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Editores:
Jorge Abadie Linares
Hugo Pereyra Sánchez
U NI V E R S I D A D N AC IO NA L DE INGENIERIA
P R O Y E C TO H I S T O R I A UNI
LIMA - PERÚ
1998
Agradecemos a UNIPETRO ABC S.A., empresa
petrolera de la Universidad Nacional de Ingeniería,
en la persona de su Gerente General, el Ing. Víctor
Catario C., por haber hecho posible la publicación
del presente libro.
IMPRESO EN EL PERU
PRINTED IN PERU
El libro que José Ignacio López Soria nos entrega es la pintura de una persona:
Eduardo de Habich, fundador y constructor de la UNE En sus páginas se dibuja, deli
cadamente, la imagen del fundador. Acuden para dar forma al personaje hechos tan
gibles y verificables documentalmente (José Ignacio, el que mira, suma a su rigor
intelectual una sólida formación como filósofo e historiador) y también intuiciones
del autor que penetran más allá de la objetividad del documento para revelar el espí
ritu del mirado, del que ya fue, pero que gracias a la aventura intelectual puede estar
nuevamente con nosotros.
José Ignacio introdujo en los años ochenta, en las aulas del posgrado de la
Facultad de Arquitectura de la UNI, el tema de la modernidad en el Perú. Esta etapa
propia de la civilización occidental, cuyos rastros se presentan leves en el renaci
miento europeo y francamente en expansión en el siglo XVIII, con la revolución
francesa, la expansión de la industria, el mercado y el capitalismo, tiene antecedentes
entre nosotros, algunos de carácter suprapersonal, es decir acontecimientos generales
ill
de dimensión social, económica y cultural que la influencia y la hegemonía europeas
trasladaron a nuestra región, pero también sujetos específicos, portadores conscientes
de lo moderno, más precisamente hombres modernos: uno de ellos es Habich. En ese
sentido, la presente obra enriquece la historiografía peruana en la cuestión de la
modernidad.
Estamos frente a una biografía, pero no una biografía a-histórica de las que
tanto abundan, llenas de referencias a sentimientos y valores fuera del tiempo. Es la
biografía de un hombre en su época, en pleno despliegue de la modernidad; con más
precisión, de un hombre en los albores de este proceso. Habich, en su generosa exis
tencia peruana, se planteó como tarea el cultivo de las lógicas de la modernidad den
tro del proceso peruano, muy lejos de actitudes pasibles de ser calificadas como
imposiciones. Al contrario, fue su lucha paradigma de docencia. Como maestro fue
líder de un colectivo de peruanos adelantados para su tiempo que, modernos como él,
aspiraban al desarrollo económico y social del país al que definían como anclado en
atavismos y deficiencias tecnológicas que impedían su progreso. Con ellos fondo en
1876 la Escuela Especial de Construcciones Civiles y de Minas, llamada hoy Univer
sidad Nacional de Ingeniería
Este libro, que dibuja para las actuales generaciones la figura fundadora de
don Eduardo de Habich, es también un homenaje a un peruano ilustre, el Presidente
Manuel Pardo, muerto trágica y prematuramente cuando más lo necesitaba el país.
Pardo encontró a Habich, lo incorporó a la peruanidad y le brindó su confianza para
que plantara sólidamente los cimientos de la ingeniería moderna en el Perú. En el
rumbo trazado por nuestros fundadores transitamos, esperanzados en no equivocarlo
para no defraudar las ideas de los que nos precedieron.
Marzo de 1998.
IV
A Ma len a, con r e n o v a d o
car iñ o de años
ÍNDICE
1. Formación
2. Llegada al Perú
3. Primeras comisiones
4. Interpretación del Perú 17
5. Reforma de la educación 20
Notas del capítulo I 25
1. Objetivos propuestos 39
2. Principios organizativos 47
3. Local y equipamiento 56
4. Estructura administrativa 66
5. Organización y vida académica 72
6. Base económica 83
7. Funciones que la Escuela cumple en la sociedad 86
Notas del capítulo II 102
vil
Capítulo III: Al servicio del estado peruano
Epílogo 165
Bibliografía:
1. Documentos inéditos 167
2. Publicaciones 167
3. Escritos de Habich (orden cronológico) 169
VIH
CAPÍTULO I
FORMACIÓN Y
PRIMERA ACTUACIÓN EN EL PERÚ
i. Formación
2. Llegada al Perú
3. Primeras comisiones
El primer viaje que Habich hiciera por el Perú le convenció de que si eran
muchas las posibilidades que se abrían en el vasto territorio nacional, era también
Habich, el Fundador / 7
muy grande el esfuerzo que había que desplegar para hacer rendir a la tierra los
frutos que de ella se necesitaban. Acostumbrado a la vegetación europea debió
causar admiración en Habich la sequedad de nuestros desiertos costeños,
raramente interrumpidos por frondosos valles. Su primera misión estaba
precisamente relacionada con el problema de la irrigación de esas pampas
desérticas que esperan sólo el agua buena para producir abundosa cosecha.
eficientemente capacitados para el análisis del dato empírico. Estamos, pues, tan
lejos de un empirismo ciego como de un idealismo abstraccionista que construye
planes y proyectos sin partir de la realidad a la que deben aplicarse. Asistimos,
por tanto, a los primeros ensayos de la estructuración de un tipo de estudios,
plasmados después en la Escuela de Ingenieros, en donde teoría y práctica se
aúnan en el esfuerzo del hombre por dominar la naturaleza.
Antes de partir hacia lio, Habich cree conveniente estudiar los planos y
proyectos que firmara el Gobierno Peruano en diciembre del 70 con Deves Fréres
de París y que después fueran traspasados a Enrique Meiggs “... para no marchar
al acaso, sino bien impuesto de todo y guiados por una pauta segura.”(33). Con
estos antecedentes la comisión emprendió viaje a lio, el 18 de diciembre,
llegando al lugar de su destino en la tarde del 21, y comenzando sus operaciones
el 23 en la mañana (34). Todo el día 23 se empleó en el estudio del ferrocarril en
Parcha (lio). El 24 en la noche se trasladó a Moquegua, en donde la opinión del
vecindario no era favorable al ferrocarril. Los moqueguanos, además de dudar
acerca de la solidez de ciertos tramos, protestaban por las expropiaciones hechas
para extender una vía que venía a dañar las cosechas. Para atender a las quejas se
invitó a los vecinos a un paseo por el valle con lo que quedaron satisfechos en sus
reclamaciones. La refacción de algunos tramos de la vía terminó de aquietar los
inquietos ánimos de los moqueguanos. Algunos vecinos notables, sin embargo,
ponían en duda la fuerza de la locomotora y solicitaban, para desvanecer la
sospecha, que se hiciese una prueba. A pesar de que la comisión rechazó el
pedido de los vecinos por inconsistente, la compañíaMeiggs accedió a realizar la
prueba, la cual se llevó a cabo el 3 de enero de 1873, destruyéndose de esta
manera todas las prevenciones (35).
14 / José Ignacio López Soria
Concluidos los estudios de Tacna, Habich debió partir hacia el Cuzco a fin
de revisar el ferrocarril Juliaca-Cuzco que Meiggs construyera. De regreso a
Lima, remite el informe en marzo del 73 con interesantes apreciaciones técnicas
sobre la mencionada vía férrea (45).
Suponemos que después de esta fecha Habich debió gozar de una licencia.
De hecho no vuelven a encontrarse informes dados o firmados por él desde marzo
del 73 a junio del 74. Por otra parte, el 15 de febrero del 73 elevaba Eulogio
li g a d o , vicepresidente de la Junta Central, una nota al Ministro de Gobierno,
Policía y Obras Públicas, proponiéndole la derogatoria del artículo 32 del
Reglamento del Cuerpo de Ingenieros que alude a la necesidad de estar reunidos
todos los miembros de la Junta en los asuntos concernientes a cambios
reglamentarios. Se hace esta propuesta considerando que el ingeniero Eduardo de
Habich va a gozar de una licencia (46). No hemos podido aún dilucidar qué
hicier& Habich durante esta licencia.
El 1 de junio del 74. figura nuevamente Habich firmando las bases del
presupuesto del ferrocarril de Chimbóte a Huaraz y Recuay (47) y del de Juliaca-
Cuzco en otro de sus tramos (48). Suponemos, pues, que se reincorporó a las
labores de la Junta en junio del 74 después de una licencia de alrededor de un
año.
5. Reforma de la educación
Eran ya las 12.30 de la noche cuando tuvo que suspenderse la sesión sin
haber llegado a ningún acuerdo efectivo. En el trasfondo de las actitudes que
podemos colegir de los textos advertimos dos tendencias diferentes aunque no
contradictorias. Los ingenieros extranjeros Habich y Folkierski, de formación
predominantemente empirista, más hechos a las aplicaciones de las ciencias que a
las especulaciones teoréticas, buscaban un tipo de reforma que no encajaba con la
estructura vigente en la Facultad de Ciencias ni, en general, con los sistemas de
enseñanza usuales en la Universidad de San Marcos. Desde la mera formación
empírica de la Escuela de Artes y Oficios hasta las teorizaciones de los científicos
sanmarquinos había un abismo insalvable en nuestro sistema educativo. Ni los
maestros de oficios eran capaces de teorizar ni los científicos abstractos podían
aplicar. La enseñanza científico-técnica en el Perú se hundía en un empirismo
ciego o se elevaba hasta abstracciones inaplicables. Era lógico que los maestros
de San Marcos se considerasen incapaces de organizar y dirigir un centro de
estudios como el propuesto por Habich-Folkierski. Pero en el Perú existía ya un
Cuerpo de Ingenieros. Cuando un día se fundase la Escuela Especial de
Ingenieros recaerían sobre este Cuerpo las labores docentes del nuevo
establecimiento de enseñanza.
presente copia con su original, escrito sobre papel, timbre N° 191, año
1835. Varsovia 26 de Abril de 1867. El Conservador de Actas del Estado
Civil.- Firmados: el abate A. Jakubowski.” (archivo de la familia Habich).
12. Anales del Cuerpo de Ingenieros del Perú. Edición Oficial. Lima, Imprenta
del Estado, 1874. 2. v.l, p.386-396
19. Ibid. p.152-154 “Durante el viaje que hice por el valle de Lucumba(sic) en
el mes de Octubre próximo pasado, he tenido ocasión de practicar algunos
estudios y recoger varias observaciones que pueden dar alguna luz, sobre
el estado del referido valle, y sobre los medios que podría emplear el
Supremo Gobierno para mejorar su situación actual y procurar su futuro
adelanto.” Habich no se contenta con dar un informe técnico. Expone las
sugerencias que le parecen más convenientes para los fines propuestos.
“Según mi parecer, el Supremo Gobierno sin intervención directa, podría
proteger en este valle toda empresa que tuviera por objeto la irrigación y
cultivo de los terrenos altos; aumentar la cantidad de las aguas dulces
disponibles; regularizar el cauce del río; desaguar y secar los terrenos
bajos, defendiéndolos contra las inundaciones. En esta última cuestión que
será de utilidad para todos, es decir, sin perjuicio de nadie, la intervención
del Gobierno debe ser directa/’. El Estado debe, pues, en opinión de
Habich, realizar por sí mismo los trabajos de interés común y facilitar y
proteger la iniciativa privada en aquellas obras que redundan en interés
particular.
21. Ibid. p.180 Informe del Ingeniero Gerrit S. Backus; p.181-182 Informe del
Ingeniero Eduardo Habich.
34 / José Ignacio López Soria
22. Anales del Cuerpo de Ingenieros del Perú. Edición Oficial. Lima, Imprenta
del Estado, 1874. 2.v., v.2, p. 5
24. Ibid. p. 9
25. Hay un error en los Anales del Cuerpo de Ingenieros. Nos referimos a la
p.15 del v.2, en donde la nota remitida por el vicepresidente de la Junta
Central, Eulogio Delgado, está fechada el 31 de diciembre de 1873.
Debería decir 31 de dic. del 72, pues en noviembre del 72 se manda hacer
el programa en cuestión y es aprobado en enero del 73. El informe tuvo
que preceder necesariamente a la aprobación del proyecto.
57. El Peruano, Lima, año 28, t.58, núm.22, 28 ene. 1870, p.l
64. Ibid. p .l l l
65. Página manuscrita, numerada con núm. 4, inserta In: Archivo de la Escuela
de Ingenieros, Documentos de la Escuela, 1876-78-79
DIRECCIÓN DE LA
ESCUELA DE INGENIEROS
1. Objetivos propuestos
Para Polonia Habich podrá ser un héroe, para los profesores de la Escuela
de Puentes y Calzadas de París un brillante alumno; pero, para nosotros, ese viejo
de largos mostachos, canosa cabellera y mirada penetrante es, ante todo, el
Habich, el Fundador / 41
Desde las primeras misiones que Habich cumpliera como Ingeniero del
Estado había caído en la cuenta de tres verdades que orientarán en adelante sus
pasos: el Perú era un país de insospechadas posibilidades en el ramo de la
minería, había que dar a conocer en el extranjero esas riquezas naturales para
atraer a los grupos económicos hacia su explotación, y era necesario formar a
hombres que, armados con los conocimientos técnicos, contribuyeran a la
explotación de las fuentes productivas. Para Habich la respuesta más adecuada a
esta situación se concretaba en la creación de una Escuela de Ingenieros.
En los últimos párrafos del capítulo anterior hemos hecho referencia a los
pasos para la creación de la Escuela. En enero de 1875 el Congreso autoriza al
Ejecutivo para iniciar una Escuela de Minas, destinando 50,000.00 soles para los
gastos de instalación. En el Reglamento General de Instrucción Pública,
promulgado por Manuel Pardo el 18 de marzo de 1876, en el artículo 343, se
alude a la Escuela de Ingenieros debido a la intervención de Habich y Folkierski
Habich, el Fundador / 43
obreros que ofrece para el desarrollo de su bienestar.” (6). Años más tarde, en
1904, en una breve historia de la institución, señala que “La Escuela de
Ingenieros fundada en 1876... correspondía a las necesidades técnicas del país en
aquella época; pero el desarrollo posterior de la industria y las facilidades para
implantar otras nuevas, demandaron una Sección dedicada especialmente a
estudios industriales y por ello se instaló en 1901 la de industrias... Ultimamente,
en vista del inmenso desarrollo de las aplicaciones de la electricidad a todos los
usos industriales y domésticos, particularmente de la costa, en cuanto a las
fuerzas hidráulicas, han hecho decretar (1903) la instalación complementaria de
la Sección de Ingenieros Electricistas...”(7). Continúa esta breve historia
describiendo los objetivos de cada una de las especialidades siempre acomodadas
a “ .. las condiciones peculiares del país...”(8), “...todo esto en la forma y
extensión que mejor convenga a las condiciones peculiares del país e insistiendo
sobre los puntos importantes y de más actualidad...”(9). Y al mencionar la
Sección de Industrias “El gran desarrollo de determinadas industrias y el hecho
de estar el país dotado de materias primas y fuerza motriz de modo excepcional,
hicieron necesaria la instalación de una sección exclusivamente destinada al
estudio de las industrias peculiares del país.”(10). En cuanto a los programas".,
se ha procurado, en cuanto era posible, hacerlos corresponder a las necesidades
reales del país, evitando exageraciones y novedades no consagradas por la
práctica y en nada necesarias al principiante.”(ll). Así, pues, tanto la creación
como el progreso en la enseñanza impartida por la Escuela se han hecho “... a
medida de sentirse la necesidad de ellas...”(12). La breve historia concluye
señalando que “Tal es el estado actual de la enseñanza técnica en la Escuela de
Ingenieros a la cual ha llegado sucesivamente desde su instalación en 1876,
procurando siempre corresponder a las necesidades del país...”(13).
2. Principios organizativos
en el Habich peruano para llevar adelante una obra a cuyos pies nacerían mil
dificultades. No bastaba la enseñanza teórica y académica. Un empirismo puro,
fruto de la enseñanza que se extrae de la mera práctica, aparecía también
insuficiente. Había que unir teoría y praxis, una teoría importada de más allá de
nuestras fronteras y una praxis que, ejercitada sobre la realidad peruana, servía
no sólo como comprobación de la teoría sino como fuente de conocimientos
nuevos y de generación de riqueza.
3, Local y equipamiento
Dadas las pocas simpatías que la Escuela despertaba entre los alumnos y
profesores de San Marcos y lo inadecuado del establecimiento para el desarrollo
de las instalaciones de la Escuela, se hacía cada día más necesaria la búsqueda de
un lugar más apropiado. En julio de 1887 se concede a la Escuela el Colegio de la
Inmaculada de los jesuitas, pero nunca llega a trasladarse a tal dependencia (46).
El Gobierno, accediendo finalmente a las repetidas comunicaciones de Habich,
destina para la Escuela un viejo edificio colonial que sirviera en otros tiempos de
hospital, comisaría, cuartel y colegio militar, ubicado en la calle del Espíritu
Santo(47). Los arreglos necesarios se terminaron en 1890, realizándose el
traslado en este mismo año (48). El mismo presidente de la República otorgó la
licencia de cambio (49). Y así “Desde 1890, la Escuela ocupa su lugar propio,
situado en la calle del Callao 5a -Espíritu Santo- antiguo Colegio Militar.”(50).
En el Libro Mayor de Cuentas pueden constatarse los gastos que ocasionó la
refacción y acomodación del nuevo local (51). La Escuela debía, no obstante,
pagar la merced conductiva del Conventillo de Monserrate al que se trasladó la
Comisaría que funcionaba en Espíritu Santo (52).
4, Estructura administrativa
La Escuela de Ingenieros nacía por ley del 18 de marzo de 1876, como una
especificación del artículo 343 del Reglamento General de Instrucción Pública,
bajo la supervigilancia del Ministro de Justicia, Culto, Instrucción y
Beneficencia. En lo administrativo contaba la institución con dos organismos de
gobierno, el Consejo de Perfeccionamiento y el Consejo Directivo. La marcha
concreta queda bajo la responsabilidad del Consejo Directivo y en especial del
director. Si el Consejo de Perfeccionamiento descarga su tarea en el directivo,
éste lo hace en el director, cuya misión será vigilar la marcha científica,
administrativa y disciplinaria de la Escuela y conseguir los recursos para su
mantenimiento y desarrollo. Para llevar a cabo esta labor, el director cuenta con
un subdirector que lo reemplaza en caso de impedimento y con un grupo de
profesores principales y adjuntos cuyas funciones especifica el Reglamento en
seis puntos: “ Io Dar con regularidad sus lecciones, tanto teóricas como prácticas,
con toda extensión y claridad necesarias; 2° Asistir a los jurados de exámenes; 3o
Tomar parte en las deliberaciones del Consejo Directivo; 4o Cuidar de los
laboratorios y gabinetes que se pongan bajo su dirección y responder de las faltas
68 / José Ignacio López Soria
Eran las tres de la tarde del 23 de junio de 1876. La voz de Habich salía
temblorosa de emoción porque se estaba creando una institución de la que había
hecho el ideal de su vida. Allí estaban Dn. Manuel Pardo, presidente de la
República, y los ministros de Instrucción, Guerra, Gobierno y Relaciones
Exteriores. Llenaban la sala los profesores recientemente nombrados, algunos
maestros sanmarquinos y un nutrido público compuesto de alumnos, mineros y
hombres de industria. Los alumnos esperaban encontrar en el nuevo
establecimiento una profesión que se alejaba de los cauces normales de los
estudios clásicos. Los mineros e industriales, en general, veían en la obra de
Habich el cumplimiento de un viejo deseo: contar con los hombres que eran
Habich, el Fundador / 69
Mientras resuena aún el eco de los aplausos al polaco que se supo ganar la
confianza de los peruanos, el presidente de la República declara inaugurada
Habich, el Fundador / 71
Habich había querido que la Escuela tuviese una sección preparatoria para
facilitar el ingreso a los alumnos que no provenían de la Facultad de Ciencias. Al
regresar de Europa en 1875 fue encargado por Manuel Pardo de redactar el
primer reglamento de la Escuela de Minas, en el que incluyó dicha sección, pero
no llegó a ser aprobado por Pardo (72). En el segundo reglamento, aprobado el 18
de marzo de 1876, no se hace ya mención de la Sección Preparatoria. No
obstante, las circunstancias obligaron a iniciar los estudios preparatorios que
serían incorporados oficialmente en febrero de 1878.
La Escuela había nacido como una respuesta a las necesidades técnicas del
Perú. Su evolución debe ir, pues, a la par del progreso técnico como efecto y
causa al mismo tiempo del dicho progreso. De aquí la urgencia de ir creando
nuevas secciones como la de Peritos Agrimensores de Minas (4 de julio de 1878),
la de Ingenieros Industriales (11 de enero de 1901), la de Ingenieros Electricistas
(12 de junio de 1903). Aunque durante el tiempo de Habich no pasaron de cuatro
las especialidades de ingeniería, la formación se extendía hasta las industrias
químicas y agrícolas, peritaje de minas, sistemas de irrigación, agrimensura y
peritaje de predios rústicos y urbanos. El campo así era más amplio del que
parecen indicar las cuatro secciones (74)
en el Perú estaba todo por hacerse en las áreas de la ingeniería moderna. De aquí
la necesidad de someter a los alumnos a “-.rigurosísimas pruebas ..porque de
otro modo la Institución no llenaría su objeto.” (82).
fomentar a los alumnos aprovechados como U.= Con tal motivo queda de U. muy
att° y s.s.- (firmado) E. Habich.”(91).
San Marcos, con los profesores y alumnos llenan muchas páginas del archivo.
Insistimos, no obstante, en que por encima de las dificultades se respiraba en la
Escuela un clima de familiaridad debido principalmente a la obra del director.
6, Base económica
¿Con qué medios económicos contaba la Escuela para cubrir los gastos de
su mantenimiento? No queremos alargarnos en un tema de cuyos detalles hemos
dado cuenta en el primer volumen de la historia de la UNI. Creemos necesario,
sin embargo, incidir en algunos puntos por la participación que en ellos tuvo
Habich
Muy lamentable debió ser esta situación para Habich tanto por el problema
personal que le creaba como por las penurias a que obligaba a los profesores que
hicieron posible la continuidad de la Escuela durante la ocupación chilena. No es
pues de extrañar que en múltiples comunicaciones dirigidas al Ministerio de
Instrucción y al Ministerio de Hacienda, insista Habich en la necesidad de que se
paguen los sueldos devengados a sus profesores (117).
Las leyes nos dicen solamente qué funciones debía cumplir la Escuela,
pero no puede deducirse de ellas cuáles haya de hecho cumplido. Conviene
advertir sin embargo que lo que fuera pensado como simple Escuela de Minas en
1875, nace de hecho en 1876 como Escuela de Construcciones Civiles y de Minas
y se abre pronto a otras industrias y a la formación no sólo de ingenieros sino de
peritos agrimensores o ayudantes de los primeros.
historia occidental. Si hasta ahora hemos mirado la institución desde dentro para
examinar su organización, es preciso verla ya desde fuera y ubicarla, analizando
sus funciones, en un marco más amplio que le dé sentido. La vida misma de
Habich adquiere significación plena dentro de este marco. Si descuidásemos este
aspecto, en un afán por ceñirse a los esquemas tradicionales de las biografías, no
sólo se nos volvería incomprensible el personaje sino que nuestro mismo trabajo,
hecho de muchas horas de investigación y rastreo, devendría una narración
cronística, pero carente de valor histórico. Aislado del proceso histórico, el
individuo pierde significación para el historiador.
industriales que laboran en sus propias empresas, a las que impulsan más
eficazmente. Asistimos, pues, como consecuencia de la apertura de la Escuela de
Ingenieros, al nacimiento de una burguesía urbana que hará de la técnica un útil
instrumento al servicio de intereses particulares y colectivos. La utilidad es el fin
máximo, el método positivo el camino hacia ese fin, y el liberalismo la visión
desde la que se organizan la sociedad y las relaciones humanas. Esta burguesía,
unida en un principio a los intereses del capital extranjero, invertido en el Perú,
se irá consolidando a su sombra hasta constituirse en grupo social diferenciado
en épocas que escapan a los estrechos límites de esta biografía.
Los siete volúmenes de que consta la colección de los Anales, de los que
seis pertenecen a la primera serie que abarca desde 1880 a 1887 y uno a la
segunda aparecido en 1901, reúnen 26 trabajos, además de las introducciones de
Habich. Quince de estos artículos se refieren a la minería, tres al Laboratorio de
Docimasia, dos a las construcciones en el Antiguo Perú, dos a legislación minera
e industrial, uno a metalurgia, aguas mineras, aguas potables y otro, finalmente, a
la Explotación Internacional de París de 1878. Antonio Raymondi contribuye con
seis artículos, P.E. Remy con cuatro, J. Torrico y Mesa, T. Olaechea, P.F. Chalón
y M. du Chatanet con dos cada uno, y E. Delsol, E. Martinet, L. Pflucker y Rico,
R. de la Fuente, A.L. Nolf, A.A.Elmore, M. Fort y J.A. Loredo con uno cada uno.
El Boletín saldrá una o dos veces al mes al costo de 1.20 soles por
trimestre, 2.00 soles por semestre y 0.40 soles por número suelto. Dada la índole
de la publicación, se edita en 8 hojas tamaño folio, de fácil manejo. Su estructura
conserva siempre cierta regularidad. Suele comenzar con los decretos
gubernamentales sobre temas de industrias y comercio, emitidos en el mes
anterior. Viene después una sección que abarca artículos diversos, que cuando
son largos se publican por entregas, sobre temas técnicos. Se incluyen también
noticias sobre la Escuela de Ingenieros, además de la sección “Variedades” que
inserta noticias breves sobre comercio, industria, novedades técnicas,
comunicación etc. En la Sección “Precios Corrientes” se indican los precios
promedios de los minerales en el transcurso del mes
2. Ibid. p.3-4
5. Loe. cit.
6. Loe. cit.
9. Ibid. p .ll
29. Annales des Ponts et Chausées. Mémoires et Documents relafif a l’art des
constructions...3 serie. París, Garilian-Goeury et vor Dalmont, 1851. p.
257-258
39. Convenio entre el R.P. Prior del Convento de Santo Domingo y el Director
de la Escuela de Construcciones Civiles y de Minas. In: Archivo de la
Escuela de Ingenieros. Diferentes comunicaciones de autoridades y
particulares. Lima, 1883, sin foliar.
60. De E. Habich aVentura Marcó del Pont, Lima, 26 jul. 1881, In: Copiador
de Cartas. 1881-1884, fol. 7-8
66. Informe del Min. de Hacienda y Comercio, 25 jul. 1890. In: Copiador de
Oficios. 1889-1890. fol. 320
75. Aguillón, Louis - L’Ecole des mines de Paris. Notice histórique. Paris,
Vve Ch. Dunod éditeur, 1889. p.186-187, 190, 228-234. Annales des Ponts
et Chaussées... Op. cit. p. 257-258, 263, 257-266
80. Lima, 2 abr. 1891. In: A.E.I. Relativo a Metalurgia y Tecnología. 1891
1897, s.f.
87. De E. Habich a Sra. Da. María L. Requema, Lima, 15 jun. 1883. Ibid. fol.
60. Ver también : Ibid. fol. 61, 63, 125, 129, 130, 137
89. Boletín..., Lima, Serie II, 1(2) :13, feb. 1906 Ibid. 1 (59 : 57, ago. 1907
93. De E. Habich a Gálvez y Villa. Lima, 30 oct. 1886. In: Copiador de Cartas.
1886 - 1888, fol. 1 -2
128. Habich, Eduardo - (Introducción al 1.1. de los Anales). Anales ..., Lima, 1 :
V-VI, 1880
AL SERVICIO
DEL ESTADO PERUANO
nuevamente este organismo aunque ahora tenía una muy significativa orientación
hacia la industria minera. La fiebre de las grandes construcciones había pasado.
Las exigencias de búsqueda de nuevas fuentes productivas, que en esos
momentos se hacía angustiosa, requerían de un cuerpo de ingenieros que
dirigiese el proceso de extracción y laboreo de los productos mineros. Por
resolución suprema, y atendiendo a los postulados del nuevo Código de Minería,
se instala el Cuerpo de Ingenieros de Minas el 21 de marzo de 1902 (6). No
pensamos que entre 1884 y 1902 Habich se haya encerrado en la Escuela. Como
miembro del Consejo de Obras Públicas sirve al Estado en múltiples comisiones
cuya sola enumeración llenaría varias páginas. Por otra parte, diversas entidades
estatales y municipales siguen pidiendo la colaboración de Habich como
podemos advertir por los Copiadores de Informes, unos de los cuales, el
correspondiente a los años 1889 a 1893, comprende un total de 240 folios.
Antes de partir hacia París Habich recibe las credenciales de las diversas
dependencias estatales que le acreditaban como representante del Perú ante los
Congresos que habrían de celebrarse en la capital francesa durante la Exposición
Internacional (16).
Sale, pues, Habich del Callao el 14 de agosto (19) llevando dos mil soles
para atender a los numerosos pedidos formulados por el Gobierno Peruano (20).
Llega a París en la segunda quincena de setiembre “...después de un largo viaje
de treinta y cinco días...”(2l).
Ingenieros de Lima, que debo decir, tiene su reputación tan bien establecida que
V.E. debe estar satisfecho de ella y el Perú mirarla con orgullo como el primer
establecimiento de su género en la América del Sur.- De V.E. Att° y S.S. (firmado)
E. Habich.”(23).
llevado una vida lánguida durante más de catorce años hasta que la Exposición
Internacional de París vino a darle el realce que necesitaba. Cuando Habich
recibió el nombramiento del Gobierno Peruano ya la Conferencia había
concluido sus reuniones por lo que nuestro representante se vio en dificultades
para conseguir el material que había dado a luz. No obstante, gracias a sus bien
aprovechadas relaciones parisinas, pudo reunir una abundante bibliografía al
respecto y entablar las conexiones adecuadas para beneficiar al Perú del trabajo
desarrollado por la Conferencia del Metro. Nuevamente sugiere Habich al
ministro que sea la Escuela de Ingenieros la encargada de supervigilar los
modelos de medidas, el metro y el kilogramo, hechos con una aleación de platino
e iridio, y de ir implantando en el Perú el nuevo sistema (40).
oficiales, sino también en los usos y costumbres generales del país.- Además de
las condiciones especiales del Perú que exige el empleo de las medidas
decimales, la República tiene a tal respecto una obligación internacionl (sic),
pues desde 1872 ha intervenido en las sesiones de la Convención del Metro y
adheridos definitivamente en 1875 a todos sus acuerdos; por manera que el Perú
como los demás países que han aceptado la Convención, cuyo número se eleva
hoy a 35...debe propagar el empleo de las medidas decimales, participar de los
acuerdos relativos a estas medidas y contribuir al sostenimiento de la Oficina
Central Internacional establecida en Sevres cerca de París.”(49).
No bastaba, pues, legislar sobre la obligación del uso del sistema métrico
decimal. Se hacía necesaria la instalación de una oficina de verificación en Lima,
tal y como fuera programada en el Reglamento del 23 de abril de 1869 en su
título II, y de oficinas departamentales y municipales que llevasen a la práctica
cotidiana la verificación de las pesas y metros utilizados en todo el país. “En la
actualidad, salvo las verificaciones más o menos precarias, que se hacen por las
Municipalidades, no existen, ni la Oficina Central, ni las Departamentales.- La
primera que debe verificar los patrones municipales y públicos, hay necesidad de
reorganizarla y proveerla de los aparatos y útiles necesarios, pues que de otro
modo ¿qué seguridad puede tenerse no ya de las medidas usadas por el público,
sino también en los patrones municipales que sirven para verificar aquellos?
Creemos, por tanto, que la autoridad suprema se verá obligada a tomar las
providencias necesarias para dar seguridad al país en la exactitud de las pesas y
medidas.- Otra medida que contribuiría en gran manera a la adopción general del
sistema decimal, sería el acostumbrar a ellas a los ciudadanos desde su tierna
132 / José Ignacio López Soria
edad, para lo cual sería necesario proveer a las Escuelas primarias, secundarias, y
en general, a todos los establecimientos de instrucción, de modelos, cuadros,
compendios, etc. de pesos y medidas, y así, por su simple vista y
sistemáticamente, se iría acostumbrando a su uso.”(51).
Parece que los gastos que la instalación de tal oficina supondría para el
Gobierno, en una etapa en la que se intentaba resurgir después del desastre
económico de la Guerra con Chile, eran una dificultad insoslayable. A fin de
allanar este escollo que entorpecía, por otra parte, las transacciones comerciales
entre el Perú y las naciones o grupos económicos interesados en la inversión de
capitales, Alberto A. Elmore, siguiendo la política ya trazada por Habich,
propone que la Escuela se haga cargo de las funciones que debería desempeñar la
Oficina Central de Verificación pues “... el personal, el local, y los elementos de
que dispone ese Establecimiento, son otros tantos recursos de inmediata
aplicación al objeto expresado, sin gravamen (sic) para el Estado, y con la
garantía de acierto que resulta de su sólida organización y buena dirección.”(53).
Francesa.- Los prototipos adoptados por la Conferencia son, para el metro, una
aleación de Platino e Iridio en proporción de 1/10 de segundo, en cuanto metal; y
en cuanto a forma, la de sección transversal llamada en X. Para el Kilogramo, se
ha adoptado el mismo metal, y como forma la cilindrica, de base circular con
diámetro igual a la altura.- Con la aprobación de estos prototipos, y los asuntos
relativos a los trabajos de la Oficina Internacional y sus gastos, terminó la
conferencia su reunión, que sólo ha podido efectuarse después de catorce años de
su creación, sin embargo de que conforme al Reglamento (art. 7), las reuniones
debían celebrarse cada seis años, por lo menos.- Si el delegado del Perú hubiese
asistido a la reunión, quizás habría tenido que pedir que se definiera con más
claridad el carácter internacional de la oficina de Sevres, sus trabajos futuros,
atribuciones y obligaciones.- Conforme al artículo 16 del Reglamento adjunto a
la Convención de Mayo 20 de 1875, el Comité corresponde con los Gobiernos
por medio de Ministros acreditados por ellos en Francia, y por su conducto, se
envían las publicaciones de la Oficina Internacional, las que para el Perú son en
número de cinco ejemplares. Estas restriccionesdificultaban en algo los reclamos
directos y la consecución de varios de los objetos indicados en el Decreto de US.-
la. Respecto a los prototipos del metro y kilogramo, visto el gran gasto que
ocasionaría su adquisición, creo que ésta puede postergarse por algún tiempo, y
que debe primero prepararse un lugar para guardarlos con todo el cuidado y
seguridad debido. Es muy de sentir que se perdieran en tiempo de la ocupación
chilena, los prototipos antiguos del metro y kilogramo de platino que existían,
pues hubiera bastado mandarlos rectificar por la Oficina Internacional,
contentándose con ellos por algún tiempo. Actualmente creemos que podría
ordenarse la construcción de un número competente para conservarlos luego en
las oficinas municipales como tipos reglamentarios, lo que podría hacerse con
reducido gasto.- 2o Las publicaciones de la Oficina Central son ya numerosas,
bajo diversas formas, como Procés-verbaux, Rapports, Mémoires, las que
contienen los acuerdos y decisiones del Comité y de la última Conferencia, como
también de la Oficina Internacional y memorias científicas en ella ejecutadas.- La
Oficina Internacional hace estudios metrológicos de toda especie, que son
importantísimos, y para ello usa aparatos que hoy son, puede con justicia decirse,
la última expresión de la exactitud y precisión. Estos estudios acompañados de
los términos correlativos son objeto de sus informes y memorias, y dan a estos
Habich, el Fundador / 135
Wiese en las que se le remiten los ejemplares de las publicaciones del Comité
Internacional de París (57). A pesar de este encargo, parece que en el Perú no se
entendía la necesidad de pertenecer a tal institución. El Perú adeudaba dos
anualidades al Comité y, al parecer, no había intención de saldar tal deuda pues
el ministro de Relaciones Exteriores no sólo descuidaba estos asuntos por falta de
tiempo sino porque“... yo creo- dice a Habich- que no sería de ninguna utilidad
para el Perú. Más aún, estimo conveniente que pensemos en denunciar la
Convención de 1875, aprovechándonos para ello de lo estipulado en su artículo
13, y agradecería a US. que me diese algunas instrucciones sobre la materia.
¿Qué ventajas reporta al Perú de esa Convención? ¿Por qué ha de desembolsar
anualmente 658 francos sólo por la satisfacción platónica de contribuir al
sostenimiento del Comité Internacional del Metro? ¿Cuándo necesita ni cuándo
ha pedido los prototipos de rigurosa exactitud matemática que el comité está
llamado a conservar?.- Pero si el Gobierno del Perú no cree conveniente
denunciar la Convención de 1875, entonces es necesario que pague con toda
puntualidad su cuota, a fin de no exponerse al bochorno de estar siempre en
deuda con una oficina internacional.”(58).
A pesar del descuido del ministerio encargado del asunto, parece que la
presión de los científicos y comerciantes sobre los miembros del Legislativo
surtió el efecto buscado. El 21 de setiembre del 91 el Congreso aprobó la ley de
creación de la Oficina Central de Pesos y Medidas, que fue ratificada por
Remigio Morales Bermúdez, presidente constitucional de la República, con fecha
8 de octubre de 1891. Dicha oficina, establecida en la Escuela de Ingenieros,
tenía la función de conservar y depositar los prototipos de pesos y medidas. La
oficina quedaba bajo la vigilancia de la dirección de la Escuela e integrada por el
director, un delegado de la Municipalidad de Lima, un representante del
comercio y tres profesores de la Escuela. La oficina se encarga de la implantación
del sistema métrico decimal en el Perú y de mantener relaciones con las
municipalidades de provincias, con los organismos semejantes extranjeros y con
la Oficina Central de Sevres (60). La Escuela de Ingenieros correría con los
gastos que tal oficina ocasionase.
Muy largo sería seguir paso a paso las gestiones realizadas por Habich
como presidente de la Comisión Central de Pesos y Medidas. La ley no puede
romper las viejas costumbres y en la práctica siguen usándose los antiguos
módulos de medición. En 1897, después de seis años de instalada la Comisión y
de cerca de treinta desde que se estatuyese la obligatoriedad de las nuevas
medidas, Habich sigue quejándose a través del Boletín de que todos los buenos
oficios“... se quedaron sin resultado alguno, no obstante la urgente necesidad de
hacer cesar la incertidumbre que reina en los pesos y medidas, causando daños
muy serios. Esta incertidumbre se nota no sólo en los pesos y medidas empleados
por las industrias y el comercio, pero hasta en las oficinas públicas, como pasa en
las aduanas, donde las constantes quejas de los comerciantes y las
representaciones de sus Cámaras al Ministerio de Hacienda, lo han hecho
pública. No insistiremos más en los perjuicios que causa en general la inexactitud
que existe en los pesos y medidas, por falta de prototipo con que se podría
compararlos; y así, verificar las medidas oficiales de aduanas, municipios, etc.-
Desde 1885, el infrascrito ha publicado artículos en el Boletín sobre los daños
que irroga la coexistencia de las medidas antiguas con las nuevas, y la falta de
seguridad en estas últimas.- No dudamos que tan apremiante necesidad
encontrará una solución satisfactoria.”(67).
concluiremos sin recordar que, desde el año 1885, no hemos cesado de llamar la
atención hacia este asunto, tan importante y que toca tan de cerca al país”(68).
grupos económicos europeos del final del siglo XIX estaban empeñados en crear
sistemas internacionales aceptados de comercialización. Un factor importante de
este sistema eran los métodos de medición. Al aceptar definitivamente el Perú el
uso del sistema métrico decimal, si bien se posibilitan las relaciones comerciales
con los grandes trust que controlaban el movimiento económico mundial, se
inscribía más adecuadamente en la órbita económica occidental. Pero la división
internacional del trabajo ya había asignado al Perú el papel de extractor y
exportador de materias primas y el de importador de productos manufacturados.
La inserción en el sistema implica, al mismo tiempo, aceptar las relaciones
sociales propias del sistema.
5. Obras públicas
La mente de los gobernantes que llamaron a los ingenieros extranjeros
estaba orientada hacia la utilización de los servicios de estos hombres en las
obras públicas. El Perú vivía por entonces, décadas del 1860 a 1870, una etapa de
abundancia económica debido a la comercialización del guano y trataba de
invertir el superávit en obras que facilitasen el acceso a las zonas productivas y
que contribuyesen al desarrollo urbano. Era la época de los ferrocarriles, de los
grandes empréstitos, de los Dreyfus y de los Meiggs, de los proyectos Eiffel y de
la renovación de cementerios, teatros, mercados, etc. Perú creía vivir un presente
pletórico de posibilidades, olvidado de la riqueza histórica que albergaba en su
seno y miope para las proyecciones futuras. El olvido y la miopía se llamaron
Guerra con Chile, ocupación del territorio nacional por las fuerzas invasoras y
nada respetuosas de lo ajeno. La guerra significó la destrucción de mucho de lo
nuestro, la pérdida de riquezas nacionales, la depredación de los bienes culturales
y la desconfianza de buena parte de la abigarrada sociedad peruana con respecto
al grupo socio-político dirigente. La guerra significó también el derroche de
heroísmo a borbotones, pero trajo como aciaga consecuencia el desastre, y el
desastre arrastró consigo la angustia que germinó en gritos desesperados, en
denuncias a lo González-Prada, en desorientado anarquismo. ¿Qué podía ser ya
de las obras públicas que con tanta euforia se iniciasen en la bien calificada por
Basadre “prosperidad falaz”? Los ingenieros extranjeros, acostumbrados a los
Habich, el Fundador / 141
6. Código de Minería
No deja de causar extrañeza que un país eminentemente minero como el
Perú careciese de una ley de minería adecuada a las circunstancias de los
tiempos. Difícil se hacía para la Escuela de Ingenieros dirigir el proceso de
extracción, beneficio y comercialización de productos regulados aún por las
Ordenanzas de 1785. A estas Ordenanzas se sumaban asistemáticamente las leyes
emitidas durante la República, la más importante de las cuales databa de 1877.
Podemos fácilmente imaginarnos la inadecuación que existiría entre las
Ordenanzas Reales y las leyes posteriores. Parecería que el Perú Republicano,
demasiado atento a la explotación de aquellas fuentes productivas que, como el
Habich, el Fundador ¡ 145
extranjero y que despertase allí, como reconoce Alberto A. Elmore, más interés
que en el Perú. El articulado del Código es una copia fiel de los vigentes
principios liberales. Defensa de la propiedad privada, libertad para el uso y abuso
de la misma, escasa ingerencia del Estado, cuya labor quedaba reducida a firmar
el contrato con el propietario y al derecho de cobrar el bajo impuesto de quince
soles por pertenencia minera al semestre, podrían ser los rasgos fundantes de la
estructura legal que orientará en adelante la situación de la minería en el Perú.
Con razón podía decir Alberto A. Elmore “Este es el sistema más liberal que
puede adaptarse en la materia...”(84).
República poner en vigencia el Código de Minería, usando como base los proyectos
de 1888 y un nuevo estudio formulado por Federico Moreno a nombre de la Sociedad
Nacional de Agricultura y Minería (88).
¿Qué había pasado en el transcurrir del tiempo desde 1888 hasta 1896? El
mismo Habich, en una historia que traza del Código de Minería, explica la
situación. “Desde esta época -1888- los Congresos sucesivos nombraban
comisiones para el estudio del proyecto presentado; pero sensible es decir que
ninguna de estas comisiones lo ha hecho, ni ha presentado informe alguno, a
pesar de las reclamaciones de los mineros, las opiniones favorables emitidas por
las altas autoridades extranjeras en la materia y los cambios que se introducían en
las legislaciones mineras de México y Ecuador, etc. adoptando estas bases
análogas y algunas disposiciones del indicado proyecto.- En el año 1893, el
Sr. Federico Moreno redactó un proyecto de Código de Minería que fue premiado
por el Ministerio de Hacienda, y es el que se cita en la ley del Congreso y
decretos que se han dado al respecto.- Tal fue el estado de las cosas que las
inquietudes anteriores hacían prolongar, cuando restablecida la tranquilidad, el
Supremo Gobierno por decreto de Agosto 16 de 1896 confió a la Sociedad de
Minería, la redacción de un Código, tomando por base los proyectos de Código
de Minería de 1888 y el del Sr. Moreno .- La Sociedad de Minería, asesorada por
algunos miembros de las Comisiones de Minería del Senado y de la Cámara de
Diputados, redactó el proyecto de ley, tomando como base de sus estudios el
Código de 1888; proyecto que posteriormente se modificó en ciertas partes y fue
remitido al Supremo Gobierno con fecha 9 de Enero del corriente año. Dicho
proyecto de ley de minería lo firmaron los Sres. E. Malpartida, F. Gildemeister,
A. Garland, H. Gaffron y E. Montero.”(89).
7. Exposición de Chicago
“Lima, Mayo 26 de 1891.- Habiéndose aceptado la invitación del gobierno
de Estados Unidos de América para concurrir a la Exposición Universal de
COLON, que debe inaugurarse el 1° de Mayo de 1893 en la ciudad de Chicago,
en celebración del descubrimiento de América, y siendo necesario dar unidad a
los trabajos utilizando la iniciativa particular, para el acopio de los productos
mineros, manufacturados y agrícolas, así como también para coleccionar los
datos históricos, y arqueológicos desde la época incásica, hasta la emancipación
política del Perú; Nómbrase con el carácter de ad honorem, una comisión central,
compuesta por los Sres. D. Eduardo Habich, D. Eulogio Delgado, D. Ricardo
Palma, D. Ricardo Rossel, D. Eugenio Larrabure y Unánue, D. Federico Elmore,
D. Ernesto Malino.wski, D. Samuel Palacios y D. Gavino Pacheco.- Esta
comisión se extenderá directamente con las departamentales que nombren los
Prefectos y podrá si lo cree conveniente nombar (sic) delegaciones provinciales y
de distrito.- Comuniqúese, regístrese y publíquese.- Rúbrica de S.E.
Valcárcel.”(91).
Con la dación del anterior decreto se inicia otra de las comisiones en las
que Habich interviene al servicio del Gobierno. Muy pronto es elegido presidente
de ella, con lo que comienza a pesar sobre sus hombros la ardua tarea de
representar al Perú lo más dignamente posible en la Exposición Internacional de
Chicago. Gustoso acepta Habich esta responsabilidad, consciente de que así
contribuiría a hacer más conocido el Perú en el extranjero, lo que atraería la
inversión de capitales. Creyéndose entonces que la única vía posible hacia la
explotación completa de las riquezas naturales era el inversionismo extranjero,
Habich se constituye en el primer motor de esta tendencia, inconsciente del lado
negativo de ella. Si podemos llamar con Basadre “falaz” a la prosperidad que se
derivaba de los grandes empréstitos, no menos falaz ha terminado siendo esa otra
prosperidad basada en el inversionismo de capitales foráneos. La inversión
extranjera contribuía ciertamente al desarrollo nacional, pero centraba al Perú
alrededor de los intereses de las metrópolis económicas extranjeras. Al calor de
este tipo de ordenamiento internacional se van gestando los grupos internos que
actúan de bisagra. Con esta situación tienen que ver muy de cerca las
Exposiciones, que no eran sino exhibiciones de los recursos en materias primas
152 / José Ignacio López Soria
Basten estas palabras como muestra del interés despertado hacia el Perú
en una exposición internacional en la que cada país presentaba los productos más
característicos a fin de darlos a conocer a los grupos económicos extranjeros y
facilitar así el inversionismo exterior. Habich, que conocía los resultados de este
tipo de eventos por su participación en la Exposición de París de 1889, y que, por
otra pane, creía en la necesidad de la inversión extranjera para la explotación de
nuestras riquezas naturales, no ahorraba esfuerzo, en su calidad de presidente de
la Comisión encargada de preparar la representación del Perú en Chicago, por
contribuir a que el Perú estuviese dignamente representado y no se repitiesen los
fracasos de la Exposición de París.
Internacional de Chicago.”(97).
5. Ibid. p. 127
12. De Eduardo de Habich al Sr. Castel, Lima, abril, 29, 1889. In:
Correspondencia Exterior. 1881-1891, s.f.
13. Decreto de 26 de julio de 1889, Lima. Boletín ., Lima, 5 (8): 58, set. 9,
1889
Habich, el Fundador / 157
14. Decreto del 2 de agosto de 1889, Lima, Boletín..., Lima, 5(8): 58-59, set.
9,1889
17. De E. Habich al Ministro de Instrucción Pública, Lima, ago. 12, 1889. In:
Copiador de Oficios. 1889-1890, fol. 137
18. De E. Habich al Ministro de Instrucción Pública, Lima. ago. 14, 1889. In:
Copiador de Oficios. 1889-1890, fol. 139
23. París, nov. 8, 1889. In: Copiador de Cartas, 1889-1891, fol. 144 y 148-149
25. De E. Habich al Director General de Hacienda, Lima, oct. 19, 1891. In:
Copiador de Oficios. 1890-1891, manuscrito de 6 folios inserto entre fol.
243 y 244
Lima, jul. 4, 1890. In: Copiador de Cartas. 1889-1891, fol. 156-159; nota
en fol. 159
Ver también otros documentos relativos a este asunto. In: Copiador de
Oficios. 1889-1890, fol. 139; Copiador de Cartas. 1889-1891, fol. 145,
146, 147, 152-53, 156-59.
41. Ibid. p. 52
45. De E. Habich al Oficial Mayor, Lima, nov. 11, 1885. In: Copiador de
Oficios. Documentos Oficiales. 1881-1886, fol. 239-43; nota en fol. 240
49. Ibid. p. 76
50. Habich, Eduardo - Observaciones sobre Pesos y Medidas. Boletín .., Lima,
2(1): 6, ene. 1886
61. De E. Habich al Director General de Instrucción. Lima, ago. 29, 1891. In:
Copiador de Oficios. 1890-1892, fol. 253-254
63. De M.T. Silva a E. Habich. Lima, nov. 19, 1891. In: Archivo de la Escuela
de Ingenieros. Comunicaciones relativas a la Oficina de Pesos y
Medidas...l891, s.f.
68. Habich, Eduardo - Oficina Central de Pesos y Medidas. Boletín .., Lima,
14(4): 29, may. 1898
70. De E. Habich al Director de Fomento. Lima, jul. 15, 1904, y Lima, jul. 19,
1904. In: Copiador de Oficios. 1899-1906, fol. 837-840
71. Libro de Caja. 1905-1907, fol. 29. Se detallan los gastos de la Oficina
Central de Pesos y Medidas. Se pagan al Secretario 25 soles mensuales.
73. Lima, dic. 27, 1890. In: Archivo de la Escuela de Ingenieros. Varios
Informes...1890-1891, s.f.
Boletín..., Lima, 6(12): 89, dic. 1890. “Lima, Diciembre 17 de 1890.- De
conformidad con lo dispuesto en el artículo Io del SupremoDecreto de 19
de junio de 1886; organízanse las comisiones consultivas del Ministerio de
Gobierno, con el siguiente personal...De Obras Públicas... D. Eduardo
Habich...”
75. Lima, abr. 16, 1892. In: Copiador de Oficios. 1890-892, fol. 393
Ver otros documentos sobre el tema:
Ibid. fol. 396, 402,413, 476. Este último es el envío del informe preparado
por la Comisión presidida por Habich y remitido el 5 de agosto de 1892.
Copiador de Informes. 1889-1893, 2 ago. 1892, se transcribe el informe de
Habich. T. Elmore y H. Farge, titulado “Teatro Municipal de Lima.
Informe sobre el anteproyecto presentado por los Establecimientos Eiffel y
Cía de París”. Este mismo informe puede verse en El Comercio, Lima,
ago. 1892.
80. Decretos del Gobierno. Lima, 19 ene. 1888. Boletín..., Lima, 4(1): 2, feb.
1888.
86. Habich, Eduardo - Nuevas Leyes Mineras. Ibid. 9(6): 43,jun. 1893
89. Habich, Eduardo - Código de Minería. Ibid. 13(5): 36, jun. 1897
90. Resoluciones del Ministerio de Fomento, Lima, 15 may. 1896. Ibid. 13(5):
33,jun. 1897
92. Habich, Eduardo - Exposición Universal de Chicago. Ibid. 7(9), oct. 1891
prnesútes y alumnos
de la
Escuda be Ingenieros
H su director
$r. Jibt¡t^ilttK.ihí|fnItirl!
■*;í5
Tengo que terminar diciendo que escribí este libro hace veinte años y que
fue el primer fruto de la investigación que emprendí poco después de mi ingreso
como docente a la UNI en 1967. Los trabajos que desarrollé para reconstruir la
biografía de Habich me sirvieron para reunir y organizar los materiales que luego
usaría en Historia de la Universidad Nacional de Ingeniería, T. I: Los años
fundacionales (1876-1909), texto que vio la luz en 1981. Los originales del libro
sobre Habich quedaron, sin embargo, a la espera de una oportunidad para ser
publicados. Esta se presenta hoy, gracias al decidido apoyo del rector de la UNI,
Arq. Javier Sota.
Mientras tanto, dentro del marco del Proyecto Historia UNI, hemos
publicado recientemente Habich, una biografía breve del fundador de la UNI,
que inicia una serie dedicada a reunir biografías de ingenieros, arquitectos y
científicos que hayan contribuido significativamente al desarrollo en el Perú.
Publicamos hoy el texto tal y como fue escrito entonces. Es evidente que
ha corrido mientras tanto mucha agua bajo los puentes del Rímac, pero ello no
invalida ni los datos de la biografía ni la manera de organizados. Hemos, sin
embargo, eliminado algunas frases y recortado otras a fin de dejar más nítidos el
perfil del personaje y las características de su época.
1. Documentos inéditos
La larga lista de documentos inéditos que hemos citado a lo largo de las
páginas de esta biografía se conservan en el Archivo Histórico de la Universidad
Nacional de Ingeniería. Fueron guardados por la bibliotecaria Juana Pareja, a
cuyo celo por los papeles y libros viejos de la UNI se debe su conservación. Hoy
constituyen el fondo bibliográfico y documental del Proyecto Historia UNI cuyo
objetivo general es reconstruir la historia de la ciencia y la tecnología en el Perú
para enriquecer la visión de la historia peruana.
2 . Publicaciones
2.1 Aguillon, Louis - L ’Ecole des Mines ei d ’usines. Notice historique. Paris,
Vve Cha Dunod éditeur, 1889. 254 + 35 p.
2.3 Anales del Cuerpo de Ingenieros del Perú. Edición oficial. Lima, imprenta
del Estado, 1874. 2 v.
168 / José Ignacio López Soria
2.21 Reglamento General de Instrucción Pública del Perú. Lima, imprenta del
Estado, 1876. 79 p.
3.2 Valle de Azapa (Informe). In: Anales del Cuerpo de Ingenieros del Perú.
Lima, imprenta del Estado, 1874, 2 v., v.l, p. 398-414
3.3 Hospital para Arica (informe). In: Anales del Cuerpo de Ingenieros del
Perú. Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.l,p. 143-146
3.4 Ensanche del Puente viejo de Lima (informe). In: Anales del Cuerpo de
Ingenieros del Perú. Lima, imprenta del Estado, 1874, 2 v., v.l, p. 433-436
170 / José Ignacio López Soria
3.9 Iglesia de Fierro para Arica (informe). In: Anales del Cuerpo de
Ingenieros del Perú , Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.2, p. 90-92
3.10 Iglesia Matriz de Tacna (informe). In: Anales del Cuerpo de Ingenieros del
Perú , Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.2, p. 94-97
3.12 Reglamento del Cuerpo de Ingenieros (informe). In: Anales del Cuerpo de
Ingenieros del Perú, Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.2, p. 7-39
3.14 Iglesia de Tacna (informe). In: Anales del Cuerpo de Ingenieros del Perú,
Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.2, p. 338-341
3.15 Puente Balta (informe). In: Anales del Cuerpo de Ingenieros del Perú,
Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.2, p. 341-345
3.16 Puente sobre el río Rímac (informe). In: Anales del Cuerpo de Ingenieros
del Perú, Lima, imprenta del Estado, 1874. 2 v., v.2, p. 367
3.20 Sur les roulettes. Nouvelles Annales de Mathématiques. París, 3ene Série,
t.l, 1882,4 p.
3.26 Sur les rayons de courbure de deux courbes que rencontrent les tangentes
de’une troisieme courbe sous des angles liés par une relations donnée.
Bulletin de la Societé Mathématique de France. París, 13, 1885, 4 p.
3.30 Recaudación del impuesto sobre exportación de minerales. Boletín .., 1(3):
23-24, may. 1885
3.38 Industria del azogue. Boletín... 2(2): 11-13, feb. 1886; 2(3): 19-22, mar.
1886; 2(4): 30-32, abr. 1886; y 2(5): 35-37. may. 1886
3.42 Legislación de Minas del Perú. Boletín... 2(9): 65-67, set. 1886; 2(11): 81
84, nov. 1886; 2(12): 89-91, dic. 1886; 3(1): 2-4, ene. 1887, 3(2): 9-11,
feb. 1887; 3(3): 17-21, mar. 1887; 3(4): 24-28, abr. 1887; 3(5): 34-37,
may. 1887; y 3(6): 41-43,jun. 1887
3.46 Tarifas de ferrocarriles. Boletín... 3(4): 30-31, abr. 1887; 3(11): 81-84,
nov. 1887; y 3(12): 90-92, dic. 1887
3.52 El cobre y su reciente alza de precio. Boletín... Lima, 4(1): 4-5, feb. 1888;
y 4(3): 22-23, abr. 1888
3.55 Introducción al t.5° del Boletín... Boletín... 5(1): 1-2, ene. 1889
3.57 Valor de la plata con relación al oro. Boletín .. 5(7): 52-55, jul. 1889
3.61 Exposición peruana de Chicago. In: Anales de Obras Públicas del Perú
(año 1891). Lima, imprenta de la Industria, 1898, p. 230-233
3.67 Oficina Central de Pesos y Medidas. Boletín... 8(4): 28-31, abr. 1892
3.70 Ingeniero Tomás Agudio (necrología). Boletín... 9(2): 9-10, mar. 1893
3.72 Nuevas leyes mineras. Boletín .. 9(6): 43-45, jun. 1893; y 10(4) : 27-29,
may. 1894
3.77 Manuel Mariano Echegaray (necrología). Boletín ..12(3): 18-19, abr. 1896
3.103 Escuela de Ingenieros. Boletín...20(1): 3-4, mar. 1904; y 20(2): 10-12, abr.
1904
3.105 Oficina Central de Pesos y Medidas. Boletín... 20(5): 34-35, ago. 1904
3.108 Introducción al t.Io, serie 2a del Boletín... Boletín..., serie 2, 1(1): 1, nov.
1905
3.111 Precios relativos al oro y la plata. Boletín... serie 2, 1(4): 51, ene. 1907
3.113 Introducción al t.2. serie 2a del Boletín... Boletín... serie 2, 2(1): 1, dic.
1908
3.114 Industria del Papel. Boletín... serie 2, 2(1): 12, dic. 1908
FUCHS,Fernando 61,64
FUENTES,Manuel Atanasio 20, 21, 22,37, 102, 103
GAFFRON, H. 150
GALVEZ,P. 79
GALVEZy VILLA 108
GARCÍA CALDERÓN (Pdte. 1881) 85
GARCÍA GODOS, Artidoro 61, 82, 159
GARLAND, Alejandro 137, 150
GILDEMEISTER, F. 150
GONZÁLEZ - PRADA 88, 89, 140
GRANDA,José 20,22,46,48, 57, 59, 61, 71, 81, 82, 100, 102
GUEVARA, Alejandro 65
GUIDO DE VIGNAU, Alejandro 7, 8, 14
GUILLEMAIN 2,25,28, 29, 30
HABICH, Edgardo de 166
HABICH, Eduardo de 166
HABICH, Esther de 166
HABICH, Gustavo 27
HABICH, Luis 25,28
HABICH,Mathilde 25,28
HABICH, Marta de 166
HABICH,Virginia B. de 116
HIRSCH 133
IBÁÑEZ 133
IZCUE.J. R. 81, 82
JAKUBOWSKI, A. 26
KILANOWSKI, Pablo Jean 25
KRUGER, Ladislao 71
LAMBERT, Q. 28
LANGUASCO de HABICH,Juan 27, 166
LARRABURE y UNÁNUE, Eugenio 151
LASALLE 125
LASZSZYNSKI 28
LEROY,J. 90
180 / José Ignacio López Soria
SILVA, M. T. 161
SOTA, Javier 165
STEPINSKI 123
STROZYSKI 28
TELLO, M. 105
TORRE, J. M. déla 113
TORRICO,R. 59
TORRICO y MEZA, J, 82,97
ULLOA, Casimiro 20
URETA, Daniel 137
VALCÁRCEL 151
VALDIZÁN, Darío61, 82, 104
VILLA, E. 79
VILLA, Juan C. 64
VILLARREAL,Federico 61,138
VILLAVICENCIO,Pedro 29, 30
WAKULSKI,Francisco 61, 71, 82
WEILER 32
WEILER, Alfredo 9
WIESE, Carlos 136,161
WOLTMAN 61
YECKEL 16, 17, 82
ZEVALLOS, Luis D. 38, 103
Indice Toponímico (*)
Cuzco 16
Ecuador 15, 64, 80, 118, 149
Egipto 15
España 130
Estados Unidos 64,141,151, 152, 153
Europa 3, 17, 18, 20, 21, 30, 38, 51, 52, 61, 71, 73, 77, 87, 88, 94, 97, 98, 99,
101,112, 114,116,117,118, 119,120,121, 122, 123, 124,125, 126,127,128,
129,147,148,159
Francia 2, 3, 4, 6, 27, 32, 42, 52, 61, 73, 87, 94, 114, 119, 123, 126,
128,134,137
Galicia 31
Higueras 78
Honduras 118
Huánuco 40
Huaraz 16
lio 13, 14, 34
Inglaterra 114
Italia 118, 120, 122, 123, 127
Juliaca 16
Kiev 2 ,3 1 ,4 0
Kieff (debe ser Kiev) 26
La Libertad 97
La Molina 126
La Oroya 8, 18, 142
Laoca (río) 7
Latinoamérica 119
Lima 2, 4, 6, 8,9, 17, 18, 24, 26, 28, 29,30, 32, 34, 36, 37, 38, 43, 47, 51, 56, 57,
59, 60, 63,73,74, 81, 94, 98, 100, 102, 103, 104, 105, 107, 108, 109, 110, 117,
118, 119, 120, 122, 123, 126, 128, 130, 131, 135, 137, 141, 142, 151, 152, 153,
156,157,158, 159, 160, 161, 162,163,164
Locumba 7, 8, 33, 36
Lcrredo 78
Madrid 52, 53, 63, 73, 104, 107
Habich,eí Fundador / 185
Mazoise 28
México 149
Montevideo 63,90
Moquegua,7, 8, 13, 14, 34
Moquegua,Valle de 78
Nueva York 62
Panamá 80, 92,118, 121, 126, 127, 128
Parcha 13
París 1,2, 3, 4, 5, 6, 1 3 ,25,26,27,28,29, 31, 39,40,41, 42,46, 52, 62,63,66,
72,88,95, 107, 112, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123,124, 127,
128, 129,131, 133, 135, 136, 141, 152, 153, 154, 157
Perú 4, 5,6, 11, 17, 19,20,21, 23, 30, 32, 34, 39, 40, 41,42,43, 44, 45,46, 47,
48, 53, 54, 55, 56, 59, 60,62, 63, 64, 72, 73, 74, 75, 76, 80, 87, 88, 89, 91,92, 94,
96,97,98,99, 100, 101,103, 111, 112, 114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121,
122, 123, 124, 125, 127,129, 130, 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137, 139, 140,
142, 143, 144, 145, 146,147, 148, 149, 150, 151, 152, 153, 154, 155, 161, 162,
163, 164, 165, 167
Polonia 1,2, 3,4, 26,27, 31, 40
Polonia Austríaca 4, 26, 27
Polonia rusa 26
Portugal 63
Puno 9 1
Quito 62
Recuay 16
Rímac (río) 8, 9, 17, 18, 165
Rinconada 78
Rusia 1,31
San Petersburgo 2, 3, 26
Saint Etienne 63
Santo Domingo 118
Sebastopol 27
Sena 123
Sevres 131, 133,134, 136,137, 161
1 8 6 / José Ignacio López Soria
Spira 16
Tacna 14, 15, 16, 17, 142
Tamarugal, pampa de 6, 19
Tarapaeá 6, 7
Uruguay 118
Utcuyacu (Hacienda) 84
Varsovia 1, 25, 27, 28
Venezuela 63, 149
Vicentelo 8
Washington 63