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alSLIOTfCA CENTRAl, L.
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© 1987 Edición. Editorial Swan, S.L. Avanros & Hakeldama. Derechos reservados para
todo el mundo. Prohibida la reproducción total o parcial sin el consentimiento escrito
de los editores.
IS.B.N.: 84-85595-55-6
Depósito Legal: M. 15.469-1987
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SWAN
AVANTOS & HAKELDAMA
Producción y realización: A. Gallardo. Madrid. REAL SITIO
Impresión: Lavel. Fuenlabrada (Madrid). DE
Adress: Editorial Swan. Colonia de la Iglesia, 31. Navacerrada (Madrid).
SAN LORENZO DE EL ESCORIAL
Printed and mude in Castilla. Spain. MCMLXXXVII
1579FRAYD1EGOVALADÉS, de la Orden de los Obser-
E
N
vantes de San Francisco, publicó en Perusa, Italia, su
Rbetorica ChnJtiana. Escrita en latín y dedicada al
Papa Gregorio XlIII, se amolda al tipo de tratado que bus-
caba adaptar los principios de las escuelas de retórica de la
antigüedad clásica a fines religiosos. Sin embargo, si la Rhe-
torica no fuera más que eso, revestiría escaso interés para el
lector moderno. Su novedad consiste en el hecho de que el
autor fue un fraile nacido en México- y contiene uno de los
relatos más completos de los métodos adoptados por las
Ordenes Mendicantes para llevar a cabo la tarea de evange-
lizar a los indios del Nuevo Mundo, tarea en la que él
mismo había participado.
Inevitablemente la Rbetorica de Fray Diego resulta ser
de contenido más amplio que la mayoría de los tratados de
esa índole. En el preámbulo a la obra nos dice que su
propósito no es meramente el de enseñar al que aspira a ser
predicador como componer y predicar sermones, sino el de
suministrar a un precio económico! un libro que estimularía
la práctica de la religión y serviría de ayuda a los que estu-
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14 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 15
dian la Teología que es la suprema ciencia". Admite que su retórica clásica a la predicación de sermones. En su Prólogo
tratado debería más bien llevar el título de Summa o Com- enumera, como era de rigor, las cinco divisiones de la retó-
pendio de todas las ciencias más sublimes, puesto que trata rica, o sea la invención, disposición, elocución, memoria y
'de la mayoría de ellas. Sin embargo, sus superiores prefirie- pronunciación. Mas al llegar a la memoria dice que no
ron que se le diese el título de Rhetorica Christiana con el entrará en ese tema alegando que «depende más de la natu-
fin de demostrar que no contenía nada contrario a la doc- raleza que del arte» 10. Esta razón es contraria a la opinión
trina de la Iglesia Católica). «El propósito de esta obra», general fuera de España. Además este tajante rechazo de la
escribe, «es que seamos pregoneros de Dios, instrumentos memoria es tanto más extraño por proceder de un fraile
de su divina Bondad y clarines de Jesucristo. Y para que dominico, ya que las dos máximas lumbreras de la Orden de
podamos alcanzar este fin con mayor facilidad demostrare- Predicadores, San Alberto Magno y Santo Tomás de
mos el arte de cultivar la memoria, apetecido por todos Aquino habían tratado extensamente el tema de la memoria
desde hace tanto tiernpo»>, en sus escritos teológicos y el clásico arte de la memoria
No es nuestra finalidad la de analizar la forma y el había llegado a ser identificado sobre todo con los domini-
contenido de la Rhetorica Christiana, puesto que esa labor cos, tanto en la Edad Media como en el Renacimiento!'. Los
ha sido llevada a cabo de modo ejemplar por el Padre franciscanos, por el contrario, se habían interesado más por
Esteban Palomera, S. J. 7, Y por lo tanto no hay porqué las implicaciones mnemotécnicas del. Arte de Ramón
volver sobre el tema. En este estudio proponemos ceñimos Llu1P2. Por lo tanto nos enfrentramos con la paradoja de
sólo y exclusivamente a aquella parte de su obra en la que que fuera un franciscano de México quien, dentro del
Fray Diego trata de la memoria y en particular del arte de la mundo de habla hispana, nos suministrara la relación más
memoria o ars memorativa. extensa y completa del ars memorativa. u
con creces su parte en el panegírico del poeta, al apartarlo estatuas y semejantes adornos. A continuación irá reco-
del banquete en el momento crítico. Esta experiencia, prosi- rriendo el edificio en su imaginación depositando objetos en
gue Cicerón, sugirió a Simónides los principios del arte de la ciertas partes específicas. Como ejemplos de tales objetos
memoria, del que pasa por ser el inventor. Notando que por cita un ancla, una espada, una corona, un yugo, etc. Estos
medio de su recuerdo de los lugares ocupados por los hués- son las imagines y cada uno corresponde a un asunto o
ti
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pedes logró identificar sus cadáveres, se percató de que una punto concreto que el orador desea tocar en el curso de su 11
11
disposición ordenada es imprescindible para una buena alocución. Mientras pronuncia su discurso, el orador dearn-
memoria 13. «Infirió», prosigue Cicerón, «que las personas bula por el referido edificio de manera ordenada recobrando
que quieran amaestrar esta facultad, es decir la memoria, en su mente cada uno de los objetos de su lugar asignado.
tienen que escoger lugares y formar imágenes mentales de Éstos, como hemos dicho, servirán para recordarle los pun-
las cosas que desean recordar. A continuación deben almace- tos que desea tocar 15. Resulta evidente que este método, si
nar las imágenes en los lugares de manera que el orden de ha de funcionar, exige la posesión de una intensa memoria
los lugares conserve el orden de las cosas y las imágenes de visual, que nosotros en estos días de computadoras y máqui-
las cosas denoten las cosas mismas. Los lugares en cuestión nas memorizadoras hemos perdido casi por completo, pero
se pueden comparar a tablillas de cera y las imágenes a las que en los días anteriores a la invención de la imprenta se
letras escritas en ellas» 14. consideraba ser un don eminentemente deseable.
Según Cicerón, el elemento esencial en este sistema Hacia el año 85 antes de Jesucristo un desconocido pro-
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18 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 19
fesor de retórica en Roma escribió un libro de texto para el Por otra parte consagra no menos de seis capítulos a memo-
uso de sus discípulos. Ha llegado a nosotros bajo el nombre ria , uno de los cuales es el más extenso del libro20. Hay
de la Rhetorica ad Herennium'> en honor a la persona a además innumerables referencias a la memoria y a la
quien su anónimo autor lo dedicó. Éste es el más completo memoria artificial esparcidas por toda la obra. Esta última,
tratado que ha llegado hasta nosotros sobre las técnicas del la memoria artificial, parece haber sido como una especie de
arte de la memoria. Menciona en su texto las cinco partes obsesión para nuestro fraile.
esenciales de la retórica, que son inventio, dispositio, elocu- Hay que admitir que a veces las explicaciones de Fray
tio, memoria y pronuntiatio, las mismas que Cicerón cita en Diego en torno al ars memorativa pecan de cierta falta de
su tratado De lnoentione'], escrito también por esos años. orden y lógica. En algunas ocasiones carece de claridad y
Cuando llega a la memoria, la divide en dos clases: la pri- tiende a ser algo prolijo. Comienza tocando algún punto de
mera es la memoria natural injertada en la mente de cada interés y luego, en lugar de desarrollado lógicamente, se
cual, nacida conjuntamente con la facultad de pensar. La desvía para tratar algún otro asunto que se le ha ocurrido.
segunda es la memoria artificial, que es la memoria confir- Sólo más tarde vuelve a su punto de partida y recoge el hilo
mada y robustecida por un proceso de adiestramiento. La de su argumento. Sin embargo, podemos asegurar que ape-
artifieiosa memoria, expuesta en el Ad Herennium corres- nas falta nada de importancia.
ponde exactamente al sistema mnemotécnico al que aluden El primero de los seis capítulos dedicados a la memoria,
Cicerón y Quintiliano. Constat igitur, leemos en el Ad el vigésimo cuarto, lleva el título De Memoria Seientiarum
Herennium, artifieiosa memoria ex locis et imaginibus, y Tbesauro?', En él, nuestro autor comienza en seguida con la
esta definición se citará repetidamente en los tratados de historia de Simónides de Ceos, el supuesto autor del arte de
mnemónica de la Edad Media y del Renacirnienro!", De la memoria. La memoria, dice el fraile, es el más importante
hecho se consideró en aquel entonces que el De Inventione de los instrumentos al servicio del orador. Por esta razón se
y el Ad Herennium se complementaban de tal manera que le da comúnmente el nombre de custos o guardián de todas
este último llegó a ser comúnmente atribuido a Cicerón, las parte de la retórica.". Además, añade, queda reforzada
siendo conocido por el nombre de «la segunda Retórica de por el empleo de lugares e imágenes. Después de señalar la
Tulio» 19.
diferencia que existe entre la memoria y la recordación,
termina este capítulo preliminar detallando las diversas
*** funciones de la mente y dónde están localizadas en el cere-
bro humano, así como su enlace con los cinco sentidos.
En su Rhetorica Christiana, Fray Diego Valadés dedica Incluso incluye un diagrama (Fig. 1) que recoje la doctrina
dos capítulos a la consideración de inventio, uno a dispositio aristotélica según la cual todo el saber procede de impresio-
y otro a elocutio , mientras que a pronuntiatio le asigna tres. nes recibidas a través de los sentidos; éstas son trabajadas
EL ARTE DE l.A MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 21
A rtís Memorariue
28 RENÉ TAYLOR
memoria para palabras, muy bien puede ser que tuviera esto :1
"
cada cual con un nombre que comienza con una letra dis-
tinta, utilizándolos en orden alfabético como imágenes
rnernorísricas>'.
La otra clasificación está basada, no en el sonido de la
letra, sino en el parecido que existe entre su forma y la de
algún objero que pueda ser o natural o de fabricación
humana. Conforme a este segundo sistema la A se puede
representar por medio de un compás o de una escalera
abierta, la B por medio de un laúd o de un grillete, la C por
medio de una herradura o un cuerno y así sucesivamente.
Nada de esto es nuevo. Se pueden encontrar imágenes pare-
cidas o idénticas en los manuales memorísticos a partir de
Publicio (Figs. 9 y 10) 52. Con rodo, prosigue el fraile, se hace
necesario a veces acompañar estos objetos de lo que llama
viuis imaginibus. No cabe duda que ésta sea una alusión a las
imagines agentes o percusivas de Cicerón y del Ad Heren-
niurnt>. Según esta última fuente aquellas imágenes que
carecen de fuerza propia necesitan ser vivificadas agregando
algún elemento que les confiera vigor y las haga memora-
bles. El anónimo autor romano incluso nos enseña cómo
lograr este fin. Supongamos, por ejemplo, que una de nues-
tras imágenes resulte ser un hombre sin rasgos muy defini-
dos. Para vitalizarlo podemos hacer que lleve puesta una
corona y un manto de púrpura?", o alternativamente que se
'P"
nado, del mismo modo que lo hacen los vocablos?", nos ción de alguna señal a ciertos intervalos determinados. El
inclinamos a creer que tuvo en mente brindarnos un ejem- diez, por ejemplo, se puede señalar por medio de una cruz
plo de como se podría elaborar una especie de escritura de madera, el veinte por medio de una de estaño, el treinta
jeroglífica, basada en las «cosas pertenecientes a los indios». por una de plomo y así sucesivamente hasta alcanzar el
Además, en ese mismo capítulo que comentaremos más número cien que tendrá una cruz de oro y piedras preciosas.
adelante habla del lenguaje figurativo de los jeroglíficos De esta manera el resultado será una serie de cien loa
egipcios?". No creemos que sea otra cosa más que esa. Por lo organizada mediante el empleo de nueve o diez señales.
tanto es de suponer que elaboraría la lámina más bien en Aunque el uso de cruces de diferentes materiales parece
Italia que en otro sitio. ser una invención de Fray Diego, la idea en sí distaba mucho
El capítulo siguiente no sólo resulta ser el más largo de de ser nueva. Se remonta al Ad Herennium. Recomienda el
toda la sección dedicada a la memoria artificial, sino tam- anónimo autor romano que cada quinto y décimo intervalo
bién el más largo de todo el libro. Lleva el título De modo en una sucesión de loci quede señalado por una marca o
eligendi locar), A primera vista parece que nos estamos indicación de carácter insólito que llame la atenciónv'. Este
volviendo sobre nuestros pasos echándonos hacia atrás, ya recurso no sólo servirá para asegurar que el orden de los
que dejamos las imagines e imagines agentes para regresar lugares quede firmemente empotrado en la memoria, sino
a los loci. Esto, sin embargo, es compatible con el método para permitir al mismo tiempo que uno pueda moverse
del fraile de repetir lo que ya ha dicho en mayor detalle. hacia adelante o hacia atrás a lo largo de la referida serie de
«Aunque hasta aquí», escribe, «nos hemos ocupado de los lugares sin el peligro de confundirse'".
lugares e imágenes, en el curso de este capítulo nos propo- A continuación Fray Diego procede a subrayar una vez
nemos presentar un método todavía más preciso de selec- más la necesidad de comenzar con los lugares de tamaño
cionar los lugares memorísticos». Pero no se pueden grande, es decir, los que anteriormente había llamado
establecer éstos sin tener conocimientos de los números. maximi loa, e ir descendiendo hacia los de menor enverga-
Los que saben de números podrán alcanzar todo lo relacio- dura, puesto que, como dice, universalia particularia conti-
nado con la memoria artificial, sean Personas de muchos o nents>. Éstos pueden revestir la forma de cosas hechas por
pocos estudios. Mas los que carecen de tales conocimientos, el hombre, como columnas, puertas, ventanas, arcos, altares,
carecen de rodo'". sepulcros, estatuas y pinturas, o formadas por la naturaleza
De la lectura del texto de la Rhetorica se colige que los como rocas, montÍculos, arroyos, ríos y otros. El que desee
conocimientos de números que Fray Diego exige no son distribuir adecuadamente sus loci que proceda como un dies-
precisamente muy profundos. Supongamos que se desee tro arquitecto, quien antes de iniciar la construcción de una
infundir orden en una serie de lugares que corre de uno casa primero la proyecta en la mente, situando las diversas
hasta cien. Esto se logra fácilmente mediante la introduc- dependencias en su debido orderr=.
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RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 45
El paso siguiente emprendido por Fray Diego consiste al duodécimo lugar Fray Diego insinúa que escojamos una
en suministrar un ejemplo de como aplicar estos preceptos unidad de tamaño más reducido, digamos un templo, dentro
en la práctica. Como hemos visto, hay que graduar los luga- de la cual habrá otras unidades todavía menores, como un
res de acuerdo a su tamaño. En consecuencia el fraile ángulo, un altar, un sepulcro o un arcón, todos los cuales
comienza con lo que parece ser una ciudad, unidad que el pueden servir de lugares memorísticos. Seguiría en orden
mismo Quintiliano había recomendado como a propósito una iglesia con sus capillas laterales, coros y sagrarios y a
para este fin67. Luego pasa a damos una relación de las continuación teatros, casas particulares y otros. De este
diversas unidades menores que contiene: un monasterio, modo el lector establecerá una sucesión ordenada de lugares,
una iglesia, un teatro, una casa y un viridario. Básicamente utilizando una ciudad como la unidad básica. Al mismo
es la distribución que figura en el grabado de Romberch tiempo se da a entender que debe ser una ciudad que conoce,
(Fig, 7), si bien éste escoge elementos menos excelsos que porque eso facilita la tarea de asimilarla. El paso siguiente
Valadés, como un matadero y una barbería. Supongamos, consiste en repasar el referido itinerario mental con todo
pues, que el lector ha escogido una ciudad como su maximus cuidado en la imaginación tres o cuatro veces imborrable-
locas. El paso siguiente consiste en establecer un itinerario mente impreso en la memorias". Dos puntos importantes
dentro de ella que le permitirá, conforme vaya deambulando están envueltos aquí. U no es la necesidad de conservar la
por las calles, seleccionar sitios apropiados para que le sir- debida ordenación de los lugares con el fin de asegurar que
van de lugares memorísticos. El primero se puede localizar no se pase ninguno por alto. Por eso el Ad Herennium y
justamente dentro de la puerta de ingreso a la ciudad, a posteriormente Quintiliano insisten en que es esencial que
mano izquierda. Luego, manteniéndose contiguo al muro de los lugares estén debidamente diferenciados uno de otro,
defensa y situándose a unos cinco o seis pies del primer adecuadamente iluminados, ni demasiado claros ni dema-
lugar, debe colocar el segundo. Puede estar próximo a una siado oscuros, y suficientemente espaciados?", El otro punto
puerta, una escalera, un haz de columnas o 10 que sea. Será es que una vez el adepto tenga una serie de lugares de este
menester que proceda del mismo modo en cuanto al tercer , tipo firmemente impresa en la mente, la puede usar una y
cuarto y quinto lugar, y luego con los números 6, 7, 8,9 y 10, otra vez, ya que sólo hará falta que cambie las imágenes 71.
sin omitir señalar cada quinto y décimo lugar por medio de En cuanto al número de loci que es necesario establecer,
una llamativa señal, de acuerdo con el precepto del Ad el fraile se mantiene más bien al margen de cualquier argu-
Herennium. El undécimo lugar se podría señalar por medio mento sobre el particular. Admite que de vez en cuando se
de un grupo de estaruas='. pueden necesitar más de lo acostumbrado. Como ejemplo
cita el inmenso número de loci que Séneca debió necesitar
Hasta ahora hemos ido transitando a lo largo de las para recordar las dos mil estrofas de poesía que le era
calles de una ciudad, que es un maximus locas. Pero al llegar posible recitar de memoria.". Santo Tomás de Aquino y
"'"
otros no impondrían límites al número de loci mientras que restantes en el centro correspondían a la entrada del Patio.
Cicerón aconseja que no pasen de un centenar ". Queda evidente que la función de las columnas en el relato
Después de reiterar, según hemos visto, muchos de sus de Fray Diego es la de servir de lugares memorísticos. Al
preceptos básicos, nuestro autor pasa a suministramos una mismo tiempo, según las mejores autoridades, como era
demostración concreta del ars memorativa. Explica como el menester diferenciados cuidadosamente para evitar cual-
Patio del Tabernáculo de Moisés, según está descrito en el quier confusión, hizo que cada una fuera labrada de una
capítulo vigésimo séptimo del Libro del Éxodo,74 sirve de piedra preciosa o semi-preciosa distinta.
locas memorístico para recordar todos los Libros de la Biblia Fray Diego comienza con las tres columnas situadas a la
-en la versión de la Vulgata, claro está- y sus respectivos izquierda de la entrada. La primera, nos dice, era de jaspe o
contenidos. Según el Éxodo, el patio en cuestión tenía diáspero. La imago depositada en este primer locus consisti-
sesenta columnas, dispuestas en la forma de un rectángulo ría en Dios Padre, sentado, entregando la Ley a Moisés.
de proporción dupla, de manera que una hilera de diez Resulta evidente que el propósito de esta imagen es la de
columnas miraba hacia el levante y otra hacia el poniente, y recordamos el primero de lo que llama los Legalia o Libros
las dos restantes, de veinte columnas cada una, miraban de la Ley, es decir el Génesis. Pero sucede que el mismo
hacia el norte y el sur. Para su propósito Fray Diego divide locas está también envuelto en este proceso mnemotécnico,
los Libros Bíblicos en cuatro divisiones que son: Legalia, puesto que, como Fray Diego comenta, en el Apocalipsis de
Historialia, Sapientialia y Propbetalia. Cada una de estas San Juan, El que está sentado en el trono, es decir Dios, es
cuatro categorías corresponde a un lado del referido rectán- semejante a la piedra de jaspe."? Pero eso no es todo. El
gulo de columnas. De acuerdo con esta ordenación los jaspe, según nos informa el fraile, incorpora nada menos
Libros de la Ley están dispuestos de manera que miran que veintisiete matices de verde y una gran variedad de
hacia el este, los Libros Históricos hacia el sur, los de la otros colores. Esta variedad servirá para recordamos la
Sabiduría hacia el oeste y los Proféticos hacia el norte." inmensa variedad de cosas que Dios en la Creación produjo
Bastará para nuestro propósito ceñimos a una de las de la nada por sólo el poder de su palabra. El autor pasa
hileras cortas de diez columnas, en concreto la que mira luego a enumerar los principales acontecimientos que figu-
hacia el levante y corresponde a los Libros de la Ley. Éstos ran en el Génesis. Primero se produjo la creación del
son el Penrateuco y los Evangelios, que se pueden recordar mundo y de todas las cosas que hay en él, culminando en la
por la frase mnemónica GELNVDEV, es decir, Génesis, creación del hombre, a quien le fueron dados ciertos precep-
Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio y los Evange- tos por el mismo Dios. Luego sobrevino el diluvio universal
lios.76 Ahora bien, en la descripción de esta hilera que y el arca de Noé. Éstos fueron seguidos por la confusión de
encontramos en el Éxodo se menciona que consistía en tres lenguas, la dispersión' de todas las razas por la tierra y la
columnas a un lado, tres al otro, mientras que las cuatro elección del pueblo de Dios. Por último transcurrió el des-
1
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i
Así como los antiguos egipcios según Horapolo, Plinio, cies, piedras pequeñas, semillas y cosas parecidas. Por medio
Tácito, Estrabón, Rodigino y Volaterrano, habían hecho uso de tales procedimientos les fue posible establecer su crono-
de signos y simulacros con el fin de transmitir ideas especí- logía, sus efemérides y su calendario?",
ficas, asímismo los indios occidentales poseían un lenguaje
figurativo similar?'. Por ejemplo, para comunicar la idea de ***
la velocidad, se valían de la figura de un halcón. Por otra
parte un cocodrilo denotaría vigilancia y un león imperio. Cicerón en el De oratore había afirmado que en la
Otras figuras encerraban ideas más complicadas: así la abeja memoria artificial el orden de los loci o lugares conserva el
conllevaba la idea de realeza porque el deber del rey era el orden de las cosas depositadas en ellos y que las imagines de
templar el aguijón de la justicia con la suave miel de la las cosas designaban las cosas mismas. Algo más adelante
misericordia. trata del papel de los sentidos en el proceso de formar
Estas figuras, subraya el fraile, no eran exclusivamente imágenes mentales, subrayando que de éstos el sentido más
de caracter simbólico. Servían igualmente de recursos para agudo es el sentido de la vista. En consecuencia, prosigue,
ayudar a la memoria, y como tales los utilizaban los indios «percepciones recibidas por los oídos o por reflexión son
en su administración y comercio. Por ejemplo, si dos o más retenidas más fácilmente si al mismo tiempo son transmiti-
personas quisieran llegar a algún tipo de acuerdo, dibujarían das a la mente por mediación de los ojos»:".
una figura en torno a la cual discurrirían por espacio de toda Todas las autoridades estaban de acuerdo que en la retó-
una hora. Incluso en sus relaciones con extranjeros se valían rica la actividad de mayor importancia era la oral. Sin
de ese mismo procedimiento. También lo utilizaban para embargo, se consideraba que el sentido de la vista apenas
referir los acontecimientos importantes. «Nada de esto», quedaba a la zaga. La preparación y predicación de un ser-
prosigue el fraile, «debe sorprendemos, pues no se puede món, evidentemente exigían la participación del pensa-
negar que todo aquello que nuestros sentidos o entendi- miento y nada menos que Aristóreles había mantenido que
mientos son capaces de captar en el amplio campo de las era imposible pensar sin una imagen mental. Aunque Fray
cosas naturales, es utilizable para significar algo determi- Diego se hace eco de las observaciones de Cicerón en torno
nado, de la misma forma que lo expresan los vocablos»?", a los lugares y las imágenes que acabamos de mencionar, en
Los indios, prosigue, ocultaban sus secretos de distintas ningún sitio alude a la segunda de ellas referente a la prima-
maneras, sin la necesidad de recurrir a la escritura. Lo cía de la vista. Sin embargo, es de suponer que la idea no le
hacían por medio de signos y figuras usando una especie de fuera totalmente ajena. Sabemos que era artista y en el curso
cifra. A menudo sustituían estos signos por hilos de diferen- de su texto hace alusión a la profunda impresión que le
tes colores, de acuerdo al mensaje que deseaban transmitir. causaron «aquellas admirables pinturas magistralmente eje-
A éstos podemos añadir flechas, frijoles de distintas espe- cutadas en el augustísimo palacio del Sumo Pontífice en San
i.
56 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 57
Pedro»?". Por lo tanto el axioma ciceroniano queda implí- ayunos y desvelos, para que el Señor les enseñara la mejor
cito en todo el extenso pasaje que sigue. Declara que los manera de atraer a los indios a la fe?".
franciscanos, con el propósito de vivificar sus sermones Este método fue el que a la larga se impuso, ya que la
orales y remachar su predicación, recurrieron a grandes predicación oral, aún en su propia lengua, no resultaba ade-
lienzos en los que estaban representadas las principales cuada. Como los indios, nos dice el autor, eran hombres sin
creencias de la Religión Católica, como los Diez Manda- letras, olvidadizos y amantes de la' novedad y de la pintura,
mientos, los Siete Sacramentos y otras. Conforme el predi- esta nueva técnica de transmitirles la palabra de Dios les
cador decía su sermón, iba señalando con un puntero la llamó tanto la atención que, al terminar el sermón, se con-
ilustración correspondiente. De este modo la congregación gregarían para comentar aquellas figuras que les habían sido
indígena asimilaba la doctrina que se le impartía simultá- explicadas-?".
neamente a través de dos sentidos distintos. Este método incluso servía para la administración del
Para nosotros que vivimos en una época en la que los Sacramento de la Confesión. Señalarían la imagen que
métodos audiovisuales están difundidos por el mundo representaba el pecado que deseaban confesar y mediante el
entero, todo lo que nos cuenta Fray Diego acerca de los uso de frijoles u otro medio indicarían el número de veces
lienzos de los franciscanos nos parecerá sumamente obvio, que lo habían cometido 101.
por no decir trivial. Sin embargo, queda claro que en el siglo Excuso decir que una vez el éxito del método en cues-
XVI se conceptuaba como un paso trascendental e incluso tión quedó comprobado, no faltaron imitadores. Algunos de
osado en la misión de evangelizar a los indios. Fue como un ellos incluso reclamaron para sí el haberlo inventado, lo que
tiro en la oscuridad. Fray Jacobo de Testera quien, como ya provocó no poca indignación en el ánimo de Fray Diego.
hemos dicho, parece haber sido su inventor, no tenía nin- En su texto arremete duramente contra estos plagiarios.
guna garantía de que su método de instrucción se vería «No es tarea muy ardua», exclama, «ampliar lo que ya ha
coronado por el éxito. Los indios eran un tipo de congrega- sido inventado» 102. Al final, según nos informa, todo el
ción muy distinto al que había conocido en Europa?". asunto fue referido al Consejo de Indias.
Cuando decidió experimentar con los consabidos lienzos, Después de esta extensa digresión regresa nuestro fraile
posiblemente tendría en mente algo análogo a la Biblia al tema de la memoria. Recomienda a sus lectores -es de
Pauperum, también dirigida a personas de limitados conoci- suponer que serían mayormente eclesiásticos- que cultiven
mientos. Además, por lo que Fray Diego nos da a entender, la memoria siguiendo el ejemplo de los indios. No se debe
no se produjo el apetecido resultado de la noche a la dejar pasar ni un sólo día sin aprender algo nuevo de
mañana. Aunque orgullosamente reclama la invención de memoria, extrayéndolo con preferencia de las Sagradas
este método para su Orden, también añade que los frailes Escrituras y los más afamados teólogos. Para este fin deben
rezaron constantemente de rodillas a Dios, con frecuentes escoger lugares comunes depositando en cada uno lo que se
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obsesivo. ¿ A qué obedece esta extraña circunstancia? Cree- l Ibid: verum enim vera licet quam plurimis piis ac doctissimis viris
visum fuerit ei, summam summarum scientiaru omnium nomen, iure optimo,
mos que hay que buscar sus raíces en la tradición agusti- competere: summatim de omnibus scientiis in ea fere agatur. Turnen propter
niana de la Orden Seráfica. San Agustín, como orador y obedientiam habitam su!¡erioribus meis de excussione libri, Christianae Rhe-
retórico que fue en su juventud, demuestra estar familiari- rorices nomen illi additum est, vt et intelligatur etiam nihil continere in hac
arte, quos magistra oeritutis Ecclesia non probet, non doceat ...
zado con los procedimientos del ars memorativa. En la
c. Ibid.: Huius operis scopus erit, vt voces Dei simus, organa diuinae
memoria, nos dice en las Confesiones, «están los tesoros de bonitatis, & et tubae Cbrisii. Et ad id faci/ius exequendu totam Memoriae
incontables imágenes» 109. Pero calando más hondo, el Santo artificialis artem tam diu ab omnibus concupitam quam facillime aperiemus.
Doctor de la Iglesia afirma que es precisamente en la ; Esteban J. Palomera, S. J., Fray Diego Valadés, o.F.M., Evagefizador
memoria donde hallaremos a Dios, porque es allí donde humanista de la Nueva España, México, 1%2, en dos romos.
/< Palomera, ob. cit., romo I1, págs. 81-85.
tiene su morada. «Tú has concedido a mi memoria», escribe
9 Rhetorica, pág. 9: ...vt docte pariter et pie in suo eccfesiasticae Rhetori-
más adelante, «el honor de residir en ella» 11 0. Dios no sólo ces, numquam pro meritus satis laudatio libro, docet doctissimus simul et pius
la permea, sino que también la activa. Por eso confirió San Ludouicus Granatensis. La Rhetorica Eccfesiastica fue publicada en Venecia.
Agustín a la memoria el honor de figurar entre los tres IU Luis de Granada, ob. cir., romo 1, pág. 10.
primeros vestigios de la Santísima Trinidad en el hombre. 11 Frances A. Yates, El arte de la memoria, Madrid (Taurus), 1974, págs.
81-101.
12 Ibid., pág. 207.
13lbid., pág. 13 Y siguienres.
14Cicerón, De oratore, ed. Loeb, Oxford, (con traducción al inglés), I1,
NOTAS Ixxxvi, 354.
Jj Quinriliano, lnsitutio oratoria, ed. Loeb, Oxford, (con traducción al
1 RHETORICA CHRISTIANA AO CONCIONANO!, ET ORANO! i; inglés) XI, ii, 17-22.
VSVM ACCOMMOOATA, VTRIVSQ FACVLTATIS EXEMPL!S SVO :¡ 16 Ad. C. Herennium libri IV.
LOCO INSER T1S;QV AE QVIDEM, EX INOOR VM MAXIME OEPROM- ¡
\7 Cicerón, De inventione, ed. Loeb, Oxford, (con traducción al inglés), 1,
T A SVNT HISTORIIS. VNOE PRAETER OOCTRINAM, SVMA QVO- " vii,9.
QVE OELECT ATIO COMP ARABITVR. AVCTORE RDO AOMOOVM
IHYates, ob. cit., pág. 19.
P. F. OIDACO VALAOES TOTIVS OROINIS FRA TVM MINOR VM
19Ibid., págs. 18,35 y 74. Fray Diego Valadés atribuye el Ad Herennium
REGVLARIS OL! PROCVRATORE GENERAL! IN ROMANA CVRIA
AN." ONI. M.D.LXXVIIII -CVM L!CENTIA SVPERlORVM -SANC- a Cicerón.
TISSIMO. ONO. D. PAPAE GREGORIO XIII OICATA ANO ONI 1579. zo Ocupan las págs. 87-124 de la Rhetorica Christiana.
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66 RENÉ TAYLOR EL ARTE DE LA MEMORJA EN EL NUEVO MUNDO 67
21 Págs. 87-88. número de estos tratados fueron escritos por frailes, lo que no es de sorpren-
12 Anon., Rbetorica ad Herennium, ed. Loeb, Oxford, 1954, (con traduc- der en vista de que los rnendicanres fueron los que más contribuyeron al
ción al inglés), I1I, xvi. resurgir de la oratoria sagrada. Como se esperaría, predomina en estos trata-
23 Para un largo examen de la influencia del De memoria et reminiscen- dos la versión escolástica del ars memorativa. Además la intercalación de
tía de Arisróteles en las dos lumbreras de la escolástica, San Alberto Magno y diagramas en el texto para ayudar al lector a comprender y utilizar los
Santo Tomás de Aquino, ver Yates, ob. cit., págs. 81-HX>. Las teorías de los complicados procedimientos del arte de la memoria se generalizó en los
dos teólogos se hallan recogidas y resumidas en varios de los manuales tratados impresos.
memorísticos de la Baja Edad Media y del Renacimiento. No cabe duda de que 36 Publicado en Venecia, ref. sigo b iii.
Fray Diego obtuvo muchas de sus ideas a través de estos últimos. 37 Lugar cit.
24 Johannes Romberch, Congestorium artijiciose memorie, Venecia, 1520 3M Yates, ob. cit. págs. 144-145. Pedro de Rávena menciona este precepto,
y otra de 1534. Romberch era un dominico alemán. como también Romberch y la mayoría de los tratadistas de la época, inclu-
2\ Gulielmus Leporeus, Ars memorativa, París, 1520. yendo a Ludovico Dolce.
26 Es de suponer que la fuente inmediata sería la lámina que representa 39 A pesar de su crudeza, comunica la idea con perfecta claridad.
este mismo asunto en el libro de Ludovido Dolce titulado Dia/ogo nel quale si 40 Aristóteles.
ragiona del modo di accrescere et conservar la memoria, Venecia, 1562, ya que 4\ Yates, ob. cit., pág. 48. La combinación de la teoría aristotélica en torno
Valadés menciona concretamente a este autor en su texto y utilizó sus graba- a la reminiscentía o recordación con la memoria artificial del Ad Herennium
dos. La lámina de Dolce es una copia de la que figura en el libro de Romberch. se halla presente tanto en San Alberto Magno como en Santo Tomás (Yates,
27 Págs. 89-92. págs. 81-101). Por lo tanto no debe de sorprendemos que también la encon-
2~ «La Natural es aquella que está injertada en nuestras mentes, nacida
tremos en Valadés.
42 El Ad Herennium entra en la cuestión de la diferencia que existe entre
junto con el pensamiento ... La Artificial es aquella que queda fortalecida por
una especie de método y sistema perceptivo». ambos tipos de lugar. También es asunto de debate en los tratados memorati-
vos. El enemigo más acérrimo del empleo de lugares ficticios perteneció a una
29 Quintiliano, ob. cit., Xl, ii, 17-22. Hasta cierto punto éste no hace más
época posterior a la de Fray Diego. Se trata del inglés Roberto Flood. Arre-
que repetir lo que sobre esta materia recomienda el Ad Herennium. Los
mete contra ellos en su Ultriesque Cosmi Maions Scilicet et Minons,
tratados contemporáneos naturalmente recogen toda esta doctrina.
Metaphysica, Physica, atque Technica Historia, Oppenheim, 1617 y 1619,
lO Yates, ob. cit. pág. 29, Nota 16. tomo 2, sección 2, págs. 51-52. Adelanta la objeción tradicional de que el
3\Se publicó en Venecia. Una segunda edición, también de procedencia empleo de lugares ficticios confunde la memoria y dificulta la tarea de recor-
veneciana, apareció tres años más tarde. Éste fue el primero de los tratados dar. Fray Diego está perfectamente de acuerdo. Cuando menciona que es
memorísticos que se imprimió y el primero en ir acompañado de ilustracio- «arriesgado» depender exclusivamente de lugares ficticios da a entender que
nes. Este hecho explica la afirmación de Dolce. se hace más fácil olvidar un edificio inventado, por ejemplo, que no uno real
l2 Págs. 92-93. que conocemos Íntimamente.
43 En este contexto Valadés emplea la palabra «sagrario» para designar
3j Págs. 96-100.
una capilla especial dentro de una catedral o iglesia en la que se guarda el
34 Sobre esta teoría y su enlace con el arte de la memoria, ver Yates, ob. Santísimo Sacramento.
cit., págs. 50-51. 44 La lámina de Romberch muestra varios edificios dentro de un recinto
jj Fray Diego dista mucho de ser el único que incurre en esta clase de amurallado. Uno de éstos, el de mayor tamaño, es una abadía (abatía). Pero el
confusión, Los tratados memorísticos de la época, dada la diversidad (anti- dominico alemán, al contrario de nuestro franciscano hispano, no se ciñe
guos, medievales o renacentistas), se apartan con cierta frecuencia de las exclusivamente a construcciones eclesiásticas. Incluye una barbería, una arme-
reglas clásicas o las modifican de acuerdo con sus teorías particulares. Cierto ría, un matadero, etc, Todos son adecuados para servir de loci.
68 RENÉ TAYLOR
EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 69
1; Por ejemplo, el interior de una iglesia podría servir de maximus locas. en forma impresa, de modo que su redacción debe corresponder a mediados
Entonces una de las crujías sería el maior locas y un pilar el magnus locus, es del siglo XV o incluso más atrás.
decir, procediendo en sentido descendiente. Al pie de este último o arrimado 51 Cicerón, De oratore, II, Ixxxvii, 358 (imaginibus autem agentibus ...
al fuste o enganchado al capitel se colocaría una imagen apropiada. Quinti- quae occurrere celeruerque percutere animum possiru). Ad Herennium, III,
liano, como hemos visto, insiste en que las imagines siempre deben mantener xii. Yates, pág. 24, etc.
alguna relación con lo que uno desea recordar, ya que esto facilita mucho la H El tradicional republicanismo romano y odio hacia toda clase de
tarea. monarquías sirve para galvanizar la imagen en cuestión.
16 Este énfasis sobre el orden, acentuado por Aristóteles, fue recogido por 5j Rhetorica, pág. 100: sequentia alia lndoru ponere curatamus quae pro
los escolásticos, especialmente el Aquínate (Yates, ob. cit., pág. 98). eide desenaent literis.
·1: Los tratados memorísticos tienden a simplificar y sistematizar todo 56 Robert Ricard, La conquista espiritual de México, (trad. Angel María
este procedimiento. El resultado suele tener mayor enlace con los métodos Garibay), México, ed. ]us, 1947. pág. 379.
corrientes mnernorécnícos de memorizar que con el ars memorativa propia- 57 El Profesor.
mente dicho. El grabado de Romberch ilustra de modo sencillo pero llamativo 5H Ricard, ob. cit., págs. 378-379.
lo que Fray Diego está tratando de explicar. El dominico suministra imágenes
59 Rhetorica, pág. 94: Nec mirum, quaecunque enim in uniuersa rerum
rnemorísncas apropiadas para tres de las distintas dependencias de un con-
natura sunt, siue ab intellectu, siee a sensibus percipiantur, in eurn usum
vento. Las identifica por medio de las palabras AULA, BIBLIOTECA Y
conuerti pOJJe, vt eo modo qua uocabtda significent certum est,
CAPELLA. Entre los objetos considerados idóneos para servir de imágenes en
60 Ibid., pág. 63. Valadés no es un autor muy profundo. Por lo tanto no se
la tercera serie, es decir, la que corresponde a CAPELLA, figuran un facistol,
un incensario, un cáliz con la hostia, un báculo episcopal, una tiara papal, un debe tratar de extraer de él más de lo que hay.
palio, erc. En total hay treinta imágenes apropiadas y a cada una se le asigna 61 Ibid.; págs. 101-124.
un número. Estos números no sólo sirven para identificar los referidos obje- 62 lbid., pág. 101.
ros, sino también para determinar el orden en el que se deben usar, debido a 63 El anónimo autor romano recomienda colocar una mano de oro en el
que la disposición tanto de los loci como de las imagines debe reflejar un quinto lugar y la figura de un hombre llamado Decimus en el décimo. El
sentido de ordenación. De esta manera la secuencia de aquéllos complementa empleo de una cruz para señalar cada décimo intervalo proviene, al parecer,
la secuencia de éstas. Aunque en este caso se determina el orden numérica- del Congestorium de Romberch.
mente, también se puede determinar utilizando el alfabeto o alguna frase 64 Aunque mencionado por el autor del Ad Herennium, Aristóteles en su
mnemónica o un verso de poesía, como indica Valadés.
De memoria et reminiscentia (ed. Loeb. 452a 16-25) alude a algo muy pare-
lH Yates, ob. cit., pág. 21.
cido. Dice que en una secuencia memorativa, constituida por las ocho letras
19 Ad Herennium, III, xxi, 34. En la sección de su tratado, dedicada a ABCDEFGH, la mente puede comenzar en un punto intermedio y moverse
memoria uerborum, el anónimo autor suministra, a título de ejemplo, dos hacia adelante o atrás. Como esta idea pasó a la escolástica, no tardó en figurar
imágenes que servirían al principiante para recordar el verso: lam domum en los manuales impresos, de donde la recogería Valadés.
itionem reges Atridae parant. Queda claro, pues, que el autor romano parte de 65 Rbetorice, pág. 101. «Lo universal contiene lo particular».
las imágenes. El sistema de Valadés se aproxima más a la mnernotécnica
66 Lugar cit.
corriente.
67 Quintiliano sugiere recurrir a una ciudad como lugar memorativo. Ob.
;0 Ver Nora 35.
cit; XI, ii.
; 1 Encontramos algo muy parecido en el Congestorium de Romberch,
6H Rhetorica, pág. 102.
que luego recogió Dolce. Este último fue probablemente la fuente inmediata
69 Lugar cit.
de Valadés.
70 Cicerón, De oratore, II, Ixxxvii, 358: Locis ... illustribus, explicaus, modi-
;1 El tratado de Publicio circulaba en manuscrito bastante antes de salir
70 RENÉ TAYLOR
í EL ARTE DE LA MEMORIA EN EL NUEVO MUNDO 71
cis interoallis. Ad Herennium, I1I, xvi Quintiliano, Institutio oratoria, XI, ii, HH Fray Diego publicó el Itinerantem Catbolicurn de Focher en Sevilla en
22. 1574.
71 Ad Herennium, III. H9 Mendieta, Historia Ecclesiástica Indiana, ed. J. GarcÍa Icazbalcera,
Marco Annaeo Séneca, Controversiarum Libri, Lib. Praef. 2. Aunque el
72 México, 1870, pág. 665.
propio filósofo alude a esta proeza suya, no dice que fuera debido al arte de la 90 Págs. 93-%.
7.\ Ni Cicerón ni el autor del Ad Herennium parecen haber puesto tal 92 Palomera, ob. cit., págs. 157-161. La carta del Consejo de Castilla al
límite al número de lugares que se pueden usar. embajador español en Roma exigiendo la destitución de Valadés y su extraña-
7~ Exodo, XXVII, 9-18. Es de notar que Fray Diego en esta evocación del miento de la Ciudad Eterna lleva la fecha del 10 de mayo de 1577. Las razones
patio mosaico utiliza el tiempo futuro del indicativo para subrayar su carácter que aduce Palomera para explicar su destitución son muy lógicas y desde luego
imaginario. muy de acuerdo con la actitud autocrática de Felipe 11.Agravarían el caso
7~ Rhetorica, pág. 103. incidentes como el que los franciscanos de México parecen haber llegado a
7ó lbid., pág. 104: Nam G. Genesim. E. Exodum. L. Leuiticum. NV. comunicarse directamente con Valadés en Roma acerca de los problemas de
Numeras. D. Deotoronomiu. EV. Evangelia continet. los indios, en lugar de a través de la burocracia filipina, representada en ese
77 Apocalipsis IV, 3. caso por el Consejo de Indias. El monarca, pues, llegó a ver en Valadés una
amenaza a su regalismo y lo que concebía ser sus intereses políticos. Hombre
7~ Rbetorica, pág. 105. En esta cartela había una representación del
desconfiado y sigiloso, decidió que podría serie perjudicial el que el mundo
número 8 que serviría para recordar las ocho divisiones del pueblo de Israel:
exterior se enterara demasiado bien de la condición de los indios occidentales .
...videlicet numerum pugnatorum, siue bellatorum. 2. oblatorum. 3. ministro-
Es de notar que el catolicismo y fervor religioso de Felipe 11,tan celebrados
rum, leuitarum, sacerdotum, eorumque officia. 4. exploratorum. 5. peccatoru
por el jerónimo Sigüenza, arden con llama viva cuando coinciden con sus
Core, Dathan, & Abiron. 6. genitorum in deserto. 7. mansionum in eremo. 8.
intereses políticos, pero se manifiestan con bastante menos intensidad cuando
& praesidiorum.
están en discrepancia. Es de suponer que la prohibición de 1577, mencionada
lbid., pág. 106: In cuius Diadema Onychinus Arabicus era.
7'1
por Ricard, sería consecuencia directa del «incidente Valadés».
En ningún sitio especifica el fraile de que piedra están hechas las
so
93 Rbetonca, pág. 93.
columnas que corresponden a los Evangelistas y a San Jerónimo.
94 Ibid.,pág. 94. Ver Nota 59.
HI Rbetorica, pág 107. Hablando, por ejemplo, de San Marcos escribe:
95 Es de notar que Valadés coloca su conocido grabado del calendario
Cuius signurn erit leo babebitque coronam rabino seu carbunculo omatam ...
azteca (frente a la pág. 99) precisamente en el contexto del arte de la memo-
Mareo VII, 14. Valadés añade que, en lugar del ángel con la canela, se
~2
ria, cosa desde luego perfectamente lógica. Sin embargo, en los múltiples
podría poner la figura de un hombre con un yugo al cuello. escritos en torno a dicho calendario no se hace la menor referencia a esta
H.\ Yates, ob. cit., págs. 157-198. circunstancia, al parecer porque sus autores ignoraron lo que era el ars memo-
H·j Elena Casas, La Retórica en España, Madrid (Editora Nacional), 1980, rativa y lo que ésta significaba para el fraile t1axcalteca.
págs. 188-190. La Rbetorica de Salinas se publicó en Alcalá de Henares. 96 Cicerón, De oratore, 11, Ixxxvii, 357.
H~ Salinas menciona a Pedro de Rávena y su Pboenix sive artificiosa 97 Rbetorica, pág. 92.
memoria en dos ocasiones. 9H Roben Ricard (pág. 141) calcula que Testera estuvo en España por
H6 Yates, ob. cit., págs. 61-78. espacio de veinte años antes de llegar a México.
1<7 No sólo le menciona en el texto de la Rbetorics (pág. 210), sino que le 99 Rhetorica, pág. 95.
representó en una de las láminas (pág. 206, aunque debido a un error tipográ- 100 Lugar cit ..
fico aparece como la pág. 100). Se le ve instruyendo a los indios. 101 lbid., págs. 95-96.
72 RENÉ TAYLOR
102 lbid., pág. 95: laboriosum enim non est inuenta amplifica re. Índice
103 Todo este párrafo es una amplificación de Ad Herennium, IlI, xxiv,
40.
104 Yates, ob. cit., pág. 14.
10\ Rhetorica, pág. 207.
106 lbid., págs. 94-95. ILUSTRACIONES
107Ésta es una amplificación verbal del proceso ilustrado por Valadés en
el grabado (Fig. 1), que colocó al final del capítulo XXV de su obra (lbid., pág. Fig. 1. Proceso sensorial-cognitivo. Diego Valadés: Rhetorica
88). Christiana. 20
10H Richard Ricard, ob. cit., passim.
Fig. 2. Proceso sensorial-cognitivo. Juan Romberch: Congesto-
109 Confesiones, X, 8. Yates, ob. cit., págs. 63-67.
rium artifieiose memorie. 22
110 iu«, X, 25-6.
Fig. 3. Proceso sensorial-cognitivo. Guillermo Leporeo: Ars
memorativa. 23
Fig.4. Casa con diez loei memorísticos. Guillermo Leporeo: Ars
memorativa. 24
Fig.5. Figuras memorísticas de animales. Jacobo Publicio: Orato-
riae artis epitome. 26
Fig. 6. Proporciones de un locus memorístico. Juan Romberch:
Congestorium artifieiose memorie. 29
Fig. 7. Recinto amurallado con varios loci. Juan Romberch:
Congestorium artificiose memorie. 31
Fig. 8. Ordenación de tres series de imagines. Juan Romberch:
Congestorium artificiose memorie. 32
Fig. 9. Alfabeto mnemotécnico. Jacobo Publicio: Oratoriae artis
epitome. 35
Fig. 10. Alfabeto mnemotécnico. Juan Romberch: Congestorium
artificiose memorie. 36
Fig. 11. Alfabeto mnemotécnico. Diego Valadés. Rbetorica
Christiana. 38
Fig. 12. Alfabeto mnemotécnico. Diego Valadés: Rhetorica
Christiana. 39
Fig. 13. Alfabeto jeroglífico para los indios. Diego Valadés:
Rhetorica Christiana. 41