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Que es el
neuromanagment?
J. Yañez
Diferencia con el
managment
G. Riva
tradicional
Inteligencia social y
emocional
I. Pavez
relacionada al
neuromanagment
Beneficios
J. Burgos
Aplicaciones y/o
casos reales en la
J. Yañez
industria
Conclusiones
J. Burgos
Javo otro punto
J. Burgos
Introducción:
Gracias a esto es como surge el neuromanagement logrando mejorar la eficacia y eficiencia de los
líderes e integrantes de los equipos de trabajo, así como diseñar técnicas destinadas a potenciar el
desempeño mediante el desarrollo de capacidades cerebrales.
El management tradicional hizo grandes aportes para convertir a las organizaciones en pioneras y
gestoras de la transformación, mejorar las actividades de conducción y gestión de organizaciones.
Sin embargo, las ideas se buscaban “afuera”, es decir, en formulas o modelos previamente
elaborados que se plasmaban en grandes teorías y análisis de casos que ya habían sido pensados
por otros.
Por otro lado el Neuromanagement logra estos objetivos basándose en el entrenamiento cerebral,
mejorando así el rendimiento de los managers y de toda organización.
Al plantear los procesos del neuromanagement, se incorporan dos elementos previos: en primer
lugar el denominado “Vector de funcionamiento del cerebro”: se analiza el cerebro como base
neuronal del liderazgo, la toma de decisiones, la motivación, la inteligencia emocional, el
aprendizaje o el capital relacional.
En definitiva, se produce un trastorno del criterio normativo hacia el afecto emocional y sensorial
en el que las energías entendidas tanto individual como colectivamente, e incluso la energía
organizacional, adquiere el protagonismo.
Surgimiento de las neurociencias:
El inicio de esta disciplina data desde la prehistoria, hace ya unos 10000 años donde se
realizaban perforaciones en el cráneo para sanar a algún individuo de por ejemplo, un dolor de
cabeza. Estas perforaciones no eran letales ya que los cráneos, al igual que todos los huesos,
cicatrizan.
En la Antigua Grecia Hipócrates concluyó que era el cerebro y no el corazón el que recogía
todas las emociones y sensaciones. Después de este acontecimiento el estudio del cerebro se
volvió más permanente y con el desarrollo de los años y aplicando distintas y mejores técnicas de
estudio del cerebro se fueron realizando muchos avances en esta área y es cuando ya a fines de la
primera década del siglo XXI, gracias a los avances de la tecnología tanto en la robótica, en la
microinformática y otras áreas, el conocimiento sobre las estructuras, células y mecanismos del
cerebro crece a un ritmo exponencial.
•Se trata, sin duda, de un salto cuántico que comenzó a gestarse durante los años noventa y trajo
aparejado el desarrollo de técnicas de análisis de imágenes que evolucionan, también, a un ritmo
sorprendente permitiendo no sólo confirmar empíricamente un conjunto de supuestos, sino
también acceder a un campo de conocimientos de enormes posibilidades de aplicación en la
gestión organizacional.
El management tradicional hizo grandes aportes para convertir a las organizaciones en pioneras y
gestoras de la transformación, mejorar las actividades de conducción y gestión de organizaciones.
Sin embargo, las ideas se buscaban en fórmulas, modelos y recetas previamente elaborados que
se plasmaban en grandes teorías y análisis de casos que ya habían sido pensados por otros.
•Con el surgimiento del neuromanagement surge la importancia del cerebro como la mejor
plataforma para el liderazgo y la toma efectiva de decisiones.
Todos tenemos una fisiología subyacente que influye en el comportamiento humano.
Al estudiar el cerebro directamente conectamos con la fuente del desempeño humano en lugar
de hacerlo mediante modelos desarrollados, en el mejor de los casos a partir solo de la
observación empírica.
Estudiar el cambio humano sin comprender el cerebro sería similar a estudiar la salud humana sin
explorar la dieta y la nutrición: faltaría un factor esencial de la ecuación, la biología subyacente.
Al plantear los procesos del neuromanagement, se incorporan dos elementos previos: en primer
lugar el denominado “Vector de funcionamiento del cerebro”: se analiza el cerebro como base
neuronal del liderazgo, la toma de decisiones, la motivación, la inteligencia emocional, el
aprendizaje o el capital relacional.
En definitiva, se produce un trastorno del criterio normativo hacia el afecto emocional y sensorial
en el que las energías entendidas tanto individual como colectivamente, e incluso la energía
organizacional, adquiere el protagonismo.
Introducción: