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Universidad Tecnológica de Santiago

(UTESA)
NOMBRE:
Carlos Pérez turbi
MATRICULA:
2-12-0939…….. #21
GRUPO
002
MATERIA:
Semiología clínica
TEMA:
Resumen de extremidades y región anorrectosigmoidea
PROFESORA:
Dr. Luz del Carmen
FECHA:
23/04/2020
CIUDAD:
Santiago de los caballeros, Rep. Dom.
SEMIOLOGIA DE LAS EXTREMIDADES
La exploración cuidadosa de las extremidades permitirá
descubrir gran cantidad de signos de indudable valor
diagnóstico, algunos de ellos casi patognomónicos y otros que
acompañan afecciones sistémicas. Es necesario seguir una
sistemática que evite pasar por alto cualquiera de sus
constituyentes.
CAMBIOS MORFOLOGICOS
La forma de las manos y los pies en pocas ocasiones permite
orientar el diagnostico, en especial cuando se asocia a otras
alteraciones morfológicas corporales como la estatura y las
facies.
El Síndrome de Marfan, la regla es la aranodactilia (dedos
largos e hiperextensibles), con talla elevada, y se asocia con
mixomatosis valvular, dilatación del anillo aórtico y disección
aortica.
El Síndrome de Turner, las manos son pequeñas y suaves,
sobre todo el dedo meñique, con linfedemas y uñas pequeñas,
que, relacionado al cuellos de esfinge, permite diagnosticar a
simple vista.
En niños, el síndrome de hurler y diversas trisomías, son muy
comunes las manos cerradas en garra. En esta ultimas se
asocian polidactilia y sindactilia; los pies son marcadamente
cavos o muy convexos o en mecedoras.
El Síndrome de hombro-mano, es muy raro, consiste en un
cuadro de periartritis escapulo-humeral junto con inflamación
y rigidez articular, con piel brillante y engrosada de la mano,
rebelde a la terapéutica convencional, habitualmente se
desarrolla en el lado izquierdo.

CAMBIOS EN EL TAMAÑO
El desarrollo exagerado de un miembro con relación al otro
incluyendo su longitud, con aumento del desarrollo venos y de
la temperatura es un indicativo de aneurisma arteriovenosos
congénitos o de fistulas adquiridas. (traumáticas o
quirúrgicas) cuando se produce en la infancia (síndrome de
Klippel-Treanaunay). El frémito y el soplo continuo en el lugar
de la comunicación arteriovenosa permiten ubicarla, a la vez
que su oclusión por compresión manual produce siempre una
notoria reducción de la frecuencia cardiaca (signo de
Branham).
Si se trata solo de un aumento del grosor o de la
circunferencia, pero no de la longitud de una extremidad, es
propio de las trombosis de tronco venosos principales.
La trombosis venosa axilar no es infrecuente después de
esfuerzos o traumatismos del brazo y suele observarse en
pacientes jóvenes y activa; la acompaña un ligero dolor axilar
y un rápido desarrollo de la circulación colateral.

Trombosis venosas ileofemoral predomina en las mujeres, por


lo general, obesas a las cuales se les a indicado reposo por
diversas causas (fracturas, postoperatorio), sobre todo en
presencia de varices subcutáneas. En esta circunstancia llama
la atención, el aumento del miembro afectado por el
desarrollo rápido de edema, que hace palidecer la dermis,
acompañado por signos de flogosicos en el trayecto venoso
comprometido y dolor difuso en el resto de la
pierna(Flegmasia alba dolens).
La trombosis venosa también puede comprometer las venas
por debajo de la rodilla, produciendo manifestaciones clínicas
similares, aunque limitadas a la pantorrilla y el pie. Se
describe al dolor que despierta en la pantorrilla la dorsoflexion
del pie (signo de Homans).
*La presencia de un aumento asimétrico del grosor en
los miembros inferiores en un paciente con reposo
prolongado en cama debe orientar hacia el diagnostico
de trombosis profunda.*

AUMENTO DE VOLUMEN
El aumento de volumen de una o ambas extremidades puede
deberse a un edema duro, en el que es imposible obtener el
signo de fóvea. La piel es gruesa y se forman rodetes de gran
tamaño que llegan a deformar los tobillos y el antepié. Estos
casos pueden deberse a linfedema, del que hay varios tipos.
En primer lugar, figuran lo de aparición temprana y entre ellos
el congénito hereditario familiar, que suele aparecer en la
pubertad o enfermedad de meege. A esto se agrega el
adquirido idiopático de las mujeres jóvenes y edad media y el
adquirido secundario a obstrucciones inflamatoria parasitaria,
tumorales o de resección linfática, como ocurre en uno de los
brazos debido a la operación de Haldsted (mastectomía
radical) para el cáncer mamario. A este volumen se le suele
llamar Elefantiasis o Paquidermia.
Es necesario no confundir el linfedema con lipodistrofia,
entidad casi privativa del sexo femenino. El engrosamiento de
las extremidades es bilateral y el aumento del tejido adiposo
suele ser desde la cintura y de a veces de ambos brazos.
Cuan la mujer esta sentada o dura mucho tiempo de pie, en
tiempos caluroso y húmedo se agrega cierto grado de edema
y un leve signo de fóvea; se denomina Lipedemia.

CAMBIO DE COLOR
La palidez abrupta de un miembro o segmento de este,
asociada con frialdad marcada como impotencia funcional,
ausencia del pulso y dolor espontaneo franco, son expresión
clara de una trombosis arterial aguda o de una embolia
(síndrome de isquemia arterial aguda). El nivel de palidez y
frialdad que en la embolia puede ser bien precisado, indica el
sitio de la obstrucción y de ese nivel dependerá la viabilidad
del miembro.
*La palidez abrupta de un miembro o segmento de este
con frialdad, dolor intenso e importancia funcional,
debe orientar hacia el diagnostico de una obstrucción
arterial aguda*

La palidez permanente, pero de larga data, de una


extremidad suele indicar una estrechez arterial fija, sobre
todo cuando existe un cuadro de claudicación intermitente o
de dolor isquémico en reposo. La palidez puede ser bien
ostensible en la posición horizontal o manifestarse solo al
elevar el miembro comprometido durante un minuto.

TRASTORNOS TRÓFICOS
Las alteraciones tróficas con atrofia de las distintas
estructuras, las ulceras y las necrosis, que predominan en las
extremidades inferiores, son características de cualquier
enfermedad arterial obstructiva crónica, casi siempre de
origen ateroesclerótico. La piel se adelgaza y se torna muy
frágil con desarrollo de excoriaciones de diversa forma y
tamaño, frente a traumatismo mínimos que tardan meses en
cicatrizar.
El tejido celular subcutáneo y los músculos se atrofian y
resulta difícil plegar la piel en las zonas mas comprometidas.
Las uñas sufren los cambio expuestos y aun puede
comprobarse la isquemia ósea por la osteoporosis radiológica.
El desarrollo de quearosis (callosidades) es casi constante en
las zonas sometidas a fricciones. En los pacientes con
diabetes asociada, tal hiperqueratosis suele rodear
ulceraciones, a veces profundas, que alcanzan el hueso
subyacente, por donde mana una secreción maloliente. Se
conoce con el nombre de Mal Perforante Plantar, su ubicación
típica es el talón y sobre las epífisis distales de los
metatarsianos.
A menudo se observan dos tipos de ulceraciones de las
piernas; la más común es la denominada Ulcera Varicosa,
casi siempre situada por encima del maléolo interno. Por lo
común es superficial y costrosa, pero puede profundizarse
hasta desnudar la tibia y extenderse en sentido transversal o
longitudinal. Pueden ser múltiples y bilaterales y siempre
están acompañadas por complejo varicosos: piel oscura y
escamosa, con frecuentes brotes de linfangitis reticular o
flebitis que comprometen la mitad inferior de la pantorrilla y
generan en largo plazo una coloración perdusca de la piel.
Las Ulceras arteriales de Martorell, son menos frecuentes,
pequeñas, muy dolorosas, únicas o múltiples y de difícil
cicatrización. Aparecen en la pantorrilla o en la cara externa
de la pierna de pacientes con hipertensión arterial y
predominio de cifras diastólicas elevadas de larga data.
Obedecen a verdaderas placas de necrosis por obstrucción de
arteriolas, por hiperplasia musculoesquelética de la media con
proliferación endotelial de la íntima.

Por último, están las necrosis tisulares distales de los dedos y


pes, que evidencian una mala calidad asistencial y escaso
nivel de alarma y de cuidado por parte del paciente. Si
existen, se las debe tratar rápidamente con cirugía de
revascularización y resecciones temprana.

ALTERACIONES DE LOS PULSOS ARTERIALES


La atenuación o abolición de los pulsos arteriales de las
extremidades debe siempre investigarse en profundidad
cualquiera que sea el cuadro clínico de presentación. Con
excepción de la arteria poplítea, el árbol arterial es superficial
y fácil de explorar. Para la primera puede recurrirse a la
palpación con la pantorrilla semiflexionadas, con el paciente
en decúbito dorsal o ventral, desplazando los dedos en
sentido lateral en todo el hueso poplíteo. La pedia es la única
que puede ofrecer cambios de recorrido y, si no se la palpa en
el primer espacio interóseo del dorso del pie por fuera de los
tendones extensores del dedo gordo, de explorarse el área
desde un maléolo a otro. En los pacientes obesos, o con
edema marcado, la presión con los tres dedos de ser mayor.
*la ausencia de los pulsos tibial o posterior y pedio es
el hallazgo de mayor especificidad y probabilidad de
positivo para el diagnostico de insuficiencia vascular
periférica*

La ausencia o marcada disminución simétrica de todos los


pulsos arteriales de ambas piernas, en un paciente menor de
30 años, con hipertensión arterial, es característico de la
coartación de aorta, que predomina en los hombres. La misma
situación en pacientes mayores de 45 años, en especial del
sexo masculino con una taza elevada de diabetes e
hipertensión arterial, con compromiso de la arteria
hipogástrica, sugiere de inmediato el diagnostico de
obstrucción casi o total, aortoiliaca por arterosclerosis, con
trombosis reciente sobreagregada o sin ella (Síndrome de
Leriche).

Debe recordarse que siempre la amplitud y tensión de los


pulsos y, por ende, la presión arterial de los miembros
inferiores es mayores que las de los miembros superiores.
Cuando en un niño o un adolescente esto es contrario, debe
investigarse la existencia de una coartación aortica leve o con
una circulación lateral muy desarrollada.
La desaparición brusca de las pulsaciones arteriales solo en
una pierna, asociada con un síndrome de isquemia arterial
aguda es originada por una de las siguientes cuatro causas:
1. Embolia arterial.
2. Trombosis sobreagregada en placas ateromatosas,
cuando existen antecedentes de isquemia arterial
crónica.
3. Aneurisma disecante de la aorta tipo B o tipo III.
4. Trombofilia por enfermedad hematológica predisponente
postquirúrgica o derivada de un traumatismo arterial.
La disminución franca de las pulsaciones de una pierna o de
ambas, pero asimétrica, depende de patología similares a las
de las obstrucciones arteriales simétricas en especial,
arterosclerosis obliterante.
La atenuación o abolición de las pulsaciones de uno o ambos
brazos, asociada con el mismo fenómeno en las carótidas,
puede observarse en la aneurisma disecante de la aorta tipo B
o I y II, en el síndrome del cayado aórtico por arteritis de
diverso tipo que predominan en mujeres jóvenes, o por
ateromatosis difusa grave de neto predominio en hombres
mayores de 64 años.

En los miembros superiores no es muy frecuente la


obstrucción arterial intrínseca más allá de las subclavias,
excepto en la arterioesclerosis muy avanzada, sobre todo
asociada con diabetes, y en las lesiones traumáticas o
quirúrgicas, incluyendo las complicaciones de las diversas
técnicas de cateterismo cardiaco. En contrate una patología
que le es propia esta representada por la obstrucciones
extrínsecas. Estas producen disminuciones francas y una
abolición de los pulsos en determinadas posturas y no en
otras, por lo que resultan intermitentes. En la mayoría de los
casos se debe a la compresión de la arteria subclavia al
atravesar el pequeño triangulo formado por los músculos
escalenos anterior y medio, la subclavia y la primera
costilla(Síndrome braquial de Aynesworth).
Cuando el proceso es de larga duración pueden aparecer
trastornos tróficos isquémicos y atrofia musculares. Las
causas mas frecuentes del Síndrome de Aynesworth son:
1. Presencia de una costilla cervical supernumeraria o sus
equivalentes.
2. Desarrollo exagerado de origen congénito, o adquiridos
por deportes o trabajo pesado del musculo escaleno
anterior.
3. Compresión entre la clavícula y la tercera costilla.
Síndrome del Túnel Carpiano, en el la compresión, sobre
todo del nervio mediano, se produce por reducción del túnel
del carpo o por osteofitos artrósicos, por engrosamiento del
ligamento anterior del carpo debido a sustancia amiloidea,
mixedema o tumores mielomatosos.
Por último, mencionar que con cierta frecuencia se consulta al
cardiólogo por presuntos trastornos circulatorios que en
realidad son dolores y parestesia de uno de los brazos, por lo
general el izquierdo derivado de la irritación-compresión de
raíces nerviosa por osteofitos de espondiloartrosis
cervicodorsal.

ALTERACONES VENOSAS SUPERFICIALES


La dilatación y tortuosidad de las venas superficiales,
conocidas como venas varicosas, varices o flebectasias,
constituye la afección vascular periférica más frecuente.
Las venas varicosas de las extremidades se pueden clasificar
en:
 Dérmicas ( en arañas o en cabeza de medusa)
 Subcutánea mediana (tubulares)
 Subcutáneas mayores.
Las dos ultimas pueden depender del sistema de la safena
interna o de la externa. Las primeras predominan en la cara
anteriorinterna de la pantorrilla y en el dorso del pie, pueden
comprometer el muslo y llegar hasta al ingle. Las varices
dependiente de la safaena externa se visualizan en la cara
posterior y posteroexterna de la pantorrilla y nunca
sobrepasan el hueco poplíteo.
Varices esenciales, predominan en las mujeres, en especial
multíparas, sobre todo cuando hay antecedentes familiares y
obesidad. También pude ser común en hombres que por
razones de trabajo permanecen mucho tiempo de pie.

Varices secundarias, obedecen a obstrucciones por


trombosis o tromboflebitis de las venas profundas o actividad
muscular exagerada, tanto en los miembro inferiores como
superiores. La presencia de dilataciones venosas en uno de
los brazos, especialmente en la zona deltoidea y áreas
vecinas, suele depender de una trombosis espontanea de la
vena subclavia o axilar correspondiente, afección frecuente
en individuos jóvenes de ambos sexos, sobre todo cuando
practican deportes intensos con los brazos. Cuando las
dilataciones venosas aparecen en ambos brazos y en la parte
superior del tórax, y dilatación de las yugulares, obedecen a
obstrucciones de la vena cava superior.
Flebitis superficiales, las más frecuente se observan en los
miembros superiores y su principal causa es la presencia de
catéteres o agujas intravenosas con administración de
soluciones parenterales, en especial las que contienen
potasio. En estos casos el trayecto venosos se halla dilatado,
enrojecido y caliente, y es duro y doloroso a la palpación;
suele expresarse por síndrome febril.
Un tipo especial es la tromboflebitis migratoria, que suele
constituir el primer episodio de la tromboangitis o de una
neoplasia maligna (p. ej.: páncreas).
REGIÓN ANORECTOSIGMOIDEA

Su exploración debe ser ordenada y meticulosa, comprende


el interrogatorio; inspección; palpación digital de conducto
anal (tacto rectal); endoscopia, exámenes de laboratorio;
exploración radiológica; manometría; electromiografía.

INTERROGATORIO
Todos los procesos benignos o malignos que asientan en esta
región, tienen unos caracteres semiológicos comunes que se
engloban dentro de el (Síndrome anorrectosigmoideo),
interrogado por molestias anorrectales, tenesmo, falsas
ganas, pujos, anomalías de la evacuación y expulsión de
moco, sangre y pus.
Molestias anorrectales. Varían según la naturaleza y
topografía de la lesión y sensibilidad general del sujeto. Por su
pobreza en nervios sensitivos, las lesiones del recto presentan
poco síntomas, mientras que las situadas en el conducto anal
y región perianal son muy dolorosas, pese, en ocasiones a su
tamaño exiguo como ocurre con la fisura de ano, a la que bien
pude aplicarse aquello de, a pequeñas causas, grandes
efectos.
Horario. Debe precisarse en relación a la defecación,
preguntando si el dolor precede a la expulsión de las heces o
si las acompaña o aparece después de la evacuación,
inmediatamente o después de un tiempo; si el dolor no sigue
el ritmo, puede aparecer en cualquier momento del día, ser
permanente o presentar recrudescencia diurna o nocturna
que puede ser influida por el cansancio, la marcha, el
esfuerzo, la posición sentada, el ortostatismo y el decúbito. El
dolor se exagera durante la defecación en la criptitis y
papilitis, en el cáncer fisurado y ulceras tuberculosas del ano,
en el curso de un prurito anal y en la crisis hemorroidal, en
que el paciente experimenta quemazón por el paso de las
heces, si bien cede con rapidez al final de la defecación.
La fisura anal se traduce por una crisis dolorosa que aparece
una vez terminada la defecación, después de un tiempo libre,
que varia de minutos a una media hora (esfinteragia). Los
fenómenos dolorosos pueden ser intensos, comparables con
una quemadura de un hierro, que se irradia al perineo, región
glútea y órganos genitales. En la fisura interna del ano, el
dolor esfinterálgico es menos intenso, pero mucho mas
prolongado que en la fisura común.
El dolor es continuo e intenso en el prolapso anal, ulcera
tuberculosa, trombosis hemorroidal, abscesos anorrectales e
isquiorrectales y demás procesos inflamatorios agudos de la
pelvis.
En el cáncer del recto, en la disquecia y en la proctitis, las
molestias son soportables y referidas como sensación de
plenitud rectal, que conduce a frecuentes esfuerzos estériles
de defecación (tenesmo).
El prurito de ano puede ser por parasitosis intestinal. En
este caso, comienza por la noche al acostarse, alcanza su
máxima intensidad al entrar en calor y desaparece antes de la
mañana siguiente. Se logra un cese con la administración de
un enema salino y no aparece el resto de la noche.
Fistulas anales y perianales son dolorosas de modo
intermitente, en ocasiones de los brotes de retención que a
veces pueden estar muy distanciadas uno de otros, con la
impresión clina de un absceso marginal de repetición.
Entre las algia anorrectales esenciales cuentan:
1. Proctalgia fugaz o paroxismal. Bien definida con crisis
dolorosas en la región rectal, de comienzo brutal en las
noches. Duran pocos, de segundos a pocos minutos.
Suele aparecer a partir de los 40 años, con preferencia
en el sexo femenino.
2. Coccigodinia. De forma rectal, da dolores anorrectales
sin irradiación alguna. Existe dolor a la presión del
cóccix. 40-60 % de casos por traumatismo en la región
sacrococcígea.
3. neuralgia anorrectal de forma genital. Es frecuente en
mujeres has sufrido una intervención ginecológica.
4. Neuralgia anorrectal secundarias. Se observan en la
tabes, compresiones medulares y también en las
afecciones de cola de caballo.

LOCALIZACION DEL DOLOR Y SUS IRRADIACIONES.


Ayudan a oriental el diagnostico. El dolor puede ser superficial
y localizado, superficial y generalizado a todo el orificio anal o
profundo y mas o menos difuso. Puede ser estrictamente
localizado o ir acompañado de irradiaciones de las que hay
que precisar cuidadosamente el lugar exacto.

CARACTERISTICAS E INTENSIDAD.
Varía según la sensibilidad del sujeto y topografía de la lesión,
y no hay que olvidar que pocos síndromes doloroso actúan
con tanta intensidad sobre el psiquismo como el dolor anal,
que se transforma en obsesionante y con bastante rapidez,
lleva consigo reacciones nerviosas desproporcionadas a la
intensidad de fenómenos dolorosos.
Al valorar el carácter propio del dolor, distinguiremos la
quemazón de la simple molestia o sensación de peso
anorrectal y de las construcciones dolorosas de la
esfinteralgia.
El periodo menstrual exacerba las molestias hemorroidales.
TENESMO.
Consiste en una sensación continua de plenitud rectal, de
cuerpo extraño intraampollar que conduce a frecuentes
esfuerzos estériles de defecación. Se observa en el cáncer de
recto, en el estreñimiento proctogeno o en la proctitis.
FALSAS GANAS.
Constituye un sigo esencial, y muchas veces precoz, de la
lesión rectal. El enfermo presenta ganas imperiosas de
deponer con le resultado de una evacuación mínima, alguna
mucosidad, purulencia o ambas, una ventosidad, un poco de
sangre o nada.

LOS PUJOS.
Son dolores cólicos rectosigmoideos que parten de la fosa
iliaca izquierda en sentido descendente hacia el ano con
sensación de infructuosa imperiosidad defecatoria por
ausencia de contenido rectosigmoideo.

ANOMALIA DE LA EVACUACION.
Las lesiones orgánicas o la presencia de espasmos dan lugar a
la salida de unas heces de forma acintada o motivan a la
expulsión de pequeños y delgados cilindros fecales.
El sino de falso amigo, (salida de heces que manchan la
ropa interior) es sospecho de alto grado de cáncer de recto, y
también puede presentarse en proctitis y en la hipotonía
esfinteriana no senil.

EXPULSION DE MOCO, SANGRE Y PUS.


Estos elementos pueden presentarse conjunta o
aisladamente. La pérdida de sangre puede ser mínima y verse
en la ropa interior o en el papel sánico. O gotas que preceden
de las disposición como en el carcinoma rectal.
En el cáncer de ampolla rectal, es mas o menos abundante, a
veces como coágulos mezclados con las heces.
En los tumores vellosos rectosigmoideos, hay evacuaciones
mucoglerosas constituidas por una secreción clara,
transparente y viscosa.
En la proctitis aguda, cáncer de recto ulcerado, disentería
amebiana, colitis ulcerosas, etc., las falsas ganas y pujos van
acompañados de deposiciones típicas, constituidas por un
conglomerado de moco, pus y sangre.

INSPECCION
Con buena iluminación. La posición mas adecuada es la
genupectoral, en la cual en enfermo se coloca de rodillas
sobre una mesa elevada, con las rodillas separadas, las
piernas formando un ángulo recto con los muslos, el tórax
hundido tocando la superficie de la mesa y la cara de lado
apoyada en una almohadilla.
Al paciente, en esta disposición, se les separan las nalgas y se
despliegan uno a uno los pliegues anales, mientras el
paciente puja, para facilitar la procidencia de la mucosa
rectal. Se debe comprender el orificio anal, la región perineal,
parte inferior del dorso, las nalgas, los genitales externos y la
cara posterior e interna de los muslos.
En condiciones anormales observaremos:
 Lesiones por causa de prurito. Piel rosada con
excoriaciones por el rascado.
 Absceso anal
 Orificios fistulosos secundarios.
 Fisura anal.
 Cáncer del ano. Masa de forma y tamaño variables, con
zonas ulceradas que sangran con facilidad.
 Hemorroides externas
 Hemorroides internas prolapsadas e irreductible.
 Prolapso rectal.
 Condilomas planos.
 Condilomas acuminados.
 Ulceraciones
 Adenoma solitario rectosigmoideo
 Papilas anales hipertróficas.

PALPACION DIGITAL DEL CONDUCTO ANAL Y RECTO


(TACTO RECTAL).
Es muy útil y obligatorio para el diagnóstico ante la mínima
sospecha de procesos anales y rectales. Su omisión es
considerada como una falta grave.
En posición genupectoral invitamos al paciente a que se
incorpore sobre sus rodillas, como si se sentase en nuestro
dedo y puje. Con ello facilitamos el descenso del intestino y
hacemos accesibles al tacto, zonas mas altas.
Con el dedo índice, usando un guante cubierto con lubricante,
embadurnamos primero y amasamos después sin brusquedad
el esfínter, finalmente con mucho cuidado introducimos el
dedo, presionando hacia abajo hacia la ampolla rectal. Luego
se procede a la palpación digital del tejido que circunda el
aparato esfinteriano con los dedos índice y el pulgar, y
eventualmente la bimanual en decúbito supino o lateral
izquierdo.
Se termina la maniobra explorando el fondo del saco
rectovesical y rectovaginal en búsqueda de colecciones
liquidas o tumorales metastásicas a partir del estómago,
páncreas o mamas.
Al retirar el dedo, se debe por atención a la presencia de
heces, moco, pus o sangre.

En el tacto retal debemos tomar en cuenta:


 Tono del esfínter.
 Estado de la mucosa anal
 Anomalías del conducto anal
 Cuerpos extraños
 Estado de los órganos vecinos
 Perforación gastrointestinal

ENDOSCOPIA.
La inspección interna del intestino terminal puede referirse
solo al recto o a regiones más profundas.

Anuscopia. La buena lubricación de conducto anal es


imprescindible para una correcta exploración. Si existen
lesiones dolorosas de los márgenes del ano, la introducción
del anuscopio se facilita con pomadas analgésicas o
infiltrando con novocaína.
Se recurre a las posiciones genupectoral, lateral izquierdo,
ginecológica e invertida, la cual es una variante de la
genupectoral, con el inconveniente de necesitar una mesa
vasculante para la exploración.
Después de haber hecho el tacto retal, se introduce el
anuscopio, que es dirigido de arriba abajo y de atrás a delante
en posición genupectoral. Se rota el instrumento y se saca el
mandril. A medida que se retira el anuscopio, se ve
continuamente toda la circunferencia rectal situada a menos
de 5cm del orificio anal.

Las lesiones que se encuentran con mayor frecuencia


son:
 Papilitis
 Criptitis
 Rectitis
 Hemorroides internas
 Pólipo hemorroidal (no confundir con papilitis
 Estenosis

RECTOSIGMOIDOSCOPIA
Es más fácil con el empleo de los fibrosigmoidoscopio o
fibrocolonoscopio flexibles que con el rectosigmoidoscopia
rígido. Cabe señalar que el tradicional rectosigmoidoscopia
rígido sigue representando todavía para las ultimas porciones
del intestino grueso cuando especiales condiciones no lo
contraindican.
La mucosa del intestino terminal normal tiene un aspecto liso,
húmedo, de un rosado muy parecido a la mucosa de la
mejilla. Esta mucosa se amolda al instrumento y se distiende
con facilidad por influencia de la insuflación.
Las lesiones que se observan con frecuencia son:

 Rectosigmoiditis. La mucosa aparece rubicunda y


edematosa con exulceraciones, sufusiones
hemorrágicas, membranas difteroides. La mucosa es
friable y sangra al menor contacto.
 Colitis. La imagen varía según la fase evolutiva del
proceso, al principio se aprecia una reacción inflamatoria
difusa y una mocosa friable que sangra al menor
contacto, luego edema considerable con pequeños
abscesos miliares amarillentos.
 Ulcera solitaria con tamaño que oscila entre 1-3cm de
diámetro. Se encuentra a una distancia de 4-12cm del
ano, casi siempre a la cara ventral del recto.
 Ulceras. Las observadas en las enfermedades
inflamatorias intestinales, pueden ser de morfología muy
diversa, siendo confluentes, e incluso formando tapizado
con los islotes de mucosa inflamada pero no ulcerada.
 Pólipos. Pueden ser pediculados o de base ancha:
1. Simple (adenoma). Por lo común solitario, puede
sufrir degeneración maligna.
2. Papilar. Su superficie muestra numerosas y
delicadas vellosidades que se ramifican; su
consistencia es blanda, y su base ancha, los lados
difusos con vellosidades en forma de alfombra se
confunde muchas veces con colitis.
3. Múltiple. De origen congénito. Cobre todo el
intestino grueso desde el ciego hasta el recto.
4. Seudopólipo. Parecido al adenoma genuino, se
forma durante la colitis ulcerativa crónica en zonas
curadas o en vía de curación.
 Cáncer. Se manifiesta en forma de una masa dura,
ulcerada o no, friable, mamelonada, con una amplia base
de implantación indurada, fija. La mucosa que lo recubre
es friable y sangra con facilidad.
ANORRECTOCOLONOSCOPIA
Si bien una rectoscopia permite diagnóstico, aconsejamos la
práctica de una exploración con el colonoscopio dada su
mayor capacidad de exploración y visualización de zonas
superiores ante cualquier diagnósticos.
Biopsia rectal. Su práctica no fue ampliamente introducida en
clina hasta que la hicieron norma habitual Gabriel, Cukes y
Bussey, aunque fuera ya empleada años antes en el
diagnóstico de las lesiones tumorales de esa región, no
obstante, con los modernos métodos exploratorios actuales
(fibroendoscopia), es obligada su practica ante cualquier tipo
de alteración morfológica de la mucosa.
Es imprescindible una biopsia rectal si se sospecha de:
 Neoplasia
 Colitis ulcerosa
 Enfermedad de Crohn
 Colitis infecciosas
 Ulcera solitaria de recto
 Enfermedad de Whipple
 Enfermedad granulomatosa crónica
 Amiloidosis
 Gangliosidosis
 Enfermedad de Hirschsprung

BIBLIOGRAFIA
Semiología Medica Argente Álvarez 2a Ed. Capítulo 24,
Extremidades. Pág. 258
Semiología Médica y Técnica exploratoria - Suros 8ed.
Capitulo 4, Gastroenterología. Hepatología. Pág. 479,
Región anorectosigmoidea.

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