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Reflexiones antropológicas
sobre temas filosóficos
\il» ,PtJ?,§§"..,.,,."
Los capítulos del presente volumen se han extraído de Available Light, publicado en inglés'
en 2000, por Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey
Prefacio t1
Agradecimientos . 19
extranamlento: Taylor y
las ciencias naturales ll)
4. El legado de Thomas Kuhn: el texto apropiado
en el momento justo B5
5. Una pizca de destino: la religión como experiencia,
significado, identidad, poder 145
6. Acta del desequilibrio: la psicología cultural de
Jerome Bruner 17 7
7 Cultura, mente, cerebro/cerebro, mente, cultura . . . . 191
10 neprpxtoNES ANTRoPoTÓctc'ts soBRE TEMAS FILosÓFlcos
269
Índice analítico y de nombres
Pnsr.ecro
Princeton,
agosto del999
AcnannctuIENTos
Capítulo 6: de Próxi
ker (comps.), Language'
logy of Jerome Bruner, Londre
fuà originalmente Publicada
Books, 10 de abril de 1997 .
OgBRTURA
La BunruJa
o, he aPrendid
pro af Úna carrera
à.1 . Entré en el m
había de historia Pa-
ra ingres 1946 sali áe
la Marin do Por muY
ntes
Quería
afros.
pero ninguna uno
famoso. Y, m
O, para ser más exactos, nosotros teníamos la G.I' Bill: mi-
llones de nosotfos. Como se ha contado en muchas ocasiones
un documental en teleüsión sobre este tema hace apro-
-hubo
ximadamente un afro y hay un libro sobre ello, con el apropiado
título de when Drearns come True-, la afluencia de resueltos
veteranos, dos millones y medio de nosotros, en los campus de
las facultades en el lustro que siguió inmediatamente a 1945
alteró, de manera súbita y paÍa siempre, todos los aspectos
completos de la educación superior en este país' Eramos mayo-
res, habíamos vivido algo de lo que ni nuestros compaõeros ni
vagamente
ciones educacionales: la pequefla, pequefra ciudad'
í'ffif.1iJ,3áil;"fl$::l;
habitual, sino a la psicolog iaylasociología'
É" me diio' el
"'u'
lugar idóneo Para mí'
Talvez.No tenía nada que objetar' Pero 1o que remachaba
lacosaeraque(yésta.slapurt"másdifícildecreer)elAmeri-
can Councii of iearned Societies acababa
de instituir un pro-
PASO Y ACCIDENTE: UNA VIDA DE APRENDIZAJE 27
CeNretaNoo DE'IEMA
A ra ssprna
EL ESTADO DE LA CUESTION
Zrc;zx-,
mente en mis mânos hace unos aõos y cuya teoúa era que los
macedonios derivaban originariamente de Escocia, dado que
todos ellos tocaban la gaita.
De todo esto se derivan ciertos resultados, además de un
buen número de finos ejemplos de cómo el alcance de una per-
sona sobrepasa su comprensión; pero, sin duda, el resultado
más importante es una crisis de identidad permanente. A los
antropólogos se les suele preguntar, y ellos también se planteân
a sí mismos la misma pregunta, en qué difiere su tarea de la que
realiza el sociólogo, el historiadot, el psicólogo o el científico
político, pero cârecen de respuesta, al margen de que muchas
veces no exista tal respuesta. Los esfuerzos por definir su espa-
cio van desde argumentos despreocupados de corte <<club sociaL>
(<<somos todos de alguna manera el mismo tipo cle gente; pen-
samos de la misma manera>>) a los llanamente institucionales
antropólogo es alguien entrenado en un departamento de
(<<un
antropología»). De todos modos, ninguna de estas respuestas
es plenamente satisfactoria. No es que nosotros estudiemos
gentes <<tribales» o <<primitivâs>>, pues en la actualidad la ma-
yoría de nosotros no lo hacemos y, de todos modos, no anda-
mos tan seguros de saber lo que es, si es que es algo, una tribu
o un primitivo, ni tampoco que analicemos <<otras sociedades>>,
porque la mayoría de nosotros. estudiamos las nuestras, te-
niendo en cuenta además que cada vezhay más entre nosotros
que pertenecen a esas tales <<otras sociedades>>: sri lankenses,
nigerianos, japoneses. No se trata tampoco de que estudiemos
.<cultura>>, <.formas de vida» o <<el punto de vista del nativo>>,
porque en estos tiempos hermenéutico-semióticos iquién no
lo hace?
No hay nada particularmente nuevo en el estado de la cues-
tión. Ya era así en sus inicios, fueran cuando fueran (2Rivers?
lTylor? 4Herder? iHeródoto?) y, sin duda, será así en sus pos-
trimerías, si es que alguna vezllegan. Pero en afros recientes ha
ganado cierta fuerza y ha dado pie a cierta ansiedad que no se
EL H,srADo ur re cuesrróu 45
Jv
fo
chaftenDersus Naturuissenschafteniy lo ha hecho de modo espe-
cialmente virulento y degradado; un déjà uu, de nuevo. Avan-
zando en zigzagen estos úldmos tiempos, como dijo Forster en
cierta ocasión refiriéndose a la India en su búsqueda de un lu-
gar entre las naciones, la antropología se ha visto cada vez más
dividida entre aquellos que extenderían y ampliaúan la tradi-
ción recibida que rechaza ante todo la dicotomía histo-
-aquella
ricista/cientifista y que, juntó a \X/eber, Tocqueville, Burckhardt,
Peirce o Montesquieu suefra con una science humaine- y âque-
llos otros que, temerosos de ser obligados a dejar la mesa por
no vestir adecuadamente, transformarían el campo en algún ti-
po de física social, completada con leyes, formalismos y prue-
bas apodícticas.
En esta batalla cada vez más encarnizada qlue se desenca-
dena tanto en citas académicas en ámbitos refinados como en
<<reevaluaciones>> de obras clásicas hechas con una mirada rup-
turista, los cazadores de paradigmas tienen las mejores cartâs,
al menos en Estados Unidos, donde, declarándose a sí mismos
<<la corriente principal>>, dominan las fuentes de financiación,
EL ES'IADO DE LA CUESTION 5l
Cur-runa DE GUERRA
r muestra que,loq{+e
or gánica>>, «rígida» y «p s eudohistórica» ),,
aún nos invade es el modelo irracionalista de mentalidad'pii-
mitiva,-Lévy-Bruhl, Lévi-Strauss, los aztecas de Tzvetan To-
dorov y el Freud de Tótem y tabú, que pensaba que los nifros,
los salvajes y los psicóticos tienen todos algo en común.
Lo que está en juego es, por tanto, una pregunta que ha ase-
diado a la antropología durante más de cien afros y que nos sigue
asediando aún más en este mundo descolonizado en el que tra-
bajamos: lqué podemos hacer anteptírcicas culturales que nos re-
sultan tan extrafras e ilógicas? ;Cómo son de extraãas7 iCómo
EI, ES.IADO DD LA CUL,STIÓN 63
4 Ninguno de los dos autotes tienc mucho que decir al respecto, aunquc C)be-
yesekerc promete una biografía psicoanalítica de Cook, cn la que ofrece la imagen que
Cook tenía de sí mismo como un Próspero <<domesticando uná tierra salvaje>, cuando
en verdad eÍa un KuÍz c;uc <<se convierte en el mismo salvaie que él dcsprecia» hasta
llegar a su «complejo scxual>r, donde tal vez sc rros ofrezca más Para un cxmen cx
tenso del entomo culrural (el Cambridge de \Vordsworth), clel que surgió un explorador-
descubridor, un joven astrónomo ascsinaclo de marera similar a como lo fue Cook, pero
en Oahu y treinta afros después, véase Greg Dcning, Tbe Death of Wl.lliar,u Cooch: A
Hisnry\ Anthropology,Llonololu, University of Hawaii Press, 1995
64 nErr.exroNES ANTRopoLoGrcÂs soBRE TEMAS FILosoFICos
Las úctimas ultimas [...] son las gentes hawaianas. El buen sen-
tido empírico de Occidente sustituye su propia manera de ver las co-
sas, la abandona con una historia ficticia y una etnografía pidgin. [...1
Los rituales tradicionales [...] se han desvanecido; se han borrado las
brechas sociales sobre las que gira la historia hawaiana. Los hawaia-
nos salen a escena como las úctimas inocentes de la ideología euro-
pea. Privados [...] de acción y cúura, su historia se reduce a la
ausencia de sentido: vivieron, sufrieron; y después murieron.
UN pasarrsMPo PRoFUNDo
5. P Clastres, Chronicle of the Guayaki Indians, Nueva York, Zone Books, 1998.
(Publicado originalmente como Chronique des indiens Guayaki,Irarís, Plon, 1972) (trad.
cast.: Crónica de los indios guayaquís: lo que saben los aché, cazadores nómadas del Para'
guay,Barcelona, Alta Fulla, 1998).
68 nsplnxroNEs ANTRoporócrcRs soBRE TEMAS prlosórrcos
6. J. Clifford, R outes: '|'rauel and Translation in the Late Tuentieth Century, Cam-
bridge, Harvard University Press, 1997.
7. Ibid., pâgs. 21, 5, 2, 11.
7O NPTT,BXTONES ANTROPOLOGICAS SOBRE TEMAS FILOSÓFICOS
6).
', ?u$Í':il:T';:
la sdva- son, de
15 lbid., págs.345-346
74 REFLExIoNES ANTRopoLoGtcAS soBRF. TEMAS FILoSóFICos
e de sacrilegio, de conquista
o
y pfogreso, ellos no tuvieron
acer. [..,] Había muerte en
sus
>>19
s exami-
dios que
Í-í::
giera que ellos representan la onda del fururo.2, Es cierto que çI-
primitivismo rousseauniano de Clastres, la idea de que los .<sal-
vajes>> son radicaimente distintos a nosotros, más auténticos
que nosotros, moralmente superiores y de que lo único que ne-
cesitan es ser protegidos, presumiblemente por nosotros, de
nuestrâ codicia y nuestra crueldad {19-'ç-s-tá-en boga hoy día,
salvo en círculos New Age. (Clastres escribió otro libro antes
de morir, La sociedad contra el estado, en el que desarrolló de
manera más explícita, por no decir polémica, algunas de las
ideas expuestas en sr, Crónica, si bien el libro despertó escaso
interés.)26 Incluso aquellos que trabajan con ahínco para pro-
teger a puebios como cl cle ios guayaquís de la explotación de
Occidente no tratan de congelar sus culturas en el tiempo ni
de preservar sus sociedades metiéndolas en gelatina; intentan
que éstas hagan oír su voz en su pr,opio seguramente nada
tradicional- futuro. Pero lo que no está -y claro es que el tipo
de investigación a mo«lo de recorrido de media distancia que
Clifforcl practica y recomienda sca un avance respecto al tipo
de investigación envolvenre y obstinado que Clastres practica
con tanta cievoción.
Iloutes, que para Clifford es una extensión de su obra ante-
rior, muy alabaday denostada ,Dilemas de la cultura (de hecho,
un libro más potente, menos inconexo y mejor escrito qlue Rou-
/es), resulta una obra un poco dubitativa y balbuciente (1qué
puedo decir?, 1cómo decirloP, 2con qué derecho 1o hago), no
enteramente atribuible a su naturaleza exploratoria e inacaba-
Htsronra y
ÂNTRopoLoGÍA
En estos
mo, otras condías se oye hablar bastante, a veces
esperanza con csccpticis_
puesto impacto y casi siempre con ner., i,sir,r.,o i.l ,r_
dc la
toria Disci plin Antropología com,r (.iclrcie ,rbr. lu rtrr_
"comc
problerna a. {_ul; ie uisias ioliru.lr, .rr_i.rr,
ãl
c.n cierta i,útil sensat.rr;n;un
"r1,.,".
lado, ,ír;;;;,;;:
pública exhiben .i..to à.amatir_
a novedad del frente académico:
íos>>; ihan caducado las fechas?
I parecer no hay de otra clase)
so significa el fin de la hi.storia
y, con ello, dela ruzón, dc la
li_
gina y de la civilización. Se or-
clases, se dan a-
a. Hay una dis a.
o en la calle lesulra ciifícii acla_
académica
con Malinowski o [a empezaron
con Lóvi-Strauss,
que piensan
bio, present anúopólogor, i.ráff...r.tes u hostiles
enes al eam_
estátiias de sociedades inmóviles
clise_
I:::,i, i:il!;,')i.:;;,i:":,::":':;';::;
EI_ ESr'ÁD() DE LA ciuESTI()N
83
84 REFLE*I.NES ANTRopoLócrcAS soBRE TEMAS Frlosór,rcos
de
>>
ha
i#:
modo en que vivimos ahoru. pero esto no es así cuando
;,T,ff::
mira-
mos a los lados. La burocr4cia, el pragmatismo o la
ciencia de
China nos recuerda posibleme.rtá lor.-nuesrros; pero
se trata
86 REFLE,IONES ANTRO,OL.GIaAS soBRE TEMAS Fr,,osorrcos
<n)
d.eapropiarsedelmundo>>,los.rd?:1"*iH1,i:*'":::
alcanzables cuanro más se. aceÍcan;;ü;".r
los mayas, ..ob_
jetos y úctimas de la creación
espafrola d"i-.rrdor, b;;;;;;
les parecen tanto menos asimiratres
cuanto más se atrincheran.
92 REFLEXIoNES ANTRoPoLÓGICAS
SoBRE TEMAS FILoSÓFICoS
,)
Si
[...] todos los órdenes políticos están gobernados por fic-
ciones rectoras [como rec]aman los antropólogosj, itiene algún
sentido intentar averiguar dónde divergen la retórica históriàa y
Ia realidad histórica? lPueden
'hablar los hisroriadores de lo simbólico
siquiera de <<realidad>>
objetiva salvo como fue percibida
por aquellos que son objeto de estudio y con ello transformada en
otra ficción? unavez que resperâmos
las mistificaciones políticas
como algo ineútable y digno de ser estudiado por derechà propio
-una vez que abandonamos las crudas y arrogantes explicaciones
de los orígenes de la «falsa conciencia>> y elogiamos el estudio de
la percepción y la experiencia-, ;hay
algún modo convincente
de conêctarlas con las características sociales y materiares de cual-
jerárquico
quier orden sin acabar en una forma u otra de funcio_
p.
nalismo mecanicista2 Algunos historiadores [él cita a E. Thomp_
son, Eugene Genovese y Felix Gilbert] insisren en que es todavÍa
EL ESTADO DI1 LA CUEST]ON 99
<l)
cie exacta_
em s en él),
stt) un sen-
44
1988.
I02 REFLExtoNES ÁNTRopoLoGrc,{s soBRE TEMAS FrLOSól.rcos
r
. es real»)
ii.?:j1::flf*t;,t"ffif,';
no es unâ pérdida, es una ganancia y la postura dp
*bien, yo. un americano de clase mediã a mediaáos d.l ,iglo
xx,
e fui a este lugar, que hablé con
eguir que hablaran conmigo y
os allí son de çgtl manera» no
utza no sea emoclonante, pefo
despide (algo de lo que hay poco en las ciencias hr-rrrrj ,,
cierto candor. (Puntos de vista desde ninguna parte pueden,
construirse, desde luego, con imaginación. Si se hàce biãn pue_
den seq y en las ciencias natural"i lo han sido, inmenru-"n,"
108 nsrlsxroNEs ANTRoporócrces soBRE rEMAS r.rrosórrcos