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-pluricelulares: son organismos que cuentan con varias células en todo el organismo.
El agua, los iones inorgánicos y las moléculas orgánicas pequeñas constituyen aproximadamente
el 75-85% del peso de la materia viva. De todas estas moléculas, el agua es de lejos la más
abundante. El resto está compuesto por moléculas más grandes, denominadas
“macromoléculas”, que son las proteínas, polisacáridos, lípidos y ácidos nucleicos.
Las células contienen cuatro tipos principales de moléculas orgánicas pequeñas: azúcares,
ácidos grasos, nucleótidos y aminoácidos. Se las puede encontrar libres en el citoplasma o dentro
de alguna organela, vesícula o membrana, donde participan de diferentes procesos. Algunas
pueden ser transformadas en moléculas más pequeñas aún, con el fin de que la célula obtenga la
energía necesaria para sus funciones. Además, la mayor parte de estas moléculas pequeñas son
usadas como “ladrillos” (monómeros) para construir enormes macromoléculas (polímeros): las
proteínas, ácidos nucleicos, lípidos y polisacáridos.
Las macromoléculas, y en particular las proteínas y los ácidos nucleicos, son los componentes
más interesantes y característicos de los sistemas vivientes.
En general podemos decir que la forma de las células está determinada básicamente por su
función. También depende de sus elementos más externos (pared celular, prolongaciones como
cilios y flagelos) y de otros internos (citoesqueleto).
Si aislamos una célula (animal o vegetal) de todas sus vecinas, y además le retiramos sus cubiertas
y luego la introducimos en un medio isotónico, la célula adquiere una forma esférica. Esa es la
forma de las células embrionarias por lo que podríamos deducir que la forma básica de una célula
es esta.