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Fecha: 16 de Junio de 2019

Título del Sermón: El mensaje de Jesús

Versículo Bíblico: San Lucas 4:18~19

Lc 4:18~19 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha


ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a
los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a
los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año
agradable del Señor.

Jesús fue a Nazaret, donde se había criado, y en el día de reposo, entró

en la sinagoga a enseñar y explicar cuál era su misión. La presencia del

Espíritu Santo en Jesús era para dar libertad a todos los oprimidos.

Hoy en día, cuando servimos a Jesús, hay muchas veces que separamos

la libertad y liberación. Sin embargo, el Espíritu Santo es un espíritu de

libertad y liberación. Si el Espíritu Santo está presente en la iglesia,

muchas personas oprimidas por el diablo serán liberados. Por lo tanto,

debemos clamar la presencia del Espíritu Santo, para que nos libre de

toda opresión y nos libere.

1. El evangelio de las Buenas Nuevas a los pobres

Si vemos en la Palabra de hoy, en San Lucas 4:18, dice:


18
Lc 4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido

para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los

quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los

ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;


La unción del Espíritu Santo estaba en Jesús para transmitir las Buenas

Nuevas a los pobres.

¿ Qué tipo de pobre se está refiriendo? Aquí pobre se refiere a los pobres

de espíritu. A causa del pecado el espíritu ha muerto por lo que hay

pobreza espiritual. También, pobre se refiere a los pobres de corazón, es

decir, a los que perdieron la esperanza, alegría y paz; y viven en medio

de la angustia y preocupación. Además, están los pobres que sufren de

debilidad física y enfermedad; y están los pobres en la vida cotidiana y

económica, es decir, los que no tienen que comer y pasan hambre.

Todos los que están pasando por medio de una pobreza espiritual, o son

pobres de corazón, o son pobres físicamente, o tienen pobreza

económica, el Señor quiere bendecirles y liberarles de toda atadura de la

pobreza. Aunque Jesús siendo el Hijo de Dios, nació y vivió en una familia

humilde por nosotros.

En 2Corintios 8:9, dice:

2Co 8:9 9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que

por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su

pobreza fueseis enriquecidos.

El Señor Jesús, siendo Dios, se hizo pobre por nosotros, y vino a esta

tierra. Dios, se despojó de sí mismo, para vestirse como hombre viviendo

durante 33 años, siendo entregado y matado inocentemente, para


librarnos de toda pobreza.

2. Pregonar libertad a los cautivos

Jesús dijo que vino a este mundo para dar libertad a los cautivos. Antes

de creer en Jesús, éramos totalmente esclavos del pecado. En nuestros

corazones solo había rencor e ira, para que seamos infelices, como

también teníamos pobreza espiritual y física, y enfermedades, siendo

completamente prisioneros del diablo, para ser destruidos por él, pues el

diablo vino para robar, matar y destruir. Sin embargo, si el Señor entra en

nuestras vidas, el diablo no resiste un instante su presencia, por lo que

se retira y se va.

Una vez tuve la oportunidad de tener una conferencia en una universidad

de Virginia en los Estados Unidos, y uno de los botones del hotel en el

que me hospedé siempre sonreía y era muy amable.

Yo estaba comiendo con todos los presentes, pero cuando me pongo

nervioso, no puedo digerir y no tengo apetito alguno. Cuando comemos

entre amigos podemos conversar tranquilamente y disfrutar de la comida,

pero si comemos con personas que no tenemos una amistad íntima, nos

ponemos un poco nerviosos.

Ese día terminé la conferencia, otras personas me invitaron a comer, pero

me negué muy amable y educadamente, y le pregunté al botón del hotel

si no había un restaurante tailandés cerca. El botón, muy amable, me


respondió diciendo que él mismo me llevaría hasta el restaurante.

Así que me subí en su auto, y fuimos al restaurante recorriendo toda la

ciudad. Yo, muy agradecido le dije: “Quisiera invitarte a almorzar conmigo,

pues has manejado mucho y sé que no fue fácil encontrar este

restaurante”. Nos sentamos en la mesa, y el hombre empezó a llorar. Yo,

muy asustado le dije: ¿ Por qué lloras? El hombre muy emocionado me

respondió: “Pastor Cho. Hace 2 años he leído su libro, y me ha tocado

bastante. Yo le pedí en oración a Dios que quería comer a solas con Ud”.

No obstante, mientras oraba también me decía a mí mismo: “¿Cómo

crees que el Pastor Cho comerá contigo siendo que eres negro?, es una

oración casi imposible de cumplir”. Pero, ahora sé que Dios ha

respondido a mi oración.

Los padres de ese hombre se habían divorciado cuando él era pequeño,

y creció con mucha ira y resentimiento en su corazón. Se metió en una

pandilla, era violento, se drogaba, y había cometido muchos delitos, por

lo que entraba y salía de la cárcel.

Cuando la policía lo buscaba por tráfico de drogas, su madre le dijo que

se escondiera en la casa de su padre. Fue a la casa de su papá biológico,

pero su padre se había vuelto a casar, y la esposa de su papá era una

ferviente cristiana. Mientras vivía con ellos, él solo escuchaba historias

de Jesús, y se iba a las fuerzas a la iglesia. Pero un día, mientras


escuchaba el sermón del Pastor, empezó a arrepentirse, a llorar, y fue

bautizado por el Espíritu Santo.

Tan pronto como el Espíritu Santo llegó a su vida le liberó completamente

de todos los rencores, adicciones y maldades. Desde ese momento, su

corazón se inundó de alegría y solo alababa y adoraba a Dios de ser

transformado y restaurado, y ahora es un siervo del Señor, su vida entera

lo entrega en servicio, y predica a los drogadictos ministrando a cada uno

de ellos. Como sus ingresos como pastor no son suficientes, se dedica a

ser botón. Luego él me dijo: “Ni la FBI, ni la policía podían hacer que yo

cambiara, pero luego de recibirle a Jesucristo como mi Salvador, fui

cambiado, trasformado y soy una nueva persona”.

¿ Quién puede cambiar y transformar a las personas? La transformación

no se logra con el poder del hombre. Solamente por el poder de Jesús,

cuando él entra a las vidas, esas vidas cambian inmediatamente.

Jesucristo nos libera del pecado y la muerte. Nuestro Dios es Dios de los

milagros y es nuestro gran Señor que nos hace libre de toda atadura.

3. Dar vista a los ciegos

Jesús dijo que vino a dar vista a los ciegos. Cuando el Espíritu Santo se

manifiesta da vista nuevamente a los ciegos. Las personas que no creen

en Jesús tienen ojos pero no ven, pues sus espíritus están muertos, y no

conocen el mundo espiritual.


Si vemos en San Juan 3:3, dice:

Jn 3:3 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que

no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Es imposible decirle a una persona ciega que vea o explicarle un hermoso

paisaje, de la misma manera, es imposible explicarle a una persona el

mundo espiritual, pues no puede verlo. Debido a que el espíritu está

muerto a causa del pecado, no conocemos la obra del Reino hasta que

somos restaurados y revividos espiritualmente. Cuando el Espíritu Santo

entra en nuestros corazones, podemos conocer la obra del cielo pues

estamos despiertos espiritualmente.

En el libro de 2Reyes capítulo 6, vemos que el ejército sirio sitió el lugar

donde estaba Eliseo para capturarlo. Su criado se levantó de mañana y

vio que toda la ciudad, con gente de a caballo y carros, los rodeaban. El

criado empezó a desesperase y le dijo a Eliseo: “Ah, Señor mío, ¿ Qué

haremos?” Debido a que sus ojos espirituales estaban ciegos, él no podía

ver el ejército de Dios que los rodeaba. Sin embargo, Eliseo oró, y dijo:

“Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea”. Entonces,

Jehová abrió los ojos del criado, y éste vio que el monte estaba lleno de

gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.

Hoy, en este mismo instante, si alguien cree en Jesucristo y se arrepiente,

es restaurado, y Dios abrirá los ojos espirituales para que conozca el


mundo espiritual. Además, cuando nuestros ojos espirituales son abiertos,

tenemos paz en nuestros corazones, porque sabemos que Dios nos

protege con sus ángeles que acampan a nuestro alrededor.

4. Poner en libertad a los cautivos

Jesús dijo que vino a poner en libertad a los cautivos. Cuando el diablo

ataca nuestros cuerpos es cuando nos enfermamos. El diablo quiere

destruirnos de varias formas. Siempre anda alrededor de nosotros para

acusarnos y confundirnos, y luego apegarse a nuestras vidas. El diablo

se pega como una sanguijuela y hace que nos desgastemos. Además,

nos presiona de tal manera que nos estresamos, y luego de un tiempo, si

no le reprendemos y echamos fuera, hace que caigamos en situaciones

muy difíciles y dolorosas.

El diablo hace que nosotros digamos: “¡Qué difícil! ¡Qué doloroso!, así no

puedo vivir, deseo morirme”. Si no reprendemos y echamos fuera al

demonio, éste entra en los corazones y obra de manera negativa,

haciendo que uno se suicide, o mate a su familia, y llevándolo a algo más

brutal. Sin embargo, cuando el Señor Jesús obra, todos los oprimidos por

el diablo son totalmente libres y liberados.

Cuando llega la primavera, los árboles empiezan a florecer, y los pastos

vuelven a brotar a pesar de haber sido aplastados por una piedra. De la

misma forma, una persona que ha sido atacada por el diablo, cuando
Jesús entra en esa vida, su vida será restaurada a una nueva y buena

vida, y prosperará en todos los aspectos.

Un día tuve una campaña en Oklahoma, estaba muy agotado antes de

llegar ahí pues había dado dos conferencias anteriormente en Nueva

Orleans.

Tuve entrevistas en la televisión, prediqué ante miles de personas, no

había descansado. Así, con todo ese cansancio llegué hasta Oklahoma,

y ni bien aterrizamos fui a la iglesia que me había invitado.

Unos 2000 hermanos se reunieron, y fueron tocados y testigos de la

Palabra de Dios. Después de terminar de predicar, mis piernas

empezaron a temblar. Así que le dije al pastor de la iglesia: “No tendré

ninguna reunión, quisiera descansar un rato antes de volver al hotel,

déjeme dormir un poquitito”. Yo le había dicho de esa forma al pastor de

la iglesia, pero el pastor al entrar en su oficina me dijo que dos personas

habían venido desde Chicago, y me estaban esperando en el lobby del

hotel, así que tuve que ir al hotel.

Estas dos personas para verme y encontrarse conmigo estuvieron más

de 4 horas en el lobby del hotel. Así que fui junto a ellos, y les pregunté

diciendo que querían. Estas dos personas eran un matrimonio, al marido

le diagnosticaron cáncer pulmonar terminal y la esposa estaba con cáncer

gastrointestinal y de útero. Sin embargo, un día cuando el esposo oraba,


tuvo un sueño. Jesús se le apareció en el sueño y le dijo: “El pastor Cho

va a estar en los Estados Unidos, búscalo y pídele que ore por ti, entonces

serás sano”.

Ellos no sabían que yo iba a los Estados Unidos, pero cuando el Señor le

habló en su sueño, empezaron a contactarse por todos lados para saber

dónde iba a estar yo, y fue justo cuando salía de Nueva Orleans y me

dirigía para Oklahoma, y ellos partieron tomando un vuelo de Chicago.

Nos encontramos, y aunque estaba muy cansado empecé a orar

fervientemente por ellos. Dos días después, el hombre llamó desde el

aeropuerto para contarme que esa noche empezó a toser y toser, y veía

como los pedazos de masas de canceres del pulmón salían de su boca,

estaba muy agradecido y feliz de haberse sanado completamente.

En la actualidad, podemos ver que muchas personas que eran oprimidas

por el diablo, fueron salvadas y sanadas en el nombre de Jesucristo.

Jesús sigue obrando hoy día, y da libertad. En el libro de los Hechos de

los Apóstoles 10:38, dice:

Hch 10:38 38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús

de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los

oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

El diablo oprime y hace esclavos a las personas, pero donde está el Señor

Jesucristo da libertad a todos los oprimidos. Al ser oprimidos por el


enemigo, llegan las enfermedades. Es por eso que debemos reprenderlo

y echarlo fuera. ¿ Quién puede reprender al diablo? Todos los que le

tenemos a Jesús como Salvador, debemos saber que Jesucristo nos dio

el poder de reprender al diablo, y que tenemos poder y autoridad para

echar fuera al diablo y sus demonios. En San Lucas 10:19, dice:

Lc 10:19 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y

sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.

Por lo tanto, debemos decir: “En el nombre de Jesús de Nazaret, te

reprendo y echo fuera. Te ato en el nombre de Jesús, y sal, en este

instante, de mi cuerpo”.

Al principio del ministerio, yo les pedí a unos miembros de la iglesia que

reprendieran los demonios de un poseído. Un abuelo reprendía de esta

forma: “demonio, te pido por favor que salgas de este cuerpo, por favor”.

En ese momento, cuando vi lo que pasaba, le dije al abuelo: “¿Qué está

haciendo Ud.? El abuelo me responde: “Es que está causando tanto dolor,

por lo que le estoy pidiendo por favor que se vaya”. Hermanos/as, el

diablo nunca se irá si le pedimos “por favor” que se vaya. El diablo debe

ser reprendido y echado fuera en el nombre de Jesús.

Nosotros tenemos que decirle: “diablo inmundo, en el nombre de Jesús

te ordeno que salgas de este cuerpo, te echo fuera”. Si lo hacemos de

esta forma el diablo desaparecerá de nuestras vidas, y huirá.


El Señor desea que nosotros prediquemos y hablemos de las buenas

nuevas y que seamos salvos por medio de la fe.

Ef 2:8 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de

vosotros, pues es don de Dios

Nosotros somos salvos por la gracia de Dios. La salvación no se recibe a

cambio de las buenas obras, sino solo por medio de la gracia y

misericordia de Jesús somos salvos por la fe en el mérito de la sangre de

Cristo. El sacrificio de Jesús fue por nosotros. Nuestro eterno Dios, para

salvarnos del pecado y la muerte, tuvo que morir en la cruz por nosotros,

y de esa forma darnos la salvación y hacernos nuevas criaturas.

Además, Jesús recuperó lo perdido por la caída de Adán. Adán perdió, a

causa del pecado, las bendiciones del Edén, la comunión con Dios y la

vida eterna, pero con la llegada de Jesús todo eso fue restaurado.

Gracias a Jesús somos restaurados y ahora podemos vivir con Dios

diciéndole “Abba, Padre”, comunicándonos con él y disfrutando de las

bendiciones del Edén.

La salvación de Jesús es una experiencia personal, que se extiende a

nivel social, nacional y universal. Hermanos/as, se acerca la segunda

venida de nuestro Salvador, no somos eternos en este mundo, por lo

tanto, tenemos que llevar el mensaje de salvación a todos para que

experimenten personalmente de la salvación.


Hermanos/as, disfrutemos de la libertad que el Señor nos ha dado. Todo

aquel que se presenta delante de Jesús es liberado del pecado y la

injusticia, y recibe el perdón y justicia. Asimismo, es libre de toda

enfermedad y maldición, y recibe la bendición y prosperidad de Abraham,

También es liberado de la muerte obteniendo la resurrección y vida eterna.

Deseo que todos nosotros seamos bendecidos, libres y liberados en el

nombre del Señor para vivir una vida feliz, próspera y bendecida.

Oremos: Dios Padre, lleno de amor. Tú nos has dicho que seremos

prosperados en todas las cosas, tendremos salud y prosperarás

nuestras almas. Señor, ayúdanos a buscar primeramente tu reino y

justicia, para que seamos prosperados, liberados y llenos de tu

santo Espíritu, para servirte en todo momento. Ayúdanos a vivir una

vida conforme a tu voluntad. Todo esto te lo pedimos en el nombre

de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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