Sei sulla pagina 1di 2

Análisis un Manual para ser niño

En el texto un manual para ser niño, Gabriel García Márquez hace una
invitación a la reflexión y a la discusión, acerca de cómo estamos o dejamos
cultivar el valor de lo artístico en los niños, a lo largo del texto fundamenta su
punto de vista de que las personas deben ser libres de desarrollarse en lo que
deseen según su vocación. Este texto exige y propone una captación precoz
de las aptitudes y vocaciones tempranas que tienen los niños hacia las artes y
las letras; manifiesta que el artista nace, está predispuesto por la naturaleza y
necesita por parte de padres y maestros aliento y condiciones favorables.
El mismo autor cuenta basado en sus experiencias personales que lo que
hace la diferencia entre un artista y otro “una aptitud bien definida y una
vocación arrasadora” que le permita superar las circunstancias desfavorables
y la presión ambiental que desea dirigirlo hacia otros campos. Aunque
Vocación y aptitud, reconoce el autor, no siempre van de la mano, pero
cuando ocurre esa combinación, la senda está marcada, siendo necesario el
estudio, técnica, disciplina y poder de superación personal para guiarlo de
forma correcta.

En el apartado que hace referencia al “no obedecer a los padres” señala la


falta de sensibilidad de estos para reconocer la vocación artística de los
niños, su recurrente costumbres a para ponerles limites cuando esta
inclinación se presenta o, por el contrario, para obligarles hacia una práctica
por la que nos están motivados. Gabriel García Márquez nos habla de un
entorno que no se encuentra preparado para captar y cultivar los talentos
artísticos, señalando que “Los métodos vigentes son rígidos y sin atención a
la creatividad” y hace énfasis en una serie de interrogantes que nos
permitieron valorar el papel de la escuela en la formación artística: ¿Hay que
forzar la disciplina dentro de la enseñanza artística? ¿Sobra teoría? ¿Hay que
profesionalizar el arte? ¿Es la escuela un verdadero tropiezo para la
creatividad?
En este texto el autor también aclara la diferencia que, en su opinión, se
debe hacer entre la educación artística, que tiene una función social, y la
enseñanza artística como formación específica dirigida a los estudiantes con
aptitudes y vocación reveladas. En el texto igualmente se tiene un espacio
para lo concerniente a la lectura y enseñanza de la literatura en las escuelas,
manifestando que existen unas nocivas costumbres de realizar sinopsis de
lecturas obligatorias; que infunden el desánimo, el desinterés y el rechazo a
la literatura en la edad adulta. En palabras del autor, un buen curso de
literatura debería limitarse a proporcionar una buena guía de lectura y
reflexión para formar buenos lectores. Crear buenos narradores ya es otro
cantar: se aprende a escribir leyendo con aptitud y vocación los buenos
libros.

¿Tiene alguna preocupación sobre el desarrollo profesional de su hijo?


¿cultiva o permite en su hijo el desarrollo de alguna capacidad artística?
¿Qué significa para usted enseñarle a su hijo a ser independiente?

Potrebbero piacerti anche