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TRABAJO FINAL DE E.S.I.

FECHA DE ENTREGA: 31 de octubre

PROPUESTA PEDAGÓGICA INSTITUCIONAL

Datos de la Institución y equipo docente que llevó adelante la propuesta:

Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 516 “Leticia Cossettini”

Docentes integrantes de la propuesta pedagógica institucional.

 Medina Cecilia

 Rodríguez Nadia

 Reschini Clarisa

 López Hilda Susana

 Talamonti María Laura

MOMENTO COLECTIVO

Nuestra escuela desarrolla su función en el delicado equilibrio entre el respeto por


las diferencias y la responsabilidad de igualar oportunidades, trabajando en pos de la
restitución de derechos vulnerados y de la promoción y el desarrollo integral de niños,
niñas y adolescentes. Cada grupo de jóvenes y adolescentes constituye su experiencia de
manera muy diferente. Admitir este plural supone una responsabilidad para los educadores.
A la hora de pensar estrategias, estas diferencias deberían tenerse en cuenta, y en el marco
de las leyes, cada institución educativa debería realizar las contextualizaciones necesarias,
en términos de pensar, rediseñar, preguntar y crear intervenciones adecuadas a cada
particularidad, trabajando en pos del consenso, reconociendo las diferencias se debe tender
a consolidar la equidad y no, a naturalizar las desigualdades.

Es necesario desarrollar en las escuelas capacidades y competencias para instalar


sueños y para asumir riesgos en busca de su logro. Nuestra idea es facilitar en los
individuos y en las instituciones escolares la capacidad de imaginarse futuros diferentes,
futuros abiertos por crear…para soñar e innovar es necesario correr el riesgo de
equivocarse y cometer errores. Esto es esencial. No se trata de equivocaciones o errores
irresponsables, poco profesionales o negligentes, sino de aquellos que pueden ocurrir en el
contexto de un esfuerzo consciente, profesional, comprometido y riguroso. Abrir lugar a la
posibilidad de equivocación, al error y ¿por qué no? al fracaso, habilita el desarrollo de
capacidades y competencias individuales y organizacionales para asumir, para buscar, y
atreverse a encontrar caminos diferentes, novedosos, potentes de posibilidades por que se
está actuando, luchando por lograr el sueño, la apuesta, el plan, de trabajo compartido.

La escuela constituye el principal espacio de socialización después de la familia y, a


pesar de la actual crisis del sistema educativo, los años que los adolescentes pasan allí son
definitivos en su desarrollo y proceso de construcción identitaria. Por ello, la escuela es uno
de los lugares con más posibilidades para las tareas de prevención y detección del maltrato
y abuso sexual, y los adultos que allí trabajamos tenemos una oportunidad privilegiada de
proporcionar protección y realizar actividades de formación, conocimiento y prevención.

Partimos de sistematizar las diversas formas de manifestación que presenta el


maltrato, a saber: negligencia, maltrato físico, maltrato emocional y abuso sexual. Vale la
pena alertar sobre los efectos que producen estas modalidades de maltrato en el aprendizaje
y destacar que atentan contra la vida de los adolescentes, provocando consecuencias a largo
plazo.

Respecto al problema elegido, consideramos que la prevención se debe llevar a


cabo en el marco de la educación afectivo- sexual ya que este es el contrapeso que garantiza
tener acceso a una visión saludable y positiva de la sexualidad afectiva porque, da a la
educación sexual una dimensión más relacional y vivencial alejada de los tópicos de la
anatomía y la fisiología exclusivamente.
De esta manera la Educación Sexual Integral en las áreas curriculares ofrece una serie de
actividades con aporte formativo y de enriquecimiento del proceso de enseñanza
aprendizaje en las áreas de Ciencias Sociales, Naturales y Educación para la Salud, Lengua
y Literatura.

Sabemos que sin información es imposible cambiar actitudes; pero la información


sola no basta para promover conductas preventivas o adoptar comportamientos sexuales no
riesgosos, responsables y placenteros. Es fundamental dedicar tiempo y espacio en el aula y
dentro del núcleo familiar para tratar los temas sexuales que los adolescentes nos plantean
si se los habilita a expresarse, en un contexto afectivo y respetuoso mutuo.

Teniendo en cuenta el conocimiento de los marcos legales y la información


oportuna para el acceso a los servicios de salud que garanticen el efectivo ejercicio de los
derechos de mujeres y hombres.
También se logró con los alumnos la reflexión crítica sobre aspectos socioculturales, socio-
políticos, económicos y morales en cuanto a la violencia de género y formas de prevención
y cuidados al respecto.
Se trabajó con la lectura de diversas fuentes de información como ser diarios, textos,
noticias, internet, revistas, libros, enciclopedias virtuales y en papel, etc. La
implementación de nuevas tecnologías y TIC en el marco de reflexión crítica  sobre
información y datos que aparecen en los medios de comunicación y en internet.
Se debatió y se elaboró la construcción cooperativa de normas a partir del diálogo sobre
situaciones cotidianas que ocurren en la sociedad, grupo de amigos, escuelas y diversos
contextos de interacción humana, que manifiestan prejuicios contra hombres y/o deterioran
las relaciones interpersonales, en lo que refiere al respecto, cuidado de sí mismo y de los
otros/as.

Nuestros adolescentes lograron también el reconocimiento y expresión de los


deseos y necesidades propios y el respecto de los deseos y las necesidades de los otros, en
el marco del respeto a los derechos humanos.
También el reconocimiento de las posibilidades expresivas de mujeres y varones a partir de
diferentes lenguajes artísticos.

Si pretendemos construir una sociedad en la que hombres y mujeres podamos


convivir en igualdad y sin discriminaciones, es imprescindible proporcionar al alumnado
una educación afectiva y sexual de calidad, pues la ausencia de ésta no sólo influirá en
posibles disfunciones sexuales sino que también impedirá transformar las bases sociales
para favorecer la construcción de una sociedad más democrática.
MOMENTO INDIVIDUAL

Carta a quien pretenda enseñar Educación Sexual Integral.


Villa Gobernador Gálvez, 31 de octubre de 2016.

Por experiencia propia y compartida con otros colegas sé que enseñar en los
contextos actuales se nos hace muchas veces difícil. Como docentes, nos interpela este
oficio de “educar” a posicionarnos y asumir desafíos, construir y proponer con otros
estrategias y herramientas para asegurar que la educación sea un derecho que incluya a
todos y en todos los contextos. Como educadora me toca enfrentar en las aulas, diferentes
condiciones, mediando entre la realidad y los alumnos. Un desafío y un compromiso
permanente.

Para poder educar en sexualidad, considero que es necesario partir de una base
fundamental, que genere ciertas condiciones: el respeto, la igualdad, la aceptación de
diferencias y el derecho que todos tienen sin importar el género, la edad, el nivel
socioeconómico, las pautas culturales, la religión, nivel educativo o las posibilidades de
acceder a un sistema de salud, bienes y políticas sociales, etc. Todos sabemos que muchos
aspectos de la sexualidad generan mitos, creencias sin base científica, que se hacen
populares porque se transmiten casi imperceptiblemente entre generaciones.

Mientras la sexualidad siga siendo considerada como sinónimo de genitalidad, se


seguirán generando mitos, que influencian la manera en que la mayoría de las personas
vivencian su condición de seres sexuados. No hablar de la sexualidad, como educadora, o
hacerlo solo tomando el aspecto biológico, es una forma de conservar esa ignorancia que
atenta contra el desarrollo integral de los alumnos.
Los adolescentes de la escuela secundaria, se encuentran transitando la etapa en la
que el cuerpo se modifica notoriamente, muchos de ellos se sienten extraños con su nueva
imagen, buscan parecerse o identificarse con otros modelos, ya sea adolescentes o adultos,
ya que necesitan sentirse parte de un grupo como forma de afianzar su identidad, son muy
inestables, pasan de la alegría a la tristeza rápidamente, se enojan, están excitables, muchas
veces tienen conflictos en su ámbito familiar y esto repercute en su aprendizaje y/o
conducta escolar.
Por todo lo expuesto considero que es importante que nosotros, los docentes,
acompañemos esos cambios, con conductas adultas claras: sin recriminaciones
innecesarias, demostrando la autoridad fundada por la diferencia generacional, dando
pautas claras de convivencia, haciéndoles notar sus inconvenientes para que puedan
superarlos, pero también destacando sus logros y reconociendo sus cambios.
La escuela le debe brindar espacios de contención durante la trayectoria escolar a
cada adolescente, para disponerlos a aceptar estos cambios con naturalidad, pero sobre todo
para que valoren su cuerpo, expresando y fundamentando qué sienten, qué creen, qué
opinan, sobre la manera en que se valora su propio cuerpo y el de otros, siendo conscientes
de las elecciones que realicen.
Mientras nosotros, los adultos, sigamos pensando sobre la conveniencia o no de
hablar de sexualidad, la realidad nos está avasallando y manipulando a través de los
medios de comunicación. Entonces nuestros alumnos aprenden, sin orientación, sin
seguridad, desde la negación, la carencia o el silencio. 
Analizando los medios de comunicación (programas, publicidades, películas), creo
que podemos reflexionar sobre los estereotipos de género que obstaculizan el amor, el
cuidado, el respeto y que generan asimetría y violencia. Son una buena oportunidad para
transmitir contenidos que desnaturalicen prejuicios, roles estancados, misoginia, machismo,
heteronormatividad: en una cultura, la sexualidad se normaliza, reglamenta e
institucionaliza y considera que lo heterosexual es el modelo ideal.
Desde esta postura creo que se podría prevenir que muchos de nuestros jóvenes
alumnos vivan noviazgos violentos, celos enfermizos, falta de cuidado, abuso o dominación
y puedan vivir su sexualidad en forma sana, libre y autónoma.
Hilda Susana López

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