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De esta manera el presente trabajo tiene como finalidad dar a conocer el proceso que
conlleva la escritura, mediante la capacidad para enviar, recibir, elaborar y emitir
información, ideas, opiniones y actitudes de primera calidad y orientadas hacia
objetivos personales y organizacionales, por lo cual unos subprocesos se activan para
generar ideas que se plasman en escritos, los cuales mediante la planeación y revisión
de estos, se corrige de tal manera que de sentido y lógica a lo que se quiere expresar,
la experiencia juega un papel fundamental que con el paso del tiempo se va
perfeccionando, obteniendo escritos originales y de calidad, estos van acompañados
de investigaciones que el escritor busca para argumentar con mayor solidez su punto
de vista.
A finales del siglo XX, los modelos cognitivos explicaron a la escritura como un
proceso. Estos modelos estudiaron tres grandes temas; los subprocesos de la
escritura (planeación, redacción, y revisión), la diferencia entre escritores expertos y
novatos, y las estrategias de enseñanza y aprendizaje de la escritura; todo esto, con el
objetivo de describir las operaciones mentales ocurridas en el momento de escribir.
Pero más allá de esto, ¿por qué es importante ver a la escritura como un proceso? La
escritura es la producción de textos, mas no es el texto en sí y por ende no debe ser
vista como tal. Escribir es una habilidad que se adquiere, no es innata para los seres
humanos y a su vez, hace parte del proceso de aprendizaje.
Según el modelo cognitivo del proceso de la escritura propuesto por Hayes y Flower
(1980) y Flower y Hayes (1981), revisado por Hayes et al. (1987) y Flower et al. (1990),
la escritura es considerada un proceso que se apoya en los principios de recursividad y
flexibilidad. Es una acción dirigida a la construcción de significados que responden a
objetivos retóricos y situaciones particulares. Esta acción incluye tres procesos
básicos: “la planificación”, “la traducción” o “textualización” y “la revisión” que a su vez
implican otros procesos como la generación de ideas, la formulación de objetivos y la
evaluación de producciones intermedias.
Todo escritor debe tener presente: a quién va dirigido el texto, con qué objetivo se
escribe, qué sabe del tema, qué quiere expresar, qué se le dificulta a la hora de escribir,
es su texto coherente, claro, organizado y adecuado. Muchos estudiantes sienten
miedo ante la página en blanco, por lo tanto, enseñarles a asumirla como un proceso
constituido por diferentes partes y a tener en cuenta todas estas preguntas, es una
forma de darles mayor seguridad.
La escritura es, en efecto, un proceso cognitivo, pero también involucra una práctica
social pues va dirigido a una audiencia. En cuanto este proceso de escritura de los
estudiantes sea guiado y acompañado, ellos no solo lograrán mejores resultados, sino
que también conseguirán mayor autonomía y consciencia de su propio proceso una
vez deban enfrentarse en solitario a la página en blanco.
Razones para escribir: ¿Cuál es la razón para escribir? ¿Para cumplir con una tarea o
trabajo? ¿Para convencer a alguien? ¿Para responder a algo que se ha leído? ¿Para dar
una opinión? ¿Para divertir? Algunas veces existe más de una razón para hacerlo, éstas
deben reconocerse y tenerse en cuenta durante el proceso de escritura. Se pueden
poner por escrito algunos de esos motivos y referirse a ellos alguna vez.
¿Quién es la audiencia?
Encontrar un tema: Algunas veces el tema lo escogen los profesores para una prueba
o examen, etc. Las experiencias personales, los acontecimientos presentes o pasados,
o lo que el estudiante imagina se pueden utilizar. Hay que pensar en la audiencia y en
lo que a ésta le pueda interesar, o simplemente comenzar a escribir espontáneamente
y recoger ideas que permitan o ayuden a construir el texto.
Tormenta de ideas: Se debe tratar de escribir el tema como un núcleo central y escribir
alrededor de éste las ideas y palabras que vengan a la mente. Se pueden utilizar las
siguientes preguntas: ¿quién?, ¿qué?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿por qué? Se hace una lista,
se pueden usar los sentidos: el oído, la vista, el tacto, el olfato, y el gusto. Se puede
ensayar a escribir espontáneamente sobre el tema. ¿A qué hace referencia el tema?
¿Cómo afecta a otras personas? ¿Es humorístico o serio? ¿Qué conoce la audiencia
sobre éste?
Búsqueda, Investigación: ¿Qué se sabe sobre el tema? ¿Qué se necesita saber? ¿Qué
necesita saber la audiencia? Se busca o investiga hasta que haya recogido la
información que se necesita. No todos los temas necesitan investigación.