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El sueño es una necesidad básica del organismo y su satisfacción nos permite la supervivencia.
13. RESUMEN
Los seres vivos poseen variables fisiológicas que los caracterizan y que están controladas entre
estrechos márgenes de normalidad; sin embargo, esta franja de normalidad no es constante, sino que
presenta oscilaciones que pueden configurar ritmos.
El fenómeno del sueño va más allá del ritmo circadiano. Observando su evolución en la filogenia se
encuentra que en la mayoría de las especies es ultradiano; la ontogenia, en cambio, muestra que en el
individuo humano es circadiano, principalmente, para adultos jóvenes. Por otra parte, el sueño está
constituido al menos por dos estados bien diferenciados, el sueño lento (SL y sus etapas) y el sueño
paradójico (SP o REM), que alternan en una noche de sueño varias veces, constituyendo un ritmo
intrínseco ultradiano.
Si analizamos la evolución ontogénica en el marco del ciclo vigilia-sueño comprobamos que lo que
realmente se desarrolla en el ser humano a partir del nacimiento es el aumento del tiempo dedicado a
la vigilia y la disminución de ambas fases del sueño, fenómeno que continúa hasta el final de la vida. El
sueño, que seguramente cumple funciones de gran complejidad biológica, está sujeto a cambios
cualitativos y cuantitativos que se podrían interpretar como un proceso de maduración en la ontogenia.
En el hombre, los cuatro estadios en los que se divide son: etapa 1, somnolencia; etapa 2, sueño “ligero”,
y etapas 3-4, sueño lento propiamente dicho.
Etapa 1. Se observa inmediatamente después de la vigilia y dura unos pocos minutos.
Etapa 2. Se caracteriza por la presencia de husos y complejos K.
Etapas 3-4. Sueño lento propiamente dicho.
Pieron (1913) propuso la existencia de sustancias que, generadas durante la vigilia, se destruirían
durante el período de sueño.
Moruzzi y su escuela de Pisa han demostrado la existencia de otros procesos que discurren paralelos a
los procesos de activación provocados por la FRM y que tienden, en cambio, a sincronizar el EEG y
“provocar” el sueño desde una región particular bulbopontina.
La demostración de la existencia de acciones hipnogénicas desde estructuras del cerebro anterior se
remonta a los experimentos pioneros de Hess. La estimulación eléctrica de regiones talámicas produce
sueño en el animal de experimentación, asociado a todo el comportamiento habitual de la especie.
Desde los trabajos pioneros de Hernández-Peón y colaboradores en 1963, se demostró que la aplicación
directa de acetilcolina en la región preóptica conducía al sueño. Esta acción hipnogénica puede
bloquearse mediante atropina colocada en regiones más posteriores, como el núcleo interpeduncular,
lo que indica una posible dirección rostro caudal de la influencia hipnogénica.
La vigilia y el sueño se caracterizan por diferentes ritmos en el EEG y se asocian con cambios en la
excitabilidad cortical acompañando al comportamiento. La vigilia se caracteriza por una interacción
constante de los mecanismos hipotalámico y cortical de control de la temperatura corporal.
La principal función del sueño es reparar el organismo para poder seguir la vida en condiciones
óptimas. Es una función fisiológica, pero en el sueño aparecen materiales cognitivos de difícil
interpretación y con un alto contenido emocional, a los que se muchas veces se les da muy diversas
interpretaciones.
El estado de vigilia es un estado consciente que se caracteriza por un alto nivel de actividad, en
especial en relación al intercambio de información entre el sujeto y su medio ambiente.
15. Reflexión que desde la formación como Psicólogo (a) le genera el contenido de la lectura
Aunque a veces pensamos que no dormir bien no nos afectan en nada, la verdad es que las
consecuencias al no dormir bien pueden ser muy variadas: estrés, ansiedad, cansancio, somnolencia y
cansancio durante el día, poca capacidad para concentrarse, lentitud de respuesta, falta de reflejos,
etc. El sueño permite la recuperación fisiológica y favorece un estado óptimo de activación y, por
tanto, de capacidad para funcionar durante el estado de vigilia. Además, la cantidad y calidad de
nuestro sueño influyen de manera muy importante en nuestra salud, tanto en la de nuestro cuerpo
como en la psicológica.