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Índice
Comprimidos.................................................................................................................. 6-133
Ϯ
Introducción
No quiere ser este pequeño libro sino la recolección de pequeños escritos hechos con
mundo hermenéutico de los mitos. Escritos con la minuciosidad profesional requerida, estas
historias, contadas con desparpajo, pero ceñidas a realidades con mayor o menor presencia
de la objetividad, buscan agradar al lector, sobre todo aquel predispuesto a dejarse llevar
por los intrincados vericuetos de la mitología, las peripecias fácticas de la historia antigua y
Las distintas historias aquí relatadas no son una ficción gratuita o de relleno. Es intencional
de parte del autor que puedan enseñar algo y, fundamentalmente, permitan reflexiones,
críticas y comentarios de cualquier interesado que tenga a bien detenerse a leer el libro que
tiene entre sus manos. No obstante, el disfrute lúdico no tiene por qué ser evitado; por el
El título escogido, Hablar, decir y contar. Historia y mitos para aprender desea aludir a
Estas historias varias, en el sentido del término inglés story, se conjugan con la historia en
el sentido profesional y académico del término, así como con la perseverante e insistente
presencia de los relatos míticos procedentes del pasado, provenientes de las culturas de la
contienen (no la del autor, que es pequeña), a la par de su amena lectura, singular
ϯ
singladura y pintoresco comentario. Una pequeña biblioteca de saberes antiguos, arcaicos,
en ocasiones ancestrales más que viejos, desde luego nada rancios y con un poder evocador
realmente atractivo.
pesa como una losa, la historia y los historiadores, con todas sus subjetivas debilidades, los
análisis elaborados durante años, así como de debates con interlocutores que siempre
enseñan algo y de los que aprender es un deber. La aparente fragilidad de los comprimidos
que el título anuncia se fragua en una sólida textura en la que rezuman el mito, la historia,
la leyenda o la filosofía, disciplinas todas ellas caras a un autor que durante años ha
Se busca con esta propuesta reflexiva despertar intereses, propiciar análisis que profundicen
en algunos de los elementos que se subrayan y facilitar a los lectores que, a la par que se
sustento por discutible que pueda ser, abran debates que aprecien los contenidos, los
Todo libro, del carácter que sea, tiene una intencionalidad, una finalidad, que refiere a
quien lo escribe y también a los potenciales lectores. Los comentarios y análisis en alta voz
ϰ
que aquí se vierten pueden ser al acicate necesario que posibilite el tránsito por realidades
y la mayor parte de las veces discutibles. Lejos de compendiar saberes, la meta es abrir una
Sirvan, en fin, estas breves líneas introductorias como preparación al lector de lo que a
continuación se puede encontrar: reflexiones con criterio histórico y aspectos de los cuales
partir para construir conocimiento. Una tarea ardua, sin duda; un desafío que muchos
seguro que desean afrontar. Muchos éxitos en esa labor para todo aquel o aquella que
quiera emprenderla.
J.L.S.
ϱ
Comprimidos
mejor de los casos, influenciables y por cuyo medio se creía que se podían conjurar toda
suerte de peligros. Entre otros aspectos, las esperanzas, los problemas, las animosidades y
muchos deseos podían encontrar una solución por medio de palabras, fórmulas,
estos temas en obras y textos que hablan de personajes que poseen poderes o pretenden
personalidades con poderes excepcionales y con una gran capacidad de convocatoria que
en las versiones favorables, pues habitualmente estos hombres solían ser objeto de un
debate, que iba desde el vituperio que les denigraba, tachándoles de charlatanes, hasta el
ϲ
DOS. ¿Quién era Zamolxis?. Interrogante que se inicia con el nombre mismo (Sálmoxis o
claro si es humano, daimon o deidad, ni se sabe cuándo nació ni murió. Después de haber
sido geta, es dacio y se convierte en gran sacerdote, o en un rey, del que se dice (Jordanes)
poseía gran erudición en filosofía. Con la llegada de los romanos y la ayuda del
cristianismo, desaparece de su país para sobrevivir en las tradiciones de los godos (pues
geta es godo); luego Alfonso X el Sabio lo consideraría también sabio en filosofía. Tras
largo eclipse reaparece en su país, cuando se desarrolla en Rumania, con Parvan y sus
Dirá el siempre referente Mircea Eliade que Zalmoxis encarna el genio religioso de los
esos antepasados casi míticos vencidos y asimilados por los romanos. Para los griegos del
Ponto, según Heródoto, este humano de origen geta fue esclavo, y su amo (y maestro)
3LWiJRUDV GLVFtSXOR GH ORV VDFHUGRWHV HJLSFLRV ORV PiV DQWLJXRV GHO PXQGR«GHVSXpV GH
los frigios). Estrabón también hace a Zalmoxis esclavo de Pitágoras, pero le acredita un
viaje a Egipto, donde adquirió conocimientos de astronomía. Así, para los griegos un mero
Sálmoxis, a pesar de su origen geta, por haber vivido en Samos y, por tanto, en Jonia, y
frecuentado a los griegos, se convirtió en un hombre que conoce: sabio, poeta, mediador,
YLGHQWH GH DKt TXH VH KDEOH GH LQPRUWDOLGDG SDUD ORV LQLFLDGRV HQ HO ³VDOPR[LVPR´ /D
ϳ
representación que se hace de Pitágoras y sus discípulos. Hoy como ayer, se podría decir,
TRES. Los superhéroes del cómic se mueven en un espacio esencialmente laico. Los
cómics que recogen sus aventuras no incluyen las instituciones religiosas como parte del
trasfondo normal de sus relatos y, por lo general, no representan a sus personajes como si
tuvieran alguna inquietud teológica de relevancia. Una excepción sería Matt Murdock
Murdock tiene dudas personales sobre la religión, la divina providencia o el amor e incluso,
tácita; algo así como una parte profunda de su mentalidad, que parece ejercer cierta
influencia sobre sus creencias, actitudes y acciones, aunque de un modo sutil, pues no
IRUPD SDUWH ³H[SOtFLWD´ GH VX SHQVDPLHQWR FRQVFLHQWH \ FRWLGLDQR 0DWW 0XUGRFN DFDEDUi
siendo católico (eso sí, un católico con dudas que vive conflictos con frecuencia), un hecho
religiosa es, en general, una fuente de ceguera a las realidades más duras del mundo o quizá
podría permitirnos (al menos) la posibilidad de discernir realidades que otras personas que
viven la vida sin tal fe podrían pasar por alto?; ¿tal fe es ciega o ve muy bien; esto es, posee
ϴ
trata de una fuente de fortaleza o de debilidad. Una pregunta más, ¿Matt Murdock (o
Deberíamos trazar una cuidadosa distinción entre la religiosidad como forma externa, de
comportamiento (y tal vez también modelo interno, de pensamiento, que podría basarse
interior más profundo, una disposición del alma. En su rol de justiciero se muestra como
una persona sensible y compasiva, pero que parece gozar al machacar a sus enemigos. Por
tanto, como hombre de fe, a menudo se asemeja más a la fe del ojo por ojo
veterotestamentaria, que a la del Nuevo Testamento que ofrece la otra mejilla y alaba a los
mansos. Ante tanta duda con respuestas de variable intensidad, me permito recordar aquel
famoso principio del doble poder: en una situación típica, cuanto más poder tiene alguien
para el bien, más tiene igualmente para el mal, y viceversa; así pues, el modo de usarlo
depende de nosotros.
ODV UHDOLGDGHV TXH QRV URGHDQ SHUWXUEDQ R ³PRGHODQ´ SDUD DFWXDU HQ FRQVRQDQFLD
Aristóteles pensaba que todas las virtudes, las fortalezas humanas, conformaban un punto
intermedio entre dos vicios. El extremo de la insuficiencia constituía uno, y el otro, el del
exceso. En consecuencia, para él la virtud del coraje ocupaba un punto medio entre dos
ϵ
La virtud clásica del coraje no se entiende, no obstante, como ausencia de miedo, sino que
se concibe como la capacidad de actuar en apoyo de ciertos valores, por mucho que se
pueda experimentar miedo. Alguien valiente no es, necesariamente, quien no siente ningún
miedo; a menudo se trata de una persona que hace lo que considera correcto a pesar de
Ahora bien, el miedo no es la única cosa capaz de excluir la temeridad. También puede
hacerlo el sentido común, es decir, la prudencia, la racionalidad práctica. Hay que saber, en
consecuencia, cuándo actuar y cuándo retirarse, pero teniendo presente que deben tomarse
acciones. Es este último aspecto el que hay que tener siempre en perspectiva, en lontananza
ante las más acuciantes realidades. Lo que nos define en último término no son más que las
decisiones que tomamos en el mundo. No en vano decía Blaise Pascal que los seres
humanos somos, en ciertos aspectos, grandes como deidades, pero en otros, increíblemente
representación de aquél. En la ciudad clásica griega la norma, como es bien sabido, era que
no se enterrase a los fallecidos dentro de la misma; pero había algunas excepciones, como
los niños (caso de Tarento, Esparta, Megara) y, sobre todo, una relevante categoría de
Un héroe puede ser enterrado tanto en el ágora (Adrasto, Teseo y los fundadores de
puertas de la ciudad (Etolo) o en las fronteras del país (Koribo, el célebre primer vencedor
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olímpico que menciona Píndaro). Son tres lugares equivalentes desde la óptica de la
principal de un cadáver objeto de tales honores era que montase guardia, defendiese el
El héroe vendría a ser, entonces, una suerte de figura metonímica del territorio. Pero
todavía tenemos que sumar a éstos los personajes enterrados en lugares secretos (caso
VHFUHWRGHODVHSXOWXUDUHIRU]DEDODHILFDFLDGHOD³SURWHFFLyQ´(OWLUDQR3HULDQGUR\KDVWD
aquí quería llegar por motivos no tan oscuros como pudiera parecer para mentes sagaces)
quería evitar la suerte que había corrido su sobrino Cípselos, cuya sepultura había sido
cadáver fuera de la frontera, dejándolo sin sepultura, violó las tumbas de sus antepasados y
retiró las osamentas. No creo necesario advertir ese fuera de la frontera, lo que implica que
el cadáver, lejos de ser benéfico, se vuelve una especie de pharmakós a expulsar, sin
SEIS. Heródoto consideraba al vino una bebida civilizada, faltaba más. Refiere que cuando
el famoso Creso se apresta a atacar a los persas, un lidio de gran renombre, célebre por su
sabiduría, le aconseja que desista de ello con el argumento de que nada tiene que ganar y sí
mucho que perder al enfrentar gentes que visten de cuero, comen lo que rebañan por ahí y
no prueban el vino, sino que únicamente beben agua (como las ranas). Son, en fin,
verdaderos salvajes. El vino cumple un papel destacado también en la fábula con la que
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Ciro incita a los persas a rebelarse contra los medos. Luego de reunirlos les hace roturar un
campo de cardos y, al día siguiente, les sirve un opíparo banquete marinado con vino.
El vino es el único de los presentes ofrecidos por Cambises al rey de los etíopes macrobios
que éste sabe apreciar, aunque los etíopes fuesen simples bebedores de leche (como los
niños). Este maravilloso néctar (óptimo para paladares exquisitos, no para bocas zafias de
remedio según se lo sepa emplear o no. Por ejemplo, beber vino y beber sangre: existe un
Beber vino denotaba al hombre civilizado sí, pero beberlo puro se estimaba propio del
hombre del animal, que deglute crudo, mientras que la carne hervida, esto es, en cocción
SRUHEXOOLFLyQVHSDUDEDDOYHUGDGHUDPHQWHFLYLOL]DGRGHOU~VWLFRFRQGHQDGRDORV³DVDGRV´
Para nadie es extraño lo bien que compagina un vino con cuerpo con un jugoso asado, y no
con un hervido, que puede resultar más insulso. Sin embargo, y en términos generales
(quiero insistir) desconocer la viña es lo mismo que ignorar las delicias de la civilización.
SIETE. (OVHQWLGRMXUtGLFRGH³KLVWRULD´SRUHOFXDOGHEHPRVFUHHUDTXLHQYLR\QRDTXLHQ
escuchó señala con meridiana claridad la inferioridad del oído con respecto a la vista. Sin
uno y otro caso, hay producción de saber. En virtud del principio de que el oído va a
lugares donde el ojo no puede ir, ese yo escuché podría valer tanto como el yo vi, no en
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términos absolutos sino relativos. Sin embargo, el empeño es firme: vale más ver que oír.
Estamos en un mundo donde es más que obvio que la palabra vale como conocimiento,
donde la palabra sabe; por lo tanto, un mundo donde el discurso oral está devaluado con
mentales y el saber compartido son escritos. Lo que sabemos es producto de lo que vemos,
dicha).
Muchas veces, sin embargo, leemos demasiado impersonal pasivo: se dice que; esto es, hay
un relato que dice. Un relato flotante del cual no se sabe quién lo produjo, ni cuándo ni
cómo ni para quién, con enunciados sin sujetos de enunciación ni destinatarios aparentes.
Bastan, eso sí, algunos indicios para que podamos calificar de manerDPiVGLVFUHWDHVH³VH
GLFH´Es, en definitiva, un poco aquello de yo veo, yo digo; digo lo que veo; veo lo que
puedo decir; digo lo que puedo ver. No está de más recordar, en cualquier caso, que a veces
de auténticos logógrafos, han buscado el beneplácito más que la verdad, ¿merecen nuestro
absoluto descrédito?. Podría argumentarse que se han dejado llevar por el placer del oído.
+DQRSXHVWRHOPLWRHO³RWUR´GLVFXUVRKLVWRULRJUiILFRQRHOPLWRFRPRSDODEUD³VDOYDMH´
el oído, el instante (la mentira) y el placer (del auditorio y del propio narrador) a la verdad,
ϭϯ
En cierta ocasión, Kublai Kan preguntó a Marco Polo si, al regresar a Venecia, relataría a
sus compatriotas las mismas historias que le había contado a él. El veneciano responde
diciendo lo siguiente: hablo y hablo, pero quien me escucha únicamente retiene las palabras
Una cosa, sigue aportando el mercader, es la descripción del mundo a la que prestas la más
benévola atención, otra es la que hará la ronda de los estibadores y los gondoleros sobre los
fondamenta delante de mi casa el día en que regrese, otra más, en fin, la que podría dictar
en mi vejez. ¿Ello significa, por tanto, que lo que rige el relato no es la voz sino el oído?.
historiador (y su desempeño) casi como si fuese una entidad sobrenatural, por sabia y
soberbia, de tal manera, sin saber muy bien el suelo que pisan. Antes de que existiese la
³SURIHVLyQ´GHKLVWRULDGRUpVWHRFXSDUtDXQOXJDULQWHUPHGLRHQWUHXQVRILVWDYHQGHGRUGHO
saber, y el rapsoda (o el aedo) vendedor, a su vez, de historias. Eso sí, rapsoda en prosa. No
existía nada semejante a ese contrato con un Estado (que lo autoriza y lo necesita) para
Mientras que antes de la presencia del historiador el hacer creer procedía de la Musa,
ϭϰ
autopsia y por investigación). Se convierte en el único sujeto de la enunciación, aquel que
sabe (o que, a veces, cree saber). Hace coincidir lo visible, lo mensurable y lo que se puede
decir, construyendo una representación del mundo que es a la vez saber pero también poder
(un poder, a veces excesivo y diría innecesario, que puede estar en el propio narrador, en su
fin). El historiador, en consecuencia, hace ver y hace saber (a los que no han visto), así
como a los que no tienen un determinado tipo de saber (esto es, los que no saben). Traduce,
en esencia, la diferencia: entre el mundo donde se relata y aquel que se relata. ¿No es, por
tanto, el historiador un retórico de la alteridad?. Es así que podría entenderse aquello de que
decir el otro es una manera de hablar de nosotros (ese conocer el pasado para entender el
presente). Así pues, maestro del ver, maestro del saber; pero también PDHVWURGHO³FUHHU´D
través de su representación.
Una reflexión última. En la práctica cotidiana (profesional) del historiador, lo real ocupa
una doble posición. Por un lado, aquello real en cuanto conocido (lo que el historiador
estudia, comprende; si se quiere, resucita de una sociedad pasada); y por la otra, lo real en
lo que implica la operatividad científica: los métodos del historiador, sus modos de
ϭϱ
DIEZ. Puede considerarse verdaderamente relevante que el ser humano se conozca a sí
peculiaridades personales, esto es, de aquello que lo diferencia de otros humanos, sino
procurar). Conocerse a sí mismo significa conocer qué es ser humano (harto difícil en las
que se es (con todos sus gradientes), y qué es ser el humano que uno es y no otro (y en
dónde radican las diferencias, en casos, esenciales). Pero conocerse a sí mismo significa
también asimilar los límites que nos condenan; conocer lo que se puede hacer (¿y lo que se
debe?).
Como no se suele saber lo que se puede hacer hasta que se intenta, la única pista para saber
lo que el ser humano puede hacer es averiguar lo que ya ha hecho (bien o mal, no es
historia consiste en que nos enseña lo que el ser humano ha hecho y, en este sentido, lo que
él es. Así que la historia pone a cada quién en su sitio; en muchos casos, sin pedestal.
ONCE. Se ha dicho siempre que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, pero ¿es
así realmente?. A fin de cuentas, no deja de ser cierto que un gran poder posibilita la gran
oportunidad de satisfacer todas las necesidades y los deseos. De este modo, se podría
UHIRUPXODU HO ³OHPD´ SUHYLR GLciendo que un gran poder conlleva una gran satisfacción
personal. A mayor poder se acompaña (debería creerse a pies juntillas) una carga
ϭϲ
proporcionalmente mayor de obligación moral. ¿Y cuáles serían las razones para ser
morales?.
Pues se han barajado varias. La primera de ellas tiene que ver con las consecuencias de no
ser moral, generalmente negativas (pérdida de integridad moral pero también otros muchos
embargo, podrían apuntarse serios inconvenientes: también es verdad que pueden no existir
propia vida serán más negativas que positivas. Así pues, si entran en conflicto la prudencia
menores mientras que los de comportarse con imprudencia son graves, las razones morales
no se imponen a las razones de prudencia. Desde esta perspectiva, alguien pensará que ser
La segunda razón es porque es lo correcto; esto es (al modo kantiano), tenemos que hacer
ventaja que nos interese. Ahora bien, ¿qué ocurriría si se diera el caso de que tuviéramos
razones más poderosas para hacer lo incorrecto, lo moralmente malo?; entonces, hacer lo
irracionales podríamos ser plenamente morales. Así pues, hacer lo correcto porque lo es y
Una tercera razón es la platónica, que señala que cumplir con el deber es la única forma de
tener armonía en el alma (es decir, tener la conciencia tranquila). En este último caso, ¿qué
ocurre en aquellas personas que carecen de una formación moral fuerte gente, digamos,
ϭϳ
despreocupada, que no parece enfocar la vida desde una perspectiva predominantemente
Una cuarta, más aristotélica (la ética de la virtud) es la que afirma que la virtud es su propia
recompensa; es decir, poseer un carácter moral bueno (poseer las virtudes) es,
necesariamente, un beneficio mayor para uno que cualquier beneficio que pudiera obtenerse
a expensas del carácter moral bueno. En la vida, entonces, no habría nada que valiese la
pena, salvo el ejercicio de las virtudes. Sin embargo, sugerir que la virtud perfecta es
necesariamente un beneficio tan grande que compensa en absoluto cualquier pérdida que
La quinta (en el fondo muy parecida a la primera), indicaría que ser moral siempre
compensa, a la larga (entendiendo aquí tras la vida mortal). Ello supondría aceptar la
existencia de una deidad todopoderosa y de bondad absoluta y perfecta, de tal modo que a
largo plazo nunca compensará (a nadie) ser inmoral. Aquí entraríamos en el manido karma,
desde cuya óptica ser moral siempre compensaría (las acciones inmorales pueden
compensar, en ocasiones, en esta breve vida terrenal, lo cual para muchos no es moco de
DOCE. Las teorías que se han ocupado de la aparición del Estado arcaico han presentado
dos posiciones, clara y taxativamente enfrentadas. Por un lado, aquellas que lo conciben
nacimiento, por tanto, en la existencia de un conflicto social interno; por el otro, las que
ϭϴ
afirman su origen como resultado de beneficios en el plano socio-organizativo que su
presencia promueve, así como de su poder de integración. Tal vez, un lugar intermedio
entre ambas concepciones del Estado podría ser viable: su nacimiento de un conflicto
guerra de conquista fuesen las principales causas que originaron desigualdades y una
estratificación social.
arqueológicos, real y lamentablemente exiguos, los que pueden tomarse como indicadores
que permitan reconocer la existencia del Estado en un espacio y tiempo dados. Se trata de
poder que movilizan la fuerza de trabajo; una administración pública que conlleva sistemas
TRECE. ¿Por qué hay que estudiar los mitos o leer los clásicos y para qué hacerlo (y no
solamente los occidentales)?. Interrogante nada retórico que pulula en la mente de algunos
el latín, el griego o la filosofía, alentados por los febriles mercados de trabajo de futuro,
centrados en más de un 95% en especializaciones tecnológicas. Será que soy uno de los
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últimos, y abatidos, románticos. Sirvan un par de míseros ejemplos de los muchísimos que
se podrían ofrecer.
Algunos saben que la Eneida, al margen de sus virtudes como poema épico, fue una obra
empleada para explicar la historia romana. Gracias a un buen número de sus elementos
(formales, técnicos) la obra fue reconocida y valorada en todos los tiempos, lo cual la ubica
en alta estima. De entrada, la gran cantidad de comentarios que surgieron a finales del
imperio occidental habla por sí solo (el perdido de Elio Donato, el de Servio, el de
(y extensa) pervivencia en la posteridad deja a las claras su potencial. Aparte del papel de
guía para Dante en la Divina Comedia, fue una referencia modélica en el épica del
Renacimiento (Torcuato Tasso, con Jerusalén Liberada; Luis de Camões con Os Lusiadas;
Alonso de Ercilla y su La Araucana; y el gran John Milton, con su Paraíso Perdido), pero
en Dido y Eneas, ópera barroca inglesa de Henry Purcell; los conocidos motivos y
episodios presentes en las artes plásticas (Tiépolo, con el Mercurio exhorta a Eneas a que
aparece a Eneas; Thomas Jones, con Paisaje con Dido y Eneas; Guercino y La muerte de
ϮϬ
tanto en las artes plásticas como en el cine o la creación literaria. Baste recordar unos pocos
:RRG\$OOHQ«\ORTXHUHVWDUtDpor decir.
En ambos existen zonas grises, y no siempre resulta fácil, ni sencillo, distinguir el héroe del
ficción. El que gana puede ser el duplicado del oponente vencido. Veamos unos pocos
casos.
El odioso enemigo (léase en la mitología griega Pitón, Tifón o Medusa, por ejemplo) es un
horripilante monstruo que se metamorfosea, envía pestes y plagas, asesina, masacra, viola,
roba, secuestra o siembra todos los males habidos y por haber. Del mismo modo vale decir
cosas semejantes del mismísimo Zeus, que también mora en cavernas, se transforma en toro
o sierpe, lanza rayos destructores o envía tempestades, diluvios; encarcela y tortura o rapta
doncellas. Incluso se concilia rastreramente con todos los dioses celestes para encerrar en
sobre los hombres, usurpa templos o lanza destrucciones sobre los ejércitos aqueos. El
Ϯϭ
como ninguno. Asesina a Lino, su maestro de música, masacra a sus propios hijos
obnubilado por una personificada Manía y se deja llevar de mortíferos ataques de ira (o de
temperamento vehemente). Así pues, los héroes se transforman en villanos. ¿Y los villanos
en héroes?. ¿Acaso es muy distinto el Tifón que asalta los cielos del Zeus que antes los
toma por asalto también?; y ¿en dónde reside la diferencia entre Pitón que guarda Delfos y
Hay figuras inversas y simétricas. Conviene no olvidarlo en todos los aspectos de la vida.
Así, no resulta para muchos difícil moverse entre opuestos. En este sentido, se entiende esta
retórica tan traumática: si uno es enemigo del régimen político (pensemos en el que
pero si por el contrario se es amigo, a tal carestía se la califica de mejor y más eficiente
distribución. Dicho de otro modo, a veces se enfatiza la lujuria disoluta del Minotauro,
mientras que los raptos, violaciones y seducciones de Zeus (por ser quien es) son
QUINCE. En respuesta a una de las preguntas del rey Gylfi se le responde que la tierra es
un gran círculo y que más allá se encuentra el Gran Mar. Los gigantes viven en la orilla de
ese gran mar, pero se les impide entrar en otros lugares de la tierra gracias a un gran seto
creado con las pestañas de Ymir, el gigante nórdico del hielo. Ese poderoso seto frontera es
Midgard, recinto central o, como también lo llaman, la Tierra Media (Asgard, por su parte,
sería el hogar de los dioses). Ese es el lugar en el que viven los humanos.
ϮϮ
Las primeras personas fueron creadas por Odín y sus dos hermanos (Vili y Ve) a partir de
piezas de madera que encontraron a orillas del mar. Formaron un hombre con dicha madera
y lo llamaron Ask; ensamblaron también una mujer y la llamaron Embla. Tanto Odín como
sus hermanos entregaron regalos a esas personas recién creadas. El primero les dio vida,
Vili consciencia y movimiento, mientras que el tercero voz, oído y vista. Si no fuera por esa
Cuando se creó el mundo, por su parte, la tierra se formó del cuerpo de Ymir. En su carne
vivían criaturas que surgieron de la misma forma que lo hacen los gusanos en la carne en
³VHUHV´SRGtDQDGRSWDUODIRUPD\HOUDFLRFLQLRGHORVKRPEUHVSHURVHJXLUKDELWDQGRHQOD
tierra y las rocas como viles reptiles. Es el origen de los enanos (más pequeños mental que
físicamente).
respetado, hasta tiempos actuales, como protectora de los hogares. En los mitos del Kojiki
un reptil gigantesco de ocho cabezas y el mismo número de colas fue derrotado por el héroe
Susanoo (un encuentro que pareciera tener cierto eco con el de Heracles y la hidra de
Lerna). Susanoo descendió a la tierra y allí encontró a un par de desolados ancianos que se
lamentaban porque una sierpe se comía una tras otra a sus hijas, hasta que de ocho
solamente les quedaba una. El héroe hizo que la serpiente bebiera gran cantidad de sake y
Ϯϯ
luego la mató cuando estaba completamente ebria. Pero también este reptil se empleaba
en donde se aprecia a Hebi, la serpiente Yokai) se ve una serpiente, que simboliza un alma
nombre póstumo budista y los monjes celebraban oficios para propiciar su descanso en paz.
ODPXHVWUDDFRPSDxDGDGHXQDVLHUSHVLQyQLPRGH³FHORV´
En un ámbito popular es muy famoso un reptil semi legendario llamado tsuchinoko, que
chilla como un ratoncillo. Para terminar, no se puede dejar de mencionar la leyenda del
monje Anchin y de Kiyohime, en el templo Dojoji de Wakayama. Anchin era un bonzo que
estaba de peregrinación al templo de Kumano. Por el camino fue asaltado por la joven
Kiyohime. Tuvo que prometerle que se casaría con ella a su regreso. Sin embargo, al final
quiso escapar del compromiso. La joven, convertida en serpiente, lo persiguió sin descanso.
Kiyohime, en realidad un espíritu del río, rodeó la campana con su cuerpo y lo quemó vivo
en su interior.
presentes en las sepulturas humanas del Paleolítico superior suele dar mucho de sí, aunque
sea usando, en muchas ocasiones, analogías que no siempre están libres de sospecha en
Ϯϰ
cuanto a su real valor antropológico en estudios de esta condición. El mamut aparece muy
emplearon diversos huesos de estos animales para resguardar tumbas humanas, son
deseaban poner a sus muertos bajo la especial protección del mamut en virtud de que su
apariencia motivaría el alejamiento de los espíritus malos?, o ¿el mamut sería concebido
como un espíritu protector, de manera similar a como los pigmeos consideran al elefante
Muy frecuentemente también, los restos humanos suelen aparecen reposando sobre capas
GHRFUHHQFDUQDGR6HKDGLFKRTXHQRVHUtDHVWDXQD³RIUHQGD´VLQRTXHKDEUtDKDELGRXQD
asimilación de las gentes del Paleolítico de esta sustancia con la sangre, es decir, que el
ocre proveería al cuerpo pálido sin vida de una apariencia externa sanguinolenta, vital. ¿Es
relevante, o no, por tanto, que haya una discrepancia al respecto del significado del color
en, por ejemplo, China, en donde dicho color es signo de duelo y tendríamos, entonces, que
entender que el empleo del ocre rojo no es signo de vida, sino de muerte (al margen de que
una y otra comprenden el mismo acto)?. Gran número de sepulturas humanas han sido
halladas debajo de hogueras, lo cual podría ser indicio de algún tipo de rito consciente y no
azaroso.
(Q WDO VHQWLGR ¢GHEHPRV GHVSUHFLDU OD LGHD GHO ³IUtR´ TXH ORV PXHUWRV VXIUHQ \ OD
del conocido tirano Periandro de Corinto, se dirige a su marido manifestándole el frío que
pasaba y, de paso, quejándose de que los vestidos con los que su esposo la había enterrado
Ϯϱ
no la tornaban del frío porque no habían sido incinerados. Mundo de posibilidades que
pobladores se manifestó en diversos soportes, piedra, marfil, hueso y, tal vez, madera. Las
escuOWXUDV GH ODV ³GLRVDV PDGUH´ IXHURQ WDOODGDV HQ ODV HVWUXFWXUDV GH ODV FXHYDV R ELHQ
modeladas exentas, de pequeños tamaños. Por otro lado, las pinturas parietales muestran los
sobre el mismo. Los presuntos chamanes pudieron haber ofrecido allí, en el interior de
6HKDTXHULGRYHUODSUHVHQFLDHQHO3DOHROtWLFRGHGRV³PLWRV´HVHQFLDOHVXQRGHHOORVHOGH
la diosa-madre, y el otro el del cazador. Las pequeñas esculturas podrían hacen pensar que
contraste, el pretendido mito del cazador estaría vinculado sobre todo con el drama de la
sobrevivencia; esto es, con la acción de matar como acción ritual que se lleva a cabo para
vivir.
Habría pues, dos historias, y ambas serían parte crucial de la experiencia humana. Dos
concepciones que, sin embargo, tenderían a escindirse al reaccionar ante dos instintos
cazador (humano) así como los animales cazados estarían contenidos en una visión. Habría,
Ϯϲ
se podría pensar, una continuidad de asociación en la que los dos, cazador y cazado
de la diosa, al lado de los demás varios aspectos de la vida que forman parte del todo en
conjunto.
En el mito del cazador, tanto animales como seres humanos entran en competencia por la
sobrevivencia; la vida de uno supone con frecuencia la muerte del otro. Las dos historias se
verían entonces como opuestas, de manera que la conexión con la dimensión invisible de la
que provienen la vida y la muerte, se perdería. El mito de la diosa sería contenedor del mito
La factible presencia del chamán en la cueva paleolítica indicaría que las poblaciones del
Paleolítico sabrían lo vital que sería para el bienestar no olvidar la relación esencial entre
HVWDV GRV ³KLVWRULDV´ En la zona más secreta y oscura de la cueva, en donde los límites
fundamental entre ambos mitos. Se sabría la necesidad esencial de asociar caza con una
incluiría la regulación de la vida vegetal y animal así como los ciclos estacionales lunares y
solares, mensuales y del año. En la Edad del Bronce, momento en que se producen llegadas
vital entre el ya antiguo mito del cazador y aquel de la diosa. La sensación sería de pérdida,
Ϯϳ
Durante la Edad del Bronce, el para esta época ya arcaico mito del cazador crecería hasta
A pesar de tal ocultamiento, podríamos hallar este perdido mito primordial diseminado por
la visión de la totalidad que encarna, no estaría realmente perdido, sino que habría quedado
VRODSDGR SRU ODV UHLYLQGLFDFLRQHV GH OD RWUD ³KLVWRULD´ OD GHO PLWR GHO FD]DGRU \ VX
necesidad de sobrevivencia.
serpiente, el pez o el ave, además de los meandros, la espiral, o el laberinto; o bien los
animales salvajes, como el toro, el bisonte y el león, pero también la cabra, el ciervo o el
caballo, podrían ser indicadores claros de rituales que tratan de la fertilidad de la tierra, de
los animales y seres humanos, así como del viaje del alma a otra dimensión. Estaríamos
Con posterioridad las imágenes religiosas formales acabarían siendo preeminentemente las
de una deidad padre, creadora de cielo y tierra mediante diversos mecanismos, incluida la
palabra. Es una divinidad que se encuentra más allá de su creación, no dentro de ella. En la
tradición de la diosa madre, concebida como origen y destino, como aquella que confiere la
vida y como morada de los muertos, en el ámbito de un ciclo temporal perpetuo y continuo
Desde las galerías laberínticas de las cuevas paleolíticas parece existir todavía una
identidad de imágenes simbólicas que sobrepasa el paso del tiempo. Las aves volando de un
Ϯϴ
lugar de enterramiento como el de Mal'ta (Irkutsk, Siberia) se podrían conectar con la diosa
pájaro del Neolítico, al igual que con las palomas pertenecientes a la diosa sumeria Inanna,
o a la Isis egipcia, la Afrodita griega y hasta con la paloma del Espíritu Santo. El ave en la
arca de Noé o la que se acoge en el regazo de la diosa griega Perséfone (siglo V a.e.c.). La
serpiente de la placa de Mal'ta reaparece con el árbol de la vida sumerio, y más tarde
dirigiéndose a Eva desde el árbol del conocimiento del bien y del mal en la tradición
cristiana. Las sierpes entrelazadas conforman el jeroglífico del dios sumerio Ningizzida, lo
mismo que la espiral del caduceo del Hermes griego, guía de almas.
A partir de la probable danza de los chamanes en Les Trois Fréres, pasando por el baile del
laberinto cretense, hasta el baile circular de los discípulos de Cristo en los Evangelios
Incluso el útero oscuro de la diosa paleolítica, que había sido la cueva-templo o santuario,
experimentando la tierra, los animales o las plantas como epifanía de su presencia. Como
antaño, el pájaro (grulla, cisne, oca, pato, lechuza, buitre), se plasma en esculturas y dibujos
(como también los insectos, caso de la abeja y la mariposa) además de la serpiente. Todos
ellos pondrían de manifiesto su divinidad. Por otra parte, animales paleolíticos, toro, león,
Ϯϵ
Existieron núcleos aislados y diferenciados de cultura neolítica, probablemente ya desde el
séptimo milenio, en la Europa oriental, Egipto, Anatolia meridional, Palestina, el valle del
probabilidad de una única matriz cultural subyacente a todas estas regiones. En tal sentido,
Edad del Bronce, en el marco de una matriz cultural subyacente a las civilizaciones
(VWDFRQWLQXLGDGFRQHO3DOHROtWLFRHVHVSHFLDOPHQWHSDOSDEOHHQODVILJXUDVGH³GLRVDV´DVt
Neolítico han sido halladas en diversas regiones, hechas en terracota, mármol, hueso, e
incluso alguna en oro. Durante milenios su estilo apenas ha variado. Las tallas aparecen
cantidades. No parece haber evidencia alguna de distinción entre la diosa que trae la vida y
otra que propicie la muerte, como si habría ya en la Edad del Bronce, un indicador de que la
tendencia del Neolítico, al igual que la del Paleolítico, era experimentar ambas como una
unidad.
Una muy antigua tradición parece relacionar a la diosa con las aves, como se manifiesta en
Ishtar, Neftis, Isis o Atenea). Un gran número de posteriores historias de doncellas cisne o
de pájaros parlantes observadas en los cuentos de hadas europeos podrían provenir de estos
A su vez, el tema del huevo se relaciona con la diosa-pez. Tales deidades pez se muestran
con forma de un huevo o de una matriz. Tal vez ello implique que el pez sea la nueva vida
que surge del huevo, de la matriz acuosa. En el mundo de los cuentos de hadas hay peces
que hablan a los humanos y les traen riquezas, como en el cuento de los hermanos Grimm
del pescador y su esposa. En el mito caldeo del dios pez Oannes, el pez es imagen de
fertilidad y renacimiento que surge del mar para dar a conocer a los humanos las artes
civilizatorias. Debe recordarse, del mismo modo, al pez que se tragó el falo del
de las aguas. El pez (ikhthys) fue también, como es bien sabido, el antiguo símbolo
Un par de nuevas imágenes de la diosa se ven a partir del Neolítico, en concreto la diosa de
la vegetación (trigo, maíz), a quien se ofrecían los primeros frutos de la cosecha, y la diosa
animales, podrían haber simbolizado la matriz de la diosa (se han hallado esculturas de la
misma en el exterior, Laussel, o en sus inmediaciones Lespugue), hecho que indicaría algún
tipo de relación entre las diosas del exterior y los animales pintados en el interior, en el
Neolítico, caso de Catal Hüyük, en Anatolia, parece que se explora la relación precisa que
asocia la GLRVD\HODQLPDOGHDKtHOXVRGHOFRQFHSWR³GLRVDGHORVDQLPDOHV´R³VHxRUDGH
ODVEHVWLDV´&RQHOORVHKDUtDSDOSDEOHHOVHQWLGRHQHOTXHORVDQLPDOHVVHSHUFLELUtDQFRPR
cuerpo dispuesto para dar a luz. El masculino, por su parte, se observa en el cuello fálico y
La imagen del dios, del principio masculino, se asocia al falo, toro, macho cabrío o sierpe
de forma fálica. También habría una personificación en figura híbrida, mitad hombre, mitad
animal o en forma de hombre representado. Sería consorte y, tal vez hijo, de la diosa. Debe
considerarse la posibilidad, en tal sentido, de una imposición de una mitología con una
poblaciones agrarias.
DIECINUEVE. Inanna, la semítica Ishtar, fue una las tres diosas más relevantes de la
Edad del Bronce, al lado de Cibeles en Anatolia y la Isis egipcia. Las alabanzas e himnos
ofrecidos en su honor como reina virgen del cielo y la tierra, pudieran anunciar los rendidos
ser fulminado por el sol abrasador del verano, mientras ascendía de nuevo bajo la forma de
los primeros brotes de cereal anunciadores de una renovación de la tierra fértil. María,
ϯϮ
inframundo y acabará resucitando. Diosa doliente y deidad agonizante aparecen, entonces,
juntas.
Algunas imágenes en sellos cilíndricos tal vez podrían anticipar el relato del nacimiento y
la estrella que iluminó el lugar donde el niño divino vino al mundo terrenal en Belén. Es
realmente factible que la historia del nacimiento de Cristo en los Evangelios, además de la
hijo-amante Dumuzi. Convendría recordar que Inanna, sacra pastora, guardiana del establo
de vacas (y de otros animales) dio a luz un hijo al que se denominó, entre otras formas
FRPR³SDVWRU´R³VHxRUGHYLGD´
concreta historia sobre Inanna fue en algún momento parte de la literatura sapiencial, ahora
perdida o destruida, del pueblo hebreo o si el modelo pudo ser sumerio. No debería
olvidarse que Babilonia, durante el período del cautiverio, entre 586 y 538 a.e.c., debió ser,
VEINTE. Las fresas con nata, o en su defecto yogur, es un postre apetecido en la casa de
quien esto escribe. El problema, me dice mi mujer, es que la nata desaparece mágicamente
respecto. Hace un par de días, leyendo uno de esos libros de Gerónimo Stilton que tanto
gustan a los infantes, mi hijo me comenta, con una agudeza digna de encomio, que ya sabe
ϯϯ
desdentado y muy goloso que se suele transformar en mosca para chupar aquella nata sin
³YLJLODQFLD´7UDVODVSHUWLQHQWHVULVDVDOUHVSHFWROHUHFXHUGRHMHPSORVGHVHUHVIDQtásticos
Es el caso, a cuenta de las moscas, de las Cogas, brujas de Cerdeña que se metamorfosean
en moscones; de Far Darrig, un colmilludo duende irlandés francamente hostil que inspira
pesadillas (vano intento de acongojarlo); de Fuddettu, duende que cabalga un sapo que
devora huevos de gallina y como divertimento tiene la fama de intercambiar la sal por el
azúcar o el aceite por el vinagre; de Janara, famosa bruja de la Campania (cuya iconografía
almas de difuntos etruscos), que gusta de chillar en los oídos de sus víctimas después de
entrar volando por las ventanas; del duende ruso Ovinnik, que se transforma en gato negro
pero ladra; y, sobre todo (le advierto), de la célebre bruja tártara que cabalga al revés y
responde por Sural. Esta bruja, cuyo único temor es el agua (nunca se lava), se especializó
en hacer interminables cosquillas a sus víctimas. Esta última si logró poner en guardia al
VEINTIUNO. Cuando Anu ofrece a Adapa el pan y el agua de la vida, éste los rechaza.
misma era el destino ineludible de la humanidad (por eso Gilgamesh fracasa en la búsqueda
hecho, los dioses decretaron la muerte para el ser humano. El fallecido va a un oscuro, frío,
ϯϰ
tétrico y poco esperanzador inframundo, en el que se come cieno y del que no se regresa, lo
que implica que una vez muerto todos somos iguales y nada es imperecedero.
Los dioses escapan a este terrible destino (aunque algunos mueren, por ejemplo Enuma
Elis, con Kingu, Apsu y, sobre todo, Dumuzi, el Tammuz acadio que recuerda a Osiris y se
relaciona con Adonis en Siria) y en eso consiste, precisamente, su divinidad. Así, la muerte
es el final del hombre y no parece haber existido nada semejante a la inmortalidad del alma.
Una vez muerto, del individuo quedaba el cadáver pero también el ánima, espectro o
espíritu (algo sutil pero siempre material), y que no era un alma o espíritu puro. Mucha
corporeidad y mucho materialismo, por tanto. Negada la inmortalidad (la única posible es
formar parte de los antepasados), la tarea humana residía (afirma con contundencia la
vida. Posicionamiento muy extendido, qué duda cabe. Como decía una famosa canción de
J. Gurruchaga³PLFRUD]yQVHPXHUHGHVHGFXDQGRODQRFKHHPSLH]DDFDHU´
recomendable Centuria, cien breves novelas-río, narra esta particular historia. Cada quien,
con su voluntad, sagacidad y ánimo, reflexione y saque sus propias consecuencias. Escribo
tirando de memoria.
Había una ciudad sobre la que gobernaba una princesa sanguinaria, de la que cada hombre
se había enamorado alguna vez. A los que la pedían por esposa les proponía un acertijo,
muchas veces sencillo y otras de nivel de primaria. Aunque algunos acertaban, todos ellos
cometían algún mínimo error, irrelevante incluso. Por tal motivo, todos acababan siendo
ϯϱ
ejecutados. La princesa era delicada y afectuosa, y su deseo no era otro que casarse con
algún joven sin fortuna ni prosapia. Aborrecía su misión, terrible tarea que le había sido
impuesta, pues debía obedecer al rey sanguinario, que era el que le sugería los acertijos y
señalaba el mínimo error cometido por los pretendientes. Pero resulta que el rey también
catedrales y leer libros. No quería matar a nadie, pero también él debía obedecer, en este
música tras las cenas. Incluso era generoso con los pobres, pero también, faltaba más, tenía
que obedecer. Cada mes, se dirigía a las montañas, y frente a una caverna escuchaba una
grave voz, repleta de gruñidos, aunque a veces, en forma de murmullo, parecía tener algo
era un demonio que hacía lo propio con una deidad o un dios esclavizado por el demonio).
Filóstrato, Píndaro, Apolodoro, Virgilio, Higino y Ovidio, entre otros, mencionan la muerte
de Aquiles. El gran héroe épico muere a traición. De lejos le llega la flecha disparada por
Apolo (o Paris). Y debe recordarse que el arco no es en la Ilíada un arma noble, como la
lanza o la espada, sino un instrumento de escasa nobleza, usado por un individuo tan vil
como Pándaro, que con su flecha hiere a Menelao, enfrentado en duelo con Paris. La
ϯϲ
intervención de Apolo, disparando la saeta o guiando con precisión su curso es también, se
diría, un golpe bajo. El luminoso dios délfico tiene un lado terrible y sanguinario.
En la épica, Apolo no maneja el cuchillo de los sacrificios, sino el arco infalible. Quinto de
Esmirna resalta, de la muerte de Aquiles, la feroz enemistad del dios que actúa
que en la Ilíada otro caudillo aqueo, Diomedes, había combatido contra un par de deidades,
y no había sido castigado tan implacablemente. En consecuencia, hasta los santos comen
judías, o caminan, a veces, por el lado oscuro, que diría Lou Reed.
VXSHULRU PiV LQWULJDQWHV 3DUWH GH VX ³DWUDFWLYR´ UHVLGH HQ HO KHFKR GH TXH OOHJy D ser
(UD HO SRGUtDPRV GHFLU ³SDtV GH ORV KXUULWDV´ +XUUL HV XQ WpUPLQR TXH GHVLJQD XQ
contenido de tipo étnico-cultural; por su parte, Mitanni alude a una realidad política (era el
nombre del Estado creado por estas gentes de Hurri), mientras que el Hanigalbat posee el
valor de una referencia geográfica (el territorio originariamente hurrita, por tanto).
Existe bastante información sobre las relaciones de Mitanni con otros reinos sometidos,
caso de Alepo, Mukish, Qadesh, Kizzuwatna o la misma Asiria así como con las potencias
exteriores Egipto o Hatti. Durante dos siglos (XVI y XV), hubo una patente hostilidad con
ϯϳ
La expansión de Mitanni, de hecho, encontró su contrapeso en la presencia militar de
Egipto en Siria (Amurru) y Palestina (Canaán). Estas zonas eran auténticas y activas
encrucijadas de las rutas comerciales de la época. Las revueltas de los pequeños estados
sirios y cananeos contra la autoridad de los faraones no fueron raras, y en más de una
ocasión Mitanni estuvo detrás de ellas, sosteniéndolas y alentándolas. Desde mediados del
Las guerras fueron sustituidas por relaciones diplomáticas, selladas con el intercambio de
embajadores y el envío de regalos, en tanto que la paz entre las dos potencias se sancionó
en varias ocasiones por mediación del matrimonio de princesas mitanias con los faraones
egipcios. Pero sería el nuevo auge hitita, con el creador del Imperio, el notable Subiluliuma,
sumado a un poderío asirio que ahora emergía (en esencia con Salmanasar I) los que
ante un decreto del tirano Creonte que le impedía rendir homenaje fúnebre a su hermano
de la familia frente al Estado (que encarna Creonte). Dos derechos opuestos frente a frente,
diría Hegel.
Señalaría alguno que Antígona, quebrantando la ley de la ciudad, es la heroína víctima del
terror del Estado, la afirmadora de una moral individualista y una mártir del amor familiar,
lo cual añade elementos de gloria a su valor y una aureola romántica a su martirio. Pero
Creonte, dirán otros, tiene también sus razones. Desea dar un ejemplo a la ciudad dejando
ϯϴ
sin sepultura a un desterrado fratricida que intentaba destruir su propia patria. Quiere
anteponer la ley de la ciudad a los afectos personales y familiares. Quiere justicia ejemplar
e inflexible, aunque también será arrastrado por la catástrofe trágica, configurándose como
esquema de Aristóteles.
merecía ser castigada por su acción descontrolada y subversiva. Y es que desde el punto de
vista de la polis Creonte tenía razón: es Antígona quien desata una violencia a la que la ley
del tirano quiere frenar. Creonte, como representante de la polis, tiene el derecho de
disponer del cadáver del traidor, aunque el modo en que ejerce este derecho exponiendo el
La causa de Antígona, por su lado, es justa y justificada; su acción es justa porque suprime
la ofensa a los dioses, pero también injusta, pues se opone al orden ciudadano, subvirtiendo
sus jerarquías. Pero todavía hay algo más. Evitar que el cadáver de un familiar sea
deshonrado es un deber que obliga a los miembros del génos, pero nunca a las mujeres,
carentes de medios para velar por la honra de los difuntos. En tal sentido, Antígona posee
una masculina arrogancia. No conviene olvidar que la desobediencia, esa rebeldía que
comporta cierta grandeza de ánimo, se suele pagar con el sufrimiento, la catástrofe y hasta
en una tumba en Pilos, que ha sido fechada en el Período Minoico Tardío (1700-1450
ϯϵ
a.e.c.). En este sello de oro, a pesar de su pequeño tamaño, se puede observar una compleja
La imaginería del sello se estructura y organiza desde un retorcido árbol de la vida, que
brota de un pequeño montículo cubierto de brotes en el centro. Sus dos ramas laterales
apreciar lo que pudiera ser una sacerdotisa con cabeza de ave que intercepta a un intruso.
Sus alzados brazos parecen sugerir la presencia de sacras ceremonias solamente aptas para
iniciados. Otra oficiante, también con cabeza de pájaro, hace señas a una pareja joven, que
se muestra cogida de la mano, para que se acerquen hasta el lado contrario del tronco del
árbol.
Mirando en dirección opuesta, otras dos figuras más con cabeza de ave parece que rinden
homenaje a un grifo, sentado en un trono ante la deidad, gestualizando con los brazos
alzados (acción que sugiere una epifanía), en tanto que la diosa se mantiene un tanto alejada
tras él. Su brazo derecho apunta con claridad hacia abajo, en dirección al grifo, mientras
que el izquierdo lo hace hacia arriba, orientado a la escena superior. Pudiera dar la
impresión que tal actitud sugiere que la deidad, al final, es la única con el poder de
ϰϬ
La escena que se despliega por debajo de las ramas recuerda las salas del juicio egipcias, en
las que una procesión análoga conduce al fallecido ante el dios Osiris. En el ritual egipcio,
es Tot (no se olvide, con cabeza de ibis), quien anota el resultado del juicio, durante el cual
imagen simbólica de Maat. En este caso, se observa con nitidez, los asistentes que se
dirigen al grifo sentado en el trono del juicio poseen, asimismo, cabezas de pájaro. Detrás
del grifo se encuentra la deidad, ubicada de manera semejante a como lo hace Isis tras un
Osiris sentado. En la raíz del árbol hay un curioso perro, que nos podría rememorar, en
principio, al can guardián Neolítico que custodia el árbol de la vida, pero también al
posterior chacal Anubis egipcio, que guía las almas de los fallecidos, anticipando además al
Conviene también observar que dentro de las raíces del árbol aparecen unas pequeñas
formas oblongas que semejan brotes de plantas, tal vez imágenes de una nueva vida en
preparación, que surge de la muerte. Si con el gesto de la diosa se asume que la pareja
fallecida satisfizo al tribunal del juicio, aquí representado por el grifo con pose y aspecto de
HVILQJH HQWRQFHV OD SDUHMD GH ³DOPDV´ VH Wrasladaría a la sección superior del sello, en
figura de un león.
El felino reposa sobre una suerte de plataforma sostenida por un par de esforzadas figuras
responsabilidad de resguardar los misterios de la deidad, ¿del mismo modo que en la cueva
paleolítica de Les Trois Fréres?. Sugerente. En la parte superior del árbol, al lado del felino
brotan ramas de hiedra, cuyo crecimiento espiriliforme, con verdes hojas perennes, sería
ϰϭ
XQDLPDJHQTXHSRGUtDVLPEROL]DUODLQPRUWDOLGDGSUHOXGLDUtDODIDPRVD³UDPDGRUDGD´HQ
la Eneida virgiliana).
La pareja está ausente del sector superior derecho de la escena, en donde domina el león,
aunque reaparece junta al otro lado del tronco del árbol. Esto podría indicar la realización
de un ritual de paso por mediación del cuerpo del animal, de ahí el gesto de epifanía de la
mujer, que podría expresar satisfacción y asombro ante su nuevo y cambiado estado.
Sentada ahora sobre una rama, se halla (en esta ocasión más cerca), la deidad minoica
además de otra figura con la que da la impresión de estar manteniendo una especie de
VEINTISIETE. Uno de los aspectos cruciales del kerigma cristiano tiene que ver con la
desatadas por Antíoco IV epífanes, cuya misión era, claramente, helenizar el pueblo judío?.
que veía cómo muchos eran apresados, torturados o asesinados por su fidelidad a Yahvé.
Las persecuciones de este rey cambiarían, por lo tanto, la visión del soberano extranjero
pocos privilegiados. Y resulta que tales privilegiados no son los muertos por defender la fe
ϰϮ
yahvista, sino los maestros que predican la conversión. Por consiguiente, creencia en una
resurrección personal, diferenciada sí, pero que en este momento no era para nada
universal.
En los textos de Qumrán hay referencias a la resurrección más antiguas (tal vez del siglo III
no se asocia con los ciclos naturales (ciclo solar, regeneración de la naturaleza como Osiris,
Dumuzi, Deméter o Baal), sino que se vincula con la retribución y justicia divinas. La
transformación del universo y como exigencia cósmica del principio dualista. Mientras,
Todo esto se irá refinando con el tiempo, sobre todo con las aportaciones de origen helénico
imperecedera, de recuerdo y memoria entre los vivos (al modo heroico arcaico) como en la
ϰϯ
VEINTIOCHO. Tratábamos hace algún tiempo un siempre espinoso tema, el que refiere
las peculiaridades del gobernante de la antigüedad. La idea del rey como buen
ciudades sumerias del Dinástico Arcaico se vio superada posteriormente por el concepto
acadio del rey héroe-conquistador contrastado, sin ir más lejos, en Sargón y Naramsin. Se
trata de reyes heroicos cuyas acciones se convirtieron en leyenda debido a sus grandes
el reino propio constituye el centro del mundo y el resto es una periferia inferior, bárbara e
inculta que puede y debe ser sometida, se abría paso mediante guerras de frontera, aunque
no existían todavía los medios para articular de modo adecuado un estado territorial amplio
Con la tercera dinastía de Ur se produjo una suerte de interrelación sui géneris. Los reyes
la deificación ante los sometidos, pero el carácter heroico no fue asimilado, siendo
VXVWLWXLGR SRU ODV ³DQWLJXDV´ WUDGLFLRQHV VXPHULDV UHODWLYDV D OD MXVWLFLD \ OD EXHQD
grandes constructores de templos, como algo antes lo había sido Gudea. No obstante, los
Al igual que los grandes soberanos acadios utilizaron los títulos de rey de Sumer y Acad o
el de rey de las Cuatro Regiones para expresar esa ideología del dominio universal. Los
ostentoso título Rey de la Totalidad), sino que combinaron medios diplomáticos y políticos,
junto a los militares, a gran escala. La situación política (fragmentación hasta el triunfo de
Por la influencia amorita, que introdujo en Mesopotamia los ideales de la igualdad tribal,
redefinidos en el ambiente cortesano urbano, el rey justo se asimila a la imagen del rey
SDVWRUTXHFXLGDGHXQ³UHEDxR´KXPDQRDOTXHYLJLOD\SURWHJH(OUH\HVSRURWUDSDUWH
su dominio).
En los inicios del segundo milenio una nueva transformación en la realeza afectó al
³PRGHOR´ GH UH\ HQ HO 3Uy[LPR 2ULHQWH $QWLJXR (O FDPELR IXH FRQVHFXHQFLD GH OD
confluencia de dos factores. Uno, propio de la política regional del período, la división en
grandes imperios y pequeños reinos y principados, con grandes cortes con relevantes reyes
frente a pequeños palacios y soberanos vasallos; el otro, procedente del ámbito social y
palatino, caracterizado por un auge de una aristocracia militar, convertida en crucial soporte
del poder real. El rey pasó, entonces, de ser jefe y representante de la comunidad ante las
débiles y oprimidos a cómplice de los poderosos y los opresores, con los que convivía en su
En un contexto histórico de guerras sin fin, en las que se inmiscuyen imperios como Egipto,
Mitanni, Asiria e Hititas, así como los pequeños reinos y principados tributarios suyos, otra
vez obtiene primacía el carácter heroico regio, asociado con dotes de valentía, agresividad y
ϰϱ
fuerza. En un ambiente semejante el elemento principal será el de la fidelidad. Bien sea la
fidelidad, expresada por medio de un juramento ante los dioses, se nutría del proceder del
monarca, cuyo súbditos eran ahora más reyes y príncipes sometidos y vasallos, que los
Sólo con el final de la Edad del Bronce, que conllevó una crisis del Estado palatino,
un novedoso modelo de rey: el rey juez, a la vez símbolo de la unidad nacional (nuevo ideal
de procedencia tribal) y jefe del pueblo en armas. Opresión y fidelidad (al opresor) en un
PDUFRGH³XQLGDG QDFLRQDO´¢GHTXpPHVXHQD"
todo y en todos. También creían en una fuerza vital inherente al ser humano y hasta en una
³VXHUWH´ TXH ODV GLYLQLGDGHV RWRUJDEDQ FRQ GLVtPLOHV SURSRUFLRQHV GH EXHQD \ PDOD
momento de la creación, para siempre jamás, sino que entendían que el mundo cambiaba de
En vista de que la humanidad había sido creada para servir a los dioses, la falta (el pecado
si se quiere, aunque no se debe), se concebía como una transgresión ritual, una desatención
ϰϲ
al culto debido, y no como una ofensa ética o moral. Sin embargo, puesto que se
En tal sentido, se consideraba una falta contra los dioses, las acciones engañosas y pérfidas,
LJXDOPHQWHXQ³SHFDGR´FRQWUD6KDPDVK$OPHQRVDOJXQRVGLRVHVFDVWLJDEDQODVFRQGXFWDV
esta vida; esto es, no quedaba aplazada para un más allá. Se mantenía, por tanto, la
deshonesto y rapaz penado con una enfermedad o la falta de descendencia (terrible destino),
TREINTA. Las peculiaridades políticas de la Grecia de los siglos VII y VI a.e.c. pueden
intuirse con bastante claridad de los testimonios de autores como Teognis o Alceo. Teognis
REVHUYDTXHHOUHVXOWDGRGHOD³GLVFRUGLDFLYLO´QRHVPiVTXHHOGHKRPEUHVTXHJRELHUQDQ
a su antojo. Relaciona, como también hace Alceo, el gobierno de una sola persona con el
³PLQRUtDVGLULJHQWHV´HQYLUWXGGHODGLVFRUGLDHQWUH³IDFFLRQHV´VHHQFXHQWUDHQODEDVHGH
la tiranía.
La definición de los poderes (y el abuso de éstos) aparecen unidos en las leyes arcaicas
(Dreros, por ejemplo), en tanto que la fuerza de las regulaciones parece radicar en la
ϰϳ
autoridad que las aplica. Esto, se me antoja, es una clara señal que permite medir el éxito
una fuente tradicional de autoridad), se abriría paso de modo expedito el desprecio absoluto
de cualquier norma. En tal orden de cosas, la seguridad solamente podría proceder del
Desde la óptica de algunos autores griegos sucumbir a la tiranía suponía una deshonra. Era,
para la oligarquía, una insolencia y una afrenta, mientras que para la población común, el
KHFKR GH ³VRSRUWDU´ YROXQWDULDPHQWH XQ JRELHUQR DUELWUDULR R GH ³DFHSWDU´ XQ
infravalorar sus propios derechos. La inaceptabilidad del tirano residía en su persona física,
algunos más, como Nicolás Damasceno o Diógenes Laercio, entre otros varios, la tradición
populares.
H[LVWHQWHV HQ ODV VRFLHGDGHV TXH LQWHQWDQ UHJXODU VX SURSLD ³LGHQWLGDG FROHFWLYD´"
¿eclosionan en momentos delicados en los que las sociedades son un caldo de cultivo
propicio para que algunos anhelen el poder para actuar de modo que puedan prosperar a
ϰϴ
expensas de los demás?; ¿un duro, y no pocas veces longevo, mecanismo de
realmente importante no es que todos tengan lo mismo, sino que todos tengan lo que se
merecen.
TREINTA Y UNO. El célebre puente Sublicio recibe tal denominación porque era de
madera y se apoyaba en estacas. Construido por el rey Anco Marcio, se dice que fue
causa de su naturaleza sacra. Advierte Varrón que desde el puente todos los años los
sacerdotes lanzaban figuras de junco como simulacros de sacrificios humanos. El puente es,
han identificado el vocablo religión (al margen de con las tradicionales relegere y religare),
con una denominación más explícita de nudos de paja. Se trataba de nudos de paja que
El agente responsable de tal artificio ritual era el sacerdote, ministro pontonero (es decir, el
pontífice, pontem facere). Su cumplida realización permitía que el puente, obra atentatoria
efecto, las aguas corrientes, de ríos y arroyos, se constituyeron para fluir y seguir de modo
QDWXUDOVXGHVSOD]DPLHQWR\QRSDUDVHU³DWUDYHVDGDV´SRUORVTXHRSRQHQXQLPSHGLPHQWR
El puente como entidad franqueable sagrada no puede, por consiguiente, separarse del
pontífice, quien, mediante un sacrificio, establece una alianza con el ámbito sobrehumano.
ϰϵ
De esta manera, los mencionados nudos de paja no son más que las pruebas testimoniales
de tal vínculo.
Moisés o los Libros de Adán y Eva) y los escritos de Pablo. Pero también emplearon, lo que
hecho asocia, como era de esperarse, a Pandora con Eva. El legado de ambos mitos se
combinaría en una prosa antitética en un autor como Juan Crisóstomo, del siglo IV. Aquí se
observa a un autor muy influido por la idea hesiódica de la mujer como un hermoso mal (el
famoso kalón kakón). Tilda a la mujer, en modo genérico, como enemiga de la amistad,
como un castigo ineludible y una tentación natural. Incluso más: señala que la mujer es un
peligro doméstico, una calamidad deseable y hasta una naturaleza malvada escondida tras
vívidos colores (aquí valdría la pena recordar el cuadro del siglo XVI de Jean Cousin
Parece evidente que la simpatía de los padres de la Iglesia por la idea acerca de la
orden objetiva o imperativa, así como sobre una más que probable cruda analogía entre el
posicionamiento ideológico-religioso.
ϱϬ
P.S. Más mito. Uno de los grandes bloques temáticos de la mitopoética acadia tiene que ver
con los mitos que cuentan con seres fantásticos. Es el caso de los mitos de El dragón Labbu
o el texto Contra los fantasmas. Sin embargo, resulta especialmente interesante, a tenor de
estos virulentos tiempos, el Conjuro contra Pazuzu, jefe de los demonios, propagador de
epidemias. Esta autoridad demoníaca contaba, además de aspectos maléficos, con otros
benéficos. Habrá que empezar a pensar en ofrecerle una especial apelación a su lado
bondadoso.
TREINTA Y TRES. Teísta, deísta, panteísta; una terminología que no siempre es diáfana
para el estudiante; incluso confusa para algunos estudiosos (los menos eso sí), incursos en
cierto, que aumenta cuando se juzga con excesiva carga de subjetividad ideologizante.
lo que ha creado. La deidad suele implicarse en los asuntos humanos; esto es, castiga (o
sobrenatural pero cuya actividad esencial es establecer leyes que rijan el universo. No se
detiene en los asuntos de los seres humanos; el tercero, alude a la no creencia en deidad
VREUHQDWXUDODOJXQDVLQRTXHHOYRFDEOR³GLRV´UHILHUHRVLPEROL]DORQRVREUHQDWXUDO del
universo, la naturaleza y de las leyes que los gobiernan. El dios deísta respecto al teísta no
ϱϭ
divinidad deísta sería una suerte de entidad cósmica y no un sinónimo panteísta para aludir
un teísmo sin cafeína?. ¿Son únicamente metáforas religiosas y lenguaje poético las
otros renombrados físicos?. Así parece, pues no se diría que están próximas a un dios
personal intervencionista (en cualquier sentido del término). Un último detalle que no se
debe pasar por alto en este tipo de controversias terminológicas. La división suele polarizar;
que tal cosa es mejor que la otra, o aquello es bueno y esto no (es, ¿por tanto?, malo). No es
para poder ser nombrados (aunque sean inefables e innominables). Es decir; sin nombres,
los tienen (véase Tao, Brahman, etc.). Al personalizar lo Infinito hablamos de deidades. En
ODV UHOLJLRQHV ORV GLRVHV WLHQHQ ³IXQFLyQ´ DFWXDGD HQ ORV PLWRV WLHQHQ XQ QRPEUH \
habitualmente, una representación; incluso una localización. Los dioses actúan en el mito;
ϱϮ
Así pues, en un relato de estructura mítica las divinidades importan realmente por lo que
hacen, no por lo que son (se trata básicamente de dramatis personae del relato). El mito
narra lo que los Dioses hicieron. Y lo hicieron en los orígenes, haciendo que las cosas sean
lo que ahora son. En los rituales somos nosotros, los seres humanos, los que hacemos lo
que en el mito hacen los dioses. No en vano, se dice en la Taittirîya Brâhmana que así han
hecho los dioses y (por tanto) así hacen (hacemos) los humanos.
VLJQLILFDFLyQ$XQTXHVHFRQR]FDHORULJHQ³FDXVDO´GHXQDUHDOLGDGHOPLWRORLJQRUD\VH
sino que trans-significa. Ahora bien, sin ser historiográfico, el mito sin embargo debe
referirse a la historia real. Lo que ocurre es que no la describe, la interpreta. Esto es decir
El mito refleja, sin dudas, la percepción de la realidad. Eso sí, cuando ésta cambia por
factores exteriores a la cosmovisión, los mitos fundantes necesitan ser releídos. Por
para que en su nueva expresión reelaborada el mito vuelva a ser paradigma de la nueva
ϱϯ
otros nuevos, que responderán arquetípicamente a la nueva realidad. Fascinantes procesos
de resignificación.
En muchas ocasiones, importa más la gramática para desentrañar los textos que la dialéctica
para distinguir conceptos (y hasta intuir situaciones). Y es que todo se puede a llegar a
convertida en verdad.
antiguos cuentos, o rancias historias pasadas de moda, carentes de valor pedagógico. Han
La grafía romana del nombre griego que define a la diosa de la tierra es Gea, en tanto que el
del dios celestial, Uranus. Los nombres del castellano actual siguen básicamente la grafía
equiparándolas, sus deidades con las griegas. Las terminaciones latinas resultan familiares,
bastante más que las griegas. En tal sentido, la diosa romana de la tierra contaba con dos
nombres, Tellus y Terra, estando ambas identificadas con Gea. Los dos nombres, aunque
pudiera parecer extraño, se usan más en castellano que el de Gea. De tal modo, en los
relatos de ciencia ficción, un ser humano se denomina terrestre (o un telúrico), pero nunca
extraterrestre, (extra es la palabra latina que equivale a fuera de, como bien es sabido). Los
PRYLPLHQWRV³WHO~ULFRV´VRQ³WHUUHPRWRV´
ϱϰ
Terra también aparece en otros vocablos muy corrientes. Un amplio balcón de una casa es
una terraza, mientras que la forma que adquiere el paisaje que nos circunda es un terreno; y
la superficie que ocupa una nación es su territorio. Tellus ha dejado muchos vestigios, uno
de ellos en la nomenclatura química, cuando a fines del siglo XVIII, un químico alemán, de
apellido Klaproth, propuso un nombre para un nuevo elemento que había sido descubierto
apenas unos años antes. Escogió Tellus para simbolizar a la tierra y, de esta manera, bautizó
mucho menos. Numerosas palabras portan el prefijo geo-, en memoria de la arcaica deidad.
tanto menos cotidiano, como aquel que alude al estudio de los procesos físicos en la
corrientes marinas y los vientos; estoy refiriéndome, por descontado, a la geofísica. En fin,
cree lo que conoce, sino que conoce (o cree conocer) lo que cree. La perspectiva religiosa
dice servir para resolver problemas del sentido vital. Al margen de funciones sociales, sirve
al individuo para explicarle su fin y relación con las demás realidades. Intenta la religión
ϱϱ
o se entiende injusto), en ordenamiento. En relación a lo insoportable e injusto, sostiene que
tanto, también la vida del ser humano en el mundo carecen de auténtico orden. Entonces,
¿cuál es la respuesta religiosa desde la cual muchos se abalanzan dando un paso adelante?:
formular simbólicamente una imagen en la que el orden del mundo adquiera perfil de
veces ciertamente, poco comprensible. Y es que cuando falla la perspectiva del sentido
TREINTA Y OCHO. Se dice, y escribe, mucho y bien sobre determinados temas relativos
debate. Las experiencias místicas (del tipo que sean y en cualquier ámbito cultural), que
posiblemente se remonten a los inicios de nuestra andadura como especie, como parece que
sistema límbico que se encuentran en la profundidad del lóbulo temporal del cerebro. De
del (agradable) deseo más que del temor o el miedo (como muchos todavía asumen). Así,
desde tal óptica, la experiencia de Dios no sería más que un producto del cerebro humano,
modulada por la historia personal de cada quien y la cultura de cada individuo. Vale.
ϱϲ
Esta interpretación, muy atendible (a la par que avalada por experimentos), puede ser
asumida tanto por creyentes como por incrédulos. Para los primeros, las estructuras en
cuestión son imprescindibles para la comunicación con la divinidad; para los segundos,
cualquier época histórica, dando origen a la proyección de los dioses desde el interior de
Ahora bien, aun suscribiendo tales presupuestos, y en cualquiera de los casos, la presencia
de una espiritualidad en el ser humano seguiría siendo evidente, porque es innata en él.
Además, no limita, necesariamente, la validez (al menos para algunos) de los presupuestos
DUJXPHQWDWLYRVGH$JXVWtQTXHHOHYDEDD³'LRV´FRPRFDXVDGHOH[LVWLUFRPRIXQGDPHQWR
podría comenzar diciendo que las ideas se tienen, en tanto que en las creencias se está. En
por tanto, a una idea. El historiador que se acerque a las religiones (antiguas), no está
religiones que estudia. Así pues, debe tratar de salir de esas creencias y comprenderlas
desde fuera como algo que puede ser explicado, y entendido, por factores externos. En tal
sentido, diría que en la Antigüedad clásica no se desarrolló lo que llamaríamos una historia
de las religiones.
ϱϳ
Únicamente en el siglo XIX podemos empezar a contemplar tradiciones comparatistas
(que va más allá del devenir histórico), caso del notable Van der Leeuw. Ahora bien, con la
que puede, y quiere, dar sentido a los hechos (único observable), pero que paradójicamente
< HQ HVWR UDGLFD DPLJRV HO SHOLJUR ³FRPSDUDWLVWD´ WRPDU HVD KLSyWHVLV SRU UHDOLGDG \
VXSXVRSRUHMHPSORFRQYHUWLUDORVLQGRHXURSHRVHQXQDUD]DRPDWHULDOL]DUHO³HVStULWX´
JULHJRFDWHJRUL]DUDO³KRPEUH´QHROtWLFR\FDWDORJDUHO³JHQLR´URPDQR
dialéctica entre un Jesús (y un cristianismo) sapiencial y otro apocalíptico. Para unos, Jesús
era un sabio compasivo que enseñaba una doctrina subversiva; era un hijo y profeta de la
Sophia (con la que se le identificó con posterioridad); vamos, un filósofo cínico; para otros,
mundo helénico y el oriental (aunque debiera ser inscrita dentro de una visión globalizadora
de la primera cultura global, sin duda la helenística, que alcanzaba desde Asia central hasta
ϱϴ
Hispania). ¿Tienen que ser mutuamente excluyentes la figura del maestro de justicia o de
muestran un carácter apocalíptico, mientras que las de Qumrán, por ejemplo, de estilo
que, hay que recordar una vez más, y en contra del criterio de Aristóteles, que la episteme
Compostela. La interpretación más aceptada, pero también la más sencilla, nos remite a
Campus Stellae o Campo de la Estrella, por aquello de ser una estrella la que señaló el lugar
Calixtino como fuente primaria para entender el hecho jacobeo, se evidencia otro
Compostela procedería del latín Compositum tellus (cementerio), tal y como como alguna
vez se puede leer en textos de Virgilio. Tal es así que camposanto o necrópolis se utilizó
hasta avanzado el siglo VII, por la presencia de tumbas, algunas de las cuales pudieran ser
(VIII y IX).
ϱϵ
Todavía antes de tal denominación el lugar contaba con otros nombres. El primero y más
arcaico, antes del enterramiento del sepulcro jacobeo, fue Libredón (¿palabra céltica de
significado Castro del Camino, o latina, esto es, liberum donum, concesión libre de un
terreno?). Lo cierto es que Libredón se tenía por un bosque mágico y misterioso. Con
posterioridad, desde los siglos IX, X y XI se conocería el lugar como Arcis Marmoricis,
FRQ OD SUHVHQFLD GHO HOHPHQWR ³DUFD´ TXH UHPLWH D Xna mámoa en la toponimia galaica.
Mapamundi?. Arca Marmórica (sí, esa que custodian cuatro caballos en la fuente de tal
nombre en la románica Platerías), parece referirse a una capilla, un mausoleo o tal vez a un
lugar que limita con el bosque. Sólo finalmente en el siglo X fue cuando apareció el
CUARENTA Y DOS. El desarrollo de las tesis del celtismo tiene su razón de ser en una
pasional defensa que de tales teorías llevaron a cabo los principales historiadores del
gallegos (caso de Eduardo Pondal). Sin embargo, su primario origen se encuentra en las
fuentes literarias clásicas. Estrabón y Plinio sitúan al pueblo de los celtici como habitantes
del noroeste de la península, mientras que Avieno otorga a los saefes celtas el poder de
conquista sobre una población nativa (los oestrymnios). La explicación épica del mito
fundador de la estirpe gallega por parte de los celtas será la piedra angular sobre la que se
ϲϬ
Pero también, además de las fuentes literarias clásicas, los castros y otros restos
arqueológicos, amén de los estudios lingüísticos y los hallazgos de objetos en hierro y una
rica orfebrería en oro (torques sin ir más lejos), serán argumentos de peso sobre los que se
HVWDEOH]FD OD SUHVHQFLD ³FHOWD´ HQ WLHUUDV GHO QRURHVWH SHQLQVXODU /DV IXHQWHV
básicamente, de tipo literario. El poeta romano Rufo Festo Avieno aporta ciertos datos en
su obra poética del siglo IV, titulada Ora marítima. Inspirado en relatos de periplos
marítimos realizados siglos antes de Cristo, identifica a los habitantes de la franja litoral
fuertes. Estamos, sin dudarlo, en la Edad de Bronce (más bien en el Bronce Final),
cornisa atlántica y portadores del hierro. Coinciden cronológicamente con las dos edades
Ahora bien, es lógico pensar que en una zona geográfica como el noroeste peninsular
hubiese más pueblos compartiendo vecindad con tales oestrymnios. En tal sentido, unos y
otros se verían obligados a ceder espacios a los nuevos pobladores. Dice Avieno, en
sintomático comentario que no debe pasar desapercibido, que una invasión de sierpes
GHVSOD]DDORV³SDFtILFRV´oestrymnios.
Las fuentes arqueológicas, por su parte, tampoco son abundantes, aunque algunas merecen
joyas manufacturadas, pequeños y grandes tesoros, que (eso sí) se han cargado, en el marco
de la memoria colectiva, con símbolos, mitos y leyendas. Los pueblos celtas que se irán
instalando en Galicia a lo largo de la cuenca del Sil (provenientes del centro de Europa por
ϲϭ
la presión germánica) traerán consigo un aporte cultural transcendente, lo que incluye la
En los dos últimos milenios antes de Cristo los márgenes atlánticos del continente europeo
FRQWHQtDQFRQHOHYDGRJUDGRGHFHUWH]DXQD³FXOWXUD´FRP~Q'H3RUWXJDO a Holanda y a
ambos lados del Canal de la Mancha existía un florecimiento comercial de productos como
el ámbar, el cobre, el estaño o el oro. Las riberas eran la vía de comunicación por
excelencia para ese fructífero comercio que proporcionaba riquezas y fama a todos esos
CUARENTA Y TRES. Hemos sostenido una amena conversa que deparó detalles
interesantes. Entre ellos uno, que propone acabar con un mito historiográfico ya antiguo. El
intenso que en otras áreas de la Península, como siempre se ha querido defender, sino
diferente, singular.
Fue el fruto de la peculiar geografía, del rol desempeñado por el ejército y de su carácter
(los tres núcleos urbanos principales, entre ellos Lugo y Braga, son tardíos). Esta
ϲϮ
CUARENTA Y CUATRO. En La Metafísica, Aristóteles relacionaba el mito con la
DQFHVWURV7DOHVUHODWRV³KLVWRULDV´PtWLFDVVLELHQIDOVDVHUDQFDSDFHVGHSHUVXDGLUDODV
masas y podían llegar a ser útiles para las actividades legislativas y la política (en este
último caso en cuanto convenientes para la comunidad). En tal sentido, el mito sería
entonces, que se haya visto el mito como un constructo intelectual (tal cual hizo Detienne)
(QHOIRQGRFRPRHOFRQFHSWRGH³UHOLJLyQ´RHOGH³ULWXDO´HOGHPLWRVHUtDXQFRQFHSWR
conciudadanos, nos llevaría a asumir que hoy es imposible vivir sin mitos, como también
sin ciencia, filosofía o historia, creaciones todas ellas que arrancan del mito. Con parte de
tal perorata, y tras intenso debate, no tarda en salir a colación algo que en el entorno
etc.), globalistas (sic) saben poco de mucho; mientras que los especialistas, por el contrario,
saben mucho de poco. No pude menos que intervenir diciendo que los expertos pueden
llegar a saber todo de nada (casos varios he visto), y que se podría decir que la duda es
LQWHOLJHQFLD4XpGXGDFDEH«HOGHEDWHFRQWLQXDUi
ϲϯ
CUARENTA Y CINCO. En Gales, un método habitual para librarse de los duendes
consistía en cambiar de residencia, pues se creía que las gentes feéricas no habitaban en
casas que pasasen a nuevas manos. Desde hace siglos se cuenta, al respecto, la historia de
travieso decide, aunque de mala gana, mudarse a escondidas. Una sabia mujer le había
recomendado que llevara a cabo una mudanza disimulada, cuyo efecto sería el mismo. Esto
es, debería decir en alta voz que se iba a mudar a Inglaterra, reunir luego sus ganados y
El duende abandonaría la casa al hacerlo el granjero, de forma que éste podría regresar por
otro camino y encontraría su hogar sin la presencia del duende. Así hizo el granjero, con su
ganado, mobiliario, mujer e hijos. Por el camino se encontraron con un vecino que le
preguntó si se iba para siempre. Antes de que el granjero pudiera articular palabra y
contestar se oyó un agudo chillido que salía de una mantequera que afirmaba que todos se
iban hacia un nuevo hogar. Había hablado el duende, que se marchaba con los propios
Así, tras un profundo suspiro, dio la vuelta para regresar por el mismo camino por el que
había venido. Y es que no resulta fácil librarse, ni de funestas presencias ni de aquello que
nacionalismos estatales y los que reivindican los derechos históricos de las naciones que
ϲϰ
carecen de Estado, han inventado o, en el más escabroso de los casos, manipulado,
inventada, resultó ser un fenómeno típico del siglo XIX, una época en la que lo habitual
era, se podría decir, pensar con la historia, en el que todo debía estar históricamente
justificado.
guerrero irlandés, por ejemplo, fue usado por los nacionalistas irlandeses y por los
protestantes unionistas de Irlanda del Norte (como símbolo de resistencia del Ulster).
ocurrido, tanto en el siglo XX como en el XXI) por los poderes políticos o, lo cual resulta
LQWROHUDEOHHVWDUDO³VHUYLO´\ODFD\RVHUYLFLRGHlos mismos.
historia, conscientes de que tal hecho puede ocurrir, justifiquen con su trabajo las
intención de ganar poder, da la impresión de rotundo fracaso cuando la debilitada diosa sin
sus vestimentas (en las que poseía sus me) se sienta en el trono de Ereshkigal. Es asesinada
y colgada. Pero gracias a las instrucciones que la astuta diosa encomienda a Ninshubur, su
ϲϱ
victoria se logrará en el ascenso desde la Tierra del No Retorno. Gana al resurgir, por
mediación de un sustituto (Dumuzi, Geshtinanna). Una excelsa victoria (de renovación) que
hasta los Anunnaki anuncian y Enlil ratifica. Algo más, ahora desde otra perspectiva, sobre
el viaje de Inanna.
El tema del viaje de descenso y retorno (posterior ascenso) cumplió, sin duda, un papel
central en la ritualidad de la vida religiosa sumeria. Así pues, ¿cuál fue el propósito de
pues sus instrucciones a Ninshubur indican que tenía intenciones de regresar al mundo
pierde poder (cediendo prendas y me, aunque tal desprendimiento está muy lejos del énfasis
que Platón establecía sobre la catábasis en vida, que devaluaba hasta compararla con el
suicidio), pero al bajar también lo obtiene (el del inframundo). Cuando se baja, hay una
Por algunos medios, gana poder inframundano, que suma al del mundo superior, lo que en
el fondo responde al deseo de poder triunfar (parcialmente) sobre la muerte que pertenece a
la esfera subterránea. Pero el carácter absoluto está vedado. Esta sí es una verdadera línea
roja. No existe posibilidad, y no debería haberla nunca (según mi parecer), por muchos
esfuerzos que las ciencias quieran hacer desde la ya casi vetusta (y para algunos
esperanzadora) criogenización.
ϲϲ
CUARENTA Y OCHO. La estirpe real argiva fue la familia más importante,
Foroneo. El río era hijo del titán Océano y de una ninfa de los fresnos. Del tronco del linaje
real argivo, del que es el máximo responsable Zeus a través de benéficas uniones sexuales,
cuya intención última era la de mejorar a los humanos, surgirán nuevas ramas, tanto en
suelo griego (el linaje cadmeo o tebano y el cretense de Minos), como fuera de él.
Epidauro, Tirinto, Arcadia también serán territorios conectados con la familia argiva.
Agenor (abuelo de Minos), se establece en Siria, reinando en Sidón y Tiro. Además de una
hija, Europa, tiene tres hijos varones: Cadmo, fundador del linaje real tebano, Fénix,
Tras el rapto de Europa, Agenor envía a sus tres hijos en busca de su hermana. En su
dilatado peregrinar fundan colonias fenicias. De Europa, tataranieta de Io, princesa argiva,
transmisión de la mítica realeza por vía femenina se verá con la llegada de Dánao a Argos,
procedente de Egipto. A través de los hijos de Belo y Anquínoe (ésta hija del río Nilo), la
ninfa Menfis, que se llamaba Egipto, y Dánao, entran en acción, por tanto, los países del
Esta serie de mitos reflejan la presencia de un reino poderoso que mantuvo relaciones con
otros reinos a lo largo del Mediterráneo. Los vínculos llegaron a ser, entre otros medios, a
través de vínculos matrimoniales, generadores de parentesco. Por otra parte, con ellos Zeus
lleva a cabo la definitiva instalación del orden civilizador, de la luz sobre la oscuridad (que
representan los Titanes, hijos de la tierra). En otras partes ocurrió lo mismo con la
ϲϳ
participación de los dioses superiores: en Irlanda, Lug (el Lugus céltico) sobre los
CUARENTA Y NUEVE. Me vienen al recuerdo un par de cuentos budistas sobre los que
reflexionar. El primero dice que dos amigos tenían curiosidad y deseo de saber acerca del
interrogarle. Anciano, díganos, ¿qué diferencia hay entre el cielo y el infierno?. El sabio
respondió lo siguiente.
Veo una montaña de arroz recién cocinado; todavía sale humo. Alrededor hay hombres y
mujeres con un hambre atroz. Los palos que utilizan para comer son más largos que sus
brazos. Por eso cuando cogen el arroz no pueden hacerlo llegar a sus bocas. Posteriormente,
el sabio prosiguió diciendo: observo también otra montaña de arroz recién cocinado, de la
que todavía sale humo. Alrededor hay muchas personas alegres que sonríen con
satisfacción. Sus palos son asimismo más largos que sus brazos. Aun así, han decidido
El segundo se refiere a un sultán que iba cabalgando por las calles de Estambul, rodeado de
cortesanos y de soldados. Todos los habitantes de la ciudad habían salido de sus casas para
verle. Al pasar, todo el mundo le hacía una reverencia. Todos, sí, menos un derviche
Exigió con vehemencia saber por qué no se había inclinado como habían hecho los demás.
El derviche contestó diciendo esto: el hecho de que toda la gente se incline ante ti significa
que todos ellos anhelan lo que tú tienes, esto es, dinero, poder, una posición social. Esas
ϲϴ
cosas ya no significan nada para mí. Por consiguiente, ¿por qué habría de inclinarme ante ti,
El sultán se puso blanco de cólera. ¿Qué quieres decir con eso, andrajoso?. Soy el
indiscutible sultán de todas estas tierras; todo está bajo mis dominios y todos responden
ante mí, gritó desaforadamente. Mis dos esclavos, para ti los señores que dominan tu vida,
escenario muy embarrado. Únicamente sería deseable una última respuesta análoga a la del
sultán, quien dándose cuenta de que lo que había escuchado del derviche era cierto, se
inclinó humildemente ante él. Pero eso, no sólo es mucho pedir, sino que no lo verán
nuestros ojos.
una época turbulenta, llegó al poder. No tiene desperdicio, en vista de lo que ronda por ahí
Traduciré así: A los dieciocho años, preparé (recuérdese que habla en primera persona el
propio Augusto) un ejército con un plan privado y gastos propios, gracias al cual
UHLYLQGLTXpOLEHUWDGDOD5HS~EOLFDRSULPLGDSRUODGRPLQDFLyQGHXQDIDFFLyQ³SDUWLGR´VL
ϲϵ
se quiere). Por esto, el Senado me eligió para su orden una vez decretados los hechos
imperium.
CINCUENTA Y UNO. No es tan extraño como pudiera parecer que, cuando te enzarzas a
hablar de mitos, una proclive dinámica acabe tratando de mitos modernos y el debate se
Al igual que los mitos hititas, por ejemplo, tuvieron influencias diversas, anatolias (mitos
rey del rock las tuvo del blues, gospel, soul o del country, perfectamente perceptibles (salvo
para aquellos que no ven en Elvis nada más que Love Me Tender y Jailhouse Rock), en
canciones como (entre otras más), Steamroller blues, Lawdy, Miss Clawdy, Promised Land
Del mismo modo, al igual que la cultura hitita sirvió de transmisora de tales influyentes
ciertos estilos musicales posteriores, incluyendo tonos del heavy metal (escúchese A Whole
Lotta Rosie y ya se podrá apreciar a qué me refiero). Icono inmortal, referente más que
estrictamente musical, estético, las aguas del Leteo no han tenido ningún efecto en las
ϳϬ
³KD]DxDVKHURLFDV´TXHFRQILJXUDQVXSRVWHULGDGTXHSHUPDQHFHQHQIRUPDGHOHJHQGDULDV
canciones.
la revigorización de los seres vivos y la tierra. Sin embargo, advierto, no viene al caso
temporal de la misma, un tema que cuenta con evidentes paralelos en el cuento popular
europeo (esa suerte de mitología de andar por casa, como alguien acertó a etiquetar), en
asunto doméstico (se detiene la vida en los alrededores de palacio), en tanto que ya no es
una divinidad la que la provoca (hecho que sería incompatible con un ambiente cristiano),
sino que se trata de una jovencita quinceañera que ha quedado sumida en tal estado de
aletargamiento por la envidia de una malvada hada (elemento fantástico que pervive). Por
supuesto, la resolución del conflicto no será la lucha, sino un casto beso amoroso de un
príncipe azul.
Entre las funciones de Telipinu se encuentra la de ser protector del palacio. Además, es
bastante probable que haya sido el fundador de la realeza hitita. En el mito, su regreso no
ϳϭ
solamente afecta, por consiguiente, a la fertilidad de la tierra, también al poder del rey. Así
pues, a la pregunta sobre quién le pondrá el cascabel al gato se suma ahora el interrogante
acerca de quién será el príncipe que bese a la adormecida princesilla (entienda la susodicha
igualitaria (en sentido aristocrático), necesita como mecanismo idóneo para conservar su
H[LVWHQFLD XQD LQVWLWXFLRQDOLGDG ³LQLFLiWLFD´ (Q OD DQWLJHGDG GH *UHFLD OD PLVPD VH
exclusiva, cuyo máximo exponente (que no el único) sería Esparta. En plano profano, a
través de una institución laica (en discutible apariencia), pero desde luego política, los
eVSDUWDQRVFRQMXJDURQHVD³LQLFLDFLyQ´FRQXQWUiPLWHHGXFDWLYRREOLJDWRULRTXHFRQGXFtDD
vértice necesario de una puntiaguda pirámide política que era ocupada exclusivamente por
Sin embargo, en contra de los que algunos piensan, la vida de esos hómoioi, de las personas
Esparta, como también ocurrió en Creta, estos esquemas iniciáticos tenían un sentido
colectivo de poder muy alejado de los estratos sociales inferiores. Se concebía como el
incluye reconocer que los que adquirían derechos (esencialmente políticos) lo hacían por
ϳϮ
merecimientos, no por antonomasia, añadidura o ciencia infusa. Aquellos sagaces y
avezados de seguro sabrán sacar buena cuenta de cierta intencionalidad subyacente en estos
retribuciones por hechos pasados, llevados a cabo por otros agentes que no somos los de
aconsejable, además de correcto, se convierte en noticia por los aspavientos de unos pocos
justicieros y moralizadores de un pasado irrevocable, que fue como fue y no puede ser de
otro modo.
Estados responsabilidades por acontecimientos del pasado, del tenor que hayan poseído,
y matices, de disculpas y promesas baldías. Juzgar con la lente actual hechos pretéritos sólo
Algunos antes, ahora uno más, y otros avezados más mañana, remueven cimientos
es una dinámica perversa que ni estas líneas merecería, por contener tantas dosis de
ϳϯ
absurdidad como de desatino. Si así seguimos, el estado Español deberá pedir
nos ponemos un poco más audaces, aquellos que porten algún gen neandertal, entrarán en
EDUUHQD SHUR HQ VXSXHVWR ³GHUHFKR´ GH VROLFLWDU SHUGyQ SRU ORV SUHVXQWRV DWDTXHV GH
homo sapiens, por haberles arrinconado y provocado su glaciar extinción. Esta sería una
Una actitud histórica crítica no se asemeja a otra moralizante, mediante la cual habría que
estigmatizar, por ejemplo, todos y cada uno de los asesinatos, mortandades, desafueros,
largo de la historia en diferentes regiones de este mundo. Conocer los hechos y valorarlos
IXQFLRQDOUHDFRPRGRDO³GHQWH´
Hay que pedir perdón, entonces, por la historia que hemos tenido, porque algunos
iluminados la querían de otra forma. Menos mal, se diría, que no somos los historiadores
CINCUENTA Y CINCO. Unas breves reflexiones, entiendo que oportunas, ante tanta
suerte de agoreros milenaristas del desastre que, a la vista de las próximas hispánicas
ϳϰ
elecciones, solamente ven negras sombras, espectrales fantasmas y jinetes del apocalipsis
(lo cual no quiere decir, en cualquier caso, que algunas fuerzas en litigio, y no solamente
las novedosas, también alguna de las más veteranas, transiten perversamente límites
En el libro segundo de Diálogos del Orador, Cicerón comentaba aquello de Historia vero
testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetustatis. Muchos
acometieron tal cita, repitiéndola como un mantra, centrando VX UHOHYDQFLD HQ ³magistra
vitae´6LQHPEDUJRGHVPLWLILTXHPRVQRHVODKLVWRULDODPDHVWUDGHODYLGDVLQRWRGROR
Las situaciones históricas, determinadas a través de la ruptura dialéctica con aquello que es,
siempre son nuevas, distintas a las anteriores (por muy parecidas que pudieran parecer).
Además, siempre se inscriben en la lógica del suceso y el cambio, siendo irreductibles unas
a otras (del mismo modo que nuestros hijos son irreductibles respecto a nosotros, los
La vida maestra de la historia implica que desde lo vivo de la diferencia en acción, esto es
necesidad de orientarnos en la luz agitada del presente pasemos a proyectar esa luz sobre
DTXHOOD TXH WDPELpQ IXH ³OX]´ FUXGD R QRFKH RSDFD $ YHU WRGD KLVWRULD WLHQH VX
prehistoria, de manera que todo presente aspira (legítimamente) a ser (y siempre es, en el
ϳϱ
fondo) independiente de su pasado, si bien todo presente necesita a su pasado para ser
CINCUENTA Y SEIS. Afirman varias fuentes, en concreto textos literarios, que Tartesos
encontraría un monarca hereditario. Según estas fuentes se podrían detectar dos dinastías:
XQDPtWLFDGHODpSRFDHQTXHVHHVWDEOHFHQORVSULPHURVFRQWDFWRVHQWUHHO³UHLQR´ \ODV
Gerión (a quien Heracles roba el ganado), Nórax, Gárgoris y Habis; la otra, por
legendario Argantonio.
que pensaban que las sociedades transitaban por un estadio ganadero, simbolizado por
Gerión; otro agrícola, representado por Gárgoris y, finalmente, uno más de civilización,
inaugurado por Habis. ¿Y Nórax, entonces?. Pues podría suponer una suerte de estadio
puede asegurar que la dinastía mítica transmitida por testimonios grecolatinos respondía
HVWULFWDPHQWH D OD ³KLVWRULD LQWHUQD´ GH 7DUWHVRV" (Q DEVROXWR 3DUHce responder a la
Pero el problema estriba en que la dinastía histórica no es, también, más que una entelequia,
FRQVWUXLGD DOUHGHGRU GH XQ ³UH\´ TXH ODV IXHQWHV JULHJDV WUDQVPLWHQ FRPR ³$UJDQWRQLR´
mencionado como basileus. A pesar de este término, las formas de gobierno unipersonal
ϳϲ
contenidas en tal vocablo son muy dispares y, de hecho, puede hacer alusión a cualquier
forma de caudillaje.
reflejarse de los yacimientos contradice las fuentes escritas: ausencia de un núcleo urbano
central (los centros tartésicos no reflejan una estructura piramidal típica de monarquías
CINCUENTA Y SIETE. ¿Por qué Edipo mató a su padre en una encrucijada de tres
caminos?. Acaso pudiera parecer una pregunta baladí, irrelevante o hasta improcedente. Tal
YH]«R QR /RV JULHJRV FRQVLGHraban el cruce de tres caminos un lugar ominoso. Eran
espacios en los que la fantasmal Hécate era adorada; sitios donde Platón entendía que los
cadáveres de parricidas debían ser enterrados y señalados con túmulos de piedra; lugares en
los que las mujeres cometían delitos de asesinato (Nonno dixit). De hecho, la imputación de
parricidio llegó a ser una de esas situaciones indecibles que conllevaban directas acciones
legales.
igual) era una transgresión adscrita a los tiranos (que se consideraban al margen de la
VRFLHGDGQRUPDO\DODVJHQWHVTXH³PHURGHDEDQ´HORUGHQVLQDOFDQ]DUOR6LQHPEDUJRHO
parricidio se enmarcaba en la órbita de algunos ritos de la pubertad (caso, por ejemplo, del
mito de Teseo, aunque la muerte del padre es por suicidio indirectamente inducido o
ϳϳ
Un mito de los Bororo habla de un chico, de nombre Geriguiguiatugo, que raptó a su madre
(separación del mundo femenino), y quien tras una serie de hazañas de caza regresa a su
tribu, la provee del fuego y asesina a su padre. El principio de validez universal podría rezar
GHOVLJXLHQWHPRGRORVKLMRVGHEHQ³GHVWUXLU´UHPSOD]iQGRORVDVXVSDGUHV6RODPHQWHDVt
serán héroes. No deja de haber certeza biológica, además de verdad poética, en tal
principio.
perverso que frecuenta molinos, cuevas y pozos como lugares donde manifestar sus
encuentra a gusto chinchando a las personas, sobre todo a las mujeres, a las que hace rabiar
dice de su aspecto que tiene brazos largos, desproporcionados para su estatura de enano,
aunque fuertes, y que porta orgullosamente una barba de chivo, poseyendo una voz
profundamente ronca.
Lo interesante de todo ello es que algunos antropólogos han equiparado a este duendecillo
ibicenco con el genio popular egipcio Bes (aunque tal vez de origen nubio), argumentando
para ello el estudio de ciertas estatuillas y terracotas halladas en la isla balear, pues tanto en
el físico como en las costumbres reportadas, el parecido es sintomático. Bes era, en efecto,
aunque su talante era esencialmente protector, en especial de las mujeres. Incluso hay más.
Algunas leyendas afirman que los refugios de los barruguets solían ser las necrópolis
ϳϴ
púnicas (Puig des Molins, por ejemplo), aunque también se albergan en molinos, cuevas,
oquedades o agujeros de paredes, cisternas y pozos. Recuérdese que los fenicios habrían
fundado una colonia en la isla hacia mediado el siglo VII a.e.c., fruto de sus intereses
comerciales.
El infalible antídoto para neutralizar a esta suerte de diablillo (aunque sólo de manera
efímera), consistía en darle de comer pan con queso. Así, el folclore, una vez más, fosiliza
antología de cuentos populares. Uno en particular, que parafraseo con cierta memorística
En un tiempo antiguo, un príncipe heredero deseaba encontrar la esposa más adecuada con
quien contraer matrimonio. Las jóvenes más ricas del reino se desvivían por que se fijara en
ellas. El príncipe dudaba ante tanta pretendiente. Estuvo pensando en la cualidad que debía
tener en cuenta para hacer su elección. Pensó si debía elegir a la más bella, a la más rica o
la más inteligente. Después de meditarlo sosegadamente, le dijo a sus mensajeros reales que
advirtiesen a todas las mujeres con deseos de convertirse en su esposa que se presentasen
en palacio al despuntar el alba. Gran número de mujeres acudieron muy bien vestidas.
El príncipe dijo que les daría a cada una de ellas una semilla para que la plantaran y que, en
seis meses, deberían traerle una flor. La que fuese más hermosa sería la elegida para el
matrimonio. Entre las jóvenes distinguidas había una humilde hija de la cocinera de
palacio. A pesar de su pobreza aceptó la semilla y la plantó en una maceta. Durante días la
ϳϵ
regó e hizo lo posible para que brotara una planta que luego diera una flor. Hasta le cantó
Seis meses después, todas las pretendientes acudieron a la cita, y cada quien portaba una
maceta en la que se destacaba una espléndida flor. El príncipe pasó revista, sin mostrar
interés en alguna de las flores. Se detuvo frente a la hija de la cocinera, la única que
sostenía una maceta sin flor, llena sólo con tierra húmeda. El príncipe le preguntó qué había
ocurrido. La joven le contó que había plantado su semilla con cariño y la había cuidado
para que naciera una planta, pero que su esfuerzo había sido inútil.
El príncipe, ni corto ni perezoso, le confirmó que sería su esposa. Las demás damas,
parte, les confirmó que la cualidad que más valoraba era la sinceridad. La joven escogida
había sido honesta y no había intentado engañarle: les había regalado semillas estériles. La
SESENTA. Ciertos recientes acontecimientos suelen sacar a la luz, días, meses o años
después, los entresijos que los posibilitaron. Traiciones de ida y vuelta, arrepentimientos y
cobardes, suelen estar muy presentes y activas. Tales despropósitos no han dejado de
recordarme una antigua historia marroquí (adaptada por Richard Hughes en El Regazo del
Había una vez un hombre muy pobre que, gracias a la perfección de su trabajo, había
llegado a ser barbero del sultán de Fez, quien le profesaba un sincero cariño y confianza. El
ϴϬ
visir del sultán estaba celoso del barbero, porque pensaba que el sultán le demostraba más
aprecio que a él. Se preguntaba si habría algún impedimento para que algún día pusiera al
8QGtDFXDQGRHOEDUEHURDEDQGRQDEDHOSDODFLROHOODPyDVXSUHVHQFLD\OHHVSHWy³QXQFD
he tenido ocasión de ver la navaja y las tijeras que utilizas. Supongo que no usarás las
0H UHVHUYR XQD QDYDMD \ XQDV WLMHUDV HVSHFLDOHV SDUD HO VXOWiQ ODV PHMRUHV TXH WHQJR´
Abrió su estuche para enseñárselas al visir. Éste miró la navaja con rostro ceñudo y le dijo
si no le daba vergüenza usar una navaja tan corriente para la cabeza de Su Majestad. El
barbero, compungido, dijo que era un hombre pobre. El visir le puso, condescendiente, las
manos sobre los hombros en actitud amistosa y le dio una hermosa navaja con mango
dorado y con piedras preciosas incrustadas. Le dijo que era más digna para afeitar la cabeza
Al día siguiente, el sultán se fijó en la magnífica navaja, mientras que en cambio, al barbero
le llamaron la atención las palabras bordadas en una toalla que el poderoso soberano tenía
VREUH ORV KRPEURV \ TXH UH]DED DVt ³QXQFD DFW~HV FRQ SUHFLSLWDFLyQ SLHQVD SULPHUR´
Empezó a rumiar tales palabras mientras sus dedos friccionaban la cabeza de Su Majestad.
Luego, dejó adrede la navaja nueva y cogió la antigua para afeitar a su señor. El sultán le
preguntó por qué no empleaba la navaja nueva. El barbero le dijo que era verdad que había
traído una navaja nueva para afeitarle el cráneo, pero leyó las palabras bordadas en la toalla
y pensó para qué iba a cambiar de navaja, si sabía que la antigua iba bien y, en cambio,
ϴϭ
El sultán le preguntó cómo había llegado la navaja a sus manos; el barbero le contó toda la
historia. Después de oírla, el sultán, mesándose su barba, mandó llamar al visir. Le dijo que
le hacía falta un afeitado y que el barbero podía hacérselo. El visir, obediente, se sentó y el
barbero le enjabonó la cabeza. Cogió su vieja navaja para afeitarlo, pero en ese instante el
sultán le aseguró que esa no era una herramienta digna de afeitar la cabeza de un súbdito
tan leal. Le conminó a coger la navaja nueva. El barbero obedeció, y al afeitar al visir, le
SESENTA Y UNO. Hoy ya no parece haber grandes dudas al respecto (¿o sí?): las raíces
muy probable que pudiera haber estado en las culturas del vaso campaniforme (III milenio
a.e.c.).
Se trata de una serie de culturas que se extendieron por grandes regiones de Europa
occidental y central. Con ellas pudo haberse iniciado un proceso formativo, dilatado en el
tiempo, que en la Edad del Bronce cristalizaría en las distintas poblaciones celtas. La
amplia extensión de eso que se denomina Céltica (del Atlántico a la Europa central), así
3HUR ¢TXp VHUtD HVD &pOWLFD" 3XHV XQD GH ODV ³SURYLQFLDV´ LQGRHXURSHDV XQ JUXSR GH
comunidades que hablaban una lengua celta en el período protohistórico. Se trataría de una
Céltica, eso sí, heterogénea, diversa, muy dinámica y polimórfica, divisible en atlántica y
ϴϮ
británica, gala y continental, hispánica y meridional, oriental y gálata. Habría surgido a
fines de la Edad de Bronce, entre 1200 y 750 a.e.c. La configuración de la Hispania céltica
Habría, en tal sentido, dos grandes grupos de celticidad hispánica, relacionados con dos
lenguas distintas. El primero, sería el grupo del oeste y noroeste peninsular (de lengua
GHQRPLQDGD ³OXVLWDQR´ R FpOWLFR -P); se trataría del grupo lusitano-galaico, centro del
cultura de castros; el segundo, el grupo celtibérico (el más celta de la Hispania prerromana),
cultura de los campos de urnas (cultura de la Europa central desarrollada hacia 1200 a.e.c.,
en el Bronce Final). Además, en el resto del interior peninsular (del mundo vettón al de los
cántabros, con vacceos, carpetanos y astures), habría una zona transicional entre el ámbito
del siglo I a.e.c., algunos rasgos culturales, tradiciones y hasta lenguas célticas, habrían
sobrevivido en forma, por ejemplo, de mitología irlandesa (ciclo del Ulster) y de folclore
ϴϯ
Finalmente, no está de más hablar de genes. Los estudios genéticos parecen afirmar la tesis
de que la huella genética de los pueblos prerromanos todavía es la primordial entre los
Inglaterra.
SESENTA Y DOS. En el mundo romano, como pasaba en general en todas las culturas de
la antigüedad, las guerras se hallaban bajo la tutela de los dioses (hoy en día, sin embargo,
TXH ³VX´ JXHUUD HVWDED SOHQDPHQWH MXVWLILFDGD \ TXH ODV KRVWLOLGDGHV HUDQ DOJR QDWXUDO
previamente de conformidad con los ritos que, según se creía, se remontaban a mediados
del siglo VII a.e.c. No se luchaba sino en defensa propia; se respondían las injurias u
JXHUUD³MXVWD´OHJtWLPDPHQWHMXVWDORTXHVXSRQtDHVRVtTXHORVGLRVHVHVWDEDQGHO³ODGR´
romano.
religiosos servían para honrar y aplacar a los dioses (se conservaban como la tradición
probada de los antepasados); una tradición que había funcionado por siglos y que no podía
ϴϰ
ser abandonada bajo ningún concepto, pues mantenía a salvo a Roma y a los romanos. Esto
Dos dioses eran, en fin, bastante señalados (entre varios) en las referencias a la guerra, sin
contar a Júpiter, a quien se ponía por testigo principal (aunque durante las guerras púnicas
se apeló también a Venus y Cibeles). Por un lado, Quirino, dios del Estado romano, aunque
pudo ser anteriormente sabino y estar asociado con la guerra desde tiempos arcaicos; por el
otro, Jano, cuya vinculación a fines de la República con las puertas y los inicios le
episodios dignos de una teatral puesta en escena, un tanto al peculiar modo de Santiago
Cortegoso. Los primeros humanos vagaban en manadas detrás de animales para cazarlos y
paparlos sin compasión. Eran nómadas como las aves (o los amazigh), y decidían por
consenso, hasta que el más anciano, el más fuerte, el más listo, el más chulapo o aquel que
agricultura y la obesidad (y eso a pesar de que todavía no había patatas). Los asentamientos
crecieron, descendió la mortalidad y aparecieron las ciudades, en las que mandaban los que
Esas ciudades tardaron más en consolidarse en África por culpa de una bendita mosca
adormecedora. Tales ciudades empezaron a crecer en tamaño y poderío, de manera que los
ϴϱ
Se formaron los imperios, que cayeron por exceso megalomaníaco y porque a las personas
no les acababa de gustar que los emperadores viviesen por encima de sus reales
posibilidades. Tales imperios se dividieron en cachos en los que mandaban reyes, suerte de
³SULPRV´inter pares, aunque el que mandaba de verdad era la Iglesia, que decía en lo que
había que creer, pues había fundado lo que hoy sería un trending topic después del éxito del
regreso del más allá. Hoy algunos de los monarcas sobreviven (que no malviven) en sus
WURQRVFRPRFROHySWHURVGHWDOIRUPDTXHDKRUDVRQSULPRVLQWHU³SULQJDGRV´
Claro que al final fueron en Francia derrocados por la burguesía (y su discreto encanto); un
tiempo después otra revolución en Rusia empleó a la población para instaurar, decían, una
Las revoluciones se exportaron y se pusieron de moda, aunque son poco higiénicas porque
se desperdicia sangre (que sale muy mal de las prendas que se hacen en Tailandia o China).
Hoy en día se hacen ya en primavera pero parece que únicamente las pueden hacer hombres
Europa estamos viendo si en alguna próxima primavera se lleva a cabo una revolución de
los príncipes destronados contra el despotismo ilustrado de los hombres invisibles que
oficina de un piso cuarenta y cinco en un rascacielos de cristal que brilla con el Sol.
³UHYROXFLRQDULR´ HQ VHQWLGR DPSOLR GHO WpUPLQR" 6t \ QR 'LRQLVLR GH +DOLFDUQDVR HQ
ϴϲ
Antigüedades romanas) y el omnipresente T. Livio son nuestras fuentes principales para
reconstruir tal proceso. Cuentan algo parecido, pero no igual. Semejante semejanza no
obsta, de hecho, para que las interpretaciones historiográficas difieran un tanto. Veamos.
monárquico a través de dos máximos magistrados con poderes ejecutivos, los cónsules. El
proceso ¿revolucionario?, fue inspirado, según la tradición analística romana (en especial la
Historia de Fabio Píctor, de fines del siglo III a.e.c.), por Lucio Junio Bruto, apoyado por el
En Livio, Bruto actuaría en armas desde su puesto de tribuno de los celeres. Lo cierto es
menos, dudoso), pues la elección de los primeros cónsules se produjo bajo la dirección de
poder nuevo (Res publica frente a Regnum), aunque la magistratura consular tuvo un
anuales supremos (cónsules y pretores) así como un magistrado único, praetor maximus,
Es posible que el anual y primigenio praetor maximus (en la Monarquía al frente del
colegio de praetores minores), fuese luego sustituido por dos praetores maiores, de nombre
ϴϳ
³FyQVXOHV´SDUDUHFDOFDUVXLJXDOGDGHVWRHVORVTXHVHVLHQWDQ juntos. Tal posibilidad fue
defendida en su momento por todo un Momigliano. Pero también el rey pudo haber sido
sustituido inicialmente por un magister populi, limitado de poderes en el siglo V a.e.c. por
Ahora bien, lo que resulta clarividente (más que propiamente revolucionario), es que la
ORVUH\HVHWUXVFRVFRQOD³VDQD´LQWHQFLyQGHPRQRSROL]DUHOSRGHUFRPRXQSDWULFLDGRFRQ
total control del Senado (formado por ellos, que también controlaban, of course, el
ejército).
SESENTA Y CINCO. A día de hoy, nadie con visión perspicaz, una suficiente
en ambientes académicos así como en otros que no lo son, para que no se olviden referentes
fundamentales de la cultura que nos rodea. Frente a la épica agonal, al realismo descarnado
torno al viaje y la aventura, destacando los elementos fantásticos, míticos. En tal sentido,
2GLVHDUHVXOWD³PRGHUQD´FDVLQRYHOHVFD
cine (el Ulises de Mario Camerini y el gran Kirk Douglas o Troya, por poner solo un par de
ϴϴ
ejemplosXQDSDUWHVLJQLILFDWLYDGHODLPSHUHFHGHUDFRQWLQXLGDG³KRPpULFD´VHREVHUYDHQ
FDQWRV GH VLUHQD HO FDEDOOR GH 7UR\D R HO SURSLR VHQWLGR GH ³RGLVHD´ $PEDV HSRSH\DV
Rodas.
poema Ítaca del griego K. Kavafis; incluso en la literatura galaica, caso de Carballo Calero
Alguien tal vez recuerde una canción de Lluis Llach llamada Viaje a Ítaca, esencia del viaje
como símbolo de vida, en el que el propio camino tiene más encanto que la meta.
depósitos de arenas lavadas cuya aportación era aluvial. El planteamiento que se llevó a
cabo se centró en sugerir que tales depósitos pudieron ser el resultado de crecidas muy
vehementes del Eufrates. El estrato arenoso se hallaba encima de los vestigios del período
Ubaid, y se dató hacia 3500 a.e.c. Woolley correlacionó el hallazgo con las inundaciones de
carácter catastrófico que describen algunas tablillas sumerias, señalando que pudo ser el
modelo del episodio del diluvio del Antiguo Testamento. A fin de cuentas, Ur era la ciudad
ϴϵ
donde había nacido Abraham y, en consecuencia, sonaba lógico que la inundación
Pero hay que plantear objeciones, serias, desde mi perspectiva. Por un lado, se ha
subrayado que la leyenda mencionada en las tablillas sumerias refiere una inundación en el
reinado de Ziusudra (Shuruppak), en torno a 2900 (lejos del 3500 a.e.c. fecha en la que se
datan los depósitos de Ur); por el otro, si la catástrofe afectó toda Mesopotamia, lo
razonable sería encontrar semejantes indicios en la muy cercana Eridú, pruebas que no se
han registrado (que yo sepa) a día de hoy. Tal vez esta última circunstancia no
gruesos depósitos aluviales en ciertas condiciones, esencialmente cuando las aguas son
Además (y esto es clave), es difícil identificar una concreta inundación en una región en
donde los ríos principales cambian habitualmente su curso. Las evidencias contradicen la
tentadora interpretación del famoso arqueólogo inglés. Lo más probable, entonces, es que el
más que una descripción de un suceso catastrófico concreto, Por consiguiente, ¿no tendría
que resultar inútil buscar indicios del mismo?. Nunca debería olvidarse cuál es la naturaleza
de los mitos.
SESENTA Y SIETE. En los finales de curso, algunos no lo han logrado; otras se quedaron
por el camino; ninguno (afortunadamente) suele morir en el intento. Unas pocas más lo
ϵϬ
los vacacionales), haciendo hincapié en la carcoma, protagonista de uno de esos cuentos
con animales humanizados, cuyos ancestros provienen de antiguo. Más o menos esta es la
³KLVWRULD´
En las maderas del entramado de un tejado vivían cinco carcomas, cuya vida consistía en
escasas, pues siempre carcomían el mismo madero. En una ocasión, las carcomas
empezaron a conversar durante un descanso sobre qué aspecto tendría el mundo fuera de la
viga (se despertó un mínimo interés, asomando un atisbo de inquietud). Una de ellas afirmó
conocer el camino fuera del madero, que una hormiga la había descrito con pelos y señales.
Otra de las carcomas decía, sin embargo, que solo existía el mundo que conocían. Pensar
lo contrario no era más que una fantasía. El mundo está hecho únicamente de madera, esa
Al final, convinieron que era posible que existiera algo más que la madera, aunque debía
resultar muy peligroso. ¿Quién sabría qué hay fuera de la madera?. Eso no podría saberlo
ningún gusano. Otra más de las carcomas mostraba su lado pragmático, al referir que
mientras pudiera saciarse todos los días, todo sería una maravilla. Una más, que había
escuchado con gran interés, pensaba en qué habría fuera del madero. Tal vez haya otras
clases de madera, se aventuraba a decir. ¿Por qué no?. Quizá comamos la madera de peor
calidad y no lo sabemos. Posiblemente haya cerca de aquí madera dulce, seguía razonando.
Las otras carcomas se burlaban riéndose. La carcoma más vieja añadió, con un deje de
ironía, que si su compañera quería satisfacer su curiosidad, debía salir a mirar ese otro
mundo. Le comentó que el camino de salida era sencillo; tenía que carcomer hacia el sur,
ϵϭ
tal y como le había asegurado la hormiga. La ilusionada carcoma no dudó un segundo en
arriesgarse.
Desde ese momento carcomió en dirección sur, poniendo mucho empeño en el trabajo. En
del camino había un auténtico paraíso para carcomas. Pero la carcoma más vieja la había
enviado (por maldad) en una dirección falsa. La hormiga, en efecto, le había dicho hacia el
arriesgada y valiente carcoma sintió que estaba débil y que pronto moriría. Creo que voy a
desaparecer sin haberlo conseguido, pensó. Pero al menos lo he intentado. Con pensar esto
SESENTA Y OCHO. Basta leer con un mínimo de atención la prensa (local, regional,
nacional, internacional, igual da), para otear un patético y muy neblinoso horizonte de la
humanidad (de una parte de la misma, dicho sea con justicia), a la par de absurdo, carente
FDGD YH] PiV GH DOJXQRV GH HVRV DVSHFWRV TXH QRV KDFHQ VH GLFH ³KXPDQRV´ 1RWLFLDV
sobre política, y hasta de cultura (no entro en algunas valoraciones de opinión), han hecho
que vuelva la vista y el recuerdo hacia una ficción de Asimov que creo puede ser
reveladora.
de Orión), era el cuarto de su estirpe que llevaba los registros galácticos. Tenía en su poder
el gran libro que contenía la lista de las numerosas especies de todas las galaxias que habían
ϵϮ
DGTXLULGRHO³GRQ´GHODLQWHOLJHQFLDDVtFRPRHOOLEURPXFKRPHQRUHQHOTXHILJXUDEan
las que habían llegado a la madurez y poseían méritos para formar parte de la Federación
Galáctica. En el primer libro habían tachado algunos nombres anotados anteriormente, los
de aquellas que, por el motivo que fuera, habían fracasado. La mala fortuna, las deficiencias
pequeño no había habido que tachar jamás ninguno de los nombres anotados.
quiénes son, y el mensajero le ofrece el número clave de la galaxia y las coordenadas del
mundo en cuestión. El anciano escribió: la Tierra. Estas criaturas nuevas, dijo luego, han
energía termonuclear. El mensajero asintió. Por tanto, dijo el anciano, sus naves sondearán
Sin embargo, el mensajero comentó que en realidad, los observadores habían comunicado
que todavía no habían penetrado en el espacio. ¿Ni poco ni mucho?; ¿no tienen siquiera una
estación espacial?, preguntó el anciano; pues no. Pero si poseen la energía termonuclear,
¿dónde realizan las pruebas y las explosiones?. En su propio planeta, asevera el heraldo.
Después de oír tal afirmación, con gesto pausado, el registrador sacó la pluma y tachó con
una raya la última anotación en el libro pequeño. Era este un hecho sin precedentes; pero es
que el anciano era muy sabio y capaz de ver lo inevitable como nadie en la galaxia. Al fin,
ϵϯ
SESENTA Y NUEVE. Investigadores, clasicistas y estudiosos de la mitología,
muy probablemente las sirenas (no especificaban si las propias de la mitología griega, de
otras mitologías, de las leyendas medievales o de todas al tiempo), pudieron haber surgido
en la imaginación a partir de, entre otros aspectos, la imagen y los modos de accionar de un
Sus miembros palmípedos, así como la presencia de los ojos en el frente de la cabeza, con
visión binocular, podrían haber propiciado visuales confusiones respecto al animal. Por otro
lado, los cantos de las focas hembra llamando a sus crías además de su predilección por
ubicarse encima de las peligrosas rocas costeras donde con más virulencia rompe el mar,
Sin ser del todo descartable que muchas entidades míticas, monstruosas o seres
HMHPSOR TXHGDURQ DO PDUJHQ GH HVWDV ³DPHULFDQDV´ LQWHUSUHWDFLRQHV HQWUH RWUDV HO
recuperación del pasado griego, usándolo como fuente de inspiración práctica (política y
ϵϰ
jurídica). Por descontado, la historia de Grecia no es neutra. Las circunstancias políticas de
DTXHO ³SUHVHQWH´ DVt FRPR ODV DVSLUDFLRQHV GH XQ IXWXUR PRGHODUtDQ HVH SDVDGR H
3HUR HV TXH HO UHWRUQR D OD $QWLJHGDG FOiVLFD IXH XQD YHUGDGHUD ³REOLJDFLyQ´ GHVGH ORV
primeros PRPHQWRVUHYROXFLRQDULRVEXVFDQGRFRQHOODORV³DUJXPHQWRV´SDUDMXVWLILFDUOD
secesión de la metrópoli británica. Los colonos lucharon por su libertad del mismo modo
que lo habían hecho los héroes romanos que expulsaron a los reyes etruscos, o de la misma
PDQHUD TXH ORV WLUDQLFLGDV KDEtDQ GDGR PXHUWH DO ³GLFWDGRU´ &pVDU R LQFOXVR GH PRGR
análogo a cómo los ciudadanos hoplitas (con los que se identificaron las milicias de
imperio persa del Jerjes británico; es decir, al rey Jorge III. La liga licia, la aquea y la
connatural del modelo político en el singular proceso de anaciclosis. Pero esto es ya harina
GHRWURFRVWDO«KLVWyULFRPtWLFRPLtificado y mitificante.
SETENTA Y UNO. Un par de aspectos clave (de entre otros varios) se posicionan como
claros indicios de la historia deudora del mito. La sistematización del mito, para construir
ϵϱ
complejos interrelacionados desde temas elementales, se llevó a cabo por medio de tres
VROXFLRQHVODpSLFDSRVWHULRUD+RPHUROD³WHRJyQLFD´\ODJHQHDOyJLFD
la identidad del mismo. Esta búsqueda de raíces (en autores como Asio o Eumelo de
Corinto), luego será desmitificada y se verá sustituida por la historia, como hace un
Hecateo de Mileto en sus Genealogías. Por otro lado, los mitos de viajes trataban de
ampliación de las experiencias personales y colectivas (el viajero podía hacer partícipe a los
Las experiencias del viajero acercaban la lengua, las costumbres, las deidades o los propios
(generalmente buscar algo o a alguien), el lugar al que se viajaba era extraño, peligroso,
hostil, y por eso el relato del viaje solía ser aventurero, con profusa descripción de lugares
los isedones, una curiosidad (en lo que parece haber sido un viaje probablemente real,
ϵϲ
SETENTA Y DOS. Hubo en la antigüedad griega, como ocurrió en la de China, varios
En todos está presente la transición de una gran diosa a un dios masculino. El primero es el
(pelasgos). Comienza con la diosa de todo, llamada Eurínome, quien surgió desnuda del
caos. Como no encontró nada sólido donde pudiera apoyar los pies, decidió separar el mar
del cielo. Ella sola entre las aguas dio origen al mundo por mediación de la danza. Bailó en
dirección al sur y el viento se puso en movimiento detrás de ella, ya como algo separado de
lo demás con lo que comenzar la obra creativa. Tomando el viento norteño lo frotó con sus
manos convirtiéndolo en una serpiente (Ofión) que, excitada por el baile, copuló con
En cumplimiento de sus órdenes, la serpiente se enroscó siete veces alrededor del huevo
hasta que terminó el período de incubación. El huevo se partió en dos, dejando salir a los
hijos de la diosa, que son, en realidad, todo lo que existe; esto es, la luna, el sol, los
planetas, las estrellas y la tierra (con sus árboles, ríos, montañas y criaturas vivientes). Con
posterioridad creó las fuerzas planetarias, asignándoles a cada una un titán. El primer
ϵϳ
SETENTA Y TRES. Un coloquio sobre el papel desempeñado por ciertos personajes en el
Guevara, cuyo proceso de mitificación se ha extremado de tal modo que es, desde hace
fascinante, y a veces escabroso tema, del uso de la historia como blindaje argumentativo de
A colación salió un mito heterodoxo no muy conocido (que ahora no viene a cuento
montanistas (haya sido Priscila o una tal Quintila). El obispado de Asia (por tanto desde el
lado ortodoxo), y desde la condición individual de cada miembro como anér, profirió una
Se ha dicho que el origen del ascetismo sexual y del patriarcalismo cristiano debe imputarse
al modelo social imperante en el ámbito grecorromano así como a la hostil ideología estoica
hacia el sexo, de tal forma que la única posibilidad de que el cristianismo se hiciera
respetable y sobreviviese era adecuarse con destreza a tal modelo social plenamente
vigente.
Ciertamente, el ideal romano confinaba a la mujer al papel de madre y esposa, siendo otra
alternativa vista con absoluta desconfianza; pero también es muy cierto que el judaísmo, de
componente misógino. Recuérdese que María Magdalena así como aquellos a los que el
ϵϴ
cristianismo llamaba testigos, no eran para un judío más que sucesores de la bruja de
Endor.
todo anglosajonas), signadas por una innegable vocación teológica (que casa mal con la
labor de historiadora), han sido capaces de indagar (de eso se ufanan), en el lado femenino
para mi sorpresa, no se han mostrado voluntariosas de operar de modo análogo con el mal,
presentando (como el Buñuel en Simón del desierto OD VH ³VXSRQH´ WDPELpQ H[LVWHQWH
auxilio a Yahvé para que le socorra. Son liberados por un emisario que el dios envía, pero
vuelven a ser esclavizados, ahora en Babilonia. Otra vez son liberados. El tema se repite en
el Nuevo Testamento, ya que el mito de la caída y el descenso del Génesis se completa con
Nuevo Testamento es un individuo quien experimenta ese mito en su propia vida. Ahora el
ciclo de anteriores mitologías se transforma en un gran ciclo y, lo más relevante es que esta
ϵϵ
experiencia hebrea se escenifica como prototipo aplicable a la humanidad entera, como si la
la liberación del pueblo de Israel de manos egipcias además del asentamiento (agresivo)
VHPtWLFRV HQ XQD ³QDFLyQ´ (O *pQHVLV HV IXQGDPHQWDO SRUTXH SURSRUFLRQD HO WUDVIRQGR
mitológico al tema heroico de la conquista que luego se detalla. Dota al pueblo de unos
ancestros que le otorgan un rol histórico además de una identidad como tribu. La conquista
de Canaán se asume como una necesaria destrucción de la cultura cananea, entendida como
En el trasfondo de los dos hermanos enfrentados del Génesis se puede vislumbrar esta
conquista hebrea de Canaán, que supondría la dominación del agricultor por el pastor de
ganados (Yahvé acepta la ofrenda de un cordero por Abel, no el ofrecido por Caín). Ambos,
considerada en términos de uno mayor y otro menor. Una de las formas en la que se plantea
el relato de la conquista es a través de una encarnizada lucha, la que enfrenta al dios hebreo
babilónica. En Sumer tenemos además el relato del mítico lugar en donde los animales
vejez, ni mucho menos la muerte. Tal paraíso sumerio es Dilmun. Por otra parte, Yahvé
ϭϬϬ
diosa Aruru, que insufla vida en la creación; y hasta su carácter a partir de la imagen de
Enlil. En la mitología hebrea todas las divinidades masculinas de las culturas anteriores,
además de los citados, también Marduk y El (Elohim es el plural de El, dios cananeo), se
funden acrisoladamente en una única imagen, un deus pater, que en el escenario bíblico se
interpretar, obras del pasado heleno se desarrolló a partir del siglo IV a.e.c. Los principales
trabajos a los que estos compiladores dedicaron su indudable pasión fueron los poemas
épicos homéricos (Odisea e Ilíada, la segunda más que la primera), las obras de trágicos,
Los géneros librescos, paradoxografía y mitografía brotaron, así, del furor sapiencial de la
Alejandría. La tarea resultaba monumental. Primeramente había que organizar los textos
antes de iniciar su estudio. El trabajo inicial debía consistir en crear grandes catálogos de
las diferentes colecciones, como el de uno de los dos que se atribuyen a Calímaco. Una vez
llevada a cabo tan ciclópea tarea, los eruditos podrían dirigir su atención al estudio en
profundidad de las obras. Los textos habían sobrevivido a una transmisión oral, en tanto
que como documentación escrita habían sido objeto de copias diversas, en diferentes
ϭϬϭ
errores, en especial en aquellas obras y documentos que contenían formas dialectales o
arcaísmos.
FRPSOHWDUORV FRQ ³RWUDV´ YHUVLRQHV WDO YH] PiV SRSXODUHV \ DVHTXLEOHV HQ VX OHQJXDMH
En la Odisea, el tema de la fidelidad de Penélope a su esposo durante veinte largos años, así
extendido. Sin embargo, un autor como Pausanias no deja de comentar que los mantineos
él Penélope se muestra infiel a su marido con varios pretendientes, de tal manera que
que Penélope había tenido lascivos amoríos con Hermes o Apolo, además de con los
pretendientes, fruto de los cuales habría dado a luz a Pan. Así que no siempre es
brillante, culto y que, por tanto, debe ser preservado. Géneros como la mitología y la
ϭϬϮ
cronografía, al lado de las historias locales y las genealogías influyeron directamente en la
mitografía. En algún sentido, la mitología pudo ser contemplada como una contrapartida a
registraban los nombres de las familias o las hazañas y destacadas aventuras de héroes y
deidades.
guías cronológicas del pasado mítico, hecho que posibilitaba a los griegos de tiempos
históricos que asociaran sus familias con dioses y héroes de un pasado considerado
Algunas secciones del Catálogo de las Mujeres hesiódico sobrevivieron porque llegaron a
tanto que los orígenes de los mirmidones se conservan en un escolio a las Nemeas de
Píndaro. Los escolios deben ser vistos, en consecuencia, como una relevante fuente de las
oscuras historias mitológicas para los lectores modernos, ya que los textos de los cuales
Aunque muchos mitos aparecieron en textos en prosa antes del período helenístico, no se
puede decir que antes de esta época fuesen recopiladas sus diferentes versiones en
FRPSHQGLRVQLTXHVXV ³KLVWRULDV´FRQIRUPDVHQSDUWHGHREUDVSURSLDVHQODVELEOLRWHFDV
En lugar de ello, lo más habitual es que los mitos formaran parte de alguna obra que
abarcase amplios rangos cronológicos, superando la prístina etapa divina y heroica. En tal
ϭϬϯ
sentido, los mitos jugaban con asiduidad un papel relevante en las narraciones de los
Las figuras mitológicas que están presentes en obras antiguas en prosa deben, a menudo, su
En su historia de las Guerras Médicas Heródoto traspasa la cesura existente entre el tiempo
mujeres (Europa, Io, Helena), para luego terminar comentando la segunda invasión de
Grecia por los persas en 480-479 a.e.c. El historiador de Halicarnaso reconoce que estas
dos clases de tiempo son, de alguna manera, diferentes, como muestra en su comentario
VREUH ³OD JHQHUDFLyQ KXPDQD´ /D LQIOXHQFLD de la cronografía sobre la mitografía es,
A fines del siglo V a.e.c. ciertos pensadores griegos desarrollaron una visión del pasado
como un tiempo distinto del suyo propio. Se trataba de un tiempo que podría ser estudiado
por medio de documentos. De este modo, Hipias de Elis reunió los nombres de los
vencedores en los Juegos Olímpicos; Helánico de Lesbos elaboró listas de las sacerdotisas
del Heroon argivo, así como las listas de los vencedores en los certámenes musicales de las
Carneas; se compilaron las listas de los arcontes en Atenas (inscritas en piedra a fines de la
lectura de las inscripciones en Delfos pudo servirle para compilar la lista de vencedores en
ϭϬϰ
los Juegos Píticos. Del mismo modo, debió reunir información, al lado de sus discípulos, de
las inscripciones para proyectar los aspectos primordiales de las constituciones de las
ciudades-estado helenas.
interpretaciones que sobre el mismo se han llevado a cabo. Así, podemos contemplar la
muerte; la función de algunos de los grandes temas míticos (diluvio, inmortalidad, descenso
al inframundo); el rol desempeñado por los sueños como mecanismos de contacto con el
diversos ámbitos de análisis, diferentes enfoques y lecturas múltiples, sean estas filosóficas,
una amplia galería de temas y motivos. Por un lado, la naturaleza mortal del ser humano y
su miedo a morir; el sentido de la vida; el amor y la amistad; y el bien y el mal; por el otro,
la dicotomía entre civilización y barbarie; el papel que juega el destino; el más allá; y la
persecución de la gloria y la fama. Pero también se pueden encontrar asuntos y motivos que
Es el caso paradigmático (y bien conocido) del diluvio, que se constata asimismo en mitos
indios (Manu), aztecas (Tata), e incluso griegos (Deucalión) y bíblicos (Noé sería el
equivalente bíblico de Utnapishtim, el cual, a su vez, resulta ser una adaptación del héroe
ϭϬϱ
sumerio Ziusudra y del babilónico Atrakhasis). El muy habitual motivo del viaje como
alegoría del devenir de la vida humana establece algunas correspondencias entre Gilgamés
y Ulises-Odiseo. Por otra parte, se configuran algunas analogías también con Heracles, en
cuanto a las peripecias y duras pruebas que el propio viaje conlleva y que deben ser
superadas.
generalmente por un monstruo, que en el caso que nos concierne encarna el terrorífico
Khumbaba, un trasunto de los míticos dragones, y el Toro del Cielo, una figura que, con las
internos, muchos poemas chinos tienden a presentar los sentimientos como algo vivo,
tema frecuente será el de los placeres de la buena compañía, sobre todo entre los
grupúsculos sociales, como el muy conocido de los Siete Sabios del Bosque (Huerto) de
Bambú. Este grupo de excéntricos literati se reunía para beber, disfrutar del paisaje, escribir
Con un evidente deseo de escapar de los engorrosos enredos políticos, celebraban sin pudor
la simple vida rústica y los placeres más hedonistas. El poeta más significativo del grupo
fue Ruan Ji (primera mitad del siglo III), cuya obra (Cantando mis Sentimientos),
ϭϬϲ
ochenta y dos poemas, Ruan celebra la decisión de un antiguo conde de época Qin, quien
Esta poesía bucólica y contemplativa sirvió, también, como mecanismo de protesta política.
La tradición confuciana llegó a aplaudir la crítica contra los gobernantes como un esfuerzo
real para mejorar el Estado, si bien, en la realidad, los oficiales que osaban vociferar sus
'H HVWH PRGR XQ EXHQ RILFLDO FRQIXFLDQR SRGUtD OOHJDU D VHU XQD VXHUWH GH ³UHFOXVR´
la naturaleza, marcan numerosos poemas de Tao Qian (siglos IV-V, poeta más conocido
por el nombre Tao Yuanming). Fue el más célebre de estos caballeros escondidos, y el que
LQYHQWy HVR TXH VH GHQRPLQy ³SRHVtD GH ORV MDUGLQHV \ ORV FDPSRV´ HVWR HV OD SRHVtD
conflicto entre la ambición mundana y los simples placeres. Lo presenta como un debate
inevitabilidad de la muerte, ante la cual propone una respuesta hedonística: nunca rechazar
un vino; en segundo lugar (la Sombra respondiendo a la Sustancia), la sombra concede que
el vino destila confort, pero que no debe ponerse a la altura de la realización de buenas
finalmente, en la Exposición del Espíritu, éste intenta resolver el conflicto. ¿Cómo?. Fácil.
ϭϬϳ
El vino puede acortar la vida humana, cierto (si se consume en exceso, claro), pero al
preguntarse quién recordará la muerte de uno mismo señala que no queda más que aceptar
más.
asociadas, pues aligerando el cuerpo por medios esotéricos o, mayormente, con artilugios
especiales, se podía ascender al cielo, lugar donde habitaban los inmortales. Al adepto
taoísta se le prometía la ingravidez, de tal forma que podría montar sobre rayos de luz,
sería capaz de flotar en el vacío o, en fin, de ensillar una estrella, a la que cabalgaría sin
No obstante, la mayoría prefería los vehículos auto transportados: grullas, negras o blancas,
patos salvajes, tigres e, incluso, voladores zapatos especiales (hechos con piel de pescado),
caballos alados y dragones barbudos. Sin duda, los dragones eran los mejores vehículos. Se
decía que el mítico rey Shun, había aprendido a volar y a arrastrarse como un dragón. Otros
³YHKtFXORV´ PiV SLQWRUHVFRV KDELWDEDQ HQ XQD LVOD GHO RFpDQR GHO VXGHVWH VH WUDWDED GH
seres parecidos a los humanos, pero emplumados, de ojos rojos, cabezas blancas, picos de
DYH\ODUJDVTXLMDGDVTXHQDFtDQGHKXHYRV(UDQODV³JHQWHVGHORVSiMDURV´Yumin).
ϭϬϴ
Los artilugios voladores mecánicos también disfrutaban de una venerable tradición,
especialmente la carroza voladora, construida, según algunas fuentes, por una tribu formada
por personas de un solo brazo y tres ojos, que montaban en caballos con rayas. Algunos
como patrono de los carpinteros (de modo análogo G. Desa de Coppertino, santo
³OHYLWDGRU´GHOVLJOR;9,,ORIXHFRPRVDQWRSDWURQRGHOD³DYLDFLyQ´WXYRODKDELOLGDG
suficiente para proponer que sus propios padres fuesen los primeros en probar sus inventos
voladores. El resultado fue el que podría esperarse: perdió a ambos en acto de servicio.
OCHENTA. Los monjes budistas conocían el sutil arte de abandonar el cuerpo y explorar
el paraíso occidental de Amitabha. Incluso podían hacerlo antes de ir a morar allí después
de la muerte física. Esta habilidad parece ser una suerte de interpretación chamanística de la
Un no tan conocido relato chino del siglo XVIII atribuía a un notorio criminal la habilidad
(se diría muy poco frecuente) de esconder su alma en el interior de una vasija cerámica
afectaba y, obviamente, resucitaba todas las veces, por mucho que fuera ejecutado, para el
posición de privilegio, cometió un error imperdonable (en aquellos tiempos como ahora):
ϭϬϵ
En consecuencia, ésta, exasperada por tal actitud, entregó la vasija a las autoridades y así el
hombre murió por fin para siempre jamás. Para tener en cuenta de parte de los descuidados
OCHENTA Y UNO. Creo que podría, en el nivel de investigación actual, certificarse que
Grecia y Roma no tuvieron conocimiento directo de China hasta finales del siglo IV a.e.c.
Llevar a cabo una historia comparativa (siempre turbia y fangosa), en lugar de conectiva,
suele ser un error común. Los estudios vinculantes Grecia-China se han centrado en esencia
HQOD³FRPSDUDFLyQ´GHODKLVWRULD\HOGHVDUUROORLQWHOHFWXDODWUDYpVGHODpWLFDODILORVRItD
Las comparaciones Roma-China se han centrado, diría que casi por completo, en el periodo
de los imperios romano (iulio-claudio) y Han chino en el siglo I, una época en la que ambas
capitales. Tales estudios se han concentrado no en las ideologías políticas inherentes a las
economía y el comercio. Hay un punto de inflexión aquí que debe ser mencionado.
A diferencia de Roma o de Atenas, donde los sistemas políticos que cristalizaron no fueron
paso del tiempo a medida que lo permitían las circunstancias de las épocas, en China
Confucio desarrolló sus propias ideas sobre cómo debía funcionar el gobierno, con el claro
sociedad. Bien es cierto que la situación sociopolítica a la que responde Confucio presenta
ϭϭϬ
similitudes con las circunstancias que dieron nacimiento a las revueltas políticas en Atenas
o en Roma.
Confucio desarrolló su pensamiento, sin embargo, en medio de una época turbulenta como
pocas de la historia china (bastante más terrorífica que las guerras que asediaron a Roma y
Atenas). Fue un tiempo marcado por el caos político, los movimientos revolucionarios, la
degeneración moral, la influencia de demagogos corruptos con cargos, por el dominio del
Confucio.
significación, batalla: la del puente Milvio (29 de octubre de 312). Antes de la misma
República romana, que había detenido a los invasores etruscos prácticamente sin armas y
Majencio (y a su derrotado padre Maximiano) como los nuevos Tarquinios; esto es, los
arrogantes y odiados reyes de Roma contra los que se tuvo que rebelar el pueblo para crear
la admirada República.
ϭϭϭ
Estaba en juego, en consecuencia, no solo quién iba a detentar el poder político y militar,
VLQRWDPELpQHOGHUHFKRGHGHFLGLUGyQGHVHHQFRQWUDED5RPDHQVX³KLVWRULD´DSXQWRGH
ser salvada otra vez por usurpadores exteriores, o a minutos de ser liberada de la sumisión
al despotismo. La valoración depende de las fuentes, las cristianas por un lado (Panegírico
En estas últimas el puente Milvio fue un enfrentamiento relativamente claro que surgió de
una disputa violenta por la supremacía política y militar en lo más alto de la estructura de
mando de Roma (nada nuevo, por tanto), aunque se acabó puliendo un tanto con la
del ganador, ¿qué decir?; ¿oportunista afortunado al modo volteriano; disoluto y cruel (al
del historiador Gibbon), o una autoridad celestial (Eusebio) inspirada por Apolo o por el
Dios cristiano?.
GLIHUHQWHVDORVKDELWXDOHV³HQYLGD´0XFKRVHMHPSORVKDQLGRVXUJLHQGRHQODVSULPHUDV
sesiones de trabajo, en las que, se puede destacar, parece haber anidado un nuevo e
inusitado interés por la mitología, en específico nórdica. Tal vez con motivo del
coleccionable sobre la misma (a la que muchos nos hemos suscrito sin pensarlo, dada la
calidad de la misma y el precio más o menos asequible de unos diez euros por libro, aunque
Todo vino por una peculiaridad, que a muchos impactó: en las lenguas germánicas y, por
ende, en estos mitos, Luna es masculino y Sol femenino (hijos ambos de un tal
ϭϭϮ
Mundilfaeri). No es un caso tan excepcional, ni mucho menos. Traje a colación, en
se ven (como me consta) un sol y una luna, probable respuesta a tal característica
En el caso nórdico, los einherjar no solamente comen y beben, sino que también se
jabalí al que cada día cuecen pero que al atardecer vuelve a estar entero; de las ubres de la
cabra Heidrún mana un exquisito hidromiel que causa embriaguez (etílica y de los
sentidos). Cuando no beben, divertimento esencial, estos einherjar toman sus armas y se
van a los patios en donde pelean y se matan (otra vez, como si ya no lo estuvieran) sin
la dinastía Han Oriental se encuentra de bruces con el conocido actor de artes marciales
Jackie Chan. El personaje principal de la película es Huo An (que interpreta Chan), un jefe
promover la idea de la paz a lo largo de la red comercial. Huo An establece una relación de
amistad con el jefe de una legión romana en Asia. Ambos unen fuerzas contra un malvado
SRWHQWDGR URPDQR TXH TXLHUH ³TXHGDUVH´ OD 5XWD GH OD 6HGD SDUD pO (Q HVWH conflicto
participan tropas de todos los rincones (y todas las épocas) del mundo, digamos, clásico:
ϭϭϯ
hunos, uigures, turcos, indios, romanos; todos ellos luchando para preservar la seguridad y
la paz de la Ruta.
romana creando una ciudad nueva con la sanción oficial del emperador Han.
Posteriormente perdida bajo las arenas del tiempo, la ciudad es descubierta en la actualidad
interconexión del pasado más antiguo, que se ejemplifica, por si no bastara el hallazgo, en
Dragon Blade en Occidente fue recibida con poco candor. Fue alabada, sí, por su fusión de
FKLQD´ \ FULWLFDGD SRU VX WUDPD H LPSUHFLVLRQHV KLVWyULFDV &RQ HOOD VH UHIOHMD HO XVR \
abuso) de la propia historia, pues no sólo imagina una interacción fantástica entre Roma y
China, sino que también conjura una visión particular de las prioridades del mundo clásico,
esto es, la seguridad, la paz y la comunidad de la famosa Ruta de la Seda como objetivo
Ahora bien, ¿las libertades creativas que se tomó el guionista-director de la película son tan
comunidades enteras representaron su pasado para que se ajustase a las finalidades del
SUHVHQWHRUHIOHMDVHQUHDOLGDGHVSDUWLFXODUHV"3XHV«QR$VtODVXFXOHQWDVRSDGHPLWRVH
pululaban sobre la urbs; o la manera en que gobernantes relevantes intentaban vestir sus
ϭϭϰ
ruptura definitiva con la manera en que se habían hecho las cosas anteriormente. ¿Y qué
debate continuado sobre ellos mismos, su presente y su futuro. Por tal motivo, debería
comprenderse que el pasado siempre es una labor en proceso, herramienta maleable que
idea de un pasado cerrado y finiquitado, que vale la pena comprender aunque de una
manera estrictamente retrospectiva, pero no como una fuente de aprendizajes útiles para
Es verdad que los historiadores de hoy ya no son (somos) consejeros de los gobernantes
aparentemente apartado (¿pero por ello necesariamente imparcial?) de los centros de poder.
Este hecho, en todo caso, no significa (nos consta demasiadas veces) que la historia en sí
misma ya no sea tan maleable, usable y abusable (si se me permite el término) como lo fue
en momentos antiguos.
P.S. De India se ha dicho y escrito, muchas veces, que sus gentes no tenían ningún sentido
de la historia; en realidad, India poseía, en muchos aspectos, ³H[FHVLYRV´ VHQWLGRV GH OD
historia para que los pudiera dominar alguien, en la manera que ocurre en otras sociedades,
como la nuestra.
ϭϭϱ
OCHENTA Y CINCO. El clan de Nél, tal vez la representación histórica de un clan
guerrero anatólico que sirvió al faraón egipcio, emigraría posteriormente por mar a la
península Ibérica. El padre de Nél sería Fenius Farsaidh, rey de Escitia (uno de los tres
reyes constructores de la torre de Nimrod). Hijo de Nél sería Gaedheal Glas (origen del
término gaélico y tal vez de la denominación Galicia). Nél sería entonces el líder del clan
escita que arribará a Occidente, y del cual procedería los escotos (celtas). En Egipto,
invitado por el faraón para que le sirviera, le fue entregado un territorio en el área del Mar
Uno de sus descendientes, de nombre Sru, abandonaría la región por haber ayudado a
esperanza de asentarse en otro territorio y crear un reino, lo cual haría en España. Antes de
la llegada del clan a España morían Nél y Gaedheal Glas. Los escitas de Sru llevaron
consigo a la por entonces anciana Escota. Pasaron por la isla de Taprobane y volvieron a la
Asentados en el reino Escita (en torno al mar Caspio), hubo luchas internas entre el clan de
Nél y el de Noenbal (otro descendiente de Fenius Farsaidh). El clan de Nél se hace con la
victoria e impone a su caudillo, Eber Scot como rey. Sin embargo no cesaron los
enfrentamientos. El clan fue finalmente vencido y tuvo que salir de Escitia. Uno de los
descendientes de Scot (Agnomain) capitanea el clan y se hace a la mar, con treinta barcos
de hombres y mujeres con el deseo de asentarse en otro lugar y fundar un reino, que sería el
de Brigantia en España.
ϭϭϲ
Sería Breoghan (que habría nacido con posterioridad a la conquista de los escotos de
toda la península tras librar numerosos combates con tribus autóctonas. Los hijos de Mil
(de España ), sus biznietos, habrían de conquistar Irlanda, creando allí un reino hispano, del
cual descenderían los posteriores reyes irlandeses. Un primer intento de conquistar Irlanda
fue llevado a cabo por Ith, un hijo de Breoghan, primer hispano del clan de Brigantia en
Golamh, hijo de Bile (hijo éste de Breoghan), rey de los escitas ibéricos, quiso conocer a
sus ancestros de Escitia. Fue bien recibido. Incluso el rey le concedió en matrimonio a su
hija Seng. Tuvo un par de hijos (Erech y Donn). Al final, el rey, envidioso no obstante de
Golamh, le desafió a un combate singular que perdió, por lo que Golamh tuvo que
casaría con Escota (otra distinta), hija del faraón Nectonebus. Allí tuvo otros dos hijos, esta
vez con Escota. Uno de ellos sería Amergín (poeta que en Canto al Mar glosaría la
conquista de Irlanda por los hijos de Mil). En España nacerían otro par de vástagos,
Eremon y Erannan.
Desde Egipto, entonces, Golamh vuelve a España, visitando de camino Tracia, Gotia y
Dacia. Después de librar innumerables batallas recibió el nombre de Mil na Span. Este
palabra soldado (miles, militis), en latín, y hasta incluso de las innumerables hazañas
ϭϭϳ
Los hijos de Mil y los descendientes del clan de Gaedhel de Brigantia acabarían
organizando una expedición de venganza por el asesinato de su tío Ith así como la mala
acogida recibida de parte de los Tuatha de Dannan. La batalla decisoria (Sliabh Mis),
Irlanda en dos (al mando de Eremon y Eber, respectivamente), un reino al norte y otro al
sur de la isla.
OCHENTA Y SEIS. Algunos animales, como el oso, el águila, el lobo o el cuervo, entre
tales animales, realmente bestias, como el lobo o el cuervo, estaban íntimamente vinculados
con dioses como Odín. El célebre furor guerrero de los berserker corría paralelo a la
estos guerreros que combatían como si fuesen rabiosos lobos, poseyendo la fuerza de osos
o, incluso, de toros. De esta manera, se asociaba el ideal del guerrero con algunos de estos
animales.
El guerrero aparece identificado con dos animales totémicos muy conocidos, el oso y el
lobo, que encarnaban para estos guerreros la fylgja, espíritu que acompañaba y tutelaba a
cada persona desde que nacía hasta su fallecimiento. Se trataba de una suerte de doble
espiritual, que era capaz de transmitir las peculiaridades de estos animales a los
ϭϭϴ
combatientes. Tal simbiosis entre animal y guerrero pudo deberse a las creencias
chamánicas.
Los osos y los lobos se caracterizan esencialmente por su fiereza, agresividad, resistencia y
fuerza bruta, todas ellas consideradas cualidades vitales de un buen guerrero. A la par, eran
animales totémicos. La veneración por el oso se constata en el hecho de que gran número
de héroes portan nombres que refieren a este animal. Por su parte, el lobo posee algunas
connotaciones negativas, como ocurre con los lobos hermanos Sköll y Hati, implacables
directo del Ragnarök o con Garm (en sentido estricto un perro), que guarda las puertas de
Hel, el infierno.
manada para maximizar su caza. Se le venera por su capacidad de hacer largos recorridos
sin agotamiento aparente. Los lobos estuvieron muy relacionados con Odín, quien se
acompañaba de un par (Freki y Geri). La simbología de este fiero cánido como animal
la realeza.
imagen de estos animales en las armas de los combatientes funcionaría como un poderoso
le permitiría a los guerreros mimetizarse con el animal en cuestión, adquiriendo así sus
ϭϭϵ
OCHENTA Y SIETE. La palabra elemental se emplea para referirse a una serie amplia de
seres, como duendes, genios, gnomos, hadas, enanos, espíritus, y otros más, que presentan
Los distintos nombres designan parte de tales seres o a un grupo específico, pero no a la
totalidad, de ahí el uso de elementales. El término los define acertadamente, en tanto que
son seres vinculados con los cuatro elementos primarios, fundamentales de la Naturaleza
Paracelso asumía que cada elemento estaba conformado por un principio sutil y una
sustancia corporal densa, lo cual suponía que todo poseía una doble naturaleza. Por tal
motivo, de la misma manera que la naturaleza visible por el ser humano está habitada por
(invisible), en una suerte de universo paralelo, está asimismo habitada por multitud de
SHFXOLDUHV \ KDVWD SLQWRUHVFRV VHUHV D ORV TXH QRPEUy FRPR ³HOHPHQWDOHV´ 0iV WDUGH
Es relevante advertir que siempre creyó que se trataba de criaturas realmente vivas,
parecidas a un ser humano en su forma, pero que habitaban sus mundos propios, aunque
siempre cerca del nuestro. Son invisibles para nuestros sentidos porque los sentidos poco
sutiles y no muy desarrollados del humano no son los más adecuados para detectarlos.
Su categorización genérica presenta rasgos que son más o menos comunes. Los elementales
son seres atemporales e interdimensionales, pues a diferencia del ser humano, no se rigen
ϭϮϬ
por las leyes físicas ordinarias. En cualquier caso, los indicios del folclore parecen indicar
que viven como nosotros en la Tierra a pesar de que sean seres del mundo astral y etérico.
Comparten con los humanos los mismos lugares, como montañas, ríos, bosques y hasta
agredir plantas, árboles o animales supone una intolerable afrenta hacia ellos mismos.
tribus supone concebir que sus comportamientos son similares a aquellos de los humanos.
En su estado normal no son visibles para el humano, aunque no para ciertos niños y
e incluso animalescos.
Su temperamento suele ser, por lo general, bastante juguetón. Les gusta asustar, asombrar o
confundir a las personas con juegos, trucos o inventos (caso de los sumicios, trasgos,
duendes, o de personajes como el Busgoso). Se podría decir que son codiciosos, un tanto
Se puede afirmar que si se hacen amigos de un humano o, por cualquier razón, lo estiman,
le pueden ofrecer regalos materiales de gran valía, como joyas u oro, incluso poderes
psíquicos (clarividencia, telepatía), pero si, por el contrario, el ser humano se enemista con
ϭϮϭ
ellos, llegan a ser rencorosos y vengativos, especialmente las hadas y los reconocibles
duendes familiares.
Viven más que nosotros pero no son inmortales. Los Espíritus de la Naturaleza no se
destruyen por medio de los elementos más densos y groseros de fuego, aire, agua o tierra,
ya que funcionan en una banda de vibración más alta que aquella de las sustancias
terrestres. Como están compuestos por apenas un único elemento, el éter en el que
funcionan, a diferencia del ser humano, conformado por naturalezas varias (mente, cuerpo,
individual original. Aquellos compuestos de éter terrestre, caso de los enanos, duendes y
gnomos, viven menos tiempo. Los del aire son los más duraderos.
Todos ellos pueden resultar dañinos y mostrar perversidad, pero también ser bondadosos y
amables, en función del contacto personal que con ellos se tenga así como de lo que
un yo individualizado; por tal razón, no distinguen desde una perspectiva moral el bien del
mal. No obstante, ayudan a gente bondadosa mientras que perjudican a los que son
En el sentido que obedecen a un fin concreto y racional, son inteligentes. Unos cuantos
parecen poseer una inteligencia altamente desarrollada, pero todos tienen limitaciones.
Conocen y, por tanto, usan elementos y leyes de la Naturaleza con el fin de alcanzar sus
metas (como ocurre con los Ventolines, por ejemplo). No es infrecuente que se les atribuya
que puede afectar nuestra humana voluntad y sentimientos, sobre todo si nos inmiscuimos
ϭϮϮ
en su radio de acción, tal y como acontece en las danzas de las hadas o en el mítico canto
de las sirenas. No obstante, también tienen su talón de aquiles, pues temen el acero y el
hierro, aunque gnomos y enanos puedan, paradójicamente, ser herreros. Sus principales
ocupaciones suelen ser, no obstante, la danza, la música, los juegos, las luchas y el amor.
lagunas, ríos o fuentes (damas del agua, lamias, alojas o xacias); bosques, sobre todo de
durmientes.
acepción bastante amplia, pues abarcaba también una serie de fantasiosos personajes que
moraban en los bosques. En su obra capital la Ciudad de Dios, San Agustín confirma que a
identificación que reportó también todo un San Jerónimo. A estas criaturas les apetecen las
ϭϮϯ
de otra clase. Estos duendes seductores se asocian en el folclore con demonios monteses
denominados dusii. El célebre Diaño gallego y el no menos famoso Busgosu asturiano son
dos de los más conocidos. Entre las víctimas preferidas destacaban las castas monjas y las
Con el inevitable paso de los siglos, duendes e íncubos medievales fueron mutando cual
libidinosas que, súbitamente y sin que se les invitara, aparecen en los dormitorios, dicen los
sueño o entre éste y la vigilia. No tengo dudas al respecto. En un caso y el otro, arcanos
de la persona agredida, aliñadas con los valores del contexto socio-cultural propio, aunque
Delirios, sí, pero también un mundo feérico y legendario que conviven con el ser humano y
su cultura desde que empezó a serlo. Ya solamente por estos aspectos merecen
consideración. Conviene recordar, por si acaso, que lo que existe tiene nombre si bien hay
ϭϮϰ
nombres íntimamente vinculados a la esencia del ser; por lo tanto, no es prudente
OCHENTA Y NUEVE. Definió en una ocasión el insigne escritor Gabriel García Márquez
a Galicia como un país mítico en el que siempre llueve. Los antiguos meteorólogos
hispanos aludían antes a Galicia como un país real en el que siempre llueve (de ahí que en
los mapas del tiempo Galicia siempre apareciese blanca, bajo un manto de nubes). Otros
decían que es una tierra antigua como el mundo al que antaño ponía fin.
Fértil en aguas, vientos, bosques y tempestades, para los gallegos es Galicia un lugar donde
estuvo el paraíso y que todavía hoy se parece un tanto; es tierra de mar y frontera, real pero
WDPELpQ³RWUD´PLVWHULRVDHQODTXHP~OWLSOHVHQWLGDGHVXOWUDPXQGDQDVVRQSURWDJRQLVWDV
principales, como las célebres mouras, representantes en las leyendas populares de nuestros
Una de las más famosas se llamó Ana Manana, típica moura de una fuente que vestía de
blanco y tenía un largo pelo rubio. Su nombre evoca Dana, Don, Diana, deidades de las
Perenna romana (cristianizada como santa Ana), o la Anna Purna india. Parece más que
probable que fuese el mismo ser que las anjanas cantábricas y las xanas asturianas.
incompetencia humana.
ϭϮϱ
NOVENTA. Mantengo un ligero trabajo telemático (palabra que ahora ha cobrado
antes del recrudecimiento de la crisis virulenta. Sin lugar a dudas la salud es (o debiera ser)
siempre una prioridad. Estamos en tiempos pandémicos y de contingencia en los que cuidar
la propia y no dañar la ajena debe ser un objetivo primordial de toda cabeza pensante y bien
Se ha visto y seguirá viéndose. Sin embargo, no van por esta línea los siguientes
desfavorables parecen ir empeorando a medida que se intenta ponerles remedio, de ahí que
se diga que las mismas tienen cabeza de hidra (como la de Lerna, que Heracles derrotó).
Higia se llamaba una de las hijas de Asclepio; una deidad de la salud, en referencia a su
nombre. De ahí el empleo de una palabra siempre vital pero actualmente esencial, higiene,
para indicar los métodos necesarios para conservar la salud. Otra descendiente del mismo
dios (asociado, como es sabido, a la medicina; ergo a la curación y la salud), era Panacea,
vocablo griego que significa todo lo cura. Esta palabra se utiliza todavía hoy como
Una diosa romana de la salud, identificada con Higia, llevaba por nombre Salus. De tal
apelativo proviene nuestro saludable. Además, cuando damos la bienvenida a alguien, por
estado con el consabido cómo estás. Por ello, la palabra que define este acto es saludo. Pues
que así sea para todos y que el espíritu personal de cada quien, el genio romano, se
ϭϮϲ
P.S. Más de una persona podría decir, no sin razones en vista de ciertos irresponsables
comportamientos, que alguno debería merecer no menos que el destino del gigante
Encélado, a quien Atenea mató aplastándole con una roca tan enorme que todavía perdura
en el Mediterráneo en la forma de la isla de Sicilia. A todas luces era grande la piedra, sí.
debemos iniciar sin demora, (en U. de Porto), un seminario en el que se hable, se analice y
se interpreten algunos mitos grecorromanos usados en la pintura por los grandes maestros.
Un trabajo que muchos museos han hecho (y editado) con sus obras (El Prado madrileño,
por ejemplo) y que resultan un revulsivo de gran atractivo, además de, en numerosas
ocasiones, aleccionadores.
Goya que se data en el primer cuarto del siglo XIX. Hoy se encuentra, precisamente, en el
Museo del Prado. Escribamos un breve adelanto al respecto. Una pintura que tuvo como
soporte original una pared, aunque después, a finales del siglo XIX, fue trasladada al lienzo.
Corresponde a la no menos célebre etapa goyesca de las pinturas negras que el artista pintó
en las paredes de la Quinta del Sordo, tras el regreso del patético absolutismo bamboleante
de Fernando VII. Unas pinturas negras en las que están presentes la muerte, el dolor y la
estupidez, además de la maldad y la amargura. Unas imágenes que parecen querer anticipar
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Su temática, mitológica y alegórica, presenta singularidades goyescas propias, eso sí, de las
peripecias históricas de su época. Saturno (o Cronos), es dios del tiempo. Había derrotado y
destronado a su padre Urano (una deidad celestial). Cronos, ante la predicción de que será
destronado por uno de sus hijos, comienza a devorarlos sin piedad. Después de comerse a
seis de ellos, Gea y Rea (madre y esposa) se las ingenian para engañar al dios. Rea da a luz
Hasta aquí la versión más extendida del mito, bien conocido. Pero Goya va mucho más allá,
al mostrar una alegoría sobre cómo el transcurso del tiempo consume todo a su paso, de un
surge de la oscuridad y actúa con una violencia explícita que sobrecoge. Su tensión
corporal contrasta con el cuerpo inerte de su hijo. Goya intenta representar el irremediable
avance del tiempo, ante el cual el ser humano, débil y sin defensa posible, está a su absoluta
merced. Dios de gran expresividad, con ojos desorbitados y boca abierta, indicadores de
¿Quiso decir algo más el artista?. Aventuramos que sí, sobre todo en relación a la situación
hombre. Se ha querido interpretar la obra como símbolo del absolutismo, fanatismo y abuso
de poder. Goya pintó el cuadro a una edad avanzada, ya sordo, recién recuperado de una
grave enfermedad y tras haber padecido los horrores de la guerra. En consecuencia, ¿es
incongruente pensar que la imagen podría ser un símbolo del monarca Fernando VII que se
traga a su pueblo con saña?. La maldad del mundo, la crueldad ciega y la esperanza inútil
ϭϮϴ
parecen ir de la mano. Saturno, aquí como dios melancólico, representaría un particular
estado de ánimo del pintor, estado anímico provocado por su ancianidad y las
enfermedades.
NOVENTA Y DOS. Felicidad e infelicidad no son casi nunca una situación de hecho, algo
así como un premio o una condena de la existencia, condición inmutable (de alegría o de
desesperación). El sentido profundo radica en la mutación; esto es, en lo que, por ser felices
o infelices, somos o no capaces de hacer por nosotros y por los demás. Feliz deriva de la
misma raíz verbal de fecundus, fértil, y productivo. ¿Y qué es ser feliz?. Buen, y eterno,
interrogante.
imperturbable estado de quietud (tranquilidad, calma, tal vez relax eterno). De hecho, la
felicidad podría ser la energía de actuar, la alegría de hacer algo, la inquietud de desvelar,
ODV JDQDV GH FDPELDU GH VHU ³IpUWLOHV´ < OD LQIHOLFLGDG HQWRQFHV VHUtD OR FRQWUDULR Oa
En tal sentido, se podría argumentar, ser infeliz quiere decir no hacer nada (modo ameba o
flor de calabacín), no decir nada ni siquiera intentarlo; por supuesto, también no querer a
la otra, inacción y deslizamiento hacia abajo. De ahí el dar saltos de alegría y el venirse
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abajo, respectivamente. Ser felices o infelices es un proceso continuo, un dinamizante
acabar enseguida.
Y es que si existen las nubes, es para que traigan la lluvia, pero después dejarán espacio a la
luz del Sol. Baste recordar, para concluir, un par de ingeniosos comentarios al respecto:
decía Marcel Proust que tan pronto como uno es infeliz, se convierte en moralista; mientras
que Adam Smith (quien lo diría), comentó en su momento que si te preguntabas si eras
(VWDGRHVXQ³SULYLOHJLR´GHOTXHODVPLVPDVQRGHVHDQSUHVFLQGLU(VPiVUHFODPDQXQD
cada vez mayor presencia en el espacio público pero también en el privado, manteniendo
un notable peso político y el deseo nada velado de que los Estados sean confesionales por
bulo papal. Esa búsqueda de la religión (un constructo social, distinguible de la experiencia
Los diversos textos sagrados sobre los que se pueda debatir poseen una inmensa carga
H[FOXVLYDV JXtDV PRUDOHV VREUH WRGR VL HVR KD VLGR XQD VXHUWH GH ³GHUHFKR´ DGTXLULGR D
través de interesadas y muy poco flexibles (hasta inquisitoriales) manos humanas. Esa
diatriba dialéctica cuasi chantajista, sostenida en su momento por personajes de una tesitura
ϭϯϬ
moral rancia, demagógica, exclusivista e intolerante como Don Rouco Varela, de que el
ningún concepto, ni legítimo, ni legal ni moral, hacer admisible que la Iglesia (cualquier
que sea) se haga partícipe directa de nuestras vidas privadas ni tenga cabida alguna en los
señalaron hace tiempo que la moral y la propia religión tiene sus raíces en elementos no
(actitud que puede alcanzar flecos de desprecio) impera cada vez más en las sociedades
(incluida la española, cada vez menos casta). No es para menos, pues una sociedad crítica y
madura debe reaccionar frente a los posicionamientos muy poco populares de la Iglesia en
de creencias profundas.
Todo esto (tras salir en académico debate), viene a cuento del juicio a un conocido actor
que insultó a la Virgen y a Dios hace unos años, en reacción a un insólito juicio oral contra
unas mujeres que exhibieron una vagina de plástico en plena Semana Santa sevillana como
gusto, el probable irrespeto o el carácter desabrido de los términos empleados por el actor,
no tendrían que ser considerados un delito (al menos en España, tal vez en Arabia Saudí u
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Y es que, a ver, no se trata de dejar de creer, algo que no parece posible, a tenor de lo que la
naturalidad, ni de enredarse en una dialéctica absurda e inútil (igual que no hay pruebas de
la existencia de Dios, tampoco las hay de lo contrario), o en tensiones sin fin. Una
convivencia en la que cada espacio esté ocupado por quien corresponda podría ser una
finado, Stephen Hawking, sobre el hecho de que las leyes del Universo no dejan lugar,
NOVENTA Y CUATRO. Y como colofón (al menos momentáneo), vayan al ruedo un par
viderat: o quanta species, inquit, cerebrum non habet. Hoc illis dictum est, quibus honorem
HWJORULDP)RUWXQDWULEXLWVHQVXPFRPPXQHPDEVWXOLW´7UDGXFLUtDGHWDOJXLVD³XQD]RUUD
había visto una máscara trágica: ¡oh, cuanta belleza¡, dijo, no tiene cerebro. Esto se dice de
Refiere la segunda, ³2YHP URJDEDW FHUYXV PRGLXP WULWLFL OXSR VSRQVRUH $W LOOD
praemetuens dolum; Rapere atque abire semper assuevit lupus, tu de conspectu fugere
YHORFL tPSHWX XEL YRV UHTXLUDP FXP GLHV DGYHQHULW"´. Me acerco al texto de este modo:
³XQFLHUYRSHGtDDXQDRYHMDXQPRGLRGHWULJRVLHQGRHOORERHOJDUDQWH3HURDTXHOODOD
oveja claro está), temiendo un engaño (dijo), el lobo suele siempre (vamos, está
ϭϯϮ
acostumbrado a) robar e irse, tu (estás acostumbrado, por el ciervo) a huir con velocidad de
ϭϯϯ
Nota final
La nota final que cierra este libro, heterogéneo en su forma (hasta, en ocasiones,
heteróclito) pero notablemente más homogéneo en su esencia y sustancia, no desea dar una
nueva vuelta sobre lo que el lector haya podido leer, tanto si solamente ha escogido algunos
los mitos y cuentos, referidos a contextos socio-históricos variados del mundo antiguo
Reflexiones hechas en voz alta; buena parte de las veces en contextos académicos, y otras
tanto con el exclusivo esmero de instruir. En cualquier caso, con el deseo de agradar y de
empatizar con contertulios de cualquier lugar y situación, lectores en este caso, que pueden
enseñar mucho al autor de este libro. Para ellos, por su consideración, se dirige el cierre de
Es un recurso zen es dejar una obra deliberadamente incompleta con la finalidad de que
simultáneas fruto de pareceres diversos. Así, queda de mano del lector hacerse partícipe de
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Bibliografía
Se refieren en este apartado algunas obras de referencia, entre los millones de títulos
existentes, que pueden ser empleadas por aquellos que deseen ampliar de manera
simplemente esbozados en las anteriores páginas. Son títulos relevantes, cuyos autores son
de contrastado prestigio, aunque solamente se trate de una selección. Muchos otros quedan
excluidos, no por su invalidez sino por una cuestión de espacio. Intentan responder, en
última instancia, a buena parte de los elementos tratados, si bien las interpretaciones son tan
variadas que sería una quimera reunirlas todas desde la perspectiva historiográfica y
bibliohemerográfica.
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