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Indemnización: responsabilidad solidaria

Existe responsabilidad solidaria entre el chofer del vehículo y la propietaria del mismo. La
solidaridad no se presume, sólo se establece por ley.
El monto indemnizatorio debe establecerse en moneda de curso legal y separadamente
atendiendo al grado de participación de los demandados en la generación del hecho dañoso,
así como la situación particular del agraviado, su edad, su expectativa de vida, su condición
laboral y profesional.

Expediente 1166-97

Lima, veintidós de agosto de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente el señor Lama More; por sus fundamentos
pertinentes, y; CONSIDERANDO: Primero.- Que, conforme se verifica del croquis
elaborado por la Policía Nacional y que en copia certificada corre a fojas quinientos siete de
autos, la carpa que instaló la Super Intendencia Nacional de Administración Tributaria
(SUNAT) (designada en el atestado policial como unidad de tránsito número dos), donde se
encontraba laborando el agraviado al producirse el accidente, estaba ubicada en área de
parqueo vehicular; en consecuencia dicha codemandada infringió disposiciones legales
sobre tránsito y seguridad vehicular, conforme se precisa, en el literal B de las conclusiones
del atestado policial, que, no desvirtuado corre en copia certificada en autos de fojas
cuatrocientos treintiséis a cuatrocientos cincuenta; Segundo.- Que, efectivamente, la
instalación indebida de la referida carpa, constituye el resultado de una actitud negligente
de la empleadora de la víctima (hijo de los demandantes), pues al disponer que éste labore
en un lugar inapropiado y expuesto al peligro, ha contribuido en la realización del hecho
dañoso, haciéndolo responsable también, de los daños y perjuicios ocasionados a su
servidor; quedando en consecuencia, obligado a asumir parte del monto indemnizatorio en
favor de los demandantes, atendiendo a la naturaleza culposa de su responsabilidad;
Tercero.- Que, conforme a lo expuesto, la imprudencia de la entidad demandada, ha
contribuido en la producción del daño, provocando la reducción de la indemnización a que
están obligados los autores directos e indirectos del hecho dañoso es decir el chofer del
camión y el propietario de éste, en perjuicio de la víctima, diferencia de costos de daño que
deben ser internalizados por referida demandada, a efectos de compensar a la víctima del
daño, o a sus herederos, en forme equitativa y razonable; Cuarto.- Que, existe
responsabilidad solidaria sólo entre el chofer del vehículo (unidad de tránsito número uno)
y la propietaria del mismo, a tenor de lo dispuesto en el artículo 1981 del Código acotado;
sin embargo, no existe solidaridad entre éstos y la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria (SUNAT), pues a los primeros les alcanza la responsabilidad
objetiva prescrita en el artículo 1970 del acotado, por ser los autores de la acción
generadora del daño accionado por un bien riesgoso, lo que no le es aplicable a la última de
las nombradas, conforme se expone en el considerando que antecede; máxime si como lo
dispone el artículo 1183 de la norma glosada, la solidaridad no se presume y sólo se
establece por ley; Quinto.- Que, conforme a lo expuesto, el monto indemnizatorio debe
establecerse separadamente, atendiendo al grado de participación de los demandados en la
generación del hecho dañoso conforme está expuesto líneas arriba; Sexto.- Que, el monto
de la indemnización debe regularse prudencialmente, resultando insuficiente lo establecido
por el A-quo, toda vez que debe tenerse en cuenta, además la situación particular del
agraviado, su edad, su expectiva de vida, su condición laboral y profesional, para lo cual
deben merituarse los documentos que en copia legalizada corre de fojas diez a veintiuno de
autos; por lo que corresponde incrementar el referido monto teniendo en cuenta lo
establecido en el artículo 1985 del acotado, debiendo quedar establecido éste en moneda de
curso legal y no en moneda extranjera por tratarse de una responsabilidad extracontractual:
CONFIRMARON la sentencia de fecha nueve de enero de mil novecientos noventisiete,
corriente de fojas setecientos cuarenta a setecientos cuarentisiete, en el extremo que declara
fundada la demanda y ordena que la Empresa Transportes Penta Sociedad Anónima y don
Marco Antonio Zapata Mena paguen en forma solidaria a los demandantes por concepto de
indemnización; REVOCARON la referida sentencia en el extremo que manda a pagar por
el concepto antes indicado la suma de treinticinco mil dólares americanos;
REFORMANDOLA dispusieron que los referidos demandados paguen solidariamente a los
demandantes la suma de cien mil Nuevos Soles, más intereses legales; REVOCARON la
misma sentencia, en el extremo que declara infundada la demanda contra la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT); REFORMANDOLA
en ese extremo declararon FUNDADA la demanda, en consecuencia que la SUNAT pague
a los demandantes la suma de veinticinco mil Nuevos Soles por todo concepto
indemnizatorio, más intereses legales, devolviéndose oportunamente; Interviniendo el
Señor Lama More por licencia del Señor Martel Chang.

Indemnización: responsabilidad solidaria. Alcances

La responsabilidad solidaria se encuentra referida al autor indirecto del daño causado, es


decir, a la persona que tuvo bajo sus órdenes al autor directo del mismo.
Para los efectos de establecer el quantum indemnizatorio es preciso verificar la relación de
causalidad adecuada entre el hecho y el daño, así como la magnitud del mismo, las
características particulares y personales del afectado y las circunstancias del evento. El
pago debe establecerse en moneda de curso legal del país, a la que debe agregarse los
intereses legales computados desde la fecha de producido el daño.

Expediente 769-97

Lima, primero de julio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Lama More; por sus fundamentos
pertinentes; y CONSIDERANDO: además: Primero.- Que, la responsabilidad solidaria que
se precisa en el artículo 1981 del Código Civil, se encuentra referida al autor indirecto del
daño causado, es decir, a la persona que tuvo bajo sus órdenes el autor directo del mismo;
en el presente caso, con el documento de fojas ochentitrés, reconocido en diligencia de
fojas doscientos treintidós, la testimonial prestada a fojas doscientos treintiuno con arreglo
al interrogatorio de fojas doscientos treinta y el oficio de fojas doscientos, se acredita la
condición de autor indirecto de la demandada, y como consecuencia de ello, su
responsabilidad solidaria; Segundo.- Que para efectos de establecer el quántum
indemnizatorio es preciso verificar la relación de causalidad adecuada entre el hecho y el
daño producido, así como el daño a la persona, el daño moral y el lucro cesante; en el caso
sub-materia, el daño corporal producido al demandante proviene como consecuencia
directa del accidente de tránsito ocurrido el veintidós de enero de mil novecientos
ochentiocho, conforme se verifica del inciso "d" del numeral IV del Atestado Policial
número 04-PGC-J, corriente de fojas veinticuatro a veinticinco de autos, ocasionado por el
camión de placa WP-tres mil seiscientos cuatro, que como está indicado, se encontraba a
cargo de la demandada; Tercero.- Que, el daño ocasionado al demandante, tanto el corporal
como el moral, así como el lucro cesante, debe ser compensado por la demandada con una
suma de dinero que sea establecida prudencialmente, atendiendo a la magnitud del mismo,
a las características particulares y personales del afectado, y al momento y circunstancias
del evento; Cuarto.- Que, en el presente caso, la suma establecida por el a-quo en la
sentencia recurrida resulta excesiva, y no guarda proporción con la prueba documental que
corre en autos; pues si bien los componentes de la indemnización precisada en el
considerando que antecede, no requiere ser acreditada en montos exactos, sin embargo debe
existir una relación prudente entre la prueba aportada sobre la magnitud del daño causado y
la suma de dinero que la compense: por lo que la referida sentencia debe revocarse, en
cuanto al monto, estableciéndose una suma adecuada; Quinto.- Que tratándose del pago de
una suma de dinero por concepto de indemnización por responsabilidad extracontractual,
ésta debe establecerse en moneda de curso legal en nuestro país, y no en moneda distinta, a
la que debe agregarse los intereses legales computados desde la fecha de producido el daño;
Sexto.- Que, por otro lado el a-quo debe cuidar la correcta foliación del expediente, y
disponer que ésta sólo sea modificada con su expreso consentimiento, lo que no ha
sucedido en autos, por lo que se debe llamarse severamente la atención al secretario de la
causa por este hecho, y recomendar al juez mayor celo en la forma como se trabaja el
expediente: CONFIRMARON , en parte, la sentencia de fojas quinientos cuarentiocho a
quinientos cincuenticinco, su fecha veintiocho de octubre de mil novecientos noventiséis,
que declara INFUNDADA la Reconvención interpuesta en el primer otrosí de su escrito de
fojas catorce por la demandada Vera Gutiérrez Sociedad Anónima Contratistas Generales
infundada la excepción de prescripción deducida por la misma demandada en el primer
otrosí de su escrito de fojas ciento cuarenta, sin lugar la tacha formulada a fojas noventiséis
contra los testigos ofrecidos, sin lugar la tacha e impugnación deducida a fojas cien por la
misma demandada, igualmente sin lugar la oposición e impugnación deducida a fojas
ciento cuarentiocho por la misma emplazada, y FUNDADA en parte la demanda de fojas
cuatro a ocho, interpuesta por don Bruno Barbieri Gambini, y se ORDENA a la firma
demandada Vera Gutiérrez Sociedad Anónima Contratistas Generales, abone por concepto
de los daños demandados y ocasionados REVOCARON la referida sentencia, en cuanto al
monto indemnizatorio; REFORMANDOLA en ese extremo establecieron dicho monto en
la suma de Veinte Mil Nuevos Soles, más intereses legales computados desde la fecha en
que se produjo el evento; con costas; LLAMARON LA ATENCION , por esta única vez, al
Secretario de la causa, por la irregularidad precisada, RECOMENDARON que el a-quo
tenga mayor celo en la tramitación del expediente; hágase saber y devuélvase
oportunamente.

S.S.
DÍAZ VALLEJOS
LAMA MORE
MARTEL CHANG
Indemnización: responsabilidad solidaria

La acción indemnizatoria puede dirigirse contra el asegurador por el daño, quien responde
solidariamente con el responsable directo de éste.
No resulta atendible el argumento que la compañía aseguradora ha quedado liberada de
responsabilidad por el siniestro, al no haber la asegurada cumplido con reportar el
accidente, pues, no corresponde ventilarse dentro de este proceso, los incumplimientos
contractuales que se alegan.

Expediente 1416-98

Sala Nº 3

Lima, catorce de julio de mil novecientos noventiséis.

VISTOS: Oídos los informes orales; interviniendo como Ponente la doctora Valcárcel
Saldaña; por sus fundamentos; y, CONSIDERANDO , además, Primero.- Que, del
Atestado Policial obrante de fojas cuatro a fojas ocho, es de verse que el día doce de febrero
de mil novecientos noventicuatro, el ómnibus de placa de rodaje número UG guión ocho
mil trescientos cuarentiocho, de propiedad de la Cooperativa de Transportes Nuevo Perú
Limitada, conducido por don Lucio Rodán Mace, colisionó al automóvil de placa de rodaje
número LQ quión nueve mil ochocientos noventidós, de propiedad de don Andrés Rey
Holder, ocasionando daños materiales a dicho automóvil y daños personales al conductor y
propietario del mismo, lesiones que se advierten de los documentos de fojas diez;
Segundo.- Que, acorde a lo preceptuado por el artículo 1970º del Código Civil, aquél que
mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o
peligrosa, causa un daño a otro, está obligado a repararlo; respondiendo conforme a lo
dispuesto por el numeral 1981º, aquel que tenga bajo sus órdenes a otro, por el daño
causado por éste, si el daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del
servicio respectivo, quedando, ambos, sujetos a responsabilidad solidaria; pudiendo, acorde
a lo establecido por el artículo 1987º, dirigirse la acción indemnizatoria, contra el
asegurador, por el daño, quien responde solidariamente con el responsable directo de éste;
Tercero.- Que, siendo esto así, debe repararse el daño causado al demandante; Cuarto.-
Que, de otra parte, la argumentación de la Compañía La Positiva Seguros y Reaseguros
Sociedad Anónima, en cuanto a que ha quedado liberada de responsabilidad respecto al
siniestro, al no haber la asegurada cumplido con reportar el accidente, al ocurrir el mismo,
no resulta atendible, al no ventilarse, dentro de este proceso, los incumplimientos
contractuales que se alegan; Quinto.- Que, tratándose de un daño sujeto a régimen de
seguro obligatorio; CONFIRMARON la sentencia apelada corriente de fojas ciento
cincuentisiete a fojas ciento sesentidós, su fecha veintidós de enero de mil novecientos
noventiocho, que declara fundada en parte la demanda obrante de fojas quince a fojas
veinticuatro, interpuesta el veinticuatro de octubre de mil novecientos noventicinco, por
don Andrés Augusto Rey Holder, consecuentemente, ordena que la Cooperativa de
Transportes Nuevo Perú Limitada y La Positiva Seguros y Reaseguros Sociedad Anónima,
paguen solidariamente al accionante, la cantidad de veinte mil nuevos soles, por toda
indemnización; con costas y costos; y, los devolvieron.

SS. CARRION LUGO / ALVAREZ GUILLEN / VALCARCEL SALDAÑA.

Indemnización solidaria

En virtud del principio de solidaridad, es el acreedor o la víctima, quien tiene la facultad de


elegir contra cuál de los responsables dirige su acción, quedando a salvo el derecho de
quien fuera obligado a pagar el íntegro de la indemnización a repetir contra los demás
responsables en la proporción que les corresponda, debiendo dicha pretensión sustanciarse
luego que se haya hecho efectivo el pago y en un proceso distinto.

Exp. N° 53406-97

Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento


Lima, veinticuatro de noviembre de mil novecientos noventiocho.
AUTOS Y VISTOS: Interviniendo como ponente el Vocal señor Arias Montoya, con la
participación de los Vocales señores Carrión Lugo y Tello de Ñecco; en la causa seguida
por Rocío Haydee Ramos Villanueva con Próspero Poma Vara sobre Indemnización.
I. MATERIA DEL RECURSO DE APELACION:
El auto de fecha primero de setiembre de mil novecientos noventiocho, corriente a fojas
ochenticinco que declaró improcedente la denuncia civil efectuada por el representante
legal de Representaciones Poma Empresa Individual de Responsabilidad Limitada.
II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE APELACION:
Argumenta el apelante que la resolución cuestionada al no permitir el ingreso de los
denunciados al proceso incurre en error, perjudicando la buena marcha del mismo; pues
considera que los denunciados han tenido participación indirecta en los hechos que
originaron el accidente de tránsito y que el oficial al mando es el directo responsable de lo
sucedido en el transcurso del viaje.
III. CONSIDERANDOS:
Sin recoger los fundamentos del auto materia de la apelación y por las consideraciones
siguientes:
a) Que el artículo mil novecientos ochentitrés del Código Civil establece el principio de la
solidaridad en la responsabilidad extracontractual respecto de los agentes del daño irrogado.
b) Que en virtud de dicho principio y conforme al artículo mil ciento ochentiséis del
Código Civil, es el acreedor, o en este caso la víctima, quien tiene la facultad de elegir
contra cuál de los responsables dirige su acción, quedando a salvo el derecho de quien fuera
obligado a pagar el íntegro de la indemnización a repetir contra los demás responsables en
la proporción que les corresponda, debiendo dicha pretensión sustanciarse luego de que se
haya hecho efectivo el pago y por ende en proceso distinto.
c) Que, siendo ello así, no resulta procedente amparar la denuncia civil propuesta, debiendo
confirmarse el auto apelado por estas consideraciones.
IV. DECISION:
a) CONFIRMARON el auto de fecha primero de setiembre de mil novecientos
noventiocho, corriente a fojas ochenticinco que declaró improcedente la denuncia civil
efectuada por el representante legal de Representaciones Poma Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada.
b) ORDENARON Que se proceda por secretaría conforme a lo dispuesto en la última parte
del artículo trescientos ochentitrés del Código Procesal Civil.
SS. CARRION LUGO / TELLO DE ÑECCO / ARIAS MONTOYA

Indemnización: imprudencia. Abandono del puesto de trabajo

Si el demandado abandona imprudentemente el puesto de trabajo sin llevar consigo la llave


del cajón donde guardaba el dinero, el mismo que posteriormente fue robado, implica una
responsabilidad extracontractual culposa, pues no existe prueba que señale que hubiere
actuado con dolo.
Cuando la imprudencia sólo ha concurrido a la producción del daño, la indemnización será
reducida por el Juez según las circunstancias, teniendo en cuenta las condiciones personales
del demandado.

Expediente 1795-97

Sala Nº 3

Lima, diez de abril de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Ramos Lorenzo; por sus fundamentos
pertinentes; y CONSIDERANDO: Primero.- Que, notoriamente el caso de autos es uno de
responsabilidad extracontractual y no de responsabilidad contractual en la que todo aquel
que por dolo o culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo; Segundo.- Que no
existe prueba alguna de que el demandado hubiese actuado dolosamente en el hecho sub-
materia, siendo su responsabilidad de naturaleza culposa al haber abandonado
imprudentemente su puesto de trabajo sin llevar consigo la llave del cajón donde guardaba
el dinero que posteriormente le fue robado; Tercero.- Que en tal virtud le es de aplicación el
artículo mil novecientos setentitrés del Código Civil, conforme al cual cuando la
imprudencia sólo ha concurrido a la producción del daño, la indemnización será reducida
por el juez según las circunstancias; Cuarto.- Que, en consecuencia dicha indemnización
debe fijarse equitativamente, teniendo en cuenta además las condiciones personales del
demandado; por tales consideraciones: REVOCARON la sentencia apelada de fojas
trescientos treinta uno, su fecha cinco de febrero del año en curso en cuanto declara
fundada la demanda de fojas noventa; REFORMÁNDOLA declararon fundada en parte
dicha demanda, y en consecuencia mandaron que el demandado Víctor Raúl Meza Julca
pague al Banco de la Nación por todo concepto indemnizatorio la suma de diez mil nuevos
soles; CONFIRMARON la misma sentencia contiene; y los devolvieron.

SS. QUIROS AMAYO / RAMOS LORENZO / PALACIOS TEJADA

EL VOTO SINGULAR DE LA SEÑORA PALACIOS TEJADA ES ADEMAS COMO


SIGUE: Por los fundamentos expuestos por el señor Ramos Lorenzo y además: Primero.-
Que, conforme se ha establecido en reiteradas ejecutorias supremas así como en la
Casación Nº 1295 del nueve de julio de mil novecientos noventisiete, publicada en el diario
oficial "El Peruano" del cuatro de enero de mil novecientos noventiocho, acción civil de
indemnización es independiente de acción penal contra el agente del delito y que procede la
demanda de indemnización cuando la agraviada no se constituye como parte civil en el
proceso penal, no precluyendo la posibilidad de reclamo la referida indemnización cuando
el demandante constituido como parte civil en el proceso penal se desiste de esta
constitución antes de que se expida sentencia; Segundo.- Que, en el caso de autos con fecha
seis de setiembre de mil novecientos noventiséis el demandante se constituyó en parte civil
en el proceso seguido al demandado por el delito de peculado, modalidad culposa,
conforme es de verse del escrito que en copia certificada corre a fojas cuatrocientos uno y
cuatrocientos dos; Tercero.- Que, sin embargo, el demandante conforme es de verse de su
escrito de fojas noventa a noventitrés presentó su demanda el quince de agosto de mil
novecientos noventiséis, es decir, antes de la fecha en que se constituyera en parte civil en
el proceso penal que se le siguiera al demandado; Cuarto.- Que, siendo ello así al momento
de interponerse la presente acción el Banco demandante se encontraba legitimado para
reclamar la indemnización correspondiente, máxime si a la fecha se ha dictado el Auto de
Sobreseimiento en la instrucción que se le siguiera en agravio de la demandante, conforme
se observa de la copia simple que obra a fojas cuatrocientos sesenta; por estas
consideraciones: MI VOTO es porque se revoque la sentencia apelada de fecha cinco de
febrero de mil novecientos noventisiete y REFORMÁNDOLA se declara fundada en parte
y en consecuencia que el demandado abone al Banco demandante la suma de diez mil
nuevos soles.

EL VOTO EN DISCORDIA DE LA SEÑORA MAC RHAE THAYS ES COMO SIGUE:


Primero.- Que el apelante pretende cuestionar en esta instancia con la apelación a la
sentencia, la falta de personería de la demandante, hecho que debió ser evaluado en la etapa
de saneamiento del proceso; que conforme dispone el artículo 466º del Código Procesal
Civil consentida o ejecutoriada la resolución que declara la existencia de una relación
procesal válida precluye toda petición referida directa o indirectamente, a la validez de la
relación citada; Segundo. - Que, el demandado es responsable de la suma proporcionada
por el Banco para su desempeño como recibidor-pagador; habiendo admitido éste que actúo
negligentemente al retirarse de su puesto de trabajo dejando la chapa del cajón de su
escritorio con el dinero; por tanto no actuó con la diligencia ordinaria requerida;
concluyéndose que actuó con culpa leve, conforme dispone el artículo 1320º del Código
Civil, correspondiendo el pago de la indemnización de acuerdo a lo señalado por el artículo
1321º de la norma acotada; Tercero.- Que, la recurrida se sustenta al mérito de lo actuado y
de la ley, al amparar la pretensión demandada; por cuyas razones MI VOTO es porque se
confirme la sentencia de fojas trescientos treintiuno, su fecha cinco de febrero del año en
curso que declara fundada la demanda de fojas noventa al noventitrés con lo demás que
contiene; en los seguidos por Banco de la Nación con Víctor Julca Meza sobre
indemnización; y los devolvieron.

Indemnización: imprudencia. Vehículo de uso riesgoso


El demandado por el solo hecho de conducir un vehículo de uso riesgoso, está obligado a
reparar el daño, de manera reducida, si se acredita que la actora concurrió imprudentemente
en su producción.
La indemnización debe fijarse en forma proporcional al factor predominante y contributivo
del hecho dañoso, en moneda nacional y teniendo en cuenta los gastos médicos y
asistenciales asumidos por los demandados.

Expediente 120-98

Sala Nº 3

Lima, ocho de mayo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: Interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus
fundamentos, y CONSIDERANDO: Además, Primero.- Que, se trata de una imputación de
responsabilidad extracontractual objetiva y por ello es aplicable al caso de autos la
previsión legal prevista en el artículo mil novecientos setenta del Código Civil; Segundo.-
Que, al acreditarse la producción del hecho con la investigación policial de fojas
sesentiocho, también reconocida a través del proceso por los emplazados, les correspondía
en su descargo probar que el daño, igualmente admitido, fue consecuencia de caso fortuito
o fuerza mayor, de hecho determinante de tercero o de la imprudencia de quien padece el
daño; Tercero.- Que, el atestado policial informa que el suceso ocurrió cuando la víctima
descendió del vehículo causante del daño y trató de abordar uno distinto y que resbaló
siendo presionada la pierna con su llanta, lo que revela que hubo imprudencia de quien lo
padeció y que, el conductor y demandado, por el solo hecho de conducir un vehículo
naturalmente de uso riesgoso y con peso mucho mayor al del cuerpo humano, está obligado
a reparar el daño aunque reducido al acreditarse que la actora concurrió en su producción;
Cuarto.- Que, siendo así, la indemnización debe fijarse en forma proporcional al factor
predominante y contributivo del hecho dañoso, en moneda nacional y teniendo en cuenta
los gastos médicos y asistenciales asumidos por los demandados; por lo que:
CONFIRMARON la sentencia de fojas doscientos catorce a doscientos diecisiete, de fecha
cuatro de noviembre de mil novecientos noventisiete, en cuanto declara fundada en parte la
demanda de fecha catorce de noviembre de mil novecientos noventicinco; la
REVOCARON en cuanto al monto y en cuanto a la moneda elegida, reformándola en estas
partes, señalaron por toda indemnización la suma de dieciocho mil nuevos soles, más
intereses legales desde la fecha de producción del daño, con costas y costos; y los
devolvieron, en los seguidos por María Canales Enciso contra Empresa de Transportes
Santa Clara Sociedad Anónima y otro sobre Indemnización.

SS. QUIROS AMAYO / ALVAREZ GUILLEN / BRAITHWAITE GONZALES

LOS CONSIDERANDOS DEL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR QUIROS ES COMO


SIGUE: Por los fundamentos pertinentes de la ponencia del señor Alvarez Guillén; y,
CONSIDERANDO: Primero.- Que el presente caso se refiere a responsabilidad subjetiva
contractual, por cuanto se ha examinado si existe negligencia en la conducción del vehículo
causante del accidente de tránsito desprendiéndose de lo actuado que el conductor del
vehículo no tomó las medidas suficientes para evitar el accidente y por ello ha sido
denunciado penalmente como es de verse de la fotocopia de fojas noventinueve e inclusive
del mismo texto de la manifestación policial del demandado de fojas setentitrés, se
desprende que este último reconoce que después que bajó el demandante del vehículo, los
pasajeros decían la voz de alarma por lo que al ir a constatar qué sucedía verificó que la hoy
demandante se hallaba en el suelo con el pie izquierdo debajo de la llanta trasera, hecho que
evidentemente le acarrea responsabilidad; en tal virtud es de aplicación el artículo mil
novecientos sesentinueve del Código Procesal Civil; Segundo.- Que, sin embargo, hay que
tener en cuenta la culpa concerniente de la víctima del daño, para disminuir el monto de la
indemnización, de conformidad con el artículo mil novecientos setentitrés del mismo texto.

Indemnización por enfermedad: plazo para interponer la demanda

Si del examen médico ocupacional se determina que el actor adolece de silicosis, el término
prescriptorio tiene que contarse desde que se diagnostica la enfermedad, no antes.

Expediente 510-98

Sala Nº 3

Lima, doce de junio de mil novecientos noventiocho.

AUTOS y VISTOS; Interviniendo como Vocal ponente el señor Quirós Amayo; y,


ATENDIENDO: Primero.- Que como se aprecia del certificado sobre examen médico
ocupacional, de fecha diez de diciembre de mil novecientos noventiséis, se ha determinado
que el actor adolece de Silicosis en segundo estadio de evolución con incapacidad del
setenticinco por ciento para todo trabajo que demande esfuerzo físico; Segundo.- Que la
demanda se ha interpuesto el dos de abril de mil novecientos noventisiete, según el cargo de
fojas uno; Tercero.- Que siendo éstos los presupuestos fácticos hay que concluir que la
demanda se halla presentada oportunamente, por cuanto el término prescriptorio tiene que
contarse desde que se diagnostica la enfermedad no antes y por consiguiente no es aplicable
el inciso 4 del artículo 2001 del Código Civil; por estos fundamentos de orden legal;
REVOCARON la resolución apelada emitida en la audiencia de saneamiento y conciliación
obrante a fojas doscientas diecisiete a doscientas dieciocho, su fecha diecinueve de
diciembre último, que declara fundada la excepción de prescripción extintiva deducida por
la empresa demandada; REFORMÁNDOLA : declararon infundada la excepción de
prescripción extintiva propuesta y dispusieron que continúe el trámite de la causa según su
estado; en los seguidos por Miguel Grijalva Puntay contra Empresa Centromín Perú
Sociedad Anónima sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. QUIROS AMAYO / ALVAREZ GUILLEN / BRAITHWAITE GONZALES

Indemnización: tipo de moneda


Fijar la indemnización en moneda nacional, cuando ella se ha solicitado en moneda
extranjera, carece de toda justificación, porque el demandado al contestar la demanda no
hizo objeción alguna al respecto.
No existe prohibición alguna para establecer las reparaciones en moneda extranjera, sino
que del texto del artículo 1235º y 1236º del Código Civil, fluye que ello es facultad del
Juez, al fijar el valor de cualquier pretensión dineraria, para que el monto de la obligación
se mantenga reajustado al valor constante.

Expediente 2479-97

Sala Nº 3

Lima, doce de marzo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus fundamentos
pertinentes; y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, la contribución que la actitud de
la demandante provocó en el suceso dañoso de dos de julio de mil novecientos noventiséis
deriva en la disminución de la indemnización conforme el artículo mil novecientos
setentitrés del Código Civil, pero no exime a quien originó ese resultado con su conducta
culposa de pagarla; Segundo.- Que la fijación de la indemnización en moneda nacional
cuando ella se ha solicitado en moneda extranjera, carece de toda justificación tanto porque
el demandado al contestar la demanda no hizo objeción alguna al respecto cuanto porque no
existe norma legal que imponga al Juez la aplicación de tal criterio; Tercero.- Que, es más,
no solamente no existe prohibición alguna de establecer las reparaciones en moneda
extranjera sino que del propio texto de los artículos 1235 y 1236 del Código Civil fluye que
ello es facultad del Juez al fijar el valor de cualquier pretensión dineraria para que el monto
de la obligación se mantenga reajustada a valor constante; por lo que: CONFIRMARON el
auto apelado de fojas ciento tres, dictado en la audiencia de saneamiento procesal y
conciliación de fecha dieciséis de diciembre de mil novecientos noventiséis, que declara
infundada las tachas interpuestas por el demandado; CONFIRMARON la sentencia apelada
obrante a fojas ciento setentiséis a ciento setentinueve, su fecha veinticinco de julio de mil
novecientos noventisiete, rectificada a fojas ciento ochentidós, que declara fundada en parte
la demanda y, en consecuencia, ordena que el demandado Víctor Quiroz Liñán cumpla con
pagar a la actora por todo concepto indemnización la suma de cinco mil dólares, más
intereses legales desde la fecha en que se produjo el evento dañoso; costas y costos; y los
devolvieron; en los seguidos por Elena Pomero Cruzado con Víctor Quiroz Liñán sobre
indemnización.

SS. ALVAREZ GUILLEN / HASEMBANK ARMAS / PALACIOS TEJADA

Indemnización: elementos concurrentes (inejecución de obligaciones, imputabilidad y


daño)

Para que proceda la indemnización de daños y perjuicios se requiere la concurrencia de tres


elementos: la inejecución de la obligación, la imputabilidad del deudor y el daño.
Corresponde al acreedor demostrar la existencia de la obligación y al Juez apreciar la
inejecución de la misma o su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso. La carga de la
prueba recae sobre el afectado por el cumplimiento.

Expediente 3389-97

Sala Nº 3

Lima, veinte de marzo de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la señora Gastañadui Ramírez, por sus
fundamentos pertinentes, y, CONSIDERANDO además: Primero.- Que para que proceda la
indemnización de daños y perjuicios se requiere la concurrencia de tres elementos, la
inejecución de la obligación, la imputabilidad del deudor y el daño; Segundo.- Que en el
caso de autos si bien con el mérito de los documentos obrante de fojas nueve a diecisiete se
dio la buena pro a la empresa TECNOTRANS Sociedad Anónima, que fue la que hizo la
propuesta más alta, también lo es que la demandante no ha acreditado que esa circunstancia
le hubiere ocasionado un perjuicio real, carga de la prueba que conforme a lo previsto en el
artículo mil trescientos treintiuno del Código Civil recae sobre el afectado por el
incumplimiento; Tercero.- Que no basta presumir el daño, éste tiene que ser acreditado,
pues no sólo es necesario escoger la propuesta más barata, sino también merituar otros
factores como la conveniencia técnica de los camiones de propiedad de la empresa
escogida, sobre cuyo servicio no se ha hecho mención alguna, infiriéndose la satisfacción
con el mismo; Cuarto.- Que para determinar si ha existido responsabilidad de la parte
demandada, hay que establecer en primer lugar cuáles son las obligaciones nacidas del
acuerdo de las partes que ha sido incumplida, pues conforme a lo previsto en el artículo mil
doscientos veintinueve del Código Civil, corresponde al acreedor acreditar la existencia de
la obligación y al Juez apreciar en cada caso, la inejecución de la misma, o su cumplimiento
parcial, tardío o defectuoso, lo que en el caso de autos ha ocurrido, por lo que la pretensión
de la parte demandante no puede ser amparada. Por tales fundamentos, CONFIRMARON :
la sentencia apelada obrante de fojas doscientos nueve a doscientos doce, su fecha treinta
de setiembre último que falla declarando INFUNDADA la demanda de fojas ciento
veintiuno a ciento cuarenta, con lo demás que contiene. Y los devolvieron en los seguidos
por la Empresa Municipal Administradora de Peaje de Lima con Juan Pescio Ramos.

SS. CARRION LUGO / TORRES CARRASCO / GASTAÑADUI RAMIREZ

Indemnización: cobro de horas extras indebidas

Debe ampararse la pretensión de indemnización al establecerse que el demandado ha


cobrado indebidamente sumas de dinero por horas extras no trabajadas efectivamente, pues,
ello implica la presencia de mala fe en la percepción de los referidos incrementos en sus
haberes.
La restitución de los montos pagados al Instituto de Seguridad Social, al Sistema Nacional
de Pensiones y al Fondo Nacional de Vivienda, deben ser reclamados por la actora en la
forma legal correspondiente.
Expediente 82-98

Sala Nº 3

Lima, treinta de julio de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: Interviniendo como ponente la señora Palacios Tejada; por sus fundamentos
pertinentes, y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la empresa actora acude al órgano
jurisdiccional a fin que el demandado le restituya la suma de catorce mil seiscientos
ochenticuatro nuevos soles con treintidós céntimos, suma percibida indebidamente por éste,
más los intereses devengados así como cumpla con indemnizarla con la suma de
cuarenticinco mil nuevos soles por los daños y perjuicios ocasionados; Segundo.- Que,
respecto a las pretensiones demandadas se debe establecer si el demandado percibió la
suma que se solicita se restituya en los años de mil novecientos noventitrés y mil
novecientos noventicuatro por conceptos no trabajados efectivamente; Tercero.- Que, al
respecto, la suma cuya restitución se pretende se la relaciona con la declaración jurada
prestada por don Oscar Salazar Casas, ex técnico de la actora, que en copia simple corre de
fojas cuatro a once, en la que éste reconoce que ingresó información no sustentada al
sistema mecanizado de planillas de la empresa, beneficiando indebidamente a obreros de la
entidad demandante, declaración que debe ser compulsada con los demás medios
probatorios; Cuarto.- Que, con los documentos denominados hojas de autorización de horas
extras que obran de fojas ciento veintiocho a doscientos cuarenticinco, se aprecia de varias
de ellas que el demandado tenía autorización por dicho concepto desde cero horas hasta las
ocho horas (de doce de la noche a ocho de la mañana), en otros desde ocho horas a las
veinticuatro horas (de ocho de la mañana a doce de la noche) y en otros desde las dieciséis
horas a las veinticuatro horas (de cuatro de la tarde a doce de la noche) lo que significa que
indistintamente trabajaba horas extras en jornadas de la noche a la mañana y de la mañana a
la noche, sin distinción del horario normal de trabajo; Quinto.- Que, como se observa de la
hoja corriente a fojas ciento cuarentitrés el demandado inició labor de horas extras el día
treintiuno a las ocho horas hasta las veinticuatro horas y los días primero, dos y tres de cero
horas a ocho horas, lo que significa que realizó labor ininterrumpida desde el treintiuno al
primero, sin realizar su jornada normal de trabajo; Sexto.- Que, con las hojas corrientes a
fojas ciento treintidós a ciento treintitrés, ciento cuarentiséis, ciento cuarentiocho, ciento
cincuenticuatro se acredita de igual modo la incongruencia de realizar jornadas de labor
ininterrumpida e inclusive horas extras de más de dieciséis horas seguidas, lo que crea
convicción en este Colegiado de que el demandado ha percibido pagos por horas no
trabajadas; Sétimo.- Que, de lo expuesto precedentemente se concluye que las referidas
autorizaciones han repercutido indudablemente en los montos que aparecen en las boletas
de pagos que obran de fojas veintinueve a ciento veintiuno, conforme se desprende de los
documentos que corren de fojas veinticuatro a veintiocho, por lo que resulta amparable la
demanda a fin que se restituya lo indebidamente cobrado, en aplicación de lo dispuesto por
el artículo 1267 del Código Civil; Octavo.- Que, sin embargo no resulta atendible la
restitución de los montos pagados al Instituto Peruano de Seguridad Social, al Sistema
Nacional de Pensiones y al Fondo Nacional de Vivienda, dado que estos pagos que
ascienden a la suma de dos mil setenticinco nuevos soles con noventinueve céntimos (y que
deben ser descontados de la suma demandada por pago indebido) se han efectuado a las
referidas entidades y deben ser reclamadas por la actora en la forma legal correspondiente;
Noveno.- Que, en cuanto a la pretensión de Indemnización de Daños y Perjuicios, también
merece ser amparada, al haberse establecido que el demandado ha cobrado indebidamente
sumas de dinero por horas extras no trabajadas efectivamente, pues ello implica la
presencia de mala fe por el demandado en la percepción de los referidos incrementos en sus
haberes, resultando así aplicable al caso de autos el artículo 1276 del Código Civil que
establece que quien acepta un pago indebido, de mala fe, queda obligado a restituir el
íntegro del valor de la prestación, más la correspondiente indemnización de Daños y
Perjuicios, cuyo quantum debe ser fijado de manera prudencial; por estas consideraciones:
CONFIRMARON la sentencia de fojas trescientos cincuenticuatro a trescientos
cincuentisiete, su fecha diecinueve de agosto de mil novecientos noventisiete, en el extremo
que declara INFUNDADA la reconvención de fojas doscientos noventidós a doscientos
noventisiete; la REVOCARON en el extremo que declara infundada la demanda de fojas
doscientos setentisiete a doscientos ochentiséis; y REFORMÁNDOLA declararon
FUNDADA en parte la misma, en consecuencia que el demandado cumpla con pagar a la
demandante por concepto de devolución de lo indebidamente pagado, la suma de doce mil
seiscientos ocho nuevos soles con treintitrés céntimos más los intereses legales devengados
desde la fecha de los pagos percibidos en forma indebida; asimismo cumpla el demandado
con pagar la suma de tres mil nuevos soles, por concepto de indemnización de daños y
perjuicios; sin costas ni costos, en los seguidos por Servicio de Agua Potable y
Alcantarillado de Lima - SEDAPAL - con Williams Tardío Guzmán sobre Restitución de
Dinero y otros; y los devolvieron.

SS. CARRION LUGO / CARBAJAL PORTOCARRERO / PALACIOS TEJADA

Indemnización: cónyuge inocente. Daño moral

El juez puede conceder una suma de dinero en concepto de reparación del daño moral,
cuando los hechos que han determinado el divorcio comprometen gravemente el legítimo
interés personal del cónyuge inocente.
La suma debe establecerse de acuerdo a las circunstancias personales del cónyuge obligado
al resarcimiento, como es el no contar con trabajo fijo.

Expediente 490-98

Sala Nº 2

Lima, veintiocho de abril de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; con el acompañado; interviniendo como Vocal Ponente el señor Sáez Palomino;
por sus fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO , además: Primero.- Que, es
elevado en apelación el extremo de la sentencia que dispone el pago de cuatro mil soles por
parte del demandado, don Eduardo Meza Chávez por concepto de Indemnización por daño
moral a la actora doña Nancy Gloria Vera Rodríguez; Segundo.- Que, en lo que respecta al
extremo que declara la disolución del vínculo matrimonial contraído entre las partes, éste
no ha sido materia de apelación, por lo que se procederá conforme a lo dispuesto en el
artículo 359º del Código Civil; Tercero.- Que la causal invocada de violencia física ha
quedado demostrada con las denuncias policiales obrantes a fojas siete y dieciséis; así como
del expediente acompañado, signado con el número doscientos veinticuatro guión
noventiséis, seguido ante el Primer Juzgado de Paz de San Juan de Miraflores, contra el
recurrente, por faltas contra la persona -agresión- en agravio de la demandante; y, con las
testimoniales vertidas en la Audiencia de Pruebas, la misma que obra de fojas noventicuatro
a noventisiete; Cuarto.- Que, en cuanto al extremo de la reparación por daño moral a favor
de doña Nancy Gloria Vera Rodríguez, debe tenerse en cuenta lo estipulado en el artículo
351º del Código precitado, es decir que si los hechos que han determinado el divorcio
comprometen gravemente el legítimo interés personal del cónyuge inocente, el juez podrá
concederle una suma de dinero por concepto de reparación del daño moral; Quinto.- Que,
en efecto los hechos configurativos de la causal demandada han afectado a la actora, pero si
bien es cierto que se debe fijar una suma que repara el daño causado, también lo es que ésta
debe ser establecida de acuerdo a las circunstancias personales del cónyuge obligado a
dicho resarcimiento, pues se evidencia del Informe Social efectuado, obrante de fojas ciento
dos a ciento cuatro que éste no cuenta con un trabajo fijo; fundamentos por los que;
REVOCARON, el extremo apelado de la sentencia que ordena que por concepto de daño
moral el demandado debe pagar a la actora la suma de cuatro mil soles; y,
REFORMÁNDOLA; Fijaron dicho concepto en la suma de mil soles: APROBARON , el
extremo de la sentencia que declara disuelto el vínculo matrimonial contraído por don
Eduardo Meza Chávez y doña Nancy Gloria Vera Rodríguez, al seis de diciembre de mil
novecientos sesentinueve, ante la Municipalidad Distrital de Breña, Provincia y
Departamento de Lima; APROBARON , en lo demás que contiene; y, los devolvieron.

SS. SAEZ PALOMINO / TELLO GILARDI / ALVAREZ OLAZABAL

Indemnización: uso de bien riesgoso

Si bien importa una responsabilidad extracontractual objetiva, el uso de un bien peligroso,


como es la conducción de un vehículo automotor, también es que la indemnización puede
reducirse si el daño fue consecuencia de la imprudencia de quien la provocó, como sería el
exceso de confianza de parte del peatón, al ingresar a una intersección sin prever la
maniobra intempestiva del chofer del vehículo.

Expediente 1028-98

Sala Nº 3

Lima, diecisiete de junio de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Alvarez Guillén; por sus fundamentos
pertinentes; CONSIDERANDO: Primero.- Que, se trata de una pretensión de
responsabilidad extracontractual objetiva por el uso de un bien peligroso, como sin duda
representa la conducción de un vehículo automotor; Segundo.- Que, son eximentes de la
reparación cuando el daño fue consecuencia de -entre otros- la imprudencia de quien
padece el daño, y si ésta sólo concurre en su producción, la indemnización será reducida
por el juez según las circunstancias, conforme los artículos mil novecientos setentidós y mil
novecientos setentitrés del Código Civil; Tercero.- Que, en el caso de autos, el atestado
policial de fojas ciento cincuentisiete concluye como factor contributivo del hecho el
exceso de confianza de parte del peatón al ingresar a una intersección sin prever la
maniobra intempestiva del chofer del vehículo; Cuarto.- Que, además, debe tenerse en
cuenta para fijar la indemnización los daños ocurridos en la integridad física del
demandante, los que se encuentran expuestos en el certificado médico de fojas quince, a
saber: fractura en la pelvis, fracturas en las dos piernas y lesiones en la piel, originando su
internamiento en un hospital nacional por nueve días, los gastos efectuados en su
recuperación, lo que supone el lucro cesante de una persona que laboraba como cobrador de
un microbús y el daño moral que causa ese incidente a la persona misma y a su familia;
Quinto.- Que, siendo así, cabe concluir que los daños ocurridos en la persona no son graves
y que van a permitir su recuperación gradual, que los gastos no son cuantiosos y que lo
dejado de percibir por el tiempo que permaneció internado y por un lapso prudente de
convalecencia tampoco lo es; por lo que, aplicando el criterio de conciencia que permite la
ley: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento sesentinueve a ciento setentiuno,
de fecha catorce de noviembre de mil novecientos noventisiete, que declara Fundada en
parte la demanda de fojas veintiocho a treintitrés, subsanada a fojas treintisiete y en
consecuencia los demandados empresas de Transportes "TRASMAR" Sociedad Anónima y
Romel Luna Alarcón deben pagar en forma solidaria al demandante don Benjamín Dávila
Burga con indemnización una suma de dinero; REVOCARON , en cuanto al monto,
Reformándola en esta parte, señalaron por toda indemnización la suma de doce mil
quinientos nuevos soles, más intereses legales, con costas y costos del proceso; y los
devolvieron; en los seguidos por Benjamín Dávila Burga con Empresa de Transporte
TRANSMAR Sociedad Anónima y otro sobre Indemnización.

SS. CARRION LUGO / FERREYROS PAREDES / ALVAREZ GUILLEN

Indemnización a cargo de Notario

El artículo cincuenticinco del Decreto Ley veintiséis mil dos, Ley del Notariado, establece
que el Notario dará fe de conocer a los comparecientes o de habérseles identificado, y que
si el Notario diere fe de identidad de alguno de los comparecientes, inducido a error por la
actuación maliciosa de los mismos o de otras personas, no incurrirá en responsabilidad.

Exp. Nº 1242-97

Sala Nº 4

Lima, tres de setiembre de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como vocal ponente el señor Martel Chang; por sus
fundamentos pertinentes y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la pretensión de la nulidad
de Escritura Pública ha quedado plenamente confirmada con el silencio total de los co-
demandados Rosa Mercedes Velázquez Alfaro y Daniel Gonzales Tantaleán, quienes
tampoco han impugnado la sentencia; Segundo, Que por la misma razón, la pretensión
indemnizatoria respecto a los citados co-demandados también debe ser confirmada;
Tercero, Que sin embargo, la pretensión indemnizatoria en cuanto se refiere al notario
codemandado Ricardo Ortíz de Zevallos debe ser desestimada, debido a que en autos no se
ha acreditado que dicho emplazado en el ejercicio de sus funciones haya permitido en
forma deliberada la intervención de persona distinta al demandante en la Escritura objeto de
nulidad; es más, para suscribir un documento como el cuestionado en autos se requiere la
presentación del documento de identidad, en base al cual se suscribe el instrumento, y si
ello es así, no se puede atribuir responsabilidad alguna al Notario por la falsificación de
firma de uno de los intervinientes; Cuarto, Que, el artículo cincuenticinco del Decreto Ley
veintiséis mil dos, Ley del Notariado, establece que el notario dará fe de conocer a los
comparecientes o de habérseles identificado, y que si el notario diere fe de identidad de
alguno de los comparecientes, inducido a error por la actuación maliciosa de los mismos o
de otras personas, no incurrirá en responsabilidad; Por tales razones: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas doscientos cuarentidós a doscientos cuarenticinco, su fecha
veintiocho de agosto de mil novecientos noventiséis, en el extremo que declara la Nulidad
de la Escritura Pública de Compraventa de fecha veintidós de setiembre de mil novecientos
noventitrés, otorgada por don Oscar Scudere Ortiz a favor de doña Rosa Mercedes
Velázquez Alfaro por ante el Notario Público Doctor Ricardo Ortiz de Zevallos, así como
Nula la Inscripción de dicha Escritura Pública en el Asiento dos, fojas ciento ochentiuno,
Tomo novecientos noventidós del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima; la
REVOCARON en el extremo que el demandado Ricardo Ortiz de Zevallos abone
solidariamente al demandante por concepto de indemnización la suma de tres mil dólares
americanos; REFORMANDOLA DECLARARON Infundada la pretensión indemnizatoria
en cuanto al citado co- demandado; la CONFIRMARON en los demás que contiene;
Hágase saber y devuélvase.

S.S. MANSILLA NOVELLA; LAMA MORE; MARTEL CHANG

Indemnización por daños y perjuicios: Exclusión de régimen pensionario

El acto por el que una empresa a partir del ofrecimiento de parte de ella incorpora a sus
trabajadores a determinado régimen pensionario del que luego los debe excluir es un acto
culposo susceptible de ser indemnizado, pues la empresa tenia la obligación de asesorarse
adecuadamente

Cas. Nº 948-95 Arequipa

Lima, diecisiete de enero de mil novecientos noventiocho.

La Sala Civil de la Corte Suprema, en la causa vista en audiencia pública el


diecisiete de diciembre de mil novecientos noventisiete, emite la siguiente sentencia; con el
acompañado:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Oscar Fernández Calderón,
contra la sentencia de fojas cuatrocientos veintiuno, su fecha treintiuno de agosto de mil
novecientos noventicinco, en cuanto revocando la apelada de fojas trescientos
cincuentinueve, su fecha veintiuno de octubre de mil novecientos noventicuatro, declara
infundada en todos sus extremos la demanda de fojas cincuentiuno.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución de fecha once de abril de mil novecientos noventiséis


ha estimado procedente el recurso por la causal relativa a la inaplicación de los Artículos
mil trescientos veinte, mil trescientos veintidós y mil trescientos veintinueve del Código
Civil, porque la demandada omitió prever la pérdida del actor de ambos regímenes de
pensiones que no ha demostrado que no haya actuado con culpa leve y porque sí se ha
producido un daño moral en su contra.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, el Recurso de Casación tiene como fines esenciales la correcta


aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la jurisprudencia
nacional de la Corte Suprema de Justicia.

Segundo.- Que, esta Corte está conociendo de un número considerable de causas en


las que se ventila la pretensión de un derecho indemnizatorio derivado de la
responsabilidad de la empresa demandada por haber incorporado a los demandante al
régimen pensionario de la Ley número veinte mil quinientos treinta.

Tercero.- Que, habiéndose verificado que a nivel de Corte Superior existe


diversidad de criterios en la calificación del acto de incorporación como culposo o ausente
de culpa se hace necesario a fines de la unidad de la jurisprudencia nacional emitir una
definición que evite así que se esté dictando jurisprudencia contradictoria sobre la materia.

Cuarto.- Que, esta Corte estima que el acto por el que una empresa, a partir de un
ofrecimiento de parte de ella, incorpora a sus trabajadores a determinado régimen
pensionario del que luego los debe excluir es un acto culposo susceptible de ser
indemnizado, pues la empresa tenía la obligación de asesorarse adecuadamente sobre las
consecuencias de dicha incorporación antes de inducir a sus trabajadores a optar por dicho
régimen.

Quinto.- Que, si bien es cierto que en doctrina se discute la reparación económica


del daño extra-patrimonial, aparece del texto de los Artículos mil trescientos veintidós, mil
ochocientos ochenticuatro y mil novecientos ochenticinco del Código Civil vigente que el
legislador optó por dicha solución, decisión a la que debe atenerse el Juzgador conforme a
los Artículos siete del Título Preliminar del Código Procesal Civil y siete del Título
Preliminar del Código Civil.

Sexto.- Que, al no actuar la Corte como instancia de mérito es menester estar al


monto indemnizatorio fijado en la instancia correspondiente.

4. SENTENCIA:
Estando a las conclusiones a las que se arriba y de conformidad con el Artículo
trescientos noventiséis punto uno del Código Procesal, declararon FUNDADO el Recurso
de Casación interpuesto por don Oscar Fernández Calderón y, en consecuencia, CASAR la
sentencia de fojas cuatrocientos veintiuno, su fecha treintiuno de agosto de mil novecientos
noventicinco, y actuando como órgano de resolución CONFIRMARON la sentencia
apelada de fojas trescientos cincuentinueve, su fecha veintiuno de octubre de mil
novecientos noventicuatro, que declara fundada la demanda interpuesta por don Oscar
Fernández Calderón en contra de Cementos Yura, Sociedad Anónima, sobre cobro de daños
y perjuicios y daño moral y ordena que la demandada pague a favor del demandante la
suma de ocho mil nuevos soles como resarcimiento de daño moral, con lo demás que
contiene; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; RONCALLA; CASTILLO; MARULL

LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO DEL S. CASTILLO LA ROSA SANCHEZ;


es como sigue: CONSIDERANDO: 1º) Que, el contrato de trabajo, como cualquier otro,
obliga a las partes al cumplimiento de las obligaciones que asume y en caso de inejecución
voluntaria incurren en responsabilidad contractual que lleva consigo la indemnización de
daños y perjuicios, comprendido el daño moral; 2º) Que, en el caso de autos mediante el
convenio colectivo del treinta de abril de mil novecientos noventa, corriente a fojas
setentiocho, Cementos Yura, Sociedad Anónima se comprometió comprender bajo el
Régimen pensionario del Decreto Legislativo número veinte mil quinientos treinta a los
trabajadores que a la dación de esta Ley tenían más de siete años al servicio del Estado,
conforme lo estableció la Ley número veinticuatro mil trescientos sesentiséis que
modificaba el Artículo catorce del Decreto Legislativo número veinte mil quinientos treinta
que prohibía la acumulación de servicios prestados al Estado como servidores públicos a
los servicios prestados bajo el régimen de la Ley número cuatro mil novecientos dieciséis;
3º) Que, en cumplimiento de ese convenio colectivo, el Gerente de la Empresa expidió
diversas resoluciones decretando dicha reincorporación y reconociendo tiempo de servicios
y en relación con el demandante se dictó esa Resolución Gerencial el treinta de setiembre
de mil novecientos noventa como se ve a fojas ochentiuno reconociéndosele veintitrés años
once meses de servicios comprendiendo el aumento de cuatro años por formación
profesional; 4º) Que, posteriormente Cementos Yura, por acuerdo de su directorio del
veintinueve de noviembre de mil novecientos noventidós e corre a fojas trescientos
treinticuatro, revoca el convenio colectivo del treinta de abril y anula resoluciones
gerenciales que dictaron a mérito de ese convenio, entre ellas la del demandante,
suprimiéndoles las pensiones fijadas y todos los derechos reconocidos por el Decreto
Legislativo número veinte mil quinientos treinta; 5º) Que, esta decisión evidentemente
contravenía el Artículo cincuentisiete de la Constitución de mil novecientos setentinueve,
que sancionaba como irrenunciables y sin recortes los derechos reconocidos a los
trabajadores, además contravenía lo dispuesto en los Artículos mil trescientos veintiuno,
mil trescientos veintidós y mil trescientos veintinueve del Código Civil; 6º) Que, la
sentencia impugnada, que revoca la de primera instancia, ciertamente ha dejado de aplicar
esos artículos del Código Civil, razón por la cual revocó el pago de daños y perjuicios
incurriendo en la causal de casación prevista en el inciso segundo del Artículo trescientos
ochentiséis del Código Procesal Civil sobre inaplicación de normas de derecho material y
consecuentemente debe declararse fundado el Recurso de Casación por esa causal, en cuyo
caso la Sala de casación debe resolver el conflicto actuando como sede de instancia de
conformidad con el inciso primero del Artículo trescientos noventiséis del Código Adjetivo
citado.

S. CASTILLO LA ROSA SANCHEZ

Indemnización por daños y perjuicios: Inejecución de Obligaciones

Una de las partes contratantes ha demostrado una conducta inadecuada en su compromiso


que deriva en la inejecución de la obligación o en su cumplimiento parcial, tardío o
defectuoso, lo cual exige del juzgador un esfuerzo de análisis de los hechos y de los efectos
producidos a la parte perjudicada con esa actitud, en aras de hacer justicia y aplicar la ley.
Obedeciendo la inejecución o incumplimiento a culpa leve, el resarcimiento debe limitarse
al daño que podía preveerse al tiempo en que la obligación fue contraída y fijarse con
valoración equitativa con arreglo al artículo 1332º del Código Civil

Exp. Nro 1140-95

Lima, quince de noviembre de mil novecientos noventicinco.-

VISTOS; interviniendo como vocal ponente el Señor Alvarez Guillén; y


CONSIDERANDO: que, se advierte de la demanda copiada a fojas cuarentitrés que se
solicita una cantidad determinada por diversos conceptos, aunque todos derivados del
contrato de asesoría informática total que suscribieron las partes el primero de abril de mil
novecientos noventidós, que, en ese contrato se estableció con claridad las prestaciones que
cada cual debía satisfacer en favor del otro, uno con la obligación de dar servicios y el otro
con pagarlos en forma mensual durante un año, que la parte demandante cumplió con
puntualidad con su parte desde el propio mes de la firma del contrato hasta agosto de mil
novecientos noventidós y aunque se ha probado con contundencia el pago de siete recibos
por la suma obligada, es evidente que el octavo documento de recepción existió al no
cuestionarse en el informe de fojas veintiséis que, sin embargo la parte demandada cumplió
con la prestación que le correspondía dentro del plazo que consistió en el contrato, tres
semanas, siendo que con fecha diecisiete de Junio de mil novecientos noventitrés, fecha de
la carta de fojas ciento noventicinco, admite los errores cometidos y la falta de instalación e
implementación de los programas informáticos y propone una nueva forma de pago y aún
cuando esta propuesta fue aceptada por carta de tres de agosto del mismo año, ello
acreditaría eventualmente una variación contractual más de ningún modo la satisfacción de
la prestación obligada, ni antes de esa relación epistolar ni después de ellos, que siendo así,
el argumento de la parte actora en el sentido que avanzó con la instalación de cuatro
sistemas y aún deficientes es verosímil pero no probado con la suficiencia debida, estando a
las testimoniales de fojas doscientos cincuenticuatro vuelta y doscientos cincuentiocho que
son evidentemente contradictorias, más si acreditado por el propio dicho de las partes de
que no se cumplió ni siquiera aproximadamente con el plazo contractual y que por lo tanto,
procede resarcir en favor de la parte actora los daños ocasionados con una indemnización
prudente, sin que sirva de base ni la cantidad entregada por el servicio ni la penalidad
consensual, en el entendido que no se ha esclarecido si a la fecha se ha cumplido o no con
la prestación; que, en casos como el debatido, donde es claro que una de las partes
contratantes ha demostrado una conducta inadecuada en su compromiso que deriva en la
inejecución de la obligación o en su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, exige del
juzgador un esfuerzo de análisis de los hechos y de los efectos producidos a la parte
perjudicada con esa actitud, en aras de hacer justicia y aplicar la ley, por lo que
obedeciendo la inejecución o incumplimiento a culpa leve, el resarcimiento debe limitarse
al daño que podía preveerse al tiempo en que ella fue contraída y fijarse con valoración
equitativa con arreglo al artículo mil trescientos treintidós del Código Civil; REVOCARON
la sentencia apelada de fojas treinticinco a trescientos treintinueve, de fecha veinticinco de
Julio del año en curso, que declara Infundada la demanda de fojas cuarentitrés;
REFORMÁNDOLA: la DECLARARON FUNDADA en partes; en consecuencia,
SISTEMAS Y SOPORTE EMPRESARIAL SOCIEDAD ANONIMA debe pagar a
PROMOTORA DEL PACIFICO SOCIEDAD ANONIMA la suma de ocho mil dólares
americanos como indemnización por daños y perjuicios y por todo concepto; más intereses
desde la fecha de notificación con la demanda, más costas y costos y los devolvieron.-

ALVAREZ GUILLEN - FERREIRA VILDOZOLA - QUISPE FERNANDEZ.

Indemnización por denuncia irregular

La denuncia es indemnizable cuando el ejercicio del derecho a denunciar se hace irregular,


el mismo que conforme a lo previsto en el artículo mil novecientos ochentidós del Código
Civil es irregular cuando se hace a sabiendas de la falsedad de las imputaciones o cuando
no existía motivo razonable para denunciar.

Exp. Nº 163-97

Primera Sala

Lima, doce de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la señora Gastañaduí Ramírez; por sus
fundamentos, y, CONSIDERANDO además: Primero.- Que si bien existe impunidad frente
a los daños autorizados por ley, siendo una de las hipótesis para ello el ejercicio legítimo
del derecho de denunciar a quien creemos que ha causado un delito en nuestro perjuicio,
siempre que ese ejercicio sea ejercido regularmente; Segundo.- Que la denuncia es
indemnizable cuando el ejercicio del derecho a denunciar se hace irregular, el mismo que
conforme a lo previsto en el artículo mil novecientos ochentidós del Código Civil es
irregular cuando se hace a sabiendas de la falsedad de las imputaciones o cuando no existía
motivo razonable para denunciar; Tercero.- Que en el caso de autos habiendo existido otros
procesos judiciales entre las partes originados del contrato de mútuo que la demandante
suscribiera con el esposo de la demandada en la que ésta no interviniera acredita que los
hechos expuestos por la demandada no eran falsos y que sus motivos eran atendibles,
aunque no ameritaran la existencia de un proceso penal en su contra. Por tales fundamentos,
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento ochenticuatro a ciento ochentiséis su
fecha treinta de diciembre último que declara infundada la demanda de fojas catorce a
veinte subsanada a fojas veinticuatro. Y los devolvieron en los seguidos por Irene Benites
Bayona con María Muratta Centeno sobre indemnización.

S.S.
SAEZ PALOMINO
BETANCOURT BOSSIO
GASTAÑADUI RAMIREZ

Indemnización: Fundamentación

Habiendo el banco demandado probado, que emitió la carta de crédito solicitada por la
actora dentro del plazo señalado por ésta, debe desestimarse la indemnización que se
reclama.

Expediente Nº 1477-94

Primera Sala - Año: 95

Lima, catorce de Febrero de mil novecientos noventicinco.- VISTOS; interviniendo


como Vocal ponente el doctor Tineo Cabrera; por sus fundamentos; y: CONSIDERANDO:
que, la indemnización de daños y perjuicios reclamada mediante demanda de fojas
setentiuno, no es, como pretende la parte actora, merced a la invocación de derecho allí
efectuada, proveniente de responsabilidad extracontractual, sino, en todo caso, debida a una
presunta enajenación de obligaciones, según la relación de hechos en que se funda la
acción; que con los documentos legalizados notarialmente y exentos de tacha o
impugnación obrantes a fojas cien y fojas ciento uno, el Banco demandado ha probado que
cumplió la obligación de emitir la carta de crédito solicitada por la entidad ahora actora,
dentro del plazo señalado por ésta, cuyo extremo máximo era el quince de octubre de mil
novecientos noventidós; que, por lo tanto y a tenor de lo prescrito por el artículo mil
trescientos catorce del Código Civil, el Banco demandado no debe la indemnización que se
le reclama; que la demandante ha tenido motivos atendibles para litigar, por lo que en
aplicación de lo prescrito por el primer parágrafo del artículo cuatrocientos doce del Código
Procesal Civil, se le debe exonerar del pago de costas y costos: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas ciento Veintisiete a ciento cuarenta, su fecha treinta de junio de
mil novecientos noventicuatro, que declara infundada la incoada; en los seguidos por
Rovegno Internacional Sociedad Anónima con el Banco de Lima sobre Indemnización; y
los devolvieron.- Interviniendo el doctor Huirse Zelarayán por licencia del doctor Urrutia
Carrillo.-

VEGA MAGUIÑA / TINEO CABRERA / HUIRSE ZELARAYAN.

La responsabilidad civil por accidentes de tránsito y el Código Civil Peruano (C) (*)
TABOADA CORDOVA, LIZARDO

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 6 de Diálogo con la Jurisprudencia

La responsabilidad civil por accidentes de tránsito debe ser regulada y establecida en base
al artículo 1970º del Código Civil, es decir, que se trata de un supuesto de responsabilidad
civil extracontractual objetiva fundamentada en el factor de atribución denominado
"riesgo". En tal supuesto, se hace abstracción de cualquier referencia a la culpabilidad, es
decir, al aspecto subjetivo del autor del daño causado a la víctima, pues basta con acreditar
el daño causado, la relación de causalidad y el factor de atribución en el sentido que deba
tratarse de un bien o de una actividad riesgosa o peligrosa.

Lima, diez de julio de mil novecientos ochentiséis

VISTOS; resulta de autos: A fojas dos doña Andrea Almendrades Curo viuda de
Llartinhuay interpone demanda ordinaria en contra de la Empresa Morales Moralitos y de
don Crisóstomo Gayona Rivera para que en forma solidaria le paguen la suma de Diez
Millones de soles oro, por el daño moral, material y económico causado a la demandante y
a sus dos menores hijas llamadas Gladys y Silvia Llartinhuay Almendrades, por
fallecimiento de su esposo don Teófilo Llartinhuay Casapaico ocurrido en un accidente de
tránsito el treinta de junio de mil novecientos ochentidós, siendo responsables la Empresa
Morales Moralitos como propietario del Omnibus y don Crisóstomo Gayona Rivera como
chofer del mismo; manifiesta que el evento se produjo en circunstancias que su esposo se
dirigía a su centro de trabajo, cuando a la altura de la cuadra cinco de la Avenida Canto
Grande se produjo el choque entre el automóvil en que viajaba de placa de rodaje número
IL-tres mil quinientos noventicinco, marca Volkswagen de color blanco, conducido por don
Nicolás Bori Santa Cruz y el ómnibus de sin placa de rodaje marca Pegaso, cuyo conductor
se dio a la fuga, luego de una carrera temeraria colisionó por la parte posterior del antes
citado vehículo, haciéndolo chocar contra una pared refiere que a consecuencia de dicho
accidente resultaron heridos además de su esposo otras personas, quienes fueron
conducidas al Hospital del Rímac, falleciendo posteriormente su esposo don Teófilo
Llartinhuay Casapaico, a causa de un traumatismo encéfalo craneana el mismo día de los
hechos. Cita como fundamento de derecho lo dispuesto en el Artículo mil ciento treintiséis
del Código Civil; admitida la demanda se corrió traslado a los demandados; absuelto el
trámite en rebeldía de los demandados, se recibió la causa a prueba, por decreto de fojas
nueve; actuadas las que aparecen de autos, habiéndose pedido sentencia, es el caso de
expedirla; y CONSIDERANDO: Que, la excepción de prescripción deducida por la co-
demandada Transportes Morales Sociedad Anónima a fojas ciento catorce deviene
infundada, por cuanto al interponerse la presente acción, nueve de mayo de mil novecientos
ochentitrés no había transcurrido el término de la prescripción alegada, computando desde
la fecha del deceso acaecido el treinta de junio de mil novecientos ochentidós; que, por otro
lado, según el atestado veintiséis cuarenta G.S.T. de fojas veintitrés a cuarentiocho y la
partida de defunción de fojas once del que fue Teófilo Llartinhuay se ha probado el
accidente de tránsito causado por el ómnibus de placa de rodaje cinco mil setecientos
sesenta y el automóvil de placa de rodaje serie IL-tres mil quinientos, a la altura de la sexta
cuadra de la Avenida Canto Grande, del distrito de San Juan de Lurigancho el treinta de
junio de mil novecientos ochentidós y la defunción a consecuencia de tal accidente del
nombrado Teófilo Llartinhuay, del que se deduce que el ómnibus de la Empresa circulaba
por la Avenida Canto Grande, de Norte a Sur, por el lado derecho de la calzada a una
velocidad aproximada de cincuenta kilómetros por hora y por su parte a la unidad número
dos se hallaba también desplazándose en el mismo sentido por la misma vía ocupando el
lado derecho de la calzada; que cuando se encontraba ésta última momentáneamente
detenido es impactada por la unidad antes citada, haciéndola chocar contra una pared
llegándose a atropellar en el trayecto a un peatón, mientras que el vehículo uno sale
desviado hacia el Sur-Este, para quedar sobre el jardín separador central; que como
consecuencia de dicho impacto los ocupantes del vehículo número dos resultaron
lesionados entre ellos de gravedad fue conducido al Hospital del Rímac, donde dejó de
existir; que del atestado fluye que el vehículo número uno de propiedad de la Empresa
demandada se hallaba desplazándose a una velocidad inapropiada, hecho que le impidió
controlarse y evitar el accidente; fluye también que dicho vehículo tenía fallas mecánicas,
por lo que existió negligencia de parte de su conductor y de la Empresa propietaria al
permitir su uso en circunstancias que no prestaba seguridad ni para sus pasajeros, conductor
y terceros; que siendo así procede amparar la demanda condenando a los demandantes
reparar el daño causado; que, de otro lado debe considerarse que la muerte originada por el
accidente referido ha traído como consecuencia el desamparo económico de la cónyuge
accionante y sus hijos, por tanto dichos daños son reparables a tener de los establecido en el
Artículo mil novecientos setenta del Nuevo Código Civil por haber contravenido el artículo
cincuentinueve del inciso d) Capítulo Sexto, Artículo ciento cuarentiuno, inciso a) Capítulo
Sexto, Artículo ciento cuarentiuno, inciso a) Capítulo dieciséis del Reglamento General de
Tránsito; que la actora con la partida de matrimonio de fojas Diez ha probado ser cónyuge
del occiso y las partidas de fojas doce y trece, acreditan que también han quedado
agraviados por esa desaparición los hijos del occiso Gladys y Silvia Llartinhuay Casapaico,
como se acreditan con la declaratoria de herederos que en copia certificada obra a fojas
catorce; por estas consideraciones, de conformidad con la norma citada y el Artículo
doscientos noventiséis del Código de Procedimientos Civiles, FALLO: Declarando
infundada la excepción de prescripción deducida por la co-demandada Empresa Morales
Sociedad Anónima; y fundada en parte la demanda de fojas dos y su ampliación de fojas
ciento seis; y en consecuencia, ordenó que el representante legal de la Empresa demandada
y don Crisóstenes Rayona Rivera pague en forma solidaria a la demandante con la suma de
Seis Mil Intis, por todo concepto de indemnización causada por la muerte del cónyuge de la
actora. Interese y costas.-

NESTOR POMAREDA,
Juez del Tercer Juzgado en lo Civil de Lima

MARINO ESCOBAR,
Secretario Adscrito al Tercer Juzgado Civil

SEÑOR JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA

LUIS SOSA MANRIQUE, en la representación de Transportes Morales S.A., en los


seguidos con Andrea Almendrades Curo, sobre indemnización respetuosamente digo: Que
absolviendo el traslado de la demandada que se me ha corrido, cumplo con exponer los
siguiente:

a).- Que los fundamentos que esgrime la demandante no se ajustan a la realidad de los
hechos, pues su esposo como víctima también contribuyó a que se produjera el lamentable
accidente.

b).- Que de acuerdo a las investigaciones policiales el chofer que manejaba el ómnibus de
mi representada hizo todo lo posible para evitar el accidente.

Por tanto:

Al Juzgado pido se sirva disponer conforme a ley.

OTROSI DIGO: Que de conformidad con lo prescrito en el Art. 312 del C.P.C. concordado
con lo prescrito en el Art. 1168 Inc. 6º del C.C., pues de acuerdo a lo expuesto en la
demanda y a la fecha en que se produjo el accidente han transcurrido más de dos años que
señala el mencionado dispositivo legal del C.C. derogado y que es de aplicación para el
caso de autos. Pero, sin embargo dicho plazo también se fija en el Inc. 4º del Art. 2001 del
C.C. vigente.

Lima, 22 de mayo de 1985


TRANSPORTES MORALES S.A.

Exp. Nº 2472-86

Lima, veintidós de abril de


mil novecientos ochentisiete

VISTOS; con el acompañado, interviniendo como Vocal ponente el señor Castillo Castillo;
por sus fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO: que a fojas ciento seis se varió la
demanda, reclamándose cien millones de soles por concepto indemnizatorio, en lugar de los
diez millones que se había pedido inicialmente; que el monto indemnizatorio debe fijarse
con criterio prudencial, teniéndose en cuenta que la causa del accidente de tránsito fue la
excesiva velocidad del ómnibus marca Pegaso, conducido por el co-demandado Crisóstomo
Gayona Rivera, de propiedad de Transportes Morales Sociedad Anónima, vehículo éste
que tenía los frenos en mal estado como lo reconoce el primero de la diligencia de fojas
treinticuatro y treinticinco; que de lo actuado fluye también que el conductor del automóvil
en que viajaba el occiso también contribuyó con su culpa a la realización del evento, al
parar para recoger pasajeros en un lugar inapropiado, que con el fallecimiento del esposo de
la accionante, se ha causado un grave daño moral y material a esta y a sus hijos:
CONFIRMARON la sentencia de fojas ciento cincuenta, su fecha diez de julio de mil
novecientos ochentiseis en cuanto declara fundada en parte la demanda de fojas dos,
variada a fojas ciento seis; la REVOCARON en cuanto al monto indemnizatorio el que
FIJARON en Treinta Mil Intis; la CONFIRMARON en lo demás que contiene; y los
devolvieron.-
CASTILLO CASTILLO
SALGUERO DE GUZMAN
MORALES LAVAUD

Exp. Nº 1459-87

LIMA

Lima, veintinueve de mayo de mil novecientos ochentinueve.-

VISTOS, con el acompañado, y CONSIDERANDO: Que el monto de la indemnización


debe fijarse teniendo en cuenta la gravedad del evento y las circunstancias de su
producción: declararon HABER NULIDAD en la resolución de vista de fojas ciento
setentidós, su fecha veintidós de abril de mil novecientos ochentisiete, en cuando revocando
la apelada de fojas ciento cincuenta, fechada el diez de Julio de mil novecientos ochentiseis,
fija el monto indemnizatorio en treinta mil intis; reformando la de vista y revocando la
apelada en ese extremo: FIJARON en cincuenta mil intis el monto de la indemnización en
referencia: declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene; en los seguidos
con doña Andrea Almendrades Curo viuda de Llartinhuay con Transportes Morales
Sociedad Anónima y otro, sobre indemnización; Interviniendo el doctor Urrelo Alvarez de
conformidad con el artículo ciento veintitrés de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y los
devolvieron.-

S.S.
VALLEJO
VEJARANO
ANGUERRY
BERNUY
ALVAREZ

COMENTARIO

1) La doctrina francesa antes de la entrada en vigencia de la ley francesa 85-677 sobre


accidentes de la circulación, consideró que la responsabilidad civil por accidentes de
tránsito se encontraba contenida en el código civil francés, pues se derivaba de la aplicación
del artículo 1348 de dicho código, el cual dispone expresamente que se responde no sólo
por el daño que se causa por su propio hecho, sino también por el hecho de las personas por
las que se debe responder, o de las cosas que se tienen bajo su guarda. Esto significa en
consecuencia que ante la ausencia de una legislación especial sobre la responsabilidad por
accidentes de tránsito, como no podía ser de otra manera, la doctrina francesa optó por
considerar y derivar dicha responsabilidad civil del régimen general de la responsabilidad
civil contenido en el código civil francés, que estipula que no se puede causar daño a otro y
que contiene la regla antes enunciada sobre responsabilidad civil indirecta.

Responsabilidad civil indirecta que es justamente aquella que nace no como consecuencia
de hecho propio del autor, sino de hecho ajeno, bien se trate del hecho de un tercero, ya se
trate del hecho de un incapaz o de un dependiente; o del hecho de una cosa, bien se trate del
hecho originado por la caída de un edificio, o como dice en términos genéricos el código
civil francés de los daños consecuencia de las cosas que se tienen bajo guarda. En otras
palabras, mientras la regla general es que se responde por hecho propio, esto es, cuando una
persona causa un daño a otra por su propia conducta, en casos excepcionales y
preestablecidos expresa y específicamente en la norma jurídica, se responde por hecho
ajeno; entendiendo por hecho ajeno en sentido amplio el hecho de un tercero, un incapaz
que se encuentra bajo nuestra tutela, curatela o en relación de patria potestad, o por el hecho
de un tercero que se encuentra subordinado, es decir, sujeto a una relación de dependencia
fáctica o jurídica respecto del denominado autor indirecto, sin importar necesariamente la
existencia de una relación jurídica laboral, bastando con que en los hechos concretos el
denominado autor directo se encuentre sujeto a las órdenes o instrucciones del autor
indirecto. Un segundo grupo de supuestos de responsabilidad civil indirecta es aquel
conformado por la responsabilidad del autor indirecto por los hechos de los animales u
originados por la destrucción total o parcial de edificaciones. En estos casos se habla en
términos genéricos de responsabilidad indirecta por los hechos de las cosas.

Pues bien, estos casos de responsabilidad civil indirecta que se encuentran regulados en el
código civil francés en términos genéricos en el artículo 1348 antes mencionado y en
nuestro código civil actual en los artículos 1974, 1975, 1979, 1980 y 1981, han permitido a
la doctrina francesa y a la mayor parte de la doctrina sudamericana, en ausencia de
legislación especial, derivar y considerar a la responsabilidad civil por accidentes de
tránsito como contenida en dicho régimen de responsabilidad indirecta, específicamente en
el supuesto de la responsabilidad del autor indirecto por el hecho de las cosas que se tienen
bajo el cuidado del mismo autor. Como se podrá observar, el asunto resulta bastante
sencillo en la legislación francesa, pues el código civil francés en su artículo 1348 regula de
manera amplia una responsabilidad civil indirecta por el hecho de las cosas que se tienen
bajo su guarda.

2) Esta solución de la primera etapa de la doctrina francesa, lamentablemente no resulta


aplicable en nuestro sistema jurídico, por cuanto los casos de responsabilidad indirecta en
nuestro código civil no se encuentran regulados con una norma genérica como el antes
mencionado artículo del código civil francés, sino en casos específicos que hacen referencia
directa al hecho del incapaz, al hecho del subordinado o dependiente, al hecho de los
animales y por último al hecho de la caída de un edificio; no existiendo en nuestro código
civil, insistimos, la fórmula genérica sobre la responsabilidad indirecta por las cosas que
uno tenga bajo su cuidado. Sería absurdo señalar o encuadrar la responsabilidad especial
materia de estudio referida a accidentes de tránsito, en los casos de daños causados por
incapaces, dependientes, animales, o caídas de edificaciones.

En otras palabras, a diferencia de la primera doctrina francesa que entendía que la


responsabilidad que nos ocupa se encontraba implícitamente regulada en los supuestos
legales de daño producido por cosas inanimadas, en el sistema jurídico local sólo nos
queda, en ausencia de legislación especial, acudir a una de las dos reglas genéricas sobre la
responsabilidad civil por hecho propio, y descartar cualquier aplicación analógica de los
casos específicos de responsabilidad por hechos ajenos.
ESTO SIGNIFICA QUE TENDRIAMOS QUE ACUDIR NECESARIAMENTE AL
ARTICULO 1969 QUE CONSAGRA EL SISTEMA SUBJETIVO DE
RESPONSABILIDAD CIVIL POR HECHO PROPIO CUANDO EL DAÑO ES
CONSECUENCIA DE UNA CONDUCTA DOLOSA O CULPOSA, O AL ARTICULO
1970 QUE CONSAGRA EL SISTEMA GENERICO DE RESPONSABILIDAD CIVIL
POR HECHO PROPIO CUANDO EL MISMO ES CONSECUENCIA DE UNA
ACTIVIDAD RIESGOSA O PELIGROSA O DE LA UTILIZACION DE UN BIEN
RIESGOSO O PELIGROSO. ESTA SERIA LA UNICA SOLUCION POSIBLE EN
NUESTRO ORDENAMIENTO JURIDICO, DESCARTANDO DEFINITIVAMENTE LA
APLICACION ANALOGICA DE CUALQUIER RESPONSABILIDAD INDIRECTA,
INSISTIMOS, QUE EN NUESTRO CODIGO CIVIL, A DIFERENCIA DEL CODIGO
CIVIL FRANCES, SE ENCUENTRA ESTABLECIDA EXPRESAMENTE EN CASOS
ESPECIFICAMENTE PREDETERMINADOS Y REGULADOS.

Los factores de atribución, son aquellos que determinan la existencia de una


responsabilidad civil, una vez que se han presentado, en un supuesto concreto de un daño
causado a una víctima, los requisitos típicos de la responsabilidad civil: la antijuricidad, el
daño producido y la relación de causalidad. En materia de responsabilidad contractual el
factor de atribución es la CULPA, mientras que en el campo extracontractual, de acuerdo al
código actual son dos los factores de atribución: la culpa y el riesgo creado. En el ámbito
contractual la culpa se clasifica en tres grados: la culpa leve, la culpa grave o inexcusable y
el dolo, mientras que en el ámbito extracontractual se considera a la culpa y también al
riesgo creado. Estos dos diferentes factores de atribución se encuentran consagrados
independientemente en los artículos 1969 y 1970 respectivamente, y en uno de los cuales
tendríamos que incluir necesariamente la responsabilidad por accidentes de tránsito,
insistimos en ausencia de una legislación especial sobre la materia, según se ha
mencionado.

La diferencia entre ambos factores de atribución es evidente, y apunta principalmente a que


en el sistema subjetivo el autor de una conducta antijurídica que ha causado un daño, debe
responder únicamente si ha actuado con culpa, entiéndase dolo o culpa, es decir, no basta
con acreditar y demostrar judicialmente el daño causado, la conducta antijurídica y la
relación de causalidad; debe acreditarse también el aspecto subjetivo de la culpabilidad, a
pesar que en el actual código civil el mismo artículo 1969 ha establecido una inversión de
la carga de la prueba que favorece a la víctima al establecer una presunción de culpa. Por el
contrario, en el sistema objetivo del riesgo además de las condiciones antes señaladas, y
totalmente necesarias para que se configure un supuesto de responsabilidad civil, sólo se
debe probar fehacientemente que la conducta que ha causado el daño es una peligrosa o
riesgosa, bien sea por implicar el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, o por el
uso de un bien riesgoso o peligroso, sin necesidad de acreditar ninguna culpabilidad. No
obstante lo cual, y esto es importante destacarlo y mencionarlo, para efectos prácticos, el
código civil peruano ha acercado mucho los resultados de la aplicación del sistema
subjetivo como del sistema objetivo, por el simple hecho de haber invertido la carga de la
prueba en materia de culpabilidad, según se ha explicado anteriormente.

EN OTRAS PALABRAS EN NUESTRO SISTEMA JURIDICO LA


RESPONSABILIDAD CIVIL POR ACCIDENTES DE TRANSITO, ANTE LA
AUSENCIA DE UNA LEGISLACION ESPECIAL SOBRE EL PARTICULAR, QUEDA
UNICAMENTE POR ENTENDER QUE ES CONSECUENCIA DEL SISTEMA
SUBJETIVO O DEL SISTEMA OBJETIVO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL. NO SE PUEDE SUBSUMIR ESTA RESPONSABILIDAD
ESPECIAL EN ALGUNO DE LOS SUPUESTOS DE RESPONSABILIDA CIVIL
INDIRECTA.

3) Ahora bien, ante esta eventualidad, nuestra posición es que resulta más conveniente
considerar la responsabilidad por accidentes de tránsito como uno de los tantos supuestos
de la aplicación del sistema objetivo, en el cual el factor de atribución no es la culpabilidad
del autor del daño, siendo insuficiente acreditar la relación de causalidad, sino por el
contrario el riesgo adicional que implica la utilización de un automotor en la vida de
relación en la sociedad moderna. COMO SE PUEDE OBSERVAR, ESTA OPCION POR
EL SISTEMA OBJETIVO DE RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
NO OBEDECE UNICAMENTE A QUE EN NUESTRO CRITERIO LOS
AUTOMOTORES SON BIENES QUE SIGNIFICAN UN RIESGO ADICIONAL PARA
LOS DEMAS, SINO FUNDAMENTALMENTE A QUE LA ELECCION DE ESTE
SISTEMA DEJA DE LADO O CONVIERTE EN INUTIL CUALQUIER POSIBILIDAD
PARA EL AUTOR DE LA CONDUCTA DE PROBAR SU NO CULPABILIDAD, ES
DECIR DE LIBERARSE DE RESPONSABILIDAD PROBANDO SU AUSENCIA DE
CULPA. CON ESTA OPCION POR EL SISTEMA OBJETIVO BASADO EN LA IDEA
DEL RIESGO CREADO BASTARIA CON PROBAR EL DAÑO CAUSADO A LA
VICTIMA Y LA RELACION DE CAUSALIDAD, IMPLICANDO ESTO ULTIMO EL
ESTABLECER SI EXISTIO ALGUNA FRACTURA CAUSAL O CONCAUSA.

En nuestro concepto el hecho que el código civil actual haya aproximado los dos sistemas
de responsabilidad extracontractual en sus resultados prácticos con la inversión de la carga
de la prueba en el sistema subjetivo, no resuelve adecuadamente el problema pues el autor
del daño en dicho sistema siempre tendría la posibilidad de acreditar que actuó
diligentemente, es decir, sin culpa, en cuyo caso, no habría responsabilidad civil de ninguna
clase por ausencia del correspondiente factor de atribución. EN NUESTRO CRITERIO
DADA LA CADA VEZ MAYOR FRECUENCIA DE LOS TRAGICOS ACCIDENTES
DE TRANSITO EN NUESTRA REALIDAD A NIVEL NACIONAL Y LA
UTILIZACION MASIVA DE LOS AUTOMOTORES, SE IMPONE LA APLICACION
DEL SISTEMA OBJETIVO DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL
EXTRACONTRACTUAL PARA EL CASO ESPECIFICO DE LA RESPONSABILIDAD
CIVIL QUE NOS OCUPA, PUES BASTARA CON DEMOSTRAR JUDICIALMENTE
(O TAMBIEN EXTRAJUDICIALMENTE EN LOS CASOS DE CONVENIOS
INDEMNIZATORIOS) LA EXISTENCIA DEL DAÑO EN CUALQUIERA O TODAS
SUS MODALIDADES Y LA RELACION DE CAUSALIDAD, PARA QUE EXISTA
UNA RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL QUE PERMITA EN
ALGUN MODO A LAS VICTIMAS DE LOS ACCIDENTES DE TRANSITO LA
REPARACION DE LOS DAÑOS ORIGINADOS. EL SISTEMA SUBJETIVO SERIA
PERFECTO EN UN SISTEMA SOCIAL DONDE LA VIDA FUERA RESPETADA
CONSCIENTEMENTE POR TODOS LOS MIEMBROS DE LA COMUNIDAD.
Tenemos la suerte y la gran ventaja que el sistema actual de responsabilidad civil
extraconctractual ha reconocido expresamente el sistema objetivo, a diferencia del código
civil peruano de 1936, en el cual el único sistema aplicable era el subjetivo. No debemos
dar la posibilidad de aceptar que la probanza de la debida diligencia libere al autor de un
accidente de tránsito de una responsabilidad civil por un daño producido como
consecuencia de dicho accidente. EN NUESTRO CRITERIO, DADA LA GRAVEDAD Y
LA DOLOROSA FRECUENCIA DE LOS ACCIDENTES DE TRANSITO EN
NUESTRA REALIDAD, SE IMPONE LA APLICACION DEL SISTEMA OBJETIVO,
EN EL CUAL LA UNICA POSIBILIDAD DE LIBERARSE DE UNA
RESPONSABILIDAD SERIA PROBANDO LA AUSENCIA DE UNA RELACION
CAUSAL POR PRESENCIA DE ALGUNA DE LAS HIPOTESIS DE FRACTURAS
CAUSALES; O PROBANDO EN TODO CASO LA PRESENCIA DE UNA
CONCAUSA, EN CUYO CASO EL EFECTO JURIDICO SERIA NO LA LIBERACION
DEL AUTOR DEL ACCIDENTE DE TRANSITO POR AUSENCIA DE RELACION DE
CAUSALIDAD, SINO UNICAMENTE LA REDUCCION DE LA INDEMNIZACION A
SU CARGO, EN ESTRICTA APLICACION DEL ARTICULO 1973º DEL CODIGO
CIVIL ACTUAL. DE ESTA MANERA, LA DIFUSION DE ESTE SISTEMA JURIDICO,
CON LA GRAVEDAD DE SUS CONSECUENCIAS PARA LOS AUTORES DE
ACCIDENTES, SERVIRIA EN NUESTRO CONCEPTO COMO ELEMENTO
DISUASIVO Y PERMITIRIA CREAR CONCIENCIA SOBRE LA NECESIDAD DE
MANEJAR RESPONSABLEMENTE CUIDANDO LA VIDA PROPIA Y
FUNDAMENTALMENTE LA DE LOS DEMAS.

4) Ahora bien, el hecho que en nuestro criterio, sea necesario e imprescindible la existencia
de una legislación especial, pues consideramos que no basta con la aplicación del código
civil, no significa que rechacemos el sistema objetivo. Por el contrario, el sistema especial
de responsabilidad civil por accidentes de tránsito deberá contener necesariamente, en el
sentido de estar construido sobre la base del sistema objetivo de responsabilidad. EN
OTRAS PALABRAS, EN NUESTRO CONCEPTO LA LEGISLACION ESPECIAL
SOBRE RESPONSABILIDAD CIVIL POR ACCIDENTES DE TRANSITO DEBE
CONSTRUIRSE EN FUNCION A UN SISTEMA OBJETIVO Y NO SUBJETIVO. DEBE
TRATARSE DE UN SISTEMA OBJETIVO ESPECIAL DE RESPONSABILIDAD
CIVIL POR ACCIDENTES DE TRANSITO.

No es novedad, que en la sociedad peruana actual, uno de los problemas sociales más
dramáticos es el de la violencia en la conducción de automotores, con los consiguientes
accidentes de tránsito en sus distintas y diferentes modalidades, con los consiguientes daños
que se producen por este concepto, tanto en el ámbito patrimonial como en el
extrapatrimonial. En tal sentido, nos parece que el sistema adecuado debe estar construido
sobre la base de los sistemas objetivos, basados en la idea del riesgo. Al señalar el factor
del riesgo no estamos diciendo, ni pretendemos decir, que manejar un vehículo es una
actividad peligrosa o riesgosa, QUE DEBA EVITARSE O LIMITARSE, sino simplemente
que el conducir un vehículo implica un RIESGO ADICIONAL para todos los miembros de
una determinada colectividad, todos los cuales se benefician de las enormes ventajas de la
utilización de vehículos en las diferentes facetas de la vida diaria y distintas actividades
económicas y productivas.
NUESTRA OPINION ES QUE EL SISTEMA ESPECIAL DE RESPONSABILIDAD
CIVIL POR ACCIDENTES DE LA CIRCULACION DEBE SER UNO
COMPLETAMENTE OBJETIVO, QUE IMPIDA PARA EL AUTOR LA POSIBILIDAD
DE LIBERARSE ADUCIENDO Y PROBANDO SU AUSENCIA DE CULPABILIDAD.
DEBERA TRATARSE DE UN SISTEMA BASADO EN LA IDEA DEL RIESGO.
COMO RESULTA EVIDENTE DE ESTA CONCLUSION DEFINITIVA EN NUESTRO
CRITERIO SE IMPONE UN REGIMEN ESPECIAL, NO SIENDO SUFICIENTE
CONTAR CON LA APLICACION DE LOS REGIMENES GENERICOS CONTENIDOS
EN EL CODIGO CIVIL PERUANO. COMO CONSECUENCIA DE LA OBJETIVAD
DEL REGIMEN ESPECIAL QUE PROPONEMOS, AL AUTOR DEL ACCIDENTE DE
TRANSITO SOLO LE QUEDARA LA POSIBILIDAD DE LIBERARSE DE
RESPONSABILIDAD CIVIL, ALEGANDO Y PROBANDO LA AUSENCIA DE LA
RELACION DE CAUSALIDAD, O INVOCANDO EN TODO CASO UNA
REDUCCION DE LA INDEMNIZACION POR HABERSE PRESENTADO UN
SUPUESTO DE CONCAUSA.

5) Pues bien, la sentencias cuyo comentario es objeto del presente trabajo, directamente la
de primera instancia e indirectamente la segunda y última instancia, señalan con total
claridad que la responsabilidad civil por accidentes de tránsito debe ser regulada y
establecida en base al artículo 1970º del Código Civil, es decir, que se trata de un supuesto
de responsabilidad civil extracontractual objetiva fundamentada en el factor de atribución
denominado "riesgo". Por ello la gran discusión que se produce a nivel de las sentencias en
las tres instancias es justamente si existió algún supuesto de con causa o si se trató de un
supuesto de responsabilidad civil extracontractual por hecho propio del autor.

En tal sentido, la sentencia de primera instancia dispone expresamente en sus


considerandos: "QUE SIENDO ASI PROCEDE AMPARAR LA DEMANDA
CONDENANDO A LOS DEMANDADOS REPARAR EL DAÑO CAUSADO; QUE DE
OTRO LADO DEBE CONSIDERARSE QUE LA MUERTE ORIGINADA POR EL
ACCIDENTE REFERIDO HA TRAIDO COMO CONSECUENCIA EL DESAMPARO
ECONOMICO DE LA CONYUGE ACCIONANTE Y SUS HIJOS, POR TANTO
DICHOS DAÑOS SON REPARABLES A TENOR DE LO ESTABLECIDO EN EL
ARTICULO MIL NOVECIENTOS SETENTA DEL NUEVO CODIGO CIVIL POR
HABER CONTRAVENIDO EL ARTICULO CINCUENTINUEVE DEL INCISO D)
CAPITULO SEXTO, ARTICULO CIENTO CUARENTIUNO, INCISO A) CAPITULO
DIECISEIS DEL REGLAMENTO GENERAL DE TRANSITO; "De esta manera, resulta
claro como esta sentencia directamente señala que el fundamento de la responsabilidad civil
por accidentes de tránsito debe ampararse en el artículo 1970º del Código Civil que
consagra expresamente el sistema objetivo de responsabilidad civil extracontractual
fundamentado en la noción de RIESGO. Lo cual se encuentra de acuerdo con el criterio de
un gran sector de la doctrina moderna en materia de responsabilidad civil por accidentes de
tránsito.

No obstante lo cual, debe también destacarse que la misma sentencia de primera instancia, a
pesar de optar claramente por el sistema objetivo de responsabilidad civil extracontractual,
cuya característica fundamental es justamente la de HACER ABSTRACCION DE
CUALQUIER REFERENCIA A LA CULPABILIDAD, ES DECIR, AL ASPECTO
SUBJETIVO DEL AUTOR DEL DAÑO CAUSADO A LA VICTIMA, PUES BASTA
CON ACREDITAR EL DAÑO CAUSADO, LA RELACION DE CAUSALIDAD Y EL
FACTOR DE ATRIBUCION EN EL SENTIDO QUE DEBA TRATARSE DE UN BIEN
O DE UNA ACTIVIDAD RIESGOSA O PELIGROSA, incurre en una lamentable
contradicción cuando en los mismos considerandos hace referencia a la CULPABILIDAD
DEL AUTOR DEL DAÑO cuando señala: "QUE DEL ATESTADO FLUYE QUE EL
VEHICULO NUMERO UNO DE PROPIEDAD DE LA EMPRESA DEMANDADA SE
HALLABA DESPLAZANDOSE A UNA VELOCIDAD INAPROPIADA, HECHO QUE
LE IMPIDIO CONTROLARLO Y EVITAR EL ACCIDENTE; FLUYE TAMBIEN QUE
DICHO VEHICULO TENIA FALLAS MECANICAS, POR LO QUE EXISTIO
NEGLIGENCIA DE PARTE DE SU CONDUCTOR Y DE LA EMPRESA
PROPIETARIA AL PERMITIR SU USO EN CIRCUNSTANCIAS QUE NO PRESTABA
SEGURIDAD NI PARA SUS PASAJEROS, CONDUCTOR Y TERCEROS;". Se trata
como es evidente de una contradicción evidente que no tiene ningún sustento, pues dentro
del sistema objetivo de responsabilidad civil extracontractual por riesgo NO ES
NECESARIA NINGUNA REFERENCIA A LA CULPABILIDAD DEL AUTOR DEL
DAÑO, Y MENOS AUN CALIFICAR SI HUBO NEGLIGENCIA O NO. LO QUE SI
NOS PARECE ADECUADO ES LA REFERENCIA AL MISMO HECHO CAUSADO
DEL DAÑO CUANDO SE SEÑALA QUE HUBO VELOCIDAD INAPROPIADA.

Por su parte, la sentencia de segunda instancia sólo se refiere al mismo hecho objetivo
causante del daño indemnizable cuando señala en su parte considerativa: "QUE EL
MONTO INDEMNIZATORIO DEBE FIJARSE CON CRITERIO PRUDENCIAL
TENIENDOSE EN CUENTA QUE LA CAUSA DEL ACCIDENTE DE TRANSITO FUE
LA EXCESIVA VELOCIDAD DEL OMNIBUS MARCA PEGASO, CONDUCIDO POR
EL CO-DEMANDADO CRISOSTOMO GAYONA RIVERA, DE PROPIEDAD DE
TRANSPORTES MORALES SOCIEDAD ANONIMA, VEHICULO ESTE QUE TENIA
LOS FRENOS EN MAL ESTADO COMO LO RECONOCE EL PRIMERO EN LA
DILIGENCIA DE FOJAS..."

Como se podrá comprobar las sentencias que hemos comentado a pesar de la contradicción
conceptual de la primera instancia, tienen el valor de establecer que la responsabilidad civil
extracontractual por accidentes de tránsito debe regularse y ampararse en el artículo 1970º
del Código civil, es decir fundamentarse en un sistema objetivo de responsabilidad civil.

La responsabilidad por el hecho de los dependientes (C)(*)

(A propósito de la consideración de Faucett S.A. como "Tercero Civilmente Responsable"


en el proceso penal seguido contra Alfredo Zanatti)

MARTINEZ COCO, ELVIRA

(*) Esta Jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 4 de Diálogo con la Jurisprudencia

En el presente trabajo la autora concluye que la consideración de la empresa Faucett S.A.


como tercero civilmente responsable, habiendo Alfredo Zanatti cometido el delito "con
ocasión de su función" de Gerente General y no en ejercicio de ella, abre un peligroso
camino jurisprudencial respecto de lo que el Organo de Administración de Justicia entienda
por daño realizado "en el ejercicio del cargo" o en "cumplimiento del servicio respectivo".

Recurso de nulidad 1363-96

SENTENCIA DE LACORTE SUPREMA

SALA PENAL

LIMA

Lima, doce de julio de


mil novecientos noventiséis

VISTOS; de conformidad en parte con el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal;
por sus propios fundamentos; y CONSIDERANDO: que, se debe fijar el monto de la
reparación civil a favor del Estado en lo referente al delito contra la administración pública-
corrupción de funcionarios-, el mismo que deberá abonar el procesado Alfredo Augusto
Zanatti Tavolara, siendo del caso integrar este extremo en atención a la facultad conferida
por el penúltimo parágrafo del artículo doscientos noventiocho del Código de
Procedimientos Penales, modificado por el Decreto Legislativo número ciento veintiséis:
declararon NO HABER NULIDAD en el auto de fojas once mil seiscientos siete, su fecha
seis de noviembre de mil novecientos noventicinco, en el extremo consultado que declara
no haber mérito para pasar a juicio oral contra Guillermo Gustavo Berckemeyer León,
Serafín Otero Mutin, Manuel Antonio Berckemeyer Luna, Juan Otero Villarán, Ste-phanos
Jhon Philippides Pease, Alejandro Tudela Garland, Jorge Renato Vásquez Costa, Bernardo
Fernández Corvetto, Jorge Alfredo Granda Bustamante, César Eduardo Zanatti Tavolara y
Mario Carlos Zanatti Tavolara por los delitos contra el patrimonio- estafa- y contra la fe
pública en agravio del Estado; con lo demás que al respecto contiene; declararon NO
HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas trece mil novecientos noventicinco,
su fecha primero de marzo de mil novecientos noventiséis, que absuelve a Roberto
Casanova Ruíz de la acusación fiscal por el delito contra el patrimonio- estafa- y por el
delito contra la fe pública- falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio
del Estado; condena a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara como autor del delito contra el
patrimonio-estafa, por el delito contra la fe pública- falsificación de documentos y falsedad
ideológica- y por el delito contra la administración pública- corrupción activa- en agravio
del Estado, a diez años de pena privativa de la libertad, la misma que con descuento de la
carcelería que viene sufriendo desde el cuatro de mayo de mil novecientos noventicinco,
vencerá el tres de mayo del año dos mil cinco; condena a José Jaime Bedoya Garreta como
autor del delito contra el patrimonio-estafa- y como cómplice del delito contra la fe pública-
falsificación de documentos y falsedad ideológica"- en agravio del Estado, a diez años de
pena privativa de la libertad, la misma que con descuento de la carcelería que viene
sufriendo desde el dos de febrero de mil novecientos noventiséis, vencerá el primero de
febrero del año dos mil seis condena a María Emilia Fandiño de Iraurgui de Bachmann
como cómplice del delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública-
falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado, a cuatro años
de pena privativa de la libertad suspendida en su ejecución por el período de tres años; fija
en veintiséis millones de nuevos soles, la suma que por concepto de reparación civil
deberán abonar los sentenciados y los terceros civilmente responsables Empresa Aeronaves
del Perú y Compañía de Aviación Faucett Sociedad Anónima en forma solidaria a favor del
Estado; e INTEGRANDO la propia resolución; FIJARON en quinientos mil nuevos soles,
el monto que por concepto de reparación civil deberá abonar el sentenciado Zanatti
Tavolara a favor del Estado, con respecto al delito de corrupción de funcionarios;
asimismo, el pago de las reparaciones civiles deben ser abonadas, sin perjuicio de
restituirse lo estafado; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que dicha sentencia
contiene; y los devolvieron.-

SS. IBERICO MAS; ALMENARA BRYSON; VILLAFUERTE BAYES FERNANDEZ


URDAY

VISTOS: de conformidad en parte con el dictamen del señor Fiscal Supremo en lo Penal;
por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: que, conforme a los artículos
cuatrocientos y cuatrocientos uno del Código de Procedimientos civiles, vigente en la época
de los hechos, son documentos públicos los que enumera en forma taxativa y que otorgados
con las formalidades legales producen fe respecto de la realidad del acto verificado ante el
funcionario público que lo extendió o autorizó, concepto que el vigente Código Procesal
Civil mantiene en su artículo doscientos treinticinco, precisando en el artículo doscientos
treintiséis, que es privado el que no tiene las características del documento público y que la
legalización o certificación de un documento privado no le convierte en público; que, el
denominado Anexo número cinco "Registro de Importaciones" era un formulario suscrito
por el Banco que actuaba como intermediario financiero, el mismo que hasta lo imprimía
con su nombre comercial, y en el que anotaba los datos referentes a la importación cuyo
precio se debía pagar, que se contaba con Licencia Previa otorgada por el Instituto de
Comercio Exterior- ICE-, hoy extinguido, y la autorización del Ministerio de Transportes,
en este caso la Dirección General de Transporte Aéreo, y se ingresaba al Banco Central de
Reserva, el que registraba la importación, luego de lo cual el Banco intermediario podía
adquirir las divisas requeridas según dicha información, como lo estableció la Circular
número cero veinte- ochentinueve- EF- de fecha nueve de octubre de mil novecientos
ochentisiete emitida por el Banco Central de Reserva y como lo informa dicho Banco a
fojas once mil cuatrocientos cuarentitrés; que, en consecuencia, el referido Anexo número
cinco no constituye un documento público y es impropia la interpretación extensiva que se
hace en la sentencia recurrida, tanto más porque en materia penal es inaplicable la analogía,
conforme al inciso noveno del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política del
Estado, y siendo que todos los documentos utilizados para obtener las divisas extranjeras al
tipo de cambio MUC - Mercado Unico de Cambio- son de carácter privado, -es procedente
la aplicación del artículo cuatrocientos veintisiete del Código Penal en lo relativo al
documento privado; que, en cuanto a la reparación civil, la recurrida la fija sin
fundamentación y sin referencia al proceso, por lo que se presenta como arbitraria y motiva
su revisión; que, para fijar la reparación civil se debe tener presente que en la época de los
hechos imperaba un sistema de control de cambio de moneda extranjera, toda la cual se
debía vender al sistema bancario o depositarse en cuentas autorizadas, los exportadores
debían entregar al Banco Central de Reserva el íntegro de las divisas obtenidas, cada
requerimiento de moneda extranjera debía justificarse y se atendía a un tipo de cambio
según se había determinado por dicho Banco y todo incumplimiento se sancionaba con
multa, sin perjuicio de las acciones penales, como disponía el Decreto Ley número veintiún
mil novecientos cincuentitrés, ya derogado; que, se han practicado en autos dos pericias
dispuestas por el Juzgado, la de fojas dos mil cuatrocientos diecisiete, que exime de
responsabilidad a los procesados, y la de fojas diez mil ciento cinco que señala el monto del
perjuicio en quince millones tres mil ochocientos tres dólares moneda de los Estados
Unidos de América, suma que determinan, según el Anexo Número uno de fojas diez mil
doscientos cincuenta, por la diferencia del tipo de cambio entre el MUC- Mercado Unico de
Cambio- y el Mercado Libre, el que transforman moneda extranjera, en un cálculo valorista
y de reajuste monetario; que, según ese mismo cálculo, el Banco Central de Reserva recibió
menos intis por los dólares que entregó por lo que la diferencia debía establecerse en esa
misma moneda, más como el inti es un signo monetario que ha perdido su valor por efecto
de los procesos inflacionario y devaluatorio sufridos, resultaría una cifra diminuta que en
modo alguno compensaría el perjuicio, por lo que el Juzgador debe fijar la reparación de
manera equitativa; que, también se debe tener en cuenta que por Resolución consentida de
fojas diez mil setecientos sesentisiete de fecha doce de julio de mil novecientos
noventicinco, se negó al Banco Central de Reserva la calidad de parte agraviada, por la
consideración de que recibió en moneda nacional las divisas que entregó, reiterando lo
resuelto a fojas seis mil novecientos cincuentidos, conforme a lo propuesto por la Fiscalía a
fojas mil treintitrés; y finalmente, que todas las divisas no fueron mal usadas y que la
Compañía de Aviación Faucett y Aeronaves del Perú recibieron repuestos de aviación, por
un valor o de determinada utilidad que no se ha cuidado de establecer en el proceso; que, la
voluntad de las personas jurídicas se forma en sus órganos de administración y en las
Sociedades Anónimas, el de mayor decisión es la Junta General de Accionistas, siendo el
caso que en la Compañía de Aviación Faucett y Aeronaves del Perú, en la época de los
hechos, el procesado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara era el mayor accionista y su
voluntad primaba confundiéndose con la de la persona jurídica, colocando al Gerente y
demás servidores de dichas Empresas en condición de dependientes, situación ésta que
permite eximir de responsabilidad a la procesada María Emilia Fandiño de Iraurgui de
Bachmann, pues era una dependiente y no se ha probado su actuar doloso, siendo
insuficiente que se desempeñara en el puesto de Gerente General de Aeronaves del Perú,
pues en materia penal no se admite la responsabilidad objetiva, siendo del caso absolverla
de conformidad con lo dispuesto por el artículo doscientos ochenticuatro del Código de
Procedimientos Penales; que, por la misma consideración, la responsabilidad recae en el
procesado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, accionista mayoritario de ambas Sociedades
Anónimas y su representante, cuya voluntad él determinaba y quien estructuró las distintas
operaciones destinadas a obtener las divisas; que, ambas Sociedades también deben
responder por el perjuicio causado, pues formalmente son las titulares de los beneficios
generados por el actuar ilícito de su gestor, más no pueden ser solidarias por el íntegro de
la reparación, porque no recibieron igual suma, correspondiéndole a Compañía de Aviación
Faucett el sesentiséis punto cincuentiuno por ciento y el resto a Aeronaves del Perú, por lo
que deben participar en esa proporción en la reparación civil, eso sí, solidariamente con los
procesados Zanatti Tavolara y Bedoya Garreta; que, con relación al delito de corrupción de
funcionarios por el cual se procesa a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, según auto
ampliatorio de fojas diez mil setecientos treintinueve, se advierte que con anterioridad se
acogió a la Ley número veinticinco mil quinientos ochentidos, por la información que
proporcionó sobre un acuerdo económico con el entonces Presidente de la República Alan
García Pérez, pedido que se tramitó en cuaderno separado y en el que se expidió la
Resolución Superior de fojas quinientos doce de ese cuaderno, que declara improcedente el
pedido, por la consideración de que la información proporcionada no resulta suficiente, no
obstante lo cual, esa misma información constituye el fundamento de la condena
pronunciada en la sentencia recurrida, lo que es contradictorio e irrevisable por lo anotado;
que, para los efectos de la imposición de la pena a los acusados Zanatti Tavolara y Bedoya
Garreta debe tenerse en cuenta sus condiciones personales, así como la forma y
circunstancias en que perpetraron los ilícitos, conforme a lo preceptuado por el artículo
cuarentiséis del Código Penal, por lo que es pertinente modificarla proporcionalmente; y
estando a la facultad conferida por el artículo trescientos del Código de Procedimientos
Penales; MI VOTO es porque se declare NO HABER NULIDAD en el auto de fojas once
mil seiscientos siete, su fecha seis de noviembre de mil novecientos noventicinco, en el
extremo consultado que declara no haber mérito para pasar a juicio oral contra Guillermo
Gustavo Berckemeyer León, Serafín Otero Mutin, Manuel Antonio Berckemeyer Luna,
Juan Otero Villarán, Stephanos Jhon Philippides Pease, Alejandro Tudela Garland, Jorge
Renato Vásquez Costa, Bernardo Fernández Corvetto, Jorge Alfredo Granda Bustamante,
César Eduardo Zanatti Tavolara y Mario Carlos Zanatti Tavolara por los delitos contra el
patrimonio- estafa- y contra la fe pública en agravio del Estado; con lo demás que al
respecto contiene; se declare NO HABER NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas
trece mil novecientos noventicinco, su fecha primero de marzo de mil novecientos
noventiséis, que absuelve a Roberto Casanova Ruíz de la acusación fiscal por el delito
contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública falsificación de documentos
y falsedad ideológica- en agravio del Estado; condena a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara
como autor del delito contra el patrimonio- estafa-, por el delito contra la fe pública-
falsificación de documentos y falsedad ideológica- y por el delito contra la administración
pública- corrupción activa- en agravio del Estado; y condena a José Jaime Bedoya Garreta
como autor del delito contra el patrimonio- estafa- y cómplice del delito contra la fe
pública- falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; se
declare HABER NULIDAD en la propia sentencia en cuanto impone a Alfredo Augusto
Zanatti Tavolara y José Jaime Bedoya Garreta, diez años de pena privativa de la libertad;
fija en veintiséis millones de nuevos soles, el monto que por concepto de reparación civil
deberán abonar en forma solidaria los sentenciados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José
Jaime Bedoya Garreta, María Emilia Fandiño de Iraurgui de Bachmann y los terceros
civilmente responsables Empresa de Aeronaves del Perú y Compañía de Aviación Faucett a
favor del Estado; y condena a María Emilia Fandiño de Iraurgui de Bachmann como
cómplice del delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública-
falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; reformándola en
estos extremos: se IMPONGA a Alfredo Augusto Zanatti Tavolara y José Jaime Bedoya
Garreta, seis años de pena privativa de la libertad, la misma que con descuento de la
carcelería que viene sufriendo el sentenciado Zanatti Tavolara desde el cuatro de mayo de
mil novecientos noventicinco, vencerá el tres de mayo del año dos mil uno y para el
sentenciado Bedoya Garreta, con descuento de la carcelería que viene sufriendo desde el
dos de febrero de mil novecientos noventiséis, vencerá el primero de febrero del año dos
mil dos; se FIJE en seis millones seiscientos cincuentiún mil nuevos soles, el monto que por
concepto de reparación civil deberá abonar los sentenciados Alfredo Augusto Zanatti
Tavolara, José Jaime Bedoya Garreta y el tercero civilmente responsable Compañía de
Aviación Faucett en forma solidaria a favor del Estado; y en tres millones trescientos
cuarentinueve mil nuevos soles, el monto que por concepto de reparación civil deberán
abonar en forma solidaria los sentenciados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime
Bedoya Garreta y el tercero civilmente responsable Aeronaves del Perú a favor del Estado;
y se ABSUELVA a María Emilia Fandiño de Uraurgui de Bachmann de la acusación fiscal
como cómplice del delito contra el patrimonio- estafa- y por el delito contra la fe pública-
falsificación de documentos y falsedad ideológica- en agravio del Estado; se MANDE
archivar definitivamente la instrucción al respecto; y de conformidad con lo preceptuado
por el Decreto Ley número veinte mil quinientos setentinueve: se DISPONGA la anulación
de sus antecedentes policiales y judiciales generados como consecuencia de los citados
ilícitos; se declare NO HABER NULIDAD en lo demás que dicha sentencia contiene; y se
devuelva.-

SS. SANCHEZ PALACIOS PAIVA; ROBINSON E. LOZADA RIVERA, Secretario (p)


de la Sala Penal Corte Suprema de Justicia de la República

SENTENCIA DE LACORTE SUPERIOR

PRIMERA SALA PENAL

Exp. Nº 838-93

Lima, 01 de marzo de 1996.

VISTA: en audiencia pública el proceso penal seguido contra ALFREDO AUGUSTO


ZANATTI TAVOLARA por el delito contra el patrimonio -Estafa-, por el delito contra la
Fe Pública -Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica- y por el delito contra la
Administración Pública - Corrupción Activa- en agravio del Estado; y contra JOSE JAIME
BEDOYA GARRETA, MARIA EMILIA FANDIÑO DE IRAURGUI DE BACHMANN y
ROBERTO CASANOVA RUIZ, por la comisión del delito contra el Patrimonio -Estafa- y
por el delito contra la Fe Pública - Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica- en
agravio del Estado; RESULTA DE AUTOS: que estando al mérito de la acusación Fiscal
Superior escrita de fojas once mil trescientos treintinueve a once mil trescientos
cuarenticinco, este Colegiado dictó el correspondiente Auto Superior de Enjuiciamiento en
la que se declara la procedencia del juicio oral contra los mencionados encausados y por los
delitos que se indican, señalándose día y hora para la verificación del juicio oral, el mismo
que se ha llevado a cabo con las formalidades establecidas en nuestro ordenamiento
procesal vigente, conforme se verifica de las actas de su propósito, que se tienen a la vista;
que, oída la Re - quisitoria Oral del Señor Fiscal Superior Adjunto, así como los Alegatos
de la Parte Civil, del Abogado del Tercero Civilmente Responsable, así como los Alegatos
de los acusados, fueron presentadas sus respectivas conclusiones escritas, las mismas que
obran en pliegos por separado; que, planteadas, discutidas y votadas las cuestiones de
hecho, por lo que ha llegado la oportunidad procesal de dictar la correspondiente sentencia,
y CONSIDERANDO: Que se incrimina a los acusados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara,
José Jaime Bedoya Garreta, María Emilia Fandiño de Bachmann y Roberto Casanova Ruíz
la comisión de los delitos de estafa y contra la fe pública, sustentado en los siguientes
supuestos de hechos: que durante el período comprendido entre los meses de octubre a
diciembre de mil novecientos ochentinueve, las empresas AERONAVES DEL PERU
Sociedad Anónima y COMPAÑIA DE AVIACION FAUCETT Sociedad Anónima, cuyo
accionista mayoritario era Alfredo Zanatti Tavolara, acogiéndose a lo dispuesto en las
Resoluciones Cambiarias número cero veintiocho- ochentinueve - EF/noventa y cero treinta
-ochentinueve- EF/noventa de fecha nueve de octubre y trece de noviembre de mil
novecientos ochentinueve respectivamente, lograron acceder a los beneficios otorgados por
el Mercado Unico de Cambios mediante la venta de dólar subsidiado a fin de sufragar los
pago a las supuestas importaciones de dieciséis motores a reacción de ostensible antigüedad
modelos JT ocho D - quince, JT tres D - tres B, JT - tres D y JT ocho D- nueve A, así como
un equipo completo de silenciadores para avión y abundante material en partes y piezas
para aeronaves, bienes que fueron presuntamente vendidos por las empresas International
Airlines Holding, Taiko Corporation, Miami Field Service y Quiet Nacelle, las cuales
estarían vinculadas directamente o por intercambio de personal a su cargo a Alfredo Zanatti
Tavolara; para lo cual Aeronaves del Perú y Faucett presentaron catorce solicitudes ante la
Dirección General de Transporte Aéreo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones,
adjuntando diversas facturas y/o proformas de facturas con sus respectivas declaraciones
juradas, siendo que en las mencionadas facturas no se consignaba el número de serie de
los motores a adquirir así como tampoco ningún otro dato que permita individualizar tales
bienes, habiéndose advertido que en las solicitudes correspondientes a Aeronaves del Perú
se habría falsificado la firma de su Gerente General María Emilia Fandiño, no obstante lo
cual se llegó a obtener la autorización de las facturas presentadas, llegando a utilizarlas en
número de veinte ascendentes a un valor total de veinticinco millones doscientos setentidós
mil veintiún dólares americanos; documentación que sirvió de sustento para la obtención
del Anexo cinco emitido por el Banco Central de Reserva del Perú quien efectuó las
liquidaciones de venta de dólares al tipo de cambio MUC a través del intermediario
financiero que en este caso resultó ser el Banco de Crédito, dinero que fue depositado en la
cuenta corriente número seiscientos veintisiete mil quinientos sesentinueve - cero -
setentinueve cuyo titular entro otros era María Emilia Fandiño y la cuenta corriente número
ciento ochenta mil ochenta - cero - ochentinueve, correspondiente a Faucett desde donde se
efectuaron los pagos hechos a las empresas proveedoras a través de transferencias
cablegráficas al Atlantic Security Bank además de haberse entregado personalmente giros a
Albino Condori Mamani, empleado de José Jaime Bedoya Garreta; destacándose con
especial énfasis la intervención de este último ya sea agilizando y acelerando los trámites
de obtención de los dólares MUC, ya en los actos ulteriores de uso irregular de dichos
fondos; que en lo atinente al procesado Casanova Ruíz se tiene que éste en su calidad de
Contador de Aeronaves del Perú habría autorizado la anotación en los asientos contables de
dicha empresa con simples fotocopias de las facturas y cotizaciones que sustentaban la
adquisición de los bienes antes detallados, además de haberse detectado adulteraciones en
los asientos contables por cuanto se habría adecuado las situaciones irregulares
provenientes de la obtención del dolar MUC; que asimismo se imputa a Alfredo Zanatti
Tavolara la comisión del delito de corrupción de funcionarios en consideración a que este
procesado entregó la suma de doscientos mil dólares como parte del pago ascendente al
cinco por ciento del monto total de lo importado con dólar subsidiado a favor del ex-
Presidente de la República Alan García Pérez quien lo solicitó para así permitir el acceso de
las empresas aeronáuticas al sistema del dólar MUC; por lo que en base a las denuncias
interpuestas por la Procuraduría del Ministerio de Transportes obrante a fojas doscientos
uno y complementada a fojas tre mil cuarentiocho, el informe del Congreso de la República
a fojas mil quinientos noventa a mil quinientos noventinueve, y de los actuados judiciales e
instrumental probatorio recaudado se tiene: PRIMERO: que con fecha dieciséis de octubre,
trece y treinta de noviembre así como catorce de diciembre de mil novecientos
ochentinueve, la empresa nacional de aviación comercial FAUCETT presentó ante la
Dirección General de Transporte Aéreo del Ministerio de Transportes y Comunicaciones
nueve solicitudes parala aprobación de documentación comercial, las mismas que obran a
fojas dos mil ciento cuarentisiete, dos mil ciento cincuentiocho, dos mil ciento sesentiuno,
dos mil ciento setentitrés, dos mil ciento setentisiete, dos mil ciento ochentisiete, dos mil
ciento ochentinueve, dos mil ciento noventa y dos mil doscientos dos, con el objeto de ser
autorizados para la compra de dólar subsidiado del Mercado Unico de Cambios, por los
montos establecidos en dichos documentos; solicitudes suscritas por Bernardo Fernández
Corvetto; Vice-Presidente Ejecutivo de Faucett y Alfredo Zanatti Tavolara, Gerente
General, las cuales fueron acompañadas de las respectivas declaraciones juradas de uso
exclusivo rubricadas por Alfredo Zana-tti Tavolara, Raúl Burneo Seminario (Gerente
General Adjunto) y Javier Corrochano (Gerencia Legal); siendo que como resultado de
estos trámites administrativos Faucett obtuvo la autorización de quince facturas y
cotizaciones (proformas de factura) que le facultaba para proseguir la tramitación ante el
Banco Central de Reserva para la compra de dieciséis millones ochocientos nueve mil
setecientos trece dólares americanos, por la adquisición de ocho motores y gran cantidad de
material aeronáutico en piezas y partes diversas. Asimismo con fecha veintisiete de octubre,
treinta de noviembre, catorce y diecinueve de diciembre de mil novecientos ochentinueve,
la empresa Aeronaves del Perú presentó ante la Dirección General de Transporte Aéreo
cinco solicitudes suscritas por María Emilia Fandiño conteniendo documentación comercial
con idéntica finalidad que la Compañía Faucett, solicitudes que fueron acompañadas por
sus respectivas declaraciones juradas suscritas por Adolfo Laynes Lozada (fojas dos mil
ciento seis y dos mil ciento ocho) y María Emilia Fandiño (fojas dos mil ciento veintiuno,
dos mil ciento treintitrés y dos mil ciento treintiséis). Habiendo obtenido Aeronaves del
Perú autorización de cinco facturas y/o facturas proforma para la adquisición de ocho
motores, un juego completo de silenciadores para avión y abundante material en piezas y
partes por un monto total de ocho millones cuatrocientos sesentidós mil setecientos trece
dólares americanos; SEGUNDO: que la pericia grafotécnica obrante a fojas cinco mil
cuatrocientos uno efectuada en la documentación presentada por Aeronaves del Perú ante la
Dirección General de Transporte Aéreo arriba a la conclusión de falsificación de las firmas
de la procesada Fandiño, Gerente General de la citada empresa, en las cinco solicitudes y
cinco declaraciones juradas obrantes en autos, aun cuando la citada acusada a fojas cinco
mil setecientos cincuentisiete sostiene que sólo le falsificaron las solicitudes de fojas dos
mil ciento tres, dos mil ciento once, dos mil ciento veinte y dos mil ciento veintiuno,
cuestión que la misma acusada sostiene a fojas cinco mil ciento noventitrés y cinco mil
ciento noventiocho al señalar que no firmó, preparó ni envió las solicitudes antes señaladas,
sin embargo no proporciona una explicación precisa ni satisfactoria de quién o quiénes
hayan sido las personas que fraguaron dichos documentos, sosteniendo en los Debates
orales de fecha veintiúno de noviembre de mil novecientos noventicinco que Alfredo
Zanatti es el llamado a dar una explicación de tales sucesos: TERCERO: Que pese a los
esfuerzos desplegados por el Juzgado Penal y este Colegiado, las empresas Faucett y
Aeronaves, así como tampoco el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, el Banco
Central de Reserva ni el Banco de Crédito han presentado los originales de los documentos
mercantiles en referencia, aduciendo no tenerlos en su poder, según se consigna a fojas mil
trescientos veintiséis, mil trescientos cuarentidós, mil cuatrocientos setentiocho, mil
quinientos setentiséis, reiterando a fojas dos mil doscientos noventiséis; que, de la
evaluación y análisis de las facturas y facturas-proformas presentadas en fotocopia a lo
largo del proceso penal se tiene respecto a la factura mil cuatrocientos cincuentisiete
ochentinueve emitida por la compañía TAIKO Corporation y suscrita por Antonio Fuentes,
que la misma fue registrada en el Anexo cinco de fecha diecinueve de junio de mil
novecientos ochentinueve que corre a fojas cuatrocientos cincuentidos en base a la licencia
previa de importación de fojas cuatrocientos cincuenticinco y el Aviso de conformidad del
catorce de junio de mil novecientos ochentinueve obrante a fojas cuatrocientos
cincuentitrés, cuyo embarque figura el siete de junio de mil novecientos ochentinueve,
habiendo efectuado la cobranza número quinientos cuarentiocho mil setecientos
noventicinco por el Banco de Crédito el diecinueve de junio de mil novecientos
ochentinueve; habiéndose registrado previamente la operación en el Banco Central de
Reserva el dieciocho de junio de mil novecientos ochentinueve; siendo que esta misma
factura fue empleada en una doble operación de compra de divisas a través de la cobranza
efectuada por el mismo Banco de Crédito de fecha dieciséis de noviembre de mil
novecientos ochentinueve con idéntico número de operación; advirtiéndose además del
análisis material del documento rasgos de alteración en el año de la factura y signos visibles
de delineación de las letras del encabezado del contenido de la misma; en lo concerniente a
la factura número mil cutraocientos cincuentidós ochentinueve suscrita por Viliam Furdik
en representación de Taiko Corporation el cinco de mayo de mil novecientos ochentinueve
fue registrada en el Anexo cinco del veintidós de mayo de mil novecientos ochentinueve
(fojas cuatrocientos treintisiete) con licencia previa de importación de fojas cuatrocientos
treintinueve, aviso de conformidad del dieciocho de mayo de mil novecientos ochentinueve
de fojas cuatrocientos treintiocho, fecha de embarque diez de mayo de mil novecientos
ochentinueve, factura cuyo monto fue cobrado por el Banco de Crédito el veintidós de
mayo de mil novecientos ochentinueve, figurando registrado por el Banco Central de
Reserva en la misma fecha; al igual que con la factura anterior, ésta fue presentada ante la
Dirección General de Transporte Aéreo y cobrada por el Banco de Crédito con fecha
dieciséis de noviembre de mil novecientos ochentinueve, mediante la misma operación, es
decir la cobranza quinientos cuarentisiete mil quinientos setentisiete, siendo registrada por
el Banco Central de Reserva el quince de noviembre de mil novecientos ochentinueve a
fojas cuatrocientos cuarentiuno, que con la factura mil cuatrocientos sesenta / ochentinueve
suscrita por Viliam Furdik sucede lo mismo que con las anteriormente evaluadas, esto es, la
misma factura fue utilizada dos veces por el Banco de Crédito mediante cobranza número
quinientos cuarentiocho mil setecientos noventiséis del diecinueve de junio de mil
novecientos ochentinueve y dieciséis de noviembre de mil novecientos ochentinueve,
conforme consta de fojas cuatrocientos cuarenticuatro y cuatrocientos cuarentisiete,
habiéndose reproducido en el Anexo cinco de fecha dos de noviembre de mil novecientos
ochentinueve los mismos documentos que sirvieron de sustento para el registro del Anexo
cinco de fecha diecinueve de junio de mil novecientos ochentinueve como son Licencia
Previa de importación y aviso de conformidad. En cuanto a la documentación comercial
presentada por Aeronaves del Perú para su autorización ante la Dirección General de
Transporte Aéreo es necesario poner especial énfasis en la factura mil doscientos
cincuentinueve/ ochentinueve emitida por Taiko Corporation con supuesta fecha catorce de
noviembre de mil novecientos ochentinueve que corre a fojas quinientos nueve y quinientos
diez; siendo registrada en el Anexo cinco del veinte de enero de mil novecientos
ochentinueve conjuntamente con la licencia previa de importación número ochentiocho
cero siete cero dos diez veintiuno - cero cero cero uno (fojas quinientos siete) y el aviso de
conformidad a fojas quinientos dos de la empresa supervisora (SSI) la que mediante
inspección de fecha quince de noviembre de mil novecientos ochentiocho da cuenta de la
existencia de dos mil novecientos noventidós partes y piezas para motores de avión por un
precio total de un millón quinientos veintisiete mil setecientos trece dólares con
cuarentiocho centavos de dólar para ser embarcados el dieciséis de noviembre de mil
novecientos ochentiocho con destino a Lima, Perú. El Banco de Crédito mediante cobranza
internacional número cincuenticuatro quince sesentiséis de fecha veinte de enero de mil
novecientos ochentinueve cobró a nombre de la empresa proveedora el importe contenido
en la factura, habiendo autorizado el Banco Central de Reserva el pago de la referida
cantidad conforme consta a fojas quinientos cinco, no obstante ello Aeronaves presentó esta
misma factura para repetir la Compra de divisas subsidiadas, observándose en la misma
visibles signos de alteración en la fecha de expedición, habiéndose utilizado idéntico Anexo
cinco con fecha siete de diciembre de mil novecientos ochentinueve (fojas quinientos once)
y registrando el mismo número de operación de cobranzas del Banco de Crédito, esto es el
número cincuenticuatro quince sesentiséis que figura con fecha de cobro siete de diciembre
de mil novecientos ochentinueve. CUARTO: que, asimismo debe relievarse las marcadas
diferencias y contradicciones de la información contenida en los partes mensuales de los
motores supuestamente adquiridos por Faucett y Aeronaves mediante los dólares MUC, con
la proporcionada por el Gerente de Mantenimiento de dichas empresas, Jorge Tsuboyama
(fojas quinientos noventiuno ampliada a fojas setecientos dieciocho) y los técnicos en
aviación Pedro Valle Vidal (fojas mil quinientos quince) y Pascual Sánchez Fernández
(fojas mil quinientos diecisiete) en lo relacionado a la procedencia, fecha de montaje, uso y
desmontaje, estado y propiedad de los referidos motores, por lo que debe arribarse a la
conclusión de que si bien los partes mensuales no acreditan fehacientemente la propiedad o
la procedencia en ellos señalada, en modo alguno debe desestimarse la información en ellos
contenida, máxime si se toma en cuenta que dichos documentos están suscritos por los
antes mencionados, quienes asumen deberes de garantía y presunción de verosimilitud por
la información suministrada, no constituyendo razón suficiente ni criterio valedero
justificante de los probables o pretendidos desaciertos y errores, los usos y costumbres
aludidos por el testigo Tsuboyama a fojas setecientos veinte, razón por la cual los datos
contenidos en los partes mensuales serán apreciados con la objetividad y sano criterio por
parte de este Colegiado; QUINTO: que del cotejo entre facturas y proformas de factura, a
cuyo contenido literal declarativo se han asignado por actos posteriores, los números de
serie de los motores en referencia, con los partes mensuales y actas de verificación se
aprecia manifiestas contradicciones e incongruencias, así en cuanto a los motores serie
sesentiocho setentiséis ochenticinco y sesentiocho setenticuatro setentiuno, vendidos
supuestamente con fecha veinticuatro de octubre de mil novecientos ochentinueve (factura
dos mil quinientos uno/ochentinueve) e ingresados a Zona Franca el quince de noviembre
de mil novecientos ochentinueve, para ser remitidos presurosamente a Miami con fecha
veinte de noviembre de mil novecientos ochentinueve según consta del documento de
embarque ciento sesentiocho - ochentinueve, a fojas doce figuran ya instalados en la unidad
OB- mil trescientos uno desde febrero de mil novecientos ochentinueve, según parte
mensual a fojas trece hasta el doce y dieciocho de junio de mil novecientos noventa
respectivamente, fecha en la que fueron retirados según parte mensual a fojas quince.
Respecto al motor con número de serie sesenticinco cuarentinueve cero cinco vendido
supuestamente con fecha veinticuatro de Octubre de mil novecientos ochentinueve (factura
dos mil quinientos dos - ochentinueve) e ingresado por Zona Franca el veintiséis de enero
de mil novecientos noventa, figura instalado en la unidad OB- mil trescientos uno de
Faucett desde el veinte de Octubre de mil novecientos ochentisiete según parte mensual a
fojas treintiocho, siendo retirado el doce de enero de mil novecientos noventa (fojas
treintinueve): sobre este número de serie a decir del acusado Zanatti Tavolara en su alegato
de defensa habría sido reemplazado por la serie sesentisiete cuarenticinco setentiocho,
motor este último no verificado en su existencia física; con respecto al motor de serie
sesentiséis sesenta cuarenticuatro supuestamente adquirido con factura dos mil quinientos
dos - ochentinueve de fecha veinticuatro de octubre de mil novecientos ochentinueve y con
fecha de ingreso primero de marzo de mil novecientos noventa, según parte mensual de
febrero y marzo de mil novecientos noventa a fojas cuarentiséis y cuarentisiete, figura
instalado el catorce de febrero. Evidentes contradicciones que se repiten con los restantes
motores supuestamente adquiridos por Faucett y Aeronaves, en la fechas aducidas en las
facturas y proformas presentadas, motores varios de los cuales no figuran desaduanados,
esto es ingresados legalmente al país, tales como los motores con serie seiscientos
cuarenticinco mil seiscientos treinticinco, seiscientos sesentinueve mil doscientos
noventiocho, seiscientos sesentiocho mil quinientos noventicinco seiscientos setenticuatro
mil quinientos setentiocho y otros. De las piezas y partes supuestamente importadas con
dólar MUC por ambas empresas sólo ha quedado registrado el ingreso de accesorios de
avión en calidad de bultos a zona franca de fecha quince de mayo de mil novecientos
ochentinueve a fojas sesenticinco acompañado con guía aérea seiscientos veinticuatro -
cero cero setentiocho nueve ochentiuno del catorce del mes en referencia, a cargo de
Aeronaves del Perú; así como el ingreso por Zona Franca de partes y piezas de avión con
fecha dieciocho de agosto de mil novecientos ochentinueve de fojas ciento dos, con guía
aérea seiscientos veinticuatro- cero cero ochentiuno setenticinco cero cuatro, materiales que
Aeronaves ingresa a su almacen con nota de ingreso de fecha dieciocho de agosto de mil
novecientos ochentinueve fojas ciento cuatro. Coligiéndose de estos ingresos,
manifiestamente anteriores a la fecha de vigencia del dólar MUC para material aéreo, que
no se ha registrado el ingreso de partes y piezas adquiridos con dólar MUC por parte de
Faucett y Aeronaves. Igualmente no se registra ingreso al país del juego de silenciadores
adquiridos por Aeronaves según factura mil cincuenta / ochentinueve del doce de octubre
de mil novecientos ochentinueve, constando a fojas noventisiete un ingreso de silenciadores
de avión con fecha deicisiete de agosto de mil novecientos ochentinueve, ingreso muy
anterior al establecido como fecha en la supuesta venta de la Quiet Nacelle, según factura
mil cincuenta ochentinueve. SEXTO: Que respecto a las actas de verificación realizadas
tanto por personal del Ministerio de Transportes, como por los peritos FAP y obrantes en el
presente expediente, es necesario indicar que si bien estas acreditan presencia física de lo
sometido a verificación, las mismas por sí solas no determinan la procedencia legal,
circunscribiéndose a la certificación de existencia física. SETIMO: Que asimismo debe
merituarse las diversas comunicaciones cursadas por las empresas proveedoras Taiko
Corporation, International Airlines Holding y Quiet Nacelle al Banco de Crédito del Perú
disponiendo que los pagos mediante giros se entregasen a Albino Condori, pedidos que
estuvieron vigentes hasta el veintiséis de octubre de mil novecientos ochentinueve
conforme consta a fojas mil seiscientos ochenticuatro, mil seiscientos ochenticinco, mil
seiscientos noventa, mil seiscientos noventiuno, mil seiscientos noventiséis, mil setecientos,
mil setecientos cuatro, mil setecientos siete y mil setecientos nueve, siendo que con fecha
quince de diciembre de mil novecientos ochentinueve a fojas mil seiscientos setentitrés, y
en otras retrotraídas a octubre de mil novecientos ochentinueve la Taiko Corporation
modificando sus anteriores comunicaciones señala que las transferencias se remitan
cablegráficamente a la cuenta mil setecientos cuarenticuatro - dos del Atlantic Security
Bank, efectuando similar pedido la International Airlines Holding Corporation con fecha
siete de diciembre de mil novecientos ochentinueve (fojas mil seiscientos noventisiete),
indicando al Banco de Crédito espere instrucciones para la remisión del giro y en otras
cartas con fecha octubre de mil novecientos ochentinueve da el número de cuenta mil
setecientos cincuentiuno- siete; asimismo la Quiet Nacelle a fojas mil setecientos diez con
fecha nueve de noviembre de mil novecientos ochentinueve variando su orden anterior
señala que los pagos en adelante se harán por transferencia cablegráfica a la cuenta número
mil ciento noventiuno- seis del Atlantic Security Bank; de lo que evidencia el tiempo
de vigencia de las órdenes dadas por las pretendidas proveedoras para la entrega de los
giros a Albino Condori, empleado bajo las órdenes de Jaime Bedoya, aseveración
corroborada a fojas siete mil setecientos setenta por Luisa Zegarra Alfaro -Jefa del
Departamento de Moneda Extranjera de Faucett- quien tras poner de manifiesto de las
irregularidades en el recojo de los giros, señala que por disposición de la Gerencia
Financiera a cargo de Hugo Maradiegue se dispuso que los giros fueran recogidos por
tercera persona ajena a la empresa, refiriéndose a Albino Condori. OCTAVO: siendo del
caso merituar la información brindada por el Banco de Crédito en relación a las
transferencias cablegráficas antes mencionadas que corre en fotocopias legalizadas de fojas
mil seiscientos sesentidós a mil setecientos ocho, en donde detalla transferencias
cablegráficas enviadas al Atlantic Security Bank por las supuestas importaciones con dólar
MUC, la misma que al ser contrastada con la proporcionada por el Atlantic Security Bank
por intermedio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos remitido vía Relaciones
Exteriores ofrece serias contradicciones con lo que obra en los Statement of Account
(estados de cuenta) de la referida entidad bancaria, en los que se registran ingresos
mediante transferencias cablegráficas correspondientes a las supuestas importaciones que
debieron ser enviadas directamente por el Banco de Crédito, ingresadas directamente por
Aeronaves, Faucett y otras personas y/o entidades, junto a las enviadas por la entidad
bancaria nacional; como las obrantes a fojas ocho mil cincuenticinco de fecha dieciocho de
diciembre de mil novecientos ochentinueve donde figura registrada la operación WT
treintidós sesentidós, COLL doce noventicinco ochentinueve por un millón quinientos
veintisiete mil setecientos trece dólares con cuarentiocho centavos de dólar a la cuenta
diecisiete cuarenticuatro - dos; igualmente a fojas ocho mil trescientos sesentidós, ocho mil
trescientos sesentisiete y ocho mil trescientos sesentiocho se observan registradas las
transacciones enviadas cablegráficamente por Aeronaves: WT veinte sesentiocho
Aeronaves Perú por dos millones doscientos treinta mil dólares ingresada el catorce de
noviembre de mil novecientos ochentinueve a la cuenta diecisiete cincuentiuno siete, WT
veintisiete ochentiseis CIA FAUCETT por cinco millones quinientos cuarentitres mil
quinientos dólares de fecha cuatro de diciembre de mil novecientos ochentinueve, WT
treintidós sesentiuno COOL, cero ciento cuarentiuno PL ochentinueve por dos millones
doscientos mil dólares; transferencias que debieron ser remitidas directamente a los
proveedores por el Banco de Crédito, según mandato imperativo legal. NOVENO: Que, la
acusada María Emilia Fandiño asumió el cargo de Gerente General de Aeronaves del Perú
desde mil novecientos ochentidós hasta mil novecientos noventiuno, alegando en su
instructiva de fojas cinco mil ciento ochenticuatro continuada a fojas cinco mil ciento
ochenticinco, cinco mil ciento noventicuatro, cinco mil doscientos seis y cinco mil
doscientos diecinueve que debido a su escaso conocimiento respecto al área técnica de la
empresa, la misma era controlada por su co-acusado Zanatti Tavolara en coordinación con
el Gerente de Mantenimiento Jorge Tsuboyama, por lo cual solicitó en Sesión de Directorio
del diecisiete de julio de mil novecientos ochentiséis (fojas cinco mil doscientos
setentisiete) se otorgase poder a su co-acusado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, de cuyo
texto se advierte que fue nombrado Apoderado para la adquisición de material aeronáutico
diverso, debiendo anotarse que ello no la excluía de sus responsabilidades como Gerente
General y Representante Legal de Aeronaves, más aún cabe señalar respecto a dicho
mandato que tal circunstancia no fue precisada por los demás al rendir sus respectivas
declaraciones instructivas sino hasta la aseveración que en tal sentido efectúa la acusada
Fandiño y para lo cual presenta en copia el cargo de un oficio dirigido a la Dirección
General de Transporte Aéreo (fojas cinco mil setecientos noventicinco) sin embargo en la
audiencia del treinta de enero último, mediante oficio número cero doscientos veinticuatro
-noventicinco-MTC/ quince. doce. tres se informa al Colegiado que no existe original de
dicho documento así como también en la Audiencia del diecinueve del mismo mes y año
los Registros Públicos informan que dicho Poder no ha sido inscrito: resultando por ende el
valor de dicho mandato írrito, señalando la acusada Fandiño, a fojas cinco mil ciento
ochenticuatro vuelta y cinco mil ciento noventicinco vuelta que Aeronaves del Perú recibió
un préstamo de tres millones seiscientos noventicinco mil trescientos treinta dólares del
accionista mayoritario Alfredo Zanatti Tavolara para acogerse al Sistema del dólar MUC,
de lo que comunicó al Directorio en Sesión de fecha dieciséis de noviembre de mil
novecientos ochentinueve conforme se advierte a fojas mil cuarentiocho, esto es cuando ya
se habían dado inicio a los trámites para acceder a dicho beneficio, señlando además a fojas
cinco mil doscientos seis vuelta no haber tenido ninguna participación en lo atinente a
dichas gestiones, aseveración que resulta contradicha por la declaración de Guillermo
Berckemeyer León a fojas setecientos veinticuatro - setecientos treintisiete quien sostuvo
que cuando necesitaban repuestos, estos se adquirían a pedido de la Gerente General Emilia
Fandiño, lo cual no resulta descartado en la confrontación sostenida entre ambos a fojas
cinco mil trescientos cuarentitrés así como tampoco con la declaración de Berckemeyer
León en los debates orales del diecinueve de enero último: asimismo debe merituarse lo
sostenido por Adolfo Laynes Lozada a fojas mil seiscientos treintiocho al indicar que María
Fandiño le solicitó que firmase las Declaraciones Juradas que obran a fojas cuarentidós y
ciento nueve para ser remitidas a la Dirección General de Transporte Aéreo para la
adquisición de turbinas, versión que luego es variada en la confrontación de fojas cinco mil
trescientos cincuenta al señalar que la suscripción de tales documentos fue a solicitud de
persona distinta a Emilia Fandiño, lo cual debe ser tomado con las reservas del caso; siendo
que la mencionada acusada sostiene a fojas cinco mil doscientos ocho que su única
participación en estos hechos se habría limitado a dar instrucciones junto con la Gerencia
Administrativa y el Presidente del Directorio al Banco de Crédito para el pago de las
facturas antes mencionadas con cargo a la Cuenta Corriente número sesentidós setenticinco
sesentinueve - cero - setentinueve como se aprecia de fojas cinco mil doscientos
cincuentiocho, cinco mil doscientos sesentiuno cinco mil doscientos sesenticuatro, cinco
mil doscientos sesenticinco y cuyo estado de cuenta corre a fojas cinco mil doscientos
cincuentidós, cinco mil doscientos cincuenticuatro a cinco mil doscientos cincuentisiete.
DECIMO: que en lo atinente al acusado Casanova Ruíz se tiene que éste se desempeñó
como Sub-Gerente de Contabilidad de Aeronaves del Perú desde mil novecientos noventa y
en tal condición supervisó el registro efectuado en relación a las adquisiciones con dólar
MUC, siendo que para el registro de tales operaciones se tomó como base las facturas en
copia fotostática que le fueron remitidas por la Gerencia General, situación que no estaba
permitida como lo sostuvo a fojas tres mil cien, habiéndosele alcanzado con posterioridad
por dicha Gerencia las facturas en fotocopias autenticada, precisando no haber tenido a la
vista en ningún momento los originales de tales facturas para efectuar los registros
contables, más aún admite que los Libros de Contabilidad a su cargo no se encontraban al
día. No obstante ello, se ha presentado en autos la consulta efectuada al Instituto de
Asesoría Empresarial de fojas siete mil trescientos veintisiete, así como del Estudio
Caballero Bustamante de fojas siete mil trescientos veintinueve quienes coinciden en
señalar no ser de imperiosa obligación la existencia de facturas originales para su
respectivo asiento contable, lo cual deberá ser merituado en su oportunidad por el
Colegiado: DECIMO PRIMERO: que respecto al acusado José Jaime Bedoya Garreta
quien al rendir su instructiva en el acto oral de fecha dos y cinco de febrero del año en
curso, sostuvo haber conocido a su co-acusado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara en mil
novecientos ochenticuatro, habiendo tenido tratos comerciales con éste de manera
esporádica hasta mil novecientos ochentinueve en que en su condición de Broker de las
Empresas Taiko Corporation, Internacional Airlines Holding y Quiet Nacelle participó en la
venta de los bienes adquiridos al amparo del Mercado Unico de Cambios, negando haber
sido asesor personal ni legal del citado acusado pese a que Luis Bortesi Longhi, Gerente de
Planificación de Faucett, a fojas siete mil doscientos nueve vuelta refiere que Bedoya
Garreta fue asesor personal de Alfredo Zanatti Tavolara en los últimos cinco años, y en
términos similares se expresó Maradieque Obando, Gerente de Finanzas de Faucett, a fojas
seis mil novecientos cincuentiocho: aunado a lo expresado por el testigo Corrochano Patrón
a fojas tres mil trescientos veintiocho vuelta al sostener que Bedoya nunca estuvo en la
planilla de Faucett porque realizaba una gestión como Asesor Legal externo desde el año de
mil novecientos ochentinueve a mil novecientos noventiuno, todo lo cual explicaría la
asidua concurrencia a las oficinas de dicha empresa por parte de Bedoya Garreta como
refiere Fernández Corvetto a fojas siete mil ciento setentiuno. De otro lado en lo atinente a
las empresas extranjeras que aparecen como supuestas proveedoras del material aeronáutico
adquirido por Faucett y Aeronaves el acusado Bedoya Garreta sostiene ser solo
Representante de Ventas de las mismas, pese a que figura como Presidente y Director de la
Internacional Airlines Holding de Panamá desde mil novecientos ochentiséis, la cual tenía
oficina de representación en los Estados Unidos para lo cual utilizaban la dirección del
acusado Bedoya Garreta sito en Brickell Avenue mil sesenta suite ciento cinco - Miami,
respecto a lo cual asevera Bedoya fue realizado sin su consentimiento por lo que renunció
de inmediato, no obstante ello continúa apareciendo en el Anual Report de mil novecientos
ochentinueve (fojas mil novecientos treinta) como Director de la mencionada empresa
conjuntamente con Viliam Furdik y Nancy Echegaray como Directores, además de haber
constituido otra empresa denominada Intenacional Airlines Holding Corp también con la
persona de Viliam Furdik como se aprecia del Anual Report de mil novecientos noventa
-fojas mil novecientos treintiuno-. Al respecto cabe relievar que Nancy Echegaray al
declarar a fojas ocho mil seiscientos setentiocho sostiene haber trabajado en la Empresa
Helikrone FOODS, cuyo Presidente era Bedoya Garreta a quien le solicitó explicaciones
por usar su nombre en la Empresa International Airlines Holding, llegándole a referir que
eso era un problema de Alfredo Zanatti; versión que estaría corroborada por Jerry Dale a
fojas ocho mil novecientos treintitres al señalar que Nancy Echegaray lo visitó porque
Jaime Bedoya había completado informes corporativos anuales y había puesto su nombre
como funcionaria si su consentimiento; más aún debe tenerse en cuenta que Nancy
Echegaray de fojas ocho mil seiscientos noventicuatro a ocho mil seiscientos noventiocho
sostiene no haber firmado las facturas proforma números mil novecientos veintitrés /
ochentinueve, mil novecientos veintidós /ochentinueve, mil novecientos trece
/ochentinueve, mil novecientos dieciséis / ochentinueve y mil novecientos doce /
ochentinueve, pertenecientes a Miami Field Service así como tampoco los documentos de
la misma empresa dando instrucciones para el pago a la cuenta mil setecientos
cincuentiuno-siete. Situación que resulta similar a lo ocurrido con Mario Consiglieri,
cuñado de Bedoya Garreta, quien aparecía suscribiendo como Vice-Presidente de Quiet
Nacelle una comunicación al Banco de Crédito que corre a fojas siete mil cuatrocientos
setenticinco, mediante la cual solicitaba que los pagos a efectuar por Aeronaves del Perú se
remitan por transferencia cablegráfica a la cuenta mil ciento noventiuno- seis en el
Atlantic Security Bank de Miami, la misma que ha sido negada por éste en declaración de
fojas cinco mil cuatrocientos setentiséis al declarar no haber ocupado dicho cargo ni estar
vinculado a tal empresa menos ser su firma la que aparece en el documento antes
mencionado; hecho vespecto al cual Bedoya Garreta aduce desconocer menos aún saber
que su co-procesado Zanatti Tavolara fue accionista de dicha empresa, como así lo sostiene
Jerry Dale a fojas ocho mil novecientos quince. Con respecto a la Empresa Taiko
Corporation, Bedoya sostiene también ser Representante de Ventas, agregando que las
personas vinculadas a dicha empresa eran las mismas de Internacional Airlines Holding la
cual se ocupaba de motores de avión en tanto que la primera de la mencionadas trabajaba lo
atinente a partes de piezas de avión. Que con relación a la vinculación del acusado Bedoya
Garreta con las gestiones referentes al Mercado Unico de Cambios se tiene que su co-
acusado Zanatti Tavolara en la primera diligencia efectuada ante la Juez de la causa a fojas
nueve mil ochocientos veintitres vuelta en presencia de su Abogado y del Representante del
Ministerio Público sostuvo que Jaime Bedoya efectuó los trámites relacionados con la
compra de dólares MUC, versión que luego modificó sin poder brindar una explicación
coherente al respecto; por su parte Fernández Corvetto a fojas siete mil ciento setentiuno
vuelta ha señalado que "por orden expresa de la Gerencia General de Faucett, cualquier
tramitación ante el Banco Central de Reserva, tenía que efectuarse exclusivamente por
Bedoya", asimismo ha sostenido Maradieque Obando a fojas seis mil novecientos
cincuentisiete y Bortesi Longhi a fojas siete mil doscientos nueve y siete mil doscientos
dieciocho vuelta: en tanto que el testigo Burneo Seminario a fojas siete mil doscientos
dieciocho vuelta señala que en el año de mil novecientos ochentiséis Zanatti presentó a
Bedoya Garreta como la persona que se iba a ocupar de realizar los trámites especiales ante
el Banco Central de Reserva; siendo enfático Corrochano Patrón a fojas mil setecientos
veintiocho vuelta al sostener que "el Abogado que hacía todas las gestiones referentes al
dólar MUC era Bedoya Garreta", al igual que Joe Lázaga al declarar a fojas ocho mil
setecientos noventidós; versiones todas estas que el acusado Bedoya niega aduciendo que
inclusive desconocía que las adquisiciones de material aeronáutico en que participaba como
Broker estaban relacionadas con el dólar MUC, no habiendo concurrido al Banco Central
de Reserva para realizar gestión alguna al respecto, lo cual no se condice con lo
manifestado por Zanatti Tavolara a fojas doce mil veintiocho al sostener que Bedoya le
manifestó conocer a alquien en el Banco Central de Reserva que los podía ayudar, aún
cuando admite haber celebrado negocio con los funcionarios de dicha Institución Alberto
Rázuri Suárez y Ramón Abásalo Adrianzén por un monto aproximado de cincuenta mil
dólares con cada uno de ellos, motivo por el cual se expidieron los recibos que corren a
fojas siete mil trescientos sesenta a siete mil trescientos ochentidós, aseverando que esto era
totalmente ajeno a los trámites con dólares MUC. Que finalmente debe anotarse lo
manifestado por el testigo Albino Condori Mamani a fojas cinco mil trescientos
treintinueve al sostener haber retirado cheques del Banco de Crédito para las Empresas
Taiko, International Airlines Holding y Quiet Nacelle, las mismas que manejaba Bedoya
Garreta para entregárselos personalmente, agregando que era éste quien le comunicaba
sobre los cheques que debía retirar; lo cual se encuentra corroborado con los documentos
que obran a fojas siete mil cuatrocientos sesenticinco a cuatro mil setecientos sesentiocho,
siete mil cuatrocientos setenta, siete mil cuatrocientos setentidós, siete mil cuatrocientos
setenticuatro y siete mil cuatrocientos setentiséis. Aunándose a ello lo manifestado por
Aranda Salvatierra, Tesorero de Faucett, al declarar a fojas siete mil cincuenta que recibía
instrucciones para que las órdenes de pago para las empresas Quiet Nacelle, Taiko entre
otras fueran entregadas directamente a Albino Condori. DECIMO SEGUNDO: Que en lo
que respecta al acusado Alfredo Zanatti Tavolara se tiene que éste asevera la participación
de todas las Gerencias de Faucett en la tramitación a efectuar para acogerse al dólar MUC
desde la obtención de la Licencia Previa de Importación en el Instituto de Comercio
Exterior -ICE-, luego la visación de las facturas ante la Dirección General de Transporte
Aéreo y finalmente la presentación de todos los documentos ante el Banco de Crédito para
la obtención del Anexo cinco; sin embargo ello no se condice con las declaraciones del
Gerente de Finanzas a fojas seis mil setecientos cincuentisiete al manifestar que los trámites
se efectuaban por la Gerencia General en la persona de Alfredo Zanatti Tavolara con la
asistencia legal y personal de Bedoya Garreta, así como con las demás declaraciones ya
citadas al referirnos al acusado Bedoya Garreta. Que, respecto a las empresas proveedoras
de los motores, silenciadores así como partes y piezas de avión, se ha sostenido por Zanatti
Tavolara que las adquisiciones se efectuaron a las Empresas International Airlines Holding,
Taiko Corporation, Miami Field Services y Quiet Nacelle todas ellas de Panamá,
agregando que estas empresas son distintas a las que existen en los Estados Unidos aunque
con idéntica denominación: no obstante ello debe resaltarse que las dos primeras citadas
tenían la misma dirección sito en Brickell Avenue mil sesenta suiete ciento cinco, Miami,
como se advierte del Anual Report que corre a fojas mil novecientos veintinueve, domicilio
que también pertenecía a las Empresas International Construction Holding, International
Aircraft Holding y HK International INC, las cuales eran de propiedad de Zanatti Tavolara
como éste lo admite a fojas doce mil veintinueve vuelta. Que asimismo el citado acusado
sostiene que los originales de las facturas fueron acompañadas a las solicitudes presentadas
inicialmente ante la Dirección General de Transporte Aéreo para su correspondiente
visación, sin embargo se tiene que en el texto de la solicitud de fojas dos mil ciento
cincuentiocho se señala "En tal virtud, a su Despacho recurrimos solicitando dicha visación
y acompañamos COPIA de la factura", texto que también se advierte en las solicitudes a la
Dirección General de Transporte Aéreo de fojas dos mil ciento sesentiuno, dos mil ciento
ochentisiete y dos mil ciento ochentinueve; lo que permite colegir fácilmente que las
Facturas no fueron presentadas en original necesariamente. Asimismo sostiene que la
cuenta número mil setecientos cuarentidós -dos pertenece a la Worlwide Financial Holding
en tanto que la cuenta mil setecientos cincuentiuno, -siete tiene como titular a la
International Aircraft, Empresa de la cual Zanatti Tavolara era Presidente como así lo
admite a fojas doce mil treintisiete vuelta; siendo que las empresas proveedoras
International Airlines Holding, Taiko Corp y Miami Field solicitaron al Banco de Crédito la
remisión del dinero producto de la supuesta venta de material aeronáutico que se dirigiera a
las cuentas antes mencionadas pese a ser totalmente ajenas a éstas. Que, con relación al
delito de Corrupción de Funcionarios imputado el acusado Alfredo Augusto Zanatti
Tavolara, se tiene que tal imputación se centra en el hecho de haber entregado al ex-
Presidente Alan García Pérez la suma de doscientos mil dólares americanos, como adelanto
al equivalente del cinco por ciento del total de los dólares subsidiados otorgados en favor
de las Empresas Aeronaves del Perú y Faucett, lo que se corrobora además con el
documento de fojas nueve mil novecientos noventinueve, así como con el Dictamen
Pericial de Grafotécnia obrante a fojas diez mil dos al diez mil seis, y que concluye que la
letra del documento antes mencionado proviene del puño gráfico de Alan García Pérez;
entrega de dinero que es admitido por Alfredo Zanatti Tavolara, alegando que no se trata de
un acto de Corrupción sino de una extorsión por parte del ex-Presidente a efectos de gozar
del beneficio del dólar subsidiado; que, la conducta del acusado Alfredo Zanatti Tavolara se
encuentra tipificada en este extremo en tal sentido en la primera parte del artículo
trescientos noventinueve del Código Penal vigente relativo a la corrupción activa.
DECIMO TERCERO: Que, con relación a la Excepción, de Prescripción deducida por la
defensa, se tiene que a la fecha de la comisión de los hechos, entre los meses de octubre a
diciembre de mil novecientos ochentinueve, se encontraba en vigencia la Ley número
veinticuatro mil seiscientos cincuentitres, de fecha veintisiete de marzo de mil novecientos
ochentisiete (modificatorio del artículo trescientos cincuentitres del Código Penal de mil
novecientos noventicuatro) y que establecía una pena no mayor de ocho años y multa de la
renta de sesenta a ciento ochenta días; que, al promulgarse el Código Penal de mil
novecientos noventiuno, mediante Decreto Legislativo número seiscientos treinticinco, la
conducta del agente para el caso de autos se encuadra dentro de la figura descrita en el
artículo trescientos noventinueve del Código Penal de mil novecientos noventiuno,
estableciéndose una pena no menor de tres ni mayor de cinco años (primer párrafo); siendo
que en aplicación de lo más benigno para el presente caso sería la señalada por el Código
Penal sustantivo vigente, en virtud de lo establecido por el inciso once del artículo ciento
treintinueve de la Constitución Política vigente, así como por el prescrito por el artículo
Sexto del Código Penal en vigor; que a los cinco años señalados anteriormente habría que
agregarle la mitad del plazo ordinario de prescripción en virtud de lo establecido por la
parte in fine del artículo ochentitres del Código Penal, por lo que para que opere la
prescripción en el caso de autos con relación al delito de Corrupción de Funcionarios,
deben de transcurrir siete años y seis meses, plazo que desde la comisión de los hechos a la
fecha no ha transcurrido, siendo que prescribirían los mismos en todo caso en el mes de
mayo de mil novecientos noventisiete: DECIMO CUARTO: el delito de Estafa, como
variedad específica de los delitos contra el patrimonio, requiere ya sea según el artículo
doscientos cuarenticuatro del Código Penal de mil novecientos veinticuatro vigente en la
época de comisión de los hechos ilícitos o en el artículo ciento noventiocho del Código
Penal actual la concurrencia de una serie de componentes de naturaleza material y
subjetiva, los mismos que le otorgan un matiz diferenciador en relación al resto de tipos
penales que lesionan o ponen en peligro el bien jurídico patrimonio; requiriéndose de los
autores y partícipes que con su acción u omisión adecuan su comportamiento a las
exigencias típicas el uso de medios fraudulentos para procurarse para sí o para otros
provecho ilícito en perjuicio de terceros; constituyendo el error el objetivo inicial y
posibilitador del acceso ilícito a la disposición patrimonial que como resultado del mismo
efectúa el agraviado. Los componentes subjetivos del tipo penal de estafa expresados en el
dolo y otros elementos de naturaleza subjetiva, necesariamente requieren del dolo directo,
es decir de la voluntad, conocimiento e intención encaminada a delinquir, máxime si se
trata de autores directos o mediatos. En el caso especial de estafa mediante mal uso de
los dólares obtenidos a través del Mercado Unico de Cambio, el dolo adquiere
características de naturaleza interna trascendente, que se irá poniendo cada vez más de
manifiesto con mayor evidencia en la medida que el agente o agentes se acerquen a la fase
de disposición de los fondos ilícitamente obtenidos; con esta variedad singular del tipo
penal de estafa se requiere de los autores el agotamiento del iter criminis, es decir haber
dispuesto y aprovechado lo obtenido delictivamente, y de los partícipes la contribución de
actos u omisiones dolosas imprescindibles o secundarios, en consideración a la naturaleza
accesoria y fragmentaria de toda participación en el hecho ilícito de otro. En cuanto a la
falsificación de documentos en general, contemplada en el tipo penal trescientos
sesenticuatro del Código Penal de mil novecientos veinticuatro y cuatrocientos veintisiete
del Código Penal actual vigente, como tipo de carácter delictivo amplio, el mismo que
establece dos modalidades extensivas de comportamientos ejecutivos ilícitos, consistentes
en a) hacer en todo o en parte un documento falso, sea éste público o privado o adulterar
uno verdadero, y b) hacer uso de documento falso o de uno falsificado; mientras que en la
primera variante se castiga el propósito de usar el documento con la probabilidad de
perjuicio para tercero, en la segunda modalidad se castiga ya el uso con posibilidad de
perjuicio; mientras que en la primera hipótesis se exige que la conducta ejecutiva pueda dar
origen a derecho u obligación, en la segunda se requiere que se haga un uso del documento
como legítimo. La imputación penal que obra sobre los acusados es de haber incurrido con
sus comportamientos comisivos por parte de Alfredo Zanatti y Jaime Bedoya y con sus
omisiones penalmente relevantes y acciones concomitantes complementarias y previas a la
utilización del dólar MUC por parte de la acusada María Fandiño y Roberto Casanova en
los delitos de Estafa y Falsificación en parte de documento público y uso de documento
público falsificado como legítimo. DECIMO QUINTO: En el presente proceso penal mas
allá de la autenticidad formal de la documentación comercial presentada, cuestión que se
halla igualmente cuestionada, interesa resaltar la falta de representatividad jurídico-
comercial de las mismas al no dar fe de operaciones reales de adquisición de motores y
piezas con el empleo del dólar MUC, y ello en dos dimensiones considerativas: primero, en
cuanto doble utilización de facturas por operaciones ya canceladas y cobradas con
antelación y segundo en cuanto representativas de operaciones comerciales jamás
realizadas, y ello por el no ingreso de las mercaderías alegadas en las facturas y
cotizaciones en circunstancias normales de identificación e individualización y por el
ingreso de mercadería en partes, piezas y reductores de ruido con fechas notoriamente
anteriores al período de vigencia del dólar del Mercado

Unico de Cambios para dichos materiales aéreos, ingresos de bienes éstos cobrados por
pagados por la general mediante el sistema de valija de correspondencia remitida a las
oficinas Miami, de donde se efectuaban los pagos, que según testimonio del Tesorero de
Faucett Rodolfo Aranda Salvatierra (a fojas siete mil cincuentidós), se hallaban a cargo de
Joe Lázaga, quien era responsable igualmente de recabar y enviar las facturas comerciales a
las oficinas de Faucett y Aeronaves en Lima. Asimismo en el presente proceso penal no
está en tela de juicio si tales o cuales empresas extranjeras emitieron o no las facturas y
cotizaciones en referencia, lo cual no deja de tener su importancia, ya que lo que merece
relevancia jurídico penal es si tales facturas y cotizaciones tienen significancia jurídico
comercial en lo que respecta a los dólares MUC, es decir si son representativas de
operaciones reales de adquisición de motores, partes y piezas con el uso del dólar MUC.
DECIMO SEXTO: la imputación penal de falsificación en parte de documento público y
uso del mismo como si fuera legítimo radica en las consideraciones jurídico penales que
parten de considerar documento público a todo aquel emanado en su origen por funcionario
público en el ejercicio de su cargo y observando los requisitos y formalidades de ley; en el
que el concepto funcionario público engloba la persona premunida de función pública y la
institución que le da sustento y legitima. El formulario anexo cinco, es una variedad de
documento público, conocido en la Doctrina Jurídica como documento de registro y de
función receptiva, cuya naturaleza y estructura material por expresa delegación legal se
completa con el aporte del particular que integra y cierra materialmente la constitución del
mismo, para ser corroborado y avalado en su valor de fe pública con los respectivos signos
distintivos y sellos del funcionario público que los recepciona. El hacer dicho documento
en parte falso supone que existe una parte del mismo que es verdadero, es decir auténtico; y
en el formulario de registro llamado anexo cinco, esta parte verdadera es la que concierne al
impreso directamente o por encargo del Banco Central de Reserva, siendo y consistiendo
la función integradora del particular consistente en el registro que éste hace de los datos
solicitados, la parte, que en el presente caso penal ha sido falseada, violando la presunción
legal de veracidad depositada por el Estado en el particular; de lo que resulta que la función
de acreditación pública de los contenidos de verdad del anexo cinco quedan falseada y por
lo mismo falso en parte el documento. La intervención de Alfredo Zanatti como de María
Fandiño al respecto como Gerentes Generales tanto de Faucett y Aeronaves y por lo mismo
responsables de la documentación presentada tanto ante la Dirección General de Transporte
Aéreo, el Banco de Crédito y el Banco Central de Reserva, revisten caracteres de suficiente
relevancia a nivel de autor mediato y cómplice en la conformación integral del documento
público anexo cinco, es decir del delito de falsificación de documentos, con un evidente
nivel de injusto ostensiblemente superior en el primer acusado, por las circunstancias,
forma, móviles y fines con que actuó el acusado ZANATTI TAVOLARA en el uso del
referido documento, agotando los presupuestos típicos del delito con el ulterior provecho
personal con la comisión en concurso del delito de estafa y en los niveles de gran perjuicio
ocasionado a la Sociedad, y al Estado; responsabilidad que asimismo alcanza al acusado
José Jaime Bedoya Garreta a nivel de complicidad. DECIMO SEPTIMO: Las acciones
desarrolladas por el acusado Alfredo Zanatti a lo largo del proceso de adquisición y uso
del dólar MUC consistentes en presentar ante la Dirección General de Transporte Aéreo
conjuntamente con María Fandiño documentación comercial entre solicitudes con firma
fraguada, facturas con contenido comercial y legal ya realizadas, y por lo mismo no sujetas
a las condiciones establecidas en la Circular cero veinte -ochentinueve EF /noventa del
Banco Central de Reserva, facturas con evidentes muestras de alteración material en los
signos distintivos como en el caso de la factura mil doscientos noventicinco /ochentinueve
que en original se ha presentado en el expediente; ordenar nuevos pagos en base a
cotizaciones, sin haberse recabado nunca las facturas comerciales de las pretendidas
empresas proveedoras, el hecho de haber hecho ingresar en número no precisado motores
en calidad de bultos sin especificaciones que permitieran individualizar sus características
técnicas, números de serie, y determinar su procedencia legal, derivando los fondos del
dólar MUC a cuentas cifradas controladas y aprovechadas personalmente, conjuntamente
con José Jaime Bedoya Garreta, burlando de esta manera las determinaciones legales
imperativas que establecía el artículo sétimo y veintiuno de la Resolución Cambiaria
número cero cuarentiuno -ochentisiete- EF / noventa que regulaba el tratamiento para la
venta de moneda extranjera por parte del sistema financiero nacional y el sentidomismo
del Decreto Ley veintiun mil novecientos cincuentitres que buscó la reactivación
económica y el equilibrio financiero interno y externo de la economía nacional; acciones
que reunen suficientes en exceso las exigencias típicas del delito de Estafa en grado de
autoría. DECIMO OCTAVO: En cuanto al comportamiento del acusado José Jaime Bedoya
Garreta consistentes en dirigir por encargo de Alfredo Augusto Zanatti Tavolara el proceso
de la tramitación de las solicitudes de Aeronaves y Faucett ante la Dirección General de
Transporte Aéreo y el Banco Central de Reserva, para la procuración de los dólares MUC
conforme lo manifestado inicialmente por Alfredo Zanatti a fojas nueve mil ochocientos
veintitrés, Javier Corrochano, Gerente Legal de Faucett (a fojas mil setecientos veintiocho),
por Bernardo Fernández Corvetto a fojas mil cuatrocientos setenticinco, Luis Bortesi
Longhi, Gerente de Planificación de Faucett, y entre otros por lo manifestado a fojas cinco
mil trescientos treintinueve por Albino Condori, empleado bajo las órdenes directas de José
Jaime Bedoya Garreta, quien tenía asignada la función de recoger giros del Banco de
Crédito, los mismos que entregaban a Bedoya, las referencias testimoniales de Rodolfo
Aranda Salvatierra, Tesorero de Faucett a fojas siete mil cincuenta - siete mil cincuentidos,
por Hugo Maradieque, Gerente de Finanzas de Faucett (a fojas seis mil novecientos
cincuentiséis a seis mil novecientos sesenticuatro); de Ricardo Chocano Rivera, Jefe de la
Sección Comercio Exterior del Banco Central de Reserva (a fojas siete mil ciento catorce a
siete mil ciento dieciséis) y de Luis Manuel Carrera Barreda (a fojas siete mil ciento
dieciocho) Jefe de la Sección Importaciones del Banco Central de Reserva, funcionarios del
Banco Central de Reserva que recibierón pases de cortesía directamente de Bedoya Garreta,
quienes reconocen haber dado información a Albino Condori sobre los dólares MUC,
incluso que éste solía acudir al Banco Central de Reserva a averiguar "si habían salido ya
los anexos cinco", actos del acusado Bedoya realizados con conocimiento de las
circunstancias delictivas con que se desarrollaba el proceso de procuramiento de los dólares
MUC, máxime si éste en su calidad de hombre de enlace entre las supuestas proveedoras y
las Compañías Faucett y Aeronaves y Director de International Airlines Holding Company
estaba suficientemente enterado del proceso de estafa organizado contra el Estado,
imputaciones penales que alcanzan al acusado incluso directamente por aprovechamiento
personal de los dólares ilícitamente obtenidos en grado de autor. DECIMO NOVENO:
María Emilia Fandiño, cuyo comportamiento con relevancia penal radicó en la complicidad
en el delito de estafa con sus coacusados Alfredo Zanatti Tavolara y José Jaime Bedoya
Garreta y en la complicidad en la falsificación y uso de documento público en agravio del
Estado, comportamiento consistente en la serie de actos desplegados para facilitar la
ejecución de la defraudación con el ulterior uso de los dólares MUC, al haber ordenado
los pagos al Banco de Crédito con destino supuesto a los proveedoras internacionales, a
sabiendas del engaño y del error en que se indujo al Estado, dado su carácter y nivel
gerencial en que se encontraba la referida acusada, al haber asumida una conducta pasiva
ante la falsificación alegada de su firma y por la manifiesta omisión en actuar conforme a
derecho, avalando con dicha omisión el desarrollo del proceso delictivo, conducta
alternativa conforme a derecho que le era exigible y fácticamente posible, mas aún dado el
cargo que ocupaba; no siendo causales eximentes de responsabilidad los hechos alegados
referentes al criterio de autoridad y rebasamiento con que habría actuado Alfredo Zanatti,
por cuanto el ordenamiento jurídico brinda los mecanismos socialmente adecuados para la
actuación en dichas circunstancias, que no fueron asumidos por la acusada. VIGESIMO: A
criterio de este Colegiado no reune caracteres de relevancia penal los actos imputados a
Roberto Casanova Ruíz, en su calidad de Contador de Aeronaves consistentes en haber
registrado en los asientos contables de la empresa Aeronaves facturas y cotizaciones en
base a fotocopias, lo cual si bien constituye infracción tributaria, ello no se subsume en
ninguno de los presupuestos típico penales. VIGESIMO PRIMERO: Que, luego de
evaluados y compulsados los medios probatorios incorporados al proceso, el Colegiado, en
virtud del artículo doscientos ochenticinco del Código de Procedimientos Penales tiene el
deber jurídico de pronunciarse respecto de la Reparación Civil, así como quienes están
obligados a satisfacerla; que, en lo atinente al pago de la reparación civil se debe tener
presente lo dispuesto por el artículo noventicinco del Código Penal al dar nacimiento a la
obligación solidaria de la reparación civil entre los responsables del hecho punible y los
Terceros Civilmente obligados; que, el artículo tercero de la Ley nueve mil catorce
establece bajo qué circunstancias específicas, personas distintas al delincuente, pueden ser
obligadas al pago de la Reparación Civil, ya sean estas personas naturales o jurídicas, esto
es cuando los autores del hecho punible ejecutaban actividades explotadas o propulsadas
por dichos terceros; que, del concepto vertido vinculado a lo actuado se tiene que la
entrega de los dólares provenientes del Mercado Unico de Cambios los efectuaba el Estado
a las Empresas Faucett y Aeronaves del Perú por el ejercicio de la actividad propulsada y
explotada del transporte aéreo nacional e internacional mas no procuró o entregó a título
personal los dólares MUC a cada uno de los procesados; que, durante la secuela del proceso
se citó como Tercero Civilmente Responsable, a las Empresas Faucett y Aeronaves del
Perú quienes de conformidad con el ordenamiento legal vigente han defendido sus
posiciones sin limitación alguna, habiendo inclusive Aeronaves del Perú, en lo que a ella
respecta, solicitado una diligencia de conciliación en la que propuso una fórmula de pago
por Reparación Civil, mientras que Faucett ha formulado oposición para ser considerado
Tercero Civilmente Responsable: que, el Decreto Ley veintiún mil novecientos
cincuentitrés que instituyó el Mercado Unico de Cambios lo hizo con el propósito de crear
las condiciones necesarias para propiciar el abastecimiento de moneda extranjera que
demanda el desarrollo ordenado de la economía nacional y no resarcir daños ocasionados;
que, la persona natural o jurídica es responsable por los daños que un miembro de la
Directiva u otro representante nombrado reglamentariamente, cauce a un tercero mediante
un acto que oblige a indemnización de daños realizados en ejecución de las funciones a él
encomendadas; que, en consecuencia, tanto los condenados como Faucett y Aeronaves del
Perú, cada uno de ellos en sus respectivas posiciones jurídicas, deben responder
solidariamente ante el Estado, ente que se vió menoscabado en el logro del desarrollo
ordenado de la economía nacional; obligación que se ejecutará contra los terceros
civilmente responsables, luego de establecerse la disminución del

patrimonio de los condenados, con posterioridad al delito, mediante la interposición de las


acciones correspondientes, y de conformidad con el artículo sesenticuatro del Código Penal
de mil novecientos veinticuatro. VIGESIMO SEGUNDO: que, a fojas once mil setecientos
veintiséis la defensa de Alfredo Zanatti Tavolara por error material interpone tacha contra
los peritos Víctor Andrade y Enrique Mayaute, cuando en realidad el cuestionamiento está
dirigida contra los peritos Rodolfo Inga y Andrés Quispe como así se señala a fojas doce
mil curentidós, medios que han sido oralizados en el juzgamiento, sustentándose que los
peritos han incurrido en manifiesta parcialidad por haber convertido el dictamen pericial en
una prueba valorativa, sino que además no han tenido a la vista todo el expediente; para el
efecto de resolver la tacha el Colegiado ordenó razón por Secretaría en la cual se señala que
el Secretario de la causa Rodríguez López sistemáticamente rehusó proporcionar la
información requerida, empero de la razón antes citada fluye que los señores Peritos
tachados han informado a la Secretaria de la Sala que han revisado y estudiado el
expediente hasta el tomo M -fojas ocho mil seiscientos cuarentitres-, concurriendo incluso a
las oficinas del Ministerio Público, la mencionada circunstancia desvirtúa uno de los
fundamentos de la tacha; respecto al argumento esgrimido en que la Pericia constituye una
prueba valorativa, es preciso señalar que éste no es un argumento idóneo y razonable para
sustentar una tacha por manifiesta parcialidad, situación que se presenta cuando por
medios objetivos se llega a establecer o probar que los Peritos por tener vinculación
espiritual, afinidad de sangre, relación de depen - dencia, situación de acreencia con alguno
de los sujetos procesales; que, de otro lado en la audiencia de fecha cuatro de diciembre del
año próximo pasado la defensa del acusado Zanatti Tavolara formula tacha contra las
instrumentales presentadas por la Procuraduría, al respecto cabe anotar que dichos
documentos no han sido merituados por el Colegiado a los efectos de emitir la presente
resolución por lo que debe de desistimarse dicha alegación; VIGESIMO TERCERO: que,
por resolución de fojas once mil seiscientos siete su fecha seis de noviembre de mil
novecientos noventicinco, esta Sala ordenó el internamiento del acusado Zanatti Tavolara
en el respectivo Centro Penitenciario y no obstante los oficios cursados con dicha finalidad,
los responsables de ejecutarlo se han negado a hacerlo, incurriéndose en responsabilidad
penal conforme a lo previsto en el artículo cuarto de la Ley Orgánica del Poder Judicial en
cuanto a que las decisiones judiciales deben ser acatadas y cumplidas por la autoridad sin
calificar sus fundamentos, restringir sus efectos o interpretar sus alcances, conducta que
encuadra dentro de los presupuestos de los artículos trescientos sesentiocho y trescientos
setentisiete del Código Penal que compete ser puestas en conocimiento del Ministerio
Público para que proceda conforme a sus atribuciones; que de otro lado, se advierte una
evidente negligencia por parte de la Juez de Primera Instancia al no disponer los embargos
en forma inmediata a la apertura de instrucción, lo que habría permitido la transferencia
de bienes de los acusados a terceras personas; asimismo la Juez de Primera Instancia
expidió en su último informe a fojas once mil ciento veintidós con conclusiones
diametralmente diferentes a las anteriores, basándose únicamente en el solo dicho del
procesado Alfredo Zanatti Tavolara para enervar la prueba ofrecida por el Estado,
mereciendo la justa impugnación por parte del Representante de esta última, significándose
que el último de sus informes recayó dentro de un brevísimo plazo ampliatorio que le
concedió este Colegiado para la actuación de determinadas pruebas, todo lo cual permite
dudar de su imparcialidad, lo que debe ser puesto en conocimiento de la Oficina de Control
de la Magistratura del Poder Judicial para que adopte las medidas correctivas del caso; que
de lo actuado durante el proceso se advierte que el Secretario de la causa Pablo Rodríguez
López ha incurrido en deficiente foleación del expediente lo que ha ocasionado serias
dificultades del estudio del mismo tanto por los miembros del Colegiado, del Ministerio
Público y los Abogados de la Defensa, y del mismo modo haberse negado a dar la
información requerida, hechos cuya conducta será pasible a una sanción al infringir su
deberes establecidos en el Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial
(Decreto Supremo número cero diecisiete - noventitrés- JUS). VIGESIMO CUARTO: que
para realizar los hechos delictuosos enumerados en la presente sentencia, éstos sólo
pudieron ser ejecutados y por ende consumados contando con la colusión de los
funcionarios y empleados de la Dirección de Aeronáutica del Ministerio de Transportes y
Comunicaciones, del Banco Central de Reserva del Perú y del Banco de Crédito, como el
incumplimiento de exigir la documentación original para otorgar las autorizaciones de
venta de dólares MUC y ante la inusual celeridad en la aprobación y registro de las
solicitudes ante la Dirección General de Transporte Aéreo, hasta la autorización del Anexo
cinco en el Banco Central de Reserva, tal como se ha advertido, por ejemplo, en la
audiencia del veinte de Diciembre último con respecto a la factura mil doscientos
noventicinco - ochentinueve entre otros que, así tenemos, que las normas y procedimientos
que debían seguir las personas para adquirir motores, equipos, etcétera y las obligaciones
de vigilancia de los funcionarios del Ministerio de Transportes y Comunicaciones para
evaluar los documentos que debían presentar los solicitantes, vigilancia de los actos
realizados por los dependientes de Faucett y Aeronaves del Perú y/o terceros para obtener
la autorización para la compra de motores y otras partes de aviones estaba encomendada
por el Decreto Ley veinte mil quinientos doce y su Reglamento, Decreto Supremo cero
diecisiete setenticinco -AF, así como la Resolución Cambiaria cero cero tres setentisiete
-EF/ noventa, concordado con la Resolución Ministerial seiscientos dieciocho -noventa-
TC/quince, doce, Anexo "B", y sin embargo de lo anterior los indicados funcionarios no
cumplieron con sus obligaciones; que, asimismo, los funcionarios y empleados del Banco
Central de Reserva del Perú no cumplieron con lo dispuesto en el Decreto Ley veintiún mil
novecientos cincuentitrés, que contiene las normas de control en el campo de la moneda
extranjera, así como lo dispuesto por la Resolución Cambiaria número cero cero tres
-setentisiete - EF / noventa, artículo quinto, en donde se precisa que deben presentarse los
originales de los documentos para vender los dólares MUC, exigencia que los dependientes
de Aeronaves y Faucett no efectuaron con hacerlo ni el Banco Central de Reserva con
exigir su cumplimiento: que, igualmente el Banco de Crédito del Perú que recibió los
dólares MUC del Banco Central de Reserva para remitirlos directamente a las Compañías
vendedoras, no cumplió con hacerlo así, por cuanto algunas cantidades se registran
remitidas cablegráficamente a entidades distintas a los vendedores y en otros casos
entregadas a personas naturales; que, en consecuencia, y no habiendo solicitado el
Representante del Ministerio Público la apertura de instrucción por los hechos delictuosos
descritos, la Sala dispone, de conformidad con la última parte del artículo doscientos
sesenticinco del Código de Procedimientos Penales, formar cuaderno aparte con las piezas
pertinentes disponiendo su elevación en consulta, al Señor Fiscal Penal Supremo.
VIGESIMO QUINTO: Que en atención al inciso once del artículo ciento treintinueve de
la Constitución Política de la República Peruana, y al artículo sexto del Código Penal
vigente, la Ley penal aplicable al hecho punible con relación a los delitos de Estafa y contra
la Fe Pública, es la vigente en el momento de su comisión, máxime si ésta es más benigna
en caso de conflicto de leyes, fundamentos por los cuales y tomando en consideración que
los artículos doscientos cuarenticuatro y trescientos sesenticuatro del Código Penal de mil
novecientos veinticuatro, son más benignos que los artículos ciento noventiséis y
cuatrocientos veintisiete del Código Penal actual vigente, en sus extremos mínimos de
penalidad, resulta aplicable a los supuestos de hecho punible el Código Sustantivo de mil
novecientos veinticuatro; que con relación al delito contra la Administración Pública -
Corrupción Activa- imputado al acusado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, por serle más
favorable resulta de aplicación lo dispuesto en la primera parte del artículo trescientos
noventinueve del Código Penal en vigor; que asimismo es de aplicación al caso de autos los
numerales trece, veintitrés, veinticinco, veintinueve, cuarenticinco, cuarentiséis,
noventidós, noventitrés y noventicinco del mismo cuerpo de leyes. Que, para los efectos de
la imposición de la pena se tiene en cuenta la forma y circunstancias de la comisión del
delito, las condiciones personales de los agentes infractores los mismos que carecen de
antecedentes penales y judiciales; por tales fundamentos la Primera Sala Penal de la Corte
Superior de Justicia de Lima, apreciando hechos y pruebas con el criterio de conciencia que
la Ley autoriza y, administrando justicia a nombre de la Nación: FALLA: DECLARANDO
INFUNDADA la tacha deducida por la Defensa del procesado Alfredo Augusto Zanatti
Tavolara en la audiencia de fecha cuatro de diciembre de mil novecientos noventicinco, con
relación a las instrumentales presentadas en la mencionada audiencia; INFUNDADA la
Tacha interpuesta contra los Peritos Rodolfo Inga y Andrés Quispe, también planteada por
la Defensa del acusado Zanatti Tavolara; IMPROCEDENTE la Excepción de Prescripción
de la Acción Penal deducida por la Defensa del acusado Alfredo Augusto Zanatti Tavolara
respecto al delito de Corrupción de Funcionarios en agravio del Estado; ABSOLVIENDO:
a ROBERTO CASANOVA RUIZ de la acusación Fiscal formulada en su contra por el
delito contra el Patrimonio -Estafa- y por el delito contra la Fe Pública -Falsificación de
Documentos y Falsedad Ideológica- en agravio del Estado; CONDENANDO: a ALFREDO
AUGUSTO ZANATTI TAVOLARA como autor del delito contra el Patrimonio -Estafa-
por el delito contra la Fe Pública -Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica- y
por el delito contra la Administración Pública -Corrupción Activa- en agravio del Estado, a
DIEZ AÑOS DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, la misma que con la carcelería
que viene sufriendo desde el cuatro de mayo de mil novecientos noventicinco (fecha en que
fue notificado con el mandato de detención) vencerá el tres de mayo del año dos mil cinco;
CONDENANDO: a JOSE JAIME BEDOYA GARRETA, como autor del delito contra
el Patrimonio -Estafa- y cómplice en la comisión del delito contra la Fe Pública
-Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica en agravio del Estado, a DIEZ AÑOS
DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, la misma que con la carcelería que viene
sufriendo desde el dos de febrero de mil novecientos noventiséis (fecha en que fue puesto a
disposición de este Colegiado para su juzgamiento) vencerá el primero de febrero del año
dos mil seis; CONDENANDO: a MARIA EMILIA FANDIÑO DE IRAURGUI DE
BACHMANN, como cómplice del delito contra el Patrimonio -Estafa- y por el delito
contra la Fe Pública -Falsificación de Documentos y Falsedad Ideológica- en agravio del
Estado, a CUATRO AÑOS DE PENA PRIVATIVA DE LA LIBERTAD, suspendida
condicionalmente por el período de TRES AÑOS, bajo estricto cumplimiento de las
siguientes reglas de conducta: a) No variar de domicilio sin previa autorización del Juez de
la causa, b) Concurrir cada treinta días al local del Juzgado a justificar su domicilio y
actividades lícitas y c) No ingerir bebidas alcohólicas: CONDENARON: asimismo a los
sentenciados Alfredo Augusto Zanatti Tavolara, José Jaime Bedoya Garreta y María Emilia
Fandiño de Iraurgui de Bachmann a NOVENTA DIAS MULTA de su Renta que cada uno
deberán de pagar a favor del Estado; FIJARON: en la suma de VEINTISEIS MILLONES
DE NUEVOS SOLES, por concepto de Reparación Civil que deberán de abonar los
sentenciados referidos en forma solidaria a favor del Estado, suma que deberá ser asumida
también en forma solidaria con los Terceros Civilmente responsables Empresas Aeronaves
del Perú y Compañía de Aviación Faucett Sociedad Anónima; CONCEDIERON: Recurso
de Nulidad de Oficio en el extremo Absolutorio del ciudadano Roberto Casanova Ruíz,
debiendo de elevarse los autos a la Sala Penal de la Corte Suprema de la República, de
conformidad con el artículo veintidós del Decreto Ley diecisiete mil quinientos
treintisiete:IMPUSIERON: la medida disciplinaria de APERCIBIMIENTO al Secretario
Pablo Rodríguez López, Adscrito al Vigésimo Noveno Juzgado Penal de Lima, anotándose
esta medida en los libros correspondientes, con conocimiento de la Presidencia de la Corte
Superior de Justicia de Lima, debiéndosele notificar: DISPUSIERON: que ejecutoriada que
sea la presente sentencia se remitan copias certificadas a la Fiscalía Provincial en lo Penal
de Turno a fin de que investigue y procedan de acuerdo a sus atribuciones con relación a
los Funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario responsables de no haber ejecutado el
mandato exigido por esta Sala para el internamiento del sentenciado Alfredo Augusto
Zanatti Tavolara en el Penal correspondiente, asimismo, REMITASE copias certificadas de
las piezas pertinentes de la presente causa a la Oficina de Control de la Magistratura a fin
de que se investigue a la Señorita Juez que conoció la presente causa por las irregularidades
anotadas en la parte considerativa de la presente sentencia: MANDARON: formar el
cuaderno correspondiente con las piezas procesales pertinentes del presente proceso de
conformidad con lo dispuesto por la última parte del artículo doscientos sesenticinco del
Código de Procedimientos Penales, debiendo elevarse el mismo, en consulta al Señor
Fiscal Supremo en lo Penal con relación a los funcionarios del Banco Central de Reserva,
Dirección de Aeronáutica del Ministerio de Transportes y Comunicaciones y del Banco de
Crédito del Perú, y asimismo se remitan los Testimonios y Boletines de Condenas de los
sentenciados y se anulen los antecedentes Policiales y Judiciales del Absuelto, de
conformidad con el Decreto Ley veinte mil quinientos setentinueve; archivándose los autos
en forma definitiva, con aviso al Juez de la causa.

Entre líneas, cómplice y enmendado: complicidad; VALEN.-

BACA CABRERA, Presidente y D.D.


EGOAVIL ABAD, Vocal
BARANDIARAND DEMPWOLF, Vocal

COMENTARIO

I.INTRODUCCION.

En octubre, noviembre y diciembre de 1989, la Compañía de Aviación Faucett S.A. (en


adelante Faucett) presentó ante la Dirección General de Transporte Aéreo (DGTA), nueve
solicitudes para la aprobación de documentación comercial, con el objeto de ser autorizada
para adquirir dólares MUC(1).

Faucett obtuvo la autorización para tramitar ante el Banco Central de Reserva del Perú la
compra de US $ 16'809,713 dólares, los que servirían para importar el material aeronáutico
requerido por la empresa.

Años después, se inició un proceso penal contra Alfredo Zanatti y otros, por delito contra el
patrimonio y la fe pública, en el que se consideró a Faucett como tercero civilmente
responsable.

La Primera Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de Lima consideró a Faucett y a


Empresas Aeronaves del Perú como Terceros Civilmente Responsables ordenando el pago
de una reparación civil solidaria con los autores del delito de veintiséis millones de nuevos
soles. La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia declaró "no haber nulidad" de este
aspecto de la sentencia.
El Dr. Sánchez Palacios Paiva consideró, en voto singular, que la reparación civil debía
fijarse equitativamente, en primer lugar, en función del daño efectivamente causado y, en
segundo lugar, que cada uno de los Terceros Civilmente Responsables debía responder
solidariamente con los causantes del daño, pero no por el íntegro de la reparación, sino en
proporción a la suma efectivamente recibida por cada una de las Compañías.

II.EL TERCERO CIVILMENTE RESPONSABLE.

El responsable civil es aquél que está obligado en un proceso penal al resarcimiento del
daño por el hecho del imputado. Esto quiere decir, que el tercero civilmente responsable,
sin haber participado en el hecho delictivo soporta las consecuencias económicas de éste.
Así, expresa Oré Guardia que: "El tercero civil responsable es el sujeto procesal
contingente, distinto del imputado, sobre el cual recae la pretensión de resarcimiento en
forma solidaria con el condenado"(2).

El Código Penal nos remite a la legislación civil, de la que son aplicables las normas de la
responsabilidad extracontractual. Tenemos, entonces, que el artículo 101º del Código Penal
señala que: "La reparación civil se rige, además , por las disposiciones pertinentes del
Código Civil". Así, el juzgador debe tener en cuenta ambos cuerpos legales para aplicarlos
armoniosamente.

La responsabilidad a la que vamos a empezar a referirnos es una responsabilidad indirecta


porque el tercero que responde civilmente no ha cometido el hecho delictivo, sino que
responde económicamente por su dependiente respecto del cual él es su principal, patrono o
empleador. Así tenemos que García Rada señala que: "La responsabilidad es directa
cuando coincide la persona del autor del delito con la responsabilidad civil. Es frecuente
que la misma persona tenga responsabilidad penal y económica, la primera recae
exclusivamente sobre la persona y la segunda sobre el patrimonio. La responsabilidad es
indirecta cuando la reparación civil recae sobre persona ajena al hecho, que no ha tenido
nada que hacer con el delito pero que por especial vinculación -personal en el caso del
padre, tutor o curador y empleador o patrimonial en el caso del propietario del automóvil-
es responsable por las consecuencias económicas del delito"(3).

Ahora bien, según lo establecido por el artículo 92º del Código Penal, el monto de "la
reparación civil se determina conjuntamente con la pena", y la obligación de pagar la
reparación civil debe fijarse tanto para el o los autores del delito como para el tercero
civilmente responsable. Todo ello, sin prescindencia de la fijación de las penas y medidas
de seguridad.

Ciertamente, tanto la responsabilidad penal como la civil tienen una naturaleza jurídica
diferente. Así señalan los Bramont que: "La pena consiste en un padecimiento , la
reparación civil se resuelve en una prestación dirigida a reparar el daño"(4).

III.LEGISLACION APLICABLE AL TERCERO CIVILMENTE

RESPONSABLE.
En lo que respecta al Código Civil, las normas de responsabilidad civil aplicables, así como
los factores atributivos de responsabilidad dependerán de la existencia o no de una
obligación previa entre el autor del daño y la víctima. Así tenemos que, para el caso de un
contrato de transporte en el que en ejecución del contrato se le cause un daño al pasajero, la
indemnización por daños y perjuicios ocasionados, la extensión de la responsabilidad, los
factores atributivos de responsabilidad, etc., se fijarán de acuerdo con las normas de
Inejecución de las Obligaciones del Código Civil (artículos 1314 a 1350 inclusive).

Distinta será la solución si, en cambio, la obligación de reparar el daño se genera sin una
relación obligacional previa entre el autor del daño y la víctima, o cuando existe un tercero
civilmente responsable. En este caso, las normas que se deben aplicar son las de la
Responsabilidad Extracontractual del Código Civil (artículos 1969 a 1988 inclusive).

En cuanto al caso específico del Tercero Civilmente Responsable por una relación de
dependencia con el autor del delito, el artículo del Código Civil aplicable es el 1981. En él,
se establece que: "Aquél que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el daño causado
por este último, si ese daño se realizó en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del
servicio respectivo. El autor directo y el autor indirecto están sujetos a responsabilidad
solidaria". En este mismo orden de ideas, expresa Oré Guardia que: "En el campo del
tercero civilmente responsable en el proceso penal sólo es predicable la responsabilidad
civil por el hecho ajeno, ya que en los casos de responsabilidad directa o por el hecho
propio, la persona no será sólo responsable civil sino que también responderá penalmente,
pues es sujeto activo del delito"(5).

IV. LA RESPONSABILIDAD CIVIL POR EL HECHO DE OTRO.

Los fundamentos remotos de la responsabilidad civil y de la responsabilidad penal son


comunes. Por ello, se dice que "la reparación estaba teñida de venganza por parte de la
víctima y de punición respecto del culpable" (6).

Las responsabilidades por hechos ajenos se remontan "a las costumbres de los pueblos
bárbaros que invadieron Europa a la caída del Imperio Romano. Mazeaud explica que ese
tipo de responsabilidad `armoniza, en efecto, con la organización muy cerrada de los
grupos sociales. Al grupo, clan, tribu, familia, absorviendo la individualidad de sus
miembros, se le considera responsable por entero, al menos de los delitos penales
cometidos por cualquiera de ellos: la obligación de pagar el wergeld es una obligación que
pesa solidariamente sobre la familia'"(7).

Sin embargo, el concepto moderno de la responsabilidad por hecho de otro es totalmente


diferente. De lo que se trata ahora, es de obligar a que determinadas personas utilizen la
autoridad que tienen respecto de otras para evitar que causen daños(8).

A laresponsabilidad civil por el hecho de otro se le ha conocido como responsabilidad


refleja , responsabilidad vicaria , o responsabilidad indirecta porque la obligación de
indemnizar "se transfiere y puede ser demandada por la víctima a quienes, sin ser autores
directos del hecho productor del perjuicio, se hallan vinculados a éstos mediante relaciones
legales"(9).

Se trata, por tanto, de una responsabilidad excepcional porque el principio general es el de


responder por los hechos propios, no por los ajenos. Es, por ello, que la responsabilidad
por el hecho de otro sólo se presenta "en los casos en que la ley autoriza al damnificado a
reclamar a quien, sin haber obrado el acto que causa daño, debe indemnizarlo, en atención a
su particular vinculación con el victimario"(10) .

El fundamento jurídico de la responsabilidad civil por el hecho de otro varía en función de


concebirla como una responsabilidad subjetiva o como una responsabilidad objetiva.

Cuando se la ha conceptualizado como una responsabilidad subjetiva, se ha afirmado su


fundamento en la culpa del responsable que faltó a su deber de "elegir bien" o de "vigilar"
con cuidado. Cabe notar que cuando se adopta esta posición no se le está haciendo
responder al obligado, en verdad, por un hecho ajeno, sino por su propio hecho culposo, ya
sea de culpa al elegir o de culpa al vigilar.

Frente a esta posición, se ha elaborado la teoría de la responsabilidad objetiva que


prescinde totalmente de la existencia o no de culpa en el responsable. Este responde,
simplemente porque la ley así lo señala.

Hemos visto que la regla es que cada cual responda por sus propios hechos, por lo tanto "la
técnica de extender" la responsabilidad a otro es excepcional. Por ello, como expresa
Parellada "de tal carácter se deriva que su interpretación no es extensiva y que la prueba de
sus requisitos recae sobre aquel que pretende valerse de ella"(11).

V . LA RESPONSABILIDAD POR LOS DEPENDIENTES.

La responsabilidad por el hecho de otro puede tener distintos orígenes: Responden los
padres por los actos que realicen sus hijos menores, los tutores por los de sus pupilos, los
curadores por los mayores sujetos a curatela, el dueño del vehículo cuyo chofer causa daños
en el cumplimiento del servicio encargado y, el patrono o principal por los daños cometidos
por el dependiente bajo sus órdenes y en cumplimiento de su función.

1.El Código Civil anterior y el actual

El Código Civil Peruano de 1936 señalaba en su artículo 1144 que: "Todo el que tenga a
otro bajo sus órdenes, responde por el daño que éste irrogue".

Puede observarse que el Código Civil de 1936 adoptó la tesis de la responsabilidad objetiva
del principal respecto de los hechos de su dependiente. Por ello, la doctrina peruana
entendió, como afirma Trazegnies Granda, al comentar el artículo 1144 del mencionado
Código Civil que "el principal responde inexorablemente: `no cabe que el patrón se excuse
alegando que no tuvo culpa en cuanto a la ejecución del acto realizado por su
dependiente(...), la jurisprudencia -aunque con algunas excepciones- entendió ese artículo
en el sentido de que su aplicación no requería tampoco culpa del servidor: todos los daños
causados por un servidor, existiera o no culpa de éste, eran responsabilidad objetiva del
principal"(12).

El Código Civil Peruano de 1984 establece en su artículo 1981 que: "Aquel que tenga a
otro bajo sus órdenes responde por el daño causado por este último, si ese daño se realizó
en el ejercicio del cargo o en cumplimiento del servicio respectivo. El autor directo y el
autor indirecto están sujetos a responsabilidad solidaria".

En este artículo se habla del autor directo y el autor indirecto respecto de las dos personas
vinculadas al daño: el autor material o dependiente y el principal. Este planteamiento es
inadecuado. En realidad, como expresa Trazegnies "si bien el servidor (causante físico del
daño) es un verdadero autor, el patrón o principal no es necesariamente un autor: puede no
ser autor de nada, no ser autor de ningún daño, es meramente un responsable del daño
cometido por su dependiente. Por eso, quizá sea más propio llamarlo `responsable civil'
-como lo hace la doctrina francesa- debido a que es responsable sólo por efecto de una
disposición de la ley civil y no por sus hechos"(13).

2.¿Qué clase de responsabilidad está regulada en el artículo 1981 del Código Civil?

La regla general en materia de responsabilidad civil es que sobre la base del principio del
"naemenem laedere", quien realiza el daño está obligado a indemnizarlo. En el artículo
1981 del Código Civil se regula una excepción a esta regla: la de la responsabilidad del
principal por el hecho de los dependientes.

3.¿La responsabilidad por los dependientes regulada en el artículo 1981 del Código Civil
es una responsabilidad subjetiva u objetiva?

Es decir, ¿el principal responde solamente cuando ha actuado culposamente o responde aún
cuando no haya tenido culpa alguna?.

En este campo específico como en todo el campo genérico de la responsabilidad civil se ha


evolucionado de una responsabilidad subjetiva a una responsabilidad objetiva.

Para la concepción de la responsabilidad subjetiva, el principal responde en razón de la


culpa in vigilando o in eligendo , o de ambas a la vez: "se le achaca una culpa propia
consistente en la omisión en la vigilancia o en la elección del causante del daño"(14).

En este orden de ideas, la responsabilidad subjetiva requiere de la existencia de una culpa


"in eligendo" o de una culpa "in vigilando". La culpa "in eligendo" supone la
responsabilidad del empleador por no haber elegido con cuidado a sus subordinados que
han ocasionado daños con su actuar negligente o imprudente. La culpa "in vigilando", en
cambio, supone la obligación del empleador que no ha vigilado suficientemente los actos de
sus subordinados.

Como señala Lambert, este criterio de la responsabilidad por culpa ha evolucionado por el
de una responsabilidad objetiva. Así, expresa que: "En el siglo XIX, el eje de la
responsabilidad civil era su `sujeto ', el responsable: la institución estaba encerrada dentro
de los estrechos límites de una `responsabilidad subjetiva ' por la exigencia de una culpa
(faute) debidamente probada , impregnada de imputabilidad. A fines de siglo, el fallo
Teffaine de 1896, inició una evolución considerable: el sujeto responsable es desplazado
por el objeto de la responsabilidad: la reparación de los daños causados a la víctima; esta
responsabilidad objetiva no ha dejado de extender su imperio y la objetivación de la
responsabilidad civil es hoy una constante en todos los países industrializados"(15) .

En verdad, el hecho de concebir a la responsabilidad del principal por el hecho del


dependiente como una responsabilidad por culpa torna a esta responsabilidad, como señala
Trazegnies Granda, en irrelevante ya que "aún cuando se aplique la inversión de la carga de
la prueba, la liberación del principal sería muy sencilla demostrando que no ha mediado
falta de cuidado en la elección del servidor ni en la vigilancia de su trabajo"(16).

La responsabilidad por el hecho de otro es una responsabilidad objetiva fundada en la


autoridad. Así sostiene Lambert que "la responsabilidad de los principales por el hecho de
sus dependientes es una responsabilidad causal que no reposa en la culpa: en efecto, el
principal no puede exonerarse estableciendo que no ha cometido culpa: son el honor y el
riesgo de la autoridad que garantizan la responsabilidad por los actos de aquellos por
quienes debe responder"(17).

Como puede apreciarse la responsabilidad objetiva también se ha extendido a este campo.


Por ello, compartimos la opinión de Parellada, en el sentido que: "Hoy es mucho más
comprensible que -aún con prescindencia de toda idea de culpa- el patrono responda por el
hecho de sus auxiliares o dependientes, diluyendo la carga de los daños que se concentraron
fatalmente en el patrimonio o en las afecciones legítimas de la víctima sobre una
organización de la comunidad, a través del seguro, o simplemente, sobre el conjunto de
consumidores, por medio del recurso económico de la transferencia a los costos"(18).

Creemos que el Código Civil peruano de 1984 consagra en su artículo 1981 la


responsabilidad objetiva del principal, de tal modo que éste responderá por el hecho de su
dependiente siendo irrelevante su actuación culposa o dolosa. Más bien, este hecho lo
excluiría de este artículo y determinaría su responsabilidad por hecho propio a la luz de las
normas generales de la responsabilidad extracontractual.

La tesis de la responsabilidad objetiva consagrada en el artículo 1981 del actual Código


Civil se confirma, en palabras de Trazegnies Granda "por la relación del mencionado
artículo, si se le compara con la del artículo 1969. En este último, expresamente se limita la
responsabilidad a los daños cometidos con dolo o culpa; en cambio, el artículo 1981
prescribe que el que tiene a otro bajo sus órdenes responde por los daños que éste cause, sin
hacer mención alguna al dolo o a la culpa"(19).

VI.PRESUPUESTOS PARA QUE OPERE LA RESPONSABILIDAD DEL TERCERO.

Cabe preguntarse en primer lugar, si una persona jurídica puede ser comprendida o no
como principal. Y la respuesta no puede ser otra que la afirmativa. El principal puede ser
tanto una persona individual como una persona jurídica. No influye para nada en la
calificación de "principal" el tipo de actividad a la que se dedique la persona, ni el hecho
que la actividad sea permanente u ocasional. Como señala Kemelmajer: "No hay razón
para distinguir entre personas físicas y jurídicas. Sobre todas pesa el deber de no dañar a
otro, se tenga o no vínculos contractuales con el dañado"(20).

Por tanto, cuando se trata de actos de los dependientes subordinados a las directivas de los
órganos de la persona jurídica no existe inconveniente para aplicar el artículo 1981 del C.C.
que contiene la responsabilidad indirecta del principal por aquellos que están bajo sus
órdenes.

Ahora bien, el problema se presenta cuando son los propios órganos de la persona jurídica
los que han efectuado el daño. ¿Responde indirectamente la persona jurídica por los hechos
de los directores o administradores? Y en este caso la respuesta también es afirmativa. En
efecto, como explica Caseaux: "Si es posible que las personas jurídicas respondan por
daños y perjuicios tiene que serlo, necesariamente, por el hecho ajeno, o sea, por el de las
personas físicas que concurren a la realización de los fines de la entidad; porque ésta no
puede, partiendo de su incapacidad de hecho y de la distinción entre la persona jurídica y
sus miembros, resolver ni ejecutar por sí misma acto alguno"(21).

Sin embargo, es preciso aclarar que el principal no responde siempre por los hechos de sus
dependientes. Sólo lo hará cuando concurran los requisitos previstos en el artículo 1981 del
Código Civil que analizaremos a continuación.

1.La dependencia o encargo

El dependiente o encargado puede ser un empleado de elevada jerarquía o no. Como


expresan los Mazeaud, no importa "que el encargado tenga un rango social superior al
principal y tampoco se requiere que la dependencia sea económica. Los tratadistas están de
acuerdo en que la calificación de dependiente o encargado no exige como condición
indispensable que se pague a éste una retribución"(22). Basta, entonces que la persona se
encuentre bajo las órdenes de otra.

La relación de dependencia se caracteriza "por la facultad que tiene el principal de dar


órdenes y de dirigir al subordinado en la gestión, trabajo, función u ocupación que le ha
sido encomendada"(23).

Adicionalmente, puede originarse en una situación de facto, en un pacto, en una convención


o en un contrato. Por ello, Josserand la ha calificado de "relación jurídica genérica" debido
a su amplitud y bastedad(24).

En verdad, como expresa Parellada, la dependencia a los efectos civiles no puede ser
confundida con la dependencia laboral. "La dependencia civil es un género con respecto a
la laboral. De modo tal, que siempre que existe dependencia laboral, se configura la civil,
pero no es necesario que se configure la laboral para que exista responsabilidad del
principal por el hecho del dependiente"(25).

La noción de dependencia civil es, por tanto, una noción flexible, como la califica el doctor
Mosset Iturraspe, "que se limita a la posibilidad fáctica o jurídica de dar órdenes o
instrucciones acerca del desempeño de la tarea encomendada en el interés del
principal"(26). No es necesaria ni la vigilancia efectiva, ni la onerosidad, ni el carácter
permanente. En cambio, cuando se le encarga el trabajo a alguien que debe actuar
independientemente y causa un daño, la responsabilidad es por acto propio(27).

2.El daño

Para el surgimiento de la responsabilidad civil por el hecho de otro es necesaria la


existencia de un daño, que en este caso debe haberlo sufrido un tercero y no el propio
dependiente.

El interés afectado puede ser tanto de orden material como extrapatrimonial. Además, debe
tratarse de un daño cierto, real y efectivo, no puramente eventual o hipotético.

3.El hecho imputable al dependiente

Para que se configure la responsabilidad del principal se exige el daño realizado por el
dependiente en el ejercicio de la función que le ha sido encomendada, porque de no existir
este hecho desaparecería el fundamento de la responsabilidad del principal que no estaría
obligado a reparar daño alguno(28).

¿El Código Civil de 1984 exige culpa en el dependiente o el principal responde aún por el
daño que el dependiente ocasione sin su culpa?.

Creemos conjuntamente con Trazegnies Granda que: "el acto del dependiente debe ser de
tal naturaleza que se encuentre incurso en el régimen general de la responsabilidad
extracontractual: no hay obligación del principal de indemnizar si previamente no existe un
daño indemnizable (...). De esta manera, en principio, el daño debe haber sido cometido
por dolo o culpa del servidor, de conformidad con lo dispuesto en el régimen general de
responsabilidad establecido en el artículo 1969 (...). Si el daño fue causado por el servidor
mediante cosa o actividad riesgosa, es indemnizable objetivamente; aplicando el principio
vicario responde también el principal, aunque no haya mediado culpa del servidor"(29).

4. La relación causal entre la conducta del dependiente y el daño sufrido por el tercero

Esta relación causal entre la conducta del dependiente y el daño que debe haber sufrido el
tercero viene dada claramente en el artículo 1981 del Código Civil cuando se dice que:
"Aquel que tenga a otro bajo sus órdenes responde por el daño causado por este último...".

La relación causal es indispensable y ella puede presentarse cuando se acredita el dolo o la


culpa con la que actuó el dependiente cuando estamos frente a un caso de responsabilidad
por culpa, y también puede existir tratándose de responsabilidad por riesgo. Así explica
Parellada que: "La exigencia de que el daño haya sido ocasionado por el dependiente no
excluye la responsabilidad por riesgo, pues ella no es una responsabilidad en la que se
prescinda de la conducta del sujeto, sino que la imputación a ese título determina un
fraccionamiento particular de la realidad para formular el juicio de atribución de la
responsabilidad"(30).
5. Vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente

Doctrinaria y legislativamente se han elaborado los siguientes supuestos, algunos de los


cuales pueden generar la responsabilidad civil indirecta del principal, sobre la base de la
vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente.

A) Fuera del ejercicio de la función

La doctrina es pacífica al entender que la responsabilidad del principal no puede quedar


comprometida nunca por un hecho ilícito del dependiente que carezca de toda vinculación
con el ejercicio del cargo o el cumplimiento del servicio respectivo, aunque se haya
realizado en el lugar y/o durante el tiempo de realización de las tareas encargadas.

También es importante aclarar que la autoridad que ejerce el principal sobre el dependiente
no es continua y que, por lo tanto, el principal sólo puede responder por los hechos del
dependiente producidos cuando la dependencia es ejercida. Así señala Lambert que, "la
autoridad de un principal con respecto a sus dependientes es discontinua: ella no se ejerce
sino en el marco de las funciones para las cuales éstos son empleados. Fuera de ello, el
dependiente recobra su total autonomía, su plena libertad y, por ello, toda su
responsabilidad personal; la jurisprudencia sobre el abuso de función da testimonio de ello:
como no ejerce su autoridad sobre el dependiente, el principal es exonerado de toda
responsabilidad por los daños causados a otro por el dependiente"(31).

Así tenemos que, por los delitos cometidos por los dependientes fuera del trabajo, y aún por
los realizados en "itinere" el principal no debe responder. Al respecto señalaba Rey de
Castro que "son casos que no cumplen los requisitos exigidos, y que por lo mismo no
arrastran la responsabilidad del principal, los actos ilícitos cometidos por el encargado fuera
de las horas de trabajo y lejos del local donde trabajaba, siempre que no se originen en
órdenes recibidas; o bien, los actos que les estaban estrictamente prohibidos por ley o por el
estatuto mismo del contrato de trabajo"(32).

Una situación analizada por García Rada que encuadra perfectamente como "fuera del
ejercicio de la función", a pesar de realizarse el delito durante el tiempo de ejecución de la
función encargada, es la siguiente:

"El chofer conduciendo el carro de su principal y para cumplir con un encargo, se detiene
en una esquina y tiene un cambio de palabras con otro chofer o con un peatón. Se baja
apresuradamente y lo golpea duramente, ocasionándole lesiones graves. El chofer se
encontraba en servicio de su principal e iba a cumplir un encargo suyo, pero el acto de
violencia no formaba parte de la comisión a realizar, es acto personal no derivado del
cumplimiento de la función. Al chofer le corresponde la responsabilidad penal y la
económica. Los actos violentos no integran su oficio de chofer y los comete al margen de
su ocupación, por lo cual su principal no tiene la condición de Tercero Civil"(33).

En nuestro ordenamiento jurídico, no se configura, por tanto, la responsabilidad por el


hecho de otro cuando el dependiente realiza un delito fuera del ejercicio de su función.
B) El ejercicio propio de la función

Se presenta cuando "el acto ilícito se produce actuando el agente dentro de la esfera real de
su incumbencia o función"(34).

La doctrina es pacífica al considerar que en este caso responde necesariamente el principal


por el hecho de su dependiente.

Así expresa García Rada que: "Como regla general puede afirmarse que todo accidente
causado por el automóvil manejado por el chofer y realizando éste actos en provecho de su
principal, el principal responde por los daños que cause, puesto que el auto es conducido
por la persona a quien él había encargado y realizaba actos en su servicio. Es el clásico
Tercero Civilmente Responsable(35). En este mismo sentido ha resuelto nuestra
jurisprudencia(36).

C) Abuso de la función

La mala ejecución de las función y el ejercicio aparente de la función son englobadas por la
doctrina en el denominador comúnde "abuso de la función".

La mala ejecución de la función se presenta cuando "el dependiente cumple el encargo o


comisión recibida, pero con menosprecio, olvido o violación, culposa o dolosa, de las
instrucciones o lineamientos a los que debía ajustar su cometido al realizar su función."(37)

El ejercicio aparente de las funciones se presenta "cuando el agente comete el hecho ilícito
actuando de manera manifiesta u ostensible dentro de la esfera de la incumbencia o función
que le atañe, o con los elementos propios de tal función; aunque tal situación no constituya
más que una mera apariencia, que no coincide con la realidad oculta, sea por haberse
contrariado expresas órdenes, u obrado en la emergencia sin instrucciones específicas sobre
el respecto, o aún valiéndose el subordinado de la función para su disfrute o provecho
particular".(38)

Nuestra doctrina no ha considerado la hipótesis del ejercicio abusivo de la función como


una situación de vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente. Así reflexiona
García Rada(39) sobre un caso que encuadra en esta situación: "El chofer utiliza el carro
que se le entrega para conducir cosas robadas. Son actos ilícitos cometidos fuera del
desempeño de su labor aunque para su comisión utilice el vehículo que se le ha confiado.
El dueño del automóvil no es Tercero Civil porque los hechos cometidos por su empleado
no están comprendidos dentro de su función".

D)Hipótesis de con "ocasión" de la función

Como acertadamente señala Trigo Represas: "Dentro de la `ocasión' únicamente podrían


quedar comprendidos aquellos actos ajenos o extraños a la función, pero que solamente
pudieron ser llevados a cabo por el dependiente en su condición de tal y por no mediar esas
funciones; o sea, los que no habrían podido realizarse de ninguna manera de no haber
existido la función"(40).

Nuestra legislación, doctrina y jurisprudencia, han rechazado sistemáticamente la hipótesis


de "con ocasión de la función" como presupuesto de la responsabilidad civil por el hecho
del otro.

El Código Civil peruano de 1936 señalaba en su artículo 1144 que: "Todo el que tenga a
otro bajo sus órdenes, responde por el daño que éste irrogue" sin diferenciar si ese daño se
había cometido en ejercicio de la propia función, en ejercicio abusivo o simplemente con
ocasión de la función. Por lo tanto, el Código Civil anterior admitía tanto una
interpretación extensiva como una restrictiva de la necesaria vinculación entre las tareas y
el hecho del dependiente.

Esto dio lugar a que doctrinariamente entendiera León Barandiarán que su aplicación debía
ser restrictiva limitándose solamente al caso en que el daño se cometiera en el ejercicio
propio de la función: Así señala el mencionado autor que, "la necesidad de la taxativa se
impone por motivo de fácil constatación. Tanto más es necesario afirmarla, cuanto que a
veces la jurisprudencia y la doctrina francesa, interpretando liberalmente el artículo 1384,
han admitido responsabilidades sin cautela sobre el particular. Escribe Bibiloni: `Y así
como en los contratos el hecho del obrero es hecho del patrón, así, en los actos ilícitos es,
otra vez, hecho de su principal. Pero, por eso mismo, porque es hecho ejecutado por un
encargo, porque es nacida la responsabilidad de esa circunstancia y no de otra, es que el
hecho realizado ha de ser hecho de la función. No hecho con ocasión de la función: hecho
de ella, de su ejercicio, de la traducción en hecho del encargo. No es ejecución de la
deferencia del que, atenta, cortésmente, pone su coche a la disposición de la niña para
conducirla al Colegio, el atentado que comete el cochero; no es función derivada del
encargo, la de reñir a puñaladas en el taller; no es función la de tomar el fusil del patrón y
dispararlo sobre una persona. La conciencia moral se subleva ante semejante alteración de
la relación de empleado y principal. No hay conexión alguna entre el antecedente y la
consecuencia. Se da a un patrón un reloj para que lo arregle. Lo hace torpemente el obrero
a quien se entrega, y lo estropea. Ese hecho es de la función. Se apodera de él: le fue
entregado en ejercicio de la función: el patrón responde. Toma el revólver y mata al dueño
del reloj, ¿hay alguien que dude de que el asesinato nada tiene que ver con el encargo de
limpiar un reloj?'"(41).

La jurisprudencia del Código anterior también se ubicó en esta posición. Trazegnies


Granda relata el siguiente caso que configura uno de "con ocasión de la función" que fue
desestimado por la Corte Suprema: "La firma Organizaciones Miraflores S.A. tiene un
grifo en el que vende gasolina y realiza otros servicios automovilísticos. El grifero
nocturno, a espaldas del propietario y contra sus instrucciones, recibe automóviles para
guardar durante la noche y para lavar en la mañana siguiente. Una noche, a las tres y media
de la madrugada, coge uno de los automóviles que ha aceptado guardar y lo conduce por la
ciudad. Es así como tiene un accidente automovilístico, causando daños que son pagados a
la víctima por El Pacífico Compañía de Seguros y Reaseguros. Es por ello que este
asegurador demanda el reembolso a la firma que era empleadora de tal grifero. La Corte
Suprema, en Ejecutoria de 16 de Setiembre de 1975, declara que no hay responsabilidad del
empleador porque, en tales actos, el grifero no estaba bajo las órdenes de su patrón"(42).

Ahora bien, este planteamiento doctrinario y la posibilidad de jurisprudencialmente optar


por una aplicación extensiva o una restrictiva de la norma era posible a la luz del Código
Civil anterior que dejaba a la discrecionalidad del juzgador el señalamiento de este
requisito, teniendo en cuenta que nuestra jurisprudencia aplicando el Código Civil de 1936
-tal como se ha señalado en el fallo anteriormente citado- negó la posibilidad que la
"ocasión de la función" pudiera constituirse en presupuesto de la responsabilidad por el
hecho de otro.

El Código Civil actual, en cambio, tiene un planteamiento que en relación al tema no


admite discusión. En efecto, se señala claramente en el artículo 1981, que sólo responde el
principal por el daño que cause su dependiente, "si ese daño se realizó en el ejercicio del
cargo o en cumplimiento del servicio".

Esta norma, repite textualmente el artículo 11º de la propuesta del Dr.José León
Barandiarán efectuada ante la Comisión Revisora en marzo de 1984. Como ya sabemos,
León Barandiarán era partidario de la limitación de la responsabilidad al ejercicio propio de
la función, por lo que en nuestro ordenamiento jurídico no constituyen presupuestos de
responsabilidad del principal ni los "hechos abusivos del dependiente" ni los que realice
"con ocasión de su función". Más aún, si se tiene en cuenta, como ya hemos señalado
anteriormente, que la técnica de extender la responsabilidad a otro es excepcional, por lo
que la interpretación de las normas legales que regulan la responsabilidad civil por el hecho
de otro debe ser restrictiva y nunca extensiva.

VII.¿PODIA FAUCETT SER CONSIDERADA COMO UN TERCERO CIVILMENTE


RESPONSABLE?

Para que Faucett fuera considerada como un tercero civilmente responsable era necesario
que concurriesen todos los requisitos o presupuestos contemplados por el artículo 1981 del
Código Civil.

Como sabemos, la responsabilidad civil por el hecho de otro presupone la existencia de un


principal o patrono, que va a ser considerado tercero en relación al daño que cause su
dependiente a alguien.

Sobre la base de la aplicación del supuesto lógico que "no se puede distinguir donde la ley
no distingue", debemos afirmar que, no existe inconveniente alguno para que una persona
jurídica, al igual que una persona natural pueda ser comprendida como principal porque
sobre todas las personas, sin exclusión de ninguna clase, pesa el deber de responder
consagrado en el artículo 1981 del Código Civil.

Hemos visto que son cinco los presupuestos o requisitos que se necesitan para que opere la
responsabilidad civil del tercero:

1) La dependencia o encargo
2) El daño

3) El hecho imputable al dependiente

4) La relación causal entre la conducta del dependiente y el daño sufrido por el tercero.

5) La vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente.

Respecto de la relación de dependencia ésta se presenta entre Zanatti y Faucett. Hemos


visto que las personas jurídicas responden por los hechos de las personas naturales que
concurren a la realización de los fines de la entidad. Entre ellos, por los hechos de los
directores o administradores.

De acuerdo con la Ley General de Sociedades, el Gerente General ejerce, en principio, la


representación general de la empresa y puede ser considerado como su administrador. El
Sr. Zanatti era el Gerente General de Faucett y la relación de dependencia civil quedó
debidamente configurada. Recordemos que la dependencia laboral es una especie que
integra el género de la dependencia civil.

El daño debe ser cierto y se presenta como el menoscabo a la satisfacción o al goce de


aquellos bienes jurídicos sobre los cuales la víctima posee una facultad de actuar.

En este caso, el daño se configura al no utilizarse los dólares MUC solicitados para la
adquisición de determinados bienes para un sector del Comercio (aviación comercial), cuyo
desarrollo le interesaba impulsar al Estado.

Si bien es cierto que los dólares MUC fueron adquiridos, su adquisición se produjo a un
precio muy bajo con una notable diferencia con el valor del dólar en el mercado libre. El
daño económico se configura, por tanto, con la diferencia de precio del dólar en el Mercado
libre y el valor del dólar MUC de esa época.

El hecho imputable al dependiente es otro requisito necesario. Debe acreditarse la


comisión del delito del dependiente para que el principal responda, ya que si el delito no le
fuera imputable directamente al dependiente, no podría en ningún caso responder
indirectamente la empresa.

En este caso, quedó acreditada la comisión del delito por Zanatti por lo que, en principio,
Faucett hubiera tenido que responder como Tercero.

La relación causal entre la conducta del dependiente y el daño sufrido por el tercero se
presenta en el hecho de haber solicitado y obtenido la autorización para la adquisición de
dólares MUC otorgada por el Estado para la compra en el exterior de determinados bienes y
en el hecho de no haber utilizado los dólares obtenidos para adquirir los bienes
mencionados en las solicitudes, habiéndose beneficiado el dependiente indebidamente con
un dólar adquirido a precio más bajo (subsidiado) que el de su valor en el mercado libre de
esa época.
En cuanto a la vinculación entre las tareas y el hecho del dependiente hemos afirmado que
nuestro ordenamiento jurídico sólo admite como hipótesis de vinculación entre las tareas y
el hecho del dependiente: la del ejercicio propio de la función, sin que el ejercicio abusivo
de la función pueda configurar presupuesto de responsabilidad del principal por el hecho de
su dependiente. Y menos aún, el caso en que el daño se produzca con ocasión de la
función.

En la jurisprudencia que es materia del presente análisis, la actuación de Zanatti se


configura como una de "con ocasión de la función" de Gerente General y no de ejercicio de
la función por lo que Faucett no debió ser considerada como Tercero Civilmente
Responsable.

En efecto, el delito fue cometido por Zanatti, Gerente General de Faucett con el apoyo de
empresas proveedoras vinculadas a él, en alguna de las cuales Jaime Bedoya, asesor
personal de Zanatti y ajeno laboralmente a Faucett figuraba como Presidente y Director.
Este es el caso de la International Airlines Holding de Panamá. Esto fue corroborado con
las declaraciones de Fernández Corvetto quien señaló que "por orden expresa de la
Gerencia General de Faucett, cualquier tramitación ante el BCR, tenía que efectuarse
exclusivamente por Bedoya".

A su turno, todos los trámites fueron efectuados por la Gerencia General en la persona de
Zanatti con la asistencia legal y personal de Bedoya Garreta. Esto se desprende de las
declaraciones del Gerente de Finanzas de Faucett.

Adicionalmente, debe mencionarse que los pagos por las piezas de aeronaves
supuestamente adquiridas por Faucett y Aeronaves debían efectuarse mediante giros a favor
de estas empresas. Sin embargo, los giros fueron entregados a Albino Condori, empleado
de Bedoya Garreta porque las empresas proveedoras (Taiko Corporation, International
Airlines Holding y Quiet Nacelle) mediante comunicaciones al Banco de Crédito
dispusieron que el pago se haga de esa manera.

Del mismo modo, las empresas proveedoras (International Airlines Holding, Taiko
Corporation y Miami Field) solicitaron al Banco de Crédito que las transferencias de dinero
se realizaran a diferentes cuentas del Atlantic Security Bank, cuyos titulares eran empresas
totalmente ajenas a la transacción, y en una de las cuales, incluso, figura Zanatti como
Presidente.

No se efectuaron importaciones para Faucett, por lo que el delito no se cometió en ejercicio


de la función encomendada , sino que Zanatti cometió el delito con ocasión de su función ,
ya que el mismo no lo hubiera podido efectuar de no haber sido Gerente General de la
firma.

Su función de Gerente General,le permitió utilizar facturas de mercaderías ya ingresadas al


país para fraguar "nuevas importaciones" que nunca se realizaron.
Esto quedó acreditado en el proceso. En efecto, la factura Nº 1456/89 emitida por la
Compañía Taiko Corporation, y suscrita por Antonio Fuentes, había sido adulterada, ya que
la importación de los bienes descritos en ella se había llevado a cabo con anterioridad.

Igualmente, la evaluación del contenido de los Partes Mensuales que las aerolíneas tienen el
deber de presentar ante la Dirección General de Transporte Aéreo, demostró que la
importación de las piezas y partes de aeronaves que fueron suficientemente acreditadas, se
efectuaron con anterioridad al beneficio del dólar MUC otorgado por el Gobierno de esa
época. Sobre la base de este hecho, la sentencia de la Primera Sala Penal de la Corte
Superior de Justicia de Lima dedujo que dichas "importaciones nunca se efectuaron
realmente".

VIII. NOTA CONCLUSIVA.

Lamentablemente, la Corte Suprema perdió una magnífica oportunidad de señalar


jurisprudencialmente el sentido que debe dársele al artículo 1981 del Código Civil, respecto
de los presupuestos necesarios para que se configure la responsabilidad del principal por el
hecho del dependiente que está bajo sus órdenes.

La consideración de Faucett como Tercero Civilmente Responsable habiendo Zanatti


cometido el delito "con ocasión de su función" de Gerente General y no en ejercicio de ella,
abre un peligroso camino jurisprudencial respecto de lo que la Corte entienda por daño
realizado "en el ejercicio del cargo" o en "cumplimiento del servicio respectivo". Creemos,
sin duda, que la actual redacción del artículo 1981 admite, respecto de la vinculación entre
las tareas y el hecho del dependiente, sólo una interpretación restrictiva; de tal manera que
el principal solamente está obligado a reparar el daño causado por su dependiente en
"ejercicio de la función" o del encargo, no así el que realice "abusando de la función" o
"con ocasión de la función".

No cabe duda, sin embargo, que el camino futuro en armonía con la moderna tendencia de
poner el acento en la reparación adecuada del daño sufrido por la víctima y no en el
responsable, debe ser la extensión de los supuestos de responsabilidad objetiva. Incluyendo
en una futura reforma legislativa la necesidad de reparar los daños que puedan ocasionar el
dependiente incluso con ocasión de la función. El tránsito hacia esa reforma debe darse,
obviamente, con un sistema legal obligatorio de seguros. Optar por lo contrario,
significaría condenar a la quiebra a muchas empresas, ya que en un sistema de libre
mercado el diluir la carga de los daños transfiriendo los costos sobre los consumidores
acarreará más tarde o más temprano el cierre de la empresa que no podrá competir frente a
sus similares que ofertarán a mejores precios sus bienes o servicios.

A la espera de un cambio legislativo que permita diluir adecuadamente la carga del daño,
depositamos nuestra confianza en un Poder Judicial, que creemos, sabrá rectificar este error
y dar prontamente una adecuada interpretación judicial a la luz de cada caso concreto en
términos de justicia y equidad.

Moneda de pago en la indemnización (A)


"No habiéndose pactado el tipo de moneda del pago de la reparación por responsabilidad
extracontractual, debe ordenarse el pago en moneda nacional".

Casación 294-97

PIURA
Lima, veinticinco de marzo de mil novecientos noventiocho.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA; con los acompañados.- Vista la Causa número doscientos noventicuatro-
noventisiete, en la Audiencia Pública de la fecha; y, producida la votación con arreglo a
Ley, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:


Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Mar y Pesca Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada, mediante escrito de fojas cuatrocientos cincuentidós, contra la
sentencia emitida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura a fojas
cuatrocientos cuarenticinco, su fecha veintidós de noviembre de mil novecientos
noventiséis, que confirmando en un extremo y revocando en el otro la apelada de fojas
trescientos veintisiete, su fecha quince de julio de mil novecientos noventiséis declaró
fundada en parte la demanda; con lo demás que contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:


La casación se fundó en el inciso primero del Artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil, sustentada en la aplicación indebida del Artículo mil doscientos treintisiete
del Código Civil, porque tratándose de un proceso de responsabilidad extracontractual, no
puede fijarse la indemnización en moneda extranjera, porque no existe el pacto que señala
este dispositivo y que la indemnización debe regularse con criterio equitativo e imparcial.

CONSIDERANDO:
Primero.- que, el Recurso de Casación fue concedido a fojas cuatrocientos cincuenticuatro
y fue declarado procedente por resolución de fecha diecinueve de agosto de mil
novecientos noventisiete por la causal invocada;
Segundo.- que, el Artículo mil doscientos treintisiete del Código Civil dispone que pueden
concertarse obligaciones en moneda extranjera no prohibidas por leyes especiales;
Tercero.- que, para que ello sea factible tiene que existir un convenio, porque quien no
acepta el pago en moneda extranjera, debe realizarlo en moneda de curso legal en el país;
Cuarto.- que, los párrafos siguientes del Artículo mil doscientos treintisiete antes citado,
referidos al pago de una deuda en moneda extranjera, están necesariamente vinculados a
que las partes hayan convenido la obligación en moneda extranjera, porque quien debe en
moneda nacional no puede ser obligado a efectuar su cancelación en moneda extranjera,
porque su pacto fue de pagal en moneda nacional;
Quinto.- que, tratándose de la responsabilidad extracontractual, en que se reclama una
indemnización, que debe ser determinada por el Poder Judicial, resulta evidente que la
moneda aplicable es la nacional, porque no existe convenio o pacto para pagar la
indemnización en moneda extranjera;
Sexto.- que resulta así aplicado indebidamente el Artículo mil doscientos treintisiete del
Código Civil, por lo que la indemnización debe fijarse en moneda nacional;
Séptimo.- que, el Recurso de Casación no objeta la responsabilidad de la recurrente en el
accidente, sino que lo que impugna es que la indemnización se fije en moneda nacional y
con criterio equitativo e imparcial, por lo que aplicando los Artículos mil novecientos
sesentinueve y mil novecientos ochenticinco del Código Civil(1) ; de conformidad con el
inciso primero del Artículo trescientos, noventiséis del Código Procesal Civil, la Sala Civil
Transitoria de la Corte Suprema, de conformidad con el dictamen del Fiscal Supremo falla
declarando FUNDADO en parte el Recurso de Casación interpuesto por Mar y Pesca
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada a fojas cuatrocientos cincuentidós; en
consecuencia CASARON la sentencia expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Piura de fojas cuatrocientos cuarenticinco, su fecha veintidós de
noviembre de mil novecientos noventiséis; y actuando en sede de instancia
CONFIRMARON la sentencia de primera instancia de fojas trescientos veintisiete, su fecha
quince de julio de mil novecientos noventiséis, en la parte que declaró fundada en parte la
demanda de fojas cincuentitrés interpuesta por doña Luisa Sánchez viuda de Chapilliquen
contra don Aurelio Maud Calderón Ludeña, Julio Quispetupa Díaz y Mar y Pesca Empresa
Individual de Responsabilidad Limitada, por Responsabilidad Extracontractual y que los
emplazados deben cancelar en forma solidaria a la actora el pago de una indemnización; y
la REVOCARON en la parte que fija el monto indemnizatorio en veinticinco mil dólares
americanos o su equivalente en moneda nacional, con deducción del monto señalado como
reparación civil en el proceso penal, sin intereses legales y REFORMANDOLA fijaron la
indemnización en la suma de sesenticinco mil nuevos soles, con deducción del monto de la
reparación civil fijada en el proceso penal, con los intereses legales correspondientes, con
costas y costos, ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por doña Luisa Sánchez viuda de Chapilliquen con don Aurelio
Maud Calderón Ludeña y otros; sobre Indemnización por Responsabilidad
Extracontractual; y los devolvieron.

SS URRELLO A.; ALMENARA B.; RONCALLA V.; VASQUEZ C.; ECHEVARRIA A.

Dictamen Nº 013-98-FSC-MP
Señor Presidente:

Viene para Opinión Fiscal, el Recurso de Casación interpuesto a fojas 452-453, por MAR
Y PESCA Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, contra la Sentencia de Vista
de fojas 445-446, dictada el 22 de noviembre de 1996 por la Segunda Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Piura, que CONFIRMA la Sentencia apelada de fojas 327 a 333
expedida el 16 de julio de 1996, por el Juzgado Mixto de Paita, que declara FUNDADA en
parte la demanda de fojas 53 a 57, interpuesta por doña LUISA SANCHEZ VIUDA DE
CHAPILLIQUEN, contra la Empresa Pesquera MAR Y PESCA E.I.R.L. y otros, sobre
Indemnización, así como la Resolución número nueve obrante a fojas 153-154, que impone
MULTA de seis Unidades de Referencia Procesal a la empresa MAR Y PESCA y en
consecuencia se ordena que los emplazados cancelen en forma solidaria a la actora, la suma
de VEINTICINCO MIL DOLARES AMERICANOS o su equivalente en moneda nacional
al momento del pago, suma que incluye el monto fijado de diez mil nuevos soles por
concepto de reparación civil en el proceso penal correspondiente y la REVOCARON en el
extremo que desestima el pago de intereses legales, la que REFORMANDOLA declararon
FUNDADO el pago de intereses.
La recurrente sustenta el Recurso de Casación en la causal establecida en el inciso l) del
Artículo 386º del Código Procesal Civil, esto es, la aplicación indebida del Artículo 1237º
del Código Civil, ya que sostiene al tratarse de un proceso de responsabilidad
extracontractual, no puede fijarse la indemnización en moneda extranjera, al no existir el
pacto que señala dicho dispositivo y que la indemnización debe regularse con criterio
equitativo e imparcial.
Conforme establece el Artículo 1985º del Código Civil, la indemnización debe comprender
tanto el lucro cesante, como el daño a la persona y el daño moral, debiendo regularse en
moneda nacional, pero no en moneda extranjera; en acatamiento del Artículo 83º de la
Constitución Política vigente y porque proviniendo de responsabilidad extracontractual, no
existe el pacto a que se refiere el Artículo 1237º del Código Civil.
En efecto, en este caso se trata de una acción de responsabilidad extracontractual
contemplada en el Artículo 1969º del Código Sustantivo, en la que no procede señalar el
monto indemnizatorio en moneda distinta a la del curso legal en nuestro país, siendo así, de
conformidad con el Artículo 396º del Código Procesal Civil, resulta FUNDADO el Recurso
de Casación interpuesto a fojas 452-453 al haberse aplicado indebidamente el Artículo
1237º del Código Civil, y en aplicación del inciso 1) del Artículo 396º del Código Procesal
Civil, propongo que la Sala de su Presidencia, actuando como órgano de resolución, señale
como monto indemnizatorio, la suma de SESENTICINCO MIL NUEVOS SOLES (S/
65,000.00) que deberán pagar en forma solidaria los emplazados a favor de la actora; suma
que incluye a la fijada por concepto de reparación civil en el Expediente Penal acompañado
Nº 045-95.

Lima, 15 de enero de 1998


BLANCA NELIDA COLAN MAGUIÑO
Fiscal Suprema en lo Civil

Monto indemnizatorio: tipo de moneda (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 1 de Diálogo con la Jurisprudencia

En el presente caso se resuelve sobre el tipo de moneda en que debe establecerse el monto
indemnizatorio por daños y perjuicios, advirtiéndose que dicho monto debe señalarse en la
moneda de curso legal de nuestro país y no en moneda extranjera, que sólo está autorizada
en los casos de obligaciones contractuales, en las que media acuerdo de las partes, de
conformidad con el artículo 1237 del Código Civil.

Expediente 580-94

LIMA

Lima, quince de agosto de mil novecientos noventicuatro.


VISTOS; por los fundamentos pertinentes, de conformidad en parte con lo dictaminado por
Señor Fiscal, y CONSIDERANDO: que dada la naturaleza de la causa, no puede señalarse
el monto de la indemnización proveniente de una responsabilidad extracontractual en
dólares americanos, sino en la moneda de curso legal de nuestro país, estableciéndose ésta
en forma prudencial: declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas ciento
treintinueve, su fecha catorce de julio de mil novecientos noventitres, en cuanto revocando
la apelada de fojas ciento catorce su fecha cinco de noviembre de mil novecientos
noventidos, señala por concepto de indemnización la suma quince mil dólares americanos;
reformando la primera y revocando la segunda en este extremo; FIJARON en quince mil
nuevos soles dicho monto; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene;
en los seguidos por Segundo Yarlaque Mori con el Supremo Gobierno y otros sobre
indemnización; y los devolvieron.-

EXPEDIENTE Nº 580-94

SALA CIVIL

DICTAMEN Nº 307-94-MP-FN-FSC

Señor Presidente:

Es materia del recurso de nulidad concedido vía recurso de queja, la resolución de vista de
fs. 139 que confirma la sentencia apelada de fs. 114 a 115 que declara fundada la demanda
de fs. 3, variada a fs. 19, que fija una suma por toda indemnización que deberá abonar la
Policía Nacional y de Sanidad, más intereses legales al demandante don Segundo Yarlaqué
Mori; la revocaron en el extremo que señala la suma de un mil nuevos soles como
indemnización el que reformándolo señalaron el pago de quince mil dólares americanos
como indemnización, con costas; en los seguidos por don Segundo Yarlaqué Mori, con el
director General de la Sanidad de las Fuerzas Policiales, sobre indemnización por daños y
perjuicios.

Al interponer a fs. 141 el demandante su recurso de nulidad, sólo refirió no estar conforme
con la sentencia de vista, sin precisar los fundamentos de su disconformidad,
posteriormente a partir de fs. 148, el Procurador Público a cargo de los asuntos de la Policía
Nacional y Sanidad de la misma, que viene actuando, ha solicitado la nulidad de dicha
sentencia por haberse señalado, la suma a pagar en dólares y no en moneda nacional, tal
como ha sido demandado.

Tal manifestación importa un reconocimiento a lo resuelto en el fondo del asunto, en


cuanto a la responsabilidad extracontractual, por el hecho dañoso, producido por los
médicos que intervinieron quirúrgicamente al demandante, los cuales en efecto según el
informe pericial de fs. 103 vta., no tuvieron necesidad de ocasionar un acortamiento del
fémur y de la tibia del demandante consecuentemente teniendo éstos la condición de
dependientes del demandado es de aplicación al caso lo dispuesto por el art. 1981 del C.C.
(1) que establece la responsabilidad objetiva.
Que con relación a la suma mandada pagar, es de advertir, que en efecto el demandante ha
solicitado como importe de la indemnización reclamada, una determinada cantidad en
moneda nacional, la cual no puede ser variada a moneda extranjera en este caso dólar, no
sólo porque la Unidad del Sistema monetario del Perú es el nuevo sol, sino autorizada en
las obligaciones contractuales, cuando media acuerdo de partes (art. 1237 del C.C.)(2),
situación a la cual no se asimila el caso de autos.

Por tanto, esta Fiscalía es de opinión que HAY NULIDAD en la recurrida, en la parte que
señala en dólares el monto de la indemnización, la que reformándose propongo que ésta sea
establecida en treintidos mil ochocientos cincuenta nuevos soles, NO HABIENDO
NULIDAD en lo demás que contiene.

Lima, 13 de Julio de 1994

Objeto de la responsabilidad extracontractual

La responsabilidad extracontractual conlleva a probar tanto la existencia de daños y


perjuicios alegados como la relación de causalidad entre el acto del demandado y el
resultado dañoso producido.
El monto de la indemnización debe regularse prudencialmente de acuerdo a la naturaleza y
gravedad de los daños y circunstancias en que se produjeron.

Expediente 3588-97

Sala Nº 3

Lima, veintitrés de marzo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como ponente la señorita Lucas Solís; y


CONSIDERANDO:Primero.- Para que proceda la demanda por responsabilidad
extracontractual es necesario probar tanto la existencia de los daños y perjuicios alegados
como la relación de causalidad entre el acto del demandado y el resultado dañoso
producido; Segundo.- Que, el demandante imputa a los demandados haberle ocasionado
daños a su propiedad ubicada en la Av. Bolognesi 747 Barranco al haberse posesionado del
área de la "Punta de Dilatación" donde llenaron desmonte, lo que rompió el equilibrio de
las construcciones de la propiedad al extremo de causar rajaduras en la pared y techo del
inmueble, y que asimismo ocasionaron la rotura de cañería de propiedad de los demandados
que originó aniego lo que desmoronó los cimientos de la pared del demandante; Tercero.-
Que estando al presupuesto cuya copia obra a fojas ocho, los daños se produjeron en mil
novecientos noventitrés; Cuarto.- Que, asimismo de la carta de fojas cincuentiocho, de
fecha trece de mayo de mil novecientos noventitrés, se acredita que el demandado
Policarpio Fuentes Delgado sufrió el derrumbe de la pared de adobe ubicada en la parte del
fondo del inmueble, como consecuencia de un movimiento sísmico; Quinto.- Que, estando
a la fecha en que se produjo el daño debe considerarse el mérito de la instrumental de fojas
diecisiete referida al Informe Municipal Nº 074-93, emitido el nueve de junio de mil
novecientos noventitrés, el cual no ha sido tachado, de donde aparece la constatación de
fisuras en la pared y techo de la demandante originados por el desmonte que existe entre
ambas paredes, así como el reforzamiento efectuado por la demandada en su pared de
adobe que colinda con la propiedad de la demandante clavando refuerzos de madera
incrementando el progreso de las fisuras; Sexto.- Que igualmente se constata la humedad
existente en la pared de adobe del primer piso a causa de la ascensión del agua capilar lo
que hace vulnerable al empuje del desmonte poniendo en peligro a los moradores de ambas
viviendas; Sétimo.- Que del punto precedente se colige que la existencia de desmonte entre
ambas paredes, así como los refuerzos de madera realizados por el demandado
incrementaron las fisuras ya existentes, encontrándose acreditado el daño ocasionado a la
parte de la demandante, el que debe indemnizarse, debiendo regularse el monto
indemnizatorio prudencialmente de acuerdo a la naturaleza y gravedad de los daños y
circunstancias en que se produjeron; y estando a lo dispuesto por el artículo 1985 del
Código Civil CONFIRMARON la sentencia de fojas doscientos treintisiete de fecha treinta
de setiembre de mil novecientos noventisiete en cuanto declara fundada en parte la
demanda; la REVOCARON en el extremo que fija en dos mil nuevos soles el monto de los
daños materiales y en tres mil nuevos soles la indemnización concedida;
REFORMANDOLA fijaron por concepto de toda indemnización la suma de dos mil nuevos
soles y la CONFIRMARON en lo demás que contiene; en los seguidos por Zoila Vega
Marchena con Policarpio Fuentes Delgado y otra sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. FERREYROS PAREDES / RAMOS LORENZO / LUCAS SOLIS

Pago de intereses: Procedencia

Aunque la sentencia ejecutoriada no condenó al pago de intereses legales sobre el monto


indemnizatorio, así como tampoco fueron éstos demandados, procede ordenar dicho pago
invocando los artículos 1985 y 1324 del Código Civil. No procede la capitalización de
intereses u otros reajustes si no hay acuerdo de partes.

Expediente Nº 2709-94

Primera Sala - Año 94

Lima, seis de Octubre de mil novecientos noventicuatro.

AUTOS y VISTOS; atendiendo: a que no obstante que la sentencia ejecutoriada no


condenó a la demandada al pago de intereses legales del monto indemnizatorio, ni éstos
fueron demandados, el Juez por resolución de fojas once ordenó ese pago en aplicación de
los artículos mil trescientos veinticuatro y mil ochocientos noventicinco del Código Civil,
relativos a la responsabilidad contractual y responsabilidad extracontractual
respectivamente, habiendo sido aplicados analógicamente, debiendo liquidarse esos
intereses desde la producción del daño hasta cuando fuera abonado ese monto
indemnizatorio; a que la capitalización de intereses ó el pago de intereses u otros reajustes,
no rigen en este caso, ni se ha ordenado esa forma de cálculo, la que sólo es factible
efectuarlo cuando hay acuerdo de partes conforme al artículo mil doscientos cincuenta del
mismo Código, situación que no ha ocurrido; a que no obstante el perito designado por el
Juez y el designado por la Sala, han hecho el cálculo en la forma recusada: ORDENARON
que el perito designado efectúe nueva liquidación sujetándose estrictamente a los
considerandos de esta resolución.

SS. CASTILLO / FERREYROS / CANELO.

Prescripción: ineficacia de acto jurídico

Debe ampararse la excepción de prescripción si ha transcurrido más de dos años entre la


fecha del acto jurídico cuya ineficacia se solicita y la notificación de la demanda.
La inscripción registral es de carácter facultativo. No se computa el término de prescripción
a partir de la inscripción de la compraventa porque dicho acto consta en documento de
fecha cierta.

Expediente N-79-97

Lima, primero de julio mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente la doctora Barrera Utano; por sus propios
fundamentos; y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, la excepción de prescripción se
fundamenta en que entre la fecha del acto jurídico cuya ineficacia se solicita y la
notificación de la demanda ha transcurrido más de dos años, siendo de aplicación lo
dispuesto en el inciso cuarto del artículo 2001 del Código Civil; Segundo.- Que, desde que
se celebró la compraventa el veinticinco de marzo de mil novecientos noventiuno hasta que
se notificara la demanda incoada en forma personal con fecha trece de mayo de mil
novecientos noventitrés, ha operado la prescripción que establece el dispositivo acotado;
Tercero.- Que, estando a que la inscripción registral en nuestro sistema es de carácter
facultativo, no se computa el término de prescripción a partir de la inscripción de la
compraventa, desde que además dicho acto jurídico consta en documento de fecha cierta;
CONFIRMARON la sentencia apelada su fecha dos de setiembre de mil novecientos
noventiséis, que declara prescrita la acción incoada de fojas uno a fojas seis, y sin objeto
pronunciarse sobre el fondo de la cuestión controvertida, e improcedente la reconvención
deducida a fojas diecisiete; sin costas; en los seguidos por Purina Perú Sociedad Anónima
con Mario Cárdenas Pasco y otros, sobre Ineficacia; y los devolvieron.

Presupuestos de la indemnización: falsedad de la imputación o ausencia de motivo


razonable. Ejercicio regular de un derecho

Para que exista obligación de indemnizar en caso de denuncia calumniosa, el numeral 1982
del C.C., exige que el autor de la denuncia haya procedido a sabiendas de la falsedad de la
imputación o de la ausencia de motivo razonable para atribuirle a otro la comisión de un
hecho punible.
El ejercicio regular de un derecho, no produce responsabilidad.

Expediente 12-98

Sala Nº 3

Lima, siete de mayo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS: con los acompañados; interviniendo como ponente el señor Ramos Lorenzo; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que de lo actuado y de las copias certificadas presentadas
ante esta Sala por la demandada se comprueba que la denuncia por usurpación que formuló
dicha demandada contra el demandante y contra Aurelio Armas Ladeo ante el Ministerio
Público fue acogida y formalizada por la Fiscalía respectiva después de la necesaria
evaluación de la prueba entonces aportada; Segundo.- Que a su vez el Juzgado
correspondiente luego del examen necesario emitió el correspondiente auto apertorio de
instrucción por considerar que concurrían las exigencias del artículo setentisiete del Código
Procesal Penal; Tercero.- Que inclusive el Tribunal Superior mediante resolución de
dieciséis de setiembre de mil novecientos noventidós ordenó la ministración de posesión a
favor de dicha denunciante, aun cuando mediante otro auto superior de siete de marzo de
mil novecientos noventisiete se confirmó la resolución que dejó sin efecto dicha
ministración de posesión en virtud de haberse declarado el sobreseimiento de la causa a
favor de los procesados; Cuarto.- Que en tal virtud es forzoso concluir que la demandada ha
actuado en el ejercicio regular de un derecho, lo que no produce responsabilidad según el
artículo mil novecientos setentiuno inciso primero del Código Civil; Quinto.- Que, a mayor
abundamiento, para que exista obligación de indemnizar en caso de denuncia calumniosa el
numeral mil novecientos ochentidós de la misma codificación sustantiva exige que el autor
de la denuncia haya procedido a sabiendas de la falsedad de la imputación o de la ausencia
de motivo razonable para atribuirle a otro la comisión de un hecho punible; Sexto.- Que de
otro lado resulta equitativo exonerar de costas y costos al demandante por no advertirse que
haya litigado de mala fe: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas cuatrocientos uno,
su fecha treinta de setiembre último, en cuanto declara improcedente la reconvención
planteada por la demanda; la revocaron en la parte que declara improcedente la demanda;
reformándola en este extremo declararon infundada dicha demanda; sin costas ni costos; en
los seguidos por don Luis Alejandro Armas Rosales con doña Lidia Andrea Mora Monzón
sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. FERREYROS PAREDES / VALCARCEL SALDAÑA / RAMOS LORENZO

Responsabilidad civil del notario: cuando por error da fe de la identidad de un


compareciente (A) (*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 14 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si un notario da fe de la identidad de alguno de los comparecientes inducido a error por la


actuación maliciosa de los mismos o de otras personas, no incurrirá en responsabilidad y
-por tanto- no cabe exigirle una indemnización.
Expediente 1242-97

CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA

Demandante : No se menciona.
Demandado : Ricardo Ortiz de Zevallos y otros.
Asunto: Nulidad de escritura pública.
Fecha : 3 de setiembre de 1997.

VISTOS; interponiendo como vocal ponente el señor Martel Chang; por sus fundamentos
pertinentes y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la pretensión de la nulidad de Escritura
Pública ha quedado plenamente confirmada con el silencio total de los codemandados Rosa
Mercedes Velázquez Alfaro y Daniel Gonzales Tantaleán, quienes tampoco han impugnado
la sentencia; Segundo.- Que por la misma razón, la pretensión indemnizatoria respecto a los
citados codemandados también debe ser confirmada; Tercero.- Que sin embargo, la
pretensión indemnizatoria en cuanto se refiere al notario codemandado Ricardo Ortiz de
Zevallos debe ser desestimada, debido a que en autos no se ha acreditado que dicho
emplazado en el ejercicio de sus funciones haya permitido en forma deliberada la
intervención de persona distinta al demandante en la Escritura objeto de nulidad; es más,
para suscribir un documento como el cuestionado en autos se requiere la presentación del
documento de identidad, en base al cual se suscribe el instrumento y si ello es así, no se
puede atribuir responsabilidad alguna al Notario por la falsificación de firma de uno de los
intervinientes(1) ; Cuarto.- Que, el artículo cincuenticinco del Decreto Ley veintiséis mil
dos, Ley del Notariado, establece que el notario dará fe de conocer a los comparecientes o
de habérseles identificado, y que si el notario diere fe de identidad de alguno de los
comparecientes, inducido a error por la actuación maliciosa de los mismos o de otras
personas, no incurrirá en responsabilidad(2) ; Por tales razones: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas doscientos cuarentidós a doscientos cuarenticinco, su fecha
veintiocho de agosto de mil novecientos noventiséis, en el extremo que declara la Nulidad
de la Escritura Pública de Compraventa de fecha veintidós de setiembre de mil novecientos
noventitrés, otorgada por don Óscar Scudere Ortiz a favor de doña Rosa Mercedes
Velázquez Alfaro por ante el Notario Público Doctor Ricardo Ortiz de Zevallos, así como
Nula la Inscripción de dicha Escritura Pública en el Asiento dos, fojas ciento ochentiuno,
Tomo novecientos noventidós del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima; la
REVOCARON en el extremo que el demandado Ricardo Ortiz de Zevallos abone
solidariamente al demandante por concepto de indemnización la suma de tres mil dólares
americanos; REFORMÁNDOLA DECLARARON Infundada la pretensión indemnizatoria
en cuanto al citado codemandado; la CONFIRMARON en lo demás que contiene; Hágase
saber y devuélvase.

S.S. MANSILLA NOVELLA; LAMA MORE; MARTEL CHANG

Responsabilidad civil: suspensión de la prescripción (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 9 de Diálogo con la Jurisprudencia


Producido un hecho dañoso de carácter delictivo, la víctima puede optar por exigir la
correspondiente indemnización alternativamente en la vía civil o en la vía penal, en este
último caso constituyéndose en parte civil. Por ello, el plazo de prescripción no se suspende
o interrumpe por el hecho que se abra instrucción contra el agente del delito, ni por el hecho
que la víctima haya sido menor de edad cuando ocurrió el acto delictual, pues pudo acceder
a la administración de justicia a través de sus representantes legales.

Casación 1405-96

AYACUCHO

Lima, veintiuno de noviembre de mil novecientos noventisiete.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en audiencia pública el


veinte de noviembre del año en curso, emite la siguiente sentencia; con los acompañados:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Hernán Avendaño Cuadros contra la
sentencia de fojas doscientos treintisiete, su fecha seis de agosto de mil novecientos
noventiséis, que revocando la apelada de fojas doscientos siete, su fecha ocho de mayo del
mismo año, declara IMPROCEDENTE la demanda interpuesta a fojas cinco por don
Hernán Avendaño Cuadros, en los seguidos con doña Georgina Patricia Vargas sobre
indemnización de daños y perjuicios.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución de fecha seis de febrero de mil novecientos noventisiete ha


estimado procedente el recurso por las causales de interpretación errónea del Artículo dos
mil uno inciso cuatro del Código Civil(1) por considerar que el cómputo prescriptorio debe
hacerse desde que se dicta el cúmplase lo ejecutoriado en el proceso penal y la inaplicación
del inciso ocho del Artículo mil novecientos noventicuatro(2) del mismo Código por haber
tenido la imposibilidad de recurrir ante tribunal peruano por ser menor de edad.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que la acción civil por responsabilidad extracontractual es independiente de la


acción penal contra el agente del delito a través de la cual el estado persigue sancionar una
conducta antisocial.

Segundo.- Que producido el evento dañoso la víctima puede optar por reclamar,
alternativamente, tanto en la vía penal constituyéndose en parte civil, cuanto en la vía civil
la indemnización que le pudiera corresponder, conforme a los Artículos cincuenticuatro del
Código Procesal Penal(3) y mil novecientos sesentinueve del Código Civil(4).
Tercero.- Que en consecuencia el término prescriptorio no se suspende o interrumpe por el
hecho de que se abra instrucción contra el agente del delito.

Cuarto.- Que en el caso de menores de edad sólo se suspende la prescripción cuando éstos
no estén bajo la guarda de sus representantes legales, conforme al inciso uno del Artículo
mil novecientos noventicuatro del Código Civil,(5) disposición que debe ser concordada
con el inciso seis del Artículo cuatrocientos veintitrés del mismo Código(6).

4. SENTENCIA:

Estando a las conclusiones a las que se arriba se declara INFUNDADO el Recurso de


Casación interpuesto por don Hernán Avendaño Cuadros, en consecuencia, NO CASAR la
sentencia de fojas doscientos treintisiete, su fecha seis de agosto de mil novecientos
noventiséis; CONDENARON al recurrente al pago de la multa de una Unidad de
Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación
del recurso, DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. IBERICO; RONCALLA; CASTILLO;


MARULL; BELTRAN

Responsabilidad civil médica (C)(*)

FERNANDEZ CRUZ, GASTON

(*) Esta jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 1 de Diálogo con la Jurisprudencia

Tomando como base las consideraciones que la Corte Suprema ha tenido para resolver en el
presente caso de responsabilidad civil médica, el autor nos propone interpretaciones
restrictivas del artículo 1762 del Código Civil y plantea críticas al articulado de este cuerpo
normativo en lo relacionado a la responsabilidad contractual. El análisis pone de relieve los
alcances jurídicos de la responsabilidad médica y las dificultades materiales para probarla.

Expediente 132-87-LIMA

RESOLUCION

Lima, veintidos de febrero de mil novecientos ochentiocho.-

VISTOS; por sus fundamentos; declararon NO HABER NULIDAD en la resolución de


vista de fojas ciento cincuentiuno, su fecha diecisiete de octubre de mil novecientos
ochentiseis, que confirmando en un extremo y revocando en otro la apelada de fojas ciento
veintiocho, fechada el veinticuatro de marzo del mismo año, declara fundada la demanda y
ordena el pago de la suma de veinte mil Intis por concepto de daños y perjuicios, con lo
demás que contiene; condenaron en las costas del recurso a la parte que lo interpuso; en los
seguidos por don Eduardo Oswaldo Heredia Bonilla con Nueva Clínica Villarán Sociedad
Anónima y otro, sobre indemnización; y los devolvieron.-

Señores:

Se publicó conforme a ley

BERNARDO DEL AGUILA PAZ


Secretario General de la Corte Suprema de Justicia de la República.

Expediente 694-86

RESOLUCION

CUARTA SALA DE LA CORTESUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA

Lima, diecisiete de octubre de mil novecientos ochentiseis.-

VISTOS; Interviniendo como Vocal ponente el señor Ezquerra Cáceres; por sus
fundamentos pertinentes; y, CONSIDERANDO además: que aparece de autos, una pericia
en la aplicación de la anestesia raquídea que ocasionó parálisis en la persona del actor,
perfectamente reconocido por el demandado doctor Guido Diaz Vargas en el documento de
fojas doce; que pese a que el documento de fojas doce, obligó al referido anestesista a
cubrir los gastos de rehabilitación, en autos no aparece prueba alguna que haya cubierto
esos gastos y por el contrario, este demandado y su co-demandada la nueva Clínica Villarán
Sociedad Anónima, se despreocuparon por la salud del paciente, con muestras objetivas de
indiferencia e inhumanidad y constituir una violación de los deberes médicos configurados
en el incumplimiento de los medios y diligencias adecuados en la asistencia del paciente
que fue objeto de una defectuosa intervención, causante de daños culposamente
ocasionados; que la responsabilidad de los demandados es de naturaleza contractual, en
cuanto al alcance de la reparación pecuniaria por el daño moral y económico sufrido por el
actor y especialmente por la invalidez provocada con imposibilidad para movilizar
voluntariamente muslos y piernas (historia clínica de fojas cuarentiocho); que el médico
anestesista debe responder por las consecuencias del acto profesional en el cual la impericia
está por encima del "riesgo quirúrgico" que no ha sido demostrado y por el contrario
aparece un insólito proceder que se trasluce en la culpa médica; que la clínica demandada,
en su responsabilidad solidaria se extiende a los hechos realizados por sus colaboradores,
sean médicos o personal auxiliar, por el principio de la responsabilidad indirecta aplicada
en materia contractual, propia de clínicas, hospitales o centros asistenciales, como así alega
en su escrito de fojas ciento diecisiete; que la prueba pericial ordenada a fojas catorce, no se
ha actuado, empero, es suficiente apreciar la Historia Clínica del paciente, la testimonial de
fojas diecinueve, para ver en conjunto los daños físicos y morales causados al demandante;
que el monto de la reparación debe fijarse con equidad y justicia, sobre la base de los datos
que aparecen de la Historia Clínica, la edad, trabajo, estado civil entre otros; que cuando la
demanda expresa que el monto de la indemnización "es de menor de quince millones de
soles (quince mil intis)", debe interpretarse que está demandando por una suma no menor
de la mencionada cantidad: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento
veintiocho, su fecha veinticuatro de marzo del año en curso, en la parte que declara fundada
la demanda interpuesta a fojas dos-cinco, por don Eduardo Oswaldo Heredia Bonilla en sus
extremos a), b) y c) y ordena que los demandados deben abonar solidariamente al
demandante la suma de NOVECIENTOS NOVENTIOCHO INTIS, valor de la silla de
ruedas y además deben pagar también, por concepto de daños y perjuicios materia de los
puntos a) y c) en forma solidaria, una suma de dinero; la REVOCARON en cuanto al
monto señalado, el que FIJARON en VEINTE MIL INTIS, por concepto de daños y
perjuicios; con costas; y los devolvieron.-

Señores:

SILVA VALLEJO; ESQUERRA CACERES; VASQUEZ CORTEZ

Se publicó conforme a ley

LILIANA HAYAKAWA RIOJAS, Secretaria

COMENTARIO

La despreocupación por la salud del paciente, con muestras objetivas de indiferencia e


inhumanidad, constituyen una violación de los deberes médicos configurados en el
incumplimiento de los medios y diligencia adecuados en la asistencia del paciente que fue
objeto de una defectuosa intervención quirúrgica, causante de daños culposamente
ocasionados que configuran la responsabilidad de los demandados de naturaleza
contractual.

De esta manera, el médico anestesista debe responder por las consecuencias del acto
profesional en el cual la impericia está por encima del "riesgo quirúrgico" que no ha sido
demostrado y, por el contrario, aparece un insólito proceder que se trasluce en la culpa
médica, debiendo también responder la clínica demandada en mérito a su responsabilidad
solidaria que se extiende a los hechos realizados por sus colaboradores, sean médicos o
personal auxiliar, por el principio de la responsabilidad indirecta aplicada en materia
contractual.

1. La resolución bajo comentario, se origina en una demanda interpuesta ante el Décimo


Sexto Juzgado Civil de Lima, con fecha 05 de marzo de 1984, por don Eduardo Oswaldo
Heredia Bonilla, quien en la vía ordinaria emplazaba a la Nueva Clínica Villarán S.A. y al
médico anestesista, doctor Guido Díaz Vargas, para que éstos cumplan con: a) asumir el
íntegro de los gastos que irrogue el tratamiento, atención médica y rehabilitación total del
demandante en la Clínica Maison de Santé, lugar donde se encontraba internado el
emplazante como consecuencia de la intervención practicada en la Nueva Clínica Villarán
S.A. por el médico anestesista y co-demandado, doctor Guido Díaz Vargas, el día 15 de
octubre de 1983; b) restituir la suma de S/. 998,000.00 (Novecientos Noventiocho Mil con
00/100 Soles Oro) que representa el precio total de la silla de ruedas que se vió obligado a
adquirir el demandante para facilitar su rehabilitación y movilidad durante la invalidez
derivada de la intervención mencionada en el acápite a) precedente; y, c) pagar una suma
"de menor" de S/. 15'000,000.00 (Quince Millones con 00/100 Soles Oro), por concepto de
daño moral, perjuicio físico y lucro cesante, sobrevenidos por el daño cuya reparación
solicita.

2.- El damnificado demandante, era una persona adulta, cercana a su jubilación como
empleado de un Banco, quien en la etapa anterior a su intervención quirúrgica se había
sometido en la propia Clínica demandada a los análisis y radiografías de rigor en la
evaluación del denominado "riesgo quirúrgico", de donde se había recomendado el uso de
"anestesia epidural" con monitor en la operación, en razón del antecedente de dos conatos
de infarto del paciente.

Al parecer, durante la intervención quirúrgica -la cual se desarrolló normalmente pues se


trataba de una operación a un pie del paciente- al inyectarle la anestesia a éste, se habría
infiltrado el espacio subdural y no el epidural, afectándose gravemente la médula,
produciendo paraplejia.

3.- La resolución de la Corte Suprema de la República -como parece ser una infeliz
costumbre aún vigente- no contiene fundamentos propios en los que base su condena contra
los demandados, lo que en la actualidad, suponiendo la expedición de una resolución
semejante, significaría una violación grosera de la obligación contenida en el artículo 138º,
inciso 5) de la Constitución Política del Estado de 1993, máxime aún si se tiene en cuenta
que existe también la obligatoriedad de publicar las Ejecutorias Supremas expedidas por la
Corte Suprema de la República, con arreglo a lo dispuesto por el artículo 22º de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, cuando se trata de fijar principios jurisprudenciales que han de
ser de obligatorio cumplimiento en todas las instancias judiciales.

Como resulta evidente, el texto en sí de la Ejecutoria Suprema no recoge argumento alguno


que permita discernir sobre las razones de su fallo, apoyándose enteramente en los
fundamentos de la resolución de vista, respecto de la cual no existe obligatoriedad de
publicación, lo que nos ha obligado a transcribir también, dentro del cuerpo de esta
jurisprudencia comentada, el texto íntegro de la resolución de vista pues ella contiene los
"considerandos" (a los cuales ni siquiera alude con dicho nombre la Ejecutoria Suprema) de
la resolución de la Corte Suprema.

4.- La única referencia de "remisión" prevista en la Ejecutoria Suprema se encuentra al


inicio de la misma cuando señala "Vistos; por sus fundamentos; declararon No Haber
Nulidad en la resolución de vista...", de lo cual inferimos que los fundamentos de la
resolución de vista han sido "recogidos" por la resolución de la Corte Suprema. Así, aquélla
parece indubitablemente estar ubicada en los argumentos tradicionalmente aceptados en
torno a que la responsabilidad civil médica tiene como fundamento la "culpa médica",
desde que la obligación del médico cirujano y, del médico en general, es una comúnmente
llamada, en la definición atribuída a DEMOGUE ("Traité des Obligations", V, n. 1237,
págs 538 y sgtes), "obligación de medios". Repárese como en uno de los fundamentos de la
resolución de vista se afirma que "... se despreocuparon por la salud del paciente, con
muestras objetivas de indiferencia e inhumanidad constituyendo una violación de los
deberes médicos configurados en el incumplimiento de los medios y diligencias adecuados
en la asistencia del paciente ...".
No cabe duda que la clasificación de las obligaciones, en función al tipo de cooperación
debida, en obligaciones de medios y de resultado, ha sido ampliamente difundida por la
doctrina francesa e italiana de mediados del presente siglo, compartida por autores tan
calificados como JOSSERAND, los hermanos MAZEAUD, TUNC, MESSINEO,
CATTANEO, BONASSI BENUCCI, MENGONI, BETTI, así como por la casi totalidad de
la doctrina española (entre los que destacan DIEZ-PICAZO, HERNANDEZ GIL, SANTOS
BRIZ, JORDANO FRAGA y LA CRUZ BERDEJO, entre otros) y argentina, en
Latinoamérica.

BETTI, por ejemplo, diferenciaba la obligación en donde la prestación consistía en el


desarrollo de una conducta, en donde "se trata simplemente de desarrollar una actividad en
interés del acreedor", por lo que dicha actividad produce en sí misma un efecto útil al
acreedor, por ejemplo, el patrocinio de un abogado, no "debiéndose" el resultado de la
actividad, sino únicamente una conducta de cooperación; de la obligación en donde la
prestación consistía en el resultado de un obrar, en donde el objeto de la obligación se
identifica en la realización de un resultado final. Se trata entonces "de poner a disposición
del acreedor el resultado útil de un obrar", por ejemplo, en el contrato de obra: la obligación
no se cumple sino cuando ha sido alcanzado el "opus" (resultado) y puesto a disposición del
acreedor ("Teoría General de las Obligaciones", Tomo I, pág 39). En consecuencia, tal y
como nos lo recuerda BIANCA ("Diritto Civile". Volume 4: L'obbligazione. Pág. 71),
obligaciones de medios serían aquéllas en donde el deudor queda sujeto a desenvolver una
actividad prescindiendo de la consecución de una determinada finalidad; mientras que
obligaciones de resultado serían en cambio aquéllas en donde el deudor queda constreñido
a realizar una determinada finalidad, prescindiendo de una específica actividad
instrumental. Típica obligación de medios es, por ejemplo, aquella del médico, el cual está
obligado a prestar la propia obra pero no a curar al paciente y, en general, la del profesional
(y así lo ha recogido, por ejemplo, la C. 18 de mayo de 1988, n. 3463).

5.- La anterior afirmación de BIANCA es, sin embargo, importante de ser tenida en cuenta,
pues en la aseveración aquélla de que en la denominada obligación de medios, por ejemplo,
el médico está obligado a prestar "la propia obra", existe una crítica abierta a la concepción
francesa que concibió en la distinción de obligaciones de medios y de resultado una
"división fundamental de la obligación en dos opuestas categorías"; concepción, que no
puede ser compartida.

En efecto, BIANCA nos recuerda (Ob. Cit. Vol. Cit. Págs. 73-74) que la contraposición
entre las dos diversas categorías ha sido efectuada con especial trascendencia sobre el plano
de la responsabilidad: En las obligaciones de medios, se aplicaría la regla de la
responsabilidad por culpa (el deudor no es responsable si se ha comportado
diligentemente); mientras que en las obligaciones de resultado se aplicaría en cambio la
regla de la responsabilidad objetiva: la diligencia empleada por el deudor es irrelevante,
porque lo único debido es el resultado.

La tesis antes referida -extendida particularmente en Latinoamérica-, no es, sin embargo,


exacta y ha sido ya ampliamente revisada en la Italia contemporánea. Al respecto, enseña
BIANCA que la distinción ensayada por la doctrina francesa y mantenida aún por la
jurisprudencia de ese país, ha sido creada para explicar una "cierta repartición de la carga
probatoria del incumplimiento y la aplicación de una diversa medida de responsabilidad del
deudor", por lo que es una categoría efectista, pues -ontológicamente hablando- no puede
existir una obligación en la cual no sea debido un resultado (Dell'inadempimento delle
Obbligazioni", págs. 32 y 33), opinión ampliamente compartida por GIORGIANNI (Voz
"Obbligazione". En: Nuovo Digesto Italiano, XI, 598), quien afirma que "... un
`comportamiento' del deudor está siempre `in obligatione" ..., mientras, de otro lado, un
`resultado" ... es siempre necesario, indicando la dirección de la prestación hacia la
satisfacción de un interés del acreedor".

6.- Si nos detenemos un instante en las afirmaciones antes transcritas, estamos seguros, que
repararemos en su aserto. Si la obligación es ante todo un vehículo de cooperación humana,
mediante el cual un sujeto que ha experimentado una necesidad, busca satisfacerla a través
de la cooperación de otro sujeto que tiene aquéllo que aquél no posee (FERNANDEZ
CRUZ, "La Obligación: Apuntes para un Dogmática Jurídica del Concepto". En: Revista
Themis, No. 27-28, pág. 42), resulta claro que un acreedor, para ser tal, siempre espera
"algo" de su deudor. Ese "algo", no es otra cosa que el bien o utilidad que le procura el
deudor por medio de la prestación, por lo que siempre existe un resultado en toda
obligación. Por todo esto, podemos coincidir con MICCIO ("I Diritti di Credito", Volume
primo, pág. 182) en el sentido que el gran problema conceptual de la doctrina y
jurisprudencia francesa en torno a la diferenciación de obligaciones de medios y de
resultado como dos categorías contrapuestas radica en la confusión de lo que debe ser
entendido como conducta de prestación y conducta de protección a la obligación: Una cosa
es la conducta exigida al deudor como MODO DE CUMPLIMIENTO, en donde siempre
deberá finalizar en la consecución del resultado esperado por el acreedor, pues sólo se
cumple el deber (central) del deudor mediante la satisfacción del interés ajeno (del
acreedor); y otra cosa es el esfuerzo exigido al deudor para superar obstáculos al
cumplimiento, que no es sino la conducta de colaboración y de diligencia exigidos al
deudor como deberes accesorios del deber central.

Lo que existe, entonces, no es un diferente tipo de prestación a realizar (de medios o de


resultado), sino, un diverso grado de colaboración exigido por el tipo de objeto o resultado
involucrado en el deber central. Así, en las mal llamadas obligaciones de medios, el grado
de colaboración exigido, gira en torno a la propia conducta del deudor: como el resultado
esperado por el acreedor depende del control que el propio deudor tenga de su conducta, se
le exige un grado de diligencia tal, que vigile el desenvolvimiento de su propia conducta.
Por ejemplo, en la obligación quirúrgica, el resultado debido es la operación exactamente
ejecutada (BIANCA, "Dell'inadempimento ...", ob. cit. Pág. 33), por lo que entonces, lo que
el acreedor espera no es la cura de su enfermedad o defecto, sino que el médico le mejore
sus posibilidades de salvamento, lo que constituye siempre un resultado, distinto al de la
cura de la enfermedad, pero resultado al fin.

Así pues, como mejorarle al acreedor-paciente sus posibilidades de salvamento, depende


exclusivamente de cómo opere el médico cirujano, la diligencia exigida a dicho médico es
que vigile la forma en que opera (el desenvolvimiento de su propia conducta), de manera tal
que, si acaso el paciente muere luego de la operación, no significará ello el incumplimiento
de la obligación del médico-cirujano, sino que - se dice - creará una presunción de
incumplimiento en el sentido que la operación no fue exactamente ejecutada (por cuanto de
haber sido exactamente ejecutada, las posibilidades de salvamento del paciente hubieran
aumentado y, normalmente, no hubiera muerto). Sin embargo, el deudor médico (quien es
además quien tiene el dominio de los medios de prueba) podrá probar que operó
"diligentemente"; esto es, que operó bien, vigilando el desenvolvimiento de su conducta,
brindándole al acreedor-paciente el resultado esperado: mejorar sus posibilidades de
salvación que, a la postre, no fueron suficientes para salvar al paciente, resultado éste que
nunca estuvo en obligación. Por ello, repárese bien que la denominada prueba de la
"ausencia de culpa", no es sino una prueba de diligencia que, en ciertos tipos de
obligaciones (aquéllas en donde el resultado esperado por el acreedor depende de la forma
cómo cumpla el deudor) representa una prueba del cumplimiento de la obligación
(JORDANO FRAGA, "La Responsabilidad Contractual", pág. 111).

En cambio, en las mal llamadas obligaciones de resultado, el grado de diligencia exigido al


deudor es mayor: éste, debe evitar todo obstáculo -inclusive externo o ajeno a su actividad-
que le impida cumplir, salvo que resulte vencido porque dicho obstáculo fue extraordinario,
imprevisible e irresistible.

7.- En palabras conclusivas en lo que a este punto atañe, debe tenerse siempre presente que
en toda obligación existe siempre un resultado, inclusive en las obligaciones médicas, lo
que no debe llevar al equívoco de pensar que en esta clase de obligaciones el resultado
debido sea asegurar la cura del paciente. Lo que debe resaltarse es el hecho que, en lo que
atañe al problema del incumplimiento y de la responsabilidad civil, interesa siempre el
análisis de "la medida de la diligencia como elemento calificante de la imposibilidad"
(MICCIO. Ob. Cit. Pág 182): Hay imposibilidad cuando no se puede obtener el resultado
esperado, imposibilidad que puede deberse a causa imputable o no imputable a las partes.
Si, por ejemplo, en el caso del médico-cirujano, éste no logra probar que "actuó
diligentemente", en realidad lo que opera es una imposibilidad de la prestación (no se
alcanzó el resultado esperado por el acreedor-paciente de mejorar su posibilidad de
salvamento) por causa imputable al deudor y éste responde, no por la "culpa" del médico
como afirma toda la doctrina clásica y a la cual parece afiliarse la resolución bajo
comentario cuando afirma que el paciente "... fue objeto de una defectuosa intervención,
causante de daños culposamente ocasionados ..."; responde, en tanto y por cuanto la
obligación por él asumida no fue cumplida. Esto es que, en palabras de JORDANO
FRAGA (Ob. Cit. Pág. 76) "se responde en tanto la obligación pervive y pervive
insatisfecha; se deja de responder cuando la obligación se extingue por imposibilidad
sobrevenida de la prestación no imputable al deudor". En el caso del médico-cirujano, por
ejemplo, no respondería:

a) Si prueba que operó "diligentemente". En este caso, estaría el deudor médico probando
que cumplió la obligación, pues, en palabras de BRECCIA ("Diligenza e Buona Fede", pág.
97 y sgtes.) "se encuentran obligaciones en las cuales el resultado debido "coincide" con la
ejecución de la prestación ...", y aquí, el deudor-médico habría probado que "ejecutó la
obligación" en los términos convenidos brindándole al acreedor la utilidad deseada.

b) Si prueba que incumplió la obligación por causa a él no imputable, lo que significaría en


este caso aportar la prueba positiva del caso fortuito, fuerza mayor, hecho determinante de
tercero o hecho de la propia víctima. (Por ejemplo, que se produjo un terremoto que
desprendió las luces del quirófano que cayeron, aplastando al paciente). En este caso, la
obligación se extingue.

En el acápite a) precedente, si no probara su actuar diligente, el deudor-médico responde en


razón a que la obligación se transforma en la de indemnizar daños y perjuicios. El
fundamento de la responsabilidad del médico en este caso es la obligación incumplida y no
la culpa.

8.- Sin perjuicio de toda lo anteriormente dicho y, en defensa del razonamiento de los
Magistrados que expidieron la resolución de vista, cuando afirman que en el caso sub-
materia "... aparece un insólito proceder que se trasluce en la culpa médica ...", es necesario
recordar que se encuentran maniatados por un Código Civil manifiesta y excesivamente
subjetivista, principalmente tratándose de la responsabilidad profesional.

En efecto, recordemos aquí que nuestro Código civil, en materia de responsabilidad


contractual, recoge a la culpa como factor atributivo de responsabilidad y consagra,
además, una teoría de dudosa utilidad como es la de la "graduación de la culpa" (arts.
1318º, 1319º y 1320º C.C.), estipulando asimismo en su artículo 1329º, una presunción
general de responsabilidad del deudor por culpa leve: "se presume que la inejecución de la
obligación, o su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, obedece a culpa leve del
deudor".

Sin embargo, es el artículo 1762º del C.C., dentro de las disposiciones generales de la
prestación de servicios, el que regula la prestación de servicios profesionales, entre ellos, la
prestación de servicios médicos, en donde, bajo un claro matiz proteccionista "in extremis"
de los servicios profesionales se indica que "... si la prestación de servicios implica la
solución de asuntos profesionales o de problemas técnicos de especial dificultad, el
prestador de servicios no responde por los daños y perjuicios, sino en caso de dolo o culpa
inexcusable". Concordados ambos artículos citados, nos encontraríamos ante una primera
aproximación al problema de la responsabilidad profesional en general en donde, para los
servicios contractuales profesionales no se aplicaría la presunción de responsabilidad por
culpa leve, sino que, en tal caso, resultaría de aplicación el texto expreso del artículo 1330º
del C.C.: "la prueba del dolo o de la culpa inexcusable corresponde al perjudicado por la
inejecución de la obligación, o por su cumplimiento parcial, tardío o defectuoso". Esto es
que, tratándose de prestaciones profesionales y médicas en particular, corresponde al
acreedor-paciente, víctima de un daño, probar la culpa inexcusable o el dolo del médico,
para acceder a una indemnización.

Este razonamiento no puede ser aceptado bajo ningún punto de vista ni ético, ni legal, pues
implicaría consagrar lo que bien ha llamado VAZQUEZ FERREYRA ("Prueba de la Culpa
Médica". Págs. 103 y sgtes.) "la prueba diabólica": "... una de las primeras dificultades con
las que se encuentra el paciente o sus herederos -en caso de muerte de aquél- es que todo lo
referente a la culpa del médico se relaciona con prácticas y conocimientos científicos a los
que mayormente resulta extraño y no tiene acceso sino por medio de la consulta y
colaboración de otros profesionales, los que generalmente se mostrarán renuentes en
dictaminar en contra de los intereses de un colega ...", mientras que "... otro de los
problemas a los que se enfrentan los reclamantes es que la mayoría de las pruebas están en
manos del profesional y es éste quien las ha confeccionado. Así por ejemplo historias
clínicas, estudios bioquímicos, radiológicos, neurológicos, análisis, etc. ...". ¿Cómo
entonces prueba el paciente, víctima de un daño, la culpa inexcusable o el dolo del médico?

9.- Creemos por eso que, los Tribunales peruanos y, específicamente la Corte Suprema de
la República, debería introducir una interpretación restrictiva del art. 1762º C.C., en donde
no sea válido interpretar la disyunción "o" presente en dicho precepto legal como
separación de supuestos de aplicación de la responsabilidad privilegiada contenida en dicho
artículo. Esto es que, no debiera "leerse" el artículo 1762º del C.C., en el sentido que el
prestador de servicios responde de los daños y perjuicios que causa, sólo en el caso que
medie dolo o culpa inexcusable, cuando:

a.- La prestación de servicios implica la solución de asuntos profesionales; y cuando

b.- La prestación de servicios implica la solución de problemas técnicos de especial


dificultad.

Sino que, por el contrario, debiera interpretarse restrictivamente dicho precepto,


entendiéndose que el prestador de servicios no responde por los daños y perjuicios, sino en
caso de dolo o culpa inexcusable cuando: la prestación de servicios implica la solución de
asuntos profesionales o de problemas técnicos, de especial dificultad.

Esto es que, la limitación de la responsabilidad profesional y especialmente médica, sólo


será posible de invocarse en casos en donde el estado actual del conocimiento científico no
permita afirmar nada cierto en torno a una enfermedad o acto médico, por no existir
experiencia al respecto. En todos los demás casos debiera:

a.- Aceptarse la responsabilidad médica por culpa leve, siendo de aplicación al respecto el
artículo 1320º del C.C. Aún cuando entendamos que el fundamento de toda responsabilidad
se encuentra realmente en la propia obligación incumplida y no en la culpa, recoger a ésta
como factor atributivo de responsabilidad en los servicios médicos puede socialmente
explicarse en la decisión legislativa de incentivar una actividad, como la médica, siempre
proclive a la investigación, experimentación y descubrimiento de avances técnicos. Si, por
ejemplo, afirmáramos una responsabilidad enteramente objetiva del médico, por el
resultado comprometido en la obligación, se correría el riesgo de desincentivar el progreso
de la actividad médica de investigación.

Además, afirmar la responsabilidad general del profesional, incluído el médico, por culpa
leve, sujeto a una presunción legal de culpa "iuris tantum", creemos puede significar
positivamente el hecho de legislar acorde con la finalidad "tuitiva" de la responsabilidad. Es
lo que bien ha llamado ATILIO ANIBAL ALTERINI "la presunción legal de culpa como
regla de "favor victimae" ("Responsabilidad por Daños. Homenaje a Jorge Bustamante
Alsina". Págs. 195 y sgtes.)

b.- Aceptarse la responsabilidad médica objetiva en los casos en donde el avance técnico
científico de la medicina ha logrado dominar una enfermedad o una técnica de curación.
Aquí, sí será posible que el médico-cirujano "garantice" la cura del paciente como
resultado, como excepción. (Por ejemplo, una operación de apendicitis o amigdalitis). Al
respecto, nos indica FRANZONI ("Dei Fatti Illeciti". Págs. 138-139) que "... la casuística
demuestra cómo, en las diversas actividades profesionales, la individualización de un
problema de particular complejidad sigue reglas no siempre homogéneas. Sobre todo en el
ámbito de la profesión médico-quirúrgica se asiste a una elevación del nivel de
responsabilidad del profesional, particularmente a partir del elemento de la impericia, lo
mismo que para el caso de las profesiones técnicas (ingeniería, arquitectura), no en cambio
en la profesión forense. Generalmente, sin embargo, existe una progresiva reducción del
ámbito de operatividad de la culpa grave en el ámbito de la responsabilidad por el ejercicio
de actividades profesionales, debida principalmente a la elevación del grado de pericia
exigido en el desarrollo de la profesión. Se afirma, aunque indirectamente, que han
aumentado los medios de divulgación de los resultados científicos y, más en general, de la
casuística, de modo que es de cargo del profesional el deber de ponerse al día. Esto
significa que el standard valorativo del comportamiento del profesional está en constante
elevación, con la consecuencia que de errores respecto a los cuales en el pasado se podía
responder sólo por dolo o culpa grave, hoy se responde según las reglas comunes. Ello,
prescindiendo de la negada naturaleza de obligaciones de medios reconocida a la actividad
profesional en general ...".

De la misma manera, resultan importantes las afirmaciones que, sobre la posibilidad de


aplicar a los servicios médicos la responsabilidad objetiva por riesgo realiza ZANA
("Responsabilitá Medica e Tutela del Paziente". Pág. 82) quien señala que, "... en particular,
el régimen normativo previsto para las "actividades peligrosas" se puede entender aplicable
en sectores de intervenciones médicas en la cuales el nivel de riesgo para el paciente resulte
-ante un juicio "ex ante" sobre la base de los conocimientos técnicos y de la experiencia
desarrollada sobre la materia- superior a las probabilidades de éxito favorables que
razonablemente puedan asignarse al tipo de tratamiento ...".

10.- La resolución bajo comentario es, sin embargo, trascendente cuando afirma que "... el
médico anestesista debe responder por las consecuencias del acto profesional en el cual la
impericia está por encima del "riesgo quirúrgico" que no ha sido demostrado ...".

Es trascendente, en principio, porque parece recoger el principio de que no es necesaria la


prueba precisa de la culpa del médico para afirmar su responsabilidad, sino que es
suficiente que la misma se deduzca indubitablemente del comportamiento del médico (al
cual parece aludir la resolución de vista cuando recoge expresiones tales como "... se
despreocuparon por la salud del paciente, con muestras objetivas de indiferencia e
inhumanidad ..." o, "... por el contrario, aparece un insólito proceder que se trasluce en la
culpa médica ..."). Este avance doctrinario de la teoría subjetiva es resaltado, por ejemplo,
por VAZQUEZ FERREYRA (Ob. Cit. Pág. 107), quien afirma que "... de esta manera se
busca evitar que el rigor de la carga de la prueba derive en la impunidad civil del
profesional y la consiguiente desprotección de la víctima ...".

Sin embargo, creemos como ZANA (Ob. Cit. Pág. 67) que "... el método de valuación de la
culpa deberá ponerse en sintonía con los criterios informantes de las diversas metodologías
de intervención en el campo médico; así como los contenidos de la diligencia deberán ser
definidos teniendo en cuenta las potenciales propuestas de las modernas tecnologías y de
los riesgos conexos: puesto que la actividad médica, si no está en grado de garantizar al
paciente resultados ciertos, puede, sin embargo, asegurarle un amplio grado de probabilidad
de éxito favorable, o, cuando menos, una serie de precauciones dirigidas a evitar (o, cuando
menos, a reducir dentro de límites aceptables) los daños conexos ...".

11.- En lo que atañe a la presunta responsabilidad solidaria de la Clínica en la cual


trabajaba el médico anestesista, dice la resolución bajo comentario que "... su
responsabilidad solidaria se extiende a los hechos realizados por sus colaboradores, sean
médicos o personal auxiliar, por el principio de la responsabilidad indirecta aplicada en
materia contractual, propia de clínicas, hospitales o centros asistenciales ...".

Incurre, en este aspecto la resolución de vista, en un error de grandes proporciones, toda


vez que, con arreglo a lo dispuesto por el art. 1183º C.C., la solidaridad no se presume y
sólo puede surgir de la ley o del título de la obligación. La responsabilidad indirecta
contenida en el art. 1325º C.C., no instituye responsabilidad solidaria alguna: en este
supuesto, existiría relación contractual entre la clínica (deudora) y el paciente (acreedor),
respondiendo aquélla por los hechos dolosos o culposos de quien se vale para el
cumplimiento de su obligación (médico anestesista).

En el caso sobre el cual se pronunció la resolución bajo comentario, existió una solicitud de
internamiento dirigida por el paciente a la Clínica, obrante a fojas ciento dieciseis, que
sirvió de base al Juez de Primera Instancia para aplicar el art. 1144º del C.C. de 1936
(equivalente al actual art. 1981º C.C.; esto es, responsabilidad extracontractual), por lo que,
en principio, la responsabilidad de la Clínica debió ser contractual, más no así la del médico
anestesista que, por ser un tercero del que se valió la Clínica para cumplir con la obligación
médica a su cargo, debió responder, a título personal, por la vía extracontractual.

Responsabilidad Civil de los Jueces: Determinación

No resulta procedente la acción por responsabilidad civil contra los miembros del ex-
tribunal nacional de servicio civil amparado en la ley 24979. No están comprendidos dentro
de la Ley Orgánica del Poder Judicial los integrantes del ex-tribunal del servicio civil, ya
que se trataba de un órgano contencioso administrativo que tenía por finalidad resolver en
última instancia administrativa las reclamaciones de los funcionarios y servidores de la
Administración Pública, conforme a su propio Reglamento contenido en el Decreto
Supremo número cero quince-ochenticuatro-JUS del veintiocho de Diciembre de mil
novecientos ochenticuatro.

Expediente Nº 1717-92

Primera Sala - Año 94

Lima, doce de octubre de mil novecientos noventicuatro.

VISTOS: Interviniendo como ponente el señor Ferreyros Paredes; y


CONSIDERANDO: que la acción de responsabilidad civil interpuesta a fojas diez por don
Julio Bazán Fuentes y Germán Minan Miranda contra los miembros del ex Tribunal
Nacional de Servicio Civil: Pedro Infantes Mandujano, Fernando Matta Kabether y Elba
Vizcarra Zorrilla se ampara en lo dispuesto por la Ley número veinticuatro mil novecientos
setentinueve, que tiene la finalidad de establecer la responsabilidad civil de los jueces; que
de conformidad con el artículo doscientos treintisiete de la Constitución de mil novecientos
setentinueve y el artículo ciento cuarentitrés de la Constitución vigente que se remiten a la
Ley Orgánica del Poder Judicial, los órganos jurisdiccionales son los determinados en su
artículo veintiséis; de modo que, no estando comprendidos en la mencionada Ley Orgánica
los integrantes del ex-Tribunal del Servicio Civil al que se refiere el artículo Veintiséis del
Decreto Legislativo número doscientos setentiséis, es un órgano contencioso administrativo
que tenía por finalidad resolver en última instancia administrativa las reclamaciones de los
funcionarios y servidores de la Administración Pública, conforme a su Reglamento
contenido en el Decreto Supremo número cero quince-ochenticuatro-JUS del veintiocho de
Diciembre de mil novecientos ochenticuatro; que en consecuencia; DECLARARON
IMPROCEDENTE la presente acción, debiendo archivarse los autos oportunamente.-
Señores: FERREYROS PAREDES / SAEZ PALOMINO / CASTILLO VASQUEZ.

Responsabilidad Civil Extracontractual: Cuantía de la Indemnización

La cuantía de la indemnización debe ser fijada en moneda nacional atendiendo a la


gravedad y magnitud de los hechos causados y al menoscabo producido a la víctima y a su
familia.

Expediente Nº 2001-94

Primera Sala - Año 95

Lima, treintiuno de enero de mil novecientos noventicinco.

VISTOS, interviniendo como ponente el señor Alvarez Guillén; con escrito presentado en
autos; por sus fundamentos y, CONSIDERANDO: además; Que esté probada la propiedad
del vehículo automotor que ocasionó las heridas del actor e igualmente la gravedad de éstas
y las circunstancias en que se produjo el accidente, lo que es suficiente para aplicar el
artículo mil novecientos setenta del Código Civil, que contiene la normatividad respecto a
la responsabilidad extra-contractual objetiva; Que, la cuantía de la indemnización debe ser
fijada teniendo en cuenta la moneda de circulación nacional y la gravedad de los daños
causados, su magnitud y menoscabo producido a la víctima y a su familia;
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas doscientos treintisiete a doscientos
treintiocho, su fecha veinticuatro de agosto de mil novecientos noventicuatro que declara
fundada la demanda de fojas seis y siete y ordena que la Empresa de Transportes Lima
Expres-Sociedad Anónima, y el co-demandado don Lizardo Veramendi Maguiña, paguen
en forma solidaria una suma de dinero por indemnización al recurrente don Antonio
Benjamín Maca Rivera. La REVOCARON en cuanto fija en diez mil dólares americanos la
indemnización, la que señalaron en quince mil nuevos soles, con los intereses que
devenguen desde la ocurrencia del hecho; confirmaron la propia sentencia en lo demás que
contiene; y los devolvieron.-

SS. CASTILLO LA ROSA SANCHEZ / ALVAREZ GUILLEN / FERREYRA


VILDOZOLA.

Responsabilidad Civil Extracontractual: Daños en pared medianera

Si una pared sirve de sustento a los soportes de los techos de ambos inmuebles y no se
puede comprobar que no sea medianera, se considerara como tal.

Expediente Nº 957-92-Ica

Lima, tres de agosto de mil novecientos noventitrés.

VISTOS; y CONSIDERANDO: que en cuanto a la demanda por responsabilidad


extracontractual, ésta no ha sido probada por lo que debe declararse infundada; que con
relación a la procedencia de la indemnización a favor de la demandada, es necesario
esclarecer si la pared que divide ambos predios es o no medianera de los mismos; que si
bien los peritos que intervinieron en la inspección ocular de fojas doscientos diecisiete
señalaron necesitar los planos de los inmuebles para poder determinar si la mencionada
pared era o no medianera, éstos no fueron puestos a disposición para tal esclarecimiento;
que sin embargo indicaron servía de sustento a los soportes de los techos de ambos
inmuebles, encontrándose incrustados en ella, las vigas del inmueble del accionante, lo que
demuestra el servicio común que prestaba a ambas propiedades; que del mencionado
peritaje no se puede concluir que la pared no sea medianera; que las paredes situadas entre
dos predios se presumen comunes mientras no se pruebe lo contrario de acuerdo al artículo
novecientos noventicuatro del Código Civil vigente; que la demandada no ha logrado
probar ser propietaria única de la mencionada pared, por lo que de acuerdo al artículo antes
indicado, debe considerarse que ésta tiene la calidad de medianera; que todo colindante está
impedido de deteriorar la pared medianera de acuerdo al artículo novecientos noventiséis
del Código Civil vigente, sin embargo ha quedado debidamente acreditado en el informe
pericial antes mencionado, que el actor ha causado daños a la pared medianera objeto de la
presente litis debilitándola en forma considerable, por lo que en tal virtud se encontraría en
la obligación de realizar las reparaciones necesarias con la finalidad de restaurar la firmeza
estructural que dañó; que al respecto, al no haber interpuesto la demandada recurso de
nulidad contra la sentencia recurrida que confirmó en este punto lo establecido en la
sentencia apelada en el sentido de amparar la reconvención sólo en cuanto se solicita una
indemnización y no en cuanto al pedido de reponer la pared a su estado anterior, dicho
extremo ha quedado firme, no pudiendo ser materia de pronunciamiento en la presente
instancia; que no obstante lo anteriormente señalado y habiéndose acreditado la
responsabilidad del actor en los daños ocasionados, procede la indemnización por daños y
perjuicios en favor de la demandada: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de
vista de fojas cuatrocientos cuatro, su fecha veintisiete de marzo de mil novecientos
noventidós, en la parte materia del recurso, que confirmando la apelada de fojas trescientos
noventidós, su fecha treinta de enero del mismo año, declara INFUNDADA la demanda
interpuesta a fojas tres, y FUNDADA en parte la mutua reconvención deducida por la
demandada en el primer otrosí del escrito de fojas veinte, en consecuencia, ORDENA que
el demandante pague la suma de un mil quinientos nuevos soles por concepto de daños y
perjuicios; con costas; CONDENARON en las del recurso y multa de ley a la parte que lo
interpuso; en los seguidos por Julio Quintanillo Palomino Quispe con Teresa Soller
Cutimanco sobre responsabilidad extracontractual; y los devolvieron.

SS. URRELLO.- MENDOZA.- ALMENARA.-LANDA.- RONCALLA.-

Se publicó conforme a ley.

DAVID A. TOSO ARCAYA, Secretario.


Corte Suprema de Justicia de la República.

Responsabilidad Civil Extracontractual: Determinación de la Indemnización

En la responsabilidad extracontractual debe indemnizarse el daño emergente y el lucro


cesante, teniendo en cuenta la entidad del daño sufrido por el perjudicado y las
posibilidades del obligado.

Expediente Nº 450-93-Lima

Lima, veintiocho de octubre de mil novecientos noventitrés.

VISTOS; conociendo este Supremo Tribunal del presente proceso al haber declarado
fundada la queja de derecho interpuesta por la parte demandante, según certificación de
fojas doscientos catorce; y CONSIDERANDO: que consentida la recurrida por el
demandado, tiene para él el carácter de firme, y, por tanto, no puede ser discutida en este
grado aquellos extremos que la perjudican, como son: la reconvención deducida en el otrosí
de su escrito de fojas quince para el pago de veinticinco mil dólares americanos en
concepto de indemnización de daños y perjuicios y sin objeto pronunciarse sobre la
observación formulada a la pericia de fojas ciento setentisiete; que con el comprobante de
fojas trece, reconocido a fojas veinticuatro, las conclusiones del atestado policial de fojas
veinticinco, se acredita que el demandante el día seis de enero de mil novecientos
noventiuno, a horas diez de la noche aproximadamente, como en todas las noches desde
hace más de un año, dejó estacionado el vehículo Toyota Corona de Placa de Rodaje
número HG cinco mil doscientos cuarentiséis, color rojo, en la Playa de estacionamiento
Cuzco, ubicada en el jirón del mismo nombre número ochocientos sesenta; que al
constituirse al día siguiente, a horas seis de la mañana, a dicha playa para recoger su
vehículo para ponerse a trabajar, se dio con la ingrata sorpresa de que había desaparecido
del lugar donde lo dejó la noche anterior, por lo que de inmediato reclamó al cuidante y
luego formuló denuncia ante la Policía por el delito de robo; que el demandado al contestar
la demanda con su escrito de fojas quince, reconoce que la Playa de Estacionamiento de su
propiedad está administrada por doña Doris Palomino de Apaza, quien trabaja con dos
guardianes de lunes a sábado, siendo el día domingo de descanso de dichos guardianes; que
a esa situación obedece que el joven José Carlos Apaza Palomino; hijo de Doris Palomino
Apaza, se hace cargo de la caseta de entrada y salida de la playa; que el nombrado José
Carlos Apaza Palomino es la misma persona que entregó al actor el comprobante de fojas
trece; que el mérito de las pruebas glosadas no resultan desvirtuadas con las
manifestaciones de José Mamerto Ttito Apaza y Juan Cárdenas Sulco de fojas treinticuatro
y treintiséis, quienes al contestar la quinta y noventa pregunta, respectivamente, afirman, el
primero no haber presenciado si el demandante había o no ingresado a la Playa en vista de
que se encontraba descansando; el segundo, que no se encontraba presente en ese
establecimiento por haber estado de descanso; que si el dueño de la Playa contrató a doña
Doris Palomino de Apaza para que administre la Playa de Estacionamiento de su propiedad,
quien, con su conocimiento los días domingos, encargaba a su hijo José Carlos Apaza
Palomino, la atención en ella al público, durante los días domingos, es responsable por las
pérdidas que en ella ocurran, en concordancia con lo prescrito en el artículo mil
novecientos ochentiuno del Código Civil, no pudiendo excepcionarse con el argumento de
que con el nombrado Apaza Palomino no le une vínculo laboral alguno, ni de que la Playa
sólo se concede al usuario el espacio físico para que estacione su vehículo, y es por ese
espacio físico por el que paga de acuerdo al tiempo que permanece el vehículo; que ello
significa que la Playa no se hace responsable por las pérdidas o robos que pudieran
originarse en el interior de la misma; que en la responsabilidad extracontractual debe
indemnizarse el daño emergente y el lucro cesante, teniendo en cuenta la entidad del daño
sufrido por el perjudicado y las posibilidades del obligado; que de acuerdo a la pericia de
fojas ciento setentisiete y los ejemplares del diario "El Comercio" de los días veintiocho de
julio y cuatro de agosto de mil novecientos noventiuno, el precio de los vehículo Toyota del
año mil novecientos setenticuatro, oscilan entre dos mil ochocientos dólares y cuatro mil
doscientos cincuenta dólares americanos; que las pruebas de confesión de las partes y la de
inspección ocular de fojas setenta ratifican las conclusiones que anteceden; por estas
razones: declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas doscientos tres, su
fecha trece de julio de mil novecientos noventidós, en cuanto confirmando la apelada de
fojas ciento ochenticinco, su fecha treinta de diciembre de mil novecientos noventiuno,
declara INFUNDADA la demanda de fojas seis; REFORMANDO la primera y
REVOCANDO la segunda: declararon FUNDADA en parte la referida demanda; y, en
consecuencia, MANDARON que el demandado pague al demandante por toda
indemnización la suma de tres mil dólares americanos o su equivalente en moneda nacional
al tipo de cambio del día del pago; con costas; en los seguidos por Juan Grados Pérez con
Rodolfo Graham Morales sobre indemnización; y los devolvieron.

SS. URRELLO.- MENDOZA.- ALMENARA.- LANDA.- RONCALLA.

Se publicó conforme a ley.

ROBERTO QUEZADA ROMERO, Secretario (p). Corte Suprema de Justicia de la


República.

Responsabilidad Civil Extracontractual: Elementos para establecer indemnización


Para los efectos de la indemnización por los daños y perjuicios emergentes a partir de quien
causó el deceso de una persona, debe considerarse la naturaleza de los hechos, la magnitud
y el menoscabo producido, las posibilidades económicas del obligado, sus calidades
personales, grado de instrucción y demás elementos de orden cultural.

EXPEDIENTE Nº 1052-94

PRIMERA SALA - AÑO: 94

Lima, treinta de noviembre de mil novecientos noventicuatro.- VISTOS; causa en


discordia, interviniendo como Vocal ponente la doctora Barreda Mazuelos; con el
acompañante; con los presentados en esta Instancia, oído el informe oral correspondiente;
por sus fundamentos en los extremos pertinentes; y, CONSIDERANDO además; que la
pretensión de la parte accionante está dirigida a que el órgano jurisdiccional ordene que se
le indemnice por los daños y perjuicios emergentes, a partir de la conducta desarrollada por
el sujeto activo, demandado Alejandro Aguirre Salas quien causa el deceso del causante
Apolinario Vega Arrose; que dicha conceptualización fáctica se encuadra dentro del
presupuesto normativo mil novecientos setenta del Código sustantivo, al verificarse la
responsabilidad objetiva del emplazado en mención en el acto dañoso que originó con su
accionar; que al respecto corresponde interponerle el pago de una suma indemnizatoria
considerando la naturaleza de los hechos, magnitud y el menoscabo producido al único y
universal heredero del causante, su hijo Freddy Vega Vítor; quien se dedicaba a un
comercio informal, como en proporción a las posibilidades económicas del obligado,
atendiendo a sus calidades personales, que a la fecha del evento tenía dieciocho años de
edad con modesto grado de instrucción, quinto año de secundaria, no está acreditado en
forma indubitable y fehacientemente que laboraba en algún tipo de oficio formal, no tiene
bienes de fortuna, de extracción andina, y residía en la ciudad de Lima en compañía de su
señora abuela; que en ese orden de ideas, haciendo efectivos los derechos sustanciales y
que la finalidad abstracta y concreta de todo proceso cual es lograr la paz social en justicia,
resulta menester valorarlo el antes glosado para los efectos de la indemnización a fijarse;
que igualmente, que dentro del contexto determinado antes fijado, no se ajusta la aparente
responsabilidad extracontractual del co-demandado Oscar Velarde Martínez, al no inferirse
la relación de causalidad entre la acción con objeto riesgoso y peligroso y el efecto dañoso
a cargo de este segundo emplazado, por los mismos considerandos expuestos inicialmente;
máxime, si éste no participó en el evento delictivo: CONFIRMARON la sentencia apelada
de fojas ciento setentidós a ciento setentitrés, su fecha treinta de marzo de mil novecientos
noventicuatro, que declara infundada la tacha de fojas ciento once; y fundada en parte la
demanda de fojas ochenticinco y ochentiséis; en consecuencia ordena que se pague una
suma dineraria indemnizatoria en favor del menor Freddy Vega Vítor, los que serán
depositados a su nombre en una entidad bancaria; declararon improcedente en el extremo
que peticiona indemnización a favor de la actora; y, la REVOCARON en el extremo que
declara fundada la demanda respecto al emplazado Oscar Velarde Martínez y ordena que
los emplazados cumplan con abonar en forma solidaria la suma ascendente a veinte mil
nuevos soles por indemnización; más intereses legales desde la fecha en que se produjo el
evento; con costas; la que REFORMANDOLA declararon infundada la demanda respecto
al co-demandado Oscar Velarde Martínez, y ordenaron que el emplazado don Alejandro
Aguirre Salas pague por todo concepto de indemnización de tres mil nuevos soles; sin
costas; y los devolvieron. En los seguidos por Maxiliana Vítor Porras con Alejandro
Aguirre Salas y otro sobre Indemnización.

EL VOTO EN DISCORDIA DE LOS SEÑORES VILLAFUERTE BAYES Y


ANCHANTE PEREZ, ES COMO SIGUE:

Por sus fundamentos pertinentes: y CONSIDERANDO además: que en autos ha


quedado debidamente acreditado, que el propietario del arma (revólver) que ha producido
la muerte del agraviado, es el co-demandado Oscar Velarde Martínez; que, el infausto
hecho, se ha producido en la oficina de este último; que este co-emplazado, ha tenido cierta
relación de dependencia con el autor material del disparo; que, a todo esto, debe agregarse
la negligencia inexcusable del referido co-accionado Velarde Martinez cual es, de haber
dejado un arma peligrosa, sin haber tomado las debidas precauciones para que no sea
manipulado por nadie, máxime cuando la tenencia de un arma de fuego, siempre crea un
riesgo; que para establecer el monto de la indemnización, debe tomarse en cuenta el grado
de participación que tuvo el occiso en la producción del evento fatal. Así como la capacidad
económica de los demandados; que en este orden de ideas, el quántum indemnizatorio,
debe fijarse con un criterio prudencial NUESTRO VOTO es por que se CONFIRME la
sentencia apelada de fojas ciento setentidós a ciento setentitrés, su fecha treinta de Marzo
del presente año, que declara fundada en parte la demanda de fojas ochenticinco a
ochentiséis, y ordena que los emplazados cumplan con abonar en forma solidaria una suma
pecunaria en favor del menor Freddy Vega Vítor, los que serán depositados a su nombre en
una entidad bancaria; con lo demás que contiene; y se REVOQUE en cuanto al monto
señalado, el que debe fijarse en DIEZ MIL NUEVOS SOLES; devolviéndose.- Señores:
VILLAFUERTE BAYES / ANCHANTE PEREZ.

Responsabilidad Civil Extracontractual: Naturaleza

La responsabilidad civil es extracontractual porque entre el causante y la víctima no existe


ninguna relación anterior al daño que no sea la situación de emergencia por la que ésta se
sometió a aquél. Encontrándose probado que el demandado médico cirujano realizó 3
operaciones a la demandante por patologías de orden vesicular, y que el deceso de ésta fue
producto de una embolia cerebral a 90 días a posterior a la fecha de alta, no se da la
relación de causalidad entre el hecho y el daño producido, que exige el artículo 1985 del
Código Civil.

Expediente Nº 1973-94

Primera Sala - Año: 95

Lima, seis de febrero de mil novecientos noventicinco.


VISTOS; oídos los informes de hecho y de derecho; interviniendo como Vocal
ponente el señor Tineo Cabrera; por sus fundamentos pertinentes; y; CONSIDERANDO:
además; Que no obstante la invocación legal que se hace en la demanda, es incuestionable
que la indemnización por responsabilidad extracontractual que allí se reclama es aquella
prevista en el artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil pues, de acuerdo con
los hechos expuestos, se imputa al demandado culpa en el daño producido; que asimismo
dicha responsabilidad es extracontractual, porque entre el causante y la víctima no existe
ninguna relación anterior al daño que no sea la situación de emergencia por la que ésta se
sometió a aquél; que establecido lo anterior, para hacer lugar a la demanda resta determinar
si el accionante tiene legitimidad para obrar y si el demandado es autor del o de los hechos
dolosos que se le imputan; que en cuanto a lo primero, cabe destacar que el actor don
Ernesto Walter Flores Guzmán, ha sido declarado heredero de doña Nelly Josefina Asto
Saavedra, en calidad de cónyuge supérstite, tal como puede verse del documento obrante a
fojas doscientos sesentiuno, exento de tacha o impugnación, por lo que su interés para obrar
resulta manifiesto; por lo demás, merced a la carta cursada por el actor al demandado por
vía notarial y cuya copia obra a fojas ciento tres, igualmente exenta de tacha, vía la
excepción de falta de personería, no podía poner en duda el interés de aquél para obrar; que
con el mérito de la historia clínica de fojas ciento veintiséis y con la confesión del
demandado que aparece del acta de fojas ciento nueve, prestada con arreglo al pliego
interrogatorio del folio precedente, se ha probado que el demandado, médico cirujano de
profesión, realizó a doña Nelly Asto de Flores, no una sino tres operaciones quirúrgicas en
la Clínica Maisón de Santé, debido a patologias de orden vesicular y sus secuelas, los días
veintisiete de Diciembre de mil novecientos noventa; siete y veintidós de enero de mil
novecientos noventiuno; que asimismo resulta probado con el mérito de la declaratoria de
herederos glosada, el fallecimiento de doña Nelly Josefina Asto Saavedra de Flores el
treinta de Abril de mil novecientos noventiuno; que empero, no resulta probado en forma
alguna que el fallecimiento de la referida doña Nelly Asto, tuviera como causa las
operaciones quirúrgicas a ella practicadas por el emplazado; que, al contrario, de la pericia
médica ordenada en autos, cuyas conclusiones obran al final del dictamen obrantes a fojas
doscientos treintisiete, resulta que la intervención quirúrgica de su referencia fue oportuna e
indicada y que la causa de la muerte, esto es, la embolia cerebral, no tiene relación de
causa-efecto con las operaciones realizadas, por haber transcurrido noventicuatro días
desde la fecha de alta; por lo que en aplicación de lo prescrito por el artículo mil
novecientos ochenticinco del referido Código, que exige la existencia de una relación de
causalidad entre el hecho y el daño producido; REVOCARON la sentencia de fojas
doscientos setenticuatro a doscientos setentisiete, su fecha primero de julio de mil
novecientos noventicuatro, en cuanto declarando fundada en parte la demanda de fojas tres,
dispone que el demandado Antero Aspillaga Pazos, pague al actor en concepto de
indemnización la suma de treinta mil nuevos soles; demanda que declararon improcedente;
CONFIRMARON la propia sentencia en cuanto declara infundada la excepción de falta de
personería deducida por el demandado en el comparendo cuya acta obra a fojas diez;
entendiéndose ésta como improcedente, y en cuanto declara infundada la reconvención
formulada por el emplazado en e mismo acto del comparendo; con lo demás que contiene, y
e materia de la alzada; en los seguidos por Ernesto Flores Guzmán contra Antero Aspillaga
Pazos, sobre indemnización; y los devolvieron. Interviniendo los señores que suscriben por
vacaciones de los Vocales de la Primera Sala Civil.-
SS. URRUTIA CARRILLO / TINEO CABRERA / VEGA MAGUIÑA.

Responsabilidad Civil: Indemnización por Daños y Perjuicios

En un proceso por indemnización por daños y perjuicios derivado de una relación


consensual, el Juez debe contar con los elementos de juicio suficientes que le informen
sobre los hechos que motivan la demanda y los parámetros que le permitan cuantificar el
monto indemnizatorio.

Expediente: 484-94

Tercera Sala - Año 95

Lima, nueve de enero de mil novecientos noventicinco.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Peñaranda Portugal; con los
acompañados que se tienen a la vista; y CONSIDERANDO: que tratándose de un proceso
de Indemnización por daños y perjuicios como es el del presente caso, derivado de una
relación consensual como se indica en la demanda, el juez debe contar con los elementos de
juicio suficientes que le informen sobre los hechos que motivan la demanda y de ser el
caso, contar igualmente con los parámetros que le permitan cuantificar el monto
indemnizatorio; que tratándose de aspectos de orden técnico y no obstante haberse
dispuesto la pericia pertinente por resolución de fojas ciento ochentitrés, el a-quo no ha
agotado las diligencias tendientes a que los peritos designados cumplan con presentar su
informe en el modo y forma que disponen los artículos cuatrocientos noventicuatro y
quinientos del Código de Procedimientos Civiles; que de otro lado, si bien de fojas
doscientos cuarenta a doscientos cuarentisiete ha sido presentado en autos un informe
pericial de parte, éste no ha sido por lo menos materia de análisis en la sentencia como
tampoco han sido evaluados otros actuados como el documento de fojas dieciséis; que en
tal sentido el juez debe agotar el trámite procesal haciendo uso de las facultades conferidas
por los artículos trescientos cuarenta y mil setenticuatro del Código adjetivo acotado:
DECLARARON NULA la sentencia apelada de fojas doscientos cuarentiocho a doscientos
cuarentinueve, su fecha treintiuno de Enero de mil novecientos noventitrés; ORDENARON
que el juez de la causa expida nuevo fallo con arreglo a las precedentes consideraciones, y
los devolvieron.

SS. MARTINEZ MARAVI / SAEZ PALOMINO / PEÑALOZA PORTUGAL.

Responsabilidad Extracontractual: Determinación de monto indemnizatorio

El factor predominante en la ocurrencia del evento ha sido la actividad indebida desplegada


por el occiso, por lo que la fijación del monto por responsabilidad extracontractual debe
limitarse porque la participación de los demandados en el fatal evento fue provocado por la
víctima, sin embargo, es innegable que la conducción de un vehículo automotor importa un
riesgo que debe ser evitado por todos los medios, por lo que es imperativo responder por las
consecuencias de la acción culposa. No está acreditado que los demandados hubieran
cubierto los efectos del accidente, por lo que corresponde elevar el monto fijado.

Exp. Nº 573-97

Sala Nº 1
Resolución Nº 5

Lima treinta de octubre de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente la señora Hidalgo Morán por sus
fundamentos; con el expediente penal que se tiene a la vista; y CONSIDERANDO además:
Primero, Que de los autos pedidos se desprende que la demandante no se constituyó en
parte civil en el proceso penal seguido por delito culposo contra la vida, el cuerpo y la
salud; Segundo, Que de la prueba actuada en los presentes autos, cuanto de la que fluye de
los pedidos, queda claro que el factor predominante en la ocurrencia del evento ha sido la
actividad indebida desplegada por el occiso, por lo que obviamente la fijación del monto
por responsabilidad extracontractual debe limitarse porque la participación de los
demandados en el fatal evento fue provocado por la víctima; Tercero, Que, sin embargo,
tampoco puede negarse que la conducción de un vehículo automotor importa un riesgo que
debe ser evitado por todos los medios; quedando sujeto en caso de intervenir en un evento
como el objeto de análisis a responder por las consecuencias de su acción culposa; Cuarto,
Que no se acredita que los demandados hubieran cubierto los efectos del accidente, por lo
que corresponde elevar el monto fijado; por tales fundamentos: CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas noventa, su fecha catorce de febrero de mil novecientos
noventisiete, que declara fundada en parte la demanda; la REVOCARON en cuanto fija el
monto a abonar por los demandados en la suma de Tres Mil Nuevos Soles;
REFORMANDOLO lo fijaron en Cinco Mil Nuevos Soles que deberán abonar en forma
solidaria con descuento de lo que acrediten haber abonado por concepto de reparación civil;
la CONFIRMARON en lo demás que contiene; y los devolvieron; en los seguidos por
Fabiana Jesusa Antúnez de Cusinga con Eduardo Manuel Suasnabar Ruiz y otra, sobre
Indemnización.

SS. SAEZ PALOMINO/HIDALGO MORAN/CASTILLO VASQUEZ

Responsabilidad Extracontractual: Indemnización

Con arreglo a lo dispuesto por el artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil
tratándose de responsabilidad extracontractual, el descargo por falta de dolo o culpa
corresponde al autor del daño. El monto indemnizatorio debe ser fijado con criterio
prudencial toda vez que el daño causado no ha sido determinado con precisión.
Exp. Nº 347-97

Cuarta Sala

Lima, dieciséis de julio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente la doctora Aranda Rodríguez; por sus
fundamentos pertinentes y CONSIDERANDO: Primero.- Que conforme se aprecia de autos
el codemandado don Pablo Javier Echevarría Bardales no ha interpuesto recurso de
apelación contra la sentencia dictada en autos por lo que dicha sentencia ha quedado firme
respecto al indicado codemandado; Segundo.- Que con arreglo a lo dispuesto por el artículo
mil novecientos sesentinueve del Código Civil tratándose de responsabilidad
extracontractual, el descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su autor, no habiendo
el codemandado don Roberto Ernesto Echevarría Bardales desvirtuado el proceder culposo
que se le imputa; Tercero.- Que sin embargo el monto indemnizatorio debe ser fijado con
criterio prudencial toda vez que el daño causado no ha sido determinado con precisión,
teniéndose en cuenta además que de acuerdo al Certificado Médico que en copia corre a
fojas sesentinueve la incapacidad para el trabajo del demandante fue de cincuenta días, no
habiéndose probado que haya estado impedido de trabajar durante ocho meses como afirma
en su demanda de fojas setentitrés; Cuarto.- Que de otro lado la inhabilitación del abogado
del demandante según la constancia de fojas ciento cuatro no puede perjudicarle el derecho
de éste, tanto más si ésta no fue comunicada oportunamente a efecto que el justiciable
pudiera contar con los servicios de otro letrado, por lo que la nulidad deducida a fojas
doscientos cinco por el codemandado don Roberto Ernesto Echevarría Bardales deviene en
infundada: CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento setenta a ciento
setentitrés, su fecha veintisiete de diciembre de mil novecientos noventiséis, que declara
Fundada en parte la demanda de fojas setentitrés a ochenta y ordena que Roberto Ernesto
Echevarría Bardales y Pablo Javier Echevarría Bardales paguen al demandante en forma
solidaria por concepto de indemnización por daños y perjuicios en su agravio una suma de
dinero; REVOCARON la sentencia en cuanto al monto mandado pagar el que fijaron en la
suma de cuatro mil nuevos soles; con lo demás que contiene; hágase saber y devuélvase al
Juzgado de origen.

S.S. FERREYRA VILDOZOLA; ARANDA RODRIGUEZ; LAMA MORE

Responsabilidad contractual

La prestación de un servicio médico específico, tiene su origen no en una responsabilidad


extracontractual sino en una relación de naturaleza obligacional. La vigencia del derecho de
acción se fija en 10 años por tratarse de una acción personal.

Expediente 175-7/97

Sala Nº 1
Resolución Nº cuatro

Lima, diez de abril de mil novecientos noventisiete.

AUTOS Y VISTOS; interviniendo como Vocal Ponente el Señor Betancour Bossio; y,


ATENDIENDO: A que de conformidad con el artículo 370, segunda parte, del Código
Procesal Civil, cuando la apelación es de un auto la competencia del superior sólo alcanza a
éste y a su tramitación; a que de la exposición de los hechos contenidos en la demanda de
fojas diecinueve, así como, de aquellos en que se fundan las contestaciones de los
demandados de fojas sesentinueve y noventa, se advierte objetivamente que la materia
sometida a discusión judicial tiene su origen, no en una responsabilidad extracontractual,
sino en una relación vinculatoria de naturaleza obligacional, no escrita pero verosímilmente
acreditada, para la prestación de un servicio médico específico a favor de una paciente cuya
situación ocupacional es la de religiosa misionera; a que, siendo así, los efectos del contrato
deben examinarse con arreglo a las normas sustantivas contenidas en el Título IX de la
Sección Segunda del Libro VI del Código civil y, en lo referido a la vigencia del derecho de
acción, por el artículo 2001, acápite 1 del mismo cuerpo normativo, que fija en 10 años el
término de la prescripción extintiva para la acción personal; en consecuencia:
REVOCARON el auto apelado contenido en el acta de fojas ciento veintidós y siguientes,
su fecha dieciséis de diciembre de mil novecientos noventiséis que declara fundada la
excepción de prescripción propuesta por la parte demandada; REFORMANDOLA ,
declararon INFUNDADA la excepción de prescripción formulada; DISPUSIERON la
continuación del proceso según su estado; y los devolvieron; en los seguidos por Marie
Paul Ross Desrosiers con Clínica Internacional S.A. y otros, sobre Indemnización.-

SS.
AHON CASTAÑEDA
BETANCOUR BOSSIO
MEDEL HERRADA

Responsabilidad contractual

La responsabilidad contractual es aquella que proviene de la inejecución de obligaciones,


dado que entre el demandante y demandado existe un vínculo contractual. La prueba del
dolo o de la culpa inexcusable, corresponde al perjudicado por la inejecución de la
obligación o por su incumplimiento parcial, tardío o defectuoso.

Expediente 152-7-97

Sala Nº 1

Resolución Nº 9

Lima, dieciocho de agosto de mil novecientos noventisiete.


VISTOS ; interviniendo como ponente la señora Hidalgo Morán; por sus fundamentos
pertinentes; y, CONSIDERANDO: Primero.- Que analizados los autos se tiene que el
fundamento central pretendido es el logro de un monto indemnizatorio de parte de la
emplazada quien causó un grave perjuicio económico y moral a decir de la demandante al
dejar sin efecto una adjudicación con el agravante de cancelarles inmotivadamente su
credencial de proveedores, con comunicación al Instituto Nacional de Administración
Pública (INAP), lo que les ha impedido el ejercicio de sus actividades, ascendiendo el
monto de su petitorio a la suma de ONCE MILLONES SEISCIENTOS CUARENTITRES
MIL CUATROCIENTOS OCHO NUEVOS SOLES; de los cuales DIEZ MILLONES de
nuevos soles corresponden a su pretensión resarcitoria por el daño moral producido;
Segundo.- Que pese a la fundamentación legal enunciada en la demanda, es obvio que en el
presente caso nos hallamos frente a un cobro indemnizatorio cuyo origen no es
extracontractual como lo señala el juez, sino proviene de una inejecución de obligaciones;
dado que entre demandante y demandado existía un vínculo contractual cuya ruptura ha
dado lugar al presente reclamo; Tercero.- Que en tal sentido resulta de aplicación al caso el
artículo 1330 del Código Civil que prescribe que la prueba del dolo o de la culpa
inexcusable corresponde al perjudicado por la inejecución de la obligación, o por su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso; Cuarto.- Que el contrato que vinculó a las partes,
se halla regido además de las normas sustantivas civiles, por aquellas del Reglamento
Unico de Adquisiciones (RUA) y de la Ley de Seguridad Social, dada la calidad de uno de
los contratantes; y como tal, sujeto a los dictámenes que efectúe el Consejo de Vigilancia
que conforme al artículo 14 de la Ley 24786 "Ley General del Instituto Peruano de
Seguridad Social" constituye el órgano máximo de fiscalización del Instituto Peruano de
Seguridad Social; que a mayor abundamiento es pertinente señalar que conforme al artículo
16 del cuerpo legal antes citado los procedimientos del Consejo de Vigilancia son de
obligatorio cumplimiento; Quinto.- Que en tal virtud se tiene, que el documento de fojas
cincuenticuatro acredita que la Gerencia Zonal Callao y Cono Norte a través de la Oficina
de Apoyo y Gestión, División de Logística y Servicios, comunicó a la demandante con
fecha dos de febrero de mil novecientos noventicuatro su unánime decisión de otorgarle la
buena pro respecto de la Adjudicación Directa 01-94-IPSS-GZCCN, y por el lapso de diez
meses (febrero/noviembre); Sexto.- Que luego de tal comunicación y sin su formalización,
por oficio de fojas sesentiuno, de fecha trece de abril de mil novecientos noventicuatro se
acordó dejar sin efecto dicha adjudicación directa en atención justamente a los informes
emitidos por el Consejo de Vigilacia de la Institución aseguradora; mandato que fluye del
acta de fojas setentidós; que asimismo se inhabilitó al demandante por el período de dos
años como fluye del escrito de fojas sesentiocho; Sétimo.- Que frente a estas resoluciones
el demandante ejercitó a plenitud sus derechos impugnatorios en la vía administrativa sin
lograr su cometido, por lo que acudió a la vía judicial mediante un acción de amparo cuya
medida cautelar le fue denegada en la instancia superior y el principal fue objeto de expreso
desistimiento por el accionante, bajo el argumento de encontrarse en vías de solución de sus
problemas, tal como fluye de la instrumental de fojas ciento cincuentisiete; Octavo.- Que
efectivamente, aparece de la instrumental de fojas ciento quince que se adoptó el acuerdo
número 4-40-CV-IPSS.94 por el cual se procedieron a revisar los informes 026 y 033-
AFSO-CV-IPSS-94; Noveno.- Que de las instrumentales presentadas por la demandada
consistente en la parte pertinente del Informe número 015-95-IPSS-IG-OCF fluye que el
mismo arribó a las mismas conclusiones ya anotadas, por lo dispuesto en el inciso e) del
artículo 3.3.11 del Reglamento Unico de Adquisiciones (RUA) en tanto se ha considerado
que no se ha cumplido disposiciones legales; Décimo.- Que por ende, no se puede concluir
que la demandada deliberadamente y sin sustento hubiera incurrido en dolo entendiéndose
como tal la intención de no cumplir su obligación, ni tampoco que hubiera actuado con
negligencia grave en el cumplimiento de sus obligaciones; no incurriendo por tanto en lo
dispuesto por los Artículos 1318 y 1319 del Código Civil; Décimo Primero.- Que, de otro
lado, tampoco se ha probado en autos la producción del daño moral reclamado que
constituye un daño no patrimonial inferido por su naturaleza, en derechos de la
personalidad o en valores que pertenecen al campo de la afectividad; Décimo Segundo.-
Que en cuanto a la reconvención demandada, se tiene que los conceptos reclamados por
incumplimiento de obligaciones contractuales y pago indebido, tampoco han sido
suficientemente probadas puesto que el informe que así concluye es insuficiente a efecto de
disponerlo, y en cuanto a la indemnización reclamada, tampoco procede pues la demanda
instaurada es la materialización del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva de la que nos
hallamos premunidos los justiciables, y como tal el ejercicio regular de un derecho por tales
fundamentos y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 200 del Código Procesal
Civil; CONFIRMARON la sentencia de fojas cuatrocientos treintitrés, su fecha cuatro de
noviembre de mil novecientos noventiséis que declara infundada la reconvención
formulada por la entidad demandada en su escrito de fojas trescientos sesentisiete a
trescientos noventiuno; la REVOCARON en cuanto declara fundada en parte la demanda
de fojas ciento treintiuno a ciento cuarentitrés; REFORMANDOLA la declararon
INFUNDADA; con costas y costos; y los devolvieron; en los seguidos por Asesores en
Desarrollo de Sistemas Administrativos con Instituto Peruano de Seguridad Social, sobre
indemnización por daños y perjuicios.

S.S.
HIDALGO MORAN
AGUIRRE SALINAS
BRAITHWAITE GONZALES

Responsabilidad contractual: daños y perjuicios (A)

1) Sólo es válido el pago que se efectúe al acreedor o al designado por el juez, por la ley o
por el propio acreedor.
2) La transacción tiene por objeto evitar un pleito o finalizar el que está iniciado.

Expediente . 1080-94

LIMA

Lima, doce de junio de mil novecientos noventicinco.

VISTOS; con los acompañados; y CONSIDERANDO: que la demanda de fojas tres


pretende el pago de seis millones quinientos mil dólares americanos por el daño y perjuicio
económico emergente y lucro cesante y por los daños en el prestigio profesional y moral
derivado de los siguientes hechos según la actora: a) en el cumplimiento de sus
obligaciones convenidas en el contrato de prestación de servicios profesionales de
ingeniería para la elaboración del proyecto ejecutivo y supervisión de las obras del proyecto
central hidroeléctrico Charcani V y de administración de este contrato, celebrado el
veinticinco de junio de mil novecientos ochentiuno, ante el notario doctor Abraham
Velarde Alvarez tripartitamente por: ElectroPerú (propietaria de la obra), ELC
Electroconsult S.P.A. (Consultora) y ELC Electroconsult Internacional Sociedad Anónima
(demandante, administradora y responsable técnico profesional financiera y económica del
contrato); b) por la resolución unilateral del contrato referido, sin causal técnica ni
profesional que amerite su decisión y c) en la transacción unilateral que celebró la
demandada con ELC Elecroconsult S.P.A. pretiriendo los derechos de la actora y
consiguiendo transigir una deuda por la mitad de su monto real, desacatando mandatos
judiciales de embargo e impidiendo maliciosamente el resarcimiento de las inversiones
efectuadas por la actora en la ejecución del contrato. Que para dilucidar el punto a) antes
referido es necesario el análisis del contrato de prestación de servicios profesionales de
ingeniería, a que se refiere la demanda, que en copia simple consta de fojas treintitrés a
fojas cuarentinueve y en fotocopia legalizada notarialmente de fojas trescientos sesentiocho
a fojas cuatrocientos uno; que el contrato fue el resultado de un concurso público
internacional en que la buena pro correspondió a la firma ELC Electroconsult S.P.A. y en el
que no participó la demandante y donde se define al consultor, como el encargado de
elaborar el proyecto ejecutivo de las obras civiles y la supervisión de las obras que
comprende el proyecto central hidroeléctrico Charcani V y a ElectroPerú como la
propietaria de la obra, y en el acápite segundo punto octavo se define el contrato como "El
conjunto de documentos que constituyen el acuerdo contractual entre las partes a ser
suscritos entre el propietario y el consultor para prestar los servicios indicados en la
cláusula sexta que garantizarán el buen y oportuno funcionamiento de las obras", que por
ello se ha tratado de un contrato bipartito entre ElectroPerú y ELC Electroconsult S.P.A. y
no tripartito como sostiene la actora, lo que se encuentra ratificado con la suscripción de la
escritura, por las dos partes intervinientes en el Convenio y no por la demandante; que en el
punto cuatro del contrato se señaló que la Consultora asumía la responsabilidad total del
mismo tal como se especificó en la oferta y que la administración estaría a cargo de ELC
Electroconsult Internacional, Sociedad Anónima, o sea la demandante, pero aclarándose en
el punto nueve punto cinco que dicha administración se efectuaría sin costo adicional
alguno para ElectroPerú; que, en consecuencia, habiéndose celebrado el convenio entre la
Propietaria y la consultora, quien asumía la responsabilidad total del contrato, la
administración que debía efectuar la demandante era por cuenta y costo de dicha consultora
y no de Electroperú, lo que no puede quedar desvirtuado por el acápite décimo tercero del
contrato en que se convino que los pagos al consultor por los servicios prestados se harán a
cargo de los recursos financieros del consultor, cuyo monto sería utilizado exclusivamente
para el pago de las facturas que ELC Electroconsult Internacional Sociedad Anónima, debía
presentar a ElectroPerú bajo este concepto y/o para el pago de otros servicios, encargos
adicionales, facilidades relacionados con el Proyecto Charcani V según acuerden las partes,
porque este aspecto de la convención debe interpretarse como la facultad que como
administradora gozaba la actora, pero que le era otorgada por la consultora, quien tenía
derecho al pago; que la circunstancia de que ElectroPerú haya aceptado a la demandante
como administradora del contrato, tampoco varía lo anteriormente expuesto, porque era sin
costo adicional para ella y porque se encontraba especificado que la responsabilidad total
de la obra correspondía a la Consultora, con quien había celebrado el contrato. Que cuando
se produce el incumplimiento en los pagos del contrato por ElectroPerú, quien interpone la
demanda judicial para el pago de las facturas adeudadas e intereses es ELC Electroconsult
S.P.A., o sea la consultora, quien obtiene sentencia favorable ante el Poder Judicial, por
ejecutoria de fojas doscientos ochenticinco del expediente acompañado, por lo que no
puede dudarse que la acreedora en esta obligación era la Consultora, responsable del
contrato y victoriosa y beneficiada con la sentencia que ordenaba el pago en favor de ella,
por lo que era aplicable el artículo mil doscientos veinticuatro del Código Civil vigente(1),
lo que determinaba que ElectroPerú sólo podía hacer el pago al acreedor, que además era el
designado por el Juez, es decir la consultora; que al efectuarse dicho pago además en virtud
de la transacción celebrada entre la consultora y la propietaria de la obra, para la ejecución
del mismo, la demandante no puede reclamar daños y perjuicios, porque el abono se ha
hecho al acreedor y a quien el Poder Judicial determinó que había que pagar; que siendo
dos las partes contratantes y no habiéndose celebrado el convenio con la demandante, ella
no puede reclamar daños y perjuicios derivados del cumplimiento o incumplimiento de
dicho convenio. Que el acápite b) de la demanda, tampoco puede prosperar, porque si la
Consultora con quien se celebró el contrato aceptó la resolución unilateral del mismo por
ElectroPerú y convino en ella y no ha formulado ningún reclamo sobre el particular, un
tercero como la demandante, no puede sustituir a las partes contratantes, que están de
acuerdo en la resolución del contrato y exigir daños y perjuicios por tal hecho y menos
reclamar solamente a una de ellas por el daño y perjuicio que se le originó por la resolución
del contrato y más aún cuando no acciona contra la parte por cuya cuenta y costo actuaba
como administradora en el convenio. Que en cuanto al punto c) de la demanda, la
transacción que celebraron las partes contratantes fue para la ejecución del fallo expedido
en el juicio seguido por la Consultora contra la propietaria, es decir entre las partes
litigantes, en cuyo juicio no intervino la demandante y se refiere a los pagos que tenía que
hacer ElectroPerú a quien le venció en el juicio, lo que no puede originar el pago de daños
y perjuicios para este tercero y de acuerdo con el artículo mil trescientos dos del Código
Civil(2) la transacción tiene por objeto evitar un pleito o finalizar el que está iniciado, pero
no puede dar lugar a un nuevo conflicto judicial por un tercero, derivado de la propia
transacción; que los documentos presentados en segunda instancias, no alteran los
considerandos y conclusiones que anteceden: declararon HABER NULIDAD en la
sentencia de vista de fojas mil cuatrocientos ochentiseis, su fecha veintisiete de junio de mil
novecientos noventicuatro, que confirmando la apelada, de fojas seiscientos treintidós, de
primero de diciembre de mil novecientos noventitrés, declara fundada la demanda y ordena
que ElectroPerú pague a la demandante por concepto de daño emergente la cantidad de dos
millones setecientos cincuenticinco mil setecientos catorce dólares con setenticinco
centavos, más el costo de mantenimiento de la contra-garantía por quinientos mil dólares
americanos ante la Banca de la Svizzera Italiana y las Cartas Fianzas Bancarias ante el
Banco Popular del Perú por ciento noventa mil dólares americanos desde el veinticinco de
julio de mil novecientos ochentiseis hasta la fecha de pago, costos que se liquidarán por
peritos en ejecución de sentencia; por concepto de lucro cesante los intereses legales
correspondientes a las cantidades anotadas, la primera de dos millones setecientos
cincuenticinco mil setecientos catorce dólares con sesenticinco centavos, y por concepto de
daño moral, profesional y empresarial la suma de un millón de dólares, con lo demás que
contiene; REFORMANDO la primera y REVOCANDO la segunda; declararon
INFUNDADA en todos sus extremos la demanda de fojas tres; en los seguidos por ELC
Electroconsult Internacional Sociedad Anónima con la Empresa Pública de Electricidad del
Perú "Electroperú" sobre pago de dólares; y los devolvieron.-
SS. RONCALLA, ROMAN, REYES, VASQUEZ, ECHEVARRIA

Se publicó conforme a Ley,

Dra. MARIA JULIA PISCONTI D., Secretaria (E), Sala Civil, Corte Suprema de la
República

Responsabilidad contractual: depósito, guardianía y varadero

La presente jurisprudencia sugiere que una vez vencido el plazo del contrato de depósito de
embarcaciones marítimas y en caso éstas no fueran retiradas del lugar por su propietario, no
se produce una prórroga del depósito sino una relación jurídica de guardianía. La
determinación del monto por este último concepto se debe establecer por peritos y teniendo
en cuenta los usos del lugar o de varaderos vecinos así como el valor y ubicación de los
bienes.

Expediente 846-95

Arequipa

Lima, veinte de mayo de mil novecientos noventiséis.

VISTOS: con los acompañados: por sus fundamentos pertinentes: y CONSIDERANDO:


que de acuerdo con el acta de reconocimiento de obligación de diez de diciembre de mil
novecientos ochentidos celebrada entre las partes, cuya copia corre a fojas once, el depósito
concluyó el treintiuno de diciembre de dicho año, porque la demandada se comprometió a
retirar todos los activos fijos que no fueran utilizados por la demandante a más tardar el
treintiuno de diciembre de mil novecientos ochentidos; que al no ser retirados parte de
dichos activos ya no existía depósito respecto de las embarcaciones "Enso Luz" y chata
"Coco"; que en cuanto a la embarcación "Gloucester" que fue entregada a la demandante en
noviembre de mil novecientos ochentitrés, para su reparación, que no llegó a efectuarse,
tampoco existe depósito porque no se encontraba entre los activos fijos que quedaron en
poder de la demandante, sino se dejó para reparación, que en lo referente a las estadías, se
le define como cada uno de los días que transcurren después del plazo estipulado para la
carga o descarga de un buque, lo que da derecho a una indemnización, pero en este caso no
se da esta figura jurídica, porque las dos primeras embarcaciones se encontraban en el
varadero de la demandante cuando lo adquirieron y la tercera fue dejada en reparación, por
lo que no se trata de plazos para la carga o descarga de buques, lo que determina que no
puede ampararse este extremo de la demanda; que en cambio los conceptos de guardianía y
de varadero sí son de cargo de la demandada, porque encontrándose las embarcaciones en
el varadero se ha tenido que prestar los servicios de guardianía y encontrándose las
embarcaciones varadas en el local de la actora tiene el derecho de exigir el pago; que para
los efectos de la guardianía y del varadero hay que tener en consideración que para las
embarcaciones "Enso Luz" y chata "Coco", los correspondientes derechos deben abonarse a
partir del primero de enero de mil novecientos ochentitrés, fecha en que terminó el depósito
y para la "Gloucester" a partir del primero de diciembre de mil novecientos ochentitrés, por
haber sido entregada a reparación al final de noviembre de mil novecientos noventitrés: que
no existe en autos, ningún elemento de juicio que permita establecer el monto de los
derechos de guardianía y varadero a cobrarse y más aún teniendo en cuenta que de acuerdo
al acta de inspección ocular de fojas ciento setentinueve, se ha comprobado que ninguna de
estas embarcaciones impiden el normal desenvolvimiento del varadero Atico y que los
activos fijos que se encuentran en el mencionado varadero son una chata de madera en
estado de abandono e inservible, una embarcación de madera, la cual es sólo un casco
inservible y un remolcador inoperativo deshuesado o restos de abandono, por lo que los
montos a pagarse por estos conceptos deben regularse por el Juez en ejecución de
sentencia, con intervención de peritos, teniendo en cuenta los usos del lugar o de varaderos
vecinos, el valor de las embarcaciones de acuerdo a su estado constatado en la inspección
ocular antes referida y que ellas no impiden el normal desenvolvimiento del varadero:
declararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas, trescientos noventiocho,
su fecha veinticinco de julio de mil novecientos noventicinco, en cuanto confirmando la de
primera instancia de fojas doscientos dieciséis, su fecha veintidós de setiembre de mil
novecientos, noventidós, declara fundada en parte la demanda y ampliación de fojas dos y
cincuentisiete por cobro de derecho de estadía y en cuanto dispone que el pago por este
concepto se regule por el Juez en ejecución de sentencia, con intervención de peritos y,
REFORMANDOLA declararon INFUNDADO este extremo de la demanda y su
ampliación; declararon NO HABER NULIDAD en la propia resolución, en cuanto declara
FUNDADA la demanda en los extremos referidos a los derechos de guardianía y varadero
y, en consecuencia dispone que el monto a pagar por estos conceptos se regule por el Juez
en ejecución de sentencia, con intervención de peritos, teniendo en cuenta los usos del lugar
o de varaderos vecinos y el valor y la ubicación de los bienes, de acuerdo a los
considerandos de este fallo, así como estos derechos se consideren devengados para las
embarcaciones "Ensoluz" y chata "Coco" a partir del primero de enero de mil novecientos
ochentitrés y para la embarcación "Gloucester", a partir del primero de diciembre del
mismo año; con lo demás que contiene; en los seguidos por Varadero Atico Sociedad
Anónima representada por Rafael Vizcarra Machicao con Empresa Pesca-Perú Sociedad
Anónima sobre pago soles; y los devovieron.

Responsabilidad contractual: procedencia de la indemnización

En la responsabilidad civil derivada de las obligaciones contractuales, para que exista daño
contractual resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el incumplimiento sea
imputable al deudor, sino que dicho incumplimiento produzca perjuicio a quien lo alega.

Expediente 639-95

Lima, veinticinco de marzo de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con el acompañado; por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: que,


en el caso de autos se ha demandado el pago de una indemnización de daños y perjuicios
por responsabilidad extracontractual, originada por la inejecución de una obligación que
difiere de la responsabilidad extracontractual puntualizada en el artículo mil novecientos
sesentinueve del Código Civil cuyo monto indemnizatorio devenga un interés legal desde la
fecha en que se produjo el daño y que no es de aplicación en el caso de autos; que, para que
haya daño contractual resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el
incumplimiento sea imputable al deudor, sino que el incumplimiento produzca perjuicio a
quien lo alega, lo que no se ha probado en autos: declararon NO HABER NULIDAD en la
sentencia de vista de fojas trescientos veintiuno, su fecha veinticuatro de mayo de mil
novecientos noventicinco, que confirmando en un extremo y revocando en otro la apelada
de fojas doscientos sesenticinco, su fecha trece de enero del propio año declara
INFUNDADA la demanda en todas sus partes; sin costas; con lo demás que contiene y es
materia de grado; condenaron n las costas del recurso a la parte que lo interpuso; en los
seguidos por Instituto Superior Pedagógico No Estatal "Víctor Andrés Belaunde" con don
Manuel Alcides Llanos Escudero, sobre indemnización y otros conceptos; y los
devolvieron.

SS. GIUSTI, ROMAN, VASQUEZ, ECHEVARRIA, SAPONARA

Responsabilidad contractual: requisitos del daño (A)

Para que haya daño contractual resarcible no basta que se incumpla la obligación y que el
incumplimiento sea imputable al deudor, sino que es necesario que dicho incumplimiento
produzca un perjuicio a quien lo alega y éste sea probado; salvo que se trate de obligaciones
de dar sumar de dinero.

Expediente 1026-95

LIMA

Lima, diecinueve de julio de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; por sus fundamentos; y CONSIDERANDO además: que, conforme es de


apreciarse del otrosí del escrito de fojas cuarentiocho se demanda en vía reconvencional, el
reembolso de ciento treintiséis mil cuatrocientos veintiuno dólares con cuarenta céntimos, y
la suma de un millón catorce mil novecientos veinte soles con once centavos por concepto
de daños y perjuicios por incumplimiento, esto es, por responsabilidad contractual
originada por la inejecución de una obligación; que se refiere al artículo mil trescientos
veintiuno del Código Civil(1) ; que sin embargo para que haya daño contractual resarcible
no basta que se incumpla la obligación y que el incumplimiento sea imputable al deudor,
sino que es necesario que el incumplimiento produzca un perjuicio a quien lo alega,
situación que no se ha probado en autos conforme lo dispone el artículo mil trescientos
veintiuno del Código Civil citado; que siendo esto así, no resulta amparar el extremo de la
reconvención sobre indemnización por daños y perjuicios ni el extremo relativo al
reembolso; que, por las razones expuestas y en aplicación del artículo trescientos
treintisiete y su concordado artículo trescientos treintiocho del Código de Procedimientos
Civiles: declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas quinientos
noventa, su fecha diecinueve de setiembre de mil novecientos noventicinco, en la parte
materia del recurso que confirmando la apelada de fojas quinientos cincuentidos, su fecha
siete de diciembre de mil novecientos noventicuatro, declara INFUNDADA reconvención
formulada en el otrosí del escrito de fojas cuarentiocho e inserta a fojas cincuentidos; sin
costas: condenaron en las costas del recurso y multa de ley a la parte que lo interpuso; en
los seguidos por APIN Sociedad Anónima con Siderperú Sociedad Anónima, sobre
resolución de contrato; y los devolvieron.

S.S.
RONCALLA
ROMAN
REYES
VASQUEZ
ECHEVARRIA

Responsabilidad civil: negligencia en el objetivo trazado

Adquiere responsabilidad civil la parte negligente, que no ha efectuado las gestiones


suficientes para el logro del objetivo trazado por los contratantes.

Expediente 2984-97

Sala Nº 3

Lima, treinta de marzo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como ponente el señor Quirós Amayo; y


CONSIDERANDOPrimero.- Que la demandada se comprometió, a actuar a nombre de la
demandante a gestionar y realizar todos los actos necesarios, con la finalidad de obtener la
financiación para la acreditación del Proyecto del Complejo Comercial "Veintiocho de
Julio", como se ve de la cláusula sétima del contrato corriente en fotocopia de fojas seis a
fojas nueve: Segundo.- Que en autos no existe prueba, salvo algunos hechos aceptados en
su declaración de parte por la actora a fojas ciento sesenticinco que la demandada hubiera
efectuado las gestiones suficientes para lograr el objetivo trazado por ambas partes
contratantes: Tercero.- Que en consecuencia, la demandada ha incurrido en negligencia, la
misma que acarrea responsabilidad civil de conformidad con los artículos mil trescientos
diecinueve y mil trescientos veintiuno del Código Civil; Cuarto.- Que en el presente caso,
además se ha resuelto el contrato de conformidad con el artículo mil cuatrocientos
veintinueve del mismo texto, como se verifica con el mérito de las cartas notariales de fojas
veinticinco y fojas veintiséis, y en tal virtud el deudor queda a cargo de la indemnización, la
que debe graduarse prudencialmente con la facultad del numeral mil trescientos treintidós
del acotado; por estos fundamentos de orden legal; REVOCARON la resolución apelada de
fojas ciento setentiséis, su fecha veintiséis de agosto de mil novecientos noventisiete;
REFORMÁNDOLA: declararon FUNDADA en parte la demanda de fojas setentisiete a
noventiuno; en consecuencia, fijaron en cinco mil nuevos soles el monto de la
indemnización que abonará la demandada a la actora; y los devolvieron; en los seguidos por
Cooperativa de Servicios Especiales La Victoria Limitada con Sifuentes Ibarra Ingenieros
Sociedad de Responsabilidad Limitada, sobre indemnización.
SS. QUIROS AMAYO / ALVAREZ GUILLEN / PALACIOS TEJADA

Responsabilidad Contractual: Falta de probanza de la existencia de los daños y perjuicios y


de la imposibilidad de probar el monto del daño: inviabilidad de estimación prudencial del
daño

«... No habiendo probado la existencia de los daños y perjuicios reclamados, ni que el


resarcimiento del daño no pudiera ser probado en su monto preciso, no cabe ni siquiera
estimarlos prudencial-
mente...»

EXPEDIENTE : 194 - 96.

Lima, treintiún de mayo de


mil novecientos noventiséis.-

VISTOS: Interviniendo como Vocal Ponente el Señor Quirós Amayo; por sus fundamentos
pertinentes; y CONSIDERANDO: PRIMERO: Que si bien el artículo mil cuatrocientos
veintiocho del Código Civil, faculta solicitar una indemnización por daños y perjuicios,
cuando alguno de los contratantes falta al cumplimiento de su prestación, sin embargo, es
necesario acreditarlos y en el curso del proceso no hay ninguna prueba actuada por el actor
que demuestre haberlos sufrido; SEGUNDO: Que, en consecuencia, no habiendo probado
la existencia de los daños y perjuicios reclamados, ni que el resarcimiento del daño no
pudiera ser probado en su monto preciso, no cabe ni siquiera estimarlos prudencialmente,
como ocurriría en la hipótesis contraria de acuerdo a la regla del artículo mil trescientos
treintidós del acotado; TERCERO: Que la prueba de los daños y perjuicios y de su cuantía
corresponde al perjudicado, cuando se produce la inejecución de la obligación, o por su
cumplimiento parcial, tardío o defectuoso, por aplicación de la norma del artículo mil
trescientos treintiuno del mismo texto; CUARTO: Que no cabe amparar el pago de uso del
bien, por cuanto, el demandante, ha recibido un dinero que lo ha usado sin abonar interés;
QUINTO: Que los documentos de fojas cincuentiocho a setentiuno, no se ha tomado en
cuenta al no haber sido admitidos por resolución de fojas setenticinco; CONFIRMARON la
sentencia apelada de fojas noventidós a noventiséis, su fecha veintisiete de noviembre de
mil novecientos noventicinco, en cuanto declara fundada en parte la demanda de fojas
veinte, subsanada a fojas veintisiete, y en consecuencia, resuelto el contrato de compromiso
de compraventa celebrado entre las partes el seis de julio de mil novecientos noventidós; y
que el demandado restituya al demandante el inmueble ubicado en la Avenida Canadá mil
treinta-Urbanización Santa Catalina, distrito de La Victoria; la REVOCARON en cuanto
ordena que don Wilfredo Díaz Marín abone a don Víctor La Rosa Manco por concepto de
uso del bien y por indemnización la suma de ocho mil dólares americanos, más intereses
legales a partir de la interposición de la demanda; y que el demandante devuelva al
demandado la suma recibida a cuenta del precio previa deducción del monto
indemnizatorio; REFORMANDOLA, en estos puntos, declararon INFUNDADA la
demanda de daños y perjuicios y pago por uso del bien, en consecuencia, que el actor
devuelva al demandado la suma de trece mil dólares, con intereses a partir de la
notificación de esta resolución; sin costas ni costos; asimismo: REVOCARON la
resolución apelada en el extremo que declara infundada la reconvención interpuesta a fojas
treintisiete; REFORMANDOLA, la declararon FUNDADA en el punto que solicita la
devolución de la suma de trece mil dólares americanos; la CONFIRMARON en lo demás
que contiene; y los devolvieron. En los seguidos por don Víctor La Rosa Manco con don
Wilfredo Díaz Marín sobre resolución de contrato.- Señores: QUIROS AMAYO /
UMPIRE NOGALES / MANSILLA NOVELLA.

Responsabilidad Contractual: Nulidad de sentencia por Determinación subjetiva del monto


indemnizatorio y no basada en prueba alguna

«... El Juez ha señalado el monto de la indemnización en forma subjetiva sin prueba alguna
que acredite el daño y su cuantía, obviando que en su calidad de director del proceso puede
hacer uso de la facultad que le confiere el Artículo ciento noventicuatro del Código
Procesal Civil para actuar pruebas de oficio cuando las ofrecidas por las partes son
insuficientes para formar convicción. Siendo esto así, y como la Sala Casatoria no puede
valorar medios probatorios, menos ordenar la actuación de los mismos la sentencia apelada
no puede subsistir...»

CASACION Nro. : 692 - 99 / CALLAO.

Lima, veintitrés de julio de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA: Vista la causa número seiscientos noventidós-noventinueve; en Audiencia
Pública de la fecha; y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Diseños Especiales DIESA Sociedad
Anónima, mediante escrito de fojas trescientos setentiséis, contra la resolución de vista de
fojas trescientos cuarenta, su fecha veintiuno de setiembre de mil novecientos noventiocho,
que revoca la apelada de fojas doscientos ochentitrés, su fecha cuatro de mayo del año
próximo pasado, que declara fundadas las pretensiones de resolución de contratos e
indemnización de daños y perjuicios reformándola declara infundadas las pretensiones
principales de resolución de contratos y la accesoria de indemnización de daños y
perjuicios, confirmándola en lo demás que contiene.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La Corte mediante resolución del veinte de abril del presenta año ha estimado procedente el
recurso por la causal contenida en el inciso primero del Artículo trescientos ochentiséis del
Código Adjetivo, fijando como materia casatoria establecer cuál es la correcta
interpretación de los Artículos mil doscientos veinte y mil doscientos veintiuno del Código
Civil.
CONSIDERANDO:

Primero.- Que, es menester precisar que la sentencia impugnada distingue en su motivación


dos pretensiones principales, la primera referida a la resolución del Contrato número cero
veintinueve-ochentinueve y la segunda a la resolución del Contrato número cero treinta-
ochentinueve.

Segundo.- Que, en lo concerniente al primer contrato sostiene que si bien la demandada no


cumplió con el pago en la forma pactada en el «Acta de Entendimiento», pues entregó
sumas distintas en fechas distintas a las acordadas, la demandante las recibió sin hacer
reserva alguna, por lo que resulta aplicable el Artículo mil doscientos veintiuno, primer
párrafo del Código Civil, el cual contiene una consecuencia del principio de integridad del
pago consagrado en el Artículo mil doscientos veinte del mismo Código.

Tercero.- Que, la impugnada -sobre la base la interpretación del Artículo mil doscientos
veintiuno del Código Civil- sostiene que al existir consentimiento entre el acreedor y el
deudor respecto al pago parcial, dicho consentimiento consiste entonces en un contrato
modificatorio del primero en cuanto al pago o cumplimiento de la prestación.

Cuarto.- Que, de la interpretación antes anotada la Sala concluye que el pago parcial
recibido por la recurrente equivale a un pago total, con lo que se cumple el principio de
integridad del pago y que, en consecuencia, el Contrato número cero veintinueve-
ochentinueve se extinguió y ya no se puede solicitar resolución judicial del mismo.

Quinto.- Que, al respecto, el Artículo mil doscientos veintiuno del Código Civil consagra
una regla general aplicable al caso sub litis en el que sólo existe un acreedor y un deudor y
es que el pago tiene la condición de indivisible, aún cuando la prestación sea divisible.
Como excepción la norma propone los casos en que la Ley o el contrato autoricen pagos
parciales o cuando la deuda tuviese una parte líquida y otra ilíquida.

Sexto.- Que, en el primer párrafo del Artículo mil doscientos veintiuno del Código Civil
contiene una norma referida a la prohibición de compeler al acreedor a recibir parcialmente
la prestación. En este caso, no es punto controvertido sino más bien hecho establecido en la
impugnada que el recurrente -acreedor no ha sido compelido a aceptar los pagos parciales
de la demandada, sino que tal recepción fue voluntaria.

Sétimo.- Que, es precisamente sobre la base de tal elemento -la voluntad- que la Sala colige
que existió un nuevo contrato modificatorio del primero y que los pagos parciales equivalen
a un pago total que ha extinguido el Contrato número cero veintinueve-ochentinueve por lo
que no cabe reclamar judicialmente su resolución.

Octavo.- Que, sin embargo, tal interpretación resulta errada pues no fluye del texto del
Artículo mil doscientos veintiuno del Código Sustantivo y, por el contrario, violenta el
sentido del Artículo mil doscientos veinte del mismo Cuerpo Legal que fija como principio
que el pago se entiende efectuado sólo cuando se ha ejecutado íntegramente la prestación,
lo cual no ha ocurrido en este caso tal como ha sido establecido en el décimo sexto
considerando de la impugnada.

Noveno.- Que, respecto al segundo contrato, la impugnada ha declarado infundada la


pretensión de resolución con base en que el mismo ha había sido resuelto
extrajudicialmente por la demandada, quien hizo uso de la cláusula resolutoria expresa, tal
como consta de la carta notarial de fojas cuarentinueve. Al respecto, para expedir el fallo en
este extremo la sentencia de vista no se apoya en los Artículos mil doscientos veinte ni mil
doscientos veintiuno del Código Civil, razón por la cual el recurso no puede ampararse en
este extremo.

Décimo.- Que, por otro lado, el Juez ha señalado el monto de la indemnización en forma
subjetiva sin prueba alguna que acredite el daño y su cuantía, obviando que en su calidad de
director del proceso puede hacer uso de la facultad que le confiere el Artículo ciento
noventicuatro del Código Procesal Civil para actuar pruebas de oficio cuando las ofrecidas
por las partes son insuficientes para formar convicción. Siendo esto así, y como la Sala
Casatoria no puede valorar medios probatorios, menos ordenar la actuación de los mismos
la sentencia apelada no puede subsistir: declarando FUNDADO el Recurso de Casación
interpuesto por Diseños Especiales Sociedad Anónima DIESA fojas trescientos setentiséis;
en consecuencia; NULA la resolución vista de fojas trescientos cuarenta, su fecha veintiuno
de setiembre de mil novecientos noventiocho; INSUBSISTENTE la apelada de fojas
doscientos ochentitrés, su fecha cuatro de mayo del mismo año; DISPUSIERON que el
Juez de la causa proceda con arreglo a Ley; ORDENARON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, en los seguidos por Diseños Especiales
Sociedad Anónima DIESA contra la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación
Comercial - CORPAC Sociedad Anónima sobre resolución de contrato, y los devolvieron.

SS. ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.; ECHEVARRIA A.; CASTILLO


LA ROSA S.; ALVA S.

Responsabilidad Contractual: Obligación de pagar intereses por inejecución de


obligaciones derivadas de contrato de cuenta corriente: inexigibilidad de probar el daño al
acreedor

«... La obligación de pagar intereses por inejecución de las obligaciones derivadas del
contrato de cuenta corriente tiene su amparo en los Artículos mil trescientos veintiuno y mil
trescientos veinticuatro del Código Sustantivo, estableciéndose en la última de las normas
citadas que el derecho a su cobro se ejercer (sic) sin necesidad que el acreedor pruebe haber
sufrido dado alguno. (...) Que, en ese sentido, carece de asidero la afirmación hecha por la
recurrente en el sentido que el (sic -léase al-) no haberse comprobado la existencia de
daños, no es procedente el pago de los intereses ordenado en la sentencia».

CASACION Nro. : 577 - 99 / LIMA.

Lima, cuatro de octubre de mil novecientos noventinueve.


La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, vista la causa
número quinientos setentisiete - noventinueve en audiencia pública de la fecha y producida
la votación con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:

1. MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el Banco Wiese Limitado mediante escrito
de fojas quinientos treintiuno, contra la sentencia de vista de fojas quinientos veintitrés, su
fecha diez de diciembre de mil novecientos noventiocho, expedida por la Sala de Procesos
Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirma en
parte la sentencia apelada de fojas trescientos noventisiete, su fecha quince de junio del
mismo año, en cuanto declara fundada en parte la demanda y ordena que el Banco Wiese
Limitado restituya a la demandante la suma de ochocientos veintinueve mil ciento setenta
nuevos soles, más intereses legales, e infundada la indemnización que se demanda
condenando al pago de costas y costos; revocándola en el extremo que fija el pago del
citado interés desde el diecisiete de enero de mil novecientos noventicinco, reformándola
en dicha parte, fijaron que el cálculo se efectúe desde el ocho de setiembre de mil
novecientos noventitrés.

2. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que concedido el Recurso de Casación a fojas quinientos cuarentitrés, fue declarado


procedente por resolución del cinco de mayo del año en curso por las causales previstas en
los incisos primero y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil, sustentando en: a) la aplicación indebida del Artículo quinientos setentiocho del
Código de Comercio, señalando al efecto que el ejercicio de los derechos previstos en dicha
norma sólo es posible siempre que se haya formalizado oportunamente el reclamo al que
hace referencia el Artículo quinientos ochentiuno del mismo Código; b) la inaplicación del
Artículo quinientos ochentiuno del Código de Comercio, por constituir una vía previa para
la aplicación del Artículo quinientos setentiocho del mismo Código; y, c) la interpretación
errónea del Artículo mil doscientos cuarentidós del Código Civil pues al no existir pacto de
intereses moratorios ni compensatorios y al haberse comprobado la no existencia de daños,
no es procedente el pago de intereses ordenado por la sentencia materia del presente
recurso.

3. CONSIDERANDO:

Primero.- Que, la norma contenida en el derogado Artículo quinientos ochentiuno del


Código de Comercio establecía la obligación de los Bancos de remitir periódicamente a los
clientes sus estados de cuenta, estableciéndose asimismo, que ante el silencio del cliente se
tenía por reconocidas las cuentas en la forma presentada, y sus saldos deudores o
acreedores serán definitivos y exigibles como cantidad líquida a la fecha de la cuenta.

Segundo.- Que, sin embargo, el Artículo quinientos setentiocho del Código de Comercio
dispone que la acción para solicitar el arreglo de la cuenta corriente, el pago del saldo
judicial o extrajudicialmente declarado, o la rectificación por errores, omisiones, partidas
extrañas o indebidamente llevadas al débito o al crédito, o por duplicación de partidas,
prescribe a los cinco años de haberse pasado la cuenta o aceptado el saldo de ella.

Tercero.- Que, de concordar las normas antes mencionadas, resulta claro que la finalidad
del Artículo quinientos ochentiuno del acotado código era la de facilitar el manejo
operativo de las cuentas corrientes, lo que en ningún caso podía ser interpretado como una
vía previa para el ejercicio de la acción a que se refiere el Artículo quinientos setentiocho
del mismo Código.

Cuarto.- Que, el propio texto del Artículo quinientos setentiocho excluye la interpretación
que pretende el recurrente, pues dicha norma facultad el ejercicio de la acción conducente
al arreglo de la cuenta corriente, lo que evidentemente incluye la restitución de los cargos
indebidos, aún en el caso que el saldo hubiera sido aceptado por el cliente.

Quinto.- Que, la denuncia por interpretación errónea del Artículo mil doscientos
cuarentidós del Código Civil tampoco puede prosperar, pues la obligación de pagar
intereses por inejecución de las obligaciones derivadas del contrato de cuenta corriente
tiene su amparo en los Artículos mil trescientos veintiuno y mil trescientos veinticuatro del
Código Sustantivo, estableciéndose en la última de las normas citadas que el derecho a su
cobro se ejercer sin necesidad que el acreedor pruebe haber sufrido dado alguno.

Sexto.- Que, en ese sentido, carece de asidero la afirmación hecha por la recurrente en el
sentido que el no haberse comprobado la existencia de daños, no es procedente el pago de
los intereses ordenado en la sentencia.

4. SENTENCIA:

Estando a las conclusiones precedentes y de conformidad con el Artículo trescientos


noventisiete del Código Procesal Civil: declararon INFUNDADO el Recurso de Casación
interpuesto a fojas quinientos treintiuno por Banco Wiese Limitado, representado por el
abogado doctor Juan Monroy Gálvez, en consecuencia NO CASAR la sentencia de vista de
fojas quinientos veintitrés, su fecha diez de diciembre de mil novecientos noventiocho;
CONDENARON al recurrente al pago de una multa de dos Unidades de Referencia
Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso;
en los seguidos por la Asociación de Exportadores - ADEX sobre restitución de dinero y
otro concepto; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial
El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. PANTOJA; IBERICO; OVIEDO DE A.; CELIS; ALVA

Responsabilidad del cónyuge (A)

Tratándose de la responsabilidad extracontractual de uno de los cónyuges, éste responde


sólo con sus bienes propios y con la parte que le correspondiere de la sociedad de
gananciales, no así con el total de los bienes sociales ni con los propios de su consorte, pues
la responsabilidad por actos personales no puede afectar el patrimonio del cónyuge no
responsable.

Casación 050-96-Cajamarca

CAJAMARCA

Lima, once de noviembre de mil novecientos noventiséis.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en Audiencia Pública el


once del presente mes y año, signada con el número cincuenta-noventiséis - Lima, emite la
siguiente sentencia:

1º).- MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el demandado don Saturnino García
Guevara, contra la sentencia de vista de fojas setentinueve, su fecha primero de diciembre
de mil novecientos noventicinco, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de
Cajamarca, que confirmando la apelada de fojas cuarentinueve, su fecha cuatro de agosto
del mismo año, declara fundada la demanda de fojas ocho interpuesta por Bessy del Pilar
Rodríguez Querzola; con lo demás que contiene.

2º).- FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que, el recurrente sustenta su Recurso de Casación en el inciso segundo del artículo


trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, sosteniendo que se ha inaplicado los
artículos trescientos nueve y trescientos diecisiete del Código Civil, ya que está probado en
autos que tanto la demandante como su cónyuge se han beneficiado con el dinero
ilícitamente obtenido por este último.

3º).- CONSIDERANDO:

Primero.- Que, conforme aparece de fojas ochentinueve mediante Resolución de veintiséis


de diciembre de mil novecientos noventicinco, se concedió el Recurso de Casación, y por
resolución de seis de junio del presente año se declaró procedente por la causal de
inaplicación de una norma de derecho material prevista en el inciso segundo del artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil.

Segundo.- Que, de acuerdo con la copia del acta de embargo de fojas siete, la medida
precautoria hecha efectiva sobre el inmueble ubicado entre los jirones Urrelo y Mario
Urteaga números mil noventa y mil noventiocho, se ha efectuado como un bien de
propiedad de don Juan Alfredo Rosell Paredes, en un cincuenta por ciento de dicho
inmueble.

Tercero.- Que, según el escrito de contestación de la demanda de fojas dieciocho, el


demandado don Saturnino García Guevara aduce como fundamento legal el artículo
trescientos ocho(1) del Código Civil sustentándolo en que la adquisición del inmueble se ha
hecho en provecho familiar con el dinero fruto del delito del que fue víctima de parte del
referido demandado.

Cuarto.- Que, al plantear el Recurso de Casación don Saturnino García Guevara a fojas
ochentisiete expresa como argumento de defensa la aplicación del artículo trescientos
diecisiete del Código Civil o en su defecto del numeral trescientos nueve del acotado
Código Sustantivo, que, el primer dispositivo se refiere a la responsabilidad por deudas de
la sociedad, situación que no se da en el caso de autos y, el segundo se contrae a la
responsabilidad extracontractual de un cónyuge, o sea derivado por acto ilícito; que, en este
caso no sólo quedan libres de afectación los bienes propios del otro consorte sino también
la parte que le correspondería en los bienes de la sociedad en caso de liquidación; Que, tal
es el temperamento sostenido por comentaristas y autores del proyecto del Código Civil
vigente en esta materia, que corroborando la tesis de la resolución impugnada, se ha
establecido que tratándose de un acto absolutamente personal, no tiene por que afectar el
patrimonio del otro, ni perjudicarlo en la parte que eventualmente le correspondería por
concepto de gananciales.

Quinto.- Que, tratándose de un acto propio de un cónyuge, no puede afectar los derechos y
acciones que corresponden a la cónyuge en el inmueble embargado, ya que no se trata de
obligación que la sociedad conyugal debe responder.

Sexto.- Que, en consecuencia no resultan aplicables al caso las normas de derecho material
invocadas al amparo del inciso segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código
Procesal Civil.

4º).- SENTENCIA:

Estando a las conclusiones que anteceden: declararon INFUNDADO el Recurso de


Casación interpuesto por don Saturnino García Guevara, y, en consecuencia, NOCASAR la
sentencia de fojas setentinueve, su fecha primero de diciembre de mil novecientos
noventicinco, expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Cajamarca, que
confirmando la apelada de fojas cuarentinueve, su fecha cuatro de agosto del mismo año
declara fundada la demanda de fojas ocho interpuesta por doña Bessy del Pilar Rodríguez
Querzola; con lo demás que contiene; CONDENARON al recurrente al pago de una multa
de dos Unidades de Referencia Procesal y de las costas y costos del proceso, originados por
la tramitación del recurso.

5º).- ORDENARON:

La publicación de la presente sentencia en el Diario Oficial El Peruano, de conformidad


con lo que dispone la última parte del artículo cuatrocientos del Código Procesal Civil; en
los seguidos por doña Bessy Del Pilar Rodríguez Querzola de Rossell con don Saturnino
García Guevara y otro sobre Tercería de Propiedad; y los devolvieron.

SS. RONCALLA; ROMAN; REYES;


VASQUEZ; ECHEVARRIA
Responsabilidad del médico: monto indemnizatorio

Para establecer el monto indemnizatorio no es suficiente determinar la responsabilidad del


médico, sino además tener en cuenta las circunstancias que rodean el hecho causante del
daño, los naturales riesgos de la actividad profesional y la complejidad del caso.

Expediente 2618-88-LIMA

.., ocho de setiembre de mil novecientos ochentinueve.-

VISTOS; por los fundamentos de la recurrida; y CONSIDERANDO ADEMAS: que de


autos aparece que el demandado admitió su responsabilidad en el resultado de la operación
quirúrgica que practicó al demandante, procediendo a fijar de mutuo acuerdo un monto a
abonarse y aún un modo de ejecutar diferido hasta diciembre de mil novecientos
ochenticuatro; que, esto aparece de la carta notarial remitida por el demandante y que no ha
sido desmentida en su contenido por el demandado, habiendo quedado demostrado que le
fue remitida y entregada por el texto de la anotación del reverso (fojas sesentisiete y fojas
sesentisiete vuelta); que, por otra parte, si bien el informe o memorándum de fojas
noventitres, contiene una opinión sobre la etiología de la parálisis facial materia del debate
de esta causa, según la cual "reiteran la certeza de que se debió a la presencia de una lesión
tumoral del mismo nervio que en la segunda intervención fue extirpado", también es cierto
que en dicha opinión no se ha establecido la edad de dicha tumoración y si ésta se presentó
después de la primera operación o estuvo ya presente antes de ella, lo que inclina a concluir
que si existió antes de la operación primera, la que produjo la parálisis facial, debió ser
objeto de cuidadoso trato antes de operar o en la propia operación; que resulta en
consecuencia, acreditada la responsabilidad del demandado doctor Rubén de Celis; que el
monto demandado en dólares, debe entenderse en el sentido de utilizar una referencia o
patrón para defenderse de los efectos de la devaluación monetaria y de la inflación que
sufre el país; que, ese monto debe ser prudencialmente fijado pues no solamente ha de
tenerse en cuenta el daño ocasionado al paciente, sino las circunstancias que rodean la
intervención del profesional, los naturales riesgos a que está sometida su actividad, la
complejidad del caso y la presencia detectada de la tumoración aludida en el memorándum
glosado, pues aunque no excluye la responsabilidad establecida, constituye un elemento de
juicio para advertir que el daño no se ha producido solamente por actitud negligente del
médico' que, de este modo la reparación fijada por la Corte Superior debe ser
prudencialmente disminuida; que no existe prueba alguna que incline a considerar
indispensable la rehabilitación del demandante en un país extranjero: declararon NO
HABER NULIDAD en la resolución de vista de fojas doscientos treintisiete, su fecha
veintisiete de junio de mil novecientos ochentiocho, en cuanto confirmando la sentencia
apelada de fojas ciento setentinueve, fechada el veintinueve de setiembre de mil
novecientos ochentiséis, declara fundada la demanda y en consecuencia que los
demandados deben asumir solidariamente los gastos que generen la rehabilitación del
demandante; declararon HABER NULIDAD en la propia resolución de vista en cuanto
confirmando la apelada ordena que el actor sea atendido para la recuperación de su salud en
Estocolmo Suecia; y en cuanto fija en veinte mil dólares americanos el monto
indemnizatorio; reformando la de vista y revocando la apelada en esos extremos
MANDARON que el tratamiento sea efectuado por los demandados en un Centro
Especializado de esta ciudad, y FIJARON en quince mil dólares el monto a pagarse por el
citado concepto indemnizatorio; o su equivalente en moneda nacional a tipo de cambio del
día del pago; declararon NO HABER NULIDAD en lo demás que contiene; en los seguidos
por don Juan Garcés Molina con don Efrain Rubén Celis Calle y otro sobre indemnización
y otro concepto; y los devolvieron.-

SS.
SILVA VALLEJO
VASQUEZ VEJARANO
MONTOYA ANGUERRY
OSORIO BERNUY
VILCHEZ GUEVARA

Responsabilidad extracontractual

En la responsabilidad extracontractual objetiva se prescinde de la culpabilidad y de la


voluntariedad del ser humano, porque se tiene en cuenta el resultado dañoso y la causalidad
material.
Cuando la víctima actúa imprudentemente respecto de su persona exponiéndose por ello al
peligro de sufrir un daño, constituye un hecho ajeno que interrumpe el nexo causal y excusa
la responsabilidad del dueño de la cosa riesgosa o peligrosa o de quien ejerce una actividad
peligrosa.

Exp. N° 1757-98

Sala de Procesos Ejecutivos


Lima, catorce de octubre de mil novecientos noventiocho.
VISTOS; Interviniendo como Vocal Ponente el señor Díaz Vallejos; por sus fundamentos;
y CONSIDERANDO Además: Primero.- Que es materia de grado la resolución apelada de
fojas ochentidós, así como la sentencia que pone fin a la instancia primigenia; Segundo.-
Que respecto a la primera resolución, ésta debe confirmarse por sus propios fundamentos y
porque además la tacha formulada resulta extemporánea, pues el atestado policial fue
ofrecido con la demanda; Tercero.- Que en cuanto al fondo del asunto debe señalarse, que
nos encontramos fente a un caso de responsabilidad civil extracontractual por cosa riesgosa
o actividad peligrosa, previsto como responsabilidad civil extracontractual objetiva por el
artículo mil novecientos setenta del Código Civil, esto es el hecho de conducir un vehículo
motorizado, por lo que resulta necesario establecer el nexo de causalidad; Cuarto.- Que en
efecto, en este tipo de responsabilidad extracontractual objetiva se prescinde de la
culpabilidad e incluso de la voluntariedad del ser humano, teniéndose en cuenta: a) el
resultado dañoso y b) el vínculo de causalidad material entre ese resultado y el sujeto a
quien se hace responsable; Quinto.- Que del análisis del atestado policial que corre a fojas
noventiséis a ciento veinticinco fluye que el día del accidente el actor se desplazaba en su
vehículo a una velocidad de setenta a ochenta kilómetros por hora aproximadamente y al
observar que el vehículo de la emplazada hizo su ingreso a la cuneta y bordea su carril de
circulación, atinó a pisar freno en seco, y debido a la velocidad que se desplazaba pierde la
estabilidad produciéndose la volcadura; Sexto.- Que resulta evidente que este hecho se ha
originado por propia acción del demandante, no habiendo tenido participación la emplazada
en la producción de este evento, más aún que del mismo atestado aparece que el vehículo
del actor quedó a una distancia de cuarenta metros aproximadamente del vehículo de la
emplazada, y cuyas posiciones se grafican en el croquis de fojas ciento veinticinco;
Sétimo.- Que cuando la víctima actúa imprudentemente respecto de su persona
exponiéndose por ello al peligro de sufrir un daño, constituye un hecho ajeno que
interrumpe el nexo causal y excusa la responsabilidad del dueño de la cosa riesgosa o
peligrosa o de quien ejerce una actividad peligrosa, tal como lo prevé el artículo mil
novecientos setentidós del Código citado; Octavo.- Que ante la improbanza de la pretensión
resulta de aplicación lo dispuesto por el artículo doscientos del Código Procesal Civil:
CONFIRMARON la resolución de fojas ochentidós su fecha dieciséis de setiembre de mil
novecientos noventiséis que declara Improcedente la nulidad deducida; CONFIRMARON
la sentencia apelada de fojas ciento cincuentiséis a ciento sesentiuno su fecha veinte de
diciembre de mil novecientos noventiséis que declara Infundada la tacha interpuesta por el
demandante de fojas cincuenta a cincuentiocho e INFUNDADA la demanda de fojas
quince a veintiuno; sin costas ni costos; Hágase saber y los devolvieron.
SS. MANSILLA NOVELLA / DÍAZ VALLEJOS / AMPUDIA HERRERA

Responsabilidad extracontractual: Criterios de determinación (A)

... la responsabilidad extracontractual se determina sobre la base de dos criterios claramente


diferenciados: el de la responsabilidad subjetiva y el de la responsabilidad por cosa riesgosa
o actividad peligrosa... En el primer caso, es necesario que se establezca el dolo o la culpa
del autor del daño. En el supuesto de la responsabilidad por riesgo, cuando se produce un
daño como consecuencia de la utilización de un instrumento o un quehacer riesgoso o
peligroso, no es necesario determinar la culpa o dolo del agente; los descargos son del caso
fortuito, la fuerza mayor, el hecho determinante de un tercero o la imprudencia de la
víctima...

CAS. Nº 2902-99

LIMA

Lima, ocho de febrero del dos mil

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA, vista la Causa número dos mil novecientos dos-noventinueve, con el
acompañado, en Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley,
emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO DE CASACIÓN:

Compañía Impresora Peruana Sociedad Anónima recurre en casación de la sentencia de


vista de fojas cuatrocientos setentiocho, del veinte de setiembre de mil novecientos
noventinueve que confirma la apelada de fojas cuatrocientos once del ocho de enero de mil
novecientos noventinueve, que declara fundada en parte la demanda de fojas cincuentiuno y
ordena que los demandados Juan Wilmer Lescano Arias y la Compañía Impresora Peruana
Sociedad Anónima paguen al demandado don Alberto Astete Odiaga en forma solidaria la
suma de treinticinco mil nuevos soles por concepto de indemnización, más intereses legales
computados desde la fecha en que se produjo el hecho dañoso, con lo demás que contiene.

FUNDAMIENTOS DEL RECURSO:

Por Resolución del seis de diciembre del año próximo pasado, se declaró la procedencia del
recurso por las causales de interpretación errónea del Artículo mil novecientos setenta y mil
novecientos ochentitrés del Código Civil, así como la inaplicación del Artículo mil ciento
ochentitrés del mismo Código, con la siguiente argumentación: a) Que la sentencia de vista
interpreta el Artículo mil novecientos setenta en el sentido que basta con aparecer en el
Registro de Propiedad Vehicular como propietario del vehículo para ser responsable de los
riesgos que puedan derivarse de éste, y examina el nexo de causalidad, no con el daño sino
con la propiedad; que la obligación de reparar el daño a que se refieren los Artículos mil
novecientos sesentinueve y mil novecientos setenta surgen necesariamente de una acción u
omisión de aquel a quien se le imputa la responsabilidad y no por el mero hecho de ser
propietario, y que la interpretación correcta de la norma implica la utilización del bien
riesgoso o peligroso; b) Que hay interpretación errónea del Artículo mil novecientos
ochentitrés para imputarles una responsabilidad solidaria sin previamente determinar el
grado de su intervención en el hecho dañoso, sólo por aparecer en el Registro de la
Propiedad Vehicular como propietarios, cuando dicho artículo comprende la
responsabilidad "in eligiendum" y que la interpretación correcta es que dicho dispositivo es
concerniente al caso que varias personas actúen conjuntamente; y c) Que de acuerdo con el
Artículo mil ciento ochentitrés la solidaridad no se presume;

CONSIDERANDO:

Primero.- Que en el Código Civil Peruano, la responsabilidad extracontractual se determina


sobre la base de dos criterios claramente diferenciados: a) el de la responsabilidad
subjetiva, (Artículo mil novecientos sesentinueve), y, b) el de la responsabilidad por cosa
riesgosa o actividad peligrosa (Artículo mil novecientos setenta).

Segundo.- Que en primer caso es necesario que se establezca el dolo o la culpa del autor del
daño, estableciendo el Artículo pertinente la inversión de la prueba, como una excepción a
la regla general, de tal manera que cuando se causa un daño, el dolo o la culpa se presumen.

Tercero.- En el supuesto de la responsabilidad por riesgo, cuando se produce un daño como


consecuencia de la utilización de un instrumento o un quehacer riesgoso o peligroso, no es
necesario determinar la culpa o dolo del agente; los descargos son el caso fortuito, la fuerza
mayor, el hecho determinante de un tercero o la imprudencia de la víctima (Artículo mil
novecientos setentidós).

Cuarto.- Son especies dentro de este género, la responsabilidad por el daño causado por un
animal (responsabilidad noxal), por la ruina de un edificio, y la responsabilidad vicaria.
Quinto.- Que sin ambages, el transporte, y dentro de él la circulación automotriz es
considerada como una actividad riesgosa, y por eso, quien pone en circulación un vehículo
automotor asume responsabilidad objetiva por el daño que pueda causar.

Sexto.- Que una cosa se encuentra a nuestro servicio cuando podemos disponer de ella para
nuestro uso y nos servimos de ella cuando la usamos, sea cual fuere la finalidad de este uso.

Sétimo.- Que la propiedad de una cosa, como poder jurídico, conlleva la autoridad para
gobernarla y dirigirla; aún cuando en el hecho no se encuentre en poder de su propietario, o
la tenga otra persona por encargo.

Octavo.- Que la anterior conclusión es fundamental para determinar la responsabilidad por


el daño causado por las cosas de que nos servimos o que tenemos a nuestro cuidado, pues
cuando el Código establece la responsabilidad por los daños que se causen por las cosas,
comprende tanto a quien la tenga de hecho como al que la tengan jurídicamente o de
derecho.

Noveno.- Por eso mismo, en los casos de responsabilidad noxal, del daño causado por
animales, la responsabilidad recae en su propietario, y en el caso del daño causado por
edificios ruinosos, la responsabilidad, igualmente, recae en el propietario, como establecen
los Artículos mil novecientos setentinueve y mil novecientos ochenta del Código
Sustantivo.

Décimo.- Que no parece discutible el postulado de que es responsable quien, en el


momento del daño detentaba la propiedad del bien, o sea su dominio inmediato, y se
encontraba, por tanto, en la posibilidad física y moral de impedirle dañar. Por eso también
el Artículo mil novecientos setenta, no distingue entre el que legítimamente se sirve o cuida
de la cosa, de aquel que ilegítimamente la guarda, la usa o la aprovecha.

Décimo Primero.- Que el dominio de la cosa, dada su finalidad económica, confiere al


propietario su uso y goce, o sea, la posibilidad jurídica de servirse de ella, lo que, para el
derecho, vale tanto como usarla realmente; por otro lado, el dominio de la cosa comporta su
guarda y su custodia de modo que no cause daño, de donde resulta que el propietario, al
mismo tiempo que se sirve de la cosa que es suya, la tiene también a su cuidado, estando
obligado por un principio de derecho a realizar ese cuidado de tal modo que impida que la
cosa dañe a alguien.

Décimo Segundo.- Que los hechos de un bien riesgoso, son consecuencia de la actividad de
quien los gobierna y domina, de tal manera que puede impedir que se produzcan, pues tales
hechos pueden ser, ordinariamente previstos y evitados.

Décimo Tercero.- Que en consecuencia, cuando la sentencia de vista establece la


responsabilidad del propietario del vehículo en aplicación de lo dispuesto en el Artículo mil
novecientos setenta del Código Civil(1), ha practicado una interpretación correcta de la
norma.
Décimo Cuarto.- Que habiéndose establecido la responsabilidad del conductor y del
propietario del vehículo, estos son solidarios en el pago de la indemnización señalada,
como dispone el Artículo mil novecientos ochentitrés del Código sustantivo, en cuya
redacción no se advierte el verbo «actuar» a que alude el recurrente, por lo que se concluye
que igualmente, la sentencia de vista ha hecho una interpretación correcta de dicha norma;
y dado que la ley establece la solidaridad, no se ha dado la inaplicación de lo dispuesto en
el Artículo mil ciento ochentitrés del mismo Código(2). Por estos fundamentos, declararon
INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas cuatrocientos ochenticuatro
contra la resolución de vista de fojas cuatrocientos setentiocho, su fecha veinte de setiembre
del año próximo pasado; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costo
originados en la tramitación del recurso, así como a la multa de dos Unidades de Referencia
Procesal; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por don Alberto Astete Odiaga con Compañía Impresora Peruana
Sociedad Anónima y otro, sobre indemnización; con costas y costos; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS P.;


ROMÁN S.; ECHEVARRÍA A.; DEZA P.

Responsabilidad extracontractual: Objeto de prueba

«... Para que proceda la demanda de indemnización por responsabilidad extracontractual, es


necesario probar (...) tanto la existencia de daños y perjuicios alegados como la relación de
causalidad entre el acto del demandado y el resultado dañoso producido...»

CASACION Nro. : 185 - T - 97 / ICA.

Lima, seis de noviembre de mil novecientos noventisiete.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA.- vista la Causa número ciento ochenticinco - noventisiete, en la Audiencia
Pública de la fecha; y producida la votación con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia;
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Luis
Gustavo Silva Laos, apoderado de don Carlos Antonio Merino Ramos, mediante escrito de
fojas doscientos setenticinco, contra la resolución de vista de fojas doscientos sesenta, su
fecha diecinueve de noviembre de mil novecientos noventiséis; expedida por la Sala Civil
de la Corte Superior de Ica; que confirmando la apelada de fojas doscientos fechada el
cinco de junio del mismo año, declara fundada en parte la demanda de fojas veinticinco y
ordena que los demandados abonen a la demandada en forma solidaria la suma de ocho mil
dólares americanos o su equivalente en moneda nacional; con lo demás que contiene;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- El codemandado recurrente Carlos Antonio Merino
Ramos, citando el inciso primero del Articulo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil; fundamenta su recurso manifestando que, al expedirse la resolución de vista se han
inaplicado indebidamente los Artículos mil novecientos sesentinueve y mil novecientos
ochenticinco del Código Civil, cuando la norma pertinente para el caso es el Artículo mil
novecientos setentidós del mismo Código, por la imprudencia temeraria de la víctima que
contribuyó para que se produzca el evento dañoso; CONSIDERANDO: Primero.- que, el
ordenamiento jurídico peruano en materia de responsabilidad extracontractual se proyecta
bajo tres criterios de información: a) de la responsabilidad subjetiva; b) de la
responsabilidad por el empleo de cosas riesgosas o actividades peligrosas; y c) de la
responsabilidad objetiva; Segundo.- que, la ley se orienta por el canal objetivo de la
responsabilidad, sin abandonar la idea tradicional de la culpa en que se apoya el aspecto
subjetivo de la misma, lo que es fácil advertir de la simple lectura de la normatividad
sustantiva vigente; en otros términos, dicha normatividad coordina en prudentes
proporciones los elementos objetivo y subjetivo de la responsabilidad; Tercero.- que, para
que proceda la demanda de indemnización por responsabilidad extracontractual, es
necesario probar como está demostrado en autos, tanto la existencia de daños y perjuicios
alegados como la relación de causalidad entre el acto del demandado y el resultado dañoso
producido; Cuarto.- que, el accidente automovilístico tuvo lugar a las dos horas y treinta
minutos del día dos de octubre de mil novecientos noventicuatro, a inmediaciones de la
avenida Idelfonso de la ciudad de Chincha Alta, zona urbana con importante densidad
poblacional, que imponía al conductor tomar las previsiones necesarias para evitar
percances como el ocurrido; Quinto.- que, en este orden de ideas, las diferencias se
resuelven, siguiendo la teoría del riesgo creado o responsabilidad objetiva, en virtud a que
los hechos sucedieron como consecuencia de haberse puesto en actividad un automotor y
obviamente en tal caso los resultados se miden objetivamente por el daño causado,
independientemente de la conducta de la víctima, que en todo caso sólo sirve para graduar
equitativamente el monto reparador; Sexto.- que, por las consideraciones precedentes, el
Artículo mil novecientos setentidós invocado por el recurrente en amparo de sus
pretensiones, no tiene aplicación para el caso de autos, sino en concordancia con lo que
expresamente prescriben los Artículos mil novecientos setenta y mil novecientos setentitrés
del Código Civil de modo que siendo esto así necesariamente tenemos que admitir que las
normas contenidas en los numerales mil novecientos sesentinueve y mil novecientos
ochenticinco del citado Código, que sirve de sustento a las resoluciones inferiores, han sido
aplicadas correctamente, se entiende en armonía con lo dispuesto en el Artículo mil
novecientos ochentiuno del acotado Código Civil; Sétimo.- que, sin embargo, aun siendo
procedente la demanda, teniendo en cuenta que los daños irrogados deben indemnizarse
con una suma de dinero, ésta tiene que ser en moneda de curso nacional y no en dólares;
Declararon FUNDADO en parte el Recurso de Casación, de fojas doscientos setenticinco,
interpuesto por Luis Gustavo Silva Laos apoderado de don Carlos Antonio Merino Ramos;
en el extremo que señala la indemnización en moneda extranjera; y en consecuencia;
REFORMANDO la resolución de vista de fojas doscientos sesenta, su fecha diecinueve de
noviembre de mil novecientos noventiséis; y, REVOCANDO la apelada de fojas
doscientos, fechada el cinco de junio del mismo año, en este extremo; fijaron por dicho
concepto la suma de veinte mil nuevos soles; con sus intereses legales; ORDENARON se
publique la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, en los seguidos por doña
Martha Etelvina Mendoza Pacheco de Rivas y otra, con don Carlos Antonio León Merino
Ramos y otro, sobre indemnización; y, lo devolvieron.

SS. URRELLO A.; BUENDIA G.; ORTIZ B.; SANCHEZ PALACIOS P.;
ECHEVARRIA A.

Responsabilidad extracontractual: Improcedencia de la indemnización en caso de


improbanza del daño e irrelevancia de existencia de dolo o culpa
«... Las sentencias inferiores han establecido que el demandante no ha probado el daño, por
lo que no puede haber lugar a una indemnización por daños y perjuicios, siendo irrelevante
si ha existido dolo o culpa de la presunta autora».

CASACION Nro. : 2722 - 98 / LIMA.

Lima, diecinueve de mayo de mil novecientos noventinueve.

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPUBLICA, vista la causa número dos mil setecientos veintidós - noventiocho, en
Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley; emite la siguiente
sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

Se trata del Recurso de Casación interpuesto por el Banco Central de Reserva del Perú,
mediante escrito de fojas ochocientos diecinueve, contra la sentencia emitida por la Sala de
Procesos Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
ochocientos catorce, su fecha nueve de julio de mil novecientos noventiocho, que
confirmando la apelada de fojas setecientos dieciocho su fecha diez de diciembre de mil
novecientos noventisiete, declaró infundada la demanda.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Que, concedido el Recurso de Casación a fojas ochocientos veintiocho, fue declarado


procedente por resolución de fecha veintiséis de noviembre de mil novecientos
noventiocho; por los incisos segundo y tercero del Artículo trescientos ochentiséis del
Código Procesal Civil sustentada en: a) La inaplicación del Artículo mil novecientos
sesentinueve del Código Civil; y b) La infracción de los Artículos ciento noventiséis y
ciento noventisiete del Código Procesal Civil, basadas ambas articulaciones en que la carga
de la prueba le correspondía a la demandada, porque el descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor y se considera que el recurrente no ha probado el daño, cuando en
los casos de responsabilidad extracontractual la prueba se invierte.

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, para que proceda la indemnización por daños y perjuicios, por la
responsabilidad extracontractual que establece el Artículo mil novecientos sesentinueve del
Código Civil se necesitan dos requisitos: a) Que exista un daño y b) Que el autor del daño
haya actuado con dolo o culpa.

Segundo.- Que, dicho artículo también señala que el descargo por falta de dolo o culpa
corresponde a su autor.

Tercero.- Que, eso también supone que la prueba del daño corresponde a la supuesta
víctima.
Cuarto.- Que, en este caso, las sentencias inferiores han establecido que el demandante no
ha probado el daño, por lo que no puede haber lugar a una indemnización por daños y
perjuicios, siendo irrelevante si ha existido dolo o culpa de la presunta autora.

Quinto.- Que, por las razones expuestas y no presentándose las causales de los incisos
segundo y tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil,
declararon: INFUNDADO el Recurso de Casación de fojas ochocientos diecinueve
interpuesto por el Banco Central de Reserva del Perú, no casar la sentencia de vista de fojas
ochocientos catorce de fecha nueve de julio de mil novecientos noventiocho,
CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos originados en la tramitación
del recurso, así como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON
que la presente resolución se publique en el Diario Oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por el Banco Central de Reserva del Perú con Ita Del
Rosario Amayo Martínez sobre restitución de dinero y otro; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ORTIZ B.; ECHEVARRIA A.; ZEGARRA Z.

EL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR CASTILLO LA ROSA SANCHEZ ES COMO


SIGUE:

CONSIDERANDO: Primero.- Que, la comisión de un delito lleva consigo necesariamente


la reparación civil porque es consustancial a la comisión de un ilícito penal, el daño sea
material o moral; Segundo.- Que, la demandada Ita del Rosario Amayo Martínez fue
condenada a la pena privativa de libertad de un año y al pago de la reparación civil de
trescientos nuevos soles, sentencia en la cual ella se conformó, como es de verse de las
copias presentadas a fojas setecientos veinticinco con posterioridad a la expedición de la
sentencia del Juez Penal; Tercero.- Que, esta prueba no fue admitida ni denegada por la
Corte Superior, menos aún el cuadro analítico presentado por el Banco Central de Reserva
del Perú como anexo de la demanda del que surge que ella fue ascendida de analista a
«analista profesional» con aumento de sueldo en virtud de los títulos falsificados que
presentó; Cuarto.- Que, esta omisión del examen de pruebas y valoración de las mismas
evidentemente afectan el debido proceso por infracción de los Artículos ciento noventiséis
y ciento noventisiete del Código Procesal Civil, en que se funda la causal amparada por el
inciso tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Adjetivo; en consecuencia
siendo fundada esta causal del Recurso de Casación que trae consigo la nulidad de la
sentencia de vista, deviene en innecesario pronunciarse sobre la causal de inaplicación del
Artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil; Quinto.- Por estos fundamentos
MI VOTO es porque se declare: FUNDADO el Recurso de Casación por la causal de
contravención de normas que garantizan el derecho a un debido proceso; en consecuencia
se declare NULA la sentencia de vista expedida por la Sala Civil Superior de Procesos
Abreviados y de Conocimiento y se ORDENE expedir nueva sentencia con arreglo a Ley;
en los seguidos por el Banco Central de Reserva del Perú con Ita Rosario Amayo Martínez
sobre restitución de dinero y otro.

CASTILLO LA ROSA S.
Responsabilidad extracontractual: Pretensión indemnizatoria: exigibilidad de probanza por
quien la invoca

«... Si bien el artículo mil doscientos diecinueve inciso tercero del Código Civil establece,
como objeto de las obligaciones el autorizar al acreedor a obtener del deudor la
Indemnización correspondiente, esta pretensión debe ser probada por quien la invoca y no
entenderse como una consecuencia fatal e inevitable, tanto más, que el artículo mil
trescientos treintiuno del acotado cuerpo legal establece que la prueba de los daños y
perjuicios y su cuantía también corresponde al perjudicado por la inejecución...»

EXPEDIENTE : 485 - 95.

Lima, veinticuatro de agosto de


mil novecientos noventicinco.-

VISTOS: interviniendo como Vocal ponente el señor Braithwaite Gonzáles; por sus propios
fundamentos y CONSIDERANDO: Además: PRIMERO: que si bien el artículo mil
doscientos diecinueve inciso tercero del Código Civil establece, como objeto de las
obligaciones el autorizar al acreedor a obtener del deudor la Indemnización
correspondiente, esta pretensión debe ser probada por quien la invoca y no entenderse como
una consecuencia fatal e inevitable, tanto más, que el artículo mil trescientos treintiuno del
acotado cuerpo legal establece que la prueba de los daños y perjuicios y su cuantía también
corresponde al perjudicado por la inejecución; SEGUNDO: que siendo esto así al no haber
actuado el demandante con tal propósito prueba idónea que persuada al Juzgador la
solvencia de las preces de su demanda debe ser desestimada en el extremo que solicita el
pago de una indemnización; CONFIRMARON: la sentencia apelada de fojas sesentinueve
a fojas setentidós, su fecha nueve de diciembre de mil novecientos noventicuatro; que
declara fundada la demanda de fojas once a fojas trece y declara resuelto el contrato de
compra venta celebrado el día cinco de noviembre de mil novecientos noventiuno por las
partes y consecuentemente que el demandado devuelva el predio ubicado en la avenida
nueva Tomás Marsano número mil quinientos cincuentitrés Departamento número
trescientos cuatro block «D», el estacionamiento número veintinueve de dicho conjunto
residencial, cuyas características corre inscrita en la ficha número doscientos noventicuatro
mil cuatrocientos sesentiséis del Registro de la Propiedad Inmueble de los Registros
Públicos de Lima; con lo demás que contiene y los devolvieron.- Señores: MANSILLA
NOVELLA / BRAITHWAITE GONZALES / VALCARCEL SALDAÑA.

Responsabilidad objetiva

El uso de objetos o aparatos de riesgo como es un camión, trae consigo la responsabilidad


del pago de los daños que ese uso produzca a terceros.
No obstante que el chofer causante del accidente venía prestando servicios a la demandada
y existía un contrato para responder por los daños que ocasione la demandada, dicho pacto
define relaciones internas pero no puede determinar el derecho indemnizatorio de terceros,
puesto que la responsabilidad del riesgo es objetiva.
Expediente 446-97

Sala Nº 4

Lima, dieciséis de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; intervinieron como Vocal Ponente el doctor Castillo la Rosa Sánchez, por sus
fundamentos, y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, el uso de objetos o aparatos de
riesgo como es un camión, trae consigo la responsabilidad del pago de los daños que ese
uso produzca a terceros, así funciona la teoría del riesgo que recoge el artículo mil
novecientos setenta del Código Civil; Segundo.- Que, en el caso de autos el uso del camión
perteneciente a la Municipalidad Distrital de Miraflores durante el uso que le daban,
embistió por la parte posterior a la camioneta de la demandante, produciéndoles daños cuya
indemnización se reclama; Tercero.- Que, a mayor abundamiento, el chofer causante del
accidente, codemandado Jorge Ruiz Frías, venía prestando servicios a la Municipalidad
indicada, haya sido o no proporcionado por la empresa Mecser y si bien en la cláusula sexta
del contrato de prestación de servicios celebrado entre la Municipalidad y Mecser, obrante
a fojas ciento cuarenticuatro, ésta responderá los daños frente a terceros, tal pacto define
relaciones internas entre ambas, pero no puede determinar el derecho indemnizatorio de
terceros, conforme a la responsabilidad del riesgo, que es objetiva, pero es del caso anotar
además que ese contrato se suscribió después de producido el accidente e incluso después
de planteada la demanda, debiendo tenerse además presente que entre la relación de los
choferes de la empresa prestadora de servicios, que corre a fojas ciento setenta no figura el
expresado codemandado; Cuarto.- Que, la parte demandante no ha interpuesto apelación
respecto del monto de la indemnización fijada por el juez; CONFIRMARON: la sentencia
de fojas ciento cinco, su fecha veinte de diciembre de mil novecientos noventiséis, que
declara fundada la demanda y dispone que la Municipalidad demandada abone la suma de
cinco mil Nuevos Soles solidariamente con su codemandado, más los intereses legales
después cuando se produjo el evento dañoso, con lo demás que contiene; y los devolvieron.

S.S.
CASTILLO LA ROSA SANCHEZ
GONZALES CAMPOS
BARRERA UTANO

Responsabilidad objetiva: nexo causal. Inversión de la prueba

En la responsabilidad objetiva no se requiere que medie una conducta dolosa o culposa por
parte del demandado. Basta que exista el nexo causal entre el desarrollo de la actividad
peligrosa con el daño causado al agraviado a consecuencia de dicha actividad. Al invertirse
la carga de la prueba, el autor debe probar que hubo ruptura del nexo causal para
determinar su no obligación a reparar el daño.

Expediente 3300-97
Sala Nº 3

Lima, cuatro de mayo de mil novecientos noventiocho.

VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Carbajal Portocarrero; y


CONSIDERANDO: Primero.- Que, con el informe técnico número mil ciento noventiséis
UIAT- PNP emitido por la cincuenta Comandancia de la PNP Unidad de Investigación de
Accidentes de tránsito, que corre de fojas diez a dieciocho, se acredita que con fecha
veinticinco de noviembre de mil novecientos noventicinco, don Alejandro Huamán
Ramírez sufrió un accidente de tránsito, debido a la caída que tuvo del vehículo de servicio
público de placa de rodaje UG- ochentiséis treintisiete, de propiedad de don Ruperto
Bustinza Dueñas, conducido por don Mario Alonso Minaya Arenas, a consecuencia de la
cual falleciera debido a un traumatismo encéfalo craneano acreditándose pues que el
accidente se produjo como consecuencia del descenso que tuvo que hacer el fallecido del
vehículo antes referido; Segundo.- Que, el Código Civil vigente trata en su artículo mil
novecientos setenta de la responsabilidad objetiva, señalando expresamente que aquel que
mediante un bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o
peligrosa, causa un daño a otro está obligado a repararlo; Tercero.- Que, como es de
apreciarse en este caso no se requiere que para que el daño se produzca medie una conducta
dolosa o culposa por parte del demandado, bastando para que se configure esta situación
que exista un nexo causal entre el desarrollo de la actividad riesgosa y peligrosa y el daño
causado al agraviado a consecuencia de dicha actividad; Cuarto.- Que, sólo cuando se
rompe este nexo causal, tal como lo señala el artículo mil novecientos setentidós del
Código Civil, el autor no está obligado a la reparación, requiriéndose para ello que el daño
causado lo haya sido como consecuencia de caso fortuito, fuerza mayor, de hecho
determinante de tercero o de la imprudencia de quien padece el daño; Quinto.- Que
tratándose de la responsabilidad objetiva existe la presunción legal que quien usa el bien
riesgoso o peligroso o ejecuta la actividad riesgosa o peligrosa es el responsable del daño,
invirtiéndose la carga de la prueba, debiendo probar en este caso el autor que hubo ruptura
del nexo causal lo que determinaría su no obligación a reparar el daño producido; Sexto.-
Que, en el caso de autos los demandados no han acreditado de modo alguno ninguno de los
supuestos establecidos por el artículo mil novecientos setentidós del Código Civil, situación
que hubiera determinado la ruptura del nexo causal y como consecuencia de ellos eximidos
de reparar el daño producido; por estos fundamentos, REVOCARON la sentencia de fojas
sesentiocho a setenta, su fecha veinticuatro de setiembre de mil novecientos noventisiete,
que falla declarando infundada la demandada de fojas veintidós, veinticuatro sin costas ni
costos, REFORMÁNDOLA: declararon FUNDADA en parte la demanda de fojas veintidós
a veinticuatro y en consecuencia ordenaron que don Ruperto Bustinza Dueñas y don Mario
Alonso Minaya Arenas, paguen en forma solidaria a María Angélica Huamán Peña, la suma
de quince mil nuevos soles; por concepto de indemnización más los intereses legales
correspondientes que se computarán desde el veinticinco de noviembre de mil novecientos
noventicinco, fecha en que se produjo el daño, y los devolvieron en los seguidos por María
Angélica Huamán Peña con Mario Alonso Minaya Arenas y otro sobre indemnización por
responsabilidad extracontractual.

SS. CARRION LUGO / CARBAJAL PORTOCARRERO / PALACIOS TEJADA


Responsabilidad por actividades riesgosas: daños generados por obras de construcción (A)
(*)

(*) Esta Jurisprudencia se publicó en el Tomo N° 10 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si como consecuencia de una construcción se produce daño en la propiedad de terceros, la


responsabilidad de la empresa constructora es objetiva en aplicación de la doctrina de la
responsabilidad por cosas riesgosas o actividades peligrosas.

Casación 2248-98-Lima

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA

Demandante : Asociación Benéfica Anglo Americana y otra


Demandado : Caja de Pensiones Militar Policial y otra
Asunto: Indemnización por daños y perjuicios
Fecha : 17 de marzo de 1999

LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA, vista la Causa número dos mil doscientos cuarentiocho-noventiocho, en
Audiencia Pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley, emite la siguiente
sentencia:

MATERIA DEL RECURSO:

La Asociación Benéfica Anglo Americana recurre en casación de la sentencia de vista de


fojas novecientos ochentidós, pronunciada por la Sala de Procesos Abreviados y de
conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima el veintidós de mayo de mil
novecientos noventiocho, en cuanto revoca la apelada de mil novecientos doce, de fecha
treintiuno de octubre de mil novecientos noventisiete, que declaró fundada en parte la
demanda y ordenó que la Caja de Pensiones Militar Policial pague una suma de dinero por
concepto de indemnización; y reformándola en ese extremo declara infundada la demanda
en cuanto a dicha Caja; la revoca en cuanto fija la suma de setecientos ochenta mil nuevos
soles por concepto de indemnización, la que fijaron en ciento veinte mil nuevos soles, más
los intereses legales desde que se produjo el daño, más costos y costas del proceso.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

Por resolución de esta Sala Suprema de fecha seis de octubre de mil novecientos
noventiocho se ha declarado procedente el recurso por las causales de: a) la aplicación
indebida del Artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil(1), por considerar que
el siniestro se enmarca dentro de un supuesto de responsabilidad civil objetiva(2) regulada
por el Artículo mi novecientos setenta del mismo Código(3), al ser la actividad de
consecuente inaplicación del Artículo mil novecientos setenta del Código Civil.

CONSIDERANDO:
Primero.- Que, en este caso, se ha establecido que la empresa demandada realizó una
excavación para la cimentación y construcción de los sótanos de un edificio de varios pisos,
(motivos tercero y cuarto de la sentencia de vista), habiéndose acreditado que por causa de
ello se dañó la propiedad de la actora que es contigua, estableciéndose la relación de causa
a efecto (motivo décimo tercero de la apelada, recogido por la de vista), y que hubo
negligencia de la constructora demandada, como se establece en el motivo décimo séptimo
de la recurrida, razón por la cual se señala que es inconducente aplicar el Artículo mil
novecientos del Código Civil.

Segundo.- Que, la sentencia de vista fija la indemnización en atención a la valoración que


hace de la prueba actuada, estimando una proporcionalidad entre el daño causado y la suma
de dinero fijada.

Tercero.- Que, desde la vigencia de la Ley Aquilia(4), predominó la doctrina de la


responsabilidad subjetiva, no sólo en lo que respecta a la voluntariedad del acto, como
elemento primario y fundamento moral de la responsabilidad, sino también en cuanto que,
para que un acto dé lugar a la obligación de indemnizar, se requiere que el daño, que es su
consecuencia, haya sido causado intencionalmente, con el propósito de ocasionarlo, o que
habiendo podido ser previsto, no lo fue por culpa o negligencia del agente, como establece
el Artículo mil novecientos sesentinueve del Código Civil.

Cuarto.- Que los progresos materiales han traído como contrapartida el crecimiento de los
riesgos que deben sufrir las personas y sus bienes, dando lugar a la doctrina de la
responsabilidad por cosas riesgosas o actividades peligrosas, en cuyo caso no es necesario
determinar la culpa o dolo del agente, el que responde sólo por daños causados por cosas o
actividades que se consideran como tales, como se recoge en el Artículo mil novecientos
setenta del Código Civil (ver "Responsabilidad Extracontractual, comentario del maestro
José León Barandiarán, Código Civil, compilación de la doctora Delia Revoredo, Tomo
sexto, página setecientos noventinueve, Lima, mil novecientos ochenticinco).

Quinto.- Que, la teoría del riesgo, se funda en el principio latino "quit sentit commodum
sentire debet et incommodum":El que aprovecha los medios que han causado un daño y
obtiene sus ventajas, es de equidad que también sufra las consecuencias de tales daños. No
será justo que uno se llevará los beneficios y otro los daños.

Sexto.- Que, en ese sentido ya la jurisprudencia se ha pronunciado en el sentido de que las


máquinas de transporte se ubican en la categoría de bienes riesgosos, sean terrestres, aéreas
o marítimas, de tal manera que los conductores de esos vehículos y sus propietarios, deben
reparar el daño que causen.

Séptimo.- Que, en lo que se refiere a la actividad de la construcción civil, se advierte que se


trata de una actividad regulada por la autoridad municipal, como indica la Ley Orgánica de
Municipalidades en sus Artículos sesenticinco inciso once, setentitrés incisos dos y tres,
ciento treintiséis inciso siete, y el Reglamento Nacional de Construcciones, de tal manera
que una edificación debe ejecutarse con estricta sujeción al expediente técnico previamente
aprobado.
Octavo.- Fernando de Trazegnies, comentando el tema Riesgo de Empresa, señala que "la
empresa constructora responde objetivamente por los daños que cause con un ladrillo que
cae del edificio en construcción sobre un transeúnte; y la empresa que se encuentra
abriendo una carretera responde objetivamente por los daños a las propiedades vecinas por
el uso de explosivos para atravesar el cerro" (La Responsabilidad Extracontractual Tomo
Primero, página ciento sesentiocho, Fondo Editorial de la Universidad Católica, mil
novecientos ochentiocho).

Noveno.- Que, por lo tanto, hay que concluir, que si como consecuencia de la construcción
por la demandada del edificio indicado, se produjo un daño en la propiedad vecina de la
actora, la responsabilidad es objetiva.

Décimo.- Que, no hay lugar a casar la sentencia cuando su parte resolutiva se encuentra
arreglada a ley, como señala el Artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil,
correspondiendo solamente la rectificación del fundamento; por estas consideraciones,
declararon: INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto a fojas novecientos
noventiséis; en consecuencia: NO CASARON la resolución de vista de fojas novecientos
ochentidós, su fecha veintidós de mayo de mil novecientos noventiocho; CONDENARON
al recurrente al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso, así
como a la multa de una Unidad de Procedencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por la Asociación
Benéfica Anglo Americana y otra con la Caja de Pensiones Militar Policial y otra, sobre
indemnización; y los devolvieron.

SS. URRELLO A.; ORTIZ B.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; CASTILLO LA ROSA S.;
CERNA S.

Responsabilidad por riesgo (A)

La presente jurisprudencia, que establece que la actividad de conducir vehículos de motor


es siempre una actividad arriesgada que requiere de un especial cuidado y máxima atención
por parte de quien la realiza, sugiere que en caso de daños producidos por vehículos
motorizados debe aplicarse el principio objetivo de responsabilidad que sirve de
fundamento a la responsabilidad por riesgo.

Expediente 28-96

LIMA

Lima, diecinueve de agosto de mil novecientos noventiséis.

VISTOS; con los acompañados; por sus fundamentos; y CONSIDERANDO: que la


actividad siempre arriesgada de conducir vehículos de motor, requiere, en todo momento,
por parte de quien la realiza, un especial cuidado y máxima atención, a fin de ser dueño
absoluto de los movimientos del vehículo y de poder adoptar inmediatamente las medidas
adecuadas que, cada obstáculo que surja o incidencia que se presenta, requieran; que en
autos se encuentra acreditado que el día de los hechos el chofer del vehículo de la
demandada, manejaba sin tomar las medidas de precaución y seguridad al estado de la
carretera, lo que no le permitió tener el dominio eficaz para adoptar la determinación más
adecuada, produciéndose de ese modo el accidente que ha dado lugar a este proceso; que la
indemnización ha sido fijada teniendo en cuenta, no sólo el daño material sino también el
moral, conforme lo establece el artículo mil novecientos ochenticinco del Código Civil(1) :
declararon NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas setecientos cincuenta,
su fecha veinticinco de octubre de mil novecientos noventicinco, que confirmando en una
parte y revocando en otra la apelada de fojas seiscientos noventicuatro, su fecha diecinueve
de diciembre de mil novecientos noventicuatro, declara FUNDADA en parte la demanda de
fojas tres y, en consecuencia, fija en la suma de treinta mil nuevos soles la indemnización;
con lo demás que contiene; condenaron en las costas del recurso a la parte que lo interpuso;
en los seguidos por doña Laura Antonia Soria Cañas con la Empresa de Transportes
Vilcapoma, Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, sobre indemnización.

SS.
ORTIZ
RONCALLA
ROMAN
REYES
ECHEVARRIA
María Julia Pisconti Secretaria.

Responsabilidad por riesgo: negligencia médica (A)

La responsabilidad por riesgo prevista en el artículo 1970º del Código Civil implica que
ante la producción de un daño no es necesario determinar la existencia de culpa o dolo en el
agente, presumiéndose una especie de culpa virtual por la utilización del bien o la actividad
riesgosa. En tal sentido, siendo la actividad médica una de riesgo le es aplicable tal tipo de
responsabilidad por los daños ocasionados al paciente, salvo que se acredite que el daño fue
consecuencia de un hecho fortuito.

Casación 1135-95

LIMA

Lima, treintiuno de octubre de mil novecientos noventiséis.

La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista el treinta de octubre del año
en curso, emite la siguiente sentencia:

MATERIA DEL RECURSO: Se trata del Recurso de Casación interpuesto por la Sociedad
Francesa de Beneficencia, Centro Hospitalario Maisón de Santé, mediante escrito de fojas
setecientos veinticinco, contra la resolución de fojas cuatrocientos sesenta, su fecha nueve
de octubre de mil novecientos noventicinco, expedida por la Segunda Sala Especializada en
lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmando en un extremo y
revocando en el otro la apelada de fojas cuatrocientos ochentinueve, su fecha quince de
febrero del año próximo pasado, declara fundada en parte la demanda de indemnización,
interpuesta por Jorge Alberto Soto Villanueva a fojas ciento sesentiuno.

FUNDAMENTOS DEL RECURSO:

La demandada sustenta su recurso en las causales contenidas en los incisos primero y


segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, señalando que se ha
aplicado indebidamente e interpretado erróneamente la norma de derecho material
contenida en los Artículos mil novecientos setenta y mil novecientos ochentiuno del Código
Civil,(1) y que se ha inaplicado al caso de autos al Artículo mil novecientos setentidós del
Código Sustantivo(2).

CONSIDERANDO:

Primero.- Que, concedido el Recurso de Casación a fojas setecientos treinticuatro, mediante


resolución de fecha veintiuno de noviembre de mil novecientos noventicinco, y habiéndose
declarado la procedencia del mismo por resolución de fecha veintidós de mayo del año en
curso, es necesario examinar los fundamentos del Recurso de Casación.

Segundo.- Que, el Recurso de Casación se ha declarado procedente por las causales


contempladas en los incisos primero y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del
Código Procesal Civil, fundamentándolo en el hecho de que se ha aplicado indebidamente
al caso de autos el Artículo mil novecientos setenta del Código Civil, pues afirma que esta
norma no le es aplicable a la Clínica, ya que la responsabilidad objetiva que contiene
alcanza a otros tipos de bienes como son medios de transporte, asimismo refiere que se ha
interpretado erróneamente la norma contenida en el Artículo mil novecientos ochentiuno
del Código Sustantivo, expresando que se le exime de responsabilidad al subordinado y se
le atribuye al principal; y agrega que la norma aplicable al presente proceso es el Artículo
mil novecientos setentidós del Código Sustantivo, pues indica que el hecho ha sido un caso
fortuito.

Tercero.- Que, el recurrente afirma que se ha aplicado indebidamente al caso de autos el


Artículo mil novecientos setenta del Código Civil, expresando que es necesario para su
aplicación la existencia del dolo o negligencia en el actuar, y agrega que el bien riesgoso a
que se refiere este artículo esta circunscrito a medios de transporte; sin embargo el
mencionado artículo establece que aquel que mediante un bien riesgoso o peligroso, o por
el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa causa un daño a otro, está obligado a
repararlo, estableciéndose así el supuesto de la responsabilidad por riesgo, entendiéndose
que ante la producción de un daño, no es necesario determinar la culpa o dolo en el agente,
pudiéndose afirmar que existe una especie de culpa virtual por el hecho de la utilización de
la actividad riesgosa; que, en el presente caso la operación practicada por el médico es
considerada como actividad riesgosa, por lo que se encuadra dentro de los lineamientos del
mencionado artículo por lo que se ha aplicado correctamente.
Cuarto.- Que, en relación a la interpretación errónea del Artículo mil novecientos
ochentiuno del Código Civil, afirma el recurrente que estriba en el hecho de que se le exime
de responsabilidad al médico y se le atribuye al principal; que, esta norma establece la
responsabilidad indirecta del empleador, cuando el daño ocasionado lo ha realizado
personal a su cargo, como es el caso de autos, por lo que esta norma está correctamente
interpretada en el presente caso, tanto más, que no existe recurso impugnatorio del actor
respecto a la situación del codemandado.

Quinto.- Que, asimismo afirma que resulta de aplicación al caso de autos el Artículo mil
novecientos setentidós del Código Civil, expresando que la muerte del menor se produjo
como consecuencia de un caso fortuito; que, la citada norma establece que el autor no está
obligado a la reparación cuando el daño fue consecuencia de caso fortuito o fuerza mayor,
de hecho determinante de tercero o de la imprudencia de quien padece el daño; que en el
presente caso no se ha probado de modo alguno que el deceso del menor haya sido como
consecuencia de un caso fortuito, por cuanto la atención se confió a una Institución como la
clínica demandada.

RESOLVIERON:

Estando a las conclusiones a las que se arriba, se declara INFUNDADO el Recurso de


Casación interpuesto por la Sociedad Francesa de Beneficencia, Centro Hospitalario
Maisón de Santé y NO CASAR la sentencia de fojas cuatrocientos sesenta, en los seguidos
por Jorge Alberto Soto Villanueva con la Sociedad Francesa de Beneficencia, Centro
Hospitalario Maisón de Santé sobre indemnización; DISPUSIERON la publicación de esta
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.

SS. RONCALLA; ROMAN; REYES; VASQUEZ; ECHEVARRIA

Responsabilidad vicaria y responsabilidad solidaria (A) (*)

(*) Esta jurisprudencia fue publicada en el Tomo N° 8 de Diálogo con la Jurisprudencia

Si bien se trata de un supuesto de responsabilidad objetiva en la que los intervinientes


responderán solidariamente, consideramos que el juzgador podría graduar el monto
indemnizatorio de acuerdo a la participación de cada uno de ellos, teniendo en cuenta que la
solidaridad se deriva de distintos supuestos fácticos: por un lado, la responsabilidad vicaria
o del empleador y, por otro, la coautoría al existir varios autores directos del daño.

Expediente 487-96

LIMA

Lima, veintiuno de abril de mil novecientos noventisiete.

VISTOS ; con el acompañado; por los fundamentos pertinentes de la resolución de vista; y


CONSIDERANDO: PRIMERO: Que, con la investigación policial consignada en el
Atestado que en copia certificada obra a fojas una y siguientes se arriba a la certeza de que
el ómnibus de la Empresa de Transporte Cinco Sociedad Anónima, manejado por el chofer
demandado don Humberto Narro Aliaga, discurría en la fecha de autos a excesiva
velocidad: que tal aserto fluye de los siguientes hechos constatados en la precitada
investigación: a) como aparece de la inspección ocular y del croquis copiados a fojas trece
y veintisiete, respectivamente, el tramo de la carretera en donde se produjo el accidente es
recto y amplio, no habiéndose advertido huellas de frenada del indicado vehículo, de suerte
que de haber discurrido el referido ómnibus a una velocidad razonable, pese al ilegal e
imprudente estacionamiento de camión de propiedad del emplazado Sabino Albites
Huamán, habría eludido el violento impacto con el camión, sin invadir el carril opuesto por
donde en ese momento rodaba en sentido contrario el ómnibus de la Empresa demandante;
y b) por la circunstancia de haber sido desplazado totalmente el camión fuera de la pista por
el fuerte choque inferido por el ómnibus de la Empresa demandada, tan es así que como
consecuencia directa de tal colisión, falleció el ayudante Marino Galán Maguiña, que se
hallaba en la cabina del camión en mención; SEGUNDO : Que, consecuentemente, tal
como ha resuelto la sentencia apelada de fojas trescientos once, aclarada a fojas trescientos
veintiuno, existe responsabilidad en los tres demandados, los mismos que al estar de lo
previsto por el artículo mil novecientos ochentitrés(1) del Código Civil, deberán indemnizar
solidariamente a la actora con una sola cantidad de dinero, tal como contempla el artículo
mil novecientos ochenticinco(2) del acotado Código; y TERCERO : Que,
indefectiblemente, el monto señalado como indemnización devenga intereses legales desde
el veintisiete de setiembre de mil novecientos noventa, fecha en que se produjo el daño,
como así lo preceptúa la última parte del numeral últimamente citado; declararon NO
HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas trescientos ochentitrés, su fecha
diecinueve de julio de mil novecientos noventiséis, en cuanto confirmando la apelada de
fojas trescientos veintiuno, declara fundada en parte la demanda de fojas sesenticinco;
declararon HABER NULIDAD en la recurrida en la parte que declara infundada la acción
contra la empresa de Transporte Cinco, Sociedad Anónima y contra don Humberto Narro
Aliaga y ordena que la indemnización por todo concepto debe pagar únicamente don
Sabino Alvites Huamán; REFORMANDOLA en estos puntos: confirmaron la de primera
instancia que en vía de aclaración por auto de fojas trescientos veintiuno, de fecha
veinticuatro de enero de mil novecientos noventiséis ordena que están obligados al pago de
la indemnización, en forma solidaria, los demandados Empresa de Transporte Cinco,
Sociedad Anónima, Humberto Narro Aliaga y Sabino Albites Huamán; declararon HABER
NULIDAD en la de vista en cuanto revocando la apelada fija en la cantidad de diez mil
nuevos soles el monto de la indemnización por todo concepto: REFORMANDO al primera
y REVOCANDO la segunda en este extremo: señalaron el monto de la indemnización en la
suma de cincuenta mil nuevos soles; declararon NO HABER NULIDAD en la recurrida en
la parte que ordena el pago de intereses legales que se computarán a partir de la fecha en
que se produjo el daño; en los seguidos por Compañía Transportes Piura con Empresa de
Transportes Cinco Sociedad Anónima y otros, sobre indemnización por daños y perjuicios;
y los devolvieron.

SS.
IBERICO
RONCALLA
SEMINARIO
TINEO
ALMEYDA

Teoría del riesgo: Inoponibilidad del contrato de exoneración de responsabilidad (A)

El art. 1970 del Código Civil, que recoge la teoría del riesgo, prescribe que quien use un
bien riesgoso es responsable del daño causado a terceros.
Es inoponible, a terceros, el contrato por el cual se designa al agente encargado de reparar
el daño causado, máxime si se celebró con posterioridad a la producción del daño y a la
interposición de la demanda.

Expediente 446-97

Sala Nº 4

Lima, dieciséis de junio de mil novecientos noventisiete.

VISTOS; intervinieron como Vocal Ponente el doctor Castillo la Rosa Sánchez, por sus
fundamentos, y CONSIDERANDO además: Primero.- Que, el uso de objetos o aparatos de
riesgo como es un camión, trae consigo la responsabilidad del pago de los daños que ese
uso produzca a terceros, así funciona la teoría del riesgo que recoge el artículo mil
novecientos setenta del Código Civil(1) ; Segundo.- Que, en el caso de autos el uso del
camión perteneciente a la Municipalidad Distrital de Miraflores durante el uso que le
daban, embistió por la parte posterior a la camioneta de la demandante, produciéndoles
daños cuya indemnización se reclama; Tercero.- Que, a mayor abundamiento, el chofer
causante del accidente, codemandado Jorge Ruiz Frías, venía prestando servicios a la
Municipalidad indicada, haya sido o no proporcionado por la empresa Mecser y si bien en
la cláusula sexta del contrato de prestación de servicios celebrado entre la Municipalidad y
Mecser, obrante a fojas ciento cuarenticuatro, ésta responderá los daños frente a terceros,
tal pacto define relaciones internas entre ambas, pero no puede determinar el derecho
indemnizatorio de terceros, conforme a la responsabilidad del riesgo, que es objetiva, pero
es del caso anotar además que ese contrato se suscribió después de producido el accidente e
incluso después de planteada la demanda, debiendo tenerse además presente que entre la
relación de los choferes de la empresa prestadora de servicios, que corre a fojas ciento
setenta no figura el expresado codemandado; Cuarto.- Que, la parte demandante no ha
interpuesto apelación respecto del monto de la indemnización fijada por el juez;
CONFIRMARON: la sentencia de fojas ciento cinco, su fecha veinte de diciembre de mil
novecientos noventiséis, que declara fundada la demanda y dispone que la Municipalidad
demandada abone la suma de cinco mil Nuevos Soles solidariamente con su codemandado,
más los intereses legales desde cuando se produjo el evento dañoso, con lo demás que
contiene; y los devolvieron.

SS. CASTILLO LA ROSA SANCHEZ; GONZALES CAMPOS; BARRERA UTANO

Transferencia del riesgo


El riesgo de pérdida de bienes ciertos, no imputables a los contratantes, pasa al comprador
en el momento de su entrega.
Si al producirse el siniestro que afectó al bien, éste se encontraba en el dominio del actor,
las consecuencias lo afectan directamente a su propietario, mas no a la firma vendedora,
pues, dicho seguro ha sido contratado para cubrir al vendedor de la suerte de la especie que
entregaba y no al comprador quien, de suyo no contrató seguro alguno a su favor.

Exp. N° 1844-98

Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento


Lima, once de noviembre de mil novecientos noventiocho.
VISTOS; interviniendo como Vocal ponente el señor Ferreyros Paredes; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que, la presente acción es una demanda de inejecución e
incumplimiento de contrato, de reposición de vehículo e indemnización de daños y
perjuicios, además de lucro cesante y emergente; Segundo.- Que, tal situación se origina en
el incumplimiento que el actor le atribuye a la demandada Compañía Par Motor Sociedad
Anónima, respecto a la falta de pago de las cuotas del seguro del vehículo, adquirido a
plazos de la demandada por el demandante; arguyendo que por no estar vigente la póliza, la
Aseguradora Compañía de Seguros Rímac no atiende su solicitud por el riesgo producido
del robo de dicho vehículo que se encontraba en su dominio; agregando el demandante que
la emplazada es la responsable y culpable de que el siniestro ocurrido al vehículo no fuera
atendido por la Aseguradora; Tercero.- Que, la cláusula sétima del contrato de compraventa
obrante de fojas veintiocho, contempla la obligación de los compradores (demandante) de
incluir el vehículo submateria en una póliza de seguros-automóviles durante la vigencia del
contrato; y acuerdan, asimismo, que en el caso de pérdida o destrucción total del vehículo,
el beneficiario de dicho seguro será el demandado Par Motor Sociedad Anónima, por cuyo
motivo la referida póliza será endosada a su favor; y, en consecuencia, la Firma demandada
aplicará el monto recibido del seguro al saldo de precio que exista en el momento en que
ocurra tal contingencia; Cuarto.- Que, también está estipulado en el mencionado contrato de
compraventa que el demandante, garantizando el pago de todas sus obligaciones frente a la
firma demandada, constituye a favor de Par Motor Sociedad Anónima primera y preferente
prenda vehicular hasta por la suma del precio de venta sobre el vehículo de su propiedad;
Quinto.- Que, de consiguiente, debe tenerse presente en el contrato que motiva la presente
acción, los criterios legales sobre la transferencia del riesgo, que define el artículo 1567°
del Código Civi, en cuya virtud, el riesgo de pérdida de bienes ciertos, no imputables a los
contratantes, pasa al comprador en el momento de su entrega; de modo que, en el caso de
autos, al producirse el siniestro que afectó al bien, éste se encontraba en el dominio del
actor, y, las consecuencias del robo del vehículo lo afectan directamente a su propietario,
mas no a la firma vendedora; pues, fluye de autos que dicho seguro ha sido contratado para
cubrir al vendedor de la suerte de la especie que entregaba y no al comprador quien, de
suyo no contrató seguro alguno a su favor; de lo que resulta que dicha póliza constituye una
exigencia del vendedor para asegurarse el cumplimiento de la obligación contractual
durante la vigencia del contrato de compraventa; y, en ese sentido quedó convenido que la
póliza de seguros se tomó bajo total conocimiento y entera responsabilidad de los
compradores, liberando de cualquier responsabilidad a Par Motor Sociedad Anónima;
Sexto.- Que, en el caso de autos, las cláusulas generales de contratación han sido redactadas
previa, y unilateralmente por la demandada, en forma general y abstracta; y, la parte
accionante declaró su voluntad de aceptarlas al suscribir el aludido contrato; Sétimo.- Que,
por la fuerza vinculatoria del contrato, que establece el artículo 1361° del Código Civil, los
contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos: REVOCARON la
sentencia de fojas ciento ochenticinco, su fecha trinta de enero de mil novencientos
noventiocho, en el extremo apelado que declara fundada en parte la demanda de fojas
cuarentiséis, subsanada a fojas cincuentiséis, REFORMANDOLA, declararon infundada; y
los devolvieron.-

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