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CUADERNILLO

DE TEMAS CELTAS

REDACCIÓN

Claudia Moliné
Fabiana Martínez
Edgardo Murray (ob. AD 2014)
Juan José Delaney
María Mercedes Schaefer
Raúl Lavalle

Editor responsable: Raúl Lavalle


Dirección de correspondencia:
Paraguay 1327 3º G [1057] Buenos Aires, Argentina
tel. 4811-6998
raullavalle@fibertel.com.ar

nº 13 – 2020
Nota: La Redacción no necesariamente comparte las opiniones vertidas en esta
publicación.

1
ÍNDICE

Presentación p. 3

Oscar Rice. ¿Cuántos y cuáles son los irlandeses de Boca? p. 4

John Fagan. Andrew Duggan: un irlandés archiconocido p. 6

Fernando Sorrentino. Tres avatares de Sherlock Holmes p. 7

“The meeting of the waters” de Thomas Moore (texto en inglés


y traducción de Juan Martín Vicente Giacoia p. 13

Fernando Killian: entre muchas cosas, profesor de gaélico p. 15

El rincón de San Patricio p. 16

Cajón de cosas celtas p. 18

La foto de este número p. 20

Libros y otras cosas p. 21

Minucias celtas p. 25

2
PRESENTACIÓN

Es justo que agradezca aquí a Edgardo Murray, por muchos años


Secretario de Redacción de The Southern Cross, el periódico más que
centenario de la comunidad irlandesa en Argentina. También, a Juan
José Delaney, escritor y amante y docente de la literatura.

Con el aliento de estos dos conspicuos irlandeses me animo –no


pierdo conciencia de mi osadía– a presentar este Cuadernillo. En él
escribirán cuentos, ensayos, evocaciones, vivencias, estudios y notas los
amantes del mundo celta. No puedo distinguir con precisión el concepto
de celta (creo que los amadores estamos algo dispensados de la
racionalidad); baste con decir que incluyo en él a lo escocés, a lo
irlandés, a los antiguos galos, a los rasgos y escritores celtas que haya en
Inglaterra, en España, en América, en Oceanía o en otro lado donde
hayan ido los vástagos de esa estirpe indoeuropea. Cada colaborador
usará sus propias normas en cuanto al modo de citar y de dar, en fin,
formalidad a su aporte. Lo que hoy tiene de malo y de incompleto,
quizás mañana podrá mejorarse y completarse.

Patricio, Beda, Columbano, el Padre Fahy y otros sé que no


dejarán de iluminar esta pequeña senda. Te pido que la recibas con
benevolencia, querido lector.
R.L.

3
¿CUÁNTOS Y CUÁLES SON
LOS IRLANDESES DE BOCA?

OSCAR RICE

Carlos Javier Mac Allister es bien conocido, pues fue futbolista y


también actuó en política (non omnes sancti). Pero hijos suyos siguieron
sus pasos en el balompié. En efecto Kevin y Alexis Mac Allister
inscribieron su nombre en Boca Juniors (también en otros equipos).
Entonces, según mi mínima matemática, podría responder que los
irlandeses de Boca llegan al total de tres, al menos según mi
conocimiento. No sé si en la formación que empezaba Musimessi,
Colman y Edwards había también algún hibérnico (en tal caso, entre los
dos últimos habría que buscar), pero yo no podía aumentar, con
seguridad, la cuenta de tres. Gracias a la Wikipedia, puedo ofrecer esta
tapa de El gráfico.

4
Sin embargo el azar jugó de mi lado, pues una vez pesqué en la
televisión un partido de futsal. Y allí me entero de que uno de los
jugadores con la casaca azul y oro es Andrés Geraghty, gran figura que
procedía de un equipo El Talar.

No tengo dudas de su ascendencia irlandesa, pues varios de su


apellido tienen trayectoria en nuestro país. Conozco un Guillermo
Geraghty abogado y también un Guillermo Geraghty ilustrador o
dibujante (disculpa mi imprecisión, caro lector, pues no encontré datos
buenos en la Red). En todo caso, me animo a inventar un desatinado
título periodístico: “Andrés Geraghty, del Liffey al Riachuelo.” Y, en
respuesta al título del artículo, por ahora los irlandeses de Boca son
como aquellos mosqueteros, que eran tres… y eran cuatro.

OSCAR RICE

5
ANDREW DUGGAN:
UN IRLANDÉS ARCHICONOCIDO

Andrew Duggan (1923-1988) nació en Franklin, Indiana. Según


la Red intervino en tres películas pero sus apariciones televisivas fueron
abundantísimas; aprecio más las de El fugitivo y Los invasores. Su rostro
es inconfundible para los de mi generación.

Por otra parte, la Red me dice también que es un apellido irlandés


(se lo escribe con otras variantes). Por último, una relación más con El
fugitivo. En efecto el Dr. Richard Kimble también era de Indiana,
aunque de la, al parecer, imaginaria ciudad de Stafford (vide:
http://richardkimblethefugitive.com/fugitivestafford.htm).
John Fagan

6
TRES AVATARES DE SHERLOCK HOLMES

FERNANDO SORRENTINO

1. El olvidadizo sir Arthur Conan Doyle


A pesar de que su obra es bastante extensa y se ramifica en
distintas modalidades, Arthur Conan Doyle (1859-1930) es recordado
sobre todo como creador de los relatos policiales que tienen por
protagonista a Sherlock Holmes. Y, en verdad, en estas narraciones no
hay ningún elemento superior a la atrayente personalidad del detective.
Por una simple cuestión de economía literaria, en la primera de
esas historias, A Study in Scarlet (1887), el narrador —el doctor John
Watson— utiliza los dos capítulos iniciales para que el lector conozca
cómo era Holmes (la trama policial propiamente dicha sólo comienza en
el capítulo tercero).
En el segundo, titulado “The Science of Deduction”, confecciona
una lista de doce puntos sobre las capacidades y carencias del detective.
En los puntos 1 y 2 el doctor Watson nos informa que Holmes posee
nulos conocimientos de literatura y de filosofía:

1. Knowledge of Literature. — Nil. 2. Philosophy. — Nil. 3.


Astronomy. — Nil.
(Etcétera.)

Sin embargo, y a pesar de sus nulos conocimientos, no mucho


después de iniciado el capítulo sexto (“Tobias Gregson shows what he
can do”), Holmes se luce con una cita literaria en francés:

“Oh, bless you, it doesn't matter in the least. If the man is caught,
it will be on account of their exertions; if he escapes, it will be in
spite of their exertions. It's heads I win and tails you lose.
Whatever they do, they will have followers. Un sot trouve
toujours un plus sot qui l'admire”.
—¡Ah, no sea ingenuo, eso no influye en lo más mínimo! Si el
asesino es aprehendido, será gracias a sus esfuerzos [es decir, a
los de Lestrade y Gregson]; si escapa, será a pesar de sus
esfuerzos. Es algo así como: cruz, gano; cara, pierdes. Hagan lo
que hagan, siempre tendrán admiradores. Un sot trouve toujours
un plus sot qui l'admire.
(Traducción de Luz María T. de Ojeda, Lo mejor de Sherlock
Holmes, México, Diana, 1953.)

7
Tres años más tarde, Arthur Conan Doyle publica la segunda
novela de la serie, The Sign of Four (1890). Y, una vez más, también en
el capítulo VI (“Sherlock Holmes gives a demonstration”), el autor
olvida lo que había asentado en el capítulo II de su primera narración.
Cerca del final de este capítulo VI encontramos otra cita literaria
en francés:

“He can find something," remarked Holmes, shrugging his


shoulders. "He has occasional glimmerings of reason. Il n'y a pas
des sots si incommodes que ceux qui ont de l'esprit!”

—Puede descubrir algo —comentó Holmes irónicamente,


encogiéndose de hombros—. Tiene chispazos ocasionales. Il n'y
a pas des sots si incommodes que ceux qui ont de l'esprit!”
(Traducción ibídem.)

Da fin al capítulo este párrafo mordaz con cita literaria en


alemán:

“And I," said Holmes, "shall see what I can learn from Mrs.
Bernstone, and from the Indian servant, who, Mr. Thaddeus tell
me, sleeps in the next garret. Then I shall study the great Jones's
methods and listen to his not too delicate sarcasms. Wir sind
gewohnt[,] das [sic] die Menschen verhoehnen was sie nicht
verstehen. Goethe is always pithy."

—Y yo veré qué puedo averiguar de la señora Bernstone y del


criado indio. Este último, según me dijo el señor Thaddeus,
duerme en la buhardilla contigua. Después estudiaré los métodos
del gran Jones y escucharé sus nada delicados sarcasmos. Goethe
siempre tiene razón: Wird [sic] sin [sic] gewohnt[,] dass die
Menschen verhohnen [sic] was sie nicht verstehen.
(Traducción ibídem.)

Es muy factible que, según avanza la serie (como se sabe,


prolongada hasta 1927), este tipo de citas literarias vuelva a aparecer. Yo
no podría asegurarlo porque, en realidad, a pesar de que los relatos sobre
Sherlock Holmes conforman un número considerable, yo —hace
muchísimos años— no leí más que siete u ocho (aunque simpáticos,
terminaron por cansarme).
Sea como fuere, en los casos citados Arthur Conan Doyle
cometió un pecado de lesa novelística: la inconsecuencia narrativa,
donde los hechos posteriores contradicen las informaciones previas.

8
2. El desdeñoso sir Arthur Conan Doyle

En la sección titulada “El olvidadizo sir Arthur Conan Doyle”


reproduje tres citas literarias (dos en francés y una en alemán) que
aparecen en A Study in Scarlet (a) y en The Sign of Four (b y c):

a)
“Oh, bless you, it doesn't matter in the least. If the man is caught,
it will be on account of their exertions; if he escapes, it will be in
spite of their exertions. It's heads I win and tails you lose.
Whatever they do, they will have followers. Un sot trouve
toujours un plus sot qui l'admire”.

—¡Ah, no sea ingenuo, eso no influye en lo más mínimo! Si el


asesino es aprehendido, será gracias a sus esfuerzos [es decir, a
los de Lestrade y Gregson]; si escapa, será a pesar de sus
esfuerzos. Es algo así como: cruz, gano; cara, pierdes. Hagan lo
que hagan, siempre tendrán admiradores. Un sot trouve toujours
un plus sot qui l'admire.
(Traducción de Luz María T. de Ojeda, Lo mejor de Sherlock
Holmes, México, Diana, 1953.)

b)
“He can find something," remarked Holmes, shrugging his
shoulders. "He has occasional glimmerings of reason. Il n'y a pas
des sots si incommodes que ceux qui ont de l'esprit!”

—Puede descubrir algo —comentó Holmes irónicamente,


encogiéndose de hombros—. Tiene chispazos ocasionales. Il n'y
a pas des sots si incommodes que ceux qui ont de l'esprit!”
(Traducción ibídem.)

c)
“And I," said Holmes, "shall see what I can learn from Mrs.
Bernstone, and from the Indian servant, who, Mr. Thaddeus tell
me, sleeps in the next garret. Then I shall study the great Jones's
methods and listen to his not too delicate sarcasms. Wir sind
gewohnt[,] das [sic] die Menschen verhoehnen was sie nicht
verstehen. Goethe is always pithy."

9
—Y yo veré qué puedo averiguar de la señora Bernstone y del
criado indio. Este último, según me dijo el señor Thaddeus,
duerme en la buhardilla contigua. Después estudiaré los métodos
del gran Jones y escucharé sus nada delicados sarcasmos. Goethe
siempre tiene razón: Wird [sic] sin [sic] gewohnt[,] dass die
Menschen verhohnen [sic] was sie nicht verstehen.
(Traducción ibídem.)

El autor sólo nos dice que la cita en alemán pertenece a Goethe;


en cuanto a las citas en francés, no nos proporciona información
ninguna.
Hechas las averiguaciones del caso, resulta lo siguiente:
a)
El canto I de L'Art poétique, de Nicolas Boileau Despréaux
(1636-1711), termina con estos dos versos: Et, pour finir enfin
par un trait de satire, / Un sot trouve toujours un plus sot qui
l'admire.
b)
Il n'y a pas des sots si incommodes que ceux qui ont de l'esprit es
la número 451 de las Maximes de François de La Rochefoucauld
(1613-1680). Así lo cita sir Arthur, pero la frase original presenta
una ligerísima variante (point por pas): Il n'y a point de sots si
incommodes que ceux qui ont de l'esprit.
c)
La cita de Goethe (1749-1832) ocupa dos versos (1205-1206) y
es exactamente así: Wir sind gewohnt, daß die Menschen
verhöhnen, / Was sie nicht verstehn. Pertenece a la escena III
(“Studierzimmer”) del acto único de la primera parte del Faust.

Es fácil observar que los tres ejemplos aportados expresan ideas


de profundo desdén contra la tontería humana:

a)
Un tonto siempre encuentra uno más tonto que lo admira
(Boileau Despréaux; versión española citada).
b)
No hay nada tan molesto como un tonto que se permite opinar
(La Rochefoucauld; versión española citada). En este caso, me
permito disentir de la traductora y propongo No hay nada tan
irritante como un tonto ingenioso.

10
c)
Estamos acostumbrados a que los hombres se burlen de lo que no
entienden (Goethe; versión española citada). Don Rafael
Cansinos Assens (Madrid, Aguilar, 1944) aderezó la sintaxis con
una pequeña dosis de laberinto: Hechos estamos a que los
hombres hagan befa de aquello que no entienden.

Ahora bien, una especie de demonio interior me impulsa a dudar


de que el doctor en medicina Arthur Conan Doyle haya leído en francés
L’Art poétique de Boileau y las Maximes de La Rochefoucauld, ni en
alemán el Faust de Goethe. Me inclino a creer que habrá copiado las
citas de alguna recopilación de Quotations (sabiduría en pizquitas, afán
epigramático) a que son tan afectos los pueblos anglosajones.
Además, es probable que haya utilizado a Sherlock Holmes como
vocero de sus propias opiniones, pues, al fin y al cabo, un personaje,
cuando exitoso, constituye una proyección narcisista de su creador.

3. El parodiado sir Arthur Conan Doyle

En 1958, cursando el tercer año del bachillerato, vi escrito por


primera vez en mi vida un término que, andando el tiempo, no vería
muchas veces más y que, según creo, jamás oí pronunciar a ninguna
persona relativamente sensata de este mundo: el adjetivo egregio. Estaba
aplicado a sir Arthur Conan Doyle (el egregio novelista) y se hallaba en
un curioso libro, escrito por un sacerdote católico mexicano, en donde,
insertados en una narración de tipo pastiche, aparecían Sherlock Holmes,
Watson y el mismísimo sir Arthur; no puedo recordar ni el título del
libro ni el nombre del autor ni ninguna otra cosa de la trama, pero sí el
propósito que animaba al buen clérigo: demostrar el error en que había
incurrido el egregio novelista al dedicarse a las prácticas del espiritismo.
Menos moralizador que el mexicano, un mero propósito
humorístico condujo al argentino Conrado Nalé Roxlo (1898-1971) a
escribir la parodia titulada “Los crímenes de Londres”. Es una de las
treinta y tres “A la manera de…” que conforman la inteligentísima
Apología apócrifa (1944); a la pluma de “don Miguel de Unamuno” se
debe el prólogo que la encabeza.
(Nunca conocí al autor. Su obra me resulta en extremo simpática
y extendí esa simpatía a su personalidad. Sin embargo, diversas personas
de más edad que lo habían conocido me informaron que, a pesar de la
comicidad de sus páginas, Nalé era una persona descontenta y
cascarrabias. Paradojas del humorista.)

11
Lamento que el espacio disponible no me permita reproducir
íntegra la parodia sobre Sherlock Holmes (que es una maravilla de
ingenio y finura). El detective, desde su ventana, ve un individuo de
impermeable amarillo que le resulta sospechoso: en efecto, el hombre
entró primero en el portal de la casa de Holmes, salió, entró en el portal
de una casa de enfrente, salió y dobló la esquina. En consecuencia,
Holmes se lanza a la calle, en su persecución, y Watson queda solo:

Una hora después estaba ante mí, pero tan cubierto de barro, que
tardé mucho en reconocerlo. Se cambió de ropa, sin decir
palabra, luego tomó su violín y ejecutó una tarantela, señal de
que estaba muy preocupado. Yo guardaba un respetuoso silencio.
Por fin dejó el instrumento en el paragüero y me dijo:
—Watson, ese hombre se me ha escapado.
—Lo sospechaba.
—Veo con placer, Watson, que su inteligencia se
despierta.
Aquellas palabras en su boca me llenaron de satisfacción, pues
era siempre muy parco en los elogios. Animado por su
aprobación me atreví a preguntarle:
—¿El barro de que venía cubierto…?
—Es el barro de Londres. Alguien puso en mi camino
esto, resbalé y caí. ¿Sabe lo que es esto, Watson?
—Una cáscara de banana.
—Efectivamente. Ahora siga usted mi razonamiento. En
la casa de enfrente, a la que penetró como a la nuestra el siniestro
personaje del impermeable amarillo, vive lord Brandy, cuyo
padre fue casado en primeras nupcias con Manolita Gutiérrez,
noble dama española, cuyo abuelo vivió largos años en la isla de
Cuba. Ahora bien; la banana es una fruta que abunda en la isla de
Cuba. ¿Ve usted la relación que existe entre los dos hechos?

Estamos en el reino del absurdo, y el humor surge del contraste


entre la seriedad argumentativa de Sherlock Holmes y el razonamiento
disparatado que expone. Por otra parte, cuando se descifra el enigma,
resulta ser que el siniestro personaje del impermeable amarillo no es otro
que el lechero del barrio en momentos de realizar su tarea.

FERNANDO SORRENTINO

12
THE MEETING OF THE WATERS

There is not in this wide world a valley so sweet


As the vale in whose bosom the bright waters meet,
Oh! the last rays of feeling and life must depart
Ere the bloom of that valley shall fade from my heart.
Ere the bloom of that valley shall fade from my heart.

Yet it was not that Nature had shed o'er the scene
Her purest of crystal and brightest of green
'Twas not her soft magic of streamlet or hill
Oh! no, it was something more exquisite still.
Oh! no, it was something more exquisite still.

'Twas that friends, the beloved of my bosom were near


Who made every dear scene of enchantment more dear
And who felt how the best charms of Nature improve
When we see them reflected from looks that we love.
When we see them reflected from looks that we love.

Sweet Vale of Avoca! how calm I could rest,


In thy bosom of shade, with the friends I love best
Where the storms that we feel in this cold world should cease
And our hearts, like thy waters, be mingled in peace.
And our hearts, like thy waters, be mingled in peace.

THOMAS MOORE

Moore (1779-1852) fue un poeta dublinés. Es llamado The Bard of Erin.


Muy conocido es el poema que copiamos. Tengo a la mano la explicación, en la
Red: “El Río Avoca (en irlandés: Abhainn Abhóca; históricamente Abhainn Mhor
/ Abhainn DE) es un río en el condado de Wicklow, Irlanda. El Avoca comienza su
vida como dos ríos, el Avonmore (irlandés: Abhainn Mhor, que significa ‘río
grande’) y el Avonbeg (irlandés: Abhainn Bheag, que significa ‘río pequeño’).
Estos se unen en un punto llamado el Encuentro de las Aguas (Cumar an dá Uisce)
en el valle de Avoca, que se considera un lugar de belleza local, y fue celebrada
por Thomas Moore en su canción del mismo nombre.” Nos complace aquí añadir
una versión libre al español, obra de Juan Martín Vicente Giacoia. [Radulfus]

EL ENCUENTRO DE LAS AGUAS

No hay en el mundo una tierra más linda,


Seno tan fértil, de aguas reunión;
Antes se irán el sentir y la vida
Que el dulce Avoca de mi corazón.

13
No el que Natura allí haya vertido
Verde y cristal, sus mejores, y azul,
Lo que es la magia de aquel vallecito
Sino una cosa más mágica aún.

Son mis amigos, que están a mi lado


Y hacen sonrisas en mí florecer,
Pues su mirada refleja el encanto
De la Natura y lo hacen crecer.

Cerca de ellos, a quienes más amo


Entre tus sombras querría dormir
Mientras tus aguas, con ritmo tan calmo
Nuestros espíritus quieran fundir.

Trad. JUAN MARTÍN VICENTE GIACOIA

14
FERNANDO KILLIAN:
ENTRE OTRAS COSAS, PROFESOR DE GAÉLICO

Conocí hace unos años a Fernando Killian en un encuentro sobre


temas celtas, que había organizado yo en un colegio en Buenos Aires. En
la Red encuentro esta suerte de definición de él: “Músico, intérprete,
luthier y profesor de bodhrán. Dibujante. Especialista en arte celta.
Divulgador de la lengua gaélica (irlandesa y escocesa).” Aconsejo
entonces al lector que lo busque en las etéreas páginas de la tecnología.
Copio una difusión de uno de sus cursos.

Entre las cosas que aprendo de él no puedo omitir el bodhrán:


confieso que desconocía que es un tipo de tambor irlandés; actividad que
no le es ajena. Agradezco a Fernando los dos volantes electrónicos que
me envió. [Radulfus]

15
EL RINCÓN DE SAN PATRICIO

Una pipilatio patriciana


Caí en la cuenta de que nunca había escrito nada sobre San
Patricio en Twitter. Tal institución puede llamarse en latín Pipilatio,
acción de ‘piar.’ Pues bien, lo hice en versillos latinos:
Díes vénit nóbis fáustus,
cárus ómnibus Hibérnis:
díes ést Sanctí Patrícii,
quém laudábit tótus Órbis.
Más o menos digo que se acerca (escribo esto el 5 de marzo) el
día de San Patricio, que es grato a todos los irlandeses; y que a San
Patricio todo el mundo lo alabará. ¿Es bueno lo que escribí? No, muy
malo: dije que será un día grato a los irlandeses, pero en muchísimas
partes del mundo se celebra.
Radulfus

¿Cuántos y cuáles son los clubes San Patricio?


No sé responder a la pregunta del título. Recuerdo que en alguna
división del rugby local (creo que perteneciente a la unión de Rugby de
Buenos Aires) hay un equipo San Patricio. Revisando un poco en la Red

16
di con un Club San Patricio, en San Antonio de Areco. Como la figura
del santo y dicha ciudad me agradan mucho, creo que es buena idea
poner aquí la foto del logo de dicha institución. Quizá alguien dirá que
no es muy original. Es posible, pero alabo su simplicidad.

La Red me pone su ubicación en el mapa y veo que está muy


cerca del Río Areco. Me propongo entonces un sencillo programa. Voy a
Areco; recorro la ciudad y sus diversos sitios; sobre las cuatro de la tarde
me voy a pescar, mientras me tomo un mate cocido con biscochos; por
fin, voy hasta el club, lo veo de afuera y dirijo una súplica a San Patricio,
pidiéndole poder volver a una de sus más queridas ciudades.

Oscar Rice

17
CAJÓN DE COSAS CELTAS

Un posavasos familiar
Gonzalo Prado, mi compañero de colegio, volvió de un viaje a
Escocia. Como es muy bueno, trajo algunos obsequios para algunos
condiscípulos con los que tiene algún trato, más allá de nuestras cenas de
exalumnos. A mí me tocó en suerte un lindo juego de postales. Pero me
detengo en Roberto Macpherson, su compañero de banco de aquellos
días. En Edimburgo venden objetos que tienen escudos de apellidos
escoceses muy famosos. No le fue entonces difícil elegir el regalo, un
posavasos familiar. [O.R.]

Mis soldaditos escoceses


Como es mi costumbre, dije una mentirilla, pues el calificativo
escoceses debe tomarse con pinzas. Tales soldaditos seguro que fueron
hechos en estas pampas tan amadas por Cunninghame Graham y no en
las tierras altas. El caso es que el otro día compré otro soldadito de
plomo para mi pequeña colección (creo que es la vez número un millón
que digo que soy un juntador, más que un coleccionista). En fin, lo
importante es que unos pocos de tales soldaditos son escoceses. Muy
poco sé de instrumentos musicales pero me animaría a decir que son
gaiteros. En mi muy mala foto puedes verlos abajo, caro lector.

18
Aunque solo se ven unos pocos, puedes percibir que hay de todo
en la viña del Señor. Al menos los poquitos escoceses están juntos y no a
una milla real uno de otro.
Radulfus

19
LA FOTO DE ESTE NÚMERO

Mi delicioso licor galés


Cito: https://es.wikipedia.org/wiki/Penderyn. Todos sabemos
adónde remiten esos azules caracteres. Pues bien, el caso es que mi
amigo Juan Molloy, conocedor de mi afición por las cosas celtas, me
obsequió la botella que abajo ves, caro lector.

Esta Penderyn Distillery es muy importante en Gales, como


puedes ver en el artículo que arriba te decía. Por suerte no tuve que sacar
yo una foto, pues Rete me la da más fácil. Con una diferencia, que mi
botella ya está terminada y la guardo: buen juntador de cosas que soy. Su
magia me movió a hacerlo. [Radulfus]

20
LIBROS Y OTRAS COSAS

Un café con Edgardo Murray

Varias veces me encontré con Edgardo Murray, muchos años


secretario de redacción de The Southern Cross, en un café de Callao y
Lavalle, muy cerca justamente del periódico. Hoy me tocó reunirme allí
con Juan José Delaney, quien tiene a bien acompañarme en este
cuadernillo. Mientras esperaba, escribí estas coplas, de rima un pelín
distinta de la tradicional. Me dirijo a mi querido y llorado amigo.

Mi buen amigo irlandés,


Dios sabe cómo lo extraño:
aquí, en el mismo café,
nos veíamos cada año.
Yo estoy hoy algo más viejo;
joven usté en el recuerdo;
disculpe usted el lunfardo:
siempre hablábamos de tango.
Siento que usted no se fue
y soy yo el que se está yendo:
aquí, en el mismo café,
tenemos el mismo encuentro.

Borges e Irlanda en un libro de Delaney


Mi larga brevedad en el título resulta imperfecta, pues el último
libro de Juan José Delaney, escrito en inglés, se titula Borges and Irish
Writing. Publicado en Buenos Aires en 2018, sus editores fueron
Ediciones El Gato Negro y la Embajada de Irlanda. Nunca me canso de
decir que soy aficionado a cosas celtas, no entendedor. Para peor, en este
punto ni soy conocedor profundo de Borges ni domino el inglés (hago lo
que puedo con la lengua de Somerset Maugham); ni conozco en
extensión y calidad la literatura irlandesa. Escribiré entonces poquísimas
e insignificantes líneas, en espera de que alguien pronto lo haga –cosa
nada difícil– mucho mejor.
Por mis limitaciones arriba expresadas, no haré referencia a todas
las relaciones que se muestran aquí, sino solo a aquellas en las que me
siento más cómodo. Empezaré por el legendario Juan Escoto Eriúgena (o
Erígena), monje benedictino que floreció hacia el 850.

21
Según Delaney: “The Argentine writer was attracted by
Eriugena’s concept of the individual being part of a universal
Nothingness. This appears to correspond to Schopenhauer’s idea that the
individual means nothing to nature; what counts is species.” (p. 36)
Otro gran irlandés fue Jonathan Swift. A propósito de cierta
similitud con Borges en lo fantástico, leemos en nuestro libro: “This
approach facilitates a description of an unreal, grotesque, dystopian
world, an oneiric and strange atmosphere that in Swift’s writing is
sometimes mediated by humour. Accordingly, the tribe of savages, who,
in ‘The Immortal’, reduced the narrator to imprisonment on his way to
the City of Immortals, are ‘naked’, ‘grey-skinned’ and ‘scraggly bearded
men’ that belong ‘to the bestial breed of the troglodytes, who infest the
shores of the Arabian Gulf and the caverns of Ethiopia.’ The description
reminds us to that of the inhabitants of Brobdingnag.” (p. 23) A este
respecto Delaney cita un pasaje de Gulliver’s Travels (II, 1). E
inmediatamente después dice: “The bizarre architecture appears as the
dysfunctional correlate of these absurd, peculiar worlds.”

22
En cuanto a Oscar Wilde (también enterrado fuera de su patria,
como Borges), el escritor argentino tradujo The Happy Prince cuando
era un niño; y a lo largo de su vida valoró la obra de Wilde y hasta
“admired his Irish humour” (p. 13). Y, en mi tantas veces repetida falta
de conocimiento, concuerdo con que “Wilde wasn’t a great poet” pero
“he was able to concentrate his aesthetic credo into epigrams” (p. 13).
En fin, dije que iba a hacer muy brevísimas menciones. En el
libro, además de ellas, el lector encontrará varios nombres más de
hibérnicos que iluminaron a Borges. George Berkeley, George Bernard
Shaw, William Butler Yeats, Liam O’Flaherty, George Augustus Moore
y James Joyce (seguro omito, abrumado por un panorama tan grande,
alguna otra figura) son otros autores estudiados aquí.
En fin, Delaney nos obsequia una obra, muy bien impresa y con
muchas ilustraciones, que entiendo será de consulta indispensable; en
ella lo erudito se lleva muy bien con lo ameno. Recomiendo muy
vivamente su lectura.
R.L.

Amigo José, las irlandesas tienen más carácter que el mismísimo


Don Juan.

La mala foto que acabas de ver, caro lector, es la que tomé en la


iglesia madrileña de San Sebastián. Esta es una de las tres lápidas que se
ven antes del ingreso al templo. Una está dedicada a los nacimientos;

23
otra, a las defunciones; la nuestra, a los matrimonios. Se entiende que se
trata de grandes personalidades. El séptimo de la lista es el de José
Zorrilla (autor de Don Juan Tenorio) con Florentina O’Reylly (más
común es que la primera i sea latina). Me sorpendió un poco encontrar
dicho apellido hibérnico. En realidad hice muy mal, pues inmigración
irlandesa a España hubo desde hace varios siglos. Pero debe callar mi
ignorancia y limitarse a copiar lo que dice la Wikipedia, en su artículo
sobre Zorrilla; “En 1838 se había casado con Florentina Matilde
O’Reilly, una viuda irlandesa arruinada dieciséis años mayor que él y
con un hijo de su anterior marido José Bernal, pero el matrimonio fue
infeliz; una hija que tuvieron murió al año de nacida, y él tuvo varias
amantes; doña Florentina se vio invadida por unos celos patológicos y
terminó de indisponer al poeta con su familia, le hizo abandonar el teatro
y, finalmente, tras el fulgurante éxito de Don Juan Tenorio en 1844,
concebido en una noche de insomnio y escrito en veintiún días,
abandonarla en 1845 y emigrar a Francia y luego a México (1855),
adonde llegaban todavía las cartas iracundas y los anónimos
difamatorios de su mujer.”
En fin, no siempre se cumple el dicho nomen omen: Doña
Florentina era un rosal con más espinas que flores.
J.F.

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MINUCIAS CELTAS

Un recuerdo de Santiago Murray


El hombre del título fue profesor mío de francés, creo que
también de inglés, en la secundaria. Recuerdo dos cosas de él. Una, que
dominaba completamente la disciplina del curso (a veces nos pegaba
alguna zamarreada, cosa permitida en esos tiempos); otra, que enseñaba
poco y bien. Casi todos sabíamos algo de inglés, porque estudiábamos
también fuera del Colegio. Pero de francés, en general, nada. Pues bien,
me dio una base sencilla y firme, que me fue utilísima después, cuando
estudié en la Facultad. Vaya entonces mi recuerdo a Santiago Murray, un
hombre que se perdió en la memoria, seguramente integrante de la gran
familia irlandesa de nuestra tierra.
R.L.

Mi hermano irlandés… y escocés


Como suelo hacer, dije una mentirilla. Me refiero a la del título,
pues Gonzalo fue condiscípulo mío en el secundario, en los agustinos.
Forzando la cosa, digo hermano, justamente porque los condiscípulos
desarrollan cierta hermandad: más en nuestro caso, pues somos vecinos
y a cada momento paso por la casa de él, en Quintana a pasitos de
Callao, en esta misteriosa Buenos Aires. Pero intento ahora explicar los
otros dos aspectos del título. Conocía en efecto la ascendencia irlandesa
de mi fraternal amigo.

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No obstante, hace poco vi en una muestra el libro Alarido, de
Dionisio Schoo Lastra, con ilustraciones de Marenco.

Copio lo que me envió Gonzalo, cuando le conté: “Dionisio


Schoo Lastra, que fue secretario de Roca, embajador, muy buen escritor,
dejó tres libros: este, Alarido; otro, El indio en el desierto; el más
conocido, La lanza rota. Tengo dos corrientes celtas. Este Schoo, del
origen de John Shaw, irlandés que vino con William Carr Beresford;
tomado prisionero, fue a parar a Tucumán, casa con una nativa y tiene
tres hijos. Uno era mi tatarabuelo Dionisio, que ya cambian, o mejor
dicho le cambian, por el fonético Schóó, así con doble o y acentuada,
que usaron mis abuelos con uno solo y ahora sin acento. Este Dionisio
era abuelo del de los libros y bisabuelo o tatarabuelo de Ernesto Schoo.
La otra rama es la escocesa, de los Hunter.”
En fin, me reuní con Gonzalo a tomar algo abajo de su casa, en la
tradicional confitería que hay en la calle Quintana, al lado del Minimax.
Siempre me es grato reunirme con él, pero más especialmente después
de haberme informado mejor sobre sus progenies hibérnica y escocesa.
Pedí para él un scotch y para mí… un té. Eso sí, disimuladamente saqué
de mi bolsillo una botellita en miniatura de Jameson, para darle un toque
irlandés a mi humilde infusión.
Radulfus

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Rincón irlandés en Tandil

La foto está tomada de la Red. No sé cuántos pubs en el mundo


se llaman Molly Malone, pero hay uno en Tandil. Tampoco sé cuán
grande o pequeña es la comunidad irlandesa en esa ciudad. En todo caso,
recuerdo que entré y pedí un té. Allí sentado desempolvé mis recuerdos
de aquel 2013 en enero: durante diez días pasé delante de la famosa
escultura, símbolo de Dublín.
J.F.

Irlandés y bien porteño

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Días pasados visité una interesante exposición sobre fileteado
porteño. Mi muy mala foto muestra un sifón antiguo decorado con esa
técnica. Nuestro principal interés aquí puede estar en su autor, Andrés
Mc Cormack. Buscando en la Red, el lector encontrará que este artista
de Hurlingham tiene ya, cercano a sus cuarenta, una importante
trayectoria. En fin, vuelvo al título: es irlandés y, como fileteador,
también es un porteño. [O.R.]

El trébol solitario

Un regalo bien irlandés me dio esta bella mañana de octubre. En


el alféizar de la ventana mi dulce esposa tiene macetas. Verás, caro
lector, que una de ellas tiene unas flores que, creo, se llaman alegría del
hogar. Pero una macetita diminuta da homérica hospitalidad al único
trébol de mi casa. Alguien dirá que Irlanda merece una pequeña colonia
de tréboles. Es cierto… pero por algo se empieza.
Radulfus

Estoy seguro de que es irlandesa


En este número (p. 15) escribí un artículo sobre el celtista
Fernando Killian. Por asociación de ideas, rápidamente llegué a la muy
bella actriz Elizabeth Killian. La Red no dice mucho sobre ella y casi
nada sobre su infancia y crianza. En cambio, me suministra varias fotos,
como la de aquí abajo.

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No tengo ninguna prueba, pero sí un gran convencimiento: esta
flor de nuestra ciudad es de pura cepa irlandesa. Y desde esa imagen sus
ojos están sonriendo.
Radulfus

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