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Los riñones son los órganos principales para la excreción de sustancias hidrosolubles. El sistema
biliar colabora también en la excreción siempre y cuando el fármaco no sea reabsorbido a partir
del tubo digestivo. En general, la contribución del intestino, la saliva, el sudor, la leche materna y
los pulmones a la excreción es pequeña, excepto en el caso de la exhalación de los anestésicos
volátiles. La excreción a través de la leche materna puede afectar al lactante que es amamantado.
Excreción renal
La mayor parte de la excreción de los fármacos se lleva a cabo mediante excreción renal.
Aproximadamente un quinto del plasma que llega a los glomérulos es filtrado a través de los poros
del endotelio glomerular, casi toda el agua y gran parte de los electrolitos son reabsorbidos de
forma pasiva y activa hacia el torrente circulatorio en los túbulos renales. Sin embargo, los
compuestos polares, entre los que se encuentran la mayoría de los metabolitos de los fármacos,
no pueden difundir de nuevo hacia la sangre y son excretados, a no ser que existan mecanismos
específicos de transporte para su absorción (p. ej., como en el caso de la glucosa, el ácido
ascórbico o las vitaminas B). La excreción renal de fármacos disminuye con el envejecimiento (ver
Efecto del envejecimiento sobre el metabolismo y la eliminación de algunos fármacos*); a los 80
años, la depuración suele encontrarse reducida a la mitad del valor a los 30 años.
El manejo renal de los fármacos se rige por los principios del paso transmembrana. Los que se
encuentran unidos a proteínas plasmáticas permanecen en el torrente circulatorio; el filtrado
glomerular sólo contiene fármaco libre. Las formas no ionizadas de los fármacos y de sus
metabolitos tienden a ser reabsorbidas con facilidad a partir de los líquidos tubulares.
El pH de la orina oscila entre 4,5 y 8,0, y puede afectar de manera importante la reabsorción y la
excreción de los fármacos porque el pH de la orina determina el estado de ionización de un ácido
o base débil (ver Difusión pasiva). La acidificación de la orina aumenta la reabsorción y disminuye
la excreción de los ácidos débiles, y por el contrario, reduce la reabsorción de las bases débiles. La
alcalinización de la orina produce el efecto inverso. En algunos casos de sobredosis, se pueden
aprovechar estas propiedades para promover la excreción de ácidos o bases débiles; p. ej., se
puede alcalinizar la orina para promover la excreción de ácido acetilsalicílico. El grado en el que
afectan los cambios en el pH urinario a la velocidad de eliminación de un fármaco depende de la
contribución de la vía renal a su eliminación total, de la polaridad de la forma no ionizada y del
grado de ionización de la molécula.
Los aniones y los cationes son transportados mediante diferentes mecanismos. Normalmente, el
sistema secretor de aniones elimina metabolitos conjugados con glicina, sulfato o ácido
glucurónico. Los diferentes aniones compiten entre sí por este mecanismo de secreción. Este
fenómeno competitivo puede ser explotado terapéuticamente; p. ej., el probenecid bloquea la
secreción tubular de penicilina, que normalmente es rápida, lo que causa concentraciones de
penicilina más elevadas y persistentes. El sistema de transporte de cationes permite la secreción
por parte de los túbulos renales de cationes o bases orgánicas (p. ej., pramipexol, dofetilida); este
proceso puede ser inhibido con cimetidina, trimetoprima, proclorperacina, megestrol o
ketoconazol.
Excreción biliar
Algunos fármacos y sus metabolitos son excretados en gran medida en la bilis. Para ellos es
necesario un sistema de transporte activo, ya que son transportados a través del epitelio biliar en
contra de un gradiente de concentración. Cuando la concentración plasmática del fármaco es alta,
este sistema de transporte puede alcanzar una velocidad máxima (transporte máximo). La
excreción de sustancias con propiedades fisicoquímicas parecidas puede dar lugar a fenómenos de
competitividad.
Los fármacos que suelen excretarse por vía biliar son aquellos con un peso molecular > 300 g/mol
y que contienen grupos polares y lipofílicos; la excreción de moléculas más pequeñas suele ser
despreciable. La conjugación facilita la excreción biliar, en especial si se produce con ácido
glucurónico.
FARMACOCINÉTICA
Vía oral, intramuscular (i.m.), rectal: Su biodisponibilidad es del 99% oral y microenemas y es
errática por via i.m. Tiempo empleado en alcanzar la concentración máxima (Tmax) = 30-90 min,
oral; 90 min, i.m.; 30 min, microenemas; 60-120 min, supositorios. El comienzo de la acción de los
microenemas se produce a los 4-5 minutos. El grado de unión a proteínas plasmáticas es del 98%.
Es ampliamente metabolizado en el hígado, dando lugar entre otros metabolitos activos a:
desmetildiazepam, oxazepam y temazepam. Se elimina mayoritariamente con la orina en forma
metabolizada y un 1% en forma inalterada. Su semivida de eliminación es de 43 h, en insuficiencia
renal aumenta a 48 h.
INDICACIONES
Adultos:
- [ESPASMO MUSCULAR].
- [ALCOHOLISMO CRONICO].
Niños:
Stesolid (microenemas):
- Ansiedad, insomnio:
Vía oral: Adultos, 2-10 mg/6-12 h o 5-10 mg/24, al acostarse; ancianos y pacientes debilitados, 2-
2,5 mg/12-24 h; niños, 0,04-0,20 mg/kg/6-8 h.
Vía i.m. o intravenosa (i.v.): Adultos, 5-10 mg/4-6 h; ancianos y pacientes debilitados, 2,5-5 mg/4-6
h; niños, 0,04-0,20 mg/kg/6-8 h.
Vía rectal (microenema, enema, supositorios): Adultos, 5-10 mg/día; ancianos y pacientes
debilitados, 5 mg/día; niños, 2,5-5 mg/día.
- Espasticidad:
Vía rectal (enema, supositorios): Adultos, 10-20 mg/día; ancianos y pacientes debilitados, 5
mg/día; niños (>3 años), 10 mg/día; niños (<3 años), 5 mg/día.
- Premedicación anestésica:
Vía rectal (microenema), adultos: 10 mg. Niños mayores de 3 años: 10 mg. Ancianos y pacientes
debilitados: 5 mg.
- Alcoholismo:
Vía oral, adultos: 10 mg/6-8 h, debiendo ajustarse dosis diaria en función de la respuesta clínica, a
una dosis usual de mantenimiento de 5 mg/6-8 h.
Vía i.v., adultos: 5-10 mg, sin exceder el ritmo de 2 mg/min, ni la dosis total de 20 mg; niños: 0,15-
0,30 mg/kg a lo largo de 2 min, sin exceder la dosis total de 10 mg.
Vía rectal (microenema), niños (<3 años): 5 mg. Niños >3 años: 10 mg.
- Nota: en el tratamiento del insomnio deben evitarse los tratamientos superiores a dos o tres
semanas, sugiriéndose el uso intermitente del fármaco durante este período.
- Suspensión del tratamiento: En pacientes tratados durante dos o más semanas de forma
ininterrumpida, la suspensión del tratamiento deberá realizarse de forma gradual. En general,
suele bastar con reducir en un 25% la dosis cada semana (a lo largo de cuatro). Sin embargo,
algunos pacientes pueden precisar períodos más prolongados (hasta ocho semanas). En pacientes
hospitalizados, la supresión puede hacerse de forma más rápida (reduciendo la dosis en un 10%
diariamente).
CONTRAINDICACIONES Y PRECAUCIONES
Contraindicaciones
- [ALERGIA A benzodiacepinaS].
Precauciones
- [INSUFICIENCIA RENAL]: dado que se elimina mayoritariamente por vía renal, debe ajustarse la
dosis al grado de incapacidad funcional renal.
- Tolerancia: Después de un uso continuado durante algunas semanas, puede detectarse un cierto
grado de pérdida de eficacia con respecto a los efectos hipnóticos.
- [AMNESIA]: Las benzodiacepinas pueden inducir una amnesia anterógrada. Este hecho ocurre
más frecuentemente transcurridas varias horas tras la administración del medicamento, por lo
que, para disminuir el riesgo asociado, los pacientes deberían asegurarse de que van a poder
dormir de forma ininterrumpida durante 7-8 horas.
- Efectos sobre la capacidad para conducir y manejar maquinaria: La capacidad para conducir
vehículos o utilizar maquinaria puede verse negativamente afectada por la sedación, amnesia,
dificultad en la concentración y deterioro de la función muscular que pueden aparecer como
consecuencia del tratamiento. Además, los periodos de sueño insuficientes pueden incrementar el
deterioro del estado de alerta.
INTERACCIONES
- Alcohol etílico: hay estudios en los que se ha registrado potenciación de los efectos depresores
sobre el sistema nervioso central.
- Ciprofloxacina: hay algún estudio en el que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos
de diazepam, por posible inhibición de su metabolismo hepático.
- Clozapina: hay algún estudio en el que se ha registrado potenciación de la toxicidad con aparición
de delirio, fiebre o colapso. No se ha establecido el mecanismo.
- Digoxina: hay estudios en los que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos del
digitálico, con posible potenciación de su toxicidad, por posible incremento de su unión a
proteínas plasmáticas.
- Fenitoína: hay algún estudio en el que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos de
fenitoína, con posible potenciación de su toxicidad.
- Heparina: hay algún estudio en el que se ha registrado aumento de la fracción de diazepam libre,
con posible potenciación de su efecto, por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas.
- Levodopa: hay estudios en los que se ha registrado inhibición del efecto antiparkinsoniano, por
antagonismo de sus mecanismos colinérgicos y dopaminérgicos.
- Tabaco: hay algún estudio en el que se ha registrado un aumento del aclaramiento de diazepam,
por posible inducción de su metabolismo hepático causado por los hidrocarburos policíclicos
presentes en el tabaco, pudiendo ser necesario un ajueste de la poslogía en fumadores.
- Teofilina, aminofilina: hay estudios en los que se ha registrado disminución de los niveles
plasmáticos de diazepam, con posible inhibición de su efecto, por inducción de su metabolismo
hepático.
ADVERTENCIAS ESPECIALES
SOBREDOSIS
- Síntomas: Al igual que ocurre con otras benzodiacepinas, la sobredosis no representa una
amenaza vital a no ser que su administración se combine con otros depresores centrales
(incluyendo alcohol). La sobredosificación con benzodiacepinas se manifiesta generalmente por
distintos grados de depresión del sistema nervioso central, que pueden ir desde somnolencia
hasta coma. En casos moderados, los síntomas incluyen somnolencia, confusión y letargia. En
casos más serios, pueden aparecer ataxia, hipotonía, hipotensión, depresión respiratoria,
raramente coma y muy raramente muerte.
EMBARAZO
El uso de benzodiacepinas justo antes o durante el parto puede dar lugar a un síndrome en el
neonato caracterizado por hipotonía, letargia y dificultades en la lactación. Con el uso de
diazepam durante el parto se ha registrado un aumento en la tasa cardíaca fetal; grandes dosis de
diazepam justo antes del parto han dado lugar a casos aislados de hipoactividad, hipotonía,
hipotermia, apnea, problemas en la alimentación, alteraciones en la respuesta metabólica al estrés
por frío, hiperbilirrubinemia y kerníctero en neonatos.
Aunque no parece que el uso ocasional y con dosis moderadas comporte riesgos especiales, rara
vez es urgente el uso de benzodiacepinas durante el embarazo, por lo que se debería evitar su uso.
La posibilidad de que una mujer en tratamiento pueda quedarse embarazada y de interrumpir el
tratamiento en el caso de que se haya producido el embarazo debe considerarse.
MADRES LACTANTES
USO EN NIÑOS
Los niños, especialmente los más pequeños, son más sensibles a los efectos de las
benzodiacepinas sobre el Sistema Nervioso Central (SNC). En el neonato puede producirse una
depresión prolongada del SNC debido a la incapacidad para biotransformar las benzodiacepinas en
metabolitos inactivos. Se recomienda especial control clínico. Formas orales: Uso no recomendado
en niños menores de 6 meses. Formas parenterales: Uso no recomendado en neonatos menores
de 30 días. Formas rectales: Uso aceptado en niños como anticonvulsivo.
USO EN ANCIANOS
Los pacientes geriátricos pueden mostrar mayor sensibilidad a los efectos adversos de las
benzodiacepinas sobre el SNC. Un estudio retrospectivo de control de casos ha mostrado que los
ancianos en tratamiento con benzodiacepinas de acción prolongada tienen mayor propensión a
sufrir caídas y fracturas que aquellos en tratamientos con benzodiacepinas de acción corta. En
estos pacientes también puede ser más probable la apnea, hipotensión, bradicardia o paro
cardíaco por administración de benzodiacepinas parenterales. Se recomienda limitar la
dosificación a la mínima eficaz y aumentarla gradualmente, si es necesario, para disminuir la
posibilidad de desarrollo de ataxia, mareos y sedación excesiva.