El diccionario define a la palabra odio como el sentimiento de aversión, rechazo o antipatía hacia

una cosa o persona, incluso llevándonos a desear el mal a aquel individuo al que no podemos ni
ver. Aunque es algo que no podemos evitar: podemos sentir desagrado hacia alguien que es muy
arrogante, sentir enojo o rencor ante la traición de un amigo o tras una ruptura amorosa, y la lista
sigue. Pero los efectos negativos que nos producen esas emociones en el organismo llegan a
aparecer tarde o temprano.

Son sentimientos naturales en todo ser humano, pero aun así, está demostrado que el sentir odio,
ira y agresividad pueden dañar severamente nuestra Salud.

5 ¿Cómo se afecta la salud de las personas que experimentan odio en periodos de tiempo
prolongados?

La ira y agresividad son sentimientos emocionales que causan severos daños a la salud física y
hasta sus capacidades. Cuando los acumulas dentro de ti y no encuentras la manera de sacarlos,
llega el momento en que naturalmente se manifiesta a través de enfermedades o síntomas
provocadas por odio. Los cuales perjudica la salud física y mental; el cual altera el estado de
ánimo, de las personas generando estrés, y ansiedad y hasta depresión ya que La mente, las
emociones y el cuerpo están comunicados entre sí Cuando hay ira u odio se liberan hormonas y
sustancias como adrenalina, cortisol, prolactina; mientras más tiempo se secretan en el organismo
más daño y crecen y muchos hasta mueren por esta enfermedad mental. “el odio intoxica”

1 ¿Cuál es el nivel de claridad mental, capacidad de juicio y

raciocinio de las personas cuando experimentan odio?

Hay un problema de las sociedades violentas actual con el raciocinio, el odio enceguece a las
personas porque la ira y el odio bloquean el raciocinio del ser humano; el odio es la manifestación
de un sentimiento complejo con emoción de profunda antipatía, rencor, disgusto, aversión,
enemistad o repulsión hacia una persona, cosa o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o
destruir el objeto odiado, pero no solo el odio, la ideología de como la religión pueden segar a
cualquier persona impidiendo el uso de la razón. El odio te ata a la persona que te lo produjo y
termina apoderándose de ti, por lo tanto, te llenase esa misma energía negativa, no te moviliza
como la rabia, sino que te vas autodestruyendo. Por eso es a veces tan difícil perdonar. Por eso
también eres manipulable. Ya no eres tú, el odio te maneja. Bienvenido sea entonces el perdón y
bienvenidos los sentimientos positivos! La psicología traiciona a cualquiera y las mentes se pierden
en rabietas, golpes, vivimos en una sociedad descompuesta que no cree en su democracia en sus
derechos civiles y en sus posibilidades económicas trabajando honradamente. La ira está muy
relacionada con los fracasos, frustraciones y conflictos del hombre. Ahora bien, hay que tener en
cuenta que no existen personas que alguna vez no hayan tenido un fracaso. Muy por el contrario,
éstos son necesarios en el proceso de aprendizaje del ser humano.
 1. ¿Cómo influye el contexto social en los comportamientos
agresivos?
La agresión es el comportamiento cuyo objetivo es la intención de hacer daño u ofender a alguien,
ya sea mediante insultos o comentarios hirientes o bien físicamente, a través de golpes,
violaciones, lesiones, etc. La agresión hay que diferenciarla de la violencia, con la que está muy
relacionada. La violencia sexual se manifiesta con actos agresivos que mediante el uso de
la fuerza física, psíquica o moral reducen a una persona a condiciones de inferioridad para
imponer una conducta sexual en contra de su voluntad. Este es un acto que busca
fundamentalmente someter el cuerpo y la voluntad de las personas. Es la conducta cuya finalidad
es causar daño a un objeto o persona. Influyen en las personas por la mentalidad que lleven
dentro de ellas La conducta agresiva en el ser humano puede interpretarse como manifestación de
un instinto o pulsión de destrucción, como reacción que aparece ante cualquier tipo de frustración
o como respuesta aprendida ante situaciones determinadas.

En sus primeros estudios sobre la agresión, el neurólogo austriaco Sigmund Freud postuló que la

agresión era una "reacción primordial" del ser humano ante su imposibilidad de buscar el placer o
evitar el dolor. Más adelante, sin embargo, sus investigaciones le llevaron a la conclusión de que
en todo individuo existe un instinto innato de destrucción y de muerte.