Sei sulla pagina 1di 6

Raquel Gutiérrez

“DEBEMOS
APRENDER A MIRAR EL
MUNDO EN CLAVE DE
INTERDEPENDENCIA”
Nazaret Castro y Ana María Morales
Raquel Gutiérrez

“DEBEMOS
APRENDER A MIRAR EL
MUNDO EN CLAVE DE
INTERDEPENDENCIA”
Nazaret Castro y Ana María Morales
Matemática, socióloga, filósofa y feminis- Amazonas: ¿Cómo se ha ido arti-
ta de origen mexicano, Raquel Gutiérrez culando tu trayectoria militante y
Aguilar tiene a sus espaldas una extensa
vital con tus elaboraciones teóri-
y vibrante historia de militancia. En la
década de los 80, la que consolidó el cas?
neoliberalismo en América Latina, viajó
Raquel: Yo me he vivido a mí misma
a Bolivia, donde fue parte de la funda-
cuando un tipo de experiencia está
ción del Ejército Guerillero Tupac Katari
terminando y otro está comenzando a
(EGTK), de inspiración aymara. En 1992
gestarse. Es decir, casi siempre me han
fue detenida junto a otros miembros del
tocado tiempos de transición… aunque
EGTK, entre ellos, su pareja en aquel mo-
quisiera decir otra palabra. Tiempos
mento, el actual vicepresidente boliviano,
en los que algo se agota y algo empie-
Álvaro García Linera. Pasó cinco años en
za a existir. Me tocó la última parte de
Luta Po- la cárcel, acusada de terrorismo. De aque-
llos años nació su libro ¡A desordenar!
la vieja manera de acción, totalmente
masculina, guerrillera, muy centrada en
Por una historia abierta de la lucha social.
pular es Es autora, también, de Los ritmos del
una confrontación directa. Ahí yo podía
ver todos los límites, y es algo en lo que
Pachakuti. Movilizacion y levantamiento
pude reflexionar mucho en la época de
un movi- indígena popular en Bolivia y Horizontes
comunitario-populares. Producción de
la cárcel. Era, también, el momento en
que esa forma antigua de pelear y de ha-
lo común más allá de las políticas esta-
miento que do-céntricas.
cer se debilitaba y surgían otras formas
más parecidas a lo que, como experien-
organiza, Raquel reside en México, donde es pro-
fesora de la Universidad Autónoma de
cia general, significa el zapatismo. El en-
tretejimiento de lo viejo disminuido con
lo nuevo naciendo, es esta capacidad
entre los de Puebla. En octubre del 2018 estuvo en
Buenos Aires, en coincidencia con el 33 comunitaria, básicamente indígena de
Encuentro Plurinacional de Mujeres que poner en escena nuevas formas de lucha
abajo, lu- se celebró en Trelew (provincia de Chu- y de tener claridad de qué es lo que
se propone obtener. En la experiencia
but) y con la visita a estas tierras de la
chas por el italiana Silvia Federici. En esta entrevista
hablamos de ese tejido entre mujeres a
guerrillera en la que yo milité esta hibri-
dación era muy clara: unos jóvenes que
éramos los últimos marxistas leninistas
territorio cuya emergencia asistimos y del que so-
mos parte, entre atónitas y esperanzadas. del continente, con unas comunidades
aymara y también quechua, una trama
comunitaria que comenzaba a rebelarse
y organizarse. A mí me permitió apren-
der cómo iba emergiendo esa otra forma
de luchar que tiene que ver con ocupar el experiencia vital -que en momentos hay
espacio, con cuidar el adentro, con tener que guardar porque duele o porque pa-
un sentido de equilibrio todo el tiempo rece que no sirviera-… de repente vuelve
como un punto muy claro. Y luego tuve a servir.
cinco años en la universidad de la vida
que me pagó el Estado, la “beca cárcel”,
para pensarlo. Ese bagaje me permitió la
posibilidad de una apertura hacia lo que No es difícil
iba a ser la lucha del agua, las feministas,
en un momento en que la lucha era muy Amazonas: Esa experiencia nos constatar
dura; me hice muy amiga del grupo de hace pensar en ese vínculo, tan
feministas y lesbianas Mujeres Creando. destacado por las feministas, entre que las
Tuve la suerte de poder ir transitando
entre tradiciones y aprendiendo de una
lo político y lo personal… mujeres son
experiencia vital muy dura de vivir, la
gran expropiación patriarcal de todo lo
Raquel: La vida es una sola, y ahora la
puedo contar así, no como una sucesión
la mayoría
hecho y todo lo armado: me tocó atra-
vesar vitalmente un momento de gran
recortada de pedazos, de tramos, sino
como una sola vida que va madurando,
en la
expropiación; todas lo hemos sufrido y
sabemos de qué estamos hablando. El
que va envejeciendo y consolidándose, resistencia a
pero que tiene que atravesar una serie
momento de perderte a ti misma, de no
saber qué está pasando que te separa de
de casillas y de marcos ordenadores estos ata-
absolutamente patriarcales y coloniales,
lo que fue creado y te confronta a pensar absolutamente capitalistas; por eso con ques: en el
cómo volver a relanzarte. frecuencia sientes que todo está roto.
enfrenta-
miento a los
desalojos, en
Amazonas: Hay, ahí, una super- Amazonas: Junto a [la socióloga
posición de unos tipos de violencia argentina] Verónica Gago, plan- la lucha por
con otros… tean la existencia de una conste-
lación feminista, un conjunto de
guarderías o
Raquel: Eso me proporcionó cierta
sensibilidad para entender la continui- conceptos que siempre beben de por salud en
la praxis política. ¿Cómo pensar,
dad de los procesos de violencia que
venía sufriendo: la violencia institucional desde ahí, los encuentros y desen- los barrios,
patriarcal de la organización política
marxista, la violencia del Estado, tanto en
cuentros entre el marxismo y esos en las luchas
entramados comuntitarios?
la detención como en la cárcel; la vio-
lencia, después, de esta articulación del
por justicia,
Raquel: Cuando estás observando la
mundo privado y público que habilita que
la fuerza construida entre muchos quede
realidad desde determinado mirador memoria y
teórico que admite las segmentaciones
significada por un sólo gran apropiador dadas, entonces tú también piensas por el
que entonces puede establecer alianzas desde clasificaciones instituidas; lo rural
con otros de su género. Y eso traté de or- y lo urbano, lo ‘a’ y lo ‘b’; y entonces derecho a
denarlo como experiencia vital de algún estás en separación. Es algo en lo que
modo. Por eso ahora me conmueve tanto acá viene insistiendo el movimiento de enterrar sus
este renovado momento de despliegue mujeres: que todo se va hibridando,
de las luchas de mujeres, lesbianas, trans mezclando, entreverando, no licuando, muertos...
y travestis, que pone en el centro la vio- no haciendo una cosa homogénea, sino
lencia sistemática que vienen sufriendo, tejiéndose. Yo lo vi en [el Encuentro Plu-
los diferentes pliegues de esa agresión rinacional de Mujeres de] Trelew, cuando
con mensaje, como dicen los del CELS veías esas pequeñas variaciones en las
[Centro de Estudios Legales y Sociales de letras de las canciones y, en lugar de
Argentina]. Pasa por sentir que puedes cantar “Aborto legal en el hospital”, deci-
reconocer esas violencias y sentirte habi- mos “en cualquier lugar”, o cuando sus-
litada para hablar porque aspectos de la tituyen la palabra “brujas” por “machis”
[las autoridades espirituales del pueblo como nos responden en la casa, como
mapuche, que tienen el don de sanar] en nos responden en la escuela, como nos
el canto: “Somos las nietas de todas las responden en el trabajo. Pero ahí es
machis que nunca pudieron quemar”. que vamos trabajando nuestra propia
No es que canto tu canción y niego la autopercepción y nos vamos autocon-
mía, o viceversa: es que a tu canción yo venciendo de la grandiosidad de lo que
le quiero añadir algo, no en una lógica estamos logrando y conociendo; el de-
de apropiación sino de entretejimiento, safío de cómo lo estamos haciendo en
de guiño, para mostrar que estoy viendo otra clave: como cuando, en estos días
tu fuerza y que tu fuerza me da fuerza y atrás [en el mes de octubre pasado], las
que estoy dispuesta a darte fuerza. Es un compas de Ni Una Menos le arman una
poner en común para generar y ampliar gira a Silvia Federici en la que muestran
una fuente de fuerzas. Parece bastante una manera de tejer por debajo que
místico-mágico, pero así lo veo. desestructura lo instituido. Y con ello
habilitan la posibilidad de establecer un
piso común de todas las mujeres que
está incorporadas en los distintos lados;
y habilitan el espacio de su encuentro
para que ellas puedan, con la fuerza de
Amazonas: Eso nos lleva a pensar cada una, movilizar lo otro: así armaron
si, tal vez, el feminismo puede con- el paro. Es tan raro que cuesta trabajo
vertirse en un movimiento interna- entenderlo, soy amiga de Vero [Gago]
cionalista y transversal… hace muchos años y tenemos comuni-
cación fluida, y yo no había entendido
Raquel: Lo está haciendo, la cosa es que lo que quería decir “interseccional” en
nos cuesta mucho verlo. De la misma este lenguaje renovado, hasta que vine
manera que nos cuesta mucho ver y a verlo a Argentina. Tienes que sentirlo,
creer que lo que nosotras hacemos es tienes que verlo, tienes que entender
importante. Haces el mejor libro de tu qué está pasando. Como dijo León
vida, empiezas a encontrar reconoci- Felipe, “las palabras no sirven cuando
miento, empiezas a ver que gente te dice la derrota, pero tampoco sirven cuando
que está super bien lo que has hecho y uno está luchando desde una cosa tan
tú, de todos modos, dudas. La experien- honda. Las palabras entonces no sirven,
cia general, es igual en el movimiento. son palabras”. Los conceptos a rato no
Se mandan tamaña cosa gigante, reper- nos alcanzan, y esa disputa es constan-
cute en España de tamaño loco, hace te. El concepto de constelación nos sirve
temblar a todos los lados, desde el Ecua- para evitar el intento desde la jerarquía
dor, el Perú, desborda hasta Chile y toda- académica de sintetizar nuestro pensa-
vía decimos, “¿será que se va a poder?”. miento.
No es que seamos bobas, no es eso; es
que estamos produciendo el lenguaje
para reconocer nuestra propia creación,
que es nuestra creación en otra clave, Amazonas: Esa “constelación”
que confronte los sistemáticos desco- tiene un impacto en lo que está
nocimientos de lo que hacemos. Así afuera, en el espacio público y en
como tú haces la mejor cosa de tu vida lo común, en lo cotidiano… y nos
y tu profesor varón te dice: “está bueno
va transformando a cada una.
chava”, y ya. Es una experiencia muy
común, ves un colega que tiene algo Raquel: Exactamente. Es ese desplaza-
bastante parecido a lo tuyo y ese brinca miento vertiginoso lo que genera tem-
hasta el cielo en el reconocimiento por blor. Cuando tratábamos de hacernos
la línea de esperma, digamos simbólica una idea de qué había pasado en el 8 de
o real. Igual nos pasa. No vamos a estar marzo del 2017 que fue un primer gran
saliendo en la tele más que cuando sa- momento de, “¡ah!”, sorprendernos de
quemos dos millones a la calle; nos van lo que estaba ocurriendo, yo estaba en
a responder desde el Parlamento que no Madrid. Parecía que había hecho erup-
nos ven, que todo lo que podamos hacer ción un volcán. Así lo sentía yo: esos
es insuficiente. Eso nos van a responder, guiños que veía, las viejitas cantando
las consignas, las jóvenes; en fin, hay dijeron, “bueno, hagamos una lista”, y
una especie de movimiento telúrico en enumeraron: mujeres, trans, lesbianas y
el sentido social de la palabra, de que las travestis. Acá no se trata de un binaris-
capas añejas, multiseculares, de la estruc- mo: lo que no es masculino dominante,
turación de la jerarquización y fijación de es una diversidad. A su vez, vienen las
lo dado, todo eso tiembla y se empieza mapuches y dicen: “hagámonos cargo
a reacomodar. Entonces, las mapuches de la herida colonial, nosotras esta-
podemos ser travestis y las mexicanas po-
demos ser madrileñas, y las trans pueden
mos acá”, y lo plantean en términos de
plurinacionalidad, que supone integrar, En la ba-
ser señoras. Es un momento de sacudón
fuerte. Y no sabemos qué palabra po-
asumir y tomar en cuenta también esas
diferencias. Pero no lo asumen como un
talla para
nerle a eso que estamos sintiendo. En la
descripción, ponemos una palabra; en la
plan político en el sentido tradicional, no
hablan de Estado Plurinacional, como
intentar
conceptualización, buscamos una palabra
más amplia, más abarcadora, que sea
decía la CONAIE [Confederación de
Nacionalidades Indígenas de Ecuador]
arrancar – a
más difícil sintetizarla, para que todas las
cosas, todas las luchas quepan.
hace años. En Trelew cantamos: “Este
Encuentro ya es Plurinacional”, es decir,
la fuerza! –
nos hacemos cargo de esa diferencia, la satisfac-
la volvemos visible y ahí se trata no de
estabilizarla ni de congelarla, sino de ción de las
gestionarla; y esa gestión no va a estar

Amazonas: En España hubo una


exenta de tensión. Es decir: es una cosa necesidades
que abre para poder fluir y fluye para
demanda muy clara de las muje- poder equilibrar y, otra vez equilibrado, que nos son
res racializadas, especialmente las vuelve a fluir. Es más una mecánica de
gitanas, de las mujeres migrantes fluidos que una ingeniería de sólidos. negadas to-
Así lo logro pensar. Entonces, en España
y negras que no se habían sentido
han dicho: “juntas y fuertes feministas dos los días,
incluidas en el movimiento feminis-
ta y el caso concreto de las tem-
siempre”; eso apaciguaba la confronta-
ción cuando empezaba a haber bronca. aprendemos
poreras de Huelva. Se viene corri-
giendo pero todavía es complicado:
Acá quizá sea una consigna aun más in-
teligente, que le da una vuelta de tuerca
que nuestra
hay compañeras que no se sienten a eso. Hay que ver qué trata de expresar
cada una. Hay dos maneras de acercar-
organiza-
representadas por el feminismo
hegemónico; y está, también, esa
te a este problema, las dos son útiles,
pero conviene que estén atentas a ver
ción es nues-
disputa sobre el sujeto político, si qué lógica habilita esa estrategia, qué tra fuerza
nos sirve el sujeto ‘mujer’ o si hay problema contiene. Hay ahí un esfuerzo
que visibilizar otras identidades. teórico pendiente; pero ahorita lo lindo
es lo que viene emergiendo de la propia
Yo veo dos estrategias: de un lado, la colectividad, que trata de expresar su
peninsular, que ha sido: “Juntas y fuertes, disposición a estar juntas antes de otra
feministas siempre”, como se cantaba cosa. Confiar en una solución teórica
en Madrid. Es decir, tratar de plantear que logre la síntesis sería caer en un
el feminismo como un gran paraguas; pensamiento patriarcal. No: de lo que
en él, caben todas, pero se usa en sin- se trata es de registrar la voluntad de
gular. Luego se dio una vuelta de tuerca alcanzar un equilibrio. El pensamiento
y empezó a hablarse de feminismos, en sistemático nos puede ayudar a pensar-
plural. De nuevo se trata de construir lo, acompañando, para identificar qué
un paraguas que pueda abarcar, y ahí se aspectos estamos dejando pendientes;
da el debate acerca del descentramiento pero siempre en voluntad de diálogo,
del feminismo blanco, que se corra para no en competencia por ver cuál gana. Es
que quepamos todos los feminismos. La un modo de hacer distinto y lo estamos
otra estrategia ha sido la de compañe- viendo pasar: por eso es tan emocionan-
ras acá, que ha sido una subarticulación te.
de sujetos dispersos que, cuando en
asamblea se dieron cuenta de que no
era suficiente con hablar de “mujeres”,
Amazonas: Eso nos deja una óptica de lo común?
reflexión, también, de hasta qué
aquel: Para pensar en lo común, no pue-
punto están presentes, en este flo-
des pensar en forma contractual: no se
recer de los feminismos, el racismo trata de unidades que firman un contra-
y las heridas coloniales. to. Carole Pateman, por ejemplo, discute
el contractualismo y señala que la vida
Raquel: Es un desafío muy duro y que no es así. Lo que estamos cuestionando
hay que hacerse cargo, y saber que nos es la figura del individuo abstracto en el
vamos a equivocar y que vamos a poder que todas debemos reflejarnos, en esta
dejar de equivocarnos también cuando sociedad pretendidamente unisex, que
ampliemos nuestra sensibilidad para en realidad es masculina: masculina en
entender lo que nos quieren decir; y que su neutralidad, en tanto no cuida, no
eso no es pura empatía, es más que reproduce, todo lo compra y todo lo ven-
eso: es ánimo, es disposición, es ganas de, todo lo mercantiliza. Es el ideal del
de, también ahí, movernos. A mí no me capital. Del otro lado, está la lógica de la
gusta mucho, aunque lo entiendo, la interdependencia, y así sí es que funcio-
clave “renunciar a los privilegios”. No na la vida. A nosotras, mujeres urbanas,
me gusta porque siento que permite cul- nos cuesta mucho verlo, parece que sólo
pabilizar; de lo que se trata es de cuánto lo entendemos en términos de la afecti-
vas a desacomodarte de ese lugar que vidad. Pero debemos aprender a mirar
tú no elegiste, a ti te tocó igual que a la de otra forma: a pensar de dónde toma-
otra. Cuánto estás dispuesta a despla- mos agua, de dónde comemos, quién
zarte, a moverte, a militar, a cooperar. cultivó el algodón para hacer la ropa que
No tengo una palabra para ponerle: no traemos, quién la tejió. O sea, si piensas
negar, pero tampoco admitir que te quie- en interdependencia, tienes que empe-
ran poner en un lugar, porque tú te estás zar a entender la cuestión global, y dejas
moviendo de ese lugar. Todas estamos de ser un particular, pero de otra forma:
peleando por las desclasificaciones, las no porque te vuelvas un universal, sino
desidentificaciones: se trata de lograr porque te empiezas a hacer cargo de los
que, sin dejar de mirar las jerarquías que flujos de la vida que son del planeta, de
nos separan, evitemos entrar en el juego su conjunto. Le tengo un poquito de
de la reclasificación mutua. miedo a la economía de los cuidados,
que no vaya a poner una especia de lími-
te que refuerce la diferencia, sobretodo
ciudad- campo. Debemos darle la vuelta,
Amazonas: Quisiéramos hablar de poner el énfasis en la conexión; porque
mil cosas más, pero se nos acaba el chiste es que estamos buscando nue-
el tiempo. Una última cuestión: vas formas de reconectarnos, de tejer
existe todo un debate dentro de una trama de interdependencias que la
los feminismos acerca de la nece- llamamos comunitaria o popular, que
antepone lo que se comparte, se disfruta
sidad de revalorizar la crianza y y se gestiona, y también se produce. Lo
los cuidados; en la praxis política común no es cosa: es relación social, es
del movimiento, esto se concreta manera de estar.
en las apuestas por la crianza con
apego o la defensa de la lactancia
prolongada, ambas apuestas que
son absolutamente incompatibles
con la lógica capitalista. Sin em-
bargo, aparecen riesgos de que las
mujeres caigamos en nuevas servi-
dumbres, si no logramos salir de la
lógica de individualización. ¿Cómo
hacemos para pensar los cuidados
y el trabajo reproductivo desde la

Potrebbero piacerti anche