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24 DE ABRIL DE 2020

Una vida renovada


1. Oración inicial
«Amado Dios, gracias por habernos sacado de una manera vana de vivir, tu
Palabra ha renovado nuestra mente cada día, nos has dado un nuevo corazón y
hemos entendido la gran riqueza espiritual que tú nos has otorgado, seguiremos
tus enseñanzas con gran obediencia, conforme a la verdad que está en ti, Cristo
Jesús. Amén.»

2. Lectura de la palabra de Dios. (Hechos 10; 1-33)

«Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles,
que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido,
ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su
corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la
lascivia para cometer con avidez toda clase de impurezas. Más vosotros no habéis
aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él
enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.» Efesios 4:17-21

3.Palabra
Cuando nos remitimos a Efesios 4:17-21; Pablo escribió esta palabra hace
muchos siglos y vemos que el mundo de aquella época tenía las mismas actitudes
que el de hoy, un mundo desconcertante, confuso, rebelde, con opiniones y
conceptos sin sentido como cada quien quiera tomarlos, hasta creer saber más
que Dios; un mundo que tiene el pensamiento entenebrecido e insensible hacia lo
divino a causa de estar alejados de Dios, carentes de propósito y llenos de
vanidad por la dureza de su corazón, creyendo que está disfrutando de la vida,
cometiendo con toda avidez toda clase de impurezas; se hunden más en la
inmoralidad y la lascivia, ignorando completamente la bendición de tener una
relación con Dios.
Pablo requiere al pueblo con autoridad para que comience a vivir de una nueva
manera, empezando por regenerar la mente, pues el creyente no debe seguir los
parámetros del mundo, ya que ha sido lavado con la sangre de Jesucristo,
comprado con alto precio y ha tenido un nuevo nacimiento. Su vida no debe estar
vacía, sino llena de propósitos divinos y en su mente debe albergar la Verdad de
la Palabra de Dios y en su corazón la llenura del Espíritu Santo.
Aprender de Jesucristo es el desarrollo de una relación personal con Él, de tal
manera que podamos llegar a conocerlo mejor cada día y esto se logra
únicamente escudriñando y poniendo en práctica lo que dice la Biblia, con la cual
renovamos la manera de pensar y paso a paso se obtiene una nueva naturaleza,
como resultado de la acción del Espíritu Santo. Hay que aceptar en el corazón a
Jesucristo y su Palabra, y así nos convertimos en hijos de Dios, recibiendo una
nueva vida, que se vive para su gloria y honra.
Anda como un hijo de Dios
“Más a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de
ser hijos de Dios. Estos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por
voluntad humana, sino que nacen de Dios.” - Juan 1:12-13
Ser hijo de Dios es la mayor de todas las dádivas que podemos recibir como seres
humanos. Ningún otro ser creado tiene ese privilegio. Cuando creemos en Jesús y
lo aceptamos como Salvador por fe, dejamos de ser meras criaturas y pasamos a
ser adoptados como hijos por el Padre celestial. Esa adopción a través del gran
amor de Dios por medio de su Hijo unigénito es algo fantástico.
El que es nacido de Dios puede andar en su presencia confiando y siendo más
como Jesús, nuestro Señor y nuestra meta. Si fijamos nuestra atención en el Hijo
de Dios, encontraremos en él nuestro patrón y mejor ejemplo para agradar al
Padre en todo. A lo largo del camino, por fe, y con el perfeccionamiento que viene
de Dios, vamos adquiriendo aspectos del carácter de Cristo para ser más
semejantes a él como hijos genuinos y amados del Padre.
Anda y vive como hijo de Dios:
 Si aún no has recibido a Jesús como Señor en tu corazón, este es el primer
paso para llegar a ser un hijo de Dios.
 Arrepiéntete de tus errores y cree en Jesús para ser aceptado en la gran
familia de Dios.
 Jesús es la mejor referencia para aprender a ser mejores hijos de Dios.
Conoce más sobre él a través del estudio de la Biblia.
 Busca acercarte a Dios diariamente. Demuestra en la práctica tu amor y
dedicación a él.
 Congrégate junto a otros hermanos en Cristo en una familia cristiana
saludable para allí amar, servir y ser edificado en la fe.

Para orar:
Señor Dios, muchas gracias por amarnos y aceptarnos como hijo en tu gran
familia. Por tu gracia en Jesús podemos recibir el perdón y la salvación para estar
para siempre junto a ti. Ayúdanos para que durante toda nuestra vida nosotros
podamos andar como tu hijo Jesús que te honró y te amó hasta el fin. Amén.

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