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La división de la UCR

Para la sucesión presidencial de 1892, la UC se fragmento en dos líneas opuestas: la UCN (Bartolomé Mitre)
y la UCR (Leandro N. Alem). Los primeros, a favor del acuerdo con el gobierno, fueron integrando los
gabinetes y tuvieron cargos legislativos. La Unión Cívica Radical, se orientó a la intransigencia, negando el
acuerdo y manteniéndose en la resistencia.
Posteriormente, al interior de la UCR surgieron dos posturas: la abstencionista (no participar de elecciones),
y la concurrencista (participar de las elecciones). Si bien entre 1891 y 1894 la UCR participó de elecciones y
obtuvo algunas victorias, la tendencia abstencionista y revolucionaria fue imponiéndose, llevando adelante
revoluciones en 1893 y 1905, momento éste en el que Hipólito Yrigoyen asume como jefe de la UCR e
impone definitivamente la línea abstencionista.

El Partido Socialista

Hacia fines del siglo XIX, la mayoría de habitantes del país no participaba de la política. Los inmigrantes se
agruparon a través de asociaciones de inmigrantes, que reunían a extranjeros de una misma nacionalidad
(españoles, italianos, franceses, alemanes) o de una misma región del país de origen (gallegos, andaluces,
calabreses, napolitanos). El objetivo: ayudar al inmigrante en materia de salud y educación.
Los trabajadores organizaron gremios por actividad (carpinteros, tipógrafos, ferroviarios). En 1901 un grupo
de obreros anarquistas fundaron la FORA (Federación Obrera regional Argentina), y en 1902 los de
tendencia socialista dejaron la FORA y fundaron la UGT (Unión General de trabajadores)
En 1896, Juan B. Justo funda el partido socialista, proclamándose como defensor de los intereses de los
proletarios, de acuerdo a la doctrina marxista. Justo enfrentó a la UCR, señalando que esta solo quería
llegar al poder y no tenía capacidad para afrontar los problemas económicos y sociales.

Anarquismo, socialismo y sindicalismo

Los dirigentes del Partido Socialista venían de sectores medios urbanos, y desde el punto de vista
económico defendieron la expansión del modelo agroexportador, proponiéndose luchar por cambiar el
patrón de distribución de riqueza producida a favor de los sectores urbanos populares. Políticamente,
reivindicaron derechos obreros: 8 horas de trabajo, aumento de salarios, reconocimiento del derecho de
huelga, régimen especial de trabajo de mujeres y niños. Todo esto, debía ser obtenido mediante la lucha en
el parlamento. Tuvo apoyo de los obreros más antiguos, pero no de los nuevos sindicatos.
El anarquismo enfrento al PS, señalándole que las reformas graduales eran una traición a los intereses de la
clase obrera. Proponían la acción directa y la revolución para lograr beneficios de forma inmediata. A inicios
del siglo XX, el anarquismo argentino era de los más importantes del mundo. Sus adherentes eran los
obreros de pequeños talleres y servicios urbanos (portuarios, mecánicos, albañiles, panaderos, zapateros).
Hacia 1906 surgió una tercera tendencia menos extrema que el anarquismo: el sindicalismo. Concentró sus
esfuerzos en lograr objetivos específicamente económicos, enfocando en usar mejor la huelga y exigiendo a
los socialistas que se comprometan más con la clase obrera. Los sindicalistas tuvieron apoyo de los grandes
gremios (ferroviarios, estibadores portuarios), cuya importancia con el comercio exterior los ubicaba en
una situación de mayor poder de negociación que los anarquistas.

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