Sei sulla pagina 1di 3

El DON DEL ESPÍRITU SANTO Y LA VIDA NUEVA

EN CRISTO

 PREPARACIÓN: ACOGIDA Y ORACIÓN INICIAL:


Es importante que todos se sientan acogidos, nuestra Iglesia es un lugar de acogida, de
fraternidad por lo tanto se debe tener un sitio dispuesto para que todos se acomoden de la
mejor manera.
Se les invita para iniciar con la siguiente oración u otra semejante:
Señor Jesús, tu que con el don del Espíritu nos das la fuerza para vivir
una vida nueva, concédenos la gracia de escuchar tu Palabra y de
aplicarla a nuestra vida. Y a ti Señor, Dios Espíritu Santo que vives en
nosotros, te suplicamos que nos inflames en amor para que demos
testimonio de fe, esperanza y caridad ante todo el mundo.

 ANUNCIO:
LA MAGNIFICA NOTICIA DEL BAUTISMO QUE NOS INJERTA EN CRISTO
El Señor Jesús después de su resurrección se apareció a sus discípulos manifestándoles de
muchas maneras su real resurrección, además de encomendarles lo que ellos debían de
hacer, para continuar con la obra que el Padre le había encargado: el Anuncio de la Buena
Nueva.
El día de la Ascensión antes de ser elevado al cielo en presencia de sus discípulos, les
encargó: “vayan por todo el mundo y proclamen la buena noticia a toda la creación. El que
crea y sea bautizado se salvará (Mc 16, 16-16). De esta manera el que crea, es decir el que
acepte debe ser instruido adecuadamente para así constituirse discípulo por el Bautismo.
De Igual manera el Señor Jesús anuncia el bautismo de Fuego, en el Espíritu Santo, lo
promete para realizarse dentro de pocos días (Hch 1, 4-5).
Los discípulos en el cumplimiento de las palabras del Señor salieron a predicar la Buena
Nueva a todas las gentes y quienes les escuchaban les preguntaban que debían de hacer
ellos les respondían: conviértase y que cada uno de ustedes se haga bautizar en el nombre
de Jesucristo, para la remisión de los pecados, y recibirán el don del Espíritu Santo; pues la
promesa es para ustedes y para sus hijos, y para todos los que están lejos, para cuantos
llame el Señor Dios nuestro (Hch 2, 38-39).
El bautismo es el nuevo signo de pertenencia al pueblo de Dios, La Iglesia, nos conduce
eficazmente al conocimiento íntimo de Dios y sus dones, porque nos hace hijos en el Hijo,
participes y herederos del Reino de Dios.
Una de las mejores imágenes para representar la pertenencia a Cristo es la imagen de la
rama que se injerta a Jesucristo, que es el tronco, donde la rama se alimenta de la savia del
árbol; así mismo el bautizado se injerta a Cristo y vive de Él, sus frutos son los frutos de
Cristo en primer lugar aunque sean también de él.
El bautismo nos marca interiormente como hijos de Dios y miembros de la Iglesia, con un
sello indeleble, ese sello y su marca característica son el Espíritu Santo, quien así nos
imprime un carácter de cristianos.

UNA NUEVA VIDA EN CRISTO Y COMO CRISTO


Con absoluta certeza podemos asegurar que, por el bautismo que recibimos el Señor nos ha
hecho miembros de su familia y nos ha llamado a vivir como hijos suyos.
Toda la novedad del bautismo viene de la Pascua del Señor, como Cristo fue sumergido en
el dolor de la pasión, muerte y sepultura, así se nos sumerge a nosotros en el dolor del
sacrificio. Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que de la misma
manera como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así nosotros
también andemos en una vida nueva (Rm 6, 3-4).
En sí lo que nos constituye nuevas creaturas es el Estar, Permanecer, y Vivir en Cristo. De
igual manera como nos dice San Pablo es necesario despojarnos del hombre viejo y
revestirnos del hombre nuevo imagen de Dios.
EL EVANGELIO DE LOS POBRES
El amor de Dios es la fuente y la recompensa de todos nuestros esfuerzos, por perseverar la
Vida Nueva en Cristo, por eso no puede ser una simple idea utópico, sino que ese ideal
debe trascender a la obra, yo lo dice el apóstol San Juan, si alguno dice que ama a Dios y
odia a su hermano es un mentiroso (Jn 4,20). Pues dar testimonio en el mundo es la tarea
inaplazable de todo bautizado, quien está llamada a ser mensajero de la Buena Nueva, pero
signo del amor de Dios es la caridad para con todos especialmente los hermanos más
necesitados, aquellos más pequeños. Así pues si nos tomamos en serio estas palabras del
Señor entenderemos que los pobres y más vulnerables son otra dimensión de la magnífica
noticia que Dios quiere que recibamos.

EN CONCLUSIÓN:
Tener una vida nueva significa saber mirar también el mundo con nuevos ojos, siendo
verdaderos discípulos de Jesús, siendo gestores del cambio de nuestra humanidad, pues
estamos en el mundo llamados a dar testimonio de nuestra Fe y nuestra esperanza. Jesús
nos lo ha dicho:
Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más
que para tirarla y que la gente la pise. (… )Brille así la luz de ustedes ante los hombres,
para que vean sus buenas obras y den gloria a su padre que está en los cielos (Mt 5 13. 16)

 ECOS DE LO ANUNCIADO
Se invita para que cada uno reflexione a cerca de los dos regalos que hemos recibido: el
Bautismo y la Vida Nueva en Cristo.
Se insistirá en desarrollar los siguientes interrogantes:
- ¿Qué es el bautismo, y por qué decimos que es el regalo más grande que recibimos
aquí en la tierra?
- ¿Cuáles son las acciones específicas que los bautizados deben emprender para ser
verdaderamente testigos del amor de Dios?
Se motiva para que durante la semana procuremos hacer obras de caridad, no
necesariamente que incluyan dinero, sino donar de nuestro tiempo para el servicio y
compañía de quienes sufren y viven en soledad.

Potrebbero piacerti anche