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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE HISTORIA

Programa de Actividades Introductorias


a la Carrera de Historia 2011
Autoridades de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Decano
Prof. Aníbal Viguera
Vicedecana
Dra. Gloria Chicote
Secretaria de Asuntos Académicos
Prof. Ana Julia Ramírez
Secretario de Posgrado
Dr. Fabio Espósito
Secretaria de Investigación
Dra. Susana Ortale
Secretaria de Extensión Universitaria
Prof. Laura Agratti

Consejo Directivo

Claustro de profesores:
Héctor Luis Adriani - Ana Candreva - Miriam Chiani
María Leticia Moccero - Alberto Pérez - Juan Ignacio Piovani - Osvaldo Ron

Claustro de Jefes de Trabajos Prácticos, auxiliares docentes y graduados:


Viviana Seoane - Maximiliano Garbarino -
María Victoria D`Amico

Claustro de Estudiantes:
Jimena Lezcano - Paula Lucero - María Melina Pérez - Camilo Chirino
Sebastián Schulz

Claustro no docente:
Candelaria Urtasún
Departamento de Historia
Directora del Departamento de Historia: Dra. Andrea Zingarelli

Secretario del Departamento de Historia: Prof. Juan Luis Carnagui

Coordinador del Curso Introductorio: Prof. Hernán Sorgentini

Comisión de seguimiento del ingreso: Dr. Emir Reitano - Prof. Lucía Abbattista - Est. Martina Luna Güelfo

Autores del cuadernillo: Lucía Abbattista


Malena Botto
Belén Castro
Hernán Sorgentini

Equipo docente del curso:

Jefa de Trabajos Prácticos: Prof. Malena Botto

Ayudantes Diplomados:

Prof. Yamila Balbuena; Prof. Juan Luis Besoky; Prof. Guillermo Clarke; Prof. Maximiliano Fabi
Prof. Anabela Gorza; Prof. Laura Monacci

Colaboradores Alumnos:

Astrid Baumann; Germán Bernasconi; Agustín Franchella; Javier Guiamet; Iván Knopoff
Pablo Moro; Verónica Pellegrini; Milagros Rocha; Sabrina Rosas; José Sovarzo
Evangelina Vaccani; Mauricio Villafañe
Índice de artículos del cuadernillo:

1) Soriano, Osvaldo. Cuentos de los años felices. Buenos Aires, Sudamericana, 1993. Relato “Aquel peronismo de juguete”.
2) Hobsbawm, Eric. La era del imperio, 1875-1914. Buenos Aires, Crítica, 2007 (1987). Introducción.
3) Goldman, Noemí y Terán, Oscar. “Entrevista a Roger Chartier”. Revista Ciencia Hoy, Vol. 6, Nº 31.
4) Garguín, Enrique; Ramírez, Ana Julia y Sorgentini, Hernán. “´La historia no perdió dirección: tiene cincuenta direcciones´.
Entrevista a Daniel James”. Cuadernos del CISH 2004, N° 15-16.
5) Stern, Steve. La Historia secreta del género. México, Fondo de Cultura Económica, 1999. Cap. 1 "Invitación a los lectores".
pp. 17-26.
6) Reichardt, Rolf. La Revolución Francesa y la cultura democrática. La sangre de la libertad. Madrid, Siglo XXI, 2002 (1998).
Apartado “La revolución publicística: ojo y voz del pueblo”
7) Levin, Florencia. “De matones, represores y miembros de la pesada en el humor gráfico del diario Clarín – Argentina 1973-
1983”. Revista Académica de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social. Diálogos de la
Comunicación N° 78. Enero-Julio 2009.
8) Sharpe, Jim. "La historia desde abajo". En Burke, Peter. Formas de hacer Historia. Madrid, Alianza, 1993, pp. 38-58.
9) Burke, Peter. Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona, Crítica, 2005 (2001).
“Estereotipos de los otros”, pp. 155-175.
10) Andújar, Andrea. “Historia, género y memoria: las mujeres en los cortes de ruta en la Argentina” En A.A.V.V: Historia
Oral y militancia política en México y en Argentina. Universidad de Buenos Aires y Editorial El Colectivo, Buenos Aires, 2008.
pp. 92-116.-
11) Barrancos, Dora. “La puñalada de Amelia (o cómo se extinguió la discriminación de las mujeres casadas del servicio
telefónico en Argentina)”. Trabajos y Comunicaciones. Segunda época, 2008, pp. 111-128.
12) Portelli, Alessandro. “Las fronteras de la memoria. La masacre de las Fosas Ardeatinas. Historia, mito, rituales y
símbolos”. Cuadernos del CIHS, N° 11/12, La Plata, 202, pp. 163-176.
13) Trouillot. “Una historia impensable. La revolución haitiana como un no-acontecimiento”, traducción de Emmanuel
Correa del original en inglés: Silencing the Past. Power and the Production of History, Boston: Beacon Press, 1995, cap. 3 “An
Unthinkable History. The haitin Revolution as a Non-event”, pp. 70-107.
14) Peker, Luciana.”El círculo mágico”. Las 12. Página 12, 27 de octubre de 2006.
15) Vales, Laura. “Con los útiles a la fábrica”. El País. Página 12. 28 de octubre de 2008.
16) Saccomanno, Guillermo. “Son boleta”. Radar. Página 12, 18 de marzo de 2008.
17) Arturo Taracena Arriola. “La experiencia de un historiador en la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala” en
Anne Pérotin-Dumon (dir.). Historizar el pasado vivo en América Latina. 2007. Sección: Historia Reciente y responsabilidad
social. Disponible solo en internet : http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php

Anexos :
-Reitano, Emir. “La microhistoria y las fuentes judiciales”
-Presta, Ana María. Cómo hacer una reseña… (ficha de cátedra de Historia Americana I).
-Amaral, Samuel. Recomendaciones para escribir la monografía (también reseñas, estados de la cuestión, proyectos de
investigación y tesis). 15ta Edición, 16 de agosto de 2006. (ficha de cátedra de Historia Argentina I)
-Moradiellos, Enrique. El oficio del historiador. Siglo XXI, Madrid, 1994. Capítulo “Cómo se enseña y se estudia la Historia en
la Universidad” y “Técnicas del trabajo universitario”.
Programa de actividades introductorias a la carrera de Historia 2011.
Plan de lecturas:

POR SEMANA LUNES MARTES MIÉRCOLES JUEVES VIERNES

Las preguntas y los problemas


Charla Entrevistas a
históricos. Soriano Hobsbawm
inaugural Chartier y James

Actividad
Los temas y las fuentes históricas.
Stern complementaria Reichardt Levin

Los y las protagonistas de la historia Actividad Dora Barrancos y/o


Burke
Sharpe complementaria Andrea Andújar
Taller sobre
Los debates sobre el presente a partir Preparación
estructura Actividad
de la historia. Portelli Trouillot del trabajo
universitaria y complementaria
final
L.E.S.
Taller sobre las
Debates sobre nuestra tarea y el tareas y el Balance del
compromiso social
feriado feriado Taller sobre compromiso social curso y
educación de los historiadores picnic
Semana 1. Las preguntas y los problemas históricos.

En la primera semana los invitamos a reflexionar sobre uno de los aspectos fundamentales del estudio de la historia: las
preguntas e inquietudes de las que partimos cuando nos interesamos por el pasado y decidimos explorarlo. Estas preguntas
pueden nacer tanto de inquietudes personales o existenciales como de preocupaciones más colectivas. Surgen del mundo
cultural y político en que estamos inmersos y tienen que ver, muchas veces, con lo que nos compele en el presente y nos
empuja a mirar el pasado. Quienes estudiamos o enseñamos historia partimos de estas preocupaciones, las pensamos y
repensamos y, finalmente, intentamos transformarlas en problemas históricos: es decir, en preguntas más elaboradas que
nos sirvan de guía para buscar en el inmenso y caótico territorio del pasado algunas claves y respuestas sobre el mundo en
que vivimos.
La mejor forma de acercarse al pasado es tratando de ser conscientes de al menos algunos de estos interrogantes que nos
guían. Las lecturas propuestas nos acercarán a los recorridos biográficos de algunos historiadores, con la intención de que
empecemos a sumergirnos en sus contextos de producción y en las influencias sociales, políticas y académicas que han
tenido. También intentarán sugerir que no somos solamente los historiadores quienes nos aventuramos en el pasado:
escritores, artistas, ciudadanos comunes, militantes políticos también lo hacen. Sin embargo, los historiadores acuerdan
ciertas reglas que hacen a la forma en que interrogan al pasado y extraen respuestas de él y que llevaron a constituir a la
historia en una disciplina profesional específica y al conocimiento histórico en una forma bien delimitada de conocimiento
sobre el pasado que se produce en los institutos de investigación, se enseña en las escuelas, se aprende en las universidades.
Proponemos entonces un primer ejercicio de reflexión sobre nuestras experiencias individuales, los contextos históricos y
sociales en que éstas toman forma y los modos en que ambos repercuten en nuestras miradas sobre la historia en general.
Les proponemos interpelar sus propios pasados: qué los ha marcado, a quienes reconocen como sus maestros, qué lecturas
los han conmovido, por qué han decidido estudiar historia, cuáles son los aspectos de la historia que más los atraen y por
qué. Ésta es una manera de empezar a hacer explícitos sus propios interrogantes, para reforzarlos con nuevas inquietudes y
razones o para modificarlos o encontrar otros nuevos y mejores, ya que estos interrogantes motivarán sus recorridos por la
carrera y su futuro como investigadores o profesores de historia.

Martes
- Soriano, Osvaldo. Cuentos de los años felices. Buenos Aires, Sudamericana, 1993. Relato “Aquel peronismo de juguete”.

Miércoles
- Hobsbawm, Eric. La era del imperio, 1875-1914. Buenos Aires, Crítica, 2007 (1987). Introducción.

Jueves
- Goldman, Noemí y Terán, Oscar. “Entrevista a Roger Chartier”. Revista Ciencia Hoy, Vol. 6, Nº 31.
- Garguín, Enrique; Ramírez, Ana Julia y Sorgentini, Hernán. “´La historia no perdió dirección: tiene cincuenta direcciones´.
Entrevista a Daniel James”. Cuadernos del CISH 2004, N° 15-16.
Soriano, Osvaldo. “Aquel peronismo de juguete”. En Cuentos de los años felices. Buenos Aires, Sudamericana,
1993.

Para comenzar con estas reflexiones, les pedimos que lean el relato de Osvaldo Soriano, “Aquel peronismo de juguete”. Si no
saben quién fue Soriano, busquen alguna información sobre el autor, o coméntenlo en clase junto a sus profesores y
compañeros.
Una vez hecha la lectura, habrán podido observar que éste es un texto que combina, a su modo, cuestiones vinculadas a la
historia personal con otras de la historia en un sentido más general, colectivo. Veamos de qué modo lo hace:

1. ¿Podríamos decir que se trata de un texto escrito por un historiador? ¿Por qué? Justifiquen sus respuestas.

2. Si fuese un historiador quien lo leyera, desde la perspectiva de la historiografía, ¿cuáles son las referencias explícitas
en el relato, o las que pueden inferirse a partir de lo allí expresado, que al historiador podrían interesarle? Marquen
o anoten algunas y fundamenten por qué las eligieron.

3. Más allá de sus respuestas a las consignas anteriores, habrán notado y comentado que Soriano construye una voz,
un narrador, que elige presentar ciertos hechos de la historia política “filtrados” a partir de los recuerdos de la
infancia: en ningún momento se plantea un relato más allá de lo que puede reconstruir la propia memoria, es decir,
del elemento autobiográfico. Y esto es así aunque esa historia incluya anécdotas, reflexiones y juicios en los que lo
subjetivo se entrelaza con aspectos significativos de la historia colectiva. Les pedimos que transcriban un breve
pasaje del relato que dé cuenta de esa característica, y que expliquen en unas líneas por qué lo han elegido, cuáles
son las expresiones que les permiten justificar la elección realizada.

4. A partir de lo que han escrito, piensen una o dos preguntas que podría plantearse ustedes como historiadores sobre
la época en que se sitúa el relato y traten de explicar por qué estas preguntas les parecen importantes.
Hobsbawm, Eric. “Introducción”. La era del imperio (1875-1914). Buenos Aires, Crítica, 2007.

Les presentamos ahora un segundo texto en el que lo individual y lo colectivo aparecen imbricados: se trata de la
“Introducción” al libro La era del imperio, de Eric Hobsbawm.

1. Tal como lo hicieron en el caso anterior, consignen si este texto puede ser un texto historiográfico, y justifiquen
brevemente su respuesta (una pregunta útil en este sentido puede ser “¿de qué trata este texto?”, o bien “¿qué se propone
Hobsbawm lograr con él?”).

2. Para abundar en la justificación, noten que, al comienzo, el autor usa la tercera persona para referirse a su historia
personal (que en este caso es la de sus antepasados inmediatos antes que la propia). ¿Qué significa? ¿Es esto un relato como
lo es el de Soriano? ¿De qué manera se entrelazan lo colectivo y lo individual y, por decirlo en forma esquemática, cuál de
esos planos adquiere mayor significación en la perspectiva y la escritura de Hobsbawm? Señalen algún pasaje que dé cuenta
de su respuesta.

3. En la página 10 el autor sugiere que el encuentro que posibilita la conformación de su familia se debe, antes que a
cualquier otro factor (como podría serlo, supongamos, el extraordinario atractivo que la madre de Hobsbawm tenía a los
ojos de su padre, o al revés) a una razón que excedía la subjetividad de sus progenitores, y que el lector “debería ser capaz
de descubrir la causa”. ¿Qué sentido tiene este pasaje y qué tipo de lector está suponiendo?

4. Avanzar en el análisis del texto de Hobsbawm nos puede permitir comprender algo más sobre el texto de Soriano, ya que
nos ayuda a fundamentar un hecho que cualquier lector podría reconocer intuitivamente: el hecho de que el relato de
Soriano no pertenece ni puede pertenecer a la historiografía. Refieran de qué manera el autor caracteriza la infancia, sobre
todo, en relación con la distinción conceptual entre “historia” y “memoria” que plantea (para precisar el alcance de cada uno
de estos conceptos, pueden releer el primer epígrafe). Vean si en el texto de Soriano pueden rastrear alguna distinción
conceptual de esta índole, y comenten el resultado de la búsqueda.

5. En vinculación con la consigna anterior, expliquen por qué el autor dice que la relación que puede establecer en 1987 –
momento de publicación del texto- con ese período del pasado que denomina “la era del imperio” es diferente a la que
pudiera establecer con una época más remota, pero que lo es no sólo en un sentido personal sino también “de forma más
impersonal” (o, podríamos decir, colectiva). Para responder a esta consigna, además de considerar el texto en su totalidad,
pueden detenerse en el segundo de los epígrafes utilizados. También en la siguiente afirmación: “En efecto, es todavía parte
de nosotros, pero ya queda fuera de nuestro alcance personal. Es como esos abigarrados mapas antiguos llenos de perfiles
poco fiables y espacios en blanco, enmarcados por monstruos y símbolos” (p. 13).

¿Qué consecuencias tiene esto para la tarea del historiador? ¿Qué restricciones le impone y qué sostiene Hobsbawm que se
precisa para sortear tales restricciones? En relación con esto, ¿por qué –a pesar de estas dificultades- el período en cuestión
merece ser estudiado? Dicho de otro modo: ¿cómo justifica Hobsbawn el recorte temporal (1875-1914) que aparece en el
título de su obra delimitando “la era del imperio”?

6. El texto que han leído es la Introducción a un libro que trata sobre la historia del imperio. A partir de la distintas
estrategias que tomó el autor para presentar el libro –las relaciones entre la historia personal y la historia colectiva, las
particularidades del período temporal que va tratar, etc.- han ido apareciendo algunas de las cuestiones y temas
fundamentales que se tratarán en los capítulos siguientes. Podrían identificar los pasajes del texto en el que el autor va
señalando cuales son estas cuestiones fundamentales. Traten de pensar cuales podrían ser los títulos de algunos de los
capítulos del libro –es decir, algunas pistas más concretas de qué pueden encontrar ustedes en él-.

Lo trabajado hasta aquí nos permite pensar que, si bien Soriano y Hobsbawm son autores reconocidos, legitimados
respectivamente en el ámbito de la literatura y de la historiografía, las experiencias y recuerdos en las que se conjugan lo
individual y lo colectivo –que están en el origen de ambos textos, y adquieren en cada uno distinta forma y significación- no
son ajenas a ninguno de nosotros. Les proponemos entonces que sean ustedes ahora los que se conviertan en autores (en
principio, serán más “narradores” que “historiadores”). Deberán seleccionar un hecho o proceso histórico que haya sucedido
durante sus infancias, y narrarlo. Pueden darle a la narración el estilo que ustedes prefieran, aunque tal vez, en principio. sea
más sencillo tomar una estrategia similar a la de Soriano. El texto deberá cumplir con estos tres requisitos: el hecho o
proceso tendrá que ser socialmente significativo; tendrá que haberlos afectado de algún modo en su subjetividad y eso se
evidenciará en la escritura; tendrá que ser expresado en un relato o ensayo cuya extensión será breve (no más de dos
carillas).

A partir del ensayo que han escrito, traten de pensar una o dos preguntas que podría plantearse un historiador sobre la
época en que se sitúa el relato o, tal vez, sobre una época anterior que sirva para explicar alguna de las cuestiones que
aparecen en él. Pueden revisar las entrevistas a los historiadores en las que ellos hablan de cómo algunas experiencias de
sus historias personales los motivaron a “explorar” algunos aspectos del pasado.
Goldman, Noemí y Terán, Oscar. “Entrevista a Roger Chartier”. Revista Ciencia Hoy, Vol. 6, Nº 31.

Garguín, Enrique; Ramírez, Ana Julia y Sorgentini, Hernán. “´La historia no perdió dirección: tiene cincuenta
direcciones´. Entrevista a Daniel James”. Cuadernos del CISH 2004, N° 15-16.

Les proponemos la lectura de estas entrevistas a partir de las discusiones sobre lo autobiográfico, las influencias y
las preguntas históricas trabajadas en los días previos.
Revista de Divulgación Científica y Tecnológica de la
Asociación Ciencia Hoy

ENTREVISTA

ENTREVISTA A ROGER CHARTIER

NOEMÍ GOLDMAN y OSCAR TERÁN


Instituto Ravignani, FFYL (UBA)

Roger Chartier es un prestigioso historiador francés, director de estudios


en l'École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, director del
centro Alexandre Koyré y autor de numerosos libros, entre ellos (en
versión española): El mundo como representación, Libros, lecturas y
lectores en la Edad Moderna y El orden de los libros. Visitó Buenos Aires
en septiembre de l 994, invitado por el Instituto Ravignani y el
departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, en el marco
del convenio de cooperación científica entre la Universidad de Buenos
Aires y l'École.

Para empezar nos interesa conocer brevemente su trayectoria


intelectual: ¿qué pasos, qué influencias, qué ideologías, qué
adscripciones político-intelectuales han contribuidoa su formación?

Nací en Lyon en 1945. Mi formación intelectual fue en el ámbito de la


llamada escuela de los Annales, de los años sesenta. El primer trabajo
que realicé estaba dedicado a la Academia de Lyon en el siglo XVIII: a la
masonería, a las sociedades literarias y a las bibliotecas. Fue publicado en En los últimos años se ha hablado de tiempos de incertidumbre y de
1969 bajo la dirección de Daniel Roche. Un segundo historiador momento crítico para la historia. ¿Cuáles son los desafíos que se le
importante para mi formación fue Denis Richet, conocido por un pequeño presentan hoy al historiador?
pero maravilloso libro sobre las instituciones del Antiguo Régimen.
Constituyó este el momento en que surgieron nuevas formas de entender Creo que el principal se vincula con que se ha puesto en evidencia que su
la historia cultural, las que, apoyadas en cifras y en series, intentaban discurso, de cualquier forma que se presente, pertenece a la clase de los
comprender las discrepancias socioculturales a partir de indicadores relatos. Los relatos de historia y los de ficción emplean las mismas
medibles estadísticamente (por ejemplo, las tasas de alfabetización) matrices, las mismas fórmulas y las mismas figuras. Aun cuando el
histórico se sirva de series estadísticas, sigue dependiendo de categorías
Entre 1969 y 1976 fui asistente, el primer grado del mundo académico, en que comparte con el de ficción: por ejemplo, en la manera de hacer actuar
la Sorbona. Fue un período muy agradable, que recuerdo con felicidad. En a los personajes - ya sean individuos de carne y hueso o entidades
1984 obtuve la designación de director de estudios en el centro de abstractas -, en la manera de construir la temporalidad histórica o en la
investigaciones históricas de I’École des Hautes Études en Sciences concepción de las relaciones de causalidad.
Sociales de París. Una de las cosas más importantes de estos años fue la
posibilidad de encuentro y discusión con colegas extranjeros, que Esta conciencia aguda de la dimensión narrativa de toda escritura
promovió la crítica de la historia cultural tal como se la practicaba en ese histórica, cualquiera que sea, pone ante un serio desafío a todos los que
momento (puedo citar, como ejemplo, la relación de amistad y de rechazan la posición relativista, que sólo ve en la historia un libre juego de
intercambio que, desde 1974 y hasta hoy, me une con el historiador figuras retóricas, una modalidad, entre otras, de la fabricación de
Robert Darnton). ficciones. El desafío es de una gravedad particular en un tiempo - el
nuestro - en el que las fuertes aspiraciones y tendencias a realizar
A partir de estos encuentros se fue produciendo una evolución, historias comunitarias, de identidades, corren el riesgo de anular toda
compartida con historiadores de diversas generaciones, desde una distinción entre un saber controlado, universalmente aceptado, y las
historia que buscaba una lectura más científica del pasado, mediante reconstrucciones míticas de pasados imaginarios.
series estadísticas basadas en la cuantificación de los fenómenos
culturales, a una historia que ha reintroducido otro tipo de cuestiones; por Recordando que la historia está guiada por una intención y un principio de
ejemplo, las relacionadas con la circulación del escrito impreso y las verdad, y que el pasado, que constituye su objeto, puede ser
prácticas de lectura. Esta nueva perspectiva necesita de otro tipo de objetivamente conocido gracias a la correcta aplicación de técnicas y de
fuentes, no cuantitativas, que vuelven a colocar la singularidad de los criterios del método critico, ¿es posible enfrentar lo anterior? No lo creo,
individuos o de las comunidades en los modelos globales. desde el momento en que el saber histórico ya no puede ser concebido
como una simple adecuación entre un objeto (el pasado) y un discurso (el
Mi campo de investigación fue, al principio, la historia de las formas de del historiador). Es necesario realizar hoy una refundación más radical del
sociabilidad y de la educación, pero focalicé luego mi atención en la status del conocimiento de la historia, efectuada de tal manera que, sin
relación entre los textos y los lectores, en una forma de historia del libro. abandonar en absoluto las exigencias y las disciplinas del ejercicio crítico,
Paralelamente a este trabajo con objetos, con campos precisos de plantee claramente las condiciones en las cuales un discurso histórico -
investigación, he sostenido un diálogo con otras disciplinas, como la que constituye siempre un conocimiento a partir de huellas e indicios -
filosofía y la historia literaria. Y con autores importantes para los puede tener como válida, explicativa y coherente la reconstrucción del
historiadores, aunque no sean historiadores en la definición clásica, pasado que propone.
académica, de la palabra, como Michel Foucault o Michel de Certeau.
Allí hay, a mi entender una tarea difícil pero urgente, si queremos resistir de la o, más bien, de las lecturas. La historia del libro, mudada en historia
al doble peligro - mortal para la disciplina - de, por una parte, la disolución de la lectura, se esforzó por restituir las formas contrastadas con que
del saber histórico en una forma de ficción y por la otra, su confusión con lectores diferentes aprehendían, manejaban y se apropiaban de los textos
el mito y la memoria al servicio de necesidades y aspiraciones de contenidos en el libro.
comunidades nacionales, étnicas, religiosas u otras.
Hoy es posible agrupar en una trama común, al conjunto de los estudios
En sus investigaciones sobre las prácticas de producción, particulares que vinculan la historia del libro con la lectura, como la
circulación y lectura de libros en las sociedades del Antiguo localización en una sociedad dada de la oposición entre lectura oral - por
Régimen, ¿cómo estableció el vínculo entre la historia del libro y la necesidad o por convención – y lectura en silencio: o la caracterización de
historia de la lectura? una revolución de la lectura en el siglo XVIII, o la identificación , en el siglo
XIX, de nuevos públicos de lectores: las mujeres, los niños, los obreros.
La historia del libro constituye, hoy, uno de los dominios mayores de la Concebida de esta manera, la historia de la lectura puede volver a
historia cultural, que supo definir sus propios objetos: las coyunturas de la considerar grandes problemas clásicos. Por ejemplo, la aparición de un
producción impresa, la sociedad de los gens du Iivre, las estrategias nuevo espacio público en el siglo XVIII. Siguiendo a Kant, puede definirse
editoriales, la desigual posesión del libro en una sociedad determinada, como un espacio de debate y de crítica en el que las personas privadas
etc. Supo, asimismo, inventar sus fuentes y utilizar en su provecho los hacen uso público de su razón, con total libertad y cualquiera sea su
archivos administrativos, notariales o judiciales, y apoyar sus métodos de condición. Esta esfera pública política, aparecida primero en Inglaterra y
investigación sobre los modos clásicos de la historia social y económica. luego en Francia y el resto del continente, se desarrolló en el marco de
Las resultados fueron considerables. De ello da testimonio no sólo la nuevas formas de sociabilidad (salones, clubes, logias, sociedades
multiplicación de estudios monográficos sino, también, la realización de literarias) pero sólo fue hecha posible por la circulación del escrito
grandes empresas colectivas, como L'Histoire de l'édition francaise o, impreso.
actualmente, las historias del libro, de la edición y de las librerías, que se
realizan en Inglaterra, los Estados Unidos, los Países Bajos y Alemania
(se esperan proyectos similares en Italia, España, México y la Argentina).

Sin embargo, en Francia la historia del libro seguía dependiendo de la


más antigua historia literaria, que trata el texto como una abstracción,
coma algo existente fuera de las objetos escritos, como el mismo libro. La
lectura, a su vez, fue considerada como un proceso universal, sin
variaciones históricas pertinentes. Pero los textos no se han depositado en
los libros como en simples receptáculos.

Todas esas investigaciones y empresas no lograban responder a una


cuestión esencial: ¿qué hacían los lectores con los libros que compraban,
leían y manipulaban? Cada lector cada comunidad de lectura tiene sus
propios modos de leer sus usos del libro, sus maneras de interpretar y de
apropiarse de los textos. ¿Cómo reconstruirlos? A partir de este
interrogante, la historia del libro se fue convirtiendo, también, en la historia
Semana 2. Los temas y las fuentes históricas.

Las preguntas generan la preocupación por algunos problemas históricos específicos. Para intentar abordar esos problemas,
los historiadores delimitan un tema a explorar y emprenden un trabajo de búsqueda de fuentes históricas que les
proporcionarán información sobre ese tema. La opción por trabajar con unas fuentes y no otras tiene que ver muchas veces
con la manera en que definimos un tema, con las opciones político-metodológicas que tomamos, pero también con el azar y
con decisiones que otros han tomado en el pasado -es decir, con qué rastros y vestigios del pasado que queremos
reconstruir se han conservado-. Por otra parte, una cuestión igualmente fundamental es cómo leemos esas fuentes, como
las aprovechamos de la mejor manera posible para que nos informen sobre lo que queremos saber. Esto requiere que
despleguemos nuestra imaginación, pero también que podamos distanciarnos de algunos de nuestros preconceptos o
prejuicios, de modo que el pasado pueda decirnos todo lo que nos puede decir. Todo esto ha sido profundamente
reflexionado por la comunidad de historiadores al menos desde la mitad del siglo XX.
En esta semana los convocamos a identificar algunas de las posibilidades de las que se han valido algunos historiadores en
sus trabajos. A partir de lecturas provenientes de distintas áreas de estudio, analizaremos qué quieren hacer estos
historiadores cuando se aventuran en el pasado y cómo lo hacen. Apuntaremos a analizar las fuentes que ellos utilizan en la
investigación de problemáticas específicas y reflexionaremos sobre la potencialidad de cada una de ellas para iluminar
variados aspectos de la vida histórica. También será una primera oportunidad para valorar un trabajo histórico: reconocer
sus méritos, sus limitaciones, pensar que nos convence y que nos genera dudas sobre sus conclusiones.
Lunes
- Stern, Steve. La Historia secreta del género. México, Fondo de Cultura Económica, 1999. Cap. 1 "Invitación a los lectores".
pp. 17-26.

Miércoles
Reichardt, Rolf. La Revolución Francesa y la cultura democrática. La sangre de la libertad. Madrid, Siglo XXI, 2002 (1998).
Apartado “La revolución publicística: ojo y voz del pueblo”

Jueves
Levin, Florencia. “De matones, represores y miembros de la pesada en el humor gráfico del diario Clarín – Argentina 1973-
1983”. Revista Académica de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social. Diálogos de la
Comunicación N° 78. Enero-Julio 2009.
Stern, Steve. Historia secreta del género. Mujeres, hombres y poder en México en las postrimerías del período
colonial. México, Fondo de Cultura Económica, 1999. Cap. 1 “Invitación a los lectores. Historia de una familia”.

El texto del historiador Steve Stern nos introduce en un mundo que percibimos como muy distinto del nuestro, en virtud de
la distancia histórica y cultural con los hechos que llaman su atención como investigador. Escuetamente, podríamos decir
que se trata de un “mundo” en cuya dinámica cultural coexisten, por un lado, la racionalidad de la justicia colonial y, por el
otro, la racionalidad propia de la organización de las comunidades indígenas en la región de Morelos, en México, a
comienzos del Siglo XIX. Es a partir de esa perspectiva que Stern puede recortar una problemática y un objeto de estudio en
los que un hecho que no tiene en sí mismo nada de “extraordinario”, se vuelve sin embargo relevante para el historiador por
las tensiones y conflictos sociales más amplios que puede contribuir a desplegar para su investigación.

Para poder investigarlos, fue necesario para Stern contar con fuentes que dieran cuenta de la existencia del hecho,
primero, y luego y hasta cierto punto, de sus características (es decir, de la manera como ocurrió, de sus consecuencias, de
su significado desde el punto de vista social y cultural).

• Las fuentes

1) Luego de leer detenidamente el texto, precisen en primer lugar cuál es el hecho que ocupa la atención de este primer
capítulo del libro de Stern. Inmediatamente, señalen cuáles son las fuentes de que el autor se vale para poder referirse a
este hecho. El primer paso necesario es distinguir entre fuente histórica y bibliografía consultada por el historiador (o sea
que los estudios citados en las notas al pie, como los de Foucault, Rosaldo, Hartmann y varios más, no constituyen fuentes
históricas). Para considerar las fuentes, guíense por estas preguntas:
1.a) ¿Se trata de fuentes escritas, textuales? De ser así, ¿qué clase de textos son, de dónde provienen? Las respuestas a estas
preguntas, ¿aparecen explicitadas en el capítulo de Stern? ¿Hay alguna consideración sobre el proceso de búsqueda, la
metodología empleada para obtenerlas?

1.b) Luego, ¿cuál es la presencia “material” de las fuentes en el texto? Con esto queremos decir, ¿aparecen textos citados
íntegramente o parcialmente? ¿aparecen, por el contrario, referidos pero no citados?

Con las consignas anteriores queremos seguir advirtiendo sobre el hecho de que para el historiador las fuentes son
importantes. Pero no sólo para el historiador que las utiliza en una investigación, sino para quien lee esa investigación con
perspectiva historiográfica. Esto es que, como lectores-historiadores, necesitamos para este texto o para cualquier otro
poder conjeturar, identificar y referir las fuentes utilizadas, como condición indispensable para interpretar, valorar,
corroborar o discutir el alcance o significación de una investigación histórica. Además, el hecho de plantearnos y poder
establecer de qué manera y en qué grado están presentes, no sólo ayuda a determinar la índole de la fuente sino el uso que
se ha hecho de ella, con qué perspectiva se la ha abordado (lo que, por supuesto, también es muy importante para el
análisis).

• El uso de las fuentes

2) ¿Cuál es la problemática que el autor quiere recortar? ¿Por qué creen que le puede parecer relevante como problema y
en qué sentido sus fuentes aportan al estudio de ese problema? En las consignas siguientes seguiremos profundizando esta
cuestión.

3) El autor explicita que en la historia de María Teresa y José Marcelino, más allá de la tragedia familiar, hay sentidos que
conectan el ámbito de lo privado y el de lo público. ¿Por qué afirma esto, en qué sentidos se entrelazan esos dos planos?
4) Entre otras cuestiones posibles de establecer, sin duda que la noción de comunidad está presente en esa conjunción, al
menos en la perspectiva del autor. ¿Cómo caracterizarían brevemente a esa comunidad a partir de la lectura del texto?
¿Qué problemáticas creen que el autor encuentra a partir de allí, qué tensiones atraviesan la vida de esa comunidad y,
finalmente, por qué pueden ser relevantes a pesar de la distancia temporal y cultural que nos separa de ese grupo social que
habitó la región de Morelos hace dos siglos?

5) Ahora, detengámonos en la forma que tiene Stern de presentarnos su estudio, las conclusiones finales o parciales de su
investigación. No olvidemos que se trata de un primer capítulo, una introducción, de un libro completo que no hemos leído.
Teniendo en cuenta eso, es sin embargo posible pensar algunas cosas:

5.a) ¿Por qué creen que el capítulo se titula “Invitación a los lectores”? Luego busquen y señalen en el texto cuáles son los
pasajes que se relacionan con dicho título y le prestan coherencia (es decir, señalen dónde, cómo y por qué Stern está
“invitando” al lector)

5.b) ¿A qué creen que el autor nos está “invitando”? Por lo que dice otro de los paratextos (que aparece sobre el margen
superior) nos invita a realizar cierto “viaje”. Como desde ya esto no es literal, procuren despejar la metáfora y explicar en
qué consistiría este “viaje”, relacionándolo con la problemática abordada.

5.c) Esa forma de introducirnos en su estudio, está relacionada con el estilo de escritura empleado por Stern en todo el
capítulo. Por ello, está íntimamente ligada con el uso que decide hacer de sus fuentes. Discutan en grupos y anoten cómo
caracterizan a esa escritura y el trabajo sobre las fuentes que ella evidencia (si hay un uso más literal o más distanciado, por
ejemplo, y a qué puede deberse una cosa u otra). Comparen lo que han anotado en los diferentes grupos.
6) El historiador Emir Reitano, docente de esta Facultad, ha investigado sobre el uso de las fuentes judiciales en los estudios
historiográficos en un artículo titulado “La microhistoria y las fuentes judiciales”. Si desean leer este trabajo, lo encontrarán
en el Anexo del Cuadernillo. Al comienzo del tercer apartado de este artículo, Reitano expresa:

“Las fuentes judiciales evocan el conflicto. Por ello resultan sumamente elocuentes para descubrir un mundo de
valores […] Al ventilar sus discrepancias ante la justicia los litigantes o sus letrados desnudan de manera
indirecta el marco normativo que ha sido quebrado, el orden anhelado, las pautas del equilibrio y del consenso
perdido.”

Reflexionen sobre el sentido de este pasaje, para luego retomar el texto de Stern. Elaboren de manera individual un escrito
de 20 a 30 líneas, en el que argumenten si el capítulo de Stern puede servir como ejemplo y justificación de lo expresado en
el párrafo citado, o no (para poder argumentar esta cuestión, obviamente deberán volver a considerar lo trabajado en las
consignas anteriores en relación con lo público y lo privado, la índole y uso de las fuentes, la problemática en torno a una
determinada comunidad y más allá de la misma). Puede ser útil para justificar su posición que citen uno o dos pasajes del
texto de Stern que resulten significativos y sirvan para sostenerla.
Reichardt, Rolf. La Revolución Francesa y la cultura democrática. La sangre de la libertad. Madrid, Siglo XXI,
2001. Apartado “La revolución publicística: ojo y voz del pueblo”

Este capitulo del libro de Reichardt sobre la revolución francesa aborda un aspecto particular del período revolucionario que,
a la vez, permite iluminar muchos aspectos de la revolución.

1.a) Luego de haber leído el texto, traten de precisar cuál es el tema. Presten atención a cómo ese tema se va presentando
en las distintas secciones del capítulo.

1.b) Ahora analizaremos a qué tipo de fuentes recurre el autor para relevar información sobre su tema y cómo las utiliza
para desarrollar sus argumentos.
Por ejemplo, en la página 199, el autor señala que “los panfletos revolucionarios tratan de acercarse al pueblo utilizando los
medios estilísticos de genre poissard, es decir el lenguaje de los mercados parisienses y las crudas escenas de los teatros de
feria, con sus tipos populares (…)”. De esta afirmación podemos extraer que el autor utiliza en su investigación un tipo de
fuente específica, los “panfletos revolucionarios”, pero, a la vez, que el estilo y las formas del lenguaje de estos panfletos le
dan pistas que van más allá de lo que estrictamente “dicen” los panfletos. De algún modo, más allá de lo que “dicen”
literalmente los panfletos –por ejemplo, los posicionamientos que toman frente a un determinado hecho político-, la forma
en que están escritos y son leídos, su formato y usos del lenguaje nos “dicen” –tal vez más indirectamente- otras cosas. Si
seguimos leyendo las consideraciones que hace Reichardt sobre estos panfletos, encontraremos que tal vez nos den
información de cómo y dónde fueron surgiendo algunas ideas que aparecen en ellos, de quiénes los leían, cómo los tomaban
y qué sentidos les daban, de qué impacto tuvieron. Para los historiadores, esta inscripción de las fuentes en varios contextos
–los usos del lenguaje con el que son producidas, los distintos caminos por los que transmitieron un mensaje en aquel
momento, los alcances y limitaciones en el impacto de determinados textos que circulan- son a veces tanto o más
importantes que el “qué dice” la fuente.
Traten de realizar, por un lado, una lista de las fuentes que el autor utiliza para desarrollar este tema. Por otra parte, tomen
nota de aquellos elementos “adyacentes” a las fuentes que son importantes para entender su significación y expliquen por
qué lo son.
1.c) Como conclusión de este punto, traten de precisar los distintos sentidos en que las fuentes que utiliza el autor con
significativas. Esto requiere considerar de qué manera usa el autor las fuentes, cómo las combina, qué explicaciones da para
demostrar su capacidad de iluminar aspectos del pasado, cuál es su pertinencia en relación con el tema que el autor está
tratando y el argumento que sostiene.

2) En general, asociamos la idea de revolución con la idea de cambio. Durante la revolución francesa se produjeron cambios
importantísimos que tuvieron consecuencias en Francia y más allá. Muchos de esto cambios –como la abolición del
feudalismo, la supresión de la tortura o la primera Declaración de Derechos del Hombre- tal vez sean familiares para ustedes
por lo que han estudiado en la escuela o por referencias bastante presentes en el discurso público.
El texto de Reichardt, sin embargo, no se concentra en estos cambios. A partir de delimitar un tema específico, logra
observar otros cambios también muy significativos, como “revoluciones dentro de la revolución”.
Por ejemplo, en la página 198, Reichardt señala: “La libertad de prensa revolucionaria para una opinión pública política más
amplia y democrática significa el hundimiento del viejo sistema de privilegios en la producción editorial y bibliográfica y, en
consecuencia, la quiebra de las empresas tradicionales. En su lugar aparece una multiplicidad de pequeños productores,
constituida por maestros impresores con ideas políticas y por oficiales de imprenta parisienses independizados”. Si seguimos
leyendo sus consideraciones sobre el cambio que introdujo la libertad de prensa, observamos que Reichardt lo relaciona con
la aparición de nuevos formatos de libros y nuevos usos del lenguaje, y que todo esto lleva al autor a sostener que se
produjo “una “toma de la palabra plebeya” de índole totalmente nueva”.
Repasen nuevamente el texto y armen una lista de cuáles son los cambios que encuentra Reichardt y cómo establece su
significación. En este punto, pueden ayudarlos algunas de las periodizaciones que hace el autor.

Luego, discutan: ¿qué nos dicen estos cambios sobre la revolución? ¿Qué aspectos en los que tal vez no se habían puesto a
pensar en los acercamientos que tuvieron previamente a la Revolución Francesa descubrieron a partir de la lectura de este
texto? ¿En qué sentidos les parece que la historia que cuenta Reichardt puede tener resonancias en el presente?
tró de los archienemigos de Chérest, que dirige el gobierno
el distrito .
.' 'Así pues, el principio electoral introducido por la Revolu-
ción ayuda a un funcionario ambicioso, que, en 1789, ve obs-
-.iaculizado su ascenso social por los notables de nacimiento,
i:a1canzar durante algún tiempo influencia decisiva a través
.de los nuevos cargos electivos. El hecho de que Chérest tenga
no obstante que aceptar una serie de interrupciones en su
carrera depende en parte de sus rivales, pero también de que
él no siempre se atiene a las nuevas reglas democráticas del
juego y recurre a la violencia. Pero aprende rápidamente a
'utilizar para sus fines las instituciones revolucionarias, desde
la elección, pasando por la petición, hasta la acción judicial
~io.. administrativ.a. Esto no significa que haya interiorizado de in-

~i,~; mediato los nuevos principios del Estado de Derecho y de la


Hl. democracia. Más bien, se sirve de ellos como medios de poder
:~,' y: exhorta constantemente a sus oponentes para que los res-
:~~? peten (recurre a los tribunales casi siempre que pierde una
.;;¿: elección), mientras que, a su vez, se los salta de acuerdo con
:~!' SUS necesidades. Sin embargo, en la medida en que va aban-
.~~;,donado cada vez más el empleo de la fuerza bruta y siguiendo
. <";, el camino del Derecho y en que intenta conseguir su ascenso
:-::.'-a través de las elecciones, contribuye, en última instancia, al
-" ejercicio de las prácticas democráticas en la provincia.

La Revolución Francesa supuso una ruptura de la cultura social


y política. En esa medida es su historia, en gran parte, una his-
~oriade los medios de comunicación social. f!:i~ron los sistemas
_sígnicos de los medios los que -expresado en términos de so-
ciología del conocimiento-- articularon, inculcaron e institucio-
J!.alizaron el nuevo «sentido» social. Dado que, además, cum-
plieron la función de hacer público el nu-evo «saber» con el
~
!!f.~

~
,,~ efecto social ~ás. amplio posible, la historia de la RevOlu6
Francesa es, aSimismo, parte de una historia de la comunicad
~o Napoleón pone fin a la Revolución, y no es la menos
díllp~rtante de sus de~isiones para ello someter la publ~~ís~ica
~~ !I0Y, los medios de aquel período -en primer lugar, los medi :~,un control desconocido hasta entonces. Reduce los penodlcos
Impresos- representan una fuente esencial que permite l qr ,,' lo un mínimo, vigila las tabernas, los cafés y los teatros con
t;;.\;;j
Yreconstruir el proceso histórico. En sus últimas consecuen .' [.¡ ~ sistema de espionaje. Tampoco es casualidad que Joseph
~jP J1;e: por tanto: la ~eyoluci1n_un acontece.r ,mediático que " ~uché, el «terrorista profesional», sea al principio uno de sus
toncamente solo eXistegracias a los medios transmitidos. ')j;:' lIlás importantes ministros.
íC~
El hecho de que constituyen una fuerza impulsora de, .' Típicos de la Revolución eran los medios impresos cer~a~?s
tW Revol~ción lo muestra ya una primera mirada a su cOyun" al pueblo, que constituyeron un imp?rt~nte factor de la ~pmlOn
lCfJV a medIO plazo. Preparada por la «politopornografía» de final ' 'blica política de nuevo cuño y ejercieron una esencial fun-
de la Ilustración, se hincha rápidamente la ola de hojasv' P~n de control democrático en vista de las limitaciones im-
;g landeras políticas desde febrero de 1787, con la reunión' ;uestas al principio electoral. y. ¡¡, )os propios revol~c.io~arios
~JP la primera asamblea de notables, reforzada por la competició . vieron en la «opinión pública» articulada en la pubhclstIca un
entre opiniones en torno a los Estados Generales. A esto vien cierto poder que, frente al legislativo y al ejecutivo, represen-
~g a. unirse, e.ntre 1789 y 1791, una explosión publicística bajo::e' t~ba de manera inmediata los intereses de la base: la función
~ signo dommante de un entusiasmo nacional por la libertad qu' principal de la prensa consiste ~n «dotar a la voz del pueblo
hace saltar todos los patrones de medida hasta entonces~";' d~'toda su fuerza para que éste pueda ejercer plenamente su
~ gentes. De modo paralelo al proceso de radicalización rey derecho de censura (son droit de censure), c!el que hasta ahora
~ lucionario, una creciente riada de publicaciones precede,dli.. 'ii'ci ha podido disfrutar. Tan sólo esta fuerza constituye la opi-
rante el verano de 1792, al asalto a las Tullerías del 10 d ~ión general, todopoderosa y siempre acertada; tan sólo ella
agost.o, sob~e.todo de memoriales republicanos que, desde todQ,~,¡I," puede ser ejercitada por el propio pueblo en su beneficio» tOJ.
el pals, se dlflgen a la Asamblea Nacional. Finalmente -desde',
I~ p~imavera hasta el otoño de 1793-, el predominio del m~
Vlmlento de los sans-culottes trae consigo el despliegue de una' Panfletos y periódicos: «un curso de moral y política
publicística revolucionaria radical, de carácter popular, a bas~ todo en uno»
de textos, imágenes y canciones. El Gobierno Revolucionario
de 1793-1794 recorta esta «proliferación lujuriante», censur~ La Revolución produjo en el curso de un decenio, probable-
las publicaciones de ambos extremos del espectro político'y' mente, mayor número de escritos impresos que todo el siglo
ejerce presión en favor de la ortodoxia jacobina: la publicística' que la precedió. Solamente el catálogo de la Bibliotheque Na-
revolucionaria libre tiende a convertirse en propaganda ceni' tional de París comprende 33.985 escritos de distintos autores,
t~aliza?a. El movimiento de retroceso que el proq:~Q .revolu'i además de otros 18.159 anónimos y 1.705 periódicos y alma-
clOnano sufre a raíz del 9 de Termindor, bajo el Directorio;' naques. Esta abundancia de fuentes, a la que hay que añadir
Qu~de reconocerse también en el hecho de que la publicística~~1*i,(I los voluminosos fondos de provincias, es tan imponente que
.a pesar .~e que duran,te. cierto tiempo impera de nuevo u~a-:t~,; hasta hoy no existe una visión panorámica medianamente com-
mayor libertad de oplmón, no vuelve a recuperar la espon'!~~:c: pleta, ni respecto a su distribución cronológica y espacial, ni
taneidad ni la intensidad que tuviera anteriormente. Por úl" ·:!iS sobre la parte que en ella corresponde a las distintas agru-
•.. , t ~~~~~~:':

4.y~
paciones políticas. Ello, no obstante, es posible gracias a una .", ..:Puy-de-Dóme se reúnen en Clermont-Ferrand en mayo de
serie de observaciones y constataciones de carácter general. i&tJ791 para elaborar un catecismo sobre los principios consti-
La libertad de prensa revolucionaria para una opinión pú- ~;.!.{t"1ucionalesrevolucionarios, dado a la imprenta y distribuirlo
blica política más amplia y democrática significa el hundimien- ..~~>;entre los campesinos en una especie de misión que recorre
. to del viejo sistema de privilegios en la producción editorial >fel país 104. El activista de la Revolución Poitevin, del suburbio
y bibliográfica y, en consecuencia, la quiebra de las empresas' -}1 parisino de Saint-Antoine, dedica a su sección de Montreuil,
tradicionales. En su lugar aparece una multiplicidad de peque- . -; •..·:el 8 de diciembre de 1793, un Catéchisme républicain que pre-
¡f,

ños productores; constituida por maestros impresores con ideas :''; .'senta los siete sacramentos revolucionarios. Entre otras cosas,
políticas y por oficiales de imprenta parisienses independiza- '~ éonvierte el bautismo en el 14 de julio, y el matrimonio, en
dos. En vez de libros gruesos y caros para elites culturales, / contrato social. Y el diputado de la Convención Charles Des-
imprimen casi exclusivamente pequeños escritos baratos para . grouas, terrateniente y presidente comunal electo de la peque-
un público más amplio .. Los autores de estos panfletos, cons- <.. ña villa de Mortagne, en el sur de Normandía, dirige a sus
tituidos la mayoría de las veces por un simple pliego de ocho :;,; conciudadanos, en 1794, una «Catequesis» en forma de pan-
. páginas,. son gente sencilla: artesanos, activistas locales de clu- '," peto en la que, en tono casi de lucha de clases, pide proceder
bes políticos y de las administraciones, indicadores de una «to- contra la «alta burguesía» y la «burguesía aristocrática», contra
ma de la palabra plebeya» de índole totalmente nueva. En ia los «modérés» y las <Jionnétes gens», para completar la Revo-
medida "en' que: tanto en sú forma de presentación co;;¡-o""en lución social de la «égalité» y la <<fratemité»105.
su lenguaje, estos textos se esfuerzan por mantenerse cercanos j¡ ~~egundo lugar, los panfletos revolucionarios tratan de
al pueblo -lo que suele ocurrir-, se sirven sobre todo de acercarse al pueblo utilizando los medios estilísticos del genre
dos medios: • poissard, es decir, el lenguaje de los mercados parisienses y
las crudas 'escenas de los teatros de feria, con sus tipos po-
Por una parte, echan mano de formas de adoctrinamiento pulares, ante todo el rudo Pere Duchesne, fumista de oficio
religioso y de la liturgia católica que son conocidas de antiguo, y, arrogante fumador de pipa. Tan sólo desde comienzos de
a las que transforman con el fin de que sirvan para fines po- 1789 hasta mediados de agosto de 1792 hay constancia de un
líticos. Ya los títulos que adoptan son del estilo de Litanies mínimo de trescientas impresiones monográficas de sesenta pe-
du Tiers Etat, Le gloria in excelsis du peuple, Le Confiteor de riódicos de este género, entre los que no se cuentan únicamente
l'Aristocratie, Le Pater des sans-culottes o Evangile de la Liberté. panfletos prorrevolucionarios, sino también contrarrevolucio-
Un cierto Collignon Dumont, lecteur public des sans-culottes narios. Al igual que las «liturgias» políticas, se sirven conscien-
reconocido por el Club de los Jacobinos de París, hace imprimir temente de formas consagradas con elfin de difundir con ma-
en el año II un Te Deum républicain en forma de cartel que yor facilidad entre la gente las nuevas opiniones y los nuevos
no sólo pega por las calles, sino que recita también en las plazas :valores. Y esta difusión tiene lugar también, no en menor me-
públicas. Estrechamente vinculados a las formas dialécticas del dida, en el medio propio de la cultura de la comunicación ple-
catolicismo se mantienen también una larga serie de catecismos .beya: las tabernas y bodegas, tal como observa en París, con
políticos: desde breviarios civiles sobre la nueva Constitución .tanta perspicacia como sorpresa, un crítico de la Revolución:
cleT19f;hasta los catones para los hijos de los sans-culottes. -<~ atardecer recorren los vendedores callejeros las tabernas
Así, delegados de doce clubes jacobinos del departamento de (cabarets) donde se reúne el pueblo, y comienzaü a pregonar
sus publicaciones. ~ie?tras que la mayoría de los parroqui' '. eñoras galantes, soldados y sacerdotes, reunidos en un cú-
parecen mostrarse IndIferentes, unos cuantos curiosos les " , ;s lo siempre pacífico y donde casi reina la mutua confianza;
pran algo. Uno de ellos lee en voz alta una o dos frasesii' '::os con la cabez~ levantada; todos con la mirada ávida be-
pa~fleto, y los que le. escuchan no tardan en acercarse. Sel) 5 biéndose el contemdo de los car~e~es, le~e~~o unas vec~s en
InVIta a un vaso de VInO,que paga el que está leyendo, o.'" :) z baja y otras en alta voz, emItIendo JUICIOSy debatiendo
conocidos. De esta sencilla manera se inflaman los ánimos~. ; respecto» 107. El publicista y observador de París Louis-Sé-
grupo: se desarrolla una discusión general, y se insuflan' bastien,Mercier confirma retrospectiva~ente: «En las tormen-
facilidad los principios jacobinos a las restantes personas» taS"de la Revolución, los carteles SustItu~en a las campan~s
''1 de rebato: provocan asambleas tumultuanas de grupos partI-
De entre la masa de los folletos revolucionarios, así co ' distas; inflaman las opiniones y ponen un hierro candente en
de entre la riada de leyes y decretos que casi anega las a la mano de todos sus redactores. Los anuncios en las paredes
ministraciones locales, son de destacar dos clases de textos comunicaban antes a la opinión pública, a lo sumo, la venta
pecialmente eficaces: potü'ri~tparte, los'discursos q'ue, por ID de fincas campestres [oO.]: hoy en día son un curso de moral,
~io de .la letra impresa, .lIegan a un público much~ mayor q política y literatura, todo ?n u~o» 108.. .. .,
~l de la Asamblea NaCIOnal y los clubes; por otra parte, 1 Sin duda, el medio mas efIcaz e InCISIVO de la RevoluclOn
carteles que dan a conocer públicamente las decisiones y 1 para la difusión de los textos es la prensa,. e~ la que, so?re
er~~l~~aci<:!n~s.más _importantes de los poderes públicos'! ' todo entre 1789 y 1792, se produce un creCImIento explOSIVO.
cales y departamentales. Así, en Toulouse se da' a 'co'nocer ". Esto puede decirse no sólo de la mera cantidad de periódicos,
comienzos" d~ 1793"el procedimiento para la forja de picas; que se sigue subvalorando y que sólo en París sube de golpe
en Lyon, la 1Jberaclon de los voluntarios en octubre de 1791 desde un solo periódico a más de trescientos, sino también en
o en Dieppe, el cambio revolucionario de los nombres de caUcl¡·i.,~: relación con su carácter. Los periódicos tienen mayor grado de
l.-

y plazas en junio de 1794, así como el anuncio de las fiestas~ti/ actualidad que en el Antiguo Régimen; ya no aparecen con pe-
en cualquier parte. Cuando el pedagogo alemán Joachim Hein~i1i" riodicidad mensual, sino, por regla general, semanal o diaria.
At
rich Campe llega a París en agosto de 1789 reconoce en s¿~~~': mismo'tiempo, tienen un carácter más político: el periodismo
guida la gran importancia didáctica masiva ~ue, para la acuJ;.!~~~;, . de opinión pasa de ser la excepción a ser la regla. Las tiradas
turación política de la gente sencilla, han adquirido los carteles::;;.:. aumentan, de los tres mil a cinco mil ejemplares que tiraba
pegados en las paredes, la sociabilidad espontánea de las calles~~i . el Mercure de France a finales del siglo XVIII,a los quince mil
~.la comunicación verbal y visual: «Lo primero que nos llarn~::rt'.. como mínimo de Révolutions de París. Con la mirada del com-
la:atené"ion, aparte de las muchedumbres que vagan de un lado ;*: petidor, Marat estima que el Pere Duchesne, de Hébert, del que
para otro, son los múltiples grupos de personas apiñadas [.:;};., el Gobierno adquiere veinte mil ejemplares adicionales para dis-
a los que vemos sobre todo delante de las casas cuyos muros tribuirlos entre las tropas revolucionarias con el fin de reforzar
aparecen llenos de carteles pegados. [...] Ante cada casa' en su moral, llega a tirar más de doscientos mil éjemplares. El au-
cuyas paredes se hayan pegado esas hojas de papel, que sOlÍ.t", mento de las tiradas hace que bajen de precio y se facilite el
grandes pliegos impresos con escritura de gran tamaño, puede acceso a estos medios, eue.~._l?~"p'e~.iódicos no se distribuy?n
verse a un público sumamente abigarrado y heterogéneo, for- ya únicamente mediante suscripción, sino que, cada vez mas,
mado por mozos de carga y elegantes caballeros, pescaderas ~?ueden comprarse en' la calle. Ya en agosto de 1789 observa
Campe, el peregrino de la libertad procedente de Braunschweig, ~~de la Revolución cercana al pueblo en el semanario de Marat,
cómo «las hojas volanderas y los prospectos del día [...] SOD "¡\tiüe cambia con frecuencia de cabecera, pero que llega a ser
voceados por cientos de vendedores que recorren las calles de .:~i:uriconcepto para sus coetáneos como el Ami du Peuple. Con
la ciudad,' y que no se limitan a dar a conocer con sus gritos I.,\:'sri estilo enfático imprime carácter al modelo del diálogo, tan
únicamente las cabeceras, sino también lo principal del con- ;.:~:. pronto amable, tan pronto preocupado, tan pronto e~ forma
tenido» 109. Con esta finalidad, Marat y Hébert, por ejemplo, '~Ldeáspera advertencia, que el periodista paternal mantiene tu-
:",','
'.: \ ..
..
,} .";.

resumen el contenido de los números de sus periódicos en la "',·teando con confianza al «pueblo». El periodista Marat, que
primera plana, 'en líneas titulares impresas a. tamaño mayor y 0:';( redacta totalmente en solitario su periódico desde 1789 hasta
que resultan fáciles de vocear. De hecho, en 1791, el ]ourruú . '~Ú93 se nresenta a sí mismo con especial eficacia como figura
du soir, de Etienne Feuillant, lo distribuyen y lo cantan, como :J Política ~rientadora, como «ojo del pueblo» siempre vigilan~
I entonces se decía, 180 vendedores callejeros lJD. :.: tel1l, que reconoce con perspicacia infalible todos los intentos
Una eficaz variante de este nuevo ámbito público de la pren- '::::'de'complot y los persigue con dureza carente de contempla-
s-?son los periódic;:osm.urales. Los Affiches de la Commune de ..: canes. A raíz de las matanzas en las prisiones de septiembre
POIis, que, desde mediados de Junio de 1793 hasta finales de' : . de 1792, resume su programa de manera lacónica: «Descubrir
marzo de 1794, se pegan a diario por toda la ciudad y se dis- .. las conspiraciones, desenmascarar a los traidores, defender los
tribuyen en las secciones de las sociedades populares, no son derechos del pueblo, informar de los trabajos de la Convención,
más que el ejemplo más famoso. Una labor de opinión pública proseguir el camino, recordar los principios a los miembros
revolucionaria radical comparable la realizan el Ami des cí- que se alejen de ellos, dedicar mi inteligencia a la nueva cons-
toyens, de Jean-Lambert Tallien; la Sentinelle, de lean-Baptiste titución que Francia debe tener. Tal es el objeto de este pe-
Louvet de Couvray; el Sans-culotte Observateur, del Club de . riódico» 112. Si estas publicaciones, que muchos clubes revolu-
los Cordeleros, y un periódico de provincias como la Sentinelle cionarios de provincias reciben con regularidad, se dirigen prin-
d'Autun, pero también un órgano contrarrevolucionario como Cipalmente al «pueblo;) urbano, sobre todo a los sans-culottes,
el Chant du Coq. Las palabras citadas de Mercier, según las hay otras que se dirigen a la población rural. La más eficaz
cuales los afiches son una especie de instrucción cívica con- e ilustradora es la Feuille villageoise. La funda en septiembre
tinuada, pueden aplicarse en medida destacada a estos perió- de 1792 el ex jesuita Joseph-Antoine-loachim Cérutti, llega a
dicos mural es. tener una tirada de quince mil ejemplares y se publica sema-
~ esto hay que añadir que la nueva prensa, más actual, po- nalmente hasta agosto de 1795. Dada la escasa capacidad de
litizada y democratizada --como los panfletos-, también «mi- lectura de los agricultores y trabájadores del campo, cuenta
. ti ra a la boca del pueblo» en cuanto a su lenguaje y a su estilo Conla función de mediación cultural de los instruidos locales:
\, \ .' de presen~ación. El famoso Pere Duchesne, de Hébert, acepta el párroco, el maestro de escuela y el terrateniente, que deben
r ' ¡,1, c,on astucIa la cultura del pueblo, utilizando como máscaras leer a sus «hijos» el periódico de la aldea ..De hecho, el Club
,1, ' fIguras populares, se dirige sin rodeos a los sans-culottes en de la Revolución del pueblecito de Aigues- Vives, junto aNimes
, \\' su crudo lenguaje y presenta su programa social revolucionario (departamento de Gard), se abona a un ejemplar más del «pe-
\ \. con el estilo del gendre poissard en diálogos, imágenes y escenas riódico de la aldea» para que un miembro del club lo lea en
teatrales llenas de intención. Aún más claramente se aprecia Vozalta los domingos en la plaza del mercado y se lo dé luego
el papel de vigilante extraparlamentario que tiene la prensa a los maestros.
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tt

• ~.4t ._.J!_
·\¡iJ
!'- Hay que valorar de manera especialmente alta el efect .- t s se cuentan en su segunda aparición-, los tres primeros
~ne .
J¡ij for~~dor d~ l~ ~rensa t~mbién por el hecho de que la ~ .
r~~
del Contrat social de Rousseau. TIenen acceso a las reu-
,
maClOn penodlstIca, debIdo a un «pacto de lector» im .. '. es que se celebran dos veces a la semana, todos los mlem-
~;¡1J , Dlon , ., , ti d P' ,
entre la r~dacc!ón y ~I público, se hace con vistas a la repetid' , '--:' s de los Jacobins y de las socletes frateme es e ans, aSI
.41 ':
, bro I'b
o los suscriptores de la Bouche de Fer (nueve I ros a tn- l'
y la persIstencIa, y tIene que ver en especial medida con' " m
,~ nueva sociabilidad democrática, con la práctica de la lec -
colectiva y de la lectura en público. Esto no ocurre únicame "
co tre). Asisten hombres y mujeres, sólo que deben sentarse
mes . . l'
ibunas separadas y no se permite a as mUjeres tomar a
l
~iW en t r l' , l
en el caso de ~os clubes revoluci~narios que ya hemos p' alabra. En comparación con otros clubes revo uClOnan~s, e
~:~ sentado en el ejemplo de los «AmIgos de la Constitución»'" . Pcara, cter especial del Cerc/e Social consiste en que las .reUnIones ,
Tulle, sino también con muchos círculos de lectores vecin~ . en como punto central conferencias sobre cuestIones teo-
;~;@ uen .d d d
de carácter informal. Lo mismo que en la capital provincial~i, ricas Y de principio de la política y la sacIe a , que pue en
-:.~ de Caen el estanquero Jean-Michel Barbot lee todos los díaS'f~ . cribirse como oradores desde activistas plebeyos de las sec-
--;'~ en vo~ alta, ~elante de su tienda de tabacos, artículos del:~~ d~nes hasta un 'filósofo como Condorcet (en la lista de ora-
Coumer des Departements, de Antoine-Joseph Gorsas, también-~<j dores hasta julio de 1791 figuran más de 130 «grandes nom-
..--~
~..J en París los vecinos de la casa núm. 255 de la Calle F~'{; bres») Y que los discursos se publican en la Bouche de Fer.
;j¡ sés-L'Auxerrois (sección de Gardes-Fran~aises) se reúnen eil'~ El nombre de este periódico, que aparece tres veces por se-
:,:., :~. 1793 todas las tardes en la portería para escuchar de labi~'i;, mana, se debe al buzón de la redacción. Sin embargo, en el
~~ del portero la lectura de los periódicos más recientes 113. Quc,~f emblema de su cabecera (ilustración 1) se interpreta, con a~da
¡;!J los periódicos no son únicamente acogidos en el medio de:la'Y de una frase de Virgilio, como símbolo de la «voz de hIerro
sociabilidad revolucionaria, sino que pueden, asimismo, prGi'):' del pueblo» y del programa de política lingüística del Cerc!e
ceder de ésta, lo muestran el elitista Joumal de la Société de :~. Social: «Recuerda, galo, que gobiernas los pueblos por medIO \
1789, de 1790, y el famoso Jouma/ de la Montagne, órgano del/: de la elocuencia» 114. Con la «Boca de Hierro» habla, así p,ues,
Club de los Jacobinos de París (1793-1794), así como, en eS.~\ , la parte políticamente ilustrada del pueblo al resto de este,
pecial, la Bouche de Fer, del Cerc/e Social, asociación ciudadana " con el fin.de ilustrarle también.
libre que fundan, el 13 de octubre de 1790, en presencia de ~
. más de cuatro mil personas interesadas, el abbé Claude Fauo;
chet, predicador de los asaltantes de la Bastilla, y el escritolj- La publicación de ilustraciones: «escritura hablada»
Nicolas Bonneville. Sirve de lugar de reunión el Cirque na~, de la Revolución
tional, hipódromo techado en medio del jardín del Palais-R<N
ya!. Con sus gigantescas dimensiones -112 metros de longitud La revolución en la prensa va acompañada de una revolución
y 32 de anchura-, sus tribunas, y la tribuna de oradores con no menos fundamental en la publicación de imágenes, que
gran resonancia levantada por los propios miembros, constituye~' .. muestra 'Ias mismas tendencias de actualizacióh, politización
una especie de catedral política en la que, entre otros, se pre~':·· j-democratÍzaciól1: Una nue'va generación de pequeños gra-
senta como orador el antiguo predicador de la corte Fauchet badores y editores de imágenes, que en su mayor parte h~n
en calidad de ~<tribundu peuple» y explica en diecisiete con." emigrado de las provincias a la capital, aprovecha la desapa-
ferencias, ante el pueblo congregado -más de ocho mil asis" rición de los privilegios y de la censura para plasmar en la
'~tl Pont-Neuf, recaba en que «en todos los grandes edificios,
~~rriente arriba y abajo, hasta donde alcanza la vista, sobre
~~todo en la enorme y suntuosa Casa de la Moneda, [hay] col-
I gados grabados de cobre que, en su mayor parte, hacen re-
~~Jerencia a la Revoluc~6n,actual» 115. . .
:~~~t Con ayuda de las lmagenes que se dmgen a las gentes ~e~-
·t;;..Cillasque apenas saben, o no saben en absoluto, leer y escnblr,
'jfy:despiertan su entusiasmo por los nuevos valores político-so-
:~ clales, se consigue un medio didáctico para las masas, que los
':i~revolucionarios utilizan con plena conciencia para movilizar el
T mayor número de seguidores posible. Así, al Almanach du pere
'~f.Gérard, de Collot d'Herbois, que ha ganado un concurso de
LA BOUCHE DE FER. ~~.losjacobinos para el mejor almanaque popular revolucionario,
lIustr. 7. La Boca del Pueblo. Xilograría anónima que reaparece
i:. Se le añaden ilustraciones a propuesta del miembro del club
siempre en la cabecera del periódico "La Bouche de Fer», 7 790.
. :~.Joseph-Marie Léquinio del 27 de noviembre de 1791. Pues,
Dibujo de 4 x 9 cm. .' en expresión de Léquinio, hay que derrotar a los frailes con
.. ·sus propias armas, es decir: «contrarrestar el fanatismo con
J imágenes favorables a la Revolución» 116. Los aguafuertes de
nueva técnica del aguafuerte, más rápida (que ha dejado a un algunas ediciones del breviario del ciudadano de Collot d'Her-
lado el tradicional grabado de cobre), los acontecimientos re- ',~bois, de gran éxito, muestran también cómo --de acuerdo con
volucionarios del día, comentarios e impulsarIos mediante la los diálogos didácticos del almanaque- el diputado Gérard,
agitación. Sin grandes pretensiones artísticas, lanzados al mer- ."que vuelve de la Constituyente a su aldea bretona, instruye
cado a toda prisa y a bajo precio, panfletos políticos ilustrados, a los campesinos en la nueva Constitución. El mismo Léquinio
a veces coloreados, en tiradas de hasta dos mil ejemplares, des- 'entrega a la Convención, el 11 de octubre de 1792, una hoja
plazan a los grabados «cultos» del Antiguo Régimen, de género del grabador Fran~ois Bonneville (hermano de Nicolas Bon-
y de paisajes, que se editan en tiradas de sólo 500-1.000 ejem- neville), reproducida en la imprenta del Cercle Social y que
plares. La venta callejera, que anteriormente sólo estaba ex- debe pegarse en la frontera con Alemania para inducir a los
tendida para las hojas de oración religiosa y los pliegos de imá- soldados prusianos y austriacos, con promesas económicas,
genes populares, se convierte en la principal forma de distri- para que se pasen a la República: «Presenta el decreto que
bución, con preferencia a la venta en establecimientos. Los bu- ofrece una renta de cien libras a los soldados del despotismo
levares de París, los paseos junto al Sena y el Palacio Real que abandonen su bandera para seguir a la bandera de la igual-
se asemejan, en los primeros años de la Revolución, a una dad y la libertad francesas. Ciudadanos, los tiranos farisaicos
exposición permanente de caricaturas en la que los paseantes [...] se han servido con gran éxito de estos medios para difundir
pueden familiarizarse con las imágenes sin tener que comprar- la esclavitud y la superstición. Si habláis así ante los ojos de
las de inmediato. Cuando, en agosto de 1789, Campe se dirige los campesinos ignorantes, es uno de los medios más eficaces
por el Quai de Conti hacia el puente más concurrido del Sena, para llevar la instrucción a las aldeas t; implantarIa en ellas» 117.
¡,.:;::.::--

~1)
~,~ También el Comité de Salud Pública recurre a las imág
como medio de propaganda política y encarga en especi
~~
pintor Jacques-Louis David «que utilice todas sus facult'
y sus medios para crear numerosos grabados y caricaturas~
sean apropiados para avivar en la opinión pública el esp"
común y hacerle comprender hasta qué punto son cruel"
ridículos los enemigos de la libertad y de la República'
Efectivamente, el Comité de Salud Pública recibe~
1793-1794, de una docena de grabadores, por lo menos ~
ciocho de esas caricaturas de encargo que, sobre todo, rf
\J culizan a los príncipes de las viejas potencias europeas y a
•...-;:~ militares. :,6
Lo que, desde el punto de vista cultural y de la políti
~:J de medios, significa el destacado papel de las hojas volanderaLJ
ilustradas lo reconoce ya con perspicacia el publicista conSe
vador Jacques-Marie Boyer-Brun cuando, en la primavera"
1792, constata con pesar: «Las caricaturas son desde siemp
un importante medio para hacer comprender al pueblo co
que, si solamente se le hubieran dado escritas, no le hab "
impresionado suficientemente. Al presentar las caricaturas~::
pueblo, antes de que supiera leer y escribir, diversas cosas di '
nas de serie comunicadas eran ya para él lo que siguen siend
hoy: escritura hablada [écriture parlée]. Tal como se ha vist"
las caricaturas han servido en todas las revoluciones para pon'
en movimiento al pueblo, y no puede negarse que la alevos
de este procedimiento responde a sus rápidas y terribles co
secuencias. [...] Pero, si las caricaturas son el termómetro qm'
mide la temperatura de la opinión pública, también es cierf
que quienes sepan regular las oscilaciones de este termóme .'
también pueden dominar la opinión pública» 119. De hecho~]a:~
ingeniosa expresión «escritura hablada», que el autor resal _' '
designa adecuadamente la posición intermedia que las ilustW" N

Ilustr.2. «La pequeña contrarrevolución, tragicomedia en 4 ac-


cione~ ocupan entre la cultura .literaria y la oral. Esto re~ul~~: tos, representada en Estrasburgo el 3, 15, 16 Y 17 de enero de
especIalmente claro en una hOJa de Estrasburgo de la pnm3."1;¡;:~. 1791». Grabado anónimo 1791, 22 x 16, 1 cm.
vera de 1791 (ilustración 2): además de la caricatura -en esté}":; ,
caso una historia contada en imágenes, dividida en cuatrovir{~~>
.~~~~'
:tJ:i;;~

ñetas-, la hoja sirve, al mismo tiempo, de presentación de ~:.?biadas, del Nuevo Régimen. Se visualizan de ese modo la pér-
la historia de estilo romancesco en la forma entonces exten- .9ida del poder del clero; la emancipación del súbdito, enca-
dida. La historia en imágenes de un fracasado levantamiento :. jonado como un niño, que le convierte en citoyen (p. 212, arriba,
contrarrevolucionario en Estrasburgo, ocurrido en enero de .a la izquierda); la abolición de los privilegios fiscales y de la
1791, se expone por escrito. en la leyenda, a la vez que los ,,; jerarquía estamental. Es famosa la pareja de imágenes, asimis-
músicos callejeros la cuentan oralmente y la representan, y lo ;~
...mo recogida en la ilustración 3, que representa al campesino,
hacen de doble manera: por una parte, como comentario ha- :';.hundido antes bajo el peso de la nobleza y del clero, y que
blado, en el que el arco del violín sirve de puntero; por otra :.-ahora cabalga triunfante sobre las espaldas de sus antiguos opre-
parte, como chanson con la melodía de Vas t'en voir s'il viennent .' Sores (p. 213, parte superior), sátira en imágenes que, según
lean, cuyo texto ofrecen a la venta a los espectadores y oyentes una noticia de prensa del 28 de agosto de 1789, goza de gran
el violinista y el cantante, en forma de coplas impresas. Popularidad: «En casa de todos nuestros ilustradores, tanto los
De entre los miles de hojas volanderas ilustradas impresas del Palacio Real como los de las tiendas de venta de grabados,
pueden verse grabados de cobre en los que el vulgo experimenta

-"
referentes a la Revolución, resultan especialmente importan-
el mayor placer y ve reforzado su odio contra la aristocracia. ~.
tes, desde un punto de vista sociocultural, aquellas que, a través
de reproducciones y ediciones piratas, alcanzan tiradas totales Son imágenes satíricas o caricaturas simbólicas, pero llenas de
de diez mil ejemplares y más. Pues, dado que la mayor parte fuerza expresiva. Uno de los grabados muestra cómo un viejo
de las caricaturas de la Revolución son primordialmente una
campesino avanza agachado a cuatro patas y lleva a sus espaldas '-:'"
mercancía, y sólo en segundo lugar un arma ideológica, .las
a un noble y a un obispo, lo que al margen de la caricatura
se comenta con las palabras: "¿Ha de seguir esto siempre así?".
reimpresiones y las copias indican cuáles de ellas tuvieron ma- ,.~
La otra imagen muestra al mismo campesino que va montado
yor demanda y mejor acogida. Una forma especialmente con-
sobre un noble y dirige suavemente a un cura como si fuera
cluyente de la «copia» son los pliegos ilustrados populares com-
un caballo. Lleva un bastón al hombro del que va colgada una
puestos por miniaturas simplificadas de las caricaturas de más .·liebre y exclama: "Es hora de que esto termine"» 120.
éxito (ilustración 3), que venían a ser galerías de imágenes re- En segundo lugar, se desarrolló por medio de las imágenes
volucionarias para la bolsa menguada. En ellas pueden verse una conciencia de lucha de clases que se anticipa a la realidad
menos representaciones de personas y acontecimientos (aun- socioeconómica de la época. Así, el concepto de «aristocracia»,
que hay, desde luego, grandes cantidades de acontecimientos que en el siglo XVIll era una designación objetiva de la vieja
y de retratos grabados) que alegorías políticas que visualizan, nobleza, se convierte en un lema supraestamental politizado
con tanta fuerza como humor, formas de percepción social y e ideologizado. En su nuevo sentido, la «aristocracia» aparece
actitudes, temores y esperanzas. A título de ejemplo vamos a COmomonstruo de varias cabezas (ilustración 4) en el que el
mencionar cuatro ámbitos funcionales y temáticos: episcopado, la nobleza y la magistratura se han unido corpo-
ralmente para, todos juntos, devorar vivo al «pueblo» hasta
Tenemos, en primer lugar, la experiencia avasalladora de dejado en los huesos. Puede decirse que es la representación
los coetáneos de que la Revolución supone un cambio de épo- plástica del texto de un panfleto revolucionario: «La Aristo-
ca. Esta conciencia de cesura la expresan dobles caricaturas cracia [...] tiene las garras de una arpía, la lengua de un vam-
ordenadas en pares que exponen la misma cosa, una vez bajo piro, el alma de un procurador, el corazón de un financiero,
el Antiguo Régimen y luego en las nuevas circunstancias, cam- las pezuñas de un macho cabrio, la voracidad de un buitre, la
4-

J' "~:H~:Ii.~~~~~~~~'Í&:e;iol~:,
1Iustr.3. Hoja con variasilustracionescon copias de las caricaturas preferkj¡i"~~ de la Revolución Grabado coloreado de autor anónimo, 1789;
33 x 21,9 cm (Para la reproducción se agruparon las copias de nueVd.~; El original consta de cuatro filas con cuatro copias cada una).
.'~;'7'
'/;
crueldad de un tigre, la arrogancia de un león, la lascivia de
un monje y la estupidez de un juez municipal; durante más de
un siglo se ha experimentado cómo chupa la sangre a las per-
sonas, cómo ha engullido las esperanzas del campesino, cómo
ha devorado al pueblo y provocado en Francia las mayores de-
vastaciones» 121. Desde esta acusación en imágenes del viejo «ab-
solutismo feuda}», pasando por la breve esperanza de armonía
social durante el verano de 1789, tal como la expresan las di-
fundidas alegorías de la forja común de la Constitución (p. 212,
centro) y de las «Tres cabezas bajo un sombrero» (p. 213, centro,
a la izquierda), hasta la grotesca figura de los aristócratas, que
revela una maldad distinta desde cada ángulo de mira, la mezcla
de curas, nobles, magistrados y ricos se dibuja como tipo ideal
estigmatizado del enemigo del pueblo y de la Revolución.
En tercer lugar, las imágenes visualizan conceptos políticos
abstractos y no sólo los hacen más concretos y comprensibles Ilustr.4. «Unmonstruo de tres cabezas que encama las tres for-
para las mentes sencillas, sino que les prestan, además, un ca- mas en las que se presenta la aristocracia y que está devorando
rácter de apelación emocional. Por ejemplo: para explicar el los últimos restos del cadáver del pueblo.,,». Grabado coloreado
artículo 3 de la Declaración de 1793 sobre los Derechos del de autor anónimo, 1789: 22,7 x 35 cm. ~ .. l. .,

:.__.l
Hombre y del Ciudadano, según la cual «todos los hombres
son iguales por naturaleza y ante la Ley», un catecismo re-
publicano para sans-culottes no se conforma con hacer alusio- masona, simboliza las consecuencias político-sociales del prin-
nes escritas a la naturaleza como madre de todos los seres vivos, cipio de la igualdad, porque es evidente que se considera la
al derecho natural y al carácter jurídico de la igualdad, sino ':17' ' escena comprensible de inmediato.
que ilustra asimismo su exposición con un emblema que ex- '~~;., : En cuarto lugar, los grabados elaboran e interpretan acon-
i.•

plica, a su vez, con un texto del que va acompañado: «La Igual- ',l tecimientos claves simbólicos de la Revolución. Así, el grabado

dad se representa con la figura de una mujer que tiene en ,~ «Destrucción de la Bastilla y victoria sobre los enemigos de la
la mano una escuadra. Además, lleva otros atributos que la r libertad, el 14 de julio de 1789» (ilustración 5), interpreta este
caracterizan y que expresan al mismo tiempo la sencillez y la .~>, SUcesode tres maneras: en sentido concreto, como demolición
concordia. Por eso se sienta sobre una piedra. En su tocado ;!!p de la odiada prisión estatal con la aprobación del pueblo; en
lleva aníllos unidos entre sí y, en la mano izquierda, un haz ;;~~'~ntido alegórico, como victoria de la libertad del Tercer Estado
de armas. Está pisando la cabeza de la hidra, de la tiranía. :~~;~bre la hidra del despotismo, a la que se saca de su guarida
La mujer a su lado representa a la Naturaleza; como signo / ~~n la Bastilla; en sentido político, como el arrebatamiento del
de fecundidad, tiene seis pechos» 122. No se explica que el vín- ~<':POderpor el pueblo a los privilegiados. Las dos figuras que
culo de hermandad entre un guardia nacional, un sans-culotte ~\;huyen de la escena a la izquierda no resultan tan insignificantes
y un ciudadano, establecido con el signo de la escuadra franc- ~para el observador de entonces como sugiere el reducido ta-
,
~~'f~~"~~~fJJ~r!{·!~·;;fp~f)~·.~~i;~~·:t:t;;,~:,~,r;;,
(:-;;;'~': .~.!~".'.h .' r','l'¡
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, . 't;::~*~t:;~rdf.¿";llElr¡,!I.I.Jí'¡'7'If:¡t.';
E.'I:rr. ,:. " ' .' ,> ..};!",:'<:

,.
...•
lIustr, 5. «Destrucción ~e la Bastilla V victoria sobre los enemlg
de la libertad, el 14 de lulio de 1789». Grabado coloreado. '1,

lIustr. 6. "El Despertar del Tercer Estado». Grabado coloreado de


autor anónimo, 1789, 14,4 x 9, 1 cm.
maño de sus cuerpos, pues se trata de los mismos representant~{1;}
d~ los dos estamentos superiores que, en la alegoría correSpOIi.,"~~/
dIente, ret.roceden aterrorizados ante «El Despertar del Terce; ;;;;;; mulada en términos modernos) variada y plurimediática co-
Estado» (Jlustración 6). Sólo la contemplación comparada d~' \~';;t ' municación que se observaba en las calles de la capital: «Bus-
este par ,de rep~esentaciones p~~ite conocer hasta qué punto'\}¡'~ tos, grabados de cobre, pinturas, bibliotecas, juglares, repre-
los coetaneos viven el 14 de Julio como inversión de las ré '2;,' sentaciones de marionetas, prestidigitadores, etc., pueden verse
lac~ones polític~-sociales de magnitud y de poder, como neCé{J~: en todos los barrios de la ciudad, y tienen pequeños o grandes
sano derramamlento de sangre en la lucha por la libertad"'J~ 'i:t!( enjambres de admiradores y de críticos que se congregan a
:.':~"';':'",' su alrededor. Se venden incluso melodías presentadas al oído
~;¡~. de los compradores. En la esquina de la calle' hay un virtuoso
Publicística basada en las canciones:
·.!f)~ harapiento con su violín, junto a él una mujer o una muchacha,
la Revolución cantada . .,.~ y los dos cantan, sin confundirse a causa del ruido de los carrua-
.'q ... jes, los caballos y los pregoneros, las pequeñas arias más pe-
Cuando, en abnl de 1796, el pastor de Magdeburgo Heinrich gadizas de las nuevas óperas, con textos republicanos» 123.
Zschokke viajó por Francia, se mostró fascinado por la (for; Esta descripción, que recuerda a la hoja volandera de Es-
trasburgo de 1791 (ilustración de la p. 209) bosqueja acerta- otoño de 1798, se reúnen en el Templo de las Décadas de
damente el papel de las chansons en la variedad mediática de ',~iAuxerre para escuchar la alocución «dominical» del vicepre-
la opinión pública plebeya. Es posible que el carácter popular ~<:¡i; sidente local Fontaine, maestro de la ÉcoLe centraLe. Cada
y semioral de la cultura de la Revolución no se imprimiera . 'v,; 'vez que Fontaine se refiere a «acontecimientos muy nuevos
de manera tan inmediata en ningún otro medio como en las ~*J'de la República», interrumpe su discurso intercalando can-
más de tres mil canciones que se conservan y que en su mayoría :,~,ciones que sirven de comentario. «Las entonaba totalmente
nacieron entre los años 1789 y 1794124• En contraposición a .:;;~:solo, sin acompañamiento de un instrumento, con una agra-
las del Antiguo Régimen, no se trata de canciones sociales ~:~;;,~dable
_, ••..t voz de tenor, y los dos últimos versos de cada estrofa
transmitidas de manera oral o manuscritas, sino de canciones ..;',los repetía la asamblea en coro. Esta entonación primera y
sumamente políticas, de inmediata actualidad, impresas y can- .:;: la repetición del estribillo tienen un gran efecto político, y
tadas en público por activistas de los clubes, además de por ~";::' producen en los franceses, a los que les gusta mucho cantar,
cientos de pequeños cancionistas que buscaban de ese modo :'.: {...] un efecto incalculable para la conservación y el refuerzo
una modesta manera de ganarse el pan. El poderoso creci- ,~;~de su celo republicano. Las canciones de Fontaine respiraban
miento de esta nueva cultura lírica y musical hasta el año 1794 ·,.~·r~humanidad. Pero cerró su alocución con el llamamiento a
.·~I,.
se basa, sobre todo, en tres factores históricos que son esen- ..:~.. que, a continuación, la asamblea entonara una canción para
ciales para su comprensión: en primer lugar, la tradición de ¡reforzar sus sentimientos patrióticos. ¡y mirad! La asamblea
la canción callejera satírica, la mayoría de las veces de trans- cantó para despertar la devoción en esta fiesta del nuevo do-
misión oral, y al gusto por cantar del parisiense medio, que mingo, también sin instrumento alguno, de manera espon-
se sabe de memoria unas trescientas melodías; en segundo lu- ." tánea y desentonando mucho en algunas de las estrofas más
gar, al gusto por la parodia, consistente en poner un nuevo fuertes del feroz Himno de la Marsellesa» 125.
texto a una vieja melodía, que da por supuesto el conocimiento Que una reunión festiva provincial, todavía en 1798, rom-
del texto subyacente y da lugar a juegos verbales graciosos o piera a cantar espontáneamente precisamente este canto de
picantes; en tercer lugar, a la popularidad y el renacer del tea- 'guerra no es casualidad, sino que tiene que ver con una re-
tro de vaudeville y de la ópera cómica, con sus canciones aña- novación musical que es común a muchas de las canciones
didas sobre temas de actualidad, que se produce en la década de la Revolución. La melodía de «la Marsellesa», que en el
de 1780. En este ambiente surgen la mayor parte de las me- verano de 1792 recorrió el país con el batallón voluntario
lodías de las canciones revolucionarias. de la metrópoli provenzal y que utilizaron más de 250 can-
Tales premisas hacen de la chanson un medio ideal para ciones de la época revolucionaria, es sumamente apreciada
interiorizar en la población general los nuevos valores fun- por su fuerza especial y por ser una de las primeras que tiene
damentales de la Revolución: los nuevos textos y lemas se esta estructura musical. La melodía atraviesa en su parte me-
imprimen con más fuerza y pueden memorizarse con más fa- dia un oscurecimiento en escala menor, tras el cual, el punto
cilidad -sin leer- si melodías conocidas se cantan colec- álgido musical, que se desplaza al final y que coincide con
tivamente y se repiten alternando el antifonero y el coro. Has- el estribillo, tiene un efecto tanto más liberador, triunfal y
ta qué punto utilizan los revolucionarios las canciones con arrebatador. El popular compositor de vaudevilLe y autor de
eficacia lo describe, por ejemplo, el observador alemán de canciones Antoine de Piis tenía plena conciencia de las po-
una asamblea de seiscientos ciudadanos que, todavía en el sibilidades de cara a la didáctica de las masas que ofrece esta
valoración musical del estribi.llo, cuand~ hace terminar laip ,
mera estrofa de un «VaudevIlle republIcano» con la melo"
" fo que temía pec~r), para hacer que pareciera ridículo un
~son
, peoye cto de constitución de Condorcet cortando en trozos la
de «la Marsellesa» con las palabras:<tCon mis estribillos Cte'
la libertad» 126. Incluso un tal Parent, párroco de pueblo! : palabra clave:
Melun, en el departamento de Seine-et-Marne, compren'
~
Jf
1:. "Que rien ne vaut mieux, ma foi, «A fe mía que nada vale más
intuitivamente la fuerza movilizadora de «la Marsellesa
Qu'une ré ré ré que una re re re
la utiliza hábilmente para reclutar voluntarios, como infonn
Qu'une pu pu pu que una pu pu pu
en abril de 1793 a los redactores de la Feuille villageoise: « .
Qu'une ré que una re
pino que debe hacerse cantar al pueblo. Opongamos al viej
Qu'une pu que una pu
moho de los cantos fúnebres embusteros y de las letanías dé
Qu'une république que una república
la. ~~perstición [... ] cancione~ intel~~entes, razonables y P~", . 128
Bien démocratlque» . bien democrática.»
tnotlcas. He tomado en conslderaclOn que, en su número 3!: 1ii.~é
publicaran ustedes «la Marsellesa» con música. Aunque n~ M1S
soy capaz de leer una nota, he descifrado la música con láf)~;
Los partidarios de la Revolución se quedan consternados
ayuda de la canción y, dos domingos seguidos, la he cantado ,~i#~':
al hallar este «Almanaque de Canciones del Arroyo» e~ los
encabezando a mis conciudadanos, que se habían reunido a~::j~:'·
bolsos de las mujeres que han sido detenidas en un~ fIe.s,ta
mados al pie del árbol de la libertad. (... ) Tan pronto como;'~~~
monárquica: «Para oprobio de la Rev?~ución, est~ constItuclOn
doy con una buena canción, la llevo a la escuela, donde se f.t~\;
en forma de vaudevilles se vende casI Igual de bien que el al-
lee en voz alta, se copia y se canta» 127. Parent es el mediador'
cultural ideal para el «periódico del puebIO»'!!;}l' manaque del Pere Gérard» 129. ..

Las canciones de los libros de cantos revolUCIOnarIOS forman


Como medio impreso, los himnos revolucionarios y, más'X~; arte a su vez de los nuevos valores fundamentales, tales como
aún, las canciones callejeras, cuyo número es casi inabarcable; 'r:;: ,
p, , , 1S S
la igualdad y la fraternidad, los culto~ a la Razon ~e er u-
están muy próximos a los panfletos y las caricaturas. Impresos., :;~f
por regla general, en forma de pequeños folletos o de hojas:~;1¡ premo y, muy especialmente, el de~lcado a los heroes de la
volanderas, los vocean los vendedores ambulantes y los venden %~ ,Revolución
arte, de
y
manera
a los mártires
militante,
de
los
la Libertad. Cantan, por ~~ra
días de lucha de la RevolucIOn,
los propios cantantes tras ofrecerlos a oyentes interesados. A~~.:
éstos vienen a añadirse como mínimo cincuenta colecciones J'l;:;! fa
pérdida del poder de la Iglesia católica, la caída de .la ~o-
de canciones, destinadas, entre otras cosas, a los clubes revo~ '~i'~~ narquía francesa, la guerra pat~iótica y. :as gr?n.des victOrIas
lucionarios y las fiestas decenales, entre ellas popurríes de com~ t~~; de los ejércitos republicanos. ASI, la canCIOn anomma Insurrec-
posiciones relacionadas por e.1 tema, que se adecuan para S¿1;~~ tion du Peuple Fram;ais contre les tyrans, que se canta con la
escenificación teatral. Así OCurre en especial con una verdadera Jj.\}.~ melodía de «la Marsellesa», hace, en 1793, un lIamamien.t~ a
guerra de cantores en torno a las Constituciones de 1791, y :J,,?~i todos los republicanos para que mantengan- su lucha deCISiva
1793, en la que participan incluso críticos de la RevoluciÓn, "'" contra las potencias de la vieja Europa:
como el autor de canciones Marchant. Con gran refinamiento,
Marchant se sirve, por ejemplo, de las repeticiones musicales
del estribillo de la melodía Le saint craignant de pécher (El '.,
«Du haut de la sainte montagne, «Desde la cumbre de la montaña ': En la práctica cultural de la Revolución, los distintos medios
Qu'au loin s'élancent des volcans, santa / lancen los volcanes presos no se yuxtaponían por separado, sino que actuaban
Qui d'Italie et d'Allemagne, su fuego a lo lejos, / que ardan .~njuntamente para apelar a todos los sentidos del público.
Brfilent les trónes chancelans; los tronos vacilantes / de Italia a hemos indicado cómo se comentaban por escrito las imá-
Qu'ils pulvérisent les despotes y de Alemania; / que pulvericen genes y las canciones y cómo, inversamente, las imágenes ser-
De Londres, Madrid et Berlin; a los déspotas / de Londres, vían para visualizar el contenido de determinados textos. A
Que le monde pour sourverain Madrid y Berlín; /. que no tenga 1!f¡.Jstohay que añadir que no era raro que libros de canciones
N'ait qu'un peuple de el mundo por soberano / más que ',~~revolucionarias contuvieran oraciones republicanas e ilustra-
Sans-Cu/ottes. / Debout, un pueblo de S[.'ns-CuLottes. i~ ~iones llenas de sentido simbólico, mientras que los catecismos
républicains, allons tous ¡En pie, republicanos, :~r·Políticos se enriquecían con un apéndice de canciones y con
a-laJois! / marchemos todos / a la vez! .'. :«imágenes hagiográficas» de los mártires de la Revolución.
Allons exterminer jusqu'au Vamos a exterminar hasta al '~ ',Una serie de productos impresos desarrollaba de manera sis-
dernier / des mis» 130. último / de los reyes.» '. "-temática y consecuente esos vínculos mediáticos. Si, por ejem-
~ plo, los Affiches de La Commune ponían a diario en las paredes
fll1 nuevas canciones, los semanarios revolucionarios radicales,
Pero también el programa socioeconómico de los sans- J,1" desde RévoLutions de Pans, de Louis-Marie Prudhomme, y Ré-
cuLottes halla expresión en la canción. El cantor popular Ladré ~"tt volutions de France et de Brabant, de Camille Desmoulins, ilus-
·,~1
compone, por ejemplo, en el otoño de 1793, una canción de ~-iJ? traban casi todos sus números con un grabado. Y algunos gra-
siete estrofas que lleva por título Sobre eL máximo y que des- '~~ badores editaban historias de la Revolución por entregas en
cribe las requisas de grano y el terror espontáneo de los «e- ~~.las que cada imagen iba unida a un texto narrativo de varias
jércitos revolucionarios» plebeyos: :~; páginas: tras las Gravures historiques, de Jean-Fram;ois Janinet
?t (1790-1791), fueron sobre todo los TabLeaux historiques de La
«On verra sur tous les chemins «Por todos los caminos se verá ;:.~RévoLution fran~aise (1791-1796), publicados por un consorcio
La troupe révolutionnaire a la tropa revolucionaria -1 de grabadores, los que escenificaron de este modo la Revo-
Qui rangera toOs le mutins, hacer entrar en razón a todos los '> lución Francesa retrospectivamente como cadena coherente de
En les obligeant a bien faire. rebeldes, / obligándoles a ,: acontecimientos mediáticos.
La guillotine la suivra; portarse bien. / La seguirá la , Con especial inmediatez se decantó el carácter plurimediá-
Les magas ins on fouillera guillotina; / se registrarán todos ,. tico y semioral de la publicística revolucionaria en un deter-
Celui qui se mutinera, los depósitos de víveres, ." minado género de hojas volanderas ilustradas que hacían re-
On fera sa fete ya aquel que se rebele / se le hará ., ferencia monográficamente a determinados acontecimientos
En coupant sa tete. su fiesta / cortándole la cabeza. sensacionales: los canards. Estos «periódicos ocasionales», de
11vaut beacoupmieux obéir Más vale obedecer gran formato, combinan la representación plástica de los acon-
Que de se faire raccourcir» 131. que hacerse decapitar.» tecimientos, dándole la misma importancia que al reportaje
textual colocado en la parte inferior de la hoja, o colocando
. a los lados canciones que servían de comentario. No es ca-
;~~sualidad que esos canards fueran en el período revolucionario
:f .
~L,
más frecuentes y de carácter más político que antes, y no 'e'
raro que tuvieran una relación «intertextual» con la rest 1

publicística, tal como muestra una xilografía coloreada del edit


de provincias lean-Baptiste Letourmi, de finales de julio de 17
(ilustración 7). La representación gráfica, hecha deliberadame
te en el estilo de los pliegos de estampas populares, es
obra original de un xilógrafo desconocido contratado por l.e§ '!' •
tourmi. En cambio, los textos que rodean el grabado proceden ~~·:'i.
de hojas volanderas aparecidas en París poco antes. Al igual';;:}
que la «Narración del memorable sitio de la Bastilla», que apa~.:~,
rece debajo del grabado, repite frases fundamentales del pan-~':
fleto anónimo Les Lauriers du Faubourg Saint-Antoine, ou Lé .
Prir:de la Bastille renversée (Los laureles del suburbio de Saint-An..¡ .:..;
toine, o La Toma de la Bastilla, invertida), las «Coplas dedicad~ '.;~. 'o

a la Nación», incluidas a los lados, toman nuevos versos del :•.


compositor de canciones Déduit, que en las hojas volanderaS ~:_.
adoptaba con orgullo la denominación de auteur patriote 132.. El.:'"'-'0'
hecho de que un «collage impreso plurimediático» tan refinado ..::\
se imprimiera en Orléans y se distribuyera por toda Franciá .J,'
desde cien puntos de distribución atestigua una vez más hastá\'~ ,
qué punto la revolución cultural había trascendido de París. .iC[ ,::
.) " .
.)-\ . '::',
,l. ...: .'
SISTEMAS DE SIGNOS REVOLUCIONARIOS: LENGUAJE, tf' - 1""'t:¡

SÍMBOLOS Y CULTOS ".:!;' .;~~'r'


La transformación de los valores o la dimensión
lingüística de la Revolución

En torno al cambio de año de 1791-1792, los vendedores ca'":_t.


llejeros de Estrasburgo, París y otros lugares ofrecen varias ver-; .~-:;. lJustr7 .,La Toma de la Bastilla". Xilografía coloreada ,con~eim-
presió~ tipogrófica, editada por Jean-Baptiste Letourm¡, Orleans,
siones de una hoja ilustrada que, en todos los casos, consta .../
1789, 26,2 x 35,5 cm. .
de una cadena, formada por 83 casillas de texto de forma ova--
lada, que vade fuera adentro como la concha de un caracol.
Se trata de un juego de sociedad revolucionario que sigue lit
Levin, Florencia. “De matones, represores y miembros de la pesada en el humor gráfico del diario Clarín
– Argentina 1973-1983”. Revista Académica de la Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación
Social. Diálogos de la Comunicación N° 78. Enero-Julio 2009.

Este texto de Florencia Levin estudia un tema muy claramente delimitado, a partir del cual la autora encuentra claves para
comprender algunos aspectos más generales de la historia argentina entre 1973 y 1983.

1) ¿Qué quiere hacer la autora y cómo lo hace?

Luego de haber leído completamente el texto:

a) Traten de identificar aquellos pasajes en que la autora dice qué quiere reconstruir o demostrar en este texto.
Presten atención a las secciones que los pueden ayudar especialmente para hacer esto, como el resumen inicial que
la autora escribe sintetizando los puntos principales del artículo.
b) Traten de precisar cómo la autora encara la tarea que se propone realizar: ¿Cuál es el corpus principal de fuentes
que utiliza? ¿Por qué estas fuentes son especialmente pertinentes para lo que quiere hacer? ¿Qué ventajas y/o
desventajas tienen, a su juicio y según la autora, frente a otras fuentes posibles? ¿Qué distinto tipo de fuentes
propone contrastar y qué busca obtener de este contraste?
c) ¿Qué elementos del contexto proveen información relevante para encuadrar el tema que se propone estudiar la
autora?
Por un lado, traten de sintetizar la información que provee la autora sobre el contexto histórico que da sentido a los
aportes de su investigación particular.
Por otra parte, traten de identificar qué elementos toma de otros registros para poder analizar mejor sus fuentes.

Para encarar estas dos consignas, pueden observar la bibliografía del artículo. Si bien no la han leído, sus títulos pueden
darles algunas pistas sobre los contextos y las distintas dimensiones que ella tiene en cuenta para analizar las fuentes: ¿les
parecen textos que tratan cuestiones más bien similares o más bien distintas? ¿Podrían agruparlos de manera de ir
delineando a partir de ellos, y con la ayuda de las claves que la propia autora da a lo largo del texto, cuáles son las distintas
dimensiones que ella incorpora al análisis de sus fuentes?
2) ¿A qué conclusiones arriba la autora?

Las conclusiones a las que los historiadores arriban en sus investigaciones particulares muchas veces van tomando forma
lentamente, son parciales o fragmentarias y responden de una manera bastante indirecta a las preguntas más generales que
un autor se formula cuando elige un tema de estudio.

a) Idenfiquen a lo largo del texto aquellos momentos en que la autora, al descubrir algún rasgo particular o un cambio
en las representaciones del matón-represor en los cartoons o en las ideas sobre la violencia política que despliegan
las editoriales del diario va aportando información clave para su argumento y sus conclusiones.
b) Traten de identificar qué conclusiones extrae la autora en relación con el tema estudiado.
c) ¿Qué proyecciones de estas conclusiones traza la autora en relación con cuestiones más generales del período
estudiado? Traten de explicitar cuáles son estas cuestiones mayores y cómo justifica la autora que ha aportado algo
nuevo en relación con ellas.

3) Balance:

¿Qué les pareció el artículo?


Traten de evaluar los aportes de la autora en relación con las dificultades que plantean las problemáticas más generales -
violencia, terrorismo de Estado y censura- a las que busca dar respuesta y la pertinencia de las estrategias que elige -utilizar
las fuentes del humor gráfico de Clarín y contrastarlas con la línea editorial del diario y con otros estudios sobre el
período/tema- para encontrar algunas respuestas.
¿Qué otras fuentes o temas se les ocurriría explorar para dar respuestas a este tipo de problemáticas? Expliquen por qué
podrían ser pertinentes.
REVISTA ACADÉMICA DE LA FEDERACIÓN
LATINOAMERICANA DE FACULTADES DE COMUNICACIÓN SOCIAL
ISSN: 1995 - 6630

De matones, represores y miembros de la pesada en el humor gráfico


del diario Clarín – Argentina 1973-1983
Florencia Paula Levín (UNGS-UBA)
Argentina
florencialevin@ciudad.com.ar, florencia.levin@gmail.com
Tel: (005411) 4469-7715

Florencia Paula Levín: Docente e investigadora en la Universidad Nacional General Sarmiento y especialista en el área de historia
reciente. Cursó la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde actualmente se
encuentra concluyendo su doctorado. Su investigación doctoral se centra en la reconstrucción y análisis de las representacion es sobre
lo político construidas por el humor gráfico del diario Clarín entre 1973 y 1983. Es autora de varios artículos sobre la historia reciente y
la memoria. Junto con Marina Franco, es co-editora del libro Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción
(editorial Paidós) y co-directora de la Red Interdisciplinaria de Estudios sobre Historia Reciente – RIEHR (www.riehr.com.ar.). Ha
escrito diversos manuales escolares y materiales didácticos y se ha desempeñado como miembro del equip o de Ciencias Sociales en
el Ministerio de Educación de la Nación. Ha sido docente en el Ciclo Básico Común y la carrera de Historia de la Universidad de
Buenos Aires.

Resumen:
En los tiempos de descomposición del gobierno peronista y en los años de la última dictadura militar,
mientras una férrea censura y una silenciosa autocensura regulaban la producción y circulación de
información al tiempo que la represión se encargaba de desaparecer a los sospechosos, algunos espacios,
menos obvios, permitieron la expresión de ideas incómodas e imágenes alusivas al horror. Particularmente,
el humor gráfico, género desvalorizado por los discursos “cultos” y por la mirada inquisitoria de la censura,
pudo resguardar ciertos grados de autonomía. En el humor gráfico del diario Clarín, es posible encontrar,
junto con la neutralización y trivialización, ciertos intersticios por donde se colaran la expresión de
desencanto y la denuncia.
En este trabajo analizo de qué modo los chistes del diario se alejaron del canon editorial y de los preceptos
represivos del régimen a partir de la construcción de una figura emblemática de las acciones represivas: la
del matón-represor.

Palabras clave: humor gráfico, representación, represión clandestina.

Fecha de recepción de ponencia: 4/2/2009


Fecha de aceptación de ponencia: 13/3/2009

1 DIÁLOGOS DE LA COMUNICACIÓN, N°78, ENERO - JULIO 2009


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ISSN: 1995 - 6630

Introducción

En marzo de 1973 Clarín, uno de los principales diarios argentinos y por ese entonces el de mayor
circulación nacional1, decidió dejar de publicar comics de autores extranjeros para convocar a varios de los
humoristas locales más reconocidos del momento para integrar la página de humor. La decisión tomada por
2
Clarín implicó no solamente “nacionalizar” a los autores de la página sino también al contenido del humor
que, a partir de entonces, comenzó a estar directamente vinculado con los avatares cotidianos del país.

Este gesto de Clarín se inscribió en un proceso de valorización y revitalización del género en la


Argentina tras de varios años de estancamiento en los cuales el humor gráfico se había retraído en un clima
generalizado de censura (Rivera, 1986: 78). A partir de entonces la sección dejó de ser concebida como un
espacio de relleno y distracción para convertirse en una suerte de segunda portada que aborda, a partir de
sus propias reglas de género y con una fuerte impronta autoral, los asuntos más importantes de la realidad
nacional e internacional tratados en la portada y el cuerpo del diario (Sasturain: 1987: 190 y 1995: 34).

Mientras se producían estos cambios, el país vivía un momento de gran conflictividad política. En
efecto, en los años transcurridos entre el retorno del peronismo al gobierno en 1973 y el golpe militar de
marzo de 1976 la Argentina atravesó un sinuoso proceso de descomposición política y agitación social al
que no fue ajeno el fenómeno de la violencia. Aunque restringida a las modalidades de acción y a los
valores esgrimidos por grupos cada vez más minoritarios, la violencia fue adquiriendo cada vez más las
características del terrorismo.

Por otra parte, la descomposición del gobierno peronista y los enfrentamientos cada vez más
virulentos entre las facciones de izquierda y de derecha dentro del peronismo se convirtieron en caldos de
cultivo para la emergencia de grupos terroristas paramilitares vinculados a la extrema derecha que, tras el
nombre de Acción Anticomunista Argentina (o Triple A) hicieron su aparición en la escena hacia fines
de1973 ejerciendo a partir de allí una metodología de persecución y exterminio. Tras la muerte de Perón en
julio de 1974 estos grupos iniciaron una verdadera cacería de brujas contra el ala izquierda del movimiento
que se sumó a una férrea política represiva lanzada contra toda manifestación autónoma y progresista.

A partir del golpe militar del 24 de marzo de 1976 se produjo una fusión entre las fuerzas de la Triple
A y el aparato represivo clandestino de estado cooptado por los militares, inaugurándose un sistema
planificado y organizado a gran escala de exterminio masivo organizado en torno a los más de 350 centros
clandestinos de detención dispersos por distintas regiones del país. A dichos centros fueron a parar cerca

1
Durante la década de 1970 el diario Clarín, importante referente para las clases medias en ascenso, experimentó un importante
aumento de la venta neta y relativa sobre el total del consumo de diarios, pasando del 22% al 31% del total de ventas (Getino, 1995:
91).

2 DIÁLOGOS DE LA COMUNICACIÓN, N°78, ENERO - JULIO 2009


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de 30.000 hombres y mujeres que pasaron a integrar la lista de los desaparecidos quienes, en su gran
mayoría, luego de haber recibido feroces sesiones de tortura fueron ejecutados y sus restos fueron
ocultados o destruidos.

Muchos de estos crímenes fueron consumados en operativos realizados a plena luz del día y en
centros de detención y tortura emplazados en lugares sumamente transitados. Por otra parte, la aparición
de cadáveres en los ríos, de cuerpos acribillados en los márgenes de los caminos, el hallazgo de cientos de
tumbas NN y las redadas y tiroteos formaron parte del día a día de la vida cotidiana de miles de argentinos.
Por su parte, los diarios brindaron amplia información, aunque distorsionada, que daba cuenta de los
enfrentamientos, muertes y desapariciones. En este marco, el humor gráfico de Clarín se sumó a la
tematización, interpretación y difusión de temas y aspectos vinculados con la violencia y la represión a partir
de un corpus llamativamente profuso y variado a lo largo de todo el período señalado.

En las líneas que siguen se presentan los resultados del análisis de un aspecto muy específico pero
fundamental de este universo temático: la construcción de la figura del miembro de la pesada y del grupo de
tareas. Asimismo, y dada la convicción de que los sentidos del humor gráfico deben ser analizados en el
marco del complejo juego intertextual que se genera a partir de su emplazamiento en un medio
determinado, dichas representaciones serán contrastadas con la línea editorial de Clarín.

Este trabajo se sustenta en la idea de que dada la vinculación entre el humor gráfico y los avatares
de la política del país el mismo constituye un referente para abordar algunas representaciones e imaginarios
que circulaban por la sociedad en ese entonces. Como sostiene Oscar Steimberg, el cartoon3 se define
como género en tanto discurso subordinado a otros discursos, constituido como “registro y espacio de
transformación y transposición de signos y marcas discursivas circunscriptas en todos los espacios del
intercambio social” provenientes tanto de la oralidad, la gestualidad, la escritura y cualquier otro género y
soporte mediático (Steimberg, 2001: 7). Por lo tanto, analizar este conjunto de cartoons puede constituir una
forma, mediada por las peculiaridades del lenguaje del humor y sobredeterminada por su inclusión en un
medio periodístico, de acceder al mundo de las representaciones y los imaginarios colectivos del momento.

El estereotipo del activista-represor en Crist y Fontanarrosa

Tal como se adelantara, el fenómeno de la violencia es una temática recurrente en la obra de todos
los humoristas de Clarín y conforma un conjunto sumamente rico y complejo de construcciones e
interpretaciones que abarcan desde la escenificación de secuestros y extorsiones a la detonación de

2
De este modo, las obras de Caloi, Bróccoli, Fontanarrosa y Crist se integraron a las de dos humoristas argentinos que ya colaboraban
en la sección: Ian y Dobal. Estas modificaciones se sumaron a la labor ya bien asentada que Landrú y Hermenegildo Sábat venían
desarrollando en el cuerpo del diario.
3
Con la palabra cartoon estoy haciendo alusión al dibujo de humor que en un único cuadro o viñeta “transmite una idea humorística de
raíz política, sociológica o filosófica” (Steimberg, 1977: 97).

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bombas, la represión ilegal e incluso el empleo de la tortura (incluyendo la picana). Víctimas y verdugos
4
desfilan por las páginas del diario junto con la esporádica aparición de fragmentos de cuerpos y calaveras.

5
Dentro de este conjunto, es posible recortar una larga y nutrida serie elaborada por Crist y
Fontanarrosa6 en la contratapa de Clarín que refiere a un personaje que, dada su reiteración, perduración
en el tiempo y la gran estabilidad de rasgos estéticos aparece como el principal protagonista de las escenas
vinculadas con el delito y la represión en sus respectivos cartoons. Se trata del activista de derecha en un
sentido amplio que, como se verá, va a aparecer trasmutada en la imagen del delincuente profesional a
sueldo tanto como con las fuerzas de seguridad y la figura del represor que actúa en la clandestinidad, todo
lo cual queda englobado en una serie de significantes emparentados y no siempre diferenciables: espía-
matón-detective-mercenario-represor-miembro de la pesada.

La construcción estética de un estereotipo

Si se observan las imágenes de la serie (Imágenes 1 a 9), pueden apreciarse algunos rasgos
constantes en la caracterización de los personajes: sombreros de ala ancha doblados en la parte trasera,
largos impermeables llevados con las solapas altas, manos escondidas en los bolsillos, anteojos oscuros,
grandes cigarros y poderosas armas de fuego. Es posible ver, incluso, que en varios de los dibujos que
integran la serie los personajes tienen la misma actitud corporal.

Imagen 1 Imagen 2 Imagen 3

4
Algunos de estos aspectos ya han sido analizados y expuestos en otros trabajos. Ver, por ejemplo, Levín, 2007 y 2008.
5
Cristóbal Reinoso (o Crist) nació en la ciudad de Santa Fe en el año 1946. A los veinte años se mudó a Córdoba, ciudad en la que se
radicó y en la que sigue viviendo en la actualidad. Crist creció como dibujante y humorista desde las revistas clásicas de Bu enos Aires
Rico Tipo y Patoruzú. También participó del fenómeno Hortensia, experiencia que lo catapultó al reconocimiento y que le valió su
colaboración en la contratapa del Diario Clarín en donde publica a diario sus cartoons desde 1973 hasta nuestros días.
6
Roberto Fontanarrosa nació en la ciudad de Rosario (Provincia de Santa Fe) en 1944. En 1968 comenzó a publicar sus producciones
humorísticas en la efímera revista Boom de Rosario. Autor de un gran número de novelas y libros de cuento, su fama en gran parte se
debe a su tarea como humorista gráfico. En los años setenta se consagró en las famosas revistas Hortensia y Satiricón y colaboró en
diversos medios de prensa. Desde 1973 y hasta su fallecimiento en 2007 publicó diariamente un cartoon en la contratapa del diario
Clarín.

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Crist, 21/09/73: 54 Crist, 30/8/73: 46 Crist, 19/9/73: 46

Imagen 4 Imagen 5 Imagen 6

Crist, 26/10/73: 38 Crist, 27/10/73: 26 Fontanarrosa, 12/8/73: 38

Imagen 7 Imagen 8 Imagen 9

Fontanarrosa, 22/8/73: 46 Fontanarrosa, 1/9/73: 34 Fontanarrosa, 2/9/73: 38

La serie construye una iconografía sincrética que combina marcas extemporáneas al proceso
histórico en el cual se insertan y al cual aluden con algunas referencias más directas dadas por la
reiteración de su temática, por algunos diálogos entre los personajes y sobre todo por el entramado
discursivo en el que se insertan en el cuerpo del diario.

5 DIÁLOGOS DE LA COMUNICACIÓN, N°78, ENERO - JULIO 2009


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Por un lado, estas representaciones están construidas en diálogo con la estética del cine clásico de
7
espionaje y del cine policial. Por otra parte, algunos de los rasgos aludidos guardan parentesco con la
8
estética del “gangsterismo sindical” y con las barras bravas propias del vandorismo , lo cual refuerza la idea
9
de que existe una alusión al accionar de bandas parapoliciales asociadas a la derecha. Existen, incluso,
referencias explícitas que dan cuenta de estas vinculaciones. Así, por ejemplo, un cartoon de Fontanarrosa
muestra a un personaje que “ahora se viste como Humprey Bogart” y que es un “duro” del sindicalismo
(8/4/80: 64).

Asimismo, es posible observar en algunas las representaciones de ambos autores que los matones
10
tienen también cierta fusión con la figura del compadrito que se aprecia, por ejemplo, en el diseño de los
sombreros, en el corte de los bigotes y en el pañuelo al cuello en reemplazo de la corbata (Ver Imágenes 10
y 11) lo cual aporta una relectura nacional a la iconografía del cine de espionaje.

Imagen 10 Imagen 11

Crist, 19/8/73: 34 Crist, 25/3/74: 38

Finalmente, es de resaltar que este sincretismo no sólo conjuga caracterizaciones y detalles


pertenecientes a momentos y estéticas diversas sino que, más importante aún, tienden a crear una imagen
emblemática en la cual se subsumen quienes están al margen de la ley (delincuentes, matones, asaltantes),
quienes trabajan a su servicio (comisarios e inspectores) y quienes se insertan como empleados al servicio
de cualquier fuerza (guardaespaldas, mercenarios, etc.).

7
En el caso de Fontanarrosa, estas imágenes nos remiten ineludiblemente a su famoso personaje Boogie el Aceitoso, temerario matón
a sueldo, nacido en las páginas de la revista Hortensia con el cual el humorista parodiaba la iconografía norteamericana de los agentes
de la CIA y los espías a sueldo
8
Denominación que alude tanto al período de liderazgo sindical ejercido por Augusto Vandor a principios de la década de 1960 c omo
al estilo intimidatorio impuesto entonces y caracterizado por la actividad de “barras bravas” y matones para reprimir a potenciales
adversarios dentro del sindicalismo (James, 2003: 151).
9
Agradezco a Elizabeth Jelin sus comentarios al respecto.
10
Del lunfardo, fanfarrón, ostentoso, valentón.

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Ahora bien. Es llamativo cómo estos rasgos estéticos que pintan un personaje duro, frío, capaz de
agarrar un arma en cualquier momento y disparar, van a contrastar ampliamente con las situaciones
preferentemente elegidas para caracterizarlos, que se basan en su gran mayoría en la degradación del
personaje, produciendo un importante efecto irónico. Algunos de estos cartoons muestran, en efecto, los
avatares ocasionados por la incompatibilidad entre la vida profesional y la vida privada de muchos de estos
personajes a quienes vemos recurrentemente tirados en el diván de un psicoanalista o lidiando con novias y
esposas que ningunean su labor. En otras ocasiones, la degradación del personaje tiene que ver con
situaciones que exponen sus falencias y límites así como sus dificultades para resolver los encargos más
sencillos.

En suma, a través de estas situaciones que tienden a degradar y ridiculizar al personaje, vemos
que emerge un efecto gracioso de la contradicción entre sus falencias, torpezas y conflictos interiores y los
rasgos físicos que lo pintan como un hombre de agallas, frío, valiente y temerario.

Reminiscencias del grupo de tareas

En muchos de los cartoons protagonizados por estos personajes aparecen algunos elementos que
nos dan la pauta de que se trata de miembros de grupos, con jerarquías, códigos, modalidades de acción
específicos.

Para comenzar, hay varios casos en los cuales aparece la figura de un “jefe”, ya sea mencionada en
los diálogos de los personajes, ya sea directamente representada. Por otra parte, algunos cartoons
tematizan la existencia de vínculos de camaradería y fraternidad, los cuales remiten al estilo mafioso y
suelen aparecer triangulados por los vínculos primarios.

Asimismo, algunos de estos cartoons muestran códigos de comportamiento ante la traición, que
aparece penada no sólo con la intimidación sino también con el ajuste de cuentas e incluso el
“ajusticiamiento” a los delatores o a los que abandonan el grupo. En cuanto al tipo de tareas que realizan
estos personajes, encontramos referencias, por un lado, a que los mismos se involucran en distintos tipos
de actividades delictivas. Trabajan, por ejemplo, como asesinos a sueldo, en la ejecución de secuestros a
empresarios, en actividades de contrabando y en asaltos varios. A pesar de que algunas de estas
referencias avanzan sobre el período dictatorial, es llamativo que la mayoría de ellas, fundamentalmente las
que tienen que ver con los secuestros y los asaltos a bancos, transcurren fundamentalmente en 1974 y
1975 que es, precisamente, el período de mayor actividad de la Triple A.

Por otra parte, es llamativo que estos personajes aparezcan protagonizando diversas escenas de
intimidación y represión. Así, por ejemplo, tenemos un cartoon de Crist que muestra a un grupo de hombres
fuertemente armados que apuntan a un desprevenido señor de corbata, camisa a rayas advirtiéndole: “¡No
te esmeres, Joe! ¡Es otro tipo de paseo el que daremos!”, ejemplo que parecería aludir tempranamente a

7 DIÁLOGOS DE LA COMUNICACIÓN, N°78, ENERO - JULIO 2009


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ciertos métodos intimidatorios retomados y sistematizados por la metodología del terrorismo estatal (Ver
Imagen 13 - 21/09/73: 54)11. Por otro lado, contamos también con un cartoon de Fontanarrosa que parece
estar aludiendo a la “pesada sindical” y que muestra a un hombre caracterizado con todos los elementos
que se vienen mencionando se presenta en una empresa con una bomba en la mano anunciando que viene
a “poner un caño12” (Ver Imagen 13 - 29/9/73: 34).

Imagen 13

Crist, 21/09/73: 54

Incluso, es posible encontrar alguna referencia que nos muestra a estos personajes prototípicos
participando de situaciones de aplicación de tormentos físicos. Esto es posible de apreciar en un cartoon
inquietante de Crist que muestra a dos hombres conversando trivialmente mientras escuchan los gritos de
una víctima a la cual se le está aplicando picana eléctrica (Ver Imagen 14 - 7/10/74: 34).

De matones y fuerzas de seguridad. El tratamiento de un vínculo ocultado

Resulta muy difícil discriminar claramente dentro de esta figura entre el matón de una banda, el
criminal a sueldo, el mercenario, el custodio, el guardaespaldas, el detective privado, el comisario…. A
veces encontramos una discriminación entre el matón o guardaespaldas por un lado y el agente secreto o
inspector por otro, que está dada por el atuendo: traje a rallas en el primer caso e impermeable en el
segundo. Sin embargo, también se observan varios ejemplos en los cuales el impermeable es usado por
guardaespaldas o matones. Para ver fusión del guardaespaldas y el inspector en Crist ver la comentada
Imagen 14 y ya avanzado el período dictatorial las Imágenes 15 a 17).

11
Muchos detenidos – desaparecidos fueron obligados a salir en automóviles pertenecientes a las fuerzas represivas a “marcar” a
compañeros de militancia, es decir, a señalar geográficamente lugares de vivienda y/o reunión. Estas vueltas en automóvil fueron
conocidas en la jerga represiva como “paseos”.
12
Sinónimo de bomba.

8 DIÁLOGOS DE LA COMUNICACIÓN, N°78, ENERO - JULIO 2009


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Imagen 14

Crist, 7/10/74

Imagen 15 Imagen 16 Imagen 17

Crist, 16/10/79: 48 Crist, 25/5/81: 32 Crist, 22/11/82: 40

A pesar de estas superposiciones, es posible establecer algunas modalidades a partir de las cuales
estos cartoons tratan el vínculo entre las bandas delictivas y las fuerzas de seguridad separando
tajantemente ambos ámbito. Tal es el caso, por ejemplo, de un cartoon de Crist en el cual aparecen
enfrentados un matón y un policía. El matón lleva un brazo enyesado y el yeso tiene la forma inconfundible
del contorno de un brazo empuñando un arma. Ante esa evidencia, y sintiéndose interpelado por la fuerza
de la ley, el personaje en cuestión parece tener que excusarse ante el policía a que probablemente éste ha
visto demasiada televisión y que eso le hace sospechar de cualquier cosa siendo que el yeso es el
resultado de un “accidente de trabajo” (1/12/73: 30).

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Sin embargo, encontramos otra gran cantidad de ejemplos en los cuales ya no es fácil distinguir
entre el matón y las fuerzas de seguridad y en los cuales, incluso, ambas aparecen fusionados. En este
caso contamos, por ejemplo, con un cartoon de Crist en el cual un hombre ataviado con varios de los
elementos clásicos que caracterizan al espía-matón consuela a otro, que aparece vestido como sherif y que
ha sido desplazado de la fuerza policial, argumentando que no se trata de su “eficacia” sino de “que hay
algunos envidiosos que han empezado a cuestionar tu estilo”, lo que revela la homonimia entre estos
13
personajes y el cuerpo policial (Crist, 21/5/74: 26).

También es posible observar algunos ejemplos en los que la fusión involucra a los militares. Para
ello, contamos con un asombroso cartoon de Fontanarrosa que representa a un superior dirigiéndose a un
soldado que ha atrapado a un atleta, ordenándole que lo suelte puesto que “es marchista, no marxista”. Más
allá de la poco frecuente referencia al marxismo, lo que es destacable es que el jefe que imparte las
órdenes no está caracterizado como militar sino que está vestido de civil y muestra varias de las
características prototípicas de la figura del matón-activista: sobretodo largo, cigarrillo en los labios, espesos
bigotes y lentes oscuros. Por otra parte, es llamativo el desplazamiento metonímico de los lentes oscuros
que aparecen también en la caracterización del soldado, sugiriéndose a través de símbolos iconográficos,
una relación entre los miembros de civil y los miembros uniformados de las fuerzas armadas (Ver imagen 18
- 17/3/74: 43).

Imagen 18

Fontanarrosa, 17/3/74: 43

13
Es muy frecuente en los cartoons la combinación de elementos anacrónicos entre sí por lo que se considera que el hecho de que el
miembro despedido de las fuerzas de seguridad esté caracterizado como sherif no invalida la conclusión.

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Finalmente, es posible establecer ciertos rasgos expresivos en el rostro de militares y en sus


atuendos que se asemejan a los del matón: lentes oscuros, a veces largos sobretodos, cigarrillos, similar
actitud corporal, expresión de malignidad, siendo que muchas veces los detalles de los uniformes militar o
policial aparecen poco detallados (Imagen19).

Imagen 19

Fontanarrosa, 1/9/73: 34

Como sea, todos estos personajes que aparecen a veces genéricamente caracterizados o
ambiguamente diferenciados van a mostrar un ciclo de auge y decadencia a lo largo del período
considerado. Su auge corresponde a los últimos meses de 1973 y particularmente a los años 1974 y 1975
que son los años de protagonismo de la llamada Triple A. En cambio, a partir del golpe de estado su
presencia en los cartoons irá menguando y por otro lado aparecerán algunos casos en los cuales se
tematice su creciente inactividad hasta llegar, en pleno momento de transición democrática, a dos cartoons
de Crist que los muestran excluidos del sistema y pensando estrategias para resguardarse del peso de la
ley.

En ambos se nota un cambio estético en la obra del humorista: los trazos son más realistas, los
personajes muestran mandíbulas más prominentes y narices engrosadas y los recuadros muestran
encuadres más expresivos, con la elección de ángulos contrapicados y acciones cuya conclusión rebasa el
espacio del pictograma. El primero nos permite entrometernos en las estrategias de dos de estos temerarios
personajes en el contexto de las discusiones por la amnistía a los militares, en donde uno de ellos dice al
otro: “Mi idea es formar una organización que nos ampare. Algo así como alcohólicos anónimos pero que se
llame «anónimos» solamente” (Imagen 21 - Crist, 3/9/83: 44). Finalmente, el último cartoon de la serie, que
es de finales de diciembre de 1983, muestra a un personaje armado, con negros bigotes y ataviado de con
saco y corbata, que está saliendo con cara de preocupación del recuadro del cartoon mientras guarda el

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arma y piensa: “Se está terminando el trabajo. Voy a tener que emigrar. ¿Aguantará el país otra fuga de
cerebros?” (Ver imagen 22 - Crist, 29/12/83: 56).

Imagen 20 Imagen 21

Fontanarrosa. 28/7/75: 30 Crist, 3/9/83: 44

Las representaciones del humor gráfico bis a bis con las de la línea editorial del Clarín

A partir de este recorrido (y del trabajo de sistematización y análisis de otras temáticas y personajes
que por cuestiones de tiempo no puedo presentar en esta ocasión), podemos concluir que el panorama que
pintan Crist y Fontanarrosa nos remite al accionar de bandas de derecha que podemos asociar primero con
la Triple A y luego con grupos de tareas vinculados con el aparato de estado terrorista asociados tanto con
actividades represivas como delictivas.

Lo que llama la atención es que el accionar de los grupos político militares de izquierda queda
totalmente desdibujado. Esta apreciación se vuelve más relevante si comparamos estas construcciones con
los pronunciamientos de la línea editorial del diario en relación con los protagonistas de la violencia.

Ciertamente, el conjunto de editoriales que aborda la cuestión de la violencia refiere


preferentemente, desde 1974 a la existencia de una guerra interna protagonizada por fuerzas “extremistas”
“antiargentinas”, “agentes del caos”, ligadas al terrorismo internacional tributando, claramente, de la
Doctrina de Seguridad Nacional y los argumentos esgrimidos en breve por los propios militares golpistas
para justificar el arrebato del poder (“Frente a la provocación”, 23/1/74: 10). Por su parte, la existencia de
grupos paramilitares asociados con la represión y la delincuencia va a ser un tema relativamente
postergado siendo recién al promediar el año 1976 cuando, se afirme que a la acción de la “guerrilla
subversiva” se suma “la existencia de atentados igualmente condenables debidos a la acción de grupos de
un signo diametralmente opuesto” (“Los derechos humanos”, 16/9/76: 8. Bastardillas mías).

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Recién hacia 1980, en el marco del documento final elaborado por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, que de un modo elíptico la línea editorial volverá a aludir a los mecanismos de
represión ilegal argumentando que “resulta traslúcido que la Comisión hubiera querido que el problema de
la subversión fuera abordado por los canales de la represión ordinaria…” (“Los derechos humanos y la
OEA”, 22/4/80:10. Las bastardillas son mías). Como puede apreciarse, es a partir de la alusión a lo que la
comisión internacional de DDHH hubiera esperado que se abre implícitamente la postulación de la
existencia de mecanismos de represión extra-ordinarios. Y será recién al promediar el año 1981 que la línea
editorial va declarar explícitamente que existieron mecanismos de represión “ilegítimos” acompañando esta
formulación, además, por un abierto repudio.

En suma, podemos concluir que mientras que la voz oficial del diario habla en sus editoriales de la
“subversión” y de los agentes del “caos” ligados a fuerzas extranjeras, los humoristas van construyendo la
figura del activista de bandas asociadas con “la pesada” y relacionadas con grupos de extrema derecha.

A modo de cierre

Las páginas precedentes se han escrito a partir de la hipótesis de que el humor gráfico se
constituyó en un medio privilegiado para la sedimentación de algunas representaciones, ideas y valores
propios de la época relativos a la represión clandestina y sus protagonistas. Asimismo, se afirman en la idea
de que asimismo, encontrar algunos intersticios para burlar la censura y el control dictatorial.

En tal sentido, se ha intentado demostrar que, a diferencia de la línea editorial del diario, que tendió
a construir la imagen del guerrillero subversivo asociado con las fuerzas de la izquierda, los humoristas
tendieron a enfatizar el protagonismo de las fuerzas de la extrema derecha asociadas con la represión
clandestina e ilegal. En tal sentido, se han analizado los mecanismos de construcción del personaje del
activista-matón-guardaespaldas y sus articulaciones referenciales y metonímicas con el grupo de tareas
asociado tanto con las modalidades de acción de la Triple A como con los grupos que participaron en la
represión clandestina durante la dictadura militar.

Las comentadas representaciones, junto con las otras series que componen el conjunto de la
temática de la violencia relativas a ejecuciones, aplicación de tormentos físicos y aparición de cadáveres,
nos permite cuestionar la extendida representación de la sociedad argentina como un colectivo ignorante
que las memorias hegemónicas han construido tan eficazmente. Sin embargo, estas referencias en el
humor gráfico de Clarín no nos permiten afirmar que existió un conocimiento acabado y pleno sobre los
crímenes de la represión clandestina. En todo caso, sí nos dan la pauta de que, efectivamente, había
indicios que desbordaban el secreto y lo oculto y que impactaban en los imaginarios colectivos a través de
representaciones sobre el horror.

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Semana 3 – Los y las protagonistas de la historia

En el transcurso de esta semana nos ocuparemos del problema de “a quiénes estudiamos”. El objeto de la historia está
compuesto en realidad de sujetos. Si bien desde los orígenes de la humanidad los hombres y mujeres han hecho la historia,
no siempre los historiadores han prestado atención a ello. Tanto en la mayoría de los libros de historia como en las clases en
las escuelas han estado por mucho tiempo más presentes los grandes líderes políticos que la gente común, los hombres más
que las mujeres… Al calor de las disputas políticas que atraviesan nuestras sociedades, algunos historiadores han
reflexionado en forma creciente sobre esta cuestión en las últimas décadas.
Las lecturas de esta semana nos muestran las historias de algunos personajes que eran usualmente desatendidos en la
historia escrita predominante. Estos trabajos tratan sobre cómo recuperar colectivos y actores sociales “silenciados” y
también sobre los desafíos que esta empresa conlleva para la historia en general. Este rescate no se ha propuesto sólo en
términos de reivindicación, sino también como un modo de corregir las limitaciones y distorsiones de las visiones históricas
predominantes y de analizar de una manera más profunda las relaciones sociales de dominación o definición de los lugares
que cada uno ocupa en la sociedad y la forma en que se han ido constituyendo y modificando a lo largo del tiempo.
Los invitamos a pensar sobre las diversas formas de analizar la historia y a descubrir a algunos de los sujetos –individuales y
colectivos- que han hecho y hacen cada día la historia.
Lunes
-Sharpe, Jim. "La historia desde abajo". En Burke, Peter. Formas de hacer Historia. Madrid, Alianza, 1993, pp. 38-58.

Miércoles
-Burke, Peter. Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona, Crítica, 2005 (2001). “Estereotipos
de los otros”, pp. 155-175.

Jueves
- Barrancos, Dora. “La puñalada de Amelia (o cómo se extinguió la discriminación de las mujeres casadas del servicio
telefónico en Argentina)”. Trabajos y Comunicaciones. Segunda época, 2008, pp. 111-128.
-Andújar, Andrea. “Historia, género y memoria: las mujeres en los cortes de ruta en la Argentina” En A.A.V.V: Historia Oral y
militancia política en México y en Argentina. Universidad de Buenos Aires y Editorial El Colectivo, Buenos Aires, 2008. pp.
92-116.
Sharpe, Jim. "La historia desde abajo". En Burke, Peter. Formas de hacer Historia. Madrid, Alianza.

Con el texto de Sharpe comenzamos el recorrido de los temas de esta semana, que tienen que ver con los “protagonistas de
la historia” y, de modo particular, con aquellos que si bien han estado presentes a través de sus acciones en el pasado, no
han tenido mucho lugar en los libros de historia.
Este artículo es un poco distinto a los que hemos leído en clases anteriores. No trata sobre un tema y un período histórico
particular –por ejemplo, “la publicidad política durante la revolución francesa”, sino de cómo fue surgiendo y tomando
forma un campo de estudios, en este caso, la “historia desde abajo”.

¿De qué trata el texto?

1) Luego de haber leído el texto traten de precisar cuáles son los objetivos generales que se propone el autor.
2) A diferencia de otros textos, el artículo de Sharpe no está dividido en secciones que, más allá del título, nos den pistas de
cuáles son los problemas que va a tratar. Sin embargo, se trata de un texto muy bien ordenado en lo que refiere a cómo
presenta el argumento, es decir, como recorre distintos aspectos y cada uno de ellos va llevando al siguiente.
Traten de identificar cuáles son las distintas secciones en texto. Pueden marcarlas y ponerles títulos que aludan a cuáles son
las preguntas que guían cada una de ellas y cuáles sus contenidos principales. Traten de armar un índice que de cuenta lo
más exhaustivamente posible de los contenidos del texto.
3) El texto destaca, entre otras cuestiones, que quienes intentan reconstruir la historia de “los de abajo” tienen que
enfrentar dos “problemas” fundamentales: el problema de las fuentes y el problema de los conceptos. Estos problemas no
son únicos de los estudios de la historia de “los de abajo”, también podrían presentarse si uno quiere contar la historia de las
élites. Sin embargo, en este caso, parecen presentar algunas particularidades. De alguna manera, se “exacerban”, o bien
presentan dimensiones nuevas. Trataremos entonces de analizarlos con mayor profundidad.

a) Sobre el problema de las fuentes:

Traten de identificar por qué Sharpe dice que aquí hay un problema y qué dice sobre la manera en que intentan resolverlo
los historiadores. Intenten ver si para explicar algunas de estas cuestiones pueden retomar aquello que trabajamos la
semana anterior. ¿Tuvieron que enfrentar este tipo de problemas los historiadores que leímos la semana pasada? ¿Cómo lo
hicieron?
b) Sobre el problema de los conceptos:

Sharpe sostiene que los conceptos de lo “popular”, en términos más concretos podríamos decir “el pueblo”, son
problemáticos.
Tratemos de identificar por qué son problemáticos, qué cuestiones están implicadas en la elección de estos conceptos, que
ventajas y desventajas tiene cada uno.
Piensen en fenómenos culturales que podrían definirse como “populares”. Armen una lista en la que incluyan fenómenos no
sólo en función de lo que ustedes consideran popular, sino también que otros, en el lenguaje corriente, lo hacen.
Armen una segunda lista de los distintos usos que ustedes registran de la palabra “pueblo”. Pueden incorporar distintas
maneras de conceptualizar ¿qué es el pueblo?: ¿son las masas? ¿es la gente corriente? ¿es una parte de quiénes forman una
sociedad o son todos? ¿Quiénes son parte del pueblo y quienes no en cada una de las definiciones? ¿Cuáles son los criterios
que orientan estas definiciones?

Traten ahora de agrupar y clasificar los contenidos de las listas en función de distintos tipos de definiciones de qué es lo
popular y qué es el pueblo. Luego discutan: ¿Qué ventajas y desventajas les encuentran a cada grupo de definiciones? ¿Qué
definiciones implícitas sobre quienes forman parte del grupo de personas aludidas hay en cada una de las definiciones?
¿Qué tipo de definiciones preferirían ustedes?

Volvamos entonces sobre el problema de los conceptos. Discutan: ¿por qué es importante la discusión sobre los conceptos a
la hora de pensar la historia desde abajo? El teórico cultural Raymond Williams señala que muchas veces las discusiones
sobre los conceptos se complican justamente porque no son sólo discusiones sobre conceptos sino sobre “problemas
sociales”. Traten de precisar qué discusiones sobre problemas sociales aparecieron a través de las discusiones sobre “qué es
el abajo y cómo estudiarlo”, “qué es la cultura popular”, “qué es el pueblo”.
Burke, Peter. Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona, Crítica, 2005.

“Estereotipos de los otros” es un capítulo que Burke escribe para su libro Visto y no visto. El uso de la imagen como
documento histórico, donde se propone un estudio de las imágenes a lo largo del tiempo, evidenciando su carácter no
ingenuo en tanto son producto de sociedades en tiempos y lugares específicos.

1) El autor plantea como objeto de su estudio al Otro, “con O mayúscula”. ¿A qué se debe ese énfasis? O bien, ¿por qué el
autor cree necesario realizar esa aclaración?

2) Burke propone -como en una secuencia- los términos imagen, estereotipo y mirada. ¿Cuál es la relación que establece
entre ellos? ¿Qué especificidades tiene cada uno de ellos? ¿Cómo se construye una mirada? ¿Qué miradas distingue? ¿A qué
se deben estas diferenciaciones? ¿Qué aspectos de la historia no ayudan a entender por qué estas miradas muchas veces se
transforman en una “esencia estática”?

3) El autor propone como primer caso de reflexión, la conversión del Otro en monstruoso a partir de lo exótico. ¿Qué
ejemplos del pasado histórico recupera? ¿Dónde identifica lo posiblemente monstruoso en el presente? ¿Cuál es el lugar de
la paradoja en esto?

4) Por otro lado, el autor plantea un acercamiento a lo Oriental -Próximo, Medio, y Lejano- a partir de la noción de
Orientalismo propuesta por Edward Said. ¿Qué estilos se distinguen en la aproximación a Oriente?

5) En los primeros momentos del texto Burke afirma que “mientras los escritores pueden ocultar sus actitudes mentales
detrás de una descripción impersonal, los artistas plásticos se ven obligados por el medio que utilizan a asumir una postura
clara, representando a los individuos de otras culturas o bien iguales o bien distintos a ellos”. (p. 156) ¿Cómo se evidencia
esta afirmación en las fuentes que presenta respecto a la mirada sobre Oriente? Les proponemos escoger alguna de las
fuentes pictóricas que presenta al efecto y reflexionar sobre lo que muestran en estos términos.

6) Por último, Burke discute sobre la existencia de Otro en el propio país. ¿Qué otras matrices cruzan en estos casos la
identificación y diferenciación de otro?
7) Después de la lectura completa: ¿Cuál es el objetivo del autor en este texto? ¿Qué cuestiones lo habrán inquietado y
condicionado en sus preguntas?

Para discutir:

El libro de Burke se llama Visto y no visto. Les proponemos un juego de lo visto y no visto en relación con este capítulo.
A lo largo del capítulo se evidencia, aun cuando no se explicite como tal, una mirada de historiador. En tanto las miradas
hacia el otro construyen ciertos prejuicios y estereotipos, debiéramos tener cuidado en hacerlos conscientes. ¿Cuáles creen
que son los prejuicios y estereotipos que podemos encontrar en la actualidad? Pueden pensar en ejemplo de otros más
lejanos, pero también de lo que Burke llama el otro en el propio país.

El autor reflexiona al final sobre los límites que, “como testimonio del aspecto que tenían realmente otras culturas o
subculturas, (…) muchas de las imágenes estudiadas en este capítulo no tienen ningún valor”. Sin embargo, también señala
que “lo que sí documentan perfectamente [estas miradas], (…) es un encuentro cultural, y las respuestas dadas a dicho
encuentro por los miembros de una determinada cultura. A un nivel más profundo, esas imágenes quizá nos hablen más que
otra cosa de Occidente.” (p. 175)
La cita sugiere que, en algunos casos, la imágenes de los otros tal vez nos digan más sobre “nosotros” que sobre “los otros”.
Les proponemos elegir una de las imágenes que utiliza Burke para ejemplificar los estereotipos de los Otros: ¿qué puede
decirnos ella de/los sujeto/s que la construye/n? Retomen esta pregunta en relación con alguno de los prejuicios y
estereotipos sobre los otros que señalaron en la pregunta anterior y discutan qué nos pueden decir sobre quienes las
construyen.
http://www.scribd.com/Insurgencia

Peter Burke

VISTO Y NO VISTO

El uso de la imagen como documento histórico

Traducción de Teófilo de Lozoya


VII

ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

Los cristianos tienen razón y los paganos yerran.


LA CANCIÓN DE ROLDÁN

Oriente es Oriente y Occidente es Occidente,


y nunca se encontrarán.
RUDYARD KIPLlNG

Hace relativamente poco que los especialistas en historia de la cultu-


ra se han interesado por la idea del «Otro», con O mayúscula, o qui-
zá mejor con A mayúscula, pues fueron los teóricos franceses los que
llevaron la iniciativa en el estudio de l'Autre. Quizá resultara más ilus-
trativo hablar de las personas distintas de uno mismo en plural y no
convertirlas en una entidad irrdiferenciada, el Otro, pero dado que el
proceso de homogeneización es tan habitual, los especialistas en his-
toria de la cultura tienen que estudiarlo. Este nuevo interés suyo corre
en paralelo a la aparición de la preocupación por la identidad cul-
tural y los encuentros culturales, un ejemplo más de las numerosas
preocupaciones actuales, como, por ejemplo, el debate en torno al mul-
ticulturalismo, que permite a los estudiosos plantear nuevas cuestio-
nes acerca del pasado.
En el caso de los grupos que se enfrentan a otras culturas, se pro-
ducen una y otra vez dos reacciones contrapuestas. Una es negar o ig-
norar la distancia cultural, asimilar a los otros a nosotros o a nuestros
vecinos, mediante la utilización de la analogía, tanto si el empleo de
ésta es consciente como si es inconsciente. El otro es visto como el re-
flejo del yo. Así, por ejemplo, el guerrero musulmán Saladino era
visto por algunos cruzados como un caballero. El descubridor Vasco
de Gama, cuando entró por primera vez en un templo indio, inter-
nSTO y KO VISTO ESTI-:REOTIPOS DE LOS OTROS

pretó una escultura de los dioses Brahma, Vishnu y Shiva como una
imagen de la Santísima Trinidad (del mismo modo que los chinos in-
terpretarían más o menos un siglo después las imágenes de la Virgen
María como la representación de la diosa budista Kuan Yin). Al en-
trar en contacto por primera vez con la cultura japonesa a mediados
del siglo XVI. el misionero jesuita S. Francisco Javier calificaba al em-
perador (que tenía un status social altísimo, pero muy poco poder)
de «papa» oriental. Es la analogía lo que hace inteligible lo exótico,
lo que lo domestica.
La segunda respuesta habitual es justamente la contraria de la an-
terior. Consiste en la invención consciente o inconsciente de otra
cultura opuesta a la propia. De ese modo, convertimos en «otros» a
nuestros congéneres. Así, por ejemplo, la Canción de Roldán describía
al Islam como una inversión diabólica del cristianismo, y presentaba
una imagen de los musulmanes como adoradores de una trinidad
infernal, compuesta por Apolo, Mahoma y cierto «Termagante». El
historiador griego Heródoto presentaba una imagen de la antigua 63. Grabado en el que aparece un embajador tibetano con un «rosario», en
Jean Nieuhof L 'amoossadc de In Comjmgnil' Orientcde des Prooinces Unies I1tTI Tem-
cultura egipcia justamente como la inversión de la griega, y señalaba pereur de ía Chine... (Leyden:J. De Meurs, 1663).
que en Egipto se escribía de derecha a izquierda, y no de izquierda a
derecha, que los hombres se ponían la carga sobre la cabeza y no más familiares para el artista y su público que los pueblos originarios
sobre los hombros, que las mujeres orinaban sentadas, y no de pie, etc. de las Américas. En el otro grabado, que ilustra un informe de una
También describía en cierto modo a los persas y a los escitas como la embajada de la Compañía Holandesa Oriental de Indias a China,
antítesis de los griegos. aparece un lama tibetano representado como un cura católico, y la
En el último párrafo utilizábamos el término «imagen" en el sen- sarta de cuentas que utiliza para rezar tienen todo el aspecto de un
tido de imagen mental, y la prueba de ello nos la ofrecerían los tex- rosario (Fig. 65). El texto que lo acompaña va más allá en esa asimi-
tos. Para recuperar o reconstruir esas imágenes mentales, resulta in- lación, y la versión inglesa dice que el sombrero del lama «es como el
dispensable a todas luces el testimonio de las imágenes visuales, pese ele un cardenal, con alas anchas", mientras que la versión francesa,
a los problemas de interpretación que puedan plantear. Mientras dirigida a un público católico, compara también las mangas anchas
que los escritores pueden ocultar sus actitudes mentales detrás de una del hábito del lama con las de un franciscano, y su «rosario» con el de
descripción impersonal, los artistas plásticos se ven obligados por el los dominicos y franciscanos. El sombrero representado en el gra-
medio que utilizan a asumir una postura clara, representando a los bado, dicho sea de paso, es distinto del tocado puntiagudo tradicio-
individuos de otras culturas o bien iguales o bien distintos a ellos. nal de los lamas, que un viajero italiano de comienzos del siglo XVIII,
Tenemos dos claros ejemplos del primer proceso descrito ante- en otro intento de asimilar lo desconocido a lo conocido, comparaba
riormente, esto es, el de asimilación del otro, y ambos corresponden con la mitra de un obispo. A diferencia de otras imágenes de culturas
a sendos grabados holandeses del siglo XVII. En uno, aparece un in- lejanas ilustradas aquí (d. por ejemplo Fig. 3), da la impresión de
dio del Brasil armado con el arco y las flechas clásicas. De ese modo, que el grabado se basa en el texto escrito y no en los dibujos hechos
los indios eran identificarlos con los bárbaros del mundo antiguo, del natural.
VISTO Y NO VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

En otras palabras, cuando se produce un encuentro entre culturas en esta época cuando, por ejemplo, empezó a pensarse que la cul-
distintas, lo más probable es que las imágenes que una hace de otra tura de Tahití era una reliquia de la Edad de Oro. En particular los
sean estereotipadas. El término «estereotipo» (originalmente la plan- habitantes de la Patagonia y de la Polinesia fueron vistos por los via-
cha a partir de la cual se grababa una estampa), al igual que la pa- jeros europeos a través del prisma de la tradición clásica como «ejem-
labra clisé (término utilizado originariamente en francés para de- plares modernos de la vida austera y virtuosa que llevaban en la
signar dicha plancha) constituye un recordatorio muy eficaz de los época clásica pueblos tales como los espartanos o los escitas»."
vínculos existentes entre imagen visual e imagen mental. El estereo- Por desgracia, la mayoría de los estereotipos de los otros -el
tipo puede no ser completamente falso, pero a menudo exagera de- de los judíos según los gentiles, los musulmanes según los cristianos,
terminados elementos de la realidad y omite otros. El estereotipo pue- los negros según los blancos, la gente de pueblo según la gente de
de ser más o menos cruel, más o menos violento, pero, en cualquier ciudad, los militares según los civiles, las mujeres según los hom-
caso, carece necesariamente de matices, pues el mismo modelo se bres, etc.- han sido y son hostiles y despectivos o, en el mejor de los
aplica a situaciones culturales que difieren considerablemente unas casos, condescendientes. Un psicólogo probablemente se fijaría en el
de otras. Se ha observado, por ejemplo, que las imágenes europeas temor que se oculta tras el odio y también en la proyección incons-
de los indios americanos eran a menudo compuestas, utilizando ras- ciente sobre el otro de los aspectos más indeseables de la propia per-
gos de indios de otras regiones para crear una imagen global simple. sonalidad.
Resulta dificil analizar esas imágenes sin utilizar el concepto de Tal vez por ese motivo los estereotipos toman a menudo la forma
«mirada», término nuevo tomado del psicoanalista francés Jacques de inversión de la imagen de sí mismo que tiene el espectador. Los
Lacan (19°1-1981), para designar lo que antes se habría llamado estereotipos más crueles se basan en la simple presunción de que
«punto de vista». Tanto si nos referimos a las intenciones de los artis- '<nosotros» somos humanos o civilizados, mientras que «ellos» apenas
tas como a la forma en que distintos grupos de espectadores miran la se diferencian de animales tales como el perro o el cerdo, con los
obra de éstos, resulta conveniente pensar en términos, por ejemplo, que a menudo se les compara, no sólo en las lenguas europeas, sino
de mirada occidental, mirada científica, mirada colonial, mirada tu- también en árabe)' en chino. De ese modo los otros se convierten en
rística o mirada de hombre (vid. in/m pp. 171 ss.). 1 La mirada a me- "el Otro". Se convierten en seres exóticos, distantes de uno mismo.
nudo expresa una actitud mental de la que el espectador puede no Incluso pueden ser convertidos en monstruos.
ser consciente, tanto si sobre el otro se proyectan odios, como temo-
res o deseos. La interpretación psicoanalitica de las imágenes -mé-
todo que estudiaremos con más detalle en el Capítulo X- tiene en LAS RAZAS MONSTRUOSAS
las imágenes de los extraños, tanto en el propio país como fuera de
él, uno de los apoyos más fuertes. El ejemplo clásico -por ser típico y por ser de raigambre clásica-
Algunos de esos estereotipos son positivos, como en el caso del de este proceso es el de las llamadas «razas monstruosas», que, según
«salvaje noble», expresión usada en 1672 por el poeta y dramaturgo creían los griegos, habitaban en lugares remotos tales como la India,
inglésJohn Dryden. Se trataba de una imagen clásica, resucitada du- Etiopía o el Carai." Entre esas razas estaban los «cinocéfalos», ti hom-
rante el siglo XVI y desarrollada al mismo tiempo que la contraria, es bres con cabeza de perro; los «blemias», que no tenían cabeza; los
decir, la del caníbaL Las imágenes, entre ellas las xilografías incluidas -esciópodos», que sólo tenían una pierna; los «antropófagos» o ca-
en la Historia de un viaje al Brasil (1578), del misionero protestante níbales; los «pigmeos»; las "amazonas», esto es, la raza de mujeres
francés Jean de Léry, se encargarían de ilustrar este concepto. El mo- guerreras que tenían un solo pecho, etc. La Historia natural del escri-
mento culminante de la idea del salvaje noble sería el siglo XVIII. Fue tor romano Plinio el Viejo transmitió estos estereotipos a la Edad Me-
VISTO Y NO VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

dia y de ahí llegaron hasta nosotros. Por ejemplo, la alusión que apa-
rece en Otelo a los hombres «cuyas cabezas crecen por debajo de los
hombros" se refiere claramente a los blemias.
Las razas monstruosas quizá fueran inventadas para ilustrar las
teorías en torno a la influencia del clima, dándose por supuesto que
las gentes que viven en lugares demasiado fríos o demasiado caluro-
sos no pueden ser plenamente humanas." No obstante, tal vez resulte
ilustrativo considerar esas imágenes no sólo una pura invención, sino
un ejemplo de la percepción distorsionada y estereotipada de las sa-
o cicdades lejanas. Al fin y al cabo, todavía existen los pigmeos y al-
gunos pueblos comen carne humana en determinadas ocasiones.
Cuando la India y Etiopía comenzaron a ser más familiares para los
europeos a lo largo de los siglos xv Y XVI, Yno pudieron encontrarse
en ellas blcmias, amazonas ni esciópodos, los estereotipos fueron si-
tuados en el Nuevo Mundo. Por ejemplo, el río Amazonas lleva este
nombre porque se creía que en él vivían las amazonas. Los pueblos
remotos se consideraban monstruosos tanto moral como físicamen-
66. «La isla y el pueblo que fueron descubiertos por el rev cristiano de Portu-
te, como ocurría con los caníbales que se creía que vivían en Brasil, g-alo sus súbditos», xilografía alemana en la que aparecen representados unos
África central y otras regiones.:~ caníbales brasileños, ca. 1505. Bayerische Staatsbibliothek, Múnich.
Para una imagen de canibalismo, que expresa vividamente ese es-
tereotipo y sin duda contribuyó a su difusión, podemos recurrir a rufa (no siempre la occidental) deshumaniza a otra afirmando que
una famosa xilografía que circulaba por Alemania unos seis años des- sus miembros se comen a la gente.
pués de que los portugueses desembarcaran por primera vez en Bra- Hoy día al lector le costará trabajo tomarse en serio la idea de las
sil en 1500 (Fig. 66). En el centro de la estampa vemos fragmentos razas monstruosas, reconocer que nuestros antepasados creían en su
de un cuerpo humano mutilado colgando de un árbol, mientras que existencia o al menos en la posibilidad de su existencia en algún lu-
el salvaje situado en el extremo izquierdo devora el brazo de un hom- gar. Ese escepticismo resulta hasta cierto pun to paradójico. si tene-
bre. Este ejemplo arroja bastante luz sobre el proceso de creación del rnos en cuenta las numerosas imágenes de extraterrestres que circu-
estereotipo. La afirmación que realiza no es exactamente falsa. Al- lan, y a las que podríamos considerar el desplazamiento último del
gunos indios del Brasil, por ejemplo los varones adultos de la tribu estereotipo de Plinio. Al margen de eso, seguimos viendo a los gru-
tupinambá, cuyas costumbres fueron descritas detalladamente Pv" pos humanos culturalmente alejados de nosotros de forma estereoti-
algunos viajeros europeos a finales del siglo XVI, comían carne hu- pada. Un ejemplo evidente de ello sería el del «terrorista», término
mana, concretamente la de sus enemigos, en determinadas ocasio- que habitualmente evoca una imagen de violencia extrema e irracio-
nes rituales. Pero el grabado da la impresión falsa de que la carne hu- nal. Si esos «terroristas» -irlandeses, palestinos, kurdos, etc.- son
mana era el alimento cotidiano de todos )0,'1, indios, y contribuyó a calificados de «guerrilleros», recuperan su rostro humano y de paso
definir como «caníbales» a los habitantes de todo un continente. En Unos motivos, por no decir unos ideales, inteligibles. A consecuen-
este sentido contribuyó a la creación de lo que ha dado en llamarse cia de la decadencia de la figura del «otro» como comunista tras la
el "mito del caníbal», esto es, el proceso en virtud del cual una cul- caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética, se

160
VISTO Y NO VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

han popularizado especialmente a través del cine, sobre todo du-


rante los años noventa, las imágenes de terroristas musulmanes. El
«terrorismo" se asocia con otros términos peyorativos igualmente
mal definidos, tales como los de «fanatismo», «extremismo» y más
recientemente «fundamentalismo». Esas imágenes hostiles del Islam se
relacionan con lo que a menudo se llama mentalidad «orientalista».

ORIENTALI5MO

Durante los últimos veinte años del siglo xx, el término «orientalis-
mo", palabra otrora neutra utilizada para designar los estudios de los
especialistas occidentales en las culturas del Oriente Próximo, Medio
y Lejano, se ha convertido en un concepto peyorativo. hEse ca,~ b 10.d e
O

significado se debe en buena medida a un solo hombre, el cnuco h~e­


rario Edward Said, y a su libro Orientalism. aparecido en 1978. Sal~ 67- Jean·Auguste-Dominique Ingrcs. Odalisca ron esclava, 1839/4°, óleo sobre
definía el orientalismo a su estilo como «la institución colectiva desti- lienzo montado sobre un panel. Fogg Art Museum, C...ambridge, MA.
nada a estudiar el Oriente» que se desarrolló en los países occiden-
tales a partir de finales del siglo XVIII. Por otra parte, se refería a él Esas imágenes visuales ilustran los estereotipos literarios de Oriente
diciendo que era un «discurso», o (citando al historiador británico que tenían los occidentales, tales como las Cartas pn-sas (1721) de
Victor Kiernan) «el espejismo colectivo de Oriente que tiene Euro- Montesquieu, o cuando menos, corren paralelas a ellos. De hecho sa-
pa», o «un estilo occidental de dominar. .. el Oriente» frente al cual bemos que algunos artistas recurrieron a la literatura para familia-
se definía el propio Occidente.' rizarse con el «color local», como hizo Ingres al recurrir a las cartas
Said trabajó con textos, tras decidir que no iba a estudiar los este- escritas en el siglo XVIII por Lady Mary Wortley Montagu desde Es-
reotipos culturales de lo que él llamaba «el cuadro de género oriental», tamhul. Ingres transcribió algunas cartas, entre ellas el pasaje en el
pero sus ideas pueden utilizarse -y así lo han sido-- para analizar.la:' que Lady Mary cuenta su visita a unos baños turcos, como prepara-
pinturas sobre el Oriente Medio realizadas por ]ean-Auguste-Dom~m­ ción para la ejecución de su cuadro Rain TUTe (d';62-t863)Y
que Ingres (1780-1867), Théodcre Géricault (l79 1- 18 24),]ean-Leon Las forograñas de escenas de la vida del Oriente Medio tomadas en
Gérome (1824-19°4), Y Delacroix, así como por otros artistas ingleses, los siglos XIX y xx por europeos y destinadas a un público europeo
alemanes, italianos y españoles." No resultaría dificil reunir un número contribuirían a perpetuar esos estereotipos. JO Lo mismo ocurrió con
sustancioso de pinturas occidentales sobre temas relacionados con el las películas, sobre todo El caíd (192 I ), cuyo protagonista, Ahmed
Oriente Medio, que están llenas de estereotipos y cuyo interés se centra Be-n Hassan, era interpretado por el actor ítalo-americano Rodolfo
principalmente en el sexo, la crueldad, la ociosidad y el «lujo oriental»: Valentino, como si para el público WASP (vblanco-anglosajón-pro-
harenes, baños, odaliscas, esclavos, etc. La Odalisca con esclava de Ingres testan te»] de América todos los hombres de tez cetrina fueran in-
(Fig. 67) es un exponente bastante típico de este género, al dar al es- tercambiables. La larga vida de los estereotipos y su proliferación
pectador occidental la sensación de que entra en un harén y c~ntem­ indican que esos ejemplos de fantasía colectiva o de «imaginario co-
pla de ese modo los secretos más íntimos de una cultura extrana. lectivo» respondían a los deseos voyeuristas de los espectadores.
VISTO Y Ka VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

En los párrafos anteriores hemos intentado demostrar que un es-


tudio de las imágenes del Oriente Medio realizado por occidentales
en los términos planteados por Said resulta de hecho muy ilustrativo.
No obstante, dicho planteamiento arroja tantas luces como sombras.
Las actitudes mentales de Occidente hacia «el Oriente» no eran más
monolíticas que el propio Oriente, sino que variaban según el artista
y el género. Delacroix y Géricault, por ejemplo, mostraron su entu-
siasmo por las culturas del Norte de África. Las distinciones se im-
ponen. Para complicar aún más la cuestión, podríamos encontrar
individuos a los que cabría calificar de «orientalistas orientales". El
propietario del Bain TUTe de logres fue el diplomático otomano Khalil
Bey, mientras que Hamdi Bey (1842-1910), artista turco que estudió
en PaIÍs con Céróme. pintó escenas de su propia cultura al estilo oc-
cidental. Daría la impresión de que la modernización del Imperio 68. Alberto Pasini, Escena callejera, Damasco. óleo sobre lienzo. Museum uf Art.
Philadclphia.
Otomano exigía verlo a través de unos ojos occidentales o, en todo
caso, occidentalizantes. las fotografías de época posterior, como testimonio de la vida social
Otra distinción importante que debemos establecer sería la que en el mundo islámico del siglo XIX. Los pintores recurrían en mu-
existe entre el estilo «romántico» exotizante y el que ha dado en llamar- chas ocasiones a modelos judías, porque las mujeres musulmanas
se estilo «documental», «de reportaje- o «etnográfico», que pode- eran inaccesibles. Unas veces lo reconocían, como ocurre en Boda ju-
mos encontrar en algunos pintores decimonónicos de escenas típicas día en Marruecos (otra obra de Delacroix), pero otras no. La identi-
del Oriente Medio, y también en otras obras de época anterior, como ciad de las Dos mujeres sentadas ha sido discutida con frecuencia. Quizá
las que realizaron John ""hite en Virginia (cf Fig. 3) oJohn wcbbcr sean judías, pero los detalles de sus vestidos indican que se trata real-
(1752-1798) en el Pacífico; este último fue elegido por el capitán mente de mujeres musulmanas, confirmando la tradición según la
Cook para que 10 acompañara en su tercer viaje con el fin de «pre- cual un amigo francés del artista, cierto ingeniero que trabajaba en
servar y mostrar» imágenes "de las escenas más memorables de nues- el puerto de Argel, convenció a un miembro de su equipo de que
tras transacciones». Entre los ejemplos de este estilo etnográfico, permitiera a Delacroix pintar a sus mujeres del natural. 12 Otro pro-
equivalente del «estilo testimonio ocular» estudiado anteriormente blema de las imágenes documentales es que centran su atención en
(cf Introducción) cabría citar las Dos mujeres sentadas de Delacroix lo típico a expensas de lo individual. Lo que se considera típico de
(Fig. 1), el dibujo del sultán otomano camino de la mezquita (Fig. 2), una determinada cultura puede ser fruto de años de observación,
del artista-reportero francés Constantin Ouvs (1802-1892), Y la Es- pero también puede ser fruto de una lectura precipitada o de un
cena callejera de Dmnasco (Fig. 68) de Alberto Pasini (1820-1899), en mero prejuicio.
la que aparecen hombres a caballo, vendedores callejeros, figuras Lo que Said bautizó o rebautizó con el nombre de «orientalismo»
con velos y turbantes, y una casa impresionante, a través de las celo- constituye un caso específico de un fenómeno mucho más amplio, a
sías de cuyas ventanas las mujeres podían contemplar el exterior sin saber, la percepción estereotipada de una cultura por otra, o de los
que nadie las viera.11
individuos de una cultura por los individuos de otra. Las imágenes
Incluso escenas como éstas, a pesar del enorme «efecto realidad» del sur de Europa realizadas por artistas del norte del continente, so-
que poseen, deben ser utilizadas con mucho cuidado, lo mismo que bre todo las de España e Italia, no muy distintas -sobre todo cuando
VISTO Y NO VISTO E:STEREOTIPOS DI': LOS OTROS

se sitúan en Andalucía o Sicilia- de las de Oriente, podrían llamarse


ejemplos de «met-idionalisrno». Las imágenes del remoto norte de
Europa, por ejemplo de Laponia o Finlandia, podrían llamarse «bo-
realismo». Las imágenes europeas de África se desarrollaron en
paralelo a las de Oriente. En América del Sur y del Norte los artistas
representaban a los esclavos negros de una manera más o menos es-
tereotipada.
Entre las representaciones de afroamericanos que muestran una
mayor simpatía hacia este grupo, estaría la serie de obras pintadas
por Easrman johnson (1824-1906), originario del norte de los Esta-
dos Unidos ---concretamente de Maine- y partidario de la abolición
de la esclavitud. Su trabajo más famoso sobre este tema, Vida de los ne-
gros en el Sur, fue pintado en 1859, poco antes del estallido de la
Guerra Civil Americana. Esta escena de los esclavos descansando des-
pués del trabajo -un hombre toca el banjo, las madres juegan con
sus hijos, un hombre joven corteja a una linda muchacha- fue cali-
ficada en su época de equivalente pictórico de La cabaña del Tío Tom
(la novela de Harriet Beecher Stowe había aparecido siete años antes,
en 1852). Se dijo de ella en tono laudatorio que era una representa-
ción auténtica de «los afectos, el humor, la paciencia y la serenidad
,o. Polvera con imagen japonesa de unos portugueses, siglo XVI. Museu Na-
que redimen de la brutalidad y la ferocidad a los africanos civiliza- cional de Arte Amiga, Lisboa.

69. Xilografía de un monstruo, en Wu


1 Ronchen, Shan-Haj-jing, Guang Zhu.
dos, aunque sojuzgados». Más recientemente las imágenes de los
(23) 1Il1
U
"', afroarncricanos pintados porJohnson han sido calificadas de «no es-
tereotipadas». No obstante la Vida de los negros en el Sur está llena de
&1

~
• posturas y elementos típicos -el banjo, por ejemplo-c. asociados
con los esclavos. Yo preferiría decir que los personajes están estereo-
JI tipados de un modo relativamente amable y afectuoso. '3
al
• Las imágenes de los europeos concebidos como «el otro" realiza-
rlas por autores no europeos ofrecen también un testimonio elo-
cuente de estereotipo cultural. Al igual que los europeos, los chinos
tenían visiones de razas monstruosas, como indican algunas xilogra-
fías del siglo XVII (Fig. 69), entre ellas la de una figura que se parece
increíblemente a los blemias clásicos (¿se trata de un caso de difu-
sión cultural o de una invención independiente?). Una botellita ja-
ponesa del siglo XVI (Fig. 70), lo mismo que varios biombos pintados
realizados algunos años más tarde, muestra a unos portugueses con

166
VISTO V 1\0 VISTO
ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

7 l. Plancha nigeriana (Benin) de bronce con dos portugueses del sig-Io xvr.
Colección particular. -

unos greguescos hinchados como globos, circunstancia que da a en-


tender que las ropas de los europeos c--al igual que sus grandes nari-
ces- eran consideradas particularmente exóticas. Las imágenes de
los portugueses realizadas por africanos plantean las mismas cuestio-
nes (Fig. 71). En este sentido podríamos hablar de un «occidentalis- nro FUReES.
mo». aunque nunca llegó a ser lo que Said llamaba una «institución
colectiva» al servicio de un dominio político y económico. q 7 2. John Tennicl, «nos fuerzas", viñeta del Punrh, 29 de octubre de lSS r .

En Occidente, la xenofobia se ha expresado a menudo a través de


imágenes que presentan a los individuos de otras naciones como mente relacionadas, mientras que el orondo fraile que mira sonríen-
~e hacia la comida, con la mano gordezuela en el pecho, evoca la
monstruos o personajes casi monstruosos. La gracia de La Puerta de
Caíais de Hogarth (ca. 1748), por ejemplo, se basa en la tradición de Imagen .negativa del papismo y de lo que los intelectuales protestan-
tes del siglo XVIII solían llamar la «clerigalla».
los estereotipos de los franceses que habían creado los ingleses. Los
franceses miserables recuerdan al espectador que en la mente de I ~~)r otra partc: en las caricaturas inglesas y americanas del siglo XIX,
los británicos la pobreza y la monarquía absoluta estaban estrecha- os ~lla~deses.~ohan ser representados con rasgos simiescos o, según
la ciencia-ficción de la época, como una especie de nuevo Frankens-
168
16 9
VISTO Y NO VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

tein, un monstruo traído al mundo por los británicos, que ahora los ejemplo, sacando la lengua. A menudo son presentados como seres
amenazaba. En cierto modo esas imágenes recuerdan la tradición de próximos al demonio, tanto fisica como moralmente. Su carácter in-
personificar la rebelión o el desorden (uno de los irlandeses simies- frahumano era demostrado a los espectadores mediante su asocia-
cos dibujados por el caricaturista John Tenniel en la Figura 72 lleva ción con los cerdos en la imagen recurrente de laJudensau.l7
en el sombrero un letrero que dice -Anarquía-). En cualquier caso, Algunas de esas asociaciones aparecen también en otros contex-
l
su fuerza xenófoba resulta inequívoca. :; tos. En las caricaturas realizadas durante la Revolución Francesa, por
ejemplo, el rey Luis XVI era representado a veces como un cerdo.
También tienen un aspecto porcino los capitalistas gordos y malva-
EL OTRO EN EL PROPIO PAís dos de los cuadros de Georg Grosz (1893-1959), por ejemplo, o de
Diego Rivera. Podemos ver distorsiones menos crueles y quizá menos
En el seno de una determinada cultura se produce un proceso de dis- conscientes en muchas imágenes de mujeres -fruto de la mirada
tinción v distanciamiento análogo. Muchas veces los varones se han masculina-, que las representan como seres extraños, repulsivos unas
definid~ a sí mismos en contraposición con la imagen que tenían de las veces y seductores otras. Las imágenes de prostitutas constituyen el
mujeres (sosteniendo, por ejemplo, que «los hombres no lloran'». ejemplo más obvio de estereotipo alienizante. Al pensar en el aspec-
Los jóvenes se definen a sí mismos en contraposición con los viejos, to seductor, enseguida le viene a uno a la cabeza el nombre de Ma-
la clase media en contraposición con la clase trabajadora, o el norte net, cuya famosa Olympia evoca a todas luces la imagen de las odalis-
(ya sea en Gran Bretaña, en Francia o en Italia) en contraposición cas de Oriente. En el lado opuesto tendríamos a Edgar Degas
con el sur. Esas distinciones son encarnadas en imágenes, de suerte ( 1834- 19 17), cuyas imágenes, que subrayan los rasgos menos atracti-
que quizá convenga hablar, por ejemplo, de la «mirada masculina» o vos de la mujer, han sido calificadas de «brutales y brutalizanres», o a
de la «mirada urbana». Algunos artistas se especializaron en producir Grosz, que caricaturizaba a las mujeres de ciudad presentándolas
imágenes del Otro, como David Teniers el Joven, que pintó brujas, como arpías rapaces."
campesinos y alquimistas, otro de los blancos favoritos de los pactas Un caso todavía más extremo de «alterización» de la mujer por
satíricos de la época. 10 parte del varón es la imagen de la bruja, habitualmente fea, y a me-
Esas distinciones se hacen visibles sobre todo en imágenes po- nudo asociada con animales tales como la cabra o el gato, y con el
lémicas, desde el punto de yi~ta religioso o político, pero no existe diablo. Por ejemplo, una xilografía del artista alemán Hans Baldung
una línea divisoria clara entre caricatura polémica y distorsión in- Orlen representa a la bruja como una mujer desnuda volando a lo-
consciente, pues el caricaturista apela a prejuicios ya existentes al mos de una cabra. Durante los siglos XVI y XVII, las brujas empezaron
tiempo que los refuerza. Podríamos ilustrar esta tesis con las repre- a ser representadas cada vez Con más frecuencia cocinando o comiéndo-
sentaciones de los judíos que aparecen en los cuadros y estampas se niños. Esta misma acusación aparece también en textos de la época,
producidos en Alemania y otros países a partir de la Edad Media pero la introducción de este cambio en la imagen visual de la bruja
(como la cultura hebrea es anti-icónica, normalmente no es posible quizá fuera fruto en parte de lo que podríamos llamar una «contami-
comparar esas representaciones con las imágenes de los judíos reali- nación» de las imágenes de caníbales del Brasil y otros países analiza-
zadas por ellos mismos o con las imágenes judías de los gentiles). Un das anteriormente. Las imágenes literarias y visuales se desarrollan a
estudio reciente de la historiadora americana Ruth Mellinkoff señala veces independiente o semi-independientemente unas de otras. La
que los judíos fueron convertidos en «el otro» en el arte medieval. metamorfosis final de la bruja, acontecida a lo largo de los siglos XVIII
Por ejemplo, eran representados vestidos de amarillo, con sombreros y XIX, fue su transformación en una arpía tocada con un sombrero
de pico o acabados en punta y haciendo gestos vulgares, como, por puntiagudo y una escoba (Fig. 73), rodeada de pequeños diablos,

l7°
VISTO Y NO VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

EL CAMPESINO GROTESCO

Para ver un nuevo ejemplo de estudio singularizado de imágenes del


otro en el propio país nos ruaremos en las representaciones urbanas
de los habitantes de las zonas rurales. A partir del siglo XII, pastores y
labradores aparecerían en las imágenes occidentales representados
de manera grotesca, diferenciándose así con toda claridad de las per-
sonas de status superior que las contemplaran. En las páginas del
famoso Salterio Luttrell podemos ver algunos vívidos ejemplos corres-
pondientes a la Inglaterra del siglo XIV. La divulgación de esas repre-
sentaciones negativas de los campesinos durante los siglos xv Y XVI,
en las que aparecen con figuras bajitas y regordetas y haciendo gestos
\~ulgares, indica que la distancia cultural entre la ciudad y el campo
fue aumentando de la mano de la urbanizacton."
Entre las imágenes más memorables de este estilo están los cua-
73. Xilografía de comienzos del siglo XIX con bruja. dros de Pie ter Brueghel el Viejo, hombre de ciudad y amigo de hu-
manistas, que, según todos los indicios, deberían considerarse una
figura que ha perdurado hasta la actualidad en la imaginación po- aportación a la tradición de la sátira urbana." El famoso Banquete de
pular. 19 bodas (.Fig. 74) puede parecer a primera vista un ejemplo de «arte
Como en el caso de la acusación de que se comían niños lanzada de la descripción» (cf. Capítulo V), pero unos cuantos pequeños de-
contra judíos y brujas, el sombrero puntiagudo que aparece en este talles sugieren que se trata de una obra de carácter cómico o satí-
grabado, al igual que la nariz aguileña de la mujer, constituyen una rico. Fijémonos, por ejemplo, en el niño que aparece en primer
prueba de la movilidad de los estereotipos. El sombrero quizá no plano, que lleva una gorra más grande de lo que le corresponde; en
evoque en la actualidad la figura del judío, pero en otro tiempo así el hombre situado al fondo de la mesa y que hunde su cara en una [a-
era. Entre los testimonios en favor de esta afirmación está la ley pro- ITa de vino; y quizá en el hombre que lleva los platos, con una cu-
mulgada en Buda en 1421, según la cual ninguna persona que fuera chara prendida del sombrero (probablemente un signo dt' vulgan-
detenida por primera vez acusada de brujería estaba obligada a apa- dad en el siglo XVI, como lo era hasta hace una generación en Gran
recer en público con el llamado «sombrero judío». En la España de Bretaña el hecho de ponerse el lápiz detrás de la oreja). La tradición
comienzos de la Edad Moderna, los herejes encarcelados por la In- cómica siguió viva hasta el siglo xvu en las imágenes de ferias V
I ·1 d . .
quisición eran obligados a llevar este tipo de sombrero. La confusión )~1I es e campesinos en las tabernas, en las que podemos verlos be-
entre judíos y brujas es muy reveladora, y constituye una prueba de la 1)ie,ndo. vomitando y peleándose. Sería un error intentar homoge-
existencia de una idea general del Otro y de lo que se ha llamado ucrznr una tradición que daba cabida a las variantes individuales.
«un código visual general de expresión de lo infrahumano».": La Como ha dicho un crítico, «los cuadros de Adriaen Brouwer v las
deshumanización es sin duda alguna el punto de asociación de otros (.J!nas posteriores de Adriaen van Ostade presentan imágenes muy di-
grupos con animales -monos, cerdos, cabras o gatos- a través de ferentes de los campesinos: para uno son rudos e incivilizados, para
las imágenes o también de los insultos verbales. el otro gente próspera y estúpidamente satisfecha de sí misma». 2:1 No

17 2
VISTO Y NO VISTO ESTEREOTIPOS DE LOS OTROS

la categoría de espécimenes de tipos dignos de ser incluidos en un ál-


hum, como si fueran mariposas. Lo que hicieron fue lo que Sander
Gilman llama «imágenes de la diferencia-r" La analogía con los oc-
cidentales que producían imágenes «del» beduino o del sikh resulta
evidente. El explorador David Livingstone pidió a su hermano Char-
les, encargado de hacer las fotos, que se asegurara de retratar a «es-
pecímenes característicos de las diferentes tribus».26 Pese a que en
cierto modo es lo contrario de la visión de las razas monstruosas, la
mirada científica, que busca la objetividad, puede ser casi tan deshu-
manizante como aquélla.
Las imágenes del otro, llenas de prejuicios y estereotipos, parecen
socavar la idea de que el testimonio de las imágenes es digno de ser
tornado en serio. Pero, como de costumbre, debemos hacer una pau-
sa y preguntarnos: ¿testimonio de qué? Como testimonio del aspecto
Cjue tenían realmente otras culturas o subculturas, muchas de las
imágenes estudiadas en este capítulo no tienen ningún valor. Lo que
sí documentan perfectamente, en cambio, es un encuentro cultural,
:' las respuestas dadas a dicho encuentro por los miembros de una de-
terminada cultura.
• Píeter Breughcl el Viejo, Banquete de bodas, en. 1566, óleo sobre lienzo.
,1· ~. - A un nivel más profundo, esas imágenes quizá nos hablen más
KunsthislOrisches Museum , Viena.
que otra cosa de Occidente. Muchas de las que hemos examinado
obstante, la tradición plástica negativa era muy fuerte y estaba muy aquí representan al otro como la inversión del yo. Si la visión del otro
viene determinada por prejuicios y estereotipos, la visión del yo que
extendida. . . .
Durante los siglos Y xIX, esa tradición fue sustituida paulati..
XVIII implican esas imágenes es todavía más indirecta. Pero nos propor~
namente por o tr a. El e ampe .sin o -como el «salvaje-e-e- fue
. ennoble- ciona un testimonio extraordinario si sabemos leerlo. El comentario
cido o idealizado (vid. supra). Por otra parte, corno ocur~lera con ~. que hacía Ruth Mellinkoff a propósito de la Europa del norte a fina-
gunos pintores «orientalistas» (supra), la mirada del ar-tista no sena les de la Edad Media seguramente tiene una aplicación más amplia.
idealizan te ni grotesca, sino etnográfica, interesada ~~ la reproduc- -Una forma de penetrar en el corazón de esta sociedad)' de su men-
ción fIdedigna de trajes y costumbres (el término utilizado en. esp~ talidad consiste en preguntar cómo y donde fijó las líneas divisorias
~ I para designar este tipo de pintura o literatura es costumbrista). que:' determinaban quién estaba dentro y quién estaba fuera de ellas».
~: mirada etnográfica puede reconocerse también en muchas foto- Lo que las personas consideran en un determinado momento y en
grafías de obreros, criminales y dementes de los si.glos. XIX y xx, aun- Un determinado lugar «infrahumano» nos dice muchas cosas acerca
que generalmente son menos objetivas y menos Cle~uficas de lo que del modo en que ven la condición humana. "'7
creían sus autores. Éstos -c-individuos de clase media que fotografia-
ban obreros, policías que hacían fotos de delincue~tes, o personas
cuerdas que retratahan a locos- generalmente se.fuab~n ~o~re todo
en lo que consideraban típico, reduciendo a los sujetos [ndividuales a

175
- Barrancos, Dora. “La puñalada de Amelia (o cómo se extinguió la discriminación de las mujeres casadas del
servicio telefónico en Argentina)”. Trabajos y Comunicaciones. Segunda época, 2008, pp. 111-128.
-Andújar, Andrea. “Historia, género y memoria: las mujeres en los cortes de ruta en la Argentina” En A.A.V.V:
Historia Oral y militancia política en México y en Argentina. Universidad de Buenos Aires y Editorial El Colectivo,
Buenos Aires, 2008. pp. 92-116.

Durante esta semana hemos estado trabajando algunas cuestiones referidas a la historia de distintos sujetos. Para
la jornada de hoy proponemos trabajar en clase con alguno de los dos textos siguientes, de manera tal que
conozcamos algunas de las iniciativas existentes en torno a la historia de las mujeres. La historia de las mujeres ha
contribuido a la recuperación del protagonismo de las mujeres a lo largo del tiempo, a la vez que ha introducido
importantes debates que permiten problematizar las relaciones sociales de dominación que se construyen en
cada sociedad y momento histórico específicos en torno a los roles asignados a mujeres y hombres.

Sobre el artículo de Andrea Andujar


El artículo de Andrea Andujar conjuga la reflexión sobre los problemas de género en la historia reciente argentina
con el análisis del surgimiento de la experiencia piquetera. Les proponemos debatir sobre algunas cuestiones que
aparecen en este texto:
- los testimonios que Andujar recupera. En este sentido, la autora incorpora un elemento que aún no hemos
trabajado en tanto fuente, que se abordará con mayor profundidad la próxima semana: los testimonios orales.
¿Qué fuentes usa la autora? ¿Qué permiten reconstruir estas fuentes? ¿Qué dificultades plantean a quienes las
utilizan?
- la existencia de territorios asociados con lo femenino y lo masculino, tanto en el ámbito privado como en lo
público. ¿Qué entiende la autora por territorios de lo femenino y lo masculino? ¿Cómo se definen estos territorios
en el ámbito privado y en el público? ¿Qué características presentan en el caso analizado? ¿Qué cambios
introduce la experiencia piquetera en la definición de estos territorios? Podrían pensar otros ejemplos históricos
de territorios de lo femenino y de lo masculino a partir de este caso.
- la repercusión de estas conceptualizaciones en la manera en que se recuerda el proceso de quiebre del “mundo
ypefeano” y la lucha que se impulsó en las ciudades, y con los cortes de ruta.
La discusión sobre estos ejes puede partir del análisis del siguiente párrafo:

“Sin embargo ¿la desestructuración del “mundo ypfeano” fue vivida de igual manera por mujeres y varones? No, como
tampoco fueron iguales las respuestas que unas y otros articularon frente a ella. En los relatos de las mujeres aparece que
sus maridos se deprimieron, murieron, abandonaron a sus familias, en medio de procesos signados por una enorme
violencia, o se volvieron un estorbo dentro del hogar. Por el contrario, ellas “(…) se tuvieron que volver más fuertes (…)
Debieron salir a ganarse el pan para ellas y para sus hijos, porque quedaron ellas como jefas de hogar, mientras los maridos
estaban en la casa. (…)”. En ese sentido, el final de la “época dorada” ypfeana afectó tanto las condiciones materiales de
existencia como las formas de percibirse en la sociedad, los sentimientos y las ideas sobre el lugar ocupado en las
relaciones cotidianas. Para los ex obreros ypfeanos, la expulsión del aparato productivo alteró rotundamente no solo su
situación económica, sino también su posición de “proveedores” de su familia. Asímismo, la imposibilidad de obtener un
trabajo los obligó a quedarse dentro de sus casas, espacio socialmente devaluado para aquellos que, como decía Alejandro
Lillo, “arriesgan parte de su vida” en su trabajo. Al permanecer en un territorio asociado a lo “femenino”, esto es, a la
crianza de los hijos/as, la limpieza de la casa, la preparación de la comida, y opuesto absolutamente a sus experiencias
como trabajadores, se sintieron “inútiles”, “avergonzados”, fuera de “su” lugar.” (Pp. 108-109)

¿Por qué es importante tener en cuenta las visiones de hombres y mujeres para entender la desestructuración del
mundo “ypfeano”? ¿Qué consecuencias tuvo esta desestructuración en las relaciones entre hombres y mujeres?
¿Qué cambios vislumbran como más significativos? ¿Por qué son importantes?

¿Pueden citar algún otro caso donde este tipo de tensiones entre el género y la memoria se pongan en juego?
Sobre el artículo de Dora Barrancos
El artículo de Dora Barrancos se sumerge en el mundo laboral de principios de siglo XX, abordando la historia de
una telefonista para iluminar distintos aspectos de la discriminación de las mujeres en ese ámbito.

Algunas preguntas iniciales:


¿Qué tipo de información general obtiene la autora para contextualizar su estudio?
¿Por qué suponen que toma una historia individual como referente representativo de una situación general?
¿Qué nos puede decir la historia Amelia sobre la situación de la mujeres obreras en las primeras décadas del siglo
XX?
Procuren reconstruir de forma completa la trayectoria individual que sigue Amelia en la empresa telefónica, a fin
de discutir algunos problemas generales.

Sugerimos una dinámica de debate con los siguientes ejes y fragmentos seleccionados:

- Lo femenino a principios de siglo XX: ¿qué clases de mujer había? ¿qué imaginaría Amelia de sí misma, y qué de
las demás?
“Con certeza toda vez que alguna compañera abandonaba el puesto para ir a casarse, Amelia se llenaba de interrogantes
sobre la “clase de mujer” que había en la otra y en ella misma”

A partir de esto: ¿Qué aspectos de las relaciones de género ilumina esta esta historia en un sentido más general?
En otras maneras, que nos dice la historia sobre la sociedad de la época.
- Concepto de anomalía: ¿qué se esperaba de una mujer a principios de siglo XIX ¿Cuáles serían las normas
sociales hegemónicas del período? Y en otro plano: ¿Qué espera un investigador cuando aborda una historia de
este tipo desde una perspectiva de género? ¿Cómo se juega la tensión entre lo previsto teóricamente y lo
encontrado en la investigación?

“Amelia por lo tanto constituye una anomalía ya que respondió por lo que “le” hacían, sin conciencia del colectivo en el
que estaba inmersa, si hemos de tener en cuenta su rechazo a la acción sindical, su devoción corporativa a la empresa. Es
altamente probable que tampoco Amelia observara la menor proximidad a cualquier programa feminista aunque fueran
esos los años en que el Partido Feminista enarboló su propuesta y en los que socialistas y radicales (especialmente los
primeros) hicieron guiños en materia de voto femenino. No se nos escapa la particular agitación que obtuvo – por derecha
y por izquierda – la condición femenina en ese inicio de década. Pero de la misma manera que Amelia fue renuente a una
identificación clivada por los intereses de clase, tampoco se hallan tras de una identificación con los intereses de género.
Amelia nos ofrece así una segunda anomalía.”

La autora señala que el caso de Amelia es una anomalía. Significa esto que nos da información solo sobre un caso.
En qué sentidos un caso excepcional puede iluminar sobre la sociedad en un período histórico particular. ¿Qué
consideran ustedes que nos dice o nos muestra el caso de Amelia?
- Tensión entre lo individual y lo colectivo: ¿Cuál es, a su juicio, el grado de representatividad de Amelia en la
situación laboral femenina de principios de siglo XX? ¿Cómo se relaciona ella con sus compañeras? ¿Qué tipo de
identificaciones existen?

“A su hora, el gesto de que fue capaz, sobrepasó dramáticamente el límite de la resistencia, pero también a ella misma,
conectándola de manera inescindible, sin que para nada se lo propusiera, con la causa colectiva. Su reivindicación, surgida
del cóncavo de los sentimientos individuales, no pudo evitar el lenguaje de la solidaridad. Así, su puñalada hirió de muerte
a la ominosa exclusión de las trabajadoras casadas del servicio telefónico”.

Otra derivación interesante puede consistir en reflexionar sobre la repercusión del caso en los medios de prensa y
las conceptualizaciones que se realizaron allí, promoviendo novedosos términos de discusión.
Semana 4 – Los debates sobre el presente a partir de la historia.

En esta semana reflexionaremos sobre las múltiples –y complicadas- formas en que el estudio y las controversias sobre el
pasado nos permiten pensar y decir algo sobre importantes problemas del presente. Recuperaremos muchas cuestiones que
hemos trabajado las dos últimas semanas y nos meteremos un poco más en algunas otras preocupaciones de los
historiadores e historiadoras en la actualidad, como los problemas de la memoria social y el olvido, las relaciones entre los
mitos sobre el pasado y las relaciones de poder que imperan en una sociedad, las formas en que se invisibilizan y naturalizan
las relaciones de desigualdad y dominación. Les proponemos pensar cómo controversias sobre hechos y procesos que
sucedieron en tiempos y lugares muy lejanos pueden hablarnos de muchos de nuestros problemas de todos los días. Para
ello, tomaremos un par de novedosos trabajos historiográficos en los que los historiadores, cuando analizan el pasado,
toman a la vez la palabra en el debate público.

Lunes
-Portelli, Alessandro. “Las fronteras de la memoria. La masacre de las Fosas Ardeatinas. Historia, mito, rituales y símbolos”.
Cuadernos del CIHS, N° 11/12, La Plata, 202, pp. 163-176.

Miércoles
-Trouillot. “Una historia impensable. La revolución haitiana como un no-acontecimiento”, traducción de Emmanuel Correa
del original en inglés: Silencing the Past. Power and the Production of History, Boston: Beacon Press, 1995, cap. 3 “An
Unthinkable History. The haitin Revolution as a Non-event”, pp. 70-107.
-Portelli, Alessandro. “Las fronteras de la memoria. La masacre de las Fosas Ardeatinas. Historia, mito, rituales y
símbolos”. Cuadernos del CIHS, N° 11/12, La Plata, 202, pp. 163-176.

El artículo de Alessandro Portelli es un buen ejemplo de las nuevas tendencias historiográficas que combinan un análisis de
hechos y procesos que podríamos llamar, con todas las precauciones, “objetivos”, con las representaciones y visiones
“subjetivas” de quienes los vivieron o los recuerdan. En cierto sentido, la apertura a la subjetividad es importante para los
historiadores porque nos da una dimensión más, a veces única, sobre lo que las concepciones tradicionales podían llamar los
“hechos objetivos”.

1) Sobre el contenido del texto

Traten de precisar qué estudia Portelli en este artículo. Para ello observen:
- ¿Qué fuentes utiliza? ¿Cómo las combina?
- ¿Qué papel juegan cada una de las distintas fuentes en la conformación de distintos aspectos de su argumento sobre “qué
sucedió” y sobre “cómo es recordado o interpretado lo que sucedió”?
- ¿A que conclusiones arriba el autor a través de su análisis?

2) Identificación de distintos planos del texto y de significados subyacentes.

a) A partir de lo trabajado en el punto 1 surge que el texto tiene distintos “planos” –como la constatación de los hechos y las
controversias sobre cuál es su significado para quienes los vivieron o recuerdan. Es a través de este ir y venir entre estos
distintos planos que el autor va delineando sus ideas y proponiendo una discusión sobre la importancia de la masacre de las
Fosas Ardeatinas.
Para comprender mejor el significado de algunos de sus argumentos tal vez es útil tomar un ejemplo que nos permita
observar cómo la constatación de determinados “hechos” tiene consecuencias en la interpretación que propone el autor.
Por ejemplo, en los testimonios orales, Portelli encuentra que muchas personas recuerdan haber visto carteles advirtiendo a
la población sobre las represalias que tomarían los alemanes por el atentado de Vía Rasella, así como importantes
discrepancias en torno al tiempo transcurrido entre el atentado y la masacre. Analizando estas versiones, sostiene con
contundencia en base a distinto tipo de pruebas que estas versiones afirman hechos que no ocurrieron.
Discutan en grupo cuál es la importancia de esta constatación de Portelli. ¿Qué intenta hacer el autor? ¿Delimitar qué
relatos se ajustan más a los hechos y cuáles no? Pero, si nos quedamos con eso, ¿tienen algún valor para un historiador
estos testimonios de hechos que no sucedieron? En todo caso, ¿cuál es?

b) Uno podría imaginar que las distintas versiones de los hechos que surgen de los relatos analizados por Portelli tienen que
ver exclusivamente con la individualidad de quienes cuentan sus historias. Sin embargo, si bien esto en gran parte es así, no
es quizás lo más relevante para el tipo de análisis que queremos hacer los historiadores. Uno de los argumentos del texto es
que hay algunas similitudes y elementos constantes en estos relatos. Por lo tanto, podemos inferir que el autor trata de
decirnos que las historias que cuentan estos individuos de alguna manera exceden a esos individuos y tienen que ver con el
contexto social desde el cual surgen.
Traten de identificar algunos de estos elementos constantes que Portelli encuentra en los testimonios orales. A partir de
estos elementos, discutan: ¿De qué nos hablan las distintas memorias sobre los hechos? Pongan en consideración que tal
vez las distintas memorias, incluidos los recuerdos “tergiversados”, no nos hablen tanto de lo que sucedió en 1944, sino de
otras cosas. ¿Qué pistas en el texto nos ayudan a entender y explicar por qué mucha gente recuerda cosas que no
sucedieron y, a la vez, lo hace construyendo un relato bastante particular y no otros?

3) Identificación de implícitos y los significados de la historia.

Este texto parece ser a la vez fácil y difícil. Por un lado, nos describe una historia de una manera clara y con bastante
información. Pero, por otra parte, sugiere explícita e implícitamente, los múltiples significados de esa historia. De algún
modo, es un texto que cuenta y, mientras cuenta, analiza. Portelli nos presenta una historia que, al leerla y releerla, nos
permite encontrar muchos significados subyacentes.
Traten de identificar los significados de algunos de los hechos que Portelli presenta como partes de esta historia:
a) Por ejemplo, en las páginas 165-166, Portelli sostiene que “lo que hace a la masacre de las Ardeatinas tan importante es el
lugar donde se verificó, la capital del país”. Busquen elementos en el texto que, según el autor, corroboran esta afirmación y
expliquen que quiere decir el autor con tal afirmación.
b) En otros pasajes del texto Portelli señala que “la acción de Via Rasella fue una acción militar, muy bien planificada, en la
cual participaron 18 partisanos” (p. 167) y que “éste fue el ataque número 43, en Roma, en contra de los alemanes” (p. 169).
¿Qué papel juegan estas constataciones en el argumento general del autor?
c) Otro de los elementos que encuentra Portelli en los relatos es “el estereotipo anti-alemán: “Los alemanes son bestias. Los
alemanes son como máquinas””. ¿Por qué discute este mito? ¿Qué consideraciones hace sobre el papel que juega este mito
en relación con los relatos que explican lo que sucedió en las Fosas Ardeatinas?

Tomen alguno de los tres ejemplos considerados y escriban un texto de uno o dos párrafos en el que expliquen qué
significados tienen, según el autor, las constataciones de estos hechos. Pueden agregar al final una interpretación personal
en la que valoren la importancia que tienen estos relatos para sostener una discusión de problemas sociales como la que
propone Portelli a partir de esta historia.

4) Muchos temas dentro de una historia.

A través de las distintas consignas que fueron trabajando anteriormente va surgiendo que este texto trata sobre varios
temas. Escriban un texto de una a dos carillas en que intenten responder la pregunta “¿de qué trata el texto?”. El texto
debería integrar algunos aspectos que son más explícitos en el argumento de Portelli, con otros que surgen a través de sus
lecturas y relecturas de esta historia. El ejercicio que proponemos es tratar de hacer algunas afirmaciones contundentes
sobre qué es importante en este texto y a la vez incorporar elementos que las justifiquen, es decir, que expliquen el por qué
de esas afirmaciones:

Algunos ejemplos a considerar entre las varias posibles lecturas del texto podrían ser:

-El texto trata sobre las diferencias que existen entre los relatos que elaboran los historiadores sobre un hecho y los relatos
que producen quienes vivieron o recuerdan ese hecho.
- El texto aborda las distintas interpretaciones del pasado que surgen en una comunidad y sobre cómo diversos
posicionamientos políticos e historias personales condicionan estas interpretaciones.
- El texto indaga en las contradicciones de la democracia antifascista italiana posterior a la Segunda Guerra Mundial
- El texto busca intervenir en debates políticos del presente de los años noventa a partir de retratar las controversias sobre
un hecho particularmente significativo del pasado.
-El texto trata sobre la Guerra Fría.

5) Para pensar más allá a partir de la historia:


En el punto anterior trabajamos sobre los múltiples temas, problemas y significados que puede haber dentro de una historia.
Pero estos temas y significados no se agotan en lo que un autor nos quiere decir, sino que pueden continuarse en las
lecturas que nosotros mismos hacemos. De algún modo, podemos decir que el poder de nuestras historias no está sólo en
cómo las formulamos y las contamos, sino también en como otros, a veces desde preguntas y preocupaciones muy distintas
a las nuestras, las leen, las toman y las proyectan.
Esto parece sugerirlo el propio Portelli en el Prólogo a la edición española que presenta el libro que está en gran parte
sintetizado en el artículo que hemos leído. Portelli escribe: “Un libro hecho de relatos sirve para producir otros relatos, para
que la máquina de narrar y de recordar se mueva. Por eso, no he podido cerrar el libro una vez terminado: él ha empezado a
reabrirse en el deseo de hablar, de rememorar, de contar, de discutir, que ha puesto en movimiento a quien lo leía, y a mí
mismo. Si al comienzo había sentido que esta historia me llamaba, ahora sigue llamándome, y todavía con más fuerza”.
Como toda buena historia, la historia que cuenta Portelli nos habla de mucho más que de Italia y del caso concreto
analizado. Muchos lectores encontraron que este texto habla bastante, y tal vez inadvertidamente, de la Argentina. ¿Es
posible esta lectura? ¿Qué nos dice este texto sobre la Argentina? ¿Qué paralelos sugerirían trazar?
-Trouillot. “Una historia impensable. La revolución haitiana como un no-acontecimiento”, traducción de
Emmanuel Correa del original en inglés: Silencing the Past. Power and the Production of History, Boston: Beacon
Press, 1995, cap. 3 “An Unthinkable History. The haitian Revolution as a Non-event”, pp. 70-107.

Este texto de Trouillot presenta varios argumentos que nos permiten comprender por qué la revolución haitiana, una
revolución que tuvo una gran importancia histórica, fue y continúa siendo silenciada en los relatos de la historia mundial. De
algún modo, estos argumentos son presentados escalonadamente a través de las distintas secciones del capítulo y se van
reforzando entre sí para dar forma a las ideas principales que el autor quiere postular.

1) Organización del texto y argumento principal:

a) Un primer punto a trabajar para poder dar cuenta de la complejidad del argumento de Trouillot tiene que ver con la forma
en que está organizado el texto:
¿De qué tratan las distintas secciones del texto?
Observen los títulos de cada una de ellas y expliquen, a partir del contenido de la sección respectiva, el por qué de ese título.
b) A partir de los elementos que destacaron en el análisis de cada una de las secciones discutan en grupo cuál es, a su juicio,
el argumento general que presenta el autor.
Escriban una lista acotada de tres o cuatro oraciones claras que sinteticen las ideas principales que forman parte de ese
argumento. Esta tarea de síntesis les proporcionará una información clave para poder dar cuenta de qué trata el texto.

2) Cómo construye el autor su interpretación:

Para identificar con mayor profundidad los argumentos principales que presenta un texto es útil tratar de desentrañar cómo
el autor construye ese argumento.
¿Qué elementos incorpora Trouillot para sostener el argumento que reconstruyeron en el punto anterior?
Tomen apuntes a partir de considerar las siguientes cuestiones clave:
a) qué tipo de fuentes usa y cómo las usa. Traten de definir: ¿Cuáles son las preguntas que guían su uso de las
fuentes? ¿Por qué usa esas fuentes en cada momento particular de su explicación? ¿Qué conclusiones va extrayendo a partir
de ellas?
Para detectar con mayor profundidad un argumento a veces es importante seleccionar parte de la gran cantidad de
información que brinda un texto intentando desentrañar “¿por qué esto es importante?”
Por ejemplo, en repetidas ocasiones el autor sostiene que tanto los pensadores más críticos de la era de la Ilustración como
el ala más radical de la Asamblea Nacional durante la revolución francesa no lograron escapar a la imposibilidad de pensar
una revolución de esclavos en Saint Domingue. ¿Qué puede estar queriendo hacer el autor con estas referencias? ¿Qué
papel juegan estas referencias en la validación del argumento general del texto?

b) Otra posibilidad para encarar este texto es tratar de identificar cómo el argumento principal se construye
criticando otras interpretaciones.
Traten de identificar:
- ¿Cuáles son estas otras interpretaciones? ¿De dónde provienen?
- ¿Por qué estas interpretaciones son problemáticas? ¿Que aspectos explícitos e implícitos de estas interpretaciones quiere
discutir el autor?
- ¿Qué nuevo relato trata de armar el autor a partir de la crítica a estas interpretaciones? ¿Cómo sustenta sus afirmaciones?

3) Reseña del argumento:

A partir de lo que han armado en los puntos 1 y 2 traten de escribir un texto de una a dos carillas que de cuenta de la mejor
manera posible de todos los elementos que han extraído del texto.
Este texto podría tener una introducción en la que anticipan de manera clara y contundente cuáles son los principales
argumentos del autor en el texto que están reseñando.
Luego, debería haber un desarrollo más amplio de estos temas que incorpore distintos elementos que permitan explicar las
ideas y a la vez hacerlas comprensibles. El ideal es que el texto que escriban sea comprensible en líneas generales para
alguien que no ha leído el texto original de Trouillot. Para ello es importante no escatimar explicaciones de las ideas,
información relevante, ejemplos, etcétera.
Finalmente el texto debe concluir de una manera clara. Esta conclusión puede simplemente sintetizar y reforzar la reseña
que hacen del argumento del autor. También podría incluir una reflexión personal, una crítica, el planteo de una pregunta
que surja de lo que han tratado en el texto que fueron escribiendo.
4) Para pensar más allá a partir del texto.

En repetidos pasajes el autor insiste en las dificultades, a su juicio, la “imposibilidad” de los contemporáneos, así como las
generaciones que los siguieron y los historiadores, para pensar un hecho histórico como la revolución haitiana.
Para ello, el autor explora los modos en que la revolución fue silenciada, triviliazada, despojada de su contenido político. En
esta línea, sostiene que una de las formas de negación de la magnitud, el impacto y las consecuencias de la revolución
estuvo dada por una suerte de “manipulación de los hechos”, que muchas veces eran acomodados a los esquemas de
pensamiento de quienes se resistían, por distintas razones, incluidas las políticas, a tomarlos por ciertos. ¿Podrían pensar
alguna otra situación histórica en la que observar cómo hechos “difíciles de digerir” como la revolución de los esclavos para
los plantadores, llevaron a alguien –un individuo, un grupo social, un analista de la realidad social- a acomodar la realidad a
sus propios esquemas de pensamiento, aun cuando “la realidad” explícitamente contradecía estos esquemas de
pensamiento? Traten de pensar en algún un ejemplo histórico que conozcan o en alguna situación que registren en la
sociedad actual y expliquen cómo ese ejemplo ilustra los mecanismos de supresión y trivialización que pone en discusión
Trouillot.
Una historia impensable
La Revolución Haitiana como un no-acontecimiento

Michel-Rolph Trouillot

La joven se puso de pié en el medio de mi lectura. “Sr. Trouillot, usted nos


hace leer a todos esos eruditos blancos. ¿Qué pueden saber ellos sobre la
esclavitud? ¿Dónde estaban cuando nos arrojábamos de los barcos; cuando
preferíamos la muerte antes que el sufrimiento y matábamos a nuestros hijos para
evitarles una vida de abusos y humillación?
Yo estaba asustado y ella equivocada. No estaba leyendo sólo autores
blancos y nunca había saltado de un barco de esclavos. Yo estaba pasmado y ella
enojada; pero ¿cómo razonar con enojo? Yo estaba en camino a un doctorado, y mi
enseñanza en este curso era apenas una escala, una forma de pagar mis culpas en
esta institución “blanca”I. Ella había tomado mi clase como un respiro en su

I
N. del T. En inglés, “lily-white”. Este adjetivo puede referirse al blanco en tanto
color de piel, o bien a una condición de perfección moral. En este caso, el autor
probablemente utiliza la expresión en un doble sentido, para referirse a una
institución “de blancos”, a la vez que dotada de cierto prestigio o renombre.
camino a la facultad de medicina, la escuela de leyes de Harvard, o alguna otra camino a la escuela de leyes de Harvard, a la Facultad de Medicina, o adonde
corporación “blanca”. fuera. Como custodia del futuro de una raza encarcelada, cuyos jóvenes varones no
Yo había intitulado el curso “La experiencia negra en las Américas”. viven lo suficiente para tener un pasado, ella necesitaba esta narrativa de
Debería haberlo sabido: atrajo a los pocos estudiantes negros que había -más unos resistencia. Nietzsche estaba equivocado: esto no era un peso extra, sino una
pocos blancos valientes- y todos esperaban demasiado, mucho más de lo que yo necesidad para el viaje, y ¿quién era yo para decir que no era mejor un pasado que
podía ofrecer. Querían una vida que ningún relato podía proveer, ni siquiera la un puñado de falsos millonarios, o una medalla de St. Henry y las paredes
mejor ficción. Querían una vida que sólo ellos podían construir, aquí y ahora en los desmoronadas de un palacio deteriorado?
Estados Unidos –sólo que no lo sabían: estaban demasiado implicados en la Me gustaría poder juntar los años y poner a ambas jóvenes en una misma
historia en cuestión. Sin embargo, en sus ojos ya podía ver que parte de mi lección clase. Habríamos compartido historias que aún no están en los archivos. Habríamos
había sido comprendida. Quería que supieran que la esclavitud no había existido leído el cuento de Ntozake Shange acerca de una joven de color que soñaba con
sólo en Georgia y Mississippi; que aprendieran que la conexión con África era más Toussaint Louverture y la revolución que el mundo olvidó. Luego habríamos vuelto
compleja y tortuosa que lo que nunca hubieran imaginado; que el monopolio de los a los diarios de los plantadores, a la historia econométrica y su industria de las
Estados Unidos tanto sobre la negritud como sobre el racismo era en sí mismo un estadísticas, y ninguno se habría asustado de los números. Los hechos crudos no
argumento racista. Y ella había roto el hechizo en su camino a la escuela de leyes son más aterradores que la oscuridad. Puedes jugar con ellos si estás con amigos;
de Harvard. Yo era un principiante y ella también, cada uno de nosotros batallando sólo asustan si los lees a solas.
con la historia que escogimos, cada uno luchando también contra un olvido que nos Todos necesitamos historias que ningún libro de historia puede contar, pero
fue impuesto. éstas no están en las aulas –al menos no en las de historia. Están en las lecciones
Diez años después, estaba visitando otra institución con una concurrencia que aprendemos en casa, en la poesía y los juegos de la niñez, en lo que queda de la
menos prestigiosa y con sueños más modestos, cuando otra joven negra, de la historia cuando cerramos los libros de historia, con sus hechos verificables. De otra
misma edad pero mucho más tímida, me tomó otra vez por sorpresa. “Estoy forma, ¿por qué una mujer negra, nacida y criada en el país más rico de fines del
cansada”, dijo, “de escuchar sobre esta cosa de la esclavitud. ¿No podemos siglo XX, tendría más miedo de hablar de la esclavitud que un plantador blanco en
escuchar la historia de los millonarios negros?” ¿Habían cambiado tan rápido los el Saint-Domingue colonial, sólo días antes de que los esclavos amotinados
tiempos, o sus diferentes opiniones sobre la esclavitud reflejaban las diferencias de golpearan a su puerta?
clase? Esta es una historia para los jóvenes negros de los Estados Unidos que aún
Volví a recordar a la primera mujer, aferrada con tanta fuerza a aquel barco temen a la oscuridad. Aunque ellos no están solos, esta historia puede contarles por
de esclavos. Entendí mejor por qué quería saltar, aunque fuera una vez, en su qué sienten que lo están.
Impensar una Quimera En efecto, la afirmación de que los africanos esclavizados y sus descendientes
no se podían imaginar la libertad –y menos aún formular estrategias para conseguirla
En 1790, apenas unos pocos meses antes del comienzo de la insurrección que y asegurarla- no se basaba tanto en evidencias empíricas como en una ontología, una
sacudió a Saint-Domingue y provocó el nacimiento revolucionario del Haití organización implícita del mundo y de sus habitantes. Aunque no era en absoluto
independiente, el colono francés La Barre tranquilizaba a su esposa metropolitana monolítica, esta cosmovisión era ampliamente compartida por los blancos de Europa
sobre lo calmo de la vida en los trópicos. Escribió: “No hay ninguna actividad entre y las Américas, así como por muchos plantadores no blancos. Y si bien dejaba lugar
nuestros negros (....) Ni siquiera piensan en ello. Son muy tranquilos y obedientes. para variaciones, ninguna de ellas incluía la posibilidad de un levantamiento
Una revuelta entre ellos es imposible”. Y de nuevo: “No tenemos nada que temer de revolucionario en las plantaciones de esclavos, mucho menos uno exitoso que
parte de los negros; son tranquilos y obedientes. Y otra vez: “Los negros son muy llevara a la creación de un estado independiente.
obedientes y siempre lo van a ser. Dormimos con las puertas y ventanas abiertas de De este modo, la Revolución Haitiana entró en la historia con la característica
1
par en par., Para los negros, la libertad es una quimera” peculiar de ser impensable, incluso mientras ocurría. Los debates y publicaciones
El historiador Roger Dorsinville, quien cita estas palabras, observa que, unos oficiales de aquellos tiempos, incluyendo la larga lista de panfletos sobre Saint-
meses después, la más importante insurrección de esclavos registrada en la historia Domingue publicados en Francia desde 1790 hasta 1804, revelan la incapacidad de
había reducido a la insignificancia tan abstractos argumentos sobre la obediencia de la mayoría de los contemporáneos para comprender la revolución en curso en sus
los negros. Yo no estoy tan seguro. Cuando la realidad no coincide con creencias propios términos3. Podían leer las noticias sólo a través de sus categorías
profundamente arraigadas, los seres humanos tienden a formular interpretaciones preconcebidas, y éstas eran incompatibles con la idea de una revolución de esclavos.
que la fuerzan para acomodarla dentro de los límites de estas creencias. Elaboran El contexto discursivo dentro del cual se discutió la noticia de Saint-
fórmulas para reprimir lo impensable y devolverlo al reino del discurso aceptado. Domingue mientras sucedía, tiene importantes consecuencias para la historiografía
Las opiniones de La Barre no eran únicas de ningún modo. Un administrador de Saint-Domingue/Haití. Si ciertos hechos no pueden ser aceptados ni siquiera
tranquilizaba constantemente a sus patrones en términos semejantes: “Vivo mientras se producen, ¿cómo pueden ser evaluados con posterioridad? En otras
tranquilamente en medio de ellos sin ningún temor de una revuelta, a menos que palabras, ¿pueden las narrativas históricas transferir argumentos que son
2
fuere fomentada por los mismos blancos” . A veces había dudas. Pero las impensables en el mundo en que esas narrativas se desarrollan? ¿Cómo escribir una
precauciones prácticas de los plantadores apuntaban a contener acciones historia de lo imposible?
individuales o, en el peor de los casos, un disturbio repentino. Nadie, ni en Saint- La cuestión clave no es ideológica. Los enfoques ideológicos son hoy más
Domingue ni en otro lugar, ideó un plan para responder a una insurrección general. habituales en el propio Haití (en las interpretaciones épicas o abiertamente políticas
de la revolución favorecidas por algunos autores haitianos) que en el manejo más
riguroso de la evidencia que ofrecen los historiadores profesionales en Europa o Europa Occidental, fueron todos parte del proceso en el cual Europa se convirtió en
Norteamérica. Al menos desde la década de 1940, la producción académica Occidente4. Lo que llamamos el Renacimiento, mucho más una invención en sí
internacional sobre la Revolución Haitiana ha sido bastante sólida según los misma que un volver a nacer, marcó el comienzo de una serie de preguntas
estándares modernos de validación. La cuestión es más bien epistemológica y, por lo filosóficas, a las cuales los políticos, teólogos, artistas y soldados dieron respuestas
tanto, metodológica en sentido amplio. Más allá de su calidad, ¿hasta qué punto la tanto concretas como abstractas. ¿Qué es la belleza? ¿Qué es el orden? ¿Qué es el
historiografía moderna de la Revolución Haitiana -como parte de un continuo Estado? Pero también y sobre todo: ¿Qué es el hombre?
discurso occidental sobre la esclavitud, la raza, y la colonización- ha roto sus Los filósofos que discutían esta última cuestión no podían escapar al hecho de
vínculos de hierro con el medio filosófico en que nació? que la colonización ocurría mientras ellos hablaban. Los hombres (los europeos)
estaban conquistando, matando, dominando y esclavizando a otros seres que, al
Cierta Idea de Hombre menos algunos, creían igualmente humanos. El debate entre Bartolomé de Las Casas
y Juan Ginés de Sepúlveda sobre la naturaleza y destino de los indios, que tuvo lugar
Occidente fue creado en algún momento a principios del siglo XVI, en medio en Valladolid en 1550-1551, fue sólo un momento de este permanente encuentro
de una ola mundial de transformaciones materiales y simbólicas. La expulsión entre lo simbólico y lo práctico. De allí, las grandes ambigüedades del primer Las
definitiva de los musulmanes de Europa, los llamados viajes de exploración, los Casas, quien creía tanto en la colonización como en la humanidad de los indios, y
primeros desarrollos del colonialismo mercantil y la maduración del estado encontraba imposible conciliarlas. Pero a pesar de Las Casas y otros, el
absolutista, sentaron las bases para que los gobernantes y los comerciantes de la Renacimiento no resolvió -no pudo- la cuestión de la naturaleza ontológica de los
Cristiandad Occidental conquistaran Europa y el resto del mundo. Este itinerario pueblos conquistados. Como bien sabemos, el mismo Las Casas ofreció una
histórico era político, como lo demuestran los bien conocidos nombres que evoca – solución de compromiso pobre y ambigua, de la que se iba a arrepentir más tarde:
Colón, Magallanes, Carlos V, los Habsburgos- y los momentos cruciales que libertad para los salvajes (los indios), esclavitud para los bárbaros (los africanos). La
marcaron su ritmo -la reconquista de Castilla y Aragón, las Leyes de Burgos, la colonización se impuso.
transmisión del poder papal de los Borgia a los Medici. El siglo XVII fue testigo de la creciente intervención de Inglaterra, Francia y
Estos acontecimientos políticos fueron paralelos al surgimiento de un nuevo los Países Bajos en las Américas y en la trata de esclavos. El siglo XVIII siguió el
orden simbólico. La invención de América (con Waldseemüller, Vespucio y mismo camino, con un toque de perversidad: Mientras más compraban y
Balboa), la simultánea invención de Europa, la división del Mediterráneo por una conquistaban a otros hombres y mujeres los comerciantes y mercenarios europeos,
línea imaginaria desde el sur de Cádiz hasta el norte de Constantinopla, la más escribían y hablaban sobre el Hombre los filósofos. Visto desde fuera de
occidentalización del Cristianismo y la invención de un pasado greco-romano para la Occidente, con su extraordinario incremento de las reflexiones filosóficas y de la
atención concreta a la práctica colonial, el siglo de la Ilustración fue también un extravagantes descripciones de los geógrafos y viajeros medievales. Así, la palabra
siglo de confusión. No hay una única visión de los negros –en realidad, de ningún “nègre” ingresó a los diccionarios y glosarios franceses con matices negativos cada
grupo no blanco– ni siquiera dentro de la propia población europea. Más bien, los vez más precisos, desde sus primeras apariciones en la década de 1670, hasta los
grupos no europeos fueron forzados a encajar en diversos esquemas filosóficos, diccionarios universales que preanunciaban la Encyclopedia6. Hacia mediados del
ideológicos y prácticos. Lo más importante para nuestros propósitos es que todos siglo XVIII, “negro” significaba, casi universalmente, malo. Lo que había ocurrido
estos esquemas reconocían grados de humanidad. Ya fuera que estas gradaciones en el ínterin era la expansión de la esclavitud africana en América.
clasificaran a los fragmentos de la humanidad sobre bases ontológicas, éticas, De hecho, la nomenclatura un tanto abstracta heredada del Renacimiento fue
políticas, científicas, culturales o, simplemente, pragmáticas, el hecho es que todas reproducida, reforzada y también desafiada, por la práctica colonial y la literatura
asumían y reafirmaban que, en última instancia, algunos seres humanos lo eran más filosófica. Es decir, la práctica colonial del siglo XVIII puso de manifiesto tanto las
que otros. certezas como las ambigüedades del orden ontológico que acompañó el ascenso de
Porque de hecho, en el horizonte de Occidente, al final del siglo, el Hombre Occidente.
(con mayúscula) fue principalmente europeo y masculino. En este único punto La colonización proporcionó el impulso más potente para transformar el
coincidían todos los que importaban. Hombres eran también, en un grado menor, las etnocentrismo europeo en racismo científico. A principios del siglo XVIII, la
mujeres de origen europeo, como las “citoyennes” francesas, o blancos ambiguos justificación ideológica de la esclavitud afroamericana descansaba cada vez más en
como los judíos europeos. Más abajo estaban los pueblos sujetos a fuertes formulaciones explícitas del orden ontológico heredado del Renacimiento. Pero al
estructuras estatales: los chinos, los persas, los egipcios, quienes ejercían una inusual hacerlo, también transformó la visión del mundo del Renacimiento, trayendo sus
fascinación sobre algunos europeos, por ser al mismo tiempo más “avanzados” y, sin supuestas desigualdades a un plano mucho más cercano a las prácticas que las
embargo, potencialmente más malvados que otros Occidentales. Pensándolo bien, confirmaban. Los negros eran inferiores y, por lo tanto, esclavos; los esclavos negros
sólo para una tímida minoría, el Hombre podía ser, también, el occidentalizado, el se comportaban mal y, por lo tanto, eran inferiores. En resumidas cuentas, la práctica
colonizado complaciente. El beneficio de la duda no se extendía demasiado: los de la esclavitud en las Américas reafirmaba la posición de los negros en el nivel más
seres humanos occidentalizados (o, más propiamente, “occidentalizables"), los bajo de la especie humana.
nativos de África y las Américas, estaban en el nivel más bajo de esta Con el lugar de los negros ya garantizado en la parte inferior de la
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nomenclatura. nomenclatura occidental, el racismo antinegro pronto se convirtió en el elemento
Las connotaciones negativas ligadas a los colores de piel que, de modo central de la ideología de los plantadores del Caribe. Hacia mediados del siglo
creciente, fueron reagrupados como “negros”, se habían difundido por primera vez XVIII, los argumentos que justificaban la esclavitud en las Antillas y Norteamérica
en la Cristiandad durante la Baja Edad Media. Fueron reforzadas por las se trasladaron a Europa, donde se combinaron con la carga racista inherente al
pensamiento racionalista de la época. La literatura en francés es reveladora, aunque Nacional que aceptara a veinte representantes del Caribe. Los plantadores habían
de ninguna manera única. Buffon sostenía fervientemente un punto de vista calculado este número a partir de la población de las islas, utilizando toscamente las
monogenista: los negros no eran, en su opinión, una especie diferente. Aún así, eran matemáticas usadas en Francia para calcular la cantidad de representantes
lo suficientemente diferentes como para estar destinados a la esclavitud. Voltaire metropolitanos en la Asamblea. Pero sin ninguna ingenuidad, habían contado a los
discrepaba, pero sólo en parte. Los negros pertenecían a una especie diferente, esclavos negros y a la gens de couleur como parte de la población de las islas,
culturalmente destinada a ser esclavizada. Que el bienestar material de muchos de mientras que, desde luego, no reclamaban ningún derecho de sufragio para estos no-
estos pensadores estuviera relacionado -a menudo de manera indirecta y otras veces blancos. El Honoré Gabriel Riquetti, Conde de Mirabeau, tomó la palabra para
muy directamente- con la explotación del trabajo esclavo africano, no puede haber denunciar las sesgadas matemáticas de los plantadores. Mirabeau dijo a la
sido irrelevante para sus eruditas opiniones. Para la época de la Revolución Asamblea:
Americana, el racismo científico, cuyo ascenso muchos historiadores atribuyen
erróneamente al siglo XIX, ya era un rasgo del panorama ideológico de la Ilustración ¿Las colonias van a situar a sus negros y gens de couleur en la
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a ambos lados del Atlántico . clase de los hombres o en la de las bestias de carga?
De este modo, la Ilustración exacerbó la ambigüedad fundamental que Si los colonos quieren que los negros y las gens de couleur
dominaba el encuentro entre el discurso ontológico y la práctica colonial. A pesar de cuenten como hombres, déjenlos emanciparse primero; que todos puedan
que los filósofos reformularon algunas de las respuestas heredadas del ser electores, que todos puedan ser elegidos. Si no, les rogamos que
Renacimiento, la pregunta “¿Qué es el Hombre?” siguió tropezando con las prácticas observen que para calcular el número de diputados respecto de la
de dominación y de acumulación mercantil. La brecha entre la abstracción y la población de Francia, no hemos tomado en cuenta ni el número de
práctica creció o, mejor dicho, el manejo de las contradicciones entre ambas se nuestros caballos, ni el de nuestras mulas.8
volvió mucho más sofisticado, en parte porque la filosofía proveía tantas respuestas
como la misma práctica colonial. La Ilustración fue una era en la cual los traficantes Mirabeau quería que la Asamblea Nacional conciliara los principios
de esclavos de Nantes compraban títulos nobiliarios para codearse con los filósofos, filosóficos explícitos en la Declaración de los Derechos del Hombre con su postura
una era en la cual un luchador por la libertad como Thomas Jefferson podía poseer política sobre las colonias. Pero la declaración hablaba de los “Derechos del Hombre
esclavos sin sucumbir bajo el peso de sus contradicciones intelectuales y morales. y del Ciudadano”, un título que denota, como nos recuerda Tzvetan Todorov, el
También en nombre de la libertad y la democracia, en julio de 1789, sólo germen de una contradicción.9 En este caso, el ciudadano triunfó sobre el hombre –
unos días antes de la toma de la Bastilla, unos pocos plantadores de Saint-Domingue al menos sobre el hombre no-blanco. La Asamblea Nacional concedió sólo seis
se reunieron en París para solicitar a la recientemente constituida Asamblea diputados a las colonias azucareras del Caribe, unos pocos más de los que les
correspondían si sólo los blancos hubieran sido contados, pero mucho menos que si fin. La perfectibilidad se convirtió en un argumento del debate práctico: el otro
la Asamblea hubiera reconocido plenos derechos políticos a los negros y las gens de occidentalizado lucía cada vez más rentable para Occidente, sobre todo si podía
couleur. En las matemáticas de la realpolitik, el medio millón de esclavos de Saint- convertirse en un trabajador libre. Una memoria francesa de 1790 resumía la
Domingue/Haití y los pocos cientos de miles de las otras colonias valían, cuestión: “Tal vez no es imposible civilizar al negro, traerlo hacia los principios y
aparentemente, tres diputados –que además eran blancos. hacer de él un hombre: habría más que ganar que comprándolo y vendiéndolo”
La facilidad con que la Asamblea eludió sus propias contradicciones, un eco Finalmente, no deberíamos subestimar la enérgica postura anticolonialista de un
de los mecanismos por los cuales los esclavos negros llegaron a representar tres pequeño y elitista, pero ruidoso, grupo de filósofos y políticos.11
quintas partes de una persona en los Estados Unidos, permeó las prácticas de la Las reservas expresadas en la metrópolis tuvieron poco impacto al interior del
Ilustración. Jacques Thibau duda de que los contemporáneos encontraran una Caribe o en África. De hecho, la trata de esclavos creció en los años 1789-1791,
dicotomía entre la Francia de los esclavistas y la de los filósofos. “¿No era la Francia mientras los políticos y filósofos franceses debatían con más vehemencia que nunca
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Occidental y marítima una parte integral de la Francia de la Ilustración? Louis sobre los derechos de la humanidad. Además, eran pocos los políticos o filósofos
Sala-Molins sugiere además que se debe distinguir entre la defensa de la esclavitud y que atacaban el racismo, el colonialismo y la esclavitud de un solo golpe y con igual
el racismo de la época: uno podía oponerse a la primera (por razones prácticas) y no vehemencia. Tanto en Francia como en Inglaterra, el colonialismo, la retórica
a la otra (por razones filosóficas). Voltaire, notablemente, era racista, pero a menudo proesclavista y el racismo se entremezclaban y reforzaban mutuamente sin nunca
se oponía a la esclavitud en términos prácticos más que morales. Lo mismo hizo confundirse del todo. Lo mismo sucedía con sus opuestos, lo cual dejaba mucho
David Hume, no porque creyera en la igualdad de los negros, sino porque, como espacio para múltiples posiciones.12
Adam Smith, consideraba demasiado costosa la empresa. De hecho, tanto en Francia A pesar de esta multiplicidad, no había ninguna duda sobre la superioridad
como en Inglaterra, la mayoría de las veces los argumentos a favor o en contra de la occidental, sino sólo sobre su uso y efecto adecuado. Tal vez la crítica más radical al
esclavitud en el terreno de la política fueron expresados en términos pragmáticos, no colonialismo en la Francia de la Ilustración haya sido L’Histoire des deux Indes,
obstante el masivo llamamiento del abolicionismo británico y sus connotaciones firmada por el Abbé Raynal y con el filósofo y enciclopedista Denis Diderot como
religiosas. colaborador en las sombras –y, para algunos, principal responsable- en los pasajes
Sin embargo, la Ilustración produjo un cambio de perspectiva. La idea de anti-colonialistas.13 Sin embargo, el libro nunca cuestionó por completo los
progreso, ahora confirmada, sugería que los hombres eran perfectibles. Por lo tanto, principios ontológicos detrás de la empresa colonialista, a saber, que las diferencias
los subhumanos podían ser perfectibles también, al menos en teoría. Más importante entre las formas de la humanidad no eran sólo de grado sino de clase, no históricas,
aún, el comercio de esclavos seguía su curso y los aspectos económicos de la sino primordiales. La polifonía del libro limitó aún más su impacto antiesclavista.14
esclavitud serían cada vez más cuestionados a medida que el siglo se acercaba a su Como señala correctamente Bonnet, L’Histoire es un libro que venera a la vez la
visión inmóvil del buen salvaje y los beneficios de la industria y la actividad cuestión, permítaseme recalcar que no estoy sugiriendo que los hombres y mujeres
humana.15 del siglo XVIII deberían haber pensado en la fundamental igualdad de la especie
Detrás del radicalismo de Diderot y Raynal había, en última instancia, un humana, de la misma manera en que algunos de nosotros lo hacemos hoy. Por el
proyecto de gestión colonial, que incluía de hecho la abolición de la esclavitud, pero contrario, estoy sosteniendo que ellos no podían haberlo hecho. Pero también estoy
sólo en el largo plazo y como parte de un proceso que apuntaba a un mejor control extrayendo una lección de la comprensión de esta imposibilidad histórica. La
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de las colonias. El acceso al status humano no llevaba ipso facto a la Revolución Haitiana desafió los supuestos ontológicos y políticos de los autores más
autodeterminación. En síntesis, aquí también, como en Condorcet, como en radicales de la Ilustración. Los acontecimientos que conmocionaron a Saint-
Mirabeau, como en Jefferson, a fin de cuentas, hay grados de humanidad. Domingue de 1791 a 1804 constituyeron una secuencia para la cual ni siquiera la
El vocabulario de la época revela esa gradación. Cuando se hablaba del extrema izquierda de Francia o Inglaterra tenía un marco de referencia conceptual.
producto biológico de las relaciones sexuales entre negros y blancos, se hablaba del Eran hechos “impensables” en el marco del pensamiento occidental.
“hombre de color”, como si los dos términos no fueran necesariamente juntos: la Pierre Bourdieu define lo impensable como aquello para lo cual no poseemos
humanidad sin marcas es blanca. El capitán de un barco de esclavos enfatizaba los instrumentos de conceptualización adecuados. Según el autor: “En lo impensable
abiertamente esta oposición implícita entre los “Hombres” blancos y el resto de la de una época, se encuentra todo aquello que no se puede pensar por falta de
especie humana. Luego de que los defensores franceses de los hombres de color inclinaciones éticas o políticas que predispongan a tomarlo en cuenta o en
libres crearan en París la Société des Amis des Noirs, el capitán pro esclavista se consideración, pero también aquello que no se puede pensar por falta de
autodenominó orgullosamente “l’Ami des Hommes”. Los Amigos de los Negros no instrumentos de pensamiento tales como problemáticas, conceptos, métodos,
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eran necesariamente Amigos del Hombre. La oposición terminológica Hombre técnicas.”19 Lo impensable es aquello que no se puede concebir dentro de la gama de
versus Nativo (u Hombre versus Negro) tiñó la literatura europea sobre las Américas alternativas posibles, aquello que tergiversa todas las respuestas porque desafía los
desde 1492 hasta la Revolución Haitiana y más allá. Ni siquiera el dúo radical términos bajo los cuales fueron formuladas las preguntas. En ese sentido, la
Diderot-Raynal escapó a ella. Relatando una de las primeras exploraciones Revolución Haitiana fue impensable en su tiempo: desafiaba la estructura misma
españolas, escribían: “¿No era este puñado de hombres, rodeado por una dentro de la cual partidarios y oponentes habían analizado la raza, el colonialismo y
innumerable multitud de nativos,... presa de la alarma y el terror, con o sin la esclavitud en las Américas.
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fundamentos?
No tiene sentido castigar a escritores muertos hace mucho tiempo por usar las
palabras de su época o por no compartir los puntos de vista ideológicos que hoy
damos por sentados. Para evitar que acusaciones de corrección política trivialicen la
Preludio a las Noticias: El Fracaso de las Categorías madre infanticida, un desviado. En la medida en que se les reconoce pecados propios
de la humanidad, se lo hace sólo como evidencia de una patología.
Entre los primeros envíos de esclavos de principios del siglo XVI y la Visto retrospectivamente, este argumento no es muy convincente para alguien
insurrección del norte de Saint-Domingue en 1791, la mayoría de los observadores que conoce del infinito espectro de reacciones humanas a las diferentes formas de
occidentales había considerado las manifestaciones de resistencia y desafío de los dominación. En el mejor de los casos, es una anémica caricatura del individualismo
esclavos con la ambivalencia característica de su visión general de la colonización y metodológico. Aunque cada una de las explicaciones fuera cierta, la suma de todas
la esclavitud. Por un lado, la resistencia y el desafío no existían, ya que reconocerlos ellas diría poco de las causas y efectos de la repetición de tales casos.
era reconocer la humanidad de los esclavizados.20 Por otro lado, dado que la De hecho, este argumento ni siquiera convencía a los propios plantadores.
resistencia ocurría, era castigada muy severamente, dentro o fuera de las Ellos se aferraban a él porque era el único esquema que les permitía no encarar la
plantaciones. De este modo, junto a un discurso que afirmaba la conformidad de los cuestión como un fenómeno masivo. Esta última interpretación era inconcebible, ya
esclavos, se montó una plétora de leyes, consejos y medidas, tanto legales como que la tendencia a proclamar su propia normalidad es inherente a cualquier sistema
ilegales, para frenar la resistencia que se negaba en teoría. de dominación. Reconocer la resistencia como un fenómeno masivo es reconocer la
Estas dos actitudes a menudo se mezclaban en las publicaciones, los diarios y posibilidad de que algo está mal en el sistema. Los plantadores del Caribe, al igual
la correspondencia de los plantadores. Como su contacto con la realidad no les que sus homólogos en Brasil y los Estados Unidos, rechazaban sistemáticamente esa
permitía negar rotundamente la resistencia, los plantadores y administradores concesión ideológica, y sus argumentos en defensa de la esclavitud fueron centrales
intentaron dotarse de algunas certezas que les dieran tranquilidad, trivializando sus para el desarrollo del racismo científico.
manifestaciones. La resistencia no existía como un fenómeno global. Por el Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la sucesión de revueltas en las
contrario, cada caso de desafío inequívoco, cada posible instancia de resistencia, plantaciones y, especialmente, la consolidación de grandes colonias de fugitivos en
eran tratados en forma aislada, y despojados de su contenido político. El esclavo A Jamaica y en las Guayanas, con quienes los gobiernos coloniales tenían que
huyó porque era particularmente maltratado por su amo. El esclavo B desapareció negociar, socavaban gradualmente la imagen de sumisión y el argumento
porque no era alimentado apropiadamente. La esclava X se suicidó en un arrebato complementario de la inadaptación patológica. Por mucho que algunos observadores
mortal. La esclava Y envenenó a su ama porque estaba celosa. El fugitivo emerge de quisieran ver en estas huidas masivas un signo de la fuerza que la naturaleza ejercía
esta literatura –que aún tiene sus discípulos- como un animal motivado por pulsiones sobre el animal-esclavo, la posibilidad de la resistencia de masas penetró en el
biológicas o, en el mejor de los casos, como un caso patológico. El esclavo rebelde discurso occidental.
es un negro inadaptado, un adolescente amotinado (que come tierra hasta morir), una Esta penetración, sin embargo, fue limitada. Cuando Louis-Sébastien Mercier
anunció la llegada de un vengador del Nuevo Mundo en 1771, lo hizo en una novela
de predicción, en una utopía.21 El objetivo era advertir a los europeos de las males, excepto, quizás, la esclavitud misma. La esclavitud, en el lenguaje de los
fatalidades que les esperaban si no cambiaban sus modos. De manera similar, filósofos, podía significar todo lo negativo del dominio europeo, tanto en Europa
cuando el dúo Raynal-Diderot hablaba de un Espartaco negro, no estaba prediciendo como en otras partes. Por ejemplo, el mismo Diderot aplaudía a los revolucionarios
claramente a un personaje al estilo de Louverture, como algunos querrían ver en de los Estados Unidos por haber “quemado sus cadenas”, por haber “rechazado la
retrospectiva.22 En las páginas de la Histoire des deux Indes en que aparece ese esclavitud”. No importaba que algunos de ellos poseyeran esclavos. La Marseillaise
pasaje, la amenaza de un Espartaco negro es expresada como una advertencia. No se también era un grito contra la “esclavitud”.25 Los mulatos del Caribe, dueños de
refiere a Saint-Domingue, sino a Jamaica y a Guyana, donde “hay establecidas dos esclavos, le decían a la Asamblea Nacional que su status como hombres libres de
colonias de negros fugitivos... Estos relámpagos anuncian el trueno, y a los negros segunda clase era equivalente a la esclavitud26. Este uso metafórico permeaba el
sólo les falta un jefe lo suficientemente valeroso como para guiarlos hacia la discurso de diversas disciplinas nacientes, desde la filosofía a la economía política,
venganza y la masacre. ¿Dónde está él, este gran hombre a quien la naturaleza le hasta Marx y más allá. Las referencias a la resistencia esclava deben, por lo tanto,
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debe quizás el honor de la especie humana? ¿Dónde está este nuevo Espartaco? ...” observarse a la luz de estos clichés retóricos. Si hoy podemos leer las sucesivas
En esta versión del famoso fragmento, modificado en sucesivas ediciones de "Declaraciones de los Derechos del Hombre" o el Bill of Rights de los Estados
la Histoire, la postura más radical es la referencia inequívoca a una única especie Unidos, como si incluyeran naturalmente a todos los seres humanos, está lejos de ser
humana. Pero al igual que en Las Casas, en Buffon o en la izquierda de la Asamblea cierto que esta lectura revisionista fuera la interpretación preferida por los
Nacional, las conclusiones prácticas de lo que parece una filosofía revolucionaria "hombres" de 1789 y 1791.27
son ambiguas. La evocación de una rebelión de esclavos, tanto en Diderot-Raynal Tercero, tanto aquí como en los pocos textos que hablan claramente del
como en las otras pocas ocasiones en que aparece por escrito, funcionaba derecho a la insurrección, la posibilidad de una rebelión exitosa de los esclavos u
principalmente como un dispositivo retórico. La posibilidad concreta de que una otros pueblos colonizados se encuentra en un futuro muy distante, es todavía un
rebelión tal prosperara hacia una revolución y un estado negro moderno seguía fantasma de lo que podría pasar si el sistema permaneciera inalterado.28 Esto
siendo parte de lo impensable. implica, por supuesto, que las mejoras dentro del sistema o desde el sistema, podían
En efecto, el llamamiento político –si lo hubo- es confuso. Por empezar, los evitar la masacre -sin duda, un resultado no deseado por los filósofos.
interlocutores de Diderot no son las masas esclavizadas, ni siquiera el Espartaco que Cuarto y último, esta fue una era de cambio y contradicciones. Pocos
podría o no surgir en un futuro incierto. Diderot es aquí la voz del Occidente pensadores sostenían una política acorde a su filosofía. La acción radical sobre la
ilustrado, advirtiendo al Occidente colonialista.24 cuestión de la esclavitud provino a menudo de rincones insospechados,
Segundo, y más importante, “la esclavitud” era en aquel tiempo una metáfora particularmente de Inglaterra o los Estados Unidos.29 Luego de analizar las
fácil, accesible a un gran público que sabía que esa palabra representaba diversos contradicciones de la Histoire, Michèle Duchet concluye que el libro es
políticamente reformista y filosóficamente revolucionario. Pero incluso la blancos de sublevarse contra el colonialismo, el mismo derecho cuya aplicación
revolución filosófica no es tan nítida como aparece en principio, y Duchet admite en admiraban en la Norteamérica británica.
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otro momento que, para Raynal, civilizar es colonizar. En resumen, a pesar de los debates filosóficos y del ascenso del
Las contradicciones abundaban al interior de la filosofía, de la política y entre abolicionismo, la Revolución Haitiana era impensable en Occidente, no sólo porque
ambas, incluso en la izquierda radical. Se ven claramente en las tácticas del grupo de desafiaba a la esclavitud y al racismo, sino también por la forma en que lo hizo.
presión en favor de los mulatos, la Société des Amis des Noirs. El punto de partida Cuando la insurrección estalló por primera vez en el norte de Saint-Domingue,
filosófico de la Société era, desde luego, la plena igualdad de la humanidad: algunos varios escritores radicales en Europa y muy pocos en las Américas habían estado
de sus miembros fundadores participaron en la redacción de la Declaración de los dispuestos a reconocer, con variadas reservas –tanto prácticas como filosóficas-, la
Derechos del Hombre. Pero también aquí había grados de humanidad. La única humanidad de los esclavizados. Casi ninguno infirió de este reconocimiento la
campaña importante de los autoproclamados Amigos de los Negros fue su esfuerzo necesidad de abolir inmediatamente la esclavitud. De modo similar, un puñado de
para garantizar los derechos civiles y políticos de los propietarios mulatos libres. escritores había evocado intermitentemente y, muy a menudo, metafóricamente, la
Este énfasis no era simplemente una maniobra táctica. Muchos miembros de la posibilidad de una resistencia de masas entre los esclavos. Casi ninguno había
izquierda de la Asamblea fueron mucho más allá de lo necesario para enfatizar que admitido realmente que los esclavos podrían –dejemos de lado si deberían-
no valía la pena defender a todos los negros por igual. El 11 de diciembre de 1791, revelarse34. Louis Sala-Molins afirma que la esclavitud era la prueba de fuego para
Grégoire, por ejemplo, denunció el peligro de sugerir derechos políticos para los la Ilustración. Podemos dar un paso más y decir que la Revolución Haitiana fue la
esclavos negros. “Dar derechos políticos a hombres que no conocen sus deberes, prueba de fuego para las pretensiones universalistas tanto de la revolución francesa
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sería tal vez como poner una espada en las manos de un loco” como de la norteamericana. Y ambas fracasaron. En 1791, no hay ningún debate
Las contradicciones no fueron menos evidentes en otros casos. Bajo un público registrado en Francia, en Inglaterra o en los Estados Unidos, sobre el
seudónimo que evocaba tanto el judaísmo como la negritud, Condorcet mostraba derecho de los esclavos negros a la autodeterminación, ni sobre el derecho de
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todos los males de la esclavitud, pero luego llamaba a una abolición gradual. El alcanzarla por medio de la resistencia armada.
abolicionista Diderot saludaba a la Revolución Norteamericana, que había La revolución no sólo fue impensable y, por tanto, inesperada en Occidente,
conservado la esclavitud. Jean Pierre Brissot pedía a su amigo Jefferson, cuya fue también -en gran medida- no dicha entre los propios esclavos. Con esto quiero
postura sobre la esclavitud no era cuestionada en Francia, que se uniera a los Amis decir que la Revolución no fue precedida, ni siquiera acompañada, por un discurso
des Noirs!33 Aparte de Marat y –en mucho menor medida- Robespierre, pocos de los intelectual explícito.35 Una razón es que la mayoría de los esclavos eran analfabetos
revolucionarios franceses más destacados reconocían el derecho de los franceses y la palabra impresa no era un medio de propaganda realista en el contexto de una
colonia de esclavos. Pero otra razón es que las reivindicaciones de la revolución eran
demasiado radicales para ser formuladas antes de los hechos. Sólo la práctica masas (1791) al derrumbamiento del aparato colonial (1793), de la libertad general
triunfante podía afirmarlas a posteriori. En ese sentido, la revolución estaba en los (1794) a la conquista del aparato estatal (1797-98), del control de ese estado por
límites de lo pensable, incluso en Saint-Domingue, incluso entre los esclavos, e Louverture (1801) a la proclamación de la independencia haitiana con Dessalines
incluso entre sus propios líderes. (1804). Cada uno de estos pasos –que condujeron a y culminaron con la emergencia
Es necesario recordar que los principios centrales de la filosofía política que de un moderno "estado negro", todavía impensable en gran medida hasta el siglo
se volvieron explícitos en Saint-Domingue/Haití entre 1791 y 1804 no fueron XX- profundizaba el desafío al orden ontológico de Occidente y al orden global del
aceptados por la opinión pública mundial hasta después de la Segunda Guerra colonialismo.
Mundial. Cuando estalló la Revolución Haitiana, sólo el cinco por ciento de una Esto también significaba que los revolucionarios haitianos no estaban tan
población mundial estimada en 800 millones, habría sido considerada “libre” según condicionados por límites ideológicos previamente establecidos por intelectuales
los estándares modernos. La campaña británica en favor de la abolición de la trata profesionales de la colonia o de otras partes; que podían abrir nuevos caminos –y, de
de esclavos estaba en su infancia; la abolición de la esclavitud estaba todavía más hecho, lo hicieron reiteradamente. Pero significaba además que el debate filosófico y
lejos. Los alegatos acerca de la unicidad fundamental de la especie humana, sobre la político en Occidente, cuando se daba, sólo podía ser reactivo. Lidiaba con lo
irrelevancia ética de las categorías raciales o la situación geográfica para lo que imposible sólo después de que lo imposible era ya un hecho; y aún entonces, los
respecta a la forma de gobierno y, por cierto, sobre el derecho de todos los pueblos a hechos no eran siempre aceptados como tales.
la autodeterminación, iban en contra del sentido común en el mundo atlántico y más
allá. En Saint-Domingue, sólo se pudieron manifestar a través de la práctica. Lidiando con lo impensable: Los fracasos de la narración.
Necesariamente, la Revolución Haitiana tuvo que pensarse a sí misma, política y
filosóficamente, a medida que ocurría. Su proyecto, cada vez más radicalizado a lo Cuando las noticias del masivo levantamiento de agosto de 1791 golpearon a
largo de trece años de combates, se reveló en sucesivas conmociones. A lo largo de Francia por primera vez, la reacción más común entre las partes interesadas fue la
cada una de sus imprevistas fases, el discurso quedó siempre a la zaga de la práctica. incredulidad: los hechos eran demasiado inverosímiles; las noticias tenían que ser
La Revolución Haitiana se expresó principalmente a través de sus acciones, y falsas. Sólo los más ruidosos representantes del partido de los plantadores las
a través de su práctica política desafió a la filosofía y al colonialismo de Occidente. tomaron en serio, en parte porque fueron los primeros en ser informados a través de
Aunque produjo unos pocos textos cuyo significado filosófico es explícito -desde la sus contactos británicos, y en parte porque eran quienes más tenían que perder si de
declaración de Camp Turel de Louverture al Acta de la Independencia de Haití y la hecho la noticia era confirmada. Otros, incluidos los plantadores de color que
Constitución de 1805-, su novedad intelectual e ideológica aparecía más claramente estaban en ese momento en Francia y la mayoría del ala izquierda de la Asamblea
con todos y cada uno de los umbrales políticos que cruzaba: de la insurrección de Nacional, simplemente no podían conciliar su percepción de los negros con la idea
de una rebelión negra a gran escala.36 En un apasionado discurso dirigido a la impensable. Sin embargo, lentamente, la envergadura de la sublevación fue
Asamblea Nacional el 30 de octubre de 1791, el delegado Jean-Pierre Brissot, asimilada. Pero incluso entonces, como sucedió previamente en Jamaica, Cuba y los
miembro fundador de los Amis des Noirs y anticolonialista moderado, resumió las Estados Unidos, también en Francia y en Saint-Domingue los plantadores,
razones por las cuales las noticias tenían que ser falsas: a) cualquiera que conociera a administradores, políticos o ideólogos encontraron explicaciones que hicieron
los negros tenía que darse cuenta de que era sencillamente imposible que cincuenta encajar a la rebelión dentro de su visión del mundo, insertando los hechos en el
mil de ellos se reunieran tan rápido y actuaran de común acuerdo; b) los esclavos no orden apropiado del discurso. Dado que los negros no podían haber generado una
podían concebir la rebelión por sí mismos, y los mulatos y blancos no eran tan empresa de tal magnitud, la insurrección se convirtió en una repercusión
insensatos como para incitarlos a la violencia a gran escala; c) aún si los esclavos se desafortunada de los errores de cálculo de los plantadores. No aspiraba a un cambio
hubieran rebelado en cantidades tan enormes, las tropas francesas, que eran revolucionario, dadas sus influencias monárquicas. No era apoyada por la mayoría
superiores, los habrían derrotado. Brissot continuó: de la población esclava. Se debía a agitadores foráneos. Era la consecuencia
inesperada de varias conspiraciones que contaban con la connivencia de no esclavos.
¿Qué son 50.000 hombres mal armados, indisciplinados y Cada parte eligió a su enemigo preferido como el conspirador más probable detrás
habituados a temer cuando se enfrentan con 1.800 franceses del levantamiento esclavo. Conspiradores monárquicos, británicos, mulatos o
acostumbrados a la ser temidos? ¡Qué! ¿En 1751, Dupleix y unos pocos republicanos fueron vistos o escuchados en todas partes por testigos dudosos e
cientos de franceses pudieron romper el sitio de Pondichéri y vencer a un interesados. Los colonialistas conservadores y los republicanos antiesclavistas se
ejército bien equipado de 100.000 indios, y M. de Blanchelande, con acusaban mutuamente de ser los cerebros detrás de la revuelta. Estas conclusiones
tropas francesas y cañones, debería temer a una tropa muy inferior de provenían de escritos que, posiblemente, no habrían podido alcanzar ni conmover a
negros apenas armados?37 los esclavos de Saint-Domingue, aún si hubieran sabido leer. En un discurso
revelador, el diputado Blangilly instó a sus colegas a considerar la posibilidad de
Con semejantes afirmaciones de un “Amigo”, la revolución no necesitaba que la rebelión se debiera, al menos en parte, al natural deseo de libertad de los
enemigos. Sin embargo, esa era la opinión mayoritaria en la Asamblea, desde la esclavos –una posibilidad que la mayoría rechazó entonces y con posterioridad.
izquierda hasta la centro-derecha, hasta que la noticia se confirmó fuera de toda Blangilly procedió entonces a proponer la que era, en su opinión, la conclusión más
duda. Esta confirmación no modificó los puntos de vista dominantes. Cuando las lógica: una ley para el mejoramiento de las condiciones de esclavitud.39 Aunque
noticias detalladas llegaron a Francia, muchos observadores estaban atemorizados no legítimo, el deseo natural de libertad de los esclavos no podía satisfacerse sin
por la revuelta en sí, sino por el hecho de que los colonos habían apelado a los amenazar los intereses franceses.
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ingleses. Un serio peligro a largo plazo de parte de los negros era todavía
Al menos por trece años, la opinión pública occidental continuó con este Para entonces, las viejas teorías conspirativas deberían haberse vuelto
juego de escondidas respecto de las noticias que llegaban de Saint-Domingue. Con irrelevantes. Claramente, el partido de Louverture no estaba dispuesto a aceptar
cada nuevo umbral traspasado, el discurso acomodaba algunos de los datos órdenes de colonos, jacobinos franceses o agentes de potencias extranjeras. Lo que
irrefutables, cuestionaba otros y proporcionaba explicaciones tranquilizadoras para estaba ocurriendo en Saint-Domingue era, según todas las definiciones, la más
conformar un nuevo paquete. Para la primavera de 1792, por ejemplo, ni el más importante rebelión de esclavos jamás vista y había desarrollado su propia dinámica.
distante observador podía ya negar el alcance de la rebelión, el extraordinario Sorpresivamente, las teorías conspirativas sobrevivieron lo suficiente como para
número de esclavos y de plantaciones involucrados, la magnitud de las pérdidas justificar los juicios de unos pocos franceses acusados de haber fomentado o
materiales de los colonos. Pero entonces, muchos, incluso en Saint-Domingue, ayudado a la rebelión, desde Blanchelande, el viejo Gobernador monárquico de
sostenían que el desastre era transitorio, que todo retornaría al orden. Así, un testigo 1791, hasta el Gobernador republicano Lavaux y Félicité Sonthonax, el jacobino.41
presencial comentaba: “Si los blancos y los mulatos libres supieran lo que es bueno A medida que crecía el poder de Louverture, todos los otros partidos luchaban
para ellos y permanecieran fuertemente unidos, es muy posible que las cosas para convencerse a sí mismos y a sus pares de que los logros de la dirigencia negra
vuelvan a la normalidad, considerando el ascendiente que el blanco ha tenido beneficiarían, en última instancia, a alguien más. La nueva elite negra tenía que ser,
40
siempre sobre los negros”. Nótese la duda (el testigo está tentado de creerle a sus voluntariamente o no, el peón de una "importante" potencia internacional. De otro
ojos); pero nótese también que la nomenclatura no ha cambiado. La visión del modo, la colonia se desmoronaría y un legítimo estado internacional recogería los
mundo se impone sobre los hechos: la hegemonía blanca es natural y se da por pedazos. Las teorías que sólo preveían el caos bajo el liderazgo negro, continuaron
supuesta; cualquier alternativa permanece aún en la esfera de lo impensable. Pero aún después de que Louverture y sus lugartenientes afianzaron totalmente el aparato
este pasaje fue escrito en Diciembre de 1792. En ese momento, tras el caos político y militar, político y civil de la colonia. Si algunos gobiernos extranjeros –
las muchas batallas entre diversas facciones armadas, Toussaint Louverture y sus notablemente, los Estados Unidos- estaban dispuestos a mantener una colaboración
seguidores más cercanos estaban forjando la vanguardia que empujaría a la moderada con el régimen de Louverture, era en parte porque “sabían” que un estado
revolución hasta el punto de no retorno. En efecto, seis meses más tarde, el independiente encabezado por ex esclavos era un imposible. Puede que Toussaint
comisario civil Léger Félicité Sonthonax fue forzado a declarar libres a todos los mismo no haya creído en la posibilidad de la independencia mientras, en la práctica,
esclavos dispuestos a luchar bajo la bandera republicana francesa. Unas pocas estaba gobernando Saint-Domingue como si fuera independiente.
semanas después de la proclama de Sonthonax, en agosto de 1793, Toussaint Tanto en Saint-Domingue, como en Norteamérica y Europa, la opinión corría
Louverture subió la apuesta con su proclama de Camp Turel: libertad inmediata e constantemente detrás de los hechos. Las predicciones, cuando se hacían, se
incondicional, e igualdad para todos. revelaban inútiles. Una vez que se puso en marcha la expedición francesa de
reconquista en 1802, los expertos se convencieron fácilmente de que Francia ganaría
la guerra. En Inglaterra, el Cobbet Political Register dudaba de que Toussaint y el Vaticano, notablemente, reconocieron la independencia de Haití recién en la
opusiera siquiera resistencia. Era probable que huyera del país.42 El mismo Leclerc, segunda mitad del siglo XIX.
comandante de las fuerzas francesas, predijo a principios de febrero que la guerra El rechazo diplomático fue sólo un síntoma de una negación subyacente. Los
acabaría en dos semanas. Se equivocó por dos años. Sin embargo, los plantadores de propios hechos de la revolución eran incompatibles con principios fundamentales de
Saint-Domingue parecían compartir su optimismo. Leclerc reportó al Ministerio de las ideologías dominantes en Occidente, y siguieron siéndolo al menos hasta el
Marina que los residentes franceses ya estaban saboreando la victoria. Los primer cuarto del siglo XX. Entre la independencia haitiana y la Primera Guerra
periódicos de Europa, Norteamérica y América Latina traducían y hacían Mundial, a pesar de las sucesivas aboliciones de la esclavitud, las escalas con que la
comentarios sobre estos partes: la restauración estaba cerca. mayoría de los europeos y americanos clasificaban a la humanidad, sufrieron pocos
Hacia mediados de 1802, la debacle del ejército de Louverture parecía cambios. De hecho, algunas opiniones empeoraron.43 El siglo XIX fue, en muchos
confirmar esa profecía. El rechazo de la tregua por una minoría significativa de los sentidos, un siglo de retroceso respecto de algunos de los debates de la Ilustración.
rebeldes armados -entre quienes estaba Sans Souci- y la reanudación a gran escala El racismo científico, un tópico en crecimiento aunque muy discutido del
de las operaciones militares, cuando la guerra dentro de la guerra obligó al alto pensamiento ilustrado, consiguió una audiencia mucho más amplia, legitimando aún
mando colonial a unirse a la revolución en el otoño de 1802, no modificaron más la nomenclatura ontológica heredada del Renacimiento. El reparto de Asia y,
demasiado las visiones dominantes. A pesar de la alianza entre las fuerzas de sobre todo, de África, reforzó tanto la práctica como la ideología colonial. Así, en la
Dessalines, Pétion y Christoph y de las reiteradas victorias del nuevo ejército mayoría de los países, salvo Haití, más de un siglo después de que ocurriera, la
revolucionario, pocos fuera de Saint-Domingue podían prever el resultado de esta revolución era todavía, en gran parte, una historia impensable.
rebelión negra. Aún en el otoño de 1803, una victoria completa de los antiguos
esclavos y la creación de un estado independiente era todavía impensable en Europa Supresión y trivialización: Los Silencios en la Historia Mundial
y Norteamérica. Sólo mucho después de la declaración de independencia de 1804, el
hecho consumado sería aceptado de mala gana. Hasta el momento he desarrollado dos puntos centrales. Primero, antes de que
De mala gana, por cierto. El reconocimiento internacional de la ocurriera, la cadena de eventos que constituye la Revolución Haitiana era
independencia haitiana fue todavía más difícil de conseguir que la victoria militar impensable. Segundo, a medida que ésta se desarrollaba, muchos participantes y
sobre las fuerzas de Napoleón. Llevó más tiempo y más recursos, más de medio observadores acomodaban sistemáticamente los acontecimientos para que encajaran
siglo de luchas diplomáticas. Francia impuso una pesada indemnización al estado en su universo de posibilidades. Es decir, se los hacía entrar en narrativas que
haitiano a cambio de reconocer formalmente su propia derrota. Los Estados Unidos tuvieran sentido para la mayoría de los observadores y lectores occidentales. Ahora
demostraré cómo la revolución, pensada imposible por sus contemporáneos, ha sido
silenciada también por los historiadores. Lo asombroso de esta historia es hasta qué construyeron realmente cámaras de gas; la esclavitud no sólo le sucedió a los negros.
punto los historiadores han tratado los acontecimientos en Saint-Domingue de forma En un plano aparentemente diferente, otras narrativas endulzan el horror o banalizan
muy similar a las reacciones de sus contemporáneos occidentales. Es decir, las la singularidad de una situación concentrándose en los detalles: cada tren a
narrativas que construyeron los historiadores en torno a estos hechos son Auschwitz puede ser explicado en sus propios términos; algunos esclavos de los
notablemente similares a las producidas por los individuos que pensaban que tal Estados Unidos estaban mejor alimentados que los trabajadores británicos; algunos
revolución era imposible. judíos sobrevivieron. El efecto conjunto de estas dos clases de fórmulas resulta en
El tratamiento de la Revolución Haitiana en la historia escrita fuera de Haití un poderoso silenciamiento: todo lo que no ha sido anulado en el plano de la
revela dos familias de tropos que son idénticos, en términos formales (retóricos), a generalidad, sucumbe en la irrelevancia acumulada de un montón de detalles.
figuras del discurso de fines del siglo XVIII. El primer tipo de tropos son fórmulas Definitivamente, es este el caso de la Revolución Haitiana.44
que tienden a borrar directamente el hecho de una revolución. Yo les llamo, para El silencio general que la historiografía occidental produjo alrededor de la
abreviar, fórmulas de supresión. La segunda clase tiende a vaciar de su contenido Revolución Haitiana fue originalmente resultado de la incapacidad para expresar lo
revolucionario a ciertos eventos, de forma tal que toda la cadena de hechos, roída impensable. Pero irónicamente, fue reforzado por la importancia de la revolución
desde todos lados, se trivializa. Es lo que llamo fórmulas de banalización. La para sus contemporáneos y la generación inmediatamente posterior. Desde 1791-
primera forma caracteriza principalmente a los generalistas y los divulgadores – 1804 hasta mediados del siglo XIX, muchos europeos y norteamericanos vieron esa
autores de libros de texto, por ejemplo. La segunda es la fórmula preferida de los revolución como una prueba de fuego para la raza negra o, al menos, para las
especialistas. El primer tipo nos recuerda el silencio general sobre la resistencia en la capacidades de todos los afroamericanos. También lo fue para los haitianos, como lo
Europa y la Norteamérica del siglo XVIII. El segundo nos recuerda las explicaciones demuestran claramente los pronunciamientos de Vastey sobre Sans Souci.45 Los
de los especialistas de la época, los capataces y administradores de Saint-Domingue fuertes y palacios de Christophe, la eficiencia militar de los ex esclavos, el impacto
o los políticos de París. Ambas son fórmulas de silencio. de la fiebre amarilla sobre las tropas francesas y el peso relativo de factores externos
La literatura sobre la esclavitud en las Américas y sobre el Holocausto sugiere en la dinámica revolucionaria tuvieron gran peso en estos debates. Pero si la
que puede haber similitudes estructurales en los silenciamientos generales o, como revolución fue significativa para los haitianos –y especialmente para las elites
mínimo, que la supresión y la banalización no son exclusivas de la Revolución emergentes que se autoproclamaban sus herederas- para la mayoría de los
Haitiana. En el plano general, algunas narrativas anulan lo que sucedió a través de la extranjeros fue fundamentalmente un hecho fortuito dentro de una cuestión mayor.
supresión directa de los hechos o de su relevancia. “Eso” no sucedió realmente; no Así, apologistas y detractores por igual, abolicionistas y racistas declarados,
era tan malo, o tan importante. Los desafíos frontales al hecho del Holocausto o a la intelectuales liberales, economistas y propietarios de esclavos, utilizaron los
relevancia de la esclavitud afroamericana pertenecen a este tipo: Los alemanes no acontecimientos de Saint-Domingue para sentar sus posiciones, sin considerar la
historia de Haití como tal. Haití les importaba a todos, pero sólo como un pretexto Tercer Mundo. Este corpus ha enseñado a generaciones de lectores que el período
para hablar de algo más.46 que va de 1776 a 1843 puede llamarse correctamente “La Era de las Revoluciones”.
Al cabo del tiempo, el propio destino de Haití reforzó el silenciamiento de la Al mismo tiempo, este corpus ha permanecido mudo respecto de la revolución
revolución. Condenado al ostracismo durante la mayor parte del siglo XIX, el país se política más radical de esa era.
deterioró tanto económica como políticamente –en parte como resultado de este En los Estados Unidos, por ejemplo, con las notables excepciones de Henry
47
ostracismo. A medida que Haití declinaba, la realidad de la revolución parecía cada Adams y W.E.B. Du Bois, hasta la década de 1970 pocos autores reconocidos
vez más distante, un hecho inverosímil que tuvo lugar en un pasado difícil y para el concedieron alguna importancia a la Revolución Haitiana en sus en sus escritos
cual nadie tenía una explicación racional. La revolución que era impensable se históricos. Muy pocos libros de texto la mencionaron siquiera. Cuando lo hicieron,
convirtió en un no-acontecimiento. la transformaron en una "revuelta", una "rebelión". El silencio actual de la mayoría
Finalmente, el silenciamiento de la Revolución Haitiana también se de los manuales de América Latina es aún más trágico. Asimismo, los historiadores
corresponde con la relegación a un segundo plano de la historia de los tres temas a de Polonia han prestado poca atención a los cinco mil polacos involucrados en las
los cuales estaba ligada: el racismo, la esclavitud y el colonialismo. A pesar de su campañas de Saint-Domingue. El silencio persiste también en Inglaterra, a pesar del
importancia en la formación de lo que hoy llamamos Occidente, a pesar de los hecho de que los británicos perdieron arriba de sesenta mil hombres en ocho años,
súbitos arrebatos de interés, como en los Estados Unidos a mediados de los ’70, en una campaña contra Francia en el Caribe, en la cual Saint-Domingue era el
ninguno de estos temas ha sido nunca una preocupación central de la tradición premio más codiciado. La Revolución Haitiana aparece oblicuamente como parte de
historiográfica de los países occidentales. De hecho, cada uno de estos temas la historia de la medicina. El vencedor es la enfermedad, no los haitianos. El
experimentó reiterados períodos de silencio, de diferente duración e intensidad, en Penguin Dictionary of Modern History, una enciclopedia de bolsillo de circulación
España, Francia, Gran Bretaña, Portugal, los Países Bajos y los Estados Unidos. masiva que abarca el período de 1789 a 1945, no tiene ni a Saint-Domingue ni a
Cuanto menos parecen importar el colonialismo y el racismo en la historia mundial, Haití entre sus entradas. Asimismo, el historiador Eric Hobsbawm, uno de los
menos importante es la Revolución Haitiana. mejores analistas de esta era, logró escribir un libro titulado The Age of Revolutions,
Por lo tanto, no sorprende que mientras las historiografías occidentales siguen 1789-1843, en el cual la Revolución Haitiana apenas aparece. El hecho de que
profundamente guiadas por intereses nacionales –si bien no siempre nacionalistas-, Hobsbawm y los editores del Dictionary se ubicarían probablemente en posiciones
el silenciamiento de Saint-Domingue/Haití se perpetúa en textos históricos muy distintas dentro del espectro político inglés es un indicio de que los silencios
considerados como modelos del género. El silencio es reproducido también en históricos no sólo reproducen las posiciones políticas manifiestas de los
manuales y obras populares que son la principal fuente de acceso a la historia historiadores. Lo que observamos aquí es el poder del archivo en su máxima
mundial para las masas letradas de Europa, las Américas y amplias porciones del
expresión, el poder de definir lo que es y lo que no es un objeto serio de casi siempre con la esclavitud afroamericana y ambas eran presentadas –más a
investigación y, por tanto, de mención.48 menudo, pero no únicamente, por los colonos- como un asunto de vital importancia
El rol secundario de la ideología consciente y el poder de la corporación de para el futuro de Francia.52
historiadores para decidir qué es relevante se vuelven evidentes cuando Aún dejando lugar, como deberíamos, a la hipérbole retórica, el hecho de que
consideramos el caso de Francia. Francia era el país occidental más directamente tal retórica pudiese desplegarse es en sí mismo revelador. Pero entonces
involucrado en la Revolución Haitiana. Francia peleó duro para conservar Saint- descubrimos una paradoja. Cada vez que las asambleas revolucionarias, los
Domingue y pagó un precio muy alto por ello. Napoleón perdió diecinueve polemistas, periodistas y políticos que ayudaban a decidir el destino de Francia entre
generales franceses en Saint-Domingue, incluido su cuñado. Francia perdió más el estallido de la Revolución Francesa y la independencia de Haití evocaban el
49
hombres en Saint-Domingue que en Waterloo –al igual que Inglaterra. Y aunque racismo, la esclavitud y el colonialismo, presentaban explícitamente estos temas
Francia se recuperó económicamente de la pérdida de Saint-Domingue, había como algunas de las cuestiones más importantes que enfrentaba Francia, ya sea en el
entregado de hecho el control de su colonia más valiosa a un ejército negro, y esa terreno moral o económico. Sin embargo, la cantidad de veces que debatieron esos
pérdida puso fin al sueño de un Imperio Francés en la América continental. La mismos temas fue sorprendentemente limitada. Considerando tanto el peso de las
Revolución Haitiana provocó la venta de la Luisiana. Sería esperable que tales colonias en la vida económica francesa, como la vehemencia de la retórica
“hechos”, ninguno de los cuales es controvertido, generaran una larga cadena de empleada, el debate público fue de corto alcance. El número de individuos
menciones, aunque fueran negativas. Sin embargo, un examen de la historiografía involucrados, el hecho de que muchos provenían de las elites, la cantidad limitada de
francesa revela múltiples capas de silencios. tiempo que la mayoría de los participantes dedicaba a estos asuntos, no reflejan el
El silenciamiento comienza con la propia Francia revolucionaria y está ligado lugar central del colonialismo en la existencia objetiva de Francia. Por cierto, no
a un silenciamiento más general del colonialismo francés. Aunque hacia la década reflejan ni el alegato de los colonos, ni el de los Amis des Noirs, de que estaba en
de 1780 Francia estaba menos involucrada que Gran Bretaña en la trata de esclavos, juego el futuro económico del país o el presente moral de la nación. Las
tanto la esclavitud como el colonialismo fueron cruciales para la economía francesa investigaciones recientes, incluyendo dos importantes libros de Yves Benot sobre el
en la segunda mitad del siglo XVIII.50 Los historiadores debaten sólo el alcance – colonialismo y la Revolución Francesa, todavía no han desafiado la vieja afirmación
más que el hecho- de la dependencia de Francia respecto de sus territorios esclavos de Daniel Resnick de que la esclavitud era, incluso para los libertarios franceses, “un
del Caribe. Todos coinciden en que Saint-Domingue era, al momento de su asunto menor”53
revolución, la colonia más valiosa del mundo occidental y la posesión más Con todo, la Francia revolucionaria dejó una estela de registros sobre estas
51
importante de Francia. Muchos contemporáneos habrían estado de acuerdo. Cada temáticas. El manejo de las colonias y las comunicaciones tanto públicas como
vez que la cuestión colonial era evocada, por ejemplo en las asambleas, se confundía privadas entre Francia y las Américas también dejaron su huella en el papel. En
resumen, la inaccesibilidad de las fuentes es sólo relativa. No puede explicar la Las celebraciones públicas y la avalancha de publicaciones que acompañaron
enorme indiferencia que la historiografía francesa muestra hacia la cuestión colonial al Bicentenario de la Revolución Francesa en 1989-1991 reactivaron el silencio. Las
y, por extensión, hacia la Revolución Haitiana. De hecho, los historiadores franceses enormes compilaciones de quinientas a mil páginas sobre la Francia revolucionaria
siguen desatendiendo la cuestión colonial, la esclavitud, la resistencia y el racismo publicadas en la década del 80 y dirigidas por los más prominentes historiadores del
más de lo que lo hicieron las asambleas revolucionarias. La mayoría de los país, muestran un abandono casi total de la cuestión colonial, así como de la
historiadores ignoraron o simplemente omitieron cualquier registro que hubiera. revolución la impuso ante los franceses. Sala-Molins describe y censura la casi total
Unos pocos se tomaron el tiempo para pasajes cortos y a menudo despectivos sobre supresión de Haití, la esclavitud y la colonización por parte de los funcionarios
los revolucionarios haitianos antes de pasar, por así decirlo, a temas más franceses y el público en general durante las ceremonias que rodearon al
importantes. Bicentenario.57
La lista de los autores culpables de este silenciamiento incluye nombres En el marco de este silenciamiento general, la creciente especialización
ligados a varias eras, escuelas históricas y posiciones ideológicas, desde Mme. de académica de la historia conduce a una segunda tendencia. Saint-Domingue/Haití
Staël, Alexis de Tocqueville, Adolphe Thiers, Alphonse de Lamartine, Jules emerge en la intersección de diversos intereses: la historia colonial, la historia
Michelet, Albert Mathiez y André Guérin, hasta Albert Soboul. Salvo pequeñas –y caribeña o afroamericana, la historia de la esclavitud, la historia de los campesinos
discutibles- excepciones en los trabajos de Ernest Lavisse y, más especialmente, de del Nuevo Mundo. En cada uno de estos subcampos, se ha vuelto imposible silenciar
54
Jean Jaurès, el silenciamiento continúa. La brillante recopilación de Larousse, The el hecho de que tuvo lugar una revolución. En efecto, la revolución misma, o incluso
Great Events of World History, que vino a reproducir -y, se supone, a crear- "la la sucesión de hechos dentro de ella, se han vuelto temas legítimos para una
memoria de la humanidad", produce un silencio más refinado que el diccionario investigación seria en cualquiera de estos subcampos.
Penguin de bolsillo. No sólo omite la Revolución Haitiana; también atribuye muy Es más que interesante, entonces, que muchas de las figuras retóricas
55
poco espacio a la esclavitud o al colonialismo. Ni siquiera las celebraciones por el utilizadas para interpretar la masa de evidencia acumulada por los historiadores
centenario de la emancipación de los esclavos franceses, en 1948, estimularon una modernos nos recuerde a los tropos acuñados por los plantadores, políticos y
literatura sustancial sobre el tema. Más sorprendentemente, ni la traducción al administradores, tanto antes como durante la lucha revolucionaria. Los ejemplos
francés de Black Jacobins de C.L.R. James, ni la publicación de Toussaint abundan, y solo citaré unos pocos. Muchos análisis del cimarronaje (que algunos
Louverture, de Aimé Césaire, que colocan al colonialismo y la Revolución Haitiana todavía llamarían “deserción”) se acercan mucho a las explicaciones bio-fisiológicas
como una cuestión central de la Revolución Francesa, activaron la investigación en preferidas por los administradores de las plantaciones.58 Ya he esbozado el modelo:
Francia.56 El esclavo A escapó porque tenía hambre, el esclavo B porque era maltratado....
Asimismo, las teorías conspirativas aún proporcionan a muchos historiadores un
Deus ex machina para los eventos de 1791 y posteriores, tal como en la retórica de de otra manera. Es simplemente ignorada, y esta ignorancia produce un silencio de
los asambleístas de la época. El levantamiento debe haber sido "impulsado", trivialización.
"provocado", o "aconsejado" por algún ser superior a los propios esclavos: los En esa misma línea, el historiador Robert Stein otorga la mayor parte del
59
monárquicos, los mulatos u otros agentes externos. mérito por la liberación de los esclavos en 1793 a Sonthonax. El comisario era un
La búsqueda de las influencias externas de la Revolución Haitiana nos brinda ferviente jacobino, un revolucionario por derecho propio, de hecho, tal vez el único
un ejemplo fascinante del poder del archivo en funcionamiento, no porque tales blanco en haber evocado concretamente y con simpatía la posibilidad de una
influencias sean imposibles, sino por el modo en que los mismos historiadores tratan insurrección armada de los esclavos del Caribe, antes del hecho y en un foro
las pruebas que muestran la dinámica interna de la revolución. De este modo, público.61 No tenemos forma de estimar el curso probable de la Revolución sin su
muchos historiadores están más dispuestos a aceptar la idea de que los esclavos invaluable contribución a la causa de la libertad. Pero el punto no es empírico. El
podrían haber sido influenciados por los blancos o los mulatos libres (con quienes punto es que la retórica de Stein se hace eco de la misma retórica empleada por
sabemos que tenían un contacto limitado), que la idea de que podrían haber primera vez en el juicio contra Sonthonax. En esa retórica está implícito el supuesto
convencido a otros esclavos de su derecho a rebelarse. La existencia de amplias de que la conexión francesa es suficiente y necesaria para la Revolución Haitiana.
redes de comunicación entre los esclavos, de las cuales tenemos sólo unos pocos Esa suposición trivializa la autonomía de los esclavos para pensar su derecho a la
60
indicios, no ha sido un tema “serio” para la investigación histórica. libertad y a lograrla por la fuerza de las armas. Otros autores tienden a mantenerse
De modo similar, historiadores por demás deseosos de encontrar pruebas de la prudentemente alejados de la palabra “revolución”, usando con más frecuencia
participación “externa” en el levantamiento de 1791 omiten la evidencia inequívoca palabras como “insurgentes”, “rebeldes”, “bandas” e “insurrección”. Detrás de esta
de que los esclavos rebeldes tenían su propio programa. En una de sus primeras maraña terminológica, estos baches empíricos y estas preferencias interpretativas, se
negociaciones con representantes del gobierno francés, los líderes de la revolución encuentra la persistente imposibilidad, que se remonta al siglo XVIII, de considerar
no reclamaron una “libertad” expresada de manera abstracta. Más bien, sus a los ex esclavos como los actores principales en la cadena de acontecimientos
demandas más radicales incluían tres días a la semana para trabajar en sus propios referidos.62
huertos y la eliminación del látigo. Estas no eran las demandas jacobinas adaptadas Sin embargo, por lo menos desde la primer publicación del clásico de C.L.R.
al trópico, ni una reivindicación monárquica doblemente acriollada. Eran demandas James The Black Jacobins (no obstante, nótese el título), ha quedado demostrado
de los esclavos con el fuerte componente campesino que caracterizaría al Haití entre los historiadores que la Revolución Haitiana es efectivamente una “revolución”
independiente. Pero esta evidencia de un impulso interno, aunque conocida por por derecho propio, según cualquier definición del término, y no un apéndice del Día
muchos historiadores, no es discutida –ni siquiera para ser rechazada o interpretada de la Bastilla. Pero sólo con la reedición de bolsillo del libro de James en 1962 y el
movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos, emergió un
contradiscurso internacional que se nutrió de la historiografía producida en Haití especialmente desde que el régimen de Duvalier politizó explícitamente el discurso
desde el siglo XIX. Ese contradiscurso se revitalizó en la década del ‘80 con las histórico.64
contribuciones de historiadores cuya especialidad no era ni Haití ni el Caribe. Por Por otra parte, la historia producida fuera de Haití es cada vez más sofisticada
entonces, Eugene Genovese y –más tarde- Robin Blackburn, haciéndose eco de y rica empíricamente. Sin embargo, su vocabulario, y a menudo toda su estructura
Henry Adams y W.E.B. Du Bois, insistieron en el rol central de la Revolución discursiva, recuerda de forma alarmante a los del siglo XVIII. Ponencias y
63
Haitiana en el colapso total del sistema esclavista. El impacto de este monografías adoptan el tono de los registros de las plantaciones. Los análisis de la
contradiscurso, sin embargo, sigue siendo limitado, especialmente porque los revolución recuerdan a las cartas de un La Barre, los panfletos de los políticos
investigadores haitianos están cada vez más alejados de estos debates franceses, los mensajes de Leclerc a Bonaparte o, como mucho, el discurso de
internacionales. Blangilly. Estoy dispuesto a admitir que los móviles políticos conscientes no son los
De esta forma, la historiografía de la Revolución Haitiana se encuentra hoy mismos. De hecho, nuevamente, eso es parte de mi argumento. El silenciamiento
lesionada por dos tendencias desafortunadas. Por un lado, la mayor parte de la efectivo no requiere de una conspiración, ni siquiera de un consenso político. Sus
literatura producida en Haití sigue siendo respetuosa –demasiado respetuosa, diría raíces son estructurales. Más allá de una postulada -y generalmente sincera-
yo- de los líderes revolucionarios que guiaron a las masas de ex esclavos hacia la generosidad política, mejor definida en el lenguaje de los Estados Unidos dentro de
libertad y la independencia. Desde comienzos del siglo XIX, las elites de Haití un continuum liberal, las estructuras narrativas de la historiografía occidental no han
optaron por responder a la denigración racista con un discurso épico que alababa su roto con el orden ontológico del Renacimiento. Este ejercicio del poder es mucho
revolución. La épica de 1791/1804 alimenta entre ellos una imagen positiva de la más importante que la supuesta adhesión conservadora o progresista de los
negritud, muy útil en un mundo dominado por los blancos. Pero la épica es historiadores involucrados.
igualmente útil en el frente interno. Es una de las pocas coartadas históricas de esas La solución debería ser, para las dos tradiciones historiográficas –la de Haití y
élites, una referencia indispensable para sus pretensiones de poder. la de los especialistas “extranjeros”- fusionarse o generar una nueva perspectiva que
Más allá de algunos logros individuales de principios del siglo XX, el valor abarque lo mejor de cada una. Hay indicios de un movimiento en esta dirección y
práctico de esta tradición épica ha declinado constantemente luego de su algunos trabajos recientes sugieren que podría resultar posible, en algún momento
espectacular lanzamiento por parte de gigantes del siglo XIX, tales como Thomas del futuro, escribir la historia de la revolución que, durante mucho tiempo, fue
Madiou y Beaubrun Ardouin. El acceso desigual a los archivos –producto y símbolo impensable.65
de la dominación neocolonial- y el rol secundario de la precisión empírica en este Pero lo que he dicho sobre la recepción por parte de la corporación de The
discurso épico, continúan perjudicando a los investigadores haitianos. Se destacan Black Jacobins, de la historia colonial en Francia y de la esclavitud en la historia de
por poner los hechos en perspectiva, pero sus hechos son débiles, a veces erróneos, los Estados Unidos sugiere también que ni un gran libro por sí solo, ni siquiera un
crecimiento sustancial de los estudios sobre la resistencia esclava, descubrirá por
completo el silencio que rodea a la Revolución Haitiana. Porque el silenciamiento de Notas:
esa revolución tiene menos que ver con Haití o la esclavitud que con Occidente.
Una vez más, lo que está en juego es la interacción entre la historicidad 1 y la 1
Citado por Roger Dorsinville en Toussaint Louverture ou La vocation de la
historicidad 2, entre lo que sucedió y lo que se dice que sucedió. Lo que sucedió en Liberté. París, Julliard, 1965.
Haití entre 1791 y 1804 contradecía gran parte de lo que sucedió en otras partes del 2
Citado por Jacques Cauna en Au temps des isles à sucre. París, Karthala, 1987, p.
mundo, antes y después. El hecho en sí no es sorprendente: el proceso histórico 204.
3
siempre es enrevesado, incluso, con frecuencia, contradictorio. Pero lo que ocurrió La mayoría de estos panfletos, inclusive los aquí citados, se hallan en la serie Lk
12 de la Biblioteca Nacional, en París. Otros fueron reproducidos por el Gobierno
en Haití también contradecía mucho de lo que Occidente se ha dicho y ha dicho a de Francia (v.g., para la Asamblea Nacional, Pièces imprimées par ordre de
otros acerca de sí mismo. El mundo de Occidente se regodea en lo que François l’Assemblée Nationale, Colonies. París, Imprimerie Nationale, 1791-92).
4
Furet llama la segunda ilusión de verdad: lo que ocurrió es lo que debía ocurrir. Michel-Rolph Trouillot, “Anthropology and the Savage Slot: The Poetics and
Politics of Otherness”, en Richard G. Fox (Ed.), Recapturing Anthropology:
¿Cuántos de nosotros podemos pensar en alguna población no europea sin el telón Working in the Present, Santa Fe, School of American Research Press, 1991, pp.
de fondo de una dominación global que ahora aparece como predestinada? ¿Y dentro 17-44.
5
de ese orden narrativo, pueden Haití, o la esclavitud, o el racismo, ser más que notas Michael Adas, Machines as the Measure of Men: Science, Technology and
Ideologies of Western Domination, cap. 2. Ihtaca, Cornell University Press, 1989.
a pie de página? El engaño de Psalmanazar acerca del canibalismo en Taiwán cautivó la atención
El silenciamiento de la Revolución Haitiana es sólo un capítulo dentro de una de Europa entre 1704 y 1764, justamente porque jugaba con estos preconceptos.
Véase Tzvetan Todorov, Les Morales de l’histoire. París, Bernard Grasset, 1991,
narrativa de la dominación global. Es parte de la historia de Occidente y es probable pp. 134-141. Para un ejemplo más temprano de la admiración y el desprecio por
que persista, aún de forma atenuada, en tanto la historia de Occidente no se vuelva a Oriente, véanse los Viajes, de John Chardin, en los cuales los persas son
“hipócritas, tramposos y los aduladores más abyectos e impúdicos del mundo” y,
contar desde una perspectiva mundial. Por desgracia, no estamos siquiera cerca de dos pasajes más adelante, “el pueblo más civilizado de Oriente”. John Chardin,
tan fundamental reescritura de la historia, a pesar de algunos pocos logros Travels in Persia 1673-1677. New York, Dover, 1988, pp. 187-189 (publicado
originalmente en Ámsterdam, en 1711).
espectaculares.66 El próximo capítulo se introduce más directamente, aunque desde 6
Notre Librairie nº 90 (Octubre-Diciembre 1987), Images du noir dans la
un ángulo muy particular, en esta narrativa de dominación global que se inicia en littérature occidentale; vol. I: Du Moyen-Age à la conquête coloniale. Simone
España –¿o en Portugal?- a finales del siglo XV. Delesalle y Lucette Valensi, “Le mot `nègre´ dans les dictionnaires français
d'ancien régime: histoire et lexicographie", Langues françaises, nº 15.
7
Gordon Lewis, Main Currents in Caribbean Thoughts, The Historical
Traducción: Emanuel Correa Evolution of Caribbean Society in its IdeologicalAspects, 1492—1900, cap. 3.
Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1983; William B. Cohen, The
French Encounter with Africans: White Response to Blacks, 1530—1880.
Bloomington, Indiana University Press, 1980; Winthrop D. Jordán, White over "Traces de l’Histoire des deux Indes chez les anti-esclavagistes sous la
Black: American Attitudes toward the Negro, 1550—1812. Chapel Hill, Révolution", en Lectures de Raynal..., pp. 141-154.
University of North Carolina Press, 1968; SergeDaget, "Le mot esclave, négre 15
Jean-Claude Bonnet, Diderot. Textes et débats. Paris, Livre de Poche, 1984,
et noir et les jugements de valeur sur la traite négrière dans la littérature
p. 416. Sobre la concepción de civilización europea implícita en la Histoire,
abolitioniste francaise de 1770 à 1845", en Revue françase d’histoire d’outre-
véase Gabrijela Vidan, "Une reception fragmentée: le cas de Raynal en terres
mer 60, nº 4 (1973), pp. 511-48; Pierre Boulle, "In Defense of Slavery:
slaves du Sud", en Lectures de Raynal..., pp. 361-372.
Eighteenth-Century Opposition to Abolition and the Origins of Racist Ideology
16
in France", en Frederick Krantz (Ed.), History from Below: Studies in Popular Louis Sala-Molins, Le Code noir ou le calvaire de Canaan, Paris, PUF,
Protest and Popular Ideology.London, Basil Blackwell, 1988, pp.219-246. Pratiques Théoriques, 1987, pp. 254-261. Según la acertada definición de
Louis Sala-Molins, Miseres des Lumières. Sous la raison, l'outrage. París, Robert Benot, la autonomía era "indefectiblemente blanca", cada vez que aparecía en
Laffont, 1992; Michèle Duchet, "Au temps des phiiosophes", Notre Librairie nº la Histoire. Benot, "Traces de l'Histoire...', p.147.
90 (Octubre-Diciembre 1987), Images du noir..., pp. 25-33. 17
Serge Daget, "Le mot esclave, négre et noir...", p. 519.
8
Archives Parlementaires, serie 1, vol. 8 (sesión del 3 de julio de 1789), p. 186. 18
Yves Benot, Diderot…, p. 316 (subrayado por al autor).
9
Tzvetan Todorov, The Deflection ofthe Enlightenment. Stanford, Stanford 19
Humanities Center, 1989), p. 4. Pierre Bourdieu, Le Sens pratique. Paris, Minuit, 1980, p. 14. Lo
impensable se aplica al mundo de la vida cotidiana y al de las ciencias
10
Jacques Thibau, Le Temps de Saint-Domingue. L'esclavage et la révolution sociales. Véase Le Sens pratique, pp. 90, 184, 224, 272.
française. Paris, Jean-Claude Lattès, 1989, p. 92. 20
No existe ningún término en el vocabulario de aquella época, ya sea en
11
Michèle Duchet, Anthropologie et histoire au siècle des Lumières. Paris, inglés o en francés, que dé cuenta de las prácticas -o contenga una noción
Maspero, 1971, p. 157 (subrayado por al autor). Sobre el anticolonialismo en general- de resistencia. Aquí uso el término resistencia en la forma más bien
Francia, véase Yves Benot, La Révolution française et la fin des colonies. Paris, laxa en que aparece hoy en la literatura. En otro trabajo abordo el concepto de
La Découverte, 1987 y La Démence coloniale sous Napoleón. Paris, La resistencia y la necesaria distinción entre resistencia y rebeldía. Michel-Rolph
Découverte, 1992. Trouillot, "In the Shadow of the West: Power, Resistance and Creolization in
12 the Caribbean", Conferencia de apertura del Congreso, "Born out of
David Geggus, "Racial Equality, Slavery, and Colonial Secession during the
Resistance," Afro-Caribische Culturen, Center for Caribbean and Latin
Constituent Assembly”, en American HistoricalReview 94, nº. 5 (Diciembre
American Studies, Risjksuniversiteit Utrecht, Netherlands, 26 de Mazo de
1989), pp. 1290-1308; Daget, "Le mot esclave..."; Sala-Molins, Misères...
1992.
13
Raynald, Guillaume-Francois, Histoire des deux Indes, 7 vols. The Hague, 21
"La naturaleza ha creado por fin a este hombre imponente, a este hombre
Grossc, 1774; Michéle Duchet, Diderot et l'Histoire des deux Indes ou
inmortal, quien debe liberar al mundo de la más atroz, la más larga, la más
l'écriture jragmentaire. Paris, Nizet, 1978); Yves Benot, Diderot, de l'athéisme
insultante de las tiranías. Él ha roto las cadenas de sus compatriotas. Tantos
a l'anti-colonialisme. Paris, Maspero, 1970 y La Révolution française...
oprimidos bajo la más odiosa esclavitud, parecían esperar tan sólo su señal
14
Duchet, Diderot et l'Histoire...; Michel Delon “L'Appel au lecteur dans para hacerlo un héroe. Este heroico vengador ha demostrado que tarde o
l'Histoire des deux Indes", en Hans-Jürgen Lüsebrink y Manfred Tietz (Eds.), temprano la crueldad será castigada, y que la Providencia guarda a estas almas
Lectures de Raynal. L'Histoire des deux Indes en Europe et en Amérique au fuertes, a las cuales libera sobre la tierra para restablecer el equilibrio que la
XVIIIe siècle. Oxford, Voltaire Foundation, 1991, pp. 53-66; Yves Benot, injusticia de la voraz ambición supo cómo destruir." (Mercier, L'An 2440, xxii,
en Bonnet, Diderot..., p. 331).
22 34
Si Louverture había leído a Raynal en 1791 y estaba convencido de su futuro En realidad, dos notables excepciones que estoy dispuesto a aceptar son las de
papel en la historia, es algo que no está comprobado y no viene al caso. Jean-Pierre Marat y Félicité Sonthonax.
23 35
En Benot, Diderot..., p. 214; Duchet, Anthropologie et histoire..., p. 175. Sin lugar a dudas, hubo pasajes orales y escritos cuyo significado filosófico
(subrayado por al autor) se hizo cada vez más explícito a medida que avanzaba la Revolución, desde
24 los discursos en las reuniones que precedieron a la insurrección, hasta la
La interpelación es uno de los tropos preferidos de la Ilustración, y es
Constitución haitiana de 1805. Pero éstos son ante todo textos políticos, que
utilizado abundantemente en la Histoire por diversas razones políticas y
señalan objetivos inmediatos o victorias recientes. Hasta los primeros escritos
retóricas. Michel Delon, "L'Appel au lecteur…"
de Boisrond-Tonnere posteriores a la independencia, no hubo intelectuales
25
"Ces fers des longtemps prepares ... pour nous ... / C'est nous qu'on ose dedicados de lleno a plasmar en el discurso las acciones que iban más allá de
méditer/ De rendre a l'antique esclavage [Esas cadenas preparadas desde hace las batallas políticas, como en la revolución francesa y la norteamericana, en
tiempo… para nosotros…/Es a nosotros a quienes se osa pensar/ Devolvernos las posteriores luchas anticoloniales de Latinoamérica, Asia o África o en las
a la antigua esclavitud]”, etc. (La Marseillaise). revoluciones que reivindicaron una ascendencia marxista.
26 36
Archives Parlementaires, vol. 9 (sesión del 22 de Octubre de 1789), pp. 476- Evidentemente, muchas gens de couleur, especialmente los mulatos que
478. eran dueños de plantaciones, habían internalizado los prejuicios raciales de
27 los blancos. Es más, algunos tenían motivaciones muy objetivas para abogar
Lucien Jaume, Les Déclarations des droits de l’homme. Textes préfacés et annotés. por el mantenimiento de la esclavitud. Los debates en Europa, y especialmente
Paris, Flammarion, 1989.
la Revolución Francesa, les proporcionaron una plataforma para defender sus
28
V.g., Diderot, en Benot, Diderot..., p. 187. intereses y expresar sus prejuicios. Véase Julien Raimond, Observations sur
29 l'origine et les progrès du préjugé des colons blancs contre les hommes de couleur;
Seymour Drescher, Econocide, British Slavery in the Era of Abolition. sur les inconvéniens de le perpétuer; la nécessité de le détruire. Paris, Belin,
Pittsburgh, Pittsburgh University Press, 1977. 1791; Michel-Rolph Trouillot, "Motion in the System: Coffee, Color and
30 Slavery in Eighteenth-Century Saint-Domingue", Review 5, nº 3 (A Journal of
Duchet, Anthropologie et histoire..., p. 177; Michèle Duchet, Le Partage des
savoirs. Paris, La Découverte, 1985). the Fernand Braudel Center for the Study of Economies, Historical Systems
31 and Civilizations), pp. 331-388; Michel-Rolph Trouillot, "The Inconvenience
Archives Parlementaires 25, p. 740. Para ser justos, el mismo Grégoire fue of Freedom: Free People of Color and the Political Aftermath of Slavery in
acusado más de una vez de incitar a la rebelión de los negros, pero la evidencia Dominica and Saint-Domingue/Haiti", en F. McGlynn y S. Drescher (Ed.),
concreta de ello fue muy débil. Véase, por ejemplo, Archives Parlementaires, The Meaning of Freedom: Economics, Politics and Culture after Slavery.
vol. 10 (sesión del 28 de noviembre de 1789), p. 383; Carl Ludwig Lokke, Pittsburgh, University of Pittsburgh Press, 1992, pp. 147-182; Geggus,
France and the Colonial Question: A Study of French Contemporary Opinión. "Racial Equality...", pp. 1290-1308. Acerca del rechazo de los prejuicios
New York, Columbia University Press, 1932, pp. 125-135; Sala-Molins, raciales por parte del líder mulato André Rigaud, véase Ernst Trouillot,
Misères des Lumières..., passim. Prospections d'Histoire. Choses de Saint-Domingue et d'Haïti. Port-au-Prince,
32 Imprimerie de l'Etat, 1961, pp. 25-36.
M. Schwartz (Marie Jean-Antoine Nicolas Caritat, Marquis de Condorcet),
Réflexions sur l'esclavage des Nègres. Neufchatel et Paris, 1781. 37
Archives Parlementaires, vol. 34 (sesión del 30 de octubre de 1791), p. 521;
33 Véanse también pp. 437-38, 455-58, 470, 522-531.
Lokke, France and the Colonial Question..., p. 115.
38 tirées de leurs propres écrits. Paris, De l'imprimerie de l'Union, sin fecha
Robin Blackburn, The Overthrow of Colonial Slavery. Londres y New
(1792?).
York, Verso, 1988, p. 133.
42
39 Cobbet'sPoliticalRegister, vol. 1. (1802), p. 286.
Baillio, L'Anti-Brissot, par un petit blanc de Saint-Domingue. Paris, Chez Girardin,
43
Club Littéraire et Politique, 1791; Baillio, Un Mot de vérité sur les malheurs de Benot, La Démence....
Saint-Domingue. Paris, 1791; Milscent, Sur les troubles de Saint-Domingue. París, 44
Históricamente, desde luego, la negación de la Revolución Haitiana, de la
Imp. du Patrióte français, 1791; Anónimo, Adresse au roi et pièces relatives à la
importancia de la esclavitud y del Holocausto, respectivamente, tienen muy
députation des citoyens de Nantes, a l'occasion de la révolte des Noirs à Saint-
diversas motivaciones ideológicas, aceptación social e impacto político.
Domingue. Arrété de la Municipalité de Nantes. Le Cap, sin fecha (1792?);
45
Anónimo, Pétition des citoyens commerçants, colons, agriculteurs, manufacturiers Véase el capítulo 2. También David Nicholls, From Dessalines to Duvalier: Race,
et autres de la ville de Nantes; Lettre des commissaires de la Société d'agriculture, Colour and National Independence in Haiti. Londres, Macmillian Caribbean, 1988;
des arts et du commerce de la dite ville aux commissaires, de l'assemblée y Michel-Rolph Trouillot, Haití: State against Nation. The Origins and Legacy of
coloniale de la partie française de Saint-Domingue, et réponse des commissaires Duvalierism. New York y Londres, Monthly Review Press, 1990.
de Saint-Domingue. Paris, Imp. de L. Potier de Lille, sin fecha (1792?). 46
La revolución haitiana despertó el interés de los abolicionistas en los Estados
Véanse también los informes de los comités legislativos, dirigidos por Charles Unidos y especialmente en Inglaterra, donde hubo algunas expresiones de apoyo.
Tarbé y Garran-Coulon, respectivamente, Pieces imprimées par ordre de Pero incluso los abolicionistas británicos tuvieron una actitud ambigua hacia el
l'Assemblée Nationale. Colonies. Paris, Imprimerie Nationale, 1792; y J. Ph. pueblo haitiano y hacia su independencia alcanzada por la fuerza. Blackburn, The
Garran, Rapport sur les troubles de Saint-Domingue, fait au nom de la Commission Overthrow of Colonial Slavery..., pp. 252-52; Greggus, "Racial Equality...".
des Colonies, des Comités de Salut Public, de Législation et de Marine, réunis. Paris, 47
Trouillot, Haiti: State against Nation....
Imprimerie Nationale, 1787-89). Otras referencias a estos debates se encuentran en
48
los Archives Parlementaires, en particular, vol. 35, (sesiones del 1, 3, 9 y 10 de Uno de los pocos estudios acerca de las legiones polacas en Saint-Domingue,
diciembre de 1791), pp. 475-492, 535-546, 672-675, 701-710. El discurso de lamentablemente viciado de algunos errores, es el de Jan Pachonski y Reuel
Blangilly fue pronunciado el 10 de diciembre de 1791. Archives Parlementaires, Wilson, Poland's Caribbean Tragedy. A Study of Polish Legions in the Haitian War
vol. 35, pp. 713-716. of independence, 1802-1803. Boulder, East European Monographs, 1986.
40
Citado por Cauna, Au temps des isles a sucre…, p. 223 (subrayado por al autor). Hobsbawm menciona a la Revolución Haitiana una vez en las notas y dos en el
41 texto: la primera para decir, al pasar, que Toussaint Louverture fue el primer líder
Blanchelande, Précis de Blanchelande sur son accusation. Paris, Imprimerie de
N.-H. Nyon, 1793; Anónimo, Extrait d'une lettre sur les malheurs de SAINT- revolucionario de la independencia de las Américas -como si eso no fuera
DOMINGUE en general, et pricipalement sur l'incendie de la ville du CAP importante; la segunda (entre paréntesis), para señalar que la Revolución
Francesa "inspiró" los levantamientos coloniales. Véase Eric J. Hobsbawm, The
FRANÇAIS. Paris, Au jardin égalité pavillon, 1794?; Anónimo, Conspirations,
Age of Revolutions, 1789-1848. New York, New American Library, 1962. pp. 93,
trahisons et calomnies dévoilées et dénoncées par plus de dix milles français
115. Si aceptamos que Hobsbawm está en la extrema izquierda de la historiografía
réfugiés au Continent de l'Amérique. Paris?, 1793; [Mme. Lavaux], Réponse
académica occidental y es además un historiador conciente, tanto de la invención
aux calomnies coloniales de Saint-Domingue. L’épouse du républicain Lavaux,
gouverneur general (par intérim) des îles françaises sous le vent, à ses de la tradición, como de la necesidad de escribir una historia desde abajo, el
concitoyens. Paris: Imp. de Pain, sin fecha; J. Raimond y ot., Preuves complettes paralelo con Diderot-Raynal es asombroso.
49
[sic] et matérielles du projet des colons pour mener les colonies à l'indépendance, Blackburn, The Overthrow of Colonial Slavery..., pp. 251, 263.
50 especialmente caps. 5 y 6. El libro más completo sobre esta temática es Benot,
Philip D. Curtin, The Atlantic Slave Trade: A Census. Madison, University of
La Révolution française.
Wisconsin, 1969, pp. 210-220, 34.
54
51 Un número creciente de historiadores también está poniendo al descubierto
Jean Tarrade, "Le Commerce colonial de la France à la fin de l'ancien régime:
este silenciamiento. Geggus, "Racial Equality...", pp. 1290-1291; Benot, La
l’evolution du système de l'exclusif de 1763 à 1789", 2 vol. (Thèse pour le
Révolution française, pp. 205-216; Tarrade, "Les colonies et les principes de
doctorat d’état). París, Université de Paris, Faculté des Lettres et des Sciences
1789…", pp. 9-34.
Humaines, [1969] 1972; Robert Stein, The French Sugar Business. Baton Rouge,
55
Lousiana State University Press, 1988. Jacques Marseille y Nadeije Laneyrie-Dagen (Eds.), Les Grands évènements
52 de l'histoire du monde, La Mémoire de l’humanité. París, Larousse, 1992.
Una circular de las fuerzas esclavistas argumenta de manera contundente en este
56
sentido: "La Société des Amis des Noirs desea discutir en la Asamblea Nacional el Los historiadores franceses no pueden alegar que estos dos libros se les han
abandono de nuestras colonias, la abolición de la trata de esclavos y la libertad de pasado por alto: Césaire fue en su momento uno de los más prominentes
nuestros negros. Si tan sólo uno de estos puntos se decreta, no existiría más el escritores negros de lengua francesa. Y James fue publicado por la prestigiosa
comercio o la manufactura en Francia", en Daniel P. Resnick, "The Société des editorial parisina Gallimard. Aimé Césaire, Toussaint Louverture. La
Amis des Noirs and the Abolition of Slavery", French Historical Studies, vol. 7, Révolution française et le problème colonial. París, Présence africaine, 1962. P.
1972, pp. 558-569, 564. Véase también Archives Parlementaires, vol. 10 (sesión del I. R. [sic] James, Les jacobins noirs. París, Gallimard, 1949.
26 de noviembre de 1789), pp. 263-65; vol. 35 (sesión del 6 de diciembre de 57
Estos trabajos colectivos incluyen, notablemente, a Francois Furet y Mona
1791), pp. 607-608.
Ouzouf, Dictionnaire critique de la Révolution française. París, Flammarion,
53
Resnick, "The Société des Amis des Noirs...,", p. 561. Actualmente existen 1988; Jean Tulard, Jean-Francois Fayard y Alfred Fierro, Histoire et
cada vez más trabajos acerca de los debates públicos sobre la esclavitud, la raza y dictionnaire de la Révolution (1789-1799). París, Robert Laffont, 1987; Michel
el colonialismo en la Francia revolucionaria, con muy pocos títulos en Inglés. Vovelle (Ed.), L'Etat de la France pendant la Révolution. París, La
Véase Robin Blackburn, "Anti-Slavery and the French Revolution", History Découverte, 1988. En un medio tan adverso, esta última compilación tiene el
Today 41, noviembre de 1991, pp. 19-25; Boulle, "In Defense of Slavery..."; mérito de dedicar algunas páginas a los asuntos coloniales, escritas por el
Serge Daget, "A Model of the French Abolitionist Movement", en Christine historiador estadounidense Robert Forster y el infatigable Yves Benot. Sobre
Bolt y Seymour Drescher (Eds.), Anti-Slavery, Religión and Reform. las celebraciones, véase Sala-Molins, Les Misères des Lumières.
Folkstone, England, W. Dawson and Hamden, Connecticut, Archon Books, 58
V.g., Yvan Debbash, "Le Marronage: Essai sur la désertion de l'esclave
1980; Seymour Drescher, "Two Variants of Anti-Slavery: Religious
antillais", L'Année sociologique, 1961, pp. 1-112; 1962, pp. 117-195.
Organization and Social Mobilization in Britain and France, 1780-1870," in
59
Anti-Slavery, Religión and Reform, pp. 43-63; Seymour Drescher, "British Un ejemplo entre otros: David Geggus y Jean Fouchard están de acuerdo en
Way, French Way: Opinion Building and Revolution in the Second French sugerir que una conspiración realista pudo haber provocado la revuelta de
Emancipation". American Historical Review 96, no. 3, 1991, pp. 709-734; 1791. Pero Fouchard toma nota de esta posibilidad en un libro que aún hoy
Geggus, "Racial Equality...", pp. 1290-1308; Jean Tarrade, "Les Colonies et sigue siendo uno de los monumentos épicos de la historia de Haití. Geggus, a
les Principes de 1789: Les Assemblées Révolutionnaires face au problème de su vez, concluye que si se demuestra la participación realista, "la autonomía
l'esclavage", Revue française d'histoire d'outre-mer 76, 1979, pp. 9-34. de la insurrección de esclavos se hallará considerablemente disminuida".
Robin Blackburn, notando esta disparidad entre los dos autores, encuentra
Hay también muchos pasajes relevantes en Cohen, The French Encounter with
algo "curiosa" la conclusión de Geggus. Blackburn, The Overthrow of Colo-
Africans..., y en Blackburn, The Overthrow of Colonial Slavery...,
nial Slavery..., p. 210). Véase Jean Fouchard, The Haitian Maroons: Liberty
or Death. New York, Blyden Press, 1981 (ed. original, 1972).
60 66
Véase Julius S. Scott III, "The Common Wind: Currents of Afro- Fernand Braudel, Civilization and Capitalism, 3 vol. New York, Harper &
American Communications in the Era of the Haitian Revolución" (Tesis Row, 1981-1992; Eric R. Wolf, Europe and the People without History.
doctoral). Duke University, 1986. Berkeley, University of California Press, 1982; Marc Ferro, Histoire des
61 colonisations. Des conquêtes aux indépendances, XIIIe-XXe siècles. París, Seuil,
Véase Robert Stein, Léger Félicité Sonthonax: The Lost Sentinel of the Republic.
1994.
Rutherford, Fairleigh Dickinson, 1985; Benot, La Révolution....
62
Stein, Léger Félicité Sonthonax...; Cauna, Au temps des isles...; David
Geggus, Slavery, War and Revolution: The British Occupation of St.
Domingue, 1793-1798. Oxford, New York, Oxford University Press, 1982.
La "revolución" en el título de Geggus es la revolución Francesa, haciendo
un uso extensivo del término para incluir los logros de Haití.
63
Eugene Genovese, From Rebellion to Revolution. New York, Vintage, 1981
[1979]; Blackburn, The Overthrow of Colonial Slavery....
64
Thomas Madiou, Histoire d'Haïti, 7 vols. Port-au-Prince, Henri
Deschamps, 1987-89 [1847-1904]; A. Beaubrun Ardouin, Études sur
l'histoire d'Haïti. Port-au-Prince, François Dalencourt, 1958. Véase Catts
Pressoir, Ernst Trouillot y Hénock Trouillot, Historiographie d'Haïti.
México, Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1953; Michel-Rolph
Trouillot, Ti difé boulé sou istoua Ayiti. New York, Koléskion Lakansièl,
1977); Michel-Rolph Trouiílot, Haiti: State against Nation.
65
Véase Carolyn Fick, The Making of Haiti: The Saint-Domingue Revolution
from Below. Knoxville, University of Tennessee Press, 1990; Claude B.
Auguste y Marcel B. Auguste, L'Expédition Leclerc, 1801-1803. Port-au-
Prince, Imprimerie Henri Deschamps, 1985. Fick permanece demasiado
vinculada a la retórica épica de la tradición haitiana. Su tratamiento de la
resistencia es demasiado ideológico y sesga la interpretación de la evidencia
en el sentido del heroísmo. Sin embargo, su libro aporta al acervo empírico
sobre Saint-Domingue más que la mayoría de las obras recientes de la
tradición épica. La investigación en curso de David Geggus sigue siendo
impecable empíricamente. Uno desearía que se siga alejando del discurso de
la banalización y que algún día explicite, abiertamente y en detalle, algunos
de sus supuestos encubiertos. El trabajo de los hermanos Auguste sobre la
expedición francesa está más cerca de encontrar un tono que trate a su
material con respeto ideológico, pero sin caer en la celebración o la
extrapolación de la evidencia. Está bien fundamentado en la investigación de
archivo, pero no hace concesiones al discurso de la banalización.
Semana 5 – Debates sobre nuestra tarea y el compromiso social.

En esta última semana debatiremos sobre nuestras tareas, las múltiples actividades a las que se dedican los profesores y
licenciados en historia y cómo ellas nos llevan a plantearnos cuestiones como cuál es nuestra responsabilidad, qué
compromiso nos requiere nuestro trabajo en relación con los problemas de las sociedad, por qué algunos problemas como
la desigualdad y la injusticia convocan y desvelan –o sería deseable que lo hicieran- a muchos de quienes encaran carreras
como la nuestra.
La docencia, por ejemplo, es de las actividades profesionales más convocantes, tanto en ámbitos formales (educación
secundaria, terciaria, universitaria, adultos, cárceles) como en espacios informales (programas de terminalidad de
secundarios en barrios, educación en bachilleratos populares, cursos de formación para sindicatos, por ejemplo). A ella le
dedicaremos uno de los días de esta semana.
Los otros ejemplos que veremos y discutiremos esta semana se ocupan de otras formas de aporte de los historiadores en el
ámbito público: la participación como peritos en juicios por crímenes de lesa humanidad en Chile, y la intervención en
equipos de recuperación de la memoria en comunidades de víctimas de la represión estatal y paraestatal en Guatemala. El
análisis de estos dos casos permitirá, como en el caso de los textos trabajados la semana anterior, pensar la historia
argentina reciente desde los aportes de otras experiencias y ayudar a aportarle una perspectiva más amplia.
Miércoles:
- Saccomanno, Guillermo. “Son boleta”. Radar. Página 12, 18 de marzo de 2008.
- Peker, Luciana.”El círculo mágico”. Las 12. Página 12, 27 de octubre de 2006.
- Vales, Laura. “Con los útiles a la fábrica”. El País. Página 12. 28 de octubre de 2008.

Jueves
-Arturo Taracena Arriola. “La experiencia de un historiador en la Comisión de Esclarecimiento Histórico de Guatemala” en
Anne Pérotin-Dumon (dir.). Historizar el pasado vivo en América Latina. 2007. Sección: Historia Reciente y responsabilidad
social. Disponible solo en internet : http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php

.
Viernes, 27 de octubre de 2006

EDUCACION

El círculo mágico
Por Luciana Peker

–Siempre me interesó estudiar, pero me casé joven, tuve mis hijos, trabajé, los crié
–enumera Liliana Airala la cuenta de su deber ser. Que era más deber que ser. Pero
la cuenta en pasado.

–Ahora es mi tiempo –asienta, sentada, entre las aulas improvisadas del


bachillerato popular Simón Rodríguez, del barrio Las Tunas, en el Tigre. Ahí
donde el Tigre no es río, ni mercado, ni frutos, ni turismo, ni barcos, ni delta. Ahí
donde el Tigre es un costado. Ahora, el tiempo de Liliana no es el del deber, ni el
de deberse nada. Su tiempo es el de hacer los deberes. Sus propios deberes. Ahí,
donde la bajada de la ruta homenajea a Ford, a Henry Ford (que tiene calle propia)
que lleva a Camelo, López Camelo, que llega a Juana Azurduy, ahí, donde la
provincia tiene nombres que no se nombran y la calle tiene luces que se ciegan
ante la noche. Ahí un grupo de estudiantes empezó, en 1996, a hacer trabajo social
con los más chicos y terminó, en el 2004, decidiendo empezar un bachillerato,
popular, pero bachillerato para grandes. Para empezar a nombrar los nombres, a
sacar las cuentas, a entender la ciencia, a cuestionar los nombres, la ciencia, las
cuentas. Para empezar a pensar que la vida, la propia, las otras, puede ser la misma
o puede ser distinta.

–Ahora los chicos crecieron y siento que es mi tiempo –cuenta Liliana, de 47 años,
6 hijos, 7 nietos, 1 marido y 2 perros, por orden de enumeración. Liliana también
cuenta que cuando ella y el resto de sus compañeros empezaron el bachillerato
tenían que andar corriendo las carpetas para esquivar las gotas que caían del techo
y no había posibilidades de esquivar el frío. Ahora consiguieron un lugar mejor,
ahí, en la esquina de las cinco esquinas, en el Tigre. En el Tigre del Costado. En
Las Tunas. Ahí, de ahí, de donde va a salir este año una de las dos primeras las escuelas regulares, pero desde la perspectiva de las propias historias de vida de
camadas de egresados de bachilleratos populares de la Argentina. Una, la de Las los alumnos”, rescata Lucía Silva, que enseña historia en el segundo año de Las
Tunas. La otra, del bachillerato para adultos jóvenes que funciona en Maderera Tunas, es politóloga y –podría decirse– cursa un doctorado en el 60 que la lleva y
Córdoba. Las dos experiencias sintetizan otras experiencias que, este año, se la trae de Capital al Tigre –al costado del Tigre–, donde el 60 es una escala, una de
juntaron para hacer un reclamo en común. las escalas de este viaje de intentar enseñar y aprender de otra manera, bajar a la
universidad del mandato de los papers y aprender a dictar clases entre llantos y
Crisis 2001 - Egresados 2006 risas. Y ringtones.

Hernán Comesaña y Felisa Cura, los dos docentes de historia al frente de la Pañales & ringtones
primera camada de egresados de las tunas. De 28 estudiantes, solo tres son
varones. Patricia Rivera se presenta con su presente: 45 años, 3 hijos, 2 nietos y 1 en
camino. “No tengo la experiencia de haber ido a un bachillerato tradicional”,
Los bachilleratos populares surgieron de trabajos de organizaciones sociales y de empieza a decir Patricia cuando se oye un ringtone. Los ringtones se escuchan en
derechos humanos en barrios vulnerables del conurbano y la Capital y de las ganas todos lados. También en las escuelas. También en ésta. Acá no hay prohibiciones
de aprender de las y los trabajadores de las empresas recuperadas. Su metodología tajantes. O adolescentes descarriados por los SMS. Igual, los ringtones dan risas.
se basa en el modelo de pedagogía popular del Movimiento Sin Tierra, de Brasil, Siempre. Acá el profesor (que siempre son dos profesores para que existan dos
las escuelas Populares Farnebo, de Suecia, y la Universidad Bolivariana de puntos de vista simultáneos) no pregunta cuál es el chiste así nos reímos todos.
Venezuela. Todos se ríen, nos reímos. Y en la clase de hoy, que se hizo entrevista, Patricia
cuenta, sigue contando:
Actualmente, ya hay seis escuelas, setecientos alumnos y ciento cuarenta docentes
que piden ser reconocidos. Por eso, los docentes y alumnos de Las Tunas, –Acá hemos tenido mucha ayuda en problemas personales, de ellos a nosotros y
Maderera Córdoba, junto al Bachillerato Popular Villa 21 y el Impa (de Capital), entre compañeros. Si algo no entendés, ellos te lo van a explicar diez veces. Si no
el 19 de diciembre (de San Martín) y Los Troncos (de Tigre) realizaron una clase venís al colegio, te van a ir a buscar.
pública frente al Ministerio de Educación de la Nación, el 28 de septiembre
pasado, para reclamar, entre otras cosas, el reconocimiento de esta modalidad de No es lo único llamativo el hecho de que estén estén permitidos los ringtones.
educación popular, subsidios, salarios para docentes y becas para los estudiantes. También el mate que circula en las clases ronda donde todo quiere ser (cuando
puede ser) un círculo.
Estos nuevos modelos de secundarios, con mayoría de mujeres en los barrios
populares, en donde la maternidad y la discriminación de género barren del aula –Nos sentimos apoyados, contenidos. Acá no sólo venimos a estudiar, también
los sueños de tantas mujeres de seguir aprendiendo, se convirtieron en una venimos a enseñar, como dicen los profes, porque ellos también aprenden cosas de
pequeña revolución pedagógica que quiere dejar de ser invisible y empezar a ser nosotros –dice, casi altanea, Patricia, como una lección que quiere dar, que ella
nombrada como educación pública, gratuita y popular. también puede dar, que aprendió que tiene para dar: enseñar.

“Estamos luchando por una educación pública con una ideología de la De hecho, el objetivo es multiplicar educadores. Por eso, algunos alfabetizan y
participación y de la acción transformadora de la realidad”, explica, después de otros van a hacer de red para que el bachillerato popular siga y crezca.
una clase que no quiere ser cátedra, Felisa Cura, docente de historia y estudiante
de antropología en la UBA. “Nosotros creemos en la apropiación del conocimiento
y no en la repetición. Por eso, también damos todos los contenidos que se dan en
–El año que viene vamos a ser una ayuda para los profes, para ir a buscar a los –Yo había hecho primero y segundo años de polimodal. En tercero tuve un
chicos que no pueden venir, llenar papeles, formularios, para no alejarnos del todo accidente: trabajaba en McDonald’s, te daban zapatillas sin dientes y te caías de
de bachilleratos y para dar una mano –se vuelve a enorgullecer Patricia. nada. Me caí y estuve internada un tiempo y casi dos meses sin caminar, pero en el
colegio no me cubrían las faltas. Perdí el año. Al siguiente, cuando me quise
Sin levantar la mano, sin pedir permiso, Giselle Ramírez, 25 años menor que reincorporar me quedé embarazada y ahí se me cayó el mundo abajo. Yo quería
Patricia, su compañera de banco, también toma la palabra, que ya es suya. La terminar el secundario y mi mamá me decía “vas a tener un hijo soltera y no vas a
primera palabra que dice ella, que dicen todas las alumnas de esta clase, es mamá. poder terminar la escuela”. Cuando vi el cartel en el barrio que decía que se abría
La mayoría de los alumnos son mujeres y la mayoría de las mujeres son mamás, a el bachillerato me inscribí y empecé a venir con mi bebé de siete días –retoma su
las que les resulta difícil estudiar porque tienen hijos y porque tienen hijos quieren, historia Laura. No es fácil contar la historia de su historia. Contar las cuentas de la
todavía más, estudiar. vida con el peso, el alivio, el llanto, el ruido, el upa de ir y venir, de estar y dejar
de estar con uno, dos hijos, encima, a cargo. Habla, Laura, entrecortada,
temblorosa, habla con la vida recortada por los cuerpos que viven como ella, que
El hijo de Giselle se llama Luca. Lo tuvo a los 19.
van y que vienen, como ella que no quiere dejar de ir. A la escuela. Al futuro.
–Hice segundo año en otro colegio y quedé libre –explica.
–Después de tener a mi hija me agarró una depresión posparto, pero vine porque
ellos me vinieron a buscar –agradece.
Libre puede ser una palabra tramposa. Las faltas también. Giselle fue mamá
adolescente y quedó libre. El colegio la dejó libre. Libre, en ese boletín de mamá
adolescente sin licencia por maternidad escolar, quiere decir sola. Acá, en esta Ella no lo buscó. Pero en segundo año otra vez quedó embarazada. Otra vez, sin
embargo, había posibilidades de buscar. “Mucha gente me preguntaba cómo
escuelita de trasnoche, donde el quejido de los bebés se incorpora como el crujido
seguía con dos hijos. Y yo dije: ‘Sí, sigo’.
de las tizas, donde los balbuceos se hamacan entre los bancos, donde el silencio no
es sagrado, aquí, al costado de la educación formal, libre quiere decir otra cosa.
–Ahora estoy terminando –cuenta, cierra, se enorgullece, tiembla, llora, habla,
–Vine acá y me pareció mucho mejor porque podía estar con mi hijo de día y venir Laura.
de noche y seguir estudiando. Los profesores están todo el tiempo pendientes de lo
que me hace falta. Es mejor que en otro colegio, que si no entregás un trabajo no A veces los verbos se combinan. Las mujeres siempre, casi siempre, casi siempre
les importa los problemas que tenés en tu casa –compara Giselle. que hay puentes para poder, pueden. Hacen falta esos puentes.

–¿Cuando quedaste embarazada sentiste que te iba a limitar la posibilidad de –Mis hijos están reacostumbrados a venir acá. La nena se desacostumbró un poco
estudiar? porque cuando lo tuve a Brian no la podía traer, pero después tampoco la podía
dejar en mi casa, así que volvió a venir. Mis compañeros me reapoyan. Y los
–No. Tener a mi hijo fue una de las razones por las que decidí seguir estudiando, profes también. Acá no sos alumno, acá sos de igual a igual. Cuando estás triste te
para poder, el día de mañana, brindarle algo a mi hijo –dice Giselle y dicen todas. abrazan, te dan mucho cariño, mucha contención. Eso en una escuela común no
existe. El profesor es el que sabe todo. Y vos sos el burro que tenés que aprender
todo. Vos no sabés nada. Yo estoy terminando y no lo puedo creer –comprueba
Laura González tiene 20 años y da el presente de a tres. Priscila tiene dos años y Laura, que dice terminando:
duerme en un cochecito mientras la historia se vuelve clase, charla, debate. Brian
tiene ocho meses y está en brazos, otros brazos, al lado de los brazos de Laura, en
los brazos de la clase.
–La nena nos aguanta desde el embarazo –dice ese murmullo de aula, esa ola de –Volver a estudiar es una de las cosas más lindas que me pasaron. Me retribuye
chistes, ese ringtone que se hizo eco en la ciudad, el conurbano, Las Tunas, en ese más de lo que me puede dar cualquier sueldo. Cuando termine me voy a dedicar a
celular que también filmó, en clase, los pasos, los primeros pasos de Priscila. estudiar pero pienso seguir colaborando con este proyecto. Mis compañeras son
señoras que tienen hijos y si llueve, vienen con paraguas y, si tienen que venir,
María José Taboada tiene tres nenas y un trabajo en un laboratorio. Eso a veces le vienen con los chicos y los pañales. Es una cosa linda, por más que te desaprueben
puso trabas y también la impulsó a terminar, estar terminando. “Después de llegar –nombra Alejandro. Y nombrar la palabra desaprobar, en cualquier clase, en ésta
a casa tras nueve horas de trabajo hubo momentos en que mi hija más chica también, por más que sea una clase de señoras compañeras, genera murmullo y
lloraba para que yo no viniera al bachillerato y yo quería venir porque me daba risas. Desaprobar es la palabra temida. Y a los temores se los exorciza con risas,
cuenta que ellas iban creciendo y que mi único futuro era estudiar por ellas. Y por risas colectivas.
mí”, subraya María José.
“A los 15 años sufrí un intento de violación y, desde ahí, me vine abajo y siempre
–Es importante que salga la oficialización para que esto que nos hace bien le pensé que la cabeza no me iba a dar. Ahora mis hijos me dicen ‘yo te paso el
pueda pasar a otra gente. Es una experiencia fantástica –se suma Carolina Gómez, trapo’, ‘yo te lavo los platos’ porque me ven contenta cuando vuelvo con un 7 o un
de 28 años y una nena, Narell, de 7. 8.”
Maria Teresa Quinteros, 40 años, alumna.
–Yo dejé el secundario en segundo año y ahora que estoy haciendo tercero me
cuesta porque todo el tiempo tenés trabajos para entregar. Pero siento que tengo –Yo vengo bien, vengo aprobando las materias –aclara Alejandro, que habla con
otra base. Antes pensaba que cuando mi hija fuera a quinto grado no la iba a poder seriedad de su proyecto de escuela. Y habla para darles la razón a las chicas que
ayudar a hacer las cuentas. Pero ahora lo hago, además de por ella y por mi advirtieron que a Alejandro le gusta hablar. En las aulas se conoce la gente.
familia, por mí. Por saber. Alejandro se enorgullece de venir bien, pero también sabe de dónde venía.

Mujeres, mamá, mayoría –Yo venía de la secundaria de la época militar, que te bajaban la línea, no les
importaba quién eras, ni si ibas o no ibas, dabas el presente y chau, hasta mañana.
En cambio, acá, no te digo que es individual la clase, pero sí es personalizada.
“Nosotras no sólo enseñamos con perspectiva de género la era industrial o los
Saben quién sos, qué problema tenés, cuándo estás triste, cuándo estás contento.
talleres de sexualidad, la perspectiva de género está en la clase –ejemplifica Paula
Esto es una cosa muy importante. Aunque tal vez no conté nada del colegio... –se
Costas, socióloga y docente de Ciencias Sociales del bachillerato popular de Las
Tunas–. Hay historias de vida de violaciones, de abortos, de maridos que no las ataja, para seguir contando.
dejan venir a clase o de mujeres que, por el contrario, se hacen respetar por sus
maridos a partir de empezar a estudiar.” –Ya contaste bastante –lo golean. Y le dan el pase. Las señoras compañeras
quieren seguir hablando.
En el tercer año de Las Tunas hay 28 alumnos, pero sólo tres son varones.
Alejandro Bringas habla y cuando habla, todos –que el día de la entrevista son –Tengo dos hijos adolescentes –arranca Silvia Espinosa, que sabe lo que es tener
sólo todas– murmuran. Alejandro tiene fama de hablar mucho y apenas dice a, A adolescentes (Emmanuel, de 19 años, y Tamara, de 17) pero no sabe qué es tener
de Alejandro, sus compañeros –sus compañeras, las 25 de sus compañeras en esos adolescencia, aunque a sus 35, otras y otros todavía, al mismo tiempo, viven una
coros que generan marea– le hacen un coro de “ehhhhhhh”. adolescencia extendida. Lejos, casi siempre, de los costados donde la vida apura.

–Cuando yo era adolescente tenía que criar a mis hermanos por ser la mayor de la
casa mientras mi mamá trabajaba. Después, me casé joven y tuve que criar a mis
hijos –enumera Silvia en una cuenta que no es matemática. No todo es dos más –A los 15 años sufrí un intento de violación y, desde ahí, me vine abajo y siempre
dos es cuatro. No todas las fichas juegan al juego donde se avanza de a casilleros, pensé que la cabeza no me iba a dar. Ahora mis hijos me dicen “yo te paso el
no todos van para adelante. Aunque hay, siempre hay, hay si se deja que haya, trapo”, “yo te lavo los platos” porque me ven contenta cuando vuelvo con un 7 o
posibilidad de barajar y dar de nuevo. un 8.

–Pero todo se dio antes de lo que yo pensaba. Ahora los tres juntos estamos –¿Para qué estudiás?
estudiando. Emmanuel y Tamara en la escuela del Estado y yo acá. Pasa una cosa
muy linda, a veces ellos me piden mis fotocopias –se ríe, se jacta quien no nació –Para averiguar más cosas –enseña María Teresa.
para jactarse y goza de ese desvío del destino– o yo los ayudo a hacer sus trabajos
y ésa es una cosa muy linda.
Hay más, había más, habrá más. La historia tiene eso: da futuro.

Linda –adjetiva Silvia. Linda. Dice. Y la sonrisa se le pone así.


La pelea de los bachilleratos

Silvia además es el ejemplo del objetivo multiplicador de la educación popular.


“A los siete bachilleratos populares, surgidos de experiencias sociales o fábricas
Educar para educar para educar. A pesar de la ostentación de los altos niveles de
recuperadas, nos nuclea una perspectiva de la educación popular que intenta
alfabetización y escolarización de la Argentina, donde hay un 2,5 por ciento de formar sujetos políticos que apunten a la transformación de la realidad”, describe
analfabetismo, lo que representa la segunda tasa más baja de toda Latinoamérica, Ezequiel Alfieri, profesor de historia, miembro de la Cooperativa de Educadores e
según datos de la Unesco, publicados esta semana. Pero ese 2,5 por ciento no es
Investigadores Populares y Coordinador del Bachillerato de Jóvenes Adultos
nada, no es nadie. Argentina tiene blancos sobre negros, tiene un embrollo de
Maderera Córdoba.
promedios en donde la excelencia se mezcla con la exclusión y en el aprobado
argentino hay demasiados 10 y demasiados 0. Por eso, fuera de los márgenes de
los promedios, Silvia enseña a decir con palabras las palabras. Alfieri explica por qué ahora los bachilleratos que quieren formar estudiantes
movilizados se movilizan para seguir y crecer. “Nosotros pedimos el
reconocimiento definitivo de los bachilleratos populares con una normativa
–Estoy en un programa de alfabetización con una maestra que se llama María.
específica. Está creciendo la exclusión de los jóvenes y adultos de las escuelas.
Tenemos dos adolescentes, Rubén, de 20, y Matías, de 16, que no sabían ni leer ni
Por eso, el Estado tiene que reconocer que las organizaciones sociales están
escribir. Hacer cosas por los demás es lindo. No hay que dejar a la sociedad
cubriendo este espacio y dar una solución. También pedimos –continúa– un
marginada. No porque no tuvieron oportunidad que tampoco la tengan –apunta reconocimiento económico (para que nuestros docentes tengan un salario como
Silvia. La maestra, la alumna. La que no pudo estudiar y ahora enseña.
cualquier docente) y que haya subsidios a nuestros proyectos, como ahora hay
subsidios para colegios religiosos que cobran cuota y, encima, el Estado los
–Mis propios hijos me han contado que si el profesor está de mal humor los manda subvenciona. Y nosotros que proponemos una educación pública, popular y
a marzo o que si ellos llegan cinco minutos tarde los hace repetir. Eso acá no se gratuita ni siquiera tenemos diálogo para ver la forma de sostener estos seis
da. Y yo también trabajo en una escuela del Estado y me doy cuenta que los chicos colegios. Nuestra objetivo es que se puedan seguir abriendo más de este tipo de
son un número. Si un grado tiene que tener 30 alumnos tiene 30 para que el grado colegios para que los estudiantes puedan pensar y actuar en la realidad en la que
no cierre. Acá lo que importa es que aprendas. Si no entendés algo, te lo vuelven a viven –remarca el profesor de historia–. Hasta ahora nos damos cuenta de que hay
decir. una apropiación del espacio diferente y que el nivel de deserción es mucho menor
al de escuelas públicas o privadas que tienen recursos. Por eso, creemos que
Volver. Para María Teresa Quinteros, de 40 años, volver a la escuela fue volver a estamos en el buen camino.”
creer en ella.
Martes, 28 de octubre de 2008

EL PAIS › YA FUNCIONAN VEINTITRES BACHILLERATOS


POPULARES EN EMPRESAS RECUPERADAS

Con los útiles a la fábrica


Nacieron hace diez años, creados por los docentes que acompañaron el proceso de
fábricas recuperadas. Otorgan títulos oficiales, pero sus profesores no cobran
sueldo. Quieren que el Estado reconozca su labor.

Por Laura Vales

Los bachilleratos populares nacieron en 1998, por iniciativa de un grupo de


docentes e investigadores universitarios que acompañaron el proceso de las
fábricas recuperadas. Diez años más tarde, ya hay veintitrés en la Capital Federal y
el Gran Buenos Aires. Tienen el reconocimiento del Ministerio de Educación y
otorgan títulos oficiales, pero sus profesores no cobran sueldos. En estos días están
haciendo una campaña para que el Estado reconozca su trabajo.

Roberto Elisalde y Marina Ampudia integran el grupo fundador de los


bachilleratos. Ampudia es antropóloga; Elisalde, historiador. “En la Argentina hay
una larga historia de experiencias autogestionarias en educación. Los anarquistas y
socialistas abrieron sus escuelas a fines y principios de siglo XX. Juan B Justo,
José Ingenieros, fueron profesores. Más tarde tuvimos las universidades obreras
creadas por el sindicalismo preperonista de la década del 30 y después la
universidad obrera que impulsó el peronismo. En los ’80, finalizada la última
dictadura, se desarrollaron las experiencias de educación popular freyrianas.
Cuando estas experiencias autogestionarias encontraron políticas públicas con las
cuales articular, lo hicieron, como con el peronismo. Pero hoy esto es algo que En la actualidad tienen un promedio de 100 estudiantes por bachillerato y más de
todavía no se termina de concretar”, señala Elisalde. 200 profesores entre los 23 bachilleratos. “Trabajamos con más de un docente por
clase. Armamos equipos porque la clase siempre es muy heterogénea”, señala
Los bachilleratos populares retoman esa tradición, sumándole elementos de esta Ampudia.
época. El 90 por ciento de sus docentes son graduados o estudiantes universitarios;
son, a la vez, investigadores, profesores de escuelas de adultos y militantes –¿Qué diferencias hay con un bachillerato para adultos tradicional?
sociales. Los bachilleratos se definen como una organización social en sí misma,
que articula con otras organizaciones sociales: empresas reabiertas por sus Elisalde: –En término de la educación, no proponemos la escuela como lugar de
trabajadores, movimientos territoriales y sindicales. contención, sino de formación, con todos los objetivos del campo académico. La
diferencia más fuerte, creo, es cómo los alumnos se apropian del lugar de estudio.
Ampudia venía de trabajar en educación para adultos, en escuelas nocturnas, Otra es que no tenemos situaciones de violencia entre los jóvenes.
cuando se armó el equipo que fundaría las primeras escuelas, en la metalúrgica
recuperada Impa y en organizaciones territoriales de Tigre. “Veíamos que cada Alumnos y docentes tienen una gimnasia de movilizaciones. Por lo general,
vez había más jóvenes que dejaban el polimodal, en un proceso de expulsión. Los participan de las tomas y han realizado también sus propios planes de lucha para
chicos llegaban a la escuela nocturna, pero esa llegada era la antesala para que lograr el reconocimiento oficial. Con el macrismo gobernando la ciudad, también
dejaran definitivamente el colegio”, reseña. sufrieron sus consecuencias. Apenas comenzaron con los reclamos para lograr que
el Estado pague sus sueldos, en una marcha al Ministerio de Educación les
–¿Por qué dejan de estudiar? abrieron una causa contravencional por dar una clase pública sobre Callao,
cortando la calle. La fiscalía acusó a diez personas; curiosamente, ninguno de ellos
–Encontramos dos tipos de razones. Problemas de la educación en sí misma, pibes estuvo cortando la calle, sino que los procesados son los diez que entraron al
que decían “repetí”, “no entiendo” o “me aburro” cuando les preguntábamos por ministerio para realizar el pedido.
qué habían dejado. La segunda tiene que ver con la precarización del empleo como
un fenómeno que atraviesa toda la vida de los jóvenes, un problema que continúa
y que sigue expulsándolos del sistema educativo. Hoy cambió el sujeto de la
educación para adultos, ya que el 70 por ciento son en realidad jóvenes.

El avance de los bachilleratos puede contarse en tres etapas. Del ’98 al 2003 el
grupo inicial formó el equipo de educación popular y crearon los primeros
bachilleratos. A partir del 2003 comenzaron a ser convocados por empresas
recuperadas que querían abrir bachilleratos en sus edificios, para que sus
integrantes terminaran el secundario y como una forma de vincularse con los
vecinos del barrio. Se sumaron después otros actores, como movimientos sociales
(hay bachilleratos en galpones del Movimiento Teresa Rodríguez y el Frente Darío
Santillán) y sindicales (como Anta y el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos, de
la CTA). A partir del 2007 lograron el reconocimiento oficial, tanto del Ministerio
de Educación porteño como de la provincia de Buenos Aires, como escuelas con
capacidad de otorgar títulos.
Domingo, 18 de julio de 2010

LA EXPERIENCIA DE UN ESCRITOR EN UN AULA DEL


CONURBANO

Son boleta
Por Guillermo Saccomanno

No creo que muchos escritores se le animen a una clase de escuela media del
conurbano. Pero que los hay, los hay. Es que no es sencillo encarar las aulas de la
marginalidad, esos pibes que vienen de pobreza, violencia, droga, alcohol. A
algunos les cuesta expresarse con algo más que un ininteligible fraseo primal.
Estos son los pibes a quienes los docentes deben transmitirle el amor a la lectura.
Pero, ¿cómo transmitir ese amor cuando no se lo siente? Más de una vez en los
colegios planteo que los docentes no leen. “Los adolescentes, querrá decir”, me
quiso enmendar una maestra. “No, le dije. Entendió bien: dije los docentes.” La
mujer, como varias de sus colegas, me miró con odio. “A ver, cuéntenme qué
leyeron anoche”, les pregunto. Silencio.

Por supuesto, hay causas, razones, determinaciones sociales que hacen que las
maestras y maestros puedan preferir a la noche Tinelli, baile de caño, pizza y birra;
y, excepcionalmente, los progres, el discurso facilongo de 6, 7, 8. No los culpo.
Estoy convencido de que los docentes deben ganar más que un diputado, pero
también de que ellos eligieron la trinchera en la que se encuentran. Y es una
trinchera donde bajar la guardia es riesgoso. Las víctimas están ahí, en sus
pupitres, frente al pizarrón, expectantes. Y por la expresión tienen todo el aspecto
de estar en otra, en otra realidad que no es la del aula. Una más cruda.

El año pasado, junto con un grupo numeroso de escritores, participé en la movida


del plan de lectura del Ministerio de Educación, iniciativa formidable: se imprimía
un relato de cada escritor y luego se lo distribuía, en formato fascículo, en las
aulas de los colegios. Más tarde, una vez que los alumnos habían leído el relato en
la clase de literatura, el escritor iba al aula y conversaba el texto y sus aspectos con tranquis en el aula. No me careteen. Pueden salir”. Los pibes empezaron a caminar
sus lectores. La actividad, en los colegios de clase media, se cumplía. Pero en más hacia la puerta del aula. “Pero antes –les dije–, sepan que si cruzan esa puerta son
de una oportunidad, en colegios más golpeados –que son los más–, el resultado no boleta.”
era el esperado. La frustración no dependió del ministerio, ni de los autores. Fue
responsabilidad de los mismos docentes. Los pibes se frenaron. Atónitos, me miraban. Ahora no volaba una mosca. “Porque
si estoy acá es por ustedes. Si no saben leer, ustedes no saben sus derechos. Y si
Me acuerdo de un colegio del conurbano. Al llegar al cole, nadie sabía dónde no saben sus derechos, cuando la Bonaerense los agarre con un fasito, los pueden
estaba el paquete con los fascículos. Nadie los había visto. Hasta que una fusilar. Vayan nomás. Los ratis los esperan.”
funcionaria del colegio pareció reaccionar de un ataque de amnesia y recordó
dónde estaban guardados. Los fascículos del Plan de Lectura habían sido Callados, de pronto tímidos, de pronto chicos, volvieron a sus asientos.
archivados en un depósito. Ni se los habían pasado a la profesora de Lengua.
Tampoco la profesora de Literatura se había interesado por la cuestión. Además, Continué la clase como pude. Cero heroísmo. Taquicardia sentí. Me había sacado,
ese día la profesora de Literatura no había llegado aún. Por lo tanto, la actividad la me reproché. Traté de disimular que me temblaba el pulso. Mi sonrisa ante el aula
iba a coordinar otra profesora, la de Inglés. No era un día tranquilo en el colegio.
era de plástico. No me gustaba esta situación. Pero la remé. ¿Acaso tenía otra
Habían faltado celadores. Y profesores. Las pibas y los pibes, casi el colegio
alternativa? Sé que esta historia no me deja bien parado. Y que se me acusará de
entero, hacían quilombo en el patio. Tarde, pero al fin, apareció la profesora de
autoritario, patotero y políticamente incorrecto. Pero fue lo que pude hacer. Y no
Lengua. Y fuimos al aula. Como habían faltado profesores, la directora tuvo la
me avergüenza contarlo.
idea de juntar dos divisiones. Preferible meterlos en esta actividad, aunque no
tuviera nada que ver, a que estuvieran alborotando en el patio. Me pregunté cómo
manejar la situación. Sesenta alumnos me superaban. Además no se trataba sólo de Hace tiempo que la realidad educativa se fue al carajo. Y que no son pocos los
que no hubieran cumplido con la actividad: leer un cuento. La profesora tampoco esfuerzos ministeriales como tampoco los docentes que, en esta realidad, se
tenía demasiada idea de qué se trataba el plan. Se me ocurrió que si no habían debaten peleando por mejorar el nivel de la educación. Pero no alcanza. Como
leído antes el relato, bien podríamos leerlo entre todos en clase. Pero esas pibas y tampoco alcanza que los escritores pongan el cuerpo en las aulas, lo que, a esta
pibes apenas sabían deletrear una palabra. Con paciencia, les propuse que cada altura, me parece, es más que un deber una misión. Los debates en el Malba o en
uno leyera una frase y le pasara luego el fascículo a un compañero, una las librerías de Palermo pueden esperar. Los pibes y pibas de los colegios
compañera. De ese modo, pensé, el relato se hilvanaba, se construía una lectura estatales, no. Y, que conste, estas reflexiones no deben inquietar sólo a los
colectiva. Y terminaríamos de leer el cuento. Quien leía una frase, con dificultad, docentes. También a los escritores. Porque mañana terminarán escribiendo para
balbuceando, pasaba el fascículo con alivio. Se tardaba en completar el sentido del clientes y no para lectores. Si es que ya no lo están –perdón, estamos– haciendo.
relato, pero era algo.

Desde el fondo, unos pibes bardeaban. Dados vuelta, bardeaban. El bardo iba en
aumento. Pronto fue imposible la lectura. Le pedí a la profesora que dejara retirar
del aula a los chabones (sí, les dije chabones) si no les interesaba la actividad. La
profesora titubeó. Por fin, desconcertada, asintió. Los pibes se pararon. Ahí volví a
hablarles: “Sé que tienen motivos para embolarse. Como sé que alguno de ustedes
chuparon o se falopearon antes de venir al colegio. Sé también que algunos de
ustedes hoy vieron al viejo fajar a la vieja. Y también que tal vez los que cobraron
fueron ustedes. Sé que no la tienen fácil. Sin laburo, sin un mango. Encima, el
colegio. De verdad, es mucho pedirles a ustedes, dados vuelta, que se queden
H I STO R I Z A R E L PASA DO V I VO E N A M É R I C A L AT I N A Historia reciente y responsabilidad social

Arturo Taracena Arriola

Historiador. Trabaja como investigador


en el Centro de Investigaciones Regionales
de Mesoamérica (CIRMA), en Guatemala.
Ha enseñado en universidades de México,
Francia y Costa Rica. Ha publicado extensamente
sobre la sociedad guatemalteca en los siglos XIX
y XX. Entre sus libros se destacan El estado
de los Altos. Indígenas y régimen conservador
La experiencia de un historiador
(1993), Invención criolla, sueño ladino, pesadilla
indígena. Los Altos de Guatemala: de región
en la Comisión de Esclarecimiento
a estado (1997), y Etnicidad, estado y nación
en Guatemala, 1808-1944 (con G. Gellert,
Histórico de Guatemala
E. Gordillo, T. Sagastume y K. Walter, 2003).
Taracena dirigió el equipo de investigaciones
históricas de la Comisión de Esclarecimiento Arturo Taracena Arriola
Histórico de Guatemala (1998).

Arturo Taracena Arriola. “La experiencia de un historiador en la Comisión


de Esclarecimiento Histórico de Guatemala”, en Anne Pérotin-Dumon (dir.).
Historizar el pasado vivo en América Latina.
Copyright ©2007 Anne Pérotin-Dumon http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php
H I STO R I Z A R E L PASA DO V I VO E N A M É R I C A L AT I N A Historia reciente y responsabilidad social

INTRODUCCIÓN

Conceptos El proceso de transición democrática en Guatemala fue el resultado de lar-


gas negociaciones de paz bajo los auspicios de las Naciones Unidas. Aunque
Historiografía 21
la constitución de una comisión de la verdad fue el objetivo de uno de los
Matanza de comunidades indígenas 13 acuerdos firmados entre el gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional
Guatemalteca (URNG) entre 1994 y 1996, tres años fueron necesarios desde
Memoria en la disciplina histórica 19
entonces para que, en julio de 1997, se creara la Comisión de Esclarecimiento
Histórico de Guatemala (CEH) que estuvo en funciones hasta febrero de 1999.
Militancia política y militarización guerrillera 11
Cabe ubicar esta iniciativa entre los intentos oficiales por enfrentar el cono-
Responsabilidad cívica del historiador 03 cimiento del pasado en el istmo en los últimos cincuenta años y la aplicación
de medidas de justicia y reparación, con el fin declarado de contribuir a la
Responsabilidad profesional del historiador 21
reconciliación nacional y a la transición democrática, de los cuales el exce-
Responsabilidad social del historiador 06 lente y pionero artículo de Raquel Sieder, “Políticas de guerra, paz y memoria
en América Central”1 contiene un análisis comparativo.
Teoría del sándwich 08, 11
El presente trabajo esboza un testimonio razonado de mi experiencia Responsabilidad
cívica del
Testimonio y denuncia 18
como historiador durante casi tres años en el equipo de investigaciones his- historiador
tóricas de la CEH. La percepción que entonces tuve –y que ahora sistematizo–
Transición democrática y memoria 05 no necesariamente será compartida por sus otros integrantes, por lo que
asumo la responsabilidad de su contenido. Tampoco quiero ocultar las difi-
Hechos de violencia 14
cultades de haber ejercido profesionalmente mi oficio a sabiendas de que mi
pasado militante era y es un condicionante en la interpretación de los hechos.
Tal vez, el matiz lo da el hecho de que no participaba en una investigación
académica que yo había escogido hacer, sino que lo hacía por deber ciuda-
dano en un contexto político muy especial.2

1. Raquel Sieder. “Políticas de guerra y paz y memoria en América Central”. En Alexandra


Barahona, Paloma Aguilar y Carmen González (editoras), Las políticas hacia el pasado.
Juicios, depuraciones, perdón y olvido en las nuevas democracias. Madrid: Istmo, 2002. pp. 247-284.
2. Para poder deslindar esta responsabilidad, me ha sido útil leer los dossiers “Mémoires
du XX siècle”. Le Débat, 122. Noviembre-diciembre de 2002, pp. 4-186; “Les génocides et leur
mémoire”. Le Débat, 124. Marzo-abril de 2003, pp. 154-188 y “Horizons de la mémoire”.
Diogène, 201. Enero-marzo de 2003, pp. 3-145.

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Asimismo, otro matiz es la seriedad del documento final producido, in- EL RETO
dependientemente de la acción de sus detractores, en especial de miembros
del Ejército de Guatemala, quienes ven en él un documento que condena a El análisis histórico del conflicto armado interno que debía realizar la CEH
“quienes impidieron la derrota del estado guatemalteco”, a quienes “valien- se planteó, en primer lugar, como un llamado a la recuperación de la memo-
temente se enfrentaron al comunismo” en 1954 y, posteriormente, actua- ria y, en segundo lugar, como investigación sobre el pasado con una finalidad
ron en “defensa de la nación guatemalteca”.3 Los antecedentes del conflicto práctica: coadyuvar al éxito de una solución política duradera y permitir
deben remontarse a la aparición de las ideas comunistas en Guatemala la construcción de la democracia en un país que solamente la ha vivido de
durante el año 1922, cuando se celebró por primera vez el Día del Trabajo, manera formal tal y como lo atestigua su historia de violencia e impunidad.
para extenderse a partir de la revolución de octubre de 1944. Esta lucha Fue así que un equipo de cientistas sociales, apoyado por los diferentes equi-
contra el comunismo destructor del estado justificó el proceder “patrióti- pos de campo, trabajó de mayo de 1997 hasta febrero de 1999 para producir
co” desde el poder estatal de militares, paramilitares y civiles a lo largo del el informe “Causas y orígenes del conflicto armado interno”, publicado en el
conflicto armado interno.4 primer tomo del informe de la comisión: Guatemala. Memoria del silencio.5
La CEH ofrecía un paso concreto para enfrentar el legado de la violación Visto retrospectivamente, el trabajo emprendido por la CEH representaba
de los derechos humanos y, consiguientemente, para avanzar en la transi- un esfuerzo de grandes proporciones en un país donde el olvido cuidado-
ción democrática. Como su propio nombre lo indica, se impuso rendir una samente calculado se apoya en una enseñanza sintética del “presente histó-
explicación histórica de las causas y consecuencias de un conflicto armado rico”, sin líneas profundas de análisis y en una historiografía que se nutre
interno que había durado treinta y cuatro años, pero cuyos orígenes abrían fundamentalmente de los libros escritos por extranjeros,6 claro indicador
un espacio de tiempo de medio siglo, con el propósito de poder hacer reco- de la falta de compromiso de los guatemaltecos con el quehacer histórico.
mendaciones concretas que tuvieran como asidero la experiencia histórica. A la falta de conciencia histórica de los guatemaltecos se suma la ausencia Transición
democrática
En ese contexto me pareció que yo podía y debía asumir el desafío de par- de archivos públicos –pues muchos han sido destruidos o están escondidos–7 y memoria
ticipar como profesional y como ciudadano. y la incertidumbre que sentimos los guatemaltecos a la hora de abordar con

5. Memoria del silencio. Tomo 1. Guatemala: CEH, 1999, pp. 77-288. En internet:
http://shr.aaas.org/guatemala/ceh/mds/spanish/
6. De ninguna manera quiero dar una connotación peyorativa a esta afirmación sino sólo
señalar una ausencia en la producción bibliográfica dentro de Guatemala y por parte de
historiadores guatemaltecos.
7. En el año 2005 fue descubierto parte del archivo de la Policía Nacional que comprende
3. Confróntense, por ejemplo, las declaraciones del general Efraín Ríos Montt: “No lo apoyo documentos que van de 1907 a 1996. Pasó a manos de la Procuraduría de Derechos Humanos
[el Informe de la CEH] porque esto es una parte, vista de un lado y no vista de los dos. (PDH) mientras se crean condiciones de conservación y de clasificación. Ya el poder ejecutivo
Se me ocurre que es una narración. No pongo en duda su veracidad, pero tampoco comparto ha exigido que se le entregue este archivo, alegando la necesidad de evitar tensiones en caso que
su realidad”. Siglo XXI. 26 de abril de 2000, p. 6. se abran juicios y se condene a responsables de violaciones a los derechos humanos. Incluso ha
4. Véase la reciente obra del coronel Mario A. Mérida G. Venganza o juicio histórico. ¿Juzgue acusado a la PDH de no ser competente en el manejo de archivos de la policía. Por su parte, la PDH
usted? Una lectura retrospectiva del Informe de la CEH. Guatemala: Litografías Modernas, 2004. teme que la entrega de este acervo al poder ejecutivo sólo facilite expurgos por razones políticas.

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seriedad el balance de casi cuatro décadas de guerra. Aún enfrentamos la por ello se convirtiese en verdad absoluta. Sabíamos que sería rechazado por
limitación de no poder escribir nuestra historia con lucidez debido a la cen- el Ejército y la burguesía que se declaraban convencidos de haber salvado
sura propia y a la que nos impone un estado que no acepta ser juzgado por a Guatemala, a pesar de un costo social de decenas de miles de muertos,
su comportamiento en el largo plazo. desaparecidos, heridos y refugiados. Para ellos, lo sucedido ha sido la mejor
Los miembros del equipo de investigación histórica que entramos a tra- forma de salvar la “democracia” que vino de la mano de la intervención
bajar en la CEH veníamos de diversas instituciones y generaciones, y no tení- norteamericana de 1954.
amos la mejor preparación teórica y metodológica sobre el tema que hoy Durante su visita a Guatemala en 1999, Bill Clinton aceptó que los Estados
tratamos y que Paul Ricœur ha puesto de moda con su obra La memoria, Unidos estaba en deuda con Guatemala por esta intervención. Asimismo, las
la historia, el olvido.8 conclusiones del Congreso “Nuevas perspectivas de los Estados Unidos,
Responsabilidad Individual o colectivamente, empezamos nuestra labor sin haber reflexio- Guatemala y Latinoamérica en el golpe de 1954”, celebrado en 2003 en Wa-
social del
historiador nado de manera sistemática sobre las etapas de la operación historiográfica shington, fueron que el argumento de la amenaza comunista guatemalteca
explicativa de la memoria reciente. En un principio, la mayoría de los parti- para los Estados Unidos no tenía fundamento alguno pero que sus conse-
cipantes del equipo sentimos la falta de conocimiento de esa historia bélica, cuencias para Guatemala eran evidentes: la intervención norteamericana en
ya fuese por razones de edad o de marginalidad política casual o voluntaria. el derrocamiento del gobierno de Jacobo Árbenz confirió una suerte de lega-
Además, no había consenso alguno entre las visiones históricas guatemal- lidad al militarismo conservador que ha venido decidiendo los destinos del
tecas y extranjeras. Pero nos habíamos comprometido a dar una explicación país desde hace medio siglo. Sin embargo, este congreso de historiadores
a la sociedad guatemalteca y a la comunidad internacional sobre los orígenes evitó abordar con profundidad el continuum de la política norteamericana
y la duración de un conflicto armado de treinta y cuatro años y su olvido. en materia de apoyo a ese mismo régimen contrainsurgente.9
Por ello, nos vimos compelidos a producir un análisis serio de los contenidos,
de los usos sociales y políticos, de los mecanismos de transmisión de la me-
moria, de las falsificaciones y trasvestismos de las historias escritas, así como LAS PREGUNTAS CLAVES
de los silencios de la sociedad guatemalteca a lo largo de medio siglo. Debimos
superar la tendencia al anacronismo que nos imponía un período ideoló- En lo referente a la particularidad guatemalteca, desde el inicio nos asalta-
gico mundial caracterizado por el publicitado “fin de la Historia” y los varios ron preguntas como las siguientes: ¿Cómo equilibrar el peso de la memoria
paradigmas con los que nos habíamos formado como profesionales y polí- colectiva con el de los actores individuales? ¿Cómo enfrentar la tesis que
ticos. Las discusiones fueron arduas y provechosas. explicaba casi cuatro décadas de guerra civil tan sólo por los ánimos bélicos
En pocas palabras, estábamos ante el compromiso de producir un texto de dos únicos actores (Ejército y guerrilla) o, en el mejor de los casos, por
histórico para el público. Nuestro texto sería sin duda perfectible. Pero de- la maldad de la CIA?
bíamos aportar una explicación más “científica” –más profesional, sin que

9. Véase “CIA abre archivos”. Prensa Libre. Guatemala: 16 de mayo del 2003; “CIA fue
determinante en la caída de Árbenz”. Siglo XXI. Guatemala: 16 de mayo del 2003; Martín
8. Paul Ricœur. La memoria, la historia, el olvido. Madrid: Editorial Trotta, 2003. Rodríguez P., “Medio siglo de militarismo”. Prensa Libre. Guatemala: 19 de mayo del 2003.

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Teoría del En ese momento particular guatemalteco cobraba cada vez más peso la LA CONFORMACIÓN DEL EQUIPO
sándwich
teoría del sándwich, de acuerdo con la cual treinta y cuatro años de guerra civil DE INVESTIGACIÓN HISTÓRICA DE LA CEH
se explican por la sola acción del Ejército y del movimiento revolucionario
guatemaltecos; una tesis que no es sustentada política o históricamente en los Es necesario señalar que el doctor Christian Tomuschat –director de la CEH–
vecinos países de El Salvador y Nicaragua, pero que en Guatemala le ha aco- se enfrentó desde el inicio al problema de la falta de sistematización interna-
modado a muchos. Así, actores como la oligarquía, los partidos políticos cional sobre este tipo de actividades. Él y los dos comisionados guatemal-
institucionales, las iglesias, los intelectuales, las universidades, las gremiales, tecos (los licenciados Alfredo Balsells Tojo y Otilia Lux de Cotí) tuvieron que
los sindicatos, los campesinos, los indígenas, etcétera, estuvieron atrapados empezar de cero en el diseño de la Comisión de Esclarecimiento Histórico.
en medio de la brutalidad bélica: son sectores de la sociedad que, cuando Si bien pronto se contó con los reportes de las comisiones de la verdad de
actuaron, lo hicieron manipulados o abusados por el Ejército, por el movi- Argentina, Chile y El Salvador, se desconocía cómo habían trabajado. Eran
miento revolucionario o por ambos. Éstos, a su vez, estaban manipulados por necesarias creatividad e intuición.
sus aliados internacionales: los Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba. La lectura de ese material permitió corroborar el limitado interés que las
¿Quiénes eran verdaderamente los actores sociales enfrentados en el con- comisiones de la verdad anteriores habían otorgado a la interpretación
flicto armado interno de Guatemala? ¿Se trató solamente de organizaciones histórica, por lo que los comisionados –en especial el doctor Tomuschat–
e instituciones en pugna, tal y como esta tesis lo ha venido sosteniendo? consideraron importante que el informe final guatemalteco tuviese una
Pronto nos dimos cuenta de que era imprescindible escudriñar un aba- amplia explicación histórica de los orígenes, del desarrollo y de las con-
nico importante de fuentes y de testimonios que nos permitiesen superar los secuencias del conflicto armado interno, tal y como lo exigía el acuerdo de
silencios, los miedos y las explicaciones binarias. Era necesaria una valora- creación de la CEH. En ese contexto se planteó la constitución del equipo
ción sistemática de todos los caminos del pasado, aunque francamente no de investigación histórica.
tuviésemos la experiencia ni los medios para lograrlo de la forma adecuada. De inmediato, la comisión se abocó a obtener el concurso de varios cen-
El primer problema resultó ser encontrar las fuentes y valorar su veraci- tros de investigación social existentes en el país, incluyendo los de la uni-
dad sin ser prejuiciosos con ellas. El segundo, impedir que un pasado tan dolo- versidad nacional y los de las privadas, no sin enfrentar algunos rechazos.
roso nos condujese a querer “pasar la página” –como se dice coloquialmente–, Los investigadores provenimos principalmente de las universidades de San
sobre todo en casos espinosos como el de las masacres y el genocidio. El Carlos (estatal), Rafael Landívar (privada confesional, jesuita) y Del Valle
tercer problema fue enfrentar el peso de la memoria institucionalizada y (privada), así como de los centros de investigación Asociación de Inves-
construida por un poder triunfante desde 1954, con el agravante del éxito tigación y Estudios Sociales (ASIES), Asociación para el Avance de las Cien-
político de su ideología a nivel regional y, también, dejar a un lado la visión cias Sociales en Guatemala (AVANCSO) y Facultad Latinoamericana de
redentora de la izquierda revolucionaria. El cuarto, sobreponernos a la tiran- Ciencias Sociales (FLACSO).
tez que sentíamos como historiadores entre nuestro oficio y nuestra res- El equipo de investigación histórica quedó conformado por guatemal-
ponsabilidad ciudadana frente a la marca del pasado militante. tecos, la mayoría de los cuales eran cientistas sociales, mientras que los
equipos de apoyo y de investigación de campo se formaron en gran medida
con extranjeros de diversas disciplinas, pero sobre todo provenientes de

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las ONGs que actuaban en el país o de la antigua misión de observación Establecer cuándo comenzó la guerra fue otra discusión que nos llevó Militancia
política y
internacional de las Naciones Unidas en El Salvador, la ONUSAL. Algunos mucho tiempo. La tradición castrense decía que con el intento de rebelión militarización
guerrillera
de los primeros integrantes contribuimos a diseñar su estructura y metas a militar en el departamento de Zacapa el 13 de noviembre de 1960. Los do-
mediados de 1997. cumentos demostraron que más bien se trataba del momento en que los
La CEH empezó a funcionar como institución en medio de las dificul- oficiales radicalizados fundaron el movimiento MR13, dando a conocer
tades laborales entre los integrantes (quienes tenían distintos cargos a la hora públicamente su programa político y optando por la lucha guerrillera como
de sumarse al proyecto), de la vigilancia efectiva de los servicios de seguri- medio para derrocar el gobierno del general Ydígoras Fuentes en febrero de
dad del estado, del enfrentamiento entre “actores” y “neutrales” y entre fun- 1962. Una plataforma política que pronto sería enmarcada en la lucha por
cionarios internacionales (de las Naciones Unidas) y contratados nacionales. la instauración del socialismo, bajo la influencia de la revolución cubana.
La importancia de las etapas conllevó un primer punto de discusión del
equipo de investigación histórica con miembros de los equipos de campo de
LA DINÁMICA DE LA DISCUSIÓN INTERNA la CEH. Estos últimos tendían a menospreciar la primera etapa del conflicto
armado interno de 1962 a 1978 por su volumen menor de bajas y su carácter
Un tema de discusión inicial en el seno del equipo de investigación histórica esencialmente intraladino (no indígena), frente a las proporciones que ad-
fue el de la periodización. Era necesario acotar el lapso de los antecedentes quirió la guerra en Guatemala a partir de 1979 –especialmente en las zonas
(1948 o 1954) y del inicio del conflicto armado (1960 o 1962), con el propó- rurales– con motivo de la aplicación intensiva de la Doctrina de Seguridad
sito de poder determinar el peso de la Guerra Fría en el caso guatemalteco Nacional ante el “enemigo interno” y su caudal de desaparecidos, masacres,
y el de los factores internos: ideologías dominantes (la presencia de un anti- aldeas modelo, patrullas civiles. Había una tensión marcada entre la visión
comunismo oficial desde 1932 y de discursos y prácticas racistas propias del del equipo de investigación histórica, centrada en proporcionar una vi-
desarrollo histórico del proyecto nacional guatemalteco), causas estructu- sión global del pasado histórico inmediato, y la de miembros de los equi-
rales (el desarrollo del capitalismo agrario desde el siglo XIX), cierre de espa- pos de campo, abocada en denunciar la magnitud de la violación de los
cios políticos (contrarrevolución de 1954). Pequeños detalles, pero decisivos derechos humanos, en particular en las comunidades indígenas, las cuales
en la seriedad del planteamiento interpretativo. no deberían ser necesariamente opuestas.
¿En qué punto empezar el análisis de los orígenes inmediatos? ¿La revo- De esa polémica se desprendió otra referida al peso otorgado a la explica- Teoría del
sándwich
lución de octubre de 1944 que había puesto fin a la dictadura del general ción bipolar del conflicto armado interno por medio de la teoría del sánd-
Jorge Ubico en la coyuntura del triunfo de los Aliados en la Segunda Gue- wich, en la que la sociedad civil guatemalteca había sido presa del enfrenta-
rra Mundial? ¿El asesinato del coronel Francisco Javier Arana en 1949, miento entre el Ejército y la guerrilla. Tal tesis había sido esbozada en cierta
manera en el informe Guatemala. Nunca más del Proyecto Interdiocesano
principal dirigente de la derecha guatemalteca? ¿La contrarrevolución
Recuperación de la Memoria Histórica (REMIH) aparecido en 1998.10
financiada por los Estados Unidos, de junio de 1954? Decidimos hacerlo en
octubre de 1944, fecha que marcó la caída del régimen liberal tradicional
instaurado en la segunda mitad del siglo XIX, como en la casi totalidad de
10. Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica. Guatemala.
países latinoamericanos. Nunca más. El entorno histórico. Tomo 3. Guatemala: ODHAG, 1998.

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Surgió la necesidad de ofrecer una reconsideración crítica de esa teoría Asimismo, surgió la polémica en torno de la denominación de lo ocu-
para dar una explicación global del conflicto armado interno, ya que nos rrido: se nos decía que no fue una guerra civil o un conflicto armado, sino
parecía que la guerra que había involucrado a casi todos los sectores de la más bien un “desorden de la sociedad”; simplemente, violencia continua,
sociedad guatemalteca no podía ser explicada por la sola responsabilidad de circunscripta en el espacio y a sectores de la sociedad. Y que por lo tanto,
dos actores. Claro, ello nos ponía frente al riesgo de que avanzara la idea la mayoría de los crímenes no habían sido actos de guerra ni crímenes
de una “responsabilidad colectiva”, que diluyese los niveles de responsabilidad políticos, sino delitos comunes, ajenos a las necesidades y urgencias del
individuales e institucionales existentes, que ameritaban ser explicitados. conflicto militar.12
De ahí que también tuviésemos que enfrentar la explicación del compor- Detrás de esta polémica aparecía el tema acerca de cómo interpretar la
tamiento de los sectores subordinados en el conflicto armado como producto violencia política: ¿Existían causas estructurales socioeconómicas que expli-
de la “manipulación”, tesis tan corriente en el discurso político guatemalteco. caran su surgimiento? ¿Tenía o no la guerrilla el derecho a cuestionar a un
Por ejemplo, frente a la visión más crítica de la CEH, los empresarios argumen- estado surgido de una contrarrevolución e intervención extranjera en 1954
taban que se habían visto envueltos en “una guerra que no habían deseado –visto por un sector de la sociedad como una democracia–? ¿Era o no irres-
y en la que no habían participado”, eso a pesar de los indicios de su papel en ponsable enfrentar a un estado que, en definitiva, actuó en defensa de sí
el financiamiento y las directivas políticas en el derrocamiento de Árbenz y mismo? ¿Cual había sido el grado de responsabilidad del gobierno de los
de la posterior lucha contrainsurgente. Especialmente el Ejército sostenía Estados Unidos –y por lo tanto de la CIA– en el mantenimiento de las estruc-
que había habido una manipulación externa de los guatemaltecos por los turas represivas en Guatemala? ¿Había tenido Cuba un papel preponderante
actores de la Guerra Fría (los Estados Unidos, la Unión Soviética y Cuba). o subordinado en el desarrollo y en la consolidación del movimiento revo-
Por otra parte, se hablaba de una manipulación interna de los indígenas lucionario guatemalteco?
por la guerrilla y el Ejército. Esta última tesis era sostenida por un amplio
También aparecieron preguntas acerca de la cuestión de los indígenas: Matanza de
abanico de gente: los partidos políticos institucionalizados que subsistían comunidades
¿Cuál había sido, por ejemplo, la dimensión de la matanza por parte del indígenas
(Partido Democracia Cristiana Guatemalteca, Movimiento de Liberación
Ejército guatemalteco de núcleos indígenas? Y acerca de las causas de esa
Nacional, Partido de Avanzada Nacional, Unión del Centro Nacional), la
masacre: ¿fue el apoyo de los indígenas –real o presunto–, a la guerrilla o
jerarquía de la Iglesia católica, la dirigencia del movimiento maya, y algunos
la visión ideológica racista de los militares lo que originó la matanza? En el
integrantes de la izquierda que no habían sido partidarios de la “vía de la
segundo caso, ¿correspondería hablar de genocidio?. Estaba asimismo la
lucha armada”. Sin embargo, ésta es, sobre todo, la adoptada por varios
cuestión del grado de adhesión de una mayoría indígena rural al plan con-
intelectuales extranjeros.11
trainsurgente, lograda a través de varias modalidades: patrullas de autode-
fensa civil, aldeas modelo, coordinadoras interinstitucionales, entre otras.
11. El problema de la represión y la subordinación del indígena se reflejó en las diversas Se pretendió justificar esa masacre presentándola como medida aplicada
opiniones que luego definieron el denominado “debate Stoll-Menchú”, en que el antropólogo
norteamericano David Stoll cuestionó el testimonio dado por Rigoberta Menchú, Premio
Nobel de la Paz en 1981, sobre su trayectoria de defensora de las comunidades indígenas,
lo que abrió un espacio de discusión sobre el tema de la manipulación de los indígenas en 12. Véase el prólogo de Edelberto Torres Rivas “La metáfora de una sociedad que se castiga
el conflicto armado interno. Véase Arturo Arias (editor). The Rigoberta Menchú Controversy. a sí misma. Acerca del conflicto armado y sus consecuencias”. Guatemala: causas y orígenes
Minneapolis: University of Minnesota Press, 2001. del enfrentamiento armado interno. Guatemala: F&G Editores, 2000, pp. 13-32.

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en el marco de operaciones de contrainsurgencia a escala local y limitada en la responsabilidad de estos hechos corresponde al Ejército en un 93%, a la
un tiempo determinado. El argumento fue dado en particular en el caso guerrilla en un 3%. El 4% es atribuible a diferentes actores. El informe de
de la represión a los ixiles en el departamento de El Quiché.13 Al respecto, un la CEH incluye un análisis detallado de casos paradigmáticos a partir de ocho
alto funcionario castrense ha afirmado que los “excesos” ocurridos durante mil testimonios.
el enfrentamiento armado interno, “en ningún momento estuvieron conte-
nidos en una política institucional”, si no que fueron cometidos por “algunos
miembros de las Fuerzas Armadas, policiales, patrulleros de autodefensa EL GRAVE PROBLEMA DE LAS FUENTES
civil, comisionados militares e incluso civiles, quienes actuaron según su
criterio particular”.14 La CEH encontró grandes dificultades a la hora de recabar fuentes escritas
Hechos de Finalmente, tampoco podía dejar de plantearse en la discusión entre (prensa, boletines, partes de guerra, planes de campaña, reglamentos, pro-
violencia
investigadores del equipo histórico, por más que se negaba desde las filas de gramas políticos, etcétera). Por un lado, los documentos de la guerrilla eran
la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), las masacres escasos debido a su destrucción masiva y a las reticencias de sus dirigen-
de la guerrilla en respuesta a la medida contrainsurgente de creación de tes para aportar los registros de datos existentes; por el otro, siempre estuvo
las Patrullas de Autodefensa Civil ( PAC), los asesinatos de empresarios, prohibido el acceso a la mayoría de las fuentes castrenses y gubernamen-
periodistas, ex compañeros acusados de traidores, en nombre de una “causa tales. Los partidos políticos, amparados en la “teoría del sándwich”, no
justa”. Si bien la guerrilla argumentaba haber actuado a partir de una injus- presentaron una sola fuente. Esta postura fue adoptada incluso por el MLN,
ticia generalizada mantenida por el estado guatemalteco, no podía negar
producto histórico de la intervención de 1954 y principal fuerza política
que su proceder había producido en el tiempo hechos injustos concretos, que
de la contrainsurgencia. A su vez, había que afrontar el análisis crítico de las
debían ser documentados.
fuentes secundarias. Si bien éstas tenían el sesgo de los análisis académi-
Para el REMIH, el 80% de las cincuenta y cinco mil víctimas y más de
cos del período de la guerra y eran favorables a uno u otro bando, resultó
veiticinco mil asesinatos eran atribuibles al Ejército, y sólo el 9% a la gue-
esencial acopiarlas y compararlas.
rrilla; los autores del 11% restante no estaban identificados. Para la CEH,
También sobresalió la calidad contundente pero también relativa de la
las personas asesinadas y desaparecidas son alrededor de doscientas mil, y
información aportada por los documentos desclasificados por el Depar-
tamento de Estado norteamericano. Cuando a finales de 1997 la CEH los
13. El Triángulo Ixil es una región del departamento de El Quiché; su población, indígenas
recibió directamente del National Security Archive,15 los miembros del
ixiles, fue blanco deliberado a fines de la década de 1970 y a inicios de la de 1980 de las equipo histórico pensamos que pronto avanzaríamos e n el análisis de los
campañas de terror del Ejército. Las comunidades mayas fueron identificadas con la
insurgencia por un estado imbuido de prejuicios racistas. Se las atacó con el fin de destruir antecedentes y de las etapas del conflicto armado interno guatemalteco.
los valores culturales que les garantizaban cohesión y quitarles la posibilidad de apoyar
cualquier acción colectiva de un proyecto insurgente o de unirse a ella. Casi el 80% de los
ataques del Ejército se concentró en las regiones de densa población indígena de El Quiché,
Huehuetenango y las Alta y Baja Verapaz: el 83,3% de las víctimas era de origen maya.
14. Mario A. Mérida G. Venganza o juicio histórico. ¿Juzgue usted? Una lectura retrospectiva 15. National Security Archive, dirigido por Kate Dole y Carlos Osorio.
del Informe de la CEH. Guatemala: Litografías Modernas, 2004, pp. 5-6. Cf. www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB4/index.html

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Kate Dole, la directora de esta ONG, apuntaba que la operación PBSUCCESS Empero, luego del primer entusiasmo, los investigadores nacionales y
–nombre con el que se conoce la operación realizada por la CIA en Guate- extranjeros de la CEH pensamos cuánto más hubieran podido revelar aquellas
mala–, ingresó en la memoria colectiva de la agencia de inteligencia como frases tachadas y notas eliminadas a lo largo de los cientos de hojas (aunque
un triunfo sin mancha, versión que luego fue adoptada por una parte de la en ese momento representaban apenas el 1% de los expedientes secretos que
historiografía norteamericana. A partir de la operación PBSUCCESS y la CIA posee relativos a lo acaecido en Guatemala desde la invasión de junio
su supuesto éxito, las operaciones clandestinas que emprendió la agencia de 1954 hasta finales del conflicto armado en 1996). Claro, quedaba la posi-
norteamericana en los años sucesivos se describieron incluso como “lim- bilidad de que tales espacios fueran llenados por los documentos oficiales
pias, seguras y eficientes”. De esa forma, en la historia oficial de los Estados guatemaltecos y los testimonios de los actores nacionales –militares y civiles
Unidos no se asumía como propia la responsabilidad en los hechos acae- aliados de los Estados Unidos– que han detentado el poder desde 1954. Sin
cidos en estos países.16 embargo, pronto se hizo evidente que ninguno de ellos estaba dispuesto a
Tales razones nos hacían considerar que la divulgación de estos docu- presentar documentos o a dar testimonios fiables que ayudaran a esclarecer
mentos era un comienzo vital para reconstruir el oscuro pasado inmediato el pasado. Por su parte, los funcionarios de los Estados Unidos se defendie-
de Guatemala, al cual todos nos referíamos con verdades a medias y secretos ron alegando que se trataba de los asuntos internos de países soberanos.
a voces, pero sin poder modificar la versión oficial. Asimismo, aunque muchos de los señalamientos hechos por la izquierda
De hecho, ante los ojos de los investigadores de la CEH fueron apare- guatemalteca resultaron corroborados por los documentos desclasificados,
ciendo documentos que, a pesar de los largos y repetidos tachones con ésta no pudo aportar datos apoyados en fuentes nacionales que esclare-
tinta negra que ocultaban muchas de las frases, dejaban ver información cieran todas las frases tachadas. En honor a la verdad, en muchos casos la
sobre hechos y estadísticas concretas en torno del comportamiento del izquierda no tuvo voluntad política de hacerlo. Sin embargo, no se pre-
estado y la sociedad guatemaltecos a raíz de la caída del régimen revolucio- sentó como víctima de la manipulación de soviéticos y cubanos, y asumió
nario. Se aclaraba el proceder de los aliados guatemaltecos de los Estados su responsabilidad en el proceso que se desarrolló a lo largo del conflicto
Unidos, especialmente de la clase terrateniente y del Ejército, resueltos a armado interno.
recuperar el poder que en parte habían perdido a partir de la revolución
de octubre de 1944. Si bien los documentos norteamericanos centran su
análisis en el papel que jugaron los actores nacionales, revelan también LOS PROBLEMAS DEL APOYO
que éstos no habrían podido triunfar en el conflicto ni poner en marcha DE LA INVESTIGACIÓN DE CAMPO
el terror de estado sin el dinero, el equipo, el adiestramiento y el apoyo
moral proporcionado por los asesores norteamericanos, como lo señala el
Desde el seno del equipo de investigación histórica surgió una crítica a la
historiador Greg Grandin.17
forma en que se constituyeron las antenas de la CEH en las consideradas
regiones indígenas y regiones ladinas debido a la desigualdad de su distribu-
ción geográfica. La costa sur y el oriente de Guatemala, donde se desarrolló
16. Kate Dole. “La CIA y Guatemala, 1954”. El Periódico. Guatemala: 15 de junio de 1997.
17. Greg Grandin (compilación y comentarios). Denegado en su totalidad. Guatemala:
la primera experiencia guerrillera, tan sólo contaron con una sede cada una,
AVANCSO, 2001. mientras que en el occidente y norte funcionaban once. El argumento giró

Copyright ©2007 Anne Pérotin-Dumon Arturo Taracena Arriola. La experiencia de un historiador en la Comisión
16 http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php de Esclarecimiento Histórico de Guatemala 17
H I STO R I Z A R E L PASA DO V I VO E N A M É R I C A L AT I N A Historia reciente y responsabilidad social

nuevamente en torno de la poca importancia de la represión en la primera Esta posición fue defendida especialmente por entrevistadores extranje-
etapa del conflicto armado interno (1962-1978), con el cálculo de veinticinco ros y había aparecido también en el seno del REMIH, aunque en ese caso
mil víctimas frente a las ciento setenta y cinco mil de la etapa posterior. Nue- estaba amparada por guatemaltecos. En su defensa, se argumentaban razo-
vamente, el equipo de historiadores enfrentó dificultades para que el resto nes de “objetividad” del informe final o una actitud “políticamente correcta”
de los integrantes aceptaran la necesidad de una visión histórica global, ya de denuncia de las atrocidades de la subversión en Guatemala como en
que los investigadores de campo actuaban guiados por consideraciones toda Centroamérica.
humanitarias y por la preocupación de denunciar. Desde nuestro punto de Asimismo, sin que llegase a ser oficial, el trabajo del equipo de investi- Memoria
en la disciplina
vista, lo último debía estar acompañado por la explicación del proceso y el gación histórica de la CEH se vio envuelto en una polémica con el entorno histórica

debate de las funciones distintas de la memoria social y la historia si se que- político de la URNG (fuerzas revolucionarias que firmaron con el gobierno
ría avanzar en el conocimiento de la historia reciente de Guatemala. guatemalteco los acuerdos de paz de 1994-1996) en torno de sus conclu-
Testimonio Dado que se tomó como base un criterio cuantitativo –la cantidad de víc- siones. Este equipo demostró que, a pesar de contar con un mandato limi-
y denuncia
timas por período–, no se prestó la suficiente atención al aspecto histórico del tado en materia de rescate de la memoria y del deslinde de responsabili-
conflicto armado, a lo ocurrido en la primera etapa, a pesar de no haber sido dades, con voluntad de investigar el pasado reciente se podían producir
tan significativa la cantidad de víctimas. Se produjo así un desequilibrio entre resultados concretos que cumpliesen con las expectativas políticas de la
la investigación de la violencia realizada por una parte en el ámbito urbano y sociedad guatemalteca y de la comunidad internacional. Es decir, se podía
por la otra en el mundo rural (por ejemplo, habrá que explicar por qué el testi- combatir la tentación de sustituir el olvido con la ambigüedad.
monio no indígena urbano fue más selectivo y eminentemente individual). Otra polémica se desató a mezzo voce con el gobierno y los militares,
La atención preferencial que se prestó al ámbito rural tiene su explicación quienes reprochaban al equipo histórico su “visión parcializada de la guerra”
en la dimensión aterradora que alcanzó la política de “tierra arrasada” prac- porque no respaldó la tesis del salvamento de un estado de derecho frente a
la amenaza comunista. En este sentido, el gesto más contundente fue que el
ticada a partir de los años ochenta. Y no se puede negar la importancia de
presidente de Guatemala, Álvaro Arzú se negó a recibir el informe Memoria
contar con un masivo testimonio indígena, individual y colectivo, de denun-
del silencio de manos del doctor Tomouschat, director de la CEH.
cia de la violencia tanto por parte de los agentes del estado como de los
miembros de las organizaciones guerrilleras. Pero la focalización sobre el
segundo período tuvo como resultado ocultar otros aspectos cruciales que LA CONTUNDENCIA DE LA INTERPRETACIÓN
se dieron en áreas urbanas y rurales no indígenas desde la década de 1960,
HISTÓRICA Y DE LAS RECOMENDACIONES
como la figura del desaparecido, el empleo de los escuadrones de la muerte
y las aldeas modelo: aspectos que hicieron de Guatemala un temprano El régimen instaurado desde 1954 sigue indemne bajo la hegemonía de sus
laboratorio continental en materia de prácticas represivas. dos defensores principales: la oligarquía y el Ejército, hoy enfrentados por
También apareció en el seno de la CEH la polémica acerca de si era con- el debate en torno del silencio de la primera sobre su responsabilidad en el
veniente aplicar una política de búsqueda de “equilibrio” entre las cifras de conflicto armado interno. De ahí que se piense que las leyes y el pacto de si-
violaciones cometidas por el Ejército y aquéllas cometidas por la guerrilla. lencio resolverán por sí solos los problemas estructurales que aquejan al país.

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18 http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php de Esclarecimiento Histórico de Guatemala 19
H I STO R I Z A R E L PASA DO V I VO E N A M É R I C A L AT I N A Historia reciente y responsabilidad social

A diferencia de lo ocurrido en El Salvador y Nicaragua, el régimen de par- CONCLUSIÓN


tidos no se modificó como con los Acuerdos de Paz de 1996. El hecho de
que el general Ríos Montt haya sido el presidente del Congreso y haya sido Con el tiempo todas las verdades se saben y los archivos se abren, así que Historiografía
candidato presidencial en las últimas elecciones expresa una marcada con- por más que ahora se pretenda impulsar la desmemoria de los guatemalte- Responsabilidad
profesional
tinuidad con la política de la década de 1980 y el triunfo bélico de los mili- cos, la Historia –así, con mayúscula– acabará por triunfar. Asimismo, valga del historiador
tares. Si los Acuerdos de Paz no se cumplen, se debe a tales hechos y no, recordar que la historia como disciplina científica tiene la virtud de relativi-
en absoluto, a la desmemoria de las víctimas como se suele decir. La res- zar el peso de las grandes verdades pronunciadas en nombre de la razón
ponsabilidad histórica de la guerrilla guatemalteca ha quedado también de estado aunque muchas veces persistan en los manuales. La acuciosidad de
evidenciada con los magros resultados electorales que cosechó. los investigadores y las preguntas de las nuevas generaciones terminan por
En definitiva, la memoria oficial en Guatemala continúa propugnando hacer sucumbir las versiones oficiales, de cualquier parte que vengan. No
la desmemoria, estimulando los silencios y fomentando las explicaciones quiere decir que las versiones parciales de la “verdad” que han sido elabo-
bipolares con el objetivo de no asumir las recomendaciones políticas de la radas sobre el conflicto armado interno no sean necesarias en sí. Cumplen
CEH y de mantener el estado de impunidad. En pocas palabras, se intenta una función en su momento, pero tienen que ser trascendidas por estudios
evadir las responsabilidades derivadas de los acuerdos firmados ante las más completos y profesionales. A mi juicio, el esfuerzo historiográfico de la
Naciones Unidas hacia las víctimas y la sociedad guatemalteca en general. CEH, con todo y sus limitaciones, tiene el mérito de haber sobrepasado esas
Hoy por hoy, no hay posibilidad de auditoría social y, sin ella, es imposible visiones sectoriales u oficiales. Asimismo, tiene el mérito de hacer propuestas
instaurar la democracia en Guatemala, la “reconciliación” a la que llaman concretas al estado y la sociedad guatemaltecos para enfrentar la impuni-
los sucesivos gobernantes finalmente es un eufemismo para “olvido”. dad, el olvido, la injusticia, en homenaje a las víctimas del conflicto armado
A ocho años de su firma, los Acuerdos de Paz son letra muerta y el infor- interno guatemalteco.
me Memoria del silencio parece hacer –paradójicamente– honor a su título, En resumen, estas reflexiones constituyen un juicio particular sobre el
pues a pesar de ser un buen texto analítico de las cuatro décadas de conflicto caso de la comisión guatemalteca de la verdad, pero sobre todo intentan
armado interno, pocos lo conocen en Guatemala y casi nadie lo cita. Esto se ser un aporte a la sistematización en el nivel mundial de las comisiones
debe en gran medida a que el estado guatemalteco lo oculta, a que la URNG de la verdad.
no se interesa en él (la CEH, una vez desmontada, perdió toda influencia
institucional). Así, el alcance de los logros de la CEH sobre la verdad es
relativo, aunque algunas organizaciones sociales –sobre todo aquellas que
fueron víctimas de la violencia–, asumen y defienden su legado.

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Textos complementarios
(Anexo)
Visita al Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires

Unas líneas para entender por qué vamos a conocer este repositorio documental

La microhistoria y las fuentes judiciales


Emir Reitano

Podemos encontrar varias definiciones para lo que entendemos por microhistoria. Se puede decir que ella es la historia social con
escala local, o puede ser el estudio de un individuo que no es célebre como el caso de Menocchio en El queso y los gusanos de Carlo
Ginzburg.(1)
La microhistoria tiene la posibilidad de contar una historia extraída de archivos la cual puede contener excentricidades y a partir de ella
buscar su inclusión en la gran historia general.
Ginzburg plantea en la introducción de su obra algo lógico y es que los historiadores no pueden entablar un diálogo con los campesinos
del siglo XVI, por lo tanto, deben valerse de fuentes escritas por individuos relacionados con la cultura dominante. De este modo, la vida de
los campesinos del siglo XVI nos llega a través de filtros intermedios deformantes lo que complica el intento de investigación dentro de esta
vertiente. (2)
No haremos en este caso una cronología de trabajos sobre microhistoria, pero es necesario aclarar que a partir del trabajo de Mijail
Bajtin sobre La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, los historiadores abrieron los ojos
a nuevas perspectivas para la historia.(3) En el libro de Bajtin los campesinos y artesanos que él trata de describir hablan por boca de Rabelais.
Allí la indagación es directa, sin intermediarios, lo que deja perspectivas más alentadoras para la comprensión del pasado que se intenta
reflejar.(4)
A partir de ese momento surgieron montones de trabajos acerca del tema. Le Roy Ladurie causó sorpresa al lanzar su trabajo sobre el
Carnaval de Romans, donde trató los acontecimientos ocurridos en la ciudad de Romans durante 1579 y 1580 (5). Luego, con la aparición del
Libro de Ginzburg se consolidó la microhistoria dentro del campo del estudio de lo social.
En su trabajo, Ginzburg, a través de un expediente del Santo Oficio, reconstruyó la vida de Menocchio, un molinero del siglo XVI que
muere en la hoguera por las extrañas concepciones que tenía acerca del universo. La microhistoria de Menocchio se inserta dentro de la
historia general porque dos acontecimientos históricos hacen posible su existencia: la invención de la imprenta, que le permite a Menocchio la
posibilidad de confrontar los libros con la tradición oral en la que se había criado, y la Reforma religiosa, que le otorga audacia para
comunicar sus pensamientos al cura de su pueblo, a sus paisanos y a los inquisidores (6). Dos grandes acontecimientos históricos que
permitieron y condicionaron la existencia de Menocchio.

La “Historia de los sectores bajos”


Las fuentes judiciales aportan sobre todo datos importantes para la historia de los sectores más desprotegidos, largamente relegados de
la historia en general.
Peter Burke, en su trabajo Historia popular o historia total, dice que en la tradición clásica de Grecia y Roma (resurgida durante el
Renacimiento) a la historia se la consideraba un género "noble", como la épica y la tragedia, por lo tanto se interesaba en los hechos de los
grandes hombres. Hablar de personas corrientes no estaba a la altura de lo que se denominaba la "dignidad de la historia". Un ejemplo de ello
lo constituye una breve referencia a Cornelio Tácito. El emperador romano Vitelio se vio abandonado en sus últimos momentos por todos los
que lo rodeaban excepto por su cocinero. Cuando Tácito relató este episodio en su historia, no fue capaz de escribir la palabra cocinero. En
vez de ello aludió vagamente a uno de los más humildes servidores del emperador. (7)
Para los historiadores de comienzos del siglo XIX el héroe fue colectivo, era el pueblo en general el mencionado héroe (más allá de los
matices subjetivos que pueda acarrear la carga que lleva ese término sobre sus hombros). El término "pueblo" visto bajo la luz idealista de esa
época podía, con su amplitud de sentido, cubrir cualquier tipo de grietas entre aliados y enemigos del mismo, (sean aliados la burguesía y los
trabajadores contra enemigos comunes como la aristocracia, los extranjeros o quien fuera) (8)
En el siglo XX Fernand Braudel planteó la historia total que, aunque resulte una imposibilidad, expresa un ideal para que la historia se
ocupe de las actividades de todo tipo de gente. Por lo tanto la historia total borra las distinciones entre nosotros y ellos y dentro de ella,
insertada la historia de los sectores bajos y populares muestra las bases de las estructuras sociales que sirven a los acontecimientos políticos y
sobre todo, devuelve la dignidad a las personas corrientes.(9)
Resulta evidente aclarar que gran parte de la historia de los sectores bajos de la colonia se encuentra en los expedientes judiciales y,
aunque los registros y archivos parroquiales complementen la misma, las fuentes, y sobre todo las fuentes judiciales continúan llevando esa
carga de contenido que debe interesar al historiador.

El uso de las fuentes judiciales para la microhistoria: alcances y limitaciones


Las fuentes judiciales evocan el conflicto. Por ello resultan sumamente elocuentes para describir un mundo de valores que han de
sustentar la trama social del mundo colonial. Al ventilar sus discrepancias ante la justicia los litigantes o sus letrados desnudan de manera
indirecta el marco normativo que ha sido quebrado, el orden anhelado, las pautas del equilibrio y del consenso perdido. La patología sirve
para conocer la normalidad. (10)
Las fuentes judiciales nos permiten visualizar a los sectores bajos, esa mayoría sin riqueza, ni poder, ni propiedades. Como la justicia
está hecha para el control de esos sectores (sobre todo el fuero criminal) los que desfilan por los estrados judiciales, los que están en las
cárceles del virreinato, son los integrantes de la plebe de ese mundo colonial. Por lo tanto la fuente judicial es en gran medida la voz de esos
individuos y nos permite reconstruir la vida de los mismos a partir de sus testimonios. (11)
Carlos Mayo, Silvia Mallo y Osvaldo Barreneche señalaron en su artículo que el trabajo con fuentes presenta algunas limitaciones
teórico-metodológicas. En primer lugar las mismas, al referirse al conflicto social, olvidan los aspectos consensuales de una sociedad colonial
generalmente estable. En segundo lugar, las fuentes judiciales al tratar las conductas desviadas evocan un universo que tal vez no sea el más
representativo. También otra limitación es la veracidad del relato existente en la fuente. (12)
Las limitaciones no son determinantes si las fuentes son comparadas y relacionadas con otros documentos, lo que nos permitirá,
triangulando la información con otras fuentes del mismo período estudiado, elaborar una idea más acabada acerca de los sectores a los que nos
estamos refiriendo.
Pero más allá de la veracidad del relato de un declarante ante la justicia lo que nos interesa es que el mismo sea creíble, porque sería
una coartada "históricamente válida". Si el declarante está diciendo la verdad mejor aún, pero si miente su testimonio tiene que ser creíble
para los jueces y fiscales que intervengan en el caso. (13)
Es así que a través de un proceso judicial podemos llegar a ver la forma de administrar justicia en el mundo colonial tardío y a percibir
la concepción de la misma en los sectores medios y bajos de la sociedad que intentamos recrear. Por un supuesto delito y por obra de la
justicia colonial que registró y conservó algunas curiosidades de la vida del imputado podemos saber algo de una de las tantas personas pobres
e ignorantes de nuestro pasado que, como señaló Richard Boyer al referirse a un arriero de Nueva España en el siglo XVII, nunca ejerció
poder, acumuló ni gastó fortuna, ni escribió testimonio de índole alguna. (14)
Es obvio también que un caso judicial no nos sirve para tipificar la sociedad colonial porteña de fines del siglo XVIII, pero sí para
adentrarnos un poco más en ella ampliando, con él, su espectro hacia otros campos olvidados de la historia. De esta forma podremos intentar
abrir nuevos caminos en la historia para comprenderla un poco más. Tampoco pretendemos crear una tipología ni mucho menos agotar el tema
a través del estudio de una causa judicial, lo ideal es realizar una comparación con otros casos y otras fuentes. Como ya señalaba Robert
Darnton en su célebre trabajo sobre La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa , apartarse del camino
trillado quizá no sea una metodología, pero así se tiene la posibilidad de disfrutar de visiones poco usuales, que pueden ser muy reveladoras
para lo que se quiera comprender del pasado . (15)
Podemos aprender mucho acerca de la historia a través de un análisis detenido de las experiencias extraordinarias de la gente común,
aunque no sea sencillo rescatarlas más allá de las notas y apéndices del discurso histórico. De esta forma para llegar a la "Historia Total",
debemos hurgar por debajo de la historia política, institucional, económica y social para llegar al meollo de la otra historia que encontramos
debajo de ella.

CITAS
1- GINZBURG, Carlo. El queso y los gusanos, Barcelona, Muchnik Editores, 1981.
2- Ibidem, p. 15.
3- BAJTIN, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de François Rabelais, Madrid, Alianza Estudio, 1987.
4- Ibidem.
5- LE ROY LADURIE, Carnival. Londres, 1980, En: BURKE, Peter (ed). Formas de Hacer Historia, Madrid, Alianza Universidad, 1993, pp. 288-289.
6 GINZBURG, Carlo. Op. Cit, p. 27.
7- BURKE, Peter. Historia popular o historia total, En: SAMUEL, Raphael. Historia popular y teoría socialista, Barcelona, Ed. Crítica, 1984, p.71.
8- Ibidem, p. 74.
9- BRAUDEL, F. Capitalism and Material Culture, London, 1973, En: BURKE, Peter. Historia popular o historia total, Op Cit, p. 77.
10- MAYO, C. MALLO, S. BARRENECHE, O. Las fuentes Judiciales. Notas para su manejo metodológico, En: Estudios e Investigaciones, La Plata, Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Educación, UNLP, Nro 1, p. 47.
11- Ibidem, p. 48.
12-Ibidem, p. 48.
13-Ibidem, p. 50.
14- BOYER, Richard . Juan Vazquez: Arriero desafortunado. En:SWEET,D. NASH,G. Lucha por la supervivencia en la América colonial, México, FCE, 1987, p. 178.
15- DARNTON, Robert. La gran matanza de gatos y otros episodios de la cultura francesa , México, FCE, 1994, pp. 12-13.
Cómo escribir una reseña...

Ana María Presta

Todo libro demanda esfuerzos diferentes a quien lo reseña. No hay una “receta” única para abordar un texto, de manera tal que lo que
aquí se expresa son sólo sugerencias. Utilice sólo aquellas que juzgue pertinentes, pero siéntase responsable de la tarea que asume: leer
críticamente un libro.

1. De la lectura del libro

Cuando lea, su perspectiva crítica debe permanecer en estado de alerta: sin embargo, ello no implica que enfrente los contenidos de
manera agresiva. Criticar no implica destrozar, aunque a veces ocurra. Los resultados serán mejores si se propone leer con espíritu crítico y
comprensivo a la vez.
Lea la totalidad del libro detenida y cuidadosamente. Relea lo que no entendió. No deje de lado prefacios, prólogos, notas y otras partes
que puedan aparecer no esenciales al texto. Lo que extraiga de allí podrá ayudar a que entienda mejor el libro. Si fuera posible, es mejor leer el
texto dos veces, la primera vez para tener una opinión, la segunda para examinar sus impresiones y obtener evidencias en detalle.
Mientras lee, tome notas. La siguiente lista le dará una idea de lo que debe buscar. Hacer anotaciones le ayudará a concentrarse, mantener
el ritmo de lectura y le ofrecerá la oportunidad de marcar párrafos para citar.
2. De las preguntas a hacerse mientras lee

¿Cuál es el tema tratado por el autor y en qué área del conocimiento lo coloca?
¿En qué marco conceptual ubica el autor el tema? ¿Cuál es su tesis central? ¿Cuáles son sus hipótesis? ¿Sus inclinaciones, favoritismos? ¿Qué
metodología utiliza?
¿Cuáles son las fuentes primarias del autor? ¿Cuán amplia es su investigación?
¿Para quién fue escrito el libro? ¿Investigadores? ¿Público no académico? ¿Constituye un producto apropiado para su audiencia?
¿Cómo se estructura el libro? ¿Juzga su desarrollo ordenado y lógico? ¿Le parece claro?
¿Cómo juzga la prosa del autor? ¿Excepcionalmente buena? ¿Tiene estilo cautivante?
¿El libro tiene ilustraciones? ¿Índice? ¿Bibliografía? ¿Qué otros adicionales explicativos? ¿Los juzga efectivos y útiles?
¿Cuán apropiado le parece el título? ¿Promete básicamente lo que muestra?
¿Detectó errores, descuidos, conjeturas falaces?
¿Por qué escribe? ¿Logró el autor lo que se propuso?
¿Cuál es su opinión personal del libro? ¿Le satisfizo leerlo? ¿Es ameno? ¿Convincente? ¿Por qué? ¿Si no lo fuera, por qué?

3. De cómo escribir la reseña

Escribir una reseña es parecido a producir cualquier otro ensayo corto. No hay fórmula universal, pero seguir ciertos lineamientos básicos
simplifican la tarea.
Revise sus apuntes y el punteo de temas que efectuó durante la lectura.
Ordene ambos en una secuencia lógica. El tiempo invertido en esa organización no sólo produce una estructura consistente y clara, sino
que le permitirá concentrarse en la construcción de párrafos durante la estructura del primer borrador. Una forma posible de comenzar el ensayo
es como sigue:
1. Una breve descripción del tema, los propósitos y el espectro del libro.
2. Detalle de su tesis, prejuicios o argumentos parciales.
3. Enumeración de los logros del autor en torno a sus argumentos/hipótesis.
4. Evaluación de las contribuciones al conocimiento y sus puntos débiles
5. Una síntesis de los puntos faltantes
6. Valoración del libro y su espacio en la literatura específica (historiografía).
Escriba el borrador sin detenerse a afinar las frases tratando de incluir en el papel todo lo que tiene para decir.
Tómese un descanso y lea el borrador críticamente, notando los párrafos ambiguos, incompletos, reiterativos, etc.
Corrija y construya el segundo borrador, detectando los errores gramaticales y la puntuación, asegurándose de que ha escrito todo lo que
quería decir.
Tipee el ensayo final. Lea nuevamente y asegúrese de haber corregido todos los errores.
SAMUEL AMARAL
Recomendaciones para escribir la monografía
(También reseñas, estados de la cuestión, proyectos de investigación y tesis)
15ª ed., 16 de agosto de 2006.

Introducción
Estas recomendaciones son sólo recomendaciones, pero sirven para escribir con mayor claridad, elegancia y eficacia. En cuanto al
lenguaje, se ajustan a las efectuadas por autores que se han ocupado del uso instrumental del lenguaje con estos fines. En cuanto a la estructura, a
las de los principales textos que tratan acerca del trabajo intelectual. En cuanto a las referencias, a las convenciones usadas por las principales
revistas y editoriales académicas de la especialidad.

I. Lenguaje
1. La oración
- Evitar las oraciones demasiado largas.
- La oración debe tener sentido por sí sola. Evitar la deriva del sentido.
- Comprobar que cada oración tenga sujeto, verbo y predicado.
- El número del sujeto determina el número del verbo.
- Comprobar la coordinación de los tiempos verbales.
- No separar una oración en dos partes con punto.
- No usar coma para separar oraciones, sino punto.
- Evitar la interrupción de la oración con aclaraciones entre comas, guiones o paréntesis.
- No separar sujeto y verbo con coma.

2. Composición y estilo
- Hacer del párrafo la unidad de composición. Los párrafos no deben tener una extensión menor de cinco líneas. También se debe evitar los
párrafos demasiado largos.
- El comienzo de cada párrafo debe servir par mantener la línea argumental.
- Usar la voz activa.
- Poner las declaraciones en forma positiva. Evitar la forma: “No solamente... sino...”
- Usar un lenguaje concreto.
- Evitar el abuso de la metáfora.
- Evitar las palabras innecesarias.
- Expresar ideas coordinadas en forma similar.
- Mantener juntas las palabras relacionadas entre sí. El adjetivo debe de estar junto al sustantivo al que califica y el adverbio junto al verbo o
adjetivo que modifica.
- Evitar una sucesión de oraciones sueltas.
- Evitar los calificativos.
- Evitar explicar demasiado. Hay que pensar qué conoce el lector al que el trabajo está destinado, para evitar aclararle lo que es obvio.
- Asegurarse de que el lector sepa quién está hablando (de quién es la voz). Las comillas se usan para darle la voz en un texto a otra persona
distinta de su autor.
- Evitar las palabras de moda y las expresiones coloquiales.
- Evitar los atajos a expensas de la claridad. Recordar que el lector sabe menos del tema que quien escribe.
- Usar los tiempos pasados del modo indicativo, no el presente, ni el futuro, ni tiempos del modo subjuntivo (salvo que lo requiera la
coordinación de los tiempos verbales) para todo cuanto concierne al pasado.
- Usar el presente para referirse a lo que dicen los libros o los autores en sus libros, que por estar frente a nosotros, aun dicen lo que dicen.
- No usar la primera persona del singular ni del plural, ya que facilitan la argumentación.
- Evitar las enumeraciones con guiones o equivalentes (como las de esta lista).
- Revisar todo para eliminar las repeticiones y cuidar la ortografía. Buscar en el diccionario todas las palabras de cuya ortografía o significado no
se esté seguro.

II. Estructura
1. Equilibrio
- Todo trabajo (monografía, artículo, capítulo de libro, libro) debe tener un título que describa el contenido de la manera más expresiva y más
corta posible.
- Todo trabajo debe tener una introducción, un desarrollo (aunque no necesariamente con este título) en dos o más partes, y una conclusión.
- En la introducción se dice lo que se va a decir.
- En el desarrollo se dice lo que se tiene que decir.
- En la conclusión se dice lo que se dijo.
- En la introducción se define el marco conceptual, lo más amplio posible, dentro del que se quiere que el trabajo sea leído. Allí el autor
determina con quién está dialogando. - En la introducción se debe plantear una pregunta (con o sin signos de interrogación), que se desarrollará
en el cuerpo del trabajo y se contestará en la conclusión. Hay que tener una pregunta antes de comenzar a escribir, pero al terminar trabajo es
necesario ajustar la pregunta al contenido real del mismo y a la contestación que da la conclusión.
- Todo trabajo tiene una extensión predeterminada, fijada por los requisitos para presentar una monografía en un curso, una ponencia en un
congreso, un artículo a una publicación periódica o un libro a una editorial. Hay que tener presente al comenzar el trabajo cuántas páginas habrá
que escribir y cuánto de todo lo que queremos decir dentro del formato predeterminado.
- Se debe cuidar el equilibrio del trabajo y de sus diferentes partes: cada parte tiene que tener una longitud similar a la de sus equivalentes.
- La introducción y la conclusión deben tener una longitud similar, pero juntas no deben tener menos del 10% ni más del 20% de la extensión
total del trabajo.

2. Características particulares de cada tipo de trabajo


a) Reseña
El objeto de la reseña es dar cuenta del tema, fuentes, métodos y tesis de un libro, como asimismo la originalidad de su contribución a lo
ya conocido sobre el tema.

b) Estado de la cuestión
El objeto del estado de la cuestión es dar cuenta, de manera organizada y sistemática, de lo que se ha escrito sobre un tema. En este caso
el tema, no los libros, está en primer lugar. Libros, artículos y otras contribuciones se mencionan sólo en relación con el tema y subtema tratados.
Pueden señalarse aspectos que el material comentado no trata.
c) Proyecto de investigación
A partir del estado de los conocimientos sobre un tema, debe mostrarse que existen interrogantes que vale la pena contestar, que se cuenta
con las fuentes y métodos para hacerlo, y que se puede lleva a cabo. Deben mencionarse los resultados esperados, tanto desde un punto de vista
material (un libro, algunos capítulos, un artículo), como intelectual (qué respuesta se espera para la pregunta central de la investigación).

d) Monografía
- Comenzar a escribir por donde uno tiene más material o más ganas.
- Concentrarse en la línea argumental: poner todo lo que se necesita para desarrollarla y dejar afuera todo lo que no sea necesario para ella.
- Completar el borrador antes de comenzar el pulido y engarce de las partes.
- Para la estructura, ver el punto anterior (véase supra, sección II.1 Equilibrio)

e) Artículo de revista
Vale todo lo dicho para una monografía, pero además es conveniente mirar la revista a la que se enviará el trabajo. Cada revista tiene requisitos
explícitos para la presentación de trabajos, que se pueden obtener de la redacción de la revista o, a menudo, en algún ejemplar de la misma, pero
también requisitos implícitos. Por eso, antes de enviar un artículo a una revista, conviene observar qué tipo de artículos publica esa revista y cuál
es la estructura y la temática de esos artículos.

e) Tesis de licenciatura, de maestría o de doctorado


Las tesis están compuestas de varias secciones o capítulos, según la extensión requerida de las mismas. Nunca debe perderse de vista el
hecho de que las partes, es decir las secciones o capítulos, forman parte de un todo, que es la tesis.
Las tesis, por ese motivo, deben tener una introducción y una conclusión, que sean de la misma extensión aproximada que una sección o
un capítulo. La introducción debe plantear una pregunta y la conclusión debe responderla. Las secciones o los capítulos que estén entre ellas
deben servir para sostener cuanto se afirme en la conclusión.
Cada sección o capítulo debe tener una introducción que lo ligue con el tema central de la tesis y explique al lector la función que cumple
en el desarrollo del mismo. También debe de tener una conclusión que señale el aporte principal del capítulo al desarrollo del tema central. La
conclusión de cada capítulo debe de servir para construir la conclusión de la tesis.
Las tesis de doctorado deben ser la base de un libro y las tesis de licenciatura y maestría pueden pensarse como partes de una tesis de
doctorado, aun cuando ésta no esté en los planes inmediatos del autor.

III. Formato
1. Tipeo
- Utilizar un solo lado de la hoja (preferentemente tamaño carta o A4), con márgenes mínimos de 2,5 cm. a izquierda y derecha y de 3 cm. arriba
y abajo.
- Dejar sangría de cinco espacios al comienzo de cada párrafo.
- En la impresión final debe utilizarse doble interlineado. Aquí se ha tipeado con interlineado sencillo para bajar el costo de fotocopiado o
impresión de estas
“Recomendaciones”.
- Usar solamente la redonda (que es ésta), no la bastardilla (también llamada cursiva o itálica), ni la negrita, la MAYÚSCULA, o la VERSALITA.
- Usar la bastardilla para títulos de libros (pero no la Biblia ni los libros que la componen) y nombres de diarios y revistas, ya sea que se
mencionen en el texto, en las notas o en la bibliografía. También van en bastardilla los títulos de películas, obras de teatro, composiciones
musicales, obras de arte, programas de computación, programas de radio y televisión; los nombres de barcos, de servicios de trenes, ómnibus o
vuelos especiales (pero no el nombre de la empresa de transporte) y de satélites y naves espaciales; y las palabras extranjeras (a menos que sean
de uso común y se hayan castellanizado).
- Los títulos de artículos y folletos van en redonda, entre comillas.
- Ocasionalmente, pero sólo ocasionalmente, puede utilizarse la bastardilla para enfatizar una palabra
- Usar las comillas (“ ”) solamente para transcripciones textuales o para palabras que se toman de otro contexto, a las que se supone transcripción
aunque no se indique la fuente (por ejemplo, dichos populares, refranes, lugares comunes).
- Los años deben darse completos: 1945, no 45, ni ’45; 1895-1896, no 1895-96, ni 1895/96 (excepto en el caso de las cosechas de verano en el
hemisferio sur, para las que sí se suele usar esta última forma, o mejor 1895/1896, para indicar que se trata de una cosecha que comienza a fin de
un año y termina en los primeros meses del siguiente y no de las cosechas de dos años distintos).
- Las fechas deben expresarse completas: 27 de noviembre de 2003, no 27-11-03 o cualquier otra forma de abreviatura.
- Las páginas debe numerarse.
- Revisar todo el texto constantemente, especialmente antes de entregarlo, para eliminar las faltas de tipeo.
- Revisar muy especialmente los nombres de personas y títulos de libros.

2. Transcripciones
- Evitar las transcripciones textuales.
- Dejar sólo las transcripciones que no puedan parafrasearse sin perder algo de su sentido.
- Las transcripciones van entre comillas (“ ”). La transcripción dentro de una transcripción va entre comillas simples (‘ ’). Los comentarios
propios dentro de una transcripción van entre corchetes ([ ]).
- Si el texto transcripto ocupa cinco o más renglones debe ir en caja menor (es decir, con márgenes mayores), letra de cuerpo menor (optativo) y
sin comillas.
- Asegurarse de que todas las citas textuales o paráfrasis que se hagan de textos o ideas de otros autores estén acreditadas en nota, cuya llamada
estará al final del párrafo donde se encuentren la cita textual o la paráfrasis. Esta acreditación debe hacerse tanto por razones de honestidad
intelectual (véase infra, sección V) cuanto para que los lectores tengan acceso a nuestras fuentes y puedan seguir el hilo de nuestros
razonamientos. No acreditar a su autor una idea o una cita es plagio. El plagio está penado por la ley y por las regulaciones y costumbres
académicas.

3. Notas
- Las notas deben ir al pie de página o al final del trabajo, pero no dentro del texto. En algunas disciplinas (economía, antropología) se suele usar
este tipo de notas, pero no en historia. La llamada (el número que va en el texto y se repite en la nota) que indica la existencia de una nota distrae
menos al lector.

- Las llamadas de las notas deben ir preferentemente al final de la frase para no obligar al lector a interrumpir la lectura en la mitad de ella.
- Evitar las notas demasiado largas.
- Usar las notas sólo para dar las referencias de las fuentes manuscritas o bibliográficas y para hacer aclaraciones imprescindibles, siempre de la
manera más breve que sea posible.
- Si la nota es demasiado larga (más de dos o tres renglones) hay que tratar de incluir su contenido en el texto. Si no se pudiese incluir, hay que
considerar la posibilidad de su eliminación.
- No incluir cuadros en las notas, ni cortar el texto de la nota en párrafos.
4. Referencias
- Se entran de modo diferente según vayan en notas o en la bibliografía y según la cantidad de autores, número de edición y otras variables que se
detallan a continuación.

IV. Referencias
1. Información que debe incluir la referencia
La referencia completa de una obra incluye el nombre y apellido del autor y el título del artículo o libro. Si es un libro, también el lugar de
publicación, la editorial y el año de publicación. Si es un artículo en una revista, el nombre de la revista, año de publicación, volumen, número y
páginas (primera y última del artículo).
En el caso de un libro, los datos deben tomarse de la portada (no de la tapa). Si el lugar, la editorial o el año no están mencionados en la
portada, pueden buscarse en otras partes del libro(primero en el colofón; luego, en el reverso de portada). En el caso de un artículo, los datos
deben tomarse de la información que encabeza el artículo (no del índice de la revista).
La cantidad de volúmenes de un libro va, si es necesario indicarla, después del año.
La serie o colección sólo se indica si es importante para que el lector conozca las características de la obra, en cuyo caso va entre
paréntesis, después del año o de la cantidad de volúmenes.

1.1 Nombres
Los nombres deben darse completos, sin iniciales, a menos que el autor firmase con ellas. Por ejemplo:
- Juan Perón, si la portada así lo dice, y no Juan Domingo Perón, como se llamaba. Para mejor identificación puede agregarse entre corchetes el
nombre que el autor omitió, pero que uno conoce: Juan [Domingo] Perón.
- María Fernanda Arias, y no M. F. Arias.
- T. E. Lawrence, ya que firmaba así, y no Thomas Edward Lawrence, como se llamaba.
- Enrique M. Barba, como firmaba, y no Enrique Mariano Barba o Enrique Barba.

En nota se entra nombre y apellido:


- Juan Perón
- María Fernanda Arias
- Mario Hernández Sánchez Barba

En la bibliografía se entra apellido y nombre:


- Perón, Juan
- Arias, María Fernanda
- Hernández Sánchez Barba, Mario

Para la alfabetización de nombre extranjeros deben seguirse las reglas de los idiomas respectivos. Los nombres en inglés y portugués, por
ejemplo, se alfabetizan por el último apellido:
- Abreu, Claudio de Paiva
- Kennedy, John Fitzgerald
En otros idiomas los apellidos compuestos se indican con guión y entonces se deben alfabetizar por el primero de los unidos por guiones:
- Kröller-Müller, Helene Emma Laura Jullane.
- Burne-Jones, Edward Coley, Sir

En la bibliografía y en las notas no se deben usar guiones antecediendo a los apellidos. Aquí se lo ha hecho para distinguirlos mejor.

1.2 Títulos
Los títulos de libros y nombres de revistas van en bastardilla (también llamada cursiva o itálica), o si, no se tiene bastardilla, subrayados.
Los títulos de artículos, capítulos de libros y folletos van entre comillas. Los títulos de libros y artículos en inglés suelen darse en las
publicaciones en ese idioma usando mayúsculas para todas las palabras. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, sin embargo, no usa
más que las mayúsculas necesarias (comienzo del título, nombres propios) en las entradas de los libros en inglés que están en su catálogo, como
es la práctica en castellano.

1.3 Otra información


Entre el título y el resto de la referencia debe ubicarse la información concerniente a:
1) número de edición (pero no si es la primera); 2) nombre del traductor; 3) nombre del autor
del prólogo; y 4) nombre del autor de las notas.

1.4 Lugar de publicación


El lugar de publicación no debe abreviarse: Buenos Aires, no Bs. As.; Córdoba, no Cba. Cuando puede dar lugar a confusión debe
agregarse otra información útil para la identificación del lugar: Por ejemplo: Stanford, California; Santiago (Chile). Si no hay mención de lugar
de publicación, debe mencionarse s.l. (sin lugar).

1.5 Editorial
Al mencionar la editorial, las palabras editorial, ediciones, libros, publicaciones o similares, pueden omitirse, siempre que su omisión no
dé lugar a confusiones. Es mejor entrar Ediciones B, que solamente B; o Editorial de la Campana, que de la Campana. Los nombres de las
editoriales no deben abreviarse. Sólo se entran siglas, si el nombre de la editorial lo es. Por ejemplo: Eudeba, pero no FCE por Fondo de Cultura
Económica.
Si no hay mención de editorial, debe mencionarse s.e. (sin editorial).

1.6 Año
Debe consignarse el año de publicación que figura en la portada. Si no figura allí, suele estar en el reverso de portada (con la indicación
del copyright, o derechos de autor) o en el colofón (al final del libro). El año debe darse completo y en números arábigos: 1999, no 99; 1975 y no
MCMLXXV, aun cuando en la portada se dé en números romanos. Si no hay mención de año, debe indicarse s.f. (sin fecha).

2. Dudas acerca de cómo catalogar un libro


Hay obras cuya catalogación es difícil. Abajo, en el punto 3, se dan ejemplos de los casos más frecuentes. Ante cualquier duda que no se
pueda resolver mediante esos ejemplos, consultar alguno de los catálogos en línea de libre acceso de las bibliotecas norteamericanas, que poseen
grandes colecciones de libros en castellano. Estas bibliotecas tuvieron el problema antes que uno y de algún modo lo resolvieron. Las direcciones
pueden cambiar, pero las últimas veces que entré eran las siguientes:
- Library of Congress: catalog.loc.gov
- Harvard University: lib.harvard.edu
- University of Illinois at Urbana-Champaign: pac.ilcso.uiuc.edu
- Yale University: www.library.yale.edu

3. Ejemplos de entradas de libros y artículos en la bibliografía


Los ejemplos que se dan aquí siguen las normas de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (Library of Congress), que tiene la
misma autoridad sobre esta materia que la del diccionario de la Real Academia sobre el uso de nuestra lengua, tanto en la puntuación entre los
términos (autor, título, lugar de edición, editorial y año) como respecto de la capitalización de las palabras (es decir, el uso de las mayúsculas).

1. Libros de un autor
Anzorena, Oscar. JP: Historia de la Juventud Peronista, 1955-1988. Buenos Aires: Cordón, 1989.
Notar que después del nombre del autor y antes del título va punto o dos puntos; después del título y antes del lugar, va punto; que entre el
lugar y la editorial, dos puntos o coma; y entre la editorial y el año, coma; entre el año y la cantidad de volúmenes, coma.

2. Libros de dos autores


Anguita, Eduardo, y Martín Caparrós. La voluntad. Una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina, 1966-1973. Buenos Aires:
Norma, 1997.
3. Libros de tres o más autores
Dussel, Inés; Silvia Finocchio y Silvia Gojman. Haciendo memoria en el país de nunca más. Buenos Aires: Eudeba, 1997.

4. Libros en varios volúmenes


Pontoriero, Gustavo. Sacerdotes para el Tercer Mundo: 'el fermento en la masa" (1967- 1976). 2 v. Buenos Aires: CEAL, 1991.
5. Libros que tienen más de una edición
a) se cita la edición que se utilizó:
Mattini, Luis. Hombres y mujeres del PRT-ERP. 2a ed. La Plata: Editorial de la Campana,
1995.
b) si no se la utilizó, pero se quiere indicar otra edición
Mattini, Luis. Hombres y mujeres del PRT-ERP. 2a ed. La Plata: Editorial de la Campana,
1995 [1a. ed. 1990].

6. Libros traducidos
Gillespie, Richard. Soldados de Perón: Los Montoneros. Trad. Antoni Pigrau. Rev. Marta y Enrique Torn. 4ª imp. Buenos Aires: Grijalbo, 1997.

7. Libros en otro idioma


Tamarin, David. The Argentine labour movement, 1930-1945. Albuquerque: University of New Mexico Press, 1985.
En muchas revistas y en muchos libros de lengua inglesa se capitalizan todas las palabras del título de los artículo y libros. La Library of
Congress, sin embargo, no sigue esa práctica y sólo capitaliza las palabras que en esa lengua (o en otras) lo requieren. Tal es el caso del adjetivo
“Argentine” en el título de este libro.

8. Libros compilados
Amaral, Samuel, y Mariano Ben Plotkin, comp. Perón del exilio al poder. San Martín: Cántaro, 1993.

9. Capítulos en libros compilados


Arias, María Fernanda, y Raúl García Heras, “Carisma disperso y rebelión: los partidos neoperonistas”, en Amaral y Plotkin (1993), 95-125.

10. Libros anónimos


El regreso de Perón. Buenos Aires: Síntesis, 1958.
Para ubicar esta entrada en la bibliografía no se considera el artículo “El”.

11. Libros institucionales


Argentina. Congreso de la Nación. Diario de sesiones de la Cámara de Diputados. Buenos Aires: Imprenta del Congreso, 1985, vol. 51.

12. Artículos
Gillespie, Richard. “A critique of the urban guerrilla: Argentina, Uruguay, Brazil”, Conflict Quarterly, 1980, vol. 1, Nº 2, pp. 39-53.
13. Entrevista inédita
Daleo, Graciela. Entrevista del autor, Buenos Aires, 29 de mayo de 1998a.

14. Material inédito


Daleo, Graciela. “Mis memorias” (ms.). Buenos Aires, 1998b.
Sólo se debe utilizar material inédito cuando resulta imprescindible, ya que es material al que no puede tener acceso el lector. En caso de
que deba citarse por razones de honestidad intelectual se debe indicar entre paréntesis (ms), es decir, manuscrito. No se debe usar la palabra
“mimeo” para manuscritos o para trabajos de circulación restringida sino cuando están impresos a mimeógrafo (algo que hace mucho que no
ocurre, pero que era habitual hasta los años sesenta para las ponencias de congresos, panfletos y otro material temporario).

15. Material tomado de Internet


Documento N° 1, “La página no oficial del MLN Tupamaros”, en www.tupas.com, 10 de noviembre de 1999.
9
16. Ponencias en congresos
a) si la ponencia está publicada en un volumen impreso sobre papel
Zorraquín Becú, Ricardo. “La intervención del cabildo de Buenos Aires en la vida política nacional (1810-1821)”, en VI Congreso Internacional
de Historia de América, Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia, 1982, tomo V, pp. 345-383.
En esta entrada debe notarse lo siguiente: 1) el volumen no tiene autor, por lo tanto se entra solamente el título; 2) la Academia Nacional
de la Historia es la editorial, no la autora; y 3) se menciona el año de publicación del tomo (1982), no el de realización del congreso (1980).
b) si la ponencia no está en un volumen, sino en actas de congreso publicadas en forma de volumen sobre papel
Amaral, Samuel. “La financiación del gasto público en la hacienda colonial: un análisis de las cuentas de la Caja Real de Buenos Aires, 1789-
1791”, Anales de la Asociación Argentina de Economía Política, 1982, vol. 17, t. 1, pp. 15-34.
En este caso, como en el siguiente, es mejor abstenerse de utilizarlo, ya que esas publicaciones no son definitivas y posiblemente los
autores las modifiquen antes de publicarlas en revistas académicas o libros, si es que lo hacen. Es decir, todo aquello que no está publicado en
revista o libro simplemente no existe. Ocasionalmente, muy ocasionalmente, puede resultar necesario mencionar una ponencia porque de ella se
sacó alguna idea o información y no fue publicada en revista o libro. Sólo en ese caso hay que citarla y en tal caso se lo debe hacer como está
aquí. La regla general, no obstante, es que estos materiales no deben ser citados, ya sea que lo pida expresamente el autor o no.

c) si la ponencia no está en un volumen, sino en hojas sueltas


Amaral, Samuel. “El Banco Nacional y las finanzas de Buenos Aires: el crédito oficial, la regulación de la emisión y la restricción del crédito
comercial”, III Jornadas de Historia Económica Argentina, Neuquén, Universidad del Comahue, 1981.
Para esta caso vale lo mismo que se ha dicho para el anterior.

4. Ejemplos de entradas de libros y artículos en las notas (a pie de página o al final del
trabajo)
1. Libros, capítulos de libros o artículos
a) cuando hay un sólo título por autor y año
Anzorena (1989), 35.
Gillespie (1980), 41-43.
Manna (1993), 129, 131-133, 145.
El número entre paréntesis es el del año de edición del libro o de la revista. El número que no está entre paréntesis corresponde a la página
o páginas a las que se hace referencia en el texto. Entre el autor y el año (entre paréntesis) no va coma, pero sí entre el año y la página. Las
páginas puede indicarse sólo con el número o atendiendo al número con la abreviatura p. , si es una página, o pp., si son varias. Los números de
las páginas deben darse completos: 153-154, no 153-54 ó 153-4.

b) Cuando hay más de un título por año de un autor


Arias y García Heras (1993b), 99.
Debe agregarse a, b, c, etc. a cada uno de los distintos artículos o libros, a continuación del año, y esas letras deben coincidir con la
asignada a ese título en la bibliografía, también a continuación del año.

c) Cuando los autores son dos


Arias y García Heras (1993), 99, 101-103.

d) Cuando los autores son más de dos


Dussel (1997), 35.
2. Diarios y revistas no académicas
La Nación, 29 de mayo de 1967, p. 15.
Primera Plana, 21 de diciembre de 1965, Nº 115, p. 35.
3. Entrevista inédita (si la referencia completa está en la bibliografía).
Daleo (1998a).

4. Material inédito (si la referencia completa está en la bibliografía)


Daleo (1998b).

5. Cuando se cita el mismo libro, artículo, manuscrito o entrevista de la nota anterior


a) cuando es la misma página o páginas: ibidem (o ibid.)
b) cuando es otra página o páginas: idem, p. 55 (o id., p. 55).

6. Cuando es una cita de una cita


Se da la referencia de la cita original, según corresponda, y se dice de dónde ha sido tomada, dándose esta segunda referencia, según
corresponda. Por ejemplo: Perón (1974), p. 55, en Amaral (1993), p. 45.
Si el libro donde está la cita original se cita por única vez en el trabajo, puede darse la referencia completa en la misma nota. Por ejemplo:
Juan Domingo Perón, La fuerza es el derecho de las bestias. Buenos Aires: Reconstrucción, 1974, p. 55, en Amaral (1993), p. 45.

V. Honestidad intelectual
Todo trabajo escrito debe ser fruto del esfuerzo propio. Cuanto tomemos de otros (ideas, transcripciones) debe serles acreditado en el
texto usando comillas y dando la referencia en las notas (o sólo lo segundo, si se tratase de una paráfrasis).
El plagio (la transcripción literal de un texto escrito por otra persona sin acreditar su origen) está penado por la ley. Esta admite
transcripciones de hasta mil palabras (siempre acreditando el origen). No condena, sin embargo, tomar la estructura de un trabajo como
inspiración para la del propio. Aún así, si esa estructura de inspiración ajena fuese distinta de lo común en nuestra disciplina, es mejor darle
crédito a quien corresponda en una nota al pie.
La honestidad intelectual tiene la gratificación personal por el esfuerzo realizado y la de nuestros lectores por permitirles expandir el
horizonte de sus propias búsquedas.

Bibliografía

La bibliografía sobre todos estos temas es muy abundante y debe consultarse para resolver problemas no tratados en estas páginas. Las
recomendaciones que anteceden han sido tomadas de los siguientes libros:

Becker, Howard S. Tricks of the trade. How to think about your research while you’re doing it. Chicago: University of Chicago Press, 1998.
Becker, Howard S. Writing for social scientists. How to start and finish your thesis, book, or articles. Chicago: University of Chicago Press,
1986.
Bon, Stella Maria. Metodología de estudio. Buenos Aires: Albatros, 1981.
Chicago manual of style... for authors, editors, and copywriters. 13ª ed. Chicago: University of Chicago Press, 1982 (hay ediciones posteriores).
Eco, Umberto. Cómo se hace una tesis. Barcelona, Gedisa, 1982.
Levy, Mark. Escritura y creatividad. Barcelona: Paidós, 2001.
Serafini, María Teresa. Cómo se escribe. Barcelona: Paidós, 1996.
Strunk, William, y E. B. White. The elements of style. 3a. ed. New York: Macmillan, 1979.
Turabian, Kate L. A manual for writers of term papers, theses, and dissertations. 5a. ed.
Chicago: University of Chicago Press, 1987.
Zubizarreta, Armando F. La aventura del trabajo intelectual. Cómo estudiar e investigar.
México: Addison Wesley Longman, 1998.

Dudas
Las dudas pueden despejarse consultando esa bibliografía, al referencista de una biblioteca, a las bibliotecas cuyos catálogos están
disponibles a través de internet (véase supra, sección IV.2) o al autor de estas “Recomendaciones” por e-mail (samaral@untref.edu.ar).

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