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(APA, 2014), para con ello, poder dar cuenta de los cambios conceptuales que han devenido. Cabe
señalar que a pesar de las diferencias conceptuales encontradas, es de gran relevancia la revisión
de ambos manuales, para obtener una visión más amplia y con ello realizar un diagnóstico
adecuado.
Trastornos de la alimentación
anorexia del bebé, las obesidades y otras conductas alimenticias aberrantes, además, se señala
puntualmente que el cólico del tercer mes, los vómitos psicógenos y la rumiación se integran
a) Anorexia del segundo trimestre. Es frecuente entre los 5 y 8 meses, ocasionalmente frente a
simple, como trastorno esencialmente reactivo pasajero; y 2) anorexia mental grave, semejante
a la anterior, aunque a través del tiempo la conducta persiste, puede ir acompañado de vómitos
frecuentes. Según la edad, se distinguen: 1) anorexia esencial precoz, que aparece desde el
nacimiento; 2) en el plano diagnóstico, se señala la anorexia precoz grave, pudiendo ser uno
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de los primeros signos de autismo o psicosis infantil; 3) anorexia de la segunda infancia,
b) Obesidad. Se trata de un excedente de al menos un 20% del peso en relación con la media
de aparición. Puede sobrevenir como resultado de crisis de bulimia en el niño, aunque es más
necesidad imperiosa de beber grandes cantidades de líquidos, se debe eliminar cualquier causa
orgánica para poder ofrecer este diagnóstico; 4) pica, se trata de la ingestión de sustancias no
comestibles (clavos, monedas, papel, yeso, tierra, arena, entre varios otros; y 5) coprofagia, se
trata de una afición por las materias fecales, inscrita comúnmente en un cuadro que evoca la
psicosis. Dentro del manual del DSM V, esta dimensión se encuentra dividida en: “Pica”,
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Trastornos de la eliminación: control de esfínteres
por su parte, en el manual de psicopatología del niño de Marcelli y De Ajuriaguerra (2005) los
1) Enuresis. Se trata de la emisión activa, completa y sin control de orina, ya cuando existe una
Por otro lado, la enuresis tiene asociaciones psicopatológicas con el déficit intelectual, la
psicosis y la neurosis.
2) Encopresis. Se trata de la defecación en los pantalones por parte de un niño, cuando supondría
ya una edad habitual de adquisición de control esfinteriano (2-3 años). Al igual que la enuresis,
Respecto a los trastornos de sueño, en el manual del DSM V no existe una categoría donde
con el adormecimiento (insomnio inicial o tardío, rituales y fobias al acostarse, etc.) y las
conductas patológicas que se presentan en el transcurso del sueño, mismas que tienen relación con
sonambulismo, enuresis).
A. Patología del adormecimiento: se presentan 1) el insomnio del primer año (insomnio común e
insomnio precoz severo [agitado y tranquilo]), el cual refleja una relación inadecuada entre el
bebé y su entorno; 2) dificultades en la conciliación del sueño del niño, en donde se presentan
diversas manifestaciones clínicas, tal como oposición, fobia o rituales al acostarse, insomnio
“Trastorno de insomnio”.
B. Parasomnias: donde se agrupan 1) las angustias nocturnas, que se trata de terrores nocturnos,
incluyen el “Trastorno del despertar del sueño REM” (sonambulismo y terrores nocturnos),
C. Patología particular: 1) apneas en el curso del sueño, donde se puede presentar hipersomnia
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Kleine-Levin. Respecto a esta dimensión, en el DSM V se distinguen el “Trastorno de
Trastornos psicomotrices
se inclina hacia el lado izquierdo, aunque se debe considerar el ojo dominante, mano
2) Disgrafía, en el cual el niño muestra una calidad de escritura deficiente, no explicado por
déficit neurológico o intelectual. Si se compara con el DSM V, podemos ver que las
dificultades para la expresión escrita se encuentra dentro del “Trastorno específico del
aprendizaje”, el cual forma parte de los “Trastornos del neurodesarrollo”, cabe señalar que en
3) Debilidad motriz, compuesta por los siguientes factores: torpeza de la motilidad voluntaria
(marcha poco ágil, gestos pesados y burdos), sincinesias (movimientos difusos que implican
muscular activa).
secuencias gestuales o las realizan con torpeza, además de dificultades para vestirse, anudarse
los zapatos, etc. En el DSM V, dentro de los “Trastornos motores” se encuentra el “Trastorno
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5) Inestabilidad psicomotriz, se revelan dos polos de la inestabilidad, el motor y el de la
mención del “trastorno por déficit de atención”. En el DSM V, vemos que esta categoría puede
repetidos frecuentes, involuntarios y absurdos, donde los tics faciales suelen ser los más
fonatorios. Algunos niños pueden conservar sus tics y en la vida adulta presentar el “trastorno
arrancarse los cabellos, algunas veces el niño puede comerse sus pelos, puede aparecer como
Resulta de gran relevancia el estudio de los trastornos del lenguaje, ya que pueden provocar
un retraso en las interacciones del niño con su entorno, además de llevarle a dificultades
psicoafectivas. Para el estudio de estos, es necesario tener conocimiento del desarrollo normal del
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lenguaje se encuentra incluido dentro de los “Trastornos del neurodesarrollo” en su categoría de
integración de los diversos fonemas que componen una palabra (confusiones fonemáticas,
etc.). Si comparamos esta dimensión con respecto al DSM V, vemos que en este se observan
2) Disfasias graves. Se trata de dificultades que pueden ir desde los retrasos simples del lenguaje
hasta alteraciones severas que muestran ausencia absoluta del lenguaje. Se pueden presentar
doble repertorio fonológico y/o retraso morfosintáctico global. En el DSM V, vemos que en
esta dimensión se incluiría en “Trastorno del lenguaje” y “Trastorno fonológico”, cabe señalar
que en tal manual no se hace mención como tal de la disfasia, pero se puede concluir esto
dislexia antes de los 7 años. En la dislexia existe una confusión en los grafemas, dificultades en
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comprendida. Por su parte, la disortografía se trata de errores parecidos a los que se observan
interacciones orales, se trata de un trastorno que tiene relación con la fluidez verbal más no con
el lenguaje; b) mutismo, que se trata de la ausencia del lenguaje en un niño que con
adquirido y mutismo electivo duradero); y c) lenguaje y psicosis, en las psicosis infantiles las
alteraciones del lenguaje son muy frecuentes, el diagnóstico de disfasia es incompatible con el
inicio en la infancia.
Bibliografía