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Otras moniciones las puede hacer laicos. Antes de las lecturas se puede hacer una
en conjunto para todas ellas, sobre todo si tienen unidad entre sí, como en las
grandes fiestas. También se puede hacer una para cada lectura o para algunas de
ellas.
Son breves introducciones del monitor que ayudan a que la comunidad escuche
con más atención. No es fácil hacerlas bien. No deben ser largas, ni resumir el
mensaje del texto como si fuera una breve homilía. No se trata de adelantar o
resumir el contenido, sino de motivar el interés y la escucha con fe. A veces se
puede resumir brevemente el contexto histórico de la lectura o su sentido litúrgico.
Otras veces pueden partir de las circunstancias de la asamblea y presentar la
lectura como respuesta a nuestros problemas. La monición sólo subraya que la
lectura tiene interés para nosotros. Es como “abrir el apetito” antes de degustar los
manjares.
MONICION AL SALMO RESPONSORIAL
Puede ser conveniente hacer una monición breve antes del Salmo responsorial que
sugiera los sentimientos y el sentido del salmo (leccionario, 19). El salmo prolonga
el mensaje y la actitud que suscita la primera lectura. Si hay monición al
Evangelio, se dice antes del canto del aleluya o la aclamación.
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Su servicio a la comunidad requiere un lugar adecuado, visible, delante de
todos, no voz anónima, sin subirse al ambón, el ambón es el lugar reservado
para el anuncio de la palabra.
Que sea un lugar no tan destacado como el ambón o la sede del presidente.
La presencia del monitor ayuda a la comunidad a captar dónde está en cada
momento de la celebración.
*.- Se requiere que esté atento a la celebración y no esté distrayendo a la
comunidad, buscando hojas de cantos o moniciones.
LO MÁS IMPORTANTE DE SU TRABAJO LO HACE ANTES DE LA CELEBRACIÓN.
*.- Póngase de acuerdo con el presidente antes de la celebración sobre todo lo que
se tiene preparado, llevar en orden todo el material.
*.- El monitor debe tener una buena formación litúrgica.
*.- Un monitor no puede dirigir una celebración si no conoce su estructura.
*.- Debe estar bien preparado y presentado ya que está a la vista de la asamblea.
*.- Debe recibir de buen modo los comentarios que le hagan después de su
participación.
*.- No debe desanimarse por las críticas.
Todos los documentos litúrgicos insisten en que las moniciones sean breves.
BREVES: Llevar bien preparados sus comentarios, con una sobriedad que los haga
asimilables.
DISCRETAS. No hace falta que se hagan todas las posibles, sino las que parezcan
más convenientes y que no siempre sean las mismas. Es bueno variar
UNIDAD: Es conveniente que las diga todas una misma persona para evitar la
dispersión, para dar una unidad al conjunto de la celebración.
No se deben hacer desde el ambón sino desde otro lugar y mejor fuera del
presbiterio.
ADECUADAS: Las moniciones que ofrecen las hojas pastorales como “El pan de la
Palabra” son materiales para ser elaboradas en concreto en cada lugar. Son
sugerencias que pueden acomodarse a la realidad de la asamblea, pero debe
hacerlo alguien que entienda el sentido de la liturgia. No es bueno tomar la
costumbre de leerlas tal como están. En cada parroquia se deben acomodar a las
circunstancias de la comunidad.
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APOYO: La monición no está llamada a utilizarse siempre.
*.- La monición no es un elemento constitutivo de la celebración, sino un subsidio
a la misma.
*.- La monición debe hacerse únicamente si lo exige o por lo menos lo aconseja.
ORIENTADORAS: Las moniciones deben servir para ubicar el texto que se va a leer.
FIELES AL TEXTO: Cada pasaje tiene su propio tono y cada gesto ritual su
finalidad. No andarse por las ramas; fidelidad al texto o rito.
OPORTUNAS: El monitor debe saber dar los adecuados silencios para una mejor
asimilación de la palabra.
N.B.- Hay que distinguir lo que es palabra nuestra y lo que es palabra de Dios.
EL ANIMADOR DE LA LITURGIA
El principal animador es el presidente. Pero es bueno que intervengan laicos como
animadores. El animador coordina, de acuerdo con el presidente, los varios
ministerios de la liturgia: cantos, intenciones de la Plegaria universal, las
moniciones. Es como un maestro de ceremonias que todo lo coordina, a veces con
una mirada o un gesto, para que todos los actores funcionen debidamente. Es
como un director de orquesta. Debe ser discreto y no hacerse notar.
Ha tener paciencia, aunque no todo salga bien y disimular los errores. Debe ser
respetado por la comunidad, pero no sobreponerse al presidente ni asumir
demasiado protagonismo. Y tratar de que cada vez vayan interviniendo diferentes
personas.
Debe de estar en un lugar lateral visible, no en el ambón y disponer de un
micrófono. Y antes de la celebración debe tenerlo todo preparado y coordinado con
todos los actores. Por eso necesita más que otros una formación especial, sobre
todo litúrgica. Y debe escuchar a los demás: a los diversos ministros y a los fieles.
Si está preparado, puede ser él quien coordine a todos los ministros (acólitos,
lectores, monitores, cantores…) y tener con ellos charlas de formación y ensayos
para las celebraciones. Puede también asumir roles que en otros sitios hace el
sacristán: encender el amplificador, los micrófonos, las luces, el incensario,
disponer la cruz alzada y los ciriales para la procesión de entrada y ordenar a los
que la integran, poner en su sitio el misal, el leccionario, las ofrendas de pan y
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vino y los vasos sagrados, disponer las vestiduras del presidente, los encargados
de las ofrendas…
LOS AVISOS.
Es bueno comunicar en la celebración las actividades de la parroquia para crear
corresponsabilidad. Así es bueno anunciar: inscripción y horario de catequesis,
cursos de formación, fiestas diocesanas o parroquiales….etc. pero estos avisos no
deben hacerse en la homilía o al terminar ésta. El momento de hacer los avisos es
después de la oración poscomunión y antes de la bendición final. Las puede hacer
el sacerdote o, en coordinación con él, un laico. Deben ser también breves y
discretas.
MOMENTOS DE MONICIÓN
Entrada –Es una invitación a la Asamblea a participar de manera consciente,
activa y fructuosa de la Santa Misa. Se puede hacer mención particular del
momento litúrgico, fiesta o solemnidad en referencia al mensaje central del
mensaje evangélico.
Eje: Hoy celebramos la Resurrección del Señor. Cristo es nuestra Pascua, pues ha
muerto y resucitado, dando ese paso para darnos vida y vida en abundancia. Nos
disponemos a Participar llenos de gozo de esta Santa Eucaristía.
(La Monición de entrada puede hacerse antes de la Antífona o Canto de Entrada o después
del Saludo del Celebrante).
Antes de las Lecturas y del Evangelio –Se hace un breve comentario del
mensaje central de cada lectura y del Evangelio, instando a escuchar atentamente
la Palabra de Dios.
Eje: El apóstol Pablo exhorta a la comunidad cristiana de Éfeso a desarraigar el
hombre viejo y revestirse del hombre nuevo, según Dios.
Eje: En el Evangelio Jesús se muestra como el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas.
(Se puede hacer una Monición antes de cada lectura y del Evangelio, todo de acuerdo con
el sacerdote de la Parroquia).
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Eje: Los discípulos de Emaús reconocieron a Jesús en la Fracción del Pan. Al
participar de este Banquete Eucarístico podemos también reconocerle, porque El
aquí esta.
Despedida –Es una breve exhortación a hacer vida lo que hemos celebrado.
Ejem: Vayamos a anunciarles a todos, que Cristo vive ¡Ha resucitado!
(Se puede hacer antes o después de la Bendición)