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La errada doctrina de la “Cobertura”

         
 
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Esta es la pregunta concisa que hacen muchos cristianos modernos dondequiera que se
encuentran a los que se reúnen fuera de las líneas institucionales organizadas. Pero, ¿qué
hay en el corazón de esta pregunta y cuál es su base Bíblica?  Sostengo que con la
enseñanza moderna conocida como “cobertura protectora” se ha generado muchísima
confusión y una conducta Cristiana anómala. Esta doctrina, que ondea bajo la bandera de
otros nombres, sostiene que los cristianos están protegidos del error doctrinal y del fracaso
moral cuando se someten a la autoridad de otro creyente u organización Cristiana.

Exploremos primero el término mismo “cobertura”. Es sorprendente que la palabra aparece


solamente una vez en todo el Nuevo Testamento (NT), y en relación con la cabeza cubierta
de la mujer (un tema que merece una discusión especial –1 Corintios 11:15). Mientras que
el Antiguo Testamento (AT) utiliza poco este término, siempre lo emplea para referirse a las
ropas de vestir o a algún tipo de cubierta. Nunca lo utiliza de manera espiritual para
referirse a la autoridad o la sumisión. Por lo tanto, lo primero que tenemos qué decir acerca
de la “cobertura” es que hay escasa evidencia Bíblica con la que pueda construirse una
doctrina. No obstante este hecho, incontables cristianos repiten como loros la pregunta
“¿quién-es-tu-cobertura?” e insisten en ella como si fuera la prueba de ácido que mide la
autenticidad de una iglesia o un ministerio. Si la Biblia guarda silencio con respecto a la
idea de “cobertura” ¿qué se quiere decir con la pregunta, “Quién es tu cobertura”? la
mayoría (si se les insiste) formularían de nueva cuenta la pregunta de este modo: “¿A
quién le entregas cuentas? Pero esto suscita otro punto difícil: la Biblia nunca nos remite a
los seres humanos para entregarles cuentas, sino exclusivamente a Dios (Mat. 12:36;
18:23; Luc. 16:2; Rom. 3:19; 14:12; 1 Cor. 4:5; Heb. 4:13; 13:17; 1 Ped. 4:5). Es muy
extraño, sin embargo, que la sana respuesta Bíblica a esta pregunta (“entrego cuentas a la
misma persona que tú –Dios”) es a menudo causa de malentendidos y acusaciones falsas.
De este modo, mientras el tono y el timbre de “entregar cuentas” difieren del de
“cobertura”, la canción a menudo es la misma, y sin duda no armoniza con el canto
inconfundible de la Escritura. (Por favor note que hay una forma sana de “responsabilidad
legal” en la iglesia. Pero la conexión entre responsabilidad legal y la doctrina de la
“cobertura” carece de base Bíblica. De modo que ampliemos la pregunta un poco más.
¿Qué se quiere decir realmente cuando se insiste en la pregunta acerca de la “cobertura”?
Me permito señalar que lo que en verdad se pregunta es, “¿Quién te controla?” La (mala)
enseñanza común acerca de la “cobertura” realmente se reduce a cuestiones acerca de
quién controla a quién. De hecho, la iglesia institucional moderna está construida sobre la
idea del control. Por supuesto, la gente raras veces reconoce que esto es lo que está en el
fondo del asunto, porque está supuestamente bien arropado con vestiduras Bíblicas. Son
muchos los cristianos que creen que la “cobertura” es solamente un mecanismo protector.
Sin embargo, si examinamos críticamente la doctrina de la “cobertura”, descubriremos que
está fundada en un estilo de liderazgo del tipo cadena de mando (uno arriba/uno abajo)
donde los que están en posiciones eclesiásticas más altas tienen un dominio sutil sobre los
que están debajo de ellos. Es por medio de este control de dirección jerárquico
(arriba/abajo) que se afirma que los creyentes están protegidos del error (es decir, que
están “cubiertos”). El concepto es más o menos éste: todos deben responder a alguien que
está en una posición eclesiástica más alta. En la gran variedad de las iglesias evangélicas
de la posguerra, esto se traduce así: los “laicos” deben dar cuentas al pastor. A su vez, el
pastor debe dar cuentas a una persona que tiene más autoridad. Sin embargo todo esto
tiene una base equivocada. Nosotros debemos tener solamente la cobertura de Dios. Si
hay una evidencia bíblica  sobre este tema de cobertura aparece en el salmo 91.

Este poema es un salmo que se desconoce quién es el autor y en qué circunstancias se


escribió. Muchos se lo atribuyen a Moisés ya que sigue después de un salmo escrito por
Moisés. Muchos expresan que es una oración que el pueblo de Dios hizo en el momento de
las plagas de Egipto. Otro expresan que fue una oración que Josué  hizo cuando envió a los
dos espías para reconocer la tierra de Jericó. Sin embargo ninguna de estas teorías tiene
una sustentación sólida. Lo importante es el hecho que es una oración muy hermosa y que
el hecho de que no sepamos ni quien, ni porque ni cuando nos hace hacerla más relevante
para nuestra época. ¿Por qué es relevante estudiar el salmo 91 desde nuestro contexto? Es
importante hacerlo por  varias razones. La primera es que vivimos en tiempos similares a
los que el salmo 91 describe.  Las circunstancias de nuestras naciones latinoamericanas
están permeadas por violencia, peste, accidentes, tragedias, etc. Esto es lo visible de
nuestro contexto social y geográfico. Pero en segundo lugar creo que el salmo 91 es
pertinente para nuestra época porque a la par de un crecimiento de adversidad social,
también hay un crecimiento desmedido de deterioro moral así como un oleaje de
manifestaciones espirituales que batallan contra todos los creyentes.

Con los nuevos decretos a favor de la homogenitalidad, las drogas y el narcotráfico, la


prostitución y el auge de las culturas espiritistas, hoy por hoy nos estamos enfrentando
como iglesia a un gran desafío no visto antes.

Sin embargo por todos lados podemos encontrar creyentes heridos, débiles y cansados de
una vida pálida y apática en lo que respecta a su fe. Nuestras iglesias cada vez más están
llenas de agendas religiosas y que no tienen que ver con el reino de Dios. Vivimos una
época en que debemos recalcar el carácter de Dios como el Protector y el que cuida a sus
hijos o de lo contrario muchas personas vivirán vidas muy tristes.

Así que el salmo 91 debe ser actual, relevante e inspiracional para reclamar las promesas
de Dios en cuanto a su protección.

¿Cuáles son los pasos que debo tomar según este  salmo para que Dios me defienda?
En el vrs. 1 podemos encontrar  tres binomios que son importantes. El primer binomio es
habitar y morar. El segundo binomio es abrigo y sombra. El tercer binomio es Altísimo y
Omnipotente. ¿Qué implicaciones y relaciones tienen estos tres binomios? También existe
un condicional antes de los binomios. Es el que se define por la expresión “el que”.  Este es
el individuo que ejecuta la acción y recibe la bendición.
En primer lugar hablamos de consciencia. “El que”. En segundo lugar hablamos
de consistencia.   “Habitar y Morar”. En tercer lugar hablamos de
consecuencia. “Abrigo y sombra”   Y finalmente hablamos
de conveniencia.“Altísimo y Omnipotente”.
 
• Entonces en primer lugar hablemos de la consciencia.
Si observamos el salmo comienza diciendo “el que”. Es obvio que el texto hebreo el
pronombre está implícito en el verbo. En castellano se traduce de esta forma porque le da
un sentido de singularidad. Es  importante comenzar diciendo que el salmo introduce una
frase que habla de una decisión. Es como si en medio de muchas personas, hay alguien
que percibe lo que necesita, y es descrito como “el que” toma la decisión de acercarse a
Dios en medio de estos tiempos. Esta expresión “el que” describe varias cosas importantes
en cuanto a nuestras decisiones espirituales en tiempos de dificultades como lo es este
tiempo. Es una consciencia  individual Es importante notar que el pronombre está en
singular. No dice “los que”.  ¿Porque no es una decisión colectiva sino individual?
Simplemente porque las luchas son individuales, cada uno sabe lo que está batallando. Así
que el buscar la protección de Dios comienza con una decisión individual. Es obvio que la
comunidad eclesial es importante en el desarrollo de mi vida, pero la congregación es el
lugar donde expreso mis convicciones espirituales. Lo colectivo no anula mi crecimiento
individual.  Es una consciencia  personal. Estamos hablando de un ser humano, de un
individuo que siente, expresa  y tiene conocimiento de Dios. No dice “lo que” como si fuera
una cosa inerte. Nuestras vidas personales son responsabilidad de nosotros mismos.  Es
una consciencia  radical. Es importante notar que la sensibilidad espiritual, el deseo de
decidir por Dios, y su obra se basa en unos pocos. “El que” implica que es una minoría la
que busca ser diferente y que está interesado más en decisiones sobre Dios y su reino que
las cosas terrenales de este mundo. El ser una minoría hace que la persona se separe del
grupo y de la masa religiosa que sólo tiene interés en aprender un poco de Dios pero no
profundizar en su reino. También es una consciencia  opcional El pronombre implica
que no hay fuerza, ni circunstancias que me obliguen, o conveniencia. Dios me da la opción
de un acercamiento a su cobertura. Note que no pone mi nombre ni me reconoce quién
soy. Esta opción es una opción anónima. Porque el reconocimiento viene de Dios y el
conoce quién soy y que deseo.
¿Qué decisiones son pertinentes para el pueblo evangélico latinoamericano en cuanto a
espiritualidad y reconocimiento de Dios? Tres decisiones básicas son importantes para los
creyentes evangélicos latinoamericanos hoy.

Primero una decisión de información. Esto implica nuestra fuente de conocimiento.


Estamos siendo llamados a una búsqueda de la información bíblica y genuina. Es necesario
nuevamente hacer de la autoridad de la Palabra nuestra fuente de vida. Es un llamado a
dejar de pensar como el cristianismo contemporáneo y tener una mente cristiana. El
desarrollo de una mente cristiana, una mente que haya comprendido a fondo las premisas
básicas de las Escrituras y que se inspire plenamente en la verdad bíblica. Sólo así podrá
pensar con integridad cristiana sobre los problemas del mundo contemporáneo.[1]
Segundo una decisión de formación. Hay cuatro acontecimientos que  corresponden a
cuatro realidades y que nos ayuda en la formación de nuestra vida. El entenderlos nos
hace tomar decisiones pertinentes, estos son: la Creación («lo bueno»), la Caída («lo
malo»), la Redención («lo nuevo») y la Consumación («lo perfecto»). Esta realidad bíblica
en cuatro fases nos permite a los cristianos observar el panorama de la historia desde una
perspectiva adecuada, contemplar su desarrollo entre las dos eternidades, y ver a Dios
cumplir su propósito. Nos da un marco de referencia en el cual encuadrar todo, un modo de
integrar nuestro entendimiento, la posibilidad de pensar correctamente, aun acerca de los
problemas más complejos. Los cuatro acontecimientos o eras que hemos considerado,
especialmente si los comprendemos en su interrelación, nos enseñan verdades
fundamentales sobre Dios, el hombre y la sociedad, que ayudan a orientar nuestro
pensamiento cristiano.[2]
 Tercero una decisión de transformación Es importante tomar una decisión de ser
contracultura e influir en la transformación de nuestra vida. ¿Qué incluye ese concepto de
contra cultura? Ser contracultura es un imperativo para todos los cristianos. Primero nos
identificamos con la función de condenarla cultura. Luego pasamos a criticar la cultura. Sin
embargo, la realidad nos muestra que la iglesia hace más que condenar y criticar. También
consume y copia cultura. Si solamente condenamos y criticamos algo no está bien. Si
solamente consumimos y copiamos tampoco estamos bien. Todo esto hay que hacerlo y
ejercer criterio para saber qué condenar y qué copiar, por ejemplo; o cuándo criticar y
cuándo consumir. No obstante, la meta debería ser la transformación de las culturas y la
creación de nuevas que reflejen los valores del reino. ¡Ojalá la iglesia cristiana pueda hacer
eso, ya que el poder del Evangelio sí es capaz de hacerlo![3]
• En segundo lugar hablamos de consistencia “habita y morará”.
Las palabras que se usan en el salmo 91 para “habita y morará” son muy descriptivas. La
expresión “habita” es “yashab”. La modalidad verbal implica continuidad. La palabra
“yashab” se puede traducir como  estar sentado o permanecer. Por el uso adjetival del
participio se debe traducir como “permaneciente o habitante”.[4] La segunda expresión es
la palabra “luwn” y se puede traducir como “pasar la noche”.  ¿Cuál es la diferencia o
similitudes entre las dos palabras? Estas dos palabras nos hablan de consistencia
espiritual. Este salmo demuestra que la consistencia también es la clave cuando se trata
de orar por protección. Debemos “habitar” al abrigo del Altísimo para “morar” bajo la
sombra protectora del Omnipotente: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la
sombra del Omnipotente” (Salmo 91.1). Jesús igualó el abrigo del Altísimo al aposento de
oración en Mateo 6:6. Entonces la palabra “habitar” en el Salmo 91:1 (yashab) que es de
suma importancia porque nos reta a un estilo de vida, y no una actividad que se realiza de
vez en cuando. Debemos tener nuestro abrigo en nuestra habitación o en nuestra
“morada”. Muchas de las vidas de oración de los creyentes son demasiado esporádicas
como para construir un muro sólido de protección. Por otro lado  ya mencionamos que la
palabra “morar” en este mismo versículo es luwn que significa, entre otras cosas, “pasar la
noche”.  Leámoslo con ese significado: “El que habita al abrigo del Altísimo” pasará la
noche bajo la sombra del Omnipotente”. En otras palabras, la oración es como la Palabra
de Dios —no podemos leer suficiente hoy para tenerla toda la semana. Debemos tener el
“pan diario” o maná. De la misma forma, debemos ir al abrigo del Altísimo diariamente y
cuando lo hagamos podremos “pasar la noche” en ese lugar. Sin embargo, mañana
debemos ir nuevamente. La consistencia es la clave.

¿Cómo desarrollamos consistencia a la luz de estas dos palabras?


• Hay diferencia entre intimidad y actividad. Observe que la meta es llegar a tener un
encuentro tranquilo y espiritual. Las dos palabras nos hablan de contemplar, descansar,
permanecer quieto ante la presencia de alguien superior a mi persona.
• Hay diferencia entre habitar y visitar. Muchas personas están acostumbradas a su
espiritualidad y a su búsqueda de Dios con la práctica de visitar. Es decir buscan el
momento en que tienen tiempo para poder llegar al lugar donde podrán encontrarse
con Dios. Este sentido de visitar simplemente refleja que mi estadía ante Dios es
temporal y que tengo una residencia en donde me siento mejor.
• Hay diferencia entre creyente y  cliente. Existe una gran diferencia entre un hotel y
un hogar. Cuando los clientes llegan al hotel, hay actividad, atención, y servicio. Una vez
que el cliente se retira no se le extraña. Una vez que el paga la relación ha finalizado. Si
se van no se les extraña. En cambio si es un hogar y existen los hijos el vínculo es
diferente, se pregunta por ellos, se les extraña no hay un pago para cerrar el vínculo.
Para  muchas personas su espiritualidad es en término de compra de servicios y no de
crecimiento en una relación de familia, de hogar, entre un padre y un hijo.
 
 
 
 
• En tercer lugar hablamos de consecuencia  “abrigo y sombra”
 
El término habitar y morar son sinónimos, y los términos “abrigo y sombra” sin embargo se
refieren a dos estados; el frío y el calor; el Abrigo te protege del frío y la sombra se
preserva del calor: Esto nos demuestra, que el Señor, en cualquier estado que te
encuentres, es nuestro protector. Por esto es muy importante destacar la situación del
medio ambiente que viven las tierras de Oriente Medio. El clima en Israel fluctúa desde
templado a tropical, con abundante sol. Hay dos estaciones predominantes: un período de
invierno lluvioso desde noviembre a mayo, y una estación de verano seco que se extiende
durante los seis meses restantes.  La expresión metafórica comparativa que el Señor hace,
en el encabezado del salmo tiene como centro, mostrar al pueblo, en la antigüedad, la
relación climática de sus territorios y sus estados espirituales. Es decir hay tiempos donde
necesitamos de él para sacarnos de la frialdad y otras veces para calmar nuestro calor y
stress. Es importante notar que cualquier estado espiritual es importante.  Pero tiene que
ver también con la gracia de Dios de ayudarnos en momentos de grandes carestías 
espirituales.  La palabra “abrigo” viene de la palabra  del original idioma hebreo Sëther que
significa: protección, cobertura y lugar secreto donde se manifiesta la gloria de Dios; y de
la palabra hebrea  Säthar que significa: esconder, estar ausente y mantenerse en secreto.
[5]  Es importante ver que abrigo es un objeto y sombra es una condición. La primera es
importante porque se refiere metafóricamente a ponerse algo encima. ¿Cómo se pone uno
el abrigo de Dios? Es obvio que uno tiene que dejar vestirse.  La sombra implica estar bajo
algo mayor que yo. Eso me baja la temperatura y me da frescura. Esta condición es la que
uno toma al decidir ponerse bajo algo.  Lo que el texto está diciendo es que Dios está
disponible para cualquier circunstancia. Habitar al abrigo del Altísimo es la manera de
enseñar fe del Antiguo Testamento. Esto nos da la ilustración más intensa de la esencia
misma de una relación personal con Dios. El hombre no tiene un cobijo innato en su
interior. Si está solo, está sin cobijo contra los elementos y debe correr hacia el refugio de
Él. En el primer versículo del Salmo 91, Dios nos ofrece más que protección, es como si Él
desplegara la alfombra de la hospitalidad y personalmente nos invitase a entrar. Ese lugar
secreto es literal, ¡pero también es condicional! En el versículo 1 del Salmo 91, Dios
enumera nuestra parte de la condición antes de que siquiera mencione las promesas
incluidas en la parte de Él. Eso se debe a que nuestra parte tiene que venir primero. Para
morar bajo la sombra del Omnipotente, primero debemos escoger habitar al abrigo del
Altísimo. La pregunta es: “¿Cómo habitamos en la seguridad y el abrigo del Altísimo?”. Es
algo más que una experiencia intelectual. Este versículo habla de un lugar de habitación en
el cual podemos estar físicamente protegidos si acudimos a Él. Puede que crea
profundamente que Dios es su refugio, puede dar asentimiento mental a ello en su tiempo
de oración, puede enseñar lecciones de escuela dominical sobre este concepto del refugio
y hasta puede que sienta un cálido sentimiento cada vez que piensa en ello, pero a menos
que haga algo al respecto —a menos que realmente se levante y corra al refugio nunca lo
experimentará.
En cuarto lugar hablamos de conveniencia. “Altísimo y Omnipotente”.
El primer nombre de Dioses El Elyón, cuyo significado es El Dios Altísimo. Este nombre
denota que  Él es el Dios soberano en quien podemos colocar nuestra confianza. El Elyón
tiene supremacía sobre todos los Dioses falsos. El segundo nombre es El-Shaddai, cuyo
significado es  El todo suficiente, El Dios de las montañas, Dios Todopoderoso. Lo que
implica es que  es la fuente inagotable de toda bendición. Dios es Todopoderoso. Nuestros
problemas no son demasiado grandes como para que Dios no los pueda manejar.  Algunos
eruditos sugieren que el Shaddai se refiere al poder de Dios manifestado en su juicio. Otros
proponen que el Shaddai significa “Dios de las montañas”. Dios se refiere a sí mismo como
“El Shaddai” cuando confirma su pacto con Abraham. Ahora es importante entender que la
manera en que nosotros podemos adquirir su cobertura es adhiriéndonos al carácter de
Dios. Note que cuando usted está en el secreto de Dios la forma en que lo percibirá es
como el Dios al que podemos depositar nuestra confianza. Sin embargo cuando moramos o
estamos pasando la noche con él nosotros encontraremos a Dios como el Todo Suficiente.
Habitar provee convicción  y morar produce bendición.

Hasta aquí hemos visto que el salmo 91 es una propuesta de búsqueda de protección. El
salmo nos mostrará principios o leyes que hay que seguir para que entren en función. El
primer principio de batalla es si queremos la protección de Dios debemos buscar su
cobertura. Esa cobertura implica primero consciencia de nuestra necesidad.
Segundo consistencia de nuestra espiritualidad. Tercero consecuencia de
nuestra fidelidad y en cuarto lugar convivencia nuestra realidad.
 
Así que hemos visto que irónicamente, la “cobertura denominacional” está mucho más
cerca de la noción torcida de liderazgo amo/esclavo que distingue a las sectas que del
modelo Bíblico de la sujeción mutua dentro de la asamblea local. Esto se debe a que el
modelo Bíblico enfatiza la sujeción de los unos a los otros en contraste con la obediencia
absoluta a un líder humano, personal u organización. Para poner de relieve un punto aún
más fino de este asunto, la doctrina de la “cobertura” se usa muy frecuentemente como un
garrote para rechazar y acabar con aquellas iglesias que no están bajo una bandera
denominacional. La utilizan los grupos religiosos partidistas como un arma temible para
asegurar el terreno teológico. Esta arma ha sido provista por la intolerancia y el fanatismo
sectarios y ha provocado la fractura de la comunión del pueblo de Dios, cortando en
pedazos al Cuerpo de Cristo, y reduciendo a la iglesia a astillas. El moderno pantano
denominacional ha contaminado el paisaje Cristiano, convirtiendo al “un Cuerpo” en una
entidad trágicamente dividida con una tradición que lo estrangula.

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