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En los porcinos se hacen mediante unos martillos que portan los números y letras que identifican a
la explotación de origen. Estos números y letras se componen con un número suficiente de agujas
colocadas de forma que los dibujan y que introducen el colorante bajo la epidermis de los porcinos
al aplicarlos sobre la piel previamente “mojada” con un rodillo impregnado en tinta de tatuajes.
Como se aprecia CLARAMENTE, el Anexo V, del R.D. 205/1996, establece la obligación de que,
cuando el marcado se realice mediante tatuaje, se utilizará TINTA INDELEBLE. Esta afirmación no
admite interpretación alguna y menos el disparate de decir que solo se utilizará tinta cuando se
trate de intercambios intracomunitarios. NUNCA SE DEBE DE UTILIZAR EL MARTILLO DE TATUAR
SIN TINTA. En los porcinos reproductores de desvieje no se aprecia la marca hecha con “sangre”
debido al grosor y dureza de su piel. El uso de los martillos sin la utilización de tinta supone una
clara transgresión de la normativa sobre el bienestar animal, sobre todo cuando se utilizan para
“arrearlos” en el momento de la carga.
Para ser inscriptos en el Registro Genealógico los lechones deben ser obligatoriamente señalados
mediante este método, aunque cualquier productor puede utilizarlo en aquellos animales
destinados a la reproducción.
El señalamiento se realiza a través de muscas en los bordes de las orejas con alicates especiales. La
posición de la muesca en la oreja tiene un valor convencional, con el que se forman los números.
El número máximo que se puede alcanzar con este sistema es 1599. No se puede hacer más de un
orificio en cada pabellón, ni más de tres muescas en cada borde. Asimismo, cuando se hacen tres
muescas en el borde de una oreja no se puede hacer otra muesca en el borde opuesto de la misma
oreja. Se debe señalar luego del corte de los dientes. La cicatrización de las muescas es rápida, no
necesitando mayores cuidados.
Señales en lanares:
Se utilizan para determinar propiedad, debiéndose efectuar antes de los 6 meses de edad.
Consiste en la extirpación de una porción del pabellón auricular, que de acuerdo a su forma y
ubicación toman diferentes nombres:
Algunas señales deben ser realizadas dentro de ciertas normas para que no puedan ser alteradas o
modificadas. Ellas son:
Despuntada: no debe hacerse más allá del tercio externo del pabellón auricular para no borrar con
ella alguna otra señal anterior.
Agujero: tanto el redondo como el cuadrado, deben hacerse de tal manera que: a) No
comprometan los principales vasos sanguíneos. b) Sean lo suficientemente grandes como
para que no se produzca la cicatrización que impida su observación.
Además hay una serie de señales prohibidas, como “miche o patria”, “punta de lanza o clavo”, ya
que pueden anular la lectura de otras. A pesar de poder realizarse con cualquier elemento
cortante, como tijera de esquilar, cuchillos, etc., lo más indicado por su simplicidad de manejo son
las pinzas de señales comúnmente llamados señaladores., con diferentes formas en la zona de
corte.
Al hacerse la operación en gran escala, no se utiliza ninguna prevención aséptica, puesto que la
“señalada”, es una operación de rutina zootécnica que incluye además la castración y el descole, y
que se realiza a un ritmo sostenido y generalmente a gran velocidad.