Sei sulla pagina 1di 3

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) facilitó los datos estadísticos que

muestran la importancia de esta actividad en la economía. El gerente general del IBCE,


Gary Antonio Rodriguez, sostuvo que los datos demuestran que “en el mundo de los
negocios todo es posible”. 

En diferentes puntos de las ciudades capitales es acopiada la denominada chatarra que


luego termina en países como China o Costa de Marfil. “Entre 2007 y marzo de 2012,
Bolivia exportó más de 160 mil toneladas de de-sechos y desperdicios de hierro y acero,
por un valor superior a los $us 31 millones”, explicó.

Los destinatarios son 18 países, aunque el mayor porcentaje llega al Perú. “Es el principal
receptor. El año pasado compró un total de 27.240 toneladas por $us 7,1 millones, esto es
un 53% del volumen y un 64% del valor exportado”.

Aunque por la cercanía Perú es el destinatario potencial de la chatarra, quienes se dedican a


esta actividad no dejan de lado mercados como Costa de Marfil, Hong Kong (China),
Holanda, Corea del Sur, India, Taiwán, EEUU o Vietnam.

El INE también menciona como naciones de destino a  Bélgica, Países Bajos, la República
Checa, Canadá, Italia, Panamá, además de Chile, Brasil y Perú en Sudamérica.

Los materiales que son vendidos al exterior son “los desperdicios y desechos de fundición,
desperdicios y desechos de aceros aleados inoxidables, desperdicios y desechos de hierro o
acero estañados y demás desperdicios y desechos. Es lo que Bolivia exporta por años”,
sostuvo Rodríguez.

Añadió que estos materiales son transformados en manufacturas que luego son importadas,
pero que —de existir una industria recicladora— podrían ser procesadas en Bolivia dada la
alta demanda que existe de materiales como fierro de construcción, tubos y planchas.

“Muchos dicen que la venta al Perú de garrafas en desuso, latas de bebidas y conservas,
calaminas, partes de autos chocados o viejos provoca la fuga de recursos económicos. Las
plantas fundidoras, principalmente en Arequipa, aprovechan estos materiales que luego de
reciclados son nuevamente internados al país con un alto valor agregado en forma de
manufacturas. Bolivia paga un alto precio por los productos”.

Para Rodríguez similar situación pasa con más del 80% del valor de nuestras exportaciones,
principalmente vinculados a recursos extractivos no renovables y sin mayor valor agregado
como el gas.

“En el caso de la chatarra la historia se repite: en vez de industrializarla, exportamos


materia prima barata para que sean otros quienes hagan el negocio”, reflexiona Rodríguez,
quien añade que la existencia de recicladoras ha hecho que “este negocio” florezca sin que
las fronteras sean un obstáculo 
De acuerdo con el reporte del INE, en 2007 se exportó un valor de $us 3,1 millones; en
2008, $us 4,9 millones; en 2009, $us 2,6 millones; en 2010, $us 7 millones; en 2011, $us
11,1 millones y el primer trimestre de 2012 se exportó chatarra por $us 2,4 millones. A
Brasil se envió en 2011 un valor de $us 1,4 millones.

Revendedores dicen que no existe consenso con la Comibol para vender el material.

La venta de chatarra de acero y aluminio provoca la fuga de recursos económicos a


Arequipa, Perú, coincidieron en señalar la Federación de Micro y Pequeños Empresarios
(Fermype) y el Sindicato de Proveedores de Acero 29 de Septiembre de El Alto.
El presidente de Fermype, Segundino Escóbar, explicó que los recolectores compran
calaminas, tapacoronas, latas de cerveza, leche y conservas, desechos de cerrajería e,
inclusive, autos viejos o siniestrados para exportarlos hacia el vecino país. Los acopiadores
pagan entre 1,10 y 1,20 bolivianos por kilo, volumen que es revendido entre 1,30 y 1,50
bolivianos a Aceros Arequipa.
Según Escóbar, los materiales desechados son atractivos para su venta a Perú, porque este
país cuenta con plantas fundidoras que procesan la chatarra y, paradójicamente, la vuelven
a importar a Bolivia con valor agregado.
El kilo de fierro de construcción cuesta hasta 35 bolivianos. “Compran barato del país y nos
venden caro. Enriquecemos a otros”.
Hacen buenos pagos. El secretario general del Sindicato 29 de Septiembre, Pedro Sacari,
por su parte, explicó que la empresa Aceros Arequipa ofrece buenos pagos por la chatarra.
La empresa peruana, con representación en Bolivia, paga por la tonelada de fierros pesados
210 dólares, y 195 por los livianos. El ingreso obtenido es repartido entre las personas que
acumulan el material, que pueden ser 15 o 20 personas, quienes trasladan el material hasta
el depósito de Aceros Arequipa en Senkata, donde lo empaquetan y es exportado hasta esa
ciudad del sur peruano.
Sacari develó que a causa de la falta de una planta fundidora, como la de Pulacayo, los
recolectores prefieren enviar la chatarra no sólo a Perú, sino también a Brasil y Chile.
“Sabemos que sería mejor vender la chatarra en Bolivia, para procesarla en el país, pero
como no hay una planta, nos vemos obligados a enviar este material a otros países, porque
sólo así podemos generar ingresos económicos para nuestras familias”.

1.500 bolivianos son los ingresos que genera por mes, aproximadamente, un recolector por
acopiar envases de aluminios, vidrios o papel.

Exportación de CHATARRA Y ALUMINIO A PERú. Según el Instituto Nacional de


Estadística, en 2010, Bolivia exportó 23.398.630 kilos por un valor de 5,2 millones de
dólares, y en el primer semestre de 2011, las ventas llegaron a 11,5 millones de kilos, por
un valor de 2,7 millones de dólares. El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio
Exterior, Gary Rodríguez, sostiene que el Estado debería apoyar el esfuerzo de las
personas.
La frase

"Si el negocio está identificado y existe la materia prima en el país, lo que se debe hacer es
invertir en una fundidora en Bolivia a fin de agregar valor y dejar de importar manufacturas
a un mayor costo. Los bonos no son una solución, vuelve
dependientes”.

Gary Rodríguez / GERENTE GENERAL DEL IBCE

Potrebbero piacerti anche