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Las figuras del "otro"

en la dimensión política.
La dimensión moral del conflicto político

Enrique Serrano G6mez·

P ara Carl Schmitt la relación del orden social exige que ese carácter
"amigo-enemigo" es el criterio contingente no sea percibido por un
1 distintivo de lo político. Desde número relevante de sus miembros. La
su perspectiva el "enemigo político" es comprensión de la propuesta
el "otro"; "para determinar su esencia schmittiana sobre la determinación de
basta con que sea existencialmente dis- lo político requiere entender el sentido
tinto y extraño en un sentido particular- de estas dos tesis, así como su relación.
mente intensivo" l. Esta identificación
del "enemigo político" con el "extraño" En contra de la herencia platónica
se basa en dos tesis complementarias: que ha dominado en gran parte de la
1) La forma que adquiere el orden teoría política, Schmitt afirma que
social es onu'ñg~nte 2) La estabilidad cada orde social ea.resultado de la

• Profesor de le Uníversídad Autónome Metropolitene y del Instituto de Investigeciones Filosóílcas de le


Unlversided Neelonel Autónoma de México.
1 C. Schmltt. El concepto de lo político. Medrid, A1iellUl,1991.p. 57.

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Enrique Serrano Gómez/Lasfígures del 'otro' en ladimensión política

"decisión" de aquél o aquellos que


detentan el poder. "Pues cada orden
t1 .d~"e~~ ~rden, dentro de un contexto
'C0I1!hctlv07
descansa en una decisión (...) También
el orden jurídico, como todo orden se Sin embargo, como se destaca
sustenta en una decisión y no en una en la segunda tesis, uno de los obje-
norma'". . tivos centrales de la práctica política
es lograr que la mayoría de los indi-
Con ello se niega la existencia viduos lleguen a creer que los conte-
de un principio universal y necesario, nidos del orden social en que viven" '1
ya sea que se interprete como natu- se sustentan en una validez universal
ral, divino, histórico o racional, al . y, de esta manera, los asuman corno.
que deban adecuarse el sistema , elementos necesarios para guiar sus'
institucional de las sociedades. Todo acciones. Esta tarea política se en-
I orden social particular hace posible cuentra Iíqada a los procesos de
'reducir la contingencia'oral encarnar legitimación que garantizan la esta-
ó' 1 jma elección entre una diversidad de. bilidad del orden. En las ccmuntda-
./'- ( alternativas; ello permite, a su vez, A~slradicionales la legitimación bus-
una coordinación de las acciones al ca envolver las ordenaciones y pode-
introducir un cierto grado de estabi- res de mando, heredados de tiempos
lidad en las expectativas de los acto- inmemorables, con el áurea de lo
res. Pero l.a...cJ)Il!ingencianQ-.esposi- sacro, para protegerlos de los efectos
)J~~uprimirla po¡com-pl;!o; el riesgo de la crítica. El problema en las so"
y los conílictos, estrechamente t~l-ª.: ~t~dadesmodernas reside en que los
O, O : cionados con ella, son f~nómel1Q.s mitos ligados a las religiones tradi-
J insuperables de la vida soc@.!. Preci- cionales, debido al proceso de dife-
samente, el hecho de que cada mani- renciación que las define, han perdi-
festación concreta del orden social do su eficiencia en la tarea de legiti-
sea contingente es lo que hace del mar el poder público. A pesar de ello,
hombre un "animal político", pues, sostiene Schmitt,.!L queremos man-
en el proceso de reproducción de la " tener la i_ntegridad del orden social,
sociedad siempre se encuentra en mediante la formación de una "V..e-
juego la definición de los contenidos luntad general", se debe apelar a un

2 C. Schmitt. Politische Theologie. Berlín, Duncker & Humblot, 1990. p. 16.

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mito que proceda de "profundos sen- tan extendido de la xenofobia es, según
timientos vitales". Este mito no es esta argumentación, un síntoma de que
otro que el de la "Nación":'. la constitución del orden social es el
De acuerdo con esta perspectiva frágil efecto de una lucha de poder
la constitución y consolidación de toda permanente, contra un entorno hostil.
unidad política requiere de una delimi- Elencuentro con la alteridad, al aproxi-
tación frente al "otro". Para Schmitt el mar la complejidad inherente a ese
entorno, actualiza el conflicto. Incluso,
punto culminante del proceso constitu-
tivo de la unidad política se da cuando en las comunidades tradicionales, no
se establece una clara frontera entre sólo el extranjero, sino cualquier miem-
"amigo y enemigo", en la que el segun- bro de la comunidad que cuestione los
do miembro de esta relación se identi- mitos vigentes se convierte en el "otro",
en un "enemigo político".
fica con aquellos que no comparten la
creencia en la validez del mito que A pesar de que Carl Schmitt sos-
unifica a los amigos. Esta propuesta se tiene que el "enemigo polítiZc;"es una .
sustenta en el hecho de que gran parte :constante histórica (con lo cual afirma
de las comunidades políticas, en espe- que la política y el conflicto inherente a
ciallas tradicionales, consideran la mera ella es un destino insuperable), recono-
presencia de cualquier grupo de "extra- ce, al mismo tiempo, que 19Jig.ur.a-de1
ños" como una agresión; porque, al "enemigo" varía en los distintos con-
tener estos últimos otras costumbres y textos sociales y temporales. En el pre-
profesar otras creencias, hacen patente sente trabajo me propongo explorar el
la contingencia del orden social y, con alcance de la tesis en la que se establece
ello, son percibidos como un peligro un vínculo entre las distintas figuras del
para la estabilidad social. El fenómeno "enemigo" y las transformaciones

3 C.Schmitt coincide con Rousseauen que el fundamento del orden social debe ser una "Voluntad general"
que homogenice a los ciudadanos; sin embargo, a diferencia de Rouss"eau, para él, la "Voluntad general"
no es una realidad a priori, ni una instancia racional. En este punto Schmittse acerca a la posición teórica
de Sorel. Pero en la definición del contenido del "mito político" se encuentra más cerca no a Mussolini, quien
ensudiscursoen la ciudad de Nápoles (octubre de 1922) dijo: "Hemos creado un mito; el mito es fe, noble
entusiasmo. No tiene por qué ser una realidad; es un impulso y una esperanza, fe y valor. Nuestro mito es
la Nación, la gran Nación que queremos convertir en una realidad concreta."

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históricas de lo político. La idea que nes y creencias, unq,validez universal.


subyace y guía estas reflexiones es que Esto lleva a convertiral "otro", al repre-
jSchmitt, al no adentrarse en este cam- sentante de la diferencia ética, en el
(po problemático, a pesar de que en sus transgresor de los valores "supremos", o K.
¡escritos se encuentra esbozado, accede en el "malo", al cual se le slfúa-fuera de
a una comprensión limitada de lo polí- la ley y fuera de la misma humanidad.
\tico que le impide entender el sentido Al rival que se le ha negado todo valor
de los cambios que ocurren en la mo- moral e incluso su condición humana,
dernidad, al interior de este ámbito se convierte en un "enemigo absoluto".
'social. Esta ausencia, más que ser el Las guerras contra el "enemigo~justo'?
resultado de una "incapacidad" teóri- son consideradas como un actoen el
ca, es la consecuencia de una ideología que se defiende la "c_élllsa'usta"; obje- cJ/'t' .:

conservadora-cuyo núcleo es conside- tivo que no admite matices o puntos-


rar que todo aumento de la compleji- intermedios, por eso, en ellas se alcan-
dad se encuentra ligado, de manera za una intensidad e inhumanidad
necesaria, a "ingobernabilidad". Para insólitas.
facilitar el inicio de esta amplia tarea y esta clase de guerra (las guerras
vaya seguir, en este trabajo, la estra- contra el "enemigo absoluto") son ne-
tegia de proponer una serie de figuras cesariamente de intensidad e inhumani-
del otro las cuales agrupan, cada una, dad insólitas, ya que van más allá de lo
político y degradan al enemigo al mis-
una multiplicidad de manifestaciones
mo tiempo por medio de categorías
del "enemigo político". morales y de otros tipos, convirtiéndo-
lo así en el horror inhumano que no
1. El enemigo absoluto sólo hay que rechazar sino que hay que
"No digo los otros, más que para aniquilar definitivamente; el enemigo
ya no es aquel que (sólo) deber ser
decirme mejor" Montaigne rechazado al interior de sus propias
La tendencia inmediata de todo fronteras."
grupo humano es atribuir a su "forma El que las partes en contienda
de vida" particular, con sus institucio- acudan al uso de los recursos morales,

4 C. Schmilt. El cOI1ceptode lo político. Op. cit. p. 66. (los subrayados son del autor). La afirmación deSchmilt
según la cuel lasguerrescontra el "enemigo absoluto" "van más allá de lo político". presupone la importante
tesis de que equelloque distingue a lo político de la guerra es una transformación de la figura del "enemigo"

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para alegar el ser representantes de la una de ellas, reclama ser la encarna-


"causa justa" ,no hace más que agudizar ción de la "vida buena" y/o de la "ver-
y profundizar la hostilidad. Los conflic- dadera" fe; por lo que ve sólo supersti-
tos dominados por la noción de "caus ciones y falsos ídolos en las creencias y
justa" y, con ella, por la figura del • dioses de la otre". No podemos imagi-
"enemigo absoluto" sólo pueden cesar Dnar una situación de mayor hostilidad.
con el exterminio o la plena rendición de -' Cada grupo exige al otro 00 sólo I~
uno de ellos. Eldegradar moralmente al rendición sino, también, con ella, que
adversario impide establecer un con- renuncie a sus concepciones y valores
junto de reglas que limiten la violencia, sagrados para reconocer como válidos
pactar una tregua o firmar un tratado los suyos. Esta elevada demanda con-
de paz. Frente al "enemigo absoluto" duce de manera inevitable a la
únicamente es factible matar o morir. escalación de la violencia. Como ya
En las ocasiones que se llega a un había destacado Hegel, la "lucha por el
"equilibrio trágico", en donde ninguno reconocimiento" es una lucha a muer-
de los rivales puede vencer al otro, es te.
posible que cese la lucha; pero mientras Por consiguiente, el comportamien-
persista la enemistad absoluta, la pre- to de las dos autoconciencias se halla
disposición combativa permanece la- determinado de tal modo que se com-
tente y se actualiza en cuanto uno de los prueban por sí misma,la una a la otra,
mediante la lucha a vida o muerte. Y
contrincantes llega a considerar que ha
deben entablar esta lucha, pues deben
reunido los medios suficientes para so- elevar la certeza de sí misma d e ser para
meter al otro. sí a la verdad, en la otra y en ella
misma."
El mayor número de casos en
los que podemos observar el desarrollo La política en los contextos donde
de la enemistad absoluta es en el en- impera la enemistad absoluta se plan-,
cuentro de comunidades tradicionales, tea como objetivo central mantener la\() .o
en los que cada una, o por lo menos integridad del grupo social, mediante la v

5 Una buena descripción de ladinámica propia dela "enernísted absoluta" se encuentra en la novela de Mario
Vargas L1osa. La guerra del fin del mundo. Barcekma, Se ixBarral, 1981.
6 W. F. Hegel. Fenomenología del Espíritu. México, Fondo de Cultura Económica, 1973. p. 116. Sobre la
"lucha por el reconocimiento" ver también: A Honneth. Kampfum Anerkennung. Frankfurt, a.m., 1992.

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homogeneización de la concepción del completo a ella significa que en él se


mundo de sus miembros. Losconciuda- mantiene lo lejano en la proximidad.
danos, esto es, el grupo de "amigos" Ellopuede llegar a ser un gran atractivo
diferenciados de los "enemigos", están para 105 miembros de la comunidad,
unidos por un vínculo afectivo, reforza- porque implica la posibilidad de acer-
do por el hecho de que comparten el carse a la "otredad", para satisfacer la
conjunto indiferenciado de valores en curiosidad, minimizando el riesgo de
105 que se legitima el orden social. Se verse cuestionado en 105 valores que
puede decir que, en este caso, 105 "ami- definen la identidad propia. El que se
gos" son 105 "prójimos". asocie al "extranjero" con lo "extrava-
gante", la "locura" o la supuesta inge-
nuidad del "primitivo", muestra el refle-
11. El extranjero. Entre la jo de mantener una distancia ante esa
tolerancia y la persecución lejanía próxima, a pesar de la atracción
que él despierta.
La comunidad tradicional puede
llegar a tolerar al "otro", siempre y V,L05 " ex t ranjeros
. "h an rea l'Izado
cuando sea posible, por su reducido oficios que, debido a las creencias
número o debilidad, mantenerlo margi- imperantes, se encuentran vedados a
nado. Tal es el caso del "extranjero", los miembros de la comunidad o, sim-
entendido, no como el viajero que tiene plemente, se consideran indignos. Por
un contacto efímero con la comunidad, ejemplo, cuando la economía comuni-
sino como aquél que, como dice taria se rige por el ideal de autosufi-
SimmeF, "viene hoy se queda mañana; ciencia, el extranjero es, generalmente,
es, por decirlo aSÍ, el .emigrarll.e~n el comerciante encargado de suminis-
potencia que, aunque se haya detenido, trar los pocos artículos externos que
no se ha asentado por completo." El tienen una demanda interna. La razón
hecho de que el "extranjero", a pesar de de que se asocie al extranjero con la
vivir en la comunidad, no se asimile por actividad comercial es clara: mientras

7 Ver G. Simmel. "Disgresión sobre el extranjero". Excurso del capítulo "El espacio y la sociedad" de
Sociología. Madrid, Reviste de Occidente, 1977. "[...[elextranjero es un elemento del grupo mismo, como
los pobres y lesdiverses clesesde 'enemigos interiores'. Sonelementosquesi, de une parte,son inmenentes
y tienen une posición de miembros, por otro ledo están Iuerey enfrente." p. 717.

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que los individuos autóctonos se dedi- ligados a intereses locales, tenían la


can a las labores ligadas a la tierra, facultad de ser objetivos respecto a los
elemento que sustenta por excelencia conflictos internos.
la membresía del grupo, la síntesis de lo A pesar de que el extranjero, al
próximo y lo lejano que caracteriza al
cumplir con funciones indispensables,
extranjero, le permite asumir la movili- llega a formar parte de la vida comuni-
dad que exige dicha actividad. En la
taria, en tanto conserva el atributo de
llamada Edad Media, la ética de la "lejanía próxima", corre el peligro de
iglesia cristiana', en concordancia con el
convertirse, en cualquier momento, en
valor de autarquía, consideraba que el un "enemigo absoluto". Esto sucede
mercader, aunque no incurría en un cuando la comunidad enfrenta situa-
pecado mortal, nunca podría ser grato ciones críticas, en las que se generan las
a Dios ("horno mercator vix aut condiciones para que aflore "la visión
numquam potest Deo placere"). Por
policiaca de la historia" 8. Según esta
eso, fueron los judíos, principalmente,
última, todo "mal" que sufre la socie-
los que se dedicaron al comercio y a las
dad debe ser imputado a un individuo o
finanzas, a costa de reforzar su condi- grupo que conspira contra el bienestar
ción marginal.
general. La posición del extranjero lo
No siempre a los extranjeros se les convierte en
el "chivo expiatorio" por
asignó tareas marginales; en algunas excelencia que requiere el discurso y la
ocasiones, se les encomendó trabajos práctica de esta concepción de la histo-
con un gran prestigio, lo que les permi- ria, tan extendida en las sociedades. En
tía adquirir un poder e influencia consi- la "visión policiaca de la historia" se
derables en el interior de la comunidad. condensan los usos ilegítimos de los
Tal es el caso de las ciudades italianas, recursos morales en la política. Su ob-
en el otoño de la Edad Media, en donde jetivo es identificar la pretensión de
se acudía a los extranjeros para que validez universal del lenguaje moral con
estos ocuparan el puesto de jueces, los contenidos particulares de la propia
soldados o funcionarios políticos, ya J9rma de vida comunitaria; con ello, el
que se consideraba que, al no estar "otro" se ve.degradado a la condición

8 La expresión "visión policiaca de la historia" fue fo~ada por Manes Sperber. Sobre este tema ver L. Poliakov.
La causalidad diabóli~a. Barcelona, Muchnik, 1982.

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de ser "infrahumano" que atenta con- actividad defensiva de una identidad y


tra los valores de la "humanidad". El unos intereses particulares frente a un
declarar al "extranjero como un ser entorno hostil, para llegar a ser también
"hors I'humanité", es el mecanismo el arte de relacionarse y convivir con la
ideológico que subyace a la historia de "otredad".
las persecuciones, las cuales han sido Uno de los escasos momentos his-
utilizadas como recurso básico en los tóricos en los que el reconocimiento del
intentos de reforzar la integración, en "otro" como "enemigo justo" llega a
las situaciones que se cree amenazada plasmarse en el orden institucional se
la comunidad. da en losalbores de la modernidad, con
el surgimiento del Jus publicum
111. El enemigo justo Europaeum. En este derecho de gentes
postmedieval la noción de "causa jus-
Si tomamos en cuenta la enorme ta" se ve desplazada, gracias a la dife-
amplitud de la propensión humana de renciación entre el ámbito jurídico y el
convertir al "otro" en un "enemigo ámbito teológico moral, por la de "ene-
absoluto", podremos apreciar que el; migojusto"; lo que expresa el reconoci-
gran acontecimiento político en la his- miento recíproco de los Estados nacio-
\ toria de la humanidad es el reconoci- nales como poderes soberanos. Este
miento del "otro" como "enemigo jus- reconocimiento presupone asumir el ius
to". El iustus hostis es simplemente el v belli de cada uno y, con ello, admitir
"otro", disociado de las condenas mo- que el "otro" es, en potencia, un enemi-
rales y que, por tanto, se acepta como go conforme a derecho. El enemigo
un hombre que tiene el derecho a tener político adquiere así un status jurídico,
derechos, empezando por el derecho a ya no es un criminal. La regulación y
defender su particularidad. Conel "ene- clara delimitación de la guerra (die
migo justo" no sólo es posible combatir, Hegung des Krieges) hace posible llevar
sino también negociar o firmar un tra- a cabo distinciones claras y unívocas
tado, es decir, crear las condiciones que entre interior y exterior, guerra y paz,
hacen viable limitar la violencia y, de neutralidad y no neutralidad, militar y
esta manera, dar el primer paso en el civil, lo que, a su vez, permite una rela-
proceso de ampliación cuantitativa y tivización de la hostilidad, que repre-
cualitativa de la práctica política. La senta, sin duda, un gran avance desde
. política deja de ser únicamente la el punto de vista de la coexistencia:

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En la figura de la guerra, tal como los particulares la capacidad de con-


ésta se contempla en el derecho inter-
vertir su enemistad privada en un con-
nacional entre Estados, el e smi o e~ ()
~onocidQ también al mismo nivPJ¡~
flicto político, se establece un coto a la -
como un Estado soberano. En este violencia y se sientan las bases para
derecho internacional el reconocimien- acceder a una pacificación interna,
to como Estado implica ya, en tanto
mantiene aún algún contenido, el re- Desde la perspectiva de este repre-
conocimiento del derecho a la guerra, sentante del "Decisionismo"el reconoci-
y con ello el reconocimiento del otro miento del "otro" como "enemigo justo"
como enemigo conforme a derecho
(.. ,) La regulación y la clara delimita- presupone la diferenciaciónentre política
ción de la guerra supone una Y moral, ya que sólo así es posible distin-
relativización de la hostilidad. Toda guir la relación "amigo-enemigo" de la
relativización de este género represen- dualidad "bueno y malo"_ El problema
ta un gran progreso en el sentido de la de esta tesis es que en ella se identifica
humanidad, Desde luego no es fácil de
lograr, ya que para los hombres re~ulta"moral" con la actividad de predicar y
difícilnoconsiderarasuenemigocomo defender una forma particular de "vida
un criminal. Sin embargo, el derecho buena", a laque se leatribuye una validez
internacional europeo referente a las universal. Sin embargo, el núcleo del
punto de vistamoral es el reconocimiento
guerras territoriales entre países consi-
guió dar este sorprendente paso, 9
. de Ia especmci
if ida d dI"
e o tro;" hec ho que
Para Carl Schmitt este avance se~ Schmitthace a un lado, La pretensión de
encuentra ligado a la consolidación del l¡ v?1idezuniversal sólo tiene un carácter
Estado como poder soberano, susten- --' racionalcuando se encuentra ligado a las
tado en el monopolio de la violencia normas de justicia que hacen posible la
legítima, Precisamente, el sentido del convivenciaen un contexto donde existe
Estado moderno, según este autor, re- una pluralidad de concepciones de vida
side en poner fin a los conflictos en los
que se encuentra enjuego una supuesta
buena. Reconocer al "otro" como un
"enemigo justo" es, más allá de la
----
"causa justa", como sucedía en las moral tradicional, el punto en el que
guerras de religión que precedieron el convergen política y moral. Conver-
surgimiento de esta forma de derecho gencia que se concreta en os "derechos
internacional. Por otra parte, al perder. fundamentales", que garantizan a cada

9 C. Schmitt. El concepto de lo político. Op, clt, p. 41

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uno el derecho a conservar y defender sociedad se realiza básicamente me-


su particularidad. diante la identificación de sus miem-
bros con el contenido normativo de una
Pero ahora no quiero detenerme
forma de vida particular, en lassocie-
en la problemática noción que maneja
'dades modernas aparecen mecanismos
Schmitt de universalidad moral y su
de integración basados en un control
relación con la política 10; mi interés
que trasciende el consenso normativo ,
reside en cuestionar la forma en que se r
relaciona el reconocimiento del "otro" .J
¡ya que se fundamentan en un
con la consolidación del "Estado clási- entrelazamiento funcional de una cons-
co europeo", es decir, el Estado telación de intereses. El mercado repre-
absolutista. Es cierto que el surgimiento senta el caso paradigmático de este
del Jus pub/icum Europaeum se en- último tipo de mecanismos de integra-
cuentra vinculado de manera estrecha ción de las acciones. Entre los indivi-
con la centralización del poder político, duos que participan en el intercambio
que lleva a la constitución de los Esta- mercantil, aunque deben asumir ciertas
dos absolutistas. Pero el reconocimien- reglas generales, no tiene que existir un
to del "otro" que se encuentra en ese acuerdo sobre la validez de los conteni-
derecho internacional remite al conjun- dos normativos de una forma de vida o
to de transformaciones sociales, que no una concepción concreta del mundo ,
se limitan al ámbito político, las cuales esto es, no tienen que identificarse como
dan lugar a la modernidad. La ampli- "amigos", ni como miembros de una
tud de requisitos sociales que requiere comunidad de creencias. Para la inte-
acceder al reconocimiento institucional gración de sus acciones basta que, a
del otro como "enemigo justo" es lo que pesar de todas las diferencias, se reco-
no percibe Schmitt. nozcan como "personas", que poseen
la facultad de establecer contratos.

IV. El competidor económico El contrato implica la diferencia-


ción entre las distintas concepciones de
Mientras en las comunidades "vida buena" que profesan los contra-
tradicionales la integración de la yentes y los principios de justicia que

10 Ver: E. Serra.no. "El enemigo político. Sobre la difícil relación entre política y moral". En: Nora Rabotnikof
el. al. [cornpiladores]. La ten ocidad de la política. México, U.N.A.M., 1995. .

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.regulan sus intercambios. La distinción "la disolución de la eticidad") se crea el


entre los principios universales de jus- espacio del individualismo moderno y
ticia y las distintas concepciones de la libertad que lo define.
"vida buena", es una condición necesa-
ria para hacer compatibles, sin que Dentro de la economía, el dinero es
desaparezcan las tensiones, la plurali- el lazo que pone en relación la exten-
sión máxima del grupo económico y la
dad y la unidad del orden social.
diferenciación máxima de sus miem-
bros, en el sentido de la libertad y la
El desarrollo de la economía mer- autonomía, como la diferenciación cua-
cantil conlleva un proceso bifacético: litativa del trabajo. 0, dicho más exac-
por una parte, lo familiar se aleja y, por tamente, gracias al dinero, el grupo de
otra parte, lo extraño o lejano se acer- la economía natural, pequeño, cerra-
ca. Ello tiene como efecto el que las do y uniforme, se convierte en otro,
cuyo carácter unitario se escribe en dos
fronteras entre "Nosotros" y "Ellos", aspectos: la ampliación y la
entre lo confiable y el entorno hostil, se individuación."
tornen fluidas. La reducción de la com-
plejidad, inherente a la contin e .
----~, El individualismo moderno encie-
que caracteriza al mundo humano, se rra, como ha destacado Simmel, dos
basa ya no sólo en una interpretación aspectos. En el primero ~se acentúa la
mítica o religiosa, sino que también se diferencia entre los hombres, en el se-
logra a través de procedimientos obje- gundo, lo que tienen en común.
tivos, en los que las identidades tradi- Conforme se marca la diferencia de
cionales, fundamentadas en el lugar y cada uno, el aspecto común se va redu-
la función que ocupa el individuo en el ciendo a elementos generales y abstrac-
orden comunitario, parecen difu- tos, los cuales el individuo comparte no
minarse. En la distancia que produce el sólo con los miembros de su comuni-
mercado entre los miembros de la co- dad, sino también con todos los seres
munidad (como decía Hegel: humanos. Los elementos que tienen en

11 G. Simmel. Op. cit. p. 780. "El dinero he Iecllítedo le oportuníded de unirse con otros persones sin tener
que ceder nodo de la liberted o loreservo personales. Esto es lodiferencio fundarnentel, cuyo importancle
es enorme, con lo formo de unlllceclón personal, que no distinguía entre los seres humanos como seres
humanos y los seres humanos como miembros de una asociación [... J" G. Simmel. Filosofía del dinero.
Madrid,C.E.P., 1977.p.418.

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común los hombres, rebasan su iden- Un dominio sobre seres humanos


que reposa sobre un fundamento eco-
tidad comunitaria y se plasman en los
nómico, si se mantiene apolítico, en
"derechos fundamentales". Cuanto el sentido de sustraerse a toda res-
más estrecha sea la integración del ponsabilidad y supervisión políticas,
propio grupo, tanto más severa será tiene que aparecer justamente como
la antítesis frente al grupo o al indi- un terrible engaño. El concepto del
cambio no excluye como tal concep-
viduo extraño. Por eso, ,el mercado,
to, en modo alguno, que una de las
al distanciar a los miembros del gru- partes quede en desventaja, ni que un
po, estableciéndose como un meca- sistema de contratos recíprocos aca-
nismo objetivo de integración (no be por convertirse en un sistema de la
dependiente de lazos personales o más salvaje explotación y represión
(... ) Pero claro está, con esto se de-
identificaciones afectivas), req~
rrumba aquella construcción ideal de
antítesis frente al extraño. una sociedad que reposaría sobre el
intercambio y los contratos recípro-
Se puede afirmar que el "compe-: cos y que sería por eso mismo pacífica
tidor económico" es una mediación que l'
y justa."
hace posible pasar de la figura del "ene- ')
migo absoluto", a la del "enemigo jus- En efecto, 1 onomía .de merca;
to". La respuesta de Schmitt a esta tesis do no suprime los conflictos sociales nL
es afirmar que se trata de una posición atenúa la asimetría; por el contrario, en
ideológica, característica del liberalis- numerosas ocasiones, a la sombra d,?
mo, con la que se pretende respaldar los un discurso económico, los antagonis-
intentos de "neutralizar" los conflictos mos y la desigualdad se agudizan y
políticos. Sin embargo, agrega, el con- generalizan, al grado de conducir a la.
flicto político no puede "neutralizarse" renovación.de la figura del "enemigo
o superarse, lo único que sucede es que absoluto". Esto sucede cuando se bus-
se oculta y justifica moralmente, lo que ca ocultar las pretensiones de dominio
propicia el renacimiento de la figura del políticocon una ideología economicista,
"enemigo absoluto".
~,
en la que se presenta al mercado como

12 C. Schmitt. El Concepto de lo político. Op. cit. p. 105. Sobre losintentos liberales de "neutralizar" el conflicto
político, además de los trabajos de Schmitlver: "Elliberalismo y la decadencia de la filosofía política" y "La
era de la organización y lasublimación de la actividad política". En: S. Wolin. Política y perspectiva. Buenos
Aires, Amorrorlu, 1973.

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un sistema económico armónico, que, cualquiera de las modernas manifesta-


abandonado a su espontaneidad, tien- ciones que adquiere la figura del "ene- / Jí~
de a lograr un equilibrio entre los facto- migo absoluto".
res de la producción y, con ello, a
Pero la tesis respecto a que el
realizar una sociedad "pacífica y jus-
"competidor" es una forma de transi-
ta". El afán de dominio, que se preten-
ción entre el "enemigo absoluto" y el
de justificar a través de una supuesta
"enemigo justo" no implica comprome-
armonía utiliza, al igual que las formas
terse de manera necesaria con la con-
de dominación tradicionales, un uso
cepción del mercado como un orden
ilegítimo de los recursos morales, junto
armónico universal. Por el contrario,
a todos los medios de coacción, para
para comprender la aportación del sis-
imponer sus fines. Sin embargo, en su
tema mercantil a la dinámica política
vocabulario los términos de "guerr~' y
de las sociedades modernas se requiere
"r sión" son sustituidos por los con-
distanciarse tanto de las apologías,
ceptos de "ejecuci' e sancíones",
como de las condenas radicales al mer-
"m~lsias para.qarantizar la paz", ::blo-
cado". Se trata de asumir que el
queos", etc. Toda resistencia al dorni-
--'""'- mercado representa un meca~mo
nio económico se juzga como "violen-
indispensable para enfrentar la com-
cia extraeconómica" que debe ser su-
plejidad de las sociedades modernas,
primida a toda costa, ya que pone en
que ha tenido importantes conse-
peligro el hipotético nuevo orden uni-
cuencias en la forma que adquiere el
versal. ~El economícísmo.tecnccrétíco
- - orden institucional y el sistema de
como toda ideología que absolutiza
relaciones, sociales.
valores vinculados a una forma de vida
.'particular, ya no reconoce "enemigos Por otro lado, ampoJ;o se preten-
justos", sino sólo "bárbaros", "terroris- de reducir la dinámica política a la
tas", "elementos antisociales", "ene- económica y, con ello, pasar por alto la
rnigos de la humanidad", es decir, especificidad de cada uno de estos

13 Desde mi punto de vista, la actualidad de los análisis de Simmel sobre las formas de interacción ligadas al
mercado consiste, precisamente, en distanciarse de estas dos posiciones, para tratar de ofrecer un análisis
del mercado capaz de captar la ambigüedad que se encierra en él. Desgraciadamente, han predomi nado las
interpretaciones de la obra deSimmel que, siguiendo una tradición marxista, acentúan el aspecto "negativo"
de los vínculos mercantiles.

23
EnriqueSerrano G6me1/Lasfigurasdel 'otro' en ladimensi6n política

subsistemas sociales. Lo que se afirma " "extraño", que agrede a la integridad


es que el mercado es el caso ejemplar de del grupo, por lo que se tiende a
un tipo de mecanismo para la integra- 'convertirlo en un "enemigo absoluto"
ción, que trasciende la necesidad de un .que debe ser desterrado o aniquila-
consenso normativo, el que también se Ido. El desenvolvimiento en las socie-
ha desarrollado en otros ámbitos socia- dades modernas de mecanismos de
les, entre ellos en el de la política, integración basados en un entre-
adquiriendo en cada contexto un carác- lazamiento funcional de una conste-
ter propio. Schmitt diría que el "compe- lación de intereses, crea las condi-
tidor" económico al no ser, en sentido ciones que hacen posible que la disi-
estricto, un "amigo" o un "enemigo", dencia no sea necesariamente un
no constituye una figura política. Esto atentado contra la integridad del or-
es cierto, porque I~figura del "cornpe- den social. Aunque es evidente que la
tidor" únicamente adquiere un.sentido aparición de estos mecanismos no se
, político al relacionarse al conflicto pú-, traduce de inmediato en un aumento
blico.sque define lo político-, en el que del grado de tolerancia, porque ésta
_se encuentra en juego la definición de es el resultado de una historia de
los contenidos y fronteras del orden conflictos políticos, sí se puede sos-
social. Este vínculo entre el "competi- tener que la expansión de estos me-
dor" y la vida política se ha realizado en _ canismos de integración, que tienen
el desarrollo de las emocraclas en el mercado la punta de lanza de su
modernas. penetración social, acompañan el
incremento de la tolerancia, que per-
mite la consolidación de los sistemas
v. Del disidente al opositor
democráticos.
En las comunidades tradiciona- Schumpeter, al definir a la demo-
les, al sustentarse su unidad en un cracia como un "mercado político" en
consenso normativo, existe un redu- el que una pluralidad de grupos busca
cido espacio para la disidencia. En adquirir el poder a través de una "lucha
ellas, como se ha señalado, el disi- de competencia por el voto del pue-
dente es considerado como un blo'?', logra captar el aspecto central

14 J. A Schumpeter. Capitalismo, socialismo y democracia. Barcelona, Orbis, 1983.

24
Estudios Políticos No. 10. Medellín, Enero - Junio 1997

de las transformaciones de las relacio- trascendente respecto a los diversos


nes políticas en las sociedades moder- grupos en pugna, es lo que hace de los
nas. Para conciliar la complejidad de partidos (siempre en plural) elementos
estas últimas con la necesaria esenciales de las democracias. Al mis-
búsqueda de la unidad social es preciso mo tiempo, la demo.~acia presupone
renunciar a los intentos de llegar a un que entre "amigos" y "enemigos" existe
consenso amplio sobre los valores y las un "consensus iuris", en el que se obje-
normas que orientan las acciones. El tlva el reconocimiento recíproc~. En la
único consenso' generalizado que puede" _ liddemocráticag 1"enemigQ polítjco."es
eXlSbr en una - sociedád moderna es u "enemigo.·usto."que, además o.za
aquel que se refiere a los principios que de Io.smismo.sderechos que poseen Io.s
guían los procedimientos que- hacen Uª-migos".El ¡¡o.tro.'ya no.es=en todo.s
posible escenificar y dirimir los conflic- loscasos, el extraño que proviene de un
tos políticos. Entre los participantes en entorno hostil o permanece en él, sino.
el mercado político no tiene, ni debe el "opositor", co.nel que se comparte un
existir una comunidad de creencias, orden institucional.
sino un acuerdo sobre la validez de las
leyes que hacen posible compaginar la Se ha vuelto un lugar común afir-
pluralidad y la unidad del orden social. mar que la teoría de la "competencia
por el caudillaje político.",que propone
En el mercado político de las so- Schumpeter, es una definición
ciedades modernas sigue operando el procedimental de la democracia, .9.ue
principio de agrupación entre "amigos" hace a un lado.la dimensión no.rmativa
y "enemigos", pero la frontera entre de este sistema político. Esto.es falso; el
ellos ya no está sustentada en una objetivo de este autor era ofrecer, ante
supuesta "Verdad", que impida una
el uso inflacionario e ideológico del
negociación mutua. Los elementos que
término "democracia", un criterio mí-
unifican a los "amigos" ya no son una
nimo que nos permita distinguir a la
identificación afectiva, una "causa jus-
democracia de las otras formas de or-
ta", una evidencia incuestionable y una
serie de valores absolutos, sino intere- ganización ctel poder. Sin embargo, el
ses, creencias, posiciones, que se asu- propio Schumpeter señala que el éxito
men como instancias relacionadas con del método democrático, implfcito en
puntos de vista particulares. La falta de su teoría de la "competencia por el
una perspectiva omniabarcante, caudillaje político", presupone una

25
Enrique Serrano G6mez/L:!sfigura-; del'olro' en ladimensión política

serie de "condiciones" que debe cubrir "voluntad general". En ello se mani-


un orden social para poder ser califica- fiesta uno de los síntomas de la pre-
do de manera legítima como democrá- sencia de la enemistad absoluta, esto
tico. Entre estas condiciones se da una es, considerar a los "amigos" como
serie de requisitos normativos, que se un grupo homogéneo, claramente de-
condensan en la exigencia de "un alto limitado ante un entorno hostil. Entre
grado de tolerancia para las diferencias los representantes de la "teoría clási-
de opinión". Esa elevada tolerancia ca de la democracia" existen varia-
requiere el abandono de la "enemistad ciones sobre la caracterización de
esa "voluntad general", se habla del
absoluta", para reconocer al "otro"
"espíritu del pueblo", de un "sujeto
como un "enemigo justo", con el que se
trascendental", de una "clase univer-
comparte un sistema de derechos y
sal", pero en todos se considera la
deberes; ello demanda una elevada
disidencia como un elemento que
calidad moral de todos los participan- denota la presencia de una "conspi-
tes. El no degradar moralmente al "opo- ración" contra el "pueblo". A dife-
sitor", reconociendo sus valores como rencia de Rousseau, representante
tales y, con ello, aceptar que los propios clásico de esta tradición teórica,
'0 valores no poseen una validezabsoluta, Schmitt sostiene que la " oluntad
es el punto más alto de la formación general" no es realidad dada, consti-
moral de los hombres. Des raciada- ~tuidaPor la "Razón" común a todos
mente, para la estabilidad de las demo- los hombres, sino una entidad que
cracias, dicho punto es alcanzado muy debe crearse políticamente, recurrien-
raras veces por los individuos. _do al "mito" de la "Nación". A pesar
de esta diferencia, Schmitt, al igual
Para captar de manera precisa
que Rousseau, ve en toda "oposi-
el sentido normativo implícito en la
ción" interna un obstáculo que debe
definición de Schumpeter, se requie-
superarse para arribar a una demo-
re tomar en cuenta que se presenta
cracia "verdadera" o "real".
como una noción de la democracia
que contrasta con lo que él llama la
Toda democracia real se basa en el
"teorfa clásica'), Una peculiaridad de
hecho de que no sólo se trata a lo
esta última es considerar al "pueblo" igual de igual forma, sino, como con-
como una especie de macrosujeto, al secuencia inevitable, a lo desigual de
que puede ser atribuido- una forma desigual. Es decir, es propio

26
Estudios Políticos No. 10. Medellín, Enero· Junio 1997

de la democracia, en primer lugar, la se ha desvanecido en el aire. Pero


homo ewidad, y, en segundo lugar ello no implica la pérdida de los va-
-y en caso de ser necesaria- a..elimi-
lores, como han interpretado los
nación o la destrucción de lo,
hetero éneo (... ). f:LPoder olítico nostálgicos de la comunidad (nostal-
~~unaAemocracia estriba en saber gia que denota una toma de partido
eliminar o alejar lo extraño y des- por la seguridad en detrimento de la
igual, Lo que ~menaza la. libertad); por el contrario, presupone
hornogeneidad." -
asumir que los únicos elementos nor-
mativos a los que puede ser atribuido
En contraste con la "teoría clá- una pretensión de validez universal
sica", Schum eier reconoc~ gue el (sujeta a una permanente revisión)
"pueblo" es una realidad plural! son aquellos que emanan del recono-
escindida y conflictiva, que no puede cimiento de los rivales como "enemi-
ser hornoqeneizada, De ahí, que de- gos justos" y. que se encuentran re-
fina a la democracia como un método presentados por los "derechos fun-
para Ifegar a decisiones políticas, en damentales" .
el que, a semejanza de la economía
mercantil, sólo se requiere un con- Schmitt no percibe que la consoli-
I senso sobre los procedimientos que daciÓnde un Estadode derecho democrá-
(j
hacen posible escenificar los conflic- ticorepresenta, para la políticainterna de
tos, garantizando, al mismo tiempo, las unidades políticas,el mismo avance o
la integridad física y moral de los u r()9T~" en el sentido de la conviven-

'participantes. Gracias a la acción de ciaque, en la políticaexterna, el recono-


la economía mercantil y de la demo- cimiento recíproco de los Estados nacio-
cracia, en cada una de sus esferas nales plasmado en el Jus publicum
sociales, la alteridad se ha instalado Europaeum. Elidealde Schmitt es que "la
al interior del orden social y las fron- política de gran estilo" debe ser sólo la
teras e identidades se han tornado política exterior, es decir, aquella que
fluidas. Lo sólido, afortunadamente, realiza un Estado soberano como tal

15 C. Schmitt. Sobre el parlamentarismo. Tecnos, Madrid, 1990. pp.12-13. Sobre este tema ver: E. Serrano.
"Democracia y homogeneidad del pueblo". En: Consenso y conflicto. Schmitt y Arendt: La de/in ición de
lo político. México, Interlínea, 1995. Sobre la relación entre la "teoría clásica de la democracia" y la
"enemistad absoluta" consultar el libro clásico de J. L.Talmon. The Origen s o/T otalitarian Democracy.
Londre5,Secker&Warburg, 1952.

27
Enrique Serrano Gómel/Lasfiguras del 'otro' en ladimensi6n política

respecto de otros Estados soberanos, "amigos" y "enemigos" se comparte


mientrasque losconflictosinternostienen una dimensión normativa, más o
que reducirse a ser asuntos policiacos, menos amplia, en la que se apoya un.
"ellomuestra que, de manera paradójica, orden institucional común. Decir que
Schmitt cae en el error que atribuye a los el "enemigo político" es el "enemigo
.liQ.erales, esto es, la ilusión de poder público" presupone que el problema
"neutralizar" el conflicto político; en su político básico es la constitución de
caso no por la competencia económica y ese espacio público en el que se en-
la discusión racional, sino a través de la cuentran "amigos" y "enemigos". El
homogeneización del "pueblo" mediante desarrollo de la dimensión normati-
.
el mito nacional. Pero todos los intentos
de homogeneizaral "pueblo" han condu-
~ va, común a los bandos en pugna,
llega en los sistemas democráticos al
cido al renacimiento de la enemistad reconocimiento del "enemigo políti-
¡

absoluta, lo que contradice el valor que, ,.. co" como una "persona" con dere-
dice profesar por la valentía, propia de las chos plenos. Sin embargo, esto no
"guerras clásicas europeas", de recono- debe conducimos a conceptualizar la
cer al "otro" como "enemigo justo".....• historia política como un "progreso"
continuo que conduce de lo comuni-
VI. El enemigo objetivo, tario a lo social, de lo particular a 10
universal, del "enemigo absoluto" al
El renacimiento de la
"enemigo justo". Por el contrario,~
enemistad absoluta renacimiento de la "enemistad abso-
luta" es un riesgo insuperable, que se I /.'
o
} El conflicto ha sido y será un
O , dato constante en el mundo humano; torna en un peligro de proporciones lJ 1)
inéditas en las condiciones propias
, es por eso que Schmitt afirma que ~
de las sociedades modernas.
política~UlYe~tro destino. Pero la
forma en que se presenta y desarrolla Al mencionar las condiciones
el conflicto ha variado constante- características de la modernidad que
mente. Schmitt parece, en ocasio- incrementan la intensidad de la "ene-
nes, pasar por alto que la diferencia mistad absoluta", no sólo me refiero
~re la guerra y la polftica es cuali- al avance tecnológico, que aumenta
tativa y no sólo cuantitativa (grado nuestra capacidad de destrucción,
de intensidad). Lo q~ define al con- sino también a las condiciones
. flicto político es el que entre morales que imperan en las naciones

28
Estudios Políticos No. 10. Medellín, Enero - Junio 1997

modernas". El desenvolvimiento de el lado "espiritual", en discusión. Según


la "igualdad de condiciones" ha pro- él autor, la finalidad de estos intentos
piciado que los enfrentamientos en- de "neutralizar" la lucha política es ocul-
tre las naciones tienda a convertirse tar la voluntad de consolidar un domi-
en una "movilización total", en la que, nio económico, legitimándolo como un
entra en juego el conjunto de las sistema necesario, "objetivo", al que
fuerzas productivas de la sociedad, debe someterse la humanidad entera.
donde resultamuy difícil impedir lf En las ideologías modernas la discrimi-
escalación, cuantitativa y cualitati- nación del enemigo se esconde bajo el
va, de la violencia. Las guerras mun- manto de un lenguaje "científico", en el
diales de nuestro siglo son un ejem- cual se considera ilegítimo el uso de los
plo de esto. Precisamente, la expe- términos morales; el "otro" es visto
riencia de estos enfrentamientos como un "enemigo objetivo", que
globales pulverizó la esperanza transgrede el supuesto nuevo orden
decimonónica respecto a que el pro- "universal" de la "humanidad".
greso tecnológico se traduce, en un La discriminación del enemigo
plazo mayor o menor, en un prGgreso como criminal y la simultánea
moral implicación de la iusta causa se prod u-
cen paralelamente a la agudización de
Schmitt considera que el renaci- los medios de destrucción y a la falta de
miento contemporáneo de la figura del asentamiento del escenario de la gue-
"enemigo absoluto" es una consecuen- rra. La evolución de los medios técni-
cos de destrucción abre el abismo de
cia del pathos liberal que busca "neu- una discriminación moral y jurídica
_tralizar" el concepto político de la "lu- igualmente destrudiva (... ) Al ser con-
cha", transformándolo, por el lado eco- vertida hoy día la guerra en una acción
nórnico, en competencia, y, por el otro, ~cial contra alteradores de la paz,

16 Ver: E.Jüoger. Der Arbeiter. Stuttgllrt, Keltt-Cotte, 1982. R. Callloís, ÚlCUesta de la guerra. México, Fondo
de Cultura Económlce, 1975. Quien eíirme: "Este dllerne, yo podrí!! ex!!ger!!r su slrnplificación hasta
~
forrnularlo esí: o bien IIISdesigualdades sociales entre los hombres están codífícedes y mantenldes por los
ritos,las costumbres y las leyes, y entonces IIISgl.le!111SsonengenerallimitMlIS, corteses y poco s!!ngrient!!S,
une especie de juegos y ceremonles; o bien los hombres tienen derechos igu!!les, perticlpen igualmente
en los8Suntos públicos y, en este C!!SOI!!s.guerras tienen la tendenci!! !!trersforrnerse en choq ues ilimitados,
mortíferos e lmplecebles, No perece que el hombreheye podído, hesta el presente.Iogrer qaner en los dos
cuadros 81!! vez." p. 9.

29
Enrique Serrano Gómez/Lesfigures del 'otro' en ladimensi6n política

criminales y elementos antisociales, ideal conservador que ha perdido sus


también es preciso aumentar lajustifi- bases empíricas. La complejidad sólo
cación de los métodos de este police
bombing, de modo que se está obliga-
puede ser enfrentada con complejidad,
do a llevar hasta un extremo abismático de ahí que no pudiera sobrevivir una
la discriminación del adversario. Sólo noción de soberanía como la que él
en este aspecto puede poseer una ac- maneja.
tualidad inmediata, aun hoy día, las
tesis medievales de la guerra justa. 17 Por otra parte, en ese diagnóstico
se pasa por alto que los supuestos Esta-
Schmitt argumenta que los pode- dos "fuertes", que han mantenido su
res económicos de la sociedad civilhan poder soberano ajeno a todo control
logrado arrebatar al estado su "sobera- jurídico son aquellos que, en nuestro
nía" y, con ella, el monopolio de la siglo, han propiciado con mayor fre-
decisión que establece la frontera entre cuencia la escalación de la violencia, al
"amigos" y "enemigos". De esta mane- convertir a sus "opositores", internos y
ra, continúa este autor, cada gr~ externos, en "enemigos absolutos", que
social busca declarar a sus rivales como deben ser purgados. Recordemos la
"enemigos objetivos" déi bienestar so, actitud exterminadora de los regímenes
cia\. Al perderse el control estatal de la fascistas, los campos de concentración
-a~finición de1"enemigo público"se crean soviéticos o las "guerras sucias" de las
las condiciones para el resurgimiento dictaduras militares en Latinoamérica.
de la enemistad absoluta, bajo la apa- ,El resurgim~nt~ de una _"enemistad
riencia de competencia económica y de absoluta" fortalecida no puede ser im-
discusión racional. Este diagnóstico putado al mercado o a las democracias
schmittiano de la modernidad es una liberales, aunque tampoco pueden con-
visión maniquea, llena de una nostalgia siderarse por completo ajenas a este
por la vida "simple" de la comunidad. fenómeno; pensemos, sin hacer a un
Considerar que pueden superarse los lado las diferencias, en la "Guerra fría"
problemas y riesgos derivados de la y en la guerra del Golfo Pérsico, donde
c~m..2l~jidadpropia de las sociedades las "Democracias Occidentales", enca-
modernas mediante la centralización bezadas por los Estados Unidos, no
del poder político representa el viejo demostraron un menor fanatismo que

17 C. Schmitt. El Nomos de la Tierra. Madrid, C.E.C., 1979. pp. 426-427.

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Estudios Políticos No. 10. Medellín. Enero· Junio 1997

sus rivales al caracterizar a sus "enemi- principios generales, "abstractos", di-


gos " ferenciados de sus identidades
particulares.
La persistencia de la "enemistad
absoluta" tiene, desde mi punto de vis- Simmel describe este problema
ta, raíces más hondas. Elreconocimlen- cuando aborda el tema de la relación de
to d~1 "otro" como "enemigo justo" la comunidad con el "extranjero". Su
requiere, como se ha dicho, diferenciar tesis es que resulta extremadamente
entre los valores y normas que definen difícil sostener una identificación y/o
a una forma de vida particular, de los reconocimiento del "otro", con base en
principios de justicia que hacen posible principios generales.
la coexistencia dentro de un contexto. El extr:;ryer .',no es próximo en
social plural. Esta diferenciación presu- cuanto entimos que entre él y noso-
pone que los individuos deben asumir tros se dan igualdades sociales, profe-
la contingencia de las identidades par- sionales o simplemente humanas; en
cambio, no es lejano en cuanto que
ticulares. El reconocimiento del carác-
esas igualdades están por encima de
ter contingente de la identidad propia ambos, y sólo nos ligan porque ligan
ha producido una crisis motivacional asimismo a otros muchos. En este sen-
que tiene graves consecuencias políti- tido, fácilmente se desliza, hasta en las
cas, culturales y psicológicas. Entre relaciones más íntimas, un matiz de
extrañeza. Las relaciones eróticas, en el
otras cosas se ha generado una fuerte
estadio de la primera pasión, rechazan
tendencia al "privatismo", que deja a decididamente aquellas ideas de gene-
los individuos inermes frente a los pode- ralización. Los enamorados creen que
res políticos y económicos. Este es un no ha habido nunca un amor semejan-
problema que fue visto ya por la teoría te, y ni la persona amada ni el senti-
miento que inspira les parece compa-
política clásica, por lo que propuso la
rables con nada. En el momento en
"creación" de una "religión civil" (re- que desaparece el sentimiento de que
cientemente Habermas proponía un la relación tiene ese carácter único sue-
"patriotismo constitucional"), capaz de le producirse un alejamiento -siendo
sustituir a las religiones tradicionales en difícilde resolver si como causa o como
efecto- (oo.) Quizás en muchos casos
su función de generar la integración y
esta extrañeza y alejamiento general
motivación suficientes para conservar sea más invencible que la que procede
la "virtud ciudadana". Sin embargo, en de diferencias y malas comprensiones.
la práctica es muy difícil que los hom- Es la extrañeza que surge de sentir que
bres se vean impulsados a la acción por aunque existe entre dos personas

31
Enrique Serrano Górnez/Les figuras del 'otro' en ladimensi6n política

igualdad, armonía, proximidad, estas validez general de una identidad par-


conjunciones no son patrimonio exclu- ticular dominante, como sucedía en
sivo de tal relación, sino algo general
que, en potencia, puede darse entre
las comunidades tradicionales. El
nosotros e incontables personas, sin mejor ejemplo de esto se encuentra
que corresponda con necesidad inte- en las ideologías nacionalistas" en las
rior y exclusiva a aquella relación. 18 que se confunde la indispensable de-
fensa de la particularidad con la pre-
La identidad del "pueblo" en las
tensión de afirmar la validez univer-
naciones modernas se basa en el
sal de unos valores y normas ligados.
orden jurídico que comparten los clu-
a una forma de vida concreta. El
_dadanos, sin que con ello se supere la
efecto de ese tipo de nacionalismo es
pluralidad, escisión y conflicto que
el renacimiento de la figura del "ene-
caracteriza
.-- su realidad.
~ El carácter migo absoluto" y, al reducir la políti-
general (formal, en cuanto no define
ca a una.mera "guerrajusta" contra
una forma de vida concreta) de la
un entorno hostil, la escalación de la
identidad popular moderna es lo que
violencia.
permite hacerla compatible con la
pluralidad de identidades particula- El propio Schmitt que condena
res que existen en la Nación. Esa ese renacimiento de la figura del "ene-
generalidad o formalismo de la iden- migo absoluto" , producido por la ne-
tidad nacional moderna, genera una gativa de reconocer el "pluriverso"
distancia entre los conciudadanos, de los Estados nacionales, cae en la
que hace difícil mantener la integra- dinámica polarizadora de la enemis-
ción y solidaridad entre ellos. En el tad absoluta, cuando considera que
intento de contrarrestar esa tenden- la única manera de mantener la inte-
cia inherente a la modernización se gridad del orden social es mediante el
ha recurrido, no a una "religión ci- proceso de homogeneización del pue-
vil", ni a un "patriotismo constitucio- blo, lo que niega el "pluriverso" inter-
nal", sino a sostener la supuesta no de cada nación. "La igualdad

18 G.Simmel. "El espacíoy la sociedad". Op. cit. pp. 720-721. "Yeceso no íelte nunce elqo de estoen ninguna
relación, por íntima que sea; ya sea que lo común a dos no es quizá nunca común a ellos meramente, sino
que pertenece a un concepto general, en el que se contienen muchas otras posibilidades iguales." p.720.
Me parece que este problema es el núcleo de donde surgen las diferencias en la polémica, relativamente
reciente, entre "liberales" y "comunitaristas".

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Estudios Políticos No. 10. Medellín, Enero - Junio 1997

democrática es, en esencia, horno- nacional socialismo alemán. En con-


geneidad, y, por cierto, homo- tra de Schmitt es preciso destacar
geneidad del pueblo. .El concepto qué'son los intentos de homogeneizar 1
central de la Democracia es Pueblo y al pueblo y establecer una clara fron-
no Humanidad (... ) ~En tanto que tera entre "amigos" y "enemigos", en
_exista la homogeneidad democrática nombre de "la paz, la seguridad y el
de la sustancia y el pueblo tenga orden" internos, lo que produce el
conciencia política, es decir, pueda peligro más grande, a saber: la
distinguir entré amigos y enemigos, el. intensificación de la enemistad que
peligro no es grande"19. Es esto, más lleva a transformar al "opositor" o
allá de las anécdotas personales, lo "competidor" político en un "enemi-
que re laciona a este teórico go absoluto': ."
decisionista con el movimiento del

19 C. Schmit!. Teoría de la Constitución. Madrid,Alianza, 1982. pp. 230-241.

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