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I. BREVE HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
El modelo naturalista o cualitativo emerge desde las ideas filosóficas de la fenomenología, paradigma que
representa la primacía de la experiencia subjetiva como base de conocimiento por sobre la observación de la
realidad como objeto separado del sujeto. Por tanto, replantea el rol del observador en cuanto a su participación
en la realidad que se investiga, se considera parte de aquello. En ese contexto, los fenómenos no son algo para
medir o explicar sin entrar en contacto con su naturaleza. Dicha perspectiva surge como alternativa al paradigma
racionalista, escuela epistemológica que “sostiene que el conocimiento tiene su origen en la razón (…) afirma que
la razón es capaz de captar principios evidentes de los cuales luego deduce otras verdades” (Martínez & Ríos,
2007, p. 174). Desde esta perspectiva se considera que existen ideas innatas e intuiciones que son
conocimientos comunes en todos los hombres. Sin embargo, en las disciplinas de carácter social, existen
diferentes problemáticas, cuestiones y restricciones que no es posible comprender en toda su extensión desde la
metodología cuantitativa (Pérez Serrano, 2008).
Según Krausse (1995) esta metodología estipula su nombre específico, porque se refiere a cualidades de lo
estudiado, es decir a la descripción de características o sus relaciones desde un objeto de estudio, prescindiendo
del registro de cantidades, frecuencias de aparición o datos reducibles a cuantificación, centrándose en la
descripción de cualidades por medio de conceptos y de relaciones entre ellos. En ese sentido, todo es digno de
ser estudiado en un proceso de observación continua de la realidad y sus particularidades.
Los orígenes de la investigación cualitativa se enmarcan en el plano de los estudios sociales y la Psicología. Es
así como en esta disciplina, Wundt utilizó métodos de descripción para complementar los métodos
experimentales de la psicología general. Contemporáneamente en la sociología alemana, se desarrolló una
orientación hacia los estudios inductivos y a partir de casos. Por su parte, en la sociología norteamericana, lo
métodos biográficos de estudios de caso y métodos descriptivos fueron muy importantes hasta la década del 40.
Los enfoques experimentales “duros” (hard), de normalización, y cuantificación levantaron críticas en contra del entendimiento
"suave" (soft) de las estrategias descriptivas cualitativas. No fue sino hasta la década de 1960 que en la sociología
norteamericana se dio espacio para la investigación cualitativa en ciencias sociales y psicología. Los desarrollos y debates en
los Estados Unidos y en Alemania al respecto, se llevaron a cabo en diferentes momentos, lo que marca diferentes fases en la
legitimación progresiva de la investigación cualitativa. En el contexto alemán, Habermas reconoció la existencia de una tradición
diferente en la investigación sociológica norteamericana relacionada con autores como Goffinan, Garfinkel, y Cicourel. Por la
misma época, el modelo del proceso de investigación cualitativa creado por Glaser y Strauss (1967) despertó el interés de los
investigadores como alternativa a los métodos tradicionales.
A finales de la década del 70, comenzó una discusión más amplia en Alemania, respecto al uso de técnicas de
recolección de datos, principalmente en lo que respecta a las entrevistas, en cuanto a su aplicación y análisis. La
cuestión principal para este período era si estos acontecimientos deben ser vistos como una moda, una
tendencia, o un nuevo comienzo. A principios de la década de 1980, dos métodos originales fueron cruciales para
el desarrollo de la investigación cualitativa en Alemania: la entrevista narrativa por Schütze y la hermenéutica por
Oevermann, Allert, Konau y Krambeck.
En medio de la década de 1980, los problemas de validez y la generalización de los resultados obtenidos con los
métodos cualitativos atrajeron la atención general. Se discutieron cuestiones relacionadas a la presentación y la
transparencia de los resultados. La cantidad y, sobre todo, la naturaleza no estructurada de los datos requirieron el
uso de la tecnología para procesar datos (Flick, 2009).
En el contexto norteamericano, Denzin y Lincoln (2005), distinguen siete fases en el desarrollo de la investigación
cualitativa. El período tradicional abarca desde principios del siglo XX hasta la Segunda Guerra Mundial. Está
relacionado con la investigación de Malinowski en la etnografía y la Escuela de Chicago en la sociología. Durante
este período, la investigación cualitativa se interesó por el otro, el extranjero o el foráneo y en la descripción e
interpretación más o menos objetiva de las culturas extranjeras.
La fase modernista se extiende hasta la década de 1970 y se caracteriza por los intentos de formalizar la
investigación cualitativa.
Durante la década de los 80, emergen géneros borrosos en torno a la investigación cualitativa. Surgen paradigmas
alternativos, como el interaccionismo simbólico, la etnometodología, la fenomenología, la semiótica, o el
feminismo (Flick, 2009).
A mediados de 1980, la crisis de los debates acerca de la representación en la inteligencia artificial y la etnografía
tienen impacto en la investigación cualitativa en su conjunto. El proceso de mostrar el conocimiento y las
conclusiones recibe más atención que los resultados per se. La investigación cualitativa se convierte en un
proceso continuo de construcción de versiones de la realidad. La versión de las personas presentes en la
entrevista no se corresponde necesariamente con la versión que hubieran formulado en el momento del evento
reportado. Los investigadores que interpretan la entrevista y la presentan como parte de sus hallazgos, producen
una nueva versión de lo que se estudia. Los lectores del libro, artículo o informe interpretan la versión de los
investigadores de manera diferente. Esto significa que otras versiones del evento emergen. Intereses específicos
señalados a la lectura en cada caso juegan un papel central. En este contexto, la evaluación de la investigación y
los hallazgos se convierte en un tema central en las discusiones metodológicas. Esto está relacionado con la
validez de la investigación cualitativa.
La situación en la década de los 90 se desplaza hacia las teorías y narraciones que se ajustan a contextos
específicos y situaciones delimitadas. La etapa siguiente se caracteriza por vincular las cuestiones de la
investigación cualitativa a las políticas democráticas. Paulatinamente, se va estableciendo una mayor presencia
en las publicaciones científicas de estudios cualitativos.
A modo de síntesis de los momentos relevantes en la historia de la investigación cualitativa, se propone el
siguiente cuadro resumen, basado en Flick (2009) y Denzin y Lincoln (2005):
La investigación cualitativa permite explorar y comprender los significados, así como a los individuos y grupos
adscribientes en un problema humano o social. El proceso de investigación involucra preguntas y procedimientos
emergentes, la recolección de datos contextualizados en la realidad del participante, procurando un análisis
inductivo de los mismos, construyendo desde lo particular, para así ir cimentando los temas generales que luego
el investigador interpretara (Creswell, 2007). Por tanto, “trata de identificar la naturaleza profunda de las
realidades, su estructura dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y manifestaciones. De aquí,
que lo cualitativo (que es el todo integrado) no se opone a lo cuantitativo (que es sólo un aspecto), sino que lo
implica e integra, especialmente donde sea importante”. (Ruiz, 2012, p.12).
Taylor y Bogdan (1986, p. 20) consideran que: “en un sentido amplio, la investigación cualitativa es
aquella que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta
observable”.
En la actualidad existe un interés creciente por la investigación desde este enfoque, ya que es de especial
relevancia para el estudio de las relaciones sociales en un contexto de pluralización de los estilos de vida,
situación que exige una nueva sensibilidad para su comprensión y estudio. La era de las grandes narrativas y
teorías ha terminado. A nivel local, ahora se requieren narrativas situacionalmente delimitadas. El rápido cambio
social y la diversificación resultante de nuevos mundos de vida confluyen en la aparición de nuevos contextos
sociales y perspectivas que no permiten la aplicabilidad de las metodologías tradicionales, basadas en el método
hipotético deductivo y la formulación de hipótesis, considerando modelos teóricos previos, ya que la
diferenciación de los objetos es cada vez mayor. Por lo tanto, la investigación está cada vez más obligada a
hacer uso de estrategias inductivas. En lugar de partir de teorías y ponerlas a prueba, es necesario identificar
conceptos sensibilizadores para acercarse a los contextos sociales a estudiar, los que de todos modos se ven
influenciados por el conocimiento teórico previo (Flick, 2009).
II. PERSPECTIVAS
Si bien la investigación cualitativa se centra en la significación de los fenómenos de la realidad de los
participantes, poniendo énfasis en el estudio del contexto y la comprensión de la perspectiva del otro, existe
también la posibilidad de llevar a cabo investigaciones cualitativas con el propósito de describir un objeto que no
sea necesariamente la significación de un sujeto situado en un contexto, sino que a un objeto susceptible de
investigar. La investigación cualitativa confluye en dos aproximaciones principales. Una de ellas orientada a la
comprensión profunda de un tema, enfatizando en el protagonismo de los actores en cuestión. Por otro lado, se
dirige al cambio y a la toma de conciencia, construyendo crítica transformadora tanto de la realidad como de la
problemática precisada (Hernández, Fernández & Baptista, 2006). Ahora bien, adicionalmente a la existencia de
un objeto de estudio centrado en subjetivación de la realidad, también es posible identificar una tercera alternativa
que aborda la investigación cualitativa consistente en la descripción de situaciones, eventos, fenómenos o
comportamientos observables. En ese contexto, se visualizan dos perspectivas:
Perspectiva orientada a decodificar los significados de comunidades o sujetos
Según Ruiz (2012) el enfoque cualitativo de una investigación surge de la necesidad de aplicar una metodología
específica orientada a captar el origen, el proceso y la naturaleza de los significados que brotan de la interacción
simbólica entre individuos. Para este caso, se aplica el propósito de “comprender la complejidad y significados de
la existencia humana” (Vázquez, Rejane, Mogollón, Fernández, Delgado & Vargas, 2005, p. 23), aportando en la
construcción de formas inclusivas para descubrir las visiones múltiples de los participantes y adoptar papeles
más personales e interactivos con ellos” (Hernández et al., 2006, p.618).
Perspectiva orientada a describir un fenómeno u objeto desde sus propiedades
Esta perspectiva no se orienta a desentrañar los significados que le asignan los participantes a un fenómeno de la
realidad, es decir, no está centrada en la experiencia del sujeto, sino que pretende describir un objeto que no es
personal. Por ejemplo, un lingüista podría tener como propósito describir un género discursivo a partir de corpus
de datos, sin afán de ratificar una hipótesis, sino que con objeto de caracterizar un tipo textual. Lo anterior
también calificaría como enfoque cualitativo, puesto que se enmarca en “cualquier tipo de investigación que
produce hallazgos a los que no se llega por medio de procedimientos estadísticos u otros medios de
cuantificación” (Strauss & Corbin, 2002, p. 12)
Los límites y alcances de la investigación cualitativa hoy en día son difusos, ya que los investigadores
cualitativos se acercan a lo que quieren saber a través de distintos métodos y sistemas (Dornyei, 2011),
ampliándose en rango de acción de las técnicas más ortodoxas con las que se identifica el enfoque cualitativo.
III. CARACTERÍSTICAS DE LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
Taylor y Bogdan (1986) consideran 10 características de la investigación cualitativa:
Es inductiva: El diseño de investigación es flexible. El estudio se inicia desde interrogantes amplias y
que pueden modificarse en el transcurso de la investigación. La construcción del fenómeno se realiza a
partir de los datos.
Ve los escenarios en una perspectiva holística: Considera el estudio en su integridad. Visualiza a las
personas situadas en un contexto. Los escenarios o los grupos no son reducidos a variables, si no
considerados como un todo.
Es sensible a los efectos que se causen a las personas que son objeto de estudio: Se interactúa con
los participantes de un modo natural. Las entrevistas en profundidad, siguen el modelo de una
conversación normal y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas.
Trata de comprender a las personas dentro su marco de referencia: Los investigadores cualitativos se
identifican con las personas que estudian, para comprender como ven las cosas.
Suspende y relega las creencias del investigador: Pone acento en la objetividad del observador, quien se
independiza de sus propias perspectivas y predisposiciones, es decir, ve las cosas como si estuvieran
ocurriendo por primera vez para comprender la representación del otro. No se inducen ni sugieren
situaciones.
Considera que todas las perspectivas son valiosas: El investigador no busca la verdad o la moralidad,
sino una comprensión detallada de las perspectivas de otras personas.
Es humanista: Pretende conocer cómo sienten, actúan y piensan los sujetos que participan de la
investigación.
Énfasis en la validez: Los investigadores cualitativos procuran un estrecho ajuste entre los datos y lo
que la gente realmente dice y hace.
Todos los escenarios y personas son dignos de estudio: Los contextos y las personas son a la vez
similares y únicos. Son semejantes en el entendido de que cualquier escenario tiene congruencias de
tipo general y son únicos debido a que cada escenario o por medio cada informante se puede estudiar
del mejor modo algún aspecto de la vida social.
Es un arte: Esta característica en apariencia es contradictoria con el concepto de ciencia, en oposición
a la tekné, sin embargo se relaciona con la flexibilidad en cuanto al modo en que conduce sus estudios,
siguiendo directrices orientadoras y no reglas estáticas. Es posible el cambio de estrategias hasta
recoger lo que se busca.
Cabe señalar que el perfil de los investigadores en este enfoque se instituye como el instrumento
principal de la recogida y el análisis de los datos (Krause, 1995). Por tanto, deben ser flexibles,
observadores y reflexivos, puesto que se requiere dimensionar la realidad en forma holística y no a partir
de reduccionismos ni variables discretas (Taylor & Bogdan, 1986).
Dornyei (2011), por su parte, agrega los siguientes rasgos que complementan lo señalado por Taylor y Bogdan
(1986):
Diseño emergente: El diseño de la investigación no se prefigura, por lo tanto es flexible y se construye
durante el proceso. Para ello, el investigador debe poseer una mente abierta para ajustarse a la
naturaleza dúctil de este enfoque. Por ello, no se trabaja a partir de hipótesis previas. Una muestra de
aquello, es lo que señalaba inicialmente la teoría fundamentada, que instaba a los investigadores a
omitir la lectura de literatura temática con el fin de “no contaminar” el análisis categorial.
Naturaleza múltiple de los datos: Se emplea un rango amplio de datos, que incluyen entrevistas, tipos de
textos (notas de campo, diarios, documentos, etc.) e imágenes.
El análisis es interpretativo: El investigador es quien descifra los datos. Para ello, se emplean procedimientos
analíticos que permitan reconocer los valores, historia y cultura de los participantes.
IV. FASES EN LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA
Las etapas de la investigación cualitativa se describen de diversa forma en distintas fuentes bibliográficas, sin
embargo, existe algún grado de consenso en las fases generales que la componen. Si bien, en principio se
presentan en forma lineal, en la práctica, es un proceso recursivo y flexible.
A continuación se describe cada una de ellas:
Fase preparatoria
Esta etapa consiste en la reflexión por parte del investigador que realiza en el emplazamiento en que desarrollará
el estudio. En ese contexto, define el diseño que empleará para sistematizar el proceso. En la identificación del
diseño, es deseable la existencia de un número impar de investigadores con el fin de triangular información y
contrastar datos. Este procedimiento se basa en la toma de registros descriptivos de las situaciones observadas,
los cuales se someten a evaluación en relación a la homogeneidad de los investigadores en la información
registrada. Si los registros no coinciden, es necesario volver a realizarlos. Para esos fines, existen dos sistemas
de registro: el cuaderno de campo individual y el cuaderno de campo grupal. El primero lo realiza cada observador
en forma independiente, consignando la descripción de los hechos, los comentarios y la interpretación. El
segundo, se elabora colaborativamente. Las descripciones que coinciden pasan al cuaderno colectivo.
Trabajo de campo
Supone el acceso permitido al contexto de investigación con objeto de recoger datos productivos y acumular la
mayor cantidad de información para analizar posteriormente.En esta fase debe procurarse el acceso fluido al
campo y la versatilidad para conseguir datos. Las subtareas propias de esta fase se relacionan con la realización
del muestreo, la búsqueda de informantes clave y la construcción de mapas geográficos y sociales del contexto.
Durante este proceso, el (los) investigador (es) “vagabundea (an)” con el fin de focalizar adecuadamente su objeto
de estudio.
Fase analítica
En esta etapa se reducen, verifican e integran los datos. Se inicia la sistematización de los resultados y
hallazgos.
Fase informativa
Se redacta el informe final y se somete a autorización por parte de los sujetos de investigación para su ejecución.
Se contempla la opción de publicar los resultados para dar a conocer las conclusiones del estudio en el contexto
de una comunidad científica.
V. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DESDE EL ENFOQUE CUALITATIVO
5.1 Formulación de preguntas iniciales
En primer lugar, para elegir un tema de interés y formular preguntas iniciales de investigación, Gurdían
(2007), sugiere realizar las siguientes formulaciones:
¿Qué tema me interesa?
Específicamente sobre ese tema, ¿Qué es lo que me interesa conocer/investigar?
¿Qué es lo que no se sabe sobre aquello que quiero conocer?
¿Por qué me interesa conocerlo/investigarlo?
Como segundo paso, propone el siguiente procedimiento para analizar las interrogantes anteriores, utilizando
la guía:
¿Cuáles preguntas se contestan con un sí o un no?
¿Cuáles preguntas contienen en sí mismas las respuestas?
¿Cuáles preguntas suponen juicios valorativos?
¿Qué preguntas suponen preocupaciones derivadas de la necesidad de transformar la realidad
sociocultural?
¿Qué preguntas implican preocupaciones teóricas?
¿Qué preguntas suponen preocupaciones ontológicas?
¿Qué preguntas suponen preocupaciones epistemológicas?
¿Qué preguntas suponen preocupaciones metodológicas?
¿Cuáles preguntas suponen inquietudes históricas, políticas, económicas, ideológicas, de
exclusión o marginación, racismo, entre otras?
Como tercer paso, se procede a analizar, diferenciar y clasificar las interrogantes, a partir de los siguientes
criterios:
¿Con qué conocimientos previos cuento sobre el tema seleccionado?
¿Qué opiniones me merece el tema?
¿Cómo es la realidad sociocultural implícita en el tema?
Como último paso, debe seleccionarse el tema, formulando la pregunta de investigación con todos sus
componentes. En este procedimiento, podrían tomarse en consideración la revisión de antecedentes. Esto
refiere a pesquisar si existen estudios anteriores que se relacionen directamente con la temática. Esto se
realiza en revistas científicas con comité editorial, libros, tomando contacto con especialistas en el tema.
5.2 Formulación de antecedentes
Como se mencionó anteriormente, la revisión de antecedentes constituye un paso elemental para formular el
problema. Establecer el “estado del arte” o “estado de la cuestión”, es un procedimiento que requiere
esfuerzo y dedicación, ya que a menudo ocurre que algunas temáticas poseen pocos antecedentes o por el
contrario, existe abundante bibliografía al respecto. Los dos casos implican una dificultad metodológica,
puesto que el investigador, en la situación de escasez de estudios anteriores, presenta la investigación
como estudio exploratorio y requiere la ejecución de tareas de elaboración a partir de su propia perspectiva.
Esto trae consigo la baja posibilidad de cotejar las tareas propias de la investigación con procedimientos ya
puestos a prueba, lo que podría influir en la confiabilidad y validez de sus resultados, así como también el
difícil acceso a información teórica para sostener su investigación.
Otro escenario que se relaciona con la falta de antecedentes es la existencia de investigaciones pero en
lenguas que no están al acceso del investigador, lo cual imposibilita el uso de las fuentes de idiomas
desconocidos.
En el caso de la abundancia de literatura e investigación previa, la ventaja es que se encuentran disponibles
para el uso del investigador, sin embargo, la cantidad en la que se encuentra puede dificultar la selección y
jerarquización de los materiales a partir de alguna característica. En este caso, el procedimiento debiese
considerar la elaboración de criterios de discriminación de las investigaciones en relación con su
especificidad y mayor pertinencia al tema o área de investigación.
Familiarizarse con la idea del estudio» Esto permite plantear nuestro problema de estudio.
5.3 Definición del objeto de estudio
Para comprender la existencia del objeto en investigación cualitativa, es necesario relacionarlo con el sujeto,
puesto que la escisión entre ambos es difusa y porosa. En esta relación indivisible, el sujeto es quien
conoce, “es acción, es un ser activo y creador, que desborda los límites de los sentidos en la infinita riqueza
de la imaginación” (Gurdían, 2007, p. 99). El otro elemento de la diada es el objeto, el cual se entiende como
“todo sistema del mundo natural o material o de la sociedad cuya estructura presenta al ser humano una
necesidad por comprender, explicar, interpretar o transformar, es decir, un tema o problema de investigación”
(Gurdían, 2007, p. 100). Sin embargo cabe precisar que el objeto no es sinónimo de problema de
investigación, sino que es aquella área o sistema en que se desarrolla la problemática. Por tanto, el objeto
de estudio corresponde a: “todo sistema del mundo material o de la sociedad que presenta al ser humano
una situación o necesidad por superar, es decir, un problema de investigación” (Gurdían, 2007, p. 111).
Por su parte, Labrín (s/f), considera que “la construcción del objeto de estudio genera una
segmentación que pese a estas definiciones no opera como una totalidad invariante, sino que justamente
será aquella que puesta en observación, podrá ser efectivamente analizada” (p. 25).
Sujeto y objeto entonces son dos entidades que están en permanente dinamismo, “oponiéndose,
comprometiéndose, separándose, modificándose en un movimiento que se inicia por la voluntad del sujeto
que desea el conocimiento, pero que en realidad continúa repetidamente, hasta que aquel adquiere un
conocimiento cada vez más completo y profundo sobre el tema o problema” (Gurdían, 2007, pp. 109 – 110).
5.4 Elaboración de la pregunta de investigación
La formulación de preguntas de investigación es la base del planteamiento de un problema susceptible de
investigar. Por ello es un ejercicio que requiere de rigurosidad y dedicación. Permiten afinar el problema y
darle una forma más concreta. Dependen de los intereses del investigador y los propósitos de la
investigación.
El planteamiento correcto de la pregunta, supone la inclusión de conceptos propios de la investigación y el
contexto en el que se sitúa. Por tanto, este proceso implica especificar lo que se ha de investigar y delimitar,
el campo de estudio desde el cual emergerán otras interrogantes que se abordarán en el estudio. Su
importancia radica en que “determina el diseño de investigación y establece qué resultados cabe esperar”
(Heinemann, 2003, p.24). Por tanto, es posible determinar algunos rasgos o características a considerar en
la formulación de la pregunta de investigación:
Límites temporales: El alcance de la pregunta debe acomodarse al marco temporal para desarrollar la
intervención investigativa (Heinemann, 2003).
Accesibilidad de los objetos de investigación: Posibilidad de obtener la información ya sea proporcionada
por informantes clave o documentación (informes, fichas, etc.) (Heinemann, 2003). Este punto involucra
también la viabilidad en cuanto al tiempo y espacio para desarrollar la pregunta (Pedraz, 2003). Además,
debe ser observable dentro de la realidad. Por ejemplo, no es viable de investigar “el alma”, “la mente” o
entidades abstractas no posibles de observar.
Novedad: La temática de la pregunta debe propender a un tópico inusual que llame la atención y debe
ser algo para resolver (Stake, 2010), es decir, no puede proponerse una pregunta ya resuelta o que tenga
la respuesta en su formulación.
Nivel adecuado de especificidad: Evitar la ambigüedad en el planteamiento, es decir, precisar lo que se
espera indagar a partir de la pregunta con claridad y sin vaguedad (Stake, 2010, Souza, 2011).
Reconocimiento de las unidades o conceptos del fenómeno a investigar (Flick, 2009): Delimitar los
aspectos observables del objeto de estudio. En el caso del enfoque cualitativo, se refiere mayormente a
relaciones entre: conceptos, atributos, características, dimensiones o propiedades del objeto de estudio
(Heinemann, 2003).
Objetividad: No incluir juicios de valor al interior de la pregunta (por ejemplo no sería correcto señalar:
¿Es bueno que los niños miren más de 5 horas de TV por día?, Souza, 2011), ni tampoco preguntas de
tipo retórico o religioso (por ejemplo sería incorrecto formular una pregunta como: ¿Por qué lo seres
humanos poseen conciencia? O ¿El hombre es o se hace?).
Contextualización: Señalar el espacio o contexto en que se formula la pregunta de investigación (por
ejemplo en una comuna, establecimiento o grupo humano).
V. RELACIÓN ENTRE PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Y OBJETIVOS
En primer lugar, es necesario definir qué se entiende por objetivo. Labrín (s/f), señala que “corresponde a los
compromisos que el investigador adquiere como también son las metas o resultados que la investigación propone”
(p. 28). En otras palabras, responden a la pregunta: ¿qué se investiga?
La pregunta de investigación es el punto de partida para elaborar los propósitos del estudio y constituye la
delimitación del problema. En ese sentido, existe una relación estrecha entre La formulación y el planteamiento
del problema. Ante ello, es posible utilizar la siguiente guia para establecer la relación entre ambos conceptos
(pregunta y objetivo).