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Rom. 7:14-15
14.Porque sabemos que la ley es espiritual; más yo soy carnal, vendido al pecado.
15.Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco,
eso hago.
1. LA CARNE.
En este pasaje la palabra carne se traduce de la palabra griega Sarkikos que significa: posesión de la
naturaleza de la carne, sensual, controlado por los apetitos animales, gobernados por la naturaleza
humana, y no por el Espíritu de Dios. Es decir en vez de estar dominado y guiado por el Espíritu de
Dios, somos dominados por los apetitos y deseos de la carne.
Porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?
Y el versículo sigue diciendo “vendido al pecado” que quiere decir puesto en servicio o en esclavitud
al pecado; y un esclavo es aquel que obedece obligatoriamente aún fuera de su voluntad sin
preguntar, por qué.
Razones de la esclavitud
Volviendo a la Palabra de Dios, ésta describe muy claramente ciertas cosas que hacen al corazón
decaído y pesado y a la semilla de la Palabra estéril, infructuosa, esto es, aunque la semilla está ahí,
no lleva el fruto que se supone que tiene que dar. Aquí lo que el Señor Jesús dijo en Lucas 21:34
Lucas 21:34
“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y
embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.”
El Señor nos advierte del peligro de descuidarnos para no caer en esclavitud. ¿Descuidar qué?
(nuestra comunión con Dios)
Hay ciertas cosas que hacen que nuestro corazón se decaiga, cosas que lo ponen pesado y
desmotivado, duro, indiferente, frío. Y aunque muchos de nosotros puede que no tengamos un
problema con “glotonería y embriaguez” Pero ¿y qué sobre los “afanes de la vida”? Lo que el Señor
nos está diciendo aquí es que los afanes de la vida diaria, los afanes de “hacerla”, “sobrevivir” en esta
vida pueden hacer que nuestro corazón se ponga pesado y duro, si estás preocupado por eso; si todo
tu esfuerzo es el “hacerla” hoy; y estás muy ocupado con esta vida y sus afanes.
Además, el Señor dijo en la parábola del sembrador en cuanto a la tercera categoría de gente que
escucha la Palabra de Dios:
Marcos 4:18-19
“Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de
este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la
palabra, y se hace infructuosa.”
Como el Señor pone en claro: preocupación por los afanes de este mundo, los afanes de la vida, más
el engaño de las riquezas y las codicias de otras cosas son enemigos de la semilla de la Palabra, tanto
que si toman lugar en nuestro corazón van a ahogar la semilla de la Palabra y la harán infructuosa.
En otras palabras, los afanes de esta vida, las riquezas y los deseos de otras cosas NO
PUEDEN coexistir en nuestro corazón con la Palabra de Dios. Una de las dos se tiene que ir. Una o
la otra. No ambas. Eso también aplica en lo que el Señor dice en cuanto al dinero:
Mateo 6:24
“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”
No puedes servir a dos amos al mismo tiempo. Si quieres seguir a Dios, si quieres vida y paz, si
quieres que la semilla de la Palabra de Dios crezca y de fruto entonces tienes que dejar de
preocuparte por los afanes, por el dinero y otras cosas porque la Palabra no puede crecer junto a
estas cosas.
Juan 8:31-32
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra,
seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Esto quiere decir que necesitamos reenfocar nuestros intereses del mundo a la Palabra.
1 Pedro 2:2
“desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para
salvación”
Si no tomas la leche de la Palabra sino que te alimentas tú mismo con la basura del mundo, no te
asombres de que no crezcas y de que te sientas débil y decaído. Solo la Palabra de Dios puede traer
incremento.
Todo lo que se necesita es que dejes de preocuparte por los afanes, dinero y deseos de otras cosas y te
enfoques en Dios y Su Palabra. De hecho, me parece que es al revés: mientras hagas más espacio
para Dios y Su Palabra irás perdiendo el interés en el dinero, los deseos mundanos, ambiciones y
afanes. Ese interés se desvanecerá cuando empieces a beber la leche de la Palabra y te enfoques en
Dios como tu primera y más importante prioridad. Y cuando lo hagas, el crecimiento, vida y paz
volverán de nuevo
Juan 12:24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda
solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
Debe morir a los afanes, a los deleites, a lo que le roba tiempo para Dios
Una semilla de la palabra que es estéril, un cristiano infructuoso es exactamente lo opuesto al deseo
declarado del Señor. Como Él dice:
Juan 15:16
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y
llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os
lo dé. ”
Somos escogidos para llevar fruto. Esto no sucederá si permitimos que la semilla de la Palabra se
ahogue por las espinas de las riquezas, los deseos de otras cosas y las afanes de esta vida. El Señor
trató con el tema de los afanes y las riquezas en más pasajes de los que hasta ahora hemos visto. Aquí
les presento un pasaje revelador: