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ESE GRAN DESCONOCIDO… LO FAMILIAR…

Señalaba Hegel, " Lo familiar no por ello nos es conocido", y esta frase bien la podemos aplicar a nuestros niños.
Desde muchas disciplinas, y prácticas humanas se lo “mira”, se lo escudriña, se lo disecciona, en procura de atrapar
un trozo de su misteriosa realidad biológica, cognitiva y afectiva. Pero si de pronto, alguien nos pregunta
rápidamente, ¿Qué es un niño?, seguramente, nos tomaremos algunos segundos o minutos para responder. Una
cascada de pensamientos se deslizará por nuestra mente... ¿desde dónde responder? , ¿Desde lo biológico, desde lo
afectivo, desde lo social, desde lo psicológico? Por eso es muy pertinente la cita de Hegel, porque aquello que nos
parece tan cercano, tan cotidiano, no por ello deja de tener complejas dimensiones, desde la cual no puedo dar
cuenta desde una sola ciencia, disciplina, o práctica, sin caer en la doxa, en una opinión.

"La sabiduría del niño se expresa en sutiles palabras. ¡Qué pocos son los que pueden comprender su sentido! Si no
habla, es que tiene sus razones."

Nos explica Rabindranath Tagore, y cuánto valoraba Freud, la voz de los poetas y escritores.

Sin intentar dar una definición de un ser tan complejo, podemos pensar algunas ideas. Por ejemplo, que el niño es
un ser humano, cuya especificidad está en la acción, en un movimiento creador de previsibles e imprevisibles
novedades, como diría el poeta Paul Valéry. Podemos hablar de previsibilidad, porque como lo estudió Piaget, el
niño alternará estadios sucesivos de estructuraciones ordenadas de sus funciones intelectuales y afectivas, de
sistemas de acción y representación. Pero también hablaremos de imprevisibilidad, y creo que aquí está una clave
muy importante para comprender al niño; hay un dinamismo creador del psiquismo, hay un potencial cognitivo y
afectivo que excede nuestras previsiones y que toma formas muy particulares dentro de cada pequeño sujeto. Cada
niño , investirá representaciones , con una determinada carga afectiva, con determinada energía libidinal, y des-
investirá otras; hará "elecciones", seleccionará a que atender y a que no, y todo esto estará co-determinado, no sólo
por sus aptitudes , por su código genético, por su particular cableado neuronal, sino también su inconciente, y por
toda una herencia cultural y generacional.

Tanto la sociedad como la familia canalizan deseos, imponen prohibiciones, proponen ideales y modelos de
identificación que van conformando un ethos social que se hace parte del entramado de la personalidad. Las
sucesivas generaciones inscriben sus huellas en cada uno de los miembros de una familia, modos de vida, modos de
afrontamiento de los conflictos , modos de interrogarse por quiénes son, formas de circulación de la información, de
lo que se dice y de lo que no se dice, paradigmas científicos, costumbres y valoraciones.

Por lo expuesto, sostenemos que responder a la pregunta ¿Qué es un niño?, sólo puede realizarse desde una postura
de multidisciplinariedad y esencialmente de des-rotulación, que aborde los diferentes avatares de un sujeto
histórico, neuroplástico, un ser que se "narra" con otros, y cuya característica destacada , es la imprevisibilidad, la
sorpresa, la posibilidad de vencer sus propios récords sin necesidad de tener que compararse a tipos ideales, la
posibilidad de ser autor y lector de su propia historia de vida.

“Nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos” E. Galeano

Prof. Silvia Pérez Fonticiella.

Esp. En Neuropsicología

Consultora.

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