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Ensayo psicología jurídica

Rudy Rodríguez Solano

Universidad de la Costa (CUC)


Facultad de ciencias humanas y sociales
Barranquilla
2019
Psicología jurídica: funciones y campos de actuación

La Psicología en general es una ciencia que con el pasar del tiempo se ha ido

diversificando con el fin de adaptarse a las exigencias sociales. Hemos visto pasar de las

prácticas clínicas más antiguas a enfoques sociales, organizacionales, educativos y jurídicos.

El comportamiento humano es por naturaleza indescifrable y en nosotros ha germinado la

semilla del cuestionamiento, que nos impulsa cada vez más a obtener respuestas con la

finalidad de mejorar nuestro entorno.

Nuestra condición aún es objeto de estudio por parte de la ciencia. A veces respondemos a

ciertos estímulos de una forma pasiva o abrupta. Nos ceñimos a las normas sociales que

nuestros iguales en antepasados han creado para proteger el tejido social, o, por el contrario,

violamos dichos estamentos afectando nuestra integridad y alterando los procesos de

convivencia básica.

A raíz de esta situación, los mecanismos de regulación son ideados y puestos en marcha.

De acuerdo a Wacquant, (2010) los más comunes son la socialización, la medicación y la

penalización. De esta última se desprenden distintas concepciones que no son nada nuevas y

nos acompañan incluso en la actualidad. La penalización en sí abarca distintas áreas que se

caracterizan por la multiplicidad de disciplinas. El derecho podría ser una de sus principales.

Sin embargo, la Psicología también aporta su cuota. Podríamos implicarlo de esta manera: las

leyes tratan de regular los comportamientos que alteran el orden social, violando el marco de

la legalidad, mientras que la Psicología pretende comprender el estudio global de la conducta,

así como las razones del por qué un individuo actuó de determinada manera en una situación.

En las páginas siguientes a este ensayo indagaremos un poco acerca del desarrollo,

relevancia y campos de actuación de un psicólogo(a) jurídico.


Una de las grandes flaquezas de la Psicología Jurídica puede ser a nivel conceptual. Como

lo hemos mencionado anteriormente, son distintas las disciplinas que hacen parte del proceso

de penalización y por esa razón hay términos que tienden a usarse indistintamente pero en el

fondo contienen ciertos matices. La Psicología Jurídica y Forense casi siempre es confundida

y por eso es necesario delimitar las funciones para precisar con exactitud los quehaceres de

ambas.

Cuando hablamos de Psicología Forense, como nos dice Koppl, (2019) generalmente

asociamos los principios de la Psicología a las leyes. Sin embargo, Munné (1980) define a la

Psicología Jurídica como Psicología Social del Derecho, y la precisa como una rama

científica interdisciplinaria que se encuentra en desarrollo, encargada del estudio de las

relaciones interpersonales respecto de las conductas jurídicas. Otros, puntualizan en que la

Psicología Jurídica estudia los procesos de pensamientos de jurados, testimonios de testigos,

el sistema legal y judicial, entre otros., mientras que la Psicología Forense analiza

directamente lo que ocurre con los criminales; su estado mental, forma de actuar, crisis

durante el delito, etc.

Lo anterior es solo una de las crisis conceptuales que presenta la Psicología Jurídica. La

imprecisión de las palabras ha resultado en una catalogación de inmadurez científica por

parte de los investigadores. Parece ser que en tantos años de estudio y aportes en distintos

ámbitos, ha pasado al olvido su carta de presentación: la definición.

Empero, esto no ha supuesto motivo alguno para seguir desarrollándose a partir de esta

flaqueza. En la actualidad, en indispensable la participación de un P. J. que reduzca amplios

problemas en el marco legal.

Así pues, entre tanta imprecisión, se tiene claro que las funciones tanto de un P.J.

encierran un conglomerado de actividades que le impregnan una mayor seriedad al momento


de la praxis. La elección de un jurado idóneo, validez de testimonios, toma de decisiones,

entre otros., Vale la pena aclarar que estos no se encargan directamente del acusado en sí o

los criminales. Sin embargo, pueden aportar y aprender en dinámicas de investigación

criminológica. Asimismo, cuentan con una participación activa en la Psicología Policial, en

todo lo referente a la selección y relación de dicha comunidad; victimología, que básicamente

se da cuando una persona queda sin ningún apoyo ante un daño causando, que de alguna u

otra forma viola sus derechos fundamentales. El psicólogo se vale de la evaluación,

tratamiento e intervención para lograr un restablecimiento psicológico de la víctima. Como lo

resaltamos al inicio del párrafo, el psicólogo jurídico también facilita sus conocimientos en la

Psicología Judicial, valorando la toma de decisiones y orientando las mismas al logro.

Uno de los desafíos más grandes del P.J. es la imparcialidad, aprender a ser objetivo no es

una tarea fácil. La reducción del sesgo debe ser una variable tenida en cuenta porque los

procesos legales deben regirse por la rectitud y normas morales. De esta forma, en el camino

a la justicia se hacen uso de pruebas y tests que corroboren lo que el implicado expresa verbal

y corporalmente. En términos de ética comparte similitudes con el derecho y la psicología en

general.

Ahora la pregunta que surge es, ¿en medio de tantas responsabilidades y contratiempos,

dónde trabaja un Psicólogo Jurídico? La respuesta es bastante sencilla porque sus mismas

funciones nos regalan una idea sobre ello. Comúnmente, este tipo de psicólogos se

desenvuelve en el ámbito judicial o tribunales civiles. También se pueden enfocar en la

investigación apoyando a otras ramas de la Psicología o del derecho. De la mano de

abogados, como asesores, en entidades públicas o privadas, o de manera independiente.

Aterrizando un poco sus funciones; el derecho de familia; en el campo penal; espacios de

jurisdicción de menores; en un juzgado de vigilancia penitenciaria…;son muy versátiles las


opciones, y a su vez invita a popularizar esta profesión que poco valor se le ha dado y de la

cual, su importancia crece lentamente.

Desde mi punto de vista, he aprendido a apreciar el oficio de un Psicólogo Jurídico porque

el camino a la justicia en países como el nuestro normalmente toma unos derroteros poco

decorosos; y gracias a ellos, podemos atisbar pequeñas luces de victoria en casos donde todo

parece perdido.

El entendimiento de nuestra condición sigue siendo una incógnita en gran parte, porque el

ritmo de la sociedad avanza desaforadamente y las ambiciones humanas parecen no tener fin.

Es por eso que el control social es menester en un contexto donde la búsqueda de placer es

infinita.

Se dice que los niños y jóvenes son el futuro de la sociedad; partiendo de esta premisa,

todo mecanismo que sirva para orientarlos en la definición de un proyecto personal debe ser

tenido en cuenta para equilibrar la sociedad. En casos como esos la Psicología Jurídica tiene

muy buenas propuestas porque se escuda, además de los conocimientos, en la preservación de

los derechos fundamentales de las personas. Asimismo, la ética y la moral deben primar al

momento de cualquier intervención, siendo estas las facultades que enaltezcan la honra como

profesionales de aquellos que realizan sus quehaceres por convicción.

Por otro lado, el compromiso debe ir aumentado porque la demanda va en la misma

proporción. Las ofertas académicas de esta área, así como la reproducción de material

científico en temas de P. J deben ser aprovechadas y enriquecidas. Cada vez más las

instituciones se acreditan como una forma de obligación con la sociedad. En países como

España y Estados Unidos los avances van viento en popa, sin embargo en América Latina

hace falta un mayor interés frente a lo que está por venir en estas lides.
En conclusión, a pesar de los impases esta rama de la Psicología tiene muchas ambiciones

y así como el conocimiento no tiene barreras, muchos estudiantes estamos esperanzados en

poder hacer parte del crecimiento. A su vez es pertinente hacer un llamado mundial para que

la Psicología sea considerada más allá de sus esferas tradicionales. Como he hecho tanto

énfasis, nuestro comportamiento debe ser entendido desde distintas perspectivas y no casarse

solo con un modelo de intervención. Con esta visión receptiva creo que también le podemos

ir contribuyendo a todo los saberes que deseen consolidarse y ganar respetabilidad por su

rigor científico, compromiso social e individual. Lo restos en la vida deben ser asumidos con

entusiasmo, porque en ellos subyace la prueba de medir nuestro alcance y reflexionar hasta

donde podemos llegar como individuos y sociedad.


Bibliografía:

Arrieta Burgos, E. (2016). Psicología y derecho en Colombia: una relación reflexiva.

[Disponible] Scielo.org.co. Recuperado de:

http://www.scielo.org.co/pdf/rfdcp/v46n124/v46n124a09.pdf.

Hollin, C. (2013). Forensic Psychology. [Disponible] ScienceDirect. Recuperado de:

https://ezproxy.cuc.edu.co:2062/science/article/pii/B9780123821652000349.

Koppl, R. (2019). Evolutionary forensic psychology: Darwinian Foundations of Crime and

Law. [Disponible] ScienceDirect. Recuperado de:

https://ezproxy.cuc.edu.co:2062/science/article/pii/S1090513809000415.

Munné, F. (1980). Sobre Carbonnier: delimitación conceptual de la psicología social del

derecho. En Muñoz, S., Bayes, R. & Munne, F. (1980). Introducción a la Psicología Jurídica.

México: Trillas.

Morales Quintero, L. and García López, E. (2010). Psicología Jurídica: quehacer y

desarrollo*. [Disponible] Scielo. Recuperado de:

http://www.scielo.org.co/pdf/dpp/v6n2/v6n2a04.pdf.

Wacquant, L. (2010). Castigar a los pobres. El gobierno neoliberal de la inseguridad social.

(M. Polo, Trad.) Barcelona: Gedisa

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