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CONSTRUCTIVISMO

El constructivismo, consiste en una sucesión de corrientes e ideas psicológicas,

pedagógicas, y sociológicas, que según el modelo pedagógico señala al conocimiento no

como una copia del contexto, como habitualmente se pensaba, sino como una construcción

del conocimiento propio del ser humano, el cual se efectúa mediante un primer

reconocimiento de información con que cuenta el individuo, y éste a su vez construido en

su relación con el medio ambiente. (Sesento, 2017)

Desde la perspectiva de Kant (1987), el conocimiento no es totalmente innato, ni es

plenamente empírico, sino que es cimentado por el hombre a partir de los datos que provee

la experiencia, por lo que todo maestro habría de tener como característica esencial; su fe

en el niño, en el sentido de que este puede ser mejor. Por otro lado, Piaget (1968) señala

que esta corriente supone la interacción del sujeto con el objeto de conocimiento, por lo que

sugiere que es necesario confrontar lo aprendido en el aula con la realidad. A su vez,

Vygotsky (1979) resalta la importancia de la relación del sujeto con su entorno, así sugiere

que la escuela estructure actividades y presente los contenidos basándose en una interacción

áulica.

Según Ertmer y Newby (1993) en los últimos años, el constructivismo ha

tomado cierto protagonismo en instituciones educativas de diversos niveles ya que

este enfoque relaciona al aprendizaje con la creación de significados a partir de

experiencias, considerándolo como una actividad mental, porque la mente filtra lo

que nos llega del exterior para producir su propia realidad. Para el constructivismo

es esencial el contexto, el respectivo aprendizaje se da cuando se enfrenta al

estudiante con el uso real de las herramientas en una situación y contextos reales,
en consecuencia, la medida última del aprendizaje se basa en qué efectiva es la

estructura del conocimiento del estudiante para facilitarle el pensamiento y el

desempeño en el sistema en el cual realmente se utilizan esas herramientas. (Ertmer y

Newby, 1993).

Según Jonassen (citado en Ertmer y Newby, 1993), los constructivistas consideran

que la conducta está determinada, la adquisición de vocabularios se enriquece con la

exposición y la interacción de las palabras con el factor ambiente, y el conocimiento

esta dado en la situación en la que se usa. Brown, Collins y Duguid (citado en Ertmer y

Newby, 1993) sugieren que las situaciones realmente coproducen el conocimiento (junto

con la cognición) a través de la actividad (63). A partir de esto podemos decir que los

conceptos evolucionan progresivamente con cada nueva utilización que se les da, por lo que

resulta impredecible que el aprendizaje tenga lugar en ambientes reales y que se

encuentren vinculadas con las experiencias adquiridas por los estudiantes.

El interés del constructivismo se sitúa claramente en la creación de herramientas

cognitivas que reflejan la sabiduría de la cultura en la cual se utilizan, así como

los deseos y experiencias de los individuos. Según Bednar et. al(citado en Ertmer y

Newby,1993), para que el aprendizaje sea significativo, duradero y exitoso debe

incluir tres factores: la actividad a través de la ejercitación, el concepto con el

conocimiento y la cultura con la interacción en el contexto.

Se debe tener en cuenta el contexto donde las habilidades serán aprendidas y aplicadas,

también, la capacidad del estudiante para manipular la información y realizar un propio

control sobre esta. A su vez es necesario que la información se presente en distintas formas
de contenidos, contextos, y propósitos, para que el alumno pueda tener la opción de

analizar los distintos momentos y asi desarrollar sus habilidades de solución de problemas.

La concepción constructivista del aprendizaje escolar y la práctica pedagógica,

plantea una revalorización al papel del docente al ser mediador entre el

conocimiento previo y la nueva información (Castro, Peley y Morillo,2006). Se sustenta

en promover el proceso de crecimiento personal del alumno en el marco de la cultura del

grupo al que pertenece, a través de la interacción con actividades intencionales, planificadas

y sistemáticas propiciando una actividad mental. (Castro, et al.2006) En este enfoque, las

actividades se tornan, más interesantes e innovadoras, favoreciendo un pensamiento

crítico con aprendizajes más duraderos, significativos y transferibles. (Soler,2006).

Esta teoría ha recibido varios cuestionamientos, entre ellos Duran (2012) manifiesta que: en

condiciones de una vida de capitalismo, se usaba al constructivismo como un pretexto para

incorporar a niños y mujeres a la explotación laboral, donde la pedagogía pretendía hacer

creer que la acción y manipulación de cosas debería primar en todas las edades y el papel

de la experiencia era fundamental para el desarrollo del pensamiento.

Si bien es importante que los estudiantes vivencien situaciones en las que puedan crear su

forma de solucionar problemas, deberíamos ver esta teoría más como una forma de vida, no

como un requisito escolar para formar parte de la sociedad actual, en la que el docente se

muestra como un modelo a seguir y busca que el alumno logre comprender su realidad en el

mundo, para que a partir de ello pueda resolver las problemáticas de la vida mediante

pensamientos críticos y reflexivos.


En el ámbito escolar, creemos que el sujeto debe conocer ideas previas o esquemas

conceptuales sobre los contenidos a desarrollar, para fomentar la formulación de preguntas

que puedan conducirlo a la reflexión y explicación de su mundo sin temor a equivocarse,

asumiendo estos errores como una reconstrucción de su propio aprendizaje.

Por último, el aprendizaje no debe limitarse a la recepción de información, los sujetos

deben asumir roles activos en el procesamiento de dicha información con la intención de

aplicarla a las acciones de la vida cotidiana. Este enfoque permite desarrollos futuros para

educadores y psicólogos pues posibilita la planificación de acciones educativas eficientes

y acciones para facilitar la formación de seres humanos íntegros en solidos valores. Este

enfoque por lo tanto se orienta en el crecimiento personal, mediante la interacción

planificada incentivando actividades mentales y favoreciendo el pensamiento crítico y un

aprendizaje más duradero.

BIBLIOGRAFIA

Castro, E., Peley, R., Morillo, R. (2006) La práctica pedagógica el desarrollo de estrategias

instruccionales desde el enfoque constructivista-Revista de Ciencias Sociales, 12(3), 581-

587, Recuperado de

http://www.produccioncientificaluz.org/index.php/rcs/article/view/13429/13413

Durán, J. C. (2012). Teorías y Modelos Pedagógicos. Quito-Ecuador, Opción.

Ertmer, P. & Newby, T. (1993). Conductismo, cognitivismo y constructivismo: una

comparación de los aspectos críticos desde la perspectiva del diseño de instrucción.

Performance improvement quarterly, 6(4), 50-72.


KANT, Immanuel. (1987). Pedagogía. 1ª. Edición. México; Editorial Hispánicas S.A. de

C.V. 113 páginas.

PIAGET, Jean. (1968). Los estadios del desarrollo intelectual del niño y del

adolescente. Editorial  Revolucionaria. La Habana. 236 páginas.

Sesento L. (2017): “El constructivismo y su aplicación en el aula. Algunas consideraciones

teórico-pedagógicas”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación y Desarrollo (junio 2017).

En línea:

http://www.eumed.net/rev/atlante/2017/06/constructivismo-aula.html

http://hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1706constructivismo-aula

Soler, E. (2006). Conductismo, innovación y enseñanza efectiva. Caracas, Venezuela:

Equinoccio

VIGOTSKY, Lev S. (1979). El desarrollo de los procesos psíquicos superiores. 1ª. Edición.

Barcelona; Editorial Crítica.

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