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Osvaldo Delgado
2 Ibíd., p. 295.
obstáculo del amor de transferencia y plantea una nueva consideración del estatuto de
la angustia.
La tarea del analista que Freud define en último término (la operación en
relación con la resistencia al levantamiento de las resistencias) se sostiene en el tercer
modelo pulsional y en el último ordenamiento metapsicológico.
La articulación de la sexualidad infantil con el nudo del ordenamiento edípico, la
consideración del problema económico del masoquismo y la ubicación del complejo de
castración como núcleo de la neurosis y referente del síntoma, sitúan las coordenadas
de los obstáculos a la curación en las resistencias del ello y el superyó.
Si en el primer momento situábamos el estatuto inaugural de la regla
fundamental y, en el segundo, la importancia de la respuesta ética llamada regla de
abstinencia, el tercer momento marca una declinación de la interpretación y la
producción del concepto de construcción, en relación con lo que no retorna jamás
como recuerdo, ya que nunca fue olvidado.
Las preguntas: qué es un padre y qué quiere una mujer, se sitúan al final de la
obra de Freud como interrogantes mayores, en concordancia con la producción del
analista como tal.
3 Freud, Sigmund (1912): “Consejos al médico sobre el tratamiento psicoanalítico”. En Obras Completas, Vol. XII, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1989.
yoica. Pero Freud va un paso más allá y postula que el "fijarse" del analista implicaría
ligar "un fragmento de su propia actividad espiritual" a un punto tal que:
"El éxito corre peligro en los casos que uno de antemano destina
al empleo científico y trata según las necesidades de éste; por el
contrario, se asegura mejor cuando uno procede como al azar,
se deja sorprender por sus virajes, abordándolos cada vez con
ingenuidad y sin premisas"4.
Para Freud, en el mismo texto, el “no fijarse” es posible únicamente a partir del
análisis del analista y que éste "haya tomado noticia de sus propios complejos que
pudieran perturbarlo para aprehender lo que el analizado le ofrece"5. El "fijarse"
sostenido en los "propios complejos" puede a veces hasta ser revestido como interés
científico: "Con facilidad caerá en la tentación de proyectar sobre la ciencia, como
teoría de validez universal, lo que en una sorda percepción de sí mismo discierna
sobre las propiedades de su persona propia".6
Por lo tanto, si la fijación por parte del analista excluye la posibilidad de hacerle
lugar a lo sorpresivo, lo imprevisto, esta indicación freudiana tiene en su texto dos
dimensiones: uno técnico-operatorio y otro estructurante de la experiencia misma.
Por otra parte, dice Freud en “Consejos al médico...” : "[El analista] debe volver
hacia el inconsciente emisor del enfermo su propio inconsciente como órgano
receptor, acomodarse al analizado como el auricular del teléfono se acomoda al
micrófono”9.
4 Ibíd., p.114
5 Ibíd., p.115
6 Ibíd., p.116
7 Freud, Sigmund (1914): “Recordar, repetir, reelaborar”. En Obras Completas, Vol. XII, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1989.
8 Freud, Sigmund (1937): “Análisis terminable e interminable”. En Obras Completas, Vol. XXIII, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1989.
9 Freud, S.: “Consejos al...”, op.cit., p. 115
La escucha "de inconsciente a inconsciente" fue un suplemento fundamental
para la dimensión errática que adquirió la dirección de la cura orientada desde la
contratransferencia.
Estructuralmente, la fijación no sólo gobierna las formaciones sino al
inconsciente mismo, por lo tanto, la indicación de Freud de que la fijación debería estar
excluida del lugar del analista es porque de este modo el analista tendría la máxima
"docilidad" como intérprete de la producción de la asociación libre. Esto se sotiene en
el concepto de que la neurosis indica la represión como un modo de decirse una
verdad. A la altura de “Consejos al médico...”, la traducción cura. La "docilidad"
encuentra su obstáculo en la resistencia, como resto libidinal "indócil" a la
interpretación.
En la elaboración freudiana, el nuevo acto psíquico que implica la institución del
yo se soporta en la instancia Ideal del yo. Esta articulación se conecta con la
reversibilidad de la libido y la catectización de los objetos en la fantasía, vía regia de la
posibilidad de la transferencia.
La regla de abstinencia no tiene un valor moral. A partir de la enseñanza de
Lacan se explicita su fundamento ético (la mayor distancia del objeto y el Ideal). Pero
el foco de esta problemática en general estuvo ubicado respecto de lo que es
reversible de la libido. Sin embargo, lo que me interesa destacar es que lo "no
reversible", lo que no pasa por el Otro, otorga un alcance mayor a la regla de
abstinencia en los textos freudianos mismos.
Lacan, en el Seminario 24, L´insu que sait de l´ une- bevue s´aile à mourre,
ilumina esta cuestión cuando afirma: “En resumen, hay que levantar la pregunta de
saber si el psicoanálisis no es un autismo de a dos [...] Hay una cosa que permite
forzar este autismo, esto es que la lengua es un asunto común”10.
Esta cuestión de la lengua como asunto común –fundamental respecto a las
conclusiones finales de esta tesis– es una posibilidad sostenida en "otra resonancia
que se trata de fundar sobre el chiste"11. Este punto, tratado por S. Cottet en su texto
“Freud y el deseo del psicoanalista”, marca –en relación con el "momento de concluir
de Freud"– que "el exceso de potencia del factor cuantitativo"12 muestra una fijación
imposible de remover.
Este es el nudo mismo de la finalización de la cura y la producción de nuevos
analistas.
10 Lacan, Jacques : “El Seminario 24: L´insu que sait de l´ une- bevue s´aile à mourre”.
(Texto traducido por la Escuela Freudiana de Buenos Aires en
mayo de 1988)
p. 63.
11 Ibíd.
12 Cottet Serge: Freud y el deseo del analista. Buenos Aires, Ed. Manantial, 19
91, p. 163.