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“Continuidad de los parques” es el primer cuento con el que se inicia la primera parte de
la obra “Final de Juego”.
“Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes,
volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la
trama, por el dibujo de los personajes”
Así empieza el primer cuento de Final del juego, al parecer el protagonista no es
diferente a ningún otro lector de novelas interesantes, sin embargo, en un contexto
cortaziano cualquier cosa puede pasar. Y esto es lo que sucede en este caso, a lo largo
del cuento notamos un lector entretenido en la “disyuntiva de los héroes”. El lector está
entretenido con una historia que no la ha leído antes por estar indispuesto y lo que va
leyendo lo va asombrando, se da cuenta de que el personaje de la obra que está leyendo
el protagonista está enojado, al encontrarse con su amante jura venganza por tener que
pasar por tantas calamidades, por tardar tanto tiempo en volverse a encontrar.
“Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias,
no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un
mundo de hojas secas y senderos furtivos.”
El amante quería terminar con el “tercer cuerpo” que no los dejaba ser libres. Al
terminar el encuentro, toman caminos distintos, el lector se está dejando llevar por la
trama. Y se lee:
“Desde la sangre galopando a sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero
una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas.
Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el
puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo
verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela.”
El protagonista es el que no deja que se siga desarrollando el amor entre los personajes
de la novela que lee, razón de más para que éste decida asesinarlo y terminar con su
sufrimiento. Así acaba la primera novela de Final del juego, abriéndonos paso a una
realidad metafísica, de ríos metafísicos que pasan y pasan, pero sin agua, solo con
tiempo.
ANÁLISIS DEL CUENTO “NO SE CULPE A NADIE” DE JULIO CORTÁZAR:
Este cuento es el segundo de la primera parte del libro Final del juego. Al principio nos
introducimos al mundo novelesco con las primeras frases:
“El frío complica siempre las cosas, en verano se está tan cerca del mundo, tan piel
contra piel, pero ahora a las seis y media su mujer lo espera en una tienda para elegir un
regalo de casamiento, ya es tarde y se da cuenta de que hace fresco, hay que ponerse el
pulóver azul …”
Una de las cualidades de este escritor es el introducir al lector al mundo novelesco con
las primeras frases, en este caso, es un hombre que por tener que ir a recoger a su esposa
se tiene que poner su pulóver, una chompa. Pero no es una acción simple ésta la de
ponerse una chompa.
“No es fácil, a lo mejor por culpa de la camisa que se adhiere a la lana del pulóver, pero
le cuesta hacer pasar el brazo, pero le cuesta hacer pasar el brazo, poco a poco va
avanzando la mano hasta que al fin asoma un dedo fuera del puño de lana azul, pero a la
luz del atardecer el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una
uña negra terminada en punta.”
Se apoya en el absurdo, en la irrealidad, en la literatura. Todos nos ponemos una
chompa, pero no todos terminamos viendo otras manos salir de nuestras chompas
cuando las metemos, este es el caso, hay una mano con uñas negras, es la derecha, los
dedos al pasar por ahí, tienen esa forma, él mete la cabeza y empieza a tratar de
ponérsela, y con ese baile que todos tenemos al ponernos una prenda de vestir.
“Irónicamente se le ocurre que si hubiera una silla cerca podría descansar y respirar
mejor hasta ponerse del todo el pulóver, pero ha perdido la orientación después de haber
girado tantas veces con esa especie de gimnasia eufórica que inicia siempre la
colocación de una prenda de ropa y que tiene algo de paso de baile mal disimulado, que
nadie puede reprochar porque responde a una finalidad utilitaria y no a culpables
tendencias coreográficas.”
El protagonista pragmáticamente decide en quitarse el pulóver y volvérselo a poner,
considera que esa sería una de las soluciones más lógicas.
“…, pero la mano derecha desordenadamente sigue yendo y viniendo como si ya fuera
ridículo renunciar a esa altura de las cosas, y en algún momento obedece y sube a la
altura de la cabeza …”
No puede quitarse la chompa, las manos están dentro y no pueden tampoco salir, se
tambalea, baila, quizá de rodillas, hace un esfuerzo para podérsela meter y baja la mano
izquierda a la altura del muslo y la derecha sigue sin encontrar la salida, pero después de
tanta insistencia, lo logra, logra sacar la cabeza por entre lo que él creía que era el cuello
del pulóver, pero al estar en contacto con el aire libre no quiere abrir los ojos.
“… quizá ha caído de rodillas y se siente como colgado de la mano izquierda que tira
una vez más del pulóver y de golpe es el frío en las cejas y en la frente, en los ojos,
absurdamente no quiere abrir los ojos pero sabe que ha salido fuera, …”
El absurdo se hace presente otra vez en los finales cortazianos al notar que la chompa no
solo cerraba la visión hacia lo que hay alrededor sino también era un lugar seguro, un
lugar donde podía estar cayendo y nadie notarlo, la mano izquierda estirada hacia abajo,
las uñas mirándole la cara y la baba que ha dejado después de juntar su boca con la tela
del pulóver. El cuento nos da una sorpresiva reacción al leer las tres palabras finales:
“… y la baba azul le envuelve otra vez la cara mientras se endereza para huir a otra
parte, para llegar por fin a alguna parte sin mano y sin pulóver, donde solamente haya
un aire fragoroso que lo envuelva y lo acompañe y lo acaricie y doce pisos.”
El autor, nos termina diciendo, que el hombre en el simple intento de ponerse el pulóver
para ir a comprar con su esposa su regalo de casamiento, termina cayéndose del décimo
segundo piso por misterios del interior de una chompa. El absurdo del absurdo.
ANÁLISIS DEL CUENTO “EL RÍO” DE JULIO CORTÁZAR:
“El río” es el tercer cuento de la primera parte del libro Final del juego.
En este cuento Cortázar usa la técnica de monólogo del protagonista, este empieza
reprochándole a una mujer el hecho de que no esté muerta todavía, ya que ésta juraba de
manera solemne que se suicidaría, la hipnagosis es el estado de conciencia entre la
conciencia y el sueño, este cuento termina y no se revela desde dónde nos ha estado
hablando el protagnista si desde su cama o desde el borde del río Sena, que es donde se
ha encontrado muerto el cuerpo de su amada. Cortázar usa esta técnica de la hipnagosis
para darnos a conocer los hechos que han marcado al protagonista en relación con su
amada. Es un cuento de tipo hipnagónico que ya veíamos en los cuentos de Edgar Allan
Poe, uno de los escritores admirados por Julio Cortázar.
Este cuento es el cuarto y último cuento de la primera de esas tres partes en las cuales
está dividido el libro “Final de juego”. Este cuento es contado en primera persona, no se
da a conocer el nombre del protagonista a diferencia de los demás personajes, para tener
una referencia clara antes de leer el cuento, es bueno darnos una pequeña referencia con
el título. “Las ménades”, ¿qué son las ménades? Pues estas eran las sacerdotisas del dios
Baco las cuales, en la celebración de los misterios, daban muestras de frenesí. Cortázar
se basa en este término para generar en torno de ello un clima de misterio y tensión. El
cuento va desarrollándose en el teatro Corona, un teatro del mundo de ficción de
Cortázar, tal vez comparado con alguno de los que solía frecuentar él en París, ciudad
en la cual abarca la mayor parte de sus cuentos. Cortázar nos introduce al mundo
literario de la obra con este simple inicio: “Alcanzándome un programa impreso en
papel crema, Don Perez me condujo a mi platea.” Con esa pequeña oración, podemos
contextualizar el texto en un teatro donde se va a llevar a cabo un acto cultural, va a
darse un concierto; sin embargo, el protagonista al observar el programa impreso nota
algo extraño.
“Le eché una mirada al programa. Tendríamos El sueño de una noche de verano, Don
Juan, El mar y la Quinta sinfonía. No pude menos de reírme al pensar en el Maestro.”
En este texto podemos notar el problema para con el protagonista: A este le parece que
el programa es muy variado como para contentar. Y claro juntar a Mendelssohn, El Don
Juan de José Zorrila , a Claude Debussy y a Beethoven, nos provocaría a todos duda con
respecto a su éxito. Pero el Maestro es reconocido por siempre dar grandes conciertos, y
presentar obras desde Brahms, pasando por Mahler hasta llegar a los impresionistas
como Strauss y Mussorgski. Además este día, el que el protagonista ha ido a ver la obra,
casualmente este cumple bodas de plata con la música y es una ocasión especial para
celebrar a lo grande y que mejor que con Strauss, Mendelsohnn y Beethoven.
“Una vez más el viejo zorro había ordenado su programa de concierto con esa insolente
arbitrariedad estética que encubría un profundo olfato psicológico …”
Lo que el protagonista nos da a conocer en esa frase era que el maestro organizador de
las obras musicales planeó estratégicamente esas obras para atraer masas. Pero ¿es que
acaso una obra por contener tanto contraste musical de obras maestras es malo? No
,pero se puede entender que una obra por ser considerada en carácter mundial es por
tener un reconocimiento propio, y no hay la necesidad de poner más obras para
acompañarla para hacerla más grande, ya que ésta lleva la grandeza en sí misma.
El concierto empieza. A pesar de todo, el protagonista parece ser el único convencido de
que la obra irá mal, algo le hace pensar eso, él lo atribuye a su ignorancia musical, como
se deja entrever en el siguiente texto:
“—Ahí tiene, ahí tiene a un hombre que ha conseguido lo que pocos. No solo ha
formado una orquesta sino un público. ¿No es admirable?
—Sí —dije yo con mi condescendencia habitual
—A veces pienso que debería dirigir mirando hacia la sala, porque también nosotros
somos un poco músicos.
—No me incluya, por favor —dije —. En materia de música tengo una triste confusión
mental. Este programa, por ejemplo, me parece horrendo. Pero sin duda me equivoco.”
El protagonista admite que no entiende el programa como lo entienden todos los demás
espectadores, no entiende por qué la alegría al ver al maestro y desbocar en una
exagerada conmoción. En el texto tras varias conversaciones de ese tipo se da a conocer
el estado de los espectadores: Están al borde del frenesí.
Una señora de vestido rojo, parece ser una variante divertida del público, ya que ésta se
dirije en plena función hacia donde está el maestro y se ubica debajo del escenario
musical, el protagonista mira la platea y se asombra de las convulsiones de algunas
mujeres iniciadas con gritos desgarradores, él no entiende el por qué nadie nota lo que
les sucede a cada una de ellas. En el entreacto el protagonista conversa con sus
conocidos y deja mucho de desear ya que no comparte la misma emoción que todos.
Espera al final. Cuando se acaba y el Maestro da vuelta observa a la mujer de rojo que
en éxtasis intenta coger su pantorrilla, alborotado este mira a los músicos pidiendo
ayuda cuando no solo una sino casi toda la platea, exceptuando el protagonista y
algunos personajes que no pudieron acercarse por dificultades fisiológicas.
Cortázar nos deja un aterrador mensaje en la parte final del libro, este dice así:
“Cuando consideré que ya estarían afuera, eché a andar hacia la escalinata de salida, y
en ese momento asomaron al foyer la mujer vestida de rojo y sus seguidores. Los
hombres marchaban detrás de ella como antes, y parecían cubrirse mutuamente para que
no se viera el destrozo de sus ropas. Pero la mujer vestida de rojo iba al frente, mirando
altaneramente, y cuando estuve a su lado vi que se pasaba la lengua por los labios que
sonreían”
Al finalizar el análisis comprendemos que las ménades en un contexto cortaziano,
podrían llegar al extremo del canibalismo.
ANÁLISIS DEL CUENTO EL ÍDOLO DE LAS CÍCLADAS:
El cuento trata sobre la irrealidad de las cosas comparada con los tiempos, para nosotros
una cerámica inca a parte de parecernos alguna forma de representación de culturas
antiguas, pues bien, en el cuento de Cortázar se nos aparece a través de los personajes
Somoza y Morand, ellos tras ir en un viaje de expedición (Morand viajó con Thérese su
pareja ) recreativo llegan a encontrarse un objeto “una estatuilla casi irreconocible de
moho y adherencias calcáreas”(Cortázar,1956,pág 62). Es alrededor de este objeto que
se suscitarán los hechos correspondientes.
El cuento está contextualizado en un cuarto, en este cuarto Somoza está tratando de
convercer a Morand que no está loco, que él tiene la razón sobre lo que la estatuilla
significaba. Morand creía que estaba mal de la cabeza ya que cuando Somoza le indicó
dónde estaba todo lo que necesitaba para vivir él “Morand miró en la dirección que
mostraba el dedo de Somoza, más allá de la estatuilla y de las réplicas abandonadas en
las estanterías. Vio madera, yeso, piedra, martillos, polvo, la sombra de los árboles
contra los cristales. El dedo parecía señalar un rincón del taller donde no había nada,
apenas un trapo sucio en el piso.” (Cortázar,1956,pág 63) Esto lo ponía en una
disyuntiva con respecto a la locura de su compañero de excursiones.
La expedición fue algo romántico, pero encontrar la estatuilla fue un hecho
extraordinario, el cuento se contextualiza dos años después y lo que se va contando son
los recuerdos de Morand con respecto a como era antes con su amigo y como es ahora
con él. La estatuilla todavía se conserva dos años después en su propiedad ya que “Era
imposible venderla antes de un par de años; Marcos, el hombre que conocía a un
coronel que conocía a un aduanero ateniense, había impuesto el plazo como condición
complementaria del soborno.” (Cortázar,1956, pág 63)
El encuentro con ese objeto fue el motivo por el que dejaron de hablarse por dos años.
Para Somoza la estatuilla tenía una utilidad mística y Morand se da cuenta en medio de
la trama tras esta peculiar conversación:
(…)
“—El whisky está ahí – dijo Somoza retirando lentamente las manos de la estatua – Yo
no beberé, tengo que ayunar antes del sacrificio.
—Una lástima – dijo Morand, buscando la botella.—No me gusta beber solo. ¿Qué
sacrificio?”(Cortázar, 1956 pág67)
Morand tras una enrevesada conversación en la cual sale a relucir el secreto del ídolo de
las cícladas, el secreto para Somoza, Morand termina asesinando en defensa propia a
Somoza y termina con estas angustiosas líneas:
“Ya estaba desnudo cuando oyó el ruido del taxi y la voz de Thérese dominando el
sonido de las flautas; apagó la luz y con el hacha en la mano esperó detrás de la puerta,
lamiendo el filo del hacha y pensando que Thérese era la puntualidad en
persona.”(Cortázar 1956, pág69).
ANÁLISIS DEL CUENTO “UNA FLOR AMARILLA”:
“Parece una broma pero somos inmortales” (Cortázar, 1956, pág70) Así inicia este
cuento el cual nos retratará por medio de una trama cortaziana el por qué para el
personaje todos somos inmortales.
“Lo sé por la negativa, lo sé porque conozco al único mortal”(Cortázar 1956 pág 70)
El cuento está contado en tercera persona, al parecer este tercer personaje es un actor de
bohemias, y la historia es una historia de bar, al que le sucedió las peripecias le toca
contar sus desavenencias antes de verse ahogado en ellas cual bifurcación del barco en
medio del océano.
El personaje que nos cuenta la historia dice poseer el secreto de la inmortalidad y no
está en una pócima ni es un mineral alquímico sino que ese secreto le fue revelado a él
por el azar de las casualidades.
Nos cuenta que un día viajando en el autobús se encuentra con Luc, un niño del cuál
éste primer cuentista nos dice es su fiel retrato, se parece mucho a él. Éste señor,
envalentonándose ante los hechos solo dignos de una mítica literatura fantástica se apea
en el mismo paradero del niño, lo acompaña, y se hace amigo de él, es ahí donde se da
cuenta de que el parecido del niño con él es más que físico, también es histórico.
Los hechos que le sucedieron a él de niño le están sucediendo a Luc en el tiempo que
relata, nos da cuento que a través de muchas de sus historias comparadas de que
efectivamente se parecía.
La conversación en el bar empieza a decaer, las personas se han levantado, algunas
tienen cosas que hacer ,otras, las menos se quedan ahí para seguir escuchando historias
sin sentido, este señor al cual le está contando la historia es uno de esos pocos, el cuál
presta atención cuando se entera de que Luc ha muerto. El niño en el cual se veía
retratado el señor que le estaba contando esa experiencia, ha muerto.
Una flor amarilla en el campo luego de haber fallecido el niño es lo que hace reflexionar
al sujeto sobre la fugacidad de la vida, empieza a pensar que el mundo es inmortal, y
claro como no lo va a ser si siempre habrán más Luc que lo reemplazen en las diversas
épocas que están por venir, si están otros que somos nosotros pero que todavía no nos
encontramos, están esos otros que alguna vez cuando nosotros muriéramos ellos se
encargarán de continuar con nuestro tiempo, pero será de todos, menos de uno, el más
infeliz, el cual por haber descubierto esto y haber sido testigo de la muerte de su otro,
sabe que él no podrá ser inmortal.