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Fecha: 23 de Junio de 2019

Título del Sermón: Los cuatro leprosos y el campamento sirio

Versículo Bíblico: 2Reyes 7:3~8

2Re 7:3~8 3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los


cuales dijeron el uno al otro: ¿ Para qué nos estamos aquí hasta que
muramos? 4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay
en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también
moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios;
si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
5
Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios;
y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie.
6
Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se
oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército;
y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo
contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios,
para que vengan contra nosotros. 7 Y así se levantaron y huyeron al
anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el
campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas.
8
Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en
una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allíplata y oro y vestidos,
y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí
también tomaron, y fueron y lo escondieron.

No todo es color de rosas en esta vida, hay veces que nos encontramos

en situaciones de desesperación y dolores de la vida. ¿ Qué decisión y

elección deberíamos hacer cuando nos encontramos en momentos de

oscuridad, problemas, sin tener rumbo alguno? En la Palabra de hoy

podemos ver que está registrado la vida de cuatro personas y la

respuesta de cómo estas personas han superado situaciones dolorosas.

1. Una ciudad llena de desesperació n

Si vemos en el libro de 2 Reyes, vemos que Ben-adad, rey de Siria, tenía


guerra con Israel, y sitió a Samaria. Y hubo gran hambre en Samaria, a

consecuencia de aquel sitio, y todo el pueblo empezó a sufrir hambre. El

hambre fue tanto, que hasta habían decidido comerse a sus propios hijos.

La situación de las personas en ese lugar era de completa desesperación.

Eliseo había hablado al pueblo de forma positiva, como dice en el libro de

2Reyes 7:1:

2Re 7:1 1 Dijo entonces Eliseo: Oíd palabra de Jehová: Así dijo Jehová:

Mañana a estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos

seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.

Sin embargo, el pueblo respondió de manera negativa. Si vemos en

2Reyes 7:2, dice:

2Re 7:2 2 Y un príncipe sobre cuyo brazo el rey se apoyaba, respondió al

varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería

esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de

ello.

Las palabras de Eliseo eran difíciles de creer tanto en sentido como

razonamiento humano. ¿ Cómo era posible creer en esa situación cuando

el hambre era latente, hasta el punto que eran capaces de comer a sus

propios hijos, que iba a haber comida repentinamente? Era difícil creer

que iban a tener comida al día siguiente, ni siquiera debían esperar un

mes o un año. Sin embargo, la fe es creer en Dios, aunque todo sea


invisible, inaudible e intocable, la fe trasciende la razón y los sentidos, es

creer en nuestro Dios de lo imposible, creer en Dios quien resucita a los

muertos.

Hermanos/as, la fe requiere determinación en seguir la razón humana o

creer en la Palabra de Dios. Todos nosotros debemos hacer un serio

compromiso. En este momento habrá personas que estan pensando: “En

el pasado experimenté los milagros, ¿ Será que volveré a experimentarlos

nuevamente? ¿ Será que Dios sigue haciendo milagros?”.

No obstante, hoy quiero decirles que nuestro Dios es el mismo ayer, hoy

y siempre, por lo tanto, no debemos decaer ni mucho menos

desesperarnos o perder las esperanzas, sino debemos creer en Dios y

tener esperanzas solo en él.

2. Las personas que optaron por la esperanza

En la Palabra de hoy podemos ver que hubo personas que optaron por la

esperanza a muerte. Esas personas son los cuatro leprosos que estaban

a la entrada de la puerta. Como tenían lepra fueron alejados de la

sociedad, viviendo aislados de las personas, y comiendo lo que le daban

fuera de la ciudad. Pero como en la ciudad no había comida, ellos también

iban a morir de hambre en el lugar donde se encontraban.

Estos cuatro leprosos se reunieron fuera de la puerta y tuvieron una

reunión urgentemente, preguntándose unos a otros: “¿Qué tenemos que


hacer para vivir en este valle de muerte?”. Ellos comenzaron a juntar

opiniones y llegaron a una conclusión diciendo: “Si tratamos de entrar en

la ciudad moriremos de hambre, y si nos quedamos aquí, también

moriremos”. Para ellos la única esperanza era pasarse al campamento

de los sirios. Sin embargo, todo dependía de los sirios, dejarles vivos o

matarlos, pero allí había esperanzas. Ellos decidieron ir hacia la

esperanza poniendo en riesgo sus propias vidas, ya que si se quedaban

en el lugar donde estaban también iban a morir.

¿ No les parece una decisión muy difícil? A pesar de que sabían que

podían morir tomaron la decisión de seguir la esperanza. Morir o vivir,

rumbo hacia la esperanza. Si morimos, muramos en esperanzas.

Hermanos/as, Dios se conmueve y alegra con este tipo de fe. En el libro

de Hebreos 10:38, dice:

He 10:38 38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi

alma.

Dios nos da siempre su esperanza. En Jeremías 29:11~13, dice:


11
Jer 29:11~13 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de

vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el


12
fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y

yo os oiré; 13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo

vuestro corazón.
Dios desea darnos esperanzas y futuro. Por lo tanto, cuando estos cuatro

leprosos se decidieron por la esperanza, Dios utilizó a estas personas

para salvar al pueblo de Israel.

Llegó la hora que estos cuatro leprosos se dirijan hacia el campamento

de los sirios. Ellos, ya habían pasado varios días sin comer, por lo que no

tenían fuerzas y estaban sin energías. Por la lepra, a lo mejor no tenían

dedos en los pies, se tropezaban y caían, perdiendo el equilibrio, mientras

se iban hacia el campamento. Ellos se apoyaron el uno al otro, y

pensando en positivo, dieron pasos de esperanzas.

Lo sorprendente es que estos cuatro leprosos no caminaron solos. El

Espíritu Santo estuvo con ellos. Ellos tuvieron sueños, fe y proclamaron,

haciendo que Dios les ayude cada paso que daban.

Dios le había dicho a Eliseo palabras milagrosas de que mañana a estas

horas, a la puerta de Samaria, iba a haber venta de alimento, y para

cumplir su promesa buscó personas para ser utilizadas. Como el rey y los

ministros estaban completamente pesimistas, Dios utilizó a estos cuatro

leprosos quienes tenían pensamientos positivos, ganas de vivir, y eran

soñadores, pues ellos creyeron que vivirían.

¿ Cómo utilizó Dios a estos cuatro leprosos? Dios caminó con los cuatro

hombres y cada vez que caían, Dios hacía que se alentaran unos a otros,

y ese sonido era como un estruendo para el ejército enemigo. Dios obró
en estos cuatro leprosos, y cada vez que ellos avanzaban hacia adelante,

los enemigos escuchaban como si un gran ejército se les acercaba.

Los cubiertos y platos vacíos que utilizaban para mendigar se golpeaban

entre sí produciendo ruidos, que para el ejército sirio era como lanzas y

espadas, y cada vez que los leprosos tropezaban y caían, para el ejército

contrario era como si avanzara una gran cantidad de personas. Cuando

los cuatro hombres hablaban, se animaban y se consolaban mutuamente,

para el ejército enemigo era escuchar palabras de victoria y que serían

derrotados.

Los sirios, al escuchar estruendos de carros, ruido de caballos y estrépito

de gran ejército, empezaron a asustarse y tener miedo. A lo mejor se

estaban preparando para cenar, pero al oír repentinamente que un gran

ejército se acercaba a ellos, huyeron rápidamente, abandonando sus

tiendas y todas sus pertenencias, diciéndose unos a otros: “El rey de

Israel ha tomado a sueldo para que vengan contra nosotros. Salgamos

corriendo de aquí”.

Hermanos/as, Dios está y obra con quienes se aferran a la esperanza,

tienen un corazón positivo y optimista, y avanzan hacia adelante. Dios se

unió a la marcha de estos cuatro leprosos, y le dio una gran victoria.

3. Marchar con el Espíritu Santo

¿ Qué tenemos que hacer en la actualidad para caminar y marchar con el


Espíritu Santo? Por medio de nuestros pensamientos, sueños, fe y

proclamación, en la cuarta dimensión, marchamos con el Espíritu Santo.

Lo que debemos aprender de esta historia de los leprosos es el

pensamiento positivo que tenían. Si estos cuatro leprosos hubiesen dicho:

“Todo se acabó. Aunque vivamos seremos tratados como leprosos y no

como personas. Así que es mucho mejor morir ahora”. Si pensaban de

manera negativa, todos ellos iban a morir a causa de la desesperación

que sentían.

Hermanos/as, el enemigo no está afuera sino está dentro de uno mismo.

La desesperación que uno tiene dentro es una gran amenaza. En

Proverbios 25:28, dice:

Pr 25:28 28 Como ciudad derribada y sin muro, es el hombre cuyo espíritu

no tiene rienda.

Nuestro Dios Padre no ayuda ni socorre a aquellas personas que tienen

pensamientos negativos y se sienten derrotados. Por lo tanto, los que

padecen de una enfermedad no deben pensar que van a morir, aunque

la medicina y los doctores no la pueden sanar, nuestro Dios sísana y cura.

Tampoco aquella persona que está con deudas debido al quiebre de su

negocio debe pensar en morirse. Si clamamos y oramos a Dios, él abrirá

caminos para vivir. Ante cualquier situación que estemos atravesando,

debemos ser positivos para que Dios obre de manera sobrenatural en


nosotros.

Luego, debemos soñar para seguir adelante en la marcha. Dios nos

enseña hoy por medio de su Palabra que hay esperanzas en aquellos

que tienen sueños, sin importar cuán desesperados o preocupados estén.

Cuando fui a Francia para dirigir una gran cruzada evangelística, llegó

hasta el lugar una mujer con la columna vertebral rota que había viajado

durante 5 horas en auto. Era una enfermedad imposible de ser sanada

por la medicina moderna. Estando en la cruzada, ella no podía sentarse

sino estar solo acostada, pero en el corazón de ella había sueños y

esperanzas. Durante toda la predicación ella recibía toda la Palabra y

promesas con un fuerte amén. Luego de terminar de predicar, llegó el

momento de orar por los enfermos, pero ella no pudo ponerse de pie. En

el momento de la oración, oré muy fervientemente por esa hermana, y

antes de terminar la cruzada, ella se levantó del lugar donde se

encontraba. Ella nunca abandonó sus sueños, y en el tiempo de Dios, ella

pudo experimentar su gran milagro.

Hermanos/as, nosotros podemos tener esperanzas en medio de la

desesperación porque Jesús está con y en nosotros. Jesús pagó todo el

precio en la cruz cargando todos nuestros pecados, injusticias,

enfermedades, maldiciones, y muerte. Por lo tanto, cuando Jesús no está

en nuestras vidas, todo es desesperación y desesperanzas, pero si Jesús


está con nosotros, podemos tener esperanzas en cualquier momento.

Tampoco, miremos nuestro entorno y alrededor, fijemos nuestras vistas

solo en Dios, y salgamos para adelante por medio de la fe.

Los cuatro leprosos tenían mucha fe, y sabían que sobrevivirían

marchando hacia adelante.

No había ninguna garantía de que sobrevivirían al ataque sirio, y aun así,

los cuatro leprosos caminaron con determinación, dando pasos de fe,

diciendo si nos dieren la muerte, moriremos. Dios, siempre marcha con

personas de fe. En Hebreos 11:6, dice:

He 11:6 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario

que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de

los que le buscan.

Hace un tiempo atrás, escuché el testimonio de una hermana que había

sufrido mucho por tener cáncer en su lengua. Ella no podía comer por el

intenso dolor, y su lengua había empeorado tanto que se hizo un agujero.

Sin embargo, a pesar del fuerte dolor, ella no perdió la esperanza, y oró

y clamó fervientemente a Dios. Pero un día, aunque tenía un intenso dolor,

lo aguantó, quedándose en el servicio dominical, y en medio de la predica

ella empezó a tener más fe de que sería sanada. Oramos por la sanidad

luego de terminar la predicación, y ese día yo dije: “Hoy Dios ha sanado

a muchos enfermos”, y luego continué diciendo: “Hoy, el Señor ha sanado


cáncer de lengua”. Esta hermana ha tomado esa sanidad con un fuerte

amén con mucha fe, luego elevó acciones de gracias a Dios, y ocurrió el

milagro de Dios. Dios sanó el cáncer terminal de lengua que ni la medicina

moderna lo podía curar.

¿ Qué significa vivir por la fe? Vivir por la fe es vivir con Dios, aceptar y

reconocer que él es la fuente y el recurso eterno de nuestras vidas. Los

que no creen en Jesús viven sus vidas buscando medios, formas,

métodos, sabidurías y conocimientos terrenales y humanos, pero

nosotros, los que creemos en Jesús, vivimos por la gracia y misericordia

de Dios.

Cada vez que leo el Nuevo Testamento, me encuentro con escenas

sumamente impresionantes. Un hombre estaba totalmente paralizado,

sin poder moverse, pero escuchó que Jesús iba a su pueblo. Este hombre

quería ir delante de Jesús, pero como no podía irse solo, le pidió el favor

a cuatro amigos. Los amigos le cargaron al hombre en una camilla y

fueron a donde estaba Jesús, pero vieron que el lugar estaba

completamente lleno. ¿ Cómo podrían los amigos atravesar una camilla,

con una persona acostada, entre la multitud para llegar a Jesús? No

obstante, el enfermo tenía una fe firme y grande, y decía: “Yo tengo que

llegar junto a Jesús, si llego a él, yo viviré”. No había forma de llegar junto

al Maestro, por lo que el enfermo les pidió a sus amigos que le suban al
techo, hagan un hueco, que él pagaría todos los daños. Esta es una gran

fe.

É l sabía que la reparación del techo le iba a costar mucho dinero, como

también sabía que si la camilla donde estaba acostado la bajaban mal

podía morir cayéndose al piso. No obstante, él solo creía que si tan solo

pudiese estar delante del Señor, sería sano, por lo que se arriesgó y tomó

una gran decisión de fe. Por esa razón, sus amigos rompieron el techo,

probablemente el dueño de la casa les gritaba, y las personas dentro de

la casa se bañaron de polvo, pero aún así rompieron para que su amigo

se presente delante del Señor, mientras que Jesús estaba callado y en

silencio.

Jesús se conmovió y alegró al ver la fe de este hombre. Poco después

que perforaron el techo, un paralítico descendía en una camilla ante el

Señor. Si vemos en el evangelio de San Marcos 2:5, el Señor dijo:

Mr 2:5 5 Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te

son perdonados.

La fe no está viva si lo ocultamos en nuestros corazones. La fe es actuar.

Debemos mostrar nuestra fe en nuestras actitudes, para que el Señor sea

conmovido y haga sus milagros.

Lo que Dios quiere es un diágolo en la cuarta dimensión, sea enfermo o

sano. Mientras los cuatro leprosos iban camino a su objetivo, ellos caían
y tropezaban, pero se alentaban mutuamente. Ellos se sujetaron en la

Palabra y mientras conversaban en la cuarta dimensión, Dios marchaba

con ellos. En Números 14:28, dice:

Nm 14:28 28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis

oídos, así haré yo con vosotros.

Hermanos/as, si queremos que Dios marche con nosotros, nuestras

palabras deben coincidir con la Palabra de Dios, para lo cual debemos

mantener y guardar su bendita Palabra en nuestros corazones. Si

confesamos constantemente la Palabra de Dios, esa Palabra

permanecerá y se conservará en nosotros. Al proclamar la Palabra, la

Palabra se retendrá en nuestros corazones, y nuestra confesión cargará

más fuerzas a medida que proclamemos.

Si estamos atentos a la Palabra de Dios, dibujaremos constantemente

esa Palabra por medio de nuestros sueños y visiones, luego

confesaremos y proclamaremos, de esa forma la Palabra se guardará en

nuestros corazones. En ese momento, la Palabra de Dios se manifestará

con su gran poder por medio del Espíritu Santo.

Del mismo modo, si tenemos pensamientos, sueños, fe y proclamamos

por nuestros labios estando dentro de la cuarta dimensión, caminaremos

con el Espíritu Santo, quien es el origen de la cuarta dimensión. El

problema es que las personas quieren caminar con el Espíritu Santo pero
en la tercera dimensión, por eso Jesús le dijo a Nicodemo que nadie

puede ver el reino de Dios si no nace de nuevo, pues la carne es carne;

y el espíritu es espíritu.

Entre las historias registradas en la Biblia, el papel de estos cuatro

leprosos debe ser conmemorado siempre. La realidad de estos cuatro

leprosos, en el ámbito tridimensional, era sumamente triste,

desesperante y sin esperanzas. Sin embargo, ellos sabían que Dios

estaba con ellos, por lo que tuvieron un gran ejército en el cuarta

dimensión.

El Espíritu Santo de Dios se había unido a la marcha de los cuatro

leprosos, haciendo que sus debilidades se vuelvan una gran arma para

vencer a sus enemigos. El sonido de las debilidades de sus respiraciones

y sus pasos, el sonido de sus ánimos y aliento el uno hacia el otro, Dios

los hizo un gran sonido, como si un gran ejército estuviese marchando,

llevando temor y haciendo que el ejército enemigo salga huyendo. Como

resultado, por medio del pensamiento, sueños, fe y proclamación de la

cuarta dimensión, obtuvieron una victoria abrumadora sobre el ejército

sirio en la esfera de la tercera dimensión.

Hermanos/as, los milagros no le suceden a nadie. Los milagros se

manifiestan a las personas que sueñan y marchan hacia la esperanza.

No importa cuán pequeña sea la esperanza, si se mantiene y se sigue


adelante con fe, toda situación desesperante nunca derrumbará a la

persona. Dios no nos puede ayudar si nos sentimos desanimados y

decaídos, o si no hacemos nada o retrocedemos. No obstante, si creemos

en Dios, tenemos esperanza y nos movemos, Dios se mueve con

nosotros.

Por lo tanto, no decaigamos ni perdamos la esperanza ante situaciones

de desesperación. Levantémonos y caminemos con Dios, para que esta

historia de esperanza se cumpla y manifieste en cada uno de nosotros.

Oremos: Dios Padre, lleno de gracia y misericordia. Danos la fe

para tener esperanza solo en la cruz, mientras vivimos en este

mundo lleno de desesperación y dolor. Ayúdanos para

mantenernos despiertos en oración, y que nuestros pensamientos,

sueños, fe y proclamación siempre sean acompañados por el

Espíritu Santo. Somos débiles y frágiles, ayúdanos Señor. Todo

esto te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Amén.

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