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Secuencia.

Revista de historia y ciencias


sociales
ISSN: 0186-0348
secuencia@mora.edu.mx
Instituto de Investigaciones Dr. José María
Luis Mora
México

Espinosa Martínez, Edgar lván


La práctica historiográfica en Nuevo León. Una arqueología del conocimiento histórico regional, 1867-
1996
Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 68, mayo-agosto, 2007, pp. 87-114
Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127423003

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Edgar Iván Espiuosa Mctrtínez

Maestro en Sociología Política y candidato a doctor en Historia Moderna y Contemporánea por


el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora.

Resumen

En el siguiente artículo se presenta una visión do la práctica historiográfica en la entidad.


que aspira a ser íntegra respecto al corpus histo- Asimismo, se distingue a los historiadores más
riográfico nuevoleonés producido entre 1867 y representativos y sus respectivasobras, las cuales
1996. Se propone detectar las erapas y periodos han marcado ciertas pautas en la forma de inves-
durante este gran lapso a partir de las condicio- tigar y escribir la historia regional del noreste
nes institucionales, tendencias académicas y po- mexicano.
sicionamientos de autores que han caracteriza-

Palabras clave:
Historia, historiografía, Monterrey, noreste, Nuevo León, región histórica.

Fecha de recepción: Fecha de aceptación:


noviembre de 2005 junio de 2006
Historiographic Practice in Nuevo León.
An Archaeology of Regional Historical
](novvledge, 1867-1996
Edgarlván Espinosa Martínez

MA in Political Sociology and doctoral candidare in Modern and Contemporary History ar the
Instituto de Investigaciones Dr. José María Lu is Mora.

Abstraet

The following article provides an integral view have characrerized historiographic pracrice in
of the hisroriographic corpus of Nuevo León rhe state. Ir also idenrifies rhe most representa-
procluced between 1867 and 1996. It atrempts tive hisrorians and their respective works, which
ro derect the stages and periods during rhis have esrablished cerrain guidelines in the way
long period of time of instirutional condirions, of invesrigating and writing the regional hisrory
academic rrends and posicions of authors rhat of the Mexican northeasr,

Keywords :
History, Hisroriography, Historie Region, Monterrey, Northeast , Nuevo León.

Final submission: Acceptancc:


November 2005 Jun 2006
La práctica historiográfica en Nuevo León.
U na arqueología del conocimiento histórico
regional, 1867-1996
Edgar Iván Espinosa Martínez

A la memoria de Isidro Vizcaya el más remoto posicionamiento historio-


0 917-2005) gráfico realizado en Nuevo León presenta-
do de una forma general e íntegra, el cual

C
om o toda producción de algún tipo se encontraría a partir de la segunda mitad
de conocimiento, e! que se ha acu- de! siglo XIX. Y si bien la investigación
mulado a partir de la investigación histórica y la producción historiográfica
y e! estudio de la historia en distintas la- continúan hasta ahora, se propone el corte
titudes de México posee su particularidad en torno a los festejos de los 400 años d e
desde el punto de vista arqueológico. Tan- Monterrey y el impacto que esto tuvo res-
to localizar autores y obras e inferir las preo- pecto a rescatar y presentar una obra histo-
cupaciones que los impulsaron a escribirlas, riográfica. lo anterior implica adv ertir la
como redescubrir el ámbito intelectual, elaboración y circulación de un conocimiento
académico y cultural en el cual irrumpie- histórico que, siguiendo a Gadamer, es la
ron y detectar posicionamientos teóricos representación de una singularidad, de
y/o metodológicos estén explícitos im- ° una experiencia particular de un pueblo,
plícitos, así como saber la utilidad que de una cultura, de una región." Así, con-
tenían, nos advierte de las variadas dimen- cebida la idea, e! artículo se centrará en
siones de la historiografía regional mexi- desarrollar y explicar un par de aspectos:
cana. Para reconsttuir arqueológicamente detectar y exponer brevemente el plantea-
e! proceso de un discurso acerca de! pasa- miento de las etapas que aquí se proponen
do, como aquel que da cuenta de la expe- y se presentan de la historiografía regional
riencia histórica nuevoleonesa, es necesario en Nuevo León, así como la incidencia
arriesgar un juicio que indique el posible que en ello ha tenido el respectivo ámbito
inicio de una historiografía regional. Es institucional del oficio.
decir, el reto está en la búsqueda y detec-
ción de un recorrido discursivo -según lo
planteara Foucault- que configura el co- HISTORIOGRAFÍA y REGIÓN HISTÓRICA:
nocimiento que sobre el pasado de una re- EL CASO DEL NORESTE MEXICANO
gión ha realizado la investigación histórica
en un periodo determinado.' Bajo tal La historia económica reciente señala como
premisa, se arroja la hipótesis que señala hito transformador del noreste la redefiní-

1 Foucault, Arqmología, 2001, pp. 227-235 . 2 Gadamer, Verdad, 2001 , pp. 32-33.

Secuencia [89J núm. 68. mayo-agosto 2007


ción de la frontera norte de México, qu e otra vicisitud que favorecería el comercio
fue resultado de la guerra cont ra Estados e intercambio económico en el noreste: la
Unidos entre 1846 y 1847.3 Dicha cir- guerra de Secesión en Estados Unidos en-
cunstancia desencadenaría un proceso co- tr e 1861 y 1865 .
mercial y económico y provocaría un reor- Las condiciones para el "tráfico ilícito"
denarnienro del espacio regional alrededor de mercancías y el estímulo provocado por
del bajo río Bravo, es decir, se consagraría la guerra intestina en esa parte cont inental
en las décadas posteriores al episodio bé- incidirían en la acumulación de las fortu-
lico, un ent orno regional-binacional que se nas de fami lias que aú n hoy guardan po-
extenderá más allá de las fronteras propia- der e influencia. Muchas de ellas decidirán
mente nacionales de ambos países. De tal radicar en Monterrey y, al paso de las dé-
forma , Coahuila, Nuevo León y Tam au- cadas, se convertirán en una respetable eli-
lipas, en el gran norte oriental mexicano, y te económica nacional qu e impulsará la
Texas, como parte de Estados Unidos, se creación de poderosos emporios industria-
art icu larán bajo una dinámica geoe co- les." Circunstancias tales com o la concen-
nóm ica que propiciará condiciones políti- tración del poder político y militar de
cas, económicas e históricas únicas no sólo Nuevo León en la ciud ad de Monterrey y
respecto al resto de México, sino incluso a los recursos naturales como ag ua, tierra
Latinoamérica. propicia para la agri cultura, así como la
Tales circunstancias originarán un iné- ganadería en un valle con ríos, arroyos y
dito desarrollo de la ciudad de Monterrey. ojos de agua cercanos, los harán decidir
Fundada en 1596, y al ser un punto per- radicar en la capital nuevoleonesa.? Asi-
dido durante varios siglos en la vasta geo- mismo , los negoci os y traros que tenían
grafía de Nueva España, "La Sultana del d ichas familias con el gobierno del estado
Norte" se revitalizará con la cercanía de -cuyo erario casi siempre estaba en condi-
la nueva frontera, como les sucederá a Otras ciones de precariedad-, como el concer-
ciudades y puertos en el entorno noreste. niente a brindar financiami ento con altos
Como lo ha p resentado la historia econó- rend im ientos en la guerra de exterminio
mica al estudiar el pasado media to de la contra las tribus nómadas, constituyó una
regi ón , el contacto que tuvo el nore ste razón más para establecerse en la capital de
mexicano con el capitalism o autónomo Nuevo León. En resum en , y apelando a
que se gestó en Estados Unidos impactaría los resultados de investigación qu e la his-
a la zona ubicada al sur del río Bravo. Lue- toria económica ha hecho sobre la región,
go de la invasión estadunidense y el acer-
camie nto de la frontera norte , se presentó 4 Saragoza, Monterrey, 1988 , pp . 16-71.
> Vizcaya, Orfgenes, 20(H , pp . XI -XIII . El autor re-
toma invaluables testimonios y memorias de personas
3 Vizcaya, Orígenes, 200 1, p. XN ; Cerutri, Burgtte- \1. Kenley, M. Rankin , A. Santleben , F. A. Ober) que
sta, 199 2, p. 3 1, y Herre ra, Zona, 2004 , pp. 77- 115 . vivieron o estu vieron durante aquella época en Mon-
Si bien es Mario Cerurti q uien en las últ imas décadas terr ey o en el noreste. Fue el caso de aquellos que se
ha profundi zado en estas premi sas, un auror como encontraban en la ento nces pequeña población hu-
Isidro Vizcaya desde los años sesenta ya pla nteaba ta- yendo de la guerra de Secesión o de soldados estad u-
les inferencias en el estudio del desarrollo econ6m ico nidenses que, formando parte de las tropas, recorrie-
y de la dinámica comercial en torno al bajo río Bravo. ron la región a pie du rant e la invasión a México.

90 EDGAR IvAN ESPINOSA MARTINEZ


se puede explicar cómo Monterrey logró De esta forma, es posible partir de la
despuntar de entre el sistema de ciudades premisa que apunta hacia una conforma-
que se articuló en el noreste y atraer a una ción sociohistórica del noreste de acuerdo
burguesía que impulsará un desarrollo sin- con las condiciones propias de un proceso
gular respecto a la experiencia nacional y civi/izatario, según lo expone Elias. Dicho
latinoamericana. proceso se remitiría a la parte del septen-
La relación entre puntos fronterizos, trión fronterizo de México situada en el
puertos en el Golfo y ciudades en la parte bajo río Bravo, el cual representa un cú-
continental desarrollada en la segunda mi- mulo de experiencias (históricas, cultura-
tad del siglo XIX propició un entorno con les, étnicas, geográficas, políticas, econó-
una cultura, con un modo de vida y con micas) que se han gestado y practicado
aspiraciones propias que se manifestarán durante un periodo extenso." Un trabajo
en actividades como la música, la literatu- de investigación que desarrolla esta tesis es
ra, la gastronomía, la arquitectura o la his- el de José Cuello, quien presenta una lec-
toriografía. Esta última, entendida como tura acerca de la experiencia colonial en
memoria bistérica de la región, es lo que re- la región -en este caso desde Saltillo-
clama nuestra atención. Así, parte del cor- en cuya etapa se encuentra el origen histó-
pus historiográfico de Nuevo León -por lo rico del regionalismo del noreste."
menos el que se ha estudiado, escrito y Ya en un periodo posterior, la elite eco-
publicado desde la década de 1960- hace nómica regiornontana tendrá que hacer
alusión a la evolución del estado y.parti- frente a la inestabilidad política en el país
cularmente al de la ciudad de Monterrey, a fines del siglo XIX y primeras décadas
señalando vicisitudes y circunstancias que del XX; de la pax parfiriana hasta la llega-
ocurrieron más allá de su límite geográfico. da de la revolución, y de esta a la consagra-
De igual forma, cabe advertir que des- ción del Estado mexicano posrevolucio-
de la época de la colonización en la región nario, la burguesía local debió hacer frente
aparecieron algunos factores que determi- a los proyectos dictados por el poder cen-
naron su devenir. Entre ellos es posible tral en lo político y económico particular-
mencionar la lejanía respecto a la ciudad mente. Es importante hacer notar que
de México -centro político nacional-, li- investigadores estadunidenses han abor-
brar la llamada guerra viva -expulsión del dado el tema, donde exponen las condicio-
"bárbaro" de sus solares y su posterior ex- nes económicas, políticas y militares alre-
terminio- emprendida contra las naciones dedor del bajo río Bravo que detonaron
indígenas nómadas en el norte, así como la actividad mercantil y comercial del nue-
la precariedad de las vías de comunicación vo entorno." Situaciones acaecidas a partir
que volvía muy difícil el contacto entre
los distintos territorios y regiones del país,
6 Elias, Proceso, 1994, pp. 9-46.
lo que provocó, y quizá obligó, a que sus 7 Cuello, Norte, 1990, pp. 171 -186.
moradores buscaran a toda costa su super- 8 Cerutti y González, Frontera, 199 3. Dicha com-
vivencia por medios propios. Se propició pilación presenta aportaciones importantes de la histo-
una forma de colonización en cierto modo riografía del sur de Estados Unidos -parricularmenre
distinta a la desarrollada en el centro, sur texana- producida entre las décadas de 1920 y 1970,
y sureste del país. cuyo objetivo fue el estudio de un "espacio binacional"

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 91


de la década de 1860 -como aquellas que les entidades de Coahuila de Zaragoza,
corresponden a los vínculos políticos, mi- Nuevo León y Tamaulipas en México, así
litares y económicos entre Texasy las enti- como buena parte de Texas en el sur de
dades mexicanas del noreste a partir de Estados U nidos.
las luchas intestinas de cada país- rebasa- Roberto Garcfa Ortega, urbanista e in-
ron los límites geográficos de ambas na- vestigador del Colegio de la Frontera Nor-
ciones. Se trataría, según concluyen estos te en Monterrey, en sus estudios sobre pla-
estudios, de un ámbito histórico regional. neación y gestión urbana detecta una serie
Si bien Los procesos de autoorganiza- de corredores que entrelazan algunos puntos
ción en términos políticos, militares yeco- de las entidades de Coahuila, Nuevo León,
nómicos durante buena parte del siglo XIX Tamaulipas y Texas. Tanto Monterrey-
fueron una consrante en México -casos Tampico y Monterrey-Cuenca Carbonífe-
como la notoria influencia de Pesqueira ra-Piedras Negras-Eagle Pass como Mon-
en Sonora o la hegemonía de Vidaurri en rerrey-Saltillo,Monterrey-Miguel Alemán
el noreste que abarcaba desde Monterrey y Monterrey-Reynosa-Maramoros-Browns-
son elocuentes-, ante la imposibilidad de ville son señalados como puntos estratégi-
concretar un poder central fuerte, la situa- cos de un espacio funcional industrial que
ción del noreste -y particularmente La que tendrá en el área metropolitana de Mon -
correspondió a la capital nuevoleonesa- terrey su punto nodal. En este sentido,
será una situación histórica única al ser Garcfa Ortega considera a los municipios
impactadas por el floreciente capitalismo de Apodaca, Escobedo, Garcfa, Guadalu-
autónomo que se gestaba en Estados pe, Juárez, San Nicolás, San Pedro y Santa
Unidos. Cararina como parte de la zona urbana
Varios son los autores que, bajo dis- alrededor de la capital del estado,'! Según
tintos perfiles y particulares preocupacio- Cerutti, una premisa ligada a la amerior,
nes, han hecho aproximaciones para de- la cual refiere a la composición de un sis-
finir el concepto que aludiría a la zona tema de ciudades y a la dinámica comer-
noreste. A partir de las consideraciones cial y económica que propició, propone
más recientes sobre dicha noción, se pre- detectar su origen a mediados del siglo
tende conceptuar en el presente artículo XIX . Así, este historiador adscrito a la Uni-
a este espacio como un entorno regional- versidad Autónoma de Nuevo León que
binacional que ha compartido y comparte ha estudiado la genealogía de la burguesía
una relación histórica, geográfica, política, regiomontana y el desarrollo económico
económica, social y cultural; se trata de e industrial de Monterrey, sugiere que el
un gran ámbito que comprende las acrua- episodio que propiciaría nuevas condicio-
nes para la región del bajo río Bravo fue la
invasión y guerra con Estados Unidos. A
y la articulación de una "econom ía de frontera". Los
trabajos son breves artículos provenientes de tesis tan -
partir de tan drástica circunstancia, se
to de maestría como de doct orado realizadas en uni- reordenó buena parte del territorio colin-
versidades estadunidenses, así como de títulos publi- dante en ambas márgenes de la nueva
cados de Ann Cowling , Frank L. Owsley, Williarn frontera y con el Golfo de México, hasta
Diamond, Le Roy P. Graf, R. T. Delaney, J. Irby, R.
C. Tyler y A. Mayer. 9 García, Monterrey, 2003, pp. 53-62.

92 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTiNEZ


conformar un espacio geográfico con un ciones políticas, económicas, financieras,
desenvolvimiento económico propio y una culturales, educativas y académicas que
organización político-militar con cierta englobaban a todo el estado de Nuevo
autonomía. Para hacer referencia a esto, León. De hecho, en cuestión demográfica,
el historiador acuña el término gran norte a partir de 1970 empieza a concentrarse la
orientail" Si bien tal conceptualización ex- población en torno a la capital pol ítica de
puesta desde la historia económica abarca la entidad hasta constituirse un área me-
porciones de las actuales entidades de San tropolitana.P Como ya se expresó, la in-
Luis Potosí, Zacatecas, Durango y Chi- tención aquí es advertir que, en múltiples
huahua -incluso Nuevo México más allá sentidos , cuando se habla de Monterrey
de la frontera nacional-, su propuesta se se hace referencia a Nuevo León. Incluso
concentra en la vasta región que compren- al noreste .
de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y A partir de tal premisa se pretende in-
Texas. Asimismo, Manuel Ceballos Ra- vestigar el origen y desarrollo del quehacer
mírez, historiador e investigador del Co- historiográfico en Nuevo León justo en el
legio de la Frontera Norte en Nuevo Lare- momento cuando su capital, Monterrey,
do, ofrece otra visión de la conformacián primero logra una dinámica económica,
sociohistórica de la frontera. Coincide con la cual después detonará un inédito proce-
Cerutti en detectar el origen más remoto so industrial. Esa situación que experi-
en las consecuenciaspolíticas y jurídicas de mentó la ciudad será un fenómeno que
la guerra contra Estados Unidos, pero la reclamará la atención de cronistas, sociólo-
enriquece al contemplar aspectos cultu- gos, economistas e historiadores. Las apor-
rales (mitos, leyendas), étnicos (anglos, taciones hechas por autores de distintos
hispanos, mexicanos, indígenas) e histó- perfiles, en diferentes épocas y guiados
ricos (reconocimiento de "autonomía" e por particulares preocupaciones, se han
"independencia") en constante interacción acumulado en un número importante de
que vuelven compleja la delimitación geo- obras (folletería, mimeos, revistas, compi-
gráfica tradicional de la zonaY Así, su laciones, libros y tesis) que ha logrado con-
concepción de noreste histórico mexicano res- sagrar un tipo de conocimiento sobre el
ponde no sólo a aspectos de dinámica co- pasado de Monterrey, de Nuevo León y
mercial, flujos productivos e intercambio del ámbito regional donde están inmersas
económico, sino que rescata el carácter so- tanto la ciudad como la entidad.
cial, histórico, cultural y geográfico im- Por lo tanto, y desde una primera
plícito en la colindancia territorial de di- aproximación, es posible detectar dos as-
cho espacio . pectos en la historia mediata del noreste
Con el desarrollo industrial y el pro- mexicano y en el corpus de la historiogra-
greso material de Monterrey a fines del
siglo XIX , de forma más o menos acelera- 12 García, Monterrey, 2003, pp. 53-62. Según lo
da, la ciudad acaparó muchas de las fun - expone el auror, en el año 2000 los habitantes ubica-
dos en el área metropoli tana de Monterrey sumaban
lO Cerutti, Burguesía, 1992, pp. 31, 115 Yss. 3 237 000 personas, mientras que el dato del INEGl
u Ceballos, Cuatro, 1999, pp. 9-21 , y "Conside- para el mismo año, apunt aba una pobla ción en el es-
raciones", 2003, pp. 71-87. tado de 3 834 141 habitantes.

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 93


fía nuevoleonesa: a) cuando se habla de la de 1650 a 1690; así como Descubrimiento de
historia de Nuevo León es necesario hacer Río Blanco y conver.rión de los naturales, hecha
mención de procesos tamo históricos, por los religioso; de nuestro seráfi co padresan
políticos y culturales como económicos y Francisco de Fernando Sánchez de Zamora.
militares que se circunscriben a un dilata- y val e la pena ag regar la Descripción de
do escenario territorial que se extiende en N uevo León (1 735-1740 ) realizada por
ambas márgenes de la frontera norr e, los Josseph Anton io Fern ánd ez J áuregui
cuales ocurren desde la propia coloniza- U rrutia. Dichas obras corresponden al si-
ción ; y b) el quehacer historiográfico en g lo XV II y destacan las necesid ades , así
Nuevo León - por lo menos lo más gra na- como las condiciones de la época colonial
do donde se plasma la reconstrucción de de la zona (supervivencia en un escenario
ese pasado histórico mediato- ha enconrra- reg ional, lejanía del cent ro político nacio-
do su punto principal de producción y di- nal, lucha contra las naciones ind ígenasj.!"
fusión en un solo lugar, en este caso Mon- Otra refer en cia al resp ecto la hace
terrey, por ser e! pivote de! estado y de la Francisco Ru iz Salís, qu ien en un art ículo
mencionada región. cita el impacto que produjo el Real y Tri-
Lo que a continuación se presenta es dentino Colegio Sem inario de Monterrey
una breve y concisa reflexi ón acerca de (1791) en la actividad cultural e intelec-
cuáles condiciones académicas e intelec- tual del Nuevo Re in o de León. Dicha
tuales han propiciado su surgimiento, bajo institución generó diversas actividades
qué entorno institucional ha tenid o su de tipo intelectual, como la elaboración de
desarrollo, cómo se han organizado autores memorias , reg istros y constancias del
e instituciones para dar vida a una operación acontec er de la época. También inició los
hi.rtoriográfica como esta , qué posturas y primeros y loables esfuerzos en cuanto a
propuestas metodológicas se encontra rían atender y promover la instrucci ón durante
en dich a operación , qué tipo de persona- una etapa especialm ente precaria y difícil
jes se han involucrado en dicha actividad para una empresa como esta.l "
y qué posibilidades de orientación guarda. Por otra parte, H écror Gonzál ez hace
un señalamiento acerca de las ed iciones y
publicaciones locales al referirse a las pri-
PRIM ERAS APORTAOONES meras im p rentas. ' ? Ligado a lo anterior,
DE LA HISTORIOGRAFíA EN N UEVO L EÓN
13 Cavazos, Estado, 19 76 , pp. 882-8B6.
Las aporraciones p ioneras del quehacer 14 Ru iz, "Apunt es", 1992, p . 163.
t> González, Siglo, 1946 , pp. 3 1-3 5. Segú n se
h isroriográfi co en e! noreste son detecta -
das por algunos autores a partir del lejano desp rende de su obra, es en ago sto de 1111 3 cuando
llega la pr ime ra im p renta a Monterrey traída por Joa-
proceso de colonización en e! extenso nor-
q uín de Arredond o, brigadier español qu e se encon-
te. En la década de 1970 , Israel Cavazos tra ba en combate ant e rebeld es insurge mes . Poros
señalaba tres: Alonso de León con su Rela- servicios pu do p rest ar. y h asta abril de 181 7 lleg ó
ción y discursos del descubrimiento, población otra de Ingl aterra po r Francisco J avier Mina y fray
y pacificacióndelNuevo ReinodeLeón; tempe- Servando Teresa de Mier; acompañada por el impresor
ramento y calidaddela tierra; Juan Bauti sta est adunidense Samuel Bang s, p ionero del oficio en
Chapa y su Historia delNuevo Reino de León la región. Dicha impren ta br ind ó servicio a las Ila-

94 EDGAR IvAN ESPINOSA MARTINEZ


Rafael Garza Cantú realizó una extensa regiones que estaban obligadas a autoorga-
investigación sobre las letras y la cultura nizarse -que de hecho lo hacían, como el
nuevoleonesa, en donde otorga un espacio noreste- o replantear la composición de
importante al primer periódico editado un Estado nacional fuerte. En tales condi-
en el estado. Se trata de La Gaceta Consti- ciones, la historiografía del siglo XIX,
tucional de Nuevo León, publicación oficial como otras actividades intelectuales, fue
con pretensión de difundir el "derecho pú- tomada como instrumento para encarar
blico" y exponer la "verdad histórica y vi- una de las problemáticas que debían resol-
sión social de la época" .16 verse: elaborar una conciencia nacional ante
En tales condiciones de efervescencia las circunstancias que amenazaban el pro-
política y lucha ideológica, de igual tras- yecto de país. De manera aparentemente
cendencia resulta la Revista de Nuevo León paradójica, dichas experiencias regionales
y Coahuila editada y publicada por Manuel habían sido las que inspiraron a periodis-
García Rejón, político e iurelecrual avecin- tas, abogados, médicos, sacerdotes, milita-
dado en la región y allegado a Santiago res, literatos, entre otros, para llevar a cabo
Vidaurri. García Rejón se da a la tarea de los más anticipados ejerciciospara investi-
presentar el pasado regional a partir de la gar y escribir la historia de sus respectivos
consulta y publicación de documentos his- lugares. Muchas de esasversiones que res-
tóricos contemplados como "fuente de ver- catan el pasado regional en México todavía
dad". Este será uno de los primeros esfuer- siguen sin ser valoradasen su justa dimen-
zos de una historia regional que respondía sión. Vamos, algunos ni siquiera las reco-
a los intereses políticos del momento, nocen como obras de historia y mucho
aquellos que apelaban a una independen- menos consideran que pueda plantearse a
cia y autonomía de Nuevo León y su en- partir de ellas una situación digna de ser
torno geográfico inmediato. estudiada. Pese a ese estrecho criterio de
Estas expresiones intelectuales y cultu- algunos, se pretende mostrar que las obras
rales -las últimas inspiradas en llevar a cuyo cúmulo compone un rico y variado
cabo una tarea política y un posiciona: corpus historiográfico han tenido en su
miento ideológico- responden a una co- momento una aportación e impacto en lo
yuntura y preocupación histórica y social político, en lo intelectual, en lo cultural y
de la época. Se trató de una etapa en la en lo académico en sus respectivos ámbitos
cual México-luego de sufrir guerras intes- desde donde se han difundido. Es en este
tinas y hacer frente a invasiones- se encon- sentido que una publicación puede
traba en el momento más crucial de su convertirse tanto en fuente como en objeto
historia. Así, el dilema podría presentarse de estudio.
de la siguiente manera: fragmentarse en

ApORTACIONES RECIENTES AL ESTUDIO


madas Provincias Internas de Oriente, que compren-
día los estados de Texas, Coahuila, Nuevo León y Ta- DE LA HISTORlOGRAFÍA EN NUEVO LEÓN
maulipas. Orras dos imprentas arribaron en 1823 y
1824; la primera a cargo del municipio de Monterrey Israel Cavazos Garza(n. 1923), historiador
y la última por el gobierno del estado. egresado de El Colegio de México (COL-
16 Garza, Algunos, 1995, pp. 172-185. MEX) y cronista de Monterrey desde 1992

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 95


tras el deceso de José Pedro Saldaña, es- un ámbito propiamente académico en la
cribe para la Enciclopedia deMéxico un apar- capital nuevoleonesa. Así, y en lo referente
tado sobre Nuevo León, t. IX, en donde a los estudios sobre historia regional, pre-
presenta un breve listado de las obras y senta lo realizado en el tema por autores
autores que conforman el corpus historio- ubicados en distintas etapas desde el doc-
gráfico regional. La edición aquí consulta- tor González hasta Cetutti.
da es de un "sobretiro especial" por encar- Otra contribución en este sentido es la'
go del Ayuntamiento de Monterrey en propuesta de Manuel Ceballos Ramírez
1976 que lleva por título Estado deNueoo (n . 1947), quien presenta Historiografía
León y ciudaddeMonterré)', donde se descri- nfievoleonesa publicada por el Archivo Gene-
be, entre otras cosas, la actividad historio- ral del Estado de Nuevo León (AGENL) en
gráfica desde las crónicas coloniales del 1995. El interés del autor es esbozar la
lejano siglo XVII hasta la obra escrita y pu- creación historiográficaen la entidad desde
blicada a principios de los años setenta del la década de 1930 hasta los años noventa
siglo xx. De interés para el presente traba- y detectar algunas circunstancias que pro-
jo es el señalamiento que Cavazos hace de piciaron tal actividad. Al mencionar a cro-
autores pioneros en la última parte del nistas e historiadores -de Cossío a Vizcaya
siglo XIX y principios del XX, así como y de Roel a Cerurti-, así como la inciden-
exponer de forma breve las condiciones cia de las instituciones (universidades, aso-
históricas de esas etapas. ciaciones, bibliotecas y acervos), Ceballos
Por su parte, el sociólogo Francisco es quien mejor se ha aproximado al estudio
Ruiz Salís (n , 1957) escribe un apartado del oficio de historiar y al quehacer historio-
acercade la actividad intelectual y científi- gráfico durante gran parte del siglo xx. A
ca en el título Desde el Cerro de la Silla. diferencia de los otros autores citados, se
Arte¡y letras deNuevo León editado por Mi- ocupa de detallar aspectos y condiciones
guel Covarrubias en 1992 . Con "Apuntes que han influido en la historiografía de
para la historia del pensamiento científico Nuevo León, con lo que logra detectar
de Nuevo León", el autor poblano con- aportaciones que han marcado la consu-
templa dicho pensamiento como parte de mación en algún grado de ciertas expec-
una actividad y producción intelectual tativas. Ese es el caso de "historia" e "iden-
más amplia generada desde la época co- tidad" en la propuesta de Rangel Ftías.
lonial. En especial, centra su atención en La más reciente propuesta escrita sobre
cronistas, escritores, periodistas, educado- el tema la hace César Morado (n, 1969), fi-
res, prominentes intelectuales que han he- lósofoe historiador egresado de la Univer-
cho aportaciones al incipiente conocimien- sidad Autónoma de Nuevo León (UANL).
to en la entidad, siempre desarrollado Este autor presenta un pequeño artículo
desde Monterrey. Tras considerar el entor- en la revista saltillense Provincias Internas
no propiciado en principio por el ya men- publicada por el Centro Cultural Vito
cionado Colegio Seminario de Monterrey, Alessio Robles en 2001, en el cual realiza
su recorrido lo lleva hasta lo realizado en un recuento de la actividad historiográ-
la década de 1980 durante el cual expone fica hecha en Monterrey desde 1980. En
las condiciones que han tenido que ver "Historia de Nuevo León. Apuntes episte-
con la vital y pujante institucionalidad de mológicos para una historiografía recién-

96 EDGAR IvAN ESPINOSA MARTINEZ


te", el autor detecta cuatro tendencias ceso que lo ha acompañado, las condi-
desarrolladas en los últimos 20 años: histo- ciones que lo han propiciado y qué orien-
ria eidentidad, historia económica, historia de taciones y tendencias ha tomado. En
género y la historia delasmentalidader. Según general, se puede concluir de forma antici-
la propuesta de Morado, las primeras dos pada que toda historiografía, así como el
han logrado consolidarse mediante la pro- conocimiento sobre el pasado que eso im-
ducción de un corpus importante con plica, se encuentra sujeta tanto a condicio-
aportaciones como las de Raúl Rangel nes sociales, políticas, culturales y econó-
Frías e Israel Cavazos(historia e identidad) micas como a las reglas que regulan el
o de Isidro Vizcaya y Mario Cerutti (his- oficio desde el punto de vista institucional
toria económica); esta última, sin duda, según la época. A partir de esta idea se
es la que más se ha revitalizado con la desarrolla la siguiente propuesta.
puesta en marcha de la licenciatura en his-
toria en la UANL. Por lo que toca a la
historia de género y aquella inspirada en LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO
la propuesta de las mentalidades, existen LEÓN: ETAPAS, CONDICIONES,
investigaciones sobre las situaciones de las OBRAS Y AUTORES
mujeres tanto en lo urbano como en lo
rural (Veronika Sieglin), así como intentos El espacio temporal (1867-1996) al que
bajo las nuevas posturas conceptuales y aquí se alude para el estudio de la historio-
metodológicas de la escuela francesa -en grafía regional es extenso. Por ello, para
especial basados en autores como Michel un mejor análisis y estudio propongo frac-
de Certeau-, lo cual implica esfuerzos por cionar dicho espacio en cuatro periodos
encontrar nuevas vetas y empezar la orien- según posturas intelectuales de los autores,
tación hacia otras tendencias en la historio- tendencias académicas y condiciones insti-
grafía reciente en Nuevo León. tucionales en torno al quehacer historiográ-
Como se ha tratado de explicar, la pro- fico nuevoleonés: prolegómenos (1867-1925),
ducción historiográfica del estado tiene sus regionalismo (1925-1942), institucionali-
bases tanto teóricas (metodología, concep- zación (1942-1974) y profesionalizaci án
tualización, tendencias, posicionamiento (1974-1996). La idea es partir de estos ti -
ideológico) como institucionales (creación pos ideales, según lo planteara Weber, para
de agrupaciones, institutos, universidades someterlos a prueba y darnos cuenta de
y asociaciones), que han delineado la forma qué tan útil y acertada puede ser esta
en que se ha investigado y escrito sobre aproximación. A continuación analizo la
el pasado de la entidad y la región . caracterización en cada uno de los espacios
Se han presentado brevemente algunos temporales .
de los elementos, así como señalado ciertas
condiciones que han incidido en la forma
y tendencia del corpus historiográfico Primer periodo: prolegómenos (1867-1925)
regional. Como se ha expuesto, esto repre-
senta una forma de conocimiento histórico En 1867 aparece la obra Colección de noticias
que ha logrado un desarrollo trascenden- y documentos para la historia del estado de
te que reclama debatir su origen, el pro- Nuevo León, escrita por el médico, político

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 97


e intelectual José Eleuterio González historiográfica que se apegara más a un
(1813-1888). Si bien para entonces ya romanticismo con profunda preocupación
existía producción historiográfica, como y compromiso social; es decir, sí se resca-
se ha mostrado, que pretendía reconstruir taba la experiencia histórica regional me-
el pasado del estado y de la región, esta diante la búsqueda, entre arras fuentes,
obra representa el primer intento integral de documentos, pero se escribía según el
respecto a una visión histórica de la enti- canon literario de la época, próximo al es-
dad . Prueba de esto fue la consideración de tilo neoclásico. Como lo señalara alguna
aspectos geográficos, cronológicos y vez Matute, el hecho de reconstruir el pa-
estadísticos para, a partir de la búsqueda sado mediante documentos no implica
y transcripción de documentos, desarrollar que se trate de una historia de cariz positi-
esa operación bistoriogrdfica: Pero las fuentes vista. En todo caso, fueron otras disciplinas
consideradas por el autor no se limitaban las que de manera anticipada adoptaron
a lo anterior, ya que para el historiador te- el positivismo para realizar sus trabajos,
nían igual importancia las crónicas o los estudios e investigaciones. l B
diarios de la época colonial escritos por Para el último cuarto del sigLo XIX
conquistadores o sacerdotes. aproximadamente, mientras la situación
Taparía avecindado en Monterrey del país tendía a estabilizarse y era posible
desde los 20 años de edad, el doctor realizar los primeros intentos por consoli-
González es el prototipo del escritor deci- dar un Estado nacional fuerte, la historio-
monónico, ya que su labor abarcó rubros grafía que entonces empieza a practicarse
que ahora pudieran ser vistos como ajenos posee un marcado carácter político y la
y lejanos entre sí, como la medicina y sus preocupación de consagrar una conciencia
distintas ramas, la política o la historia. nacionall? Sin embargo, la producción his-
Según Luis González, dicho personaje toriográfica regional ofrecía una mirada
pertenecería a la destacada generación de de lo ocurrido en ciertas zonas del país;
la pléyade de la reforma, cuyas figuras novelas históricas, crónicas, trabajos bio-
nacionales, como Prieto, Barreda, Payno o gráficos, libros de texto, etc., formaban
Iglesias, fueron piezas clave para el proceso parte de un corpus historiográfico que se
intelectual y político de México.!? enriqueció durante las décadas que unen
Pese a que comenzaba a configurarse
en el país un escenario donde la pauta era
marcada por el posicionamiento positivista 18 Matute, "NOtas", 1991, pp. 49-64. Matute

para investigar el acontecer humano en señala en este artículo que fue en el campo de la medi-
general y ofrecer una explicación "efecti- cina donde aparece pOt Ve-L primera un planteamiento
va", "racional" y "sistemática", siempre metodológico propiamente positivista, como fue el
caso de la Historia de la medicina en Mb:ico (1888) de
con base en el trabajo empírico, los estu-
Francisco de Asís Flores. Por lo que respecta a los es-
dios de historia basados en dicha propues- tudios sobre historia, será hasta la última parte del
ta científica aparecerán durante la última porfiria ro cuando se realicen dichos ejercicios como
parte del porfiriato. En tal sentido, José el que corresponde a México: su evoltlción socia! 1900-
Eleurerio González realiza una propuesta 1902, cuya pléyade de autores fue encabezad a por
Justo Sierra.
17 González , Ronda, 1997, pp. 17-32. 19 Pi-Suñer, "Genera ción", 1996,1'1'.83-108.

98 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTINEZ


a los siglos XIX y xx. 2 0 Precisamente el matografía del estado de Nuevo León, 1918),
hecho de que tal cúmulo de obras de his- entre otros.
toria estatales escritas y publicadas haya Todos ellos estuvieron resueltos a cons-
aparecido durante este tiempo da cuenta truir desde su región -según la individua-
de que la idea de "lo nacional" se represen- lidad histórica en la que estaban inmersos
taba desde el rescate y valoración de las y tomando a la historiografía como instru-
experiencias locales y regionales. La con- mento- una memoria histórica, sin perder
ciencia nacional no era algo propio de las de vista a la cultura nacional de la cual
historias generales que entonces se escri- formaban parte. Asimismo, y durante la
bían desde la capital. última parte de esta etapa, una caracterís-
En el caso de Nuevo León, y por lo tica del corpus historiográfico fue la con-
que concierne al citado escritor, dicha la- cepción organicista como tendencia del
bor la desarrolló en condiciones de un ám- positivismo (Dávila, Garza Cantú), a partir
bito institucional específico en torno al de la cual los autores recreaban el pasa-
Colegio Civil-fundado por decrero guber- do de la entidad. Si bien la intención era
namental de la entidad en 1857, pero que rescatar las vicisitudes y sucesos regionales,
iniciaría sus funciones a fines de 1859- las obras hacen énfasis en que Nuevo León
y/o del propio gobierno del estado. Se tra- forma parte de una realidad más amplia
tó, según Certeau, de ese lugar de produc- y general que es México. Pero, insisto,
ción que volvía posible y legítima dicha esto no implicó la intención de considerar
actividad intelectual, es decir, ambas insti- la experiencia histórica regional como la
tuciones fungieron como los márgenes de de una "patria chica", sino que dicha expe-
su ejercicio "escriturfstico't." riencia es la de una realidad nacional con-
Entre el grupo de intelectuales que hi- creta en un lugar específico. Además, un
cieron aportaciones a la historiografía de la anhelo y preocupación que dejan ver estos
entidad en este periodo cabe mencionar, autores era la idea de contribuir con su
además del propio doctor González, al quehacer a la formación de ciudadanos,
abogado y discípulo de dicho doctor en ya que estaban convencidos de que una
el Colegio Civil, Hermenegildo Dávila nación que aspiraba a la modernidad y al
(Catecismo histórico, geográfico y político de progreso necesitaba propiciar y promover
Nuevo León, 1881; Cartillahistórica deNue- como fuera posible la instrucción de sus
vo León, 1897), Genaro García (Historia de habitantes (Dávila) . La intención era edu-
Nuevo León, con noticias sobre Coahuila, Tejas car a la población para formar ciudadanos,
y Nuevo México, 1906), Rafael Garza Cantú lo cual resultaba requisito para un país
(Algunos apuntes acerca delas letras y la cul- que pretendía ser civilizado. Aquí empieza
tura en Nuevo León, en la centuria de 1810- a dejarse sentir con bastante claridad el
1910, 1910) Y Amado Hernández (Ono- influjo de las ideas de autores como Cornee
y Spencer, y continúan considerando a
20 Arias, "Dimensión", 2005. En esta tesis doc-
otras disciplinas -política, geografía, es-
toral la autora demuestra el auge que tuvo la investi- tadística- en la escritura de la historia.
gación y publicación de las historias regionales en Podría concluirse hasta este punto que la
México en el transcurso de los años 1890 y 1915. historiografía nuevoleonesa empieza a
2 1 Cercean, Escritura; 1993, p. 69 . plasmar rasgos de la postura positivista

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 99


ya en la última parte de esta primera eta- vista. 22 La premisa organicista que señala
pa, en especial con las propuestas y posi- a la experiencia de Nuevo León como
cionamientos de autores como Hermene- parte de lo acontecido en México, y este a
gildo Dávila y Rafael Garza Cantú. su vez se encuentra dentro de un devenir
Por lo anterior, se considera que en histórico mundial, comenzaría, aparente-
aquel momento empiezan a realizarse los mente, a ser abandonada por los más re-
primeros esfuerzos por dotar a una acti - presentativos historiadores locales. Sin em-
vidad como la historia de reglas y campo bargo, como se mostrará, para dicha fecha
propios. Consagrar a la historia como dis- todavía permanecen algunos rasgos que
ciplina científica, sistemática y metódica delatan ciertos resabios de aquel positi-
resulraba, para los historiadores de la épo- vismo que varios autores tomaron para
ca, una pretensión que dejaban ver en sus hacer los estudios de historia.
obras. Como ya se mencionó, el positivismo
Por último, es importante hacer notar como tendencia metodológica para realizar
que, entre quienes escribían la crónica e los estudios de historia llegó para asentarse
historia de entonces, se encontraban profe- debidamente como canon ya en los últi-
sionistas con ocupaciones diversas; así, era mos momentos del primer periodo pro-
común que abogados, periodistas, literatos puesto. En la década de 1940, Héctor
o médicos realizaran esta tarea. De aquella González señalaba que ya había habido
generación de autores, es el doctor Gonzá- intentos por desmarcarse de dicha tradi-
lez el que marcó un hito en la historiogra- ción metodológica que comenzaba a insti-
fía regional de Nuevo León al tomar la tucionalizarse para ir en búsqueda de nue-
llamada información oficial-en su calidad vas vetas. Prueba de esto, argumenta el
de intelectual ligado a la elite política y autor, fue la fundación de la Sociedad
académica de entonces- disponible para Científico-Literaria José Eleuterio Gon-
realizar sus versiones,por lo que hasta aho- zález (1899) por parte de quienes entonces
ra sigue siendo el más leído, citado, de- eran alumnos -además del propio Héctor
batido y publicado. González se encontraba otro personaje que
destacó después, Santiago Roel- del Co-
legio Civil. 23
Segnndoperiodo: regionalismo 0925-1942) En un sentido estricto esta nueva ten-
dencia -intelectual en general y del ejer-
La aspiración de llevar a cabo la operación cicio historiográfico regional en particu-
historiográfica de manera "objetiva", "im- lar- se caracteriza por una revaloración del
parcial" y "verdadera", así como mantener regionalismo posterior a la revolución me-
una preocupación por elaborar una memoria xicana con la intención de detectar y des-
nacional, privaría en la historia escrita en tacar una posible identidad particular de
la entidad hasta los años anteriores a 1930. la zona. Es necesario advertir que para en-
En este sentido, Ruiz Salís estima que a tonces ya se deja sentir el impacto que co-
partir de la segunda mitad de los años rresponde al desarrollo económico y al
veinte habría empezado a gestarse una for-
ma distinta de estudiar y escribir sobre 22 Ruiz, "Apuntes", 1992, pp. 170-171.
el pasado, a la cual considera antipositi- 23 González, Historia, 1945, pp. 27-29.

100 EOGAR IVÁN ESPINOSA MARTfNEZ


primer auge industrial que experimentará ción -en distintos grados escolares durante
la ciudad de Monterrey durante la bisagra un tiempo- de alumnos en la entidad;
de los años que entrelazaron a los siglos tanto Nuevo León. Apuntes históricos como
XIX y xx. Nuevo León. Evolución política y social han
En esta etapa, resultan particularmente sido empleadas como libros de texto por
relevantes las aportaciones realizadas por varias generaciones de nuevoleoneses para
tres personalidades de la esfera intelectual, conocer la historia de su estado y de su
cultural y académica de entonces. Se trata región.
del escritor y poeta David Alberto Cossío Así, se considera la aportación historio-
y su Historia deNuevo León. Evoluciórt polí- gráfica de grandes miras realizada por
ticay social, una monumental serie de seis Cossío como aquella que marca un nuevo
tomos que se publicaron por vez primera rumbo, sólo preocupado por las condicio-
entre los años 1925 y 1933;24 del inge- nes históricas y sociales de la mencionada
niero Vito Alessio Robles con Monterrey entidad, es decir, Nuevo León respecto a
en la historia y la leyenda, que apareció en su ámbito geográfico inmediato, el nores-
1936; y del abogado Santiago Roel Melo, te. Pese a los meritos de esta magna obra
quien presentaba en dos tomos la primera que, como aquí se propone, la pudieran
edición de Nuevo León. Apuntes históricos en distinguir de la producción realizada en
1938. Otra aportación para conocer de en- la etapa anterior, su postura todavía guarda
tonces corre a cargo de Miguel Martínez ciertos aspectos que hacen pensar en el
Rendón con Población de Nuevo León desde positivismo organicista. Lo anterior es po-
1603 hasta 1921 publicada en 1929. Los sible detectarlo desde el propio título que
autores que dan vida a este corpus mantie- se utiliza al señalar la "evolución" que ha
nen la noción de ir a la búsqueda de docu- tenido la entidad . Esto sirve para dejar
mentos y fuentes primarias para sustentar claro que los límites propuestos para cada
sus respectivas obras, quizá emulando al periodo no resultan ser una camisa de fuer-
médico José Eleuterio González . za, sino que están siendo planteados para
Pese a que Alessio Robles edita la ser abordados a manera de hipótesis.
citada obra en la ciudad de México, resulta Existen un par de acontecimientos que
una aportación importante para difundir provocaron estas propuestas respecto a la
no sólo la historia regional, sino también lectura que se hacían entonces sobre el pa-
para promoverla en términos turísticos. sado: por un lado, el impacto que tuvo en
Asimismo, hay que señalar que las versio- esto e! proceso de industrialización de
nes historiográficas de Cossío y Roe! fue- Monterrey entre 1890 y 1910; por el otro,
ron consideradas como parte de la forma- la irrupción de la lucha intestina entre
1910 y 1920. El auge industrial y la di-
námica económica en la ciudad, aunado
24 Los tomos I al IV fueron publicados entre fe-
a que en la guerra civil de principios del
brero y noviem bre de 19 2 5, el Ven abr il de 1926
y el VI vio la luz hasra febrero de 1933. Para 1927
siglo xx la ent idad tuvo una participación
Cossio presentaba un compen dio adaptado de la obr a a lo mucho discreta, fueron condiciones
para consulta de escuelas y colegios ubicados en el que, en cierto modo, hacían ver a Monte-
estado, el cual fue respaldado por el Consejo de Edu- rrey y a Nuevo León como parte de una
cación Pública estatal. individualidadhistórica en el país .

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 101


Aunado a dichos esfuerzos, comienzan Tercerpm~~imtimmMüwd6n
a organizarse algunos jóvenes intelectuales (1942-1974)
del Colegio Civil inspirados en figuras
prominentes del pensamiento mexicano Guillermo Zermeño alude que, ya avanza-
de la primera mitad del siglo xx, como do el siglo xx, en la ciudad de México
fue el caso del Grupo Alfonso Reyes . En- -centro político y cultural del país- se da-
rre los fundadores de esta agrupación se ban los primeros pasos dirigidos a profe-
encontraba, entre otros, el entonces joven sionalizar el oficio de historiador. Así, ins-
Raúl Rangel Frías, quien en las décadas tituciones como la Escuela Nacional de
posteriores reclamará su lugar como des- Antropología e Historia (ENAH, 1942) Yla
tacado intelectual e influyente político del Universidad Nacional Autónoma de Mé-
estado. xico, a través del Instituto de Historia
En líneas generales, puede afirmarse (1945), marcaron la pauta en ese camino
que la historiografía realizada durante el a la profesionalización.i"
periodo señalado fue resultado de la ne- Siguiendo esta premisa y por la misma
cesidad cultural, social y política para do- época, en Monterrey durante las décadas
tar al nuevoleonés de una identidad basada de 1930 y 1940 se fundaban instituciones
en los mediatos acontecimientos que dina- que respaldarán y fomentarán el quehacer
mizaron a Monterrey, a Nuevo León y a de diversas disciplinas. Sin duda, las más
la región. trascendentes son la entonces Universidad
También se mantiene la tendencia del de Nuevo León que inicia varios de sus
periodo anterior respecto al perfil profesio- cursos en 1933 y la apertura del Instituto
nal de los autores de esta etapa, es decir, Tecnológico y de Estudios Superiores de
carecen de una formación académica como Monterrey (lTESM) en 1943 . Sin embargo,
historiadores. Pero mientras autores como pasarán varios años para que ambas casas
el doctor González o Dávila tuvieron en el de estudio incidan de forma importante
estado o sus dependencias el respaldo ins- en la investigación y difusión sobre el co-
titucional para hacer la operaá6n historiográ- nocimiento hist6rico estatal y regional,
fica, en estos años aparecen nuevas posibi- En tal sentido, se propone el comienzo
lidades en ese sentido con imprentas y de una nueva etapa en el quehacer histo-
editores independientes." riográfico de Nuevo León con la fundación
-interviniendo de manera decisiva Santia-
go Roel-, de la Sociedad N uevoleonesa
de Historia, Geografía y Estadística
(SNHGE, 1942). Al aglutinar los esfuerzos
25 Cossío, Historia, 1925, Prólogo. El propio
de los interesados en temas históricos, geo-
Cossío en la presentación de la citada obra dice discre-
gráficos, heráldicos, genealógicos y estadís-
par de la noción que el doctor González tuvo respecto
a escribir historia, quien pensaba que para hacer dicha
ticos se tomará a este intento como aquel
tarea era ne cesario estar respaldado po r el Estado. Así,
que busca establecer un estatus institucio-
"conservar la independencia de criterio y el respeto a nal, reconocido y aceptado para realizar el
la verdad histórica" -planteaba Cossío anticipando a
Certeau- eran po sibles siempre y cuaodo el historiador
se manruviera al margen del Estado. 26 Zerrneño, Cultura, 2002, pp . 166 Y ss.

102 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTINEZ


oficio de historiar en la entidad. De esta for- caso del doctor José Eleuterio González
ma, la intención --o el reto- de tal acción con el general y literato Vicente Riva Pa-
era dorar a los estudios históricos de un lacio, pero resultó ser esporádico, precario
fundamento científico, por 10 que, como el y aislado.:" A partir de este momento,
nombre de la institución lo indica, habría quienes tenían la inclinación y el interés
que conjugado con las posibilidades que por los estudios históricos en Nuevo León
ofrecían otras disciplinas. Si bien desde empiezan a vincularse con notables histo-
tiempos del doctor González esto repre- riadores mexicanos y extranjeros a partir
sentó una tendencia y aspiración, ya en- de la organización del oficio en el ámbito
trado el siglo XX la historia en la entidad local.
comenzaba a asumir su incipiente autono- Así, se inician las primeras reuniones
mía disciplinaria con la apertura de dicho periódicas en Monterrey con el apoyo y
otganismo, cuya finalidad era fomentar y reconocimiento de otras instituciones, ade-
promover los estudios e investigaciones más de contar con la asistencia y participa-
históricas en sus distintas vertientes. De ción de conspicuos personajes. El caso de
esta forma, los márgenes institucionales co- Daniel Cosía Villegas, descollante historia-
menzaban a tener nuevas opciones en un dor y polirólogo mexicano, así como la
contexto inédito; ya no aparecen estos es- presencia de instituciones que ya venían
fuerzos nada más como una propuesta del trabajando profesionalmente en la discipli-
Estado, sino que las agrupaciones civiles ya na, nacionales como el Instituto Nacional
se hacían presentes. 27 de Antropología e Historia (INAH, 1939)
En este periodo, como en los dos ante- Ydel extranjero como la American His-
riores, cabe señalar a autores cuya prepa- torical Association (AHA, 1884), son mues-
ración académica apunta hacia otras disci- tra de las condiciones institucionales de
plinas, por lo cual sigue siendo común ver la nueva etapa. 29
entre quienes escribieron la historia de Asimismo, hubo reacciones respecto a
Nuevo León a periodistas, abogados, mé- dichos esfuerzos organizativos. En 1947
dicos o ingenieros. se funda la Academia de Ciencias Histó-
Pero aparece una situación de trascen-
dencia: se advierte que a partir de entonces 2R Actualmente realizo una investigación acerca
los interesados en la historia de la región del doctor González y su quehacer como historiador.
comienzan a relacionarse de forma siste- Entre otras cosas que he podido advertir es la confor-
mática y periódica con otros prominentes maci6n de un horizontecultura! en México durante
historiadores mexicanos de entonces. Por buena parte del siglo XIX, en el cual los escritores de
supuesto que existió contacto y relación la época medianre sus trabajos lograron dar vida a un
entre autores de las etapas anteriores con ámbito intelectual y políticamente activo. Entonces
los individuos a través de sus obras se convertían en
otros destacados personajes ubicados en
instituciones respecto a la constrncción y circulación
distintas latitudes del país, como fue el de un conocimiento histórico.
29 Ceballos, Historiadores, 1999. Esta edici6n fac-

27 Sin embargo, cabe mencionar que durante un similar reproduce los textos presentados por los part i-
tiempo la SNHGE recibía impulso y respaldo del Esta- cipanres de aquella primera ocasión,además de señalar
do, si bien se trataba de una agrupación con carácter las reuniones que han tenido historiadores mexicanos
eminentemente civil. y esradunidenses a partir de 1949.

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 103


ricas de Monterrey (ACHM), encabezada León, 1954); Antonio Morales Gómez
por el heraldista, genealogista e historia- (Cronología de Nuevo León, 1955), Andrés
dor regiomontano Carlos Pérez-Maldo- Montemayor (Historia deMonterrey, 1971),
nado. Se trató de una respuesta a la ya Nemesio García Naranjo (Una industria
constituida e integrada SNHGE y a su incli- en marcha, 1955), Carlos Pérez-Maldunado
nación por implantar una práctica "obje- (Narraciones históricas regiomontanas, 1959),
tiva y científica" de la historia. Para esto, Máximo de León Garza (Montemy, un vis-
dicha academia proponía como alternati- tazoa JU.f entrañas, 1968), e Isidro Vizcaya
va llevar a cabo una investigación histórica Canales (Lo.f origenes de la industrializa-
con visión e inspiración católicas. Pese a ción de Monterrey. Una historia económica y
que resultó efímera, la ACHM tuvo el me- social desde la caída delsegundo imperio hasta
rito de promover y organizar las reuniones elfin dela revolución [1867 -1920J, 1969).
antes mencionadas entre historiadores me- Quizás Vizcaya sea quien en su obra
xicanos y estadunidenses -a las que recien- logra imprimir un nuevo cariz en la prác-
temente se han incorporado canadienses tica historiográfica, al superar la mera con-
como fue la de 2003 realizada en Monte- junción de datos teniendo la capacidad de
rrey-, llevándose a cabo la primera de ellas relacionar sucesos de forma analítica y re-
dos años después de fundado el citado or- flexiva. De hecho, considero a Vizcaya Ca-
ganismo. Dichos encuentros se han reali- nales -ingeniero agrónomo y topógrafo,
zado de manera periódica, teniendo en maestro e investigador de historia en el
aquella primera ocasión como sedes a las lTESM prácticamente desde su fundación-
ciudades de Monterrey y Saltillo, así como como el autor que mayor influencia ha te-
de contar con el patrocinio de poderosos nido en los historiadores de las siguientes
emporios regiomontanos como la desa- generaciones respecto al oficio de historiar en
parecida Fundidora de Fierro y Acero de Nuevo León. 3D Asimismo, con esta pro-
Monterrey. puesta logra marcar un nuevo paradigma
La organización de los primeros semi- en los estudios históricos sobre la región,
narios, coloquios, conferencias y demás tras ubicarla en un entorno espacial más
encuentros formales entre quienes se incli- amplio con lazos a través de lo comercial
naban por el estudio de la historia en la y económico. Pero no ubica este espacio
entidad representa una característica de limitándose a las cuatros entidades ya
este periodo que se conserva hasta nuestros mencionadas -Coahuila, Nuevo León, Ta-
días. maulipas y Texas-, ya que amplía tal posi-
Entre los más destacados autores de bilidad al considerar entornos como el de
dicha etapa se encuentran José Pedro Chihuahua e incluso Nuevo México. Insis-
Saldaña (Historia y tradiciones deMonterrey, to, el ingeniero convertido en historiador
1943; Apuntes históricos sobre la industriali- presenta esto en los años sesenta. Tal pro-
zación de Monterrey, 1965), Héctor Gon-
zález (Siglo y medio de cultura nueuoleonesa, 30 Espinosa, "Poder", 2004, pp. 25-34, 111-120.
1946), Raúl Rangel Frías (Teorema deNue- Esta obra de Vizcaya ha sido reeditada en un par de
voLeón, 1964), Eugenio del Hoyo (Historia ocasiones por la Librería Tecnológico, en 1971 y por
delNtteVOReinodeLeón 1577-1723,1972), el Archivo General del Estado de Nuevo León en
Rodrigo Mendirichaga (Orígenes deNuevo 2001.

104 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTiNEZ


puesta vendrá a ser rematada al llegar la irrebatible de ese "milagro". Destacan en
profesionalización del oficio en la entidad. esta tendencia las aportaciones y los aná-
Por lo anterior, muy bien podría consi- lisis realizados en aquella década por el
derarse a esta obra como la que marca la francés Frédéric Mauro desde la hisroria
nueva forma de estudiar e investigar el (Le dtfveloppement économique de Monterrey,
pasado en la entidad, anticipándose varios 1890-1960, 1964) Y por el holandés
años a lo que vendrán a realizar los histo- Menno Vellinga desde la sociología (lndus-
riadores profesionales. trialización, burguesía y clase obrera enM6:ico:
De igual forma, la práctica que del ofi- el caso de Monterrry, 1979).31
cio hacen otros autores como el ya citado Algo que se desprende de estas nuevas
Israel Cavazos Garza o Eugenio del Hoyo visiones y versiones es la articulación explí-
-ingeniero civil zacarecano avecindado en cita de modelos teóricos y metodológicos
Monterrey- ya manifiesta ciertos rasgos para abordar no sólo el pasado de Monte-
que se anticipaban a la entonces no lejana rrey, sino también la complejidad que
profesionalización. Señalo dos de esos ras- ofrecía entonces . Tales publicaciones
gos como lo fue circunscribir un objeto abrían una nueva veta que apuntaba hacia
de estudio a partir de una delimitación los trabajos sociohistóricos al considerar
temporal, así como especificar aspectos y nuevas fuentes como la entrevista (Vellin-
problemáticas históricas concretas. Como ga). Además, cuestiones como el ingreso,
se mostró, los historiadores de las dos eta- la movilidad laboral y la condición de la
pas anteriores apostaron a la elaboración de clase obrera -en ocasiones bajo la doxa
las historias generales de sus entidades o marxista como lo llegó a manifestar Má-
regiones. Así, a partir de los años cincuen- ximo de León- comienzan a ser atendidas
ta la especialización será un nuevo cariz por la historiografía local.
iniciado por tres historiadores quienes lo Podría decirse, otra vez de forma anti-
comienzan a delinear en sus investigacio- cipada, que es durante estos años cuando
nes: Cavazos y del Hoyo abocados al es- empieza la práctica del oficio de historiar
tudio del pasado virreinal (conquista y co- en Nuevo León de manera sistemática y
lonización), mientras que Vizcaya hace lo organizada, y que la producción historio-
propio respecto a algunos sucesos del siglo gráfica es resultado de una nueva forma
XIX (guerra viva, industrialización). de considerar a la historia como una dis-
Por último, cabe mencionar las investi- ciplina con reglas, procedimientos y ám-
gaciones y los estudios de autores extranje- biro propios de su quehacer. Pero esas
ros que ven en el contexto socioeconómico reglas, procedimientos y ámbitos ya se
regiomontano de los años sesenta un caso volvían explícitos gracias, entre otras cosas,
sui generis, no sólo de México, sino de La- a que los interesados en esros temas se ha-
tinoamérica. En un momento en que el
país experimenta el llamado milagro me- Mauro, "Développernenr", 1964. En 1975
ji
xicano, la capital nuevoleonesa reclama la Mauro presenta su tesis docroral en la Universidad
atención de economistas, sociólogos e his- de Florida, "Economic Development and rhe Dyna-
toriadores que busquen explicar ese desa- mies of C1ass: the Case of Monterrey, Mexico". Dicha
rrollo industrial y auge económico que la investigación será la base para desarrollar la obra ci-
situaba como el ejemplo más elocuente e tada. Vellinga, IndUJtrialización, 1981.

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 105


bían organizado. No es que antes no se como de centros de investigación. Bajo
tuvieran parámetros que delinearan y en- cal premisa, es posible detectar sistemá-
cauzaran su actividad en la entidad, ya ticos impulsos por llevar a otros puntos
que estos los tomaba de otras disciplinas del país instituciones académicas y de in-
-como fue el caso de la literatura en un vestigación científica con la intención de
principio- y esferas -creación de socie- acercarse, establecer, propiciar y fomentar
dades científicas- que se encontraban con- el estudio de problemáticas locales o re-
solidadas y gozaban de un estatus inte- gionales, así como brindar diagnósticos
lectual y académico. Pero, a partir de sobre la multitud y complejidad de reali-
entonces, quienes llevan a cabo la práctica dades en México.
de estudiar el pasado en Nuevo León ha- Por lo que concierne a la historia, es
brán constituido un entorno intelectual necesario mencionar algunos casos repre-
propio y definido. sentativos en zonas específicas del país
como El Colegio de Michoacán (COLMICH,
1979) y El Colegio de la Frontera Norte
Cuarto periodo: profesionaLización (COLEF, 1982). Yen cuanto a la citada re-
(1974-1996) gión del bajo río Bravo, han arrancado el
Programa Noreste del Centro de Investi-
Si bien las instituciones académicas con gaciones y Estudios Superiores en Antro-
mayor presencia en el estado tienen para pología Social (ClESAS), 1997, ubicado en
entonces varias décadas de haber sido fun- Monterrey, y desde hace poco El CoLegio
dadas, hasta después de su apertura tuvie- de Tamaulipas (2002), espacios académi-
ron incidencia en la investigación de la cos donde se ha venido desarrollando una
historia local y regional en la producción importante labor de investigación y publi-
de un corpus historiográfico o en la for- cación dirigida a indagar y difundir las
mación de historiadores. En particular, es variadas realidades históricas de SlIS respec-
en 1974, en la Facultad de Filosofía y tivas regiones. Asimismo, recientemente
Letras (1950) de la ya UANL,32 cuando se se ha dado la apertura de licenciaturas y
inaugura el Colegio de Historia y se esta- maestrías en historia en varios institutos
blece la licenciatura en Historia. de investigación especializadosen la disci-
El modelo se tomó de la Universidad plina, como El Colegio de San Luis (1997).
Nacional Autónoma de México (UNAM), lo La estructura organizativa y el modelo
que indica una relación de "centro-peri- académico de estos centros están basados
feria" respecto al proceso de instituciona- en los de El Colegio de México (COLMEX,
lización de la disciplina en México. No se 1940). Así el panorama, ofrecerla Licencia-
trata de un ejemplo aislado, ya que a partir tura en Historia en una ciudad como Mon-
de esa década se inicia una descentrali- terrey a mediados de los años setenta, pue-
zación en cuanto a instituciones educati- de verse como parte de aquel incipiente
vas de nivel superior y de posgrado, así proceso.de descentralización que aún se
encuentra en marcha.
Además, ya desde la década de los se-
32 La Universidad de Nuevo León logra su auto- senta los aspectos y problemáticas de las
nomía el 5 de junio de 1971. particularidades regionales reclamaban

106 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTíNEZ


nuevas lecturas y análisis por parre de los no significa qu e sus estudiant es no cursen
historiadores en Méxic o. Com o resulr ado materias de historia, esta instituc ión desde
de estas tendencias se han pod ido det ectar entonces respalda y promueve la investiga-
dos obras trascendentes: Zapata y la revolu- ción de varias disciplinas ub icadas en lo
ción mexicana (1969) de John Womack y que se denomina humanidades o ciencias
Pueblo en vilo, microhistoria de San j asé de sociales.
Gl-acia (1968) de Luis González y Gonz á- Al fundarse el Colegio de Historia,
lez. Los procesos regionales comienzan a un o de los problemas que debió encarar
reclamar la atención de los histor iadores d icha institución fue la ausencia de profe-
ant e las rígidas propuestas centralistas pro- sionales en la disciplina. Así, una caracte-
pias de la época posrcvolucionaria.P rística de la nueva etapa fue la llegada de
De nuevo a Nuevo León. Es necesario historiadores extranjeros para comen zar la
señalar qu e la entonces UNl había hecho licenciatura, como es el caso del historia-
con anterioridad esfuerzos valiosos en este dor argenti no Mar io Cerutri qu ien arr iba
rubro al fund ar el Departamento de H is- a Monterrey en 1975 .34 Debido a que este
toria en 1952 bajo la dirección de Israel proyecto académ ico fue p ionero en la en-
Cavazos Garza, así como la edición de pu- tidad y en el noreste, ya que ni en Coa-
blicaciones como revistas (Actas: Historia, huila ni en Tamaulipas existía, la ausencia
Letras y Arte, Almas y Letras) y anuarios de profesionales en el campo de la historia
(Humanitas. Anuario del Centro de Estudios supuso que la UANL convocara a los intere-
Humanísticos) donde se han publicado tra- sados para ocupar las plazas.P
bajos de investigación de autores tanto lo- La mencionada licenciatura en Hi storia
cales como de otros países. Especial aten- ha tenido la característica de formar profe-
ción merece est a última publicación , ya sionales en el rubro de la historia econó-
qu e ha acum ulado un acervo de investiga- m ica, con especial atención a los procesos
ción histórica desde el año de 1960. De derivados del cambio de frontera, tras la
ig ual manera vale hacer mención de la g uerra ante Estados Unidos a med iados
creación, en la década de los ochenta, del del siglo X1X. De este modo, la acumula-
Centro de Información de Hi storia Reg io- ción de cap itales med iante el t ráfico co-
nal. Desde este lugar se ha pretendido dar mercial alrededor del bajo río Bravo , el
im p ulso tamo a la historia del noreste notable desarrollo industrial o derecrar la
como a otras expresiones artísticas y cul- ge nealog ía de las elites em p resariales del
turales de la regi ón. noreste representan algunos de los temas
Al mismo tiempo, otros investigadores para los nuevos profesionales. La intención
trabajan periodo s de la historia reg ional era estudiar y analizar la realidad local y
en el lTESM desde los años sesenta, como lo regional que tenía su origen más remoto
atest ig uan las ya mencionad as aportacio- a mediados de la centu ria decim onónica,
nes de Eugenio del H oyo e Isidro Vizcaya.
A pesar de no contar con una oferta aca- 34 Espinosa. "Poder", 2004, p p . 2 1-22.
démica para formar historiadores, lo cual j , Cabe señalar que desde 196 3 con la fundación

del Insti tu to de Investi gaciones H istó ricas en la U ni-


33 Salm erón y Serran o, "Auge", 2003, pp . 18 5- versidad Autónoma de Tam aul ipas ya se da ban inci-
200 . pi entes pasos hacía una profesionalización del oficio.

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 107


momento histórico que cambiaría para ne 'ciertas pautas para estudiar e! pasado
siempre el contexto regional.I" bajo aspectos específicos, no toda produc-
Pero, si bien esa fue la tendencia en la ción historiográfica está sujeta a esto.?? El
propuesta de profesionalizar e! oficio, se hecho de que apatezcan preguntas que
fueron desarrollando otras tendencias con apuntan hacia nuevos fenómenos e inédi-
preocupaciones específicas. De tal forma, tas problemáticas vuelve posible la irrup-
también aparecen aportaciones historio- ción de distintas versiones acerca de la
gráficas interesadas en la clase obrera, e! historia regional. Comenzar a estudiar fe-
desarrollo de su propia cultura y condicio- nómenos y problemáticas de sectores mar-
nes (Nuncio, Rojas, Palacios), cuyo esfuer- ginados --obreros, mujeres, migración a
zo se consumará con la creación de la Ofi- la ciudad, movilización ciudadana- dis-
cina de Investigación y Difusión del tintos a los objetos de estudio trabajados
Movimiento Obrero (OIDMO), que publi- desde un principio en la licenciatura en
cará obras y promoverá el estudio de una historia -burguesía local, acumulación de
problemática propiamente urbana. Con capitales, flujos productivos regionales,
una preocupación parecida, aparecerán ver- etc--, muestran cómo se han ido abriendo
siones con la pretensión de acercarse a su- vetas para la investigación histórica. Pues,
cesos relativamente recientes que han te- la realidad sociohistórica de la entidad, y
nido que ver con algunas movilizaciones del país, a partir de los años setenta (crisis
socialesque ocurrieron en e! área metropo- económica, emergencia de múltiples gru-
litana de Monterrey en las últimas décadas pos y sectores, descentralización política)
de! siglo xx. Ejemplo de esto es lo que ha tenido su influjo en la forma como se
plasma Sandra Arenal en Mujeres de tierra escribe la historia. Pese a todo, estas apor-
y libertad. taciones no acaban de recibir la atención
En este nuevo universo del corpus his- debida para su desarrollo y difusión.
toriográfico producido en la entidad se De los autores más leídos y citados que
aprecian con toda claridad posicionamien- se ubican en este espacio se encuentran
tos teóricos, conceptuales y metodológicos César Morado (Minería e industriapesada:
que podrían identificarse en dos sentidos: capitalismo regional y mercado norteamericano,
la visión marxista de la historia a partir 1885-191 O, 1991), Óscar Flores (Burgue-
de una lucha de clases y una lectura pro- sía, militares y movimiento obrero enMonterrey,
pia de la teoría de la dependencia. 1909-1923: revolución y comuna empresarial,
Con lo anterior se pretende advertir, y 1991; El proceso de industrialización de la
para ello de nuevo cito a Zermeño, que ciudad de Monterrey, 1940-1990, 1993),
no todo conocimiento o discurso sobre el Abraham Nuncio (El grttpO Monterrey,
pasado está sujeto a predisposiciones insti- 1982; Visión de Monterrey, 1996) y e! pro-
tucionales. Si bien la institución presupo- pio Cerutti (Economía de guerra y poder re-
gional enelsiglo XIX: gastos militares, aduanas
36 Para darse una idea de esto, se pueden revisar
y comerciantes en años de Vidaurri, 1855-
las publicaciones Siglo XIX. Revista de Historia y Siglo 1864, 1983; Burguesía, capitales e industria
XIX. Cuadernos deHistoria, euyos proyectos han sido en el norte de Méxim Monterrey y su ámbito
coedirados con el Insrituto Mora durante algunos años
de las décadas de los ochenta y los noventa. 37 Zerrneño, Cultura, 2002, p. 147 .

108 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTfNEZ


regional, 1850-1910, 1992). En esta nueva y por lo que corre sponde a lo más re-
etap a, la obra de Mario Cerutti es la que presentativo de la reciente historiografía
lograr marcar la pauta. Particularmente reg ional , la memoria histórica ahí plasma-
llama la atención su p ropuesta respec to a da resulta el referente q ue di stingue a
la config uración y ubicación de un entorno Monterrey. Por lo que es com ún, entonces,
geoeconómico a partir de un a economía de relacionarla con términos como "racionali-
guerra en un momento de doble coyuntu- dad", "progreso" , "tecnolog ía", "m oder-
ra: la redefinición de la front era entre Mé- nidad" , "autonom ía". Es ese el papel que
xico y Estados Unidos, así com o la confor- la reciente historiografía le señala y confie-
mación de un reordenamient o regional en re a la ciud ad y a la entidad.
el noreste. En cuanto a investigación sobre Asim ism o, aunq ue en un ám bito que
hi storia reg ional, esta propuesta logra se ext iende más allá de la entidad , cabe
afianzar la idea del valor de las fuente s que mencion ar las aportaciones de Manuel Ce-
resgu ardan los archivos municipales y es- ballos Ramírez, investigador del Coleg io
tatales. lo ante rior como parte de ese pro- de la Frontera Norte en N uevo Laredo
ceso de de scentralización que no sólo se que ha tr abajado sobre la confonnación his-
deja ver en la oferta académica, sino tam- tórica de la frontera norte; de Octavio H erre-
bién en los resultados de los estudios his- ra Pérez, invest igador del Colegio de Ta-
tóri cos en los cuales se descubren y reco- m aulipas en Ciudad Victoria que ha
nocen las cond iciones y circunstancias de est udiado el proceso de la zona libre en la
las experiencias regionales. Si en otros mo- frontera norte del país, o de Cu auhr érnoc
mentos la preocupación de quienes se inte- Velasco Avila y Martha Rodríguez García,
resaban por el pasado era form ar ciu da- qu ienes han in vestigado, desde Sal tillo,
danos u organizar los esfuerzos de cronistas sobre el encuentro entre nómadas y civili-
e historiadores, en esta fase el estu di o de zados en el noreste. Esto propone advert ir
la historia ya realizado por p rofesionales qu e desde las otras dos entidades ubicadas
respondería a tener un conocimiento de en el noreste m exicano, la práctica del ofi-
las múltiples y variadas experiencias socio- cio ap untaría a considerar di ch a reg ión
históricas de las distintas realidades regio- com o un ente histórica y socialme nte sin -
nal es. Lo ant e rior quizá ant e el llam ado g ular que ha comparti do ciertas experien-
de advert ir y diagnosticar tanto probl e- cias y procesos.
máticas como posibilidades de una plura- En los últimos años, y luego de la sa-
lidad nacional q ue es necesario reconocer. lida de la Facultad de Filosofía y Letras,
En general, una tend encia en esta etapa que no de la UANL, de Mario Cerutti a
es investiga r el desarrollo económ ico de principios del año 20 00 , la "nueva" d irec-
Monterrey y sus periodos de indust rializa- ción que se ha pretendido tom ar en di cha
ción comparándolo con zonas de otros paí- ins tituci ón respe cto al pl an de estud ios
ses (País Vasco en España o la región de para form ar historiadores apunta hacia el
Pi em onte-Lombardía-Liguria en Itali a, ejerc icio de un a historia cultural. Es decir,
por ejemplo) como lo presentan Mario Ce- se quiere enfocar los estudios hacia otros
rutti y Mermo Vellinga (Burguesías e indus- ho rizontes de investigación como puede
tria enAmérica Latina )' Europa meridional, ser la herm enéutica y el análisis de textos
1989). de histo ria o sobre la sociología del cono-

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 109


cimiento del pasado, considerando el em- León y la Asociación de Historia Econó-
pleo de enfoques teóricos y metodológicos mica del Norte de México (AHENME),
propuestos por autores, entre otros, como continúa propiciando el debate e inter-
Certeau, Ricoeur, Foucault o Luhmann. cambio de ideas respecto al rumbo que
La tarea, según parece ser, es abrir los estu- debe tomar el oficio de historiar en Nuevo
dios históricos a otros paradigmas y mo- León y en la región noreste de México.
delos de estudio e investigación, aunque Asimismo, los contactos y reuniones
hasta el momento sigue sin aparecer al- entre los profesionales del oficio en México
guna investigación que sea considerada se han vuelto más constantes y formaliza-
un "parteaguas" en la manera de hacer esta dos, tanto por la organización que han sa-
"nueva" historia. bido desarrollar y mantener como por el
Existen otras instituciones que en las respaldo de las instituciones en las que los
décadas más recientes han respaldado la historiadores se desenvuelven.
investigación y publicación de este tipo
de estudios, con lo que se ha enriquecido
la producción historiográfica regional. A MANERA DE CONCLUSIÓN
Cabe mencionar aquí a la Universidad de
Monterrey (udeM, 1969), al Archivo Ge- De forma preliminar es posible tener en
neral del Estado de Nuevo León (AGENL), cuenta algunas consideraciones de la pro-
al Consejo para la Cultura y las Arres de puesta periódica esbozada. Si bien se ha
Nuevo León (CONARTE, 1995), así como construido un ámbito donde el conoci-
las publicaciones que han hecho impor- miento histórico se viene elaborando desde
tantes grupos editoriales con motivo de hace más de un siglo en Nuevo León, se
los 400 años de Monterrey en el año de advierten cierras particularidades: la ins-
1996. 38 Este evento representa el punto tauración de una institución personal encar-
con el que se propone cerrar el largo pro- nada por el erudito decimonónico doctor
ceso de la producción historiográfica re- González, quien no sólo escribió sobre his-
gional aquí abordado. toria; la puesta en marcha del Colegio Ci-
De igual manera, la fundación de vil con su proyecto académico; la funda-
agrupaciones -tanto de historiadores pro- ción de agrupaciones --a parrir del legado
fesionales como de cronistas y aficionados intelectual y académico de aquellos perso-
a la historia>, como la Asociación de His- najes- que representan los primeros inten-
toriadores Profesionales del Noreste de tos por instituir espacios dedicados a los
México (ADHINOR, 1985), el Colegio estudios científicos, entre ellos de historia
de Historiadores y Cronistas de Nuevo (Sociedad Científico-Literaria José Eleu-
terio González); la formalización en el si-
glo XX de instituciones con variados perfi-
38 Fue el caso de la editorial Grijalbo, Ediciones
les (universidades, asociaciones,editoriales,
Mina, Viejas y El Diario de Monterrey, por citar algu- entre otras) que comienzan a difundir el
nas. En estas condiciones se han reeditado obras que conocimiento de la historia regional (semi-
durante un buen tiempo est uvier on en el olvidu y narios, coloquios, encuentros, conferen-
abandono, como puede ser el caso de Monterrey, un cias, publicaciones); así como la formación
vistazo a susentrañas de Máximo de León. académica de los primeros historiadores

110 EDGAR IVÁN ESPINOSA MARTINEZ


locales al comenzarse a impartir la discipli- Lo anterior, valga decirlo, responde a
na en la DANL. una situación como la que ha vivido la
El ejercicio historiográfico desarrolla- ciudad de Monterrey desde hace poco más
do en Nuevo león ha estado, por supues- de un siglo; el auge industrial y económi-
to, en contacto con lo que se producía y co que la ha dinarnizado propicia, en cier-
circulaba en otras regiones del país -en es- to grado, que ese sector que llevó a cabo
pecial con la ciudad de México como cen- dicho proceso guarde celosa memoria de lo
tro cultural e inteleetual- y del extranjero sucedido. Tan es así que recientemente se
-tanto la historia generada en Estados Uni- ha propuesto elaborar una arqueología in-
dos como la presentada por aquellos ex- dustrial en torno a la experiencia de la
tranjeros que han radicado en Monterrey. Fundidora de Fierro y Acero de Monte-
Si bien el corpus historiográfico nuevo- rrey. Sería esto lo que desde un punto de
leonés ha generado un conocimiento im- vista histórico y social es aceptado y reco-
portante, este se ha centrado en explicar nocido como un tipo de cultura propia-
situaciones como la industrialización y la mente local. En tal sentido, es posible
genealogía burguesa local, por lo que al- mencionar lo que se considera como una
gunos aspectos históricos, sociales y polí- cultura norestense, resaltando lo realizado
ticos han quedado de lado o, si hay estu- por comerciantes, empresarios y hombres
dios al respecto, no cuentan con la difusión de negocios de la región desde la segunda
debida. Ejemplo de esto lo representan mitad del siglo XIX al seguir las investi-
movimientos sociales de las décadas re- gaciones publicadas en tales rubros.
cientes (grupos marginales, migración a Pero lo anterior no implica que toda
la ciudad, pluralidad política), actuación la producción historiográfica se venga
de grupos y organizaciones urbanas (movi- encontrando sujeta a tales condiciones. Se
lización social, guerrilla), condición de la trata, en todo caso, de la elaboración de
clase obrera (luchas y reivindicaciones sin- un tipo de conocimiento histórico en el cual,
dicales, cultura popular) o problemáticas si bien muestra cierta uniformidad en
en torno al género. cuanto a los temas tratados y métodos em-
Asimismo, lo más represenrativo de la pleados, han aparecido múltiples lecturas
historiografía producida en la entidad ha respecto al pasado regional. En tal sentido,
optado la mayoría de las veces por realizar lo que se deja ver en los estudios recientes
un trabajo de historia con el uso del ar- de historia en Nuevo León apuntaría hacia
chivo como su principal fuente; documen- un tipo de eclecticismo académico, a partir
tos relativos a decretos, misivas, periódico del cual múltiples y variados paradigmas
oficial, actas, ete., resultan ser lo más apenas estarían siendo contemplados y uti-
socorrido para realizar la reconstrucción lizados. Ejemplo de esto puede ser el caso
del pasado. Así, la consideración de otro de recientes investigaciones sobre la con-
tipo de fuentes como podría ser lo visual cepción y usos de los espacios públicos
(grabados, imágenes, fotografías) o lo oral durante el porfiriato empleando fuen-
(entrevistas, historias de vida) se encuen- tes distintas a las tradicionales como es el
tran, en el mejor de los casos, en un lugar caso de material visual (González Maíz) .
secundario. Ello implicaría que se comienzan a plan-

LA PRÁCTICA HISTORIOGRÁFICA EN NUEVO LEÓN 111


Épocas y autores en la historiografía en Nuevo León 1867-1996"

Prolegómenos Regionalismo Institucionalización Profesionalización


(1867-1925) (1925-1942) (1942-1974) (1974-1996)

José Eleuterio Vito Alessio Robles José Pedro Saldaña Abraharn Nuncio
González (1879-1957) (1891-1992) Limón
(1813-1888) David Alberto Cossío Carlos Pérez- (n. 1941)
Hermenegildo Dávila (1883-1939) Maldonado Mario Cerutti
(1846-1908) Santiago Roel Melo (1896-1990) (n. 1941)
Rafael Garza Cantú (1885-1957) Hécror González Óscar Flores Torres
(1864-1912) Miguel Martínez (1882-1948) (n.1960)
Rendón Raúl Rangel Frías Antonio Olvera
(1891-1966) (1913-1993) Sandoval
Eugenio del Hoyo (n. 1962)
Cabrera César Morado Macías
(1914-1989) (n. 1969)
Isidro Vizcaya Canales
(1917-2005)
Israel Cavazos Garza
(n. 1923)
Rodrigo Mendirichaga
(n. 1931)
Máximo de león Garza
(1931-2001)

a La intención es presentar a algunos de los cronistas e historiadores que han contribuido en la gestaci6n y

evolución de la historiografía regional según las condiciones institucionales, académicas y ptofesionales


sucedidas en el estado. Cualquier omisión es involuntaria.
Fuente: Espinosa, "Poder", 2004 .

tear nuevas formas para investigar proble- acapamn la mayor parte de los quehaceres
rnáticas y objetos de estudio. de la entidad (político, económico, cultu-
Por último, otra circunstancia particu- ral, académico, etc.). De este modo, al ha-
lar que es necesario advertir es la notoria blar de Monterrey muy bien se puede
centralidad de actividades regionales en hacer referencia a Nuevo león . Centrán-
un solo polo, Monterrey; poderosos em- dome en la actividad historiográfica regio-
porios, influyentes medios de comunica- nal, cabe advertir que la parte sustancial de
ción, así como instituciones académicas dicho corpus se ha realizado desde allí.
se encuentran en la citada ciudad donde

112 EOGAR IVÁN ESPINOSA MARTINEZ


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