciliogénesis
6.1 Vía acentriolar
7 Transporte intraflagelar
8 Evolución
8.1 Teorías del origen endosimbionte
8.2 Teorías de origen viral
9 Véase también
10 Referencias
11 Enlaces externos
Historia
Otto Friedrich Müller, naturalista danés que acuñó el término "cilio" para los
"pies increíblemente finos" que observó Leuwenhoek en los animálculos.
Métodos de estudio
Imagen de alta resolución de la biopsia de un paciente con quiste hepático ciliado
de intestino proximal. La preparación está realizada mediante tinción con
hematoxilina-eosina y en su parte superior se puede observar el epitelio columnar
ciliado característico de este tipo de neoplasia.
Entre los organismos modelo que se han empleado en el estudio de diversos aspectos
de la estructura y la función de los cilios, debido a las ventajas que ofrecen,
cabe destacar los protozoos Tetrahymena, Chlamydomonas y Paramecium, el nemátodo
Caenorhabditis elegans, embriones de erizo de mar o distintos tejidos de mamífero,
como las células epiteliales de vías aéreas, células tubulares renales o células
embrionarias nodales.26
Mediante el uso del colorante laurdan se ha puesto en evidencia que posee una
bicapa lipídica altamente condensada y ordenada, con un contenido en colesterol
libre y abundancia de balsas lipídicas característica.40
En muchas especies y tipos celulares, y especialmente en los cilios de vías aéreas
y oviducto se encuentra asociada una estructura especializada, el "collar ciliar",
un complejo membrana-citoesqueleto en forma de collar de perlas en espiral, situado
donde los microtúbulos y el cuerpo basal hacen contacto con la membrana plasmática
y descubierto en 1972 mediante técnicas de criofractura. Está formado por varias
"vueltas", en número dependiente de la especie y tipo celular, de partículas de
intramembrana con extensiones espinosas que las conectan con cada doblete del
cuerpo basal debajo de la zona de transición con el axonema. Se le atribuye la
función de anclar el cuerpo basal a la membrana plasmática, pero además, en
proximidad con esta zona especializada se han encontrado proteínas de transporte,
lo que sugiere que se trata de un lugar en el que se ensamblan las cargas dirigidas
hacia el axonema y el resto de la membrana ciliar. También se piensa que junto con
la zona densa lipídica constituye una barrera que impide la difusión de las
proteínas del resto de la célula a la membrana y al citoplasma ciliar por lo que en
ocasiones se le ha denominado "complejo de poro ciliar", en alusión al poro
nuclear, con el que guarda además relación filogenética.14 Aunque la naturaleza de
las proteínas que la forman aún no se ha caracterizado, se ha visto que están
implicadas en el transporte de calcio.39 Una proteína característica de este
domino, presente en varios tipos ciliares, es el regulador de la GTPasa de la
retinitis pigmentosa (RPGR). La importancia estructural del collar se manifiesta
por el hecho de que queda desestructurado en infecciones por Bordatella pertussis y
Micoplasma. También porque el punto de ruptura en la deciliación por Ca2+ sucede
justo por encima de él, persistiendo tras la eliminación del cilio.41
Membrana del tallo ciliar
Especializaciones apicales
En muchos cilios se observa que se pierde la estructura del axonema típico y sólo
continúan hasta el ápice del cilio los túbulos A del doblete, así como los dobletes
centrales. En esta zona de la membrana que se adelgaza, se ha observado una
proteína, llamada "sentan" palabra que procede del japonés: punta (尖端 sentan?),
que en ratón tiene una masa molecular de 16,4 KDa, específica de células
epiteliales ciliadas. Se observa que anclan los singletes de microtúbulos de la
porción apical a la membrana, que dada la abundancia de ésta proteína, distingue un
dominio que en ocasiones se ha denominado "dominio sentan".45 También en muchas
ocasiones puede observarse en la parte más alta del cilio un número variable (3-
7)de púas. Se trata de proteínas con glicocálix, que forman la llamada "corona
ciliar", de unos 31 nm y que presenta una estructura periódica a microscopía
electrónica de transmisión. Cuando se disuelve mediante detergentes la membrana
ciliar, persiste la estructura, por lo que es evidente que está anclada al axonema.
Algunas funciones que se le suponen son el ensamblaje de microtúbulos, movimiento
ciliar y transporte mucociliar.46
Formación de la membrana
En el resto de los casos parece que las vesículas parecen unirse en la parte
inmediatamente próxima al cilio. En vertebrados parece que la proteína Rab8 regul
el transporte de proteínas de membrana al cilio. También parecen ser esenciales el
componente del transporte intraflagelar IFT20 y su interactuante GMAP210 en el
transporte de proteínas (p. ej. Policistina 2) desde el aparato de Golgi a la
membrana ciliar.44
Control de la morfología y la función
El control de los cilios es fundamental en los protozoos ciliados que las emplean
para cazar otros protozoos y alimentarse con ellos. Para seguirlos, alcanzarlos,
poner su estoma o "boca celular" en posición, retrocediendo si es necesario, para
luego comérselos, es menester controlar la natación. Este control se logra por
medios eléctricos. Los valores del campo eléctrico en la membrana exterior del
protozoo, de donde emergen los cilios o cilias, "dibujan" los movimientos de la
presa cercana. Estos le son revelados por las presiones del agua, que interfieren
con las oscilaciones u ondas eléctricas que realizan el control.
Evolución
En 1970 Lynn Margulis en su obra "el origen de las células eucariotas" propone que
los cilios proceden de un evento de endosimbiosis con organismos semejantes a las
espiroquetas, de forma semejante a como los parabasálidos, parásitos de termitas
las utilizan hoy en día como órgano de locomoción.61 A lo largo de su carrera,
Margulis, aunque admitió en 1994 que no había ninguna proteína de tipo tubulina en
espiroquetas, continuó defendiendo esta teoría, que en su actual formulación afirma
que la adquisición de undulipodios en el antepasado común de los eucariotas fue
anterior a la presencia de mitocondrias. El primer protista "cariomastigonte"(de
karion = núcleo + mastix = látigo o flagelo) se trataría de una quimera que
procedería de la fusión de una arquea de tipo Thermoplasma, sin pared celular y
resistente ácidos calientes gracias a que su ADN está protegido por proteínas de
tipo histona con espiroquetas simbiontes microaerófilas como Leptospira, que
buscaban refugio y alimento junto a estas últimas, protegiéndolas de las
fluctuaciones en los niveles de oxígeno por la conversión de sulfuro en sulfato,
que además puede ser utilizado por las arqueas como aceptor final de la cadena de
transporte de electrones. Este organismo desarrolló citoesqueleto, un núcleo
formado por la fusión de ambos materiales genéticos que aún permanece vinculado a
las proteínas de movilidad. El undulipodio permanecería unido al núcleo por un
rizoplasto y un aparato parabasal (Golgi). El ambiente variable donde surgió
explicaría la variedad de sensores asociados.62 La "teoría de la espiroqueta"
cuenta con numerosas críticas, principalmente debido a que no se encuentran
homologías estructurales entre los cilios y los aparatos motores de espiroquetas, y
la mayor parte de las proteínas esenciales tienen homólogas solo en arqueas.6364
Satir contesta a esta teoría advirtiendo que, además no existe una doble membrana
como sería de esperar en el caso endosimbionte, y que las espiroquetas no poseen
centriolos.60
Expuesta por Peter Satir y colaboradores.66 El primer punto que sugiere un origen
viral además de que tiene una formación con apariencia de replicación
semiconservativa y está acoplada al ciclo celular y a la mitosis, los centriolos
surgen en masa de un centro fibrogranular, de forma muy semejante a como lo hacen
los virus. Además existe un , que contiene un dominio de transcriptasa inversa
típica de retrovirus. Así mismo se sabe que estos se unen al centrosoma,
interfiriendo en ocasiones a sus funciones.
Según Satir, el origen viral explicaría algunos rasgos, como la simetría en nueve
ejes y su enantiomorfismo con diferenciación proximal-distal, lo que recuerda las
simetrías de placa basal de algunos virus. Se predice que la tectina y otras
proteínas "en cinta" serían aportadas por el virus hipotético. Estas proteínas
están relacionadas filogenéticamente con los filamentos intermedios y las láminas
nucleares, con lo que según la teoría viral, éstas proteínas evolucionarían después
de la incorporación al genoma del virus.
La secuencia evolutiva que se proponen para el cilio según esta teoría serían la
siguiente:66