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Jonas

Jonás (en hebreo, ‫יֹונָה‬, pr. Yōnā), que significa


"paloma", en latín Ionas, o en árabe ‫يونس‬
("Yūnus"), fue un profeta de Yahveh, en el
Antiguo Testamento, y del Tanaj judío; es el
quinto de los profetas menores del Nevi'im, hijo
de Amitai. En el Corán (Corán 37 (As-Saaffat),
139–148), Jonás es también uno de los profetas
del islam.

La misión
Según la Biblia, el Tanaj y el Corán, Jonás fue
profeta.1 En cumplimiento de la palabra de
Yahveh, difundida por boca de Jonás, el rey Jeroboán II de Israel alcanzó logro positivo en restablecer "el límite
de Israel, desde el punto de entrada de Hamat hasta el mismo mar del Arabá (el mar Muerto)".2 De modo que al
parecer Jonás fue profeta en el reino de diez tribus durante el reinado de Jeroboán II. Es la misma persona a
quien Yahveh comisionó para proclamar juicio contra Nínive,3 por lo que es considerado el autor del libro
bíblico homónimo.

Su desobediencia
Entonces oró Jonás al Señor su Dios desde el vientre del pez" (Jonás
2:1).4 Estampilla israelí, diseñada por Jean David, 1963.

En lugar de cumplir con su asignación de predicar a los nínivitas,


Jonás decidió huir de ella. En el puerto de Jope consiguió un pasaje
en una nave que se dirigía a Tarsis (que por lo general se relaciona
con España o la península ibérica), a más de 3.500 km al oeste de
Nínive.5

Después de embarcar, Jonás se durmió profundamente en las "partes más recónditas" del barco. Mientras tanto,
los marineros se enfrentaron a un viento tempestuoso enviado por Dios que amenazaba con destrozar la nave.
Clamaron a sus dioses por ayuda y arrojaron objetos por la borda para aligerar la nave. El capitán de la nave
despertó a Jonás, instándole a que también invocase a su "Dios". Finalmente los marineros echaron suertes para
determinar por culpa de quién se había originado la tormenta. Yahveh hizo que la suerte cayera sobre Jonás.
Cuando se le preguntó, confesó que había sido infiel a su comisión y, como no deseaba que otros perecieran por
su culpa, pidió que le arrojasen al mar. Una vez que fracasaron todos los esfuerzos por volver a tierra, los
marineros le hicieron a Jonás según su palabra y el mar detuvo su furia.6

Cuando se hundió en el agua, se le envolvieron algas marinas alrededor de la cabeza. Por fin cesó su sensación
de ahogo, y se halló dentro de un gran pez o ballena, depende de la traducción. Jonás oró a Yahveh
glorificándole como salvador y prometiéndole pagar lo que había prometido en voto. Al tercer día el pez o
ballena vomitó al profeta en tierra seca.

La lección
El relato dice que cuando de manera milagrosa creció una calabaza vinatera para proveerle sombra, el profeta
estuvo muy satisfecho, pero su alegría fue efímera. Al día siguiente, muy de mañana, un gusano hizo que la
planta se secase. Privado de su sombra, Jonás quedó expuesto a un viento abrasador procedente del este y al sol
ardiente que batía sobre su cabeza. De nuevo, pidió morir.11

Por medio de esta calabaza vinatera Dios le enseñó a Jonás una lección de misericordia. Él sentía lástima por la
calabaza vinatera cuando ni la había plantado ni cuidado. De modo que Yahveh le dijo a Jonás: "Por mi parte,
¿no debería yo sentir lástima por Nínive, la gran ciudad, en la cual existen más de ciento veinte mil hombres
que de ningún modo saben la diferencia entre su mano derecha y su izquierda, además de muchos animales
domésticos?".

Valores

Aprendió a ser compasivo
JONÁS tendrá tiempo de sobra para pensar. Le espera un viaje de más de 800 kilómetros (500 millas), que
seguramente le tomará un mes o más. Lo primero es elegir qué ruta seguir: si ir por los caminos más cortos o
por los más largos pero más seguros. En todo caso, tendrá que atravesar un sinnúmero de valles y montañas, y
posiblemente bordear el inmenso desierto de Siria, cruzar ríos tan caudalosos como el Éufrates y hospedarse
con extraños en pueblos de Siria, Mesopotamia y Asiria. Según vayan pasando los días, es probable que el
profeta piense una y otra vez en su destino: Nínive, aquella ciudad asiria a la que tanto teme y a la que se va
acercando paso a paso.

2. ¿Cómo aprendió Jonás que no debía huir de su comisión?


2
Pero esta vez, Jonás sabe perfectamente que no puede echarse atrás y huir de su comisión. Eso ya lo había
intentado antes. Vimos en el capítulo anterior que, cuando lo hizo, Jehová le enseñó con paciencia una lección
de obediencia y humildad. ¿Cómo? Envió una tormenta sobre el barco en que iba el profeta y luego lo salvó
milagrosamente de morir ahogado por medio de un gran pez que se lo tragó y, al tercer día, lo lanzó sano y
salvo en una playa. Sin duda, Jonás nunca olvidaría aquella increíble experiencia (Jon., caps. 1, 2).

3. ¿Qué cualidad mostró Jehová con Jonás, y qué pregunta surge?

Fotosíntesis

Respiración

Se llama respiración al proceso mediante el cual los seres vivos intercambian gases con el medio externo. Consiste en la
entrada de oxígeno al cuerpo de un ser vivo y la salida de dióxido de carbono del mismo. Es indispensable para la vida de
los organismos aeróbicos.
La respiración es conocida comúnmente como el proceso por el cual inhalamos aire, pero eso es sólo la
manifestación del sistema respiratorio cuyo proceso es aún más complejo, donde las verdaderas beneficiadas
son las células de los organismos, en la denominada respiración celular.

Para que los seres vivos aeróbicos puedan mantener sus funciones vitales activas, necesitan de este proceso que
consiste en el consumo de oxígeno y la expulsión de dióxido de carbono (CO2). Dependiendo de la especie y
del lugar donde habitan, pueden adquirir este elemento vital (O) a través
del aire o agua, mediante sistema pulmonar, branquial, cutáneo o
traqueal.

Luego de que el oxígeno haya cumplido su objetivo dentro del sistema,


lo que se devuelve al medio ambiente, como desecho, es dióxido de
carbono. Otro elemento, que para otros organismos como las plantas es
vital. por lo que constantemente estamos en un intercambio en el
ecosistema.

Fermentación

La fermentación es un proceso catabólico de oxidación incompleta, que no requiere oxígeno, y cuyo producto final es un
compuesto orgánico. Según los productos finales, existen diversos tipos de fermentación. «El vino es un mar de
organismos. Merced a algunos vive, merced a otros se descompone.» Louis Pasteur.

El proceso de fermentación es anaeróbico ya que se produce en ausencia de oxígeno; ello significa que el
aceptor final de los electrones del NADH producido en la glucólisis no es el oxígeno, sino un compuesto
orgánico que se reducirá para poder reoxidar el NADH a NAD+. El compuesto orgánico que se reduce
(acetaldehído, piruvato) es un derivado del sustrato que se ha oxidado anteriormente.
En los seres vivos, la fermentación es un proceso anaeróbico y en él no intervienen las mitocondrias ni la
cadena respiratoria. Son propias de los microorganismos, como algunas bacterias y levaduras. También se
produce la fermentación en la mayoría de las células de los animales (incluido el hombre), excepto en las
neuronas que mueren rápidamente si no pueden realizar la respiración celular; algunas células, como los
eritrocitos, carecen de mitocondrias y se ven obligadas a fermentar; el tejido muscular de los animales realiza la
fermentación láctica cuando el aporte de oxígeno a las células musculares no es suficiente para el metabolismo
aerobio y la contracción muscular.

Desde el punto de vista energético, las fermentaciones son muy poco rentables si se comparan con la respiración
aerobia, ya que a partir de una molécula de glucosa sólo se obtienen 2 moléculas de ATP, mientras que en la
respiración se producen 36. Esto se debe a la oxidación del NADH, que en lugar de penetrar en la cadena
respiratoria, cede sus electrones a compuestos orgánicos con poco poder oxidante.

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