Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
“Porque viviréis con cada palabra que sale de la boca de Dios.” (Ibid., 84:43-44,)
Es cuando con esto cumple que el poseedor del sacerdocio puede recibir las
bendiciones y recompensas ofrecidas por el Padre Celestial en “el juramento y
convenio que pertenecen al sacerdocio.”
El estado de aquellos que descuidan o faltan a sus obligaciones en el sacerdocio,
es definido en esta forma por el Señor: “. . . El que violare este convenio,
después de haberlo recibido, y lo abandonare toralmente, no logrará el perdón
de sus pecados ni en este mundo ni en el venidero.” (Ibid., 84:41.)
Considerando tal penalidad por la violación del convenio, uno debe meditar
bien antes de aceptar las obligaciones del mismo; sin embargo, no debemos
dejar de considerar las palabras previas del Señor: “. . . ¡Ay de todos
aquellos que no aceptan este sacerdocio. . . !” (Ibid., 84:42; cursiva agregada.)
Tal es la seria importancia del “juramento y convenio que pertenecen al
sacerdocio,” Podemos encontrar una interesante explicación al respecto en la
sección 84 de las Doctrinas y Convenios, comenzando con el versículo 33.
A juzgar por esta revelación, es aparente que para que un hombre pueda
progresar cabalmente hacia la vida eterna, propósito para el cual la mortalidad
ha sido dispuesta, consiste en obtener y magnificar el Sacerdocio de
Melquisedec. Siendo nuestro propósito “. . .la vida eterna,… el máximo de todos
los dones de Dios” (Ibid. 14:7), es de incalculable importancia que
comprendamos lo que la magnificación de nuestros llamamientos en el
sacerdocio requiere de nosotros:
1.- Que obtengamos un conocimiento del evangelio.
2.- Que vivamos en armonía con las normas del evangelio.
3.- Que sirvamos con dedicación.
Y yo, Juan, vi que no recibió de la plenitud al principio, más recibía gracia por
gracia;
Y no recibió de la plenitud al principio, más progresó de gracia en gracia,
hasta que recibió la plenitud. (Doc. y Con. 93:12-13.)
Jesús declaró que los mandamientos que debemos guardar están contenidos en
las Escrituras; y agregó: “Si me amas, me servirás, y guardarás todos mis man-
damientos.” (Ibid., 42:29.) Y también, “. . . A quien guardare mis
mandamientos, revelaré los misterios de mi reino, y serán en él un manantial de
aguas vivas, brotando a vida eterna.” (Ibid.,63:23.)