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de Maurice
Merleau-Ponty
El libro trata una compilación de conferencias que el mismo autor preparó para pasar por
la radio. En cada una de ellas trata una temática diferente pero sin perder su hilo
conductor que es la percepción.
Entonces, para abordar las ideas fuerza lo haré deteniéndome en cada una de estas
conferencias.
1. El mundo de lo percibido
Comienza directamente estableciendo la tesis general de las siete conferencias: el
mundo de la percepción, aquel que nos revelan nuestros sentidas y la vida que
hacemos, parecería ser el que mejor conocemos, pero esto no es más que una falsa
apariencia y en relación a esto, uno de los méritos del arte y el pensamiento moderno es
hacernos redescubrir este mundo donde vivimos pero que siempre estamos tentados a
olvidar.
Si bien le reconoce a la ciencia todos los aportes que ha realizado, también destaca que
esta no puede ofrecer una representación definitiva de este mundo, por lo cual, la
objetividad absoluta y última no existe, y cada observación –y lo propio con cada uno de
nuestros sentidos– estará siempre ligado a la subjetiva posición del observador,
atravesada por sus experiencias, conocimientos y vivencias previas.
“El sabio de hoy no tiene ya, como el del período clásico, la ilusión de acceder
al corazón de las cosas, al objeto mismo.” p. 14
Sin embargo, con la llegada de las geometrías no-euclidianas –que conciben al espacio
como una curvatura propia, una alteración de las cosas– disponemos de un mundo donde
sujetos no podrían encontrarse a sí mismos en una identidad absoluta, donde forma y
contenido están como enrollados y mezclados. Y la pintura moderna coincide
curiosamente con la idea de que la ciencia no alcanza nunca la verdad.
Así, en la pintura clásica se buscan representaciones idénticas que involucran al punto de
vista y punto de fuga, pero en la pintura moderna distintos autores se niegan a esa
representación para buscar otros modos de mostrar un paisaje bajo su propia mirada,
intentando “alcanzar el propio estilo de la experiencia perceptiva (p .22).
“la idea de un espacio homogéneo ofrecido por completo a una inteli- gencia
incorpórea es reemplazada por la de un espacio heterogéneo, con direcciones
privilegia- das, que se encuentran en relación con nuestras particularidades
corporales y nuestra situación de seres arrojados al mundo.” p. 24
“El hombre está investido en las cosas y éstas están investidas en él. Para
hablar como los psicoanalistas, las cosas son complejas. Es lo que quería decir
Cézanne cuando hablaba de cierto "halo" de las cosas que hay que traducir en
la pintura.” p. 31
4. Exploración del mundo percibido: la animalidad
Comienza recapitulando las tres conversaciones pasadas:
Este “dejar fuera” del pensamiento clásico, no es ingenuo, puesto que en contrapartida
encontramos al hombre sano, adulto y civilizado se esfuerza por diferenciarse de los
comportamientos infantiles, primitivos o bestiales, caminando hacia una pretendida
coherencia.
Y digo pretendida, porque no es más que una construcción: lo normal no existe. A partir
de este punto, la conclusión es que de aquellas anomalías que son salientes a lo
coherente o lo normal, nunca estaremos despojados o liberados, y son las que en
definitiva, vuelven nuestro mundo incompleto, e indefinible de manera absoluta.
Siempre estamos retornanto a nosotros mismos, pero mediante la experiencia del otro,
siempre a través del reflejo, en la coincidencia de las cosas. Así, el contacto de nosotros
mismos con nosotros mismos se hace a través de una cultura determinada en la cual
estamos inmersos, y en la que nos reflejamos.
“está en una situación inestable: nadie puede creer sino en lo que reconoce por
verdadero interiormente, y al mismo tiempo nadie piensa ni se decide sino ya
tomado en ciertas relaciones con el otro” p. 55
En la pintura clásica, no percibimos esa sustancia. Solo entendemos lo que son esos
objetos de la misma manera que lo entenderíamos si leyéramos un diccionario. Entonces
esto no es percibir, sino definir.
En la obra de arte, si bien la significación no está del todo liberada porque vive “cautiva de
sus signos”, el recorrido de la experiencia perceptiva puede ser absolutamente diferente.
Así, el nuevo objetivo de la pintura no es evocar objetos, sino fabricar sobre la tela un
espectáculo propio, que “se baste a sí mismo”. Termina la conferencia con la conclusión
de que el mundo percibido, no son solamente las cosas naturales sino que incluye al arte,
por esta condición de bastarse a sí mismo como algo distinto a una mera representación
de algo otro.