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CRÓNICAS

Y VOCES
ECOS E HISTORIAS
A propósito de un ejercicio
de acompañamiento psicosocial

Autoras
Angélica Pineda-Silva, Marcela Porras Urrego,
Juliana Ospitia Rozo, Ángela Ruiz López, Tatiana Andrea Sarmiento Grillo,
María Alejandra Echeverry Carvajal
Colaboradoras
Alexa Taboada, Kellyn Duarte Pérez, Mery Etchebehere
Crónicas y voces: ecos e historias

ISBN libro impreso: 978-958-56207-3-5


ISBN digital: 978-958-56207-4-2

© De las autoras y colaboradoras, 2018. Fundación Tejidos del Viento


© De esta edición: Fundación RenasCentro, colección Senderos Crónica
Cuidado y concepto editorial: Mario Torres Duarte
Corrección de estilo: Danny Foliaco Machado
Ilustración de carátula, guardas y viñetas internas: Luis Acurero Ruiz
Fotografías: Angélica Pineda-Silva

Diseño y diagramación: Dirección única, Carlos Andrés Almeyda


lecturascriticas@gmail.com

Impresión:
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Bogotá D.C., 2018.

Esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente,


siempre y cuando se cite fuente y sea utilizada con fines académicos
y no lucrativos. Las opiniones expresadas son responsabilidad de
las autoras.
“Quién escribe teje,
con hilos de palabras vamos diciendo,
con hilos de tiempo vamos viviendo”.

Eduardo Galeano

Estas Crónicas y voces: Ecos e historias


son hilos que andan tejiéndose con el viento

Malumar, 2018
La presente obra ha sido galardonada
por la Universidad Central y su
Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Arte,
con la distinción de Libro Meritorio
en el “Concurso Nacional de Crónica
y Testimonio -2016”.
crónicas y voces

Prólogo

P
rologar un libro es abrir una ventana, y Sousa “…sobre el presente, como un pasado incom-
permitirse respirar, percibir las atmósferas, pleto y como un presente incumplido” que orienta
degustar los sabores del tiempo, apreciar los y permite ampliar el horizonte de posibilidades y
matices, los gestos, las historias que se cuentan en alternativas del futuro, del proceso de acompaña-
cada rincón, pasándolos lentamente por los inters- miento psicosocial realizado a lo largo de estos tres
ticios del cuerpo hasta dar a luz ese universo descu- años de trabajo.
bierto, habitado por signos y señales, huellas cami- Se aprecia a lo largo de esta mirada una sensibili-
nando, deslizándose, invitando a otros a acercarse, dad ético-política que reconoce a las personas como
a mirar a través de estas ventanas. actores sociales, sujetos de derecho; que privilegia
Nos acercamos a estos hilos que han tejido con procesos sobre acciones puntuales y que involucra
el viento Angélica, Marcela, Juliana, Ángela, Tatia- de forma simultánea, varios ámbitos y niveles de la
na y María Alejandra y que han bautizado “Cró- realidad familiar, grupal, comunitaria, así como la
nicas y voces: Ecos e historias” y de su mano ini- experiencia vital de quienes están acompañando.
ciamos un viaje por los municipios de Viotá y La Las páginas siguientes recuperan las voces de
Palma conociendo estas comunidades campesinas, quienes habitan los territorios rescatando su digni-
sus líderes y lideresas, las dinámicas del conflicto dad, reconociendo las maneras como las personas
armado. En esta lectura de contexto se puede ver le han dado nuevos significados a sus vivencias, y
ese doble trabajo del que nos habla Boaventura de han establecido nuevas conexiones entre el pasado
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ecos e historias

y el presente, facilitando su posicionamiento como escenarios para el diálogo entre voces que muchas
testigos y sobrevivientes. veces se desconocen recíprocamente, registrar y visi-
Estas 22 crónicas permiten acceder a lo que les ha bilizar estas voces que han sido silenciadas, permite
sucedido a otros, a sus historias privadas y públicas, identificar y documentar otras versiones sobre lo que
“…acercan el pasado con el presente y con el futu- ha pasado en nuestro país.
ro; son la forma cómo reconstruimos la experiencia, En este tejido aparece la posibilidad social de
recordamos, revivimos y recreamos, para nosotros afrontar el pasado de violencia de las comunidades
mismos o para otros, lo que ha acontecido”1, son una de Viotá y de la Palma, y de reconocerla como un
parte importante del proceso de reconstrucción del asunto que no es únicamente privado y propio de sus
tejido social y de la construcción de memorias colec- biograf ías e historias individuales, sino que también
tivas. Cada historia nos regala el reconocimiento del concierne al ámbito social y público y que puede ser
mundo que nos rodea, haciéndonos partícipes del resignificado en los rituales del reconocimiento so-
encuentro, de las posibilidades que da la resistencia cial, en los procesos judiciales y en las reparaciones
en aquellos gestos supremos de la vida. que correspondan, como lo afirma Elizabeth Lira.2
Estos ejercicios de memoria compartida son as- Reconstruir la historia de un ejercicio de acompa-
pectos centrales para la reafirmación de las identi- ñamiento psicosocial como el que comparten las au-
dades subvaloradas y perseguidas, y se convierten en toras, se convierte entonces en un acto político y una

Rodríguez R. J A. (2004). Para el estudio y disfrute de


1

las narraciones. Narratología. Colombia: Pontificia


Universidad Javeriana, p. 14. http://cmap.javeriana.edu. Lira Elizabeth (2010), Trauma, duelo, reparación y memo-
2

co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1QMRB2K18- ria. Revista Estudios Sociales. Universidad de los Andes.


8H8CRS-5PR http://www.redalyc.org/pdf/815/81514696002.pdf

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crónicas y voces

práctica social organizadora de la consciencia3 toda Queda abierta esta ventana para que todas y to-
vez que comporta una serie de reflexiones frente a la dos ustedes puedan escuchar las crónicas y voces, los
acción que nos permiten aprender a partir de lo que ecos de la historia, fuente de aliento y esperanza. Es-
hemos hecho a lo largo del proceso de acompaña- tán invitadas e invitados a apreciar estas otras mane-
miento desde una perspectiva psicosocial. ras de acompañar procesos, despertando, despejan-
Resulta de gran valor al final del texto, la Carta a la do y desplegando caminos, dando luz al trabajo por
comunidad, en donde se declaran las apuestas frente hacer, y avanzando sentidos y horizontes concretos
a “otras formas de pensarnos el vínculo social” y se hacia esos otros mundos posibles.
valora la “construcción y deconstrucción constante,
como una oportunidad de ampliar posturas y posi-
bilidades”. Se destaca la mutualidad y lo colaborativo
como marcadores de las dinámicas de relación esta- Marcela Rodríguez Díaz
blecidas en el encuentro entre seres humanos, me- María Lucía Rapacci Gómez
diado por el mundo para pronunciarlo, esto es, para
construirlo: “Es un encuentro que solidariza la re- Bogotá, julio 2018
flexión y la acción de sus sujetos encauzados hacia el
mundo que debe ser transformado y humanizado”.4

Susanne Langer (1953), Feeling and form: A theory of art.


3

https://monoskop.org/images/1/11/Langer_Susanne_K_
Feeling_and_Form_A_Theory_of_Art.pdf
Freire P. Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI; 1975.
4

p. 31- 129. http://www.redalyc.org/pdf/869/86901005.pdf

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ecos e historias

El proceso caminado:
breve contextualización sobre Viotá y La Palma

L
a experiencia de acompañamiento psicosocial
de Tejidos del Viento en los municipios de Viotá
y La Palma5 nos habla de caminos recorridos
con comunidades campesinas, actores instituciona-
les (Gobernación de Cundinamarca, Secretaría de
Cooperación y Enlace Institucional, Alcaldía Muni-
cipal de La Palma y Alcaldía Municipal de Viotá),
organizaciones de base, así como de líderes y lidere-
sas con quienes durante tres años, hemos construi-
do y posibilitado nuevas formas de reconocernos en
el entramado social a partir de encuentros, diálogos
de saberes y arte.

Con el fin de facilitar la lectura, en este texto se adoptará el


5

prefijo masculino en lugar de recursos específicos (“x”, “@”).


Sin embargo no se suscribe a lenguajes ni posicionamientos
sexistas.

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crónicas y voces

El proceso caminado tiene pasos y voces de mu- o dolorosas en contextos permeados y fractura-
chos rincones y lugares. Voces que nos hablan de dos por distintas violencias, fue posible gracias
dolores, traumas, emociones, resistencias, esperan- a la participación activa y voluntaria de todas las
zas, transformaciones y sueños de comunidades ru- personas que le apostaron a procesos y acciones
rales. La apuesta, que se da en medio de adversida- alternativas en sus comunidades. Sin aquellas pre-
des económicas y sociales, producto de las guerras y sencias y voces el camino emprendido se habría
violencias estructurales, es para sacar adelante pro- truncado.
yectos incluyentes que partan de las necesidades de
Durante el recorrido por Viotá y La Palma, Te-
la población. Podernos encontrar en la diferencia y
jidos del Viento se encontró con las huellas y me-
el respeto, donde los derechos humanos sean una
morias de violaciones a los Derechos Humanos y
realidad.
al Derecho Internacional Humanitario, encarna-
La llegada de Tejidos del Viento a La Palma y das y materializadas en la psique6 y los cuerpos de
Viotá, municipios de Cundinamarca afectados se- los habitantes, así como en los lugares y paisajes de
veramente por las dinámicas de la guerra, se hizo estos territorios. Las violaciones a la vida en ambos
desde la escucha atenta y respetuosa, el compro- municipios, constituyeron prácticas sistemáticas de
miso ético y político con las personas, el recono- aniquilamiento o daño f ísico, moral y/o psicológi-
cimiento de la palabra, la experiencia y el saber co a la población civil. En medio del conflicto entre
de la otredad, las apuestas colectivas por la trans- la guerrilla, los paramilitares y la fuerza pública en
formación, el cambio y los deseos de otros mun- pugna por el control social y político de las tierras,
dos y realidades posibles; donde haya lugar para fue victimizada por uno u otro actor armado le-
vínculos y relaciones humanas que dignifiquen a
las personas. Co-construir encuentros, sentido de Para este caso, psique se refiere al conjunto de emociones y
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comunidad y resignificar experiencias traumáticas pensamientos tanto a nivel consciente como inconsciente.
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ecos e historias

gal e ilegal, como parte de una estrategia de guerra Las personas cuentan que hubo épocas de calma
para ganar poder y control militar en las veredas. El donde la gente vivía de sus cultivos, defendía la tierra
conflicto armado, a pesar de configurarse histórica- y celebraba la magia que el campo les ofrecía. Pero
mente de manera diferenciada en Viotá y La Palma, esta relativa calma siempre estuvo atravesada por
presentó dinámicas similares como desplazamien- diferentes periodos de violencia: A comienzos del
tos forzados hacia las cabeceras municipales, muni- siglo XX tenemos la época de las grandes haciendas
cipios aledaños y Bogotá; amenazas, torturas, asesi- y terratenientes que se lucraban con el trabajo some-
natos selectivos, masacres, violencia sexual hacia las tido y en condiciones precarias de los campesinos.
mujeres, señalamientos, desapariciones forzadas, Luego vino la lucha por la tierra que dejó un sinf ín
montajes judiciales, reclutamiento forzado, entre de mártires y personas que dieron su vida por una
otras modalidades de violencia sociopolítica. distribución más justa del territorio. Hacia la década
En Viotá, Tejidos del Viento se encontró con una de los 50 la violencia bipartidista también golpeó al
historia y un territorio de contrastes, con aires de Edén viotuno. Chulavitas y Chusmeros se enfrenta-
lucha campesina y aroma a revolución. Por sus ca- ron por el control territorial, unos tenían la venia
lles caminaban campesinos cargando bultos de café, del partido conservador y los otros contaban con el
con cansancio y con la esperanza y la satisfacción de apoyo de los liberales. La izquierda venció por unos
que ese producto, al que le habían dedicado más de años pero luego de la bonanza comunista, a finales
un año de cuidado, saliera a la venta para así tener de los 80 y comienzos de la década del 90, el Frente
el diario con qué vivir. En la mirada del viotuno/a 42 de las FARC comenzó a aniquilar la vida del ha-
se siente la fuerza aguerrida del campesino. Por los bitante de a pie, a causa de una ceguera armada que
senderos de este territorio hay voces que susurran la poco a poco nubló los ideales. Homicidios, secues-
historia de la lucha agraria. ¡Hemos llegado a la cuna tros, reclutamientos forzados y extorsiones se vol-
del comunismo en Colombia! vieron el diario vivir. En el año 2000, época recorda-
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crónicas y voces

da con temor, el conflicto se recrudeció. Comenzó la ción rural fue desplazada de manera forzosa hacia
incursión-expansión paramilitar: entraron los de la el casco urbano por parte de los actores armados8.
motosierra. Llegaron las Autodefensas Campesinas Los campesinos se vieron obligados a abandonar sus
del Casanare ACC al mando de alias ‘Martín Llanos’ terruños, algunos retornaron una semana después,
en complicidad con algunos miembros del Batallón otros no volvieron jamás. Sus animales y ranchos
28 Colombia con sede en La Mesa Cundinamarca7. habían sido destruidos, pero con la fuerza de sus
Los Viotunos continuaron con las únicas armas manos y la pujanza de sus corazones siguen hasta el
que saben manejar: el azadón y la pala. Araron, sem- día de hoy, luchando y sacando adelante lo que este
braron y levantaron la tierrita. Ellos querían vivir suceso doloroso les arrebató.
tranquilos; pero el 29 de marzo del año 2003 ocurrió El ímpetu y pujanza de campesinos viotunos
un hecho sin precedentes: gran parte de la pobla- ante las adversidades de la guerra ha estado pre-
sente en otros campesinos y en otras regiones del
7
Verdad Abierta. (2012). El Diablo de “Martín Llanos” departamento de Cundinamarca. A 150 kilómetros
en Cundinamarca. Recuperado el 18 de Enero de 2013 de la capital, y lejos de Viotá, Tejidos del Viento se
en: http://www.verdadabierta.com/rearmados/index. encontró con La Palma, municipio que histórica-
php?option=com_content&id=4063.
mente ha estado signado por el lastre de la vio-
“El Diablo’ (lugarteniente de alias “Martín Llanos”) relató lencia. Desde los años 50 con los enfrentamientos
cómo se manejaron las relaciones con algunos miembros bipartidistas hubo una intolerancia conservadora
del Batallón Colombia de Infantería 28 del ejército, con
sede en la Mesa, Cundinamarca (…) Aunque el historial
delictivo de Rafael Antonio Sáenz, alias ‘El Diablo’, Casas, L (2012). Fe, militancia y memoria: tres vidas en
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incluyó acciones en Casanare, Boyacá y Cundinamarca, Viotá. Universidad Nacional de Colombia. Facultad
sus principales zonas de influencia fueron Fusagasugá, de ciencias humanas , Departamento de antropología:
Mesitas del Colegio, La Mesa, Viotá y Sogamoso”. Bogotá D.C

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ecos e historias

que abrió paso a la incursión comunista en el terri- y la Fuerza Pública con las operaciones Libertad 1 y
torio proveniente del municipio de Yacopí. Hacia 2 en los años 2002 y 20039. A mediados del 2001 se
1974 el Frente 22 de las FARC, de manera progre- agrava la guerra por la disputa del territorio entre
siva ocupó gran parte de la provincia de Rionegro. guerrilla y paramilitares, lo que provocó varios des-
Cabe anotar que este municipio ubicado entre la plazamientos forzados. Cabe destacar el ocurrido el
espesura de las montañas, rocas gigantescas que 2 de agosto de 2002 cuando un grupo de paramili-
parecen esculpidas con cincel, cafetales y naran- tares al mando de alias “‘Tumaco”’ entró a la vereda
jos, fue un punto estratégico para los alzados en Hoya de Tudela, reunió a sus pobladores y los ame-
armas, convirtiéndose en un centro de refugio, nazó con asesinarlos si no salían del pueblo, pues
más que de operaciones. La apropiación de este según dijeron, se iban a enfrentar con la guerrilla.
vasto territorio por la guerrilla, sumada a los in- Otro desplazamiento masivo fue el 15 de septiem-
tereses económicos y políticos en la región por bre del mismo año. Los campesinos que habitaban
parte del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Ga- las veredas de Murca, Río Arriba, Ático, Alpujarra,
cha, alias “El Mexicano”, dio apertura a una gue- Hortigal, Talanquera, Tabacal, el Potrero, La Her-
rra antiguerrilla desde los años 80. La incursión mosa, Hinche, Rionegro y Acuaparal, desalojaron
de métodos violentos, instalados por uno u otro en un lapso de 24 horas sus propiedades por temor
actor armado, haría de los civiles y campesinos las a la orden de bombardeo y asesinato en el marco
principales víctimas. de dichos enfrentamientos. El 2 de octubre de 2002
En 2000, los palmeros vivieron otra fase del con-
flicto en donde se iniciaba el exilio y devastación a Sentencia 001 (2014). Proceso de restitución y formalización
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de tierras abandonadas forzosamente. Recuperada el


manos del Frente 22 de las FARC, el Frente Policarpa 13 de enero de 2015 en http://www.legismovil.com/
Salavarrieta, las Autodefensas Unidas de Cundina- BancoMedios/Archivos/sent-850013121001201400001-
marca al mando de alias “El Águila” y alias “Tumaco” 14.pdf

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crónicas y voces

otro desplazamiento se presentó cuando paramilita- das se convirtieron en lugares fantasmas, habitados
res llegaron en horas de la mañana a las veredas El tan solo por recuerdos y animales que esperaban el
Hoyo y Garrapatal, causando el desplazamiento de regreso de sus dueños. Los cultivos fueron abando-
41 personas. En este caso también amenazaron a los nados. Los únicos pasos que retumbaban eran los de
pobladores para que salieran de su tierra y asesina- hombres armados y los de algunos campesinos que
ron a algunos campesinos a quienes acusaban de ser resistidos a irse de sus fincas cogieron hacia el monte.
colaboradores de la guerrilla.10 En el año 2002 más de 200 familias desplazadas
Los pobladores de las veredas Minipi de Quijano, retornaron al territorio con el acompañamiento de
Castillo, El Hato, Boquerón, Llano Grande, Cucha- la Red de Solidaridad, la Gobernación, Autoridades
rito, Marcha, Zumbe y La Montaña, entre otras, se locales y la Cruz Roja. Sin embargo, este acompaña-
desplazaron por la vía de Útica para llegar finalmen- miento no fue continuo y la población civil palme-
te a Bogotá11. Otros habitantes se refugiaron en la ra quedó nuevamente desamparada y a merced de
cabecera municipal. Al quedar desiertas estas vere- grupos armados sobrevivientes que impidieron que
estas familias llevaran una vida tranquila.12
Verdad Abierta (2013). El terror que los paramilitares
10

sembraron el La Palma, Cundinamarca. Recuperado el


Las dinámicas del conflicto armado, en La Pal-
14 de enero de 2015 en: http://www.verdadabierta.com/ ma y en Viotá, marcan en la actualidad pautas rela-
justicia-y-paz/imputaciones/5070-el-terror-que-los- cionales que evidencian rupturas en el tejido social,
paramilitares-sembraron-en-la-palma-cundinamarca
11
Sentencia 001 (2014). Proceso de restitución y formalización
12
Alcaldía Municipal La Palma (2012). Plan Integral Único de tierras abandonadas forzosamente. Recuperada el
de La Palma- Cundinamarca. Recuperado el 15 de Enero 13 de Enero de 2015 en: http://www.legismovil.com/
de 2015 en https://www.google.com.co/#q=Plan+Uni- BancoMedios/Archivos/sent-850013121001201400001-
co+Integral+de+La+Palma%2C+Cundinamarca 14.pdf

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ecos e historias

generando consecuencias profundas en la calidad confianza y el encuentro íntimo permitieron que


de vida de sus habitantes. Encontrarse con estos poco a poco la palabra aflorara y diera cabida a la
contextos incrustados en los discursos, emociones, importancia de lo emocional, como elemento fun-
presencias y ausencias de los sobrevivientes fue un damental en la vida y en la sanación de heridas que
desaf ío para Tejidos del Viento. El reconocimiento deja la guerra. Para Tejidos del Viento esta experien-
y el encuentro con el dolor humano nos permitie- cia implicó escuchar con todo el cuerpo. Legitimar
ron ubicarnos, no desde la mirada del déficit, sino y validar cada historia permitió conectar con la in-
de la apreciación de las fortalezas, capacidades, re- tuición y remover las fibras personales, sacudir las
cursos de afrontamiento y estrategias de resisten- certezas. Esto introdujo un cambio que significó
cia de las comunidades en sus pasados y presentes. una ruptura en los estándares de acompañar a las
Desde estos lentes, el equipo de trabajo acompañó poblaciones y comunidades en sus territorios. Fue-
a las personas con herramientas que invitaron a ron la palabra y la intimidad las que generaron e im-
identificar sus experiencias, reconociendo el do- pulsaron una cercanía entre Tejidos del Viento y las
lor en el marco de una cotidianidad resiliente que comunidades, en aras de reivindicar a través de las
dio lugar a prácticas y narrativas que resaltan su voces la historia silenciada. De esta manera reafir-
identidad campesina: hombres y mujeres, hijos y mamos nuestro compromiso ético-político con un
labradores de la tierra, para quienes el campo es su pueblo oprimido y excluido, validando sus sueños y
espacio vital. esperanzas de paz.
El camino recorrido fue un proceso gestado a En este caminar las personas nos compartie-
partir de los ritmos de las comunidades desde sus ron sus memorias, relatos de ires y venires en sus
hogares o espacios del territorio fácilmente recono- territorios, atravesados por el espacio, el cuerpo y
cibles, como las escuelas, los jardines comunitarios el tiempo. Relatos plasmados en veintidós crónicas
o los centros de salud, todos sitios rurales. Así, la literarias; veintidós historias que nos atravesaron,
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crónicas y voces

cuestionaron y que fueron construidas a múltiples lumbraron dolores, esperanzas, sueños, anécdotas.
voces. Las narrativas de las violencias y las resisten- Con estos recursos, las personas no sólo nos ha-
cias de viotunos y palmeros fueron un mecanismo blaban del dolor sino de sus capacidades de afron-
privilegiado para la construcción de memoria, don- tamiento, permitiéndonos caminar y bordear el
de se articularon los acontecimientos a partir de la horror para invitar a otras miradas y emociones a
reconfiguración del tiempo y la dimensión pública hacer parte de la configuración de estas historias.
del recuerdo. La memoria es narración, tiene doble Fue así que resignificar dio apertura a la esperanza,
dimensión: como acto de relatar y como producto. a la indignación como recurso para movilizarnos y
Las crónicas literarias recogen voces y emociones a la necesidad de visibilizar la memoria, vehículo
desde distintos lugares como por ejemplo: la proce- portador de una verdad polifónica.
dencia rural o urbana, el ciclo vital, la ideología polí- Las páginas que siguen son una invitación a re-
tica, el género y el tipo de victimización. Todas estas correr a través de las crónicas de veintidós perso-
historias nos muestran vivencias de la guerra, des- nas, experiencias y situaciones de alegría y tristeza
de un encuentro subjetivo con lo real, donde cada en medio de la guerra, donde como un eco en el
historia deviene en tiempos particulares y donde los tiempo estas historias se sitúen en un lugar sagra-
hechos fácticos no se pueden generalizar. do y como criaturas embarazadas renazcan en las
En el encuentro humano se hizo un ejercicio memorias de los lectores para rendir homenaje a la
de hilar y recrear retazos de vida, en donde se vis- vida y la muerte de todos los palmeros y viotunos.

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crónicas y voces

Sobre muñecas, sueños y sombras

C
on Mateo me pasó como con Paola mi muñeca piquis, nos divertía abrir hoyos en la tierra y apos-
preferida, la única que me había regalado mi tar, la felicidad parecía pertenecernos cuando nues-
papá, Paola estuvo conmigo cuando yo era tra mano empuñaba más de siete u ocho canicas. Sí,
muy niña, era muy grande y de ojos verdes. La dejé ya se sentía todo distinto, como más pesado, más
botada, un día con sol en el cielo y nubes grises gris, esto se hizo aún más fuerte cuando la voz de mi
pesadas que bajaron a abrazar nuestras tristezas. mamá llegó a mis oídos, se notaba angustiada, lleva-
Salí con afán cuando vinieron a sacarnos de acá. Al ba en sus manos una carta en la que decía que nos
tocaba irnos y que ellos no respondían por víctimas
volver, la encontré sin cabeza tirada en el piso y la
casa también estaba desbaratada. Lloré mucho. inocentes. Mi mamá recogió unas cosas, sólo unas
pocas, pero yo… yo no recogí nada, Paola se me que-
Nunca pensé que a Paola la destrozarían, así dó ¿Cómo quedarían sus ojos verdes?
como también trataron de destrozar nuestra valen-
tía hasta el punto en el que las amenazas ganaron Salimos corriendo y tomamos un bus que nos lle-
cada vez más lugar en nuestra cabeza y corazón. vó a Bogotá. Yo lloraba, no entendía nada. Brismark
trataba de tranquilizarme y me hacía bromas, pero ya
Salimos a caminar con miedo, todo se veía distinto.
estas no me hacían reír. Incluso ya grande, cuando yo
Yo recuerdo que el aire cambió, lo recuerdo como tenía cinco años, que habíamos vuelto y estábamos
si hubiera sido ayer. Estaba con Brismark jugando estudiando, mi hermano trataba de hacerme bromas
21
ecos e historias

pero ahora resultaban en ataques de taquicardia, él años… aún no sabemos nada de ella. A mí por eso
no me molestó más y desde entonces nada me pudo no me gusta Bogotá, me da miedo. Incluso ahora,
tranquilizar. Yo creo que mi taquicardia era como el con mis catorce años, no quiero subirme a un bus y
recuerdo de esa tarde en que nos sacaron de la casa y sentarme al lado de personas desconocidas. He visto
el miedo me invadió desde esa época. Todavía no se tanta violencia y sufrimiento que me da miedo que
me olvida eso. me hagan algo.
Así como nunca se me olvidó lo de la muñeca Me nombran Bogotá y siento frío y tristeza, tal
que fue muy triste. Cuando me regalaban muñecas vez como la tristeza que sentía mi hermano cuando
me acordaba de Paola, de cuando la encontré des- vivimos allá. De pequeño tuvo ataques de depresión,
truida después de los enfrentamientos. Entonces a incluso los médicos le decían a mi mamá que había
las muñecas nuevas no podía dejar de quitarles la que internarlo, pero menos mal mi mamá, con la va-
cabeza, rayarlas y dañarlas, las odiaba. La alegría y lentía que siempre la acompaña, decidida y fuerte,
la emoción al recibirlas se me iban a la semana. Me emprendió el viaje de regreso a La Palma. Yo a ella la
daba rabia y sentía ira porque me acordaba de cuan- admiro, es certera y su corazón la guía, todo lo que
do volvimos a la casa que estaba toda desbaratada, y se propone lo consigue. En el pueblo a Brismark lo
en medio del desastre Paola, mi muñeca, ahí botada pudo ver el doctor, pero como que a él lo alentó fue
entre todo el destrozo. Una cosa rara, una guerra que el olor a campo y estar bajo el cielo de La Palma, el
yo todavía no entiendo. Y que nos obligó a salir co- calor compone el corazón. Ya mi hermano está en
rriendo dos veces. once y él me ha cuidado y protegido, así ha sido toda
Correr a Bogotá. Yo estaba asustada, me daba mi vida.
miedo pues Bogotá es una ciudad terrible, insegura, Como también me ha protegido mi abuela Ani-
a mi prima se la robaron y la desparecieron a los once ta, la que me dio estas fotos. Son pocas, yo quisiera

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crónicas y voces

tenerlas todas pero mi papá se las llevó, se llevó mueren muchas personas de mi familia y de la co-
muchas y me prometió que las iba a revelar pero munidad. Los soldados, en vez de venir a proteger
las fotos nunca llegaron, mi papá tampoco. Hay a las personas y ayudar, vienen es a coquetear con
tantas historias acá en cada imagen, mi bautizo, las muchachas del pueblo. Todo esto hace que yo
el perro, mi mamá, mi papá, mi hermano. Se me no conf íe. Al contrario, no le creo a ninguno.
vienen a la cabeza risas, cuentos, cosas, cada una
A mí me gusta hablar, escribir poemas y coplas,
tiene algo de la vida y también de los dolores por
me gusta la música y escuchar y aconsejar a mis
tener que irnos. Menos mal hay fotos y así puedo
recordar. amigos. Y por eso me han dicho que yo podría ser
buena para ir a Cuba y representar a los jóvenes en
No solo recuerdo los juegos y las travesuras con las conversaciones de paz. Yo creo que es verdad
Mateo, a veces también me acuerdo de cuando se que nos podemos equivocar y tomar caminos que
murió mi tío abuelo. Mi tío venía montado en un no son, pero después de ver cómo se muere tanta
caballo cuando de repente le pegaron siete o nue- gente y cómo la sacan de sus casas, de vivir en esa
ve tiros, ¡Pum Pum! él estaba al lado de mi casa incertidumbre, es muy dif ícil perdonar. Quizá yo
y fue muy impresionante. Fue un momento muy pueda perdonar pero olvidar no, eso es muy dif í-
triste. Para ellos es tan sencillo como ir matando a cil. De todos modos, la paz sí es posible, pasa que
las personas y luego botar los cadáveres a un río, es más bien una cosa de varios, de todos, de poner
como si fueran talegos. Por eso es que yo siento un granito de arena.
que odio a todos los soldados, no importa si son
militares, guerrilleros o paramilitares, yo no veo la Al pensar en arena me acuerdo de algo que le
diferencia. Tampoco entiendo toda esa violencia pasó a mi hermano una vez. Me enteré de que en
que nos ha traído tantos problemas y que nos hace el colegio le habían tirado arena en los ojos, ese
vivir con miedo todo el tiempo. He visto cómo se día me dio mucha rabia y una impotencia, quería

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ecos e historias

defenderlo como fuera pero no podía hacer nada. Fuerza y vida es lo que siento reflejado en los ojos
Eso me hizo acordar de lo que vivimos cuando es- de la Jennifer de tres años que veo en la foto, acá es-
taba pequeñita y vinieron a sacarnos de la casa, no toy yo, me da como nostalgia, estoy pequeñita, me
pudimos hacer nada, y así con impotencia, con el da pena con la niñita de la foto, seguro se sorprende-
corazón apachurrado y la valentía en una maleta ría y no se sentiría tan feliz de ver a la nueva Jennifer
nos fuimos. Volvimos y estaba todo destruido, sin de 14 años. Esa niña pequeña de la foto era noble
vida, con el peso de la violencia y el olor del aban- e ingenua, la Jennifer de ahora es prevenida y está
dono. Cada cosa, cada situación me recuerda esos siempre lista a contestar por si alguien la ataca, sin
momentos tristes y dif íciles de cuando nos sacaron. embargo me volví más fuerte y creo que aprendí a
Son como fantasmas, como sombras que andan por hacerle frente a una vida dif ícil, a que lo estén sacan-
ahí conmigo todo el tiempo; yo los veo y de una me do a uno todo el tiempo, que lo estén desplazando
acuerdo de la muñeca, de Mateo, de mi tío abuelo, y amenazando. Ahora voy más segura.
de mi papá, de todo. Por eso le digo que la guerra es Cuando yo tenía tres años empecé a caminar con
dura, es como no poder escapar, me toca solo acep- mi mamá por todo lado, eso sí que era chévere. Mi
tar, enfrentar y continuar ¿qué más se puede hacer? mamá andaba por varias partes, ayudando y de en-
Yo he visto que el apoyo así sea poco, me ha ser- fermera. Ella es una mujer valiente y me ha acom-
vido. Vino Andrea, una psicóloga a la que le pude pañado durante todos estos años. No se ha dejado
contar muchas cosas, aunque siempre me sentía vencer y sigue adelante, ayudando a quien puede, a
rara, como rebelde, no sé. Con Tejidos del Viento, pesar de que la gente habla y habla de ella, de no-
al menos me solté un poco, me he desahogado y los sotros. Mi mamá sigue siendo mi mejor ejemplo,
recuerdos parecen ser ahora ayudas para sentirme ella sigue luchando por su tierra, tiene voz y voto y
más fuerte. lidera el apoyo a diferentes pueblos acá.

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crónicas y voces

Sigo recordando con las fotos, cuando las veo a estas regiones, llenándolos de esas sombras, de
veces me late muy rápido el corazón, como que sue- esos fantasmas que parecen oscurecer el futuro y
ño con que las cosas sean diferentes. Hay fotos con el porvenir.
mi papá, fotos donde estamos los cuatro. Para tomar Y esto me terminó de contar Jennifer. Estába-
fuerzas, aunque no soy muy devota, rezo y conf ío en mos sentadas en su cuarto, un espacio íntimo, ro-
que vendrán mejores épocas. A pesar de las triste- deadas de recuerdos de su infancia y otros tantos
zas y de los miedos, sigo al lado de mi mamá, estoy detalles que revelan su entrada en la adolescencia,
en los grupos de la Unidad de Víctimas, Tejidos del cartas de amigas, peluches testigos de viejos co-
Viento y Apave, que es una asociación de agropecua- queteos. Su voz siempre firme, sus ojos brillantes
rios con visión de emprendimiento. y sus manos nerviosas, me mostraban las fotos
Yo guardo la esperanza de cumplir mis sueños como suspendidas en el tiempo, que era testigo de
y de tener muchos perritos para cuidarlos. Po- su infancia y primeros sueños, los que aún hoy se
der vivir tranquilamente en un hogar que no esté cuelan en sus poesías y composiciones, a los que
amenazado por cosas que nadie entiende de ver- finalmente con un suspiro decreta no renunciar.
dad y que parecen no acabarse y que siguen ro- Ella esta acá para servir, soñar y amar y así, espan-
bándose los sueños de muchos jóvenes y niños de tar a esas sombras y fantasmas.

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crónicas y voces

Herencia campesina

“Levántate y mira la montaña giéndote quizás, tal vez por ser el más chiquitico de
de donde viene el viento, el sol y el agua. tu familia o porque fue necesario protegerte tantas
Tú que manejas los ríos, veces, cuando las cosas se pusieron feas. Y le devuel-
tú que sembraste el vuelo de tu alma” ves el saludo con una sonrisa, como agradeciéndole
en silencio por haber sido la líder que fue y que es,
Víctor Jara, Plegaria a un labrador
por enseñarte tantas cosas. Esta historia podría co-
menzar hace 19 años, sin embargo comenzó mucho

P
tiempo antes y hoy sigue viva en tu memoria, en tu
ara escucharte, las tres nos sentamos sobre la
cuerpo flaco y alto, en tu sonrisa sencilla y segura,
tierra… ¿en dónde si no? Si al fin y al cabo la
en tu voz orgullosa, en tus ojos rasgados, sigilosos y
historia que estabas por contarnos nace y ter-
curiosos. Allí sentadas sobre ese suelo firme nos reve-
mina en la tierra, esta tierra tan tuya y tan habitada
laste tu secreto; Camilo: tu familia te habita.
por tus antepasados, tan luchada y resistida, testi-
go de innumerables historias. Hace 19 años naciste “En el 95’ nazco yo, el último de cuatro herma-
del vientre de esa madre que mientras conversamos nos. Fueron tres mujeres y después yo, crezco en
pasa caminando por delante y nos saluda. Lo hace una familia normal. Mi papá trabajador, agricultor,
con amabilidad pero con cierta desconfianza, prote- también se dedica a la construcción. Como la ma-

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ecos e historias

yoría de las familias colombianas se la tienen que dueñas de su tierra, pueden trabajarla y alimentar a
guerrear para levantar una familia de seis, muy nu- sus hijos gracias al pensamiento que tuvieron perso-
merosa. Soy campesino, fui levantado con mucho nas como mi abuelo.
trabajo por una familia campesina, una herencia que
Siempre estuve muy orgulloso de esa historia de
comienza tiempo atrás.
Viotá en la que familiares míos fueron protagonis-
Hace muchos años mi tío abuelo, Domingo tas. Por esa herencia es que yo siempre quise traba-
Monroy, fue el primero en promover un cambio jar con las personas, con la sociedad y con la vereda.
en el municipio. Por esos tiempos estas tierras tan Desde esa época se generó un cambio dentro del
grandes y tan ricas estaban en las manos de terra- municipio, la gente comenzó a hablar un lenguaje
tenientes. Catorce familias eran dueñas de todo. La diferente, comenzaron a expresar sus ideales. Sur-
hacienda donde vivían mis antepasados, que era un gieron también espacios de formación política libe-
terreno grandísimo, lo manejaba una sola familia. ral, revolucionaria. Se fueron conformando sectores
En ese entonces, mi abuelo comienza a entender que políticos, algunos de ellos legales y otros no tanto.
esa tierra es de todos y a realizar actividades que no Todo eso llevó a que en el municipio se diera esa
eran comunes y que eran ilegales. Allá en el monte historia guerrillera y levantada en armas que carac-
tener un espacio, hacer tu propio cultivo de café, era terizó a Viotá por mucho tiempo.
comenzar a actuar muy diferente. A partir de esas
acciones, las personas comenzaron a darse cuenta Luego vino la incursión paramilitar. Fue muy
de que eran capaces de tener lo suyo, de que no era duro para toda la región porque fue un momento
justo que una sola familia manejara todo. Entonces de terror, de miedo. Yo era muy pequeño pero me
hubo un revolcón. Mi abuelo, junto con otras per- daba mucho miedo escuchar los fusiles y ametra-
sonas, hizo caer a esos terratenientes para repartir- lladoras. Vivíamos a 100 metros de donde pasaba
se las tierras. En la actualidad muchas familias son todo, se sentían las bombas. Un día un helicóptero
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crónicas y voces

literalmente paró en frente de mi casa y comenzó a mis compañeros de la escuela, para nosotros fue
disparar, a ametrallar. Teníamos mucho miedo, dor- un relajo porque fueron 8 días juntos. Finalmente
míamos todos los vecinos juntos en la misma casa. regresamos a nuestras casas, por el amor a la tierra
Mi mamá siempre me cuenta que de un momento nunca nos fuimos del municipio. Muchas personas
a otro, durante el día, una tarde así como esta, me sí se fueron pero nosotros nos quedamos. De los 10
encontraban debajo de la cama porque tenía miedo hermanos de mi mamá, ella es la única que perma-
de todo eso, era muy tenebroso. Finalmente tuvimos nece aquí hasta el día de hoy.
que desplazarnos, dejar nuestra casa, yo tenía 7 años Ya hoy en día uno comienza a pensar en lo que
y mi papá no estaba con nosotros pues tenía que tra- pasó, en la tristeza de esa época en donde todos
bajar. Mi mamá tenía mucha interacción en el mun- vivíamos con miedo. Nunca justifiqué los actos de
do político, jugaba un papel importante dentro de la ninguno de los dos bandos porque el hecho de ase-
región y le tocó ser presidenta de la junta comunal sinar a una persona no tiene ninguna lógica, el he-
en esa época. A ella fue a quien llamaron primero cho de quitar una vida no hace superior a nadie, no
los comandantes para amenazarla y decirle que to- hay ninguna justificación en el mundo para tener
dos tenían que irse porque donde los encontraran la cobardía de asesinar a alguien. La vida de una
los iban a matar. Ella fue quien habló con los vecinos persona, la vida de nosotros, la vida de una socie-
para contarles la situación y por eso siempre estuvo dad, es lo más importante que puede haber y es lo
expuesta a riesgos. primero que se tiene que respetar. Gracias a Dios
La primera noche del desplazamiento la pasa- en mi familia no sufrimos ninguna pérdida por el
mos junto a mis hermanas en la puerta de un ga- conflicto, como muchas familias que sí tuvieron
raje. Luego llegamos al caso urbano del munici- esa experiencia, familias en las que los pelados de
pio, ahí me encontré con todos mis amiguitos que mi edad eran obligados a irse, a tomar las armas, a
también habían sido desplazados, estaban todos seguir ideales o ser asesinados por no hacerlo.
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ecos e historias

Luego de esos años siguió mi época en el cole- lleres de danzas, instrumentos y teatro, queríamos
gio. Durante ese tiempo ya tuve una vida normal, impulsar lo cultural. Con el tiempo a los muchachos
fue chévere, salir con amigos y pasarla bueno. Yo les comenzó a gustar mucho, era una alternativa di-
tenía un grupo de 5 amigos con los que pasába- ferente en esta zona, era sentarse con otros jóvenes a
mos los fines de semana sin hacer nada, esperando hablar de algo diferente, además nos quitaba esa co-
a ver televisión, a que dieran Los Simpson. De ese tidianidad del estudio. Las reuniones eran los sába-
grupo de amigos surge la idea de hacer algo bueno dos o después de clase, nos juntábamos en el campo,
con nuestro tiempo, de formar un grupo y trabajar entre cinco reuníamos para medio pollo, otro lleva-
para el municipio. Me invitan a participar y yo digo, ba un racimo de plátanos, diez naranjas, otro la li-
pues bueno, hagámoslo. Al principio quería ir a las monada y así comíamos tremendo sancocho, mien-
reuniones sólo para divertirme, además yo crecí tras arreglábamos cosas logísticas y trabajábamos.
acompañando a mi mamá a reuniones de la junta Finalmente comenzamos a tener un reconoci-
comunal y me parecían muy tediosas, por eso siem- miento en el municipio. Nos invitaban a conversato-
pre dije que nunca me iba a meter en política ni en rios y pudimos conseguir instrumentos para seguir
agrupaciones. Pero ya después comencé a entender trabajando todo el tema musical con los niños. En
las cosas y a darles un valor diferente y eso me llevó el 2010 surge el nombre de la asociación, Asocia-
a involucrarme con este grupo de jóvenes. ción de Jóvenes Progresistas de Viotá, fue una etapa
Entonces con este grupo, que fue creciendo hasta de mucho trabajo pero también hubo momentos de
que fuimos como 15 pelados, comenzamos a pre- crisis. Algunos compañeros comenzaron a graduar-
guntarnos por nuestro arraigo cultural e histórico. se del colegio y les tocó dejar el municipio. Al mismo
Sentíamos que lo habíamos perdido y quisimos res- tiempo comenzamos a recibir amenazas, había una
catarlo, rescatar nuestro plato y nuestra ropa típica. fuerte disputa social en el país, eso hizo que otros
Comenzamos a trabajar con grupos de niños en ta- compañeros tuvieran que irse. Lo sentimos como el
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crónicas y voces

primer bajonazo duro que tuvimos. Otras veces he- caído. Han llegado muchas organizaciones a querer
mos sentido prejuicios por parte de la sociedad, tal colaborar, sin embargo, la mayoría viene por dos o
vez por ese miedo a las reuniones y a hablar, eso nos tres días y dicen que este proyecto es de ellos, quie-
complicaba a veces al invitar a los padres de los ni- ren manejar a los muchachos. Nosotros les decimos
ños. Sin embargo nos dijimos que no debíamos dejar que esperen, que esto es una idea muy propia de no-
caer ese proceso, dijimos «recuperémoslo, así como sotros y no queremos que saquen ventaja. Nosotros
el ave fénix». Y volvimos a nacer y a crecer de mane- somos muy autónomos, las decisiones las tomamos
ra muy bacana. Participamos en mesas de diálogo y entre todos, se escucha la palabra de todos para que
en encuentros en diferentes partes del país. Fuimos estemos hablando el mismo idioma y haya claridad.
a poner nuestra voz en esos espacios porque no se Con el tiempo fui comenzando a dar opiniones
encontraban muchas organizaciones de jóvenes que más fuertes y me convertí en una especie de líder
piensen y busquen soluciones para el campo. Lle- dentro de la organización. Hoy tengo 19 años y co-
gamos a pensar el Proyecto Nacional de Juventudes mencé en este proceso a los 12, soy de los dinosaurios
Agrarias desde donde se planteará una verdadera del grupo. Ahorita quedamos pocos pero sabemos
reforma agraria, pero no pudimos lograrlo. En ese que tenemos las bases para volver a ser muchos, que
momento también pensábamos en la paz. Nuestra no nos podemos dejar caer. Tenemos esa gratitud de
premisa era rescatar todo lo que se había vivido en haber trabajo con niños que ahora ya son adolescen-
el campo, las guerras, asesinatos, desplazamientos, tes. Sé que cultivamos una semillita en cada uno de
creíamos que se necesitaba hacer una coyuntura de ellos y hoy en día nos saludan de manera diferente.
un antes y un después para rescatar todo eso que ha- También para mí ahora es muy importante mi for-
bía quedado atrás. Cuando fue lo del paro agrario en mación personal y profesional. Me gustaría estudiar
el 2013 también participamos. En esa marcha le dis- ciencias sociales en Ibagué pero me cuesta pensar
pararon a un compañero y murió, es nuestro único en irme por el arraigo al campo que tengo. No quie-
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ecos e historias

ro perder mi principio moral y ético que es entregar- encuentra en sus montañas, en su campo, porque es
me a mi región y entregar todos los conocimientos donde se ha realizado la historia de este país, y tam-
que vaya adquiriendo durante mi vida, devolverlos, bién la de mi familia. Esa identidad campesina es la
rescatar lo bonito que hay acá en mi pueblo. que me queda, porque desafortunadamente no lle-
Las personas tradicionales del campo colombia- gué a conocer a mi tío abuelo, pero con las historias
no siempre han sido muy amables, muy servicia- que me han contado mi mamá y mi tío, es como si lo
les. Eso es lo bonito del campo, las personas están conociera. De esas historias siempre me ha llamado
dispuestas a dar una mano, a estar ahí para otros, mucho la atención el uso que se les daba a los cachos
esas cosas son las que intentamos rescatar siempre, de vacas. Antes, hace muchos, muchos años, los uti-
esas pequeñas cosas tan simples pero que son tan lizaban para comunicarse entre familias, se comuni-
importantes para las personas. Viotá es una de las caban por el sonido de los cachos. Hoy es muy raro
partes más bonitas, más hermosas que puede haber escucharlo y aunque en muchas casas todavía uno
en el país. Además hay una identidad campesina, esa los encuentra, ya nadie los utiliza. A mí me parece
que tanto me enorgullece de mi abuelo. Aquí hay un algo muy bonito de nuestra región”
mundo que existe, en el campo se puede encontrar Tus palabras se mezclan con ese sonido mientras
la felicidad que a veces se busca en la ciudad. Mu- permanecemos allí sentadas, escuchando. Tu histo-
chas veces no se piensa en un futuro en el campo, ria, aquella que has decidido compartir, corre por
principalmente los jóvenes. Pero los campesinos no tus venas. Te nombras como un joven de la monta-
somos personas ignorantes, nosotros también valo- ña y así te reconocemos. Al despedirnos imaginamos
ramos, sentimos, somos orgullosos de lo que somos. que el sonido de los cachos se transforma en la voz de
Si pudiera les diría a los jóvenes que lo más impor- tu tío abuelo Domingo. Es él quien te invita, desde
tante que puede haber en este país es todo lo que se lo lejos, a que nunca olvides tu herencia campesina.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Vivir la vida: la piel fortalecida

¡Me doblo pero no me quiebro tábamos mirando, sentadas en el borde de la cama,


y cuando me doblo, toca pararse como sea! −ahoritica vienen y nos fumigan− pensé.
Marisella Estuvimos ahí sentados sin hacer ruido, quietos y
petrificados, finalmente después de dudarlo y cuan-

A
do ya no aguantamos más fuimos al baño, menos
−¡ paguen esa luz que es una orden del frente 22! mal que quedaba ahí adentro de la casa. Con el ama-
−nos dijeron con voz fuerte y amenazante los necer llegó la luz y con ella nuevas posibilidades de
que subieron a caballo y a pie esa noche de irnos, pues al fin llegaron las 6 de la mañana. Sali-
miedo y zozobra, golpearon bruscamente la puerta mos en carrera para mi casa a alistar viaje e irnos a
de metal de la casa de mi sobrina, quien con mirada Bogotá, en ese momento estaba pasando el bus de la
tranquila me susurró despacio al oído: Santa Fe por aquí y apenas lo vi dije:
−¡No se afane que eso no es nada, será algún se- −¡Nos vamos! eso no estemos más aquí… y bue-
cuestrado que llevan y necesitan oscuridad pa´que no, emprendimos el camino.
no lo vean! –¡Yo temblaba del susto!
Una visita resultó en una inesperada despedida.
−¡Apaguen esa luz! −volvieron a gritar, mi sobri- Fuimos a visitar a Mireya que nos había invitado a
na la apagó, atrás quedó el noticiero de las 7 que es- comer pero jamás pensamos que sería la última vez
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ecos e historias

que veríamos a mi sobrina con vida. Silencio pro- biente de tristeza y confusión la enterramos, la gue-
fundo y desolación acompañaron esos días, Mireya rra se los tragó a los dos, ¡Queda sólo Yolima!
no volvió a decir nada de esa noche pues quedó muy La última vez que vieron vivo a Carlitos, venía solo
asustada, por lo que se fue a visitar a su hija a Pacho regresando de La Palma en su carro. Se había ido a
y allí gente, de las que llevan y traen noticias, le man- traer la carne para un asado de inauguración de las
daron a decir que no se regresara a La Palma porque mini canchas de tejo que hicieron, iba por la altura
ella estaba en la lista y los que estaban ahí no se salva- de la curvita de los eucaliptos en la cañada y ahí no
ban. Ella no podía dejar su casa y sus animales solos más, a la vuelta, lo estaban esperando, ¡no alcanzó a
así que se vino a cuidar y a defender con su último llegar! Carlitos aceleró para esquivar la muerte y salió
aliento lo que era suyo, ¡su sentencia ya estaba escrita
volando por encima de los eucaliptos, eso es lo que
para la semana siguiente!
cuentan los viejitos que estaban en ese momento en
Esa tarde los gallos estaban cantando. −Siempre la cañada en donde cayó, donde le pegaron el tiro de
he dicho que es de mal augurio que canten a esa gracia en la cabeza, ¡tenía 22 años de juventud en su
hora, como anunciando algo−. Era un 5 y eran las ser y ya sus ojos se estaban cerrando!, había muchas
5 de la tarde, cuando 7 tiros destrozaron el cuerpo velas encendidas por todos lados. Era 7 de Diciembre.
de Mireya dejándola inmóvil en el piso, ¡ya todo se
estaba poniendo terrible! Las balas ahuyentaron a las personas y un silencio
profundo quedó rondando por la curva, fue hasta el
El recuerdo de Carlitos rondaba en mi cabeza, su otro día por la mañana que se supo, cuando le avisa-
sonrisa y su amabilidad seguían estando conmigo, ron a Mireya, que lo habían encontrado muerto ahí
“qué chino tan querido”, no podía dejar de pensar en abajo. Esa pobre mujer estaba destrozada, repetía
él y en lo mucho que le había dolido a Mireya su vio- una y otra vez que se tenía que ir con él:
lenta partida, ¿quiénes habían sido?, aún no se sabe,
11 meses después se llevaron a Mireya y en una am- −Yo no vivo más aquí, él me tiene que llevar −decía.
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crónicas y voces

Y pensar que yo no estaba aquí con ella pues me gían a las personas y las amarraban a los palos, des-
había ido a ver a mi hija a Estados Unidos y ya no me plazaban a los abuelos quienes bajaban en sillas de
podía devolver. ¡Tantas cosas que uno vive! ruedas con una gallinita al hombro, vendiéndola pa´
Cuando él salía en ese pedazo de carro de la casa poder irse rápido.
ella no tenía vida, porque como estábamos en la pura ¡La vida es muy bonita y hay que saberla vivir porque
guerra aquí, fue terrible todo eso, había de todo: pa- es un ratico nada más!, toca seguirla y disfrutarla, así
ras, FUDRA13, guerrilla y ejército, no se sabía quién hago yo, me gusta poner música duro y bailar sola
era quién ya que todos estaban al mismo tiempo en el espejo o también hay ocasiones que me voy
preguntando que si habíamos estado con tal grupo los domingos pa´ La Palma a hacer mercado con mi
o con el otro, por eso mataban a la gente, por pensar cuñada o salgo con mi amiga Mariela y nos sentamos
que estaban ayudando al otro bando: un rato a charlar con un traguito de aguardiente o una
−Por aquí sí hubo tormenta pero no tanto muer- Poker bien fría cuando está haciendo harto calor donde
to, pero pa’ allá, pa’ esos lados, pa’ Marcha y pa’ El Isabel la cachona. Luego nos venimos por ahí a las 2 de
Hato ¡eso sí fue bravo! la tarde después de que almorzamos, nos la pasamos
Mi mata de ruda y mi mata de sábila, al igual que echando cháchara, escuchando música o a veces juga-
los cafetales y todas las tierras de por aquí, han sido mos tejo en la mini cancha. “¡Gozando la vida vamos,
testigos de la huella de muerte y terror que deja la porque si no hay rumba pues uno la hace, eso sí!”
violencia a su paso, los frutos y los animales hablan y Mis manos fuertes acarician y cortan las matas,
murmuran lo que vieron y lo que ocurrió entre estas las admiran pues están llenas de vida, sus verdes in-
montañas, cuentan cómo en La Cañada los paras co- tensos y sus flores coloridas me envuelven en olores
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Fuerza de Despliegue Rápido, FUDRA, unidad pertene- frescos y agradables, hay que echarles tierrita y cul-
ciente al Ejército Colombiano. tivarlas con cariño, voy caminando hacia el cafetal
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ecos e historias

pues hay harto café y hay que cogerlo. La Palma es cada vez que había un muerto la policía no podía ve-
puro café, eso lo sé desde pequeña cuando en la casa nir porque les daba miedo y pánico aparecerse por
donde nací teníamos cultivos de café, el cual era muy aquí. Por ejemplo, cuando mataron a Mireya no vi-
resistente ya que no había roya ni nada de eso de aho- nieron a hacer el levantamiento del cuerpo, le tocó
ra. “Fue mi mamá la que me enseñó a coger café y venir a la hija, Yolima, que vivía en Pacho y a mis dos
cuando ya éramos volantoncitos no nos dejaban en hermanos Tiberio y Lemus. Mi hija y mi nieto son mi
la casa, pues nos tocaba ir a coger aunque fuera una fuerza y aunque están lejos, pues mi hija hace mu-
totumadita y ayudar”. chos años está radicada en Estados Unidos, los siento
¡Ah tiempos aquellos!, mis recuerdos pasan uno a muy cerca y están conmigo. Derek Alexander tiene
uno en mi mente mientras miro los colibrís chupando 14 años, ya es un adolescente y le gusta jugar mucho
flores, aquí hay muchos pajaritos, dulceritos y canarios tenis. Para él soy la abuela O, “Grandma O”…¡Cómo
que vienen a acompañarme... el dulce de la vida que quiero a mi niño!
espero que no se vaya jamás, ojalá no vuelva a pasar Hoy hace sol y está como para brindar con un
esa guerra que pudre y destroza los alimentos como el aguardiente bien frío que baje suavemente como el
avión fantasma que venía a sacar a punta de candela que tengo en la nevera. Acá en la mesa está mi ele-
a la guerrilla, metiéndole bala y matando a todo el fante que me regaló mi sobrina en un cumpleaños
que se le atravesaba. Fue tenaz la situación aquí en por allá en el 79, me lo he cargado para todo lado
Rionegro y en Viotá, por allá también fue terrible. desde entonces y no sé cómo no se ha roto, me sigue
A veces me pongo a pensar ¿Por qué hicieron eso acompañando.
con la gente? ¿Por ver la gente sufrir? o ¿Porque se ¡Salud! Brindemos por la fuerza del alma y por
fueran de las tierras pa´ ellos mandar? Ellos querían
este momento. “La vida, la vida… muy bonita es la
dominar y quedarse con todo esto, lo que pasó aquí
vida pero hay que saberla vivir”.
fue un conflicto de tierras y de poderes, tanto que
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crónicas y voces

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crónicas y voces

Del Paraíso Terrenal

F
lorencia se llamaba la primera carretera que podía dormir en sus tierras y quién no. Mandaban
hicieron por esta zona por allá en los años desde abajo del pueblo hasta la cordillera que sepa-
veinte. La construyeron a pico y pala los mis- ra a Viotá de los otros municipios. Póngale que las
mos obreros que jornaleaban en las haciendas de haciendas tenían de unas dos mil a unas cinco mil
los grandes terratenientes. De sol a sol esos hom- hectáreas, ¡y eso es mucha tierra!
bres trabajaban como burros y además tenían que Por la década de los cincuentas aparecieron dos
regalar un día de trabajo, el domingo, porque los líderes agrarios: Víctor Julio Merchán y Domingo
potentados así lo exigían. A veces les dejaban fon- Monroy. Los camaradas impulsaron la idea de que
ditos para sembrar comida, pero esto era muy res- los campesinos debíamos apoderarnos de las tierras
tringido, los campesinos no podían cultivar lo que porque no era posible seguir soportando los atro-
ellos quisieran sino solo lo que los hacendados per- pellos y la autoridad de esa gente tan arrogante. Yo
mitían. El café era un monopolio. Hubo gente que por esa época tenía unos seis añitos, todo eso era
apresaron porque les encontraban entre la siembra lo que mis padres me contaban, me acuerdo clari-
de yuca o maíz alguna matica de café. A los obre- tico. Hubo una rebelión. Los campesinos no podían
ros no les pagaban con plata sino con mercados, bajar al pueblo porque los cogían presos y entonces
tampoco tenían casa porque vivían en los dominios tenían que ir las señoras a la plaza o a las tiendas,
de los pudientes y ellos eran los que decían quién para comprar las cosas necesarias para la casa. Los
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ecos e historias

hacendados metieron gente armada para reprimir naban en las veredas y tenían personería jurídica.
los levantamientos, a esos los llamaban chulavitas. Con el nacimiento y la presión del Partido Comu-
Se paseaban armados para mostrar su poderío y ya nista Colombiano, los hacendados se vieron obliga-
luego comenzaron a subir hasta las veredas para dos a parcelar las haciendas. Esto es historia patria
llevarse a los lugareños porque decían que ellos les porque fue aquí en Viotá donde nació la lucha agra-
habían robado la tierra. Pero eso era mentira. Lo ria del país con gente que venía de todas partes de
que los campesinos invadieron fue las montañas, no Colombia. Pero nada de eso fue regalado. La parte
los cultivos. Con pura valentía y a fuerza bruta, los del monte que la gente había cogido a las malas, tu-
campesinos se levantaron contra los terratenientes vieron que pagarla. Los terratenientes le pusieron
que a la postre tenían la venia del Estado. Eso fue precio a las tierras y la Caja Agraria compró la car-
tenaz porque hubo muchos muertos pero al final los tera; y así, con créditos a diez años los campesinos
campesinos ganaron la batalla y los terratenientes compraron a la Caja Agraria las tierras que ya eran
tuvieron que repartir el suelo. A cada matrimonio suyas.
le daban de a dos fanegadas más o menos, pero eso
también dependía de lo grande que fuera la familia. En 1965 yo comencé a participar de la formación
Como la tierra se distribuyó en pequeñas parcelas del partido. Entré como a los doce años al Centro
y por aquí había mucha madera, la gente comenzó de Juventudes Comunistas. Teníamos formación
a hacer la casita en el lote que le correspondía. Al política e intelectual, también hacíamos reinados y
acomodo que se tuviera y a punta de serrucho se le- fiestas. No era una lucha a lo cerdo, había escuelas a
vantaron los ranchitos. las que venían camaradas de Rusia y de otros países
a dar clases. Para mí es una gran satisfacción haber
De esa pelotera se fundaron más o menos doce hecho parte de ese proceso. Nos enseñaban disci-
sindicatos de trabajadores agrícolas, cuando yo es- plina, respeto, compañerismo, a tratarnos de buena
taba más grande llegué a conocer a diez que funcio- manera. Los compañeros nos dejaron muchas ense-
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crónicas y voces

ñanzas, muchos no tenían estudio, escasamente la conseguir condiciones dignas para todos: una posa-
primaria, pero eso no importaba porque la capaci- da, un pedazo de tierra para arar.
dad y el compromiso que tenían era muy grande. El
Después de que los campesinos se apoderaron de
camarada Merchán por ejemplo, fue un gran líder.
las tierras los hacendados dejaron todo botado, las
No solo en Viotá, también en Sumapaz, en Tibacuy
máquinas, los animales, pero lo único que sirvió fue-
y en Mesitas del Colegio. Él iba a dónde lo llamaran.
ron los bueyes porque la gente los usaba para revol-
Recuerdo que en Viotá había comerciantes liberales
ver la tierra para la siembra de la yuca y el plátano.
y conservadores pero todos eran amigos de los del
partido. Incluso, cuando había problemas en la ve- A pesar de que los lugareños estaban pagando por
reda mandaban a llamar al camarada Merchán para sus parcelas, tuvieron que enfrentarse con escopetas
que ayudara a resolver las cosas. También había de fisto, chorotes y armas hechizas a los chulavitas
mujeres líderes, me acuerdo de Rosa Domínguez, quienes venían con el propósito de masacrar cam-
era una mujer muy importante. A ella la mandaban pesinos. Para rematar, también se entraron los que
de delegada a muchas partes del país, era una per- llamaban liberales limpios que querían acabar con
sona muy capacitada y valiente, una gran camarada el partido. Ellos decían que eran patrocinados por
del partido. La compañera Inés Domínguez, hija de el Estado y algunos gamonales. Agarraban a unos y
Rosa, también fue una gran líder. Pastora Mantilla les daban tremendas golpizas, a otros los encañona-
es otro ejemplo de lucha, ella es de Liberia y aún ban y los amenazaban. Había un señor que vendía
vive. Las mujeres hicieron un gran trabajo de lide- Voz Proletaria, el periódico del partido, y por eso le
razgo, yo creo que es muy importante recordarlas. pegaban.
Aquí teníamos gente que entregaba su vida por los El último líder importante que conocí fue al ca-
derechos de los demás, no se pensaba en plata o en marada Raúl Valbuena, él murió a principios de los
enriquecerse a costillas de los otros, la lucha era por 90 y justo por esa época el partido comenzó a des-

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ecos e historias

aparecer. Una gente que venía de distintos lugares Yo tengo cinco hijos, todos hombres, así que podrá
y otros que ya estaban por estos lares, de manera imaginarse la angustia que sentíamos que en cual-
clandestina, comenzaron a reclutar muchachos. De- quier momento se los llevaran. Algunos muchachos
cían que tocaba darle vuelco al país y que el pueblo amigos de mis hijos fueron tildados de sapos por no
tenía que coger el mando pero no estaban bien or- ingresar con ellos a las filas de la guerrilla. Eso fue
ganizados, eran más bien gente aventurera que tenía muy duro, pero donde uno ha trabajado toda la vida
cierta disciplina en el manejo de armas pero ningu- se resiste a abandonar, a salir corriendo. El soporte
na formación política y eso determinó su fracaso. fue la familia, el estar unidos nos dio fuerza para re-
Ellos llegaron con un sistema muy bravo: eran más sistir.
bien maleantes que estafaban, mataban y atracaban. La violencia generada por la guerrilla cobró la
Y eso fue lo que la juventud desorientada aprendió, vida de un sobrino y de un primo hermano mío. Él
a conseguir la plata sin trabajar, sin esforzarse, y sí estaba como inspector de policía en Viotá, había sido
más bien, haciéndole daño a los demás. A los que carabinero y ya se había pensionado, tenía cuarenta
nos les paraban bolas o no les hacían caso los ase- años cuando lo asesinaron en las calles del pueblo.
sinaban, decían que eran sapos o colaboradores del Al sobrino de apenas veinte años lo desaparecieron
ejército. y aún no se sabe dónde enterraron el cuerpo. To-
Una vez llegaron a la casa dos tipos y me dijeron davía hay gente muy dolida porque la violencia les
que mis hijos ya estaban buenos para integrarse a arrebató a los hijos. Superar ese trauma es tenaz, es
la lucha. Con mi señora que es bien fuerte y verra- terrible. A principios del año 2000 una gente que
ca los enfrentamos y les dijimos que nuestros hijos se decía guerrillera empezó a entrar como paraca,
estaban enseñados a trabajar y que los dejaran quie- ¡cómo serían de sucios!… El cuento era que iban a
tos. Los tipos se fueron sin chistar y no volvieron, acabar con la guerrilla, ¡pero qué va, si eran los mis-
pero alguna vez en una cantina les volvieron a decir. mos! Varios grupos de matones subieron a diferen-
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crónicas y voces

tes veredas. Uno entró por la carretera central hacia encontrarnos con la pérdida de las cosechas y de los
Palmar, otro subió por el lado de las Palmas y otro animales fue muy triste. Después de todo lo que vi-
por San Gabriel. Los militares les hacían la segunda, vimos quedó mucho resentimiento. Los vecinos se
ellos fueron cómplices y entraron por Lagunas a Li- miran con desconfianza y súmele a eso que hay mu-
beria. Los primeros que pagaron el pato fueron las cho politiquero ganándose los votos de una manera
personas con las que esos tipos habían tenido roses. miserable. Cuando fue la campaña de Álvaro Uribe
Como esa gente ya conocía la región sabían en qué decían que tocaba votar por él porque si no la gue-
casa vivía tal o cual familia, y así les quedó más fácil rrilla volvía, eso es muy bajo y con ese cuento nos
asesinar. tenían. El dolor de nosotros, de los campesinos, les
ha servido a los bandidos para hacer política.
En marzo del 2003 hubo un gran desplazamiento
del sector rural hacia el casco urbano de Viotá. De Yo creo que no podemos dejarnos manipular, hay
repente llegaron unos tipos y nos dijeron que tenía- que informarse, tener sentido de pertenencia. Basta
mos que irnos. Cuando llegamos al pueblo, noso- de creerle a los pillos, tramposos de cuello blanco
tros nos quedamos en la casa de unos amigos, nos que vienen a ver qué se pueden llevar. No podemos
fue bien. Pero a otra gente le tocó más duro. A los esperar a que vengan otros a arreglarnos los proble-
que no tenían conocidos les tocó dormir en la ca- mas, lo que vale es lo que se hace en comunidad,
pilla, en la casa cural y también pedir comida. La aquí con la gente, con las necesidades que tenemos.
gente del pueblo y los comerciantes fueron muy Cuando uno tiene principios como los que nos in-
solidarios, tuvimos el apoyo del Comité de Cafete- culcaron los camaradas, se queda y afronta las di-
ros y de la Gobernación de Cundinamarca. Que yo ficultades. Uno debe tener dignidad por su trabajo
sepa, durante el desplazamiento no hubo asesinatos y hacerlo respetar; eso nos dio valor para resistir.
ni violaciones, eso pasó el día antes. Cuando retor- La confianza se construye despacito, hay que tener
namos a las fincas fue un momento muy feliz, pero paciencia. Con la edad que nosotros tenemos, que
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ecos e historias

ya es una edad madura, tenemos que hacerle caer llenen de plata con el sudor de nuestra frente, ya
en cuenta a nuestros hijos que eso de la paz es un no queremos crecer como la cola de las vacas… o
proceso de años pero que vale la pena intentarlo. sea de pa’bajo. El campo es muy bello y aquí hay
Mucha gente sigue teniendo la idea de la guerra muchas cosas por hacer, por eso no nos aburrimos,
porque es un negocio que da plata. Pero nosotros por eso seguimos adelante, por eso nos levantamos
no creemos en eso. Queremos salud y educación todos los días a trabajar la tierra para darle de co-
para nuestros hijos, para nuestros nietos. Quere- mer a nuestros hijos, para darle de comer a todo el
mos que los banqueros y las transnacionales no se pueblo colombiano.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

El ave fénix

S
entada en una silla de madera, bajo la sombra Vivía con su esposo, su hijo y sus animales, a
de un árbol de naranjo, hacia medio día y quienes protegía como si fueran otro integrante más
con un sol abrumador que recreaba espejos de la familia, su finca se llamaba Santafé y se encon-
de agua sobre la tierra seca y polvorosa, observaba traba a orillas de uno de los caminos de la vereda El
a Zaida salir de la cocina, traía en sus manos una Potrero, cerca de la escuela. Su casa era añeja, cons-
limonada que me ofreció con una gran sonrisa. truida en bareque, teja de zinc, piso de tierra y es-
Zaida es una mujer campesina, oriunda del muni- tufa de leña. Zaida al igual que muchos campesinos
cipio de La Palma, vivió sus primeros años en la ve- de la vereda y el municipio vivieron la violencia y
reda Hinche junto a sus padres y abuelos, de quienes el desplazamiento forzado, épocas que recuerda con
aprendió los oficios del campo, la cocina, el amor y nostalgia y tristeza por la pérdida de amigos y la de-
la vida. Una mujer joven y trabajadora, fuerte como solación en los campos a causa del abandono de las
el roble, alegre como la tambora, espontánea como tierras y las fincas.
un niño, sentida y apasionada como la música. Tenía En las conversaciones con Zaida era común
un cabello ondulado de color negro azabache que escucharla hablar de la abuela paterna. Para esta
generaba destellos de luz al contraste con el sol, sus palmera, la abuela, doña Custodia Triana, era sím-
ojos eran negros y grandes, era alta y robusta y sus bolo de fortaleza y unión familiar en los tiempos
pisadas fuertes avisaban con antelación su llegada. del conflicto armado y el desplazamiento forzado.
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ecos e historias

Custodia fue para Zaida como un ave fénix, fuerte La abuela Custodia permaneció junto a Zaida
como el guayacán, dulce como la caña y libre como por más de 30 años, incluidos los años duros de la
el viento. guerra. Hacia septiembre del año 2002, en horas de
Uno de los recuerdos más trascendentales en la la mañana, Zaida junto a otros campesinos fueron
historia de vida de Zaida se da hacia el año de 1999, detenidos en un retén paramilitar en el punto co-
en la vereda de Hinche, cuando doña Custodia pre- nocido por los palmeros como la Villa Olímpica.
paraba el almuerzo para su cumpleaños. Después de Ese día muchos recordaban la presencia del ejército
comer y mientras bebían una taza de café, Custodia cerca del retén, algunos campesinos en medio de la
le regaló a su nieta una funda blanca con flores de desesperación, el miedo y la búsqueda inmediata de
colores, tejida por sus manos durante varios días. protección, se acercaban a los soldados suplicando
Las palabras de Custodia cuando entregaba el rega- ayuda. La respuesta ante el clamor de la gente fue la
lo, resonaron por el resto de los días en la vida de indiferencia y la omisión al manifestar que no po-
Zaida, eran algo así: “las personas se mueren cuando dían hacer nada, que dejaban abierto el camino para
las olvidan, si puedes recordarme conserva este re- que la guerrilla y los paramilitares se dieran plomo.
galo y siempre estaré contigo”. Aquel día es recordado con dolor, marcó la his-
Desde aquel día, la funda blanca con flores de toria del municipio debido a la orden inmediata de
colores se convirtió en un tesoro que remembraba desalojo de las veredas Hortigal, Hinche, La Hermo-
a una abuela que transmitía amor, creatividad, sen- sa, Murca, Talanquera, Rionegro, Tabacal y El Po-
cillez y tenacidad. Años más tarde y sin saberlo este trero. Fue el inicio del exilio.
objeto acompañaría a Zaida en la celebración de su El 16 de septiembre del año 2002, Zaida junto a su
boda, la guerra, el desplazamiento, el parto de su padre, sus abuelos, la familia de su hermana, sus so-
único hijo y el retorno a su tierra. brinos y su esposo, dejaban la tierra que los vio nacer

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crónicas y voces

y crecer; llevaban marranos, gallinas y algunas cosas de civil o con camuflados. Con la entrada paulati-
que alcanzaron a empacar, entre ellas la fundita de na de la guerrilla llegaron nuevas reglas al campo,
flores. Cuando el carro que los llevaba hacia Zipa- la del silencio y la del pago de un día de jornal al
quirá descendía por una de las pendientes de la vere- mes.
da, Zaida lloraba al ver el éxodo de campesinos que
Un martes gris y frío llegaron al pueblo de Zi-
abandonaban sus fincas. En el trayecto venían a su
paquirá, en total eran 17 personas de la familia.
mente imágenes de las últimas semanas carcomidas
Los primeros días después del desplazamiento
por el miedo, la zozobra e indignación por las masa-
cres, el asesinato de Astrid, amiga de la vereda, quien Zaida y su esposo no lograban dormir, los invadía
dejó tres niños huérfanos, y el de la muchacha emba- una profunda preocupación y angustia al pensar
razada en la escuela de Rionegro a quien le faltaban en unos familiares que resistidos a irse de la finca
dos meses para tener al bebé. Pensaba en los niños se quedaron en el monte, en medio de amenazas,
y los muchachos reclutados con mentiras y engaños bombardeos y balaceras.
y en medio de toda esa cloaca repetía que no había Una mezcla de dolor, tristeza y rabia sintieron
palabras para relatar lo visto y lo vivido en esos días hacia el país y su guerra, hacia la guerrilla, los pa-
de devastación. ramilitares y el ejército cuando les comunicaron
El recorrido fue más largo de lo habitual y en que un familiar que se encontraba en silla de rue-
medio de lágrimas e incertidumbres por el futu- das había sido asesinado en su propia casa. La poli-
ro de la familia, Zaida recordaba que hacia el año cía nunca llegó a la escena de tan macabro crimen,
de 1998 la situación fue cambiando en La Palma. fue la familia quien en medio del terror de esos
Desde este año los campesinos empezaron a notar días, llevó a su ser querido al pueblo para darle una
la presencia de grupos pequeños de guerrilleros, despedida digna. Zaida y su esposo acompañaron
algunas veces los encontraban armados, vestidos desde la distancia la partida del pariente.

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ecos e historias

Los resistentes, llamaba Zaida a las personas oscuras y frías. Los días de Zaida y sus parientes,
que permanecieron en las veredas después de la antes llenos de olores, sonidos y colores, quedaron
orden de desplazamiento. Esas personas perma- reducidos a buscar algún trabajo con el cual poder
necían poco tiempo en las casas, dormían en el alimentar 17 bocas y pagar servicios. En esta lucha
monte en especies de trincheras y se alimentaban diaria encontraron personas solidarias, gente bue-
de lo que encontraban en las fincas y los cultivos na como los señores Castro y Alfonso, el padre, y
abandonados. Los resistentes desarrollaron habili- las hermanas evangelistas Magola, Susana y Matil-
dades para no ser vistos por los grupos armados y de, quienes hicieron más soportable la vida.
para no ser alcanzados por las balas. En ese tiempo Zaida y los adultos madrugaban
En Zipaquirá las cosas no fueron fáciles, empe- todos los días en busca de empleo, caminaban de
zando por el clima frío al cual no lograban acos- finca en finca porque no había dinero para pagar
tumbrarse, extrañaban algo tan simple como an- pasajes, llegaban exhaustos a casa. Una mañana
dar sin sacos, dormir sin cobijas, dejar puertas y corrieron con suerte y fueron contratados en un
ventanas abiertas, salir a caminar y recolectar fru- restaurante. Días más tarde, Zaida, mujer perseve-
tas a orillas del camino. Todas las noches antes de rante y fuerte, entraba a trabajar en una empresa
ir a dormir, recordaban el campo como aquel lugar de flores.
en donde a pesar de las violencias eran alguien – Uno de los momentos más dif íciles durante el
campesinos− no cómo ahora, criaturas de nadie, desplazamiento fue la muerte del abuelo en Zipa-
siervos sin tierra. quirá. Para Zaida y Custodia, el frío y el encierro
En las montañas, a 150 Km de la capital del país, redujeron al viejo a su esqueleto. Murió en casa
quedaba la lucha armada de todos contra todos junto al cuidado de su familia, en tierras frías y le-
que arrojó a centenares de familias a realidades janas al olor del café y la naranja. Doña Custodia

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crónicas y voces

lamentaba no poder enterrar al amor de su vida en de la guerrilla y que los paramilitares todavía ron-
La Palma, lloraba por ser incapaz de hacer reali- daban por la región, pero estaba decidida a que-
dad el último sueño de su amante, pero la guerra y darse, a luchar y trabajar en la finca. Recordaba
la falta de dinero sobrepasaban sus posibilidades. que el comandante paramilitar que tanto daño ha-
Zaida se aferraba a la idea de volver a su fin- bía causado a los campesinos, “El Negro Palacios”,
ca. En silencio y con la fundita blanca de flores de andaba suelto.
colores en sus manos, oraba y suplicaba a su Dios Años más tarde, el 19 de julio del año 2013,
el fin de la guerra, suplicaba perdón por los gue- Zaida miraba hacia el cielo y batía sin descanso
rrilleros y los paramilitares que habían cometido la fundita blanca de flores de colores para llamar
asesinatos tan desgarradores, por las torturas, y la atención de un ave fénix que volaba hacia la
como ella nombradas “las despresadas” de tantos eternidad. En ese mismo instante, doña Custodia
inocentes a manos del Bloque Cundinamarca de Triana emitía su último suspiro a los 104 años de
las Autodefensas Unidas de Colombia. edad. Un momento de silencio, seguido por lágri-
Hacia el año 2004, Zaida y su esposo decidieron mas cargadas de una infinita tristeza caían por el
retornar a la vereda. Al principio se quedaban en rostro de Zaida. Yo continuaba sentada en la silla
la finca los fines de semana y regresaban a Zipa- de madera, debajo de la sombra proyectada por el
quirá, luego al notar que más vecinos llegaban de árbol de naranjo y con el vaso de limonada en la
Bogotá y de otros municipios, decidieron perma- mano. Me sentía paralizada, un frío seguido de ca-
necer en La Palma. lambres recorría mis piernas, mis pies y mis ma-
nos, era incapaz de hablar, por un momento fui
Zaida lloró de felicidad el día que regresaba a el soldado, el guerrillero, el paramilitar, su amiga
su tierra. Sabía que debían empezar de nuevo, era Astrid, Doña Custodia; en ese instante comprendí
consciente que habían matado a los comandantes que su historia era parte de mi historia, que era
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ecos e historias

todos y ningún personaje a la vez. Aquel día, pasó era similar a la historia de mis abuelos, mis tías y
por mi cuerpo la muerte y la vida, la decadencia y mi madre, siervos sin tierra, expulsados del sur del
la esperanza y en medio de toda esa sincronía de país y que a diferencia de la historia de Zaida con-
ideas y sentires, recordé que la historia de Zaida tinuaban exiliados de la tierra que los vio nacer.

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La gente aquí me respeta mucho,


saben que mi historia es de aguante

“Gea, la Diosa Madre… porque esos otros son unos no sé qué cuántos! Y
Diosa de la fecundidad, del abrigo, del cuidado, ahí fue cuando decidió ir a colaborarles a los otros.
esparce sus semillas y brota esperanza Por eso es que comienzan los conflictos, porque
esparce sus semillas y brota humildad” el ejército también cometió atropellos, cuando
llegaban a una casa se robaban lo que podían, si

M
veían platica se la llevaban”.
i hijo Luis comenzó en la guerrilla porque
un día los abuelitos lo mandaron, junto con Divisando las montañas llegué al encuentro con
Eduardo, el hijo menor, a traer unas vacas una mujer que surgió en medio del caos, de la gue-
a La Peña. Por allá se encontraron con el ejército, rra, como la Diosa Gea, la Diosa Madre que ha pa-
quienes los torturaron y golpearon. Un muchacho rido y cuidado de sus hijos y de la tierra. Para esta
que venía de ordeñar se dio cuenta que los estaban historia, la Diosa Gea es Eva, poseedora de sabiduría
metiendo en una laguna para ahogarlos. Ellos en y amor. Eva llega a nuestro encuentro con comida
esa época no sabían de guerrilla ni de nada de eso. que da su tierrita: mandarinas y chirimoya. Ella tiene
Insistimos que nos devolvieran a los muchachos, y exigencias claras, sabe que el Estado es ausente:
finalmente cuando los entregaron, mi pelado dijo: −“Por aquí no hay capacitaciones de nada, nece-
¡Pues ahora me voy a colaborarle a la guerrilla sitamos formación para los muchachos, enseñarles
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ecos e historias

cosas del campo. Uno cultiva pero a tientas, la pla- cómo la guerra atrapó a dos de sus muchachos: Luis,
tanera a veces se muere sin saber por qué. El mismo quien ingresó a la guerrilla. Y el hijo mayor, Alirio,
Luis, que estuvo en la guerrilla y acabó de salir de la quien fue a salvarlo en medio de los ataques y termi-
cárcel, hoy en día dice: aquí hubiera alguien que nos nó en prisión, acusado de ser guerrillero.
capacitara, uno no se habría metido con esa gente −“El hijo que ya salió de la cárcel sí era mandade-
(la guerrilla) porque nos hubiéramos puesto a traba- ro de la guerrilla. Y el que está ahora en la cárcel tra-
jar la tierra juiciosos”. bajaba en Bogotá, ni estaba por acá en la época que
−“Yo digo que aquí los que estudian, por ejemplo, todo ocurrió. Allí, en aquella casa cerca a la escuela,
son toda esa muchachada que sale de una a Bogotá. al chino lo mandaron por unas gallinas. Resulta que
En todas partes están quedando los dos ancianos so- llegó un viejo que llamaban “El Negro Antonio” con
los, tandada que sacan, se van a la ciudad. Deberían un grupo de guerrilleros, en ese momento pasó un
quedarse en el campo y trabajar porque si se van camión de gaseosas Glacial, lo que venía era gente
para Bogotá ¿quién va a trabajar la tierra? Esto va del ejército y se prendieron a bala. El que se pudo
a quedar abandonado porque donde uno se muera, defender salió corriendo. A Luis le dieron un balazo
ninguno se va a venir al campo, ya no les interesa. en una pierna y en las costillas, salió corriendo de
Aquí la tierra bien trabajada da para comer” aquí pa’ abajo. Llegó donde una tía, lo auxiliaron y
Gea, Diosa de la tierra, se unió con Urano para mandaron en un carro pa´ San Gabriel. El ejército
dar a luz muchos hijos. Pero los descuidos de Ura- comenzó a buscarlo que porque era guerrillero, pero
no obligaron a que Gea fuera la única encargada de el chino era un puro chino, por ahí 20 años tendría.
proteger el hogar, tal como le ocurrió a Eva, a quien El papá sí fue a verlo a San Gabriel, entonces Alirio,
la guerra y las relaciones de dolor con su esposo la mi hijo mayor, llegó a la casa y me dijo:
llevaron a luchar sola por sus hijos. Eva recuerda -¿Cómo hago para ver a mi hermano?

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crónicas y voces

-Yo le dije: mijo, cuidado porque el ejército lo está Fue el amor por sus seis hijos y una hija, el im-
buscando a él. pulso que la llevó a tomar la decisión de alejarlos de
Alirio se fue a averiguar. Alguien le dijo dónde Viotá. Mientras cuenta esto su rostro sonríe y eleva
estaba Luis, lo encontró y se fue a acompañarlo. la voz orgullosa de no engendrar hijos para la guerra
Esa misma noche que estaban juntos, les cayó el sino para el amor:
ejército. A mí luego me dijeron que los habían co- −“Mi opción como mamá fue sacarlos lejos. Aho-
gido y matado. Yo lo que hice fue bajar a Viotá y ra me agradecen mucho, hasta mi hija Lilia dice que
hablar con el personero, le conté que tenía un hijo cuando yo me iba a trabajar, los armados llegaban a
herido y que según rumores el ejército los mató. la casa a ofrecerle que se fuera con ellos, que le daban
Me dijeron que a Luis ya lo tenían preso en Bogotá plata. Si se hubiera ido con ellos, la habrían matado
y a Alirio también lo acusaron de guerrillero por por allá. Ahora mi hija tiene su esposo, sus hijos y
acompañar al hermano.” está en Bogotá con esfuerzo, pero ya pagándose su
ranchito”.
Épocas de destrucción y muerte llegaban a Viotá.
Eva acobijaba a sus hijos y defendía su tierrita: Así es Gea, Eva, una diosa fuerte y sabia:
−“Yo tengo mis diplomas de hace 55 años, sacaba
−“A mi casa se entraban a esculcar la platica deba-
buena conducta, todo el mundo me quería y yo no
jo del colchón. Llegaban, levantaban los colchones y
hice sino hasta quinto de primaria pero salí excelente
se lo llevaban todo, y ¿quién se iba a poner a pelear
en todo”.
ante las armas? Eso, tanto unos como los otros lo ha-
cían. Nos decían alcahuetes, guerrilleros, nos tilda- Las semillas que Gea ha esparcido traen esperan-
ban de guerrilleros, nos volvían la casa al revés, el za y la posibilidad de un mundo en paz:
ejército se entraba y nos amenazaba, y uno con ese −“El muchacho que salió de la cárcel, Luis, leyó
miedo ¿a dónde iba a poner la denuncia?” muchos libros y sabe de historia. Él mismo, sin abo-
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ecos e historias

gado, tuvo que defenderse leyendo libros de leyes. A Con esa promesa, sonríe y dice:
punta de tutelas y tantas cosas le dieron la libertad”.
−“Para este conflicto es importante que la gente le
Eva espera que se haga justicia con su hijo mayor, pida al gobierno. Lo que pasa es que en la época que
Alirio, quien como Arges, hijo de Gea, es reconocido se vivió la guerra, el miedo no dejó ir a poner una
como buen artesano y simboliza la fuerza y el poder denuncia. Yo decía, si voy a denunciar pues vienen y
en medio de la injusticia a la que se vio sometido: me matan o sacan corriendo de aquí, y pa´ dónde iba
−“A Alirio lo citaron a declarar, él dijo: −yo no uno a coger si no conocía más. Yo sé que donde hay
debo nada −se presentó y lo empapelaron. Yo no sé mucho conflicto a la gente le da miedo hablar o decir
qué le hicieron firmar y allá está en la cárcel, lo acu- algo. Y al Estado le digo que esté más pendiente de
saron. Ni siquiera fue que lo capturaran, es que él se la gente del campo, porque aquí por lo menos el go-
presentó. Pese a eso, ha aprovechado en la cárcel y bierno no venía. Esto era en manos del que quisiera
aprendió a hacer manillas, collares, sabe tejer, hace mandar acá. Para que haya paz es necesario que el
cinturones y morrales”. gobierno ayude a la gente, apoye a los campesinos
Eva tiene una mano herida porque un perro la a conseguir recursos para trabajar nuestras fincas
agredió en la finca hace poco. Pero ella sabe levan- bien”.
tarse del dolor y seguir adelante. Me dice que a la En medio de su exclamación, Eva se despide y en
próxima vaya a su casa, donde me espera para que su sonrisa brota esperanza, en su mirada brota hu-
converse con su hijo y me cuente la historia de vida mildad, promete cuidar la tierra como Gea, promete
que tuvo detrás de las rejas. defenderla en paz.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Entre peces, caminos y silencios

Bella tierra palmera sobre acuicultura, pesca artesanal y reproducción de


orgullo de los que nacimos en ella peces como la trucha y el bocachico, también parti-
con paisajes que adornan los suelos cipó en la configuración del inventario de peces del
sus huellas y recuerdos de antaño río Magdalena y Catatumbo, entre otros trabajos re-
revivirlos, nos hace vibrar
lacionados con la gestión y cuidado de los recursos
Eduardo Anzola naturales. Las anteriores investigaciones las realizó
desde el Instituto Nacional de Pesca INPA y el Insti-

L
tuto Nacional de Recursos Naturales Renovables del
a historia de Eduardo Anzola Escobar tiene
aires, sonoridades y silencios de muchos lados. Ambiente INDERENA, disuelto el 22 de diciembre
La escribí mientras escuchaba en la grabadora de 1993 tras la creación del Ministerio del Medio
de voz su relato, entre tardes y noches, oyendo sus Ambiente, dónde sus funciones fueron asignadas a
esperanzas, sueños, dolores, caminos recorridos y las Corporaciones Autónomas Regionales.
victorias. Eduardo, de niño y adolescente, no soñaba con
Eduardo, oriundo de la Palma, biólogo marino, peces, ríos y mares, esos ecosistemas eran ajenos
hombre apasionado por las ciencias naturales y la y lejanos a la espesura cotidiana de las montañas,
investigación, aportó al país los primeros estudios las rocas gigantescas cortadas con cincel, los cafeta-
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ecos e historias

les y los árboles de naranjo y guayabo de su pueblo. las Huellas Palmeras.” Este texto es la investigación
Sus primeros años los vivió en La Palma junto a sus más actualizada sobre la historia de La Palma escrita
padres, hermanos, tíos y primos en una casa blanca por un palmero, donde a modo de reseña histórica
gigantesca ubicada al frente de la plaza de mercado, recrea el tránsito del municipio desde los primeros
que años más tarde se convertiría en el parque prin- años, pasando por el progreso y decadencia a par-
cipal. Creció como la mayoría de los niños del pueblo tir del siglo XIX, resaltando la cultura, la influencia
de su época, bajo la doctrina y costumbres católicas religiosa, la Virgen de la Asunción, su templo, las
como ir a misa los domingos, rezar el rosario, visi- guerras y la violencia. Esta obra, patrimonio cultural
tar la capilla de Santa Bárbara y bajar y vestir la Vir- de La Palma y la provincia del Rionegro, ha quedado
gen de la Asunción de La Palma los 15 de agosto de guardada como las fotografías de las carreras de bu-
cada 7 años. Otras costumbres más laicas como las rros y las marchas de los trabajadores el primero de
carreras de burros, las lecturas de libros en los cafés mayo en los anaqueles de la casa de Eduardo, el cual
y las obras en el teatro Antonio Toledo, las recuerda sereno y guardando la compostura que lo caracteri-
desde fotografías que han sido olvidadas y guardadas za, deja entrever un aire de desilusión y tristeza ante
en los baúles de la memoria de los mayores. Atrás la indiferencia y olvido que muestran los palmeros
también quedó la Guerra de los Mil Días, la bonanza por su historia y la de sus ancestros.
cafetera, las manifestaciones en la plaza de merca- Historia compleja y rica que va más allá de las
do y los muertos de la Violencia bipartidista del año violencias, vejaciones y guerras de los 1000 días, la
1951 a 1953. Eduardo, resistente a silenciar la histo- del 51 y la de inicios de la década del 2000. Historia
ria de sus ancestros, emprendió como amante de la marcada por voces de colores, sabores, olores y so-
investigación en el año 2010 una travesía por luga- noridades de músicos, pintores, poetas, escritores,
res, personajes, libros, fotografías, recuerdos y obje- docentes, amas de casa y campesinos que constru-
tos a los que dio forma y configuró en su libro “Tras yeron tonalidades de vida y resistencia en espacios
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crónicas y voces

permeados por la sevicia y estupidez humana. Al tadores y exóticos, habitados por colonos, pescado-
respecto un fragmento de vida de Hernando Vega res y por los pasos nocturnos de hombres y mujeres
Escobar, escritor palmero, familiar de Eduardo: con botas de caucho y fusil al hombro.
Su primer trabajo fue en San Cristóbal, Bolívar,
Se desconoce tu origen un corregimiento lejano a Cartagena, sobre el canal
pero se sabe que cantas, del Dique, donde no había luz, ni carreteras y sólo
eres de mis ríos el río llegaba un camión con mercancía y con gente col-
mejor de Cundinamarca. gando hasta del techo. En San Cristóbal, Eduardo vi-
Paisajista de espesuras, vió en la estación piscícola. Allí, lejos de su familia y
dactiloscopio de ramas, de su pueblo aprendió el proceso de la reproducción
sobre tus aguas serenas de peces. Se comunicaba a través de un radio-telé-
no se han deslizado barcas, fono y de los llamados inderegramas (telegramas del
sobre tu lomo de vidrio INDERENA). Su distracción en los tiempos libres,
solo navegan tus aguas. así como la de muchos costeños, consistía en ver las
Guachipay en Guachipay… peleas de boxeo en el único televisor a blanco y ne-
gro que había a 100 kilómetros a la redonda, ubica-
Eduardo, sus hermanos y padres dejaron el mu- do en la estación piscícola, donado por Carlos Lleras
nicipio en la época de la violencia bipartidista, lle- Restrepo cuando fue a ver la reproducción artificial
garon a Bogotá al barrio Teusaquillo, donde los del bocachico. Después de San Cristóbal llegó a Bu-
muchachos terminaron los estudios de bachillerato. caramanga donde se casó, tuvo 2 hijos y vivió 18
Años más tarde, Eduardo, junto a un primo, estudió años. En Santander fue biólogo y jefe del proyecto
Biología Marina, sin saber que su profesión lo lleva- de pesca de la regional oriental, estando a su cargo el
ría al encuentro de especies y lugares lejanos, encan- oriente de Antioquia, el sur de Bolívar, Norte de San-
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ecos e historias

tander, Santander y Arauca. En esos años viajó por realizando investigaciones para la conservación de
lugares inhóspitos de la cordillera central, el macizolos recursos naturales. Cuando se encontraban a la
colombiano, la sierra nevada de Santa Marta, ciéna- guerrilla en los caminos y trochas les compartían la
gas y lagunas, sembrando trucha, bocachico y cacha- legislación ambiental y los decretos, porque en ese
ma. Recuerda su estadía en Boyacá y los días del in- tiempo la guerrilla, a su manera, cuidaba los recur-
ventario de peces del río Catatumbo y el Magdalena sos naturales. Eran tiempos tranquilos, podían re-
cuando bajaban el equipo, armaban las carpas a ori- correr caminos y ríos sin temor a ser retenidos. En
llas de los cuerpos de agua y seguían la migración de una de esas expediciones, acampando a orillas de
los peces en subienda, observando detalladamente la ciénaga de Chucurí, Santander, se encontraron a
sus movimientos, recorridos, edades y desoves. Camilo Torres pasando de noche. Esa fue la única
La voz de Eduardo se escuchaba entrecortada en vez que lo vieron.
mi grabadora, sentía nostalgia en su tono de voz al Eduardo vivió la violencia lejos de La Palma. Re-
escuchar el siguiente fragmento: “desafortunada- cuerda el primer asalto del ELN en San Pablo, Bolí-
mente esas historias, esas memorias y estudios ya var. La noche de la toma había acampado con unos
están obsoletos. En Colombia fue la primera y úni- pescadores lejos del pueblo a orillas del río Mag-
ca vez que se hizo ese estudio, muchos de los peces dalena, al día siguiente en lancha fue a desayunar a
que vimos ya no existen, los que pudimos estar en eso San Pablo pero no lo dejaron entrar, le dijeron que
fuimos muy poquitos, la pesca y la biodiversidad del el pueblo se lo había tomado la guerrilla. Después
río Magdalena disminuyó con el uso de trasmallos, la de 3 días, cuando llegó el ejército, logró entrar. Era
contaminación y la minería”. un pueblo desolado, la alcaldía la habían quemado,
Hacia los años 70, Eduardo y su equipo se movían la Caja Agraria había sido asaltada al igual que las
entre los Santanderes, Magdalena, Cesar y Bolívar droguerías y las tiendas de telas.

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crónicas y voces

Durante la estadía en el nororiente del país, y mosquitos, Eduardo recuerda y narra el día que lo
Eduardo construyó con amigos un zoocriadero de retuvieron junto a su equipo cerca al río Sogamoso:
babillas, boas e iguanas, cerca del rio Lebrija en San-
tander que abandonó por las continuas extorsiones y “Esa fue una de las experiencias duras, fueron 3
presiones de la guerrilla. días amarrados, caminado por trochas y dicién-
La presión de los armados llevó a Eduardo y su fa- donos que nos iban a matar porque creían que
milia a abandonar la región y emprender el proyecto éramos paramilitares, nosotros les decíamos que
del zoocriadero en Arjona y San Jacinto, Bolívar, cer- éramos del INDERENA y que si nos mataban se
ca de Cartagena, donde sin saberlo también serían metían en un problema. Mandaron a averiguar
a Barrancabermeja y allá les pegaron un vacia-
víctimas de la guerrilla. Les mataron 5 trabajadores,
dón, les ordenaron soltarnos inmediatamente.
liberaron todos los animales y le prendieron candela
Yo me aferré en ese momento a Dios, no nos sol-
a todo. Enterrados en San Jacinto, al rayo del sol in-
taron, nos iban a entregar, nos subieron en una
candescente y en medio de carreteras polvorosas y
canoa y bajando por el río Sogamoso apareció el
olvidadas por el Estado quedaron los trabajadores de
ejército y se formó un plomero el verraco y noso-
Eduardo y el proyecto del zoocriadero. De Cartage- tros amarrados y botados en el piso de la canoa.
na pasó a trabajar a la estación piscícola de Repelón Los guerrilleros se botaron de la canoa y la deja-
en Atlántico y luego a San Marcos, Sucre. En estos ron a la deriva, no podíamos hacer nada porque
lugares estuvo años desarrollando investigaciones y estábamos amarrados, hasta que la canoa que-
construyendo cooperativas con los pescadores, fue- dó en una orilla en una enramada, en ese mo-
ron trabajos en medio del conflicto armado. mento seguían los tiros, luego vino un silencio de
De los 30 años de vida dedicados a la piscicultu- esos tenaces y llegaron otra vez los guerrilleros
ra, entre ríos, peces, pescadores, paisajes acuíferos y nos pusieron a caminar. En ese instante entró

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ecos e historias

una llamada de Barrancabermeja, preguntando vestigación se esfumaba entre recuerdos de trabajos


si ya nos habían soltado y otra vez les pegaron un y estudios olvidados e ignorados por el país.
vaciadón, el comandante de la guerrilla les orde- Una tarde hacia el año 2009, entre conversaciones
naba que nos soltaran. No lo hicieron, seguimos telefónicas con un primo palmero decidió regresar a
el recorrido y salimos a la desembocadura del La Palma. A principios del año 2010 estaba de vuelta
río Sogamoso en el Magdalena, donde también en su pueblo natal, no había olvidado nada a pesar de
está la del río San Silvestre y nos metieron por su larga partida. Ahora tenía varias memorias, varios
esta, río adentro hasta llegar a la estación piscí- lugares de pertenencia. Ese año, mientras recorría
cola, ahí nos soltaron, nos entregaron la lancha las calles y observaba parte de la casa blanca gigan-
vuelta mierda y los morrales. Ese día viajé a Bu- tesca donde nació y pasó su niñez, decidió escribir
caramanga y pedí el traslado.” sobre La Palma. Eduardo pasaba gran parte del día
Eduardo, pensionado en Cartagena y después de escribiendo y cuanto más escribía más adentro se
haber descubierto lugares y tierras inexploradas por sumergía en la historia que contaba, llegó un día en
hombres de su pueblo, sentía nostalgia al ver la par- que encantado con la historia vivía en el pasado y en
tida de sus amigos y colegas cachacos a sus tierras de el presente, era un hombre libre con la pluma que
origen. Sentía que su pasión hacia los peces y la in- juntaba pedacitos de tiempos…

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Me decía que soñaba vernos viejitos...

Vuelve mi ángel perdido, −“Nosotros nos conocimos en Bogotá en una


amor mío dónde estás discoteca. Allá nos hicimos novios. Yo ya tenía el
mi corazón no ha vencido primer niño. Luego me fui a vivir con él pa´ una fin-
esta horrible soledad. ca que había dejado mi mamá en Viotá”.
Canción Ángel perdido. Mientras trae el recuerdo de esos años, en medio
Rodolfo Aicardi de las risas, me invita a su casa, allí donde guarda
fotos y discos que son la evidencia de un hombre al

E
n medio del agite institucional, Hilda, que amó y que, como dice la canción, que algún día
apresurada por saber cuándo será la siguiente al son de una guitarra y a capela, él le cantó. Ahora
citación a las versiones libres de Justicia y Paz, ella le canta después de su desaparición:
decide tomarse un tiempo de calma y conversar −Vuelve mi ángel perdido, amor mío ¿dónde es-
acerca de su vida. Una historia de lucha en medio de tás?
la impunidad, una historia de amor en medio de los
quebrantos que deja la guerra. Con una risa tenue, Hilda relata esa vida de ma-
trimonio:
Sus ojos comienzan a brillar cuando recuerda
que la música ha sido la unión con su esposo: −“Él era de Villa Hermosa, Tolima, un pueblo

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ecos e historias

bonito, allí nos casamos. Luego hicimos la casita en −La gente me admira, cómo después de todo he
Calandaima. A él podía faltarle lo que fuera menos salido adelante.
la música, y así son mis hijos, les gustan Los Viscon- Mirando hacia un punto fijo, Hilda tomó la foto
ti, Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo. Yo aprendí a que le dieron de su esposo cuando hicieron la entre-
escuchar la música que a él le gustaba después de ga de los restos. Recuerda lo servicial que fue en el
convivir 26 años de matrimonio, ¡imagínese son 26 pueblo y menciona con orgullo el parecido tan exac-
años!, eso le dije al “Negro Antonio” cuando le pre- to de él con sus hijos. En ese vaivén de fotos, trae a
gunté qué había pasado con mi marido, con su voz la memoria el día en que las melodías de amor se
indiferente y arrogante me decía que no sabía nada, volvieron llanto:
que cuando averiguara me informaba. Yo estuve en
Bogotá un tiempo porque cuando lo desaparecie- −“Cuando lo desaparecieron yo creía que lo te-
ron empecé a buscarlo, entonces pregunté por to- nían cuidando heridos porque él sabía de eso, esa
dos lados hasta que recibí una amenaza del segundo era mi corazonada. Aquel día en la tarde me dijo que
al mando del Negro Antonio, me dijo que dejara la iba a salir con los vecinos luego del trabajo. Transcu-
preguntadera”. rrieron las horas, siete, ocho, nueve, diez de la noche
y nada que llegaba. Le gustaba jugar damas chinas,
Un mes después de vernos la primera vez, Hilda ajedrez y parqués. Ese día fue con sus amigos a jugar
me recibe en su casa, la que ha levantado con mucho un chico de dominó. Yo me acosté temprano. A eso
esfuerzo luego de la desaparición y muerte de su es- de las diez de la noche escuché afuera la moto de
poso. Es una mujer aguerrida, tan valiente que hasta mi esposo, pensé que había llegado. La moto duró
levantó la voz para pedir verdad y justicia frente a prendida un buen tiempo, se escucharon algunas
los criminales. Hoy en medio de las risas y agitando voces y luego de esto el rastro de cualquier sonido
las manos exclama: se desvaneció. Ahí fue cuando no apareció más. A la

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crónicas y voces

una de la mañana sentía que el corazón se me salía, de ser informante del ejército. Ahora sí se lamentan
me pareció extraño porque él no hacía eso”. de haberlo matado porque acabaron con la vida de
Ahí comenzó la travesía de Hilda, búsquedas alguien inocente, que solo le servía a la comunidad,
incansables, temores profundos y el anhelo de que todo por falsos rumores.
por la puerta entraría aquel que algún día le pro- Gracias a lo que yo hice, y a que jamás detuve la
metió envejecerían juntos. Jamás llegó, horas sin búsqueda, me entregaron en la fosa a mi marido, lo
dormir, trámites agotadores, voces confusas frente encontraron a poca distancia de la casa en una finca.
al paradero de su amor, amenazas de aquellos que Estoy agradecida con Justica y Paz por la entrega,
quisieron callarla y atemorizarla. Lo que el “Negro fue un sufrimiento por trece años que duró desapa-
Antonio” y quienes mataron a su esposo no sabían recido. Pero ahí no paró todo, luego me enfermé, se
era que Hilda es una mujer hecha de fuego, por sus me estalló el estrés, no dormía, salía a la ventana y
venas corría sed de justicia, ninguna frontera le que- me parecía verlo llegar. De la misma impresión veía
dó lejana para ir al encuentro de su amor. Habría po- que sacaba las llaves para abrir la puerta y yo pensa-
dido recorrer el mundo entero en su búsqueda, pero ba ¡llegó! Uno de los nietos sufrió mucho, el papá lo
fue en una versión libre que supo no debía correr abandonó y creció con nosotros. No podía escuchar
más y dar un adiós. la música que le gustaba a mi esposo porque le daba
−“Cuando comencé la búsqueda de mi marido mucha tristeza.
me amenazaron, yo escuchaba una moto o un carro Hoy en día les recuerdo a los nietos que su abuelo
y pensaba ¡me van a matar! En la segunda audien- era estricto, no regañón como yo. Les cuento cómo
cia me entero que lo hecho por ellos (la guerrilla) era él, cómo éramos nosotros de pareja y todas las
fue un error, en declaraciones lo dicen, ¡fue un error! enseñanzas que dejó. Mi esposo fue una persona
Afirmaron que lo acusaron de manera equivocada calmada y muy servicial, por eso en el pueblo hizo

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ecos e historias

mucha falta, para los grados era el que conseguía escucho eso porque me lastima, mis hijos me dicen
todo, una alfombra, cuadraba las flores, las cortinas, mamá no escuche eso, ya pasó. Cuando tengo tris-
hasta ensayaba danzas en el colegio. Una vez expuso teza me acuerdo que él me decía mija usted es una
la vida en una emboscada que le hizo la guerrilla a la verraca, una echada pa´ delante, no se achicopale, y
policía. Había un policía que se estaba desangrando es verdad, así soy, eso me da ánimo. Castaño, así le
y no lo dejó morir, como ya sabía canalizar le salvó decía a mi esposo, siempre me animaba a todo.”
la vida en la droguería”. Cae una lluvia fuerte, Hilda es llamada por un
En medio de la conversación con Hilda, observo vecino para hacer una curación y ella sin duda va
la foto de su esposo colocada delicadamente encima a socorrer a quien la necesita, como lo ha hecho
del televisor, percibo conmovida que la memoria y el desde que llegó a Viotá. También es una mujer que
amor con el que habla de él avivan esa imagen. ha aprendido a no callar para que se haga justicia.
Mientras prepara lo que requiere para la curación
−“Mi marido era calvito y no le gustaba, entonces afirma:
juntos cosimos algunas cachuchas que guardé por
un tiempo, me lo recordaban y hace poco las bota- −“Cuando ya supe dónde estaba enterrado sentí
mos. También la máquina de coser la vendí porque algo de descanso. Yo le digo a la gente que ha tenido
estaba endeudada, me dio pesar pues no pensé en familiares desaparecidos y muertos que hablen, eso
todo lo que esa máquina de coser nos había acom- es muy duro, yo sufrí mucho y exigí saber y tener
pañado sino más en la necesidad que tenía. El equi- certeza de dónde estaba. Parte de lo que se busca es
po de sonido sí lo tengo porque él era amante de la limpiar el buen nombre del ser querido”.
música de fonda, tenía su colección, a mis hijos les Hilda continúa con las secuelas de la desapa-
gusta. Hubo una vez una fiesta y pusieron la canción rición de su marido, le duele la cabeza, sus manos
“Ángel perdido”, mi hijo ahí mismo la quitó. Ya no hormiguean de angustia y el corazón está afligido.

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crónicas y voces

Lo recuerda con nostalgia y el sabor dulzón que de- se vieron por primera vez, Castaño vistiendo de gala
jan las caricias no recuperadas. Aun así, ese amor y ella de falda, recorrieron juntos la ciudad y el cam-
está presente, continúa en la voz de Hilda y en los po. Son las fotos y los boleros la manera de traer a la
rincones de la casa, en cada pared está la huella de lo memoria a su gran amor, aquel con el que soñaban
vivido, fotograf ías de celebraciones, viajes, cuando verse viejitos.

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crónicas y voces

Memoria de La Pisca

D
aisy, mujer palmera y trabajadora, era Entre montañas, cafetales, árboles de naranjo, el
conocida en el pueblo de La Palma como pueblo, la escuela, la misa y los oficios diarios, Daysi
La Pisca, su sobrenombre no se relacionaba creció. Estudió hasta segundo de bachillerato por-
al gusto o parecido f ísico con estas aves, sino al que debía trabajar y ayudar a sus abuelos. Hacia los
apodo que también recibía el asesinado padre de 14 años tenía gran habilidad para las ventas y el co-
su único hijo varón. mercio, lo cual complementaba con labores de lim-
La Pisca, en aquellas tardes de café, pan y sol, pieza y aseo en casas del pueblo.
me contaba que su niñez había estado rodeada del Un año después nació su hija Marisol y abandonó
amor y cuidado de sus abuelos maternos, Lucía la casa de sus abuelos por ir detrás del amor. Luego,
Ramírez y Saturnino Rodríguez, quienes hicieron cansada de la rutina, la tristeza, el miedo y el mal-
las veces de padres. También recordaba la infan- trato f ísico y psicológico por parte del que una vez
cia al igual que muchas otras niñas campesinas de fue su amante, emprendió camino en búsqueda de
la región, los oficios de casa y los trabajos diarios nuevas aventuras y oportunidades laborales hacia
en la finca, la cocina y lavado de platos y ropa, en tierras tolimenses. Durante la estadía en Mariqui-
medio de los cuales daba rienda y rueda suelta a su ta, Tolima, Daysi madrugaba, trabajaba y compar-
imaginación. tía con sus comadres. Entre conversaciones, tintos,

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ecos e historias

música, trabajo y calor, pasaron 3 años. Una maña- Daysi conoció al padre de su hijo varón a los
na, quizá la más triste y devastadora en la vida de 23 años, al son de una orquesta en una fiesta del
Daysi, fue cuando la familia paterna y el padre de la parque principal del pueblo. Al año siguiente, con
hijita, en venganza por su partida repentina de La una sonrisa brillante y profunda salía vestida de
Palma, alejaron y apartaron a la bebé del cuidado y blanco por los portones de madera de la iglesia de
contacto de su madre. La Palma en compañía de Dagoberto Useche y con
la desaprobación de sus abuelos. Meses más tarde
La Pisca, con una tenue sonrisa y una mirada
la vida le traería dos grandes regalos, el nacimien-
dirigida hacia la Virgen de la Asunción de La Pal- to de su hijo, Giovanni, y el reencuentro después
ma, recordaba con nostalgia y desesperación aque- de 11 años con Marisol, la hija raptada.
llos momentos de búsqueda exasperada de su bebé,
donde con suplicas a un hombre a quien alguna Daysi me miraba, sus ojos reflejaban sobre el
vez amó, imploraba como la “llorona” la presencia cristal de una jarra de vidrio un pensamiento pro-
de sus hijos. Muchas fueron las lágrimas e intentos fundo, lejano y tan sentido que me transportaba
perdidos en oficinas, papeleos y citas con funciona- a un lugar ajeno que despertaba en lo más íntimo
rios por recuperar aquel pedacito de vida que meses de mis entrañas una sensación de extrañeza, con
atrás la acompañó. pizcas de miedo y perturbación. No me causó sor-
presa cuando apenada, con tono bajo y con ligere-
El engaño de quien una vez fue el amante y la za me decía: “yo pensaba, ya he sufrido tanto con
pérdida del bebé, volcaron en una especie de mo- las cosas del amor, éste hombre sí es. Ya después la
vimiento automático e instintivo al cuerpo de Daysi vida cambió, él era muy jodido, muy celoso, era de
hacia el pueblo y casa natal. Sin mirar atrás, regresó esos hombres machistas que me quería y me pega-
a la casa de sus abuelos y decidió dedicarse exclusi- ba por todo. Yo nunca hablaba de esto con nadie,
vamente a trabajar. siempre callaba y me repetía: algún día cambiará.
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crónicas y voces

Mi suegra, buena mujer, me decía que lo dejara, merciales para vender mercancías, y en medio de
pero pensaba otra vez irme y empezar de nuevo y ires y venires se reencontró con el amor.
agarraba fuerzas y decía, mi vida es acá junto a él, La vida de La Pisca con su nuevo amor fue agra-
y sé que algún día Diosito se dará cuenta que no dable y fugaz, no hubo tiempo para hijos pero sí
soy mala gente…y justo cuando él empezó a por- para viajes y trabajo. La visita de la muerte a su nue-
tarse bien, lo mataron cerca de la casa en una ma- vo amante no tardó mucho, Daysi la recuerda:
drugada”.
−“Él se fue a traer mercancía y se quedó en Villeta
La muerte del esposo dejó una estela de deso- porque debía recoger unas cubetas de huevos para
lación e incertidumbre por el futuro. Más que el vender. Al día siguiente tenía que salir muy tempra-
amor y la ausencia del amante agresor le preocu- no para La Palma porque yo me había ganado un
paba y sobrecogía la idea de estar sola con un hijo viaje para San Andrés y él estaba encargado de re-
en el mundo. Daysi era de las mujeres que pensaba cibirme el negocio. Nunca regresó, le cogió la tarde
en aquellos días que necesitaba de un esposo y de ese día y con el afán de llegar anduvo un kilómetro y
un hombre a su lado. Continuó trabajando en el salió de la carretera al abismo. Murió en Bogotá en
local que le había dejado de herencia su esposo. una sala de cuidados intensivos”.
El emprendimiento y ganas de trabajar nunca le
faltaron, incluso en los días de luto. Daysi con una gran pena en su corazón, cargada
de recuerdos y planes que se desmoronaban con la
Hacia la década de los años 90, La Pisca viajó a partida de su tercer amante, siguió trabajando como
visitar una comadre a La Dorada, tierras caldenses se lo habían enseñado sus abuelos desde niña. Para
que emanaban vaho caliente del suelo y donde ha- esa época en La Palma había presencia guerrillera y
cia el mediodía, las moscas dormían y el tiempo se paramilitar, tanto en las veredas como en el pueblo.
detenía. Durante su estadía realizó contactos co- Eran días donde los habitantes actuaban con mucha
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ecos e historias

cautela y prevención de la lengua y boca de sus veci- nocería que era el Frente 22 de las FARC. Los hom-
nos. También fueron tiempos de miedo, tristeza, si- bres insistían por la entrega de joyas y armas. Mien-
lencio, horror, miseria y de las llamadas “vacunas” a tras los encapuchados golpeaban la puerta, La Pisca
la gente pobre y rica. El ambiente era tenso, los días los miraba por un pequeño agujero de la ventana de
aburridos. Las personas se encerraban temprano en madera, alcanzando a observar las armas. Los hom-
sus casas deseando que las noches fueran de 15 ho- bres del otro lado de la pared de su casa le gritaban:
ras, para alargar los minutos y evitar recibir noticias −Usted llama a la policía y le volamos la casa hi-
de la muerte o desaparición de algún vecino. jueputa.
La Pisca con ojos humedecidos me contaba que Esa noche se marcharon diciendo:
la colaboración de varios habitantes de La Palma
a los grupos armados incrementó la violencia y la −La vamos a vigilar.
muerte de inocentes, para esta palmera el chisme A la mañana siguiente Daysi se levantó con los
cobró su cuota con la vida de civiles. ojos hinchados de tanto llorar. Miraba hacia todos
Un día como cualquier otro, Daysi salió del traba- lados con gestos paranoicos mientras llegaba a su
jo a la casa. Recuerda que esa noche de septiembre lugar de trabajo. Ese día no le contó a nadie, ni a su
del año 2000 se encontraba con su hijo y que hacia hijo, lo que había ocurrido en la madrugada. En la
la madrugada golpearon bruscamente la ventana de tarde se fue a su casa con mucho miedo y durante
su habitación y le dijeron: el transcurso de ese día no fue capaz de salir del ne-
gocio.
−Abra la puerta hijueputa.
Con la llegada de la noche los nervios aumenta-
Los que golpeaban se presentaron como el Frente ban. Dejó a su hijo que tenía 18 años donde el pa-
Policarpa Salavarrieta, aunque días más tarde se co- drino y ella por miedo a que volvieran los encapu-

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crónicas y voces

chados, durmió esa noche y las siguientes en casas que si tenía miedo, ella tartamudeando decía sí, los
de amigas del pueblo. Con tan mala suerte que la hombres le respondían:
segunda y tercera noche, cuando salía de su casa con −¿Acaso debe algo?− y La Pisca repetía:
la pijama, se encontraba a los mismos hombres, no
le decían nada pero la seguían hasta la casa de sus −¿Por qué me tienen acá? déjenme libre, si
comadres. Al cuarto día La Pisca acudió a la policía quieren las joyas yo se las doy, no tengo plata, ni
y a sus amigos. Ese mismo día, un jueves hacia las 6 armas.
de la tarde, los hombres la estaban esperando. Daysi Los armados le gritaban que no querían nada
desesperada se agarró de un viejito que cuidaba un y la mandaban callar. La retuvieron más de media
garaje. Mientras sujetaba al hombre, como si fuera hora. Para ese momento la gente había informado a
su salvador, los hombres le gritaban que fuera con la policía, quien para esos días sólo podía moverse
ellos. La Pisca recuerda: por algunas calles del pueblo a causa de las divisio-
−“Yo les dije, si me van hacer algo háganme- nes y control territorial que imperaba. Aquel día la
lo aquí porque yo no les camino y ahí me estuve. historia era otra, la gente preocupada le decía a los
El señor les dijo, ella es una mujer sana ¿qué le van policías que salvaran a La Pisca, insinuaban que si
hacer?, déjenla en paz, los hombres respondieron, la mataban nadie iba a reclamarla porque era una
cállese la jeta viejo lambón, hijueputa. El señor les mujer sola pero si la rescataban sería un orgullo para
dijo: prométanme que no le van hacer nada y yo la la institución. La policía finalmente fue, primero ro-
dejo que camine hasta allá. Ellos le prometieron no dearon la calle y al llegar dijeron:
hacerme nada”. − ¡Alto, una requisa!
Los hombres agarraron a Daysi por el brazo y la En ese mismo instante se inició la balacera. En
llevaron hasta la esquina de la calle, le preguntaban medio del fuego cruzado Daysi recibió dos tiros,

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uno en el seno y el otro en la pierna, recuerda con Una mañana, decidida a cambiar el curso de sus
horror ese cuadro de guerra donde un sargento cae días, emprendió camino hacia Útica en busca del
herido y desde el suelo empuña el arma y le dispara comandante de la guerrilla. Daysi relata aquel mo-
a un guerrillero, matándolo. La Pisca no recuerda mento:
cómo ni cuándo resultó en el segundo piso de una
−“Cuando el comandante me vio, la sorpresa fue
casa, en ese momento y con las pocas fuerzas que
grande, se puso verde del color de las montañas. Yo
aún tenía gritaba suplicando ayuda. La gente llegó y
le dije, comandante si usted tiene pruebas de que yo
la llevaron de inmediato al hospital, el doctor Rojas,
quien fuera alcalde de La Palma, la operó. Después soy la persona que ustedes buscan muéstremelas y
de la operación Daysi no pudo caminar por dos me- yo las enfrento, y me respondió que no tenía ningu-
ses, vivía encerrada en la casa de un compadre por na prueba.
miedo. La paranoia la invadía cada vez que se aso- El comandante me preguntó:
maba por la ventana. Nunca le contó a su hijo donde
−Y ¿usted tiene pruebas?
estaba, pese a que él se encontraba viviendo en Bo-
gotá por temor a ser reclutado por la guerrilla o los Yo le dije que sí, él me preguntaba:
paramilitares. En ese tiempo, La Pisca, mujer lucha- −¿Cuáles? −yo respondía:
dora que años atrás ni la separación de su bebé, ni la
muerte de sus amantes la habían detenido a seguir −La virgencita, mi Dios y mi palabra de que nun-
trabajando, optaba voluntariamente por el encierro, ca he robado y hecho mal a nadie, lo que tengo ha
por una muerte silenciosa. Gracias a sus amigos, a sido bien conseguido.
quienes ella consideraba su familia, logró recuperar En ese momento me apretó la mano y me dijo
lentamente, a paso de caracol y tortuga, la seguridad tranquila compañera, usted puede trabajar y seguir
en sí, las esperanzas y las ganas de vivir. como lo ha hecho hasta ahora, no le va a pasar nada.
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Yo insistía, comandante prométame que yo puedo pados la visitaban, le llevaban comida y finalmente
seguir viviendo y trabajando en La Palma. Y así, con le facilitaron un tratamiento terapéutico en casa,
miedo y valor regresé al pueblo y duré escondida va- con una psicóloga de Bogotá. La fe infinita en Dios y
rios días”. en la Virgen de la Asunción de La Palma, sumada al
Enfrentar el miedo fue un proceso lento y dif ícil. cuidado de su hijo, sus vecinos, la psicóloga y la ne-
Daysi lloraba en casa, poco a poco perdió el apetito cesidad de trabajar, devolvieron a La Pisca el ímpetu
y quedó reducida a huesos, no podía dormir sin su para vivir. En el pasado y en el cuarto de San Alejo
hijo, las pesadillas y sonidos de los tiros la desperta- quedó la idea de las mujeres débiles que necesitan
ban aturdida y con pánico. Sus compadres preocu- de un hombre para vivir y ser respetadas.

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crónicas y voces

89
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Esta historia nos concierne a muchos

Á
lvaro Ayala es un líder campesino oriundo contaba parte de su historia en medio de risas,
de las tierras fértiles e imponentes montañas recuerdos y añoranzas.
de Viotá, lugar donde los cafetales cuando
Me comenzaron a educar políticamente como a
florecen perfuman y cargan el ambiente de la
los doce años. El comunismo llegó por estos lares
esperanza de un mejor porvenir. Vive en la vereda
Lagunas con un gato y un perro, animales que debido a todo el proceso que se gestó en la lucha
consiente todo el tiempo. La primera vez que lo agraria. Tuve una escuela en donde se me borraron
vi, yo venía junto a unas colegas en una camioneta todas esas creencias de religión, de sustos y espan-
de transporte público achacosa que bajaba de tos. Milité en la juventud comunista, fui miembro
Liberia y se dirigía al pueblo cargado de bultos, de la dirección regional y candidato a una escuela
niños bulliciosos y una polvareda impresionante. internacional. Después de que me organicé con mi
De él ya me habían hablado pero fue gracias al señora, un día cualquiera un dirigente del partido
azar que tuve el placer de conocerlo. Conversamos me dijo que ahora yo iba a ser el responsable por el
mientras la camioneta destartalada se bamboleaba trabajo de la vereda. El compañero, que era el líder,
por causa de la carretera sin pavimentar. El tiempo ya no podía por la edad. Asumí el reto y me com-
se encargó de que tuviera la oportunidad de ir a prometí. Mi esposa sin ser comunista fue la que
su casa a compartir el desayuno mientras él me me ayudó en esa tarea. Ella era la que se encargaba

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ecos e historias

del trabajo en nuestra pequeña finca mientras yo −¡Claro que sí señores! soy comunista, comu-
me dedicaba al proceso organizativo comunitario: nista muero y eso no lo puedo negar. Pero guerri-
que hay que ir a tal parte, convocar, hacer perifo- llero no, jamás he empuñado un arma.
neo. De las primeras personas que desaparecieron en
Cuando asesinaron a Jaime Pardo Leal, en 1987, el dos mil tres nadie dijo nada. Después de que se
se hizo una misa campal en Viotá. Por ese entonces averiguó y recolectó información se corroboró que
mi trabajo no sobresalía. Resulta que se necesitaba esas desapariciones y asesinatos los habían cometi-
que alguien hiciera de maestro de ceremonias y a do las Autodefensas Unidas del Casanare bajo la co-
cualquiera le dio por decir mi nombre. Aunque yo mandancia de Martín Llanos. También por esa épo-
había hecho cosas no había sido frente a tanta gente, ca se comenzó con las detenciones masivas. Venían
pero yo nunca me he echado para atrás, ¡nunca! Y en carros y cogían gente al azar. En el casco urbano
listo, asumí la tarea. Lo supe hacer, la voz me ayu- concentraron a más de cincuenta personas deteni-
dó, el equipo, los compañeros. Después de eso me das en grupo. A unos los llevaron para La Mesa a
pusieron a andar por toda la región. Me proponían otros para Bogotá. La mayoría terminó en la cárcel
para todo y yo comencé a coger impulso. Cada día de Girardot. Eso causó un impacto tremendo. Fue
resultaba más comprometido con el trabajo de la co- muy duro para las familias tener que ver a sus pa-
munidad, cuando me di cuenta es que estaba satu- dres o familiares encarcelados, justo esa fue época
rado. Una vez me cogió el ejército, yo traía algo de de cosecha y al no haber nadie que hiciera el trabajo
Jaime Caicedo, me dijeron: se echó a perder toda la siembra.
−¿Quién es ese tipo? ¿Es que usted es comunista? De todos a los que nos detuvieron a ninguno nos
pudieron comprobar ningún cargo porque todo se
Y yo les conteste: había hecho con testigos falsos. Los servicios de in-

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crónicas y voces

teligencia hacían caso de cualquiera que acusara a cer y sentir el rigor de los gases y el garrote. Las vi-
otro. Primero encarcelaban y después comenzaba la sitas eran muy restringidas y tenían que pasar por
investigación. Nadie podía opinar, no se podía decir requisas degradantes, tanto que algunos detenidos
nada, inclusive los militares andaban por la región prefirieron decirle a sus esposas que no llevaran a
vociferando de quienes estaban encarcelados. De- los hijos para no someterlos a esos malos tratos. A
cían que quienes estaban tras las rejas estaban allí los detenidos siempre nos llevaban esposados no
por terroristas, por guerrilleros, por auxiliadores. importaba que el recorrido fuera de diez o veinte
La difamación que hicieron de nosotros por los me- metros.
dios de comunicación fue terrible. Nos presentaban
como las manos derechas o las personas de confian- Los días de visita no dejaban entrar ningún tipo
za de los comandantes de la guerrilla que había en de alimento. La gente tenía que comprar en la tienda
el país. Y por supuesto, eso causó miedo, sospecha, de la cárcel, y si sobraba algo no dejaban que el de-
desconfianza. tenido se lo llevara para el patio, entonces la comida
tenía que botarse. Cuando la visita terminaba nos
El tratamiento que nos dieron a los presos polí- tocaba pasar por una puerta de seguridad, nos ha-
ticos en la cárcel de Girardot fue muy humillante. cían desnudar para requisarnos y que pudiéramos
Como el cuento era que todos éramos guerrilleros entrar al patio, donde todos éramos comerciantes
o auxiliadores de la guerrilla, los guardias iban con o campesinos honestos y trabajadores como quedó
escudos de protección y gases lacrimógenos, tal vez demostrado. A nadie pudieron condenar, todo fue
porque temían una sonada o pensaban que éramos un montaje que se hizo con informaciones falsas
gente muy peligrosa. A los que capturaron y encar- que recogió la fuerza pública a través del ejército.
celaron primero les tocó muy duro. Cuentan que
los hacían desnudar en los patios, que las requisas En cuanto a la comida que nos daban, eso no
eran constantes y que también tuvieron que cono- puede llamarse comida. Eran cuatro granos de arroz
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ecos e historias

sancochados y con un sabor bien feo. Si uno se pone dían lo poco que tenían o se endeudaban para pagar
a mirar se le da mejor alimentación y viven mejor los al abogado, pero pasaban treinta, sesenta, noventa
cerdos en una finca a lo que había que comer y vivir días y nada. Yo duré varios meses preso. Hubo gente
en ese lugar. En una celda que es para cuatro perso- que gastó mucha plata para intentar sacar a sus seres
nas metían seis, siete. El agua era escasa, el servicioqueridos de la cárcel. Luego de toda esa tragedia yo
de baño deficiente, tampoco había luz. A las cuatro me venía volado para la vereda, daba una vuelta y
de la tarde se tenía que formar para entrar a las cel- me iba. Pero no más de llegar yo me mejoraba, me
das. Entre todos aportábamos para comprar el ja- sentía bien. Duraba dos, tres días durmiendo donde
bón, para poder lavar el patio y los sanitarios al final
los vecinos. Ya después decidí quedarme porque me
de cada semana. Allá fue donde se conoció el tema comprometieron con un proyecto para trabajar con
del vicio, fue muy impresionante ver cómo la gente la comunidad, además me cansé de estar lejos de mi
se peleaba con cuchillo por un cigarrillo. Las celdas rancho. La que no quiso volver fue mi esposa, ella
estaban muy contaminadas por unos animalitos, los prefirió quedarse en otro lado. Cada puente o cada
chiribicos, que picaban en la noche y nos sacaban la que se puede yo voy a visitarla o ella viene a verme,
poca sangre que teníamos, y para colmo, al otro día a veces me lamento de haberme enfrascado tanto en
la piel amanecía con manchas rojas y brotada. el trabajo, en la lucha, en los ideales, me entristece
Al momento de la detención −como pudieron− a no tenerla cerca, pero entiendo que no quiera volver
las señoras les tocó ponerse al frente de la adminis- por acá después de todo lo que pasó.
tración de las fincas y conseguir dinero para pagar Después de la arremetida paramilitar en la re-
los abogados. Muchos tinterillos charlatanes pedían gión, la desaparición de campesinos, los encarce-
de a millón dizque para acelerar el proceso, decían lamientos, vivir los ocho años del uribismo, todo
que a los quince días o al mes la persona que defen- quedó desvertebrado. La comunidad fue la que llevó
dían iba a salir libre. Las familias desesperadas ven- del bulto, la insurgencia no. Eso fue una guerra su-
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crónicas y voces

cia contra la población civil. Muchos perdieron a sus −Si ve lo que le pasó a usted por ponerse a eso, yo
hijos, a sus hijas, las familias se resquebrajaron por- mejor no voy por allá.
que los miembros arrancaron pa´ sitios diferentes.
Pero yo sigo insistiendo. Recuerdo que a mi se-
Quedaron fincas totalmente abandonadas. Y luego
ñora le preguntaban qué era lo que yo hacía y ella
viene el desplazamiento. Por miedo, por el temor
decía:
a los señalamientos, por caer en boca de la red de
informantes, por las recompensas que ofrecía el go- −¡Él lo que hace es joder!
bierno, muchos prefirieron irse y dejar todo tirado. Y tenía razón, jodo porque quiero que las cosas
Durante esa época casi a diario salían carros trans- cambien.
portando familias enteras con sus enceres a otras
regiones, especialmente a Bogotá y Soacha. Todo lo Yo creo que es muy importante hacer memoria,
que sucedió hizo que se perdiera la confianza. Los reconstruir los hechos porque en esta región se vi-
jóvenes ya no tienen una visión de la lucha por las vieron cosas muy duras. Hubo guerrilla, fuerza pú-
reivindicaciones del mismo municipio. Se perdió el blica y paramilitares. Es muy importante que haya
proceso organizativo que venía funcionando en las garantías para que la verdad se sepa, para que las
regiones. Lo que hay ahora es un miedo muy verra- personas puedan contar por lo que pasaron sin mie-
co, a los jóvenes les dicen: “mijito eso no vaya por do de ser amenazadas o asesinadas, pero por el mo-
allá a reuniones ni nada de eso de organizaciones mento no las hay. Habrá garantías cuando haya un
porque ¿si vio lo que le pasó a tal?” y entonces los cambio de sistema, cuando haya un gobierno que
jóvenes piensan: “¡ah juepucha! verdad que a ese lo sea más del pueblo. Quizás se podría hacer un cen-
pelaron por luchar, mejor yo no me meto en nada de tro comunal o una galería donde estén los nombres
eso”. Cuando he llamado a la gente a organizarse me de todas las personas que vivieron esa violencia, con
han dicho: fotograf ías o historias de vida para recordar quienes

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ecos e historias

eran, dignificarles y reivindicar sus nombres. Pero de la comunidad y qué era lo que esa persona ha-
todo eso tiene que ir junto a un trabajo psicosocial cía, entonces se harían dos labores al mismo tiempo:
para acompañar los dolores y los traumas de las cuidaríamos la naturaleza, el agua, y también haría-
víctimas, porque para un hijo, para una hija, para mos una memoria dignificante.
una esposa, para un esposo, que no tenga un apo-
yo emocional, va a ser muy triste recordar y no va a Las ideas de este líder campesino dibujan una
querer hacer memoria. También se podría hacer un sonrisa en mi rostro. Repaso sus anécdotas, reme-
parque de la memoria, se podría escoger un lugar y moro sus luchas, hago una tregua con sus demonios
convertirlo en un santuario natural: a cada árbol se para apalabrar el malestar y me despido respirando
le pondría un nombre que nos recordara a alguien la tranquilidad del ocaso que se avecina.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Ráfagas de despedida:
las huellas del perdón

C
amino hacia la casa cural del pueblo, con conocido por él y tan familiar últimamente para mí,
expectativa y curiosidad, voy acompañada de es un día soleado y son las 9:00 de la mañana. Des-
mi grabadora y un respeto profundo por la pués de caminar, al igual que los transeúntes que
historia que en pocos minutos llegará a mi vida para se mueven de un lado para el otro en el parque, le
hacerme testigo y parte de una memoria viva, que pregunto a Jhon Édison si ya desayunó, me respon-
sin conocer sus detalles ya despierta admiración de que no, así que le propongo que escoja un lugar
en mí. Veo a Jhon Édison salir de la casa cural. que le guste para compartir desayuno, él sonríe y me
Ante mí está un chico de 17 años, de estatura dice, pues vamos al Faro, comienzo a conversar y a
alta, contextura delgada, pelo negro, corto, y tez agradecerle por dedicarme un tiempo al bajar de la
trigueña, tiene una camiseta blanca y unos jeans. vereda, sonríe y escucha atentamente.
Carga unos papeles en su mano, apenas me ve Una vez llegamos al Faro, cerca del parque, nos
sonríe y hace un ademán con su cabeza, yo estoy sentamos frente a frente y pedimos huevos pericos y
emocionada… mis oídos ya quieren escuchar, mi café. Yo tengo hambre, necesito comer algo porque
corazón ya quiere acompañar. presiento que las memorias que vamos a compartir
Nos saludamos y comenzamos a caminar, pasa- van a ser intensas y dolorosas, así que necesito mi
mos el parque principal de La Palma, ese lugar tan estómago lleno para amortiguar el vacío.

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ecos e historias

Pongo mi grabadora en la mesa, cerca de él, la Llegamos al pueblo, atrás quedó el monte pero
prendo… y comienza a alumbrarse esta historia de sigue la confusión y el susto, no somos los únicos,
valentía, ausencia, muerte y perdón… Estamos en el aquí también hay otras personas del campo que fue-
Faro, la luz es infinita. ron desplazadas y obligadas a salir sin nada. La vio-
¡Hoy es él día! caminamos agitados, rápido, apenas lencia sigue su paso despiadado y no para… ¡Hola
está comenzando la semana y ya nosotros vamos casco urbano, llegamos!
monte abajo temblando del miedo porque nos están Rápidamente como una fumarola se empezó a
pisando los talones y si cogemos la carretera nos complicar la situación pues grupos de diferentes
matan... la alerta de aviso llegó hace ocho días como bandos se empezaron a matar unos a otros y ahí fue
una orden que rompe, congela y estremece la vida, cuando los civiles nos vimos afectados, fuimos muy
nos dijeron que si no salíamos nos asesinaban y ¡aquí confiados y nos engañaron como cuando vinieron
vamos! los españoles mostrándoles espejos a los indios para
Desde acá arriba todo se ve diferente, algunas ca- cambiarlos por el preciado oro. Ellos vinieron como
sas de nuestros vecinos nos despiden, veo monta- una especie de “ejército” que ayudaba a las personas
ñas, árboles y muchos verdes que siempre me han y fue por eso que la comunidad le abrió las puertas
acompañado y me han visto jugar, ser niño. Los de sus casas, porque ellos llegaron con piel de oveja
hombros de mi papá son mi medio de transporte y por dentro eran unos demonios completos, poco
pues voy a tuta, pero se siente distinto, esta no es a poco se les fue cayendo la piel y todos nos dimos
cuenta.
una tuta de juego y sonrisas ya que nuestra respi-
ración se entrecorta y los pasos de mi abuela y mi Aquí la lucha no se formó por política, aquí la re-
hermano mayor son acelerados ¿Que ésta pasando? belión fue más por terreno y por la tenencia de las
¿Por qué corremos? tierras, los grupos armados vinieron supuestamente

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crónicas y voces

a defender la población pero ya se creían dueños declarada. Al bus le tocó devolverse y dejarnos en
de las personas y de los campos, entonces, cuando donde pudo, quedamos en el hueco de montañas
se les quiso meter otro grupo a hacer lo mismo se y ahí se encendieron a plomo y bala, en medio del
armó la hecatombe. fuego cruzado sin saber qué hacer y escuchando el
ruido de la violencia en ráfagas interminables que
En medio de las miradas de susto y los silencios
mataban.
prolongados de la guerra, un héroe me acompaña-
ba y arriesgaba su vida por nosotros subiendo a la Duramos 8 días en el campo en medio de amena-
vereda cada vez que podía para traernos comida zas y con mucho miedo, así que decidimos volver al
que por aquí escaseaba, era muy peligroso por- pueblo y a los 6 meses de estar allí nos dijeron que ya
que mi papá me contaba que cada vez que llegaba todos podíamos retornar al campo. El dulce regreso
por allá a la entrada de la vereda se formaban esos que habíamos esperado tanto y ahora parecía que
bombardeos y le tocaba coger cafetales abajo para era una realidad, el dulce que a la vez era amargo por
evitar las plomaseras, varias veces él se vio en la todo lo que había sucedido allí años atrás.
muerte, la desafiaba. Como un corrientazo helado que quema a su
¡Y no era el único! yo también escapaba de la paso, la violencia me arrebató a uno de los seres más
muerte que rondaba por todo lado. Recuerdo ese importantes de mi vida, mi mamá. Mi abuela es la
día como si fuera ayer, llegamos en una buseta de que me cuenta toda la historia, ella es la narradora
la Santafé y nos tocó bajarnos porque en plena de esos sucesos dolorosos y terroríficos pues yo era
carretera habían puesto una caja de madera un bebé y mientras gateaba conociendo el mundo a
diciendo que era una bomba y que la tenían lista ella la estaban matando.
para los paracos, por allá estaba mandando la El 18 de diciembre del 1998 a las 7 de la noche, 9
guerrilla, así que la guerra con los paracos estaba disparos por la espalda silenciaron la noche y crea-

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ecos e historias

ron el vacío irreparable, mis abuelos estaban en la Liberación y tranquilidad siento al hacer estas
casa, mi mamá entró a la cocina y le pidió a mi memorias pues hay que hablar de lo que nos pasó,
abuela, a la que yo le digo mamá porque me crio ya que la violencia nos marcó a más de uno de los
desde pequeño, unas tajadas porque tenía hambre, palmeros porque como mi ejemplo de vida hay va-
mi abuela le fritó carnecita y tajadas, cuando ella rios, más de una persona sufrió lo mismo, también
le puso el brazo en el hombro sintió un disparo, mi le mataron a algunos de los padres. El impacto de
mamá se tocó y sintió un charco de sangre, enton- la guerra fue profundo por eso muchos niños se
ces le dijo a mi abuela: vieron obligados a tomar las armas, la misma vio-
−Madrecita me hirieron, estoy mojada. lencia los llevó a hacer parte de eso, por aquí hubo
mucho reclutamiento infantil.
Y mi abuela le contestó:
A veces me pregunto qué diría mi mamá si estu-
−Acostémonos mija… viera viva y creo que sentiría mucha felicidad por
En el segundo disparo yo entré gateando a la la persona de bien que soy, me siento alegre por lo
cocina reclamando lo que me estaban quitando a que he logrado y porque he podido hacerme car-
la fuerza con balas e intimidación. Pararon mien- go de mi abuela. Dios me ha ayudado a confrontar
tras mi abuelo me alzó y me sacó de la cocina, ahí los malos momentos que he tenido y a sobrelle-
fue cuando volvieron a disparar hasta que escu- varlos. Tengo sueños de terminar mis estudios de
charon que mi abuela dijo: “estas personas se me bachillerato para empezar una carrera. Perdonar,
tragaron a mi hija”, ¡mi mamá ya había muerto!, persistir y resistir, ese es mi ejemplo de vida ya que
nos despedimos entre ráfagas de dolor, sangre y si todo fuera fácil todo el mundo lo lograría, pero
desesperación ¡Fue mucho lo que yo pude haber siempre cuando tú vas a escalar un muro si tú po-
vivido con ella! nes mal el pie te vas a resbalar y te vas a caer, pero

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crónicas y voces

si tú sabes escoger los laditos huecos y empezar a arropa y me da seguridad. ¡Me gusta escucharla!,
escalar y a escalar, coronas el muro. estamos en la cocina dos sobrevivientes que fren-
te a frente se miran, se agradecen y se reconocen
Es necesario que en Colombia haya conscien-
en este espacio que algún día fue de horror y de
cia, comunicación y que todos pongamos un gra-
muerte y que hoy llenamos cada vez más de afecto
nito de arena para que haya paz, no hay que tener
y vida.
rencor con nadie y hay que saber perdonar porque
Si tú no perdonas de corazón no puedes tener una Sonrío y miro el cielo por medio de la reja.
paz interior. Mis pasos recogen a los que estuvieron antes
Estoy charlando con mi mamá como es cos- que yo y siguen estando conmigo.
tumbre, es una noche cálida y serena, su voz me ¡Voy acompañado! Hemos dejado huella…

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Acabaron con el cuerpo, no con la mente

Al final del viaje está el horizonte, de conversación. Su casa contiene los colores de la
al final del viaje partiremos de nuevo, esperanza, queda la semilla que sigue esparciendo
al final del viaje comienza un camino, paz pese al dolor, pese a la impunidad. Esta historia
otro buen camino que seguir cobra la importancia de recuperar la vida de un líder
descalzos, contando la arena. que no sólo fue ejemplo de lucha para su familia sino
Al final del viaje estamos tú y yo intactos. para una comunidad. Yeimis entre tanto recuerda su
Quedamos los que puedan sonreír
en medio de la muerte, en plena luz.
parecido f ísico con él y los sabios consejos que dejó,
él le decía:
Silvio Rodríguez. Cantautor Cubano −“La palabra tiene un valor y eso se respeta”.

H
Don Isaid o Pachito, como le decían de cariño,
ay cosas que no se me olvidan y marcaron mi llegó del Huila a Viotá y en medio de ese verde fértil
vida. Recuerdo que nosotras abrimos el ataúd y exótico encontró el amor en María Cenobia, una
de mi papá para ver el cuerpo, los tiros destru-
mujer sensible a la causa social. Se juntaron y como
yeron todo”. compañeros caminaron sendas dif íciles, alegres, las
Recreando la vida del papá de Yeimis, una sensa- que fueran necesarias en beneficio del pueblo. De
ción de hombre valiente y popular rodea la escena este amor surgieron semillas, la menor de ellas re-
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ecos e historias

belde, soñadora y pacífica, esa es Yeimis. Sentada mundo se enteró, quedó el testimonio. Al sobre-
en el sofá de su casa, trae a la memoria aquel suce- viviente del atentado le tocó vender la finca, pedir
so: “Mi papá se fue de aquí con unos concejales y asilo porque lo estaban asediando. Yo un par de ve-
con otro señor. Ellos estaban haciendo zanjas para ces lo defendí de los maltratos del ejército. Sentía
el sector más bajo del municipio, hacia La Victo- mucha rabia, les decía ¡me quitaron a mi papá! No
ria, La Unión y La Esperanza, lugares con situación teníamos con qué comer y la finca se deterioró. A
económica muy dif ícil. Lamentablemente, por esos ellos los mataron vilmente. Sé que recogieron los
momentos estaba El Negro Antonio, más otro señor cuerpos en helicópteros y los tiraron desde el aire,
que se llamaba “Giovanni”, los dos de la guerrilla, no bajaron los cuerpos sino que los lanzaron. Eso
con sus señoras. Alguien le dijo al ejército que esos fue entre Tocaima y Viotá, yo nunca he ido allá,
guerrilleros iban en el carro donde estaba mi papá. han pasado dieciséis años pero aún no estamos
Entonces el ejército les disparó, los masacraron. A la preparadas para volver a enfrentar eso, sentimos
única mujer que iba en el carro le llenaron la vagina los dolores que quedan ahí. Luego nos amenazaron
de cisco, a otro le echaron un ácido que corroe la y era la vida o seguir adelante con la denuncia, en-
piel, al único que quedó vivo le tocó irse porque lo tonces paramos.
amenazaron de muerte. El día del entierro fue impresionante, multitu-
Al abogado que mi mamá contrató, el Estado le dinario, ni el día del desplazamiento forzado hubo
dio más dinero y abandonó el caso, entonces lo ar- tanta gente. Ellos fueron muy conocidos porque
chivaron. Yo fui después al búnker de la Fiscalía a eran líderes comunitarios que iban por ideales no
buscar el expediente. Recuerdo el de una mujer que personales sino de toda la gente. Hubo militares vi-
fue testigo, el ejército la botó en un charco en la ca- gilando a ver si llegaba guerrilla, hasta en el cemen-
rretera, golpeándola le dijeron que no podía men- terio estuvieron vestidos de civil. Publicaron el 11 de
cionar nada, ni testificar lo ocurrido. Igual todo el noviembre del 99 en el periódico El Espectador que
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crónicas y voces

había sido un enfrentamiento, eso no fue nunca un taron cartas exigiendo justicia, su mirada se llenó
enfrentamiento. de valor para decirle no más guerra a quienes viven
A Yeimis se le fue uno de los grandes amores de ella u obedecen a ella. Las injusticias contra el
de su vida pero sus ideales la invadieron con más pueblo la hicieron llorar pero no la vencieron, se le-
fuerza, le pudieron más las ganas de soñar con un vantó. Hoy se pregunta, si existe vida más allá de la
país en paz que la sed de venganza, tuvo ganas de muerte ¿en qué habrá reencarnado su padre?, tal vez
matar, de lastimar y recordó que fue parida para en un ave que recorre caminos hacia la libertad, en
el amor y la justicia, su padre sigue en ella en sus árbol que abriga tranquilidad, en la sonrisa de sus
luchas, en los caminos que recorre con los jóvenes hijos cuando juegan con la inocencia de quienes no
buscando salidas a esta guerra tan cruel, acompa- conocen la maldad o en los jóvenes que llegan a ella
ñando a las mujeres que quedaron viudas como su esperando construir utopías.
madre. “Cada vez que había una injusticia frente a la co-
“Yo tengo en algún momento que dejar que él se munidad yo denunciaba. En esa época aún no estaba
vaya. Yo siempre lo llamaba, lo llamaba mucho, papá preparada para la defensa de los Derechos Huma-
no me deje sola. Aprendí en algún momento que él nos, ya ahora sí. Las mismas organizaciones sociales
tenía que despegar de este mundo, ya había hecho lo nos han formado acerca del respeto a la población
que había hecho, nos dio con mi madre la vida, nos civil, hacia un militar, que si necesita agua se la da-
formó, nos educó. Quiero seguir sus luchas como mos, demostrándoles que todos somos humanos,
cuando él fue joven” ahora ellos saludan, hoy en día no son como antes,
antes eran corpulentos, eran otro ESMAD14. Ellos se
El tiempo le ayudó a revisar sus heridas, el dolor dieron cuenta que la población no era la culpable.
de otros le hizo palpitar el corazón con fuerza, su
voz llegó a batallones militares, sus manos redac- 14 ESMAD -Escuadrón Móvil Antidisturbios.
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ecos e historias

Yo hablaba con los tenientes, les decía: “por qué Hoy esas semillas por un mundo justo y en paz
nos juzgan a nosotros si ustedes son los que aca- se esparcen, habitan en Yeimis, en sus hijos, en los
ban de llegar, la gente les tiene miedo”. jóvenes que van a su casa a preparar el baile, la
Ver esto nos inspiró para organizarnos como canción para una presentación y las danzas: “que-
jóvenes. Pues era morir o decir que no a las armas remos que Viotá sea reconocido no tanto por esa
y seguir luchando. Nosotros nos hemos sosteni- historia dolorosa, sabemos que vendrán mejores
do fuerte frente a muchas cosas que han pasado. generaciones. Queremos que los hijos generen
Creyendo y diciéndole a la gente que las cosas no otros cambios, que ellos no vean que la guerra sir-
pueden seguir así, las comunidades tienen que ve de mejor negocio. El que creó las armas no sé
cambiar, todo tiene que ir hacia la paz. En la bús- qué estaría pensando, tal vez fue la idea de acabar-
queda de la paz no hay que elegir más personas nos entre nosotros mismos. Los cuerpos han sido
que quieran guerra, personas que quieran más ne- destrozados por ellas, pero no han logrado exter-
gocio sobre la misma sangre”. minar nuestras mentes. Nuestros pensamientos
siguen vivos”.
Mientras despide de beso a sus dos hijos para que
asistan a la escuela, en su afán del día a día por dar Ya es casi medio día, debo irme de su casa y
lo mejor para ellos y para su gente, la admiro por- mientras me despido me invade una sensación de
que los golpes de la vida la han llenado de fuerza, su querer seguir luchando por un mundo mejor, de
espíritu se ha vuelto inquebrantable pero mantiene no rendirnos frente a tanta violencia. Yeimis ha
un corazón humilde; cuando habla de la comunidad dejado en mí las ganas de imaginar amor donde ha
los ojos le brillan y las sonrisas afloran. Su padre habido rabia y muerte, creo que mataron a su pa-
habita en ella y en los jóvenes que están ahí para dre pero con su muerte multiplicaron los sueños
gritarle al mundo que ellos merecen otra vida. de paz.

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Después del fin: la locura de la guerra

Buenos días memoria terca,


Esa tarde me demoré un poquito porque yo es-
buenos días sangre seca,
taba tostando café y eso es cañoso. Cuando bajé a
buenos días hueso acostado,
la carretera vi una señora llorando, ella fue la por-
buenos días aire sin mano.
tadora de esas palabras que me helaron la sangre y
(Pensar en hacer burbujas con el corazón ahogándose)
que me hicieron entrar en shock, no podía hablar ni
Jaime Sabines
llorar, me suspendí en el frío del dolor. El tiempo se
detuvo y los gritos que al principio eran ahogados

E
comenzaron a escucharse desesperados carretera
stá lloviznando, toda la tarde ha estado gris, abajo, ¡Dios mío! Fue una noche larga, no pude dor-
es triste este día, no parece diciembre pues la mir, el miedo me apretaba el corazón.
calidez se ha ido y los gallos están cantando
con desgano, sin ánimo. Mataron a Astrid. A ella Aburrida, así se sentía Astrid, eso me dijo dos
también le pasaba lo mismo que a mí, pocos la días antes de que la mataran, quería irse porque en
querían en la vereda, todo el mundo la trataba de la noche escuchaba pasos y ruidos en la casa, sentía
chismosa y de la mala del paseo, ella sabía lo que temor de lo que le pudiera pasar, pero dijo que no se
era ser señalada y juzgada, por eso nos volvimos iba porque quería a bautizar a Diego, su hijo menor,
confidentes, ¡alma bendita! el Sábado siguiente. Ese día me regaló unas cosas, se

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ecos e historias

comenzó a despedir y no me di cuenta, nunca pen- lado o que les laváramos ropa, pensándolo bien…
sé que le fuera a pasar nada malo. Entre los regalos no era un pedido, era una orden pues vivíamos bajo
había unos casetes, en ese entonces no había cds, y su dominio. Los muertos abundaban, por aquí y por
una blusa, que la hermana le había traído y que no le allá se enfrentaban y se mataban, se escuchaban las
gustaba, me la dio para que así tuviera un recuerdo ráfagas de balas por encima de nuestras cabezas y
de ella, sin imaginarse que ya de por sí, ella para mí uno aguante, cerrando los ojos y apretando los la-
era inolvidable, su recuerdo permanecería por siem- bios para que todo se acabara.
pre.
De 6 de la tarde a 6 de la mañana, había hora-
Soporté el velorio y el entierro a punta de sedan- rio especial para nosotros: toque de queda, de no-
tes, yo no me podía desprender de ella y Astrid no che no se podía movilizar uno para ninguna parte,
dejaba que yo me le quitara, tanto así que su voz me no podíamos casi ni salir de la pieza, teníamos que
acompañó en sueños y hasta cuando pasaba por su apagar luz y acostarnos porque era una orden de la
casa, esa fachada que en letras negras decía visíteme guerrilla y también del ejército, entonces le tocaba
sin chismes. a uno quedarse quieto y petrificado en la casa, nada
Pstt, psst, me pispeaba como siempre lo hacía. A de salir corriendo porque era más peligroso, mis
ella la mataron por la carretera, su cuerpo quedó re- respiraciones eran tenues y a veces entrecortadas,
tratado en el piso, una mezcla de sangre y arena, la me daba mucho pánico pues mi casa en esa época
silueta de la muerte. estaba cercada en guadua, se escuchaba y se veía la
pólvora de la violencia.
Eran los tiempos de la violencia porque ya estaba
la guerrilla aquí, ya habían empezado a coger poder La zozobra seguía, crecía. Un Sábado estaba ha-
acá, llegaban a las casas y nos pedían que hiciéramos ciendo el almuerzo cuando vi llegar la policía a mi
almuerzo, que les trajéramos cosas de algún otro casa, ahí me enteré que tenía una denuncia en la fis-
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crónicas y voces

calía de Bogotá por desaparición forzada y rebelión, Todavía siento momentos de mucha rabia y dolor,
dos palabras que no tenían mucho sentido para mí, aún en La Palma me dicen guerrillera, me señalan y
me acusaban de ser guerrillera, eso fue un baldado yo nunca supe qué era tener un fusil en la mano, les
de agua fría, como el metal de las esposas que me cogí fastidio a las personas que me han hecho la vida
colocaron en las manos. Fueron días largos en la ins- imposible, a raíz de todo eso me comenzó la crisis
pección, momentos de llanto, sentí morirme, man- nerviosa.
tenía dopada con pastas e inyecciones y durmiendo Un sabor amargo es algo que uno no puede pa-
en un sofá. En medio de esa situación había algo que sar, que se queda atorado en la garganta y por más
me tranquilizaba un poco, el agua de coca -de un que se intente… por más fuerza que uno haga, no se
cultivo que habían cogido- que me hervía uno de los pasa.
policías, me la tomaba y sentía que asimilaba más
las cosas. Nuevas oportunidades traen estos días, es tiem-
po de sanar las heridas y empezar de ceros, es dif ícil
Ese Miércoles esperé desde la 5 de la mañana que hacerlo pero me lo voy a proponer: − ¡tengo una vida
llegara la respuesta y a las 11 de la noche, cuando por delante y hay que vivirla!− Eso estoy haciendo,
yo estaba dormida, escuché una voz de alguien que camino loma arriba y loma abajo recorriéndome la
hablaba grueso y decía: venga Nubia que le llegó su vereda para asistir a reuniones y talleres, me gusta
moral, algo dentro de mí me decía: usted se va a ir representar a la comunidad, ahora hago parte de
de acá hoy. Me habían dado detención domiciliaria, una asociación de desplazados y trabajo con perso-
la investigación seguía, y saber que precisamente era nas de Rionegro, La Hermosa y parte de Potrero, el
por la desaparición del hijo de Astrid que me acu- recorrido continúa.
saban, yo fui una de las últimas personas que lo vio A ratos me dan ganas de irme, de salir corriendo,
subir loma arriba. otras veces de quedarme y probar el sabor a mango,
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ecos e historias

esa sensación dulce que me permita pasar los tragos cuando? La guerra daña, enloquece, paraliza, rom-
amargos. pe, de eso puedo dar fe…
El fin de semana pasado me fui a la gallera con En Mariana veo la vida renacer, ella es un im-
Jenny y estuvimos hasta las dos de la mañana, me pulso para mis pies. Este no es el fin, por lo menos
sentía relajada, la pasamos bien, se me había olvida- no para mí, me la sigo luchando en cada respiro…
do lo que era eso ¿por qué no ir a fiestas? ¿Por qué Las huellas son profundas, la valentía viene con-
no darme gusto en lo que quiero? ¿Si no es ahora, migo.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Gracias a Dios estamos vivos...


y con ganas de seguir viviendo, ¡de verdad que sí!

W
ilfrido Rodríguez es un hombre recio y años de liderazgo pasó a ser el presidente de la junta
lleno de vida, sus manos son las de un de acción comunal de Piamonte, corregimiento
campesino que ama arar la tierra. Casi ubicado en el corazón del Urabá antioqueño y al
siempre usa ropa de colores claros que resaltan su que todos llaman Tie. Dicho asentamiento, hoy
tez morena y contrastan con la blanca sonrisa de la un pueblo fantasma más que otra cosa, estaba
cual constantemente salen alegres carcajadas; él se conformado por aproximadamente 400 viviendas
ríe de la vida, se ríe de haberle huido tantas veces habitadas por familias campesinas, que con trabajo
a la muerte. comunitario y sin un centavo del Estado, lograron
Nació hace 56 años en Turbo, Antioquia, lugar poner el acueducto y el alumbrado público.
del que tuvo que salir huyendo junto a su esposa, la Allí todos se conocían con todos, jugaban
bebita que una cuñada les había dejado a su cuidado fútbol, tomaban trago de vez en cuando y también
y que ellos adoptaron como hija, y una centena sembraban plátano que exportaban a Estados
de campesinos más. La avaricia y la sed de sangre Unidos y Europa. La vida pasaba tranquila en
les habían arrebatado el paraíso. Su trabajo social medio de las parrandas, la gritería de los niños y el
comenzó cuando apenas era un adolescente que aún canturreo de las mujeres…hasta que comenzaron a
no había terminado la primaria, y luego de algunos aparecer muertos… muertos y más muertos…
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ecos e historias

Wilfrido dice: taban los guerrilleros. Aterrorizado el hombre llamó


−Para coger al pez hay que secar el agua, −y tie- a don Pedro, otro líder comunal y padre de Wilfrido,
ne razón, el pez eran las fincas fértiles, el níquel, el con la esperanza de librarse de aquella tortura, pero
oro, el cobre, el aluminio. El agua que había que se- el cálculo salió mal. Y así, no solo ellos dos, sino to-
car era la vida de los campesinos. Las masacres sin dos los que pertenecían a la junta de acción comunal
tregua tan solo fueron una pantalla para hacer salir resultaron amenazados.
a la gente, a los nativos, a los que vivían ahí, con el Poco tiempo después la guerrilla montó un retén
propósito de que unos cuantos se apropiaran de la afuera del pueblo y regó panfletos: era el frente 57
tierra… ni guerrilleros, ni terroristas ¡aquellos que de las FARC. Un incauto que pasaba por allí tomó
murieron no tenían velas en el entierro! Los milita- uno de ellos y lo guardó en su bolsillo. Dos meses
res y los tangueros, matones a sueldo que recibieron más tarde, ejército y paramilitares llegaron al corre-
ese primer mote gracias al lugar donde tenían su en- gimiento en una camioneta ruidosa ostentando sus
trenamiento, la finca Las Tangas de propiedad del ametralladoras. El muchacho que tiempo atrás ha-
máximo líder paramilitar colombiano, Carlos Casta- bía guardado el panfleto y que a la postre tenía un
ño, llegaban juntos. A ellos se les distinguía porque retraso mental, al verlos se asustó y salió corriendo,
utilizaban un sombrero particular y cuchillos a cada le dispararon con una M60 y prrrrrr, lo mataron. Al
lado de sus piernas, además ellos mismos se pre- requisarlo encontraron el impreso ¿y qué hicieron?
sentaban como los “mochacabezas”. Y así, lancetas Fueron a una tienda, cogieron un par de botas, un
y armas en mano, empezaron a tomarse la región. camuflado, una pistola y con eso lo vistieron y lo
Un día, al que por entonces era el presidente de la llevaron para Necoclí. Lo presentaron como el co-
junta de acción comunal, lo cogieron en su casa con mandante del frente 57 de las FARC. Wilfrido y el
un martillo, amenazaron con machacarle la punta entonces inspector de policía fueron al municipio
de los dedos de sus manos si no les decía dónde es- vecino para desmentir tal acusación, y luego de mu-
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crónicas y voces

chos ires y venires los militares admitieron que era tina, llegaron dos comandantes, uno era del ejército,
una equivocación. De igual forma mataron a Jairo el otro paramilitar.
Osorio porque borracho se había puesto a decir que
−¿Están tomando cervecita? −dijo uno de ellos,
era guerrillero… lo que hacen los tragos, porque él
de guerrillero no tenía ni la pinta. Le raparon la ca- −Sí, aquí refrescándonos −respondió Wilfrido.
beza, le dieron unos cuantos balazos y lo tiraron en −Bueno –replicó el paramilitar−. Están muy con-
la plaza del pueblo. El Negro Jesús Graciana se salvó tentos, no se sabe mañana como estarán.
de puro milagro porque también lo querían incul-
par. Una tarde que él venía de hacer su jornal el ejér- Los perros aullaban por las noches mientras la
cito lo detuvo en un retén, le pusieron una lona en zozobra se instalaba en cada hogar; el desasosiego y
la cabeza y lo llevaron para una finca que quedaba a la ansiedad comenzaron a ser pan diario, la angustia
las afueras de Tie, lugar donde los militares acampa- congelaba el corazón.
ban. Wilfrido y los otros amigos se dieron cuenta, se −Ajá, un día de estos nos sacan y nos matan.
apresuraron a reclamar su libertad al comandante
del batallón y fue tanta la insistencia que entrada la El éxodo comenzó cuando los paramilitares se
noche lo soltaron, claro, no sin antes haberle hecho tomaron el pueblo. Setenta y cinco hombres con ca-
unas cuantas injurias y amenazas. muflados del ejército y unas barbas que parecían del
diablo llegaron con lista en mano. El objetivo: eli-
La declaración de inocencia del muchacho acu- minar a los fichados. Despuntando el alba llegó un
sado de ser un alto mando guerrillero, así como la li- compañero a la casa de Wilfrido:
bertad del Negro Graciana y el haber sido testigo de
más de una decena de muertos, fueron una senten- –Toc, toc, hermano pilas, que llegaron, se metieron.
cia de muerte para Wilfrido. Una mañana calurosa Ese mismo día Wilfrido y un hermano tenían que
en la que él tomaba trago con un amigo en una can- preparar un embarque para el extranjero, así que se
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ecos e historias

fueron temprano en la mañana para la finca a pegar dre enfermó de tristeza y pena moral. La hermana
las cajas para meter los plátanos. Rosa, su esposa, se menor de Rosa quedó traumatizada y se sobresalta
quedó en la casa. A las tres de la tarde se anunció si escucha un ruido duro. No hay palabras que des-
lo que todos ya sabían pero se resistían a creer: en criban la tragedia. Un silencio sepulcral se adueñó
el pueblo los paramilitares los estaban preguntando, de los recuerdos.
venían por todos los miembros de la junta de acción En Cartagena la familia volvió a hacer su vida.
comunal. Las mujeres que se habían quedado en el Wilfrido se hizo miembro de ANDAS (Asociación
pueblo al cuidado de los niños decidieron irse. Aho- Nacional de Ayudas Solidarias) y continúa su labor
ra sí la cosa estaba grave. Los hombres escondidos comunitaria porque como él mismo dice:
en el monte, en espera de que se calmara la marea,
al saber de la notica también resolvieron dejar todo. −Si ya estoy caga’o, pues me sigo cagando.
En pantaloneta y chanclas, Wilfrido llegó a Turbo. Volver a su terruño no era una opción, y de algo
Un tío suyo lo acogió y le dio comida, él no había tenía que vivir. Pero esa terquedad de seguir traba-
ni desayunado. Rosa y la bebé de brazos llegaron a jando por él y por los suyos selló nuevamente su des-
Apartadó a dónde un cuñado. Allí duraron tres me- tino. Una tarde en la que iba en un bus con una com-
ses. Conciliar el sueño se tornó una tarea imposible. pañera que ahora está exiliada en Venezuela, porque
De Apartadó salieron para Cartagena y allá la fami- por poquito y la borran del mapa, un tipo con cara
lia se reencontró. Era el 13 de noviembre de 1995. de matón se montó en la misma buseta en la que
En diciembre torturaron y asesinaron al padre de ellos estaban, mientras otro los seguía en una moto.
Rosa. En enero el turno fue para uno de sus herma- Confiado en su intuición, en un “romboy”, Wilfrido
nos. En total murieron cuatro miembros de la fami- aprovechó la polvareda y el trancón típico de Carta-
lia de Rosa: su taita y tres hermanos, a un cuarto lo gena para tirarse del carro. Corrió como alma que
desaparecieron y aún no se sabe dónde está. Su ma- lleva el diablo y logró escabullirse de los asesinos,
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crónicas y voces

quienes no se percataron de tal osadía. Apenas al- finca lloraron de impotencia y de rabia, pero Wilfri-
canzó a llamar a Rosa para que le llevara la maleta do se impuso, ellos no iban a morirse de hambre en
al terminal. De nuevo tenía que huir para salvar su Bogotá. En la urbe él no sabía cómo defenderse, en
vida. Setenta y dos horas después estaba en Bogotá, el monte era otro cuento. Jornaleó, crio pollos, cui-
rebuscándose unos pesos para pagar la dormida en dó fincas, achicó ganado, sembró maíz y fríjol. Rosa,
una pieza. su compañera, su escudera y Verónica, su niña y luz
La necesidad los volvió artesanos. Wilfrido traba- de sus ojos, le volvieron a coger amor al campo.
jaba la madera. Rosa tejía bolsos con costales de fi- Hoy en día, después de muchas correrías, de que
que. Ambos vendían sus productos en los Mercados no volvieron a recibir amenazas ni a huir porque
Campesinos gracias a que un amigo les había dejado alguien los persiguiera, la familita tiene una finca
un estante para que hicieran algo de plata. La familia en la vereda Puerto Brasil, y aunque las marcas de
aguantó un tiempo en la capital, pero para un cam- la violencia son profundas e indelebles porque se
pesino la ciudad asfixia. Wilfrido decidió regresar al tatúan en la piel, en el corazón y en el alma, la pro-
campo, trabajar la tierra, volver a echar raíces. Viotá mesa de un nuevo amanecer los llena de optimis-
se convirtió entonces en un anhelo, en la promesa de mo. Viven ahora rodeados de perros, gallinas, pája-
un nuevo comienzo. Le ofrecieron limpiar unos ca- ros, flores, palos repletos de mango y montañas de
fetales, y el pescador, vendedor de limón, de yuca, de colores que cubren el infinito. Esta familia le sigue
cerveza, de peto, de patilla, de piña y ahora también apostando al trabajo cooperativo, el cultivo sin quí-
artesano, quien llevaba años sin coger un machete, micos, la defensa del territorio y de las culturas an-
aceptó sin remilgar. Trabajó sábados, domingos, cestrales, la soberanía alimentaria, la necesidad de
días de fiesta, trabajó sin descansar porque luego de organizarse. Este hombre, curtido por una guerra
que un campesino sale de su tierra no hay tiempo que no era suya, está convencido de que con creati-
para eso. El día que su hija y su esposa llegaron a la vidad y constancia podemos idearnos formas para
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ecos e historias

aguantar los chaparrones del conflicto armado, que Así pues, si aquel al que le mocharon la vida como
no han sido pocos. Para él, no basta con taparle la a un árbol cuando es talado tiene las agallas de per-
bulla a los fusiles, pues si no hay justicia social la donar y reconstruir su vida, no una ni dos veces,
idea de paz se diluye fácilmente entre los dedos. quizá aún no todo está perdido. La dignidad se hace
Así, insiste en una reflexión: oír, insiste, como insisten los amaneceres que traen
sosiego a este hombre que me comparte su historia,
−Los que nos enseñaron fueron muy claritos, tan única y a la vez plural. Rebosante de esperanza,
tenemos que aportar, y cuando aportamos al pro- Wilfrido me recuerda que mientras estemos vivos
blema todos nos beneficiamos. Si hay cosas malas nuestra existencia tiene el propósito de hacer de este
en ti o en mí, saquemos las cosas malas y avance- un mundo donde quepamos todos, donde las sonri-
mos. sas y la camaradería alegren los corazones.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Una historia de lo antepasado

Recuerde el alma dormida, edad, delgado, de tez trigueña, manos fuertes, voz
avive el seso y despierte, serena y tenue sonrisa. Me invitó a su casa y me
contemplando cómo se pasa la vida, alcanzó una silla. Mi rostro, sonrojado y salpicado
cómo se viene la muerte tan callando; de goticas de sudor suplicaba calladamente un
cuán presto se va el placer, momento de descanso, había caminado una hora en
cómo, después de acordado, da dolor; subida a pleno rayo de sol.
cómo a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado fue mejor.Pasados cinco minutos retornó mi color habitual
y desapareció la agitación de mi respiración. Al rit-
Jorge Manrique mo lejano de una ranchera don José preparó un café,
luego empezó a contar su historia.

E
n una mañana soleada caminaba por la vereda Pues yo les contaría de cuando nosotros nos em-
El Potrero rumbo a la casa de José Sérvulo pezamos a criar. Hacia los dos y tres años ya nos po-
Moyano. El olor a naranja y guayaba hacían nían a coger café porque era mucho el desperdicio,
presencia en el recorrido, perros y gatos salían a en ese tiempo era bastante el café, un café bueno,
orillas del camino. Al tocar la puerta de la casa, salió sanito, era café árabe, se cultivaba sin insumo algu-
José Moyano, hombre amable, de unos 74 años de no, no tocaba fumigarlo ni abonarlo.
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ecos e historias

Yo estudié hasta quinto de primaria y empecé a mo vivían 5 personas porque en ese tiempo no había
trabajar desde los 5 años pa’lante porque los papás ningún control para la natalidad. Eran épocas donde
de uno lo acostumbraban. En mi hogar fui hijo y pa- las cosas eran muy baratas, pagábamos con mone-
trón de casa porque mi padre murió un mes antes das, la plata alcanzaba para todo, lo que no pasa hoy
de mi nacimiento. Crecí entre trompos de madera en día, ahora todo es más caro y más escaso.
y cafetales, descerezando, moliendo y rozando junto En esta región, antes de empezar la violencia bi-
a mamá y el tío Gustavo Moyano, nacidos y criados partidista se empezaron a ir los muchachos para Bo-
en La Palma, personas muy trabajadoras que me en- gotá a buscar trabajo, primero se iba el mayorcito y
señaron los oficios del café, la molienda y la arriería. luego venía por los menores, y así, día a día, los cam-
En el tiempo que nosotros estudiábamos, había pos fueron quedando solos. Mientras uno observaba
escuela para mujeres y varones y eran dos jornadas, cuando se iba la gente, alistaba las bestias e ingresaba
en el día entrabamos a las 8 de la mañana al salón y por las trochas que formaban laberintos en la espe-
salíamos a las 11:30 pa´ la casa, volvíamos a la una de sura de las montañas.
la tarde. La escuela de varones era una casa grande y La carretera que va de la vereda La Hermosa a la
añeja, construida con estantillo, madera de istapa y escuela de la vereda El Potrero la construyó el de-
guayacán. Esa escuela ya no existe, tampoco las ma- partamento de Cundinamarca, a cargo de Roberto
deras, palos anacrónicos, hierro de la época. La nue- Cáceres Bolaños, alcalde que tenía familia palmera,
va escuela fue construida por el Comité de Cafeteros eso fue hacia octubre del año 1979. Desde esa fecha
hace 30 años, con cemento y ladrillos a diferencia de empezaron a hacer varias trochas y se hizo común
nuestras casas de bareque, estantillo y piso de tierra.
ver subir carros con materiales para arreglar y mejo-
Cuando tenía 10 años había un promedio de 96 rar las casas, lo cual trajo una brisa de modernismo
familias en la vereda El Potrero y en cada casa míni- al campo.

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crónicas y voces

La luz eléctrica llegó mucho más tarde por cuen- nito, una despensa. La plaza de mercado era donde
ta del Comité de Cafeteros, primero echaron la lí- hoy es el parque principal. Los días jueves y domingo
nea del punto de la curva hacia la vereda El Hor- había arracacha, aguacate, plátano, yuca, maíz seco,
tigal, luego llegó a la vereda de La Hermosa, y de mazorca, cachipay y panela, eran arrumonunones
ahí sacaron la luz para las veredas de Rionegro y El de comida que tendían en el suelo sobre costales. La
Potrero. No me acuerdo la fecha exacta, pero lo que carne la colgaban en unas casetas blancas y la pesa-
sí recuerdo era que de niño no había luz, usábamos ban en unas balanzas diferentes a los pesos de ahora,
petróleo, lo compraba en la tienda de Don Esteban hoy en día hay famas y las balanzas son modernas.
Triana, hombre amable y trabajador, él lo vendía en Don Antonio Chagra fue alcalde de La Palma, te-
botellas para que nos quedara más fácil hacer lám- nía un almacén en el pueblo ubicado donde hoy en
paras de frasquitos. día es la notaría, él duro varios años en la alcaldía.
En ese tiempo nos tocaba ir al pueblo a pie o a Recuerdo que mandaba a los comisarios de cada ve-
lomo de mula, salíamos a las 5 de la madrugada y lle- reda con instrucciones de abrir caminos y reunirse
gábamos a eso de las 9, por trochas y barrizales, a ve-con la comunidad. En esa época entre todos abría-
ces nos gastábamos más tiempo, sobre todo los días mos las trochas, los de rocería iban adelante, luego
jueves y domingo porque la gente llevaba las cargas venía otra gente atrás con picas y azadones, tapando
de café, cacao y plátano. Recuerdo que había días en huecos y destapando cunetas.
que los costales y las mulas llegaban irreconocibles Para mí La Palma fue un pueblo cafetero, era una
del barro caprichoso que formaba arabescos. maravilla, una belleza, no había violencia, ya de úl-
La Palma fue fundada por Antonio Toledo. Re- timo vinieron dos violencias y todo fue cambiando.
cuerdo que hubo un teatro que recibió su nombre, El pueblo tenía mucho comercio a diferencia de hoy
todo eso alcanzo a recordar, era un pueblo muy bo- en día que las ventas son pocas. Antes los palmeros
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ecos e historias

éramos muy dedicados al trabajo, nos levantábamos los cafetales daban fruto sin necesidad de abonarlos
a las 4 de la mañana a afilar la herramienta y alistar o fumigarlos. Las cosechas eran dos al año, una en
el guarapo, a las 5 salíamos a trabajar y llegábamos marzo, abril y mayo y la otra en septiembre, octu-
a casa a las 6 de la tarde. Hoy las cosas son distintas, bre y noviembre. Las cosechas dejaban plata para el
uno trabaja un ratico y dice: “ya pa’ qué me friego obrero, para el dueño de tierra y para todo el mun-
tanto”, “está haciendo mucho calor”, “se va a poner do por las cantidades de café, y hasta nos quedaban
a llover”… Antes, llueva, truene o relampaguee, uno unos pesos para comprar un animal.
seguía trabajando, se echaba un costal encima por- La vida en la vereda era mejor que hoy en día, ha-
que no se conocía el plástico, no lo había, y hágale y bía más comprensión en la gente, nos visitábamos,
desgrane café… qué diferencia de un tiempo de esos había bastante maíz, ahuyama, café, nupas, barulles
a los de hoy. y frijol. Cuando llegábamos a las casas de los veci-
Siempre me gustó el oficio del café, es lo más nos, no faltaba el plato de frijol con arepas para las
bonito que puede haber comparado al trabajo de la visitas. Esa costumbre se perdió, incluido el cachi-
molienda que es muy esclavizante. Actualmente hay pay que nunca se volvió a ver, antes era una maleza
una enramada comunal en cada vereda, pero la caña y la mata que menos cargaba daba de 15 a 20 frutos.
es poca, ahora solo son dos o tres días de molienda, La cosa empezó a cambiar hacia el año 1950.
antes eran semanas. Todo empezó a aminorar, la parte económica para
Otros cultivos fueron el aguacate, el naranjo, el las familias se hizo más dif ícil a causa de la esca-
mandarino y el fique, a todos les cayó una maleza y sez de alimentos, la plaga del cachipay y la violencia
de un momento a otro se murieron. Antes los palos bipartidista que dejaron una estela de desolación
duraban mucho, ahora son muy delicados debido al y tristeza en los campos. En las veredas la violen-
uso de abonos químicos en la tierra. Recuerdo que cia entre liberales y conservadores se agudizó con

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crónicas y voces

la muerte de Jorge Eliecer Gaitán en el año de 1948 Tolima, que por liberales, los mataron en un cami-
y finalizó hacia el año 1953 cuando tomo el poder no. Después de esta fecha la gente poco a poco salió
Rojas Pinilla, ahí la gente que se había ido para mu- a trabajar y volvió al pueblo.
nicipios como Zipaquirá, Pacho y Bogotá retornó en La violencia entre liberales y conservadores y la
compañía del ejército. del año 2000 fueron diferentes, la primera se dio
La vereda El Potrero era liberal y la de Hinche más entre grupos políticos, en cambio la del 2000
conservadora. Para esa época en las lomas de las fue contra la gente, la guerrilla y los paramilitares se
montañas más altas de cada vereda colocaban ban- metieron con todo el mundo, le robaban las cosas a
deras azules y rojas para ofender a los de la otra ve- la gente y todos sin derecho a decir nada. La guerri-
reda. Yo estaba muchacho en ese tiempo, en el día lla fue entrando poco a poco. Al principio mante-
se trabajaba y en la noche se buscaba un sitio estra- nían en el monte y vestían de civil pero para el año
tégico en el monte para dormir, bien oculto, íbamos 2002 ya se veían grupos grandes caminando por las
varias familias al monte porque en ese tiempo era veredas. Tenían lugares donde llegaban y nos decían
común que le metieran candela a las casas que eran que no podíamos divulgar que estaban allí, andaban
de palmicha, eso fue muy duro. de noche para que no los vieran, venían de varias
Nosotros duramos así del año 1951 al año 1953, regiones del país, hasta del Chocó, y nunca andaban
yo no me fui porque mi mamá quería quedarse, re- por las casas de la orilla del camino.
cuerdo que no podíamos salir por los caminos y si Poco a poco a las filas de la guerrilla se fueron
lo hacíamos tocaba con mucho cuidado o si no lo uniendo personas de las veredas y de la provincia de
desaparecían o lo mataban. Esa violencia fue muy Rionegro, la mayoría engañados con la ilusión de un
dura para la gente. Recuerdo que el 13 de febrero de buen sueldo y un pedazo de tierra. Luego uno se en-
1953 mataron a 9 personas en la finca de Don Carlos contraba a los que tiempo atrás fueron sus vecinos

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ecos e historias

con camuflado y fusil al hombro, y como muchos Pantaleón nos contaba que daba tristeza ver todos
eran de las veredas era fácil para la guerrilla saber los muertos que traían en bolsas y costales, algunos
quién tenía y quién no. venían hechos pedazos, nunca se supo si eran de la
guerrilla o civiles y muchos quedaron como N.N. ya
Una vez llegaron 15 muchachos, todos de corta
que nadie los reclamó por miedo.
edad, de 9 y 10 años, parecían niños de la escuela, a
ellos los iban entrenando. Cuando nos fuimos a Bo- Cuando yo sentí que la guerra estaba muy avan-
gotá ya estaban extorsionando a la gente, llegaban zada, iba y dormía donde mi vecino Eduardo, nos
a eso de las 6 y 7 de la noche para que les dieran la reuníamos varias personas de la vereda. Mientras
mitad de la venta de las reses, el café o la molienda. todos estábamos en silencio durante aquellas no-
Entre más días transcurrían, se crecían los grupos ches de miedo y terror, los unos en una casa y los
de la guerrilla, el Frente 22 de las FARC y el Policar- otros en el monte, escuchábamos pasos y tropeles,
pa Salavarrieta. Entre ellos no se peleaban a pesar de con gran fortuna a la casa nunca entraron.
que tenían uniformes diferentes. Los del Policarpa En ese tiempo nadie trabajaba y todos vendían
Salavarrieta eran más jóvenes, usaban boinas, y los los animales. La gente decía para qué nos ponemos
del Frente 22 eran guerrilleros viejos que instruían a a trabajar si toca entregárselo a otros, y así empezó a
los menores en la guerra. decaer la agricultura, no quedó fue nada.
Cuando nosotros salimos los paramilitares y el De La Palma salimos el 20 de septiembre del
ejército empezaron a coordinar operaciones para 2002, fueron bastantes las veredas que desalojaron
acabar con la guerrilla. Para esos días todos los gru- los paramilitares. Yo estaba resistido a irme, a de-
pos daban orden de salida a la población y era común jar la casa, las cosas, un material de construcción y
los bombardeos a los campamentos de la guerrilla mi herramienta. Yo vendía cerveza y gaseosa y tenía
y el asesinato de insurgentes. El sepulturero Don como 60 canastas de envase pero no podíamos sacar

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crónicas y voces

nada porque nos decían que era para la subversión, de sus labores de inteligencia ya sabía del plan de
solo pude sacar 5 gallinitas, sacándolas de una en la guerrilla y voló la casa.
una. En ese tiempo yo vivía con una sobrina, Ruby, Cuando volaron la casa no quedó nada, que-
que tenía 2 hijas. Recuerdo que antes de empeorarse daron algunos pedazos de tela, perdí todo, no se
la guerra le dije que se marchara con las niñas por- pudo rescatar nada, con la destrucción de mi casa
que la cosa estaba color de hormiga. desaparecieron muchos recuerdos y pertenencias
Para septiembre del año 2002 los paramilitares de mi familia. Recuerdo una fotograf ía de la pri-
pusieron una orden y nos dieron 24 horas para ir- mera comunión que guardaba en un baúl de ma-
nos, alcancé a sacar unas mudas de ropa y a las 5 dera, dentro de un libro en la que aparecía con mi
de la mañana cogí flota camino a Bogotá. Ese día mamá y mi hermana, esa foto ya no existe, a uno
aseguré con candado la puerta y dejé mi casa a la con el afán de salir se le olvidan muchas cosas, no
voluntad de Dios, sin saber que sería la última vez hubo tiempo de sacar nada… Para mí esa fotogra-
que la vería. f ía era una gran cosa, ahora es un recuerdo al que
Perdí mi vivienda el 12 de junio del 2003, to- me aferro diariamente para no olvidar los rostros
davía se ven los cimientos al lado de la escuela de de mi mamá, mi hermana y el mío cuando éramos
la vereda El Potrero, eso lo hizo la guerrilla para niños.
atentar contra la tropa del ejército que recorría Los años después del desplazamiento forzado
esos caminos. Los guerrilleros sabían que donde del año 2002 los viví en Bogotá junto a mi única
estaba mi casa era paradero de los soldados enton- hermana y mis sobrinos. Después de la muerte de
ces la dinamitaron. Un amigo me llamó a Bogotá y mi hermana en el año 2005, mis sobrinos cons-
me avisó que la casa estaba cargada, que no fuera a truyeron una casa en la vereda El Potrero donde
regresarme. Para ese momento el ejército a través actualmente vivo. En el 2007 decidí regresar a La

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ecos e historias

Palma, uno sentado y aburrido en una casa en Bo- tocaba como al niño, se calla o le andan más duro. La
gotá, sin hacer nada, en cambio acá puedo ir donde gente antes tenía y se ayudaba, ahora no se consiguen
don Eduardo, hago tres viajes a las corralejas, cami- obreros. La yuca y el plátano se siembran como para
no, entrego y cuido pollos, todo eso no deja que uno el gasto diario no para la venta. Sin embargo, mien-
se aturda y aburra. Yo digo que la venida de esa gente tras tengamos fuerzas, no nos debemos dejar decaer,
fue la llegada de la ruina. Ahora ya no hay gente que se debe hacer el esfuerzo, coger el azadón, ayudar al
trabaje, son pocas las personas. En la guerra todo el vecino y luchar hasta el día de la muerte.
mundo sufre, hasta los animales los cogían a bala y Para mí la paz es tranquilidad, vivir sin zozobra
tuvieron que aguantar hambre por la partida de sus ninguna y sin censura, hacer las cosas sin usar la vio-
dueños. A uno le da duro saber que mataron a un lencia, como estamos ahora. Siento que en la vereda
vecino pero en el instante no se podía protestar, le vivimos en paz.

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crónicas y voces

Por mi hermano, por mi familia y por mí…

N
ieves, mujer de sonrisa grande, que miras con zarla con lo particular, como en tu caso. Para él eres
ternura y con gratitud a la vida. De contextu- una guerrera que se enfrenta a gigantes, resistiendo
ra pequeña, capaz de dar abrazos poderosos a pesar de todo, como tú dices: “Hice mucho, pregun-
que alimentan el espíritu. Abrazos nutridos por tu té y busqué, luché y llegué. Si no hubiera hecho eso
resistencia, por esa lucha que evocas y llena tu me- nunca habría sabido qué paso con mi hermano. Hoy
moria. Memoria de ese hombre que marcó su nom- sigo buscando, por él y por mi padre”.
bre en tu bandera de lucha: David Arenas Rincón, A partir de ese momento en que nos conocimos
tu hermano. comenzamos a acompañarnos. Y digo acompañar-
Llego a ti a través de un hombre que me lleva a tu nos porque tú también nutres mi vida de fuerza, de
hogar y me habla de tu historia. Es familiar de uno de significados, de saber, de complicidad, de sonrisas y
los victimarios que desapareció a tu hermano y sabe angustias compartidas. ¡Tu historia me ha atrave-
la importancia del recordar como mecanismo para sado la vida!..
no repetir. Cree en la fuerza y el poder de lo colectivo, −Sí señora, yo, Nieves Arias Rivera sigo en mi
del reconocimiento mutuo que posibilita nuevos es- lucha de vida desde hace ya varios años. El primer
cenarios conjuntos. Es uno más de esos hombres que desplazamiento lo viví en el 2000 siendo expulsa-
nos ha ayudado a hilar la historia de Viotá, a enla- da de Viotá. Viví con mucho miedo porque incluso
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ecos e historias

estando lejos no me sentía segura para hablar de lo temeré, nunca más dejaré que me hagan daño, yo
que había pasado y de lo que estaba ocurriendo en soy fuerte”. Con marcas de guerra en tu cuerpo que
mi tierra natal. En el Tolima me refugiaron, pero a dejan entrever las batallas y luchas que has librado,
pesar de su calor y hospitalidad, mis raíces me lla- sigues adelante. Cicatrices y enfermedades en la piel
maban todo el tiempo, ¡el corazón jala! hablan de esas historias vividas y encarnadas en tu
cuerpo que no has podido expresar en palabras.
Oculté muchos años esa historia de Viotá por el
temor de ser encontrada o señalada. Además, en ese −Sí, desde lo que pasó con mi familia me sale
entonces vivía el dolor del maltrato f ísico, miedo un brote en la piel, es rojo, arde como la guerra. Lo
que llegó a ser más grande que el de la guerra. Los que viví fue muy duro, primero el desplazamiento,
golpes del hombre que amas causan dolor, terror e luego lo de mi hermano. A él lo desaparecieron un
impotencia. Lo de mi hermano me llenó de miedo la 24 de Octubre del año 2001, al parecer unas per-
vida, pero el maltrato de mi ex esposo me paralizó sonas de la guerrilla llegaron a la casa, le dijeron
por un tiempo. que se tenía que presentar montaña arriba a las 2
de la tarde. Él con la fuerza y la valentía del que no
Fuiste valiente y un día rompiste de frente los le debe nada a nadie se baña y sale a cumplir con el
miedos que te acompañaron. Decidiste enfrentarte a encuentro, sabiendo que si se quedaba podía pasar
todo, empezando por dejar de escribir una historia algo peor. Dicen en la audiencia que fueron unos
de maltrato y violencia de género. Asumiste mirar la milicianos de las FARC. Que dizque mi hermano
guerra de frente como una guerrera que busca la ver- era informante del ejército, pero eso no es cierto,
dad, que necesita respuestas, emprendiste el laberin- e incluso en la declaración ellos dicen que fue un
to de la memoria, esclareciendo la historia de tu her- error. Él no se metía en esas cosas, aquí al parecer
mano. El miedo se quedó atrás y alimenta tus metas, de un momento a otro todos pasamos a ser infor-
le ha dado motor a tu vida, como dices: “nunca más mantes de un lado o del otro, incluso de los dos,
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crónicas y voces

según el ojo y la conveniencia de quien estuviera papá. La guerra empieza a carcomer, primero de a
hablando. poquitos y luego sin pena mata todo.
Familiarmente nos afectó mucho. Él era un Aquí llegaron suaves, entraron en 1994 con idea-
buen hermano e hijo, era el menor de todos. Fue les y cosas bonitas para la gente. Empezaron a ser
quien quedó con mis papás resistiendo aquí en fuertes en 2000 y entraron milicianos, muchachos
Viotá, porque ellos no se quisieron ir. Después de jóvenes que con armas, motos y plata abusaron de su
su desaparición mi papá entró en una tristeza ab- poder, se volvieron malos, enloquecieron, comenza-
soluta, se adelgazó, no comía, no podía trabajar, ron a extorsionar y a pedir pagos por todo. La emba-
no dormía o dormía mucho con la esperanza del rraron metiendo gente joven sin formación política,
regreso de Daniel. No lograba hacer nada y murió esos muchachos solo querían plata y poder. Un error
a los pocos meses, eso nos destrozó mucho más a de la guerrilla fue no tener control sobre su gente,
todos. Fuimos desplazados e incluso diría que des- cuando el Negro llegó el conflicto se agravó, no te-
aparecidos como familia, hoy no vivimos juntos nían cómo parar lo que ellos mismos habían creado.
como antes. Algunos de los victimarios eran personas cono-
Nosotros aquí en Viotá vivíamos bien. Estas cidas, eso duele aún más. Por ejemplo los que mata-
tierras son hermosas, usted puede cultivar lo que ron a mi hermano eran jóvenes que habían estudia-
sea, la tierra le responde y se lo da. Compartíamos do conmigo, incluso uno era primo de un muy buen
como familia pero la guerra arrasa con todo a su amigo mío. Llegaron a reclutarlos a todos, se les
paso, el miedo paraliza y no deja que uno vea for- olvidó la historia de lucha y unión que tiene Viotá,
mas de salir adelante. Yo siento culpa por haberme dejaron de lado el principio de igualdad para todos.
ido porque si tal vez no lo hubiera hecho, podría La guerra fue muy fuerte, si no eran unos eran
haber buscado a mi hermano y acompañado a mi otros. A mí me tocó ser víctima de la guerrilla, pero
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ecos e historias

otros fueron víctimas de los paramilitares y hasta del Ha sido bueno volver por mi familia, por mi her-
mismo ejército. Eso es más duro porque los que tie- mano y por mí. Estoy luchando por estas tierras, por
nen el deber de protegerlo a uno son quienes más sacarlas adelante y por recuperar a mi hermano. Él
daño hacen. Sin embargo, después de todo lo que me aún sigue desaparecido, yo he tenido que hacer esa
pasó yo saqué fuerzas por mi hermano y aquí estoy. lucha muy sola porque no he recibido ayuda del Es-
tado. Me tocó hacer todo el proceso para pedir mis
Sí, Nieves, hoy te veo aquí, resistiendo, con esa derechos sola. Uno va y nadie lo asesora, acompaña
sonrisa que haces cuando algo te conmueve, como di- o ayuda. Lo más duro son las versiones libres, escu-
ciéndole a la vida que hay que ser valiente, que esa char por parte de esas personas qué pasó con mi her-
historia te ha fortalecido. No te das el permiso de llo- mano, pensé que no iba a poder, pero la esperanza
rar cuando hablas de ella, sólo tus ojos y esa sonrisa de encontrarlo y poderle dar una santa sepultura me
tierna dejan entrever tu nostalgia. Pese a esto, volvis- deja seguir adelante.
te para pelear por la memoria de tu hermano y por
estas tierras que son tuyas. Ese es mi dolor de ahora, mi lucha diaria. Pri-
mero, la dificultad de que me reconocieran como
−Regresé hace tres años. Lo lindo de volver es víctima, que reconocieran a mi hermano, que ade-
darse cuenta que existe gente buena. Los vecinos, a más me reconozcan como desplazada, eso es todo
pesar de los años, nos ayudaron a defender la tierra. un trámite, papeles y gaste plata yendo a Bogotá.
Ahora estoy aquí cuidándola, cultivándola y prote- Deberían poner una Unidad de Atención a Vícti-
giéndola. Mi mono me ayuda mucho, me ha guiado mas aquí en Viotá y que fuera por todas las vere-
en saber cómo se hace lo de mi hermano. Él llegó a das, así sería más justo. Es que uno con ese dolor
mi vida en un buen momento, me ayuda con la finca que vive y además tener que rogar por algo que es
y me trata muy bien. Sabe que no puede ponerme de uno, siempre se demoran, le dicen a uno que ya
una mano, yo ya no me dejo, conmigo es bien o nada. y nunca llegan. A mí me tienen esperando desde
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crónicas y voces

hace varios meses por la exhumación de mi her- Estas tierras merecen un cambio. Los viotu-
mano. Me dicen que ya van a venir, me preparan, nos hemos seguido luchando por ellas, creyendo
siento nervios y me dejan esperando. Eso me duele en que podemos construir nuevamente vida aquí
aún más, me da rabia, yo ya quiero tener a mi her- a pesar del miedo y la desconfianza que aún hoy
mano, él se merece un entierro digno, sabrá Dios existe entre todos nosotros y aún más con la gente
cómo lo dejaron. Yo como víctima espero más que que viene de afuera. Los hijos y los familiares de
el dinero. Que me devuelvan a mi hermano, que los muertos hemos vuelto, ahora al menos pode-
me respeten. Creo que para las víctimas como yo mos hablar y desde ahí resistir.
y como todas las del país es importante que nos Yo por mi parte sigo comprometida, sigo lu-
devuelvan la dignidad y que nos reconozcan. Eso chando, no descansaré hasta no tener a mi herma-
que me pasa a mí le debe pasar a mucha gente. De- no y poder darle a sus restos un trato digno. Re-
berían hacer promesas pero cumplirlas, o si no es cordar, resistir y persistir por una Colombia más
mejor que no digan nada. justa.

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crónicas y voces

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Un sueño cumplido: Viviendo utopías

“La justicia como la libertad y la vida tenemos ción al público y ¡aquí estoy entre papeles, carpetas
que conquistarla todos los días. La lucha por estos y formatos!
ideales no termina nunca”.
Tomo aire profundamente y respiro, ¡hay tanto
Luis Carlos Galán Sarmiento por hacer!, es absurdo que La Palma tenga más de
7.000 víctimas del conflicto armado por desplaza-

E
stá haciendo sol en La Palma, hay un cielo des- mientos, homicidios, torturas, desapariciones, re-
pejado y no hay nubes, llegué hace media hora clutamiento forzado o extorsión. El país no conoce
a la oficina y ya hay una fila larga de personas todavía la realidad de lo que paso aquí, pues mu-
que vienen del campo y desde muy temprano inicia- chos de los expedientes al parecer no existen y nun-
ron su jornada. Hoy es jueves y a lo largo del día me ca se dijo nada porque imperó la ley del miedo que
encontraré con cada una de estas personas que me silencia, paraliza y segrega. El caso de La Palma es
esperan con ansiedad e inquietud. Rostros, cuerpos, emblemático pero no le han dado tanta importancia
voces e historias que me estremecen y me indignan; como a los casos de Mapujan, Mapiripan, o Bojayá.
escucho atentamente y escribo rápidamente, mis Soy el personero y me la juego toda por hacer
dedos parecen enredarse y se tropiezan entre sí ante bien mi trabajo, a veces me toca con las uñas pero
la intensidad y horror de los hechos, es día de aten- no me quejo, porque si a nosotros que estamos a
ecos e historias

130 km de Bogotá a veces nos faltan cosas, no me quienes contaban toda la violencia que estaba cre-
quiero imaginar un personero en Chocó, en Ama- ciendo y la sangre que se estaba derramando en el
zonas o en Caquetá, con los problemas que uno tie- sector rural, pero era como el cuento de Dios: “Todo
ne que resolver aquí, imagínese allá… ¡eso es para el mundo sabe que existe pero nadie lo ha visto”.
volverse loco! Para esa época el miedo era generalizado y había
Entre las consultas, tramites y relatos de las per- un pánico sórdido que nos ahogaba, la palabra era
sonas esta mañana, me tomo un momento para muda.
mirar la imagen que me ha acompañado desde que Cuando yo estaba en 11 se oía que los grupos ar-
inicié mi vida pública, su rostro me transmite forta- mados estaban con ganas de reclutar muchachos,
leza, perseverancia y elocuencia. Luis Carlos Galán entonces con mis amigos vivíamos con esa zozobra
Sarmiento era un hombre muy directo y verraco, que nos fueran a obligar a ir al monte a la guerra,
murió en la suya por una causa, y era una causa que internamente decíamos:
yo creo que en esa época fue dif ícil de llevar a cabo
pues era una utopía, entonces desde que he estado −¡Uy Dios mío, que no nos vayan a llevar!
en la universidad tengo recuerdos de él porque mi Por eso a la mayoría de los jóvenes nos daba mie-
papá es muy liberal, ambos compartimos la admira- do hasta prestar servicio militar. En mi salón creo
ción por él. que solamente prestaron dos personas el servicio
Me gradué del colegio en el 98 y para esa época militar, prácticamente todos fuimos exentos de al-
ya se oían rumores de la gente en el pueblo de que guna u otra manera. Si bien nos salvamos de coger
en el campo había mucha guerrilla, yo era muy jo- un fusil o de caminar con la muerte, estas tierras no
ven tenía 17 años y mi papá tenía una tienda en el se salvaron de la violencia que se estaba gestando y
pueblo donde confluían muchas personas de campo que tanto nos iba a doler.

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crónicas y voces

Tuve una infancia muy bonita, muy pobre pero no aguanté la presión de la ciudad. Fueron meses
muy bonita, uno estaba pendiente de salir a jugar de sufrimiento y rechazo, hay personas que por ser
con los amigos del barrio, en un pueblo uno de niño de la capital se creen de otra esfera y discriminan a
vive, que el yoyo, el trompo y las maras. Los fines las personas del campo. Yo era un joven de 17 años
de semana me tocaba ayudar a mi papá que ven- caminando por esa gran urbe de calle y polvo, que
día chance y tenía un negocio de abarrotes lo que me devoró como un monstruo.
llamamos popularmente líchigo y los domingos le Acá todo es muy diferente, nuestro acento y for-
colaboraba a mi abuelita a vender panela en las ga- ma de expresarnos es único y eso también se extra-
lerías, uno tenía que hacerse para sus onces. ña, en estas tierras todos nos conocemos con todos
Me acuerdo que cuando tenía 7 años le decía a y no existe el tráfico ni el atracador en la calle, es
mi mamá que quería una hermana, no un hermano un municipio muy sano, sí, es verdad que nos gus-
y cuando ella quedó en embarazo yo era el niño más ta tomarnos nuestra cervecita e ir a las fiestas y las
feliz y entusiasmado del mundo. Mi hermana fue mi ferias. ¡Somos muy alegres, eso nos caracteriza a los
compañera de juego, yo jugaba muñecas pero des- palmeros!
pués ella tenía que jugar carros conmigo, nuestros La violencia dejó cicatrices que no se pueden bo-
juguetes nos los hacía mi mamá porque nosotros no rrar, consecuencias en el entorno social y familiar.
teníamos para comprarlos, así que cosía los osos de En el interior de las casas se rompieron los lazos
peluche, que no eran realmente de peluche pues los familiares y eso es una secuela que nunca nada ni
rellenaba de retazos de tela. nadie va a lograr recuperar, ni una reparación ad-
Con el apoyo de unos familiares me fui a estudiar ministrativa, ni garantías de no repetición, porque
a Bogotá, estudié un semestre de ingeniería de sis- a una persona que le hayan asesinado al papá o a la
temas y a los 5 meses me tocó regresarme porque mamá jamás olvida, eso es irreparable.

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ecos e historias

El abandono fue una constante en estas tierras, Para que haya una paz real tiene que haber
es por esa razón que el gobierno nacional le debe primero una paz social, Colombia dice ser una
a La Palma un desagravio porque si el gobierno no “democracia participativa” pero es un país muy
hubiese estado ausente, ni hubiese sido negligen- inequitativo puesto que no existen las mismas
te, aquí nunca hubiese pasado nada, porque como oportunidades ni opciones para las personas, “no
se dice popularmente: “A nosotros nos tocó bailar tiene sentido decirle a la guerrilla: listo le vamos a
con la más fea, quedamos en la mitad de una gue- dar a usted indulto, pero no le doy oportunidades
rra que no era de nosotros”. de empleo a personas que en su gran mayoría no
Por acá el Estado ha hecho las cosas al revés, tuvieron posibilidades y que tienen que responder
porque lo primero que debieron hacer con las víc- por su familia”. ¿Al cabo de medio año, cuando
timas fue brindarles un acompañamiento e inter- ellos no tengan qué brindarles a sus hijos qué otro
vención psicosocial, porque dígame, ¿Qué saco yo camino van a coger?... la ilegalidad otra vez.
con decirle a don Carlos que le asesinaron a sus Hoy puedo decir ¡sueño cumplido!, “estoy a 11
dos hijos?, mire aquí están esos 10 pesos, ¿cómo meses de entregar este puesto al cual traté de darle
le pongo precio a una pérdida? Y es que hay ve- una imagen diferente …traté, no sé si lo logré por-
ces en que las personas llegan acá y me dicen “es que al final del ejercicio es la misma comunidad
que no me han pagado a mi hijo”, como si los seres quien evaluará si fue bueno”.
humanos tuviéramos precio, ¿cuánto vale su hijo?
les pregunto, la rabia me sacude cuando veo que Se han cometido errores, ¡claro!, errores huma-
el gobierno mercantiliza con el dolor de las per- nos, hay días en que de pronto uno tiene proble-
sonas, obligándolos a ponerle un número o una mas, está cansado o se siente agotado, es parte de
cifra a lo que alguna vez se amó y se cuidó, ¡eso es ser humanos. Casualmente hoy estoy feliz porque
indignante! el mes pasado una mina ilegal que estaba extrayen-

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crónicas y voces

do ácido ferroso contaminó el río Murca. Puse la Cae la tarde de este jueves movido, las voces se
denuncia y en este oficio me están diciendo que disipan y mi computador se apaga, cojo el casco
ya iniciaron las indagaciones y la investigación co- y las llaves pero antes de salir de la oficina le doy
rrespondiente y que sellaron la mina, entonces uno una última mirada al cuadro que tanta fuerza me
dice: “Bueno, no perdí el tiempo haciendo esto, es da: “Las ideas no se imponen a las malas ni a los
trabajo invisible, a veces nosotros somos expertos balazos, ni a nada”. Suspiro y salgo… ¡Hoy fue un
en hacer trabajo invisible”. buen día!

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Levantada de la nada
destruida pero no derrotada

Existe una forma mayor de oración que constitu- a la adversidad, desde el reconocimiento de las po-
ye un llamado a la solidaridad. Como tal, apunta a sibilidades de esta mujer que se aferra a la fe como
la comunidad de los que oran juntos. Les invito a una pluma, permitiendo estas nuevas escrituras
orar conmigo: sobre la vida…
“Que Dios en los cielos nos acuse a todos del mis- Hoy, a mis 60 años, como una mujer campesina
mo crimen, `resistencia a darse por vencido`, y que
todos lo merezcamos. Amén.”
con hijos, marido y varias historias que contar, le
puedo decir que la guerra me ha marcado la vida,
Marcelo Pakman aunque no me gusta mucho hablar de ella porque
es como un alma en pena que recorre los campos y

D
e la mano de Dios y de su fuerza interior como las tierras de este país. He ido y venido hacia ella en
madre y mujer, Teresa se ha resistido a morir, diferentes lugares y momentos. Como una prueba
a unirse a la guerra. Su cuerpo imponente ha- divina me ha seguido los pasos.
bla de la valentía que tiene. La fuerza en su mirada, Desde mi juventud me acompaña, me fui bus-
sus cejas pobladas y ojos negros dan las primeras cando sueños. Estaba enamorada, me fui con mi
señales de lo que ella llama una pujanza divina que esposo a construir vida en otras tierras, para el
Dios le dio. Es la oportunidad de narrar resistiendo Meta, a El Castillo, allí había oportunidades, po-
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ecos e historias

díamos empezar a construir nuestro hogar y darle Cada día era un dolor diferente. Primero la in-
una mejor vida a nuestros hijos, teníamos nuestra tranquilidad de no poder movernos, luego los ase-
finca, vivíamos bien. El calor y las tierras llaneras sinatos cerca a mi casa. El día que no bajaban tres
nos acogieron y nos dieron posibilidades; sin em- o cuatro muertos era raro: los amarraban de pies y
bargo, ese calor que primero le dio vida a mi hogar manos, los ponían en una vara y los cargaban como
empezó a volverse denso, agobiante, con la llegada a un cerdo. Yo tenía mis dos hijas y dos hijos peque-
de la guerra que apareció en nuestras vidas. ños. El más grande vivía muy nervioso, aún hoy lo
Allí fue donde viví la violencia fuerte por prime- sigue estando. El nacimiento de la menor me dejó
ra vez, esa violencia que lo deja a uno sin aliento, ver que las consecuencias de la guerra también pa-
con zozobra, que hace que se camine la vida con san por el cuerpo. La angustia, el miedo y el dolor de
miedo, desconfianza y dolor. Aparecieron los gru- ver cómo iban acabando con una comunidad, oca-
pos armados que como carroñeros, acabaron de sionaron que mi hija menor naciera especial. Dicen
manera indiscriminada con todo. Las vidas y las los médicos que le faltaban neuronas porque yo no
tierras de este lugar que me acogió empezaron a comía, me costaba mucho porque en ese entonces
desvanecerse entre el calor y el fuego cruzado. La era secretaria de la Junta y me tocaba recoger los
arremetida fuerte fue en 1985, todos los días había muertos. Luego llegaba el Ejército y se formaban
asesinatos y desapariciones. Incluso a los cadáve- unas plomaceras terribles. Uno vivía sin saber cuál
res los expulsaron. Llegó un punto en el que eran sería el último día de su vida.
tantos que ya no se podían dejar en el cementerio Acorralada por la guerra y por cuidar de mis hi-
y empezaron a meterlos en fosas comunes. En ese jos tuve que irme. Los niños venían bajando cuando
entonces mataban a familias completas, hasta 35 los asesinos iban subiendo, los ultrajaron, los ame-
personas de una misma familia quedaban en una nazaron y les dijeron que nos fuéramos. Quedé sin
fosa. aliento, me arrodillé y dije:
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crónicas y voces

−“Si hay un Dios, que me saque de aquí”. y llegaron a llevárselos. Saqué fuerzas y como una
Dios me escuchó y ese lunes apareció mi suegra. leona protegí a mis muchachos. Me tocó decirles a
Sacamos un poquito de ropa en un costal y dejamos los mayores que se fueran, con una tristeza enorme
todo lo demás. Unos viejitos se quedaron cuidando por desprenderme de ellos y con mucha rabia por-
la casa. Mi esposo y mi hijo volvieron a los veinte que no eran delincuentes e igual les tocó huir. Una
días: la casa la habían quemado y habían matado a de las cosas que más me dolió fue saber que quien le
los viejitos por haberse quedado ahí. A ellos tam- dijo a la guerrilla que se llevara a mis hijos y a mi hija
bién casi me los matan, les tocó fugarse por un caño. fue mi hermano menor. Él trabajaba para ellos. Uno
Desde esa vez no volvemos por temor a que nos ase- no entiende cómo llegan y destruyen todo, hasta lo
sinen. Entonces retornamos a Viotá, habíamos per- más sagrado que es la familia, los amigos. Por donde
dido todo, nuestra finca, nuestras cosas; sin embar- pasan todo queda roto. Mis hijos nuevamente tuvie-
go volvimos a empezar. ron que empezar a construir su vida en otro lado.
Sin embargo, como yo, no pudieron escaparle a la
Yo pensaba: guerra. El Ejército reclutó a mi hijo cuando estaban
−“Cuando nací, nací sin nada” −eso fue como un en Bogotá. Le pedí mucho a mi Dios para que no les
nuevo nacimiento. pasara nada.
La dicha no nos duró tanto, la guerra me siguió La vida continuó derrumbándome. Esa vez que
y me encontró en este lugar. Seis años después, con mis hijos se fueron no sería la primera ni la última
la llegada del Frente 42 de las FARC, una nueva des- vez. Conmigo se habían quedado los otros dos, la
trucción llegó a mi vida y la de mi familia. Se metie- niña discapacitada y otro que tenía quince añitos,
ron con mucha gente, dañaron mucho, pero en mi pero no sería por mucho tiempo. Un día se fue a
caso me tocaron lo que más quería, mis hijos. Para jugar a la escuela, yo le dije que le daba media ho-
ese momento yo tenían a tres de mis hijos grandes rita, pero como no llegó me tocó ir a buscarlo. No
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ecos e historias

me gustaba que en la noche anduviera por ahí con finalmente fui yo quien lo envió a Bogotá para que a
todo lo que estaba pasando, uno no sabía. Lo encon- los cinco meses de estar ahí se encontrara con eso de
tré con un grupo de niños en la escuela, le hice se- lo que salió huyendo de aquí: La muerte.
ñas sin darme cuenta de que ahí estaba la guerrilla.
No entendí por qué él y no yo. La noche que lo
Él salió corriendo hacia mí y volvimos a la casa. Al
sacamos, a mi esposo y a mí nos torturaron. Pero
otro día me contaron que a los niños que estaban
tristemente vivimos. En todo este tiempo se nos las-
ahí con él se los habían llevado e incluso que habían
timó el cuerpo, el alma, la dignidad y la fuerza; sin
asesinado a uno porque no quiso irse con ellos. En-
embargo, al tener a Cristo en el corazón podemos
tonces, con el dolor de una madre, pero con el amor
seguir viviendo.
de quererlo vivo, con tan solo quince años lo saqué
ese mismo día del municipio. Le puse una pantalo- En la guerra el vacío es profundo. Es triste saber
neta, un pantalón, un buzo sobre otro buzo y ya. No que no podemos cumplir nuestros sueños porque
sabía ni a donde llegar, no había terminado el colegio son otros quienes disponen de nuestras vidas. Lue-
ni tenía edad para trabajar. Finalmente, llegó donde go de la muerte de mi hijo solo quedaba con no-
una persona que conocía, quien también le ayudó a sotros la niña pequeña, la que tiene discapacidad.
conseguir trabajo en una obra. Trabajaba a una al- Ella andaba por toda la vereda y pensaban que yo
tura de trece metros y la desgracia que no perdona la enviaba a que me trajera información para el go-
nuevamente nos atrapó. Resulta que se cayó y murió, bierno. Yo no estaba con nadie, mi hija era de las
esa vez no pudimos escapar de la muerte como en pocas almas que andaban tranquilas por la vereda,
otras ocasiones. A mí eso me dejó muy mal, la culpa sin temor ni angustias, porque no entendía mucho
me carcomía. No entendía. Yo quería precisamente lo que pasaba. La guerra no toca la mente de per-
salvarlo de morir, de tener que vivir el horror de la sonas como ella, seguía andando y disfrutando del
guerra. Por mucho tiempo me sentí culpable porque campo como si nada pasara. Pero los comandantes
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crónicas y voces

pensaban mal y me amenazaron con desaparecerla Él se acostaba y se ponía a llorar, pero yo tuve
si no la sacaba. Yo les decía que respetaran, que mi fuerzas para continuar gracias a ese amor hacia
hija valía igual que cualquiera, que el Papa de Roma mis hijos y mi esposo. Finalmente, llegaron el
o el presidente de Estados Unidos, igualitico, que su Ejército y la Cruz Roja y nos tocó bajar. Uno solo
discapacidad no hacía que valiera menos que nadie. escuchó que durante ese tiempo murió mucha
Me sentía desubicada, triste, sin saber qué hacer ni gente, gente que fue señalada de ayudar a la gue-
dónde llevarla. Recé mucho, me arrodillaba en el rrilla. Entraron a las casas a acabar con varios, mi
patio de la casa y gritando le pedía ayuda a Dios, cuñada y un sobrino murieron. Con el tiempo mi
sentía que no podía más con tanto dolor. Finalmen- madre murió de angustia, creo yo, como un ar-
te me ayudaron en la alcaldía y pudimos llevarla a bolito que muere lentamente porque no le ponen
un internado en donde se quedó un tiempo hasta agua. A mi suegra le mataron la hija y a los pocos
que pudo regresar a la casa. días murió de un paro cardíaco, supongo que por
Luego fue lo del desplazamiento. Todos decían el dolor de perder a un hijo. Yo la entiendo, a mí
que habían llegado los paramilitares. Yo le decía a afortunadamente Dios me sostuvo.
mi esposo: En este andar no seguimos la guerra, ella nos
−Mi Dios no quiere que nos vayamos de aquí, persigue, a pesar de los derrumbes no nos derrotó,
no podemos irnos otra vez después de todo lo que gracias a la fe. Mi esposo tiene 70 años yo 60 y aquí
hemos logrado, si nos hemos de morir nos mori- estamos, gracias a Dios seguirnos luchando día a
mos aquí. día, viviendo mientras sea su voluntad. Amén.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Vivencias de una palmera

L
a tarde de un martes sofocante en la Alcaldía a Libia a manera de amuleto, junto a la oración de
Municipal de La Palma conocí a Libia. La la Virgen de la Asunción de La Palma durante los
primera impresión al verla y sin saber por qué, tiempos del conflicto y la violencia en el pueblo.
era de confianza; su rostro alegre, fresco y jovial me Una noche a inicios de la década del 90, Mireya,
hizo sentir como si alguna vez hubiera pertenecido a directora del Departamento de Cultura del pueblo,
aquel lugar. Nos sentamos a hablar, sus palabras eran escribía el himno de La Palma. Era una noche espe-
fluidas. Su relato me envolvía y captaba la atención cial, cobijada por un cielo escarchado intersectado
de todos mis sentidos. Tenía la habilidad de contar y por rayos y truenos que reclamaban el papel pro-
hablar recreando los espacios, las situaciones y sus tagónico en aquella escena crepuscular. Esa noche
experiencias con tal naturalidad y emoción, que me mientras la mayoría de palmeros dormían, Mireya
transportaba a la imagen del preescolar cuando la escribía a la luz de las velas palabras que años más
profesora leía cuentos. tarde iluminarían de esperanza y resistencia a Libia.
Adelante palmero, adelante que nada te hará El otro amuleto de Libia era una novena de la
claudicar, no olvides que tras la tormenta nueva Virgen de la Asunción de La Palma que había com-
luz tendrá que brillar. Aquella frase del himno de prado a sus 23 años en la iglesia del pueblo cuando
La Palma, escrita por Mireya Álvarez acompañaba su hijo mayor estaba enfermo. Aquellos días, Libia
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ecos e historias

madrugaba a la iglesia con camándula y novena en certado por los estruendos y ruido, pedía a mamá
mano, encomendaba como fiel devota y creyente la desesperadamente que devolviera la tranquilidad
salud de su hijo a la Virgen y al Señor de los Mila- a los días. Aquella escena se repetía, aturdía y an-
gros. Poco a poco su hijo recobró la salud y no requi- gustiaba a Libia porque sabía que las cosas em-
rió de intervenciones quirúrgicas. Desde aquel día peoraban en el pueblo. En ese tiempo los grupos al
su fe aumentó y la novena de la virgen nunca olvidó. margen de la ley no cortaban la luz ni el agua, pero
sí asaltaban en los retenes los carros de mercado,
Libia, mujer palmera, soñadora, sonriente, ama-
verduras y productos que venían de Zipaquirá y
ble, esposa y madre de tres hijos, ocupaba el cargo de
Bogotá, provocando el desabastecimiento de co-
primera dama de la Alcaldía en los años 1998, 1999 mida en La Palma. Libia preocupada por lo que
y 2000. vendría, almacenó en la casa varias libras de café,
En la época de conflicto armado y violencia de la arroz, granos, sal y panela. Compró varias esper-
década del 2000, Libia, para no desfallecer, repetía mas y fósforos y llenó todos los baldes y vasijas de
incansablemente: la casa con agua. Antes de que la guerra se inten-
sificara iba a la finca con su esposo y traía varias
−¡Adelante palmero adelante que nada te hará
gallinas, frutas, plátanos y tomates. A las gallinas
claudicar no olvides que tras la tormenta nueva luz
las despresaba y las ponía en el congelador, la fru-
tendrá que brillar!
ta y la verdura la picaba en pequeños pedazos y
Mientras decía estas palabras asociaba la gue- la congelaba. Libia sabía que debían prepararse y
rra a una tormenta que pronto acabaría y dejaría no quería que su familia aguantara hambre. Mu-
con su paso inundación, desastre y frío. Los bom- chas familias hicieron lo mismo, se abastecieron
bazos que escuchaba desde el interior de la casa, de provisiones necesarias y se encerraron en las
rompían en llanto a su hijo pequeño quien descon- casas. Hacia el año 2002 ya era toda una hazaña ir
162
crónicas y voces

a las veredas y más aún a la finca porque empeza- en todos los puntos de salida del municipio ins-
ron a desplazar, matar y desaparecer campesinos. talaban retenes que la gente ya no identificaba, si
eran del ejército, la guerrilla o los paramilitares.
Las noches traían para Libia monstruos, no lo-
graba conciliar el sueño, veía y recreaba sombras Durante la alcaldía de su esposo fueron varios
de hombres armados que golpeaban y entraban los atentados e intentos de asesinato, a pesar de
por la puerta. Su esposo, hombre tranquilo, es- ello siempre le gustó andar solo y sin escoltas.
tratega y sereno le devolvía la calma a través de Debía trabajar escondido, cambiando constante-
caricias y palabras. En ese tiempo, Libia dirigía to- mente de lugar de trabajo, varias veces tuvo que
dos sus esfuerzos f ísicos y mentales en llevar una desempeñar su cargo desde Bogotá. Libia contem-
rutina y una vida tranquila pero volvían los muer- plaba un punto infinito a través del cristal de la
tos, los helicópteros y las balaceras que le hacían ventana mientras relataba: “a mi esposo lo pararon
pensar que sus esfuerzos eran inútiles. Su pueblo, una vez en un retén, ese día iba para Bogotá por-
su gente y sus muertos eran tierras de nadie, fan- que el gobernador le había dado un contrato para
tasmas, luvinas, eran los olvidados. el acueducto, llevaba muchas fotos del proyecto.
En el retén le preguntaban qué por qué llevaba
El esposo de Libia, hacia el año 2000 entregaba tantas fotos, que si acaso estaba involucrado con
la alcaldía municipal. Libia le insistía que se fue- un oleoducto de gasolina que pasaba por la región.
ran a Bogotá donde estaban sus hijos mayores, él Lo retuvieron varias horas hasta que investigaron
le respondía: “no nos vamos porque nosotros no que se trataba de un contrato con la gobernación,
debemos nada y para dónde partimos con un niño lo soltaron. Para Lucho esos días eran dif íciles y
pequeñito, aguantémonos aquí.” Para ese tiempo más cuando asesinaron al secretario de su gobier-
habían dinamitado el puente de Charco Largo, in- no”. Esta muerte quedó registrada en la memoria
comunicando a La Palma con Pacho y Zipaquirá, de los palmeros, a partir de estos crímenes la vio-
163
ecos e historias

lencia se intensificó y hacia marzo del 2001 co- pesino chilapo en el Bajo Atrato chocoano, donde
menzaron las extorsiones, quema de carros y robo con voz fuerte y verseando decía: “óyeme Chocó,
de ganado por parte de grupos al margen de la ley. oye por favor, tú no tienes por qué estar sufriendo
Libia me dijo que pasaba aquellos días en una así, la desolación…”, detrás de sus palabras esta-
especie de letargo del cual despertaba por cortas ba toda una memoria del dolor de su comunidad
franjas de tiempo. Acciones tan simples como pero al mismo tiempo de la fuerza y resistencia
reír, saludar a sus vecinos, hablar con tono alto y de un proceso organizado por campesinos, afros
alegre eran cosas anacrónicas. Para su ser alegre e indígenas en medio de la selva y a miles de kiló-
esa existencia infernal se volvía insoportable con metros de La Palma en defensa de la vida, el terri-
el andar del reloj, no lograba comprender la se- torio y la memoria. Aquel verso me hacía pensar
vicia, estupidez y decadencia humana con críme- en las resistencias invisibles, en las estrategias de
nes abominables como el de un señor al cual no supervivencia individuales que Libia no recono-
les bastó con quitarle la vida, sino que antes de cía conscientemente pero que atravesaban su re-
hacerlo burlaron y trasgredieron todo principio y lato. Eran las resistencias que día a día libraban
respeto hacia la vida y la muerte. Todo el pueblo mujeres, hombres, adolescentes y niños palmeros
lloró ese día, en la ficción habían quedado aquellas por vivir en una cotidianidad en medio del control
películas y cuentos de terror que alguna vez vie- territorial, en medio de las fronteras imaginarias
ron y escucharon. Aquel día nadie habló, no exis- pero a la vez reales del poder y la guerra.
tían las palabras. La gente se encerró en sus casas El relato de Libia se tornaba amargo, sin em-
y en la noche con clamores y llantos despidieron bargo, se notaba tranquila, insistía en la necesidad
a su muerto. Las palabras de Libia recorrieron y de hablar y romper el silencio en el que se encon-
atravesaron mis poros transportándome a una traban las voces y vidas acalladas por las armas y
conversación que años atrás sostenía con un cam- la indiferencia de un país que por siglos duerme
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crónicas y voces

en la violencia. En ese momento recordó la no- ba que en esas veredas los enfrentamientos entre
che del desplazamiento de las veredas aledañas los grupos armados no tuvieron ninguna con-
a la Hoya de Tudela, cuando el parque principal sideración con la población civil. Aquellos días,
estaba repleto de campesinos con niños, gallinas, don Pantaleón Ovalle, sepulturero del pueblo, no
chivos, perros y gatos, la mayoría llevaba la ropa daba abasto trabajando, debía enterrar entre 10 y
de trabajo porque no había tiempo de cambiarse. 15 cuerpos al día, a muchos conocía de antaño, a
Libia observaba a la Virgen de la Asunción de La otros no, a pesar de ello y olvidando sus pasados
Palma, recordaba los ojos de angustia, nostalgia trataba de darles una despedida digna con la fiel
y abandono de aquellas personas que no tenían convicción en la justicia divina.
donde pasar la noche. El día anterior al desplaza- Libia miraba hacia el pasado y decía: una cosa
miento habían observado desde las ventanas de es contar el horror y la impunidad que vivimos…
sus casas, varias camionetas blindadas y camiones esas palabras resonaban alrededor de mis oídos y
que llevaban hombres vestidos de negro y azul os- recorrían mi cuerpo esperando ser tocadas, olidas
curo. Esa madrugada los palmeros se despertaron y guardadas en una vasija de barro. Las palabras
con los ruidos que producían las bombas, los he- de Libia reclamaban salir, andar por las calles es-
licópteros y aviones fantasmas que sobrevolaban trechas de La Palma y viajar a otros lugares para
la zona; la noticia fue que habían acabado con los danzar en muchos oídos y corazones. El relato de
campamentos de la guerrilla y los pasos cansados Libia era una criatura embarazada que portaba
de campesinos y animales exiliados de veredas pedacitos de historias, nombres, dolores, fuerzas,
como la Hoya de Tudela, la Enfadosa, Canta Ga- sentires y resistencias, que deseaba renacer en la
llo, La Montaña. La gente de las veredas de Izama, memoria colectiva de los sobrevivientes, visitan-
Boquerón y Zumbe fue a dar a Útica, caminando tes y niños palmeros. En ese momento volvía el
entre el monte y durante la noche. Libia recorda- eco lejano de la frase del himno de la Palma “no
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ecos e historias

olvides que tras la tormenta nueva luz tendrá que pacio creado entre Libia y yo, donde la comunica-
brillar” reclamando su simplicidad, veracidad y vi- ción no era delito y la voz humana con su memoria
gencia que me hablaban de un nuevo tiempo y es- podía brillar, ser celebrada, perdonada o llorada.

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Mujer entre cafetales, política y “locura”


historia de inspiración y resistencia

E
ntre los cafetales, mientras aprendo el arte con la certeza de que la oscura locura que cura, traiga
de la caficultura, escucho el rumor de aquella cuentos que creen nuevos mundos y la posibilidad
mujer que al igual que Casandra en la antigua de seguir viviendo.
Grecia, trae consigo la historia que narra la desdicha Entre caminos y andares me hablan de ella, me
de un pueblo. Mujer que a diferencia de ella no dicen que todo lo que habla, es realidad. Lo que dice
recibió el fuego castigador de Apolo para retirarle su narra la historia del municipio de Viotá, pero debido
don, sino el fuego de un pueblo que la señala y la a la guerra quedó “loca” y ahora nadie le cree.
restringe, diciendo verdades que nadie cree, siendo
esto para ella una fuente de dolor y frustración, al ¿Loca? me pregunto, ¿deschavetada? como dicen
igual que para la protagonista del mito griego. Esta otros o ¿tal vez una mujer que inventó una manera
mujer viotuna es considerada por algunos de sus diferente para resistir? Me voy con estas preguntas,
familiares y vecinos como “loca”. Ha sido encerrada con curiosidad y ansias de que llegue el día para
en centros psiquiátricos, cárceles, dispositivos de conocernos. Pienso en esas historias de locura que
control de este milenio, incomprendida y señalada me han enseñado a ver distinto, a ver que las mujeres
por su comunidad. Por esta razón, en cada grano ave fénix existen y que la locura es una excusa para
de café que recojo viene con curiosidad el deseo de abrir posibilidades, para salir de lugares y trazar
conocerla, oír su historia y escuchar sus narraciones nuevas rutas de vida.
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ecos e historias

Llegó el día. Después de horas, días y meses de cuida a su madre y la sonrisa de una mujer que ya
intentar coordinar el encuentro, subo con un hom- había imaginado antes: ojos grandes, pelo corto, tez
bre que se ha convertido en uno de mis guías en este morena por el sol radiante que ilumina el cafetal, ha-
ejercicio que él llama tejer la historia. Ha sido quien blándome de entrada de su trabajo y de su historia
lleva la aguja para que mi hilaza logre el tejido. La campesina.
mujer se llama Edilma Monroy Domínguez, apelli- Mirando a “Leonor Cerrano” a sus grandes ojos, le
dos de tradición y lucha en la región, pero para esta pregunto si para ella está bien contarme un poco de
historia prefiere ser nombrada como Leonor Ce- su vida, de sus resistencias y alegrías, ella asiente con
rrano. El nombre por la esposa de su tío, quien fue su cabeza mirándome con la inocencia de una niña,
amorosa con ella y el apellido haciendo honor al café llevándome de la mano a un lugar que me transporta
cerrero que tomaba su abuelo, hombre de rebeldía a la ancestralidad de la mujer campesina: su cocina,
y resistencia en el municipio. El camino es largo, su fogón de leña que desde el alimento, sus sabores y
aunque con la historia y la charla de don Gabriel, el olores trae historias, como esa que ella se dispone a
sudor y el cansancio son vencidos por la curiosidad contarme. Entre el aroma del café que se calienta y el
y la pasión por escuchar nuevos relatos, adrenalina olor de la leña esta mujer empieza a narrarme su his-
que alimenta mi cuerpo en cada paso sobre esa gran toria, relato que después me reafirmaría mi creencia
montaña que creo tiene una de las mejores vistas del sobre la locura, como una forma más de inventarse
municipio –Liberia Alta–. Al llegar a casa el olor a mundos, crear y ver posibilidades en realidades en
leña me saca un respiro profundo, los perros salen a las que si no se acude a ella, podemos ser atrapados
recibirnos, dos cazadores y tres pequeños cachorros por la muerte −locura como posibilidad de resistir a
que no tenían muchos meses de nacidos. Se respira la muerte−.
campo, vida, tranquilidad en esa casa de barro que Empieza su relato desde una de sus resistencias
me recibe con la mirada cautelosa de un hijo que constantes. Yo he estado en centros psiquiátricos, no
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crónicas y voces

me amaño, le he dicho a mi hijo que aquí en estas a ser carnada para la policía, el ejército o pa´ la gente
tierras yo tengo un lugar, pa´ yo ver mis animales, pa´ del monte. El que prestó servicio antes de que se lo
estar tranquila, soy viotuna y aquí quiero morir, soy llevaran estaba aquí bien, pero tenía que elegir entre
de la vereda San Martin, aún tengo un lote, que de- la guerra para combatir o la muerte por no hacerlo y
jaré a mi hijo, porque él se ha encargado de cuidarlo pues a la final todo eso tiene muerte del lado que sea,
y de paso cuidarme. ¿Sabe? tengo cuatro hijos, pero por eso no quiero que se lleven al otro, si no pasa me
solo vivo con uno, la mujer y los otros dos varones es- sentiría bien, sería paz y tranquilidad para mí.
tán en Bogotá, yo sólo voy allá cuando tengo control
psiquiátrico, no me gusta ir, la tranquilidad la tengo Cuando a mi hijo se lo llevaron me puse peor,
aquí, así estas tierras tengan sangre y tristeza por la además fueron unos días después de que se llevaron
guerra yo a estas Brisas del Tequendama las amo y al papá, lo desaparecieron y no sabemos nada de él,
me gusta estar aquí. De Bogotá solo tengo los recuer- después de eso me quedé sola, me fui entonces por
dos de mi encierro en el psiquiátrico, lo único que ahí a Liberia, a tomar, dure así dos años, yo iba toma-
traigo conmigo de esa ciudad es el litio, el alopeyol, ba y venía, aburrida, el conflicto aquí en estas tierras
las pastillas para dormir y las de la tensión, no más. fue muy verraco, finados y finadas que caían todos
los días, gente que se llevaban al monte y uno no vol-
Yo tengo 55 años, el momento de vivir es ahora, vía a ver, como a mi esposo y mujeres que como yo
¿para qué después?, en mi tierra me siento viva, tengo fuimos abusadas, a mí me tocó en Liberia donde me
a mi hijo que me ayuda y sabe mucho de café, aun- violaron 3 hombres y además el Estado, porque no
que no siempre fue así, a él se me lo llevó el ejército, me creyeron, yo me fui a Viotá y puse la demanda
pero doy gracias a la Virgen que me lo amparó y me y me dijeron, no, eso no tiene nada, eso ya pasó, el
lo trajo de nuevo. No quiero que se repita esa historia policía que me atendió dijo:
de la guerra con mi otro hijo, el que no ha prestado
servicio militar, y no quiero que lo haga, ellos pasan −No le crean que ella está loca.

171
ecos e historias

La vida mía ha sido triste, uno resiste, pero es di- grupos armados rompió familias, amistades, se per-
fícil. Yo siento que eso es irreparable, que me mueve dió el respeto. Lo que me pasó a mí me lo hicieron
las entrañas el dolor, yo he llorado tanto, fue mi dig- unos vecinos y nadie me cree porque dicen que soy
nidad, cuando lo cogen a uno tantos hombres y lo la loca y que “quien me manda a estar por ahí sola en
violan, no entiendo por qué los hombres no respetan la calle”, me ha tocado muy duro y más después de la
que uno tiene el derecho a tomarse una cerveza, a sa- desaparición de mi esposo, a él dicen que lo mataron
lir sin que nadie la moleste, las mujeres también so- en Viotá, que porque era de grupos armados, mi hijo
mos libres y tenemos derechos, merecemos cuidado. preguntó por su papá y lo único que le dijeron fue:
Sin embargo, yo sigo resistiendo, me han ayudado −No se preocupe por su papá y más bien vea por
a resistir las plantas, la casa, mi tierra, mis animales. su mamá y sus hermanos, no espere a alguien que
Estas tierras hablan de todo lo que ha pasado, de las nunca va a llegar.
luchas campesinas por sus territorios y luego de la
llegada de los grupos armados, eso fue fuerte. Aun- Cuando eso mis hijos quedaron huérfanos, por-
que ahora no se escucha mucho de eso y es medio que yo me puse muy mal y no se sabía dónde estaba
sano, sí se veían por estos lares, ahora los problemas el papá, uno de los niños quedó de 7 años, el que
son otros, económicos, poca ayuda por parte del go- tiene ahora 20, ellos lo necesitaban como padre y yo
bierno departamental. Ahora son otras violencias no pude con todo, me sentía muy sola, triste, como
como el que no me reconozcan como víctima, como eso que recorre los huesos, como un vacío, lo quise
lo que me pasó en la policía ese día que les conté, o mucho.
que no aparezca en el registro y no me ayuden a mí Yo le pido mucho a mi Dios que no haya tanta
y a mis hijos. injusticia, porque a mí me han tocado muchas, des-
Sabe, no entiendo cómo no nos reconocen como pués de lo que me pasó los hombres me señalan
víctimas, si la guerra fue muy fuerte, la llegada de como si yo no fuera una mujer completa, incluso los
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crónicas y voces

que me hicieron eso, pero yo no entiendo ¿entonces que necesitaba el pueblo, eso no es como ahora que
para qué me hacían eso en Liberia? En parte me qui- queda uno esperando y no le dan nada, ni el Estado,
taron las ilusiones pero yo sigo trabajando y estando ni la guerrilla. Pero después me di cuenta que trajo
en mi tierra, así me la quieran quitar. Como Casan- muerte y angustia con la llegada de los milicianos al
dra recibe el fuego de Apolo, de esos hombres que la municipio, por eso ya no me gusta eso, eso era cuan-
acallan y la violentan. do era pequeña y tenían otros ideales, ahora todos
Sigo, yo soy de una familia de lucha, mi vida en la son iguales, todo es guerra y muerte.
niñez era una dulzura, mi madrecita santa porque ya Mi mamá me crio con ideales. En Cuba aprendí
está en los cielos, me decía: mucho. Volví aquí con mi gusto por la política, con
–Mija, usted es igual a todas. mi saber. Sin embargo, aprendí mucho de ellos y por
eso sigo luchando, luché al sentirme sola, me inten-
Me apoyaba, me enseñaba, me cuidaba. Cuando taba salir del psiquiátrico, me escapaba, recorría mis
yo tenía 15 años me mandaron a Cuba, a otro país, tierras que me dan vida, me venía desde Bogotá a
la gente de La Juventud Comunista, por ese enton- pie, es aquí donde me siento viva a pesar de todo.
ces ya había nacido la guerrilla con sus ideales. Yo Respire, respire y verá que aquí lo que tenemos es
soñaba con ser grande y ser una armada para ayudar vida. Esa es mi resistencia, por eso sigo soportando
a la gente, yo me imaginaba que eso era lo más gran- y queriendo estar aquí. También me tocó el despla-
de del mundo, yo veía que ellos caducaban deudas, zamiento, en los días previos a los enfrentamientos,
iban y se ponían al frente de una alcaldía, entonces los helicópteros casi todos los días, gente corriendo,
hacían cumplir las leyes. Pongamos que si acá venían después de las 6 de la tarde era mejor estar en la casa
y querían echar una carretera, entonces ellos iban y por el toque de queda, ese día yo estaba metida en la
se ponían, se enfrentaban a lo que fuera y hacían que boca del lobo, vi mucha muerte, gente con miedo ba-
se hiciera, que se hiciera lo que se había pedido, lo jando en esos carros, animales, la cosecha perdida,
173
ecos e historias

la muerte rondaba, nos soplaba la vida, yo aguanté se fuera yo podía seguir, le pido a ella que me ayude,
aquí en la finca unos días hasta que me bajaron. Yo y a diosito lindo que me levante de alguna manera,
incluso con los disparos y helicópteros no me quería ella me ha sacado de las cárceles y de la vez que me
ir de esta tierra que quiero tanto, la tierra que me vio fui al salto de Tequendama a tirarme cuando estaba
nacer, de la que aprendí del campo, de la lucha y de cansada. El amor que les tengo a mis hijos me ayuda
ese sueño mío que es la política. Porque mi gran des- a salir adelante, a no morir.
viación ha sido la política, me sale del alma el sueño Así me digan ignorante o poca cosa, con esa frase
de ayudar a los demás, así a mí no me ayuden para de que soy loca, que como Casandra es acallada en
mí la paz sería vivir en un mundo con oportunidades tanto no es escuchada. Yo he amado mucho a mi tie-
y dignidad, para todas las mujeres y hombres. rra y me gustaría que siendo mi tierra natal, pues que
Deberían darnos la oportunidad a las mujeres, en todo el mundo fuera libre, que tenga proyectos en la
este país políticamente los hombres a veces pueden vida, oportunidades, me admiro de lo que nosotros
cometer sus errores y vuelven y los reeligen. Como hemos podido lograr, como dice mi hijo esta historia
Apolo, a los hombres se les da el lugar de decisión, es una inspiración, una historia de resistencia, que
de poder y como a Casandra, a las mujeres no nos permite seguir soñando y vivir hoy por hoy.
han dado la oportunidad, según ellos las mujeres no Leonor Cerrano sigue hoy resistiendo desde la lo-
tenemos ningún valor. cura como un saber divino. Con la maldición de no
La mujer ha sido abolida por los políticos, por la ser escuchada, al igual que la moral humana lo que
gente; le dicen a una: ella sabe y dice habla del deber ser, pero es acallada,
sus palabras señalan peligros del futuro a partir de
−Es que usted es una loca. sus saberes frente al conflicto, marcan el subsecuen-
−Pero soy una mujer con sueños, como mi mamá te desastre social en caso de apostarle a más guerra y
que fue una gran líder, ella me dijo que cuando ella no aprender de nuestra historia.
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crónicas y voces

175
crónicas y voces

Los títulos sobran, ¿pa’ qué tanto título?

H
ay un problema bien verraco cuando se Por allá a principios del siglo pasado mi abuelo
quiere saber sobre el conflicto y es que todo y su grupo de compañeros, campesinos capaces y
se quiere hacer de afán. Nosotros que he- analfabetos,  se resistieron ante la injusticia. Las
mos recogido al muerto, que lo hemos enterrado, gentes se organizaron e hicieron que se repartiera
tenemos otro ritmo. Para generar un vínculo de la primera hacienda de Buena Vista, pero no tardó
confianza que le permita a uno hablar, toca hacer en venir el sicariato para matar a todos esos líderes
las cosas con calma, con tiempo, con paciencia. campesinos. Esa generación vino de las tierras de
Para contar la historia tienen que oírnos, acom- Boyacá y Santander, la mayoría eran familias nume-
pañarnos, tomarse un café, una cerveza, meterse rosas. Siempre se dice que las mujeres dependían en
al baile. Las víctimas creemos en el posconflicto todo de los maridos, pero con la guerra fueron las
pero nos da un miedo terrible con la clase políti- mujeres las que se pusieron al frente del hogar, de la
ca, no queremos que usen toda esta historia para casa, de los negocios, eso sí al principio de pura pa-
robarnos; por eso muchas personas no van a en- labra cuando se negociaba algo porque las mujeres
trar en ese ritmo para hablarle. Las comunidades no tuvieron cédula sino hasta los años 50’. Si usted
tenemos un pensamiento milenario que es nuestra lo piensa bien, nuestra línea de matriarcado es la
forma de defensa. Y una forma de defensa es no
que nos ha permitido sobrevivir. Todas las guerras
contarlo todo…
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ecos e historias

consumen la vida de los hijos e hijas que las muje- los bandos. Si el posconflicto sirve para algo es para
res paren, mujeres fuertes y valientes que nadie ha entender que la mejor forma de resolver la violencia
reivindicado. es incluyéndonos.
Viotá es un pueblo caracterizado por la lucha de Verraco si uno con la guerra no se chifla, la coti-
la tierra y por mujeres que han criado y sacado ade- dianidad se vuelve violencia. A mí me mataron mi
lante a todas estas generaciones. Imagine usted esos bisabuelo, mi abuelo, hermanos y primos, y eso sin
días donde los hombres salían tempranito a jorna- contar la gente que se murió de los nervios, como
lear y a que les dieran garrote los capataces. A las mi mamá o un tío; a ellos se les estalló el sistema
mujeres por su cuenta les tocaba la mayoría de las nervioso central, se dispararon los clipajes, la pre-
veces atender la casa del patrón. ¿Cuántas diabluras sión arterial. Los médicos dicen muchas cosas pero
les habrá tocado aguantar y callar para poder tener uno sabe que fue por la violencia porque uno no es
la posada y la comida? Mayordomos y patrones eran pendejo. Ya no hay lágrimas ¿para qué? tampoco po-
atrevidos porque se creían dioses. Abusos, mano- demos vivir del rencor, porque eso es jodido ¿cier-
seos y quién sabe qué cosas más callaron las mujeres to? no se puede olvidar, pero tampoco se puede...
por defender sus familias. Aquí todavía se entregan cadáveres. Usted puede
ser muy guapa pero cuando ve el poder intimidador
Nosotros tenemos que halarle a la reflexión. Pon- del arma… Si usted escucha disparos es porque algo
ga cuidado. Aquí a veces nos sentamos, nos casa- pasó; disparo de pistola es porque es una organiza-
mos, nos enamoramos o hacemos el sexo debajo de ción armada. Si le pegan a alguien un escopetazo la
unos árboles y todo esto pasa entre hijos de víctimas gente dice estaba robándose algo o le estaba mano-
e hijos de victimaros. Aquí hubo tres actores arma- seando la mujer al otro, pero es otra vaina si se oyen
dos ¿cierto? Los tres actores reconocen que la em- balazos de pistola. Eso es la pura guerra del susto,
barraron, el cementerio está lleno de gente de todos sí, el susto, la cara de la gente en Viotá mirándose
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crónicas y voces

unos a otros, igualitos quedamos todos cuando nos volumen. ¡Claro! es el jefe de jefes, y toda esa vaina
desplazaron en el 2003 y tuvimos que dormir en el y que el torcido; esas canciones las escucha la gente
pueblo en colchones y juncos que se pusieron en el de uno y otro bando, gente buena y malandra. Son
piso. Lo más tenaz del desplazamiento es el drama tres actores armados determinados, muy determi-
humano, cargar con las gallinas, con el dolor de de- nados, pero con un cuarto actor muy verraco que es
jar la vaca amarrada muriéndose de hambre, salir la clase política. Esa sí se la lleva a todos estos...
corriendo y dejarlo todo botado. Nosotros los viotunos somos víctimas históricas.
Eso de la guerra es un mierdero completo. Gen- A mediados del siglo pasado a Viotá se le puso el
te que estaba durmiendo bien en sus casas, con su mote de República Independiente. Al principio todo
plata, no pudieron ni sacarla, corra para el pueblo y el mundo estaba feliz pero en realidad ese mote nos
allá a hacer cola para la ayuda humanitaria; desgra- lesionó ¿cuánto -económicamente estuvimos ha-
ciadamente eso ha pasado en toda parte del mundo. ciendo el estudio- cuántos millones de pesos y miles
En ese momento tan crítico la guerra nos unió para de millones de pesos dejamos de recibir los viotu-
poder enterrar nuestros muertos del lado que fue- nos por esa exclusión política, por esa exclusión so-
ran, mirarnos a la cara porque uno no sabe cómo cial que nos hizo el Estado? A todo lo que se le puso
fue la vaina, qué circunstancias se dieron, quiénes el mote de República Independiente se lo llevó el
fueron los autores intelectuales. “chiras”, no habían recursos del gobierno central, lo
que sí había era persecución. El Estado invirtió más
Cuando usted empieza a ver armas, las de un en seguridad, en “inteligencia” para ver qué hacían
lado, las del otro, esas armas se vuelven su cotidia- los comunistas, no en solucionar los problemas. 
nidad. Que los actores armados dejen ver las armas
que cargan tiene un sentido y esto es meter susto y Yo estudié en Moscú gracias al partido comunis-
terror. Ponga cuidado a la música que oyen a todo ta. Me fui a Europa, a Rusia, estudié en una universi-

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ecos e historias

dad donde llegamos estudiantes de todo el mundo, ces uno muerde. Todos esos libros que están ahí en
se llamaba Patricie Lumumba en honor a un gran mi casa siempre me han visto desde niño, tanto así
hombre líder de África que murió asesinado. A mí que en mi familia siempre estuvo fue en el cuento
me educó el pueblo soviético-ruso, y allá conocí de formarnos.
esas cosas grandiosas del arte y la cultura, de la bue- Yo viajo en el 76 y vuelvo en el 84. Después me
na f ísica, de la buena ciencia... Soy ingeniero agró- organizo para trabajar con comunidades indíge-
nomo, hice una maestría con ellos. Siempre estaré nas y campesinas, hoy en día me dedico a estudiar
inmensamente agradecido con el pueblo soviético. especies nativas y a aprender de los campesinos,
Sí. Me dieron de todo: poder ir al vals o a la ópera también me gusta enseñar todo lo que sé. Yo estoy
cuando eso era una vaina exclusiva de las élites de para servir, me encanta que me pidan un favor. Me
acá en Colombia. A Rusia fuimos personas de todas gusta el conocimiento horizontal que se está dando
partes del mundo, gente que en sus países estaban en las comunidades. Estamos produciendo comida,
en guerra o en procesos de independencia. Fui buen haciendo ecología y recuperando nuestras especies
estudiante, para qué. La primaria la estudié aquí en nativas bajo la sombra. Estamos tratando de quitar-
San Gabriel, el bachillerato en Bogotá, en el Colegio nos ese poder que tenían las entidades y que venía
Nacional Andrés Bello, y me fui a estudiar a otro del Estado para decir ¡vea! si nos organizamos noso-
país, y me fue muy bien. Conocí Asia central, Sibe- tros mismos podemos hacerlo. Queremos nuestro
ria, sé que es la taiga, conozco el Mar Negro, el Mar espacio por constitución. Un espacio para adorar la
de Azov, el Río Volga, el Dniéper, el Lago Baikal. Ha- luna, recordar nuestras leyendas, respetar la natura-
blo ruso, entiendo un poquito los idiomas... la vida leza, volver a sembrar tranquilos. Las victimas pe-
me enseñó que tengo que estudiar economía y polí- dimos que nos miren como gente verraca, echados
tica porque cuando uno estudia es muy dif ícil que le para adelante, trabajadores, porque eso es lo que
metan el dedo a la boca, y si se lo meten pues enton- somos.
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crónicas y voces

Pienso que el desarrollo de San Gabriel viene joder allá. Entre todos es más fácil hacer la minga y
el día que conozcamos la importancia del agua, es arreglar un camino real, que ver que lo destruyan.
desde las cuencas que vienen los planes de vida; Si tenemos idea de lo público es más dif ícil que
el problema es que los planes de ordenamiento nos roben. La piedra angular está en la educación.
territorial que hacen los políticos desde el Estado Tenemos que conocer nuestros territorios desde
están a contrapelo con el cuidado de la naturale- adentro para poder defenderlos, amarlos, respe-
za. El agua nos identifica a todos. Para entender tarlos. El territorio no se compra, uno es parte de
cómo funciona la cosa toca venir al campo no sólo él cuando se gana el derecho estando aquí. Por eso
de visita, por eso le digo, vengan a vivir con noso- acuérdese cada vez que se eche algo de comer a la
tros, tráigase al marido o consigan por aquí. Hay boca: todos los días no necesito un psicólogo, un
que trabajar hombro a hombro con las comunida- abogado o un médico, pero todos los días sí nece-
des, mirar si se consigue un lote y usted misma se sito un hermano campesino que es el que cultiva la
pone a trabajar su pedazo de tierra, joder aquí y tierrita ¿no cree usted?

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crónicas y voces

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crónicas y voces

Viotá: Mercados Campesinos


una alternativa de economía

A
lrededor de las siete de la mañana cojo un hace necesario para retomar la palabra y la fuerza, la
bus con destino a la vereda Puerto Brasil, valentía de salir adelante.
tengo una cita con Emiro Navarro en la Emiro es el actual presidente de la asociación
sede de Viotá de la Federación Nacional Sindical de trabajadores campesinos, la cual se fundó con el
Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO), baluarte propósito de fortalecer el proceso organizativo en
de varias luchas y reivindicaciones campesinas. torno al tema de Mercados Campesinos en la región
Este líder comunitario nacido en San Pedro, del Tequendama, organización que agrupa a perso-
municipio empotrado en los Montes de María del nas de diferentes veredas del municipio de Viotá.
departamento de Sucre, llegó en el 2004 a Viotá. La Entre risas me cuenta que se paseó el país de taller
historia de su vida resuena con las historias de otros en taller, que conoce varios países a causa de su pro-
líderes y lideresas quienes han tenido que huir de sus ceso organizativo y que él es un orgulloso egresado
tierras para salvar la vida. En su caso, a los Montes de la universidad de la vida.
de María llegaron paramilitares y transnacionales
que venían tras el petróleo y el gas natural… la Hace once años Mercados Campesinos se cons-
historia es larga y culebrera… Macayepo y El Salado tituyó como una alternativa de las organizaciones
encabezan la lista de una serie de masacres donde campesinas a nivel nacional, entre las que cabe
perecieron varios amigos y camaradas. El silencio se destacar a fensuagro, fenacoa, andas, acc,
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ecos e historias

Fundación San Isidro, entre otras, quienes por ese un proceso duro. Yo no era de aquí, de esta región
entonces conformaron el Comité de Interlocución y pues con ayuda de otro compañero que ya cono-
Campesino Comunal. La iniciativa surgió de parte cía se fue afianzando este proceso a través de reu-
de las comunidades campesinas y comunales de los niones veredales y a través de las juntas comunales
departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Tolima con compañeros que ya conocían la idea”. Entonces,
y Meta en el 2004 con el fin de fortalecer, visibilizar la iniciativa tomó vuelo. A finales del 2004 y luego
y sensibilizar a la población en general frente a la de pequeños ensayos se realizó el primer mercado
economía campesina, convirtiéndose en un proce- campesino en la Plaza de Bolívar de Bogotá. De Vio-
so de reivindicación social. La propuesta implica la tá fueron como 10 productores a probar suerte ¡y
comercialización alternativa de alimentos en un es- se vendió todo! Casi cuatro mil kilos de alimentos
fuerzo organizativo, económico y político de comu- provenientes de las tierras viotunas contribuyeron a
nidades campesinas circundantes a la ciudad capi- abastecer las despensas de los bogotanos, los cam-
tal, que apunta a construir y empoderar una política pesinos no cabían de la dicha.
pública distrital que permita defender la soberanía Con el voz a voz, más y más campesinos se unie-
y la seguridad alimentaria y nutricional de Bogotá ron a la iniciativa, pese a que aún había mucho te-
y de la región central del país. Así, se crearon los mor de participar en cualquier proceso organiza-
comités municipales y se apuntó a la consolidación tivo, debido a los hechos violentos que acababan
de los ejes de trabajo: organización, comunicación, de ocurrir. A los que se animaban a reunirse se les
comercialización incidencia política local. explicaba que al eliminar a los intermediarios que
Por ese entonces Emiro estaba en Bogotá y apro- acaparaban los productos se podría obtener una
vechando sus conocimientos, liderazgo y don de mejor ganancia. Así por ejemplo, en el Mercado
gentes, se le encomendó la tarea de organizar el Campesino un labriego podía vender un kilo de plá-
proceso en Viotá. Me dice: “No fue nada fácil, fue tano en mil cuatrocientos pesos, mientras que si lo
186
crónicas y voces

comercializaba con los intermediarios estos solo le los campesinos se reúnen para hacer mingas comu-
pagaban quinientos pesos, es decir, ¡en Bogotá se nitarias inspiradas en las enseñanzas de las mingas
ganaba más del doble! Por ello, entre otras reivin- indígenas. La iniciativa nace en la vereda San Mar-
dicaciones, Mercados Campesinos se convirtió en tín. Un día se reúne un grupo de varias personas y
una vitrina, una especie de gancho para que la gente entre todas trabajan para sembrar en una finca en
de nuevo tuviera la pujanza de defender y exigir sus particular. Se pica la tierra, se enmalla, se prepara
derechos sociales, económicos, políticos y cultura- el abono, se deja todo listo para cuando se vaya a
les. Paso a pasito, día tras día el proceso se ha afian- echar la semilla. Al otro día el proceso se repite en
zado cada vez más. Cuando se lanzaron al agua eran otro predio y así, de manera sucesiva hasta que to-
apenas diez lugareños, hoy en día son más de no- dos sean beneficiados del trabajo en equipo.
venta productores que cuentan con dos canales de También se han adoptado las huertas caseras
distribución de sus productos: uno mayorista y uno orgánicas que permiten a la gente producir, consu-
presencial que son los mercados que se hacen en las mir y comercializar al mismo tiempo. La consigna
diferentes localidades de Bogotá. La participación es clara, no se quieren químicos en los cultivos que
se hace de manera rotativa, y así, todos ganan. dañen la tierra y enfermen la vida. En esta vía, se ha
Una conquista del proceso ha sido el intercam- hecho urgente y necesario recuperar las despensas
bio de saberes y de experiencias. En un mismo lugar de semillas nativas con el objetivo de fomentar una
se encuentran campesinos que comparten y hacen producción limpia, así como una educación agrí-
trueque de alimentos, conversaciones, sueños y cola libre de pesticidas. La idea no solo es empo-
expectativas, esto ha permitido rescatar viejas cos- derar la economía campesina, también es asegurar
tumbres así como adoptar nuevas. No solo se trata una alimentación saludable que a la vez redunde en
de una ganancia económica, tiene que ver con re- el fortalecimiento del proceso organizativo. Todas
tejer la solidaridad y la confianza. Ahora en Viotá las anteriores son estrategias que se han fomentado
187
ecos e historias

para mejorar el nivel de vida de cada familia cam- formación la iniciativa ha tenido el apoyo de la Se-
pesina, a partir de las necesidades identificadas con cretaría Distrital de Desarrollo Social. Para la rea-
ellos mismos, quienes de manera paulatina han pro- lización de cada Mercado Campesino se cuenta
puesto nuevos mecanismos, nuevas formas de hacer. con coordinadores de base quienes envían un re-
porte con la cantidad de productos que salen con
Con la organización de los Mercados Campe-
rumbo a Bogotá, así, cuando los campesinos lle-
sinos se busca un mercadeo justo de los produc- gan al mercado cada uno dispone de todo el apoyo
tos que traiga bienestar familiar y comunitario. Si logístico que necesite para ofrecer sus productos.
bien es cierto que los precios de comercialización De manera mensual se realizan informes de segui-
son superiores en Bogotá, a los que los interme- miento con todas las actividades que se realizan
diarios pagan por la producción campesina, una para fortalecer el proceso. No solo se resaltan las
gran dificultad es y ha sido el acceso vial así como cantidades de alimentos producidos y comerciali-
el transporte de los alimentos, las vías son preca- zados, también es importante mencionar cuantos
rias y el alto costo de la gasolina impacta sobre el productores participan de manera directa e indi-
costo de transportación. Es indudable que esta ini- recta. Muchas veces una persona que va al merca-
ciativa necesita del apoyo estatal, departamental y do lleva algún producto del vecino, quien no sale
municipal, tanto en materia de recursos económi- de su vereda pero resulta beneficiado del evento
cos como en mecanismos que permitan mejorar la en Bogotá
producción y mercantilización de los productos,
éste quizás, es el mayor reto con el que desde el Gracias a la red solidaria que se ha tejido el
lado gubernamental se enfrenta la iniciativa. proceso se mantiene fuerte. No solo los campe-
sinos productores o los beneficiarios indirectos
A su vez es necesario mencionar, que al ser una hacen parte de este entramado social, también
política pública del distrito de Bogotá, desde su los jóvenes, las juntas de acción comunal, las or-
188
crónicas y voces

ganizaciones de mujeres, los colegios veredales. mentales, así como a nivel nacional. Desde la aso-
Actualmente se producen cerca de ocho mil ki- ciación que agrupa en el sector a los campesinos
los de alimentos, entre plátano, aguacate, banano, que hacen parte de la iniciativa, se intenta incidir
naranja, mandarina, carne de res, carne de cerdo, en los diferentes espacios de la administración
pollo, pescado, guatila, yuca, habichuela, mora, municipal como: consejos de desarrollo rural, co-
tomate, tomate de árbol, piña, lulo, limón, caña, mités de participación comunitaria, sesiones del
mango, fresa, panela, yuca, maíz y por supuesto, consejo, entre otros, con el propósito de señalar
café, que ahora es procesado de forma artesanal la importancia de la organización campesina a la
por los campesinos. La variedad de alimentos ha- vez que se rescatan los mecanismos de defensa de
cen agua la boca; al contar con los tres pisos tér- la comunidad.
micos en Viotá pulula la diversidad. Es evidente En los mercados no solo se comercializan los
que con proyectos que fortalecieran la producción productos que campesinos y campesinas siem-
a pequeña y mediana escala, que el campesino pu- bran en sus fincas, también se venden productos
diera manejar, se aprovecharía mucho mejor la artesanales que éstos realizan con sus manos, así
abundancia que producen estas tierras. como una variedad de comidas que son prepara-
Como parte de la consolidación de los Merca- das para el disfrute de las personas que visitan el
dos Campesinos, los lugareños han recibido capa- mercado. Los alimentos y artesanías que se co-
citaciones por parte de fensuagro y otras orga- mercian en el marco de los Mercados Campesinos
nizaciones en temas tan álgidos como economía son productos de excelente calidad que se consi-
campesina, canales de comercialización, agroeco- guen a un precio muy económico debido a que se
logía o manejo de abonos orgánicos. Todos estos busca reducir la cadena de abastecimiento, acer-
aprendizajes se encuentran orientados a incidir cando al productor con el consumidor. Esto gene-
en los planes de desarrollo municipales y departa- ra una consciencia sobre el valor del trabajo cam-
189
ecos e historias

pesino lo cual redunda en el desarrollo económico definitiva, los Mercados Campesinos afianzan los
de la región, así como en la posibilidad de generar vínculos de compañerismo, retejen los lazos de
espacios de encuentro que le permitan trabajar a amistad y sobre todo, agencian y empoderan la
la comunidad en torno a un objetivo común. En economía solidaria de la comunidad campesina.

190
De nuestra experiencia un recuento
Carta a la comunidad

Q
uisimos reunir nuestras voces, sentires y ción que nos contextualizara, pero no fue sino hasta
aprendizajes para honrar a las comunidades cuando visitamos la región de Rionegro y del Te-
que acompañamos durante este proceso que quendama que nos dimos cuenta de la fuerza de su
comenzó en 2013 y que se anuda ahora, en 2018. gente, la imponencia de las montañas, el frescor del
Nuestra intención es retroalimentar a modo de co- olor a campo. Sabíamos que era un reto llevar este
rrespondencia aquellos aprendizajes que nos atra- proyecto a cabo, pues los desmanes de la guerra ha-
vesaron para instalarse de manera permanente en bían sido muchos.
nuestras vidas… Aprendimos que somos memoria Cuando por primera vez nuestros ojos se cruza-
viva, cambiante y sentida; que somos una comuni- ron con estas tierras, nuestros corazones latieron
dad que se teje en el afecto, la diversidad y la auto- fuerte, estábamos ansiosas, llenas de ideas y curio-
nomía y sobretodo, que somos aquello que hemos sidad. En esos primeros encuentros reconocimos a
caminado juntos, motivándonos a seguir andando. personas de una pujanza que alimenta el alma, for-
Antes de comenzar este proceso, poco o nada talece la voluntad y revoluciona la vida. Estábamos
sabíamos de La Palma y Viotá. En un primer in- frente a una gran invitación: pensar y crear juntos,
tento por acercarnos a estos territorios recónditos espacios de reconstrucción del tejido social para re-
y misteriosos, buscamos por cielo y tierra informa- mendar esa gran red que había sido rota por cau-
ecos e historias

sa del conflicto armado. En las historias de lucha y la dignidad tantas veces pisoteada. Sabemos que
en las palabras, la valentía se encontraba a flor de las libertades de los pueblos no llegan en silencio
piel. Así comenzamos a creer y luego encarnar la ni indiferencia, por eso nuestra opción es cuidar,
posibilidad de construir una realidad distinta: acep- acompañar y potenciar las luchas de las comunida-
tamos el gran reto de romper, pero a la vez respetar des. Creamos, jugamos, pintamos junto a los cam-
el silencio, reconocer el miedo, expresar los dolores, pesinos diversas iniciativas para que este mundo
perdonar las culpas y exigir nuestros derechos. no siga promoviendo la guerra. La realidad social
de nuestro país está dispuesta para ser interpelada,
Cada vez que nos encontrábamos la red se for- cuestionada por el que se indigna ante la impuni-
talecía más, a veces nos confrontábamos o estába- dad. Es una realidad que nos desaf ía a proponer
mos en desacuerdo y eso también era valioso pues alternativas que disminuyan el incesante baño de
nos comunicaba que el encuentro humano entre sangre que por tantas décadas nos ha tocado. Las
nosotros era profundo, respetado y sagrado. Todos historias de viotunos y palmeros se entretejen con
estábamos involucrados desde nuestras historias, las nuestras, pues también somos hijas de una gue-
nuestras comprensiones y nuestras potencialidades. rra sin tregua y sin cuartel que nos ha acorralado
Sabernos acompañados alimentó una complicidad con políticas de odio, haciéndonos creer que soñar
que la violencia no puede tocar, ni los intereses eco- es imposible. Pero al crear en colectivo, pudimos
nómicos, geopolíticos ni sociales pueden comprar, ver nuevas perspectivas…
una complicidad en dónde la diversidad en todas
sus formas se comenzaba a identificar como un es- Las comunidades nos han enseñado cosas impo-
cenario posible y necesario. sibles de aprender en la academia, a veces los libros
y las investigaciones se quedan cortas para com-
Fue preciso aprender a escuchar con todos los prender nuestra compleja realidad. En el campo, el
sentidos para sumar nuestra voz al reclamo por río, la montaña, los caminos infinitos, la sonrisa de
192
crónicas y voces

los niños, el diálogo con los abuelos, las ilusiones dad de adoptar nuevas posturas y posibilidades.
de los jóvenes, la verraquera de las mujeres y hom- Las reflexiones sobre lo “ya dado” y lo “ya dicho”
bres, encontramos otras formas de crecer y hacer. como agentes que fueron puestos en cuestión, nos
Recibimos de la comunidad sus historias de fuerza permitieron salir de zonas de confort a las que de
y resistencia, y asimismo estuvimos en disposición alguna manera estábamos acostumbradas. Así se
de aprender y sorprendernos de esa gran universi- desvanecieron cimientos y al ocurrir esto logramos
dad que es la gente de a pie. ver otros puntos de vista, otros mundos posibles.
Entonces buscamos hacer que las certezas se torna-
Nuestras lecciones estuvieron marcadas por ran extrañas pues creemos que apostándole a otras
nuevos aromas, sabores y comidas. Cada miembro formas de pensarnos el vínculo social, podremos
de la comunidad se convirtió en un hábil maestro movernos del lugar en el cual la violencia está nor-
que nos enseñó a honrar y escuchar la sabiduría de malizada.
la naturaleza, nos mostró otro país, activó nuestros
pies con largas caminatas y nos contagió de una es- Así pues, hacer señalamientos para reconocer
peranza abrumadora. En este encuentro con el otro formas de sometimiento y desigualdades se convir-
también aprendimos que por más que nos exijan tió en un deber ético para buscar y promover cam-
cifras, números y datos estadísticos para engrosar bios locales. Construimos nuestro quehacer desde
análisis vacíos, con cada sujeto se teje un vínculo una perspectiva de mutualidad, la cual sugiere una
que es imposible traducir en datos: La experiencia colaboración entre acompañante y acompañado
nos rebasa, el sujeto no puede contenerse en un que tienda a ser menos jerárquica, autoritaria y
trozo de papel. pase a ser más horizontal, democrática e inclu-
yente. Para lograr esto es importante complejizar
Esta fue una experiencia de construcción y de- la forma de vernos y entender el mundo, lo cual
construcción constante, así como una oportuni- toma sentido cuando nos ponemos diferentes len-
193
ecos e historias

tes que nos permiten tener otras comprensiones. Junto al poder de las palabras, el diálogo de sabe-
En esta vía, nuestro actuar enlaza el agenciamiento res se alza como un elemento potente y transforma-
y la responsabilidad compartida para no volvernos dor en el proceso de acompañamiento psicosocial
figuras indispensables ni protagonistas de los pro- que permite modificar las relaciones de poder al po-
cesos que acompañamos, sino más bien realizar sicionar como iguales al acompañante y el acompa-
intervenciones situadas y contextualizadas, donde ñado, sin que esto implique anular y reducir sus di-
se movilicen los recursos de las personas. ferencias, contextos e historias que los hacen ser su-
jetos particulares. El diálogo de saberes ha permitido
Al ser el lenguaje un vehículo que construye reivindicar las voces e imaginarios de comunidades
realidades, podemos reconocer que no solo somos muchas veces maltratadas e invisibilizadas por las
arquitectas de conversaciones, sino también de violencias y factores estructurales que las arrojan a
mundos. El poder de las palabras como posibili- la periferia en un sistema económico perverso. En
dad para construir nuevas dinámicas y relaciones esta misma vía, el diálogo de saberes nos ha permi-
sociales, en escenarios afectados por la guerra y tido reconocer que en medio de este contexto hay
las violencias estructurales y culturales, se vuelve lugar para la solidaridad, prácticas y estrategias de
entonces un as bajo la manga. La palabra como resistencia y supervivencia, cohesión y paz.
mecanismo para sacar, expresar y compartir el Este caminar y acompañamiento que supone
dolor, pero también como medio de transforma- ser agentes de cambio, está movilizado y alimen-
ción, como forma de reivindicación y exigencia. tado por una visión desde la capacidad y no des-
La palabra como manifestación de la diversidad y de el déficit. Reconocemos entonces las diversas
la riqueza de las comunidades. Las palabras como voces y los recursos presentes que son vía hacia
memorias y relatos que reconstruyen y reactivan el cambio y hacia la obtención de un bienestar
la historia. genuino y libre, para tener como resultado el que
194
crónicas y voces

cada persona sea la autora de su vida, que se escri- de sufrimiento con el fin de ayudar a transmutarlos.
ba e imagine desde su propia voz. Luego de recogidas las historias, de realizados los
encuentros, de volver de las veredas a la gran ciu-
También vislumbramos una construcción com-
dad y sentarnos a realizar las labores de transcrip-
pleja y bella sobre el ser y el hacer político que transi-
ción, revisión teórica, categorización, análisis y todo
ta por los escenarios, los cuerpos y las memorias de
aquello que implica el trabajo que hacemos, no sólo
los participantes. Así, reconocimos que hay nuevas transcurre un tiempo lineal o cronológico, sino que
maneras de entender la política en el sector rural, no podemos entender que también fibras internas de
como acuerdos negociados entre sectores del po- nosotras se ven compelidas. Se nos revuelve el estó-
der, sino como formas que reivindican lo cotidiano mago, tenemos pesadillas, padecemos de insomnio,
y que trascienden a diferentes contextos al promover perdemos el apetito, lloramos de indignación, rabia
e impulsar otros valores, ideales, prácticas, discur- e impotencia, nos duele la cabeza o somatizamos el
sos y relaciones que dan lugar a acciones colectivas dolor en otras partes del cuerpo. Y aunque a primera
e identidades campesinas, en medio de un mundo vista no seamos conscientes de estos hechos, tal y
globalizado. como sucede con muchas personas de la comunidad
Pensamos que acompañar a otros es una posibili- que han sufrido vejámenes por parte del conflicto
dad de crearnos y reconstruirnos nosotras mismas. armado, dichos cambios ocurren para hacernos sen-
Al ser tejedoras de las historias que otros nos permi- tir todo el peso de la guerra.
ten conocer, intentamos dar trámite a los horrores Esta dimensión insondable del trauma ocurre no
de la violencia y esta no es una tarea fácil. Acompa- en un tiempo, como se mencionaba antes, exclusi-
ñar un proceso psicosocial implica también un des- vamente lineal, sino en un tiempo otro, para utilizar
gaste físico, psicológico y emocional para quienes una expresión acuñada por el psicoanálisis, el tiempo
tenemos la labor de escuchar los relatos cargados del inconsciente. Por ello es necesario que podamos
195
ecos e historias

decantar las experiencias y las historias de la comu- cada vez que llegamos a una casa como vianda que
nidad que surgen del derecho de estar cargadas de prende la llama de la conversación y la posibilidad
dolor, para así poder poner en palabras la experien- de historias que se nutren desde diferentes lugares.
cia de violencia. Es entonces vital que en cualquier Al reconocer la importancia de estar juntos y cons-
proceso de acompañamiento psicosocial, además de truir con otros, movilizamos la posibilidad de crear,
fijarnos y contemplar los datos cuantitativos, tenga- construir y ser solidarios, de resistir en comunidad.
mos en cuenta otro tipo de procesos que no pasan Los pequeños cambios en lo cotidiano, las reflexio-
por aquello que puede ser medible y verificable, por- nes, los nuevos proyectos que ha emprendido la co-
que es en esta dimensión que las memorias traumá- munidad con iniciativas propias, llenan de sentido
ticas pueden ser resignificadas, tanto para los miem- nuestra labor. Cuando nos dicen que una conversa-
bros de las comunidades que acompañamos como ción generó acciones distintas que dieron bienestar,
para nosotras mismas. cuando vemos que una mujer se arriesga a confiar
en sí misma, cuando un grupo le apuesta a lo colec-
El entramado de historias y desafíos implica re- tivo o cuando un joven reconoce la importancia de
conocer los desconsuelos y suplicios de la violencia, visibilizar y hablar de la historia del municipio como
así como las luchas de resistencia que día a día nos mecanismo de no repetición y de reconocimiento
inspiran, nos marcan y se convierten en trampolín de sus luchas, nuestra alma se conmueve.
para seguirnos construyendo pues alimentan nues-
tro cuerpo y nuestra psique de emociones y sensa- Pensamos en cada uno de esos rostros que nos
ciones antes desconocidas. La impotencia se mezcla han mirado, que nos han sonreído e incluso que
con la esperanza, la rabia con el optimismo. nos han cuestionado, poniéndonos desaf íos, re-
tando nuestras concepciones y significados, ayu-
Así, agradecemos profundamente la posibilidad dándonos a deconstruir creencias. Es un juego de
del encuentro, de ese tinto caliente que nos recibe espejos, pues en ese otro que acompañamos nos
196
crónicas y voces

reconocemos a nosotras mismas. Hilamos con que la adversidad es una oportunidad de crecimien-
nuestras compañeras esta historia de acompaña- to comunitario del que nacen nuevos liderazgos y
miento que nos atraviesa la vida, donde el estar de cómo los lugareños eran portadores de historias
juntas posibilita seguir adelante desde esa apuesta que resignificaron nuestra existencia. Vimos cómo
por lo colectivo. su identidad de victimas cambió y cómo el com-
Remendar con hilazas de colores, puntadas dis- partir historias de vida nos ofrece la posibilidad de
tintas, y variedad de telas, el tejido social roto por la continuar tejiendo redes. Ahora cuando pensamos
guerra, nos ha enseñado a seguir adelante, viendo en La Palma y Viotá identificamos un cúmulo de
que esa apuesta mágica a muchas manos es posible, lugares a dónde podemos llegar y personas valiosas
trascendente, constante y resistente. Aprendimos que representan familiaridad y calor de hogar.

197
Bibliografía
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850013121001201400001-14.pdf. dex.php?option=com_content&id=4063.
Contenido Acabaron con el cuerpo, no con la mente
Después del fin: la locura de la guerra
107
113
Prólogo 7 Gracias a Dios estamos vivos... y con ganas
de seguir viviendo, ¡de verdad que sí! 119
El proceso caminado: breve contextualización
sobre Viotá y La Palma 10 Una historia de lo antepasado 127
Por mi hermano, por mi familia y por mí… 135
Sobre muñecas, sueños y sombras 21
Un sueño cumplido: Viviendo utopías 143
Herencia campesina 29
Levantada de la nada.
Vivir la vida: la piel fortalecida 37 Destruida pero no derrotada 151
Del Paraíso Terrenal 43 Vivencias de una palmera 159
El ave fénix 51 Mujer entre cafetales, política y “locura”.
La gente aquí me respeta mucho, Historia de inspiración y resistencia 167
saben que mi historia es de aguante 59 Los títulos sobran, ¿pa’ qué tanto título? 175
Entre peces, caminos y silencios 65 Viotá: Mercados Campesinos, una alternativa
Me decía que soñaba vernos viejitos... 73 de economía 183
Memoria de La Pisca 81
Esta historia nos concierne a muchos 91 De nuestra experiencia un recuento 191
Ráfagas de despedida: las huellas del perdón 99 Bibliografía 199
Reseña biográfica de las autoras

angélica pineda-silva Nacional de Colombia, 2009. Mención de honor en Li-


teratura en el III Festival Regional de la Cultura. Gara-
Bogotá, Colombia (1983). Fotógrafa y literata. goa, Colombia, 2000. Editora de los libros Memorias
Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia y Farianas Volumen I y Volumen II (2018); Bolivarismo
Magíster en Psicoanálisis, Subjetividad y Cultura por y Marxismo: un compromiso con lo imposible (2018);
la misma universidad. Cofundadora de Tejidos del Décimas de la Selva o Diez Décimas para Niños y Ni-
Viento. Ganadora de la Beca Circulación en Literatura ñas (2018), con Los Ojos del Alma (2018). Coautora de
IDARTES (2017). Ganadora del Concurso Transfor- los Poemarios Epifanías/Reflejos (2018) y Para Antes
mando espacios para la Paz, intervenciones artísticas de Más Tarde (2018); autora de Inflexiones de la Obra
y juveniles en el marco de la Cumbre Mundial de Arte de Arte en el Vínculo Social (2015).
y Cultura para la Paz de Colombia (2015). Mención de
honor y reconocimiento como Experiencia Significati- marcela porras urrego
va de Intervención Psicológica sobre salud mental en
Colombia, Colegio Colombiano de Psicólogos, COLP- La Ceja, Antioquia, Colombia (1986). Terapeuta
SIC y Asociación Colombiana de Facultades de Psico- Gestal Integrativa de la Escuela de Transformación Hu-
logía, ASCOFAPSI, 2014. Mención de honor a Trabajo mana. Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana.
de Grado para optar al título de psicóloga, Universidad Cofundadora de Tejidos del Viento. Con experiencia en
ecos e historias

el acompañamiento psicosocial a comunidades con en- nos, especialmente a mujeres víctimas de violencias.
foque sistémico y alternativo transpersonal; perspecti- Coautora del libro La luz que nos queda, publicación
va de género y derechos humanos. Mención de honor: realizada por la corporación Sisma mujer que reco-
reconocimientos de experiencias significativas de inter- ge la documentación de 40 casos de mujeres vícti-
vención psicológica y psicosocial en salud mental en Co- mas de violencia sexual. Ha realizado investigaciones
lombia COLPSIC, 2015. sobre las memorias sensoriales y corporales en
Apasionada por el trabajo en comunidad e impulsa- mujeres en situación de victimización y el rol de la
dora de la creación colectiva y en red. Intereses de acom- escucha como espacio transformador y humano en el
pañamiento en torno a temáticas de violencia sociopolí- acompañamiento a mujeres.
ticas, medicinas tradicionales y alternativas, resiliencias,
resistencias, construcción de paz, cine y expresiones y ángela patricia ruiz lópez
narrativas a través del cuerpo y sus memorias. Cami-
nante consciente de su naturaleza cíclica y sagrada, cree Bogotá, Colombia (1987). Psicóloga de la Pontificia
en la capacidad de sanación, la entrega de los dones del Universidad Javeriana, especialista en Acción Sin Daño
amor y del servicio. y Construcción de Paz de la Universidad Nacional de
Colombia y Magister en Desarrollo Educativo y Social
juliana ospitia rozo de la Universidad Pedagógica Nacional y Fundación
CINDE. Con experiencia en acompañamiento psico-
Ibagué, Tolima, Colombia (1985). Psicóloga. Es- social desde un enfoque de género y herramientas ar-
pecialista en psicología social y magister en cons- tísticas a comunidades que han sufrido vulneraciones
trucción de paz. Cofundadora de Tejidos del viento. en derechos humanos. Desde su interés por la literatura
Con experiencia en acompañamiento a comunida- como herramienta de acompañamiento, en el año 2016
des desde el enfoque de género y de derechos huma- asistió al Taller de Escritores que dirige el Departamen-
204
crónicas y voces

to de Humanidades y Letras de la Universidad Cen- de red social, derechos humanos, resolución de con-
tral. Actualmente sus labores están dirigidas a pro- flictos, acompañamiento a estrategias comunitarias
yectos para prevenir violencias contras las mujeres. de construcción de paz, servicios de psicología clíni-
ca familiar e individual desde el enfoque sistemático.
Es docente universitaria y  ha realizado investigacio-
tatiana andrea sarmiento grillo nes sobre el impacto de las experiencias significati-
vas en el marco de procesos de atención psicosocial,
Bogotá, Colombia (1985). Psicóloga con énfasis en
reflexiones sobre la ética del cuidado,  las nuevas ciu-
psicología social de la Pontificia Universidad Javeria-
dadanías y la diversidad sexual. Cree en la fuerza de
na, con mención de honor, otorgada por el consejo de
las narraciones como opción para generar nuevas po-
facultad en consideración a la alta calidad académica
sibilidades.
del trabajo de grado  Hacia una comprensión de las
prácticas de cuidado en personas transgénero a par-
tir de sus experiencias de cuerpo. Postulada al premio maría alejandra echeverry carvajal
Otto de Greiff Mejor Trabajo de Grado versión 15
-2011. Magister en Intervención en Sistemas Huma- Pitalito, Huila, Colombia (1988). Trabajadora So-
nos de la Universidad Central, con experiencia en in- cial de la Universidad Nacional de Colombia, espe-
tervención y acompañamiento psicosocial a poblacio- cialista en Derechos de los niños y niñas y Magister
nes violentada por el conflicto armado y las violencias en Comunicación, desarrollo y cambio social, con
cotidianas, a partir de un enfoque construccionista trayectoria en procesos comunitarios desde el campo
social y desde la perspectiva del trabajo en red. Ha de los derechos humanos, salud y educación. Actual-
desempeñado labores en las áreas de fortalecimiento mente es docente en investigación cualitativa.

205
El presente libro, galardonado en 2017 por la
Universidad Central y su Facultad de Ciencias Sociales,
Humanidades y Arte, con la distinción de Libro Meritorio en el
“Concurso Nacional de Crónica y Testimonio -2016”, se terminó de
imprimir en ciudad de Bogotá en el mes de noviembre de 2018.
Fue levantado en caracteres Warnock Pro, Din Light y Bell MT
bajo el cuidado editorial de la Fundación
Renascentro Ateneo Literario.
Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)

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