Sei sulla pagina 1di 9

SERMÓN: ENTRAD, CRISTO ES LA PUERTA

LUIS ALEJANDRO REINA ROMERO

SERMÓN DEL MONTE

UNIVERSIDAD SEMINARIO REFORMADO LATINOAMERICANO


1

INTRODUCCIÓN

(Lucas 13:23-28) En nuestra sociedad existen dos extremos, juntos peligrosos. Uno es el legalismo, el
cual plantea que a través de una lista de reglas puedo lograr la salvación de mi alma y también el
crecimiento espiritual. Es una posición doctrinal estricta que se antepone a la gracia de Dios. Hace a
Dios a un lado y el hombre ocupa el lugar. Es como si dijera “Señor, mis reglas son suficientes y las
únicas que me pueden llevar al cielo”. Esto es realmente peligros y anti bíblico. Esto constante se
confunde con aquellos que se esfuerzan por vivir en santidad su vida. Muchas veces ellos son acusados
de ser legalistas, pero muchas veces nos podemos equivocar al juzgarlos por esto. El legado del
legalismo no tiene nada que ver con el esfuerzo que el cristiano genuino invierte en la vida de santidad.

Por otro lado, tenemos los libertinos. Aquellos que acuden a lo que llamo la “extrema gracia”. Es
también una aposición doctrinal que hace al hombre dos cosas: Por un lado lo convierte en un hombre
perezoso y ocioso en toda su vida y por otro lado hace el hombre un practicante activo del pecado. Esta
posición doctrinal es igualmente peligrosa. Su argumento es que debido a que Dios ya lo ha hecho todo,
ha predestinado a todos los que han de ser salvos, los preserva en su salvación hasta el final, de manera
que ninguno de estos podrá perder su salvación y si o si llegarán al reino de los cielos. De manera, que el
hombre al estar imposibilitado para hacer algún bien, a buscar lo bueno, y a abandonar por completo su
pecado, entonces estos hombre acuden a la “extrema gracia” para escudarse de hacer algo, de practicar
las palabras del Señor. Recuerdo haber leído una frase de J.C Ryle que decía, (usaré parafraseo) “El
hombre más miserable en el mundo, es aquel que no tiene nada para hacer”. Parece que los hombres con
esta posición doctrinal no han leído la postura de Pablo cuando advierte que la gracia no es algo se
pueda usar para pecar.

Juntos extremos llevan al hombre al infierno. Juntas posturas son de hombre que no han sido salvados
por Dios. Pues sus obras ni sus pensamientos son evidencia de una vida renovada, transformada, de un
cambio de dirección, de la hechura de una nueva cristera etc.

Durante este sermón, pretendo que veamos la postura correcta de las Escrituras para vivir conforme a la
voluntad de Dios, plasmadas en las Sagradas Escrituras. En nuestro texto de cabecera vemos que el
Señor no llama a entrar por la puerta estrecha, y Cristo es esta puerta, y solo aquellos que atraviesan por
ella tendrán acceso al reino de los cielos.
Bosquejo

Introducción:………………………………………………………………………………...………Pág. 1

Entrad, Cristo es la puerta:…………………………………………………………………..………Pág. 3

1. Veremos acerca de lo que significa verdaderamente “Esforzaos”:………………………..….…..Pág. 3

2. Veremos la puerta por la cual debemos esforzarnos a entrar:…………………………………….Pág. 6

Conclusión:……………………………………………………………………..………....…………Pág. 8
3

ENTRAD, CRISTO ES LA PUERTA

Comenzaremos con analizar nuestro texto. Podemos inicialmente ver que Jesús estaba caminando por
ciudades y aldeas, y él se dirigía a Jerusalén. En esta narración de Lucas, es probable que Jesús se halla
trasladado por lugares tanto de Judea como de Perea el cual finalmente se encaminaba a Jerusalén. Jesús
ya había ido a Jerusalén en varias ocasiones, estas fueron para participar de las fiestas y también
recordamos que lo hizo para la resurrección de su amigo Lázaro. Es necesario entender que quizá Lucas
mostraba estos recorridos o traslados de Jesús con su destino en Jerusalén, para mostrar que era allí
donde finalmente Nuestro Señor moriría.

Luego allí aparece una pregunta extraña ¿Son pocos los que se salvan? Quizá esta pregunta fue debido a
que los seguidores de Jesús se estaban haciendo poco durante el camino, o aquellos que estuvieron con
él en multitudes, ya no estaban con él. Recordemos que el mensaje de Cristo era fuerte y directo. Un
mensaje que no es fácil soportar hoy en día, el cual es rechazado constantemente. Si hoy en día,
Jesucristo estuvieses predicando lo mismo a los hombres, de nuevo desearían matarlo. Sin embargo aquí
la respuesta es grandiosa de parte de nuestro Señor. Él dice: “Esforzaos”. Esta es en griego la palabra
“agonidzomai” que significa: “Competir, luchar, literalmente (Competir por un premio), en sentido
figurado (contender con un adversario), o genitivo (esforzarse para realizar algo); luchar, trabajar
arduamente, empeñarse. De hecho esta es la palabra de donde proviene “agonizar” lo cual nos quiere
decir que el llamado es a esforzarse hasta el cansancio. Este es un imperativo que señala el acceso a una
puerta la cual es estrecha. La palabra en griego para “estrecha” es “Stenos” que significa “algo que tiene
obstáculo cerca”, esta palabra proviene probablemente de “Istemi” que es la forma prolongada de la
palabra “stao” que significa “estar firme, permanecer, perseverar, sostenerse entro otros.

Hay dos cosas que quiero que veamos en este texto:

1. Veremos acerca de lo que significa verdaderamente “Esforzaos”


2. Veremos la puerta por la cual debemos esforzarnos a entrar.

1. Lo que significa verdaderamente la palabra “Esforzaos”

Hay muchas cosas que esta palabra nos invita a entender. La primera cosa que debemos detallar con
cuidado, es acerca del misterio de la Soberanía de Dios y la responsabilidad del hombre. Sabemos de
54

antemano que estas dos cosas son un misterio. No podemos entender cómo es que es posible ser
responsable ante un Dios Soberano, pero lo que necesitamos saber es que lo somos.

Aquí es donde se corre el peligro de la “extrema gracia”, pues se piensa en que somos criaturas sin
responsabilidad pues Dios es soberano y por lo tanto el hace como le place, y tiene todo bajo Su control.
Y esto es verdad. Dios hace todo lo que hace conforme a Su santo consejo, a su santa Voluntad. (Daniel
4:35)

No hay nada que pueda opacar el consejo de Dios, no hay nadie que sea más sabio que Dios, no hay
nadie que pueda entender toda la sabiduría de Dios ni por qué hace las cosas, ni como las hace. No hay
nadie que pueda decirle al Señor ¿Qué haces? Dios es eternamente sabio y conocedor. Él creó todo lo
que existe y él es quien provee y sostiene todo lo que ha creado. De manera que somos nada como dice
el versículo.

Sin embargo, la palabra “esforzaos” no está indicando que si tenemos una responsabilidad, que somos
libres de escoger, que tenemos una libertad. Sin embargo esta libertad nuestra está limitada por la
soberanía de Dios. Pero el hecho es que la tenemos. Somos libres de escoger hacer lo malo o lo bueno.
Tenemos conocimiento de lo que es malo y lo que es bueno. Y somos nosotros quienes decidimos pecar
o vivir en santidad. Y es por eso que en el día de Cristo estaremos delante de él dando cuenta por
nuestras obras. Porque somos seres responsables delante de Dios.

El hecho de creer que Dios es soberano y todo lo hace conforme a su voluntad no es un indicador de que
el hombre debe quedarse sentado sin hacer nada, solo esperando que Dios haga esa voluntad que él ya
ha decidido hacer. Esto es una herejía. En el Sermón del Monte el mismo señor Jesús no está llamando a
hacer muchas cosas, a dar mucho fruto, a ser diferentes. (Mateo 7:7-8) vemos un llamado claro a
“hacer” y no quedarnos quietos. El señor aquí nos dice que debemos pedir, que debemos buscar, que
debemos llamar, todas estas son cosas para hacer. (Mateo 11:28) Aquí el señor nos llama a “venir” a él.
Si, sabemos que el Señor es quien nos trae a él y nos entrega en las manos de Su Hijo, el cual no nos
soltará ni nos echará fuera. Esto es soberanía de Dios, pero también debemos ir a él. He leído de J.C
Ryle algo así. (Lo parafrasearé) “Nuestra salvación de principio a fin es obra de Dios (Soberanía), pero
nuestra destrucción de principio a fin es obra nuestra (Responsabilidad)”

Algo más que esta palabra “esforzaos” nos enseña. Es acerca de nuestro esfuerzo personal para crecer
espiritualmente. Dios nos ha concedido todos los medios de Su gracia para que vivamos en plena
comunión con él, para que hagamos su obra, para que le sirvamos, para que crezcamos en oración, en
sabiduría, en santidad, en frutos. Etc. Dios ya lo ha hecho todo por nosotros, Cristo ya pagó el precio por
nuestro pecados y nos perdona de todos ellos, Él ya venció al gran gigante al cual nosotros no le
podíamos hacer ni siquiera un rasguño (El pecado y la muerte), Cristo de un solo tiro en la cruz por
medio de su muerte y su sangre derramando, venció a este gigante por nosotros. Ahora Cristo está
sentado a la diestra de Dios Padre y todos los días está intercediendo por sus escogidos, dispuesto a
perdonar, a redimir, a guiar. Tenemos morando de nosotros el Santo Espíritu, quien nos redarguye, nos
corrige, nos guía, nos direcciona, nos mueve y nos capacitad por medio de la Palabra de Dios para
“hacer el bien”, para ir en pos del mandamiento de Dios, para seguir con sabiduría su santo consejo.
Todo lo ha hecho Dios por sus escogidos, y tenemos toda libertad ahora para crecer, caminar en las
obras que Dios de antemano ha preparado para que andemos en ellas. Por lo tanto, la palabra
“esforzaos” no invita a que seamos diligentes y apasionados, a que seamos fervientes y esforzaos en usar
toda esa libertad y todo lo que Dios nos concede a diario para ir en pos de él, en santa y plena comunión,
en gracia sobre gracia.

De manera que esta palabra nos enseña grandes cosas, podemos ver entonces que el estar ociosos sin
hacer nada, la pereza, el dormir largas horas, el no trabajar, el no esforzarse es pecado delante de Dios.
¡Debemos esforzarnos! Y nosotros como la Iglesia del Señor estamos comisionado a participar de la
obra de Dios. (Mateo 28:19-20) todos los que han sido adoptados en la familia de Dios, aquellos en
quien Cristo es su cabeza, nosotros la Iglesia debemos “esforzarnos” a hacer la voluntad de Dios, y en la
Escritura podemos encontrar todo el santo consejo de Dios para nosotros, encontramos toda la voluntad
de Dios para nosotros. Debemos armando con toda la armadura de Dios, pararnos firmes ante el
enemigo, ante satanás, ante los placeres de este mundo, ante nuestra propia carne y concupiscencia y
luchar violentamente contra todo esto que nos aparta de Dios para ir tras el fin de hacer lo que él Señor
como Iglesia nos ha solicitado.

Debemos como Iglesia señalarles la puerta a todos aquellos que no han creído y aún a los creyentes que
se han desviado del camino angosto y de la puerta que es Cristo. Y esto es algo que dura toda nuestra
vida, debemos batallar y luchar hasta el fin de los tiempos, hasta que nuestro Señor Jesucristo vuelva por
nosotros su Iglesia y por fin estemos con él para siempre.
7
6

2. veremos la puerta por la cual debemos esforzarnos a entrar.

Hay una puerta que nos señala que debemos entrar si queremos ser salvos. Si en verdad nos
preocupamos por la condición de nuestras almas, debemos ir y atravesar por esa puerta. Esta es una
puerta estrecha, una puerta que muchos no hallarán. Pues hay otra puerta la cual es amplia y fácil de
atravesar. Y muchos son los que entrarán por esa puerta. (Mateo 7:13-14)

Podemos ver entonces que la puerta amplia, la cual muchos hallarán y atravesarán por ella los conduce a
la perdición eterna. Y la puerta angosta, la cual pocos hallarán los conduce a la vida eterna. Esta puerta
tiene unas características al igual que el camino que sigue después de atravesar por ella. La puerta es una
puerta por la cual solo podemos atravesar de a uno en uno. Es tan angosta que no cabemos dos de la
mano, debemos a travesarla uno por uno. Aquí es donde las familias, los amigos, los hermanos en la fe
se desprenden. Esto en el sentido de que la salvación es algo personal. Es algo entre usted y Dios. La
salvación de su familia, de sus amigos o de sus hermanos en la fe no depende de nosotros sino de cada
quien con Dios. Por lo tanto debemos a travesar por la puerta de forma solitaria.

La alegría para nosotros es entender que Cristo es la puerta. (Juan 10:9) Cristo es la puerta, él es la
única por la cual el hombre debe atravesar. No hay atajos, no hay pasadizos, no hay huecos en los
muros, no podemos saltar por encima de ella. Solo atravesando por ella podemos ser salvos. Cristo es la
puerta, esta es la invitación, “Entrad, Cristo es la puerta”, esto es por lo que debemos esforzarnos, por
entrar por esa puerta. Y esto es así, porque solo atravesando por esta puerta podremos estar por siempre
en la presencia de Dios.

(Juan 14:6) Jesús es el único camino, la única verdad, y el único que puede impartir la vida, es el único
que puede levantarnos de entre los muertos. Él es la puerta por la cual todo el que atravesaré será salvo.
No solo debemos saber que esta puerta existe, y que Cristo es la puerta. No solo basta con que la
conozcas y te pares frente a ella contemplándola. Es necesario que te esfuerces y entres por ella por la fe
en Cristo Jesús.

Para todos los creyentes debemos ver lo privilegiados que somos de que esta puerta exista, Cristo la creó
para que los pecadores pudieran hallar y por la fe en Cristo pudieras hallar la vida en ella. Somos
privilegiados y debemos tener un océano de agradecimiento en nuestro interior para derramar en oración
al Señor. Esta puerta admitirá aún al más terrible de los pecadores si este se ha arrepentido de corazón
sincero delante de Dios. Pero no admitirá a ningún hipócrita legalista, que cree que podrá atravesar esta
puerta por sus esfuerzos solamente, por su conocimiento solamente, o por sus talentos solamente. Cristo
es la puerta, entrad por ella, solo necesitas tener sed e ir a la fuente refrescante de agua de vida.

Pero también debemos ver lo desdichados de los que no son parte de la familia de Dios, De aquellos que
han rechazado a Cristo y a su Iglesia. Aquellos que han hecho de Dios un mentiroso creyendo las
mentiras de su carnalidad, el mundo y el diablo. Dice al final de nuestro verso que “muchos procurarán
entrar y no podrán” esto no habla acerca del final de los tiempos. Cuando Dios ya cierre las fuentes de la
gracia y la misericordia para los hombres. Cuando ya no haya más oportunidad para la humanidad.
Llegará un momento donde ya la invitación de “Entrar por la puerta” no será posible. Pues aquel Jesús
quien es rico en misericordia y hoy tiene sus brazos abiertos esperando a todos los que son suyos que
lleguen a él. Él mismo un día vendrá por segunda vez y vendrá como conquistador y vengador. Tendrá
con él solo aquellos que él señor le dio en su mano, aquellos que creyeron el evangelio de salvación y
rigieron sus vidas conforme a las puras verdades de las Escrituras. Pero para todos los demás solo
recibirán, la justa ira de Dios, la espada que él trae al igual que sus vestidos estarán manchadas con la
sangre de todos ellos, de los enemigos. Que mala noticia es para todos aquellos que rechazan a Cristo,
(la puerta) la invitación de entrar por él.
8

CONCLUSIÓN

Hermanos, debemos considerar con seriedad y denuedo estas verdades de las Escrituras. Reconozcamos
nuestra pecaminosidad, tratemos con seriedad la condición de nuestras almas. Humillémonos delante de
Dios, considerando nuestra miseria, nuestra depravación, y nuestra terrible condición, y solo allí a los
pies de Cristo, ante esta gran puerta, hallaremos salvación y vida eterna. Todos escuchen las palabras de
este sermón, ¡Entrad, amados míos, entrad, Cristo es la puerta!

Potrebbero piacerti anche