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Por:
Docente
Político Legal
Programa De Psicología
Valledupar
2020
La desigualdad mata: la pandemia del coronavirus en América Latina
de la paralización.
Es una realidad que la panorámica actual del mundo ha cobrado la vida de múltiples
personas y ha sido un gran reto para el sector salud implementar estrategias de mitigación,
ahora bien, se ha dejado un poco de la lado las otras caras de la pandemia que afectan
fractura social que se atraviesa. Si bien la salud es lo primero ¿Cómo pueden las minorías o
marginados acceder a esta cuando no es un derecho sino más bien un privilegio otorgado a
aquellos que tienen la vida resuelta con muchos signos de peso en sus cuentas? Es
alarmante darle una mirada bajo el lente de la igualdad humanitaria a la cuestión cuando la
realidad está impregnada de influencias y beneficios solo para aquellos quienes tienen las
maneras de comprarlos.
Latinoamérica y más concretamente en nuestro país los derechos humanos son casi que
nulos y que las élites políticas y económicas crecen más y más mientras que los menos
favorecidos aumentan en doble su población, conciban pues lo siguiente “El país es una
gran mesa de bufet con variedad de alimentos y bebidas suficientes para alimentar a todos
los asistentes e incluso hay suficiente para obsequiar a aquellos que no asistieron al
encuentro, pero resulta que solo un minúsculo grupo se ha adelantado y ha acabado los
alimentos más nutritivos que había en dicha mesa e incluso han llevado para guardar, han
dejado solo las sobras que además son insuficientes para los que no han comido pues
superan en número a esa minoría egoísta y avara” dolorosa e injustamente esa es la realidad
la salud, a la vida digna, a las prestaciones y seguridad social que garanticen una adaptación
por todas las clases sociales y económicas del aislamiento, de la asepsia, del bienestar y la
cuestión va más allá, cuando por intereses políticos particulares se rechazan las ayudas
externas que los países o naciones vecinas quieren aportar al país para la contingencia pues
notaría que las causas a estas dificultades comenzaron a construirse mucho antes de que el
COVID-19 llegara a hacer estragos, es solo que antes de la pandemia los sucesos no tenían
la misma voz de fuerza, que en silencio paradójicamente (ya sea por las circunstancias que
han causado el silencio del pueblo que no puede protestar o por la mediocridad de
conformase con las ayudas gubernamentales que apenas alcanzan para la canasta básica
acabar con vidas y que las decisiones que se toman desde el podio de la política afectan en
realidad sería distinta si el dinero destinado para nutrir la carrera armamentista se hubiera
dirigido al sector salud habría ha sido posible la mitigación del impacto irreversible, hasta
ahora, de la crisis. En consecuente la situación es alarmante, los mismos trabajadores
estricta medida las reglas impuestas para mitigar la propagación del coronavirus
precisamente porque el estado se pronuncia someramente al respecto, hay que recordar que
en el país los que tienen menos son más y que el sector salud, desafortunadamente, solo
atiende con desespero a aquellos quienes poseen una cartera amplia o por lo menos capaz
de pagar por intervención y asistencia médica pertinente, entonces como no se puede acatar
presidencia, en la que por ejemplo el presidente podría pensar más en el bien común y no
salariales es decir generar salarios dignos que permitan que los individuos puedan cubrir
sus necesidades y mejorar su calidad de vida, también es necesario incentivar una política
que considere situaciones y necesidades que sea justa y equitativa, lo que significa que no
hay que cobrar el mismo impuesto a todas las personas, sin embargo tampoco sería una
solución no cobrar; es necesario cobrar lo justo y con lo que el gobierno recaude hacer
inversiones inteligentes y completamente trasparentes que los contribuyentes vean que sus
básicos como alimentación, educación salud para que puedan suplir esas necesidades de las
desigualdad social de un país, es por esto que la educación básica y superior debería de ser
completamente gratuita e incluyente para que ninguna persona del país se quede por fuera
podemos concluir que, sería de gran provecho que el gobierno dejara de lado las cuestiones
individuales y pensara más colectivamente por el bien de todos los colombianos, en este
caso sería bueno que el estado aceptara las ayudas internacionales puesto que ahí se ven
vulnerados los derechos de los colombianos a una vida digna, entre otros. Se hace
necesario, además, Que el pueblo obtenga por parte del gobierno ayudas gubernamentales
que de verdad lleguen al pueblo que no se queden en el camino. Una reestructuración del
quienes dirijan el país, infravalorando a las clases medias y bajas. Hay que suscitar el
permite ver las cosas desde otra perspectiva, en la cual prima el bienestar del pueblo y no
de quienes tienen más. ha hecho falta una pandemia para que caigamos en cuenta de que
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