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La planificación del trabajo de auditoría tiene como objetivo principal determinar los
procedimientos que se van a aplicar, la oportunidad de su ejecución, y el alcance que se
le dará a la tarea. Para ello deberá evaluar el riesgo de auditoría.
a) Riesgo Inherente,
b) Riesgo de control
c) Riesgo de detección,
Algunos de los conceptos fundamentales sobre los que el auditor debe obtener
información son:
Como esta parte del proceso pretende que el auditor obtenga un conocimiento general,
la evidencia debe ser coherente con esa característica. Por lo tanto, la documentación
que evidenciará el conocimiento obtenido no pretenderá ser pormenorizada ni detallista,
en esta fase del trabajo:
En la auditoría de los Estados Contables, el objeto auditado son los estados contables.
Los estados básicos, complementados con notas, cuadros y anexos, son los que brindan
la información acerca de la situación patrimonial, económica y financiera del ente, y,
para hacerlo, apelan a afirmaciones.
En efecto, los estados contables incluyen conceptos que existen (desde el punto de vista
material o no) y que son propiedad del ente; esos conceptos informados en los estados
contables no presentan omisiones, es decir, están todos los bienes, los derechos y las
deudas del ente, que, a su vez, son consecuencia de todas las operaciones que el ente
realizó; cada uno de los elementos informados tiene una valuación que se condice con la
realidad; finalmente, los conceptos son los que se informan, y no otros.
• Existencia
• Propiedad
• Integridad
• Valuación
• Exposición.
Estas afirmaciones contenidas en los estados contables son las que debe verificar el
auditor en su trabajo, por lo que se convierten en objetivos de auditoría en cada rubro.
3) Riego inherente:
En este sentido, el riesgo inherente se entiende como aquella posibilidad de que, por las
características específicas del ente y sus estados contables, existan errores en la
contabilidad.
No es lo mismo auditar una empresa que comercializa artículos de limpieza que una
empresa dedicada a la actividad agrícola ganadera o a un club de futbol.
En el ejemplo que mencionamos, parecería ser que conlleva una posibilidad mayor de
existencia de errores el laboratorio que la empresa industrial, por la complejidad mayor
de sus procesos. Por otra parte, dentro de los estados contables del laboratorio, es más
probable que existan errores en el rubro intangibles (por ejemplo, gastos de
investigación) que en caja y bancos, por la incertidumbre que rodea a ese concepto.
Las características particulares del ente y de cada rubro y afirmación de sus estados
contables conllevan la posibilidad de que nazcan errores que afecten la información
contable. Esos errores no dependen de “cómo funciona el ente” sino de sus
características esenciales.
El riesgo inherente no puede ser controlado por el auditor, puesto que no puede ser
cambiado, sino que sólo puede ser medido por él. El momento en el cual el auditor
realiza esta medición es cuando realiza el conocimiento del ente y de los estados
contables.
El auditor deberá evaluar si el sistema de información contable que incluye los controles
internos necesarios para evitar errores.
De esta forma lo que hace el auditor es formarse un juicio acerca del riesgo que existe
de que al sistema de control interno que posee la empresa se le escapen errores, y en qué
rubros pueden estar los mismos. A este riesgo lo llamaremos riesgo de control.
Por un lado, existe un conocimiento formal del sistema, que se realiza mediante la
lectura del organigrama, manual de procedimientos, manual de funciones, plan y
manual de cuentas, encuestas y cuestionarios a los empleados del ente, etc.. Este análisis
nos permite concluir acerca de si son útiles o no los controles que están establecidos en
el ente.
Por otra parte, existe un conocimiento real del sistema, que nos permite saber si los
controles que son útiles se cumplen en la realidad (es evidente que no tiene sentido
verificar si se cumple un control inútil). Los procedimientos para llegar a esta
conclusión son aquellos que permiten seguir una operación desde que nace hasta que
muere, o los que remiten a un sistema paralelo, mediante el cual se puedan comparar las
salidas reales de las programadas.
Después de ambos filtros, el auditor podrá confiar en aquellos controles que sirven y se
cumplen.
5 ) Riesgo de control
Uno de los objetivos del control interno del ente es detectar los errores que impactan en
la contabilidad y corregirlos. Si el control interno no funciona correctamente en este
aspecto, es muy probable que los estados contables contengan errores en sus
manifestaciones (existencia, propiedad, integridad, valuación y exposición).
Como esta es una probabilidad, también se trata de un riesgo: el que implica que el
sistema de control interno no detecte y corrija los errores (surgidos de las características
del ente y de su información contable). Este es el segundo componente particular del
riesgo de auditoría, que llamamos riesgo de control.
Tampoco este riesgo es controlable por el auditor, puesto que el sistema de control
interno pertenece al ente.
7) Enfoque
Una vez determinado el nivel de riesgo según los lineamientos del apartado precedente,
y cumplidos los pasos mencionados en los apartados anteriores, corresponde definir el
enfoque a dar a la auditoría. Esto significa determinar el tipo de evidencia de auditoría
que más eficientemente puede contribuir para el logro de los objetivos planificados.
Recordemos que según lo que ya hemos visto, existen dos tipos de pruebas que
constituyen evidencia de auditoría: pruebas de cumplimiento de controles y pruebas
sustantivas.
• Universos pequeños
Como regla general, debe tenerse presente la relación “costo – beneficio”, en la elección
del enfoque de auditoría que resulte más apropiado en las circunstancias. No obstante,
es importante destacar que, aun cuando los controles internos funcionen adecuadamente,
y el auditor decida un enfoque basado principalmente en la confiabilidad de los mismos,
no puede prescindirse totalmente de las pruebas sustantivas. Esto es así porque a pesar
de la excelencia de estos controles, siempre puede existir alguna posibilidad de error, o
de alguna alteración de la información contable producida en forma deliberada, “por
afuera” de los controles habituales del ente.
8) Programas de trabajo
Debe quedar claramente establecido aunque de la manera más sintética posible. Ej:
- Ver factura emitida
- Ver remito conformado por el cliente
- Ver recibo emitido por el proveedor
- Verificar saldo según el extracto bancario
Es conveniente dividir el programa por área o por circuito de información, puesto que
faculta la posterior división de las tareas por grupos de trabajo. Es decir de acuerdo a
grupos de rubros o cuentas relacionadas y no necesariamente por rubro de los EECC.
Ejemplos:
A medida que avancemos con los rubros iremos viendo cómo se relacionan