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Concepción, diseño y realización de porrada: Avamos & Hakeldama.

Diseño de edición: Avamos & Hakeldama.


EL ARTE DE LA MEMORIA
Dirección técnica y de imagen: Alijares.
Ilustración de porrada: Representación caballeresca. Walter von der Vo-
EN EL NUEVO MUNDO
gelweide.
Ilustración de solapas: Ordinall. Norron (siglo XV).

Primera edición: Abril 1987.

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© 1987 Edición. Editorial Swan, S.L. Avanros & Hakeldama. Derechos reservados para
todo el mundo. Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento escrito
de los editores.
IS.B.N.: 84-85595-55-6
Depósito Legal: M. 15.469-1987
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SWAN
AVANTOS & HAKELDAMA
Producción y realización: A. Gallardo. Madrid. REAL SITIO
Impresión: Lavel. Fuenlabrada (Madrid). DE
Adress: Editorial Swan. Colonia de la Iglesia, 31. Navacerrada (Madrid).
SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
Printed and mude in Castilla. Spain. MCMLXXXVII
1579FRAYD1EGOVALADÉS, de la Orden de los Obser-

E
N
vantes de San Francisco, publicó en Perusa, Italia, su
Rbetorica ChnJtiana. Escrita en latín y dedicada al
Papa Gregorio XlIII, se amolda al tipo de tratado que bus-
caba adaptar los principios de las escuelas de retórica de la
antigüedad clásica a fines religiosos. Sin embargo, si la Rhe-
torica no fuera más que eso, revestiría escaso interés para el
lector moderno. Su novedad consiste en el hecho de que el
autor fue un fraile nacido en México- y contiene uno de los
relatos más completos de los métodos adoptados por las
Ordenes Mendicantes para llevar a cabo la tarea de evange-
lizar a los indios del Nuevo Mundo, tarea en la que él
mismo había participado.
Inevitablemente la Rbetorica de Fray Diego resulta ser
de contenido más amplio que la mayoría de los tratados de
esa índole. En el preámbulo a la obra nos dice que su
propósito no es meramente el de enseñar al que aspira a ser
predicador como componer y predicar sermones, sino el de
suministrar a un precio económico! un libro que estimularía
la práctica de la religión y serviría de ayuda a los que estu-

----- --~
14 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 15
dian la Teología que es la suprema ciencia". Admite que su retórica clásica a la predicación de sermones. En su Prólogo
tratado debería más bien llevar el título de Summa o Com- enumera, como era de rigor, las cinco divisiones de la retó-
pendio de todas las ciencias más sublimes, puesto que trata rica, o sea la invención, disposición, elocución, memoria y
'de la mayoría de ellas. Sin embargo, sus superiores prefirie- pronunciación. Mas al llegar a la memoria dice que no
ron que se le diese el título de Rhetorica Christiana con el entrará en ese tema alegando que «depende más de la natu-
fin de demostrar que no contenía nada contrario a la doc- raleza que del arte» 10. Esta razón es contraria a la opinión
trina de la Iglesia Católica). «El propósito de esta obra», general fuera de España. Además este tajante rechazo de la
escribe, «es que seamos pregoneros de Dios, instrumentos memoria es tanto más extraño por proceder de un fraile
de su divina Bondad y clarines de Jesucristo. Y para que dominico, ya que las dos máximas lumbreras de la Orden de
podamos alcanzar este fin con mayor facilidad demostrare- Predicadores, San Alberto Magno y Santo Tomás de
mos el arte de cultivar la memoria, apetecido por todos Aquino habían tratado extensamente el tema de la memoria
desde hace tanto tiernpo»>, en sus escritos teológicos y el clásico arte de la memoria
No es nuestra finalidad la de analizar la forma y el había llegado a ser identificado sobre todo con los domini-
contenido de la Rhetorica Christiana, puesto que esa labor cos, tanto en la Edad Media como en el Renacimiento!'. Los
ha sido llevada a cabo de modo ejemplar por el Padre franciscanos, por el contrario, se habían interesado más por
Esteban Palomera, S. J. 7, Y por lo tanto no hay porqué las implicaciones mnemotécnicas del. Arte de Ramón
volver sobre el tema. En este estudio proponemos ceñimos Llu1P2. Por lo tanto nos enfrentramos con la paradoja de
sólo y exclusivamente a aquella parte de su obra en la que que fuera un franciscano de México quien, dentro del
Fray Diego trata de la memoria y en particular del arte de la mundo de habla hispana, nos suministrara la relación más
memoria o ars memorativa. extensa y completa del ars memorativa. u

Se ha llamado la atención en varias ocasiones a que los


grandes seguidores de la tradición retórica en España, como
***
Juan Luis Vives, Antonio de Nebrija y el Brocense, en con-
traste con los de otros países, apenas se interesaron por el Según Cicerón el inventor del arte de la memoria fue el
tema de la memoria en sus escritos". Lo mismo ocurre con poeta griego Simónides de Ceos. Nos cuenta aquél en su De
Fray Luis de Granada. Su Rhetorica Ecdesiastica, también oratore que Simónides fue invitado en una ocasión por un
escrita en latín, salió a la luz en 1578, es decir un año antes rico noble de Tesalia, llamado Scopas, a un banquete en el
de la Rhetorica Christiana. Queda evidente que fue de pro- que recitaría un panegírico, por supuesto retribuido, en
vecho para el propio Valadés". No obstante, es mucho honor del anfitrión de la fiesta. Pero Simónides incluyó en
menos abarcador que el libro del fraile mexicano. Se limita su poema un extenso loor dedicado a los dioses mellizos,
casi exclusivamente a la tarea de adaptar los principios de la Castor y Pólux. Cuando hubo terminado, Scopas le dijo
16 RENÉ TAYLOR
EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 17
mezquinamente que sólo le pagaría la mitad del precio memorativo es el uso de loci e imagines. Sin embargo, no
convenido, y que para la otra mitad acudiese a las dos divini- entra muy de lleno en cómo proceder en este asunto, ya que
dades que tanto había celebrado. Poco después Simónides supone que sus lectores estén familiarizados con el método.
fue avisado de que dos jóvenes estaban a la entrada de la Afortunadamente otro eminente orador clásico, Quinti-
casa y necesitaban hablar urgentemente con él. El poeta se liano, acude a sacarnos del apuro. En su /nstitutio Oratoria
apresuró en salir, pero no vio a nadie. En ese instante el comienza por decirnos que el primer paso consiste en
techo de la casa se desplomó matando a Scopas y a todos los imprimir en la memoria una sucesión de loci o lugares. Para
que estaban dentro. Además, sus cuerpos quedaron tan este propósito recomienda sobre todo el uso de un edificio y
mutilados que ni siquiera sus propios parientes, que habían con preferencia uno con el cual el lector esté familiarizado,
llegado para darles sepultura, los pudieron identificar. Sin ya que esto le facilitará la tarea. Debe ser espacioso, pero no
embargo, Simónides se acordó del sitio ocupado por cada excesivamente grande, con buena iluminación, ni dema-
uno de los huéspedes en el banquete, de modo que pudo siado oscuro ni demasiado claro. Debe ser lo más variado
indicar a sus deudos exactamente cuales eran sus difuntos. posible, incorporando un patio interior, salones, alcobas,
Los invisibles visitantes, Castor y Pólux, habían retribuido gabinetes y demás dependencias, sin omitir las hornacinas, jl

con creces su parte en el panegírico del poeta, al apartarlo estatuas y semejantes adornos. A continuación irá reco-
del banquete en el momento crítico. Esta experiencia, prosi- rriendo el edificio en su imaginación depositando objetos en
gue Cicerón, sugirió a Simónides los principios del arte de la ciertas partes específicas. Como ejemplos de tales objetos
memoria, del que pasa por ser el inventor. Notando que por cita un ancla, una espada, una corona, un yugo, etc. Estos
medio de su recuerdo de los lugares ocupados por los hués- son las imagines y cada uno corresponde a un asunto o
ti
1
pedes logró identificar sus cadáveres, se percató de que una punto concreto que el orador desea tocar en el curso de su 11
11
disposición ordenada es imprescindible para una buena alocución. Mientras pronuncia su discurso, el orador dearn-
memoria 13. «Infirió», prosigue Cicerón, «que las personas bula por el referido edificio de manera ordenada recobrando
que quieran amaestrar esta facultad, es decir la memoria, en su mente cada uno de los objetos de su lugar asignado.
tienen que escoger lugares y formar imágenes mentales de Éstos, como hemos dicho, servirán para recordarle los pun-
las cosas que desean recordar. A continuación deben almace- tos que desea tocar 15. Resulta evidente que este método, si
nar las imágenes en los lugares de manera que el orden de ha de funcionar, exige la posesión de una intensa memoria
los lugares conserve el orden de las cosas y las imágenes de visual, que nosotros en estos días de computadoras y máqui-
las cosas denoten las cosas mismas. Los lugares en cuestión nas memorizadoras hemos perdido casi por completo, pero
se pueden comparar a tablillas de cera y las imágenes a las que en los días anteriores a la invención de la imprenta se
letras escritas en ellas» 14. consideraba ser un don eminentemente deseable.
Según Cicerón, el elemento esencial en este sistema Hacia el año 85 antes de Jesucristo un desconocido pro-
••
18 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 19
fesor de retórica en Roma escribió un libro de texto para el Por otra parte consagra no menos de seis capítulos a memo-
uso de sus discípulos. Ha llegado a nosotros bajo el nombre ria , uno de los cuales es el más extenso del libro20. Hay
de la Rhetorica ad Herennium'> en honor a la persona a además innumerables referencias a la memoria y a la
quien su anónimo autor lo dedicó. Éste es el más completo memoria artificial esparcidas por toda la obra. Esta última,
tratado que ha llegado hasta nosotros sobre las técnicas del la memoria artificial, parece haber sido como una especie de
arte de la memoria. Menciona en su texto las cinco partes obsesión para nuestro fraile.
esenciales de la retórica, que son inventio, dispositio, elocu- Hay que admitir que a veces las explicaciones de Fray
tio, memoria y pronuntiatio, las mismas que Cicerón cita en Diego en torno al ars memorativa pecan de cierta falta de
su tratado De lnoentione'], escrito también por esos años. orden y lógica. En algunas ocasiones carece de claridad y
Cuando llega a la memoria, la divide en dos clases: la pri- tiende a ser algo prolijo. Comienza tocando algún punto de
mera es la memoria natural injertada en la mente de cada interés y luego, en lugar de desarrollado lógicamente, se
cual, nacida conjuntamente con la facultad de pensar. La desvía para tratar algún otro asunto que se le ha ocurrido.
segunda es la memoria artificial, que es la memoria confir- Sólo más tarde vuelve a su punto de partida y recoge el hilo
mada y robustecida por un proceso de adiestramiento. La de su argumento. Sin embargo, podemos asegurar que ape-
artifieiosa memoria, expuesta en el Ad Herennium corres- nas falta nada de importancia.
ponde exactamente al sistema mnemotécnico al que aluden El primero de los seis capítulos dedicados a la memoria,
Cicerón y Quintiliano. Constat igitur, leemos en el Ad el vigésimo cuarto, lleva el título De Memoria Seientiarum
Herennium, artifieiosa memoria ex locis et imaginibus, y Tbesauro?', En él, nuestro autor comienza en seguida con la
esta definición se citará repetidamente en los tratados de historia de Simónides de Ceos, el supuesto autor del arte de
mnemónica de la Edad Media y del Renacirnienro!", De la memoria. La memoria, dice el fraile, es el más importante
hecho se consideró en aquel entonces que el De Inventione de los instrumentos al servicio del orador. Por esta razón se
y el Ad Herennium se complementaban de tal manera que le da comúnmente el nombre de custos o guardián de todas
este último llegó a ser comúnmente atribuido a Cicerón, las parte de la retórica.". Además, añade, queda reforzada
siendo conocido por el nombre de «la segunda Retórica de por el empleo de lugares e imágenes. Después de señalar la
Tulio» 19.
diferencia que existe entre la memoria y la recordación,
termina este capítulo preliminar detallando las diversas
*** funciones de la mente y dónde están localizadas en el cere-
bro humano, así como su enlace con los cinco sentidos.
En su Rhetorica Christiana, Fray Diego Valadés dedica Incluso incluye un diagrama (Fig. 1) que recoje la doctrina
dos capítulos a la consideración de inventio, uno a dispositio aristotélica según la cual todo el saber procede de impresio-
y otro a elocutio , mientras que a pronuntiatio le asigna tres. nes recibidas a través de los sentidos; éstas son trabajadas
EL ARTE DE l.A MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 21

por la imaginación que es el intermediario entre la percep-


ción y el pensarniento-". La memoria, el almacén o depósito
~~===:-:==--_..=:- ..~?=============== de todo el saber, ocupa un lugar situado en la parte posterior
de la cabeza. Aunque orgullosamente firmó la plancha F. D.
VALADÉS INVENTOR, su invención se limitaría al
I~
O
marco artístico que incorpora una bella cartela, ya que la
idea en sí no era nueva. Varios tratados anteriores de mne-
r mónica incorporan este mismo diagrama, señaladamente el
z Congestorium artificiose memorie de Juan Romberch y el
~
Ars memorativa de Guillermo Leporeo ". (Figs. 2 y 3).
> Algún manual como éstos le serviría de fuente a Fray
Z
Diego26.
El capítulo siguiente, el vigesrmo quinto, se titula De
duobus Memonae generibus?', y su contenido consiste más
bien en una amplificación del contenido del capítulo ante-
rior. Sunt autem, nos informa el autor, duae memoriae.
Nauralis, et Artificialis. Nos damos cuenta en seguida de
que estamos en presencia de las definiciones del Ad Heren-
nium. Esto queda claro tan pronto como leemos las palabras
siguientes que rezan: Naturalis est ea quae nostris animis
insita est, & simul cum cogitatione nata, ... Artifieialis est ea
quam confirmat inductio quaedam, & ratio praeceptioms?» .
A continuación llegamos a la frase que hemos estado aguar-
dando: Constat igitur artifieiosa memoria, ex locis et imagi-
nibus ...
Fray Diego está de acuerdo con Quintiliano que los
mejores loci son los de tipo arquitectónico (Fig. 4). En
cuanto a las imagines deben ordenarse lógicamente y tener
algún enlace con el asunto que se desea recordar. Por ejem-
plo, si es algo relacionado con la navegación, podría ser un
ancla, si concierne cosas militares entonces una espada ()
p

A rtís Memorariue

Fig. 2. Proceso sensorial-cognitivo. Juan Rombercb: Congestorium


arrificiose memorie.

rig.). Proceso sen.rorial-cogniúvo. Guillermo Leporeo: Ars memorativa.


-
EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 25
una lanza; surtirían efecto con la agricultura, una espiga de
trigo u otra cosa parecida resultaría muy apropiada-". Más
adelante el fraile menciona los caballos, leones, libros y
piedras preciosas como muy aptos para servir de imágenes.
Dornus Locorum Inevitablemente saca a relucir la comparación que hace
Decem, Cicerón de los lugares a tablillas de cera y de las imágenes a
la escritura en ellas.
Para lograr que los diversos puntos a memorizar que-
dan grabados en la memoria recomienda el uso de notae.
Éstas parecen haber sido figuras sueltas o en serie e incluso
signos taquigráficos, cuya misión sería la de activar la
memoria 30. Añade que, según Ludovico Dolce, el primero
en hacer uso sistemático de tales figuras o recursos gráficos
para ayudar la memoria fue Jacobo Publicio, cuyo Oratoriae
Inuga.
Senrenría, artis epítome salió a la luz por vez primera en 1482 (Fig.
Rrpctirio. 5) 3l. El resto del capítulo está mayormente consagrado a
aquellas recomendaciones de carácter práctico que los ma-
nuales de memoria nunca dejan de mencionar. Recomienda
que el lector lleve una vida de lo que llama vacatio, mansue-
Prírn?
Iocus. tudo y sobrietas. Entre los mayores enemigos del cultivo de
una buena memoria figuran la gula, sobre todo el comer
carne en excesivas cantidades, y por supuesto la embriaguez.
También se debe evitar temperaturas excesivamente altas o
bajas.
El capítulo vigésimo sexto, titulado Sinopsiae totius
Fig. 4. Casa con diez loci memoristicos. Guillermo Leporeo: Ars memoriae materia e continensí? es el más corto de los que
memorativa.
tratan de la memoria artificial y, como el título indica, con-
tiene poco que sea nuevo. De mucho mayor interés es el
siguiente, el vigésimo séptimo, pero como está algo fuera de
su orden lógico, lo dejaremos para más adelante.
El capítulo a continuación, el vigésimo octavo, es el
••

EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 27

quinto dedicado al tema de la memoria. Lleva el título De


modo excolendae memoriae, o sea, «Cómo adiestrar la
mernoria» ». En el curso de este capítulo Fray Diego se
<l.Í
refiere a la teoría aristotélica de la asociación como ayuda a
E
2
'0.. la mernoria+'. Luego procede a hacer hincapié en la necesi-
<IJ dad de apuntar por escrito cualquier cosa llamativa o fuera
de lo corriente con la que uno tropiece en el curso de su
lectura. Debe, además, releer y revisar estos apuntes hasta
que le queden grabados en la memoria. Estas últimas obser-
vaciones constituyen un ejemplo de la confusión, por cierto
muy propia de la época, en la que incurre el autor de la
Rhetorica Christiana, ya que la asimilación de apuntes escri-
tos de esta Índole pertenece más bien a la memoria natural
que a la artificial>'. El propósito de esta última era precisa-
mente la de ayudar al orador a prescindir de todo lo que no
fuera una imagen mental.
Otro ejemplo de semejante confusión lo encontramos
en las observaciones que siguen. Fray Diego recomienda que
en los monasterios e iglesias haya un sitio destinado exclusi-
vamente a la práctica de la oratoria, en el que se pueda
recitar, se supone a viva voz para no molestar a los demás,
asuntos como disputas, pruebas históricas, fábulas y los ser-
mones que se suelen predicar en el curso de las estaciones
penitenciarias del año como el Adviento y la Cuaresma. La
fuente de todo esto es el famoso compendio de Pedro de
Rávena, titulado Phoenix, sive artificiosa memoria de
149136 El autor de este último libro aconseja que se utilice
como IOCUJ una iglesia poco concurrida, lo que permitirá
recordar acontecimientos históricos, fábulas y los sermones
de Cuaresma"; de ningún modo se refiere a un sitio real.
Valadés luego dice que las dimensiones de este recinto
>

28 RENÉ TAYLOR

clausrral no deben exceder el alcance del brazo estirado de


una persona. Los tratados de la época que versan sobre la
memoria artificial recomiendan eso mismo también, pero
en un contexto totalmente diferente. No se refieren a las
dimensiones físicas del tipo de locutorium que nuestro fraile
al parecer tenía en mente, sino de las proporciones de un
lOCUJ memorísrico'". El libro de Romberch incluye un gra-
bado (Fig. 6) que ilustra precisamente este precepto+".
Semejantes disgresiones no son del todo infrecuentes en
la obra de Valadés, pero no tarda en regresar al asunto que
verdaderamente le apasiona que es la memoria artificial.
Recoge la definición del Filósofo"? de lo que es la memoria,
tal y cual la desarrolló éste en su De memoria et reminiscen-
tia, y encuentra que concuerda perfectamente con la afirma-
ción del seudo-Cicerón del Ad Herennium en el sentido de
que la memoria artificial consiste en lugares e imágenes!'.
Cuando las imágenes, continúa el fraile, descargan su conte-
nido, nos imaginamos que se ha producido algún prodigio,
puesto que recuperamos en un instante lo que habíamos
depositado anteriormente.
En los párrafos posteriores el autor elabora en mayor
detalle muchos de los puntos que había tocado antes. Por
ejemplo, procede a distinguir entre los diversos tipos de loei. Fig. 6. Proporciones de un locus memoristico. Juan Romberch: Conges-
rorium artificiose memorie.
Los divide en dos categorías, que llama «comunes» y «pro-
pios». Los primeros son variables e intercambiables, mien-
tras que los segundos son particulares a determinadas
imágenes, El Cielo, por ejemplo, es esencialmente un lugar
«propio», porque sus imágenes correspondientes, como lo
son las jerarquías celestiales y los tronos de los bienaventu-
rados, difícilmente se pueden ubicar en otro sitio.
De lo anterior resulta evidente que los loci «comunes» y
·:;0 lU,NI: TAYI.OIZ

«propios» de Fray Diego corresponden más o menos a


lugares reales y lugares imaginarios. Estos últimos existen
exclusivamente dentro de la mente, si bien se forman apro-
ximadamente de la misma manera que los que están basa-
dos en la realidad. «La necesidad», nos dice, «a menudo nos
obliga a recurrir a los lugares ficticios, como cuando la reali-
• ~llU.TO"'.
dad deja de suministrar los datos que hacen falta. Sin
embargo, es arriesgado depender exclusivamente de estos
últimos». El propio fraile prefiere valerse de lugares reales.
No obstante si las circunstancias le obligan a recurrir a los
ficticios, se inclina por añadir a lo fingido un fuerte agre-
gado de realidad:".
También se pueden graduar los loci de acuerdo a su
tamaño. Como ejemplos de magni loci menciona muros,
ventanas, columnas, altares y sitios en los que se pueden
colocar inscripciones. En la siguiente categoría, la de los loci
maiores, incluye bóvedas, salones, chimeneas, solerías y
alcobas. Los loa maximi consisten en ciudades, pueblos,
caseríos y campamentos, y dentro de éstos, abadías, conven-
tos, iglesias y sagrarios". Romberch ilustra en su manual
una serie de loci parecida a ésta (Fig. 7), pero sin el énfasis
o O
que Fray Diego concede a edificios puramente religiosos".
Naturalmente es necesario escoger un locas concreto en el
que hay que depositar la imago, descendiendo de mayor a
menor">, Además, los loci deben estar relacionados entre sí
de tal modo que permitan que las imagines depositadas en
ellos se puedan recordar conforme a un orden lógico "
mediante el empleo, por ejemplo, de una palabra mnernó- Fig. 7. Recinto amurallado con varios loci. Juan Romberch: Congesro-
nica o un verso de poesía (Fig, 8)47. rium artificiose memorie.
A continuación Fray Diego demuestra como por medio
de una serie de palabras o frases descoyuntadas resulta posi-

EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 33

ble recordar hechos como los nombres de los principales


compañeros de San Francisco. También puede ser que este-
mos en presencia aquí de otra interpretación errónea o
distorsionada del Ad Herennium.
En el curso de su obra el anónimo autor romano distin-
gue entre lo que llama memoria rerum o memoria para
cosas y memoria verborum o memoria para palabras, siendo
esta última categoría mucho más difícil de dominar por la 1
'1

multitud de loci e imagines que se necesitan para llevada a 1


la práctica". Aunque el fraile no hace mención específica de "

memoria para palabras, muy bien puede ser que tuviera esto :1
"

en mente, dado el tipo de disecación etimológica que emplea 1


como ilustración. De ser así, resulta evidente que ha inter- 1
\
pretado mal el texto, ya que en el Ad Herennium el sistema
:1
opera a la inversa, o sea que las imágenes hacen que uno
recuerde las palabras y no lo contrario; en Valadés el punto
de partida son las palabras+". Sin embargo, no debemos
achacar estos errores exclusivamente a nuestro fraile. Los '1

manuales memorísticos de la época -y no cabe duda que ~


Fray Diego se inspiró en varios de ellos- con frecuencia se :l
apartan de las normas clásicas o las modifican. Hay que
tener presente que el arte de la memoria no se mantuvo
inalterado a través de los siglos. Los escolásticos, sobre todo
San Alberto Magno y Santo Tomás de Aquino, a quienes ya
hemos mencionado, le dieron un nuevo cariz?", Todas estas
influencias confluyen en el tratado de Valadés.
Nuestro autor termina el capítulo examinando en una
Fig. 8. Ordenación de tres series de imagines. Juan Romberch: Conges- larga exposición los varios métodos de formar las imágenes
torium artificiose memorie. que resultan asequibles al que pretende adiestrarse en este
arte. Éstas se pueden formar a base de su sonido, forma
física, combinaciones de letras y sílabas, etimología e incluso
pz

31¡ RENI: TAYI.OR

abstracción. En efecto, el fraile sólo se detiene en los dos


primeros. Las imágenes basadas en el sonido de la voz no
ofrecen escollos, con tal que se pueda asociar algún nombre
o patronímico a la letra inicial; por ejemplo, la A se asocia
con el nombre de Antonio, la B con Bartolorné, la C con ~
Carlos y así sucesivamente con lasdemás letras. Es de supo- E
8
ner que esro implicaría imaginarse una serie de individuos, el.
V

cada cual con un nombre que comienza con una letra dis-
tinta, utilizándolos en orden alfabético como imágenes
rnernorísricas>'.
La otra clasificación está basada, no en el sonido de la
letra, sino en el parecido que existe entre su forma y la de
algún objero que pueda ser o natural o de fabricación
humana. Conforme a este segundo sistema la A se puede
representar por medio de un compás o de una escalera
abierta, la B por medio de un laúd o de un grillete, la C por
medio de una herradura o un cuerno y así sucesivamente.
Nada de esto es nuevo. Se pueden encontrar imágenes pare-
cidas o idénticas en los manuales memorísticos a partir de
Publicio (Figs. 9 y 10) 52. Con rodo, prosigue el fraile, se hace
necesario a veces acompañar estos objetos de lo que llama
viuis imaginibus. No cabe duda que ésta sea una alusión a las
imagines agentes o percusivas de Cicerón y del Ad Heren-
niurnt>. Según esta última fuente aquellas imágenes que
carecen de fuerza propia necesitan ser vivificadas agregando
algún elemento que les confiera vigor y las haga memora-
bles. El anónimo autor romano incluso nos enseña cómo
lograr este fin. Supongamos, por ejemplo, que una de nues-
tras imágenes resulte ser un hombre sin rasgos muy defini-
dos. Para vitalizarlo podemos hacer que lleve puesta una
corona y un manto de púrpura?", o alternativamente que se
'P"

EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 37


vea manchado de sangre, lodo o pintura. Valadés, por su
parte, no entra en el tema de como vitalizar las imágenes.
Al contrario, rompe con su relato en este punto, alegando
que tiene asuntos más importantes que tratar.
Para ilustrar qué tipo de objetos considera idóneos para
servir de imágenes de acuerdo con este segundo sistema,
incluye dos grabados a página entera que constituyen una
especie de abecedario ejemplar (Figs. 11 y 12). Lo intrigante
de estos grabados es que no sólo son una copia exacta de los
que figuran en el libro de Ludovico Dolce, sino que de
alguna manera el fraile logró obtener las misrnísimas plan-
chas utilizadas por el italiano, ya que son idénticas hasta en
los más pequeños desperfectos. Sin embargo, el grabado
siguiente, el tercero (Fig. 13), reviste un interés mucho
mayor precisamente por ser original y no una adaptación de
otros autores. Consiste en una serie de veintiún grecas o
jarrones puntiagudos, cada uno acompañado de una letra del
alfabeto romano. En éstos, nos dice, se ha preocupado «por
colocar cosas pertenecientes a los indios que sirven para
representar esas mismas letras»>",
El examen de los objetos que figuran en el grabado en
cuestión revela que, efectivamente, muchos de ellos perte-
necen a las Indias Occidentales. Por desgracia, Fray Diego
no entra muy de lleno en el asunto. Richard Ricard en su
conocido libro sobre la evangelización de México mantiene
que la relación es fonética 56; por esto parece que quiere dar a
entender que el sonido inicial en náhuatl del objeto repre-
sentado, como, por ejemplo, el leopardo, el ciervo y el coco-
Fig. 10. Alfabeto mnemotécnico. Juan Romberch: Congesrorium arrifi-
drilo o los frijoles, corresponde al sonido de la letra inscrita
ciose mernorie.
alIado. Si, en efecto, eso es lo que Ricard quiso insinuar, no
parecer ser muy probable>', ya que ese no es el sentido del
Fig. 11. Alfabeto mnemotécnico. Diego Valadés: Rhetorica Christiana.
Fig. 12. Alfabeto mnemotécnico. Diego Valadés: Rhetorica Christiana.
••
40 RENÉ TAYLOR

latín de Fray Diego. Además, como Ricard también se sus-


cribe a la proposición, desde luego en extremo dudosa, de
que los objetos representados en los grabados de Dolce
(Figs. 11 y 12), que sabemos formaban parte de un sistema
memorístico altamente sofisticado, fueron empleados por
los frailes para enseñar el alfabeto romano a los niños
indígenasw, podemos sentir cierto escepticismo frente a su
interpretación del grabado de Valadés (Fig. 13). Sin em-
bargo no cabe la menor duda de que el fraile quiso establecer
una relación entre los objetos en sus respectivas grecas y las
letras que figuran en ellas. Lo que hay que dilucidar, si se
puede, es cuál sería esa relación.
Ningún otro tratado contemporáneo de mnemónica
incorpora nada parecido a esta lámina. Por lo tanto su
originalidad es indiscutible. También es indiscutible que no
se abrió la plancha ni en México ni en España. Se abrió en
Italia, específicamente con miras a ilustrar la Rhetorica
Christiana. Además, se concibió para hacer juego con las dos
láminas de Dolce (Figs. 11 y 12). Otro hecho innegable es
que el diseño 10 hizo Valadés. Sin embargo, quedan los
interroganres de cuándo lo dibujó y bajo qué circunstancias.
En resumen, ¿estamos en presencia de una inventio de Fray
Diego, elaborada en el curso de sus años en Italia en benefi-
cio de los lectores europeos familiarizados en el ars memo-
rativa, o refleja verdaderamente un conato de producir un
método lingüístico utilizable en la misión de evangelizar a
los indios?
Dado lo que el fraile nos dice en el texto y de ciertas
observaciones que hizo en el capítulo XXV en el sentido de
que cualquier cosa en el campo de la naturaleza que nuestros
Fig. 13. Alfabeto jeroglífico para los indios. Diego Valadés: Rhetorica
sentidos puedan captar sirve para significar algo deterrni- Christiana.
42 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 43

nado, del mismo modo que lo hacen los vocablos?", nos ción de alguna señal a ciertos intervalos determinados. El
inclinamos a creer que tuvo en mente brindarnos un ejem- diez, por ejemplo, se puede señalar por medio de una cruz
plo de como se podría elaborar una especie de escritura de madera, el veinte por medio de una de estaño, el treinta
jeroglífica, basada en las «cosas pertenecientes a los indios». por una de plomo y así sucesivamente hasta alcanzar el
Además, en ese mismo capítulo que comentaremos más número cien que tendrá una cruz de oro y piedras preciosas.
adelante habla del lenguaje figurativo de los jeroglíficos De esta manera el resultado será una serie de cien loa
egipcios?". No creemos que sea otra cosa más que esa. Por lo organizada mediante el empleo de nueve o diez señales.
tanto es de suponer que elaboraría la lámina más bien en Aunque el uso de cruces de diferentes materiales parece
Italia que en otro sitio. ser una invención de Fray Diego, la idea en sí distaba mucho
El capítulo siguiente no sólo resulta ser el más largo de de ser nueva. Se remonta al Ad Herennium. Recomienda el
toda la sección dedicada a la memoria artificial, sino tam- anónimo autor romano que cada quinto y décimo intervalo
bién el más largo de todo el libro. Lleva el título De modo en una sucesión de loci quede señalado por una marca o
eligendi locar), A primera vista parece que nos estamos indicación de carácter insólito que llame la atenciónv'. Este
volviendo sobre nuestros pasos echándonos hacia atrás, ya recurso no sólo servirá para asegurar que el orden de los
que dejamos las imagines e imagines agentes para regresar lugares quede firmemente empotrado en la memoria, sino
a los loci. Esto, sin embargo, es compatible con el método para permitir al mismo tiempo que uno pueda moverse
del fraile de repetir lo que ya ha dicho en mayor detalle. hacia adelante o hacia atrás a lo largo de la referida serie de
«Aunque hasta aquí», escribe, «nos hemos ocupado de los lugares sin el peligro de confundirse'".
lugares e imágenes, en el curso de este capítulo nos propo- A continuación Fray Diego procede a subrayar una vez
nemos presentar un método todavía más preciso de selec- más la necesidad de comenzar con los lugares de tamaño
cionar los lugares memorísticos». Pero no se pueden grande, es decir, los que anteriormente había llamado
establecer éstos sin tener conocimientos de los números. maximi loa, e ir descendiendo hacia los de menor enverga-
Los que saben de números podrán alcanzar todo lo relacio- dura, puesto que, como dice, universalia particularia conti-
nado con la memoria artificial, sean Personas de muchos o nents>. Éstos pueden revestir la forma de cosas hechas por
pocos estudios. Mas los que carecen de tales conocimientos, el hombre, como columnas, puertas, ventanas, arcos, altares,
carecen de rodo'". sepulcros, estatuas y pinturas, o formadas por la naturaleza
De la lectura del texto de la Rhetorica se colige que los como rocas, montÍculos, arroyos, ríos y otros. El que desee
conocimientos de números que Fray Diego exige no son distribuir adecuadamente sus loci que proceda como un dies-
precisamente muy profundos. Supongamos que se desee tro arquitecto, quien antes de iniciar la construcción de una
infundir orden en una serie de lugares que corre de uno casa primero la proyecta en la mente, situando las diversas
hasta cien. Esto se logra fácilmente mediante la introduc- dependencias en su debido orderr=.
44
RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 45

El paso siguiente emprendido por Fray Diego consiste al duodécimo lugar Fray Diego insinúa que escojamos una
en suministrar un ejemplo de como aplicar estos preceptos unidad de tamaño más reducido, digamos un templo, dentro
en la práctica. Como hemos visto, hay que graduar los luga- de la cual habrá otras unidades todavía menores, como un
res de acuerdo a su tamaño. En consecuencia el fraile ángulo, un altar, un sepulcro o un arcón, todos los cuales
comienza con lo que parece ser una ciudad, unidad que el pueden servir de lugares memorísticos. Seguiría en orden
mismo Quintiliano había recomendado como a propósito una iglesia con sus capillas laterales, coros y sagrarios y a
para este fin67. Luego pasa a damos una relación de las continuación teatros, casas particulares y otros. De este
diversas unidades menores que contiene: un monasterio, modo el lector establecerá una sucesión ordenada de lugares,
una iglesia, un teatro, una casa y un viridario. Básicamente utilizando una ciudad como la unidad básica. Al mismo
es la distribución que figura en el grabado de Romberch tiempo se da a entender que debe ser una ciudad que conoce,
(Fig, 7), si bien éste escoge elementos menos excelsos que porque eso facilita la tarea de asimilarla. El paso siguiente
Valadés, como un matadero y una barbería. Supongamos, consiste en repasar el referido itinerario mental con todo
pues, que el lector ha escogido una ciudad como su maximus cuidado en la imaginación tres o cuatro veces imborrable-
locas. El paso siguiente consiste en establecer un itinerario mente impreso en la memorias". Dos puntos importantes
dentro de ella que le permitirá, conforme vaya deambulando están envueltos aquí. U no es la necesidad de conservar la
por las calles, seleccionar sitios apropiados para que le sir- debida ordenación de los lugares con el fin de asegurar que
van de lugares memorísticos. El primero se puede localizar no se pase ninguno por alto. Por eso el Ad Herennium y
justamente dentro de la puerta de ingreso a la ciudad, a posteriormente Quintiliano insisten en que es esencial que
mano izquierda. Luego, manteniéndose contiguo al muro de los lugares estén debidamente diferenciados uno de otro,
defensa y situándose a unos cinco o seis pies del primer adecuadamente iluminados, ni demasiado claros ni dema-
lugar, debe colocar el segundo. Puede estar próximo a una siado oscuros, y suficientemente espaciados?", El otro punto
puerta, una escalera, un haz de columnas o 10 que sea. Será es que una vez el adepto tenga una serie de lugares de este
menester que proceda del mismo modo en cuanto al tercer , tipo firmemente impresa en la mente, la puede usar una y
cuarto y quinto lugar, y luego con los números 6, 7, 8,9 y 10, otra vez, ya que sólo hará falta que cambie las imágenes 71.
sin omitir señalar cada quinto y décimo lugar por medio de En cuanto al número de loci que es necesario establecer,
una llamativa señal, de acuerdo con el precepto del Ad el fraile se mantiene más bien al margen de cualquier argu-
Herennium. El undécimo lugar se podría señalar por medio mento sobre el particular. Admite que de vez en cuando se
de un grupo de estaruas='. pueden necesitar más de lo acostumbrado. Como ejemplo
cita el inmenso número de loci que Séneca debió necesitar
Hasta ahora hemos ido transitando a lo largo de las para recordar las dos mil estrofas de poesía que le era
calles de una ciudad, que es un maximus locas. Pero al llegar posible recitar de memoria.". Santo Tomás de Aquino y
"'"

46 RENÉ TAYLOR El. ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 47

otros no impondrían límites al número de loci mientras que restantes en el centro correspondían a la entrada del Patio.
Cicerón aconseja que no pasen de un centenar ". Queda evidente que la función de las columnas en el relato
Después de reiterar, según hemos visto, muchos de sus de Fray Diego es la de servir de lugares memorísticos. Al
preceptos básicos, nuestro autor pasa a suministramos una mismo tiempo, según las mejores autoridades, como era
demostración concreta del ars memorativa. Explica como el menester diferenciados cuidadosamente para evitar cual-
Patio del Tabernáculo de Moisés, según está descrito en el quier confusión, hizo que cada una fuera labrada de una
capítulo vigésimo séptimo del Libro del Éxodo,74 sirve de piedra preciosa o semi-preciosa distinta.
locas memorístico para recordar todos los Libros de la Biblia Fray Diego comienza con las tres columnas situadas a la
-en la versión de la Vulgata, claro está- y sus respectivos izquierda de la entrada. La primera, nos dice, era de jaspe o
contenidos. Según el Éxodo, el patio en cuestión tenía diáspero. La imago depositada en este primer locus consisti-
sesenta columnas, dispuestas en la forma de un rectángulo ría en Dios Padre, sentado, entregando la Ley a Moisés.
de proporción dupla, de manera que una hilera de diez Resulta evidente que el propósito de esta imagen es la de
columnas miraba hacia el levante y otra hacia el poniente, y recordamos el primero de lo que llama los Legalia o Libros
las dos restantes, de veinte columnas cada una, miraban de la Ley, es decir el Génesis. Pero sucede que el mismo
hacia el norte y el sur. Para su propósito Fray Diego divide locas está también envuelto en este proceso mnemotécnico,
los Libros Bíblicos en cuatro divisiones que son: Legalia, puesto que, como Fray Diego comenta, en el Apocalipsis de
Historialia, Sapientialia y Propbetalia. Cada una de estas San Juan, El que está sentado en el trono, es decir Dios, es
cuatro categorías corresponde a un lado del referido rectán- semejante a la piedra de jaspe."? Pero eso no es todo. El
gulo de columnas. De acuerdo con esta ordenación los jaspe, según nos informa el fraile, incorpora nada menos
Libros de la Ley están dispuestos de manera que miran que veintisiete matices de verde y una gran variedad de
hacia el este, los Libros Históricos hacia el sur, los de la otros colores. Esta variedad servirá para recordamos la
Sabiduría hacia el oeste y los Proféticos hacia el norte." inmensa variedad de cosas que Dios en la Creación produjo
Bastará para nuestro propósito ceñimos a una de las de la nada por sólo el poder de su palabra. El autor pasa
hileras cortas de diez columnas, en concreto la que mira luego a enumerar los principales acontecimientos que figu-
hacia el levante y corresponde a los Libros de la Ley. Éstos ran en el Génesis. Primero se produjo la creación del
son el Penrateuco y los Evangelios, que se pueden recordar mundo y de todas las cosas que hay en él, culminando en la
por la frase mnemónica GELNVDEV, es decir, Génesis, creación del hombre, a quien le fueron dados ciertos precep-
Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y los Evange- tos por el mismo Dios. Luego sobrevino el diluvio universal
lios.76 Ahora bien, en la descripción de esta hilera que y el arca de Noé. Éstos fueron seguidos por la confusión de
encontramos en el Éxodo se menciona que consistía en tres lenguas, la dispersión' de todas las razas por la tierra y la
columnas a un lado, tres al otro, mientras que las cuatro elección del pueblo de Dios. Por último transcurrió el des-
1
.;
i

48 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 49


censo de este último pueblo, el pueblo de Israel, a Egipto. mente les acompañan, o sea, la bestia con cara de hombre, el
Hasta ahí la primera columna. La siguiente era de zafiro león, el becerro y el águila. Ahora bien, en el caso de San
y su imagen consistía en un querubín con un ancla en la Jerónimo y los cuatro Evangelistas las piedras preciosas no
mano. Éstos son los signos memorísticos Pertenecientes al pertenecen a las columnas 80. Han sido trasladadas de los loei
Libro del Éxodo. Termina esta sección con un relato de su a las imagines; en el caso de los Evangelistas no son éstos
contenido, análogo al del Génesis. La tercera y última los que los llevan puestos, como ocurre con la figura de San
columna de este lado estaba labrada de calcedonio. Su ima- Jerónimo, sino sus respectivos arriburos'". Posiblemente el
gen era un altar en alusión al Levítico, puesto que los Levi- autor consideró que con estos adornos las imágenes se
tas eran la tribu a la que Dios había encomendado todas las transformarían mejor en las imagines agentes del Ad
funciones sacerdotales y sacrificadoras del pueblo de Israel. Herennium.
A continuación el fraile pasa a la consideración del Estas cuatro últimas columnas completan la hilera de
segundo grupo de tres columnas, situado a la derecha de la diez columnas orientada hacia el levante. Es de interés
entrada. La primera de éstas era de amatista y su correspon- observar que en esta parte el autor colocó una abarcadora
diente imagen un serafín con una cartela.?" Estos signos los imagen memorativa que consistía en un ángel con un yelmo
adjudica al Libro de los Números. El deuteronomio tenía puesto, ostentando una divisa en la que se representaban
una columna de nefrítico y su imagen consistía en un pabe- cinco vías que confluían en una, acompañada de la inscrip-
llón con un trono en el interior. Pero al llegar a este punto ción: Arcta es vía quae dueit ad vitam82. Tal, pues, en resu-
Fray Diego se encontraba con dificultades, ya que sólo tenía men, es el método adoptado por Fray Diego para erigir su
cinco libros, los cinco del Pentateuco, mientras que las tabernáculo mosaico memorístico. Aunque evidentemente
columnas eran seis. Solucionó el problema asignando la no reviste la importancia que, dentro de este género, tiene
última columna a San Jerónimo, a quien representa como para nosotros el Theatro del italiano Julio Camilo.t" el
coronado de una diadema de oniquina 79. Justifica la presen- intento del fraile mexicano de crear otro conjunto arquitec-
cia de este santo aquí alegando que, como traductor y tónico, encaminado también a ayudar a la memoria, no
comentarista, San Jerónimo compendia y completa el Pen- carece de interés.
tateuco y los Evangelios. Aunque esta larga demostración de como recordar los
Las cuatro columnas de la entrada, dada su importancia, libros de la Biblia y su contenido parece haber sido una
las reserva Valadés para los cronistas de la Nueva Dispen- invención del propio Fray Diego Valadés, hay que subrayar
sación: los Evangelistas Mareo, Marcos, Lucas y Juan. Sus una vez más que muy pocos de los preceptos que suministra
piedras preciosas fueron el diamante, el carbunclo, el topa- para fortalecer la memoria por medios artificiales son origi-
cio y la esmeralda. Excuso decir que sus imágenes no podían nales. Provienen de una heterogénea variedad de fuentes
ser otras que los atributos apocalípticos que tradicional- que se remontan a la Antigüedad clásica, muchas de las
50 RENÉ TAYLOR
r El. ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 51
cuales menciona expresamente el texro. Incluyen a Plarón, I de rigor en Italia, mientras que para los lectores españoles
Aristóteles, Cicerón, el seudo-Cicerón del Ad Herennium, constituiría una novedad.
Quintiliano, San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino,
Petrarca, Pedro de Rávena, Jacobo Publicio y Ludovico U na segunda posibilidad es que lo aprendió de uno o
Dolce. Ahora bien, lo que realmente desconcierta en todo más de los frailes que llegaron de España. Sería imprudente
esto es lo siguiente: estamos aquí en presencia de un fraile suponer que fuera poco conocido o utilizado allá por la
mexicano perfectamente familiarizado con las técnicas del sencilla razón de que existen escasas referencias al arte de la
arte de la memoria y que al parecer está convencido de su memoria en los tratados españoles de retórica publicados en
utilidad práctica, al tiempo que en la España metropolitana esa época. Hay que tener presente que Santo Tomás de
contemporánea apenas existía el menor interés por nada de Aquino y otros escrirores escolásticos se habían explayado
eso, por lo menos entre los aurores que trataron de la en torno a ese tema,86 y Santo Tomás era lectura obligatoria
retórica. Por ejemplo, la Rethorica en Lengua Castellana de para todo aspirante al sacerdocio. Fray Diego le cita repeti-
Miguel de Salinas, publicada en 1541, condensa todo lo que damente en el curso de su obra.
tiene que decir sobre la materia en dos párrafos'". En el Otra posibilidad más, y quizá de rodas, la que mayores
curso de ellos demuestra conocer el Ad Herennium así probabilidades tiene de ser cierta, es que Fray Diego obtuvo
como también el célebre compendio de Pedro de Rávena'". sus conocimientos del arte a través de alguien que no era
Esto demuestra que por lo menos algo sabían acerca del español. Entre los frailes franciscanos que llegaron a México
tema; otros, por el contrario, ni siquiera lo mencionan: para ayudar en la tarea de evangelizar el Nuevo Mundo se
Inevitablemente surge el interrogante de dónde Fray encontraban varios que eran de origen extranjero. Fray
Diego obtuvo sus conocimientos del arte de la memoria. Diego menciona a dos de ellos de nombre: Fray Pedro de
Resulta imposible, en nuestra opinión, suministrar una con- Gante,"? flamenco, y Fray Juan Focher.f" francés. Pero había
testación categórica, ya que el propio fraile nada nos dice otros más. Entre ellos figuraba Fray Jacobo de Testera, que
sobre el particular. Lo único que podemos afirmar es que también era de origen francés. Este último, según Fray
existen diversas posibilidades. Una sería que no fue hasta su Jerónimo Mendiera en su Historia Ecclesiastica Indiana, fue
llegada a Italia, país en 'donde, claro está, el arte era muy quien ideó el método de catequizar a los indios por medio de
conocido, sobre todo entre los mendicantes quienes habían grandes lienzos en los que estaban representados los princi-
escrito algunos de los más conocidos manuales sobre la pales artículos y misterios de la fe católicas", Aunque nues-
materia. De ser así, habría que admitir que toda la sección tro autor no menciona a Testera de nombre, es significativo
de la Rhetorica Christiana dedicada a su memoria, fue for- que introduce su descripción de es ros lienzos y del éxiro que
mulada mientras el autor vivía en Italia. Incluir algo sobre el obtuvieron precisamente en el contexto de la memoria arti-
ars memorativa en un tratado de retórica hubiera sido casi ficial. Esta relación figura en el vigésimo séptimo capítulo
52 RENÉ TAYLOR
T EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 53
que, si bien los indios carecían de un alfabeto fonético como
de la Rbetorica bajo el título: Indorum exemplis artificialis
el nuestro, no carecían de métodos de comunicarse entre sí.
memoria probater?".
Lo hacían a través de figuras y representaciones ejecutadas
Este capítulo, más bien que el extensísimo capítulo vigé-
por medio de varios procedimientos o sobre seda, pa~el
simo noveno dedicado, como hemos visto, a los libros de la
poroso, fabricado ,de hojas h~medas ~ algún. ot.ro matenal
Biblia, constituye, por razón de su inusitado contenido, la
duradero. Este método, prosigue,' habla subsistido hasta la
culminación de todo lo escrito por Fray Diego en torno a la
época del autor intabulis rationum suarum, cuya fr~se parece
memoria. Aquí nos ceñiremos más bien a lo que el fraile
referirse a las tablas de sus cuentas, por lo que posiblemente
nos dice que a lo que pudo haber sido la realidad de la
vendría a ser una especie de ábaco indio.
situación. Hay que reconocer que éste tiende a presentar
De manera suave y casi imperceptible Fray Diego ha
una visión algo idealizada del indio. Esto se comprende, ya
efectuado la transición de imágenes mentales a imágenes
que buscó persuadir a sus lectores, que sólo tendrían una
reales. Se puede objetar que semejante paso no es del todo
idea muy somera de las condiciones existentes en el Nuevo
lógico, puesto que el arte de la memoria tenía que ver más
Mundo, que los indígenas no eran totalmente salvajes, sino
bien con las primeras que con apuntes mnemónicos o la
que habían desarrollado una cultura propia de muy alto
delineación de figuras visibles. Aunque en teoría no se debe-
nivel. Por eso subraya sus buenas cualidades y sus sinceros
ría mezclar las dos variedades de imagen, la mental y la real,
deseos de vivir como Cristianos. Al mismo tiempo tenía que
encontramos con que en la práctica sí que se mezclaban.
andar con cuidado en toda esta cuestión, ya que en 1577
Hay que admitir que ambas categorías de imagen proce-
Felipe II había prohibido que se escribiera acerca de las
den de una fuente común, es decir, el mundo físico. Llegan
costumbres de los indios?'. Esto parece haber sido resultado
al intelecto por medio de los sentidos, en concreto el de la
de un serio encuentro que se produjo entre el monarca
vista, conforme al procedimiento señalado por el mismo
español y el fraile mexicano, motivado sin duda por discre-
Fray Diego en una de sus láminas (Fig. 1). Que en aquel
pancia ante el problema de la evangelización del indio. A
entonces la acción recíproca ejercida por imágenes mentales
partir de 1575 éste desempeñaba en Roma el importante
y reales se consideraba beneficiosa lo demuestra el crecido
cargo de Procurador General de su Orden ante la Curia
número de manuales memorativos en circulación, ilustrados
Romana, lo que le facilitaría acceso directo al Sumo Pontí-
con láminas. El mismo fraile sin duda hojearía varios de
fice. Pero como resultado de lo expuesto, fue obligado a
ellos. Además su propio tratado no carece de ilustraciones
renunciar al cargo y salir de Rorna'". Por lo tanto, la Rheto-
de esa índole.
rica Christiana, publicada en 1579, constituye una clara vio-
El empleo por los indios de figuras y representaciones
lación por parte de Valadés a lo dispuesto por Felipe 11dos
inevitablemente conduce a Fray Diego, como buen hijo del
años antes.
Renacimiento, a equiparadas a los jeroglíficos de Egipto.
Fray Diego comienza el capítulo en cuestión señalando
54 RENÉ TAYLOR
T EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 55

Así como los antiguos egipcios según Horapolo, Plinio, cies, piedras pequeñas, semillas y cosas parecidas. Por medio
Tácito, Estrabón, Rodigino y Volaterrano, habían hecho uso de tales procedimientos les fue posible establecer su crono-
de signos y simulacros con el fin de transmitir ideas especí- logía, sus efemérides y su calendario?",
ficas, asímismo los indios occidentales poseían un lenguaje
figurativo similar?'. Por ejemplo, para comunicar la idea de ***
la velocidad, se valían de la figura de un halcón. Por otra
parte un cocodrilo denotaría vigilancia y un león imperio. Cicerón en el De oratore había afirmado que en la
Otras figuras encerraban ideas más complicadas: así la abeja memoria artificial el orden de los loci o lugares conserva el
conllevaba la idea de realeza porque el deber del rey era el orden de las cosas depositadas en ellos y que las imagines de
templar el aguijón de la justicia con la suave miel de la las cosas designaban las cosas mismas. Algo más adelante
misericordia. trata del papel de los sentidos en el proceso de formar
Estas figuras, subraya el fraile, no eran exclusivamente imágenes mentales, subrayando que de éstos el sentido más
de caracter simbólico. Servían igualmente de recursos para agudo es el sentido de la vista. En consecuencia, prosigue,
ayudar a la memoria, y como tales los utilizaban los indios «percepciones recibidas por los oídos o por reflexión son
en su administración y comercio. Por ejemplo, si dos o más retenidas más fácilmente si al mismo tiempo son transmiti-
personas quisieran llegar a algún tipo de acuerdo, dibujarían das a la mente por mediación de los ojos»:".
una figura en torno a la cual discurrirían por espacio de toda Todas las autoridades estaban de acuerdo que en la retó-
una hora. Incluso en sus relaciones con extranjeros se valían rica la actividad de mayor importancia era la oral. Sin
de ese mismo procedimiento. También lo utilizaban para embargo, se consideraba que el sentido de la vista apenas
referir los acontecimientos importantes. «Nada de esto», quedaba a la zaga. La preparación y predicación de un ser-
prosigue el fraile, «debe sorprendemos, pues no se puede món, evidentemente exigían la participación del pensa-
negar que todo aquello que nuestros sentidos o entendi- miento y nada menos que Aristóreles había mantenido que
mientos son capaces de captar en el amplio campo de las era imposible pensar sin una imagen mental. Aunque Fray
cosas naturales, es utilizable para significar algo determi- Diego se hace eco de las observaciones de Cicerón en torno
nado, de la misma forma que lo expresan los vocablos»?", a los lugares y las imágenes que acabamos de mencionar, en
Los indios, prosigue, ocultaban sus secretos de distintas ningún sitio alude a la segunda de ellas referente a la prima-
maneras, sin la necesidad de recurrir a la escritura. Lo cía de la vista. Sin embargo, es de suponer que la idea no le
hacían por medio de signos y figuras usando una especie de fuera totalmente ajena. Sabemos que era artista y en el curso
cifra. A menudo sustituían estos signos por hilos de diferen- de su texto hace alusión a la profunda impresión que le
tes colores, de acuerdo al mensaje que deseaban transmitir. causaron «aquellas admirables pinturas magistralmente eje-
A éstos podemos añadir flechas, frijoles de distintas espe- cutadas en el augustísimo palacio del Sumo Pontífice en San
i.
56 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 57

Pedro»?". Por lo tanto el axioma ciceroniano queda implí- ayunos y desvelos, para que el Señor les enseñara la mejor
cito en todo el extenso pasaje que sigue. Declara que los manera de atraer a los indios a la fe?".
franciscanos, con el propósito de vivificar sus sermones Este método fue el que a la larga se impuso, ya que la
orales y remachar su predicación, recurrieron a grandes predicación oral, aún en su propia lengua, no resultaba ade-
lienzos en los que estaban representadas las principales cuada. Como los indios, nos dice el autor, eran hombres sin
creencias de la Religión Católica, como los Diez Manda- letras, olvidadizos y amantes de la' novedad y de la pintura,
mientos, los Siete Sacramentos y otras. Conforme el predi- esta nueva técnica de transmitirles la palabra de Dios les
cador decía su sermón, iba señalando con un puntero la llamó tanto la atención que, al terminar el sermón, se con-
ilustración correspondiente. De este modo la congregación gregarían para comentar aquellas figuras que les habían sido
indígena asimilaba la doctrina que se le impartía simultá- explicadas-?".
neamente a través de dos sentidos distintos. Este método incluso servía para la administración del
Para nosotros que vivimos en una época en la que los Sacramento de la Confesión. Señalarían la imagen que
métodos audiovisuales están difundidos por el mundo representaba el pecado que deseaban confesar y mediante el
entero, todo lo que nos cuenta Fray Diego acerca de los uso de frijoles u otro medio indicarían el número de veces
lienzos de los franciscanos nos parecerá sumamente obvio, que lo habían cometido 101.
por no decir trivial. Sin embargo, queda claro que en el siglo Excuso decir que una vez el éxito del método en cues-
XVI se conceptuaba como un paso trascendental e incluso tión quedó comprobado, no faltaron imitadores. Algunos de
osado en la misión de evangelizar a los indios. Fue como un ellos incluso reclamaron para sí el haberlo inventado, lo que
tiro en la oscuridad. Fray Jacobo de Testera quien, como ya provocó no poca indignación en el ánimo de Fray Diego.
hemos dicho, parece haber sido su inventor, no tenía nin- En su texto arremete duramente contra estos plagiarios.
guna garantía de que su método de instrucción se vería «No es tarea muy ardua», exclama, «ampliar lo que ya ha
coronado por el éxito. Los indios eran un tipo de congrega- sido inventado» 102. Al final, según nos informa, todo el
ción muy distinto al que había conocido en Europa?". asunto fue referido al Consejo de Indias.
Cuando decidió experimentar con los consabidos lienzos, Después de esta extensa digresión regresa nuestro fraile
posiblemente tendría en mente algo análogo a la Biblia al tema de la memoria. Recomienda a sus lectores -es de
Pauperum, también dirigida a personas de limitados conoci- suponer que serían mayormente eclesiásticos- que cultiven
mientos. Además, por lo que Fray Diego nos da a entender, la memoria siguiendo el ejemplo de los indios. No se debe
no se produjo el apetecido resultado de la noche a la dejar pasar ni un sólo día sin aprender algo nuevo de
mañana. Aunque orgullosamente reclama la invención de memoria, extrayéndolo con preferencia de las Sagradas
este método para su Orden, también añade que los frailes Escrituras y los más afamados teólogos. Para este fin deben
rezaron constantemente de rodillas a Dios, con frecuentes escoger lugares comunes depositando en cada uno lo que se
~ )'

f!

58 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 59


ha de memorizar. De este modo siempre tendrán estos se trata de una versión modificada por los escolásticos y por
extractos a la mano para cuando hagan falta, como conviene las teorías de escritores posteriores de manuales mernorísri-
a hombres doctos y graves'!", cos, muchos de los cuales también fueron eclesiásticos. La
diferencia se destaca al considerar los propósitos que cum-
*** plía el arte en cada caso. En la antigüedad clásica estaba al
servicio de la oratoria secular; permitía al orador pronunciar
Ningún otro autor hispano del siglo XVI se interesó largos discursos de memoria relacionados con la jurispru-
tanto como nuestro religioso mexicano por el tema de la dencia, la política y asuntos afines 104. Los autores clásicos no
memoria artificial. Su preocupación por todo lo relacionado lo relacionan con la religión, aunque sin duda podría servir
con la memoria es constante y ubicuo. Esto en sí le establece para aprender de memoria los mitos de la antigua Grecia y
f
como bastante fuera de serie. Al mismo tiempo no se ciñe ¡.
Roma. Pero al caer en manos de los escolásticos en la Edad
exclusivamente a suministrar otra relación más de sus tradi- Media, el ars memorativa adquirió un matiz acusadamente
,~.
cionales técnicas. La novedad y originalidad de su exposición "
moral y didáctico. Para ellos, así como más tarde para Fray
,¡.
del arte de la memoria se cifra precisamente en el modo I
I
Diego Valadés, era una arma al servicio de fines, mayor-
como lo adapta a las circunstancias existentes en México, su mente, espirituales. La tarea de los frailes en el Nuevo
país de origen, y en concreto a las misiones indígenas. El Mundo era la de inculcar en la mente de los indios ciertas
capítulo vigésimo séptimo siempre ha sido uno de los que doctrinas y reglas de conducta encaminadas a perrnitirles
mayor interés han suscitado por la información que sumi- evitar los tormentos eternos del Infierno y alcanzar la dicha
nistra acerca de las costumbres de los indios y los métodos del Paraíso Celestial. En la Rhetorica Christiana el fraile
empleados para convertidos al Catolicismo. Sin embargo, presenta el arte como una ayuda de inestimable eficacia para
nunca ha sido examinado en el contexto del clásico arte de la alcanzar este fin, puesto que permitía al predicador adies-
memoria. No obstante, es éste precisamente el contexto en trado en él presentar el tema de su homilía, como las Virtu-
el que lo sitúa Fray Diego, y es de suponer que tuvo buenas des y los Vicios, los Diez Mandamientos, los Sacramentos o
razones para ello. Una, como ya hemos señalado, sería el los Misterios del Rosario, de una manera verdaderamente
evidente enlace que existe entre imágenes reales y las imá- memorable.
genes mentales del ars memorativa. Al mismo tiempo exis- Inevitablemente el arte de la memoria sufrió una serie
ten diferencias muy notables. Hay que subrayar una vez más de modificaciones y ajustes en el curso de su larga historia.
que el concepto valadesiano del arte de la memoria distaba Cicerón, acostumbrado a la versión en boga en su tiempo
mucho de ser un concepto rigurosamente humanista, basa- posiblemente se hubiera quedado algo perplejo ante algunas
do con exclusividad en los preceptos de Arisróteles, Cicerón, de las innovaciones presentes en la variante de Fray Diego,
el Ad Herennium y Quintiliano. Como ya hemos señalado tan profundamente impregnada de influencias escolásticas.
60 RENÉ TAYLOR
EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 61
Quizá le hubiera sorprendido el lugar prominente que nues-
Hemos aludido brevemente a la lámina que ilustra el
tro autor, en común con muchos de sus contemporáneos,
método elaborado por los franciscanos para catequizar a los
concede a imágenes reales, en contraposición a imágenes
indios. Incluye varias letras del alfabeto que permiten al
puramentes mentales, como recurso destinado a explicar los
autor añadir una explicación de lo que está pasando. La letra
pormenores del sistema. Sin embargo, es posible que no lo
A se refiere a la médula de la retórica que es el habla. Esto es
hubiera desaprobado del todo. Es de notar que aún para el
lógico puesto que Jesucristo es el Verbo. «Aquí», leemos,
fraile las láminas de Ludovico Dolce (Figs. 11 y 12) Y los
«está el predicador de la palabra de Dios que se esfuerza por
lienzos de Téstera, elementos puramente visuales, desem-
hacer perceptible a los indios los dones celestiales; para
peñan el papel de suplementos o ayudas al ars memorativa;
lograr este fin les predica en su propia lengua». La letra B
son refuerzos y en modo alguno sustitutos. Por eso el Patio
hace referencia al elemento visual. «Como los indios», pro-
mosaico que tan minuciosamente detalla en el capítulo vigé-
sigue, «carecían de letras, fue menester adoctrinades por
simo noveno de su obra y que describimos en parte algunas
medio de ilustraciones; por lo tanto el predicador les va
páginas atrás, carece enteramente de ilustraciones. Es un
indicando con un puntero los misterios de nuestra reden-
edifico mental, labrado en el cerebro conforme a la manera
ción para que luego revolviéndolos en la mente se les que-
de los antiguos, repleto de loci e imagines. Conforme deam-
den mejor grabados en la rnemorias 'v>. En estos dos cortos
bula mas en la imaginación a su alrededor, cosechando cada
párrafos Fray Diego resume el método de instrucción, de
imagen de su lugar asignado, se nos pone en posesión del
doble filo, utilizado por los misioneros mendicantes del
modo de recordar en su debido orden todos los libros de la
Nuevo Mundo.
Biblia, juntó con un resumen del contenido de cada uno.
Con todo, hay que señalar que nuestro fraile, al tratar el
Éste es exactamente el procedimiento elaborado por los
apasionante tema de los lienzos de los indios, queda muy
autores de la Antigüedad clásica. Sin embargo, Fray Diego
lejos de contentarse con relatar los hechos y su finalidad o
ya vive en la época del libro impreso y de la lámina grabada.
con señalar vagas analogías entre la imagen pictórica y la
Información y conocimientos que anteriormente había que
imagen mental. Se siente en la obligación de suministrar
almacenados en la memoria ahora se pueden almacenar
una justificación y la encuentra precisamente en los procedi-
mucho más cómodamente en los libros. Además pueden
mientos de la memoria artificial. Al mismo tiempo, como
llegar a un público mucho mayor. Por consiguiente, la
buen escolástico, no se ciñe exclusivamente al empleo de
intensa memoria visual de los antiguos hace menos falta.
lugares e imágenes sino que, bajo la influencia del Estagirira,
No obstante, como lo demuestra la Rhetorica de nuestro
hace constante hincapié en la necesidad de mantener siem-
fraile, no se descarta el arte en seguida como cosa inútil. Se
pre un riguroso orden. Describe como a través de una suce-
combina con las nuevas técnicas en la convicción de que esta
sión de pasos mentales las imágenes físicas, objeto de
fusión incrementaría su eficacia.
contemplación por parte del sentido de la vista, se van
62 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 63
1
transformando en contemplación interior. El ars mernora- agrega el cuarto punto que consiste en el repaso de los
tiva desempeña un papel vital en este proceso de convertir lugares, acoplados en orden junto con sus emplazamientos,
lo físico en espiritual. para evitar que por descuido se esfumen. Por eso afirmamos
Todo esto figura en el largo y elocuente proemio con que los lugares son necesarios y las imágenes son igual-
1,
que Fray Diego encabeza el relato de los consabidos lien- " , mente necesarias, de modo que aquéllas desempeñen la
zos 106. He aquí sus propias palabras: «Como, por lo función del papel y éstas, por supuesto, el de las letras. Por
expuesto anteriormente, nos consta que el artificio de la lo cual quien desee conservar el recuerdo de algo, que dis-
memoria consiste en lugares e imágenes debidamente orde- ponga las imágenes en sus lugares en debida disposición,
nadas, queda evidente que en ellas reside la esencia del arte, orden y combinación. Esto refleja las operaciones de la
teniendo presente que la mente es llevada a través de las mente que asimismo se alternan entre sí en cierto orden, ya
cosas sensibles al recuerdo de lo exterior. Para obviar efecti- que lo que el sentido percibe, la imaginación representa, la
vamente todo riesgo y confusión en el ordenamiento de las cognición forma, el ingenio investiga, la razón juzga, la
materias que hay que memorizar y semejantes inconvenien- I memoria conserva, la inteligencia capta y conduce a la con-
tes, cuatro cosas son eminentemente deseables. En primer
! rernplación':". Por medio, pues, de imágenes grabadas en
término por cierto se destaca la natural activación de los \, sus lugares llegamos al conocimiento del contenido que
diversos poderes de la imaginación, y más arriba dijimos encierran; con la ayuda de ellos la memoria cumple cabal-
que ésta es la memoria natural. En segundo lugar hace falta mente su misión. Por lo cual los religiosos en las santas
la cosa (res) en sí, cuyo recuerdo deseamos conservar. Mas asambleas que celebran con los indios, con el fin de inculcar
ésta de ningún modo penetra en el intelecto o se oculta en en ellos más perfecta y manifiestamente la doctrina divina,
ella en forma corpórea. Como mantiene Arisróreles, no es la se valen de inauditas y estupendas figuras y a ese fin tienen
piedra misma la que tenemos en la mente, sino la idea de la lienzos en los que están representados los principales pun-
piedra, es decir abstraída por medio de la fantasía. Si esta tos de la Religión Cristiana ...»
11
cosa, bajo la forma de alguna imagen que elaboramos en Fray Diego Valadés no fue ni mucho menos el único
nuestra imaginación, la depositamos en un lugar al que escritor de su época en tratar el tema de los indios occiden-
también se le dota de cierto aspecto material, entonces que- tales y los problemas de su evangelización o en describir las
dará mejor grabada en la memoria, que es el fin que se
l' técnicas adoptadas para lograr ese fin. Varios frailes de su
persigue. Por cuya razón decimos que los lugares y las imá- misma Orden lo hicieron+'". Sin embargo, los demás suelen
genes son sumamente necesarias para esta función e incluso abordar el asunto desde puntos de vista algo distintos, más
son partes esenciales de ella. Lo tercero que se destaca es la propios de cronistas, historiógrafos, catequistas, lingüistas e
disposición ordenada de la materia, cualquiera que sea, con- incluso etnógrafos. Lo que aparta a nuestro autor de los
forme a número, medida y debida proporción. A lo cual se demás es que situó su exposición del tema dentro del marco
64 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 65

1 Nació en Tlaxcala en 153\ hijo de un conquistador llamado Diego


de un tratado de retonca. Como una de las cinco partes
Valadés y de una mujer india de aquella misma región. Por lo tanto el fraile
esenciales de ésta era la memoria, no resulta ilógico que era de origen mestizo.
Fray Diego se preocupara por ella en su obra. Lo que resulta \ Rhetorica, Praefatio Avctoris ad studiosum & Cbristiunum Lectorem,
insólito en un autor de habla hispana es el lugar preponde- fol. sin numerar: sine magno conatu & paruo aere ...
rante que le asigna, hasta el punto de llegar a ser algo casi ·1 Lugar cit.

obsesivo. ¿ A qué obedece esta extraña circunstancia? Cree- l Ibid: verum enim vera licet quam plurimis piis ac doctissimis viris
visum fuerit ei, summam summarum scientiaru omnium nomen, iure optimo,
mos que hay que buscar sus raíces en la tradición agusti- competere: summatim de omnibus scientiis in ea fere agatur. Turnen propter
niana de la Orden Seráfica. San Agustín, como orador y obedientiam habitam su!¡erioribus meis de excussione libri, Christianae Rhe-
retórico que fue en su juventud, demuestra estar familiari- rorices nomen illi additum est, vt et intelligatur etiam nihil continere in hac
arte, quos magistra oeritutis Ecclesia non probet, non doceat ...
zado con los procedimientos del ars memorativa. En la
c. Ibid.: Huius operis scopus erit, vt voces Dei simus, organa diuinae
memoria, nos dice en las Confesiones, «están los tesoros de bonitatis, & et tubae Cbrisii. Et ad id faci/ius exequendu totam Memoriae
incontables imágenes» 109. Pero calando más hondo, el Santo artificialis artem tam diu ab omnibus concupitam quam facillime aperiemus.
Doctor de la Iglesia afirma que es precisamente en la ; Esteban J. Palomera, S. J., Fray Diego Valadés, o.F.M., Evagefizador
memoria donde hallaremos a Dios, porque es allí donde humanista de la Nueva España, México, 1%2, en dos romos.
/< Palomera, ob. cit., romo I1, págs. 81-85.
tiene su morada. «Tú has concedido a mi memoria», escribe
9 Rhetorica, pág. 9: ...vt docte pariter et pie in suo eccfesiasticae Rhetori-
más adelante, «el honor de residir en ella» 11 0. Dios no sólo ces, numquam pro meritus satis laudatio libro, docet doctissimus simul et pius
la permea, sino que también la activa. Por eso confirió San Ludouicus Granatensis. La Rhetorica Eccfesiastica fue publicada en Venecia.
Agustín a la memoria el honor de figurar entre los tres IU Luis de Granada, ob. cir., romo 1, pág. 10.
primeros vestigios de la Santísima Trinidad en el hombre. 11 Frances A. Yates, El arte de la memoria, Madrid (Taurus), 1974, págs.
81-101.
12 Ibid., pág. 207.
13lbid., pág. 13 Y siguienres.
14Cicerón, De oratore, ed. Loeb, Oxford, (con traducción al inglés), I1,
NOTAS Ixxxvi, 354.
Jj Quinriliano, lnsitutio oratoria, ed. Loeb, Oxford, (con traducción al
1 RHETORICA CHRISTIANA AO CONCIONANO!, ET ORANO! i; inglés) XI, ii, 17-22.
VSVM ACCOMMOOATA, VTRIVSQ FACVLTATIS EXEMPL!S SVO :¡ 16 Ad. C. Herennium libri IV.
LOCO INSER T1S;QV AE QVIDEM, EX INOOR VM MAXIME OEPROM- ¡
\7 Cicerón, De inventione, ed. Loeb, Oxford, (con traducción al inglés), 1,
T A SVNT HISTORIIS. VNOE PRAETER OOCTRINAM, SVMA QVO- " vii,9.
QVE OELECT ATIO COMP ARABITVR. AVCTORE RDO AOMOOVM
IHYates, ob. cit., pág. 19.
P. F. OIDACO VALAOES TOTIVS OROINIS FRA TVM MINOR VM
19Ibid., págs. 18,35 y 74. Fray Diego Valadés atribuye el Ad Herennium
REGVLARIS OL! PROCVRATORE GENERAL! IN ROMANA CVRIA
AN." ONI. M.D.LXXVIIII -CVM L!CENTIA SVPERlORVM -SANC- a Cicerón.
TISSIMO. ONO. D. PAPAE GREGORIO XIII OICATA ANO ONI 1579. zo Ocupan las págs. 87-124 de la Rhetorica Christiana.

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·I
66 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORJA EN EL NUEVO MUNDO 67
21 Págs. 87-88. número de estos tratados fueron escritos por frailes, lo que no es de sorpren-
12 Anon., Rbetorica ad Herennium, ed. Loeb, Oxford, 1954, (con traduc- der en vista de que los rnendicanres fueron los que más contribuyeron al
ción al inglés), I1I, xvi. resurgir de la oratoria sagrada. Como se esperaría, predomina en estos trata-
23 Para un largo examen de la influencia del De memoria et reminiscen- dos la versión escolástica del ars memorativa. Además la intercalación de
tía de Arisróteles en las dos lumbreras de la escolástica, San Alberto Magno y diagramas en el texto para ayudar al lector a comprender y utilizar los
Santo Tomás de Aquino, ver Yates, ob. cit., págs. 81-HX>. Las teorías de los complicados procedimientos del arte de la memoria se generalizó en los
dos teólogos se hallan recogidas y resumidas en varios de los manuales tratados impresos.
memorísticos de la Baja Edad Media y del Renacimiento. No cabe duda de que 36 Publicado en Venecia, ref. sigo b iii.

Fray Diego obtuvo muchas de sus ideas a través de estos últimos. 37 Lugar cit.

24 Johannes Romberch, Congestorium artijiciose memorie, Venecia, 1520 3M Yates, ob. cit. págs. 144-145. Pedro de Rávena menciona este precepto,

y otra de 1534. Romberch era un dominico alemán. como también Romberch y la mayoría de los tratadistas de la época, inclu-
2\ Gulielmus Leporeus, Ars memorativa, París, 1520. yendo a Ludovico Dolce.
26 Es de suponer que la fuente inmediata sería la lámina que representa 39 A pesar de su crudeza, comunica la idea con perfecta claridad.

este mismo asunto en el libro de Ludovido Dolce titulado Dia/ogo nel quale si 40 Aristóteles.

ragiona del modo di accrescere et conservar la memoria, Venecia, 1562, ya que 4\ Yates, ob. cit., pág. 48. La combinación de la teoría aristotélica en torno
Valadés menciona concretamente a este autor en su texto y utilizó sus graba- a la reminiscentía o recordación con la memoria artificial del Ad Herennium
dos. La lámina de Dolce es una copia de la que figura en el libro de Romberch. se halla presente tanto en San Alberto Magno como en Santo Tomás (Yates,
27 Págs. 89-92. págs. 81-101). Por lo tanto no debe de sorprendemos que también la encon-
2~ «La Natural es aquella que está injertada en nuestras mentes, nacida
tremos en Valadés.
42 El Ad Herennium entra en la cuestión de la diferencia que existe entre
junto con el pensamiento ... La Artificial es aquella que queda fortalecida por
una especie de método y sistema perceptivo». ambos tipos de lugar. También es asunto de debate en los tratados memorati-
vos. El enemigo más acérrimo del empleo de lugares ficticios perteneció a una
29 Quintiliano, ob. cit., Xl, ii, 17-22. Hasta cierto punto éste no hace más
época posterior a la de Fray Diego. Se trata del inglés Roberto Flood. Arre-
que repetir lo que sobre esta materia recomienda el Ad Herennium. Los
mete contra ellos en su Ultriesque Cosmi Maions Scilicet et Minons,
tratados contemporáneos naturalmente recogen toda esta doctrina.
Metaphysica, Physica, atque Technica Historia, Oppenheim, 1617 y 1619,
lO Yates, ob. cit. pág. 29, Nota 16. tomo 2, sección 2, págs. 51-52. Adelanta la objeción tradicional de que el
3\Se publicó en Venecia. Una segunda edición, también de procedencia empleo de lugares ficticios confunde la memoria y dificulta la tarea de recor-
veneciana, apareció tres años más tarde. Éste fue el primero de los tratados dar. Fray Diego está perfectamente de acuerdo. Cuando menciona que es
memorísticos que se imprimió y el primero en ir acompañado de ilustracio- «arriesgado» depender exclusivamente de lugares ficticios da a entender que
nes. Este hecho explica la afirmación de Dolce. se hace más fácil olvidar un edificio inventado, por ejemplo, que no uno real
l2 Págs. 92-93. que conocemos Íntimamente.
43 En este contexto Valadés emplea la palabra «sagrario» para designar
3j Págs. 96-100.
una capilla especial dentro de una catedral o iglesia en la que se guarda el
34 Sobre esta teoría y su enlace con el arte de la memoria, ver Yates, ob. Santísimo Sacramento.
cit., págs. 50-51. 44 La lámina de Romberch muestra varios edificios dentro de un recinto
jj Fray Diego dista mucho de ser el único que incurre en esta clase de amurallado. Uno de éstos, el de mayor tamaño, es una abadía (abatía). Pero el
confusión, Los tratados memorísticos de la época, dada la diversidad (anti- dominico alemán, al contrario de nuestro franciscano hispano, no se ciñe
guos, medievales o renacentistas), se apartan con cierta frecuencia de las exclusivamente a construcciones eclesiásticas. Incluye una barbería, una arme-
reglas clásicas o las modifican de acuerdo con sus teorías particulares. Cierto ría, un matadero, etc, Todos son adecuados para servir de loci.
68 RENÉ TAYLOR
EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 69

1; Por ejemplo, el interior de una iglesia podría servir de maximus locas. en forma impresa, de modo que su redacción debe corresponder a mediados
Entonces una de las crujías sería el maior locas y un pilar el magnus locus, es del siglo XV o incluso más atrás.
decir, procediendo en sentido descendiente. Al pie de este último o arrimado 51 Cicerón, De oratore, II, Ixxxvii, 358 (imaginibus autem agentibus ...
al fuste o enganchado al capitel se colocaría una imagen apropiada. Quinti- quae occurrere celeruerque percutere animum possiru). Ad Herennium, III,
liano, como hemos visto, insiste en que las imagines siempre deben mantener xii. Yates, pág. 24, etc.
alguna relación con lo que uno desea recordar, ya que esto facilita mucho la H El tradicional republicanismo romano y odio hacia toda clase de
tarea. monarquías sirve para galvanizar la imagen en cuestión.
16 Este énfasis sobre el orden, acentuado por Aristóteles, fue recogido por 5j Rhetorica, pág. 100: sequentia alia lndoru ponere curatamus quae pro
los escolásticos, especialmente el Aquínate (Yates, ob. cit., pág. 98). eide desenaent literis.
·1: Los tratados memorísticos tienden a simplificar y sistematizar todo 56 Robert Ricard, La conquista espiritual de México, (trad. Angel María
este procedimiento. El resultado suele tener mayor enlace con los métodos Garibay), México, ed. ]us, 1947. pág. 379.
corrientes mnernorécnícos de memorizar que con el ars memorativa propia- 57 El Profesor.
mente dicho. El grabado de Romberch ilustra de modo sencillo pero llamativo 5H Ricard, ob. cit., págs. 378-379.
lo que Fray Diego está tratando de explicar. El dominico suministra imágenes
59 Rhetorica, pág. 94: Nec mirum, quaecunque enim in uniuersa rerum
rnemorísncas apropiadas para tres de las distintas dependencias de un con-
natura sunt, siue ab intellectu, siee a sensibus percipiantur, in eurn usum
vento. Las identifica por medio de las palabras AULA, BIBLIOTECA Y
conuerti pOJJe, vt eo modo qua uocabtda significent certum est,
CAPELLA. Entre los objetos considerados idóneos para servir de imágenes en
60 Ibid., pág. 63. Valadés no es un autor muy profundo. Por lo tanto no se
la tercera serie, es decir, la que corresponde a CAPELLA, figuran un facistol,
un incensario, un cáliz con la hostia, un báculo episcopal, una tiara papal, un debe tratar de extraer de él más de lo que hay.
palio, erc. En total hay treinta imágenes apropiadas y a cada una se le asigna 61 Ibid.; págs. 101-124.

un número. Estos números no sólo sirven para identificar los referidos obje- 62 lbid., pág. 101.

ros, sino también para determinar el orden en el que se deben usar, debido a 63 El anónimo autor romano recomienda colocar una mano de oro en el
que la disposición tanto de los loci como de las imagines debe reflejar un quinto lugar y la figura de un hombre llamado Decimus en el décimo. El
sentido de ordenación. De esta manera la secuencia de aquéllos complementa empleo de una cruz para señalar cada décimo intervalo proviene, al parecer,
la secuencia de éstas. Aunque en este caso se determina el orden numérica- del Congestorium de Romberch.
mente, también se puede determinar utilizando el alfabeto o alguna frase 64 Aunque mencionado por el autor del Ad Herennium, Aristóteles en su
mnemónica o un verso de poesía, como indica Valadés.
De memoria et reminiscentia (ed. Loeb. 452a 16-25) alude a algo muy pare-
lH Yates, ob. cit., pág. 21.
cido. Dice que en una secuencia memorativa, constituida por las ocho letras
19 Ad Herennium, III, xxi, 34. En la sección de su tratado, dedicada a ABCDEFGH, la mente puede comenzar en un punto intermedio y moverse
memoria uerborum, el anónimo autor suministra, a título de ejemplo, dos hacia adelante o atrás. Como esta idea pasó a la escolástica, no tardó en figurar
imágenes que servirían al principiante para recordar el verso: lam domum en los manuales impresos, de donde la recogería Valadés.
itionem reges Atridae parant. Queda claro, pues, que el autor romano parte de 65 Rbetorice, pág. 101. «Lo universal contiene lo particular».
las imágenes. El sistema de Valadés se aproxima más a la mnernotécnica
66 Lugar cit.
corriente.
67 Quintiliano sugiere recurrir a una ciudad como lugar memorativo. Ob.
;0 Ver Nora 35.
cit; XI, ii.
; 1 Encontramos algo muy parecido en el Congestorium de Romberch,
6H Rhetorica, pág. 102.
que luego recogió Dolce. Este último fue probablemente la fuente inmediata
69 Lugar cit.
de Valadés.
70 Cicerón, De oratore, II, Ixxxvii, 358: Locis ... illustribus, explicaus, modi-
;1 El tratado de Publicio circulaba en manuscrito bastante antes de salir
70 RENÉ TAYLOR
í EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 71

cis interoallis. Ad Herennium, I1I, xvi Quintiliano, Institutio oratoria, XI, ii, HH Fray Diego publicó el Itinerantem Catbolicurn de Focher en Sevilla en
22. 1574.
71 Ad Herennium, III. H9 Mendieta, Historia Ecclesiástica Indiana, ed. J. GarcÍa Icazbalcera,
Marco Annaeo Séneca, Controversiarum Libri, Lib. Praef. 2. Aunque el
72 México, 1870, pág. 665.
propio filósofo alude a esta proeza suya, no dice que fuera debido al arte de la 90 Págs. 93-%.

memoria. 91 Robert Ricard, ob. cit., pág. 149.

7.\ Ni Cicerón ni el autor del Ad Herennium parecen haber puesto tal 92 Palomera, ob. cit., págs. 157-161. La carta del Consejo de Castilla al
límite al número de lugares que se pueden usar. embajador español en Roma exigiendo la destitución de Valadés y su extraña-
7~ Exodo, XXVII, 9-18. Es de notar que Fray Diego en esta evocación del miento de la Ciudad Eterna lleva la fecha del 10 de mayo de 1577. Las razones
patio mosaico utiliza el tiempo futuro del indicativo para subrayar su carácter que aduce Palomera para explicar su destitución son muy lógicas y desde luego
imaginario. muy de acuerdo con la actitud autocrática de Felipe 11.Agravarían el caso
7~ Rhetorica, pág. 103. incidentes como el que los franciscanos de México parecen haber llegado a
7ó lbid., pág. 104: Nam G. Genesim. E. Exodum. L. Leuiticum. NV. comunicarse directamente con Valadés en Roma acerca de los problemas de
Numeras. D. Deotoronomiu. EV. Evangelia continet. los indios, en lugar de a través de la burocracia filipina, representada en ese
77 Apocalipsis IV, 3. caso por el Consejo de Indias. El monarca, pues, llegó a ver en Valadés una
amenaza a su regalismo y lo que concebía ser sus intereses políticos. Hombre
7~ Rbetorica, pág. 105. En esta cartela había una representación del
desconfiado y sigiloso, decidió que podría serie perjudicial el que el mundo
número 8 que serviría para recordar las ocho divisiones del pueblo de Israel:
exterior se enterara demasiado bien de la condición de los indios occidentales .
...videlicet numerum pugnatorum, siue bellatorum. 2. oblatorum. 3. ministro-
Es de notar que el catolicismo y fervor religioso de Felipe 11,tan celebrados
rum, leuitarum, sacerdotum, eorumque officia. 4. exploratorum. 5. peccatoru
por el jerónimo Sigüenza, arden con llama viva cuando coinciden con sus
Core, Dathan, & Abiron. 6. genitorum in deserto. 7. mansionum in eremo. 8.
intereses políticos, pero se manifiestan con bastante menos intensidad cuando
& praesidiorum.
están en discrepancia. Es de suponer que la prohibición de 1577, mencionada
lbid., pág. 106: In cuius Diadema Onychinus Arabicus era.
7'1
por Ricard, sería consecuencia directa del «incidente Valadés».
En ningún sitio especifica el fraile de que piedra están hechas las
so
93 Rbetonca, pág. 93.
columnas que corresponden a los Evangelistas y a San Jerónimo.
94 Ibid.,pág. 94. Ver Nota 59.
HI Rbetorica, pág 107. Hablando, por ejemplo, de San Marcos escribe:
95 Es de notar que Valadés coloca su conocido grabado del calendario
Cuius signurn erit leo babebitque coronam rabino seu carbunculo omatam ...
azteca (frente a la pág. 99) precisamente en el contexto del arte de la memo-
Mareo VII, 14. Valadés añade que, en lugar del ángel con la canela, se
~2
ria, cosa desde luego perfectamente lógica. Sin embargo, en los múltiples
podría poner la figura de un hombre con un yugo al cuello. escritos en torno a dicho calendario no se hace la menor referencia a esta
H.\ Yates, ob. cit., págs. 157-198. circunstancia, al parecer porque sus autores ignoraron lo que era el ars memo-
H·j Elena Casas, La Retórica en España, Madrid (Editora Nacional), 1980, rativa y lo que ésta significaba para el fraile t1axcalteca.
págs. 188-190. La Rbetorica de Salinas se publicó en Alcalá de Henares. 96 Cicerón, De oratore, 11, Ixxxvii, 357.

H~ Salinas menciona a Pedro de Rávena y su Pboenix sive artificiosa 97 Rbetorica, pág. 92.
memoria en dos ocasiones. 9H Roben Ricard (pág. 141) calcula que Testera estuvo en España por
H6 Yates, ob. cit., págs. 61-78. espacio de veinte años antes de llegar a México.
1<7 No sólo le menciona en el texto de la Rbetorics (pág. 210), sino que le 99 Rhetorica, pág. 95.
representó en una de las láminas (pág. 206, aunque debido a un error tipográ- 100 Lugar cit ..
fico aparece como la pág. 100). Se le ve instruyendo a los indios. 101 lbid., págs. 95-96.
72 RENÉ TAYLOR

102 lbid., pág. 95: laboriosum enim non est inuenta amplifica re. Índice
103 Todo este párrafo es una amplificación de Ad Herennium, IlI, xxiv,
40.
104 Yates, ob. cit., pág. 14.
10\ Rhetorica, pág. 207.
106 lbid., págs. 94-95. ILUSTRACIONES
107Ésta es una amplificación verbal del proceso ilustrado por Valadés en
el grabado (Fig. 1), que colocó al final del capítulo XXV de su obra (lbid., pág. Fig. 1. Proceso sensorial-cognitivo. Diego Valadés: Rhetorica
88). Christiana. 20
10H Richard Ricard, ob. cit., passim.
Fig. 2. Proceso sensorial-cognitivo. Juan Romberch: Congesto-
109 Confesiones, X, 8. Yates, ob. cit., págs. 63-67.
rium artifieiose memorie. 22
110 iu«, X, 25-6.
Fig. 3. Proceso sensorial-cognitivo. Guillermo Leporeo: Ars
memorativa. 23
Fig.4. Casa con diez loei memorísticos. Guillermo Leporeo: Ars
memorativa. 24
Fig.5. Figuras memorísticas de animales. Jacobo Publicio: Orato-
riae artis epitome. 26
Fig. 6. Proporciones de un locus memorístico. Juan Romberch:
Congestorium artifieiose memorie. 29
Fig. 7. Recinto amurallado con varios loci. Juan Romberch:
Congestorium artificiose memorie. 31
Fig. 8. Ordenación de tres series de imagines. Juan Romberch:
Congestorium artificiose memorie. 32
Fig. 9. Alfabeto mnemotécnico. Jacobo Publicio: Oratoriae artis
epitome. 35
Fig. 10. Alfabeto mnemotécnico. Juan Romberch: Congestorium
artificiose memorie. 36
Fig. 11. Alfabeto mnemotécnico. Diego Valadés. Rbetorica
Christiana. 38
Fig. 12. Alfabeto mnemotécnico. Diego Valadés: Rhetorica
Christiana. 39
Fig. 13. Alfabeto jeroglífico para los indios. Diego Valadés:
Rhetorica Christiana. 41

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