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Una reseña de la evolución histórica, nos muestra que la psicología clínica aparece
predominantemente ligada a circunstancias específicas; ellas son:
Frente a este perfil histórico que sugiere una imagen limitada y rígida de la psicología
clínica, proponemos un enfoque más unitario y a la vez más plástico, en el que se
considera que el psicólogo clínico es aquél que esta entrenado para emplear las leyes
generales del método clínico, adecuándolas a un determinado campo o a un
determinado fin. La capacitación del psicólogo clínico para proceder como tal en un
campo determinado depende no solo del uso de este método, sino de la idoneidad
proveniente del entrenamiento e información necesaria para trabajar en ese campo.
Método Clínico
Dos son los pilares en que puede afirmarse esta manera de proceder, el concepto
situación y la unidad de operación.
Podemos decir que la situación, como una unidad identificable dentro de un campo
psicológico, cumple las veces que le corresponde a la idea de clínica como lugar
geográfico, donde se da el proceder clínico dentro de una comunidad y que la unidad
de operación-investigar, diagnosticar y modificar (mirar, pensar y hablar) guarda
relación con las seis funciones clásicas de una clínica
Situación: El ejemplo más simplificado del alcance que le damos a “situación”, es el que
todo organismo vivo es critico frente a su medio; es decir, “interpreta” (se modifica)
frente a los estímulos que provienen del medio, lo cual a su vez significa una
modificación del mismo.
La segunda es que, cualquiera sea la actitud del individuo frente al medio, siempre es
ésta una reacción que implica una “interpretación” de este medio.
Para traducirlo en términos de conducta, podemos tomar la situación como una unidad,
analizable (dentro de la conducta total), como un contexto momentáneo (artificialmente
detenido para su estudio) y siempre cambiable (la conducta es un continuo proceso
situacional) y siempre imperativo (la conducta depende de las situaciones en que un
individuo se encuentra).
Podemos traducir la relación individuo-medio como una situación entre el quehacer del
psicólogo clínico y el objeto en su campo, donde “el objeto en su campo” es el medio
en que se incluye el psicólogo clínico, transformándose a su vez en un constituyente
del medio del objeto de estudio.
Veamos ahora cómo procede el psicólogo clínico ubicado dentro de este campo.
Digamos por iniciar que su proceder está encuadrado por lo que reconocemos como la
unidad de operación. Falta ver ahora sobre qué objetivos dirigirá este proceder.
Por puntos de urgencia se entiende los síntomas (datos más evidentes) que denuncian
una acción crítica, designando este último concepto una situación que, por haberse
estereotipado, crea una dificultad de adaptación, una dificultad frente al cambio (no
olvidemos que la conducta es un continuo proceso situacional).
Veamos como se lleva a cabo el diagnóstico de una acción crítica:
En una situación hay emociones y hay objetos vinculados a estas emociones, hay
también una dimensión témporo-espacial donde trascurren los hechos. Recordemos
además que debemos tener aquí en cuenta la capacidad más instrumental del
psiquismo humano, la capacidad de disociación.
Los dos puntos anteriores se reúnen en: diagnóstico de un vínculo con una calidad
particular (depresiva, persecutoria) que el sujeto establece con un objeto.
3. diagnóstico de localización de este objeto en términos de áreas.
4. diagnóstico de los mecanismos defensivos del yo y de la eficacia o no de los
mismos, para la emergencia a enfrentar.
Para ello, nos valemos de lo que Enrique Pichón Riviere llama unidad básica de
interpretación, formada por los siguientes elementos:
Todo psicólogo clínico que pretenda trabajar eficazmente y con economía del tiempo,
debe acostumbrarse a formular predicciones (hipótesis) respecto a cómo será la
reacción del sujeto ante un estímulo (interpretación, propia presencia, etc.)
Por último, cabe destacar que la mayor eficacia se logra cuando se da al máximo el
juego dialéctico entre el esquema referencial del psicólogo clínico, modificando el
objeto y siendo modificado por los datos que recoge (integración teórico-práctica).
Podemos agregar finalmente un último aspecto que conforma lo que podríamos llamar
el clima en que transcurre el método clínico en psicología. Se refiere a la importancia
en lo que se ha dado en llamar “la ley de los emergentes” en donde se trata de sustituir
una apreciación en términos normativos, por una conducta de parte del psicólogo
clínico, que le permite tomar cada elemento de la situación como un dato que debe
integrar al conjunto para la mayor comprensión del todo.