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El parentesco de los alcoholes y fenoles con el agua se pone de manifiesto en muchas de

sus propiedades fisicoquímicas. Así, por ejemplo, los primeros términos de la serie de los
alcoholes, de uno a tres átomos de carbono, son completamente miscibles con el agua, con
la que forman enlaces de hidrógeno, análogos a los que existen entre las propias moléculas
de agua o de los alcoholes entre sí. Al aumentar el número de átomos de carbono de la
cadena hidrocarbonada, se hace cada vez menor la influencia relativa del grupo hidroxilo,
por lo que disminuye mucho su solubilidad en agua, siendo ya prácticamente insolubles los
alcoholes con diez o más átomos de carbono.
En estado sólido y en estado líquido, las moléculas de los alcoholes y fenoles están muy
asociadas mediante enlaces de hidrógeno, formando cadenas de varias moléculas, lo que
explica sus puntos de fusión y de ebullición anormalmente elevados Como ocurre, en
general, en todas las series homólogas, los puntos de fusión y de ebullición de los alcoholes
de cadena lineal aumentan con el número de átomos de carbono. Así, los alcoholes
inferiores son líquidos incoloros, muy fluidos y relativamente volátiles; los de 6 a 11
átomos de carbono son ya líquidos viscosos; y el dodecanol, esto es, con 12 átomos de
carbono (alcohol laurílico), es el primer alcohol de cadena lineal que es sólido a la
temperatura ambiente.
Propiedades físicas
Las moléculas de los éteres, al carecer de grupos —OH, no pueden asociarse a través de
enlaces de hidrógeno, como ocurría en alcoholes y fenoles, por lo que sus puntos de fusión
y de ebullición son bastante bajos, comparables a los de los hidrocarburos de análogo peso
molecular. Así, el dimetiléter (p.e. = - 24 ºC) y el etilmetiléter (p.e. = 11 ºC) son gases a la
temperatura ambiente y después ya son líquidos muy volátiles, cuyos puntos de ebullición
aumentan regularmente con el peso molecular.
Su solubilidad en agua es similar a la de los alcoholes de estructura semejante y peso
molecular comparable. Son más solubles en ClH y todavía más en SO4H2 concentrado.
Propiedades químicas
Los éteres tienen muy poca reactividad química, debido a la dificultad que presenta la
ruptura del enlace C—O. Por ello, se utilizan mucho como disolventes inertes en
reacciones orgánicas. En contacto con el aire sufren una lenta oxidación en la que se
forman peróxidos muy inestables y poco volátiles. Estos constituyen un peligro cuando se
destila un éter, pues se concentran en el residuo y pueden dar lugar a explosiones. Esto se
evita guardando el éter con hilo de sodio o añadiendo una pequeña cantidad de un reductor
(SO4Fe, LiAIH4) antes de la destilación .
Propiedades físicas
Las propiedades físicas (y químicas) características de los aldehídos y cetonas están
determinadas por la presencia del grupo funcional carbonilo, en el que existe un enlace
doble carbono-oxigeno. Como consecuencia los  aldehídos y cetonas poseen un elevado
momento dipolar de hace que existan entre sus moléculas intensas fuerzas de atracción del
tipo dipolo-dipolo, por lo que estos compuestos tienen puntos de fusión y de ebullición más
altos que los de los hidrocarburos de análogo peso molecular. Sin embargo, las moléculas
de aldehídos y cetonas no pueden asociarse mediante enlaces de hidrógeno, por lo que sus
puntos de fusión y de ebullición son más bajos que los de los correspondientes alcoholes.
Concretamente, los puntos de ebullición de los primeros términos de aldehídos y cetonas
son unos 60ºC más altos que los de los hidrocarburos del mismo peso molecular y también
unos 60ºC más bajos que los de los correspondientes alcoholes. Esta diferencia se hace cada
vez menor, como es lógico, al aumentar la cadena hidrocarbonada y perder influencia
relativa el grupo funcional.
En cuanto a la solubilidad, los primeros miembros de ambas series de aldehídos y cetonas
son completamente solubles en agua. Al aumentar la longitud de la cadena hidrocarbonada
disminuye rápidamente la solubilidad en agua. Así, por ejemplo, los aldehídos y cetonas de
cadena lineal con ocho o más átomos de carbono son prácticamente insolubles en agua. Sin
embargo, los compuestos carbonílicos son muy solubles en disolventes orgánicos apolares,
como éter etílico, benceno, etc. Por otra parte, la propia acetona es un excelente disolvente
orgánico, muy utilizado por su especial capacidad para disolver tanto compuestos polares
(alcoholes, aminas, agua, etc.), como apolares (hidrocarburos, éteres, grasas, etc.).

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