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Buenas noches queridos oyentes de radio real, Dios les continúe bendiciendo.

Es para mi un

privilegio y le doy gracias a Dios por estar aquí esta noche acompañándolos y trayéndoles un

poco de lo que Dios me ha regalado. Pido al padre que sean llenos del espíritu santo conforme

vayan escuchando esta vigilia. Bueno, vamos a continuar con el tema de esta noche: el poder de

la oración, allí donde estas, cierra tus ojos y ora conmigo:

amado padre celestial, en esta noche nos presentamos delante de ti reconociendo que eres el

único Dios y que eres merecedor de gloria, adoración y alabanza. Le damos la bienvenida al

espíritu santo y te pedimos que seas tu hablando a través de nuestras vidas y que caminemos

conforme a tu voluntad, te amamos Padre, en el nombre poderoso de Jesús, amen.

Amados oyentes, comencemos por definir la oración. Diversas páginas de internet definen la

oración como hablar con Dios, para mí, la oración es una conversación con el padre donde

abrimos nuestro corazón y dejamos al descubierto nuestras debilidades y todo lo que somos,

una conversación saturada de continua alabanza y adoración. Graba esto en tu corazón, la

oración no es un repertorio de palabras bonitas, no tengas miedo de expresarte como eres

delante de Dios, porque eso agrada su corazón, solo clama conforme el espíritu santo te vaya

guiando. Con base en ello:

En esta noche quiero hablarles de la guía de oración que Jesús dejo a sus discípulos, el padre

nuestro. Por mucho tiempo creímos que debíamos repetirlo sin cesar y esa era la oración

verdadera y eficaz para que Dios nos escuchara, quiero decirles que no es así. Jesús nos ha

regalado una forma de orar que contiene principios ineludibles a la hora de tener una

conversación cara a cara con el padre. Y por esto, quiero mostrarles cuatro puntos del padre

nuestro en los que me quiero enfocar. Recordemos en este momento el padre nuestro, en

mateo capitulo 6 versículo 9 al 11 dice: padre nuestro que estas los cielos, santificado sea tu
nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la

tierra. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy. Hagamos un pare allí para revisar estos

principios.

El primer punto es padre nuestro que estas en el cielo: notemos que la oración va dirigida al

padre. No a Jesús, pues Jesús es el mediador, sino al padre, creador de los cielos y la tierra. Él es

quien merece toda nuestra adoración. Aquí es donde profundizamos, reconociendo que él es

nuestro único Dios que no hay nadie como él, que sin el padre nada somos, aproveche este

espacio para reconocer.

El segundo punto dice: Santificado sea tu nombre, este es un espacio para que usted agradezca

al padre todo lo que ha hecho con su vida, su fidelidad, su grandeza, el sacrificio de su hijo en la

cruz, sus planes y su voluntad, es el punto para que le de gloria, para que le recuerde una vez

mas que lo ama y que lo necesita en su vida. Aproveche este espacio para darle la bienvenida al

espíritu santo a habitar y a fluir en su vida. La palabra dice en romanos 8:26 en la versión de

nueva traducción viviente, que el espíritu santo ora por nosotros con gemidos que no pueden

expresarse con palabras, esto es la oración en el espíritu, orar en lenguas, no lo fuerce, deje que

el espíritu santo fluya a través de usted y que la oración llegue al padre como olor fragante.

Aclarándoles que no estoy siguiendo todo el orden del padre nuestro sino enfocado en los mas

importantes, aunque todos lo son, a mi parecer estos son muy especiales. Pasamos al tercer

punto que quiero desglosar y es el que dice hágase tu voluntad: tu que mes escuchas recuerda

esto, es muy muy importante que cuando oremos, pidamos conforme a la voluntad de Dios,

conforme a lo que el quiere para nosotros. ¿Qué pasa entonces cuando algo que pedimos no

nos es entregado? Probablemente no estemos dentro de la voluntad del padre, recordemos

siempre que no es nuestras fuerzas, no es nuestro camino. ¿Alguna vez te has preguntado si
estás haciendo lo que Dios ha planeado para ti? Sabes si tu oración esta siendo aprobada, no

tengas miedo de preguntárselo a Dios, porque el quiere el bien para nosotros en su infinito

amor. Recordemos el ejemplo de Jesús en el huerto de Getsemaní, en mateo 26:39, Jesús oro

dos veces en el huerto pidiéndole al padre que pasara esa copa en medio de su sufrimiento, en

medio de la tribulación que sabía que le iba a venir, pero no olvido decirle que se hiciera la

voluntad del padre y no la de Jesús mismo. Iglesia, ni siquiera la película de la crucifixión de

Jesús, alcanza a dimensionar el dolor por el que Jesús pudo pasar, el sacrificio tan inmenso y aun

así Jesús siempre prefirió la voluntad del padre, ya que él sabía para que había sido enviado.

¿Sabes en esta noche para que has sido enviado? Declaremos que empezamos a caminar en la

voluntad del padre y recibimos nuestra asignación.

Y, por último, el cuarto punto dice el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy, esto muestra cuanto

dependemos de Dios, implica búsqueda diaria, alimento espiritual, contacto diario, recuerde

que, así como el cuerpo físico necesita ser alimentado, el espíritu también se nutre de esa

fuente de agua viva y necesita ser llenado cada día. no esperemos a que las dificultades lleguen

para acercarnos a Dios, volvámonos íntimos, dependientes, cercanos.

Con esto quiero decirles que cuando entendemos estos principios de oración y los aplicamos en

nuestras vidas teniendo fe, veremos el poder y la mano de Dios a favor nuestro. Pensemos en el

gran ejemplo de Jesús quien en todo tiempo aparto un espacio para orar al padre, la palabra en

el evangelio de lucas 5:15 dice: “pero su fama (la fama de Jesús) se extendía más y más y se

reunía mucha gente para oírle y para que les sanase de sus enfermedades. Mas el se apartaba a

lugares desiertos, y oraba.” Miremos la ultima frase “mas el se apartaba a lugares desiertos y

oraba” a Jesús no le interesaba la fama, le interesaba tener un contacto frecuente con el padre
para recibir dirección y respaldo. Y el resultado glorioso de esto, eran los milagros y las

sanidades.

No nos olvidemos de pedir en el nombre de Jesús pues dice la palabra que todo lo que pidamos

al padre en el nombre de Jesús, lo hará, para que el padre sea glorificado en el hijo. Este es el

sello de que Dios escucha nuestras oraciones

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