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Fundación Educativa Colegio Diocesano Ricaurte

Luisa Gómez y Juan López
Undécimo B
Química

Plasticultura en América Latina

La actualidad está inmersa en la era “plastificada”, hoy en día, los plásticos, entendidos
como polímeros sintéticos resultado de la polimerización de algunos de los hidrocarburíferos
derivados de la extracción del crudo, son usados por todas las industrias alrededor del mundo sin
excepción alguna, lo cual hace conveniente pensar que el uso de estos va más allá que el de
cumplir con su propósito y suplir las necesidades de sus consumidores. La adopción del plástico
como técnica eficiente para mejorar la producción, transformación y distribución de los
productos en cualquier sector de la economía se ha vuelto un negocio, uno en el cual solo se
contemplan escenarios para cualquier crisis a corto plazo, mas no para las que ocurran a mediano
y/o largo plazo, las más complejas de resolver.

Desde el nuevo milenio, América Latina ha asumido un rol mayoritario en la economía

mundial, encargándose de suministrar más del 50% de la materia prima comercializada en el
globo, por dicho motivo en estos países ha sido de particular interés aquellas técnicas que
únicamente aceleren la producción del sector primario. Por lo anterior, resulta pertinente hablar
sobre las medidas adoptadas no solo en Latinoamérica sino en diferentes países de viejo
continente en lo que respecta a la producción agrícola, sobre cuáles son los parámetros que se
cumplen, qué fundamentos hay detrás del uso de las nuevas técnicas de cultivo, así como
posibles consecuencias de su uso y alternativas para estas.

Dentro de las “nuevas” técnicas de producción agrícola, acuñadas como plasticultura, se

destacan dos, el embolse y el acolchado o mulching, no es por el hecho de que hayan tenido los
mejores índices en términos de rendimiento o calidad sobre otras técnicas, sino porque son las
más usadas dentro del agro latino, en especial el agro colombiano, y en consecuencia estudiadas
no solo por autores de la región sino de diferentes lugares del globo que siguen ubicando en la
base de su pirámide económica a la producción interna como un agente de suma importancia
para el crecimiento de su territorio.

Esta relativamente nueva técnica agrícola empezó a ser aplicada, como se mencionó
anteriormente, resultado de la postmodernidad de la región alrededor del año 2000, junto al
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Consenso de los commodities; expertos afirman que no fue una técnica propia de la región, sino
que llegó del extranjero, donde se cree se originó aproximadamente en la década de los 60s y que
de acuerdo a varios estudios se ha llegado a comprobar que el uso del embolse en las
plantaciones de bananos y plátanos, así como el del mulching en las plantaciones de hortalizas,
no afecta al producto, de hecho, su único punto a favor es que permiten adecuar ciertas zonas
aparentemente estériles en zonas en donde es posible desarrollar una producción agrícola a gran
escala[CITATION Zen18 \l 9226 ].

En contraparte a los escasos beneficios ofrecidos por la plasticultura se encuentran las

absurdas cantidades de desechos provenientes de este, toneladas de plásticos son desechadas una
vez culmina la rotación de cultivos de los cuales solo una pequeña parte de estos es reutilizada,
únicamente aquellos plásticos que cumplan con ser polímeros termoplásticos y a su vez no tener
elevados niveles de insecticidas son capaces de transformarse en un nuevo producto de la era del
plástico, el resto del material no puede volver a introducirse en la cadena y pasará a ser uno más
del montón causando diversos daños medio ambientales aparte de incrementar la contaminación
visual. [ CITATION Zen18 \l 9226 ]

Aunque la falta de estudios sobre el tema no indique un conocimiento nulo, sino escaso,
sobre la realidad del método, sumado al escaso financiamiento de proyectos con el fin de
encontrar nuevos materiales biodegradables capaces de remplazar al plástico en un futuro
cercano, parecen una alternativa lenta pero confiable para solucionar una problemática que ha
estado castigando al planeta por más de medio siglo, la realidad es más cruel de lo que se
muestra a simple vista, pues todo ese plástico no será habrá biodegradado para cuando las
soluciones aparezcan. Solo en ese entonces la sociedad de dará cuenta de lo que hizo
inconscientemente y será muy tarde, pues el problema puede que se detenga, pero no habrá sido
solucionado, solo movido a un segundo plano.

Se puede decir que el plástico es un material que inminentemente será remplazado por otro
que encaje dentro de los parámetros de la sostenibilidad y que a pesar de que no será pronto, la
gente del común tiene la responsabilidad hasta entonces de tomar medidas sobre la marcha,
como, por ejemplo, dejar de utilizar aquellos productos de producción en masa hechos
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principalmente de plástico y otros materiales no biodegradables, para así contribuir a disminuir

un problema que no afecta a unos sino a todos.

El debate sobre la plasticultura, sus ventajas, desventajas y posibles soluciones sigue lejos
de terminar y tanto este escrito como el artículo en el cual se basa, tienen como objetivo ayudar
en este independientemente de la posición que se tome respecto al tema, por dicho motivo y
basándonos en la evidencia expuesta nos consideramos en posición de decir que la única manera
de erradicar este problema de la sociedad, es ella misma; los grandes empresarios invierten
millones en satisfacer las necesidades de las personas y que en el tiempo adecuado lo invertido se
les duplique o incluso más, así que si la gente del común tomamos conciencia de que el modelo
en el que estamos inmersos no trae más que daños irreversibles a las próximas generaciones,
mesuramos el uso del plástico e incentivamos los proyectos vigentes respecto a este tema tal vez
haya un alba para nuestros hijos en donde la economía no requiera más del uso del plástico ni de
una serie de demás crisis no pertinentes al tema.

Obviamente nuestra propuesta no es sencilla de aplicar ni replicar, pues depende de cada

receptor, ya que cada uno solo actúa de acuerdo a lo que considere individualmente correcto, de
acuerdo a lo que quiera lograr; esto no lo vemos como otro problema, solo es una posible
solución, una más de las tantas que deben de haber, de todos modos, soñar no cuesta nada y
asegura el primer paso para generar un cambio.

Bibliografía

Zenner de Polanía, I., & Peña Baracaldo, F. (2013). Plásticos en la Agricultura: Beneficio y
Costo Ambiental: una Revisión. Revista U.D.C.A. Actualidad & Divulcación Científica
16(1), 139-150.